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Por una cultura del Envejecimiento - Inapam

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<strong>Por</strong> <strong>una</strong> Cultura<br />

<strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>


Primera edición 2010<br />

© D. R. Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores<br />

Petén 19, col. Narvarte, <strong>del</strong>. Benito Juárez, México, D. F.<br />

Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio,<br />

sin autorización escrita <strong>del</strong> titular de los derechos patrimoniales.<br />

ISBN 978-607-7956-00-6<br />

Impreso y hecho en México<br />

Lic. Felipe Calderón Hinojosa<br />

Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos<br />

Directorio Sedesol<br />

Lic. Heriberto Félix Guerra<br />

Secretario de Desarrollo Social<br />

Directorio <strong>Inapam</strong><br />

Lic. Alejandro Orozco Rubio<br />

Director General <strong>del</strong> <strong>Inapam</strong><br />

C.P. Martha Díaz Carbajal<br />

Directora de Administración<br />

Dr. Sergio S. Valdés Rojas<br />

Director de Atención Geriátrica<br />

Ricardo Pineda Zamora<br />

Director de Programas Estatales y Afiliación Nacional<br />

Lic. Arturo Serrano Meneses<br />

Titular <strong>del</strong> Órgano Interno de Control<br />

Lic. Pilar Torres Fernández<br />

Coordinación<br />

Lic. Carmen Estela Alcántara Lozano<br />

Coordinación Editorial<br />

Lic. Ofelia Ramos Salinas<br />

Cuidado de la Obra<br />

Lic. Fátima Reséndiz Vázquez<br />

Melisa Flores López<br />

Diseño<br />

Ulises Lago<br />

Óscar Cruz Lugo<br />

Ángeles Jíménez<br />

Archivo <strong>Inapam</strong><br />

Fotografía<br />

PRÓLOGO<br />

México vive <strong>una</strong> transformación demográfica sin precedentes, en donde el envejecimiento de la población nos lleva a la necesidad<br />

de generar respuestas institucionales y sociales para encarar los desafíos presentes y futuros.<br />

La <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento se ha convertido en <strong>una</strong> prioridad que nos encamina a fortalecer los lazos solidarios entre las<br />

generaciones e impulsar la revaloración de los adultos mayores, estimulando su plena inserción en la vida familiar, social, comunitaria,<br />

económica y política <strong>del</strong> país.<br />

Para la sociedad, cada vez es más importante que sus miembros alcancen <strong>una</strong> edad avanzada de forma saludable, lo que hace<br />

necesario potenciar la educación y la prevención de las enfermedades como mecanismos indispensables que garanticen mayor<br />

conocimiento <strong>del</strong> fenómeno de la vejez.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> Cultura <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong> es <strong>una</strong> obra que tiene como objetivo presentar los esfuerzos que en México, sociedad civil<br />

y gobierno se realizan para enfrentar el reto <strong>del</strong> envejecimiento demográfico.<br />

El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (<strong>Inapam</strong>), como organismo rector de la política pública en favor de la<br />

población de 60 años y más, invita a la reflexión sobre este tema, a través de cinco ejes rectores que el Gobierno <strong>del</strong> Presidente<br />

Felipe Calderón Hinojosa implementó y que responden a las necesidades sociales de las personas de edad.<br />

Primer Eje: Cultura <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>. Conjunta las acciones encaminadas a asegurar que con la participación activa de la<br />

sociedad, bajo un enfoque de derechos, se pueda construir un México que procure, respete y ame a sus adultos mayores.<br />

Segundo Eje: <strong>Envejecimiento</strong> Activo. Plantea la promoción de actividades físicas, <strong>cultura</strong>les, sociales y recreativas, que permitan<br />

ampliar la esperanza de vida saludable y la productividad, todo con un enfoque preventivo.<br />

Tercer Eje: Seguridad Económica. Reúne las acciones encaminadas a garantizar la seguridad económica como componente<br />

fundamental de la calidad de vida, mediante empleo, capacitación y microcréditos.<br />

Cuarto eje: Protección Social. Contribuye a mejorar los niveles de bienestar de las personas adultas mayores en condiciones<br />

de vulnerabilidad. Implica crear oportunidades y proporcionar los medios para lograr que la población esté por encima de los<br />

umbrales mínimos de calidad de vida.<br />

Quinto eje: Promoción de los Derechos de las Personas Adultas Mayores. Conjunta las acciones para garantizar la protección<br />

de los derechos de las personas adultas mayores. Contribuye a la sensibilización y concientización de que el adulto mayor es<br />

sujeto de derechos, que no son concesiones graciosas ni dádivas <strong>del</strong> gobierno. Si bien el adulto mayor tiene necesidades especiales,<br />

éstas no lo hacen menos valioso y por el contrario, es responsabilidad de todos construir <strong>una</strong> sociedad en la que se les apoye<br />

no por caridad, sino porque es su derecho.<br />

La <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento es, en resumen, un cambio en la visión actual sobre las personas adultas mayores, para terminar<br />

con el estigma que favorece la discriminación de este sector.<br />

En el <strong>Inapam</strong> estamos seguros que la mejor manera de difundir la <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento, es reeducar a las generaciones<br />

que se encuentran en la etapa de vida productiva y comenzar a inculcar desde la enseñanza básica, nuevos mo<strong>del</strong>os y aspiraciones<br />

relacionadas con la actividad en la vejez.<br />

Dignificar al adulto mayor es <strong>una</strong> tarea que debe incluir acciones en todas las generaciones y toda la sociedad. Corresponde al<br />

sector privado, a la sociedad civil y al gobierno, en todos los niveles, crear los espacios para favorecer la vejez saludable y digna.<br />

Lic. Alejandro Orozco Rubio<br />

Director General <strong>del</strong> <strong>Inapam</strong>


ÍNDICE<br />

Capítulo 1. Cultura <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong><br />

Hacia un envejecimiento dinámico y saludable<br />

Desarrollo Integral de la Familia<br />

El apoyo familiar para el cuidado <strong>del</strong> adulto mayor<br />

Colegio de la Frontera Norte<br />

Formación de profesionales en favor de la vejez<br />

Universidad Estatal <strong>del</strong> Valle de Ecatepec<br />

El mejor camino para alcanzar <strong>una</strong> autonomía satisfactoria<br />

Instituto de Geriatría<br />

Adultos mayores, los más discriminados en nuestro país<br />

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación<br />

Desafíos presentes y futuros <strong>del</strong> envejecimiento demográfico<br />

Dr. Sergio S. Valdés Rojas<br />

<strong>Por</strong> un envejecimiento exitoso<br />

Comisión Nacional de los Derechos Humanos<br />

Capítulo 2. <strong>Envejecimiento</strong> Activo<br />

Una vejez activa y participativa<br />

Universidad de la Tercera Edad<br />

La educación fortalece su independencia<br />

Instituto Nacional para la Educación de los Adultos<br />

Avances de la investigación sobre envejecimiento<br />

Secretaría de Salud<br />

Capítulo 3. Seguridad Económica<br />

Experiencia, base <strong>del</strong> éxito de la empresa familiar<br />

Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad<br />

Integración Social en actividades productivas<br />

Universidad Autónoma Metropolitana<br />

Capítulo 4. Protección Social<br />

El abordaje <strong>del</strong> envejecimiento en México<br />

Secretaría de Salud<br />

Situación de los adultos mayores indígenas<br />

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas<br />

70 y Más... Programa de la Secretaría de Desarrollo Social<br />

7<br />

9<br />

13<br />

19<br />

25<br />

35<br />

41<br />

49<br />

51<br />

53<br />

59<br />

63<br />

75<br />

77<br />

85<br />

91<br />

93<br />

103<br />

111


Capítulo 5. Promoción de los Derechos de los Adultos<br />

Mayores<br />

Una perspectiva jurídica<br />

Senado de la República<br />

En defensa de sus derechos<br />

Comisión Nacional de los Derechos Humanos<br />

Adultos mayores, de principio a fin<br />

Instituto Nacional de Estadística y Geografía<br />

Ley de los derechos de las Personas Adultas Mayores<br />

Bibliografía<br />

Agradecimientos<br />

115<br />

117<br />

127<br />

131<br />

139<br />

141<br />

149<br />

CAPÍTULO 1<br />

Cultura <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>


Hacia un envejecimiento<br />

dinámico y saludable<br />

Desarrollo Integral de la Familia<br />

Simone de Beauvoir en su libro La Vejez expresa que tanto el sentido que los hombres<br />

dan a su existencia como su sistema global de valores son los que definen la<br />

estimación y el valor de la ancianidad. A la inversa, por la forma en que <strong>una</strong> sociedad<br />

se comporta con sus viejos descubre, sin equívoco, la verdad –a menudo,<br />

cuidadosamente enmascarada– de sus principios y fines. 1<br />

Escuela para hijos<br />

Cada sociedad ha adoptado medidas preventivas y soluciones a los problemas que<br />

plantean los ancianos. <strong>Por</strong> ejemplo, cuando los esquimales sienten que son <strong>una</strong> carga<br />

para la familia porque ya no pueden con los quehaceres de la casa, la pesca o de la<br />

caza, prefieren morir con honor al cobijo de la nieve o al dejarse caer en el agua.<br />

En México, los relatos precolombinos confirman que el anciano era el conocedor de<br />

los misterios y designios, por lo cual recibían el respeto de su comunidad. Es más, uno de sus dioses principales era Huehuetéotl,<br />

el dios viejo, el guardián <strong>del</strong> fuego sagrado, y en el mundo maya su equivalente era Khin. 2<br />

Esta <strong>cultura</strong> de veneración al anciano sufre cambios en la sociedad moderna debido a las modificaciones en la estructura<br />

familiar, la globalización, la extrema pobreza y la insuficiencia en los sistemas de seguridad social, entre otros factores, que<br />

dificultan la permanencia con bienestar de los ancianos, incluso con respuestas sociales gerontofóbicas. Ante esta situación, hay<br />

que crear alternativas viables que reconozcan nuevamente el valor de las personas de 60 años de edad y más en la sociedad.<br />

La realidad social <strong>del</strong> adulto mayor mexicano tiene facetas múltiples y con ello innumerables aspectos que retan a todo<br />

aquel profesional interesado en este grupo de edad, a crear las políticas públicas, a planificar acciones que prevengan toda clase<br />

de riesgos que lleven a la exclusión social y el maltrato en contra de este grupo de edad, ya que dicha exclusión minimiza su<br />

funcionalidad física, mental, social y provoca el desconocimiento de sus más elementales derechos humanos.<br />

El tema de los adultos mayores ha sido estudiado por la Gerontología, que es la ciencia que analiza el proceso de envejecimiento<br />

desde los ámbitos biológico, psicológico y social. 3 El aporte de la Gerontología Social es amplio, pues permite conocer la dimensión<br />

social <strong>del</strong> envejecimiento de acuerdo con las diferentes sociedades, <strong>cultura</strong>s y mitos que permiten explicar la interacción entre<br />

este sector de la población y la sociedad. 4<br />

1 DE BEAUVOIR, Simone, La vejez, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1970.<br />

2 GARCÍA RAMÍREZ, José Carlos , La vejez, el grito de los olvidados, Manufactura, AC, Plaza y Valdés Editores, México, 2003, (pp. 58-74).<br />

3 MENDOZA NUÑEZ, Víctor Manuel, Gerontología Comunitaria, CONACyT, México, 2004.<br />

4 SÁNCHEZ SALGADO, Carmen Delia, Gerontología Social, Espacio, Buenos Aires, Argentina, 2005, (p. 9).<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 9


Parte de la Gerontología permite realizar investigaciones y<br />

gerontoprofiláxis, que aportan a la sociedad los suficientes elementos<br />

para solidificar y modificar las creencias que sobre el<br />

envejecimiento posee <strong>una</strong> determinada sociedad. Sobre todo,<br />

busca aquellos factores determinantes de la <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

y sus derechos.<br />

Al respecto, se puede decir que en México se está en <strong>una</strong> lucha<br />

continua en contra de los procesos <strong>cultura</strong>les que limitan la<br />

participación <strong>del</strong> adulto mayor en la sociedad. Les negamos el<br />

derecho a opinar en asuntos que sólo ellos deberían hacerlo.<br />

Calidad de vida<br />

La calidad de vida en las personas adultas mayores se puede<br />

definir como: “aquella que se funda en el gozo tranquilo y seguro:<br />

de la salud y la educación, de <strong>una</strong> alimentación suficiente<br />

y de <strong>una</strong> vivienda digna, de un medio ambiente estable y sano,<br />

de la justicia, de la igualdad entre sexos, de la responsabilidad<br />

de la vida cotidiana, de la dignidad y de la seguridad”. 5<br />

Es importante señalar que la calidad de vida está determinada<br />

por un sentimiento subjetivo de bienestar, además de ser<br />

multidimensional, porque implica factores físicos, funcionales,<br />

emocionales, sociales y espirituales. Su concepción puede variar<br />

de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> a otra y de un ambiente social a otro. 6<br />

Es a partir de esta definición de calidad de vida que se deben<br />

establecer los mínimos parámetros para <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento,<br />

ya que involucra valores y derechos humanos básicos.<br />

Uno de ellos es la dignidad, fundamento de los derechos<br />

humanos, puesto que si se carece de ella, no se pueden reclamar<br />

ni el reconocimiento ni la vigencia de los propios derechos.<br />

<strong>Por</strong> el contrario, si se tiene dignidad, existe la posibilidad<br />

<strong>del</strong> autocuidado, la autorrealización y la participación en pro<br />

de establecer estilos de vida y hacerlos extensivos a otros sectores<br />

de la sociedad.<br />

La modificación en favor de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

recae nuevamente en las familias, pues debe ser a partir de<br />

edades muy tempranas cuando el niño inicie con estilos de vida<br />

que permitan su desarrollo equilibrado y plena satisfacción,<br />

además de reconocer el valor de sus mayores.<br />

5 RUBIO HERRERA, Ramona, Máster en Gerontología Social; Fundación Universitaria Iberoamericana, España, (p. 33).<br />

6 Ibídem.<br />

7 Plan Nacional Gerontológico, Sistema Nacional DIF, octubre 2005, (p. 27).<br />

10 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Cómo son los mayores<br />

El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia<br />

(DIF) ha establecido estrategias que pretenden influir en la<br />

sociedad para mejorar la calidad de vida <strong>del</strong> adulto mayor.<br />

<strong>Por</strong> eso creó el Programa Escuela para Hijos, cuyos antecedentes<br />

datan de 1987, cuando el equipo de Trabajo Social de<br />

la Casa Hogar para Ancianos "Arturo Mundet", hoy Centro Nacional<br />

Mo<strong>del</strong>o de Atención, Investigación y Capacitación Gerontológico<br />

"Arturo Mundet", detectó la necesidad de los familiares<br />

y responsables de los usuarios de esta institución, de ser<br />

capacitados sobre el proceso de envejecimiento de sus mayores.<br />

Era indispensable que conocieran los cambios biológicos,<br />

psicológicos y sociales de sus padres o abuelos, para comprenprenderlos,<br />

atenderlos, aceptarlos, pero sobre todo, potenciar<br />

su desarrollo y evitarles la soledad, el abandono y la marginación<br />

de que son objeto.<br />

El grupo de trabajo proyectó reuniones para el público en<br />

general. Paralelamente la Casa Hogar "Vicente García Torres"<br />

inició el Programa Escuela para Hijos, que en 1994 ganó el<br />

Premio de la Administración Pública. Desde entonces el Centro<br />

Nacional y las casas hogar para ancianos <strong>del</strong> Sistema Nacional<br />

DIF, ofrecen estos cursos, los cuales han servido para<br />

que los participantes multipliquen conocimientos adquiridos<br />

en su medio social.<br />

Aprender a ser hijo<br />

Lo anterior sirvió de base para que el DIF creara en octubre<br />

de 2005 el Programa Nacional Gerontológico, que establece<br />

en el apartado de Escuela para Hijos que el ser humano<br />

perfecciona su conducta de autocuidado, al poseer información<br />

acerca de la forma de prevenir las diferentes patologías<br />

que se presentan conforme avanza la edad y modifica su actitud<br />

hacia los adultos mayores, lo que sensibiliza para brindarles<br />

un mejor trato. Este programa se dirige a la comunidad en<br />

general, primordialmente, a la familia <strong>del</strong> adulto mayor, tanto<br />

institucionalizado como de la comunidad, para fomentar el<br />

envejecimiento exitoso. 7<br />

La participación de la familia es indispensable<br />

para modificar la <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento.<br />

Durante la aplicación de este programa se ha logrado la convivencia<br />

intergeneracional con diferentes centros educativos<br />

como jardines de niños, primarias, secundarias, preparatorias<br />

y estudiantes de nivel superior. También, a través de sesiones<br />

generales o cursos-taller, se ha puesto énfasis en la capacitación<br />

de cuidadores primarios, grupos voluntarios, personal de atención<br />

a personas adultas mayores de las entidades federativas,<br />

organizaciones civiles y familias, para la prevención, atención<br />

y rehabilitación de este sector de la sociedad que presenta diferentes<br />

necesidades.<br />

El Programa Escuela para Hijos se ha impartido en gran parte<br />

de los estados y municipios de la República Mexicana, con<br />

gran respeto por la <strong>cultura</strong>, ideología, religión y proyecto de<br />

vida de cada persona.<br />

De acuerdo con los ejes establecidos por el Programa Nacional<br />

Gerontológico se tratan temas diversos, acordes con las<br />

necesidades de cada grupo, tales como envejecimiento sano y<br />

patológico; deterioro cognoscitivo, atención <strong>del</strong> paciente de-<br />

pendiente en casa, envejecimiento social, aspectos tanatológicos,<br />

ejercicios, lubricación de la piel, ludoterapia, sociedad y<br />

anciano; familia y anciano; movilización y atención de pacientes<br />

encamados; cuidados paliativos, fomento y reafirmación<br />

de los valores que permitan la convivencia intergeneracional;<br />

preparación para la jubilación y proyecto de vida para este<br />

grupo de edad, así como todos los aspectos relacionados con<br />

la vejez, expuestos por profesionales de diferentes disciplinas<br />

gerontogeriátricas.<br />

Para recordar<br />

La <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento permite añadir vida a los años<br />

y no años a la vida. Escuela para Hijos es un programa de educación<br />

social integral basado en la promoción de la salud, dirigido<br />

a la comunidad en general, para fomentar <strong>una</strong> <strong>cultura</strong><br />

de envejecimiento, que permite a la persona de edad madura<br />

tomar conciencia y modificar los hábitos que le restarían vida.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 11


A partir de esta <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento, se pretenden<br />

fomentar y fortalecer las redes sociales y familiares, mejorar<br />

las actitudes ante el auto cuidado social, físico y emocional,<br />

que por ende dignificarán a las personas de esta edad. Para<br />

ello, se debe:<br />

• Diseñar y difundir contenidos educativos intra y extra institucionales<br />

para la promoción de la salud de los adultos<br />

mayores.<br />

• Fomentar la sensibilización en la comunidad, sobre el proceso<br />

de envejecimiento.<br />

• Propiciar la modificación de actitudes que redunden en<br />

<strong>una</strong> mejor calidad de vida, al tomar como base la nutrición<br />

y acondicionamiento físico.<br />

• Ampliar la capacidad de respuesta <strong>del</strong> personal, familiares<br />

y comunidad en la atención <strong>del</strong> anciano.<br />

12 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

• Contribuir a aumentar la calidad de vida y el trato digno.<br />

A nivel individual, vale la pena hacer un alto a cualquier<br />

edad y, sobre todo, en la antesala de la vida adulta mayor, en la<br />

sexta década de la vida, donde es necesario replantear metas,<br />

pues se llega a considerar que no es posible seguir siendo productivo,<br />

se debe iniciar <strong>una</strong> nueva relación, emprender nuevos<br />

retos como el aprendizaje de <strong>una</strong> profesión o de un oficio, al<br />

cual en la juventud no se le dio el tiempo para desarrollarlo. Se<br />

debe considerar que cualquier tiempo es el mejor momento.<br />

Sólo podremos replantear y hablar de políticas de <strong>cultura</strong><br />

<strong>del</strong> envejecimiento propias, cuando hagamos conciencia y veamos<br />

nuestra realidad social mexicana, aceptemos nuestro propio<br />

envejecimiento, y podamos reconocer nuestros derechos<br />

así como el valor de nuestra dignidad, para entonces poder<br />

alcanzar <strong>una</strong> vejez con calidad y plena.<br />

El amor les aporta seguridad y bienestar lo que mejora, en gran medida, su calidad de vida.<br />

El apoyo familiar para el cuidado<br />

<strong>del</strong> adulto mayor<br />

Colegio de la Frontera Norte *<br />

El apoyo social para los adultos mayores es de suma importancia, debido a que las<br />

tendencias sociodemográficas en México indican <strong>una</strong> clara disminución poblacional<br />

de niños y jóvenes, así como el aumento considerable de las personas mayores, por<br />

lo que se espera que en el 2050 habrán en nuestro país 41.4 millones de habitantes<br />

con más de 60 años. 8<br />

Este proceso de envejecimiento de la población, unido a cambios de tipo económico,<br />

tecnológico, político, <strong>cultura</strong>l y biológico, ha determinado que los patrones<br />

de salud y enfermedad se transformen continuamente. El paso de las enfermedades<br />

infecciosas comunes a las no transmisibles, las lesiones y los padecimientos mentales<br />

ha sido <strong>una</strong> de las principales características que se hacen evidentes en la población<br />

envejecida 9 donde no sólo influyen las condiciones actuales <strong>del</strong> adulto mayor,<br />

sino también su exposición a factores de riesgo durante etapas anteriores. El<br />

aumento en la duración de los males crónicos y la presencia de medidas paliativas,<br />

que disminuyen la mortalidad, han llevado a un incremento de la prevalencia de las<br />

enfermedades y como consecuencia de la discapacidad asociada.<br />

“La transición epidemiológica conlleva <strong>una</strong> transformación profunda en el<br />

significado social de la enfermedad. De ser un pro-ceso agudo y transitorio, que se resuelve ya sea con la curación o con la muerte,<br />

el padecimiento llega a constituirse en un estatus crónico, frecuentemente estigmatizado, en el que la carga psicológica, social y<br />

económica se acrecienta.” 10<br />

En un país como México, los factores psicológicos, sociales y económicos que acompañan al panorama de <strong>una</strong> mortalidad<br />

descendente junto con <strong>una</strong> morbilidad creciente en los adultos mayores, constituyen características altamente heterogéneas<br />

entre grupos sociales y regiones <strong>del</strong> país cuyas condiciones varían de manera importante no sólo durante la vejez sino a lo largo<br />

de la vida.<br />

En este sentido, cobra relevancia el concepto de carga alostática 11 , definido como la exposición acumulada durante la vida<br />

a condiciones que incrementan el riesgo de diferentes formas de discapacidad y de enfermedades crónicas. Dentro de estas<br />

condiciones, las desigualdades sociales en salud de los adultos mayores en México están representadas en primer lugar por un<br />

número significativo de hogares cuyos miembros viven en condiciones económicas sumamente adversas, con ingresos inferiores<br />

a los mínimos indispensables para satisfacer las necesidades de salud.<br />

Los adultos mayores que viven bajo estas condiciones no sólo tienen <strong>una</strong> salud deteriorada, sino que les acompañan sen-<br />

8<br />

CABRERA, G. (2000). México. El destino demográfico que se anuncia a mitad <strong>del</strong> siglo XXI en la población de México, situación actual y desafíos futuros. Conapo, Secretaría de Gobernación.<br />

9<br />

FRENK, Julio. (1994). La salud de la población. Hacia <strong>una</strong> nueva salud pública. México, DF, FCE.<br />

10<br />

Ibídem.<br />

11<br />

Mc EWEN, B.S. y STELLAR E. (1993). Stress and the Individual: Mechanism Leading to disease Arch Intern Med. 153: 2093-2101.<br />

12<br />

SCHILLERSTROM, J.E., ROYALL DR, PALMER RF. (2008). Depression, Disability and Intermediate Pathways: A Review of Longitudinal Studies in Elders. J Geriatr Psychiatry Neurol, 1, 21(3):<br />

(183 -197).<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 13


timientos de limitación física que afectan el desempeño de<br />

sus actividades cotidianas 12 . <strong>Por</strong> otra parte, la baja escolaridad<br />

característica de esta población se relaciona con mayor morbilidad<br />

y discapacidad debido a su relación con la exposición a factores<br />

de riesgo y a estilos de vida donde la salud no constituye<br />

<strong>una</strong> prioridad. 13<br />

Asimismo, el índice de mujeres con discapacidad es más alto<br />

que el de los hombres, debido a esto la expectativa de vida<br />

saludable es menor en las mujeres, tres de cada cuatro sufren<br />

entre uno y tres condiciones discapacitantes como artritis, incontinencia<br />

y pobre visión, lo que genera mayor número de<br />

accidentes como caídas, fractura de cadera y depresión. 14<br />

Aunque las mujeres viven más años que los hombres, ellas pasan<br />

gran parte de su vejez con discapacidad.<br />

Mejorar su calidad de vida es labor de todos<br />

En nuestro país, al igual que en otras regiones en vías de desarrollo,<br />

la longevidad no va de la mano con la salud. La morbilidad<br />

y discapacidad frecuentes en gran parte de la población<br />

de los adultos mayores dirigen la atención sobre su calidad de<br />

vida, donde el bienestar personal y social dependerá en gran<br />

medida <strong>del</strong> soporte familiar, comunitario e institucional que<br />

reciba.<br />

Estas tres fuentes de apoyo constituyen <strong>una</strong> importante<br />

red social que integra a todas las personas con quien el adulto<br />

mayor interactúa, con quien se siente unido y fortalecido y de<br />

quien recibe auxilio o transferencias de cuatro tipos:<br />

• Apoyo material, tiene que ver con los recursos monetarios<br />

y no monetarios que el adulto mayor puede recibir<br />

en forma de dinero, regalos, comida, ropa y realización de<br />

algún trámite.<br />

• Instrumental, se refiere a la ayuda que reciben en labores<br />

<strong>del</strong> hogar, transporte, cuidado y acompañamiento.<br />

• Emocional, se expresa en el cariño, confianza y preocupación<br />

que se transmiten a través de visitarlos y escucharlos,<br />

además de la transmisión física de afecto.<br />

14 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

• Informacional o cognitivo, se refiere al intercambio de<br />

información, de experiencias y de darles consejos que les<br />

sirvan como guía para realizar alg<strong>una</strong> actividad o comprender<br />

<strong>una</strong> situación. 15<br />

Los estudios sobre apoyo social a este sector reportan diferencias<br />

demográficas importantes, en comparación con los<br />

jóvenes, los adultos mayores requieren que su red de asistencia<br />

sea más pequeña y menos diversa. Las mujeres reciben más<br />

ayuda emocional que los hombres, pero estos reciben más asistencia<br />

instrumental.<br />

La fragilidad característica de los últimos años de vida incrementa<br />

las necesidades de tipo material e instrumental. La<br />

discapacidad física expande las redes de apoyo de las personas<br />

adultas mayores mientras que la discapacidad cognoscitiva las<br />

reduce. Asimismo, se ha visto que su participación en actividades<br />

comunitarias y religiosas incrementa la red social y por<br />

ende las fuentes de ayuda que recibe. El impacto de los eventos<br />

estresantes agudos y de las condiciones estresantes cróninicas<br />

sobre el bienestar <strong>del</strong> adulto mayor también va a depender<br />

de la presencia <strong>del</strong> apoyo social. 16<br />

Uno de los hallazgos más consistentes está relacionado con<br />

las consecuencias de la falta de asistencia social sobre la supervivencia.<br />

La muerte prematura por diferentes causas como la<br />

enfermedad cardiaca, el cáncer, las fracturas de cadera, otros<br />

accidentes y el suicidio se ha relacionado con esta situación de<br />

aislamiento de la sociedad.<br />

Alg<strong>una</strong>s características estructurales de las redes sociales<br />

que se consideran un riesgo son: el no estar casado, no tener<br />

hijos o tener pocos hijos, no tener conexiones con organizaciones<br />

comunitarias, ser nuevo en el vecindario, y tener <strong>una</strong><br />

red pequeña de familiares, amigos o compañeros. Incluso <strong>una</strong><br />

red pequeña puede disminuir el riesgo de mortalidad.<br />

Visitar a los amigos y familiares es un potente inhibidor de<br />

la mortalidad, aunque la efectividad de estas relaciones varía<br />

entre las <strong>cultura</strong>s. Mientras para algunos, la convivencia con<br />

los amigos es más beneficiosa, para otros lo son las interacciones<br />

con familiares. Se concluye que los hombres están<br />

13 ADLER, N.E. y NEWMAN, K. (2002) Socioeconomic Disparities In Health:Pathways And Policies. Health Affairs 21(2) 60-75.<br />

14 KINSELLA, K., WAN, H. (2009) An Aging World: 2008. U.S. Census Bureau, International Population Reports, U.S. Government Printing Office, Washington, DC.<br />

15 MORENO, E. (2004) Collectivize Social Support? Elements for Reconsidering the Social Dimension in the Study of Social Spanish Journal of Psychology, Vol. 7, No. 2, 124-134.<br />

16 HAYS, J. C. (2007). Social Networks and Social Support Encyclopedia of Health & Aging. SAGE Publications.<br />

en mayor riesgo de mortalidad que las mujeres cuando les falta<br />

el apoyo emocional o instrumental. 17<br />

Los efectos de este apoyo se han visto relacionados con algunos<br />

padecimientos específicos. Las personas con enfermedad<br />

cardiaca reportan un mejor estado de salud cuando reciben<br />

ayuda de sus redes sociales. El poder hablar libremente sobre<br />

su enfermedad con amigos y familiares mejora el estado de salud<br />

de los adultos mayores con cáncer. Finalmente en los pacientes<br />

con diabetes, el manejo adecuado de la enfermedad<br />

(nutrición, ejercicio y medicación) depende en gran medida de la<br />

asistencia social que reciben, y la falta de ésta afecta la salud<br />

mental, contribuye a la presencia de depresión, desmoralización<br />

y problemas psicológicos.<br />

La reciprocidad <strong>del</strong> apoyo social es <strong>una</strong> parte fundamental<br />

de la valoración positiva. Dar y recibir ayuda emocional e instrumental,<br />

especialmente entre generaciones, es importante para<br />

ellos. El estudio sobre “<strong>Envejecimiento</strong>, salud y bienestar en<br />

América Latina y el Caribe (SABE)” encontró que los adultos<br />

mayores que vivían con sus hijos recibían la misma cantidad de<br />

ayuda que daban, mientras que los que no habitaban con ellos,<br />

recibían más apoyo que el que daban. 18<br />

La contribución <strong>del</strong> adulto mayor al bienestar de su familia<br />

generalmente se traduce en el arreglo de la casa, cuidado de<br />

los nietos y la socialización. La comprensión sobre este tipo<br />

de relaciones generacionales, la forma como se constituyen,<br />

los factores que las modifican y los efectos que tienen se han<br />

convertido en un foco de investigación relevante.<br />

<strong>Por</strong> el contrario, algunos tipos de apoyo social pueden ser<br />

dañinos para el bienestar psicológico de los adultos mayores.<br />

Las interacciones sociales negativas y ambivalentes pueden incrementar<br />

el estrés psicológico, los hombres son particularmente<br />

vulnerables. Asimismo, los síntomas de depresión son más severos<br />

cuando hay poca satisfacción con la cantidad o la calidad<br />

<strong>del</strong> apoyo social y son la base sobre la que puede presentarse<br />

el maltrato, la violencia y el abuso. 19<br />

El valor de los roles en la sociedad mexicana<br />

Las problemáticas de salud asociadas al envejecimiento de la<br />

población no pueden analizarse desde <strong>una</strong> óptica individual.<br />

No sólo tienen que ver con los adultos mayores, sino también<br />

con todas aquellas personas que conviven con ellos y cuyas<br />

interrelaciones se modifican y se hacen más complejas.<br />

En términos generales, la familia mexicana se ha descrito<br />

como <strong>una</strong> red extensa compuesta por distintos miembros que<br />

no sólo tienen relaciones de parentesco, sino también por personas<br />

que viven cerca geográficamente y por aquellos con los<br />

que se interactúa frecuentemente y se intercambia ayuda. 20<br />

Las explicaciones <strong>cultura</strong>les de dichos arreglos familiares<br />

hacen énfasis en el familismo como elemento central. La orientación<br />

colectiva prima sobre la orientación individualista, los<br />

roles son altamente valorados y los miembros de estos grupos<br />

están más orientados hacia la convivencia y las necesidades de<br />

la unidad familiar. 21<br />

El familismo tiene tres dimensiones desde la cuales se le puede<br />

analizar: la dimensión demográfica, que considera el tamaño,<br />

la estructura y los patrones de nupcialidad y fertilidad; la<br />

conductual que define las actividades a través de las cuales<br />

cumplen los roles, es decir, el apoyo económico, instrumental<br />

y/o emocional que aporta cada uno de los integrantes.<br />

<strong>Por</strong> último, la actitudinal en la que se consideran los valores<br />

de la familia como la lealtad, reciprocidad y solidaridad. 22<br />

La alta prevalencia de la familia extendida desde <strong>una</strong> perspectiva<br />

