Versión completa en pdf - IES La Arboleda

ca antigua, y se encuentran sus huellas
a poco que se hurgue en la historia de
las cofradías del Santo Entierro. Aún
hoy se conservan vivas algunas de estas
representaciones en diversos lugares
de todo el país. Es una incógnita la
época en que puede datarse su origen,
aunque sabemos que son anteriores al
siglo XVII porque ya en 1604 el arzobispo
de Sevilla prohibió esta celebración
en la ciudad hispalense, en vista
de que en torno a ella se producían altercados
y escándalos callejeros.
En Lepe, nos cuentan que la
costumbre se interrumpió cuando desapareció
la imagen articulada con la
que se realizaba. Esto sucedió en la
destrucción de imágenes religiosas de
1936, en la que se perdió el antiguo
Cristo yacente. Tras la guerra, probablemente
pasaron unos años sin disponer
de esta imagen y se enfrió la tradición,
así cuando se encargó una nueva
escultura yacente, ya no se sintió la
necesidad de que estuviera articulada
(lo que era más difícil y también más
caro). Esto representó con seguridad el
olvido definitivo de la ceremonia, sin
lugar a dudas, una verdadera reliquia
cultural, muy posiblemente (aunque
esto es una opinión) originaria de la
mismísima Edad Media.
Natalia Camacho 3º ESO B
¿Cómo era
antiguamente...?
El Domingo de Ramos
EPE en el TIEMPO
Don Fernando del Molino, un antiguo sacerdote de Lepe se
encargaba de bendecir los ramos que posteriormente salían en la
procesión. El recorrido de dicha procesión comenzaba con la salida
por la puerta norte de la iglesia del cura seguido de los fieles. A
continuación, daban media vuelta por el exterior de la iglesia hasta
llegar a la puerta sur, en la cual el sacerdote daba tres golpes y esperaba
a que un ayudante de la iglesia le abriese para poder, posteriormente,
llevar a cabo la ceremonia en su interior. Antiguamente,
el Vía Crucis recibía el nombre de Vía Sacra, pero el recorrido era
prácticamente el mismo que en la actualidad.
El Jueves Santo
Este día por la mañana tenía lugar una misa a la que asistían
todas las hermandades. Durante la ceremonia colocaban la Sagrada
Forma en el tabernáculo de la Virgen, cerrándolo posteriormente
con una llave de oro, la cual era entregada al Alcalde del pueblo
para que la guardase hasta el Sábado de Gloria. Este mismo día por
la tarde salía la Virgen de los Dolores y el Cristo crucificado y se
realizaban los oficios en los que el sacerdote lavaba los pies a los
fieles. Los hermanos de la sacramental permanecían toda la noche
orando.
El Viernes Santo
El Viernes también se realizaban los oficios, pero en este
caso el sacerdote hacía una representación, a la una del mediodía,
del camino que llevó Jesús hasta el lugar de su crucifixión. Para
ello, Don Fernando se situaba en el coro portando una cruz, bajando
posteriormente y simulando por la iglesia las tres caídas de Jesús.
El viernes por la tarde era cuando tenía lugar el descendimiento
del Cristo articulado. A éste lo desclavaban y lo situaban delante
de la Virgen y el cura le dedicaba unas palabras. Por la noche, para
finalizar los actos de esa jornada, el cura se dirigía hacia la antigua
iglesia de las Monjas, donde daba un sermón.
Por:
María Losada
Carmen Morgado
Raquel Serrano
El Domingo de
Resurrección
En este día se destapaba a los
Santos que anteriormente, el miércoles
de ceniza habían sido tapados con
unos mantos negros. La gente se iba
“de gira”, y se comían las cocas que
se habían hecho el sábado.
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