La secta de los estranguladores : radionovela
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<strong>La</strong> <strong>secta</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>estranguladores</strong><br />
Alí Ben: Recuer<strong>de</strong>n uste<strong>de</strong>s que hace poco pidió permiso para tomar su<br />
medicina. <strong>La</strong> miré y nuestras miradas se comprendieron: ¡Yo estaba seguro <strong>de</strong><br />
que iba a su cuarto a ingerir una fuerte dosis <strong>de</strong> láudano! ¡el mismo veneno<br />
con que intentó darme muerte! He notado <strong>los</strong> síntomas, mientras la observaba<br />
disimuladamente: está muerta ahora.<br />
Jefe policía: ¿es la única culpable, profesor?<br />
Alí Ben: ¡<strong>La</strong> única!<br />
Jefe policía: ¿Luego todos lo <strong>de</strong>más son inocentes?<br />
Alí Ben: Completamente, querido señor inspector. ella <strong>los</strong> utilizó para<br />
<strong>de</strong>sconcertarnos. era muy hábil. su primer esfuerzo estuvo dirigido a impedirnos<br />
que yo interviniera en el asunto. ¿Recuerdan que Mario nos informó sobre <strong>los</strong><br />
consejos que ella le había dado para que no enviase por mí?<br />
Martín: ¡Caracoles marinos! y hasta intentó ridiculizarlo a <strong>los</strong> ojos <strong>de</strong>l joven.<br />
Alí Ben: sí. envió, a<strong>de</strong>más, la bomba a nuestro hotel, como una advertencia<br />
para que abandonásemos todo intento <strong>de</strong> investigación. ella sabía que a nosotros<br />
nos quedaría muy difícil <strong>de</strong> tragar ese cuento <strong>de</strong> <strong>los</strong> tongs.<br />
Martín: ¡Demonios! ¿Y la gitana?<br />
Alí Ben: Yo sospechaba <strong>de</strong> ella, indirectamente, le había sugerido que nos<br />
visitase. Después <strong>de</strong> muchos esfuerzos logré hallarla, por medio <strong>de</strong> un <strong>de</strong>tective<br />
que me facilitó el jefe <strong>de</strong> policía, y aquí está. ¿es cierto eso?<br />
Gitana: Muy cierto, sabio profesor, ¡ella no me indicó directamente que lo<br />
visitase, pero me dijo que un hombre muy gran<strong>de</strong> vendría a México y que la<br />
muerte lo envolvería como una maldición…! Por eso quise verlo.<br />
Martín: ¿Y por qué no nos advirtió que ella la había enviado?<br />
Gitana: Porque mi primera reacción ante las frases <strong>de</strong>l profesor fue <strong>de</strong> sorpresa.<br />
Yo creía hacerle un favor al advertirle el peligro y él me interrogaba severamente<br />
sobre quién me había enviado. Y, repito, ella no me envió. Más tar<strong>de</strong> empecé a<br />
pensar que en verdad, esa señorita me había sugerido la visita…<br />
Alí Ben: fue entonces cuando fue a buscarme a casa <strong>de</strong> ezcurdia y el criado,<br />
por tontería, la <strong>de</strong>spidió, ¿verdad?<br />
Gitana: Así es, profesor…<br />
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