Julio de 2008 - El Pitic

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Año VIII Número 88 Julio del 2008 Edición Mensual Hermosillo, Sonora. Antes Villa del Pitic
EL CINE SONORA
Por: Fernando Andrade Domínguez
La triste queja del silbato del tren que displicente repta sobre los inertes
rieles, se pierde en las planicies quemadas por el sol, sahuaros, mezquites y
choyas y va dejando una triste imploración por un poco de lluvia, entre el
caserío plomizo diseminado sobre terrenos rodeados de cerros calizos que
parecen soñar que algún día, fueron paisaje con verdor en esas llanuras desoladas.
Los años cuarentas se deslizaban con cierta premura atisbando con
curiosidad la laboriosidad del pueblo de Hermosillo que con mucho entusiasmo,
encabezados por la incansable tenacidad del General Abelardo L.
Rodríguez, no cejaban en su empeño por hacer de este lugar, el hogar digno y
decente para todos sus moradores.
Fue en esos años de finales de los cuarentas y principios de los cincuentas
que vimos con infinito orgullo la culminación de las obras que nos hicieron
sentir todavía más cariño por nuestra ciudad, mejoras en vialidades, parques,
jardines, se inauguró la Presa,
El Museo, la Universidad, el
Boulevard Rodríguez y
muchas obras de provecho
general.
La quietud somnolienta de
la ciudad, con la suave brisa
moviendo las hojas de las
palmeras y naranjos en flor,
que perezosamente se mecían
tranquilas, no lograban su
intento por interrumpir aquellas
tibias noches de los veranos
en que gozábamos, en
agradables reuniones pueblerinas
intercambiando
pláticas con la familia y los
vecinos, jamás distraídos por
algún ruido de motor y al no
existir ningún otro motivo
para llamar nuestra atención
nos comunicábamos en
sabrosas y amenas charlas con
los pocos acontecimientos del
día.
Las distracciones del pueblo
relativamente eran pocas:
Serdanear, acudir al Jardín
Juárez, saborear las frituras de
las chimoleras en las mesitas
de la Estación, esperar la llegada
del tren para novelear
quien llegaba o quien se iba,
o acudir al Cine Noriega y
sobre todo para la bucada que
pacientemente esperábamos
el domingo para temprano
hacer cola para entrar al
Matinée del Cine Noriega. Así que cuando se anunció que pronto la ciudad
contaría con una Sala de Cine de primera allá por 1945, cuando se iniciaron las
obras de construcción del CINE SONORA, contamos los días que faltaban
para su inauguración.
EL CINE SONORA
Desde muy tempranito, las colas para adquirir boleto para la función de
inauguración disponibles, tanto en el Cine "Noriega" como en la tienda la
"Cosalteca", se extendieron por cuadras, a pesar de los $8.00 (Ocho pesos
00/100 M.N.) que costaba la entrada, cosa inusitada en nuestra ciudad que por
ningún motivo quería faltar al magno acontecimiento. Finalmente se llegó el
día esperado y como no hay plazo que no se cumpla el VIERNES 6 DE JUNIO

2 Hermosillo, Son. Julio del 2008
DIRECTORIO
El hombre joven no tiene memoria
Más tarde, gozaal recordar
vivencias pasadas.
Y mucho más tarde, vive de ellas
Editor
Arnoldo Salazar Woolfolk
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Redacción
Fernando Andrade Domínguez:
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MARISCOS
El Cine Sonora...
Fotografías que muestran la demolición del legendario “Cine Sonora” en 1996, para dar lugar a la construcción de un
centro comercial.

Hermosillo, Son. Julio del 2008
El Cine Sonora...
DE 1947, oficialmente fue inaugurado el CINE SONORA, en punto de las
19.30, con palabras alusivas del C. Gobernador del Estado Gral. De División
Abelardo L. Rodríguez que con un vibrante discurso declaró inaugurado el
edificio, haciendo elogio de la labor tan destacada del Sr. Don Miguel
Bujazan, Gerente General de la empresa y del Arquitecto Gustavo Aguilar,
Director de la obra, haciendo también referencia muy especial a la empresa
URBANIZACIONES INVERSIONES, S.A., formada exclusivamente con
gente y capital sonorense; manifestó igualmente, que con concepto de verdaderos
expertos, el Cine Sonora es, en estas fechas de los más modernos de
la República Mexicana se encuentra a la altura de los mejores cines de
California y algunos puntos de la Unión Americana.
Se abrieron las enormes puertas de aluminio y cristal, para dar paso a tan
importantes personajes que seguidos de un público ansioso irrumpieron en el
hermoso umbral de tres niveles rematado con una bella fuente de sodas profusamente
iluminada que dividía las dos entradas escalonadas que daban
acceso a la sala recostada en dos niveles que también en su parte frontal estaba
dotada de una fuente de sodas con refrescos, dulces, chocolates, y una
máquina de hacer esquite (Rosetas de maíz o palomitas).
En el umbral o recibidor después de ingresar a la sala, en las paredes se colocaron
hermosas luces de gas neón con colores llamativos y fotos de artistas
famosos de la época, bellas figuras de esculturas en yeso de la Diana Cazadora
y Minerva obras del MAESTRO FRANCISCO CASTILLO BLANCO, autor
también de figuras en relieve de diosas griegas y mascarones en el Cine
Noriega y de Talia y Euterpe en el Cine Nacional, además de bajorrelieves alusivos
a la medicina antigua que se admiran todavía en la Clínica del Noroeste,
los pórticos de las dos entradas principales en la Biblioteca y Museo, la
famosa Caperucita del Kínder junto al Museo y muchas otras más, herencia
cultural de la que debemos dar gracias al Maestro Castillo al que aún le debemos
un justificado y merecido homenaje.
Utilizando unas tijeras de plata, y al compás de las alegres notas musicales
de la Orquesta Bahía, una de las mejores del Noroeste, el Jefe del Poder
Ejecutivo corto el simbólico listón que se encontraba colocado frente al lujoso
cortinaje de color rojo carmesí. Se inició la parte artística que fue maravillosamente
cubierta en primer término por la joven hermosa y talentosa bailarina
Española LOLITA IBERIA, por el gran tenor PEPE COSTA y por el no menos
famoso pianista GILBERTO ISAIS, elementos todos que prestan sus servicios
en Hollywood. LOLITA cautivó al público con sus maravillosas danzas destacando
las notas Aragonesa y Valenciana y sobre todo al cantar y bailar AL
CLARO DE LUNA de DEBUSSY y el SORONGO de GARCIA LORCA; de
GILBERTO ISAIS podemos decir que en efecto es un gran pianista y lo
demostró al interpretar al piano un concierto de RACHMANINOFF; PEPE
COSTA canto el vals "Tu sabes bien" y del maestro LARA "Humo en tus ojos"
y "Solamente una vez".
La regia función llegó a feliz término a las 0.30 después de admirar la
dramática actuación de la Gran trágica BETE DAVIS que acompañada de los
señores actores CLAUDE RAINS Y PAUL HENRED dieron vida a un intenso
drama, con la película "ENGAÑO", culminando así una apoteótica noche de
estreno del CINE SONORA.
Los hermosillenses abarrotaron totalmente las 1400 confortables butacas de
finísimo acabado y gozando de un clima de 72 Grados Fahrenheit, gracias al
sistema de refrigeración que a todo costo se ha instalado, con el objeto mantener
la sala a la temperatura uniforme tanto invierno como en verano y con
una acústica de lo más perfecta ya que el equipo de sonido, es la última palabra
de la RCA de los Ángeles California. Está equipado además de una
poderosa planta eléctrica de 25,000 watts con Motor Diessel Cummings que
automáticamente funcionara en el caso de que se suspenda el suministro eléctrico
de la ciudad y es el primer cine en el cine en toda la costa del pacífico que
cuenta con este indispensable servicio.
REALIZACION DE LA OBRA
La importante Sociedad Urbanizaciones e Inversiones, S.A. de esta capital
fue la encargada de proyectar y construir la monumental obra con un costo un
poco superior al Millón obra que entregó a la Empresa "Circuito Sonora, S.A."
que controla cines en Ciudad Obregón, Guaymas, Hermosillo, Nogales,
Cananea. El edificio es sobrio, moderno y elegante y viene a llenar las necesidades
de nuestra Ciudad Capital que desde ahora puede ufanarse de tener
una sala de cine de acuerdo con la categoría de gran ciudad.
Sin duda que el CINE SONORA significó el parte aguas en el gusto de los
habitantes de Hermosillo en esa época; para la familia en general, asistir al
cine pasó a formar parte de la rutina diaria y una elegante forma de obtener
distracción a bajo costo y en reunión de toda la prole que de antemano ya tenía
designado el día en que los llevarían al cine. Para los empleados burócratas
salir del trabajo a las 3 de la tarde y meterse al cine en tiempo de calor significaba
el remanso fresco del oasis bienhechor que cobijaba las sabrosas siestas
reparadoras del agobiante trabajo del día; la sabrosa semi osuridad, aquellas
cómodas butacas, la mullida alfombra de color rojo purpura, así como los
cortinajes que cubrían toda la sala y la calidad del sonido hacían un placer la
permanencia voluntaria en el local que además contaba con dos bien surtidas
fuentes de sodas y dispensadores de esquites "palomitas" y los sabrosos
chocolates Carlos V, aparte de que nos entregaban super producciones extranjeras
y lo mejor del cine mexicano en pleno apogeo, en su edad de oro, cine
mexicano que en aquel tiempo nos capturó, literalmente perdiéndonos
después y que no nos ha vuelto a recuperar como espectadores.