<strong>cultura</strong>l enfatiza la preferencia por los arreglos grandes<br />

y complejos entre sus integrantes; sin embargo, desde <strong>una</strong><br />

perspectiva socioeconómica se considera a estos patrones como<br />

el <strong>del</strong>ineamiento de <strong>una</strong> estrategia de sobrevivencia que se<br />

presenta en los grupos de bajos ingresos, como <strong>una</strong> respuesta<br />

adaptativa a las circunstancias sociales y económicas a las que<br />

se enfrentan y que las viven de <strong>una</strong> manera más equitativa y<br />

organizada.<br />

17<br />

RUDKIN, L. (2007). Socieconomic Status. Encyclopedia of Health & Aging. SAGE Publications.<br />

18<br />

PELÁEZ , M. y MARTÍNEZ, I. (2002) Equity and Sistems of Intergenerational Transfers in latin America and the Caribbean. Pan American Journal of Public Health 11/5-6 439-43.<br />

19<br />

PILLEMER, K. y SUITOR, J. (2006) Making Choices: A Within-family Study of Caregiver Selection The Gerontologist, 46 (4): 439-448.<br />

20<br />

LOMNITZ, L.A. y PEREZ-Lizaur M (1982). Culture and ideology among Mexican entrepeneurs, J. R. Barstow (ed.) Culture and ideology: Anthropological perspectives, Minneapolis, University of<br />

Minnesota Press.<br />

21<br />

VEGA, W. A. (1995). The study of latino families: A point in departure. In R. E. Zambrano, ed. Understanding latino families: Scholarship, policy and practice (pp. 3-17). Thousand Oaks, CA: Sage.<br />

22<br />

VALENZUELA, A. y DORNBUSCH S. (1994) Familism and Social Capital in the Academic Achievement of Mexican origin and Anglo Adolescents. Social Science Quarterly 75 (pp 18-36).<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 15


Las redes familiares amplias y fuertes pueden compensar las<br />

limitaciones en los recursos económicos 23 o proporcionar un<br />

medio para afrontar las dificultades asociadas con la migración<br />

internacional. De manera general los estudios en México y en<br />

otros países en desarrollo muestran consistentemente que<br />

predomina la corresidencia <strong>del</strong> adulto mayor con sus hijos o<br />

sus nietos y que al mismo tiempo los apoyan de <strong>una</strong> manera<br />

importante. 24<br />

El arreglo familiar en el que viva un adulto mayor no dependerá<br />

solamente de factores <strong>cultura</strong>les, sociales o económicos<br />

sino de manera definitiva por el estado de salud. Los cuidados<br />

que requiere son variables en función <strong>del</strong> grado de dependencia<br />

que presentan. Aquellos que requieren ayuda en las<br />

actividades básicas de la vida diaria (vestirse, ir al baño, bañarse,<br />

alimentarse y para desplazarse en distancias cortas)<br />

presentan un mayor nivel de dependencia y demandan mayor<br />

auxilio que los que necesitan ayuda en las actividades<br />

instrumentales de la vida diaria (manejar el dinero, ir de compras,<br />

preparar <strong>una</strong> comida o tomar medicamentos).<br />

La obligación filial es la norma <strong>cultura</strong>l que define a los hijos<br />

como los responsables de los padres, además de ser también<br />

<strong>una</strong> expectativa de éstos, quienes prefieren y esperan recibir<br />

23<br />

BACA, Zinn M. Wells B. (2000). Diversity within Latino families: new lessons for family social science. In Handbook of Family Diversity, ed. DH Demo, KR Allen, MA Fine, (pp 262-73). New York:<br />

Oxford Univ. Press.<br />

24<br />

BONGAARTS, J. Zimmer Z. (2002). Living Arrangements of older Adults in the Developing World: An Analysisi of Demographic and Health Survey Household Surveys. Journals of Gerontology<br />

Series B: Psychological Sciences and Social Sciences 57, (pp 145-57).<br />

25<br />

ROBLES-SILVA, L. (2006) El cuidado de los ancianos: la feminización de la obligación filial. ROBLES-SILVA, et al. (eds), Miradas sobre la vejez: un enfoque antropológico. Tijuana, Baja California:<br />

El Colegio de la Frontera Norte. Plaza y Valdés.<br />

26<br />

UNIFEM. (2005). Progress of the world's women 2005. UNIFEM Bienial Report. New York, NY: UNIFEM.<br />

27<br />

ROBLES-SILVA L. (2000). The caregiver phenomenom: An invisible result og aging. In Mexican Society of Demography sixth national meeting on demographic research. México City: A. C. El<br />

Colegio de México.<br />

16 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

La norma <strong>cultura</strong>l define principalmente a las mujeres como<br />

responsables de los padres.<br />

los cuidados por parte de sus hijos y no de otras personas.<br />

Sin embargo, más que los hijos, los actores principales de la<br />

obligación filial son las mujeres. 25 Este rol <strong>del</strong> cuidador ligado al<br />

género femenino posee raíces importantes dentro de la <strong>cultura</strong><br />

mexicana donde el mo<strong>del</strong>o tradicional <strong>del</strong> “hombre proveedormujer<br />

cuidadora” constituye la base <strong>del</strong> cuidado de los hijos<br />

y de la familia. En gran parte de los casos el cuidado de los<br />

adultos mayores recae en la solidaridad proporcionada principalmente<br />

por hijas, nietas, vecinas, etcétera, quienes llevan<br />

a cabo el cuidado informal como cualquier actividad laboral que<br />

requiere tiempo, energía y que no es económicamente remunerada.<br />

26 Se ha considerado un trabajo para las mujeres y<br />

responsabilidad de ellas en muchas <strong>cultura</strong>s como la mexicana. 27<br />

Influencia <strong>del</strong> cambio en la estructura de los hogares<br />

Los patrones familiares han ido cambiando como consecuencia<br />

de la transición demográfica al igual que por alg<strong>una</strong>s transformaciones<br />

socioeconómicas y <strong>cultura</strong>les. Los cambios en la<br />

estructura y composición de los hogares mexicanos pueden<br />

resumirse en cinco tendencias con importantes implicaciones<br />

para la comprensión de los sistemas de apoyo social que re-<br />

quiere el adulto mayor: 1) Aumento de hogares con adultos<br />

mayores entre sus miembros. 2) Reducción <strong>del</strong> tamaño de los<br />

hogares. 3) Coexistencia de diversos tipos de arreglos residenciales.<br />

4) Aumento de la proporción de hogares encabezados<br />

por mujeres. 5) Responsabilidad económica más equilibrada<br />

entre hombres y mujeres. 28<br />

El fenómeno <strong>del</strong> envejecimiento de las personas, producto<br />

<strong>del</strong> aumento en la expectativa de vida y de la disminución en<br />

el tamaño de los hogares, ha determinado que las redes familiares<br />

y la diversificación <strong>del</strong> apoyo relacionado con el número<br />

de integrantes de la familia estén disminuyendo.<br />

A diferencia de lo que sucedía anteriormente, la presencia<br />

de cinco o más miembros por hogar es <strong>una</strong> característica que<br />

ha disminuido 29 , lo que también implica <strong>una</strong> disminución en el<br />

número de cuidadores potenciales que podrían tener los adultos<br />

mayores.<br />

<strong>Por</strong> otra parte, aunque el tiempo familiar se está incrementando<br />

y cada vez es más frecuente que convivan personas de<br />

Cada día es más frecuente que convivan<br />

personas de varias generaciones en las<br />

familias.<br />

varias generaciones en el hogar, las redes de apoyo tienden a<br />

disminuir considerando que la mayoría de los miembros de las<br />

familias se encuentran en edades laborales. Estrechamente<br />

relacionado con lo anterior, la mayor participación de la mujer<br />

en la actividad económica produce un efecto directo sobre<br />

el mo<strong>del</strong>o de la mujer cuidadora que durante años ha sido la<br />

base de la atención a los adultos mayores. Las repercusiones<br />

de este cambio en algunos países europeos se han englobado<br />

en el concepto de Familismo ambivalente para señalar la difícil<br />

conciliación entre prioridades profesionales y afectivofamiliares.<br />

30<br />

Adicional al efecto de las transformaciones demográficas<br />

sobre los hogares, su reconfiguración también se manifiesta<br />

a través de cambios en las conductas, actitudes, modos de<br />

vida, hábitos y prácticas compartidas por los miembros de la<br />

familia que actúan sobre sus relaciones, posiciones y roles 31 y<br />

modifican su participación en las redes de apoyo que requiere<br />

el cuidado de la salud de los adultos mayores.<br />

28<br />

ARRIAGADA, I. (2004). Transformaciones sociales y demográficas de las familias latinoamericanas. Papel Poblac, 40: (pp 71-95). GARCÍA B. y ROJAS, O. (2001) Recents transformations in Latin<br />

american families: a socio-demographic perspective. Presented at Gen. Popul. Conf. IUSSSP, XXIV, Salvador de Bahia, Brazil.<br />

29<br />

LÓPEZ, P. (2001). Los Hogares/Cambios sobresalientes en la composición de los hogares. Demos No. 014, enero.<br />

30<br />

SARACENO, C. (1995), Familismo ambivalente y clientelismo categórico en el estado <strong>del</strong> bienestar italiano, en Sarasa, S. y Moreno, L. (eds.) El estado <strong>del</strong> bienestar en la Europa <strong>del</strong> Sur, (pp. 261-<br />

288). Madrid: CSIC.<br />

31<br />

LÓPEZ, P. (2001). Los Hogares/Cambios sobresalientes en la composición de los hogares. Demos No. 014, enero.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 17


En este contexto cobra relevancia el concepto de dinámica<br />

intrafamiliar entendida como un“... conjunto de relaciones de<br />

cooperación, intercambio, poder y conflicto que hombres y<br />

mujeres y generaciones establecen en el seno de las familias<br />

en torno de la división <strong>del</strong> trabajo y los procesos de toma de<br />

decisiones...” 32<br />

No se trata solamente de <strong>una</strong> mayor disponibilidad de redes<br />

de apoyo, la calidad, frecuencia, efectividad y disponibilidad es<br />

lo fundamental considerando que la reciprocidad no siempre<br />

está presente particularmente en el caso de los adultos mayores<br />

con discapacidad y/o enfermedades crónicas. En estos<br />

casos el intercambio equilibrado de dar y recibir, no está presente.<br />

La imposibilidad de reciprocar a sus hijos hace que la<br />

relación sea asimétrica y que opere bajo mecanismos emocionales<br />

y de obligación determinados por la <strong>cultura</strong> 33 . En última<br />

instancia, será la dinámica intrafamiliar la que determine la<br />

forma como se activa y opera la red de apoyo. Lo anterior es<br />

particularmente evidente en contextos de pobreza donde la<br />

activación de redes familiares está además limitada por la distancia<br />

económica que también se traduce en distancia geográfica<br />

y social. 34<br />

La mayor probabilidad de discapacidad y enfermedad en<br />

la población que envejece plantea <strong>una</strong> serie de interrogantes<br />

sobre el papel de la familia, cuyas transformaciones modifican<br />

los mo<strong>del</strong>os clásicos de apoyo a los adultos mayores. El familismo,<br />

que ha sido un potenciador de la solidaridad entre las<br />

generaciones se encuentra en proceso de cambio tanto en su<br />

dimensión estructural, como en sus dimensiones conductual<br />

y actitudinal. Los cambios en el tamaño y estructura de los<br />

hogares, la asunción de roles diferentes y la difícil conciliación<br />

entre los valores de lealtad, reciprocidad y solidaridad con la<br />

vida laboral, están produciendo un debilitamiento de las redes<br />

de apoyo decisivas para el bienestar y cuidado de las personas<br />

mayores.<br />

*Silvia Mejía Arango.<br />

18 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Es importante trabajar más en las redes de apoyo para el bienestar y el<br />

cuidado de las personas mayores.<br />

La <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento permite añadir vida a los años y no años<br />

a la vida.<br />

32<br />

OLIVEIRA, O y ARIZA, M. (1999). Trabajo, familia y condición femenina. <strong>una</strong> revisión de las principales perspectivas de análisis. Papeles de población 020.<br />

33<br />

MONTES DE OCA, V. (2000). Relaciones familiares y redes sociales. <strong>Envejecimiento</strong> demográfico en México, retos y perspectivas, (pp. 289-326). Consejo Nacional de Población. Ciudad de<br />

México.<br />

34<br />

ENRIQUEZ, R. (2000). Redes sociales y pobreza: mitos y realidades. La Ventana, No. 11.<br />

Formación de profesionales<br />

en favor de la vejez<br />

Universidad Estatal <strong>del</strong> Valle de Ecatepec *<br />

Las rutas a seguir en la educación (visión), en las formas en las que hay que educar<br />

(misión) y en los impactos concretos <strong>del</strong> proceso educativo (formación), representan<br />

los desafíos para cualquier proyecto de enseñanza superior o profesional. En lo que<br />

compete a la formación profesional, la educación no solamente se mide por la adquisición<br />

individualizada de conocimientos, habilidades y actitudes, sino también<br />

en la forma de pretender responder a las necesidades que se ciernen en el entorno.<br />

Visualizar las necesidades colectivas, distinguirlas en cuanto a su grado de insatisfacción<br />

y atenderlas en cuanto a su prioridad, representan la tarea a cumplir de las<br />

instituciones. 35 Y es allí donde la formación de recursos profesionales se convierte<br />

en <strong>una</strong> exigencia social traducida en política pública educativa implementada.<br />

En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior: “Visión y acción en el<br />

siglo XXI”, se indica que “en los albores <strong>del</strong> nuevo siglo se observa <strong>una</strong> demanda<br />

de educación superior sin precedentes, acompañada de <strong>una</strong> gran diversificación<br />

de la misma y <strong>una</strong> mayor toma de conciencia de la importancia fundamental que<br />

este tipo de educación reviste para el desarrollo socio<strong>cultura</strong>l y económico y para<br />

la construcción <strong>del</strong> futuro, de cara al cual las nuevas generaciones deberán estar preparadas con nuevas competencias y nuevos<br />

conocimientos e ideales”. 36<br />

Las demandas colectivas y las ofertas institucionales fueron adoptadas por el Pacto Internacional de los Derechos Económicos,<br />

Sociales y Culturales (1976), donde en el Artículo 13 habla, a grandes rasgos, sobre los derechos de toda persona a tener acceso<br />

a la educación, a ser copartícipe en la capacitación necesaria para el desarrollo social y a recibir los productos derivados <strong>del</strong><br />

proceso educativo.<br />

De esa manera, los espacios educativos son el mejor escenario para desarrollar las recomendaciones de los organismos internacionales.<br />

Entre esos espacios se encuentran las universidades donde la formación de recursos profesionales se orienta<br />

hacia tres niveles: 1) Responsabilidades sociales. 2) Generación, transmisión y aplicación de conocimientos e 3) Impactos en<br />

el desarrollo humano. Ante tales circunstancias ha venido incubándose, desarrollándose y ahora consolidándose los estudios<br />

gerontológicos y, por ende, la formación de recursos humanos en gerontología.<br />

En la actualidad, la gerontología es <strong>una</strong> disciplina científica tendiente a responder o buscar soluciones a las necesidades sociales.<br />

Una necesidad insoslayable es aquella derivada <strong>del</strong> proceso <strong>del</strong> envejecimiento que experimentan las sociedades y los<br />

individuos en particular.<br />

35 VAN, DYKE V. (1974). "Human rights and the rigths groups", en American Journal Political Science, V. 18, Núm. 4, University Press, Chicago<br />

36 UNESCO.Declaración Mundial sobre la Educación Superior (1998). Washington, D. C.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 19


En un encuadre inicial y convencional, el sector de 60 años<br />

y más es definido, independientemente de las características<br />

particulares en la que se envejece, como <strong>una</strong> comunidad demandante<br />

de servicios (de salud, de protección social y económica,<br />

educacionales, de apoyo jurídico, emocional, de rehabilitación,<br />

entre otros.)<br />

Una exigencia o demanda pública implica <strong>una</strong> oferta, es decir,<br />

la ley de la oferta y la demanda también opera en la economía<br />

educativa. <strong>Por</strong> eso, la formación de profesionales en gerontología<br />

es <strong>una</strong> oferta educativa imprescindible ante la demanda 37<br />

de servicios solicitados por la población de edad avanzada. De<br />

esa manera los claustros universitarios constituyen el mejor<br />

ingrediente para trabajar coordinadamente con las diferentes<br />

instituciones encargadas de atender a la población llamada adulta<br />

mayor.<br />

Los planes de Acción Internacional sobre el <strong>Envejecimiento</strong><br />

constituyen <strong>una</strong> base política educativa, a nivel internacional<br />

y, proponen principios generales y directrices sobre las maneras<br />

en que la comunidad internacional, los gobiernos y las sociedades<br />

en su conjunto pueden hacer frente a los retos <strong>del</strong><br />

envejecimiento.<br />

En las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones<br />

Unidas se ha promovido que cada país defina por sí mismo <strong>una</strong><br />

política orientada a las personas mayores, basada en propiedades,<br />

objetivos y planes nacionales, así como programas que<br />

resuelvan los problemas y necesidades de los propios mayores y<br />

los efectos <strong>del</strong> envejecimiento en las sociedades. El interés por<br />

las personas mayores data de 1973 38 y entre las más importantes<br />

en relación con los derechos en la vejez, se encuentra<br />

la Resolución 46/91 de 1991, en que se establecen los Principios<br />

de las Naciones Unidas en favor de las Personas de<br />

Edad en cinco temas: independencia, participación, cuidados,<br />

autorrealización y dignidad. Para que tenga efectividad esos<br />

cinco principios rectores en los derechos humanos de los adultos<br />

mayores, se requieren acciones coordinadas donde el papel<br />

de la educación gerontológica es de vital importancia.<br />

Los puntos de coincidencia con uno de los documentos que<br />

han marcado la pauta para la implementación de las políticas y<br />

20 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

programas de atención a los adultos mayores son el Informe,<br />

y las Declaraciones de la Segunda Asamblea Mundial <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong><br />

que en <strong>una</strong> de sus partes dice lo siguiente:<br />

“Cuestión 4: Capacitación de los proveedores de servicios<br />

de salud y de los profesionales de la salud (…) 82. Existe en<br />

todo el mundo <strong>una</strong> necesidad imperiosa de ampliar las oportunidades<br />

educacionales en geriatría y gerontología para todos<br />

los profesionales de la salud que atienden a personas de edad<br />

y de ampliar los programas educacionales sobre la salud y las<br />

personas de edad dirigidos a los profesionales <strong>del</strong> sector de<br />

servicios sociales. Las personas que atienden a otros en un<br />

contexto no estructurado necesitan también tener acceso a la<br />

información y capacitación básica en la atención de personas<br />

de edad. Objetivo 1: Mejorar la información y la capacitación<br />

de los profesionales y para profesionales de salud y servicios<br />

sociales sobre las necesidades de las personas de edad. Medidas:<br />

a) Iniciar y promover programas de educación y formación<br />

para los profesionales de la salud y de los servicios sociales y<br />

de las personas que atienden a otros en un contexto no estructurado<br />

respecto de los servicios y la atención para las personas<br />

de edad, incluidas la gerontología y geriatría, y apoyar a todos<br />

los países, en particular a los países en desarrollo, en estas actividades.<br />

b) Instituir programas de educación continuada para<br />

los profesionales de la salud y los servicios sociales con miras a<br />

aplicar un enfoque integrado de la salud, el bienestar y la atención<br />

de las personas de edad, así como de los aspectos sociales<br />

y psicológicos <strong>del</strong> envejecimiento. c) Ampliar la educación profesional<br />

en gerontología y geriatría, incluso haciendo esfuerzos<br />

especiales para ampliar la matrícula de estudiantes de geriatría<br />

y gerontología.” 39<br />

Si bien la cita es extensa, la consideramos importante para<br />

fundamentar el vínculo entre el marco internacional, los dere-<br />

chos <strong>del</strong> adulto mayor y la educación gerontológica. El inciso<br />

“C” nos permite hacer énfasis en la pertinencia de la generación<br />

de la Licenciatura en Gerontología: argumento que sirve<br />

para objetar a los geriatras dogmáticos y a los escépticos de los<br />

licenciados en gerontología y demostrar así su participación<br />

tan trascendental.<br />

37 Naciones Unidas (1999). Derechos Humanos y Personas de Edad.<br />

38 Naciones Unidas (1973): Cuestión de las personas de edad y los ancianos, Resolución 31/37 (XXVIII). Seguridad social para los ancianos, Resolución 31/38(XXVIII). (1977): Cuestión de las<br />

personas de edad y los ancianos, Resolución 32/131. Año Internacional y la Asamblea Mundial sobre la Vejez, Resolución 32/132.<br />

39 Plan de Madrid (2002). Documento en varias versiones digitales y ediciones.<br />

Conformar recursos humanos profesionales capaces de atender,<br />

en la medida de lo posible, a <strong>una</strong> condición también inherente<br />

a nuestro tiempo, “el envejecimiento poblacional” que,<br />

si bien alcanzó a los países <strong>del</strong> primer mundo en términos de<br />

prevención con un esquema de cobertura de necesidades casi<br />

adecuado, en México el panorama logra <strong>una</strong> dimensión crítica<br />

ante los retos de este proceso poblacional.<br />

Sin embargo, la resistencia ante las nuevas oportunidades<br />

siempre cuenta con un grupo escéptico de profesionales que<br />

interpreta como <strong>una</strong> amenaza el surgimiento de nuevas profesiones,<br />

como es el caso de la licenciatura en gerontología en<br />

México.<br />

La pertinencia de su desarrollo tuvo como fundamentos articular<br />

las condiciones que conllevan el envejecimiento pobla<br />

cional y los objetivos que persigue la gerontología como carrera<br />

universitaria centrada en competencias y aptitudes, con<br />

un área específica de especialización de carácter interdisciplinario,<br />

con amplio sentido de servicio a la sociedad.<br />

• La capacidad y la voluntad política para el desarrollo de<br />

un programa educativo innovador dentro de un mo<strong>del</strong>o<br />

de enseñanza centrado en el alumno, con impacto inmediato<br />

en la comunidad en que se encuentra inmersa la<br />

institución.<br />

• Necesidad de contar con profesionales formados y no sólo<br />

capacitados en materia de atención a los adultos mayores,<br />

así como ampliar las posibilidades de investigación<br />

y docencia en gerontología ubicados en los diferentes<br />

contextos <strong>cultura</strong>les y sociales de nuestro país, con la<br />

ventaja que ofrece la continuidad de estas actividades<br />

en el marco universitario, sin depender totalmente de los<br />

cambios de gestión gubernamental.<br />

Retos y vicisitudes<br />

El primer reto fue tratar de ubicar a la gerontología en un área<br />

<strong>del</strong> conocimiento, con la finalidad de que las autoridades edu-<br />

40 GARCÍA, M. (2003). Trabajo Social en Gerontología. Plaza y Valdés.<br />

cativas consideraran las bondades y expectativas de un nuevo<br />

programa educativo a nivel superior. El segundo reto consistió<br />

en dejar de considerar a la gerontología como la disciplina que<br />

se encarga sólo <strong>del</strong> estudio <strong>del</strong> proceso de envejecimiento,<br />

fue el punto de partida para las discusiones académicas, las<br />

que condujeron al siguiente concepto: disciplina científica que<br />

estudia e interviene en el proceso <strong>del</strong> envejecimiento, de la<br />

vejez y con los adultos mayores de manera integral; con <strong>una</strong><br />

visión muy humanista y transdisciplinaria que se constituye<br />

en <strong>una</strong> ciencia con <strong>una</strong> perspectiva innovadora y sustentable,<br />

la que ofrece respuestas reales a las nuevas condiciones y<br />

expectativas de transición demográfica a nivel mundial. 40<br />

El tercer reto fue el rechazo de profesionales especialmente<br />

<strong>del</strong> área de la salud, particularmente médicos y especialistas en<br />

el área clínica, quienes ya se encontraban trabajando con adultos<br />

mayores. La errónea interpretación de que se generaría un<br />

pseudomédico geriatra se encontró por mucho tiempo en los<br />

discursos de ese sector profesional; sin embargo, esto permitió<br />

al grupo de académicos ser aún más cauto en la orientación<br />

dentro de las aulas y precisar lo más detalladamente posible el<br />

perfil de egreso <strong>del</strong> licenciado en gerontología.<br />

Entre los retos a vencer también se encontró el relativo a<br />

la edad y vocación de los jóvenes, pues la pregunta es: ¿serían<br />

realmente capaces de entender al adulto mayor en la totalidad<br />

y complejidad de su problemática? Este cuestionamiento lejos<br />

de ser <strong>una</strong> posición ofensiva, fue uno de los puntos estratégicos<br />

para fundamentar las competencias profesionales, especialmente<br />

reconsiderando la perspectiva humanista que pretendemos<br />

<strong>del</strong> gerontólogo ante <strong>una</strong> sociedad que enfrenta<br />

<strong>una</strong> seria situación de conflicto de valores.<br />

Hemos constatado a lo largo de cinco años, que los jóvenes<br />

sí tienen la sensibilidad y capacidad para vincularse profesionalmente<br />

con los adultos mayores, aunque hemos de reconocer<br />

que eso no garantiza un resultado profesional de su<br />

formación que, incluso, forma parte de las incertidumbres de<br />

cualquier carrera profesional.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 21


Planes y programas<br />

La formación de un profesional competente en gerontología<br />

exige la estructuración de programas que faciliten la adquisición<br />

de <strong>una</strong> serie de habilidades, conocimientos y destrezas, así como<br />

la capacidad de aplicarlas en contextos y organizaciones<br />

laborales.<br />

Las competencias debían desarrollar los tres conceptos que las<br />

caracterizan: cognitivas, motivacionales y personológicas que,<br />

finalmente se deberán manifestar en la calidad de la actuación<br />

profesional, dentro de un mo<strong>del</strong>o educativo constructivista.<br />

Sin embargo, pronto se descubrió que la formación <strong>del</strong> educando<br />

no podía reducirse al campo de la psicología educativa,<br />

sino que tenía que direccionarse al terreno de las responsabilidades<br />

sociales, éticas e, incluso, políticas: pues la formación<br />

gerontológica está vinculada con políticas sociales, económicas<br />

41 y político–educativas. 42<br />

De acuerdo con lo mencionado, el gerontólogo universitario<br />

estudia los procesos asociados al envejecimiento desde la vertiente<br />

biológica, psicológica, socioeconómica, política y antropológica,<br />

43 entre otras. Su visión es preventiva, de planeamiento<br />

y de rehabilitación (lo que debe propiciar en el anciano<br />

mantenerse o bien incorporarse a su medio de manera autosuficiente,<br />

lo que trae como resultado favorecer su condición<br />

de persona activa).<br />

Para cumplir este propósito se necesitaron planes y programas<br />

de estudios diseñados para el cumplimiento de expectativas<br />

educativas.<br />

Los campos <strong>del</strong> conocimiento gerontológico presentan <strong>una</strong><br />

dinámica de enriquecimiento importante desde 1903 44 , con sus<br />

aportaciones sobre el estudio científico de la vejez, pasando por<br />

las posturas limitativas, 45 consolidantes 46 y la postura comple-<br />

22 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

jizante 47 que se refiere a la gerontología como <strong>una</strong> disciplina<br />

científica que tiene por objeto el estudio de la triada viejo,<br />

vejez-envejecimiento; la multidisciplina y la interdisciplina<br />

como ejes de interpretación y desarrollo teórico y metodológico;<br />

y que comprende a su objeto desde <strong>una</strong> perspectiva biopsico-social-<strong>cultura</strong>l,<br />

además de que su análisis incluye siempre<br />

categorías como el género, la clase social y la etnicidad<br />

con la finalidad de complejizar su abordaje. 48 <strong>Por</strong> fin llegó el<br />

momento de la dictaminación para elegir la nueva licenciatura<br />

a integrarse en el plan de estudios de la UNEVE.<br />

Se realizó <strong>una</strong> reunión con el Comité Estatal Interinstitucional<br />

para la Formación y Capacitación de Recursos Humanos<br />

e Investigación en Salud <strong>del</strong> Estado de México (CEIFCRHISEM)<br />

y entre un listado de 14 opciones se eligió “Gerontología<br />

Médica”. Sin embargo, esta propuesta fue nuevamente analizada<br />

por expertos en materia de gerontología y se comprendió<br />

que con ese rótulo, se presuponía la medicalización de la gerontología<br />

(pudiéndose traslapar con la geriatría), se omitió ese<br />

riesgo para dar peso absoluto a la gerontología. Un logro importante<br />

de la nueva licenciatura fue que, antes de iniciar su<br />

trabajo con los alumnos de su primera generación, ya se tenía<br />

su registro oficial iniciando sus actividades en septiembre de<br />

2004, el dictamen favorable de la Comisión Interinstitucional<br />

para la Formación de Recursos Humanos en Salud (instancia<br />

federal) se obtuvo en diciembre de 2006.<br />

Bajo los preceptos anteriores y para fines de la estructuración<br />

de un plan de estudios, las áreas básicas de estudio<br />

consideradas en la determinación de las asignaturas <strong>del</strong> programa<br />

de la licenciatura son: biológica y de la salud, social,<br />

psicológica y humanística, 49 correlacionadas con las áreas de<br />

intervención gerontológica o puntos de acción, mismos que se<br />

esquematizan en la siguiente figura.<br />

41<br />

HUENCHAUAN, S. (2004). Marco legal de políticas a favor de las personas mayores en América Latina, Serie Población y Desarrollo, CELADE-CEPAL, Santiago de Chile.<br />

42<br />

GARCÍA RAMÍREZ, J. C. (2006). Los derechos y los años. Otro modo de pensar y hacer política en Latinoamérica. Los adultos mayores. Plaza y valdés-UNEVE, México.<br />

43<br />

GASCÓN, NAVARRO D.L. (2009). Biologicismo, corporalidad y vejez. Introducción a la antropología social, Universidad Estatal <strong>del</strong> Valle de Ecatepec, México.<br />

44<br />

GARCÍA RAMÍREZ, J. C. (2008). Hacia <strong>una</strong> fundamentación científica de la gerontología, en praxis sociológica, Volumen 12, Universidad de la Castilla-La Mancha, Murcia.<br />

45<br />

ALTARRIBA 1992.<br />

46<br />

BALLESTEROS, 2000<br />

47<br />

ZAREBSKI, 2003<br />

48<br />

NACIONES UNIDAS (2000). Informe de la segunda Asamblea Mundial <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>, Madrid.<br />

49<br />

BOBBIO, (1997). De Senectute, Taurus, Madrid.<br />

Visión Integradora<br />

Áreas de estudio<br />

Habilidades, competencias y oportunidades<br />

<strong>del</strong> gerontólogo<br />

Después de cumplir con los contenidos de cada <strong>una</strong> de las asignaturas,<br />

la incógnita de mayor peso para los estudiantes de<br />

gerontología empezó a difuminarse. Las habilidades y competencias<br />

de los gerontólogos empezaban a tener efecto a través<br />

de sus prácticas profesionales que fueron las siguientes:<br />

• Evaluar, identificar y atender estratégicamente las necesidades<br />

<strong>del</strong> adulto mayor en su contexto bio-psico-social,<br />

incluyendo situaciones de maltrato y discriminación. 50<br />

• Diseñar estrategias de Promoción a la Salud de manera<br />

multi e interdisciplinaria, con enfoque hacia el adulto<br />

mayor, familia y comunidad, facilitando la adquisición de<br />

conocimientos en salud que permitan desde el autoconocimiento<br />

hasta la autonomía y como consecuencia el<br />

autocuidado.<br />

• Diseñar estrategias de rehabilitación integral (física, psicológica<br />

y social) <strong>del</strong> adulto mayor aplicando las medidas<br />

necesarias para el desarrollo de sus capacidades residuales<br />

y potenciales, con el fin de facilitar su reincersión social<br />

utilizando los recursos disponibles.<br />

• Colaborar en el diseño y la ejecución de programas de docencia<br />

e investigación en el área gerontológica.<br />

En cuanto a las exigencias sociales, el trabajo gerontológico<br />

en la UNEVE se orienta a fortalecer y brindar apoyo<br />

profesional a la población adulta mayor jurisdiccionada al<br />

área de Ecatepec, Estado de México. Entre las líneas de<br />

acción gerontológica al servicio de la comunidad y en especial<br />

al adulto mayor destacan:<br />

• Prevenir de condiciones de disfuncionalidad y discapacidad<br />

al adulto mayor, por tanto promoverá acciones conducentes<br />

a favorecer el envejecimiento activo desde el individuo<br />

hasta la comunidad a través de la identificación<br />

y solución de los problemas más frecuentes con un enfoque<br />

integral.<br />

• Integrar equipos de trabajo gerontológico capaces de dar<br />

respuesta a todos los problemas de salud, sociales, físicos<br />

y psi-cológicos.<br />

• Generarconocimientoscientíficosútilesenlacomprensión<br />

de la dinámica de nuestro proceso de envejecimiento, en<br />

diferentes áreas, tanto a nivel local como con proyección<br />

municipal, estatal e incluso nacional.<br />

• Promover y favorecer <strong>una</strong> sociedad justa, equitativa y respetuosa<br />

con sus adultos mayores.<br />

50 Conapred (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación). (2005). Informe sobre primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, México.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 23


