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08.05.2013 Views

La soledad moral deviene de la falta de conexión con valores símbolos y normas y es tan intolerable como la soledad física; siendo ésta intolerable si conjuga este aspecto. Algunos individuos sacrifican su verdadero yo con tal de preservar la sensación de acople a los cánones sociales y esto no hace más que evadir su libertad, aportándoles una seguridad frágil y disfrazada “La religión y el nacionalismo, así como cualquier otra costumbre o creencia, por más que sean absurdas o degradantes, siempre que logren unir al individuo con los demás constituyen refugios contra lo que el hombre teme con mayor intensidad: el aislamiento.” 56 Se justifica en la abolición del miedo irremediable; bien comentaría Nietzsche que toda religión es una filosofía de muerte, nuestra particular forma de afrontamiento a los temores, el consuelo de que hay más de uno como tu sintiendo lo mismo. Fromm explica que el acto de desobediencia como acto de libertad es el principio de la razón, ejemplificado con el mito bíblico de la expulsión del paraíso. La creación del pecado, el primer acto libre, un acto de elección, primer acto que acarrea consecuencias catastróficas. Con semejante ejemplo ¿qué individuo con respectivas semejanzas religiosas se podría sentir inspirado a ejercer un acto sin temor?, no se es más libre por temor a la culpa, culpa divina o a los ojos de cualquiera que juzgue. También se es libre de cometer errores, pero esa libertad no es digna de una sociedad que vigila constantemente, tal represión hace predecible todas nuestras decisiones. 56 FROMM, Erich. Óp. Cit. pág.40 63

“Sin embargo este sentimiento de aislamiento individual y de impotencia es algo de lo que el hombre no tiene conciencia. Es demasiado aterrador. Se oculta en la rutina diaria de sus actividades, la seguridad y la aprobaciones que halla en sus relaciones privadas y sociales, éxito en los negocios, cualquier forma de distracción.” 57 El constante acatamiento de las normas o nuestras propias reglas, hace crecer la parte que nos dicta hacer todo lo contrario, llevándonos a ignorar y alimentar una parte inconsciente de nuestro ser. Darle libertad cuando se la pide sería más prudente que esperar a lidiar con su fuga. 57 Ídem. pág.140 64

La soledad moral deviene de la falta de conexión con valores símbolos y<br />

normas y es tan intolerable como la soledad física; siendo ésta intolerable si<br />

conjuga este aspecto.<br />

Algunos individuos sacrifican su verdadero yo con tal de preservar la<br />

sensación de acople a los cánones sociales y esto no hace más que evadir<br />

su libertad, aportándoles una seguridad frágil y disfrazada<br />

“La religión y el nacionalismo, así como cualquier otra costumbre o<br />

creencia, por más que sean absurdas o degradantes, siempre que<br />

logren unir al individuo con los demás constituyen refugios contra lo<br />

que el hombre teme con mayor intensidad: el aislamiento.” 56<br />

Se justifica en la abolición del miedo irremediable; bien comentaría Nietzsche<br />

que toda religión es una filosofía de muerte, nuestra particular forma de<br />

afrontamiento a los temores, el consuelo de que hay más de uno como tu<br />

sintiendo lo mismo.<br />

Fromm explica que el acto de desobediencia como acto de libertad es el<br />

principio de la razón, ejemplificado con el mito bíblico de la expulsión del<br />

paraíso. La creación del pecado, el primer acto libre, un acto de elección,<br />

primer acto que acarrea consecuencias catastróficas. Con semejante ejemplo<br />

¿qué individuo con respectivas semejanzas religiosas se podría sentir<br />

inspirado a ejercer un acto sin temor?, no se es más libre por temor a la<br />

culpa, culpa divina o a los ojos de cualquiera que juzgue.<br />

También se es libre de cometer errores, pero esa libertad no es digna de una<br />

sociedad que vigila constantemente, tal represión hace predecible todas<br />

nuestras decisiones.<br />

56 FROMM, Erich. Óp. Cit. pág.40<br />

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