Toda una costumbre inveterada en nuestra niñez-pubertad, el sábado acudir
a la Doctrina y el Domingo a Misa, temprano, rituales que si no cumplíamos
automáticamente cancelaba la ida al matinée del Cine Sonora, condicionante
que acatábamos sin réplica y sabedores de que nuestros padres si cumplían
los castigos, (no como ahora) que sus hijos en la actualidad no sabemos aplicar
los correctivos poco a poco nos hemos convertido en esclavos de los deseos y
ocurrencias de nuestros hijos, pero en fin, ese es otro cuento.
Las largas filas de los chavalos inquietos y parlanchines, como chanates en
yucateco el atardecer, que nos formábamos deseosos de por ser los primeros
en adquirir boleto y escoger el mejor lugar, nos hacían llegar lo más temprano
posible y sin importar el frío y el calor queríamos estar dentro del inmueble y
claro que importaba la película o los episodios que nos pasaran, pero también
el gozo -para nosotros- infinito de corretear y rodarnos por las alfombras-,
simulando luchitas con los demás buquis, buscando siempre los ojos femeninos
que nos miraran y haciendo alarde de la fuerza que no teníamos. citas
durante la semana se hacían para el domingo en el matinée y eso nos hacía
esperar ese día de la semana como el más anhelado, y cránme o no, pero
todavía percibo el exquisito olor del "esquite" o palomitas de maíz rociadas de
mantequilla que nos regalábamos durante la función; los emocionantes episodios
de "El Fantasma", "Tarzán el Hombre Mono", "las Calaveras del Terror",
"la invasión de Mongo", el Avizpón Verde", las "aventuras del Santo" o
"Chanoc contra los Zombis" y tantas y tantas películas que nos hacían gozar
intensamente nuestros juveniles años. Aquellos gritos estentóreos de "¡¡Ya
llegueé"!! o el de "¡¡Chory, aquí estamos!!" o cuando en lo más álgido o emocionante
de la película al héroe lo iban a sorprender y se escuchaba el grito de
"¡¡Ciudad o o o o o o o!!. Los aplausos de la asistencia porque ya venía el
"muchacho" a salvar a la "muchacha", tantas y tantas cosas que hoy nos llenan
de sabrosa melancolía y el recuerdo de una fase de nuestras vidas, fase en que
sentimos la inquietud natural del imberbe al que de pronto, las quiquillas
sangronas ya no le parecen tanto y que además hasta nos gustaron, miles de
sucedidos que el progreso se encargó de mandar al baúl de la nostalgia, la
existencia y la presencia de un lugar que lleno toda una época de nuestras
vidas y que después de casi 60 años, vimos con mucha tristeza desaparecer el
templo de la diversión, templo que quizá con el tiempo ni recordemos y que
la juventud actual no conoció. Un sepulcro para nuestras vivencias, cuna de
amistades y entrañables afectos que en muchas ocasiones terminaron en
felices matrimonios que al paso de las películas y noticieros allí se concertaron
-Cuando mencioné noticieros hice el comparativo de aquellos elaborados
"documentales" que nos informaban que: la Reyna Isabel pasó revista a
las tropas y que el Príncipe había nacido ante el regocijo de toda la corona, que
el gobierno de los Estados Unidos había declarado la guerra al país de "Quien
sabe", desplazando miles de soldados y armamento de lo más moderno y bla,
bla, bla.
Al recordar al CINE SONORA deseo fervientemente que haya servido para
que Usted que ya peina canas y al que sus descendientes ya le llaman
"Abuelo" o "tata", me acompañara en este viaje al pasado y a las cosas sencillas
que llenaron nuestra juventud que igual que yo, gocé viviendo los pasajes
que a veces permanecen ocultos tímidamente, esperando que las pocas neuronas
que nos quedan se encarguen de volver a masticar todos las hermosos y
sabrosos manjares con que llenamos nuestro espíritu y nuestras vidas antes de
enfrentarnos a la lucha diaria de la sobrevivencia, del recibo de luz, del agua,
del cable, el abono de la tarjeta de crédito y detalles que nos abruman esperando
dejar nuestro nombre libre de todo pecado, culpa o deuda. En Serio, de a
buenas.
3

4 Hermosillo, Son. Julio del 2008
“Sonorense de Hierro”
ERNESTO P. URUCHURTU, FAMOSO REGENTE DEL DF, NACIÓ EN HERMOSILLO
Ernesto P. Uruchurtu (derecha) acompaña al entonces presidente de México
Adolfo Ruiz Cortínez (centro).
* Lugar de nacimiento: Hermosillo, Sonora.
* Fecha de nacimiento: 28 de febrero de 1906.
* Fecha de nacimiento: 08 e lctubre del 2008.
ERNESTO P. URUCHURTU, FAMOSO
REGENTE DEL DF,
NACIÓ EN HERMOSILLO
Sonorense de Hierro
En catorce años, modernizó la capital del país.
Por: Mario Lugo
Una personalidad firme y un gobierno que marcó la
historia del Distrito Federal fue lo que le ganó al
sonorense Ernesto P. Uruchurtu el apodo del
"Regente de Hierro"
Durante 14 años este personaje estuvo al frente de la
administración del Departamento del Distrito Federal
de México. Ahí logró cosechar importantes avances
para la región, motivo por el cual aún lo recuerdan en el país.
Pero no sólo las obras que hizo durante su gobierno le dieron el apodo de
"Regente de Hierro", si no también su dureza y seguridad, que se reflejaba cuando
tenía que tomar decisiones difíciles.
En el tiempo que estuvo frente al D.F. se dedicó a reordenar el Distrito y se caracterizó
por su oposición a los temas que se contraponían a la moral pública.
Originario de Sonora
Fue en el año de 1906 cuando Ernesto Uruchurtu Peralta vino al mundo en la
ciudad de Hermosillo, Sonora. Sus padres fueron el señor Gustavo Adolfo
Uruchurtu y la señora Luisa Peralta.
Perteneció a una de las familias más reconocidas de aquella época que llegó a
Sonora a principios de 1800 a través de su bisabuelo Mateo Uruchurtu.
"El Regente de Hierro", perteneció al Partido Revolucionario Institucional y se
encargó de la Regencia del Distrito Federal a partir de 1952.
El presidente de la República de aquellos años, Adolfo Ruiz Cortines fue
quien lo nombró Regente del Departamento, pero al finalizar su sexenio fue ra-
Uruchurtu, acompañado del presdente Adolfo
López Mateos, durante un evento cívico.
tificado por Adolfo López Mateos.
Cuando llegó al gobierno Gustavo Díaz Ordaz, lo eligieron para que trabajara
un período más frente a la administración del D.F., pero sólo permaneció dos
años más, pues renunció a su cargo en septiembre de 1966.
El Regente de Hierro
A lo largo de los 14 años de su administración realizó importantes obras dentro
del Distrito Federal, como la construcción de más de cien mercados, la
ampliación del bosque de Chapultepec y la creación de varios museos.
Durante el primer sexenio se terminó el Rastro y Frigorífico de la capital, en el
que se realizaría el sacrificio del ganado en condiciones higiénicas de acuerdo a
los requisitos de la salud pública.
También se lograron concluir las obras de varios mercados, que permitieron la
reducción del comercio ambulante que aquejaba al Departamento.
"El gobierno del Distrito Federal, a partir de 1953, decidió resolver en forma
integral esté grave problema, mediante la construcción de nuevos y funcionales
edificios que constarán con todos los adelantos modernos", expuso el regente en
una de sus publicaciones.
En total se construyeron 160 mercados en 12 años, que contaron con alrededor
de 49 mil 500 puestos comerciales.
Su regencia también se caracterizó por las obras de tipo vial. Mejoró la circulación
de vehículos a través de los proyectos que modificaron la Calzada de
Tlalpan y el Paseo de la Reforma.
Se construyeron en total 38 kilómetros de vías de
circulación y 308 nuevas avenidas que facilitaron el
tránsito vehicular.
Para realizar estas obras contó con la aprobación
de los ciudadanos del Distrito Federal.
"Como complemento a las obras realizadas en esta
materia, fue preciso organizar y vigilar en forma eficiente
el tránsito citadino así como mejorar los transportes
públicos, capítulo este que fue atendido con
la renovación integral de tranvías y autobuses",
escribió Ernesto P. Uruchurtu.
Enfrentó los problemas.
El crecimiento constante del D.F. motivó al
Regente de Hierro a incrementar el número de escuelas en la ciudad, además de
que buscara una solución para el problema de abastecimiento de agua.
Otro de sus logros, durante su gobierno fue la renovación de los animales que
se exhibían en el Parque Zoológico de Chapultepec y la construcción de lagos
artificiales y un parque
Zoológico de Chapultepec
y la construcción de lagos
artificiales y un parque de
diversiones en el bosque
de Chapultepec.
Ernesto P. Uruchurtu pronuncia un discurso
durante una inauguración.
La popularidad que
alcanzó como Regente del
Departamento del Distrito
Federal lo perfiló en aquellos
años como un posible
candidato a la Presidencia
de la República.

Hermosillo, Son. Julio del 2008
“Inauguración del servicio de Agua y Eléctrico”
INTRODUCCION:
De la famosa obra de Fernando A. Galaz, "Desde el Cerro de la Campana",
escrita por allá en los años cincuenta, del siglo pasado, tomamos para su
publicación dos interesantes crónicas: La primera sobre la inauguración
del servicio de agua y la inauguración del servicio de energía eléctrica, los dos
en el año de 1898 en la población de Hermosillo.
