Partain Evangelio de Lucas - David Cox
Partain Evangelio de Lucas - David Cox Partain Evangelio de Lucas - David Cox
18:35 Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; 36 y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. – Era ciego pero no sordo. Aprovechó la facultad que tenía. Recuérdese que la fe viene por el oír (Rom. 10:17). 18:37 Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. – En ese momento “pasaba Jesús”. Era el momento de todos momentos para este ciego, la oportunidad de oportunidades. No dijo, “Hay mucha gente ahora; tal vez en otra ocasión no habrá tanta multitud; tal vez El pasará por aquí otro día”. 18:38 Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: -- Como el amigo que pidió pan a medianoche, y la viuda que insistió en que el juez le diera justicia, y la mujer cananea, este ciego no sería intimidado por nadie. Entre más le querían acallar, más fuerte clamaba. Estaba resuelto y no iba a callar. ¡Qué buen ejemplo para toda persona que se anime a acercarse a Jesús! No deben dejar que parientes o “amigos” les desvíen o impidan. Debe estar resueltos a obtener la salvación que Cristo ofrece a todos. -- ¡Hijo de David, (nombre favorito que los judíos dieron al Mesías) ten misericordia de mí! – ¡Qué tremendo ejemplo para personas que no aprovechan la presencia de Jesús! Para este pobre ciego era “ahora o nunca”. No tenía garantía de otra oportunidad igual, y todos los que descuidan la salvación que Jesús ofrece están en la misma situación. No saben que habrá otra oportunidad. Bien puede ser “ahora o nunca”. Nada ni nadie podría detener o acallar a este hombre tan necesitado, pero su necesidad no era tan grande como la necesidad de los millones que viven en la ceguera espiritual. 18:40 Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, 41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. – Sabía que era ciego. Muchos ciegos no quieren admitir que son ciegos (Jn. 9:40, 41; Apoc. 3:19). 18:42 Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. – Este ciego tenía fe en Cristo, pero millones de personas con buenos ojos no creen. Este ciego creía en Cristo y creía que El podía contestar su oración. La palabra griega, SOZO, se traduce tanto “salvar” como “sanar”, los traductores la traducen de las dos maneras según el pensamiento de ellos. Bien podría ser las dos cosas, que su fe le sanó y le salvó porque al decir “Hijo de David” estaba confesando a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios. 18:43 Y luego vio, (ya podía ver a Jesús, el “Hijo de David”, con sus propios ojos) y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios. – El ánimo de este hombre era contagioso. Otros seguían su ejemplo en glorificar a Dios por su misericordia. Pero piense por un momento sobre lo serio de la decisión que tomó este hombre que era ciego. Si no hubiera aprovechado esa oportunidad, ¿cómo habría quedado? ¡Ciego y mendigando al lado del camino! Y esta es precisamente la condición de millones que no aprovechan la oportunidad de recibir la vista de Jesús. Allí están, sentados al lado del camino, pensando, “Sin duda Jesús pasará por aquí otra vez un día de estos”.
Lucas 19 19:1 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. 2 Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico - la Biblia no dice ni implica que Zaqueo había ganado su riqueza por medios fraudulentos o extorsioncitas. 19:3 procuraba ver quién era Jesús; -- Jn. 12:21. Obviamente había oído mucho de El. ¿Sabía que uno de los apóstoles, Mateo, había sido publicano? ¿Había oído de la parábola del fariseo y el publicano? -- pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. – Como dice Barclay, “Para él, mezclarse con la multitud era algo que requería valor, porque más de uno buscaría la oportunidad de darle un golpe o patear o empujar a este pequeño publicano. Eran una oportunidad que no se podía dejar pasar. Ese día Zaqueo podía resultar lleno de moretones y lastimaduras. No podía ver – la multitud se deleitaba en estorbárselo”. 19: 4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro (“La morera-higuera”, ATR) para verle; porque había de pasar por allí. – Zaqueo es un buen ejemplo de cómo vencer obstáculos y desventajas. También es buen ejemplo de lo que los hombres importantes y famosos deberían estar dispuestos a hacer para acercarse a Jesús. Jesús dice (Mat. 7:7), “buscad y hallaréis”. ¿Qué habríamos hecho para poder ver a Jesús? 19:5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, -- Nadie tuvo que decirle su nombre; El conoce los nombres de todos y también donde viven, cuál es su ocupación, etc. Aun conoce los pensamientos de los hombres, Jn. 2:24, 25; Mat. 9:4; 12:25; 22:18; 24:25; Mar. 2:8; 5:30; Luc. 5:22; 6:8, 9:47. Estos textos muestran claramente que Jesús era Dios omnisciente aquí en la tierra. Algunos de los que profesan ser predicadores del evangelio puro y miembros de la iglesia de Cristo enseñan que aquí en la tierra Jesús nunca usó, nunca exhibió, nunca manifestó ningún atributo divino! Tales hombres deben dejar de predicar a Cristo. ¿Cómo pueden cuando ellos mismos no lo conocen? -- date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. 6 Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. 7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. – Para ellos si un hombre era publicano, era por eso un pecador. 19:8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; -- Algunos eruditos dicen que Zaqueo está defendiéndose de la murmuración de la gente, afirmando que su práctica era dar la mitad de sus ganancias a los pobres (pero las versiones que usamos no dicen “ganancias” sino “bienes”). Otros concluyen que la palabra doy, tiempo presente, ha de entenderse como futuro; es decir, que desde ese momento eso sería su práctica. Dice “doy”; no dice que ya había dado la mitad de sus bienes (propiedades) a los pobres, sino que en ese momento estaba decidido a hacerlo. -- si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. – Dice “se lo devuelvo”, tiempo presente, pero si él creía no era culpable de tal práctica, ¿por qué mencionarla? Parece que está diciendo que desde ese momento eso sería su práctica, porque en algunos textos la palabra si significa “puesto que” (compárese Fil. 2:1; 4:8). Compárese la ley de Ex. 22:1, “Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas”. Si la mayor parte de la riqueza de Zaqueo se hubiera ganado de manera fraudulenta, no le habría sido posible devolverlo cuadruplicado. ¿Cuántas personas arrepentidas toman en cuenta la restitución? No hay otra cosa que muestre más claramente el arrepentimiento verdadero. Por ejemplo, el hombre que haya robado dinero, se arrepiente y se bautiza para perdón de pecados, ¿no tiene obligación alguna de pagar lo que robó? “Pero, ya lo gasté todo”. ¿Por eso, queda libre de obligación? ¿Herodes no estaba obligado a devolver a la mujer que había robado de su hermano? Muchas personas que se casan, se divorcian y se vuelven a casar, piensan que sólo tienen que “arrepentirse” y luego pueden quedarse con la segunda (o tercera o cuarta) mujer. ¿Dios acepta esto? Mat. 19:9; Rom. 7:2, 3.
