La secta de los estranguladores : radionovela
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Gonzalo: sí, señor profesor.<br />
*<br />
Alberto Upegui Benítez<br />
Ligia: si el profesor quiere permitirme que me vaya a mi habitación a tomar<br />
el resto <strong>de</strong> mi medicina, estaré aquí en poco segundos…<br />
Alí Ben: está muy bien, hija mía…sé que no tardaré…<br />
Ligia: No tardaré…Quiero oír esa explicación suya, profesor…<br />
Control: pasos que se alejan (H).<br />
Gonzalo: Le escuchamos, profesor…<br />
Alí Ben: Pues bien…empecemos por el comienzo…el primer <strong>de</strong>talle <strong>de</strong>sconcertante<br />
<strong>de</strong> esta complicada intriga oriental lo constituye la muerte repentina<br />
<strong>de</strong>l señor Gaspar Jovellanos…<br />
Martín: <strong>La</strong> muerte por estrangulamiento <strong>de</strong>l señor Gaspar Jovellanos, diría<br />
yo, querido jefe…<br />
Alí Ben: (sin hacer caso a Martín). si este primer inci<strong>de</strong>nte era interpretado<br />
erróneamente, todo el andamiaje posterior <strong>de</strong> las investigaciones quedaría<br />
vaciado <strong>de</strong> nulidad…<br />
Martín: ¡Caracoles marinos! ¿Cómo así? ¿No fue estrangulado?<br />
Alí Ben: según todas las veras y hasta don<strong>de</strong> las <strong>de</strong>ducciones lógicas pue <strong>de</strong>n<br />
indicar, el señor Jovellanos murió <strong>de</strong> un ataque cardíaco, tal como lo diagnosticaron<br />
<strong>los</strong> médicos…<br />
Ligia: ¿De un ataque cardiaco? Ya he dicho a usted mis razones para pensar<br />
que no era enfermo, profesor. Acabo <strong>de</strong> regresar <strong>de</strong> mi cuarto cuando oigo esa<br />
afirmación <strong>de</strong>scabellada.<br />
Alí Ben: Nada hay <strong>de</strong> misterioso en la muerte <strong>de</strong> Jovellanos: un hombre joven<br />
en verdad, lleno <strong>de</strong> profundos anhe<strong>los</strong>, <strong>de</strong> un pasado pletórico <strong>de</strong> hazañas, sustos,<br />
esfuerzos físicos, aventuras…<br />
Martín: ¿iba a ser ese el hombre para enfermarse <strong>de</strong>l corazón?<br />
Alí Ben: Precisamente, y en mayor grado que ningún otro. <strong>La</strong> vida serena,<br />
se<strong>de</strong>ntaria, precavida podría constituir una mejor garantía <strong>de</strong> salud que el<br />
<strong>de</strong>spliegue permanente <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s esfuerzos físicos y mentales…<br />
Gonzalo: ¡Quién lo creyera…!<br />
Jefe policía: Y con todo, es muy lógico lo que dice el profesor Alí Ben.<br />
*<br />
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