Inauguración del Servicio de Agua
HERMOSILLO, en 1898 contaba cuando más con diez mil habitantes. Su calle
Principal, la de Don Luis (Serdán) revestida de macadam, con sus banquetas de
piedra cunetas de ladrillo por las que corría el agua que provenía de una acequia
de La Alameda (Parque Madero) regando los centenares de naranjos por
los dos lados, sus siempre agonizantes faroles de petróleo a cargo de don
Florencio Escobosa, presentaban en las quietas noches de primavera, dentro de
su sencillez y tranquilidad, paisaje de ingenua belleza pueblerina.
Por los lados de la calle, dentro de las residencias, había pozos de luz con profundidad
máxima de cinco metros, de donde a cubos extraían rica y cristalina
agua para las necesidades interiores, o riego de banqueta y calles, también en
otras calles habían numerosos pozos y los más famosos eran el de Las Flores, en
Chihuahua y Manuel González y el de la Plaza de Armas situado donde hoy
está el Kiosco. De este pozo de agua se surtían todos los moradores de las calles
Comonfort, Ocampo, Urrea, Orizaba, Bravo, Tehuantepec y parte de la
Cohetera.
Por los barrios de la ciudad marchaban lentamente los "banqueros", "barrileros"
y "boteros" que expendían al público, a siete baldes de doce litros por
cinco centavos, el banquero con una carreta con gran cajón forrado de zinc, tirada
por una mula, el barrilero, con un enorme barril sentado en una plataforma
sobre dos ruedas, tirado por gordo y reluciente pollino y el botero era un individuo
que arreaba un burro cargado de dos enormes botas de lona terminada en
pitones de cuerno, sobre sus lomos. Como "banquero" se distinguió don
Francisco Fimbres, como barrilero, un señor a quien llamaban don Jesús y como
botero, otro a quien el decían Don Tano El Cojo.
En los primeros días del mes de enero de 1898, siendo Gobernador del Estado
don Ramón Corral, fungiendo como Secretario de Gobierno el Oficial Tercero
don Alberto Cubillas, el señor doctor Alberto Figueroa, Presidente Municipal,
acompañado del Secretario del Ayuntamiento Pablo Peralta señor, tuvo una
larga conferencia con el Gobernador y en esa misma conferencia se formularon
proyectos y presupuestos para la instalación del servicio de agua y desde luego
el presidente le ordenó al Comandante de Policía Luis Carmelo y al Director de
Jardines Juan Cota, que localizaran el lugar más adecuado para instalar las bombas
que deberían proporcionar suficiente agua potable a la ciudad y al mecánico
Miguel Loustaunau, le encargó presentara rápidamente estudio y dictamen
de la maquinaria mejor y más apropiada al buen funcionamiento de bombas y
depósitos de agua.
Terminados técnicamente los preparativos, empezaron la obra instalándose en
lo que es hoy la Escuela Reeducacional, las bombas más potentes y modernas en
la República y de ahí, en gruesa cañería se bombeaba el agua a los depósitos en
la falda del cerro donde todavía existen; se colocaron en varias calles gruesas
llaves para el uso de las pipas que hacían el regadío de calles; suprimiendo las
pequeñas cunetas por medio de las cuales se regaban los naranjos de la calle don
Luis, se colocaron con el mismo fin, cada dos cuadras, una llave de agua; se colocaron
con el mismo fin, cada dos cuadras, una llave de agua; se suprimió también
el pozo de la Plaza de Armas, donde a continuación se construyó "El
Zócalo" y a las calles adyacentes se les dotó con llaves, lo mismo que en frente
de la Capilla del Carmen.
En agosto de 1898 el Presidente Municipal, ante numerosa concurrencia reunida
en "las bombas", llenó de emoción dijo: -Nuestra ciudad está llamada a ser
con el tiempo, un gran centro industrial y agrícola a quien le decían Don Tano
El Cojo. Estos tres personajes, mucho cola, estamos tirando los primeros
escalones para su progreso y para que éste pueda cimentarse sobre bases sólidas,
es urgente que cuente con los servicios públicos indispensables. El servicio
de agua que hoy inauguramos, no lleva fines comerciales, de lucro, mucho
menos el de ingresos oficiales y si le hemos fijado el de cincuenta centavos por
"merced" (por llave) es para poder amortizar el valor de la maquinaria, y la conservación
y ampliación del sistema, ya estamos atacando con muchas probabilidades
de resolverlo pronto, otro importante servicio público, el de la luz eléc-
trica; pero vuelvo a repetir ni el servicio de agua ni el servicio de alumbrado
público deben considerarse como negocios económicos.
SERVICIO DE LUZ
UN MES ANTES de que el señor doctor Alberto Figueroa Presidente
Municipal de nuestra Ciudad, anunciara al pueblo la inauguración del servicio
de luz, los trabajos para este importante ramo estaban casi terminados,
Hermosillo en ese año de 1898 era como dice la canción: "Hermosillo, pueblito
sencillo" y aún no conocía el servicio de energía eléctrica.
La ciudad se alumbraba con faroles de aceite colocados en cada cuadra, en las
calles principales y en contados barrios se instalaban unos cuando más dos.
Había un encargado especial de prenderlos y apagarlos, según parece era el
señor Abraham Olmos y otro se encargaba de su reparación, éste era el señor
Florencio Escobosa. Con esta clase de alumbrado, como comprenderá usted, la
obscuridad era dueña y señora de la población y sin embargo de lo propicio,
sucedían escasos robos y delitos de sangre en mínima proporción.
Los hogares de más o menos recursos se alumbraban con lámparas de aceite
de "mecha entera", de "media mecha", en las demás casas se usaban la vela de
estearina o de vil sebo, aquella costaba cuatro centavos y ésta un centavo,
podían usarse hasta ocho horas; la cachimba y el candil era otro de los medios
de alumbrarse y también la linterna, la marca más popular de las linternas era
una inglesa la DETZ y la media de petróleo costaba tres centavos, cuyo contenido
podía durar o dar servicio hasta por tres noches ordinarias.
De los veinte carruajes de sitio con que contaba la ciudad, había unos doce con
artísticos faroles de aceite y los restantes andaban con linterna prendida a la carrocería
y las diligencias que salían de la casa de los del Cid por la hoy Jesús
García y del Mesón del Refugio, (situada en la de Manuel González) llevaban
una linterna por cada lado.
Para las fiestas del "grito" del 15 de septiembre de 1898 el Gobierno del Estado
y el Ayuntamiento local había formado un buen programa figurando en primer
término la inauguración del servicio público de alumbrado eléctrico y también
la visita de la Banda de Música del 5to. Batallón residente en Ures bajo la hábil
batuta del Capitán Eduardo Andalón, pero mi buen amigo Antonio Gallegos,
desde un día antes ya andaba dando "el grito" cerca de la huerta de las Nanneti
(Yánez y Sonora) cantando entusiasmado:
Valentina, Valentina,
Ni te quisiera decir,
Dicen que por tus amores,
Un mal me ha de seguir.
Y por cantar tan desafinado fue internado a la cárcel Municipal situada en la
calle Morelia, entre la Porfirio Díaz (Garmendia) y Guerrero, donde el
Comandante de Policía don Luis Carmelo, tan luego como le pasó a Gallegos
"los vapores" de la bebida lo dejó libre.
Al medio día del quince a los presos de la Cárcel se les dio una comida, servida
personalmente por damas de la primera sociedad en unión del Presidente
Figueroa del Comandante Carmelo y del propio Gobernador don Ramón
Corral, ejecutando en el transcurso del ágape la Banda del 5to. Batallón lo mejor
de su repertorio y terminado el acto Banda y personajes se trasladaron a la planta
de luz eléctrica de Hermosillo (La Fama) para tomar "una copa de champaña".
A las dos de la tarde don Ramón Corral, el Dr. Figueroa, el Gral. Guillermo
Carbó, Jefe de la Plaza, Alberto Cubillas, Brígido Caro, el Ing. Florencio
Monteverde (fue el director técnico de la instalación de la planta) Isaac Piña, Jefe
de Telégrafos, Enrique H. Betancourt, Administrador de Correos, el
Comandante de Rurales Luis Medina Barrón. Diego Escalante, Lic. Aurelio D.
Canane, Octavio Torres, Cipriano Alvarez, Lic. Félix García de León, Pbro.
Gregorio Esparragoza; y otros, recorrieron todas las instalaciones y al terminar
reunidos alrededor de larga, lujosa y enmantelada mesa, el joven Brígido Caro
pronunció brillante discurso y luego a los acordes del Club Verde, el niño
Ramón Corral, con clara y bien timbrada voz dijo:
"A las tres de la tarde de hoy quince de septiembre de mil ochocientos noventa
y ocho, declaró solemnemente inaugurado el servicio público de alumbrado
eléctrico en esta Ciudad de Hermosillo…"
5

6 Hermosillo, Son. Julio del 2008
UN HOMBRE DE CARACTER...
El Padre Porfirio Cornídez Rivera.
Conocido en todo el Estado por sus célebres ocurrencias, presentamos
una semblanza de su vida sacerdotal a través de lo cotidiano, basándonos
en el libro de don Rodolfo Rascón Valencia, "Un Hombre de Carácter", publicaremos
en este artículo y en varios más, la vida de este hombre de carácter
que hizo historia en todo el Estado.