En este momento han egresado dos generaciones, que suman<br />

un total 57 alumnos, 26 han concluido su servicio social en el<br />

mes de noviembre de 2009 y 31 están en él, seis ya se han<br />

titulado y 49 se encuentran en el proceso. Su incorporación laboral<br />

en el campo gerontológico es <strong>del</strong> 52 por ciento, en ocho<br />

áreas de inserción laboral.<br />

En su esquema institucional, la UNEVE ha generado espacios<br />

recientes dentro <strong>del</strong> campus universitario para la práctica de la<br />

gerontología. La clínica integral universitaria es un mo<strong>del</strong>o de<br />

asistencia en donde confluyen además de la práctica gerontológica,<br />

las licenciaturas de Quiropráctica y Acupuntura Humana<br />

Rehabilitatoria. El Servicio Gerontológico cuenta con seis<br />

laboratorios: el de evaluación gerontológica, de promoción de<br />

la salud, gerontología comunitaria, proyectos productivos, derechos<br />

humanos y gerontagogía, los últimos tres en fase de<br />

implementación. Estos seis espacios tienen como objetivo generar<br />

un mo<strong>del</strong>o de atención gerontológica integral dentro <strong>del</strong><br />

marco universitario, acorde con los programas de la licenciatura<br />

en gerontología, con el fin de favorecer y hacer realidad la<br />

meta internacional de un envejecimiento activo, participativo<br />

y digno, inicialmente en la población <strong>del</strong> municipio de Ecatepec.<br />

Para contribuir con el ejercicio profesional ético la Licenciatura<br />

en Gerontología de la UNEVE ha propuesto el Decálogo<br />

<strong>del</strong> Gerontólogo, que permita un desempeño profesional<br />

de calidad, mismo que ha puesto a consideración de cinco universidades<br />

más en el país para ser analizado y consensuado.<br />

Eso último ha formado parte <strong>del</strong> programa que se desarrolla<br />

en los Encuentros Inter universitarios de Gerontología, el cual<br />

tiene como objetivo reunir a las instituciones de educación superior<br />

que cuentan en su oferta educativa con la Licenciatura<br />

en Gerontología. Hasta el momento lleva tres versiones, la<br />

primera se realizó en el 2007, donde participamos conjuntamente<br />

con la Universidad de San Agustín de Mérida, Yucatán.<br />

La segunda en el 2008, a la que se sumaron la Universidad<br />

Autónoma de Campeche y las autoridades de la Universidad<br />

Autónoma <strong>del</strong> Estado de Hidalgo (quienes en este año inician<br />

con el programa en gerontología). La tercera en el 2009, contando<br />

ahora con la presencia de la Universidad Autónoma <strong>del</strong><br />

Estado de México y de la Universidad Autónoma de Guanajuato,<br />

51 Mo<strong>del</strong>o de Innovación Educativa (2009). UNEVE, México<br />

24 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Campus Salamanca. De ese último encuentro se derivó el proyecto<br />

para desarrollar la Red Nacional Inter universitaria en<br />

Gerontología, la cual se encuentra en construcción y a la que<br />

han de sumarse dos universidades más: la <strong>del</strong> Valle de Toluca<br />

a partir de septiembre y la Universidad Lasallista de Celaya,<br />

Guanajuato. En 2010 el Encuentro se realizó en la Universidad<br />

Autónoma de Pachuca, Hidalgo.<br />

Conclusión<br />

La misión y visión en la formación de profesionales en gerontología<br />

tiene como objetivo final dar cumplimiento a los<br />

acuerdos enmarcados en la Segunda Asamblea Mundial <strong>del</strong><br />

<strong>Envejecimiento</strong>: apoyar y acelerar de manera profesionalizada<br />

el cumplimiento de los principios internacionales los cuales<br />

están encaminados a lograr un envejecimiento digno: 1) El<br />

desarrollo socioeconómico. 2) La promoción de la salud y bienestar.<br />

3) Generar entornos emancipadores y propicios. Dichos<br />

cometidos constituyen <strong>una</strong> respuesta educativa a uno de<br />

los derechos (Declaración de Brasilia, 2007; CNDH, 1999)<br />

<strong>del</strong> adulto mayor sancionados internacional y nacionalmente<br />

(como la Ley de las Personas Adultas Mayores, documento<br />

eje <strong>del</strong> Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores).<br />

El perfil profesional <strong>del</strong> egresado debe construirse a través<br />

de las asignaturas cursadas durante su formación, en donde los<br />

espacios de práctica son desarrollados en el mismo campus universitario.<br />

La identificación y ejecución de líneas generales de<br />

aplicación <strong>del</strong> conocimiento, los programas de publicaciones,<br />

el desarrollo de mo<strong>del</strong>os de intervención gerontológica, así<br />

como las propuestas para los programas de posgrado poseen<br />

un mayor impacto si se promueven a partir de la alianza estratégica<br />

entre las instituciones de educación superior que ofertan<br />

la Licenciatura en Gerontología, por el momento seis en el<br />

territorio mexicano.<br />

Así es como la Licenciatura en Gerontología 51 se considera<br />

<strong>una</strong> política pública en acción que beneficia a los jóvenes, a<br />

los adultos mayores y sobre todo a la sociedad que está en<br />

proceso de envejecimiento.<br />

*María de Jesús Moreno y José Carlos García Ramírez.<br />

El mejor camino para alcanzar<br />

<strong>una</strong> autonomía satisfactoria<br />

Instituto de Geriatría *<br />

La construcción de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> de la vejez a partir <strong>del</strong> reconocimiento y el ejercicio<br />

de los derechos de las personas adultas mayores es, sin duda, uno de los retos más<br />

importantes en México. La salud es <strong>una</strong> garantía individual que está plasmada<br />

en el artículo 4° de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y se reitera<br />

continuamente en los planes, programas y acciones de gobierno.<br />

La inversión que se ha hecho en la salud de la población ha tenido varios resultados<br />

benéficos: la disminución de muertes al nacer, el aumento de la esperanza de<br />

vida, la menor incidencia de enfermedades infecto-contagiosas y el control de las enfermedades<br />

crónico-degenerativas, entre otros.<br />

A estos logros se debe que la población mayor de 60 años vaya actualmente en<br />

franco aumento, situación que plantea un nuevo desafío para la política pública de<br />

salud, el cual consiste en poder garantizar que la infraestructura y los recursos humanos<br />

brinden programas y servicios que contribuyan a mejorar la calidad de vida<br />

de las personas, particularmente de las personas adultas mayores. Y es que ya no es<br />

suficiente vivir más años, ahora es imperativo vivirlos en las mejores condiciones de<br />

salud, entendiendo ésta, no sólo como la ausencia de la enfermedad, sino como el completo estado de bienestar físico, mental y<br />

social, tal y como lo define la Organización Mundial de la Salud (0MS).<br />

Reconocer el derecho a la salud implica que el Estado mexicano, a través <strong>del</strong> gobierno y sus instituciones, asegure que haya<br />

recursos materiales, financieros y humanos para que la población disponga desde un centro de salud, hasta hospitales de alta<br />

especialidad. Sin embargo, este derecho se complementa con <strong>una</strong> obligación individual: cuidar de nuestra propia salud.<br />

Todos y cada uno de nosotros debemos ser capaces de influir en nuestra propia salud; para ello, es sustancial contar con la<br />

información necesaria que nos permita saber qué hacer para prevenir enfermedades, pero también qué hacer en caso de ya tener<br />

<strong>una</strong> enfermedad. La salud, por tanto, no es <strong>una</strong> meta u objetivo en sí, sino <strong>una</strong> forma de vida: decidimos vivir sanos.<br />

Este artículo hace un breve recuento de las distintas aristas de la responsabilidad <strong>del</strong> cuidado de la salud propia. Primero está<br />

la necesidad de conocer nuestra historia médica y estar atentos a los cambios de nuestro cuerpo; ello se complementa con la<br />

atención a un aspecto indispensable que, sin embargo, a menudo es pasado por alto: la salud mental. Otra muy valiosa estrategia<br />

<strong>del</strong> autocuidado de la salud que aquí se destaca es la prevención de accidentes en el hogar, al hacer de éste un entorno seguro.<br />

Estos factores y muchos otros de carácter socioeconómico y medioambiental son tomados en cuenta en el diseño de un plan<br />

de vida, indispensable para lograr <strong>una</strong> vejez autónoma y satisfactoria. Autonomía que se hace patente en las llamadas “directrices<br />

anticipadas”, es decir, cuando se decide de antemano sobre el cuidado médico que deseamos recibir en la etapa final o cuando ya<br />

no estamos en condiciones de hacerlo saber. Con esta información, el Instituto de Geriatría busca contribuir a la construcción de<br />

<strong>una</strong> <strong>cultura</strong> de la vejez en México, que se refleje en mejores condiciones de salud y de bienestar general.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 25


Mi salud es mi responsabilidad<br />

La salud es lo más importante y valioso en la vida: esta es <strong>una</strong><br />

verdad universal. Perderla –aunque sea temporalmente por<br />

<strong>una</strong> infección respiratoria– tiene repercusiones no sólo para<br />

nosotros como individuos, sino también para nuestra familia<br />

y otros grupos sociales como son nuestros vecinos, amigos,<br />

colegas de trabajo y toda la gente con la que interactuamos<br />

cotidianamente.<br />

Sin embargo, aunque nadie quiere perder la salud, la convivencia<br />

diaria entre pacientes, familiares y médicos revela que<br />

no siempre hay <strong>una</strong> clara conciencia de la responsabilidad en la<br />

salud propia. Esta responsabilidad debería promoverse desde<br />

la infancia, cuando aprendemos a distinguir lo correcto de lo<br />

inapropiado; en ese momento tendríamos que recibir de nuestros<br />

padres o familiares de mayor edad las recomendaciones<br />

para cuidar nuestra salud, empezando por la actividad física y<br />

la buena alimentación, seguidas por la medicina preventiva y<br />

la decisión de no adquirir hábitos dañinos como el tabaquismo<br />

y el consumo excesivo de alcohol.<br />

Conocer nuestra propia historia familiar es indispensable<br />

en el autocuidado, pues a partir de ella podemos saber a qué<br />

enfermedades estamos propensos, ya que el componente genético<br />

de los padecimientos crónicos puede hacer que se presenten<br />

con cierta frecuencia, de generación a generación, en<br />

<strong>una</strong> misma familia.<br />

Es fundamental que cuando alguien es diagnosticado con<br />

<strong>una</strong> enfermedad crónica, mantenga <strong>una</strong> buena percepción de<br />

su salud, pues eso lo estimulará a cuidarse y a seguir las recomendaciones<br />

médicas. La tendencia actual de la medicina es<br />

que el paciente sea responsable y participe activamente con<br />

su médico en el cuidado a largo plazo de su enfermedad. 52 Ello<br />

incluye llevar el correcto control de su o sus padecimientos<br />

para así ser independiente, autosuficiente –en mayor o menor<br />

medida– y capaz de llevar su vida de acuerdo con sus convicciones.<br />

Dado que la hipertensión y la diabetes son las enfermedades<br />

más frecuentes en México, 53 lo más probable es que la partici-<br />

26 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

pación activa <strong>del</strong> paciente en su propio tratamiento consista<br />

en realizar un auto monitoreo de su presión arterial o de su<br />

glucosa en sangre. La primera, con ayuda de un profesional<br />

de salud, de algún familiar entrenado para ello, o bien, de un<br />

equipo automatizado que le permita hacer esta medición en la<br />

comodidad de su hogar y sin apoyo de otra persona.<br />

Para medir la glucosa deberá acudir al laboratorio cada cierto<br />

número de meses o dependiendo de la regularidad que indique<br />

que el médico, o hacerse mediciones frecuentes con un glucómetro<br />

en un centro de salud o en su propia casa. <strong>Por</strong> supuesto<br />

que las recomendaciones serán diferentes para cada individuo<br />

y es el médico quien deberá ampliar estas recomendaciones<br />

para cada caso en particular.<br />

Ser paciente no significa perder la salud para siempre. Aunque<br />

alguien tenga un padecimiento crónico-degenerativo (como<br />

hipertensión arterial sistémica, diabetes o osteoartrosis,<br />

que no pueden curarse <strong>del</strong> todo), sí puede mantener un adecuado<br />

estado de salud. Es decir, si cuida de sí mismo y de sus<br />

enfermedades, puede evitar que el daño de éstas avance o que<br />

se desarrollen otras más.<br />

Para decirlo de otro modo: ¿se puede perder la salud estando<br />

ya enfermo? La respuesta es sí. Como ejemplo podemos<br />

citar a un paciente hipertenso descontrolado que a pesar de tomar<br />

el medicamento recetado por su médico, decide no seguir las<br />

recomendaciones de un estilo de vida saludable y continúa<br />

fumando, no hace ejercicio, se mantiene obeso, come sal en<br />

exceso y tiene un elevado grado de estrés en su trabajo. No<br />

resultará extraño que ese paciente sufra un infarto y pierda<br />

el estado de aparente salud que le permitía continuar sus actividades<br />

cotidianas como trabajar, cuidar a su familia y, ocasionalmente,<br />

participar en reuniones sociales. Resulta claro, entonces,<br />

que cada uno de nosotros, de acuerdo con nuestras<br />

propias necesidades, podemos hacer algo más para contribuir<br />

a nuestro bienestar en general.<br />

<strong>Por</strong> último, debemos subrayar lo importante que es la medicina<br />

preventiva para lograr <strong>una</strong> vida saludable. Esto es, visitar<br />

al médico periódicamente para conocer el funcionamiento de<br />

los órganos y el metabolismo <strong>del</strong> cuerpo. Es recomendable que<br />

52<br />

World Health Organization, Regional office for South East Asia, Self-care in the Context of Promary Health Care Report of the Regional Consultation Bangkok (WHO-SEARO, 2009), Tailandia, 7-9<br />

enero de 2009.<br />

53<br />

Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, ENSANUT 2006, consultada en: http://www,insp.mx/ensanut<br />

todos los adultos revisen cada cierto tiempo su peso, medidas<br />

corporales, presión arterial y niveles de glucosa y lípidos en<br />

sangre, para así saber de manera temprana qué modificaciones<br />

deben hacer a sus hábitos de vida para mantener la salud.<br />

El cuidado de la salud mental<br />

Cuando hablamos <strong>del</strong> derecho a la salud y <strong>del</strong> autocuidado,<br />

con frecuencia pensamos solamente en la salud física, restando<br />

importancia a un factor indispensable en nuestro bienestar<br />

general: la salud mental. De ahí la importancia de reconocer en<br />

qué consiste ésta y cómo podemos contribuir a su buen estado.<br />

Gozar de salud mental significa tener la capacidad de construir<br />

y mantener relaciones gratas con otras personas, y participar<br />

en cambios favorables para el medio ambiente y la sociedad.<br />

Tiene que ver, asimismo, con cómo utilizamos nuestras<br />

habilidades, deseos, sentimientos, pensamientos, experiencias<br />

y valores para adaptarnos adecuadamente a las distintas situaciones<br />

de la vida.<br />

La salud mental es dinámica, es decir, varía según el estado<br />

físico, el medio social y material, la personalidad y las emociones<br />

de cada persona. Nadie puede mantener todo el tiempo<br />

un estado ideal de salud mental. Cuando ésta es buena, nos sentimos<br />

satisfechos con nosotros mismos, somos conscientes de<br />

nuestras capacidades y limitaciones y las aceptamos: nos permitimos<br />

tener errores y les damos solución. Somos capaces<br />

de disfrutar cosas sencillas y cotidianas. En síntesis, somos respetuosos<br />

con nuestra propia persona.<br />

Además de sentirnos bien con nosotros mismos, es importante<br />

sabernos aceptados por los demás, tenerles confianza y<br />

respeto y recibir lo mismo de ellos. Cuando nos sentimos aceptados<br />

por nosotros mismos y por los demás, somos capaces<br />

de enfrentar los problemas que se nos presentan tomando<br />

nuestras propias decisiones. Nos esforzamos por hacer las cosas<br />

lo mejor posible, haciendo uso de nuestras habilidades y<br />

planeando el futuro de manera consciente y responsable, ajustándonos<br />

a nuestra realidad.<br />

La salud mental, entonces, nos permite disfrutar de la vida<br />

y seguir activos, aun si tenemos problemas o padecemos alg<strong>una</strong><br />

enfermedad, pues tomamos la responsabilidad de éstas.<br />

Sin duda, hay situaciones que pueden afectar nuestra salud<br />

mental. Conocerlas puede ayudarnos a prevenirlas, estar preparados<br />

si se presentan y darles <strong>una</strong> mejor solución.<br />

Enfermedades físicas. Una de estas situaciones son las enfermedades<br />

físicas, ya que en ocasiones el desgaste, el dolor,<br />

el cansancio o el impacto en las actividades cotidianas rompen<br />

el equilibrio que teníamos. En este caso, es importante pedir<br />

toda la información necesaria acerca <strong>del</strong> curso que seguirá la<br />

enfermedad, cuáles son las posibilidades de tratamiento, sus<br />

efectos secundarios y qué podemos hacer para sentirnos mejor.<br />

Así estaremos en condiciones de seguir tomando decisiones<br />

propias y bien informadas. Además, podremos apoyarnos en<br />

las personas cercanas y pedir ayuda –si la necesitamos–, lo que<br />

nos dará mayor seguridad y tranquilidad.<br />

Relaciones conflictivas. A veces la convivencia cotidiana<br />

puede volverse complicada, debido a situaciones individuales<br />

o incluso a otras externas como los problemas económicos, la<br />

falta de tiempo, la presión o el agotamiento. Esto puede hacer<br />

que reaccionemos con enojo o resentimiento con las personas<br />

más cercanas. Ante <strong>una</strong> situación así, lo mejor es conservar la<br />

calma y enfrentar el problema, sentarse a platicar y expresar<br />

cada uno lo que piensa y lo que siente, siempre en actitud de<br />

respeto. Aunque el resultado no siempre será lo que esperamos,<br />

afrontar la situación y proponer soluciones nos dará mayor<br />

tranquilidad. No olvidemos que la base de <strong>una</strong> buena relación<br />

es el respeto y la comunicación.<br />

Soledad y aislamiento. Estos sentimientos son causantes<br />

de deterioro de la salud mental. Debemos procurar, en caso de<br />

experimentarlos, acercarnos a personas de confianza, buscar<br />

a los viejos amigos o intentar nuevas relaciones, integrándonos<br />

a grupos que realicen actividades formales o informales. Aún<br />

cuando nuestro estado físico hiciera difícil salir y participar en<br />

actividades grupales, es necesario hacer un esfuerzo por recibir<br />

visitas, escribir cartas, utilizar el teléfono o hacer uso <strong>del</strong> correo<br />

electrónico, los chats, blogs y redes sociales. Mantenernos relacionados<br />

nos da posibilidades de apoyo y seguridad, así como<br />

de aprender de las experiencias de otros.<br />

Vida sexual poco satisfactoria. Esta situación también mengua<br />

nuestra salud mental. La sexualidad -que nos acompaña<br />

desde el nacimiento- tiene que ver con la capacidad de experimentar<br />

placer, de relacionarnos profundamente con otros y de<br />

disfrutar de nosotros mismos, y no únicamente con relaciones<br />

corporales. Pedir información acerca de los cambios físicos y<br />

emocionales que se experimentan al pasar el tiempo, ayudará<br />

a aclarar nuestra mente y a desarrollar, según los propios<br />

gustos y deseos, <strong>una</strong> vida sexual más satisfactoria.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 27


Mala condición física. Ello reduce nuestra capacidad de disfrute,<br />

ya que nos impide desarrollar nuestras potencialidades<br />

de la mejor manera, afectando nuestro estado de salud general<br />

y, por tanto, la salud mental. Realizar actividad física regularmente,<br />

dependiendo <strong>del</strong> estado de cada persona, su condición<br />

física, sus posibilidades y gustos, trae beneficios directos a nuestra<br />

salud mental: nos hace sentir más activos, más contentos<br />

y saludables, y puede ser un pretexto para conocer amigos o<br />

convivir con los ya conocidos.<br />

Ideas erróneas y prejuicios acerca <strong>del</strong> proceso normal de<br />

envejecimiento y la etapa de vejez. Estas ideas pueden hacer<br />

que limitemos nuestros deseos y habilidades. <strong>Por</strong> ejemplo, no<br />

atender algún malestar o enfermedad por creer que se debe<br />

a la edad, o reprimir las ganas de participar en actividades<br />

que consideramos adecuadas sólo para los jóvenes, crean un<br />

sentimiento de impotencia que nos aísla y nos limita. Es importante<br />

buscar información clara, sencilla y confiable, acercarse<br />

a quienes nos hacen sentir bien y nunca olvidar que cada<br />

persona es distinta y que todos tenemos derecho de buscar<br />

nuestro propio desarrollo y felicidad, sin importar la edad, el<br />

género, la apariencia física o los intereses que tengamos.<br />

Medicamentos o procesos bioquímicos internos. Algunos<br />

medicamentos o procesos pueden tener efectos sobre la salud<br />

mental. <strong>Por</strong> eso es importante que tengamos confianza al médico<br />

que nos trata para aclarar todas nuestras dudas con respecto<br />

a los tratamientos y reportar si experimentamos algún<br />

malestar. <strong>Por</strong> otro lado, nunca debemos auto medicarnos. Recordemos<br />

que cada persona reacciona de distinta manera; apoyémonos<br />

siempre en los profesionales médicos.<br />

Presiones diarias. Al acumularse, estas presiones pueden<br />

hacernos sentir demasiado tensos o vulnerables. No hay que olvidar<br />

que el juego y la diversión son elementos fundamentales<br />

para mantener un buen estado de ánimo.<br />

Dependiendo de lo que a cada persona le guste hacer, siempre<br />

debe darse tiempo para divertirse. Es un buen antídoto contra<br />

el aburrimiento, la soledad y la tensión.<br />

Insatisfacción. Estar insatisfechos con las actividades que<br />

llevamos a cabo o carecer de metas claras afecta directamente<br />

nuestra salud mental. Desarrollar las habilidades e intereses<br />

que poseemos, especialmente aquellos que tal vez habíamos<br />

dejado de lado por no tener tiempo para realizarlas, es <strong>una</strong><br />

buena forma de mantenernos saludables y activos.<br />

28 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Aún estando preparados para situaciones como las mencionadas<br />

y poniendo nuestro empeño, habrá ocasiones en que<br />

sintamos que no es suficiente; entonces requeriremos ayuda<br />

para recuperar la salud mental. Si esto ocurre, no debemos dudar<br />

en acudir a los servicios de psicoterapia y de orientación<br />

psicológica individual, de pareja, familiar o grupal, etcétera.<br />

Los profesionales de la salud mental (psicólogos, psiquiatras,<br />

psicoterapeutas, orientadores) pueden ayudar a entender el<br />

por qué de los conflictos, miedos, enojos o malestares que<br />

podemos experimentar ante las situaciones difíciles, y cómo<br />

manejarlos para poder aprender de ellas. No hay que dudar<br />

en consultarlos de presentar algún síntoma que afecte nuestra<br />

vida cotidiana.<br />

La salud es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros,<br />

y cuidarla nos hace seres comprometidos y productivos, que<br />

se ocupan <strong>del</strong> crecimiento personal y <strong>del</strong> de la sociedad.<br />

La calidad de vida se puede definir como aquella que se funda en el<br />

gozo tranquilo y seguro, de la salud, la educación y de <strong>una</strong> alimentación<br />

suficiente.<br />

Hogar seguro y autocuidado<br />

A menudo pensamos que nuestro hogar es el lugar donde más<br />

seguros y a salvo estamos. Vemos en él un espacio apto para<br />

disfrutar de la familia, la vida social y la intimidad. Sin embargo,<br />

cuando construimos ese hogar, pocas veces pensamos en las<br />

necesidades que tendremos al llegar a viejos. Es decir, en el plan<br />

de vida no suele contemplarse que como parte <strong>del</strong> envejecimiento<br />

llegarán ciertos cambios físicos como pérdida de<br />

audición y visión, debilidad, problemas de equilibrio, <strong>una</strong> enfermedad<br />

o incluso alg<strong>una</strong> discapacidad. Todo ello puede hacer<br />

que ciertas características de nuestro hogar se transformen en<br />

un riesgo, con lo que nuestra casa de toda la vida se vuelve poco<br />

apta para esa etapa de la vejez, más aún si vivimos solos.<br />

<strong>Por</strong> ello, adecuar el hogar a las circunstancias <strong>del</strong> adulto mayor<br />

es <strong>una</strong> responsabilidad personal en el cuidado de la salud,<br />

el cual deber ser permanente y enfocado principalmente a la<br />

prevención.<br />

Esta adecuación incluye, en primer lugar, hacer grato el lugar<br />

donde la persona adulta mayor pasará la mayor parte <strong>del</strong><br />

día o donde se recuperará de <strong>una</strong> enfermedad. En este sentido,<br />

es recomendable llevar a cabo <strong>una</strong> revisión sistemática de la<br />

seguridad que ofrece cada uno de estos espacios, prestando especial<br />

atención a aquellas áreas ya conocidas como de riesgo:<br />

escaleras, baños, pasillos de acceso general, etcétera. Esta revisión<br />

permitirá identificar algunos riesgos en el hogar y hacer<br />

los cambios pertinentes para evitar un accidente –o reducir<br />

sustancialmente la probabilidad de que ocurra.<br />

Al respecto, es importante decir que los accidentes en el hogar<br />

se incrementan en 40 por ciento en el adulto mayor, principalmente<br />

por caídas, las cuales pueden resultar en fracturas,<br />

hemorragias, discapacidades o incluso la muerte. 54 Sin embargo,<br />

también debe subrayarse el hecho de que las caídas no son<br />

algo “normal” en el envejecimiento; antes bien, se trata de<br />

un hecho evitable que puede prevenirse tomando las medidas<br />

pertinentes. <strong>Por</strong> otra parte, aunque después de <strong>una</strong> caída<br />

no parezca haber un daño importante, lo recomendable es<br />

siempre recibir atención médica para su valoración.<br />

54 IMSS, Vejez y Casa Segura, México, Dirección de Prestaciones Económicas y Sociales. Coordinación de Prestaciones Sociales, s/a.<br />

Las situaciones de riesgo a menudo se pueden corregir<br />

de manera sencilla y sin incurrir en grandes costos. He aquí<br />

alg<strong>una</strong>s recomendaciones que pueden aumentar la seguridad<br />

en el hogar y contrarrestar de manera significativa las lesiones<br />

a los adultos mayores:<br />

• Evitar las alfombras o tapetes pequeños que se deslicen<br />

fácilmente para evitar tropiezos, es preferible fijarlos al piso.<br />

• Colocar barras de apoyo o soporte sólidas (de madera o<br />

herrería) en áreas de difícil movilidad como escaleras, pasillos<br />

largos o angostos y en el baño.<br />

• Colocar iluminación suficiente y tenue en la mayoría de<br />

la casa, con fácil acceso a los interruptores.<br />

• Retirar obstáculos de los pasillos (cables, juguetes, basura,<br />

etcétera).<br />

• Mantener las escaleras en buen estado, con iluminación<br />

tenue y un pasamanos fijo de principio a fin.<br />

• Mantener los pisos secos.<br />

• En los baños, colocar pisos antiderrapantes, barra de apoyo<br />

y, de ser necesario, <strong>una</strong> silla para sentarse durante la<br />

ducha.<br />

• En todas las áreas, colocar los utensilios a <strong>una</strong> altura de<br />

fácil acceso, ni muy altos ni muy bajos. Disponer de bancos<br />

estables para acceder a objetos que están a <strong>una</strong> mayor altura;<br />

nunca utilizar cajas u objetos inestables.<br />

• Usar sillas con descansa-manos para facilitar el levantarse.<br />

• Usar calzado con suela antiderrapante y que cubra preferentemente<br />

hasta los tobillos; evitar pantuflas y zapatos<br />

descubiertos porque favorecen la inestabilidad, tropiezos<br />

y resbalones.<br />

• Mantener iluminado y seco el lugar donde se guardan los<br />

medicamentos.<br />

• Ordenar los medicamentos, de preferencia junto a <strong>una</strong> lista<br />

en letra grande y legible, y revisar frecuentemente la fecha<br />

de caducidad. No automedicarse jamás.<br />

•Tener <strong>una</strong> lámpara o velas cerca de la cama, para utilizarlas<br />

en caso de falta de energía eléctrica.<br />

•De requerir de algún apoyo auditivo o visual, colocarlos<br />

siempre al alcance de la mano.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 29


• Resguardar las sustancias tóxicas o peligrosas donde no<br />

puedan verterse fácilmente o, si lo hacen, que no causen<br />

mayor daño.<br />

• Colocar el teléfono en un lugar visible y de fácil acceso,<br />

con teclas grandes; anotar los números de emergencia y<br />

de familiares a la mano en letra grande.<br />

• Si en casa se cuenta con oxígeno, poner <strong>una</strong> señalización:<br />

“Peligro, no fumar”.<br />

• Contar con un botiquín de primeros auxilios.<br />

También es importante diseñar un plan de contingencia en<br />

caso de incendio, sismo o accidente, por mínimo que éste parezca.<br />

Dicho plan puede incluir las siguientes medidas:<br />

• Mantener la calma y respirar profundamente.<br />

• Tratar de incorporarse lentamente; primero hasta quedar<br />

sentado de manera recta, respirar profundo y descansar<br />

un momento más. Gatear puede ser otra opción.<br />

• Si es posible, tratar de levantarse con apoyo de un objeto<br />

sólido y fijo. De lo contrario, esperar a recibir ayuda.<br />

• Solicitar ayuda. <strong>Por</strong> sencillo que parezca, es importante<br />

no sólo conocer a los vecinos por su nombre, sino también<br />

tener sus números telefónicos, entablar con ellos buenas<br />

relaciones y ponerse de acuerdo sobre señales que les<br />

permitan identificar si ocurrió algún accidente y si se requiere<br />

de apoyo (un silbato, <strong>una</strong> campana o señales de<br />

luces).<br />

• Tener a la mano <strong>una</strong> identificación, su carnet de citas médicas<br />

o información acerca <strong>del</strong> servicio de salud que le corresponde<br />

para que la persona que acuda en su auxilio<br />

pueda contar con ellos, en caso necesario.<br />

• Cubrirse con <strong>una</strong> tela o cobija para evitar enfriamientos<br />

mientras recibe ayuda.<br />

• Aún si no requirió de ayuda al momento, es importante<br />

acudir posteriormente a <strong>una</strong> revisión médica. <strong>Por</strong> inofensiva<br />

que parezca, <strong>una</strong> caída no es normal y puede ser el<br />

primer aviso de que algo sucede en el cuerpo.<br />

Para disfrutar de <strong>una</strong> vejez con autonomía, comodidad y<br />

buena calidad de vida, la seguridad individual y familiar es indispensable.<br />

