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Ruidos y susurros de las vanguardias - Medialab Prado

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dadá (1916-1923)<br />

Mau Monleón Grotescos Berlineses: Mynona y el club Dadá<br />

Personal investigador <strong>de</strong>l Laboratorio <strong>de</strong> Creaciones Intermedia<br />

1<br />

EL ARTE GROTESCO ES INSOLENTE . Lo grotesco siempre tiene un carácter provocativo. A menudo con gran dosis <strong>de</strong> humor, lo grotesco apela a<br />

nuestra conciencia <strong>de</strong>sequilibrando nuestro sentido <strong>de</strong> la realidad a través <strong>de</strong> lo inesperado: una mezcla heterogénea <strong>de</strong> elementos; algo <strong>de</strong>masiado<br />

pequeño o <strong>de</strong>masiado gran<strong>de</strong>; algo que se contrapone literalmente a la “normalidad” <strong>de</strong> nuestra visión pequeño-burguesa. En nuestra sociedad<br />

occi<strong>de</strong>ntal, hay rostros grotescos con narices <strong>de</strong>sorbitadas; pero también gestos o acciones grotescas. Lo grotesco, hoy como ayer, tiene que ver con el<br />

mundo <strong>de</strong> <strong>las</strong> formas y, por lo tanto, con la legendaria aspiración <strong>de</strong>l ser humano a equilibrar sus fuerzas entre la naturaleza y el artificio; el or<strong>de</strong>n y el<br />

caos; lo racional e irracional.<br />

Nietzsche ya proyectó estas contradicciones, en el siglo XIX, sobre el conflicto entre lo dionisiaco y lo apolíneo. Sus i<strong>de</strong>as influyeron notablemente en<br />

todo el arte <strong>de</strong> vanguardia, que utilizó esta complejidad ambivalente <strong>de</strong> los términos opuestos para experimentar estéticamente con lo grotesco, la<br />

2<br />

caricatura, la parodia y la sátira .<br />

La fatídica Primera Guerra Mundial, provocada por la industria alemana, la cúpula militar, los bancos y la nobleza prusiana, agudizó los problemas que<br />

Nietzsche se había planteado sobre el callejón sin salida <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad. Se habló entonces <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rrumbamiento <strong>de</strong> una “cultura milenaria” en la que<br />

3<br />

colapsaban tanto los principios cristianos como los fundamentos <strong>de</strong> la Ilustración europea . La imagen <strong>de</strong>l mundo se transformaba a gran velocidad bajo<br />

el influjo <strong>de</strong> <strong>las</strong> máquinas y <strong>las</strong> nuevas fuerzas productivas, en un clima dominado por <strong>las</strong> acciones <strong>de</strong> protesta contra la guerra y <strong>las</strong> condiciones <strong>de</strong> vida<br />

impuestas por ella.<br />

Si el romanticismo ya había utilizado lo grotesco como estrategia para crear confusión y <strong>de</strong>svelar contradicciones subversivas, ahora el caos era revivido<br />

por el expresionismo en un sentido nietzscheano <strong>de</strong> lo trágico-dionisiaco, como una entrada en un mundo tenebroso, lleno <strong>de</strong> penurias, miedo y<br />

oscuridad. Al mismo tiempo, los dadaístas comenzaban a utilizar <strong>las</strong> paradojas <strong>de</strong> lo grotesco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una posición más irónica y satírica; plena <strong>de</strong> burla,<br />

risa y tragicomedia, y más centrada en la provocación política que en los valores estéticos tradicionales.<br />

Según el escritor y director teatral Hugo Ball, el artista <strong>de</strong>bía convertirse en “profeta <strong>de</strong> un nuevo tiempo, precursor <strong>de</strong> toda una época, <strong>de</strong> una nueva<br />

4”<br />

Gesamtkultur [cultura total]. Cultura que exigía un nuevo “arte total” transformado en activo grito <strong>de</strong> protesta, sin olvidar el po<strong>de</strong>r y la fuerza <strong>de</strong> una<br />

nueva actitud lúdica.<br />

Los dadaístas se habían propuesto llevar el nihilismo y la anarquía al terreno <strong>de</strong>l arte, rechazando todas <strong>las</strong> jerarquías existentes: la explotación<br />