Iniciaremos con un comentario que José Rómulo Félix Gastélum hace en
el prólogo del libro mencionado: Porfirio Cornídez, sacerdote al cual se le
adjudican una infinidad de excéntricas, chispeantes, desparpajadas y
locuaces anécdotas en el desempeño de su ministerio sacerdotal, sobre todo
en Sahuaripa, pueblos serranos y Hermosillo.
Por los que lo conocieron y trataron, infierno que era de cara larga, alta y
fuerte figura, humilde aliño y de tímida campechanidad populachera;
humorista involuntario, parecía no percatarse del porqué sus excentricidades
hacían reír a la gente; e inocente de toda malicia humana… Puede
alinearse en la gran fila de seres humanos que la vida ha hecho diferentes,
debidamente provisto de esa virtud que es la Caridad Cristiana, así con
mayúsculas, que intentaron toda su vida en pedir para dar al prójimo más
necesitados, moviendo los corazones de toda clase de "cododuros", a los
que en cada parroquia enfrentó.
Cornídez fue uno de esos hombres entregados a la pastoral actividad
inculcada por el Obispo Navarrete, que no dejó sentido a nadie, ya que fue
el mejor de los amigos, pero a la vez, el mejor de los flagelos. La obra de
Rascón Valencia, es un justo tributo a la memoria de un hombre que toda su
vida la pasó haciendo el bien, aunque para ello se le tuviera que considerar,
como muy bien lo dijo Don Juan Navarrete en varias ocasiones: "no se si
Porfirio es un santo loco o un loco santo".
+++000+++
DATOS BIOGRAFICOS
Porfirio Cornídez Rivera, nació en
Magdalena de Kino, Sonora en el año de 1892,
hijo del matrimonio formado por don Rafael
Cornídez y María Rivera de Cornídez.
Sus abuelos paternos fueron el hermosillense
don Pedro Cornídez y la guaymense
Emerenciana Kowtrobis, de origen griego.
Sus abuelos maternos fueron los magdalenenses
don Alejo Rivera y doña Jesusa
Egurrola.
Sus hermanos fueron: María Jesús, Manuela,
Buenaventura y Eugenio.
Su acta
d e
nacimiento no ha sido encontrada ni
en Magdalena, ni en Hermosillo, por
lo cual se ignora la fecha exacta de su
nacimiento.
Don Ignacio Valdespino y Díaz,
obispo de la diócesis de Sonora, tuvo
que abandonar el Estado en el año de
1913, dejando al garete a los diáconos
Porfirio Cornídez y Eustaquio
Egurrola, su pariente, sin esperanzas
de recibir su ordenamiento sacerdotal.
El señor obispo Valdespino, les
había dado ya las órdenes menores y
mayores, pero no alcanzó a consagrarlos
como sacerdotes.
En ese tiempo, el Padre Martín
Portela (de Tesopaco), era rector del
Seminario, y al no ser sustituido el
Eugenio Cornídez, el Padre Cornídez
y el padre de ambos, Rafael Cornídez
R.
obispo Valdespino por otro obispo,
don Marín llevó a los diáconos a
Tucson, para que el obispo de allá los
ordenara, esto ocurrió en el año de
1917.
Llegó a Sahuaripa a hacerse cargo
de la parroquia , en el año de 1923,
prolongándose su estadía en la
región, por espacio de seis lustros,
dejando en aquellos lugares, innumerables
y gratos recuerdos, que
habrán de perdurar siempre.
Los pueblos y ranchos que
pertenecían a la parroquia de
Sahuaripa entonces, eran: Bacanora,
Santa Teresa, El Destacamento,
Huaycora, El Encinal, Tónichi,
Onavas, Soyopa, Movas, Río Chico,
La Quema, La Dura, Nuri, San
Nicolás, Guadalupe Tayopa, La
Concepción, Salcedo, Tepoca,
Tesopaco, El Quiriego, Yécora,
Maycoba, Trigo de Moreno, Trigo de
Obispo Juan Navarrete y Padre Porfirio Cornídez.
Monseñor Porfirio Cornídez.
Corodepe, Agua Blanca, Santa Rosa de Yécora, Santa Ana de Yécora, La
Trinidad, La Iglesia Vieja, Tarachi, Matarachi, Mulatos, Gohopoca, Nátora,
Guadalupe Grande, Huisamopa, Cajón de Onapa, El Valle de Tacupeto,
Bámori Arivechi, Pónida, Santo Tomás, Mesita de Cuajari, Sehuadéhuachi,
Tunapa, las Amaviscas , y otras congregaciones y rancherías del distrito.
En Sahuaripa monseñor Cornídez organizó la Hermandad de la Vela
Perpetua, La Liga Diocesana Las Vicentinas, El
Círculo Guadalupano y un numeroso y activo
cuerpo de catequistas.
En tiempos de la persecución religiosa, el padres
Cornídez se refugió en Pomona, California, donde
se distinguió como benefactor de los pobres y
desvalidos, llegando a ser muy admirado por
todos, por su ejemplar labor sacerdotal.
Cuando regresó a Sahuaripa con su novedoso
título, platican, andaba deschavetado de felicidad;
al que se encontraba le informaba a gritos de
aquel reconocimiento, y casi obligaba a que
besaran su anillo de Monseñor.
Monseñor Porfirio Cornídez Rivera, murió en la
ciudad de Hermosillo, de un mal hepático a las
10:45 horas el 4 de octubre de 1966, a los 74 años
de edad. Murió el día del santo titular de su
amada Magdalena, San Francisco Javier, y fue
sepultado en la misma capital del Estado y no en
la capillita del Buchari (de Sahuaripa), como era su voluntad y su ilusión.
Recordando al Padre Cornídez
No podemos dejar de antar el comentario hecho por el periodista non
Enguerrando Tapia Quijada (+) en su columna diaria “Mi Libreta de
Apuntes” el 7 de agosto de 1980, en el periódico ya desaparecido, “El
Sonorense”...
Hace unos días escribí unas líneas en esta columna, sobre el Padre Don
Porfirio Cornídez, como resultado de una carta enviada por una lectora
quien afirma ha recibido favores portentosos de la Provincia, gracias a la
intervención de aquel cura que fue toda una institución en la vida
sonorense.
Hoy, atiendo las peticiones de otros asiduos lectores de Mi Libreta,
quienes me piden más datos sobre la vida, la obra y la personalidad, singulares
todas, de Monseñor Cornídez… Lo cierto es que fue un hombre excepcional
que tuvo virtudes y acciones heroicas y que la definición que de él
hiciera un día el grande e inolvidable Obispo de los sonorenses. Don Juan
Navarrete y Guerrero, le venía como anillo al dedo: … "es un santo loco, o
es un loco santo", dijo don Juan y tuvo razón… Porque Monseñor Cornídez,
como le gustaba que le llamaran y así se llamaba a sí mismo (pues siempre
hablaba en tercera persona cuando se refería a sí mismo), no aceptó nunca
limitaciones para su fogoso espíritu, ni comulgó con ruedas de molino, ni
protocolos sociales, ni dependió de los juicios humanos para enderezar su

Hermosillo, Son. Julio del 2008
Padre Cornídez...
existencia hacia la
eternidad.
Era ya sacerdote, muy
joven, cuando llegó por
estas tierras, en 1919, el
obispo Navarrete, entonces
el prelado más joven del
mundo y hoy, sesenta y un
año después, el decano de
los obispos, quizás postrado
en su humilde cabaña
donde espera viajar "de
Sonora al Cielo", como lo
prometió…
Se platica que cuando
don Juan vino a estas tierras,
que eran en verdad
tierras de misión, un
anciano sacerdote (don
Melesio Monge) le dijo que
sólo un defecto le encontraba
al nuevo jefe del catolicismo
sonorense, y que era
su extremada juventud…
Y narran quienes
vivieron aquellos hechos,
que la respuesta de don
Juan fue contundente: "No
se preocupe, padre, le
prometo que ese defecto,
con el tiempo se me
quita"… Pero Monseñor
Cornídez ni ese defecto le
halló, pues de inmediato se
convirtió en leal, apasionado,
infatigable colaborador
de su jefe, y con él vivió los
cincuenta años de su epis-
El padre Porfirio Cornídez acompañado de su
hermano Eugenio (a su derecha) y otro
pequeño acólito.
copado formidable y constructivo… De esos años, la mayor parte los pasó
en la sierra, en la región de Sahuaripa, de donde fue párroco insustituible y
desde donde salía a caballo en largas correrías a las alejadas comunidades
montañeras llevando no sólo el mensaje del Evangelio, sino sus alforjas
siempre repletas de alimentos, medicinas, ropa, juguetes y dinero que
obtenía de los feligreses, pero de cuyos tesoros jamás guardó un céntimo,
pues siempre repartió con munificencia cristiana todo lo que de material
llegó a tener…
Imponente en su estatura y corpulencia, y también por su vozarrón de
trueno y su mirada que traspasaba a quien a los ojos le veía, ganó bien
merecida la fama de líder y caudillo, y muchos de los progresos sahuaripenses
en casi medio siglo, a sus afanes y empuje se debieron.
Era un hombre que se hablaba de tú con Dios, y con El se entendía con la
confianza del hijo hacía el padre, cuando además del lazo filial existe entre
ellos el de la amistad verdadera… Imploraba a Dios en sus necesidades, y
en las de su pueblo, y cuando no era atendido, lo increpaba y le exigía.
