Partain Evangelio de Lucas - David Cox
Partain Evangelio de Lucas - David Cox
Partain Evangelio de Lucas - David Cox
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
que se lo pidan? (Mat. 7:11, “¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a<br />
los que le pidan?”)<br />
¿Qué significan estas parábolas? ¿Qué lecciones contienen para nosotros? ¿Qué implica la<br />
persistencia enseñada en estas parábolas?<br />
1. Que la fe es indispensable, Sant. 1:6, “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda<br />
es semejante a la onda <strong>de</strong>l mar, que es arrastrada por el viento y echada <strong>de</strong> una parte a otra. 7 No<br />
piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna <strong>de</strong>l Señor. 8 El hombre <strong>de</strong> doble ánimo es<br />
inconstante en todos sus caminos”. Dios no escucha a los <strong>de</strong> doble ánimo, los fluctuantes, los<br />
formalistas, los que oran nada más con los labios. Al persistir en la oración la fe crece, se hace más<br />
fuerte.<br />
2. Que somos totalmente <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> Dios. Que no seamos como el fariseo <strong>de</strong> Luc. 18:9-<br />
14, que no pedía nada. No pidió nada porque no sintió la necesidad <strong>de</strong> pedir nada. No se creía<br />
<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> Dios. Era autosuficiente porque era muy “justo” (daba diezmos, ayunaba, etc.)<br />
La oración es el <strong>de</strong>rramar la necesidad humana <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l trono <strong>de</strong> Dios, la expresión <strong>de</strong><br />
nuestra pobreza e insuficiencia <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Dios. Significa que no confiamos en nosotros mismos<br />
(nuestra sabiduría, nuestros talentos, nuestra preparación académica, nuestra fuerza física, etc.), ni<br />
en los familiares y amigos, ni en posesiones materiales, etc. sino solamente en Dios.<br />
Al adorar a Dios, nuestra oración indica que estamos conscientes <strong>de</strong> su gran<strong>de</strong>za, su soberanía,<br />
que es el único Dios vivo y que es el Creador <strong>de</strong>l universo, que es digno <strong>de</strong> ser alabado y exaltado.<br />
Al meditar en la perfecta santidad <strong>de</strong> Dios, nuestra oración refleja que estamos conscientes <strong>de</strong><br />
nuestra pobreza espiritual. Al interce<strong>de</strong>r por otros, la persistencia indica nuestro amor sincero por<br />
otros, sean hermanos o inconversos. Al dar gracias indicamos que estamos conscientes que<br />
verda<strong>de</strong>ramente toda bendición proviene <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Dios (Sant. 1:17).<br />
Cuando persistimos en la oración la humildad y el espíritu <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia crecen, se<br />
profundizan, se perfeccionan.<br />
3. Que somos sinceros. Que en realidad queremos lo que pedimos. Que la oración no sea una<br />
mera formalidad, una rutina, un recurso <strong>de</strong> emergencia. Dios no pue<strong>de</strong> ser burlado. No <strong>de</strong>bemos<br />
pedir lo que sinceramente queremos. Si queremos que Dios nos oiga, tenemos que ser como el niño<br />
que pi<strong>de</strong> bicicleta. No pi<strong>de</strong> una sola vez y luego calla. Pi<strong>de</strong> y pi<strong>de</strong> y pi<strong>de</strong> hasta que por fin su papá<br />
diga, “Oh, yo creo que este muchacho <strong>de</strong> veras quiere una bicicleta”.<br />
Al persistir en la oración nuestros propósitos se clarifican. Qué es lo que en realidad queremos<br />
en esta vida. ¿Cuáles son las cosas verda<strong>de</strong>ramente importantes?<br />
4. Que la mera repetición <strong>de</strong> alguna oración no vale. Si uno repite el “Padre nuestro” tres o cinco<br />
veces, ¿estará pidiendo algo <strong>de</strong> todo corazón o simplemente cumpliendo con un mandamiento?<br />
5. Que al pedir algo con intensidad y persistencia nosotros haremos nuestra parte para obtener<br />
lo que queremos. Pedimos el pan <strong>de</strong> cada día (Luc. 11:3) y luego con la misma sinceridad<br />
trabajamos para obtener el pan (Efes. 4:28; 1 Tes. 4:11). Oramos fervientemente por los enfermos y<br />
al mismo tiempo les ayudamos para que aprovechen toda ayuda posible <strong>de</strong> doctores, hospitales, etc.<br />
Debemos orar fervientemente por los perdidos (Rom. 10:1) y luego con la misma intensidad y<br />
persistencia trabajaremos para convertirles.<br />
6. Que Dios se pue<strong>de</strong> comparar con aquel que no quería dar pan solamente si los que pedimos<br />
pan o perdón o cualquier cosa no pedimos <strong>de</strong> todo corazón, <strong>de</strong> la misma manera que el señor <strong>de</strong> la<br />
parábola pidió pan a media noche. Y se pue<strong>de</strong> comparar con el juez injusto solamente en el sentido<br />
<strong>de</strong> que no nos hará caso a menos que pidamos con la misma insistencia <strong>de</strong> la viuda que pidió<br />
justicia. Es <strong>de</strong>cir, Dios será indiferente también si los que pedimos no lo hacemos con toda<br />
sinceridad y persistencia. Estas palabras enseñan que ni siquiera <strong>de</strong>bemos molestar a Dios si no<br />
hacemos nuestras peticiones <strong>de</strong> todo corazón. Prov. 28:9 El que aparta su oído para no oír la ley,<br />
Su oración también es abominable”. Y se pue<strong>de</strong> agregar a esto que Dios aparta su oído <strong>de</strong> los que<br />
no le pi<strong>de</strong>n con fe y toda sinceridad.<br />
Algunos ejemplos <strong>de</strong> la persistencia en orar: Abraham (Gén. 18:23-32, persistió en su<br />
intercesión por Sodoma. V. 26, “Si hallare en Sodoma cincuenta justos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la ciudad,<br />
perdonaré a todo este lugar por amor a ellos”. Pero luego en su intercesión Abraham baja el número