La mayoría de los accidentes en el hogar pueden<br />

evitarse.<br />

55 Consultado en: http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2005/pr34/es/<br />

56 Consutado en: http://www.ops-oms.org.uy/UMS.htm<br />

30 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Plan de vida<br />

Como ya se ha dicho aquí, si bien alg<strong>una</strong>s personas llegan a la<br />

vejez en condiciones sociales y de salud desfavorables, lo cierto<br />

es que muchos adultos mayores mantienen vitalidad, salud,<br />

amigos y familia. ¿Qué hace la diferencia entre <strong>una</strong> y otra forma<br />

de vivir la etapa de adulto mayor?<br />

Para dar respuesta a esta interrogante, actualmente se realizan<br />

numerosas investigaciones sobre el proceso de envejecimiento<br />

desde diversas disciplinas: biología molecular, medicina,<br />

demografía, sociología, psicología y muchas más. En un futuro<br />

seguramente podremos aprovechar esos conocimientos en la<br />

vida diaria. Sin embargo, lo que sí podemos hacer desde ahora<br />

es diseñar un plan de vida.<br />

El primer punto de este plan es entender que, afort<strong>una</strong>damente,<br />

todos envejeceremos. Envejecer es parte <strong>del</strong> ciclo de<br />

vida; tan natural como nacer, crecer y desarrollarse.<br />

El segundo punto es saber que, según la Organización Mundial<br />

de la Salud, la salud es el bienestar físico, mental y social<br />

de las personas. 55 Es decir, depende de muchos factores además<br />

de la condición física de nuestro cuerpo, tales como el<br />

estado de ánimo, las preocupaciones, la situación económica,<br />

etcétera.<br />

<strong>Por</strong> ejemplo, no es raro que <strong>una</strong> enfermedad esté claramente<br />

relacionada con un periodo de tristeza o de estrés, o que el<br />

estado de ánimo tenga <strong>una</strong> influencia decisiva en la recuperación<br />

o el desenlace fatal de <strong>una</strong> paciente con cáncer. O, si<br />

la situación económica de <strong>una</strong> familia es mala y uno de sus<br />

miembros enferma y no es derechohabiente de un servicio<br />

médico, se verá obligado a gastar en un tratamiento; su salud<br />

probablemente mejorará, pero la economía familiar se habrá<br />

complicado. O, si el servicio de agua potable y drenaje de <strong>una</strong><br />

comunidad es deficiente, los casos de diarrea serán numerosos<br />

e incluso letales en los niños y ancianos. Es decir, casi todo lo<br />

que nos rodea incide en nuestra salud.<br />

De ahí que en la construcción de nuestro plan de vida sea<br />

muy importante identificar esos factores que influyen en la<br />

salud, llamados determinantes 56 y que nos hagamos preguntas<br />

concretas sobre cada uno, como las siguientes:<br />

• Económicos: ingresos individual y familiar, gastos de la familia.<br />

¿Tengo un ingreso económico? ¿Es estable esa fuente<br />

de ingreso? ¿Es suficiente?<br />

• Sociales: familia, amigos, sociedades o asociaciones a las<br />

que pertenecemos, compañeros de trabajo. ¿Cómo son<br />

mis relaciones con mi familia y con nuestros amigos? ¿Los<br />

frecuento?<br />

• Medioambientales: entorno doméstico, en la comunidad,<br />

en la escuela, el trabajo, la ciudad, etcétera. Incluye<br />

factores como clima, vegetación, condiciones de seguridad<br />

y riesgos, entre otros. ¿Tengo <strong>una</strong> vivienda? ¿En qué<br />

condiciones está? ¿Cuánto tiempo más viviré ahí? ¿Es seguro<br />

mi hogar o mi comunidad?<br />

• Recursos: instituciones que brindan servicios educativos,<br />

de salud o de apoyo social. ¿Cuál es la situación de mi<br />

salud y la de mi familia? ¿En cuánto tiempo me jubilaré?<br />

¿Tendré <strong>una</strong> pensión? ¿Será suficiente?<br />

En el caso de las personas mayores, los determinantes que<br />

más influyen en su calidad de vida son el nivel de independencia<br />

o dependencia para realizar sus actividades, la dependencia<br />

económica, la presencia de enfermedades y/o sus complicaciones,<br />

el aislamiento social, la viudez, el maltrato y la<br />

falta de acceso a los servicios médicos.<br />

<strong>Por</strong> eso es importante preguntarse también: ¿Cómo creo<br />

que estaré en 10, 15, 20 años? ¿Qué estarán haciendo mis familiares<br />

entonces? ¿Y mis amigos?.<br />

Hacer un plan de vida, solos o en pareja, ofrece<br />

felicidad y estabilidad a los adultos mayores.<br />

Hacer un plan de vida implica mirar nuestra situación actual<br />

y anticipar cómo nos gustaría que fuera cuando seamos<br />

adultos mayores. ¿Me gusta mi vida en este momento? ¿<strong>Por</strong><br />

qué? ¿Cómo quiero vivir los años que vienen? Y quizá la pregunta<br />

más importante: ¿Qué estoy haciendo para lograrlo?.<br />

Son muchas preguntas y faltan más. Lo importante es reflexionar<br />

sobre ellas y darles respuesta gradualmente.<br />

Mientras somos adultos jóvenes, solemos ocuparnos de factores<br />

que consideramos importantes o urgentes como procurarnos<br />

empleo y vivienda, satisfacer las necesidades de nuestra<br />

familia y, alg<strong>una</strong>s veces, atender nuestra salud física. Sin embargo,<br />

conforme avanza la vida, las cosas cambian: nuestro<br />

papel de proveedores y tomadores de decisiones va quedando<br />

atrás; aunque sigamos aportando económicamente a la familia,<br />

algunos dependeremos cada vez más de los familiares cercanos<br />

y las decisiones sobre nuestra salud, nuestro tiempo y<br />

nuestras relaciones ya no serán enteramente propias.<br />

Para estar en control de estas decisiones –y, por tanto, en<br />

control de nuestra salud y nuestra vida en general–, debemos<br />

tener <strong>una</strong> actitud propositiva para mejorar los determinantes<br />

de salud mencionados. Es cierto que las fuentes de trabajo<br />

actualmente son inestables y mal remuneradas, pero si no podemos<br />

ganar más, sí podemos buscar estrategias para gastar<br />

menos. <strong>Por</strong> otra parte, existen instituciones y programas federales<br />

y locales que ofrecen servicios de calidad gratuitos o a<br />

un costo muy bajo; podemos buscarlos y hacer uso de ellos.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 31


Hacer un plan de vida quiere decir también saber a qué voy<br />

a dedicarme en el futuro. Jubilarse de un trabajo, no significa<br />

jubilarse de la vida. Siempre existe la posibilidad de iniciar otra<br />

actividad en la que sigamos desarrollándonos como personas,<br />

ya sea aplicando nuestra experiencia o aprendiendo algo nuevo.<br />

Esto cobra especial relevancia si tomamos en cuenta que<br />

tras jubilarnos a los 60 años aún nos quedan, en promedio, 15<br />

años más de vida.<br />

También debemos contemplar en este plan nuestro capital<br />

social, es decir, la pareja, la familia, los amigos. Ellos seguramente<br />

cambiarán, tendrán proyectos propios y no necesariamente<br />

estarán para cuidarnos, aunque probablemente sí para apoyarnos.<br />

Podemos compartir nuestro plan de vida con ellos, pero<br />

no podemos centrarnos en depender de ellos. Tengamos presente<br />

que, en la medida de lo posible, el cuidado individual le<br />

corresponde a cada persona. <strong>Por</strong> otra parte, siempre está la<br />

posibilidad de ampliar nuestra red social. En todo lugar y en<br />

todo momento podemos hacer nuevos amigos.<br />

Finalmente, hay que cuidar los aspectos físicos: prevenir la<br />

diabetes, la hipertensión, el sobrepeso y el cáncer; hacer ejercicio,<br />

comer bien, asistir a consulta médica regularmente son<br />

recomendaciones que hemos escuchado con mucha frecuencia.<br />

Pero más que pensar en prevenir enfermedades, pensemos en<br />

mantener un óptimo estado de salud. Mantenernos en salud<br />

nos permitirá <strong>una</strong> mejor calidad de vida, también nos dará oportunidad<br />

de ahorrar y así destinar nuestros recursos a otros aspectos<br />

de la vida que consideremos relevantes.<br />

La reflexión acerca de nuestro plan de vida es un ejercicio<br />

necesario para tomar el mando de nuestras circunstancias y<br />

decidir inteligentemente sobre nosotros. Hacerlo es un derecho<br />

y un poder que ning<strong>una</strong> circunstancia externa debe mermar.<br />

Ahí reside la diferencia entre vivir <strong>una</strong> vejez saludable y<br />

no hacerlo.<br />

Decidir sobre mis cuidados médicos<br />

La muerte es <strong>una</strong> parte ineludible <strong>del</strong> proceso natural de la vida:<br />

al nacer, lo único seguro es que un día vamos a morir. La<br />

medicina moderna ha logrado disminuir los decesos por problemas<br />

infecciosos, por lo que actualmente son las enfermedades<br />

crónico-degenerativas y neoplásicas las causas principales<br />

de muerte. Durante el transcurso de éstas, el paciente puede<br />

hallarse en un estado de gravedad máxima o en <strong>una</strong> etapa ter-<br />

32 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

minal que le impedirá estar en condiciones de tomar decisiones<br />

con respecto a su propio cuerpo. De ahí la importancia de dictar<br />

directrices anticipadas.<br />

Las directrices anticipadas son documentos escritos o declaraciones<br />

orales ante testigos donde el paciente indica sus preferencias<br />

sobre la clase de cuidados o tratamiento médicos que<br />

le gustaría tener o no, si en un momento futuro no pudiera tomar<br />

sus propias decisiones o si no pudiera comunicarlas; también<br />

puede nombrar a alg<strong>una</strong> persona para que decida en relación<br />

a su tratamiento. Esto permite a su médico y familiares saber<br />

sus deseos para hacerlos respetar y cumplir.<br />

Alg<strong>una</strong>s personas prefieren no recibir un tratamiento médico<br />

agresivo si no existe <strong>una</strong> posibilidad razonable de recuperación.<br />

Otras personas no quieren prolongar su sufrimiento o<br />

dolor, por ejemplo a través de máquinas como un ventilador.<br />

Alg<strong>una</strong>s desean evitar desacuerdos entre su familia. Otras desean<br />

recibir todo el tratamiento médico disponible y con ello<br />

prolongar lo más posible su vida.<br />

La orden de no resucitar es un tipo de directriz anticipada;<br />

en ella se solicita que no se le dé reanimación cardiopulmonar<br />

si deja de respirar o de latir su corazón. Si bien, por su formación,<br />

los médicos auxilian a todos los pacientes en esas circunscunstancias,<br />

si usted firma esta orden no se le realizarán maniobras<br />

para resucitarlo.<br />

Las directrices anticipadas pueden cambiarse o cancelarse<br />

en cualquier momento si tiene las funciones mentales para hacerlo;<br />

es decir si es capaz de pensar y comunicar sus deseos de<br />

forma clara. En algunos países, las directrices pueden tomarmarse<br />

incluso estando en el hospital. De hecho, las personas<br />

interesadas pueden abordar el tema con su médico, enfermera<br />

o trabajadora social. En Estados Unidos se les llama testamento<br />

de vida, si bien en otros lados se conocen como voluntades<br />

previas, instrucciones previas, directrices anticipadas,<br />

directrices previas, voluntades vitales anticipadas o testamento<br />

vital, en México existe la Ley de Voluntad Anticipada para<br />

el Distrito Federal, publicada en el Diario Oficial <strong>del</strong> Distrito<br />

Federal el 7 de enero de 2008, que señala como voluntad<br />

anticipada el documento público suscrito ante notario, en el<br />

que cualquier persona con capacidad de ejercicio y en pleno<br />

uso de sus facultades mentales manifiesta la petición libre,<br />

consciente, seria, inequívoca y reiterada de no someterse a medios,<br />

tratamientos y/o procedimientos médicos, que propicien<br />

la obstinación médica (utilización innecesaria de los medios,<br />

Figura 1 Instituto de Geriatría<br />

Áreas prioritarias<br />

• Redes sociales<br />

• Actividad física<br />

• Alimentación sana<br />

• Prevención de caídas<br />

• Prevención de adicciones<br />

• Abuso y maltrato<br />

instrumentos y métodos médicos para mantener vivo a un<br />

enfermo en etapa terminal). También se dan ahí instrucciones<br />

y se designan representantes para los cuidados de la salud y<br />

para después de la muerte.<br />

No es obligatorio tener directrices anticipadas; se trata de<br />

<strong>una</strong> decisión propia. Sin embargo, si éstas no existen, alguien<br />

deberá tomar decisiones en su nombre, habitualmente el cónyuge,<br />

los hijos, los hermanos, etcétera, quienes no necesariamente<br />

conocen sus preferencias de atención médica. <strong>Por</strong> eso,<br />

cuando alguien tenga ya sus directrices, debe informárselo a<br />

su médico, familiares, amigos o abogado, así como mantener<br />

copias <strong>del</strong> documento en lugares accesibles. Así, la toma de directrices<br />

anticipadas es un aspecto más de la responsable participación<br />

de las personas en su propio estado de salud.<br />

Nueva <strong>cultura</strong> de la salud al envejecer<br />

No cabe duda de que nuestros mayores han hecho y mantienen<br />

<strong>una</strong> contribución significativa a México, a su economía<br />

y desarrollo. También es muy claro que ayudarlos a envejecer<br />

sanos y activos puede postergar y minimizar la severidad de<br />

la enfermedad crónica y la discapacidad al avanzar en edad,<br />

reduciendo así los costos asistenciales y las necesidades de<br />

cuidados a largo plazo.<br />

Además, la evidencia disponible nos impulsa a construir <strong>una</strong><br />

iniciativa, aprovechando esta oportunidad, para el desarrollo<br />

de <strong>una</strong> serie de intervenciones que sabemos potencialmente<br />

Para promover el envejecimiento sano y activo es necesaria <strong>una</strong> sociedad que:<br />

• Valore y apoye las contribuciones de las personas mayores<br />

• Rechace la discriminación por edad y la desigualdad<br />

• Provea espacios apropiados para el envejecimiento sano y activo<br />

Auto cuidado<br />

Ayuda mutua<br />

Entorno amigable<br />

Principios rectores<br />

• Independencia<br />

• Participación<br />

• Protección socio sanitaria<br />

• Auto realización<br />

• Dignidad<br />

efectivas y contribuir de esta manera a mejorar la salud de<br />

nuestros mayores.<br />

Sin duda, es prioritario impulsar <strong>una</strong> toma de conciencia colectiva<br />

relativa al hecho de este es el camino correcto, en vez<br />

<strong>del</strong> derrotismo y el nihilismo implícitos en la errónea percepción<br />

de que la enfermedad y la dependencia “necesariamente”<br />

acompañan al envejecimiento.<br />

Ahora bien, para lograr el cambio <strong>cultura</strong>l y favorecer el envejecimiento<br />

sano y activo es necesario actuar en distintos<br />

niveles (ver figura 1), a través de al menos tres mecanismos:<br />

• Desarrollar un entorno adaptado a las necesidades de<br />

nuestros mayores, partiendo de la base de la iniciativa<br />

de ciudades amigables con el adulto mayor de la Organización<br />

Mundial de la Salud.<br />

• Propiciar la ayuda mutua y las redes de apoyo social para<br />

brindar un soporte tanto físico como emocional, a través<br />

de la comunicación, el desarrollo de experiencias conjuntas<br />

y la divulgación de información pertinente.<br />

• Promover el autocuidado, entendido como las medidas<br />

activas que la persona toma con el objeto de preservar su<br />

salud y que sólo pueden darse a través <strong>del</strong> fomento de<br />

<strong>una</strong> responsabilidad individual (tema abordado en la primera<br />

parte de este texto).<br />

Estos tres mecanismos han de ser respaldados por la formación<br />

de líderes y profesionales de la salud, la recreación, el desarrollo<br />

urbano y otros sectores que favorecen el envejecer activo;<br />

el desarrollo de servicios y actividades en el nivel comuni-<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 33


tario, tanto para atender las necesidades de los mayores como<br />

para promover el intercambio intergeneracional. Cabe recordar<br />

la necesidad de apoyar a la par el desarrollo de <strong>una</strong> agenda de<br />

investigación y la generación <strong>del</strong> conocimiento que ha de ser<br />

traducido y puesto al alcance, tanto de los tomadores de decisiones<br />

como de la comunidad.<br />

Para <strong>una</strong> mayor eficacia, conviene subrayar las áreas prioritarias<br />

de intervención, definidas no sólo en razón de su nivel<br />

de prioridad, sino también de la evidencia hoy disponible<br />

acerca de la factibilidad de desarrollar intervenciones para modificar<br />

los riesgos inherentes y los desenlaces desfavorables.<br />

Ciertamente, hay en la actualidad <strong>una</strong> base de conocimiento<br />

suficiente como para respaldar el desarrollo prioritario de intervenciones<br />

en alg<strong>una</strong>s áreas temáticas que tienen un impacto<br />

significativo en el estado de salud de los adultos mayores,<br />

por ejemplo: fortalecimiento de las redes sociales, promoción<br />

de la actividad física, educación para la promoción de <strong>una</strong> alimentación<br />

sana, prevención de caídas y control de adicciones<br />

(prioritariamente tabaco y alcohol), y prevención <strong>del</strong> abuso<br />

y maltrato. Amén de la definición de las áreas prioritarias, es<br />

necesario desarrollar, adoptar y transmitir a la comunidad <strong>una</strong><br />

visión <strong>del</strong> envejecimiento sano y activo que valore y apoye la<br />

contribución sostenida que representan las aportaciones de<br />

parte de nuestros mayores hacia la comunidad.<br />

<strong>Por</strong> otra parte, debe impulsarse el trabajo en investigación<br />

cualitativa y a través de grupos focales para identificar y desarrollar<br />

oportunidades existentes para promover el envejecimiento<br />

sano y activo con esfuerzos conjuntos de la comunidad<br />

y las autoridades.<br />

Nada de lo anterior será posible sin reorientar los servicios<br />

sociales y de salud hacia un mayor impacto en la promoción<br />

<strong>del</strong> envejecimiento sano a través de acciones de promoción<br />

de la salud y prevención de enfermedades. <strong>Por</strong> otra parte, a<br />

través <strong>del</strong> tiempo será necesario documentar y compartir las<br />

experiencias exitosas. Desde luego, para que todo ello ocurra,<br />

es necesario financiar y evaluar iniciativas tanto nacionales<br />

como locales para promover el desarrollo de un entorno<br />

“amigable” para el adulto mayor.<br />

Tales experiencias tendrán un mayor impacto si conducen al<br />

desarrollo y difusión de guías prácticas para la promoción <strong>del</strong><br />

envejecimiento sano y activo. En otros países ha tenido un gran<br />

34 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Es imperativo vivir en las mejores condiciones de salud, física, mental<br />

y social.<br />

impacto mediático la creación de un grupo de “embajadores”<br />

<strong>del</strong> envejecimiento saludable con la participación de líderes de<br />

imagen y opinión que contribuyen fuertemente a modificar<br />

la imagen <strong>del</strong> envejecimiento a través de la presentación de<br />

mo<strong>del</strong>os de rol exitosos, que involucran a los distintos actores<br />

de la sociedad.<br />

Toda intervención tendrá mayor probabilidad de éxito y mayor<br />

impacto para propiciar además <strong>una</strong> longevidad saludable<br />

si contribuye a fortalecer los lazos intergeneracionales promoviendo<br />

el intercambio a través de programas que apoyen<br />

a los abuelos en su papel como tales y en su proyección en la<br />

comunidad.<br />

Cabe enfatizar la necesidad de seguir apuntalando <strong>una</strong> agenda<br />

de generación <strong>del</strong> conocimiento para guiar las políticas y el<br />

desarrollo de intervenciones. Para ello, el participar en esfuerzos<br />

internacionales que avancen en el mismo sentido siempre<br />

será útil.<br />

*El Instituto de Geriatría es un órgano administrativo desconcentrado<br />

de la Secretaría de Salud <strong>del</strong> Gobierno Federal,<br />

creado por Decreto Presidencial el 29 de julio de 2008.<br />

Autores: Doctor Luis Miguel Gutiérrez Robledo, Verónica<br />

Bautista Eugenio, Elizabeth Caro López, Amir Gómez-León<br />

Mandujano, Varinia Herrera Castro, Lucero Kazué Kameyama<br />

Fernández, Sandra L<strong>una</strong> Pérez y Gabriela Ríos Cázares.<br />

Adultos mayores, los más discriminados<br />

en nuestro país<br />

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación<br />

En el año de 2001 la Comisión Ciudadana de Estudios contra la Discriminación<br />

afirmaba que “La desigualdad asociada a la diferencia de edad deja ver alg<strong>una</strong>s de las<br />

limitaciones provenientes de <strong>una</strong> percepción no democrática con respecto a la justicia<br />

y a la equidad entre las personas. El costo de no revertir las prácticas discriminatorias<br />

contra este sector será el de reproducir <strong>una</strong> sociedad profundamente asimétrica e<br />

insensible frente a las desventajas y carencias de sus miembros más débiles.” 57<br />

Esta condición de desigualdad, que afecta la vida individual, familiar y social, y<br />

que convierte a las personas y colectivos, en grupos marginales a los cuales no les<br />

es permitido el ejercicio de sus derechos humanos y libertades, la conocemos como<br />

discriminación.<br />

Hablar sobre este fenómeno es hablar de actitudes, conductas individuales y prácticas<br />

sociales e institucionales que implican la discriminación que podemos entender<br />

como “<strong>una</strong> conducta <strong>cultura</strong>lmente fundada, sistemática y socialmente extendida,<br />

de desprecio contra <strong>una</strong> persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio<br />

negativo o un estigma relacionado con <strong>una</strong> desventaja inmerecida, y que tiene por<br />

efecto (intencional o no) dañar sus derechos y libertades fundamentales”. 58<br />

La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (LFPED) establece en su artículo 4° que la discriminación es: “Toda<br />

distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica,<br />

condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga<br />

por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas.<br />

También se entenderá como discriminación la xenofobia y el antisemitismo en cualquiera de sus manifestaciones”. 59<br />

En términos concretos la discriminación es la negación desigual de derechos de las personas, la existencia de condiciones de<br />

desigualdad que no permiten el ejercicio real de los derechos y que traen como consecuencia el resquebrajamiento de la cohesión<br />

social y la imposibilidad de quienes la sufren a tener <strong>una</strong> vida digna. La acción discriminatoria es un fenómeno circular en el cual<br />

en un momento <strong>una</strong> persona puede ser discriminada pero en otro instante ésta misma puede ser sujeto a un perjuicio derivado<br />

de la discriminación.<br />

Las personas adultas mayores forman un grupo poblacional que en México es altamente discriminado tal y como nos lo<br />

muestra la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, 60 en donde se observa que, a la pregunta ¿usted a quienes<br />

considera más desprotegidos en México? la respuesta refiere en primer lugar a las personas adultas mayores, con 40.5 por ciento;<br />

57<br />

Comisión Ciudadana de Estudios contra la Discriminación, Informe General de la Comisión Ciudadana de Estudios contra la Discriminación, La Discriminación en México: por <strong>una</strong> nueva <strong>cultura</strong> de la<br />

igualdad, (pp. 165), México, 2000.<br />

58<br />

RODRÍGUEZ ZEPEDA, Jesús, ¿Qué es la discriminación y cómo combatirla?, Col. Cuadernos de la Igualdad, Segunda reimpresión, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, (pp. 19), México,<br />

2007.<br />

59<br />

Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, Conapred (pp. 32), México, 2006.<br />

60<br />

Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, Sedesol-Conapred, p. 15, Abril 2005.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 35


Año<br />

2010<br />

2015<br />

2020<br />

2025<br />

2030<br />

2035<br />

2040<br />

2045<br />

2050<br />

en segundo lugar, con 15.6 por ciento, a los indígenas y en tercer<br />

lugar aparecen las personas con discapacidad con 14.5<br />

por ciento. Es decir, si buscáramos quiénes son los más discriminados<br />

en nuestro país, este ejercicio metodológico de percepción<br />

nos indicaría que son los adultos mayores.<br />

Es importante resaltar que según la Ley de los Derechos de<br />

las Personas Adultas Mayores en México tienen esa condición<br />

aquellas que cuenten con 60 años o más de edad.<br />

La discriminación es un fenómeno social que merece especial<br />

atención y en el caso de la problemática que enfrentan<br />

las mujeres y hombres a partir de los 60 años la hace aún más<br />

apremiante si recordamos que en nuestro país, según estimaciones<br />

<strong>del</strong> (Conapo), actualmente tenemos <strong>una</strong> población de<br />

cerca de 10 millones de personas mayores de 60 años. 61<br />

Es importante anotar que en la sociedad mexicana este número<br />

se amplía de manera significativa y, como es bien sabido,<br />

la proporción de la población total de este grupo se incrementará<br />

paulatinamente, ya que en el año 2015 este crecimiento<br />

será de 10.41 por ciento, en 2020 de 12.45 por<br />

ciento hasta llegar en el año 2050 a un incremento de casi 28<br />

por ciento de la población total de nuestro país.<br />

61 Estimaciones y Proyecciones <strong>del</strong> Censo General de Población y Vivienda, México, diciembre de 2002.<br />

62 Informe especial...óp.cit, (pp. 46).<br />

63 Ibídem.<br />

Tasade<br />

crecimiento<br />

(<strong>Por</strong>cien)<br />

3.95<br />

4.26<br />

4.27<br />

3.92<br />

3.49<br />

3.01<br />

2.42<br />

1.88<br />

1.47<br />

Proporción<strong>del</strong>a<br />

poblacióntotal<br />

(<strong>Por</strong>centaje)<br />

8.84<br />

10.41<br />

12.45<br />

14.83<br />

17.45<br />

20.24<br />

22.99<br />

25.58<br />

27.95<br />

Fuente:Indicadoresdemográficosparalosadultosmayores,2000-2050<br />

ConsejoNacionaldePoblación,diciembrede2002<br />

Incremento<br />

absoluto<br />

389633<br />

516245<br />

640759<br />

723465<br />

774460<br />

787216<br />

723743<br />

626699<br />

532229<br />

36 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Población<br />

media<br />

9868303<br />

12111777<br />

15022860<br />

18436881<br />

22198869<br />

26138438<br />

29921659<br />

33323401<br />

36222237<br />

Cuadro 1. Indicadores demográficos para los<br />

adultos mayores, 2015-2050.<br />

Los cambios en la población mexicana a que hacemos referencia<br />

tienen varios motivos: la reducción de la mortalidad,<br />

“mientras en 1930 morían 156 niños por cada mil que nacían,<br />

para 1990 la cifra se había reducido a 40, y en 2000 a sólo 31.<br />

De acuerdo con cálculos <strong>del</strong> Consejo Nacional de Población<br />

(Conapo), para 2050 la tasa de mortalidad será de 10.4 defunciones<br />

por cada mil habitantes”. 62<br />

“El aumento de la esperanza de vida, de 1930 a 1970, de<br />

los hombres pasará de 33 a 59 años y en el caso de las mujeres<br />

de 35 a 63; 10 años después alcanzó como promedio los<br />

72 y 77 años, respectivamente. Se espera que la tendencia<br />

continúe hasta llegar a los 80 años promedio de edad para los<br />

mexicanos en 2050”. 63<br />

<strong>Por</strong> otra parte, “México experimentó también <strong>una</strong> fuerte<br />

reducción de la tasa global de fecundidad durante el periodo<br />

comprendido entre 1970 y 1990, al pasar de 6.8 hijos promedio<br />

por mujer a 3.4. Para finales <strong>del</strong> siglo pasado el promedio<br />

de hijos por cada mujer era de alrededor de 2.9, de acuerdo<br />

con estimaciones basadas en resultados censales <strong>del</strong> Conapo,<br />

lo que provocó la disminución de los integrantes de las<br />

familias.<br />

Según proyecciones realizadas por Conapo, la fecundidad de<br />

la mujer mexicana seguirá en descenso hasta alcanzar la cifra<br />

de 11 nacimientos por cada mil habitantes para 2050”. 64<br />

Es fundamental tener claro que si en la actualidad las condiciones<br />

de desigualdad afectan de manera significativa a la<br />

sociedad, y en particular a quienes tienen 60 años o más, resulta<br />

más que evidente que si no se toman las medidas necesarias<br />

para revertir esta situación, en unos años no sólo la población<br />

adulta mayor será numerosa sino también los problemas que<br />

enfrentarán.<br />

Víctimas de la desigualdad e inequidad<br />

En el caso de las personas adultas mayores, la discriminación<br />

se da en diversos ámbitos, uno de ellos lo es la familia, espacio<br />

que en un primer momento pareciera inmune dadas las relaciones<br />

de fraternidad, cariño, solidaridad que se supone existen<br />

ten en su seno. En la vida cotidiana, sin embargo, se enfrentan<br />

a diversas situaciones de desventaja como son: graves dificultades<br />

económicas, limitaciones en el acceso a los servicios de<br />

salud, ausencia de servicios sociales, carencias en vivienda<br />

y condiciones de vida, exclusión de la <strong>cultura</strong> y educación,<br />

escasa participación en la vida social y política y trato inadecuado<br />

incluso en su círculo más cercano, un ejemplo de ello<br />

es el siguiente relato: “Un día mi hija me dijo: prepárate dos<br />

cambios. Era muy tarde… yo no entendí para qué, pero para<br />

no hacerla enojar, mejor ni le pregunté. Me dijo échalas en <strong>una</strong><br />

bolsa, vamos a salir a dar <strong>una</strong> vuelta. Subí al coche; íbamos mi<br />

hija, mi nieta y yo. Anduvimos dando vueltas un buen rato,<br />

no recuerdo cuánto tiempo, lo que sí recuerdo es que no hablamos<br />

y que después de un rato me sentí perdida. Después,<br />

en <strong>una</strong> calle muy oscura, me dijo ¡bájate! Yo no entendía nada.<br />

¡Bájate, aquí te vas a quedar! Yo no quería, pero no había nada<br />

que hacer. Caminé y lloré mucho tiempo… era muy tarde.<br />

Después <strong>una</strong> patrulla me encontró llorando, en la calle, sola.<br />

Me trajeron aquí… ¿sabe?, creo que aquí estoy mejor. De no<br />

haberme abandonado mi hija, un día me hubiera suicidado,<br />

como mi hijo me lo pidió.” 65 (Beneficiaria de un Centro de<br />

Asistencia e Integración Social <strong>del</strong> Gobierno <strong>del</strong> Distrito Federal,<br />

de 85 años de edad).<br />

Este fenómeno de inequidad y desigualdad resulta altamente<br />

preocupante dado que el dar un trato de inferioridad a cualquier<br />

persona, independientemente de su condición social, económica,<br />

laboral, preferencia política, lengua, religión, etcétera,<br />

trae consigo problemas que pueden ser de carácter personal,<br />

como puede ser el caso de la frustración de <strong>una</strong> persona al<br />

sentir, en un primer momento, el rechazo laboral al no estar<br />

en posibilidades de aportar al gasto familiar, y más aún cuando<br />

cada vez es más común que las personas de edad se vean<br />

obligadas a depender de ellas mismas para sostenerse económicamente,<br />

es decir esta situación puede repercutir, en este<br />

caso, en recursos elementales de sobrevivencia. De igual forma<br />

puede generar situaciones familiares de incomprensión<br />

como nos lo puede hacer ver nuevamente la Primera Encuesta<br />

Nacional sobre Discriminación en donde vemos que 20 por<br />

ciento de los adultos mayores dice que no se le permite participar<br />

en conversaciones familiares. Y por supuesto puede derivar<br />

en problemas de carácter social ya que, recordemos que<br />

al excluir a personas y grupos, la sociedad desperdicia recursos,<br />

talentos y experiencias que representan incalculables costos<br />

económicos; condiciones todas ellas que cualquier sociedad<br />

que pretenda o se precie de ser democrática no debiera de<br />

permitir.<br />

La exclusión en muchos de los casos deriva de representaciones<br />

subjetivas que se construyen haciendo referencia a<br />

personas o a la pertenencia de éstas a colectivos sociales específicos<br />

y que conocemos como estigmas.<br />

El estigma es la primera de estas formas motrices de la<br />

discriminación (…) En realidad, el estigma sólo tiene significado<br />

porque se inscribe en un orden simbólico donde<br />

quien posee el atributo estigmatizado ya ha sido rechazado<br />

de antemano. <strong>Por</strong> ejemplo, la estigmatización de las<br />

conductas femeninas como actos de debilidad y de escasa<br />

racionalidad depende de <strong>una</strong> percepción previa, y<br />

socialmente extendida, de las mujeres como seres inferiores<br />

e indignos de trato equitativo. Depende, en suma, de<br />

64 Ibídem.<br />

65 Informe especial sobre la situación de los derechos humanos de las personas adultas mayores en las instituciones <strong>del</strong> Distrito Federal, México, 2008, p. 13<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 37


un juicio negativo previamente construido que pende sobre<br />

toda mujer, sea cual sea su realidad concreta.<br />

En este sentido, el proceso de estigmatización es posible<br />

porque existe con anterioridad en la sociedad un<br />

conjunto de prejuicios que ponen en desventaja, primero<br />

de manera simbólica y luego práctica, a los grupos sociales<br />

específicos. 66<br />

La persona adulta mayor se enfrenta a la estigmatización,<br />

ya que en la mayoría de los casos se le define con atributos negativos,<br />

lo cual ahonda en la creencia colectiva de que la vejez<br />

es enfermedad y decadencia general. Esta condición de injusticia<br />

y desigualdad de oportunidades, derivada de la estigmatización<br />

de que son objeto, se desprende en la generalidad de las<br />

personas como situaciones “normales”, incluso para los mismos<br />

individuos de este grupo poblacional. Veamos un elemento<br />

que nos debe llevar a <strong>una</strong> seria reflexión sobre esta situación.<br />

Hacemos referencia nuevamente a la encuesta sobre discriminación<br />

la cual afirma que 41 por ciento de los adultos mayores<br />

opina que es justo sufrir discriminación. Es decir, más allá de<br />

cómo la sociedad les define, tenemos que ellos mismos aceptan<br />

esta situación y la asumen como un hecho que es parte<br />

de su edad. La discriminación entonces se presenta como <strong>una</strong><br />

situación real, que ocurre, se conoce y, sobre todo, se acepta<br />

equivocadamente como pasa la vida: pudiéramos pensar en<br />

argumentos como ¡yo ya viví!, ¡ya estoy viejo para eso!, ¡no<br />

necesito nada!, etcétera.<br />

Cuadro 2. Población desempleada a partir de los 40 años.<br />

Grupos<br />

deedad<br />

40a49años<br />

50a59años<br />

60añosymás<br />

Adultos maduros desempleados<br />

2005<br />

186,162<br />

101,504<br />

47,424<br />

2006<br />

188,920<br />

106,501<br />

46,514<br />

Fuente:EncuestaNacionaldeOcupaciónyEmpleo,INEGI,2010<br />

2007<br />

193,839<br />

108,164<br />

49,916<br />

2008<br />

216,029<br />

131,559<br />

54,504<br />

66 RODRÍGUEZ ZEPEDA, Jesús, Un marco teórico para la discriminación, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, México, 2006. (p. 37).<br />