Llegó a llamarle "El Ampayer" en términos beisboleros y se dice que hacía
milagros… Yo, en lo personal… Yo en lo personal, no lo dudo… Su oratoria
era pintoresca y explosiva y decía que cuando estuvo exiliado, después de
una de tantas persecuciones sufridas por la Iglesia mexicana, conoció en
Pomona, California, a un sacerdote a quien llamaba "Pico de Oro" -explicaba-porque
hablaba casi tan bonito "como Monseñor Cornídez".
Tenía pacto con Dios para combatir la sequía y sus oraciones y sus gritos
eran más eficaces que el yoduro de plata que bombardearon los sabios de
hoy sobre las nubes… Y se daba el gusto de escoger, cuándo y cómo habría
de llover… "No se preocupen los agricultores - decía desde el púlpito de
Catedral, ya en sus últimos años, cuando don Juan se lo trajo de Sahuaripa
a Hermosillo, al dividirse la vieja Diócesis de Sonora para dar vida a la de
Ciudad Obregón, pues don Porfirio quiso, y lo hizo, quedarse al lado de su
"amigo y su padre". No se preocupen pues yo arreglé que llueva "nomás de
aquí pa'llá" (y marcaba una línea divisoria entre la sierra y la costa), para
que no se frieguen los algodones, pero tampoco se frieguen de sed y de
hambre las vaquitas".
Decía con dulce irreverencia que nuestro señor Jesucristo era un hombre
cabal, bello, pero varonil, con ojos de borrego agonizante, "como los de
Monseñor Cornídez"… Y no se andaba por las ramas para obtener donativos
para sus pobres. Es sabido que aquí en Hermosillo, se iba por las
tardes al expendio de licores que tenía un muy querido amigo y exfeligrés
sahuaripense suyo, don Nicolás Galindo, y cuando los parroquianos iban a
comprar su botella les exigía le entregaran el cambio… "Si tienen para el
vicio -les explicaba--, con más razón para el hospicio!...
Y ese dinero, se convertía en pan, ropa, medicamentos, para los necesitados…
En Sahuaripa se recuerdan muchísimas anécdotas suyas y quien visitaba
la bella población serrana, pronto encontraba motivos para no olvidar a
Monseñor Cornídez… Regañaba con firmeza y energía a los ricos incapaces
de compartir su riqueza y les gritaba: "les aseguro que nada, ni un solo centavo,
se van a poder llevar en el ataúd, y en cambio, si algo dan para los
pobres, no llegarán allá arriba, con el Jefe, con las manos vacías".
Decía las verdades con claridad muy sonorense y fue amigo de gobernadores
y políticos, y hasta don Rodolfo Elías Calles, el último gobernador
"desfanatizador" que persiguió a la catolicidad sonorense, hubo de sacar su
cartera y darle un donativo, allá en lo alto, un día que el padre se trepó a su
avioneta. Cuando sobrevolaba don Rodolfo la zona inundada del sur del
Estado, y se encontró de repente de compañero de viaje a un viejo cura que
le exigía una "indemnización" para los pobres, por los muchos meses que lo
hizo pasar en el destierro.
Podría llenarse todo un volumen con las historias de este santo loco, o
loco santo, quien le predijo al Licenciado Carlos Armando Biébrich (la
noche de su recepción profesional como abogado, en la cena del festejo),
que llegaría muy alto y muy pronto como se olvidara de sus orígenes
humildes.
Era un cura capaz de narrar en el púlpito que cuando fue a París, de paso
a Roma, no fue al Lido ni al Molino Rojo porque, "al final de cuentas, ni
ganas tenía de andar viendo viejas bichis", pero que supo mantener su sacerdocio
y su ministerio en la pobreza y la humildad por más de cincuenta
años, con entereza en la defensa de sus convicciones, con pobreza y humildad,
y con dulzura sin par para todos sus semejantes.
Mucho más podría escribirles sobre el Padre Cornídez, pero el espacio no
es clásico… Que conste, pues, en esta breve evocación mi admiración por el
hombre excepcional, santo loco, o loco santo, pero que sin duda está en el
cielo… Influyentazo ante su jefe, como se definía, para bien de sus hermanos
sonorenses.
Habla Ramona Burrola
La señorita Ramona Burrola Morales, maestra urense, llegó a Sahuaripa
en 1939 para prestar sus servicios profesionales. Encontró bellísimo el
pueblo, con sus calles torcidas y angostas, sus casas grandes y altas, tipo
colonial, preciosas, como en Ures, San Miguel de Horcasitas, Hermosillo y
Arizpe, pero convertido en un desastre en lo religioso. El Padre Porfirio
Cornídez, titular de esta parroquia, había tenido que salir del pueblo y
después de varios años de permanecer en California y otros lugares, retornó
a Sahuaripa y dedicó todo su tiempo y esfuerzo en auxiliar a los menesterosos
del rumbo, descuidando ostensiblemente el aspecto primordial de
su labor sacerdotal.
Ramoncita habló con él en este sentido y se ofreció como auxiliar en la
impartición de la instrucción religiosa reorganizando y reforzando el grupo
de catequistas de la localidad.
El domingo Monseñor presentó a Ramona desde el púlpito y habló de su
ofrecimiento de colaboración a la parroquia.
Era un "mitotero", no guardaba ningún secreto, apenas sí el de la confesión.
ooo000ooo
Cuenta doña Ramona que en su casa el padre tenía muchos animales. Que
la invitó una tarde a ella a visitarlo y al realizar el natural recorrido de
reconocimiento uno de los pericos le rasgó una de sus medias de seda que
por primera vez ella usaba. (Se las habían regalado).
Informó al padre sobre el incidente y al día siguiente aquél hablaba de el
púlpito divulgando la noticia con las siguientes palabras:
--¡El perico del padre le comió una media de seda a la catequista de Ures!.
El padre no tiene con qué pagar, pero ustedes sí.
Y señalando a varias personas con su largo índice derecho, les ordenaba:
"Le vas a regalar un par de medias de seda a la catequista!".
7

8 Hermosillo, Son. Julio del 2008
Padre Cornídez...
Al otro día el padre hacía lo mismo en el sermón
de misa y también al tercer día y a la Monchita le
empezaron a llover medias de seda hasta completar
más de treinta pesos.
.."La Ramona del Padre Cornídez" le decían a la
catequista.
ooo000ooo
20 años permaneció doña Ramona en Sahuaripa.
Y los 20 estuvo siempre cerca del Padre Cornídez a
quien llegó a querer como si fuera su padre.
Le llamaban el "Padre Pedichi", dice doña
Ramona. Siempre andaba mendigando pero no
para él, que apenas sí comía, sino para los pobres
de su parroquia, para los indios pimas de Maycoba
y para los seminaristas.
Pidiéndole dinero y víveres a los pudientes hacía
vivir decorosamente a muchos necesitados, a los
cuales ponía a trabajar en lo que fuera, para que
desquitaran los favores recibidos.
Por ejemplo, él y sus "muchachitos" abrieron un
camino hacia la mesa Colorada y terminaron de
pelarla para que aquella sirviera de campo de aterrizaje.
De igual modo arregló la Iglesia de Nuestra
Señora de Guadalupe y construyó la capilla de San
José en el barrio del Buchuari.
Cuando arreció el movimiento cardenista en contra
del catolicismo, en México, el padre desapareció
de Sahuaripa, como ya se dijo, y se instaló en Pomona, California, donde
construyó un templo y obtuvo el nombramiento de Monseñor.
Al regresar a Sahuaripa bromeaba mucho comparando a sus fieles de aquí
con los de allá y echaba uno que otro "inglesazo".
--Tan bonitas las gringas -decía-con su pluma larga en la cabeza! Así
quiero que vengan ustedes, no envoltijadas en esos rebozones peludos.
Algunas veces visitó Pomona desde aquí y juntaba muchos dólares allá
para el seminario, los pobres de su parroquia y los indios de Maycoba.
Cuando volvió de Pomona suspendió en Sahuaripa los llamados a misa y
al rosario con toques de campanas… Tenían que acudir los fieles COMO
LOS GRINGOS, guiados por la hora, no como los borregos al sonido de
cencerros!
Cada vez que volvía de California, dice doña Ramona, salía con la orquesta
por la calle y gritaba ¡YA LLEGARON LOS CALIFAS!.
ooo000ooo
Comenta Ramona Burrola que el padre era alto y fornido, pero su padecimiento
de diabetes junto con la vejez lo fueron encogiendo.
Era sumamente desordenado y aunque diariamente se inyectaba insulina
para su mal diabético, frecuentemente se le veía comiéndose una gran
sandía o bebiendo café con mucho azúcar.
Era muy piadoso y caritativo. Muchas veces que viajaba a caballo llevaba
su buen tiento y suficientes cobijas en su mochila, pero al volver a Sahuaripa
llegaba sin morrales y sin mochila. ¡Todo lo regalaba a los pobres en los
caminos!
Una dama sahuaripense que había sido desahuciada de añejo mal, donó
al Obispo Navarrete una cuantiosa suma monetaria
para la construcción del Asilo de Ancianos de la
localidad… El padre Porfirio se oponía a esta construcción
y a cambio pedía una escuela albergue.
El Obispo ganó y se hizo el asilo. (La señorita
Burrola tuvo el honor de colocar la primera piedra)…
El padre Porfirio se oponía a esta construcción y a
cambio pedía una escuela albergue.