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18:35 Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino<br />
mendigando; 36 y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. – Era ciego pero no<br />
sordo. Aprovechó la facultad que tenía. Recuér<strong>de</strong>se que la fe viene por el oír (Rom. 10:17).<br />
18:37 Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno. – En ese momento “pasaba Jesús”. Era el<br />
momento <strong>de</strong> todos momentos para este ciego, la oportunidad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s. No dijo, “Hay mucha<br />
gente ahora; tal vez en otra ocasión no habrá tanta multitud; tal vez El pasará por aquí otro día”.<br />
18:38 Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo <strong>de</strong> <strong>David</strong>, ten misericordia <strong>de</strong> mí! 39 Y los<br />
que iban <strong>de</strong>lante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: -- Como el amigo<br />
que pidió pan a medianoche, y la viuda que insistió en que el juez le diera justicia, y la mujer<br />
cananea, este ciego no sería intimidado por nadie. Entre más le querían acallar, más fuerte clamaba.<br />
Estaba resuelto y no iba a callar. ¡Qué buen ejemplo para toda persona que se anime a acercarse a<br />
Jesús! No <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>jar que parientes o “amigos” les <strong>de</strong>svíen o impidan. Debe estar resueltos a<br />
obtener la salvación que Cristo ofrece a todos.<br />
-- ¡Hijo <strong>de</strong> <strong>David</strong>, (nombre favorito que los judíos dieron al Mesías) ten misericordia <strong>de</strong> mí! –<br />
¡Qué tremendo ejemplo para personas que no aprovechan la presencia <strong>de</strong> Jesús! Para este pobre<br />
ciego era “ahora o nunca”. No tenía garantía <strong>de</strong> otra oportunidad igual, y todos los que <strong>de</strong>scuidan la<br />
salvación que Jesús ofrece están en la misma situación. No saben que habrá otra oportunidad. Bien<br />
pue<strong>de</strong> ser “ahora o nunca”. Nada ni nadie podría <strong>de</strong>tener o acallar a este hombre tan necesitado,<br />
pero su necesidad no era tan gran<strong>de</strong> como la necesidad <strong>de</strong> los millones que viven en la ceguera<br />
espiritual.<br />
18:40 Jesús entonces, <strong>de</strong>teniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó,<br />
41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. – Sabía que era ciego.<br />
Muchos ciegos no quieren admitir que son ciegos (Jn. 9:40, 41; Apoc. 3:19).<br />
18:42 Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado. – Este ciego tenía fe en Cristo, pero millones<br />
<strong>de</strong> personas con buenos ojos no creen. Este ciego creía en Cristo y creía que El podía contestar su<br />
oración. La palabra griega, SOZO, se traduce tanto “salvar” como “sanar”, los traductores la traducen<br />
<strong>de</strong> las dos maneras según el pensamiento <strong>de</strong> ellos. Bien podría ser las dos cosas, que su fe le sanó<br />
y le salvó porque al <strong>de</strong>cir “Hijo <strong>de</strong> <strong>David</strong>” estaba confesando a Jesús como el Mesías, el Hijo <strong>de</strong> Dios.<br />
18:43 Y luego vio, (ya podía ver a Jesús, el “Hijo <strong>de</strong> <strong>David</strong>”, con sus propios ojos) y le seguía,<br />
glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios. – El ánimo <strong>de</strong><br />
este hombre era contagioso. Otros seguían su ejemplo en glorificar a Dios por su misericordia.<br />
Pero piense por un momento sobre lo serio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión que tomó este hombre que era ciego.<br />
Si no hubiera aprovechado esa oportunidad, ¿cómo habría quedado? ¡Ciego y mendigando al lado<br />
<strong>de</strong>l camino! Y esta es precisamente la condición <strong>de</strong> millones que no aprovechan la oportunidad <strong>de</strong><br />
recibir la vista <strong>de</strong> Jesús. Allí están, sentados al lado <strong>de</strong>l camino, pensando, “Sin duda Jesús pasará<br />
por aquí otra vez un día <strong>de</strong> estos”.