38 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

2009<br />

355,074<br />

200,688<br />

73,918<br />

Otro ámbito en el que es constante el trato degradante en<br />

este sector poblacional es sin duda el laboral. La encuesta sobre<br />

discriminación nos muestra que es el primer grupo a quien no<br />

se le ofrecería trabajo. De hecho existe en nuestro país un problema<br />

al cual no parece otorgársele la debida importancia, ya<br />

que los jóvenes enfrentan un problema de desempleo, más<br />

allá de que pudiera existir <strong>una</strong> falta de fuentes laborales, estas<br />

oportunidades les son negadas con el argumento de que no<br />

tienen experiencia, y en contraparte a las personas, ya no digamos<br />

adultas mayores, se les niega el acceso al empleo debido<br />

a su edad. El cuadro 2 que observamos a continuación nos<br />

muestra cómo a partir de los 40 años de edad las oportunidades<br />

de empleo para las personas se reducen, e incluso año con<br />

año este fenómeno es más evidente, y no precisamente por la<br />

medición de su experiencia, sus aptitudes o sus habilidades,<br />

sino por su edad. En este contexto tenemos que en nuestra<br />

sociedad la etapa productiva de las personas es muy corta.<br />

El entorno social de las personas adultas mayores también<br />

les es regularmente adverso. Si ubicamos sus necesidades de<br />

accesibilidad, nos daremos cuenta que son diferentes a la regularidad<br />

de las personas, banquetas en mal estado, puentes<br />

peatonales con inacabables escalinatas, viviendas inadecuadas,<br />

etcétera; en servicios de transporte, automovilistas que no<br />

respetan las normas viales, transporte público deficiente e insuficiente<br />

y falta de respeto, entre otras. Y esto es sólo pensando<br />

en el ámbito urbano. Si nos trasladamos al rural, encontramos<br />

igualmente entornos desfavorables como son el acceso a<br />

los servicios públicos y el problema de los traslados a donde<br />

se otorgan. O pensemos en los medios de que disponen para<br />

mantener sus vínculos sociales activos o la dificultad que enfrentan<br />

para establecer nuevas relaciones sociales.<br />

La persona adulta mayor enfrenta otros problemas para<br />

acceder a derechos cruciales en su vida, tales como los servicios<br />

de salud, que en estos casos resultan tan fundamentales como<br />

los de especialidad. Lo mismo sucede en cuanto al acceso a<br />

la <strong>cultura</strong>, la educación, la participación política, la vivienda,<br />

etcétera. La realidad que vive cotidianamente <strong>una</strong> gran cantidad<br />

de personas adultas mayores son formas sutiles o abier-<br />

tas de maltrato y exclusión. En algunos casos son gestos de<br />

disgusto, indiferencia, silencios prolongados, otras veces pueden<br />

ser palabras ofensivas o hasta empujones; en general, un<br />

trato degradante que deriva siempre en restricción o negación<br />

de derechos fundamentales y de acceso a oportunidades de<br />

desarrollo en condiciones de equidad.<br />

Es evidente que, como lo establece la La Ley Federal para<br />

Prevenir y Eliminar la Discriminación, en su artículo 2º, le corresponde<br />

al Estado promover las condiciones para que la<br />

libertad y la igualdad de las personas sean reales y efectivas,<br />

pero la sociedad en su conjunto debemos tener claro que cuando<br />

<strong>una</strong> persona es discriminada, no es posible que acceda a <strong>una</strong><br />

vida digna y productiva para ella. La discriminación vulnera el<br />

principio de igualdad en derechos, constitutivo de las sociedades<br />

democráticas modernas, y dado que es <strong>una</strong> práctica prohibida<br />

por ordenamientos de la comunidad internacional,<br />

por nuestra Constitución y por la Ley Federal para Prevenir y<br />

Eliminar la Discriminación y que su naturaleza y dimensiones,<br />

se extienda tanto al ámbito público como al privado, también<br />

es responsabilidad de toda la sociedad enfrentarla. En caso<br />

contrario, la sociedad en su conjunto tendrá que asumir los<br />

Enfrentan día con día la indiferencia y la<br />

exclusión.<br />

costos sociales, económicos y políticos de la discriminación.<br />

Estos costos se traducen en el robo o cancelación de oportunidades<br />

para las personas que la sufren, pero indudablemente<br />

tienen efectos hacia el conjunto de la sociedad, ya que<br />

al limitar los derechos, trastoca las libertades y fragmenta la<br />

cohesión social. De igual forma daña la convivencia democrática<br />

puesto que reproduce, ahonda y genera desigualdades<br />

socioeconómicas, es decir, acentúa la conflictividad social, al<br />

tiempo que entraña enormes costos en términos de justicia y<br />

gobernabilidad.<br />

Conclusiones<br />

Como hemos mencionado, la discriminación se vuelve <strong>una</strong><br />

práctica degradante y perniciosa, por ello el impulso <strong>del</strong> respeto<br />

al ejercicio real de los derechos de las personas y el rescate<br />

de la dignidad de los adultos mayores tiene que ser un objetivo<br />

primordial de las instituciones públicas, <strong>del</strong> sector privado y de<br />

la sociedad civil en general.<br />

Para revertir el fenómeno discriminatorio es necesario hacer<br />

sentir en todos los ámbitos que la acción educadora de la No<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 39


discriminación es <strong>una</strong> necesidad apremiante. De igual forma resulta<br />

de total importancia el integrar en nuestra vida cotidiana<br />

el respeto a la diversidad, la igualdad de oportunidades y de<br />

trato como principio; que todos los sectores sociales impulsemos<br />

el respeto al diferente ya que de no hacerlo así la sociedad<br />

pagará más temprano que tarde los costos que ello implica.<br />

Es necesario asimismo, impulsar con especial énfasis la <strong>cultura</strong><br />

de la No discriminación con la participación decidida de los<br />

medios de comunicación, los cuales poseen un papel sustancial<br />

no sólo en la construcción de la imagen que la población<br />

tiene en general <strong>del</strong> espacio público, también de cómo la gente<br />

te capta y se forma un concepto de los temas que son o no<br />

públicamente relevantes así como de los problemas, los grupos<br />

y las demandas que merecen atención de las instancias<br />

gubernamentales como es, necesariamente, el caso de las personas<br />

adultas mayores.<br />

Para modificar la estigmatización que pesa sobre este grupo<br />

de la sociedad es necesaria la acción sistemática de los medios<br />

de comunicación.<br />

Un recurso elemental para combatir la discriminación a las<br />

40 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

El entorno social y físico de los adultos mayores es adverso.<br />

personas de edad es dar cumplimiento a las recomendaciones<br />

internacionales en materia de envejecimiento. Recordemos que<br />

en abril de 2002 se realizó en Madrid,<br />

España la Segunda Asamblea Mundial sobre el <strong>Envejecimiento</strong><br />

para analizar los avances <strong>del</strong> Plan de Acción Internacional sobre<br />

el <strong>Envejecimiento</strong>, surgido de la primera asamblea llevada a<br />

cabo en Viena, Austria, en 1982, y es precisamente en España<br />

donde surge la Declaración Política y el Plan de Acción Internacional<br />

de Madrid sobre el <strong>Envejecimiento</strong>, al cual México se<br />

suscribió. Retomar sus principios de vejez activa, productiva y<br />

saludable coadyuvará sin duda a configurar <strong>una</strong> sociedad más<br />

igualitaria y justa para todas las personas adultas mayores.<br />

Un elemento más que tenemos que agregar y que resulta fundamental<br />

para combatir la situación de adversidad que enfrentan<br />

muchas de las personas mayores de 60 años es que las<br />

iniciativas de leyes y de políticas públicas en temas de desarrollo<br />

social, seguridad social y gasto público incluyan la perspectiva<br />

de No discriminación para todas las personas y colectivos<br />

sociales sin distinción y que la discriminación pase a ser<br />

un tema fundamental de la agenda pública nacional.<br />

Desafíos presentes y futuros<br />

<strong>del</strong> envejecimiento demográfico<br />

Sergio S. Valdés Rojas *<br />

México atraviesa por <strong>una</strong> fase de acelerada transición demográfica, que se inicia en<br />

la década de los años 30 con el descenso de la mortalidad y se acentúa en los años<br />

60 con la declinación de la fecundidad. Transitamos en la actualidad de <strong>una</strong> población<br />

joven a otra más entrada en años y hoy nos encontramos ante la necesidad de<br />

atender sus efectos generando respuestas institucionales y sociales, para encarar los<br />

desafíos presentes y futuros que representa el envejecimiento demográfico.<br />

Este proceso influirá de distintas maneras y formas en la sociedad, la economía,<br />

la política y la <strong>cultura</strong>, de ahí la necesidad de <strong>del</strong>inear <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

que nos ayude a enfrentar con dignidad este cambio demográfico.<br />

Transformaremos nuestra manera de ser y de pensar, habremos de adaptarnos a los<br />

nuevos ritmos de la vida social, a las nuevas normas y expectativas sociales relacionadas<br />

con la edad, a fenómenos como las nuevas familias multigeneracionales y el<br />

surgimiento de nuevos ajustes, residenciales y domésticos, que tendrán profundas y<br />

múltiples consecuencias para las relaciones sociales y familiares, de género e intergeneracionales,<br />

de ahí la gran necesidad de apostarle, a <strong>una</strong> nueva y efectiva <strong>cultura</strong><br />

<strong>del</strong> envejecimiento.<br />

Considero de manera personal que <strong>una</strong> etapa muy crítica en el desarrollo humano es el periodo que hemos de vivir después<br />

de los 40 años. Alberto Cortez, cantautor español, en la letra de <strong>una</strong> de sus canciones dice: “a partir de mañana empezaré a vivir<br />

la mitad de mi vida”, quién no opina igual, si consideramos los 40 años como la mitad de nuestra existencia, ya que la esperanza<br />

de vida actual para nuestro país está cercana a los 80 años. Hay quien recomienda un chequeo general de salud al cumplir los 40<br />

años para conocer en qué condiciones de funcionalidad se encuentra nuestro cuerpo, y saber cómo habremos de vivir esa segunda<br />

mitad. ¿Habremos de adoptar alg<strong>una</strong>s medidas preventivas y correctivas para vivirlos mejor, buscando un envejecimiento con<br />

autorrealización, saludable, activo y participativo, incluidos como parte de la sociedad y en nuestro propio núcleo familiar? o<br />

dejaremos que transcurran los años y vivamos un envejecimiento patológico, es aquí donde habremos de decidir y pensar en la<br />

nueva <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento que incluya, además, la autonomía, la equidad y la corresponsabilidad.<br />

En el análisis de esta segunda mitad de la vida y debido al aumento de la capacidad económica y nuevas y más obligaciones,<br />

principalmente en el desarrollo profesional de los hijos, el problema más serio que vemos y que se vive más continuamente<br />

es que disminuye en mucho el tiempo que dedicamos a nosotros mismos. La falta de ejercicio y el sedentarismo traen como<br />

consecuencia los problemas de la obesidad y sus complicaciones. Se ha demostrado que la ingesta de calorías aumenta con la<br />

edad, de ahí que en esta nueva <strong>cultura</strong> se haga necesario señalar los beneficios <strong>del</strong> ejercicio y el de <strong>una</strong> alimentación más adecuada<br />

durante este proceso.<br />

A mejor estilo de vida mejor proceso de envejecimiento y en consecuencia <strong>una</strong> vejez más sana, más activa y participativa.<br />

Esto puede ser posible si seguimos <strong>una</strong>s pautas que nos permitan llegar a <strong>una</strong> mayor longevidad en mejores condiciones y con<br />

capacidad para afrontar las dificultades físicas que normalmente se presentan con la edad.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 41


Cuidar el proceso <strong>del</strong> envejecimiento trae como resultado <strong>una</strong> vejez más<br />

sana, activa y participativa.<br />

La promoción de la salud y la prevención de las enfermedades<br />

forman parte de esta <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento, comprenden<br />

aquellas actividades que innovan individual o colectivamente<br />

sobre las personas. En la Primera Conferencia Internacional<br />

sobre Promoción de la Salud (Ottawa, Canadá, 1986)<br />

se definió a ésta como “El proceso que proporciona a las poblaciones<br />

o a los individuos las medidas necesarias para ejercer<br />

un mayor control sobre su propia salud y así poder mejorarla”.<br />

Durante esta misma conferencia se establecieron los siguientes<br />

objetivos:<br />

• Definir políticas públicas saludables, crear entornos favorables<br />

a la salud, reforzar las acciones comunitarias en<br />

materia de salud, desarrollar habilidades personales de<br />

autocuidado y reorientar los servicios de salud hacia estas<br />

prioridades: la promoción y la prevención, bases de <strong>una</strong><br />

<strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento activo y saludable.<br />

Durante la Segunda Asamblea Mundial Sobre el <strong>Envejecimiento</strong><br />

llevada a cabo en Madrid, España, en el año 2002, se<br />

desarrolló la idea de un plan internacional sobre el envejecimiento<br />

que es adoptado por los 192 países participantes, determinando<br />

que este tema debe estar en el centro de la política<br />

de todos los países para crear esta <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecer considerando<br />

el desarrollo social y económico en cada uno de estos<br />

países. De este desafío derivan las recomendaciones de <strong>una</strong> jubilación<br />

flexible, pensiones sólidas, lucha contra la pobreza, te-<br />

42 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

mas todos a tratar en la política nacional para beneficio de la<br />

población y en particular de las personas adultas mayores, favoreciendo<br />

de esta manera <strong>una</strong> nueva <strong>cultura</strong> que vea y atienda<br />

a este grupo poblacional tan heterogéneo con necesidades y<br />

características diferentes. Debemos garantizarles igualmente el<br />

acceso a los servicios sanitarios, administrativos, de educación,<br />

de <strong>cultura</strong> y de recreación.<br />

En los próximos años, y ya lo estamos viviendo, seremos<br />

testigos de los cambios que se dan y que se estarán dando como<br />

consecuencia <strong>del</strong> envejecimiento poblacional y de la llegada a<br />

la vejez de las generaciones <strong>del</strong> “baby boom” nacional después<br />

de la segunda guerra mundial. Estas nuevas generaciones, en<br />

que se inicia la industrialización y la migración a las ciudades<br />

se presume que van a modificar los planteamientos y necesidades<br />

acerca <strong>del</strong> envejecimiento, ya que se espera serán generaciones<br />

más longevas.<br />

La prevención es de toda la vida. Las medidas preventivas<br />

en general se llevan a cabo cronológicamente y sin fallar durante<br />

la infancia y la adolescencia, pero ya decíamos que es<br />

alrededor de los 40 años de edad cuando se debe apostar por<br />

un mejor estilo de vida, para <strong>una</strong> mayor longevidad en mejores<br />

condiciones.<br />

La sociedad se hace cada vez más consciente de la importancia<br />

de alcanzar <strong>una</strong> edad avanzada saludable y, para ello,<br />

la educación y la prevención de las enfermedades son mecanismos<br />

indispensables que necesitamos potenciar a través de<br />

un mayor conocimiento <strong>del</strong> fenómeno <strong>del</strong> envejecimiento.<br />

Esa nueva ancianidad deberá superar el carácter impersonal y<br />

marginal de su vida cotidiana, satisfaciendo al mismo tiempo<br />

el anhelo de compañía, intimidad, apoyo emocional y amor.<br />

Esta nueva forma de envejecer será el premio de la nueva<br />

<strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento y el éxito de las políticas públicas<br />

encaminadas a este fin.<br />

<strong>Por</strong> último, esta <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecer deberá fortalecer y<br />

engrandecer la solidaridad entre las generaciones e impulsar<br />

la revaloración social <strong>del</strong> adulto mayor, estimulando su plena<br />

inserción en la vida familiar, social, comunitaria y política <strong>del</strong><br />

país.<br />

* Director de Atención Geriátrica <strong>del</strong> Instituto Nacional de<br />

las Personas Adultas Mayores.<br />

Una sociedad para todas las edades<br />

Fundación Bienestar <strong>del</strong> Adulto Mayor, I.A.P.<br />

Las sociedades <strong>del</strong> planeta están en proceso de envejecimiento. Jamás en la historia<br />

de la civilización se había dado un aumento rápido, amplio y general de las personas<br />

de 60 años de edad y más, esto es de los adultos mayores.<br />

Los avances tecnológicos y científicos de los siglos XX y XXI han originado la<br />

disminución de la mortalidad, el aumento de la esperanza de vida, así como la caída<br />

de la fecundidad, lo que ha provocado <strong>una</strong> cantidad menor de nacimientos, con la<br />

consecuente reducción sistemática de la proporción de niños y jóvenes en la Tierra.<br />

La población de México pasa actualmente por <strong>una</strong> fase de cambio demográfico, ya<br />

que los adultos mayores representarán el crecimiento poblacional más significativo.<br />

Su monto se multiplicará casi siete veces, es decir que dentro de 50 años uno de<br />

cada cuatro mexicanos será adulto mayor. Como consecuencia, es necesario ajustar<br />

el empleo, la educación, la atención a la salud, la seguridad y el bienestar social, así<br />

como las pautas de inversión, consumo y ahorro.<br />

La preocupación sobre este sector social en el orbe quedó de manifiesto en las<br />

asambleas de Viena en 1982 y de Madrid en 2002, en las cuales se elaboraron<br />

planes de acción internacional sobre el envejecimiento. Posteriormente, diversos<br />

organismos mundiales han abordado este tema desde diferentes perspectivas. El interés suscitado llevó a la Organización de las<br />

Naciones Unidas a proclamar a partir de 1991 el 1 de octubre como el Día Internacional de las Personas de Edad y 1999 como<br />

Año Internacional de las Personas de Edad.<br />

En este contexto, el envejecimiento de la población producirá grandes cambios en la vida de las sociedades. Hombres<br />

y mujeres de todas las edades tendrán que adaptarse a los nuevos ritmos, los cuales tienen que ver con el acceso a los derechos<br />

económicos, sociales y <strong>cultura</strong>les. Este proceso cambiará la dinámica para acceder a la vivienda, así como a las relaciones sociales,<br />

familiares, de género e intergeneracionales.<br />

Grandes cambios poblacionales<br />

Envejecer se ha convertido en un hecho común al alcance de un mayor número de personas, pero con ello surgen dinámicas<br />

socioeconómicas cuyas expresiones más dramáticas se traducen en pérdida de autonomía, trabajo e ingresos, deterioro de la<br />

salud y exclusión en la toma de decisiones, por referir alg<strong>una</strong>s de las más representativas.<br />

La vejez en nuestro país no es ni puede simplemente considerarse en función de convencionalismos de orden estadístico, es<br />

decir asumirla como el traspaso mecánico de la edad adulta madura a la adulta mayor. En otras palabras, la vejez implica <strong>una</strong><br />

problemática social y económica compleja que, además, puede dar lugar a la dependencia de sectores de población en edad adulta<br />

productiva y capaz de otorgar cuidados.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 43


Esta etapa se asume de acuerdo con el grupo, la clase social<br />

cial, la región, la <strong>cultura</strong> y la época en la cual la persona adulta<br />

ta mayor se encuentre inserta. Los cuidados de la salud, las formas<br />

de trabajo, el acceso a las instituciones de seguridad social<br />

cial, las posibilidades y capacidades de atención desde el ámbito<br />

familiar, el entramado de redes sociales e institucionales, las<br />

posibilidades de ahorro y acumulación mantienen fuerte relación<br />

con los niveles educativos, los patrones <strong>cultura</strong>les, la disponibilidad<br />

de recursos personales, familiares e institucionales<br />

y la capacidad de las instancias públicas y privadas para atender<br />

los requerimientos de las personas de edad. 67<br />

Durante los próximos 50 años, México enfrentará <strong>una</strong> fuerte<br />

presión debido al aumento de la población de 60 y más años, lo<br />

que a los países europeos les llevó prácticamente dos siglos.<br />

67 HAM CHANDE, Roberto, Salud y bienestar frente al proceso de envejecimiento, Centro de Estudios en Población. y Salud-SSA, México, 1994.<br />

44 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Los requerimientos de los mayores se<br />

asumen de acuerdo con el grupo, la clase<br />

social, la región, la <strong>cultura</strong> y la época en la<br />

cual se encuentren insertos.<br />

Con el incremento de la población adulta mayor, particularmente<br />

de mujeres, también aumentan aceleradamente las<br />

condiciones de pobreza y pobreza extrema. De igual manera,<br />

otro detonante de esta situación que viven es la falta de<br />

políticas públicas desde las cuales se puedan mejorar las<br />

condiciones adversas que enfrentan millones de ancianos en la<br />

República Mexicana.<br />

El incremento de la población en edad avanzada trae también<br />

consigo <strong>una</strong> serie de carencias que afectan principalmente<br />

a quienes no disponen de capacidades y habilidades para<br />

acceder a satisfactores que les permitan contar con adecuadas<br />

condiciones de vida en términos de salud, nutrición, vivienda,<br />

ocupación y relación con la familia, entre otros indicadores de<br />

bienestar.<br />

Principales características socioeconómicas<br />

La mayoría de las personas adultas mayores está entre las más<br />

pobres en todas las sociedades. Este sector se ve excluido socialmente<br />

y aislado de los procesos de toma de decisión, lo cual<br />

no sólo afecta sus ingresos, sino que también contribuye a la<br />

pobreza de sus casas, el deterioro de su salud e inseguridad<br />

personal.<br />

Las personas adultas mayores en todo el mundo no son pasivas,<br />

ya que continúan apoyando a sus familias y comunidad,<br />

pero su productividad es pasada por alto, incluso por ellas.<br />

En la actualidad se estima que en el país existen 9.4 millones<br />

de personas adultas mayores y en el Distrito Federal casi<br />

un millón. El grupo crecerá tan rápidamente que en el 2013<br />

se calcula en poco más de 11 millones de mexicanos en edad<br />

avanzada. 68<br />

A pesar <strong>del</strong> reconocimiento de los derechos humanos de este<br />

sector de la población y de los avances legislativos en la materia,<br />

la mayoría de los adultos mayores no pueden hacer frente<br />

a los problemas diarios de su vida, ya que no cuentan con los<br />

recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, por<br />

lo cual son más vulnerables de sufrir violación de sus derechos.<br />

El grupo de personas mayores enfrenta factores sociales<br />

que las marginan y discriminan. Es común escuchar frases<br />

como: “son personas de las que se puede prescindir”, “ya vivieron<br />

y les falta poco para morir, ya no son importantes”, las<br />

cuales revelan el lugar que la sociedad les asigna: de <strong>una</strong> gran<br />

marginación social.<br />

Esta “invisibilidad” y los obstáculos que les impiden tener<br />

<strong>una</strong> vida digna, se deben en gran medida a la pérdida de valores<br />

y a la dinámica que la sociedad moderna ha impuesto a<br />

las generaciones más jóvenes: la <strong>cultura</strong> de lo individual y lo<br />

joven como lo valioso.<br />

Otra situación que les impide un disfrute pleno de su vida<br />

es la pobreza en que viven. Según la Secretaría de Desarrollo<br />

Social existen en el país cerca de dos millones de personas<br />

adultas mayores pobres y extremadamente pobres, con las<br />

consecuentes condiciones precarias de salud y alimentación<br />

en esta etapa de la vida. En México, sólo 28 por ciento tiene<br />

acceso a los beneficios de la seguridad social, en tanto que el<br />

restante 72 por ciento está desprotegido.<br />

La pobreza limita sus posibilidades de contar con <strong>una</strong> vivienda<br />

digna, así como las oportunidades que tienen, principalmente<br />

las mujeres mayores, al estudio, preparación, empleo<br />

con pago justo y participación en las decisiones que afectan a<br />

su comunidad y su país. Entre otras situaciones encontramos<br />

que su nivel educativo es bajo, ya que <strong>una</strong> de cada tres mujeres<br />

no sabe leer ni escribir y cinco de cada 10 no concluyeron la<br />

educación básica.<br />

Aproximadamente, 13.19 por ciento de las mujeres mayores<br />

viven solas y 41.35 por ciento son viudas. 69 Alrededor de 36.2<br />

por ciento han sido víctimas de alg<strong>una</strong> forma de violencia y<br />

abuso económico. <strong>Por</strong> otro lado encontramos que tres de cada<br />

10 adultos mayores piensa que <strong>una</strong> persona en sus condiciones<br />

tiene pocas o nulas posibilidades de mejorar su nivel de<br />

vida. Desde el punto de vista de la salud, se trata de generaciones<br />

fuertemente afectadas por padecimientos crónico degenerativos,<br />

entre otros.<br />

Desafíos y propuestas<br />

Como podemos advertir, la violación de los derechos humanos<br />

de las personas adultas mayores es un hecho de la vida diaria,<br />

entre ellos están la negación de los servicios de salud, despidos<br />

y falta de contrataciones debido a su edad, lo que ocasiona la<br />

imposibilidad de acceder a <strong>una</strong> vivienda digna y al derecho a la<br />

alimentación, entre muchos otros.<br />

No obstante la problemática descrita, es de destacar que en<br />

la comunidad internacional el tema sobre las personas adultas<br />

tas mayores y, más específicamente, el relativo a sus derechos<br />

humanos, no despertó gran interés. <strong>Por</strong> ejemplo, en la Declaración<br />

Universal de los Derechos Humanos de 1948 y en<br />

el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y<br />

Culturales abierto en 1966 y que entró en vigor 10 años después,<br />

sólo se les menciona, pero no hay obligatoriedad para los<br />

gobiernos de que legislen al respecto.<br />

68 Fuente: México, indicadores demográficos para los adultos mayores. 2000-2050, Conapo, consulta en línea, miércoles 4 de agosto de 2010, dirección electrónica:<br />

http://www.conapo.gob.mx/micros/anciano/adultmay/xls<br />

69 Conapo, op. cit.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 45


Es en la década de los 80 cuando el tema de los senectos se<br />

retoma y <strong>del</strong> 26 julio al 6 de agosto de 1982 se realizó en la<br />

ciudad de Viena, Austria, la primera Asamblea Mundial sobre<br />

<strong>Envejecimiento</strong>.<br />

Nueve años después, con la promulgación de los Principios<br />

de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en favor de<br />

las Personas de Edad, en 1991, se vuelve a colocar la atención<br />

en las necesidades de este sector, así como en su problemática<br />

social y económica, además de poner énfasis en diversos instrumentos<br />

jurídicos internacionales. Específicamente, los principios<br />

de las Naciones Unidas se refieren a la reciprocidad y<br />

equidad, con el propósito de desarrollar <strong>una</strong> sociedad en la que<br />

sus estructuras y funcionamiento, así como sus políticas y planes,<br />

permitan mejorar y elevar su calidad de vida. Además, se<br />

exhortó a los gobiernos de los países participantes a incorporar<br />

estos principios en sus programas nacionales.<br />

Retos de la política social<br />

Para hacer cumplir con los derechos humanos de las personas<br />

adultas mayores y afrontar los retos <strong>del</strong> envejecimiento, se<br />

deben impulsar transformaciones profundas en las formas<br />

de organización social, económica y, fundamentalmente, en<br />

las instituciones que hasta hoy han sido las responsables de<br />

marcar las pautas en esta materia.<br />

Dichas transformaciones implicarán readecuar la infraestructura<br />

de los servicios sociales (salud, educación y vivienda,<br />

entre otros), así como las funciones públicas en términos de<br />

provisión de servicios y capacidades técnicas, que también<br />

supondrá avanzar hacia la construcción de un enfoque integral<br />

sobre el envejecimiento, así como el diseño de un enfoque<br />

amplio y equilibrado en materia de integración de políticas<br />

que vinculen el envejecimiento con los marcos de desarrollo<br />

económico-social y con el ejercicio pleno de los derechos<br />

humanos.<br />

Paralelamente, como se señaló en la Declaración Política<br />

sobre el <strong>Envejecimiento</strong> (Madrid, 2002), es fundamental progresar<br />

hacia un cambio <strong>cultura</strong>l dirigido a la construcción de<br />

sociedades más incluyentes desde el punto de vista de las diferencias<br />

etáreas, en las que las personas mayores no sean excluidas<br />

a partir de su edad cronológica, sino que se constituyan<br />

46 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

como sujetos de derechos en el marco de <strong>una</strong> “sociedad para<br />

todas las edades”.<br />

<strong>Por</strong> lo que se refiere a la política pública encontramos que<br />

se han desarrollado políticas en favor de las personas de edad<br />

que, si bien no constituyen lo óptimo, representan un significativo<br />

avance respecto de los rezagos observados por años en<br />

materia de apoyos y atención a las necesidades de este sector<br />

poblacional.<br />

Hasta hoy, las políticas instrumentadas desde los gobiernos<br />

se han desarrollado a ritmos distintos y han adoptado formas<br />

diversas en función de las circunstancias y posibilidades de<br />

cada <strong>una</strong> de las administraciones.<br />

No obstante, las experiencias acumuladas en los últimos<br />

cinco años revelan que, además de avanzar en la unificación<br />

progresiva de objetivos en materia de políticas hacia la vejez,<br />

es necesario formular nuevas líneas de intervención o actuación,<br />

orientadas a lograr <strong>una</strong> mayor inserción de las personas<br />

mayores en la sociedad durante el mayor tiempo posible; disminuir<br />

la desigualdad social y la pobreza que afecta a poco<br />

más de un tercio; mejorar su calidad de vida; generar entornos<br />

propicios y favorables, así como promover sistemas participativos<br />

de las personas mayores.<br />

Desde un ángulo propiamente económico, las líneas de acción<br />

referidas suponen garantizar ingresos mínimos adecuados<br />

a partir de la edad de 60 años. En materia de salud y bienestar<br />

social, supone impulsar opciones de apoyo a domicilio<br />

y soluciones alternativas a la institucionalización y hospitalización,<br />

a fin de mantener a las personas de edad avanzada en<br />

su entorno habitual y prevenir los riesgos de exclusión, que<br />

implican la separación brusca de su ambiente.<br />

En cuanto a medios propicios y favorables, significa crear<br />

condiciones apropiadas para el ejercicio de derechos en la vejez,<br />

fomentar la asociatividad autónoma y participación organizada,<br />

fortalecer las redes de apoyo o sistemas informales de<br />

apoyo, fomentar la solidaridad intergeneracional, prevenir y<br />

erradicar las diversas formas de violencia, abuso y discriminación,<br />

adecuar los programas habitacionales, promover espacios<br />

urbanos amigables y adecuar los sistemas de transporte público.<br />

Las circunstancias sociodemográficas actuales, así como<br />

las previsiones para un futuro próximo, obligan a replantear<br />

seriamente diversos aspectos si se quiere asegurar la viabilidad<br />

de los objetivos enunciados, adaptándolos a la nueva realidad<br />

social. Acometer esta empresa en su integralidad supone que<br />

las políticas relacionadas con el envejecimiento de la población<br />

han de hacer frente a auténticos retos.<br />

Propuestas de acción<br />

Ante esta situación y de acuerdo con la Organización de las<br />

Naciones Unidas y de las recomendaciones <strong>del</strong> Plan de Madrid<br />

2002, se propone:<br />

Enfoque gerontológico<br />

Ver el envejecimiento como un proceso que se desarrolla a lo<br />

largo de todo el ciclo vital. <strong>Por</strong> lo tanto, el diseño de programas<br />

y políticas debe iniciar desde el principio de la vida. Se requiere<br />

impulsar un programa sustentado en la concepción integral<br />

<strong>del</strong> envejecimiento.<br />

Entender el envejecimiento como un proceso, por lo que se<br />

debe poner énfasis en la calidad de vida, puesto que la última<br />

fase de este proceso depende en gran medida de lo que se<br />

conoce como el “capital” (biológico, económico, <strong>cultura</strong>l, social,<br />

político y educativo, entre otros) acumulado en la vida.<br />

Modificar la concepción que considera a la persona mayor<br />

exclusivamente como receptora de servicios. Hay que visualizarlo<br />

e incorporarlo como un recurso y un agente social de<br />

cambio.<br />

Fomentar entornos propicios<br />

Eliminar todas las formas de violencia, abuso y discriminación<br />

contra las personas mayores, así como promover <strong>una</strong> mayor<br />

protección de los derechos humanos de este sector de la población<br />

mexicana.<br />

Fomentar en todos los niveles, la autonomía personal y la<br />

asociación autónoma de las personas de edad, para que participen<br />

organizadamente en la toma de decisiones de su interés,<br />

como también en el desarrollo de actividades en beneficio de<br />

su comunidad.<br />

Mejorar las condiciones de las viviendas, apoyar la adecuación<br />

de los inmuebles habitados por personas mayores e impulsar<br />

los servicios y equipamientos que garanticen su libre<br />

movilidad, para que continúen en su entorno.<br />

Potenciar servicios de atención primaria y comunitaria, en<br />

particular centros de día, de manera que las personas mayores<br />

dispongan de espacios para fortalecer su desarrollo individual<br />

y social, incluyendo la utilización positiva de su tiempo libre.<br />

Fortalecer las redes de apoyo informal para que las personas<br />

de edad cuenten con mayores y mejores mecanismos<br />

que les permitan satisfacer sus necesidades no cubiertas por<br />

los sistemas formales.<br />

Seguridad económica<br />

Fortalecer las pensiones no contributivas proporcionadas a las<br />

personas de 68 y más años, de preferencia para aquellas que<br />

carecen de cualquier tipo de prestación o seguridad social.<br />

Fomentar las redes de apoyo familiar y comunitaria de las<br />

personas mayores. Las políticas en esta materia deben considerar<br />

la existencia de transferencias intrafamiliares y con la<br />

comunidad.<br />

Promover la ocupación de las personas mayores. El aumento<br />

de las expectativas de vida, unido al incremento en las edades<br />

de retiro laboral y el número de años requeridos para acceder<br />

a <strong>una</strong> pensión por vejez, implica que las personas deben<br />

seguir trabajando hasta <strong>una</strong> edad más avanzada.<br />

Implementar mecanismos para eliminar la discriminación por<br />

edad. En el caso de aquellas personas que trabajan o han trababajado<br />

en forma más o menos permanente en el sector informal,<br />

se requiere que éstas tengan acceso a mecanismos de<br />

contribución o, cuando sus ingresos no lo permitan, puedan<br />

acceder a pensiones no contributivas.<br />

Salud integral<br />

Acceder a cuidados adecuados y de salud sin discriminación<br />

por su edad o cualquier otra condición social.<br />

Desarrollar programas que aborden los factores sociales, económicos,<br />

geográficos y <strong>cultura</strong>les que incidan en la salud de las<br />

personas de edad, para mejorar la calidad de los servicios.<br />

Formar recursos humanos en salud y envejecimiento, que<br />

incluyan la educación médica continua en paralelo al desarrollo<br />

de <strong>una</strong> red capitalina de centros de educación geriátrica para<br />

atender las necesidades inmediatas. Esta capacitación deberá<br />

abarcar todos los niveles, incluyendo la atención primaria a<br />

nivel comunitario.<br />

Fortalecer la red de atención primaria como los centros de<br />

salud, que son el primer eslabón de la cadena de atención de<br />

las personas de edad, por lo que se requiere fortalecer su infraestructura<br />

al dotarles de mayores recursos y equipo.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 47