El Obispo ganó y se hizo el asilo… Cuando estuvo
terminado y listo para acoger en su seno a los viejitos,
sólo seis fueron albergados en él y el padre
exclamaba: "¡Ay está pues! ¡Tanto gasto para seis viejas
y media!... La media era la señorita Burrola, la
encargada.
Pronto el padre se encariñó con el asilo de
ancianos.
ooo000ooo
Recordando las raras hechuras del padre, dice
doña Ramona que una vez viajó aquél hacia un
pueblito lejano, cuyo nombre no pudo recordar, para
casar a una pareja de novios más pobres que un ejidatario.
El día de la boda vio que los parientes y vecinos de
los novios disponían lo necesario para la celebración
del convivio debajo de un mezquite y le dio mala
espina. Y dirigiéndose a los novios les preguntó si le
iban apagar la boda.
--No padre, --le contestaron-no tenemos con qué.
María Rivera de Cornídez... Mamá del Padre
Antes de iniciar la misa subió al banco que servía
Cornídez.
de púlpito y fingiendo la voz (voz de flauta) le dijo a
los fieles: "Los novios vienen a contraer matrimonio,
pero no tienen dinero. Y como el padre viene desde muy lejos y necesita
dinero, entonces aquí que se queden los novios y esperen mientras todos
ustedes se van a sus casas y se traen una gallina cada quien".
Se fueron todos y sólo los novios quedaron frente al altar. El padre se
metió a la sacristía y sentándose ante un viejo y desafinado órgano que allí
"miraba pasar el tiempo", empezó a tocar trocitos de "El Venadito" y la
"Virgen Ranchera", que eran sus piezas favoritas.
Empezaron a llegar los fieles con las aves, y el padre suspendía la ejecución
musical para escuchar los ruidos de la iglesia. Luego gritaba desde la
sacristía -Mucho tiempo, mucha espera y muy poco "cua-cua"!... (Se refería
a la voz de las gallinas).
Una horas después los patios de la capilla rebozaban de gallinas atadas de
las patas con tiras de trapo que él mismo "confeccionaba " razgando uno de
los manteles que cubría las mesitas donde se servirían el "serequi" y el
cocimiento de gallina cañadera.
Casó a la pareja y luego se dedicó a conseguir huacales y burros para
trasladar en ellos a las inocentes plumíferas hasta Sahuaripa, donde las
vendió a precios de "gallinas celestiales" para luego mandar el dinero al
seminario o distribuirlo entre los pobres del distrito a cambio de trabajo!.
ooo000ooo
Afirma doña Ramona Burrola que cuando al señor Obispo Navarrete le
llevaban algún chisme acerca de las extrañas y desconcertantes conductas
de Monseñor Cornídez, les contestaba de la siguiente manera:
--Déjenlo, discúlpenlo, no tiene maldad. El es un santo loco o es un loco
santo, pero es un santo loco.

Hermosillo, Son. Julio del 2008 9
SECUNDARIA DE LA UNISON
Por:Aurelano Corral Delgado
La Universidad de Sonora fue
inaugurada oficialmente el 12 de
Octubre de 1942, por el entonces
Gobernador del Estado General
Anselmo Macías Valenzuela.
Fueron sus iniciadores y fundadores
los licenciados Herminio
Ahumada, Francisco Duarte
Porchas y Gilberto Suárez Arvizu.
El primer Rector (organizador y
director técnico) fue el competentísimo pulcro maestro don
Aureliano Esquivel Casas, Secretario General el doctor Jacinto
Jiménez, quien después fue sustituido por el ameritado educador
Rosalío Enrique (Chalío) Moreno Saavedra, Presidente del Comité
Administrativo de la Universidad el doctor don Domingo Olivares
R., Jefe de la Oficina Administrativa y Pagaduría don Carlos S.
Lafontaine.
La Escuela Secundaria ocupó originalmente el pequeño inmueble
ubicado a la derecha del edificio principal, siendo su primer Director
el maestro Ernesto Salazar Girón. Fungía como Secretario el profesor
Amadeo Hernández Coronado, y
como profesores de tiempo completo
(designados en diferentes
fechas), Luis A. Petterson,
Adalberto Sotelo, Luis López
Alvarez, Rafael Víctor Meneses y
Aureliano Corral Delgado. En la
oficina trabajaban como secretarias
Laurita Fuentes Frías,
Conchita Becerra y Rosita
Valenzuela. Eran conserjes don
Pedrito López Vera, el "Chinchas" y el "Perico" (no los recuerdo por
sus nombres). El primer director de la banda de música fue el mayor
J. Estrella, quien al siguiente año abandonó la ciudad y fue reemplazado
por el mayor Isaura Sánchez Pérez (en esta banda recuerdo
que tocaban algunos buenos muchachos como Moisés Canale, Pedro
Vega, Héctor Rodríguez Espinoza, Ivón Méndez, el Chino Medina,
los Hermanos Curiel y otros).
Impartieron materias durante los primeros años de la secundaria
prestigiados maestros y profesionistas como el licenciado Enrique E.
Michel, licenciado Manuel Gándara, don Lauro B. Quiroz, el doctor
Hugo Pennock Bravo profesor Carlos Espinoza Muñoz, profesor
Enrique García Sánchez, José Sosa Chávez y después doña Emiliana
de Zubeldía el licenciado Arnoldo Palacios Mendoza y el profesor
Francisco Castillo Blanco.
Entre la "muchachada" guardo gratísimos recuerdos de muchos de
ellos y ellas que han llegado a la culminación de sus anhelos desempeñando
cargos oficiales en las actividades socio económicas de la
entidad. Calculando que pasaron por mis clases aproximadamente
diez mil jóvenes de ambos sexos durante los 35 años ininterrumpidos
que serví a la Universidad, especialmente en la escuela secundaria.
En tantos años y con el crecido número de alumnos difícil recordar
fechas y hechos con la precisión que yo quisiera, y sólo me referiré
someramente a algunos de ellos. Veo por ejemplo a aquellos
"chamaquitos" de primero como Guatimoc Iberri, José Velarde,
Antonio Silva, Carlos Gámez Fimbres, Roberto Fonllem, Enrique
Cifuentes Porfirio Estrada Arras, Víctor Galindo Sánchez, Benjamín
Los primeros años
Contreras, Raúl Loustaunau, Francisco Vizcaíno Murray y otros formados
alegres grupos en juego y deportes. Más allá a otros más
"grandecitos" (relativamente) como Gustavo Hodgers, el "Cochibeto"
Healy con su gran amigo Enrique Gómez Torres, Casillas, Durán
Santeliz, Alberto Rubio, Abraham Katase, Diego Monteverde, el
Cuyito Burgos, Oscar (ciego) López Vucovich, el siempre atento y
circunspecto Moisés Canale, a Rafael García Maheda, Arcadio
Valenzuela, Memo Moreno (con su camarita), a las simpáticas Tulita
Tapia, "Ticuiquena" Montijo, Aída Isibasi y Carmelita Buelna; a la
seria y amable "cerebrito" Josefina Ochoa Ruiz. Por aquí jugando
recobijadamente a Juan Antonio Rubial, Gloria de la Fuente y Tere
López Moctezuma, ¡invalídate! Por allá a los serios y aplicados
jóvenes Delfín Rubial, Genaro Encinas Ezrre, Alfredo Arellano,
Mario Padilla Chacón, y Alberto Monteverde Alatorre; a los
traviesos pero inteligentes muchachos Rubén Gutiérrez, Francisco
(Botas) Mendoza, Horacio Rubio, Jorge Estrada, Carlos Peralta
Dávila, Virgilio Ríos, Carlos Baranzini, Claudio Solórzano, Arturo
Ortega, Manuelito Cubillas, Alberto Gaxiola, Franciscos Keith, a las
simpáticas Emma Orel, Guadalupe Gómez y Beatriz Ortiz
Loustaunau.
Los presidentes de la Sociedad de Alumnos que más sobresalieron
por su brillante labor fueron Mario Padilla Chacón, Alfonso Romero
Huerta y Francisco Arvayo Arellano. Nuestra escuela dio tres hermosas
reinas de la Universidad, a saber: Elizabeth Maldonado,
Martha Licona y Aída Mendoza. En mi larga estancia en la
Secundaria recuerdo con admiración a aquellos alumnos y alumnas
que se destacaron su aplicación, aprovechamiento e inteligencia,
semejantes a luminosos "cerebritos" que irradian fulgurantes rayitos
de inspiración. Ahorita vienen a mi memoria algunos de ellos y ellas
(no todos ni todas), como Josefina Ochoa Ruiz (Hoy Ingeniero Civil),
Julieta González (hija de don Israel), Mercedes Ocaña (hermana de
Samuel), Armida Robles (hermana de Calolo), Lorenia López del
Castillo (Jefa de Edición de El Imparcial"), Emma Orel (excelente
maestra de asuntos contables), Laura y Bruna Loredana Galli Osti
(virtuosas amas de casa), Aída Isibasi (factor directriz de la misión
Papanicolau), Lupita Ávila (hoy señora de Gaona), Moisés Canale y
Felipe Ceceña (eminentes cardiólogos) Rafael García Maheda (brillante
Contador Público); Carlos
Gámez Fimbres (Notario
Público), Delfín Rubial (Ingeniero
Químico), Claudio Solórzano
(comerciante guaymense) Virgilio
Ríos Aguilera, y Virgilio López
Soto (notable ingeniero). Hay
otros más, pero ahorita no los
capta mi memoria infiel.