5<br />

capitalista; el militarismo exacerbado; la represión sexual; y -obviando el evi<strong>de</strong>nte machismo <strong>de</strong>l grupo - la familia patriarcal. En <strong>de</strong>finitiva, se trataba <strong>de</strong><br />

coadyuvar a la <strong>de</strong>molición <strong>de</strong> una cultura que ya estaba <strong>de</strong>struyéndose a sí misma, tratando <strong>de</strong> evitar la implantación <strong>de</strong> nuevos mo<strong>de</strong>los totalitarios.<br />

Según Richard Huelsenbeck, uno <strong>de</strong> los teóricos <strong>de</strong>l movimiento:<br />

Su objetivo era la negación <strong>de</strong>l mundo existente y <strong>de</strong> todas sus expresiones. La regla fue sustituida por la excepción. Y el método para<br />

6<br />

conseguir este objetivo era la provocación.<br />

Esta provocación surgía precisamente <strong>de</strong> la tensión entre la afirmación y la negación; entre la creencia y el <strong>de</strong>screimiento; tensión que llegaba a la<br />

insolencia envuelta en ese procedimiento <strong>de</strong> “crítica grotesca” a la sociedad mediante el insulto, la ofensa, el <strong>de</strong>scaro, la grosería, e incluso algún que<br />

otro acto temerario.<br />

EL DADÁ BERLINÉS Y LO GROTESCO ALEMÁN en esta época <strong>de</strong> entreguerras obe<strong>de</strong>ce fielmente a su contexto sociopolítico. Dadá se había<br />

formado en Zurich como movimiento estético-literario, en 1916, entre un grupo bastante heterogéneo <strong>de</strong> artistas que carecían <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ología en común.<br />

Una intensa relación entre ellos marcó la trayectoria <strong>de</strong> un Cabaret Voltaire que, en tan sólo seis meses <strong>de</strong> actividad, consiguió contagiar sus i<strong>de</strong>as por<br />

Europa y Estados Unidos.<br />

En 1917 Huelsenbeck llegó a un Berlín que no tenía nada que ver con el Zurich que había <strong>de</strong>jado. La guerra había finalizado en 1918 y en 1919 se había<br />

firmado el tratado <strong>de</strong> paz <strong>de</strong> Versalles, pero la Alemania <strong>de</strong>rrotada <strong>de</strong> posguerra continuaba en una situación <strong>de</strong> total inestabilidad, <strong>de</strong> miseria y <strong>de</strong><br />

muerte. La izquierda veía <strong>de</strong>svanecido su sueño <strong>de</strong> una república socialista, mientras la Reichswehr <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Friedrich Ebert, reprimía <strong>las</strong> huelgas<br />

y sublevaciones con la fuerza militar. El nuevo estado no satisfacía siquiera a la <strong>de</strong>recha, que pretendiendo restaurar el viejo or<strong>de</strong>n perpetró por entonces<br />

los atroces asesinatos <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res izquierdistas Rosa Luxemburg, Karl Liebknecht y Kurt Eisner. (Más tar<strong>de</strong>, en 1922, le sucedió el asesinato <strong>de</strong>l<br />

Ministro <strong>de</strong> asuntos exteriores Walter Rathenau, y, tras otros golpes <strong>de</strong> estado, finalmente el <strong>de</strong> Adolf Hitler, en 1923 en Munich.<br />

Frente al inicio <strong>de</strong> esta crisis política y económica, hacia 1917 y 1918 se posiciona <strong>de</strong>finitivamente la “revuelta dadaísta berlinesa”, que dará sus mejores<br />

frutos entre 1919-1920. Dadá-Berlín se orientará sobre todo a la acción y a la agitación <strong>de</strong> masas -al activismo- y culminará en la Primera Feria Dadá<br />

Internacional. Esta exposición marcará asimismo el próximo <strong>de</strong>clive <strong>de</strong>l movimiento, que ya hacia 1921 comienza a disolverse en acciones cada vez mas<br />

individuales, hasta su total extinción en 1922.<br />

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