La secta de los estranguladores : radionovela
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<strong>La</strong> <strong>secta</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>estranguladores</strong><br />
Jefe policía: según <strong>los</strong> informes <strong>de</strong>l médico forense, que ratificaban las afirmaciones<br />
<strong>de</strong>l profesor Alí Ben, quien se encontraba vinculado al caso, el joven<br />
escurdia fue asesinado por medio <strong>de</strong> una cuerda <strong>de</strong> seda…<br />
Alí Ben: exactamente. en el cuello <strong>de</strong>l joven fallecido pu<strong>de</strong> observar fragmentos<br />
microscópicos <strong>de</strong> seda…<br />
Jefe policía: Bien…en el jardín se vieron las huellas <strong>de</strong> unos zapatos pequeños,<br />
mejor dicho, unas sandalias orientales…correspondientes a las usadas por uno<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> miembros <strong>de</strong> la servidumbre <strong>de</strong> la mansión…<br />
Martín: sí, por ese tong oriental, por ed-Jam…<br />
Jefe policía: exactamente. Quiero consignar que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la abierta ventana <strong>de</strong>l<br />
jardín, era perfectamente factible que una persona hábil lanzase una cuerda <strong>de</strong><br />
seda y estrangulase al hombre que leía en el sillón <strong>de</strong> su biblioteca…¿eh, qué<br />
dice, profesor?<br />
Alí Ben: Que, como usted lo dice, cabe <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo posible, ciertamente…<br />
Jefe policía: Bien…<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que comenzaron las amenazas <strong>de</strong> <strong>los</strong> tongs por la<br />
prensa, el joven Mario escurdia realizó las operaciones testamentarias…<br />
Martín: es el único rasgo <strong>de</strong> miedo que tuvo acaso en su vida ese muchacho<br />
tan talentoso…<br />
Jefe policía: el grupo <strong>de</strong> la fortuna <strong>de</strong> escurdia pasa a su prometida, la señorita<br />
Ligia Mendoza, en tanto que sendos legados <strong>de</strong> a cincuenta mil dólares para<br />
<strong>los</strong> elementos <strong>de</strong> la servidumbre…<br />
Martín: Lo que yo he dicho: todo el mundo se beneficiaba gran<strong>de</strong>mente con<br />
la muerte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sdichado muchacho…<br />
Jefe policía: en la noche, la muerte <strong>de</strong>l señor escurdia, el señor Cantalapiedra,<br />
ayudante <strong>de</strong>l célebre <strong>de</strong>tective Alí Ben, custodiaba la puerta <strong>de</strong> entrada <strong>de</strong> la<br />
mansión…<br />
Martín: Y muy bien custodiaba, digo yo. soy extraordinario, ¡soy único!<br />
Jefe policía: Por su parte, la señorita Ligia, dormía en la casa…Nadie sintió<br />
nada. <strong>La</strong> muerte <strong>de</strong>l joven Mario fue silenciosa y fulminante…<br />
Alí Ben: Muy cierto, señor inspector (pausa). ¿Y qué conclusiones ha sacado<br />
usted <strong>de</strong> todo ello?<br />
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