El incremento de la población adulta mayor es particularmente de mujeres, quienes llegan a más<br />

edad que los hombres.<br />

Fortificar la red de atención secundaria, estos son los hospitales<br />

de segundo nivel considerados como el siguiente eslabón<br />

de la cadena de atención a la salud. Para ello se requiere<br />

establecer unidades de atención gerontogeriátrica, desde las<br />

cuales se atienda integralmente a personas mayores en situación<br />

de dependencia funcional y estructural.<br />

Impulsar <strong>una</strong> red de atención domiciliaria, considerada como<br />

parte importante de la red de servicios de salud, que incluyan<br />

cuidados, enfermería, orientación alimentaria, lavandería y comida<br />

a domicilio, especialmente dirigidos a personas mayores<br />

solas y en estado de dependencia avanzada.<br />

Bienestar e integración social<br />

Organizar campañas periódicas de información y sensibilización,<br />

en aspectos relacionados con el envejecimiento y la<br />

vejez, dirigidas a las personas de edad, así como a la población<br />

en general.<br />

Reconocer las iniciativas, aportes, innovaciones y servicios<br />

prestados por personas mayores que han contribuido al beneficio<br />

de los suyos y de la comunidad.<br />

48 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Mejorar la imagen social negativa de la vejez y el envejecimiento,<br />

para lo cual hay que sensibilizar a los medios de comunicación,<br />

para que promuevan <strong>una</strong> imagen social positiva<br />

<strong>del</strong> envejecimiento y la vejez.<br />

Integrar contenidos gerontológicos en los planes de estudio<br />

de los diversos ciclos educativos, para que las nuevas generaciones<br />

desarrollen actitudes, sentimientos positivos y conocimientos<br />

objetivos acerca <strong>del</strong> proceso de envejecimiento<br />

y la vejez.<br />

Impulsar <strong>una</strong> oferta plural de actividades socio<strong>cultura</strong>les<br />

adecuada a las diversas necesidades e intereses que se desprenden<br />

de la heterogeneidad actual de este sector poblacional.<br />

Específicamente, fomentar actividades dirigidas al fortalecimiento<br />

de capacidades de las personas mayores en materia<br />

física, ocupacional, <strong>cultura</strong>l, cognitiva y lúdica.<br />

Favorecer la participación de los mayores en actividades<br />

de apoyo a la comunidad, intergeneracionales y altruistas, así<br />

como la creación de redes de participación en los que discutan,<br />

analicen y planteen alternativas para resolver sus problemas.<br />

<strong>Por</strong> un envejecimiento exitoso<br />

Comisión Nacional de los Derechos Humanos *<br />

Uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta México es al envejecimiento<br />

de su población, provocado principalmente por los avances de la medicina,<br />

la generalización de hábitos más sanos en la alimentación, la higiene y ejercicio físico,<br />

que traen como resultado el aumento en la calidad de vida de los ciudadanos y<br />

que se ha traducido en un incremento de su esperanza de vida.<br />

Las poblaciones de los países menos desarrollados alcanzan <strong>una</strong> edad apenas<br />

de 50 años, pero actualmente en las zonas con mejores oportunidades de salud y<br />

bienestar social, las personas pueden acercarse incluso a los 80 y 90 años, situación<br />

que ha provocado <strong>una</strong> transformación de la sociedad.<br />

El comité de las Naciones Unidas para el Desarrollo <strong>del</strong> Plan de Acción sobre el<br />

<strong>Envejecimiento</strong> dice que en nuestro país el número de adultos mayores de 60 años<br />

se incrementó de 5.7 millones en 1995 a 6.8 en 2000, para este año se espera un<br />

aumento en 9.8 millones y para el año 2020 se estima que habrá 15.6 millones de<br />

adultos mayores.<br />

El fenómeno <strong>del</strong> envejecimiento se agudiza aún más porque a<strong>una</strong>do al aumento<br />

de la esperanza de vida, se ha producido paralelamente la caída en el índice de fecundidad<br />

de las mujeres, con lo que el número de niños está disminuyendo.<br />

Este desarrollo demográfico, en el que los adultos mayores forman ya <strong>una</strong> parte importante de la población, tiene también un<br />

lado negativo debido a que no se les da el trato que merecen y se enfrentan al aislamiento, la soledad, la marginación e incluso,<br />

son apartadas de la llamada vida productiva desde la perspectiva económica, son alejadas <strong>del</strong> ámbito familiar de convivencia y los<br />

que antaño eran “el pilar de las familias”, ahora se encuentra perdidas e inseguras y muchas veces pasivas de <strong>una</strong> sociedad cuyos<br />

valores dominantes les son ajenos.<br />

Todo ello exige <strong>una</strong> reflexión que no debe ser sólo relacionada con las prestaciones económicas; es necesario destinar <strong>una</strong> cantidad<br />

importante de recursos específicos para el cuidado y rehabilitación de los más vulnerables, es decir, los adultos mayores.<br />

Ha sido considerable el esfuerzo que en México se ha realizado a los largo de los últimos años por mejorar la calidad de vida<br />

de las persona mayores. No obstante, es preciso reconocer que las carencias son todavía numerosas y que el esfuerzo futuro ha<br />

de ser sensiblemente mayor si se quiere responder de manera integral a las necesidades sentidas por ese numeroso sector de<br />

población. Los problemas que les afectan deben considerarse asimismo en un contexto social, humano, político y <strong>cultura</strong>l mucho<br />

más amplio que el meramente económico o asistencial.<br />

Favorecer el cambio de actitudes de la sociedad y la solidaridad entre generaciones, prevenir las situaciones de riesgo, incrementar<br />

el grado de protección social en las múltiples facetas que afectan la calidad de vida de los adultos mayores, haciéndolo al ritmo<br />

que sigue el crecimiento demográfico, así como potenciar la capacitación de los profesionales y la investigación permanente en<br />

estos campos, son tareas ineludibles en nuestra sociedad, que por otra parte deben se acordes con <strong>una</strong> política que quiera ser<br />

realmente eficaz.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 49


<strong>Por</strong> lo anterior y ante las necesidades que este país requiere,<br />

la Comisión Nacional de los Derechos Humanos considera<br />

necesario realizar acciones encaminadas a la protección de los<br />

adultos mayores, a través de programas que les ofrezcan seguridad<br />

social y jurídica, que garanticen sus derechos fundamentales<br />

y su dignidad y que deben regirse por los siguientes<br />

principios:<br />

Autonomía y Autorrealización; Participación e Independencia;<br />

Equidad, Dignidad y Respeto; Corresponsabilidad y Equipos<br />

Interdisciplinarios; <strong>una</strong> atención preferente enfocada a los<br />

perfiles psicogerontológicos.<br />

Con base en esta línea de acción de derechos fundamentales,<br />

se tienen alg<strong>una</strong>s propuestas para garantizar la calidad<br />

de vida <strong>del</strong> adulto mayor, tomando en cuenta sus cambios<br />

físicos, psíquicos, sociales y emocionales, y respetando principalmente<br />

la dignidad de la persona, lo cual además establece<br />

la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.<br />

• Debemos valorar el patrimonio moral y cívico que aportan<br />

las personas mayores y su utilidad para la sociedad.<br />

Su participación económica, social, educativa y <strong>cultura</strong>l<br />

debe ser reconocida y protegida, incluyéndolos en un<br />

renovado marco de interrelaciones provechosas.<br />

• Reconocer su trayectoria personal y laboral, ya que es<br />

indispensable que siempre se reciba un trato respetuoso<br />

tanto en el ámbito público como en el privado para evitar<br />

que sean víctimas de explotación y maltrato físico o<br />

mental.<br />

• Ser solidarios con las personas de edad, especialmente<br />

con las que se encuentran en <strong>una</strong> situación precaria, ya sea<br />

por carecer de recursos económicos o por haberse acrecentado<br />

su grado de dependencia.<br />

• Mejorar su bienestar físico, psíquico y social proporcionándoles<br />

un cuidado preventivo integral y continuado.<br />

Vigilar la salud psicofísica es de suma importancia ya que<br />

de ahí se derivan sentimientos de impotencia, dependencia<br />

y frustración.<br />

• Garantizar la prevención y asistencia mediante <strong>una</strong> adecuada<br />

atención primaria.<br />

• Propiciar la prevención secundaria asistencial y rehabilitadora<br />

de la enfermedad.<br />

• Favorecer la permanencia y la adecuada atención de los<br />

adultos mayores enfermos en su domicilio, para evitar<br />

traslados innecesarios a estancias hospitalarias.<br />

50 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

• Vigilar que el domicilio habitual de la persona mayor<br />

reúna las condiciones necesarias de acceso y habitabilidad,<br />

así como los servicios suficientes para facilitar su<br />

desenvolvimiento.<br />

• Reservar proyectos de viviendas que reciban la protección<br />

oficial, con características arquitectónicas adecuadas.<br />

• Propiciar la permanencia de las personas mayores en<br />

su entorno, fomentando la convivencia solidaria, la autonomía<br />

y la ayuda mutua, mediante el establecimiento<br />

de un programa de viviendas tuteladas, así como el apoyo<br />

de viviendas compartidas, otorgando los servicios de<br />

ayuda a domicilio.<br />

• Garantizar el estudio, la formación y la investigación permanentes<br />

sobre temas relacionados con el envejecimiento,<br />

como base para el establecimiento e impulso de las medidas<br />

de política social dirigida a las personas mayores.<br />

• Promover la solidaridad social y la participación ciudadana<br />

con el fin de incrementar la corresponsabilidad de<br />

todos en la atención a los adultos mayores.<br />

• Fomentar la ayuda y el apoyo a las familias que cuidan a<br />

alg<strong>una</strong> persona mayor.<br />

• Ampliar de manera equilibrada y vigilada la red de hogares,<br />

residencias y clubes. Vigilar los espacios ya existentes<br />

para que ofrezcan los servicios adecuados y que además<br />

promuevan la <strong>cultura</strong>, la participación, la presencia activa<br />

de los adultos mayores. Favorecer la autonomía personal<br />

de los mayores discapacitados, mediante el uso de ayudas<br />

técnicas y nuevas tecnologías.<br />

• Desarrollar el sistema de prestaciones dirigidas a los mayores<br />

de 60 años con menos recursos económicos y ofrecer<br />

un complemento de pensión a los mayores de 80 años<br />

que han perdido autonomía personal.<br />

• Respetar la entrega de pensiones sin fin político.<br />

• Garantizar en el marco general <strong>del</strong> Sistema de Salud la<br />

prevención y asistencia al adulto mediante <strong>una</strong> adecuada<br />

atención primaria y hospitalaria.<br />

• Lograr el acercamiento de los servicios sociosanitarios a<br />

los mayores, dentro de un marco sectorial.<br />

• Fomentar en la sociedad el respeto y el reconocimiento<br />

hacia los de tal manera que no se sientan excluidos.<br />

• Facilitarles el acceso a los bienes <strong>cultura</strong>les y fomentar<br />

entre ellas el empleo, para mejorar su calidad de vida.<br />

* Maestra Xóchitl Muñozcano Díaz López<br />

CAPÍTULO 2<br />

<strong>Envejecimiento</strong> Activo


Una vejez activa y participativa<br />

Universidad de la Tercera Edad<br />

La sociedad mexicana actual enfrenta <strong>una</strong> circunstancia única en su historia ya que<br />

al considerar que el potencial de las personas de edad es <strong>una</strong> sólida base para el desarrollo<br />

futuro <strong>del</strong> país debe considerarse la experiencia y la sabiduría que estos individuos<br />

aportan, no sólo para asumir la iniciativa de su propia mejora, sino también<br />

para participar activamente en la sociedad. (Artículo 10 Declaración Política Segunda<br />

Asamblea Mundial <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>).<br />

La educación es <strong>una</strong> base indispensable para <strong>una</strong> vida activa y plena. Una sociedad<br />

basada en el conocimiento, requiere la adopción de políticas para garantizar el acceso<br />

al aprendizaje y la capacitación durante todo el curso de la vida, todo esto es<br />

determinante para que un trabajador adulto mayor cumpla y se adapte a su entorno<br />

laboral.<br />

En el siglo XX se produjo <strong>una</strong> revolución de la longevidad. La esperanza media de<br />

vida en el mundo al nacer ha aumentado 20 años desde 1950 y llega ahora a 66 años,<br />

y se espera que aumente en 10 años más para el 2050. Este triunfo demográfico y<br />

el rápido crecimiento de la población en la primera mitad <strong>del</strong> siglo XXI significan que el número de personas de más de 60 años,<br />

que era alrededor de 600 millones en el año 2000, llegará a casi 2 mil millones en 2050, mientras que se proyecta un incremento<br />

mundial de la proporción <strong>del</strong> grupo de personas adultas mayores <strong>del</strong> 10 por ciento en 1998 al 15 por ciento en 2050.<br />

Este aumento será más notable y más rápido en los países en desarrollo, en donde se prevé que esta población se cuadruplicará<br />

en los próximos 50 años. En Asia y América Latina, la proporción <strong>del</strong> grupo clasificado como personas de edad aumentará <strong>del</strong> 8<br />

por ciento al 15 por ciento entre 1998 y 2025. (Plan de Acción Internacional sobre el <strong>Envejecimiento</strong>, 2002).<br />

La notable transición demográfica que se está produciendo hará que para mediados de siglo los porcentajes de la población<br />

mundial correspondientes a viejos y jóvenes sean iguales.<br />

Actualmente la proporción media en los países en desarrollo es de 88 hombres por 100 mujeres de 60 años o más.<br />

Hoy en día el mundo experimenta <strong>una</strong> transformación demográfica sin precedentes, ya que de aquí al 2050, el número de<br />

personas de 60 años o más se va a duplicar, pasando de 10 por ciento a 21 por ciento. En los países en desarrollo, se prevé que<br />

la población de edad se multiplique por cuatro en los próximos 50 años.<br />

Esta transformación planteará a todas las sociedades el reto de aumentar las oportunidades para los adultos mayores y así<br />

aprovechar al máximo sus capacidades de participar en todos los aspectos de la vida.<br />

La sociedad mexicana debe prepararse para recibir en los próximos ocho años, a más de 2.5 millones de personas adultas<br />

mayores de 60 años y 700 mil mayores de 75 años. En este periodo, la participación de adultos mayores de cualquier grupo de<br />

edad se incrementará alrededor <strong>del</strong> 50%, y dentro de 20 años se duplicará, tanto en números absolutos como en su peso relativo<br />

respecto de la población total <strong>del</strong> país. En el año 2010 uno de cada 10 mexicanos es mayor de 60 años, en el 2020 lo será <strong>una</strong><br />

de cada seis personas, y para 2050 uno de cada tres.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 53


El comportamiento y las condiciones sociales, laborales, educativas<br />

y de salud que presenten los adultos de hoy, en especial<br />

el grupo de 50 a 59 años, que conformarán el grupo de edad<br />

avanzada en la próxima década, estarán en el centro <strong>del</strong> diseño<br />

y planeación de las políticas públicas a mediano y largo plazo.<br />

Las expectativas de las personas de edad y las necesidades<br />

económicas de la sociedad exigen que los adultos mayores<br />

puedan participar en la vida económica, política y <strong>cultura</strong>l<br />

de las comunidades. Este grupo poblacional debe tener la<br />

oportunidad de trabajar hasta que quieran y sean capaces de<br />

hacerlo, en el desempeño de trabajos satisfactorios y productivos,<br />

y de seguir teniendo acceso a la educación y a la capacitación<br />

que ellos prefieran.<br />

La habilitación y el cuidado de los adultos mayores y la<br />

promoción de su plena participación son elementos imprescindibles<br />

para un envejecimiento activo. Es necesario ofrecer<br />

programas adecuados y sostenibles de apoyo a las personas<br />

de edad. (Artículo 12, Declaración Política de la Asamblea<br />

Mundial <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>).<br />

El Plan de Acción Internacional <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>, aprobado<br />

en la Asamblea Mundial <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>, que se llevó<br />

a cabo en el 2002 en Madrid, España, establece en la cuestión<br />

1, objetivo 1, lo siguiente: Reconocimiento de la contribución<br />

54 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

social, <strong>cultura</strong>l, económica y política de las personas de edad y<br />

entre las medidas que sugiere se encuentran:<br />

• Ofrecer oportunidades, programas y apoyo para alentar a<br />

los adultos mayores a participar o seguir participando en<br />

la vida <strong>cultura</strong>l, económica, política y social y en el aprendizaje<br />

a lo largo de toda la vida.<br />

• Fomentar la sensibilización en la comunidad, sobre el proceso<br />

de envejecimiento.<br />

• Proporcionar información y acceso para facilitar su participación<br />

en grupos comunitarios intergeneracionales y<br />

de ayuda mutua para que desarrollen todo su potencial.<br />

• Promover <strong>una</strong> comprensión más amplia de la función <strong>cultura</strong>l,<br />

social y económica y de la constante contribución<br />

que hacen las personas de edad a la sociedad, incluida la<br />

<strong>del</strong> trabajo no remunerado.<br />

• Tener en cuenta las necesidades de las personas de edad<br />

y respetar el derecho a vivir dignamente en todas las etapas<br />

de la vida.<br />

• Promover entre los empleadores actitudes favorables a<br />

la capacidad productiva de los trabajadores de edad, de<br />

manera que puedan continuar empleados, y promover de<br />

esa forma la conciencia de su valor en el mercado laboral,<br />

incluido el razonamiento de sus propias posibilidades.<br />

La transformación que vive la sociedad exige<br />

que las personas de edad puedan participar en<br />

la vida económica, política, social y <strong>cultura</strong>l.<br />

En este mismo plan de acción, la cuestión cuatro nos plantea<br />

la imperante necesidad de esta población de tener acceso<br />

al conocimiento, la educación y la capacitación mencionando<br />

lo siguiente:<br />

La educación es <strong>una</strong> base indispensable para <strong>una</strong> vida activa<br />

y plena. Una sociedad basada en el conocimiento, requiere la<br />

adopción de políticas para garantizar el acceso a la enseñanza<br />

y la capacitación durante todo el curso de la vida, con esto se<br />

logra la productividad de los trabajadores y de las naciones.<br />

En todos los países, la educación y la capacitación permanentes<br />

son necesarias para la participación de los adultos mayores<br />

en el empleo.<br />

Los cambios tecnológicos y de organización pueden hacer<br />

que los conocimientos de un empleado sean obsoletos y reducir<br />

enormemente el valor que se asigna a la experiencia laboral<br />

acumulada previamente. Las personas de edad experimentan<br />

más dificultades para adaptarse a los cambios tecnológicos que<br />

los más jóvenes, particularmente cuando se enfrentan al uso<br />

cada vez más generalizado de las tecnologías de la información.<br />

<strong>Por</strong> lo anterior, es necesario aplicar políticas y programas que<br />

promuevan el acceso a la capacitación y el readiestramiento<br />

de las personas de edad y les alienten a seguir utilizando y aplicando<br />

los conocimientos después de la jubilación.<br />

El envejecimiento es un proceso progresivo, intrínseco y<br />

universal que con el tiempo ocurre en todo ser vivo a consecuencia<br />

de la interacción de la genética <strong>del</strong> individuo y su medio<br />

ambiente.<br />

La esperanza de vida al nacer es un índice que muestra el<br />

número de años que de manera estadística vivirá probablemente<br />

un individuo de <strong>una</strong> población que nace en un momento<br />

determinado; dependiendo ésta de las condiciones de bienestar<br />

en la sociedad. En efecto, los avances socio-sanitarios,<br />

en especial los de la medicina preventiva, la aparición de los<br />

antibióticos junto con los grandes progresos en la nutrición,<br />

han logrado que la esperanza de vida al nacer, que era de 50<br />

años a principios <strong>del</strong> siglo, sea de 75 años en la actualidad en<br />

los países desarrollados.<br />

El tema <strong>del</strong> envejecimiento ha despertado un gran interés<br />

para las Naciones Unidas, especialmente debido a las implicaciones<br />

de salud y derechos humanos que se vinculan al<br />

tema. Sin embargo, en los últimos años se ha dado mayor<br />

énfasis al tratamiento de la cuestión de las personas de edad,<br />

debido a que ha aumentado la expectativa de vida en el mundo<br />

alrededor de 20 años, mientras que la tasa de fecundidad va<br />

en descenso.<br />

Esto da lugar a <strong>una</strong> mayor cantidad de personas adultas<br />

mayores en el mundo, tanto en proporción como en números<br />

absolutos.<br />

Es fundamental promover entre los empleadores actitudes favorables<br />

con relación a la capacidad productiva de los trabajadores de edad.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 55


En las próximas décadas, la población de México completará<br />

la última fase de la transición demográfica, encaminándose<br />

rápidamente a un crecimiento cada vez más reducido y a un<br />

perfil envejecido. Las previsiones para la mitad <strong>del</strong> presente<br />

siglo sugieren que la población podría alcanzar entre 130 y 150<br />

millones de habitantes. <strong>Por</strong> ello, el país seguirá enfrentando en<br />

los próximos años el desafío de proporcionar a sus habitantes<br />

empleo, vivienda, vestido, alimentación, educación y salud.<br />

Es necesario que en México se construya <strong>una</strong> sociedad para<br />

“todas las edades”, donde se reconozcan y hagan plenamente<br />

efectivos los derechos de los adultos mayores y se eliminen<br />

todas formas de abandono, abuso y violencia contra ellos.<br />

Cuando el gozo se va al pozo<br />

Hace 25 años, cuando la esperanza de vida no superaba los 68; 70<br />

en esos momentos la jubilación no significaba un gran cambio<br />

en su vida. Al jubilado, por lo general, sólo le quedaban de tres<br />

a cuatro años de vida, a lo largo de los cuales probablemente<br />

sufriría alg<strong>una</strong> enfermedad que limitaría su vida personal y<br />

social. Las condiciones han cambiado, y actualmente tiene <strong>una</strong><br />

perspectiva de 10 ó 15 años más de vida después de la jubilación<br />

o retiro laboral; es posible que tenga la posibilidad de<br />

sobrellevar mejor sus enfermedades y tenga muchos más amigos<br />

y parientes vivos con quienes conversar.<br />

Sin embargo, la realidad en que se encuentra inmerso, no<br />

le ofrece los estímulos necesarios para llevar su vida adecuadamente<br />

ya sea porque se le considera y trata como viejito o<br />

porque los excesivos cuidados que se le brindan pueden coartarle<br />

o ridiculizarle sus proyectos haciendo <strong>del</strong> adulto mayor<br />

un retirado o un enfermo antes de tiempo.<br />

El propiciar que la gente mayor se lance a proyectos completamente<br />

nuevos les rejuvenecen la vida como un bálsamo<br />

mágico, más eficaz que cualquier medicina.<br />

Los adultos mayores se encuentran, a partir de su ingreso a<br />

esta etapa de vida, en <strong>una</strong> paradójica situación. <strong>Por</strong> <strong>una</strong> parte,<br />

para quien ha trabajado todo el tiempo, el hecho de retirar-<br />

56 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

se o jubilarse más que un alivio, puede significar <strong>una</strong> condena<br />

al ocio, a sentirse inútil y a la soledad.<br />

Esto se debe a que la vida laboral, en el ámbito profesional o<br />

familiar, estructura al individuo, ya que le proporciona responsabilidades<br />

y le da un lugar en la vida social e interna, por esta<br />

razón uno de los problemas que enfrentan los adultos mayores<br />

es qué hacer con su tiempo libre luego de retirarse de la vida<br />

activa y poder seguir sintiéndose útiles.<br />

Los días se convierten en <strong>una</strong> larga sucesión sin estímulo,<br />

los esperados descansos y vacaciones dejan de serlo, todos los<br />

días son iguales. Desaparecen los proyectos y de pronto se “avejenta”.<br />

La convivencia con los amigos y la familia se dificulta a<br />

pesar de que <strong>una</strong> de las cosas que más valora el adulto mayor<br />

es reunirse a conversar y a cultivar la amistad con sus pares.<br />

<strong>Por</strong> esta razón se considera de importancia fundamental<br />

acercar a los adultos mayores a espacios físicos, <strong>cultura</strong>les y<br />

emocionales que coadyuven a las acciones de carácter educativo<br />

como los que brinda el Centro de Educación Continua para<br />

Adultos Mayores (CECAM), que además les ayuda a mantener<br />

su autoestima y a rescatar su capacidad de aprender nuevas<br />

cosas o recordar las ya adquiridas, recobrar o mantener la salud<br />

y la imagen <strong>del</strong> propio cuerpo a través <strong>del</strong> ejercicio especialmente<br />

diseñado para sus características y necesidades.<br />

En un ambiente de cordialidad y respeto, el adulto mayor<br />

se sentirá satisfecho consigo mismo por su contribución a la<br />

sociedad, por empoderarse de su posición como miembro activo<br />

de su comunidad y por decidir sobre sus acciones. Con lo<br />

que se cumple con el principio de:<br />

• Autonomía y autorrealización. Todas las acciones que<br />

se realicen en beneficio de las personas adultas mayores<br />

orientadas a fortalecer su independencia, su capacidad<br />

de decisión y su desarrollo personal y comunitario. 71<br />

El impulso <strong>del</strong> empoderamiento<br />

El empoderamiento es el proceso por el cual las personas fortalecen<br />

sus capacidades, confianza, visión y protagonismo co-<br />

70 Naciones Unidas, United Nations population Division World Population Prospects: The 2002 Revision Population Database, 2002. (1975 - 1980: Esperanza de Vida 67,1 años).<br />

71 Artículo 4°., Título Segundo de los Principios y Los Derechos. Capítulo I De los Principios Rectores de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores. Nueva Ley publicada en el Diario Oficial<br />

de la Federación el 25 de junio de 2002. Texto vigente. Última reforma publicada DOF 24-06.<br />

mo grupo social para impulsar cambios positivos de las situaciones<br />

que viven. 72<br />

Rowlands 73 señala tres importantes dimensiones: a) la personal,<br />

como desarrollo <strong>del</strong> sentido <strong>del</strong> yo, de la confianza y la<br />

capacidad individual; b) la de las relaciones próximas, como<br />

habilidad de poder negociar y de influir en la naturaleza de las<br />

relaciones y las decisiones, y c) la colectiva, como participación<br />

en las estructuras políticas y acción colectiva basada en la<br />

cooperación.<br />

Es importante facilitar su participación en grupos comunitarios<br />

intergeneracionales y de ayuda mutua para que desarrollen su potencial.<br />

De esta manera el empoderamiento de adultos mayores en<br />

la sociedad les lleva no sólo a su inserción socioeconómica,<br />

sino que su acción ciudadana hará propicio el aumento de su<br />

participación directa con el resto de la sociedad en <strong>una</strong> nueva<br />

etapa de desarrollo en la configuración demográfica que se<br />

presenta actualmente, además de los beneficios que como<br />

individuo alcanza.<br />

La necesidad de aprendizaje<br />

Cuando un adulto mayor se acerca al aprendizaje de nuevos<br />

conocimientos o rescata los ya adquiridos, recupera <strong>una</strong> existencia<br />

plena y productiva, se conoce a sí mismo y tiene interés.<br />

Se siente motivado y es capaz de razonar. Demuestra habilidad<br />

para solucionar situaciones referidas al aprendizaje.<br />

Se plantea cuestiones, dudas y preguntas acerca de sus emociones,<br />

sentimientos y existencia.<br />

Para lograr esto es preciso conocer sus inquietudes ante su<br />

necesidad de aprender, teniendo en cuenta sus limitaciones.<br />

Enseñarle el conocimiento de acuerdo con los recursos que estén<br />

a su alcance, y realizar programas para desarrollar o recordar<br />

los hábitos de aprendizaje. Facilitar la información precisa<br />

de los recursos y medios con los que cuenta. Reforzar sus conocimientos.<br />

Apoyar las iniciativas <strong>del</strong> adulto mayor.<br />

Cabe mencionar que en un estudio realizado por el INTA 74<br />

se observó que el deterioro cognitivo es inversamente proporcional<br />

al nivel educacional, este dato coadyuva a la comprensión<br />

de que al acercar la educación a los adultos mayores<br />

se auxilia en el mejoramiento de su salud mental.<br />

Cuando a los adultos mayores se les acerca a un ámbito<br />

académico propicio, se les despierta la necesidad de enfrentar<br />

nuevos retos: aprender nuevas habilidades y tecnologías, idiomas,<br />

historia, y contar sus propias experiencias, con lo que se<br />

plasma su necesidad vital de trascender.<br />

Instituciones como el CECAM propician la inserción de los<br />

adultos mayores en todos los órdenes de la vida pública. En los<br />

ámbitos de su interés serán consultados y tomados en cuenta;<br />

72 Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo. http://dicc.hegoa.efaber.net/listar/mostrar/86<br />

73 ROWLANDS, J. (1997), Questioning Empowerment, Oxfam, Oxford.<br />

74 Organización Panamericana de la Salud Proyecto SABE-Chile (Salud, Bienestar y <strong>Envejecimiento</strong>), investigación realizada por el INTA y la Facultad de la Universidad de Chile. Citado en:<br />

http://www.educared.cl/images/ficheros/articulos/10855/libroriscl_amayor.pdf (Consulta febrero de 2010)<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 57


El estudio constante favorece su desarrollo como individuos.<br />

asimismo, se promoverá su presencia e intervención. 75 Esto<br />

se logra cuando los adultos mayores se integran a <strong>una</strong> vida<br />

académica que actualiza su contacto con la vida en la sociedad<br />

en que están insertos, participan de las nuevas tecnologías<br />

como la computación, lo que rompe paradigmas en cuanto a<br />

acceso a la información y comunicación.<br />

Cabe destacar que el CECAM privilegia brindar servicios<br />

educativos a los adultos mayores, sin otro requisito que el<br />

pertenecer a este sector, buscando proporcionar los mejores<br />

servicios de acuerdo con las características que requieren<br />

según sus capacidades físicas y de aprendizaje, sin distinción<br />

alg<strong>una</strong>.<br />

Establece de esta forma <strong>una</strong> nueva visión de la tercera edad,<br />

rescata su desarrollo como individuos y como grupo social,<br />

hace posible el establecimiento de proyectos nuevos útiles<br />

para su persona y su entorno social, favorece el incremento<br />

de su autoestima y con ello la autonomía física y mental que<br />

58 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

los reintegra a su familia, al estimular la creciente toma de decisiones,<br />

primero en su entorno inmediato y después en el secundario<br />

o social.<br />

En conclusión, el mo<strong>del</strong>o educativo <strong>del</strong> CECAM estimula<br />

la autonomía y autorrealización de los adultos mayores al fortalecer<br />

su independencia y su capacidad de decisión y por ende<br />

su desarrollo personal y comunitario.<br />

<strong>Por</strong> otra parte, los servicios son brindados con un espíritu<br />

de equidad donde el trato es justo sin distinción de sexo, condición<br />

económica, identidad étnica, fenotipo, credo, religión o<br />

cualquier otra circunstancia.<br />

<strong>Por</strong> lo que es deseable que acciones como ésta sean multiplicadas<br />

para beneficio de los adultos mayores, con la participación<br />

de los sectores social y privado, con la finalidad de<br />

implementar programas que respondan a las características y<br />

circunstancias de las personas de edad, según las etapas en<br />

que se encuentran.<br />

75 Artículo 4°, Título Segundo de los Principios y Los Derechos. Capítulo I de los Principios Rectores de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores. Nueva Ley publicada en el Diario Oficial<br />

de la Federación el 25 de junio de 2002, Texto Vigente. Última reforma publicada DOF 24-06-2009<br />

La educación fortalece su independencia<br />

Instituto Nacional para la Educación de los Adultos<br />

En México, según los estudios <strong>del</strong> Consejo Nacional de Población (Conapo), desde<br />