Los secundarianos de mi barrio
(Garmendia Morelia) eran
muchachos muy unidos (afables y estudiodos), foramaban un club
particular que llamaban "La Cueva" donde realizaban bailes y culturales
muy animados. Pertenecían a este singular club, José Rodrigo y
"El Gato", Eliazalde, el "Tonina Elías", mi hijo Heriberto "el Pachi" y
"el Nacli" Otero Carrillo, Alfonso y Alfredo Carrillo Dávila. Al correr
del tiempo "La Cueva" desapareció quedando solo recuerdos.
En cierta ocasión estaba la profesora Matilde Fontes impartiendo su
clase de Dibujo en el primer año "B", cuando entró al salón una alumna
nueva. La maestra Matilde le señaló un lugar y luego le preguntó
su nombre. Me llamo Esmerenciana López dijo la alumna, ¿Esmeren

10 Hermosillo, Son. Julio del 2008
San Pedro de la Cueva...
qué?... dijo azorada la maestra; "Esmerenciana", replicó la aludida.
Por poco le da un patatús a doña Matilde, que sólo se concretó a decir
¡Qué nombre ponen ahora.
Estaban en la clase de Química los alumnos del 1er. Año "B"; delante
de Emma Orcí se sentaban Rafael Félix Salazar y Lupita Ávila. El
asiento detrás de Emma lo ocupaba Moisés Canale. El profesor de la
materia iba citando alumnos para que dieran la clase. Todo marchaba
bien, hasta que le tocó el turno a Emma; ella procedió a levantarse
pero no pudo hacerlo porque Moisés le había atado el cinto del vesti-
El sabor le dirá
cuando es nuestra!!
MAYOREO Y
MEDIO MAYOREO
Necesita un filete,
100 kilos o más,
nosotros se
lo surtimos
BLVD. MORELOS No. 299, Loc. 36
YARDITA MORELOS
Tel. 210.48.88 y 211.02.03
do en el respaldo de la silla. Risa general del grupo; ligera turbación
de Emma… todo pasó; al final de la clase se disculpó amable y
cortésmente. Emma es ahora maestra muy competente en el ramo de
contabilidad y Moisés un cardiólogo de indiscutible capacidad.
Por mis clases pasaron muchas veces todos o casi todos los hijos de
respetables familias. Tenemos por ejemplo, los serios, inteligentes y
aplicados Delfín Amaya (Francisco, Anselmo, Aurelio y Héctor los
excelentes alumnos Yeomans (Mario, Pedro, Rubén, Zita y una
etcétera de dos renglones). Los Carrillo magníficos muchachos como
José Rodrigo y Miguel Elizalde Carrillo, Pachi y Sergio Otero
Carrillo, Alfonso, Alfredo y Fernando Carrillo Dávila.

Hermosillo, Son. Julio del 2008 11
“COSAS VIEJAS DE MI TIERRA”
En esos tiempos de principios de siglo, había otro sistema de locomoción
urbano muy diferente a los tranvías y a los carruajes jalados por mulas y
caballos… se trataba de un trenecito que corría de Hermosillo a Villa de Seris,
"ai" nomás al cruzar el río, cuya "estación Terminal" estaba a un ladito de la
Cervecería de Sonora. La locomotora era idéntica a las grandes pero en
miniatura, llamando mucho la atención ya que su altura no llegaba a los cuatro
pies. La vía era tan angosta que a lo sumo tendría unas veinte pulgadas de
ancho; tenía sus carros de pasajeros siendo éstos tan chiquitos que no cabían
mas que dos pasajeros. No tenían techo, lo cual no era necesario, porque los
pasajeros apenas cabían replanados como chorizos de cochi en sus asientos. La
máquina pitaba como si fuera grande y un poquito ronquita, para que la gente
supiera que sí podía soplar; corría por las calles Tehuantepec e Hidalgo, y
después de atreavesar el río dando más resoplidos que un chango viejo,
terminaba su recorrido en Villa de Seris. Al maquinista de este tren creo que le
decían el Diamante, que se sentaba atrasito en un asiento especial, porque era
imposible que cupiera en la "caseta" de la locomotora, destinada a éste, porque
en ese lugar apenas cabía una pulga respingona. El propietario de este original
ferrocarril era el señor don Manuel Lacarra, que lo trajo "pa'ca sabe dionde"…
La vía estaba tendida sobre la arena del río, y sus rieles no eran más anchos
que una pulgada, y sus durmientes parecían pica-dientes; fue la curiosidad más
atractiva de principios de siglo
La chamacada no podía trampearlo como estaba acostumbrada a hacer con los
tranvías, ya que el mentado tren era tan chiquito que apenas cabía maquinista y
pasajeros, no contaba ni con fogonero… pa'que. En este caso las viejas se las
volaron porque no les permitían tilichis a bordo. El trafique de este novísimo
modo de locomoción era, naturalmente, en tiempos de secas pero… un día de
tantos se le antojó a una vieja hacer "chi" atrasito del puente de fierro que existía
antes poco más o menos donde en la actualidad está la Presa Abelardo L.
Rodríguez, llevándose rieles y durmientes, y no se llevó el tren porque en esos
momentos se encontraba en la "terminal". La pobre vieja posiblemente tenía
"angurias", porque la corriente era bastante fuerte…
Como en el caso que acabó de mencionar en las últimas líneas respecto a la
vieja que hizo "chi", es muy raro encontrar a una persona que cuando vaya a
"mear" no se tire un "pedo"… además hay un dicho muy sonorense que dice: "el
que mea y no se pe"… no es hombre. Del caso que acabó de referir: si a la vieja
se le ocurre echarse un "pedo" fuerte y retumbón, hubiera servido como toque
de alarma para que los rieles y durmientes hubieran sido levantados a tiempo
por lo que trabajan como "taqueros", pero con seguridad no hubo nada de
aquello, es decir, "pedorrera".
El mentado tren fue guardado después del desastre que sufrió la vía, a causa
de la vieja que se le antojó "mear" en tan mala hora, pues era tan chiquito el tren
que no pudo soportar la corriente… Los "accionistas" del ferrocarril vieron la
oportunidad de quitar este servicio, porque el negocio no costeaba, como dicen
las compañías grandes cuando no quieren pagar lo justo a los trabajadores.
Optaron pues, por guardar en una caja de zapatos vacía donde cupo
perfectamente el flamante ferrocarril… como recuerdo de una "era de progreso"
de mi tierra. Algunos años después lo instalaron en el Jardín Juárez, pero ya no
para jalar carga y pasajeros, sino como una mera curiosidad, para los buquis que
no salían del jardín. De "ai" lo quitaron y no se ha vuelto a saber nada de él.
El otro sistema de locomoción es demasiado conocido de quelitelandia, se
trata de los carruajes de sitio. Había algunos propietarios que tenían hasta veinte
carruajes en circulación. Al principio los llantas de fierro eran los que soplaban,
que fueron los primeros carruajes que vinieron a mi tierra, haciendo más ruido
por las calles que un tren en marcha, en las "nochis era pior". Así y todo, en las
tarde primaverales y desde luego los domingos, los condenados cocheros se
hacían del rogar por las personas que solicitaban sus servicios, no en balde se les
achacaba que por algo se quemaron los tranvías. La calle Don Luis era la
principal en esos años, como es en la actualidad ostentando el nombre de
Por: Enrique Contreras Sierra
De su libro del mismo nombre
Aquiles Serdán; presentaba un aspecto atrayente y evocador, recuerdos de los
tiempos pasados, cuando los caciques se paseaban en sus carruajes particulares,
jalados por briosos caballos tal vez "atrincados" a personas que no tenían
influencias con los manda más de la época. Cuantos casos se vieron en que un
honrado ranchero en pequeño, teniendo sus caballos y ganado de estima
comprados a fuerza de trabajo o bien criados en su ranchito, les fueron quitados
"por las buenas" por un lomo gordo, o por algún influyente amigo de éstos,
nomás porque el caballo aquel tan bonito le cayó bien al cacique en turno. De los
caciques de ahora se hablará dentro de muy poco tiempo, porque como éstos,
nomás porque el caballo aquel tan bonito le cayó bien al cacique en turno. De los
caciques de ahora se hablará dentro de muy poco tiempo, porque como éstos no
ha habido ni habrá ni creo que pueda haber iguales… ¡Qué trastorno por Dios!.
Y al correr de los años viene a nuestra imaginación que la revolución tuvo
razón de ser en sus principios, y que ésta ha hecho mucho a favor de las clases
desheredadas sedientos de libertad y de justicia; raza oprimida por el
caciquismo estúpido, antes y después de la independencia. Y todavía seguimos
oprimidos quien sabe hasta cuando, posiblemente hasta que San Juan baje el
dedo. Pero dejemos esto… ¿Qué llegaremos a que conclusión?
Sigamos adelante con nuestros pobres carruajitos… Uno de los propietarios de
carruajes regulares que contaba con algunos de ellos, era el señor don Agustín
Monteverde, que tenía sus enseres y caballerizas en una parte de la huerta de
Vega, por allá al final de la Colonia Centenario, trasladándose de allí a un
corralón que se encontraba enseguida de la casa del Ing. Don Ramón Corral, por
la calle Hidalgo, en donde ahora se encuentra una distribuidora de utensilios de
labranza. Fue don Agustín un hombre que llegó a tener sus centavitos buscados
con el sudor de su frente, a fuerza de trabajo, siendo un hombre que trabajaba
desde que amanecía hasta ya "muy nochi", viniéndole todo muy guango ya que
estaba acostumbrado al yunque, o al yugo que es lo mismo. Con esto es con lo
único que mucha gente no está conforme: "ganaras el pan con el sudor de tu
frente"… Cual no debe ser.
