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doctrina social cristiana - Ordo Socialis

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la economía nacional y en este sentido se puede citar la "Quadragesimo anno", donde se dice<br />

que "el empleo de grandes rentas para la creación de puestos de trabajo y de oportunidades<br />

puede ser un destacado y oportunísimo ejercicio de la virtud de la magnificencia" (QA 51). La<br />

aprobación en el Vaticano II de la economía dinámica y de la iniciativa empresarial fue muy<br />

tenida en cuenta: "Hoy más que nunca, para hacer frente al aumento de población y responder<br />

a las aspiraciones más amplias del género humano, se tiende con razón a un aumento en la<br />

producción agrícola, industrial y en la prestación de servicios. Por ello hay que favorecer el<br />

progreso técnico, el espíritu de innovación, el afán por crear y ampliar nuevas empresas, la<br />

adaptación de los métodos productivos, el esfuerzo sostenido de cuantos participan en la<br />

producción; en una palabra, todo cuanto puede contribuir a dicho progreso" (GS 64).<br />

b) Los beneficios monopolísticos son rechazados como usura por la Doctrina Social Cristiana<br />

desde hace siglos. Durante los siglos XV, XVI y XVII la expresión "monopolio" debió tener<br />

connotaciones negativas semejantes a las del término "capitalismo" en estos últimos cien<br />

años. Los monopolistas son "usurpadores" porque contra todo derecho se convierten en los<br />

creadores de los precios (Francisco Sylvius, †1649); realizan un "ataque a la libertad general",<br />

ya que las gentes "son obligadas por el monopolio a pagar precios más altos" a los que<br />

regirían sin monopolio (Cayetano, †1534). Se debe expulsar del Estado a los monopolistas,<br />

porque son más perjudiciales que las "malas cosechas y la langosta" (Juan de Medina,<br />

†1546)277.<br />

c) Puesto que por la misma coyuntura del mercado y en razón de las medidas de política<br />

económica legisladas por el gobierno desde la reforma monetaria, son los empresarios quienes<br />

reciben los beneficios, no se puede intranquilizar su conciencia moral por causa de los<br />

mismos. Es urgente, sin embargo, como hemos dicho más arriba, adoptar inmediatamente las<br />

medidas apropiadas que hagan posible una amplia difusión de los bienes desde el sector del<br />

capital.<br />

d) La ganancia de los empresarios tiene que ser purificada y ennoblecida por una disposición<br />

de servicio a la comunidad. Si no se tiene en cuenta esta disposición de servicio, no queda<br />

más, según Tomás de Aquino, que el mero apetito de ganancia que despierta "cierta<br />

repugnancia"278 y que, como escribe Domingo de Soto (†1560), provoca una "sed<br />

insaciable" y hace a los empresarios semejantes a los "jugadores de juegos de azar"279.<br />

e) Para aumentar la venta y el beneficio, los empresarios se sirven de la publicidad, que debe<br />

informar con objetividad al comprador, como es de hecho el caso entre las mismas empresas<br />

como, por ejemplo, al comprar máquinas herramienta. La amplia capa de los consumidores,<br />

sin embargo, no es informada de este modo, sino más bien se la equivoca y ofusca mediante el<br />

exceso de una sugestiva atracción, sobre todo en las revistas ilustradas inmorales. Los<br />

consumidores parecen contentos con esto; tienen la publicidad que merecen y pagan. Los<br />

empresarios están obligados en conciencia a anunciarse verdadera y objetivamente y a excluir<br />

como elementos de propaganda publicaciones destructivas.<br />

277 Cfr. J. Höffner, Wirtschaftsethik und Monopole im 15.u. 16. Jh., Darmstadt, 2ª ed. 1969, 135 y ss.<br />

278 Tomás de Aquino, S. th. II-II 77, 4.<br />

279 Cfr. J. Höffner, Wirtschaftsethik und Monopole im 15.u. 16. Jh. Darmstadt, 2ª ed. 1969, 106.<br />

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