1990 la población de adultos mayores ha crecido a ritmos más acelerados que la de<br />

otros grupos; así, se tiene contabilizado que actualmente este rango de población<br />

de adultos mayores alcanza ya los 9.4 millones de personas, con <strong>una</strong> tasa anual de<br />

crecimiento superior al 3.56 por ciento. 76<br />

El crecimiento de la población de adultos mayores es un fenómeno altamente<br />

significativo, esto nos hace reflexionar sobre el proceso gradual de envejecimiento en<br />

el que estamos transitando debido, entre otras causas, al aumento en la esperanza de<br />

vida. <strong>Por</strong> otro lado, las parejas mexicanas cada vez tienden a tener menos hijos, de tal<br />

manera que ya es notoria la disminución en el índice de crecimiento demográfico de<br />

niños, lo cual influye determinantemente en la inversión de la pirámide poblacional.<br />

Estos factores constituyen las condiciones <strong>del</strong> escenario de futuro en el país, <strong>una</strong><br />

sociedad en donde se polaricen los dos grandes sectores de población; por un lado<br />

adultos mayores, y por el otro los jóvenes, situación que tendrá consecuencias en<br />

ámbitos económico, social y político.<br />

Este futuro demanda hoy, que todos asumamos el problema <strong>del</strong> envejecimiento<br />

como un fenómeno inherente a la sociedad, y que se construya <strong>una</strong> conciencia clara sobre la importancia de participar con<br />

las instituciones y organizaciones de la sociedad civil vinculadas con la atención de la gente mayor, en el diseño, promoción y<br />

desarrollo de estrategias que nos permitan desde este momento ir enfrentado dicha situación.<br />

Problemática<br />

La condición de los adultos mayores está marcada por <strong>una</strong> discriminación sustentada en la edad, a partir de un estereotipo social<br />

que caracteriza al adulto mayor con atributos negativos de improductividad, ineficiencia, enfermedad y decadencia en general.<br />

La injusticia y la falta de oportunidades derivadas de la exclusión de que es objeto este sector poblacional, parece ser <strong>una</strong> de las<br />

realidades que de acuerdo con las tendencias demográficas, sé irán imponiendo con mayor fuerza si no se introducen mecanismos<br />

de protección, seguridad y nivelación social y educativa.<br />

Las circunstancias en las que sobrevive <strong>una</strong> gran parte de este sector de la población reflejan el menosprecio social de cual<br />

son objeto. Según datos <strong>del</strong> Conapo, uno de cada cinco carece de <strong>una</strong> pensión y la mayor parte de los adultos mayores que<br />

sigue teniendo <strong>una</strong> ocupación recibe ingresos menores a los dos salarios mínimos, ya que labora generalmente en pequeños<br />

establecimientos. Asimismo, la mayoría de esta población no puede retirarse <strong>del</strong> trabajo con la protección de <strong>una</strong> pensión o de<br />

76 Comunicado de prensa Conapo 04/05, México D. F. 27 de febrero de 2005.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 59


<strong>una</strong> jubilación, o bien, cuando tiene acceso a ellas, los recursos<br />

son insuficientes.<br />

De esta manera, el trato discriminatorio genera como uno de<br />

los efectos principales: el empobrecimiento progresivo de los<br />

adultos mayores, en el cual opera también <strong>una</strong> superposición<br />

de discriminaciones que agrava especialmente la situación de<br />

mujeres y de quienes padecen alg<strong>una</strong> discapacidad. Así, mientras<br />

que 40 por ciento de los hombres recibe menos de un<br />

salario mínimo, las mujeres en la misma circunstancia alcanzan<br />

el 49 por ciento.<br />

Otro problema de la discriminación hacia este sector de la<br />

población se debe a la posición en desventaja en la que alg<strong>una</strong>s<br />

personas podrían encontrarse, en caso de padecer algún tipo<br />

de discapacidad, lo que provoca que el problema adquiera<br />

proporciones mayúsculas. En relación con este punto, el Programa<br />

Nacional para el Desarrollo de las Personas con Discapacidad<br />

2009-2012, 77 estima que dentro de la población<br />

longeva de 70 años y más haya 16.1 por ciento de personas<br />

con alg<strong>una</strong> discapacidad.<br />

La debilidad de las políticas institucionales para la atención<br />

de este sector, se traduce en <strong>una</strong> situación de desamparo e<br />

indefensión notables, lo cual se puede constatar cuando se<br />

repara en el hecho de que únicamente <strong>una</strong> tercera parte de los<br />

77 Programa Nacional para el Desarrollo de las Personas con Discapacidad, (2009-2012), (p 42) versión preliminar noviembre 2008.<br />

60 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

adultos mayores cuenta con seguridad social, razón por la que<br />

después de los 60 años de edad, muchas personas se resistan a<br />

abandonar su actividad laboral en caso de que la tengan.<br />

Acciones <strong>del</strong> instituto<br />

La educación de las personas jóvenes y adultas puede tener<br />

un papel privilegiado en las acciones que, desde la política<br />

pública y la sociedad civil, puedan desarrollarse para generar<br />

conciencia, información y prevención en el marco de la construcción<br />

de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> para el envejecimiento más efectiva e<br />

incluyente.<br />

Con respecto a lo referente a la atención educativa a los<br />

adultos mayores desde el Instituto Nacional para la Educación<br />

de los Adultos (INEA) se sitúa en el enfoque que suscribe, de<br />

ofrecer <strong>una</strong> educación para la vida y a lo largo de ella. Así, el<br />

Mo<strong>del</strong>o Educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT) que institucionalmente<br />

se viene aplicando, combina la promoción de<br />

<strong>una</strong> <strong>cultura</strong> para el envejecimiento con dignidad, y la atención<br />

en alfabetización, primaria y secundaria. En este contexto las<br />

acciones realizadas corresponden a la promoción de la igualdad<br />

de oportunidades y de acceso a la educación desde la<br />

perspectiva ya mencionada.<br />

El Instituto ha asumido el compromiso de impulsar <strong>una</strong> educación<br />

para adultos basada en valores y en los principios de<br />

calidad, equidad y pertinencia, aspectos con los que de hecho<br />

ya está contribuyendo en la construcción de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> para<br />

el envejecimiento, que busca que la población en general mejore<br />

su calidad de vida y en especial los adultos mayores.<br />

En este sentido, la propuesta de atención para ellos se sustenta<br />

por un lado en la vinculación interinstitucional para la<br />

definición y orientación de acciones educativas a impulsar en<br />

el ámbito nacional, y por el otro, en el desarrollo de contenidos<br />

educativos sobre la adultez mayor, dirigidos a la población joven,<br />

adulta y adulta mayor, con la intención de hacer conciencia<br />

sobre la importancia de la mejora en la calidad de vida para un<br />

buen proceso de envejecimiento, para darles además la oportunidad<br />

de vivir de <strong>una</strong> manera plena y activa. 78<br />

Los contenidos se abordan transversalmente en la primaria<br />

o secundaria; el tema <strong>del</strong> envejecimiento se toca en diversos<br />

materiales o módulos educativos, donde de manera específica<br />

se analiza y reflexiona sobre esa etapa de la vida.<br />

Durante los últimos seis años, la tarea <strong>del</strong> INEA para con<br />

los adultos mayores, se caracteriza por un aumento sostenido<br />

en la cobertura y por un esfuerzo creciente, sobre todo en los<br />

dos últimos años, para llevar a la conclusión de sus estudios a<br />

las personas que participaron en los servicios educativos, de<br />

Se ha impulsado <strong>una</strong> educación para adultos basada en valores y en los principios de calidad, equidad y<br />

pertinencia.<br />

78 Se cuenta con dos mini cursos que se promueven entre la población que asiste a las plazas comunitarias <strong>del</strong> INEA en todo el país: <strong>Envejecimiento</strong>, parte de la vida en el que se trata de motivar <strong>una</strong><br />

reflexión y sensibilización sobre el proceso de envejecimiento y su aceptación como <strong>una</strong> etapa natural de la vida, con el propósito de preparase para vivirla en forma plena y satisfactoria. Prevenir<br />

hoy, para vivir mañana contiene recomendaciones que pueden seguir las personas adultas mayores para fortalecer su salud física, emocional y social así como mejorar su calidad de vida.<br />

http://www.conevyt.org.mx/cursos/minicursos/envejecimiento2/index.htm<br />

http://www.conevyt.org.mx/cursos/minicursos/envejecimiento1/index.htm<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 61


manera que, por mencionar un dato, entre 2002 y 2007 esta<br />

cobertura se incrementó en 53 por ciento y el porcentaje de<br />

personas adultas mayores que logró concluir algún nivel de la<br />

educación básica en el INEA, se incrementó en 59 por ciento. 79<br />

Sin embargo, a pesar de estos avances, los retos en la atención<br />

educativa de los adultos mayores requerirán de un mayor<br />

esfuerzo institucional, por <strong>una</strong> parte para continuar ampliando<br />

la cobertura porque la tasa de crecimiento de la población de<br />

El INEA realiza un esfuerzo para que los adultos mayores logren concluir y ampliar sus estudios.<br />

62 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

60 y más será cada año también más alta, y por otra parte,<br />

para ofrecerle contenidos educativos con mayor pertinencia.<br />

Hoy, la atención integral a las personas adultas mayores y el<br />

desarrollo de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento que impacte en<br />

las ofertas educativas, de salud, empleo y en general de<br />

política social y económica, nos debe involucrar a todos los<br />

sectores de la sociedad.<br />

¡Hagamos nuestro mejor esfuerzo!<br />

79 Educandos registrados y conclusiones de nivel de 60 años y más, intervalo consecutivo (2002-2007). Dirección de Planeación, Administración, Evaluación y Difusión, INEA.<br />

Avances de la investigación sobre<br />

envejecimiento<br />

Secretaría de Salud *<br />

Se presentan en este documento algunos de los resultados <strong>del</strong> trabajo de investigación<br />

<strong>del</strong> Proyecto Encuesta de Salud, Bienestar y <strong>Envejecimiento</strong> (SABE) realizados en<br />

el Distrito Federal y áreas conurbadas, así como en la ciudad de Mérida, Yucatán.<br />

Realizado de manera coordinada entre la Secretaría de Salud federal, estatal, el<br />

Comité Nacional para la Atención al <strong>Envejecimiento</strong> (CONAEN) y la Organización<br />

Panamericana de la Salud, los cuales a través de <strong>una</strong> muestra representativa realizada<br />

en las capitales de las entidades federativas mencionadas, se estudian las<br />

necesidades reales y sentidas de los adultos mayores residentes en las localidades<br />

seleccionadas con el objetivo de generar políticas en salud.<br />

Antecedentes<br />

La transición demográfica y epidemiológica en la población mexicana constituye desde<br />

hace décadas un reto para el desarrollo de programas eficientes para la atención<br />

<strong>del</strong> envejecimiento, basados en el control y prevención de enfermedades crónicodegenerativas,<br />

así como de un cambio positivo en torno a la <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento,<br />

fenómeno que se acrecienta día a día.<br />

Con la finalidad de abordar en forma sistemática y eficiente el desarrollo de estrategias para la atención <strong>del</strong> envejecimiento<br />

en México, en 1999, la Secretaría de Salud estableció el Comité Nacional para la Atención al <strong>Envejecimiento</strong> (CONAEN), con<br />

el propósito de contar con un grupo colegiado de expertos en la materia, de todos los sectores (representantes de instituciones<br />

de salud, académicos, investigadores y miembros de asociaciones civiles), para discutir, analizar y proponer estrategias para la<br />

atención integral <strong>del</strong> adulto mayor. Las metas <strong>del</strong> CONAEN fueron, desde su inicio, más allá de la atención de los problemas de<br />

salud más frecuentes en los adultos mayores, además ha desarrollado <strong>una</strong> función muy importante para la educación en materia<br />

de prevención y promoción de la salud, así como en el cambio positivo de la <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento en la sociedad. <strong>Por</strong><br />

otro lado, la atención <strong>del</strong> envejecimiento en nuestro país debe basarse en información derivada de proyectos de investigación<br />

clínico epidemiológicas, que revelen las necesidades reales y sentidas de las personas adultas mayores. En este aspecto cobra<br />

importancia capital el desarrollo <strong>del</strong> Proyecto-Encuesta Salud Bienestar y <strong>Envejecimiento</strong> (SABE), el cual se lleva a cabo desde<br />

el año 2000 en nuestro país.<br />

SABE es un estudio multicéntrico, aleatorio, transversal, que persigue obtener el perfil epidemiológico y sociodemográfico <strong>del</strong><br />

anciano que vive en México, este es realizado de forma coordinada con la Organización Panamericana de la Salud, la Secretaría<br />

de Salud tanto federal como estatal y diversas instituciones de salud y educación superior.<br />

Este estudio ya ha sido llevado a cabo de forma multinacional en las ciudades capitales de Argentina, Barbados, Brasil, Cuba,<br />

Chile, México y Uruguay.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 63


El objetivo principal <strong>del</strong> proyecto SABE es evaluar el estado<br />

de salud y las necesidades de las personas adultas mayores,<br />

tanto de un punto de vista técnico como desde su óptica;<br />

así como promover y fortalecer el trabajo multidisciplinario,<br />

interinstitucional e intersectorial, a través <strong>del</strong> diálogo entre la<br />

salud pública y la atención al envejecimiento.<br />

Las ciudades incluidas en el estudio SABE inicial representaron<br />

las diferentes etapas <strong>del</strong> envejecimiento poblacional en<br />

la región de las Américas, de las cuales cuatro se encontraban<br />

en <strong>una</strong> etapa avanzada <strong>del</strong> proceso de envejecimiento, (Buenos<br />

Aires, Argentina; Bridgetown, Barbados; La Habana, Cuba,<br />

y Montevideo, Uruguay), mientras que las tres restantes estaban<br />

en <strong>una</strong> etapa menos avanzada (Santiago, Chile; Distrito<br />

Federal, México, y Sao Paulo, Brasil).<br />

En nuestro país, la ciudad de México y área conurbada fueron<br />

los primeros lugares donde se desarrolló el estudio, al<br />

analizar sus resultados en materia de envejecimiento se propuso<br />

replicar el proyecto SABE, de manera piloto, en <strong>una</strong> entidad<br />

federativa diferente. Se seleccionó a la ciudad de Mérida,<br />

Yucatán, para que fuera la sede de la primera réplica de esta<br />

acción. Para hacer posible esto, el CONAEN desarrolló un mo<strong>del</strong>o<br />

universitario de trabajo con la finalidad de:<br />

• Vincular el trabajo entre el Sector Salud y las instituciones<br />

de educación superior.<br />

• Aumentar la rigurosidad científica de SABE.<br />

• Aumentar los candados de seguridad en materia de bioética<br />

para la aplicación <strong>del</strong> estudio.<br />

• Modificar los contenidos temáticos en materia de envejecimiento<br />

de las instituciones de educación superior con<br />

base en la información aportada por SABE.<br />

• Coadyuvar en la vinculación y extensión universitaria.<br />

Dicho mo<strong>del</strong>o se enriqueció con el apoyo de la Universidad<br />

Autónoma de Yucatán, a través de su facultad de Medicina.<br />

Desde un principio, realizar un diseño <strong>del</strong> proyecto SABE ad<br />

hoc para Yucatán fue un gran reto, puesto que sería abordado<br />

en <strong>una</strong> población cuya gran mayoría estaba constituida por<br />

mestizos de origen maya.<br />

Esta característica poblacional llevó a la “tropicalización”<br />

<strong>del</strong> documento, tal término no es más que la adaptación socio<strong>cultura</strong>l<br />

<strong>del</strong> cuestionario a utilizar. La encuesta fue levantada<br />

en el 2005, basada en entrevistas directas por medio de cuestionarios,<br />

los que proporcionaron información de los sujetos<br />

64 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

incluyendo el perfil personal <strong>del</strong> entrevistado, así como su<br />

estado de salud, acceso a pensiones y servicios de salud, vivienda<br />

y participación laboral.<br />

Con los resultados obtenidos y ante la carencia de información<br />

sobre envejecimiento en el país, el CONAEN analizó<br />

la necesidad de aplicar el estudio en las diferentes entidades<br />

federativas <strong>del</strong> país, por medio de un estudio multicéntrico nacional,<br />

ya que existe la necesidad de que los planes y programas<br />

de atención <strong>del</strong> envejecimiento en México, se basen tanto en<br />

indicadores de datos “duros” como en la percepción de los individuos<br />

sobre sus necesidades y que a final de cuentas, serán<br />

los receptores de las políticas y acciones, más que de los responsables<br />

de la elaboración de programas de acción.<br />

Es necesario mencionar que para implementar el proyecto<br />

SABE en las entidades federativas participantes, se encuentre integrado<br />

el organismo colegiado estatal homólogo a CONAEN,<br />

esto es, que cada entidad cuente con un Comité Estatal de<br />

Atención al <strong>Envejecimiento</strong> (COESAEN). Cuya función primordial<br />

es coadyuvar a la integración interinstitucional e intersectorial<br />

a nivel estatal de las instituciones que brindan la<br />

mayor parte de la atención a la salud de este grupo poblacional<br />

(SeSA´s, IMSS, ISSSTE, <strong>Inapam</strong>, DIF, Semar, Sedena, PEMEX,<br />

IES, ONG´s, etcétera).<br />

Esto redunda en un incremento de la eficiencia y eficacia<br />

de los programas en salud dirigidos a los adultos mayores, lo<br />

cual se realiza bajo la misma línea de trabajo, conjuntando el<br />

esfuerzo de cada <strong>una</strong> de las instituciones que participan para<br />

lograr este objetivo.<br />

Este proyecto se basa en la aplicación de un cuestionario,<br />

previamente adecuado para los adultos mayores con <strong>una</strong> metodología<br />

de estudio comparativo lo que permite conocer las<br />

condiciones de vida y su impacto en el estado bio-psico-social<br />

de este grupo.<br />

Dado que este tipo de estudio permite definir datos sobre<br />

la prevalencia de padecimientos crónicos, así como conocer<br />

las necesidades inmediatas y a largo plazo de los adultos mayores<br />

que viven en México, se postula como <strong>una</strong> estrategia<br />

adecuada para ser replicada en toda la República Mexicana y<br />

dar respuesta a esas necesidades en el corto, mediano y largo<br />

plazo.<br />

Con respecto a los beneficios otorgados por SABE, tenemos<br />

que los resultados de la investigación juegan también un<br />

papel importante en la entidad federativa para:<br />

• Elaboración de políticas en materia de envejecimiento.<br />

• Elaboración de programas y estrategias para la atención<br />

de este grupo poblacional con participación de todos los<br />

sectores.<br />

Sin lugar a dudas, el abordaje de la atención <strong>del</strong> envejecimiento<br />

poblacional en México a través de un estudio sistemático<br />

como el Proyecto SABE, representa, hasta ahora no<br />

sólo el mejor logro sino el más ambicioso proyecto desarrollado<br />

por el CONAEN en sus 10 años de existencia. Dada la limitación<br />

de los recursos (económicos, tecnológicos, de infraestructura<br />

y de personal calificado) para realizar el estudio en el país, se<br />

tomó la decisión de incluir las ciudades capitales de cada entidad<br />

federativa, debido a la conveniencia para el desarrollo<br />

operativo de la encuesta (mayor concentración de adultos<br />

mayores, confluencia de diversos estratos socio-económico<strong>cultura</strong>les,<br />

accesibilidad a los hogares de los entrevistados,<br />

centralización de las instituciones participantes, concentración<br />

de los recursos para la salud, etcétera).<br />

La encuesta SABE pone de manifiesto el compromiso institucional<br />

de la Organización Panamericana de la Salud con el<br />

tema <strong>del</strong> envejecimiento poblacional en México. <strong>Por</strong> otro lado,<br />

la supervivencia <strong>del</strong> proyecto, a 10 años de haberse iniciado<br />

y dada su gran complejidad metodológica y necesidad de recursos<br />

de todo tipo; se debe en gran parte a la colaboración y<br />

contribución de un gran número de profesionales involucrados<br />

en el estudio que de manera desinteresada aportan su conocimiento<br />

y esfuerzo para tal fin.<br />

Marco teórico para la investigación<br />

El universo de estudio es la población de 60 años y más, residente<br />

en hogares seleccionados, de acuerdo con los datos <strong>del</strong><br />

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la cual<br />

brindó la información. La muestra se elaboró por el método de<br />

muestreo por conglomerados, con estratificación, seleccionando<br />

en tres etapas.<br />

La unidad primaria de muestreo (UPM) fue a través de conglomerados<br />

de hogares independientes, a través de las Áreas<br />

Geoestadísticas Básicas (AGEBs) dentro de <strong>una</strong> zona geográfica<br />

determinada. Las AGEBs se agruparon en estratos geográficos<br />

o socioeconómicos en tres diferentes estratos.<br />

La distribución de la muestra por estrato geográfico o socioeconómico<br />

se determinó mediante <strong>una</strong> asignación proporcional<br />

al tamaño de la población adulta mayor. Las AGEBs se<br />

dividieron a su vez en unidades secundarias de muestreo, cada<br />

<strong>una</strong> formada por un número más pequeño de hogares independientes.<br />

Estas se integraron a su vez por unidades terciarias de<br />

muestreo, constituidas por los hogares seleccionados en que<br />

se entrevistó a todas las personas de 60 años o más residentes<br />

en ellos. De esta manera, el hogar o la persona entrevistada<br />

constituyeron el último estrato de agregación en la muestra.<br />

Las etapas <strong>del</strong> diseño permitieron al investigador calcular las<br />

probabilidades de selección de cada individuo objetivo. Esto,<br />

junto con el conocimiento de las tasas de falta de respuesta,<br />

aportó la información suficiente para calcular los factores de<br />

expansión, a fin de realizar inferencias respecto de la población<br />

de referencia a partir de las muestras seleccionadas.<br />

Resultados <strong>del</strong> estudio<br />

El envejecimiento en nuestro país no se comporta de igual<br />

forma en todas las entidades federativas, y las patologías, aunque<br />

tienden a tener alg<strong>una</strong>s similitudes, también tienen variariaciones<br />

importantes en su comportamiento, situación que<br />

tiene relación con las condiciones climáticas, sociales, <strong>cultura</strong>les,<br />

ambientales y genéticas de los habitantes de las diferentes<br />

regiones, además se puede decir que aún dentro de <strong>una</strong> misma<br />

entidad federativa pueden haber cambios importantes en estas<br />

variables, lo que hace necesario un estudio por cada estado y<br />

más aun por los diferentes municipios que los integran.<br />

Para iniciar con la comparación de datos entre SABE Mérida<br />

y DF, podemos señalar que el número de sujetos entrevistados<br />

fue el resultado de un diseño de muestra y análisis<br />

riguroso por parte de las IES participantes, que además fuera<br />

representativo de la entidad federativa estudiada. <strong>Por</strong> ejemplo<br />

la muestra (“n”) de la muestra de Mérida fue de 1,798<br />

adultos mayores, mientras que la de la ciudad de México fue<br />

de 1,247. Algo relevante al observar los datos aportados por<br />

SABE tanto Yucatán como <strong>del</strong> DF, es que a pesar de que<br />

Yucatán es uno de los estados más “viejos” <strong>del</strong> país, también<br />

podemos observar que Mérida y la ciudad de México están en<br />

un proceso de envejecimiento intermedio, ya que el promedio<br />

de edad de sus personas adultas mayores es de 65 a 74 años.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 65


De acuerdo con el cuadro número 1, al hacer un comparativo<br />

entre el DF y la ciudad de Mérida, podemos deducir<br />

que en números absolutos en la ciudad de Mérida el envejecimiento<br />

está más feminizado que en la ciudad de México,<br />

encontrándose también un mayor analfabetismo en el DF, por<br />

otro lado, un dato esperado es que en los adultos mayores<br />

que viven en la ciudad de México sea más elevado el número<br />

de aquellos que viven solos, esto en parte es explicable por el<br />

tipo de vivienda con que se cuenta en esta ciudad (edificios<br />

verticales y multifamiliares) a diferencia de los mo<strong>del</strong>os y dinámicas<br />

de integración familiar que ocurre en la población de<br />

Mérida, donde cada familia tiene su hogar.<br />

Características sobresalientes <strong>del</strong> proyecto SABE,<br />

ciudad de México<br />

Una vez descritas en párrafos anteriores alg<strong>una</strong>s características<br />

sobresalientes tanto de la ciudad de Mérida como <strong>del</strong> Distrito<br />

Federal, nos concentraremos en hacer alg<strong>una</strong>s precisiones basadas<br />

en datos estadísticos para cada <strong>una</strong> de las entidades<br />

estudiadas, donde se revisarán distintos aspectos de salud y<br />

bienestar, derivados de estos dos estudios, de acuerdo a los<br />

datos disponibles.<br />

66 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Tenemos que aclarar en este punto que el cuestionario<br />

SABE, instrumento oficial para la recolección de datos de la<br />

encuesta SABE, está integrado por <strong>una</strong> serie de módulos que<br />

aportan información diversa sobre el perfil sociodemográfico<br />

y de salud <strong>del</strong> adulto mayor; entre las características más importantes<br />

de los diferentes módulos destacan para el Distrito<br />

Federal las siguientes:<br />

De la muestra estudiada en el grupo de 60 a 64 años se<br />

encuentra un mayor número de varones con relación a las<br />

mujeres, situación que se invierte en el grupo de adultos de<br />

70 años y más.<br />

En cuanto a la escolaridad, se puede observar que el número<br />

de mujeres sin escolaridad formal es mayor que en los<br />

varones, situación que es inversa en el número de varones con<br />

secundaria o mayor.<br />

En relación con la autopercepción <strong>del</strong> estado de salud, la<br />

mayoría de los entrevistados, independientemente <strong>del</strong> género<br />

la refirió como regular.<br />

En el rubro de la salud mental, en especifico en los trastornos<br />

<strong>del</strong> estado <strong>del</strong> ánimo, la depresión se considera la más<br />

frecuente. En la ciudad de México se observó con más frecuencia<br />

en el género femenino. Una situación análoga sucede<br />

con el deterioro cognoscitivo.<br />

Hablando de enfermedades cardiometabólicas se observa<br />

<strong>una</strong> tendencia a padecer hipertensión arterial sistémica en el<br />

género femenino, a diferencia de la diabetes mellitus, donde<br />

no hay <strong>una</strong> clara tendencia predominante con respecto al<br />

género. Una cuestión importante de recalcar es que tanto<br />

en las actividades de la vida diaria (AVD), como en las<br />

instrumentales de la vida diaria (AIVD) se observa mayor<br />

deterioro en el género femenino.<br />

Existen programas para la prevención y promoción de la salud.<br />

Características sobresalientes <strong>del</strong> proyecto SABE,<br />

Yucatán<br />

La población estudiada en la ciudad de Mérida, Yucatán, reúne<br />

características particulares que merecen mencionarse en este<br />

apartado. Para iniciar diremos que la población de adultos mayores<br />

se encuentra feminizada y la edad promedio de esta es<br />

en el grupo de 65 a 74 años.<br />

Con relación a la escolaridad es patente que es menor en el<br />

género femenino, como puede observarse en la gráfica No. 1<br />

situación inversa en los niveles de educación media y superior<br />

que son ocupados principalmente por el género masculino.<br />

La autopercepción <strong>del</strong> estado de salud en las personas adultas<br />

mayores es un concepto de importancia capital ya que<br />

derivado <strong>del</strong> mismo, la persona buscará ayuda, tendrá o no<br />

apego terapéutico y desarrollará o no diversos grados de dependencia.<br />

En los resultados de SABE Mérida se observó que<br />

48.16 por ciento de los entrevistados refirieron su estado de<br />

salud como “bueno”.<br />

Gráfica 1<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

13<br />

49<br />

18<br />

Femenino (n=1,226)<br />

No fue a la escuela<br />

Media<br />

Escolaridad según sexo<br />

12<br />

5<br />

N=1,786<br />

2<br />

Básica incompleta<br />

Media Superior<br />

Masculino (n=560)<br />

Básica completa<br />

Superior<br />

Fuente: Proyecto Encuesta SABE Yucatán 2002<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 67<br />

6<br />

44<br />

21<br />

16<br />

6<br />

7


Cuadro No. 2 Variables seleccionadas descriptivas en la población encuestada en la ciudad de México<br />

(México), por género.<br />

Variable Estimador<br />

Mujer<br />

Edad (años)<br />

60-64<br />

65-74<br />

75 o más<br />

Escolaridad<br />

Sin educación formal<br />

Primaria<br />

Secundaria o más<br />

Estado civil<br />

Nunca casado<br />

En unión libre<br />

Divorciado, separado, viudo<br />

Fuerza de trabajo<br />

Activo<br />

Estado de salud declarado<br />

Muy bueno<br />

Bueno<br />

Regular<br />

Malo<br />

Salud mental<br />

Depresión<br />

Deterioro cognoscitiv o<br />

Problemas de salud crónicos<br />

Bajo peso<br />

Obesidad<br />

Artritis<br />

Hipertensión<br />

Diabetes<br />

Cáncer<br />

Enfermedades pulmonares<br />

Enfermedades <strong>del</strong> corazón<br />

Discapacidad<br />

AVDb (1 o más)<br />

AIVDc (1 o más)<br />

Arreglos domiciliarios<br />

Solo<br />

Con pareja<br />

Con otras personas<br />

0,295<br />

0,436<br />

0,270<br />

0,213<br />

0,578<br />

0,193<br />

0,057<br />

0,387<br />

0,552<br />

0,154<br />

0,054<br />

0,225<br />

0,502<br />

0,216<br />

0,213<br />

0,220<br />

0,007<br />

0,304<br />

0,311<br />

0,488<br />

0,209<br />

0,025<br />

0,111<br />

0,101<br />

0,214<br />

0,286<br />

0,117<br />

0,379<br />

0,505<br />

68 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Error<br />

estándar<br />

0,018<br />

0,017<br />

0,016<br />

0,020<br />

0,021<br />

0,023<br />

0,009<br />

0,017<br />

0,018<br />

0,014<br />

0,009<br />

0,017<br />

0,021<br />

0,016<br />

0,015<br />

0,017<br />

0,003<br />

0,020<br />

0,019<br />

0,019<br />

0,016<br />

0,006<br />

0,013<br />

0,011<br />

0,016<br />

0,017<br />

0,013<br />

0,018<br />

0,020<br />

La depresión como problema de salud está presente en la<br />

población adulta mayor yucateca, en el que predomina el género<br />

femenino y principalmente se observa con <strong>una</strong> intensidad<br />

leve, con un porcentaje de 8.4 por ciento de la muestra<br />

estudiada.<br />

IC95% Estimador Error IC95%<br />

Hombre estándar<br />

0,260-0,330<br />

0,401-0,470<br />

0,238-0,302<br />

0,174-0,252<br />

0,537-0,619<br />

0,147-0,238<br />

0,040-0,075<br />

0,353-0,422<br />

0,515-0,588<br />

0,127-0,181<br />

0,036-0,072<br />

0,190-0,259<br />

0,461-0,543<br />

0,186-0,247<br />

0,183-0,243<br />

0,186-0,253<br />

0,001-0,013<br />

0,264-0,343<br />

0,273-0,350<br />

0,450-0,527<br />

0,177-0,241<br />

0,013-0,037<br />

0,085-0,138<br />

0,080-0,122<br />

0,182-0,246<br />

0,252-0,320<br />

0,092-0,142<br />

0,344-0,414<br />

0,465-0,544<br />

0,361<br />

0,436<br />

0,203<br />

0,151<br />

0,585<br />

0,250<br />

0,019<br />

0,768<br />

0,212<br />

0,467<br />

0,091<br />

0,246<br />

0,497<br />

0,162<br />

0,148<br />

0,139<br />

0,005<br />

0,163<br />

0,159<br />

0,348<br />

0,224<br />

0,010<br />

0,081<br />

0,098<br />

0,161<br />

0,144<br />

0,073<br />

0,750<br />

0,177<br />

0,023<br />

0,022<br />

0,017<br />

0,019<br />

0,027<br />

0,028<br />

0,006<br />

0,019<br />

0,018<br />

0,023<br />

0,015<br />

0,019<br />

0,024<br />

0,016<br />

0,015<br />

0,018<br />

0,004<br />

0,183<br />

0,017<br />

0,023<br />

0,020<br />

0,005<br />

0,012<br />

0,014<br />

0,018<br />

0,016<br />

0,011<br />

0,020<br />

0,018<br />

Fuente: Organización Panamericana de la Salud. Encuesta SABE, 2001 e informes preliminares<br />