Don Agustín tenía también su ordeña de vaquitas chichihuas y corrientonas,
pero al fin vacas, y entre éstas y los carruajes sacaba para sus familiares y le
sobraba taco… "adió". Vino la revolución de 1910 y no pudiendo aguantar los
"trinquetes" de algunos libertadores, poco tiempo después se acabó ordeña y
carruajes. Es decir, se acabó como el bizcocho de "Tianita"… A puras probaditas.
Don Agustín dejó alguna familia, contándose entre éstos a Agustín dejó alguna
familia, contándose entre éstos a Agustín que creo, era o es el mayor si aún vive;
Diego y El Pato Monteverde que estuvieron en la escuela en quinto año cuando
yo estaba en parvulitos. Algunos miembros de esta familia, radican en Méjico.
Estos muchachos fueron en la escuela los mejores cuates de nuestra pandilla,
pues siendo mucho mayores que nosotros nunca nos daban de coscorrones en la
maceta.
Había otro propietario que tenía algunos carruajes al servicio del público que
vivía por el barrio del Retiro; éste era el licenciado Landgrave; quien a la larga
vino a ser el abuelo paterno del Ing. Oscar Landgrave. Vivió muchos años en
San Diego, Calif., probablemente a una edad muy avanzada vino la parca por él
y se lo llevó… ni modo.
Pero el que se los llevaba a todos sin duda era Ambrosio (Bocho) Noriega, que
todo quelitero conoció al finalizar el siglo pasado y principios del presente;
habló de los que pasan de los sesenta, y de los cincuenta años de ahora como
yo… "adió"… Mi buen Ambrosio tenía dos carruajes que de los dos no se hacía
ni uno; tenía su caballeriza por la calle Juárez un poco antes de llegar a la
Estación, teniendo también la costumbre como todos los de antes, echar la
buñiga pa'la calle donde se hacían montones enormes llenos de moscas. De los
carruajes de ese entonces, éstos del Bocho podían figurar en cualquier museo
nacional o extranjero, ya que dichos carruajes con todo y jamelgos no valían
veintidós reales con quince centavos, y pa'cabarla de fregar le decían Carabina
de Ambrosio. Lo de Ambrosio en honor de su propietario que, entre paréntesis,

12 Hermosillo, Son. Julio del 2008
Cosas Viejas de mi...
era un hombre honrado y amante padre de familia que a todos los queliteros les
consta. Lo de Carabina era porque los caballos jalaban cuando ellos querían, y
cuando los ponían rumbo a su cantón, jalaban mejor y hasta se hacían
fastidiosos, pues parecía que sabían que era la hora del rancho o del pipirín que
es lo mismo.
Estos carruajes de Noriega indudablemente fueron traídos a mi tierra allá por
el año de 1875, porque cuando yo estaba chiquito ya tenían muchísimos años en
servicio, y posiblemente fueron los primeros que llegaron a Hermosillo. En esos
carruajes, y en el siglo pasado, con seguridad que se pasearon los nunca bien
ponderados y desaparecidos amigos Jesús Siqueiros, Esperjencio Montijo y
Facundo Bernal cuando tenían unos veinte años. Después vinieron las berlinas
con llantas de hule, con un flequito en las orillas del toldo, para espantar las
moscas a los paseadores; el presente un poquito más debajo de éste,
sobresaliendo como medio cuerpo del cochero sobre el toldo del carruaje. Estos
tres buenos cuates cambiaron los de llantas de fierro por los de hule, porque en
los primeros echaban hasta los bofes de tanto brinco, y en los segundos se
paseaban muy choronamente. Al llegar éstos vehículos a mi tierra, llamaron
mucho la atención de la burrada, porque el rodar de ellos en las calles no hacían
tanto barullo como los de llantas de fierro, que en esa época eran puros hoyos,
y poco a poco éstos nuevos carruajes fueron desplazando a nuestros viejos
conocidos fueron desplanzado a nuestros viejos conocidos que estaban tan
bombos como los cocheros que los traían…
El señor Noriega tuvo que replegarse a los barrios, sintiéndose imposible de
competir, con las llantas de hule que toda a gente los prefería, así, el bueno de
Noriega echaba sus cortes buscando la mecatona para el sustento diario de la
casa y de sus animales. Mucha gente de mi tierra veían, antes del diez, con
marcada simpatía a éste hombre tan trabajador, que no se desmayaba en su
habitual quehacer de auriga, muchas gentes lo ocupaban porque no había más,
o como por no dejar… pero el caso es que él siempre llevaba el chivo para su
casa. El Totolochi, El Meri, El Banderillas, El Chueco Andrés, El Jeringa y el otro
Jeringa, El Tahualila Copechón, el Camachón, El Cólera, don Manuel Muñoz y
aquel otro cochero que tenía las extremidades inferiores muy cortitas que se
llamaban Nacho Zamora, que andaba a gatas como cuando uno anda "bien
pedo", que vivía por el barrio de la Cohetera, pero que al brincar al pescante del
carruaje se hacía tan liviano que parecía chango joven…
Todos estos cocheros fueron muy conocidos de todos los queliteros a fines del
siglo pasado, y de 1900 pa'ca, cuando las mujeres malas estaban alojadas en una
parte de la calle Chihuahua, contándose entre éstas a La Güicha, La Cayetana,
La Tolinga, La Panorama, La Chú Chiquita y La Chú Grande; La Tula Caro, La
Bola Diumo, La Culicho, La Cabezona y tantas otras muchachas que hacían
pasar ratos de solaz a los viejos rabos verdes de antaño… cosa que a mí no me
consta.
El Tololochi traía un carruaje del bocho Noriega; y en una tempestad muy
fuerte que hubo acompañada de rayos y centellas de pilón granizo el año de
1906, a uno de los caballos del carruaje de este cochero, le cayó un granizo del
tamaño de un huevo matándolo como de rayo. El carruaje estaba parado frente
al Molino Harinero El Hermosillense cuando sucedió este percance; la muerte
del caballo a causa de la granizada que no registra otra igual la historia de mi
tierra. Como Noriega no tenía mas que cuatro caballos y todos tan flacos como
el muerto, no tuvo repuesto para mandar al lugar del accidente; porque los otros
dos andaban pegados en el otro coche trabajando. Viendo el Tololohi que no
venía auxilio pronto, se encajó en la'rpa que le quedó, y al llegar a la caballeriza
de Noriega ya venía auxilio pronto se encajó en la'rpa que le quedó, y al llegar
a la caballeriza de Noriega ya venía con las "nalgas" matadas de lo flaco que
estaba el penco. Inmediatamente se fue al changarro que se encontraba cerquita
y compró unas pocas de velas de sebo, diciendo que eran para un compañero
suyo. Como se sabe, el sebo es medicinal para curar las ataduras de las "nalgas"
ocasionadas cuando no se sabe montar a caballo, y si se sabe es lo mismo si el
caballo está más flaco que la Tolinga. El Chueco Andrés es o fue otro de los
cocheros antiguos; Andrés se hizo chueco en un accidente que tuvo con sus
caballos, en un accidente que tuvo con sus caballos, en el meririto lugar donde
hoy se levanta el Hotel Lourdes, que creo es de Vicente Contreras, cerca de la
antigua estación del Ferrocarril.
En el año en que Andrés sufrió el accidente, cerquita del lugar indicado había
una cantinita que los cocheros frecuentaban en busca de cortes. Andrés llegó a
esa cantinita tratando de descansar de su trabajo; se bajó en ese sitio para
refrescarse las "nalgas" un poco porque las traía muy sudadas de tanto calor que
hacía, y de tanto estar sentado en el pescante también.
Apenititas había dejado el pescante de su carruaje, cuando en un "redepente"
se desbocaron los caballos que tal vez estaban de mal pelo. Andrés corrió a
sujetar a los caballos que ya estaban encabritados, pero como son muy raros los
animales que entienden de palabras, los caballos arrollaron a mi buen Andrés y
lo arrastraron un buen trecho por el suelo como si fuera trapeador… cuando lo
levantaron sin intervención del ministerio público, lo encontraron con una
"pata" quebrada y quejándose dolorosamente lo llevaron al Hospital, donde el
"dotor" que lo atendió dijo que las heridas no eran graves y que tardaría
algunos días en sanar. Andrés anduvo mucho tiempo con muletas, y cuando ya
se alivió un poco, usó bastón por una larga temporada, habiéndole servido
bastante cuando se agarraba a los catorrazos con sus cuates cuando le buscaban
camorra. Andrés vivió mucho tiempo en Nogales, dedicándose a diversas
ocupaciones, que le dejaban muy buenas ganancias; radicó entre nosotros por
muchos años, trabajando duro y macizo y de por "sí". Su posición en los
negocios fue más que regular. Sus hijos lo ayudaron en los viajes que efectuaba
a las ciudades vecinas, llevando y trayendo "chivas"… Andrés tuvo la desgracia
de que uno de sus hijos fuera asesinado sin deberla ni temerla, agravando sus
males este infortunio que el Ser Supremo le mandó… Andrés también descansa
en paz desde hace algún tiempo, y en esta forma señoras y señores, se acabó este
capítulo.