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doctrina social cristiana - Ordo Socialis

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Tercera. La propiedad común es la raíz de la discordia <strong>social</strong>. Basándose en Aristóteles,<br />

Tomás de Aquino apunta que en la economía colectiva los trabajadores murmurarían de los<br />

funcionarios243. Los trabajadores tendrían que matarse a trabajar por escasos beneficios,<br />

mientras que los funcionarios no harían nada y se asegurarían la mejor parte en el momento<br />

de las rentas. De esta murmuración de la persona colectivizada contra los funcionarios nos ha<br />

contado un ejemplo, involuntarioamente, el antiguo presidente del Soviet Supremo, Michail<br />

Ivanovitsch Kalinin. Durante una visita a su aldea natal, un koljós, Kalinin salió al campo<br />

"acompañado de seis o siete funcionarios directivos de la aldea". "Cuando nos acercanos, una<br />

de las trabajadoras gritó, señalando a mis acompañantes: 'Michail Ivanovitsch, mira cuántos<br />

hombres has traído para pasear por el campo, ¡y nosotras las mujeres a trabajar!' (...) De<br />

acuerdo, pero ¿por qué no los traéis vosotras al trabajo?", pregunté yo. "No es nada fácil<br />

traerlos", respondieron las mujeres. Entonces me volví a mis acompañantes (el presidente y<br />

secretario del soviet de la aldea, el presidente de la Economía Colectiva, los funcionarios del<br />

Konsomol y de la Instrucción Pública, etc.) y les dije que sin duda podían trabajar dos<br />

hectáreas de superficie, ya que la gente estaba toda en el campo y, por tanto, nada podían<br />

hacer por ella en las oficinas del pueblo. Esta decisión fue acogida por las mujeres con gran<br />

entusiasmo "244.<br />

Cuarta. La comunidad de bienes significa –sobre todo en el enorme mecanismo de producción<br />

de la economía moderna– una impresionante acumulación de poder que, puesto que la<br />

persona va de mal en peor, puede originar irresistibles tentaciones de abusar del poder. Quien<br />

posee todo el poder económico, dispone del poder político, militar, propagandístico, <strong>social</strong> y<br />

policial.<br />

Quinta. La administración centralizada del bien común amenaza la libertad y dignidad del ser<br />

humano. Sobre ello arguyó con especial insistencia Pío XII. La propiedad privada no es<br />

únicamente "un elemento del orden <strong>social</strong>, un supuesto necesario de la iniciativa humana",<br />

sino una de las más sólidas garantías "de la libertad y dignidad de la persona, creada a imagen<br />

de Dios", de forma que "el derecho a la propiedad privada debe mantenerse como fundamento<br />

inamovible de todo recto ordenamiento económico y <strong>social</strong>"245. La gran importancia<br />

político-<strong>social</strong> de la propiedad privada está en su función ordenadora. La dependencia<br />

económica de la colectividad lleva consigo la servidumbre política, cultural y religiosa.<br />

Cuando el Estado se convierte en único señor del pan, está en peligro la "incolumidad y justa<br />

libertad" de la persona, de forma que "la sociedad sería más aborrecible que deseable" (RN<br />

10). La engañosa frase de que todos los medios de producción pertenecen a todo el pueblo, es<br />

llamada por Alexander Rüstow "la segunda parte del abecedario infantil". Alexander<br />

Solschenizyn subraya que el pueblo ruso se liberó del dominio de los zares, pero cayó en un<br />

nuevo "dominio de la violencia", en una nueva servidumbre246. En una de mis visitas a un<br />

Estado comunista alguien me dijo: "el comunismo es la miserable administración central de la<br />

miseria hecha en casa".<br />

§ 4. El carácter iusnaturalista de la propiedad privada<br />

1. Planteamiento de la cuestión. El carácter iusnaturalista de la propiedad privada es, desde<br />

hace algunos decenios, objeto de vivas discusiones. Alexander Horváth O. P. opinaba en<br />

243 "murmurarent de maioribus", Tomás de Aquino, Pol., II, 4.<br />

244 M.I. Kalinin, Die Macht des Sowjetstaates, Berlín, 1946, 15.<br />

245 Pío XII, 1. 9. 1944 (UG 734, 731).<br />

246 NZZ 4. 6. 1974.<br />

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