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08.05.2013 Views

“La conducta emocional no es en absoluto un desorden: es un sistema organizado de medios que tienden hacia una meta. Y se recurre a este sistema para disimular, sustituir, rechazar una conducta que no se puede o no se quiere mantener. Al mismo tiempo, la explicación de la diversidad de las emociones queda así facilitada: cada una representa un medio diferente de eludir una dificultad, una escapatoria particular, una trampa especial.” 78 Así nos dice Sartre que nos convencemos en tomar soluciones burdas al no encontrar las medidas adaptadas ante situaciones de alta tensión, rebajándonos a un ser conformista. “Ser emotivo se ha vuelto sinónimo de enfermizo o desequilibrado, al aceptar esa norma el individuo se ha debilitado grandemente, su pensamiento se ha empobrecido y achatado.” 79 Las emociones están fuertemente relacionadas a la espontaneidad, sobre todo en reacción de las mismas. Tratamos de luchar contra nuestras emociones hasta el punto de rechazarlas por completo, asegurándonos de aplacar nuestra ira, o no permitirnos hacer brotar una lágrima, así dominamos nuestro miedos a costa de engendrar otros nuevos, el miedo a sentir. “El sentimiento ha sufrido el mismo destino que la muerte; resulta incomodo exhibir las pasiones, declara ardientemente el amor, llorar, manifestar con demasiado énfasis los impulsos emocionales.” 80 78 SARTRE, Jean Paul. Bosquejo de una teoría de las emociones. Madrid: Alianza, 1973, pág. 14 79 FROMM, Erich. El miedo a la libertad. Barcelona, Buenos Aires, México: Paidós,1947 pág.235 80 LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío, ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Barcelona: Anagrama, 1986, pág.77 95

Este tipo de desordenes emocionales está vinculado con la sensación de vacío en la cual se experimenta apatía y alienación social. Gilles Lipovetsky lo denomina como la incapacidad para sentir las cosas y los seres. Así convencidos de la absurda realidad que afrontamos, buscamos cada vez más los desapegos y evitando todo riesgo que sugiera dolor. Somos un montón de hombres de paja que ya no andan en busca del mago de Oz. La realidad es que no somos inmunes de sentir o expresar lo que sentimos y que el mundo siempre será el detonador de nuestras reacciones. Pero que nuestros instintos también juegan un papel importante y que el registro de las memorias afectivas o sensoriales activan las defensas ante tales estímulos. 3.2 Mecanismos de defensa “Si la vida no nos ha dado más que una celda de reclusión, hagamos por ornamentarla, aunque más no sea, con las sombras de nuestros sueños, diseños y colores/mezclados/, esculpiendo nuestro olvido bajo la quieta exterioridad de los muros” Fernando Pessoa Los mecanismos de defensa son funciones psíquicas reguladoras de las cargas de energía que disminuyen la tensión psíquica para proteger o evitar toda clase de trastornos o perturbaciones producidas por exceso de excitación emocional. 96

“La conducta emocional no es en absoluto un desorden: es un sistema<br />

organizado de medios que tienden hacia una meta. Y se recurre a este<br />

sistema para disimular, sustituir, rechazar una conducta que no se<br />

puede o no se quiere mantener. Al mismo tiempo, la explicación de la<br />

diversidad de las emociones queda así facilitada: cada una representa<br />

un medio diferente de eludir una dificultad, una escapatoria particular,<br />

una trampa especial.” 78<br />

Así nos dice Sartre que nos convencemos en tomar soluciones burdas al no<br />

encontrar las medidas adaptadas ante situaciones de alta tensión,<br />

rebajándonos a un ser conformista.<br />

“Ser emotivo se ha vuelto sinónimo de enfermizo o desequilibrado, al<br />

aceptar esa norma el individuo se ha debilitado grandemente, su<br />

pensamiento se ha empobrecido y achatado.” 79<br />

Las emociones están fuertemente relacionadas a la espontaneidad, sobre<br />

todo en reacción de las mismas. Tratamos de luchar contra nuestras<br />

emociones hasta el punto de rechazarlas por completo, asegurándonos de<br />

aplacar nuestra ira, o no permitirnos hacer brotar una lágrima, así<br />

dominamos nuestro miedos a costa de engendrar otros nuevos, el miedo a<br />

sentir.<br />

“El sentimiento ha sufrido el mismo destino que la muerte; resulta<br />

incomodo exhibir las pasiones, declara ardientemente el amor, llorar,<br />

manifestar con demasiado énfasis los impulsos emocionales.” 80<br />

78<br />

SARTRE, Jean Paul. Bosquejo de una teoría de las emociones. Madrid: Alianza, 1973,<br />

pág. 14<br />

79<br />

FROMM, Erich. El miedo a la libertad. Barcelona, Buenos Aires, México: Paidós,1947<br />

pág.235<br />

80<br />

LIPOVETSKY, Gilles. La era del vacío, ensayos sobre el individualismo contemporáneo.<br />

Barcelona: Anagrama, 1986, pág.77<br />

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