Partain Evangelio de Lucas - David Cox
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muerte. Col. 1:13, "nos ha librado <strong>de</strong> la potestad <strong>de</strong> las tinieblas". El Señor libró a Pablo varias<br />
veces, 2 Tim. 3:11; 4:18.<br />
Pero otra vez, recor<strong>de</strong>mos que <strong>de</strong>bemos cooperar con la oración. No conviene <strong>de</strong>liberadamente<br />
meternos en tentaciones, y luego esperar que Dios nos libre. Muchas tentaciones nos ro<strong>de</strong>an todos<br />
los días: en el trabajo, en activida<strong>de</strong>s sociales, en la escuela, y aun entre familiares. Hay<br />
persecuciones. Somos engañados por las riquezas. Siempre hay peligro <strong>de</strong> estar afanosos. Por lo<br />
tanto, el cristiano tiene que estar alerta a cada momento. "Velad y orad, para que no entréis en<br />
tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mat. 26:41).<br />
Debemos <strong>de</strong> todo corazón confiar en Dios. Si somos sinceros, y pedimos con fe, El nos librará<br />
<strong>de</strong> todo mal.<br />
11:5 Les dijo también: ¿Quién <strong>de</strong> vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice:<br />
Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí <strong>de</strong> viaje, y no tengo qué<br />
ponerle <strong>de</strong>lante; 7 y aquél, respondiendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro, le dice: No me molestes; la puerta ya<br />
está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo,<br />
que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se<br />
levantará y le dará todo lo que necesite. – Luc. 18:1-8 narra una parábola gemela, las dos<br />
enseñando la necesidad <strong>de</strong> la persistencia (importunidad) al orar a Dios. Luc. 18:1, “ También les<br />
refirió Jesús una parábola sobre la necesidad <strong>de</strong> orar siempre, y no <strong>de</strong>smayar”. 1 Tes. 5:17, “orad sin<br />
cesar”.<br />
El amigo a medianoche. Probablemente el amigo que llegó a medianoche viajaba <strong>de</strong> noche para<br />
escapar el calor <strong>de</strong>l sol. Su llegada no era nada esperada. No había comida en la casa, pero la<br />
hospitalidad era y es sagrada; los más pobres comparten su pan con huéspe<strong>de</strong>s. Entonces ¿qué<br />
hacer? Ir con el amigo vecino para pedirle pan, pero éste respon<strong>de</strong>, “No me molestes”. Muchas<br />
casas eran <strong>de</strong> un solo cuarto que estaba todo oscuro, los niños dormían en el piso, se batallaba aun<br />
para abrir la puerta. Si se levantaba tendría que buscar una antorcha y algo con que pren<strong>de</strong>rla,<br />
<strong>de</strong>spertaría a los niños y algunos estarían llorando. En fin, sería mucha molestia.<br />
Pero el caso era urgente. La hospitalidad es sagrada. No podría volver avergonzado a casa con<br />
manos vacías. Tenía que obtener pan. No podía ser tímido. Por eso, persistió. Seguía golpeando la<br />
puerta hasta que su “amigo” le diera pan.<br />
¿Cuál es la lección para nosotros? El vecino dormido no quería ser molestado pero al hablar <strong>de</strong><br />
Dios, dice el Salmo 121:3, “Ni se dormirá el que te guarda. 4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá<br />
El que guarda a Israel”. Sal. 34:15, “Los ojos <strong>de</strong> Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos<br />
al clamor <strong>de</strong> ellos” (1 Ped. 3:12). Rom. 8:32, “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo<br />
entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”<br />
El juez injusto y la viuda. Este juez no temía ni a Dios ni al hombre; era hombre <strong>de</strong> corazón duro,<br />
empe<strong>de</strong>rnido. A él no le importaba lo que la gente pensara <strong>de</strong> él. La viuda se presenta en la Biblia<br />
como digna <strong>de</strong> mucha compasión, pues era pobre, in<strong>de</strong>fensa, <strong>de</strong>stituida, víctima <strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong><br />
injusticia (Mar. 12:40). La ley <strong>de</strong> Moisés requería que el pueblo <strong>de</strong> Israel se preocupara por ellas (Ex.<br />
22:22; Deut. 10:18).También la ley <strong>de</strong> Cristo (1 Tim. 5; Sant. 1:27).<br />
Había tres maneras <strong>de</strong> tratar con esta clase <strong>de</strong> juez: el soborno, el intimidar o el rogar. La viuda<br />
no podía utilizar los primeros dos medios; le quedaba solamente el rogar como su único recurso y lo<br />
practicó al máximo. Lo hizo porque estaba <strong>de</strong>sesperada. Imagínese el cuadro: le rogaba<br />
don<strong>de</strong>quiera que lo encontrara, en el tribunal, en el camino, en reuniones sociales o en su casa. El<br />
simplemente no la podía escapar.<br />
Por último, y para su propio bien, para encontrar alivio para sí mismo, le concedió lo que le<br />
pedía, porque esto fue el único medio <strong>de</strong> escapar <strong>de</strong> su persistencia en molestarlo. “Aunque ni temo<br />
a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré<br />
justicia, no sea que viniendo <strong>de</strong> continuo, me agote la paciencia”.<br />
En estas parábolas Jesús razona <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo menor a lo mayor, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo peor a lo mayor. Si aun<br />
los hombres más malos – un “amigo” que no se portaba como amigo, o un juez <strong>de</strong> corazón duro --<br />
saben dar cosas buenas a otros, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los