0,316-0,406<br />

0,391-0,480<br />

0,170-0,237<br />

0,113-0,189<br />

0,533-0,638<br />

0,196-0,305<br />

0,006-0,031<br />

0,731-0,805<br />

0,176-0,247<br />

0,421-0,512<br />

0,060-0,121<br />

0,208-0,284<br />

0,450-0,543<br />

0,130-0,194<br />

0,118-0,179<br />

0,102-0,175<br />

0,002-0,013<br />

0,127-0,199<br />

0,126-0,192<br />

0,302-0,394<br />

0,184-0,264<br />

0,001-0,019<br />

0,058-0,104<br />

0,070-0,127<br />

0,126-0,197<br />

0,112-0,177<br />

0,051-0,096<br />

0,710-0,790<br />

0,141-0,213<br />

<strong>Por</strong> otro lado, es importante señalar que la edad es un factor<br />

importante para el desarrollo de depresión ya que como se<br />

observa en la gráfica número 2, a medida que se avanza en edad<br />

aumenta el número de casos de este padecimiento. En cuanto<br />

a la prevalencia de la presencia de depresión (leve y severa)<br />

Gráfica 2<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

Depresión, según grupos de edad<br />

92.8 92.2<br />

90.4<br />

N=1,797<br />

88.9<br />

84.9<br />

82.8<br />

13.3 14.6<br />

6<br />

1.3<br />

6.1<br />

1.7<br />

7.1<br />

2.5<br />

9.8<br />

1.3 1.8 2.6<br />

60-64<br />

(n=470)<br />

65-69<br />

(n=358)<br />

70-74<br />

(n=365)<br />

75-79<br />

(n=235)<br />

80-84<br />

(n=218)<br />

85 y más<br />

(n=151)<br />

Sin depresión Depresión leve Depresión severa<br />

Fuente: Proyecto Encuesta SABE Yucatán 2002<br />

ésta es de 10.1 y muestra <strong>una</strong> tendencia a incrementarse con<br />

la edad (X 2 1g1= 6.28); con <strong>una</strong> p0.05), por otro lado se puede<br />

observar que el deterioro cognoscitivo se va incrementando a<br />

medida que avanza la edad <strong>del</strong> grupo poblacional estudiado,<br />

como es observable en la gráfica 3.<br />

Las enfermedades cardio-metabólicas hoy se consideran<br />

un problema de salud pública a nivel mundial, sin que la población<br />

adulta mayor de Mérida se considere fuera de esta problemática,<br />

como se puede observar en la gráfica 4, la presión<br />

arterial se encontró elevada en un número importante de entrevistados<br />

que refirieron “no padecer de hipertensión arterial”<br />

siendo mayor este fenómeno en el género masculino, esta<br />

diferencia fue estadísticamente significativa con <strong>una</strong> z=2.26<br />

y <strong>una</strong> p0.05). Ver gráfica 5.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 69


Gráfica 5<br />

De acuerdo con la gráfica 6, la prevalencia de la dependencia<br />

para las ABVD (combinación de fármacos: Adriamicina, Bleomicina,<br />

Vinblastina, Dacarbacina), parcial y total, es de 13.4<br />

por ciento y muestra <strong>una</strong> tendencia a incrementar con la edad<br />

(X 2 1g1= 84.1, p=0.000).<br />

En la gráfica 7, la prevalencia de la dependencia para actividades<br />

instrumentales de la vida diaria (AIVD), parcial y<br />

total es de 12.8 por ciento y muestra <strong>una</strong> tendencia a incrementarse<br />

con la edad. (X 2 1g1= 226.2, p=0.000) no se<br />

encuentra diferencia según género (z=1.58, p>0.05)<br />

Gráfica 6<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

80.9<br />

19.1<br />

60-64<br />

(n=697)<br />

83.0<br />

17.0<br />

N=894<br />

86.2 85.2<br />

65-69 70-74 75-79 80-84<br />

(n=697) (n=697) (n=697) (n=697)<br />

Glucosa normal Glucosa elevada<br />

Fuente: Proyecto Encuesta SABE Yucatán 2002<br />

70 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

13.8<br />

14.8<br />

81.9<br />

18.1<br />

Independiente Intermedio Dependiente<br />

90.5<br />

9.5<br />

85 y más<br />

(n=697)<br />

Dependencia para las ABVD, según grupos de edad<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

91.9<br />

8.1<br />

0.0<br />

60-64<br />

(n=470)<br />

91.3<br />

8.4<br />

0.3<br />

65-69<br />

(n=358)<br />

89.6<br />

N=1,797<br />

9.3<br />

1.1<br />

70-74<br />

(n=365)<br />

87.2<br />

12.3<br />

0.4<br />

75-79<br />

(n=235)<br />

79.8<br />

18.8<br />

1.4<br />

80-84<br />

(n=218)<br />

60.3<br />

33.8<br />

6.0<br />

85 y más<br />

(n=151)<br />

Fuente: Proyecto Encuesta SABE Yucatán 2002<br />

Gráfica 7<br />

Discusión<br />

De la información vertida en este documento podemos deducir<br />

que es en la etapa de la vejez donde se da de forma evidente<br />

la feminización <strong>del</strong> grupo poblacional de las personas adultas<br />

mayores, situación que se puede apreciar en las entidades estudiadas,<br />

la causa de esto, probablemente sea de origen multifactorial,<br />

por lo que merece un estudio posterior. Sin embargo,<br />

<strong>una</strong> apreciación que pudiera explicar en parte lo anterior,<br />

es que en la mujer la <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> autocuidado está más desarrollada<br />

que en el varón, situación que no es privativa <strong>del</strong><br />

mexicano sino que se ha observado en otros países. También<br />

es pertinente comentar que así como en la infancia, un factor<br />

de riesgo para muerte prematura es el pertenecer al género<br />

masculino, esta situación es similar en la etapa de la vejez,<br />

Importante es mencionar que otros factores asociados a <strong>una</strong><br />

mortalidad aumentada en el género masculino en edades geriátricas<br />

son el aislamiento social, polifarmacia, mal estado de<br />

salud y falta de prácticas preventivas en salud.<br />

En los dos estudios se puede ver que el promedio de edad<br />

es de 65 a 74 años, lo que nos habla de <strong>una</strong> población con un<br />

mediano envejecimiento. Este fenómeno ya se planteaba desde<br />

los inicios <strong>del</strong> proyecto SABE, en donde se planeaba que los<br />

adultos mayores jóvenes (60-64 años) al alcanzar <strong>una</strong> expectativa<br />

de vida mayor alimentarían el grupo poblacional de los<br />

adultos mayores “intermedios”, o sea aquellos con edades<br />

entre 65 a 74 años de edad, se espera que de continuar con<br />

esta tendencia en los próximos años, el grupo de adultos mayores<br />

“viejos” sea el que prevalezca.<br />

Al referirnos a la escolaridad, se debe señalar que el grupo<br />

de adultos mayores de este país, en su época de formación,<br />

tenía <strong>una</strong> preferencia basada en usos y costumbres para dar<br />

prioridad al género masculino en el acceso a la educación formal,<br />

en virtud de que los varones serían los proveedores de<br />

la familia y las mujeres se dedicarían a actividades dentro<br />

<strong>del</strong> hogar. Este fenómeno social se refleja en el resultado de<br />

las encuestas realizadas, donde observamos que el género<br />

femenino no tuvo acceso a <strong>una</strong> educación formal y por ende,<br />

a las pensiones otorgadas por la seguridad social, lo que de<br />

manera directa influye en el bajo acceso a la fuerza laboral<br />

formal, con sus consabidas consecuencias, para el desarrollo<br />

social y económico de las mujeres mexicanas que hoy son<br />

adultas mayores.<br />

En relación con la integración <strong>del</strong> adulto mayor al seno familiar,<br />

ésta es significativamente diferente en las dos entidades<br />

estudiadas, debido a que en Yucatán se conserva el tipo<br />

de familia ampliada, donde el adulto mayor está integrado a<br />

ésta, mientras que en la ciudad de México se encuentra un<br />

tipo de familia nuclear, donde la arquitectura de la vivienda<br />

juega un papel importante por ser de tipo vertical y pequeña<br />

en donde escasamente caben cuatro personas, lo que repercute<br />

en el hecho de que el adulto mayor viva solo y con pocos<br />

cuidados por parte <strong>del</strong> resto de la familia. Otra de las causas<br />

importantes es el acceso de la mujer a la vida laboral por motivos<br />

diversos, lo que impide el poder brindar algún tipo de<br />

apoyo al adulto mayor incrementándose más, si éste tiene<br />

algún tipo de discapacidad, dando un cambio importante al<br />

tipo de integración familiar en el Distrito Federal. Derivado<br />

de lo anterior, la autopercepción <strong>del</strong> estado de salud, por<br />

razones obvias, fue mejor evaluado por los adultos mayores<br />

de la ciudad de Mérida, Yucatán, donde 48.18 por ciento de<br />

la muestra, lo refieren como “bueno”, lo que puede dar como<br />

resultado que el adulto mayor con tal percepción adopte <strong>una</strong><br />

mejor aptitud para su vida personal y <strong>una</strong> menor dependencia<br />

hacia terceros; se considere con <strong>una</strong> calidad de vida adecuada<br />

pero sin embargo, un número menor considere evitar llevar a<br />

cabo prácticas preventivas en salud, al considerar “que no las<br />

necesita”.<br />

Como pudo apreciarse en apartados anteriores de este<br />

trabajo, la depresión predominó en el género femenino en<br />

ambas entidades federativas participantes y se incrementó a<br />

medida que el grupo poblacional estudiado avanza en edad.<br />

Esto puede deberse en parte, al tipo de pérdidas que se van<br />

presentando en la vejez como son: la pareja, la jubilación, la<br />

belleza física, la salud, los amigos, la independencia de los hijos,<br />

etcétera.<br />

Una probable explicación a esto podría encontrarse en la<br />

forma cómo funcionan las redes sociales entre las mujeres<br />

adultas mayores, ya que por lo general, en el grupo de mujeres<br />

es más común la identificación con otros individuos <strong>del</strong> mismo<br />

género, sobre todo en situación de desventaja física, psicológica<br />

o social, lo que permite un soporte recíproco, que si bien<br />

no resuelve totalmente el episodio depresivo sí permite que el<br />

paciente alcance <strong>una</strong> mayor sobrevida y en consecuencia, la<br />

combinación de un número mayor de años de vida y procesos<br />

crónico-degenerativos permiten aumentar el riesgo de sufrir<br />

<strong>una</strong> depresión de larga evolución.<br />

El adulto mayor con buena salud adopta <strong>una</strong> mejor actitud para su vida<br />

personal y <strong>una</strong> menor dependencia hacia terceros.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 71


La valoración <strong>del</strong> estado cognoscitivo en este estudio, merece<br />

ciertos comentarios que consideramos pertinentes, ya<br />

que al realizarse, se utilizó <strong>una</strong> variante adaptada y validada<br />

para la población adulta mayor mexicana <strong>del</strong> Minimental<br />

State Examination de Folstein (MMSE). Si bien es cierto, que<br />

algo corroborado por múltiples fuentes bibliográficas, es que<br />

en las edades más avanzadas, aumenta de forma directamente<br />

proporcional el riesgo de padecer deterioro cognoscitivo como<br />

puede visualizarse en este estudio, también es cierto que<br />

a mayor edad, el MMSE puede darnos falsos positivos en<br />

virtud de que la población de adultos mayores “viejos” dará<br />

un menor rendimiento en la prueba. <strong>Por</strong> otro lado, debe de<br />

considerarse que a mayor edad, la escolaridad de los adultos<br />

mayores más “viejos” se espera sea menor que aquella de<br />

individuos más jóvenes, independientemente <strong>del</strong> género, es<br />

de esperarse que en aquellos con <strong>una</strong> escolaridad baja o nula,<br />

las pruebas de lectoescritura nos den puntajes bajos sin que<br />

medie un deterioro cognoscitivo real.<br />

La situación antes descrita se acentúa con mayor evidencia<br />

en el género femenino bajo dos vertientes: primero, las mujeres<br />

hoy alcanzan <strong>una</strong> vida mayor a la de los varones por lo tanto<br />

tienen un factor de riesgo mayor para sufrir de deterioro<br />

72 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Las personas adultas mayores tienen derecho<br />

a <strong>una</strong> vida con calidad y de disfrute pleno.<br />

cognoscitivo. Segundo, las mujeres, sobre todo aquellas más<br />

“viejas” tienen <strong>una</strong> escolaridad muy baja o nula, lo que repercute<br />

de manera directa en el desempeño <strong>del</strong> MMSE.<br />

Al mismo tiempo que se debe tomar en cuenta tanto la edad<br />

como la escolaridad formal para poder tener <strong>una</strong> perspectiva<br />

objetiva en la valoración de esta prueba, también debemos<br />

comentar que a mayor edad es más alta la probabilidad de padecer<br />

enfermedades que aumenten el riesgo de tener deterioro<br />

cognoscitivo (diabetes, hipertensión arterial, Parkinson,<br />

hipotiroidismo, etcétera) o bien la ingesta de medicamentos<br />

que provoquen un efecto similar (anticolinérgicos, anticomisiales,<br />

hipoglucemiantes, etcétera.)<br />

Haciendo un análisis <strong>del</strong> comportamiento de la hipertensión<br />

arterial en las personas adultas mayores podemos decir que,<br />

cuando menos en el estado de Yucatán, ésta es más frecuente<br />

en la mujeres que en los hombres siendo esto estadísticamente<br />

significativo.<br />

Entre las explicaciones más plausibles se encuentra que en<br />

el estado de Yucatán, según datos aportados por SABE, los<br />

varones tienen <strong>una</strong> actividad física regular en contraste con las<br />

mujeres que en su gran mayoría son sedentarias. Así también<br />

podemos comentar que en SABE Yucatán, se encontró que a<br />

mayor edad, el número de adultos mayores que refirieron no<br />

padecer hipertensión arterial, era mayor conforme estos eran<br />

los más “viejos”. Sin embargo, cuando se realizó la toma de la<br />

presión arterial, se corroboró que muchos de ellos tenían cifras<br />

de tensión arterial elevadas. Razones de lo anterior ya han<br />

sido estudiadas por otros grupos de investigadores clínicos,<br />

ya que es conocido que en un muy buen número de adultos<br />

mayores, la presencia de un síndrome vasoespástico se da con<br />

menor frecuencia en razón a que el adulto mayor puede cursar<br />

por muchos años asintomático y en ocasiones la primera manifestación<br />

clínica de hipertensión arterial en este grupo poblacional<br />

es alg<strong>una</strong> atribuible a <strong>una</strong> complicación derivada de<br />

la propia hipertensión arterial como un infarto miocárdico,<br />

enfermedad cerebrovascular, bloqueo aurículoventricular, retinopatía<br />

hipertensiva, síncope, etcétera.<br />

La OMS ha considerado a la diabetes como un problema<br />

de salud pública, de acuerdo con los estudios de investigación<br />

realizados sobre esta materia, se menciona que la prevalencia<br />

de la diabetes en países en vías de desarrollo es casi igual<br />

en ambos géneros, situación que coincide con los datos que<br />

arroja el estudio SABE Yucatán, no así el distrito federal el cual<br />

muestra <strong>una</strong> mayor prevalencia de mujeres, lo cual también<br />

coincide con otros estudios.<br />

Conclusiones<br />

Definitivamente el proyecto SABE aporta <strong>una</strong> serie de datos<br />

relevantes para el análisis de la problemática y forma de vida<br />

de los adultos mayores que viven en nuestro país. En este trabajo,<br />

pudimos apreciar que en los estados <strong>del</strong> país estudiados<br />

se documentaron diferencias y similitudes que hacen única<br />

a cada entidad federativa, desde cualquier punto de vista y<br />

que el proceso de envejecimiento poblacional es totalmente<br />

heterogéneo en cuanto a sus características; no solamente si<br />

analizamos y comparamos los diferentes países donde se ha<br />

realizado SABE, sino dentro de la propia República Mexicana.<br />

Una situación que nos lleva a la reflexión es que hoy vemos<br />

que los ancianos que viven en México, están llegando a edades<br />

geriátricas intermedias, esto es, nuestras personas adultas mayores<br />

están avanzando aún más en la sobrevida ganada en los<br />

últimos 50 años. Esto por supuesto modificará las necesidades<br />

de atención en materia de salud y bienestar para un grupo<br />

poblacional que cada vez se hace más “viejo”. Si bien es cierto,<br />

hoy empiezan a hacerse evidentes cambios en las instalaciones<br />

de instituciones públicas y privadas adaptadas para el acceso,<br />

tránsito y estancia de adultos mayores como rampas,<br />

pasamanos, asientos, etcétera, seguramente en el futuro inmediato<br />

tendremos que pensar en un urbanismo enfocado a<br />

las necesidades de un envejecimiento poblacional que ya está<br />

aquí. <strong>Por</strong> otro lado, en cuanto a atención a la salud, es lógico<br />

pensar que tendrán que incluirse en los planes de estudio de<br />

las universidades, materias que aborden temas gerontogeriátricos,<br />

ya que aunque hoy empiezan a aparecer carreras y especialidades<br />

médicas que intentan llenar los huecos de la<br />

atención al envejecimiento en México y buscar la excelencia<br />

en la atención de este grupo poblacional.<br />

Gerontológos clínicos, sociales, gericultistas, enfermeras<br />

con especialidad en geriatría, médicos integralistas y cuidadores<br />

profesionales de adultos mayores serán vistos cada vez<br />

con más frecuencia, como ya ocurre en países europeos y se<br />

unirán a la tarea de atender a las personas mayores de 60 años<br />

que desde hace años realizan médicos internistas y geriatras.<br />

Las mujeres alcanzan <strong>una</strong> sobrevida mayor a la de los varones.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 73


También tendremos que comentar que de continuar con esta<br />

clara tendencia en el predominio y supervivencia de adultos<br />

mayores medios, con toda seguridad se requerirán no sólo de<br />

geriatras sino que dicha subespecialidad tendrá subdivisiones<br />

como las que hoy tiene la medicina interna, sólo que en este<br />

caso el geriatra generalista podría verse desplazado por el psicogeriatra,<br />

cardiogeriatra, endócrinogeriatra, etcétera, y no nos<br />

extrañe que por sus características particulares, veamos como<br />

nuevos recursos humanos para la salud a los llamados centenariólogos,<br />

cuyos pacientes tienen un comportamiento clínico<br />

totalmente diferente al de adultos mayores más jóvenes.<br />

Ahora bien, de continuar con la tendencia al envejecimiento<br />

poblacional feminizado, no nos extrañe que México se convierta<br />

en un país donde la viudez y régimen de pensiones, más<br />

que de jubilaciones, tomen un papel relevante, ya que como<br />

como se mencionó, muchas de las personas <strong>del</strong> género femenino<br />

que hoy son adultas mayores, no gozaron de un trabajo<br />

remunerado ni de <strong>una</strong> jubilación propia, por lo tanto la protección<br />

social y redes de apoyo asistencial tendrán que “amortiguar”<br />

en la medida de lo posible las carencias, de todo tipo,<br />

que hoy sufren estas personas y planear para las mujeres que<br />

hoy son trabajadoras, mecanismos de protección médica y<br />

social para su vejez.<br />

No obstante que como se comentó en este mismo trabajo,<br />

<strong>una</strong> buena parte de los adultos mayores sobre todo de la Ciudad<br />

de México tienen deficiencias importantes en materia de<br />

alfabetismo y escolaridad, se antoja como indispensable llevar<br />

los Programas de Educación para los<br />

Adultos existentes hasta a este grupo de individuos, que además<br />

de cubrir la necesidad básica de la lectoescritura, serán un<br />

elemento más para brindarles <strong>una</strong> “estimulación cognoscitiva<br />

temprana” convirtiéndose en un factor de protección más contra<br />

el riesgo de desarrollar deterioro cognoscitivo. Además,<br />

esto impactará en disminuir la soledad de muchas personas<br />

adultas mayores al brindarles espacios para la convivencia con<br />

personas de su edad y mejor aún, promover la convivencia intergeneracional.<br />

También, el hecho de trabajar en conjunto con las autoridades<br />

responsables de la educación pública en nuestro país nos<br />

74 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

permitirá a todos los que trabajamos la atención a la salud, tener<br />

un panorama mucho más claro y fidedigno <strong>del</strong> perfil cognoscitivo<br />

de nuestra población envejecida.<br />

Retomando las cognición en este punto, tendremos que<br />

decir que no puede, ni debe tomarse, al igual que la depresión,<br />

como situaciones aisladas <strong>del</strong> concepto de “salud general”, ya<br />

que la presencia de deterioro cognoscitivo en su forma más<br />

extrema como lo es el síndrome demencial y así mismo la<br />

depresión, son altamente discapacitantes por lo que se debe<br />

concientizar a la población general de la importancia que revierte<br />

la salud mental a cualquier edad y que no es normal que<br />

el adulto mayor esté deprimido o tenga alteraciones de la me-<br />

moria. También se deberán implementar planes de rehabilitación<br />

cognoscitiva que permitan como parte de un tratamiento<br />

integral mejorar la calidad de vida de la persona además de<br />

retrasar en la medida de lo posible el avance <strong>del</strong> padecimiento,<br />

esto por supuesto en conjunción con otras medidas terapéuticas.<br />

Si abordamos el tema de enfermedades cardiometabólicas,<br />

pudimos observar que tanto en la ciudad de México como<br />

en Mérida, predominan sobre otros padecimientos la hiperten-sión<br />

arterial y la diabetes mellitus. Como se observó en el<br />

estudio la hipertensión arterial asintomática se hace más frecuente<br />

en los adultos mayores mas “viejos”, lo que nos lleva<br />

a exponer que se deberá buscar intencionadamente cifras hipertensivas<br />

en las personas adultas mayores de 60 años con<br />

la intención de hacer <strong>una</strong> detección temprana y oport<strong>una</strong> de<br />

dicho padecimiento.<br />

*Doctor Miguel Ángel Lezana Fernández, director general<br />

<strong>del</strong> Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de<br />

Enfermedades; doctora María Esther Lozano Dávila, subdirectora<br />

de Atención al <strong>Envejecimiento</strong>; doctor Javier Calleja<br />

Olvera, adscrito al Programa de Atención al <strong>Envejecimiento</strong>;<br />

doctor Carlos Humberto Álvarez Lucas, director general<br />

adjunto de Programas Preventivos; licenciada Érica Chaparro<br />

González, adscrita al Programa de Salud <strong>del</strong> Adulto y <strong>del</strong><br />

Anciano; doctor Agustín Lara Esqueda, director <strong>del</strong> Programa<br />

de Salud en el Adulto y en el Anciano; doctora Yolanda Osio<br />

Figueroa, adscrita al ISSSTE; doctora Ana María Olivares L<strong>una</strong>,<br />

adscrita al ISSSTE.<br />

CAPÍTULO 3<br />

Seguridad Económica


Experiencia, base <strong>del</strong> éxito<br />

de la empresa familiar<br />

80 http://www.conapo.gob.mx/00cifras/00indicadores/00.xls Consultado el 17 de agosto de 2010.<br />

81 http://www.imsersomayores.csic.es/internacional/iberoamerica/mexico/indicadores.html. Consultado el 17 de agosto de 2010.<br />

Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad<br />

En la sociedad de lo inmediato y lo desechable, pocas veces se elaboran planes con<br />

miras a asegurar un mañana pleno, más bien se vive un presente cómodo, rápido y<br />

sin complicaciones. Esta óptica es la que estamos comenzando a cambiar como país.<br />

En las celebraciones <strong>del</strong> Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la<br />

Revolución, descubrimos que la conmemoración de nuestro pasado implica, necesariamente,<br />

<strong>una</strong> mirada a nuestro futuro como nación.<br />

De ahí que ya exista en muchos de los mexicanos la conciencia de que es menester<br />

cambiar nuestra conducta para enfrentar los desafíos que plantea <strong>una</strong> sociedad que<br />

está modificando aceleradamente su dinámica de crecimiento poblacional.<br />

Transición demográfica<br />

La configuración que está adquiriendo la “pirámide poblacional”, nos plantea la necesidad<br />

de repensar conceptos que considerábamos inamovibles como la organización<br />

y la dinámica sociales que tenemos en el presente.<br />

La estabilización lograda en México después de los diferentes periodos de lucha armada a principios <strong>del</strong> siglo XX y la mejora<br />

en las condiciones generales de salud y vida en el mundo, causó un importante incremento demográfico entre 1930 y 1970.<br />

Derivado de esto, en nuestro país se institucionalizaron políticas poblacionales desde la década de los setenta, cuyos resultados<br />

hicieron que la tasa de crecimiento poblacional disminuyera de un máximo histórico de 3.5 por ciento anual en 1965, a 0.89 por<br />

ciento en 2005, cuando el entonces Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática efectuó el conteo de Población y<br />

Vivienda. 80<br />

Actualmente, los indicadores demográficos básicos de México llevan a considerar que el país está experimentando la tercera<br />

fase de la transición demográfica, según el mo<strong>del</strong>o propuesto por Warren Thompson en 1929, lo cual significa un sensible<br />

descenso de los índices de natalidad y <strong>una</strong> disminución continua de la tasa de mortalidad, por lo que la población envejece<br />

significativamente para encaminarse a un estancamiento poblacional.<br />

Los principales cambios en la población productiva resultan <strong>del</strong> incremento de la esperanza de vida y la mejora de los sistemas<br />

de salud, principalmente. Estas variaciones son factores determinantes en el crecimiento económico de la nación.<br />

Más allá de las discusiones sociológicas que esto conlleva, la transición demográfica inevitablemente nos conduce a la reflexión<br />

sobre la actividad que desempeñará <strong>una</strong> nueva mayoría de adultos mayores, que integrarán el grueso de la población en 2030 y<br />

cuyo incremento porcentual permanecerá como la tendencia predominante hasta 2050. 81<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 77


Desde hace dos décadas, la esperanza de vida en México<br />

se ha elevado cinco años y la proyección <strong>del</strong> Consejo Nacional<br />

de Población (Conapo) la establece para el 2050 en 81.3<br />

años; 82 es decir, 6.3 más que la existente en 2010, que<br />

es de 75 años. 83<br />

En el 2050, 36 millones de adultos mayores van a requerir<br />

de un puesto de trabajo –o actividad productiva–, según proyecciones<br />

<strong>del</strong> Conapo. 84<br />

En las condiciones sociales actuales, el envejecimiento de<br />

la población disminuye el crecimiento económico <strong>del</strong> país,<br />

porque hay menos población económicamente activa, lo cual<br />

plantea un problema de sustento para los hombres y mujeres<br />

que, en su mayoría, “gozarán de su retiro”, dedicados al ocio<br />

y el descanso.<br />

De acuerdo con las cifras citadas, el panorama nacional podría<br />

llegar en 2050 al punto de que cada trabajador en activo<br />

debiera generar la riqueza necesaria para que, además de la<br />

satisfacción de sus necesidades y las de sus dependientes, pueda<br />

ofrecer servicios y seguridad social a un pensionado.<br />

Dichas estimaciones a futuro plantean la necesidad de<br />

políticas de Estado más flexibles, dinámicas e incluyentes, que<br />

generen la participación de la población de adultos mayores,<br />

cada día creciente, para encontrar la solución corresponsable<br />

al reto de ofrecerle atención integral.<br />

Desafort<strong>una</strong>damente, el país no está preparado para afrontar<br />

el desafío organizacional que se aproxima: los retos que<br />

plantea <strong>una</strong> mayoría poblacional que ha dejado atrás la llamada<br />

“edad productiva”.<br />

Considerada dentro de la juventud y la madurez, la edad<br />

productiva actualmente toca su fin hacia los 65 años, en promedio,<br />

por lo que es creciente el número de personas que año<br />

con año ingresará a la etapa de desocupación.<br />

Un máximo bienestar<br />

Conforme envejecemos, nuestro organismo experimenta cambios<br />

de forma física, metabólica, psicológica y social, propios<br />

78 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

de la edad y <strong>del</strong> desgaste acumulado. Sin embargo, afirma el<br />

doctor Víctor Manuel Mendoza Núñez, jefe de la Unidad de<br />

Investigación en Gerontología de la Facultad de Estudios Superiores<br />

Zaragoza, de la Universidad Nacional Autónoma de<br />

México (UNAM), 85 la vejez “no debe considerarse en sí misma<br />

<strong>una</strong> enfermedad, aunque la gente de edad avanzada se encuentra<br />

en situación de desventaja ante el resto de la sociedad,<br />

en más de un aspecto.<br />

“De ahí la importancia <strong>del</strong> envejecimiento activo, que se<br />

está implantando como objetivo en las políticas públicas de<br />

salud, para facilitar la integración de las personas mayores,<br />

alentar su trabajo remunerado y voluntario, y lograr la aplicación<br />

de programas de senectud”, afirma el especialista.<br />

La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió en<br />

1999 el envejecimiento activo como “el proceso de optimización<br />

de las oportunidades de salud, participación y seguridad,<br />

con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que<br />

las personas envejecen.”<br />

Al referirse al término activo, se hace alusión a que el proceso<br />

debe ser conjunto entre sociedad y gobierno, que aliente la<br />

participación <strong>del</strong> adulto mayor en la toma de decisiones y la<br />

formulación de las líneas de acción gubernamentales, sociales<br />

y personales.<br />

Dependerá de la óptica social y de cada uno de los actores<br />

involucrados, potenciar las áreas de oportunidad que se tienen<br />

en cada lugar, sin olvidar que la plena incorporación de este<br />

sector de la población es un trabajo multidisciplinario, que<br />

sólo puede realizarse de manera equilibrada en los ámbitos de<br />

salud, economía y seguridad, entre otros.<br />

Como se señala en el documento de la OMS, la finalidad<br />

<strong>del</strong> envejecimiento activo es lograr el máximo bienestar para<br />

cada individuo, mediante la generación de <strong>una</strong> nueva visión<br />

de la población adulta mayor, al considerarla como el capital<br />

social fundamental para ofrecer autocuidado, ayuda mutua y<br />

autogestión, así como educación a las generaciones jóvenes,<br />

para establecer nuevos paradigmas <strong>cultura</strong>les con relación a<br />

el envejecimiento.<br />

82VIRGILIO PARTIDA, Bush, La transición demográfica y el proceso de envejecimiento en México. http://www.conapo.gob.mx/publicaciones/sdm/sdm2004/sdm23.pdf Consultado el 17 de agosto<br />

de 2010.<br />

83http://www.conapo.gob.mx/prensa/2010/bol005_2010.pdf Consultado el 17 de agosto de 2010.<br />

84http://www.conapo.gob.mx/00cifras/00indicadores/00.xls Consultado el 17 de agosto de 2010.<br />

85Artículo: “<strong>Envejecimiento</strong> activo, mejor vida en la tercera edad”, citado en http://www.saludymedicinas.com.mx /. Consultado el 9 de febrero de 2010.<br />

El trabajo, un derecho<br />

Múltiples razones que van desde lo médico, hasta lo psicológico,<br />

pasando por la tecnología aplicada, han logrado que cada vez la<br />

longevidad y <strong>una</strong> condición física saludable en el adulto mayor,<br />

sean más comunes. Para todos ellos es indispensable que se<br />

replanteen los conceptos de empleo, autoempleo, Pequeña<br />

y Media Empresa (PyME) y productividad, principalmente,<br />

de acuerdo con lo establecido en la Ley Federal <strong>del</strong> Trabajo,<br />

ya que el trabajo digno y remunerado “es un derecho y un<br />

deber sociales”, además de que no podrá discriminarse a un<br />

trabajador –entre otros motivos– por su edad. 86<br />

Muchas personas de edad están capacitadas para realizar trabajos en<br />

diversas áreas, como las de tipo social.<br />

86 Ley Federal <strong>del</strong> Trabajo.<br />

87 Publicado en El Universal, 20 de enero de 2009. Sección: Cartera.<br />

Empleo<br />

Queda claro que la especialización tecnológica optimiza procesos<br />

y ayuda en la estandarización de la calidad de los servicios<br />

y productos, pero en el ámbito de recursos humanos separa<br />

brechas generacionales difíciles de salvar, ya que para muchos<br />

patrones la productividad se reduce al uso de computadoras e<br />

internet; al manejo <strong>del</strong> inglés y a las capacidades físicas de los<br />

jóvenes.<br />

Con este prejuicio se deja de lado a muchos adultos mayores<br />

que podrían realizar diversos tipos de actividad en áreas como<br />

capacitación de personal, relaciones públicas, atención al público,<br />

labores rutinarias, de archivo, administrativas e intelectuales.<br />

Los trabajos de supervisión, reclutamiento y obtención<br />

de recursos financieros, pueden ser desempeñados por personas<br />

mayores de 60 años, por su cualidad de ser observadores<br />

y darse tiempo para enseñar, además de que no se dejan llevar<br />

por su primer impulso.<br />

La experiencia de los adultos mayores aporta riqueza en los<br />

procesos de las organizaciones y, como casi cualquier persona<br />

que pertenece a un grupo vulnerable, quienes se encuentran<br />

incorporados a la fuerza laboral saben que no tienen asegurado<br />

su lugar en <strong>una</strong> organización; que otros muchos quisieran un<br />

puesto de trabajo y, por consiguiente, se comprometen verdaderamente<br />

con la oportunidad de demostrar que aún son<br />

productivos.<br />

Esta ventaja representa <strong>una</strong> ganancia para cualquier empresa,<br />

en cuanto a inversión en recursos humanos se refiere,<br />

ya que minimiza la rotación, favorece la especialización y<br />

genera un clima de fi<strong>del</strong>idad de los trabajadores, que deriva en<br />

mayor productividad y máxima entrega en los proyectos que<br />

se les confía.<br />

Sin embargo, Manpower –la más importante empresa de<br />

colocación y recursos humanos de la región– se enfrenta al<br />

paradigma de que menos de 17 por ciento de las empresas<br />

en el país tiene planes de retención y atracción de empleados<br />

mayores de 50 años, según declaraciones de su directora<br />

general para México, Centroamérica y República Dominicana,<br />

Mónica Flores Barragán. 87<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 79


Un porcentaje aún menor de empresas posee <strong>una</strong> planeación<br />

estratificada para la contratación de su personal y cataloga<br />

sus tareas por grupos poblacionales, considerando sus<br />

características para su mejor desempeño en ciertas áreas.<br />

Es indudable que adoptar <strong>una</strong> contratación estratificada<br />

permitiría incluir no sólo a las personas adultas mayores, sino<br />

también a madres jefas de familia, personas con discapacidad<br />

y estudiantes, entre otros, en condiciones favorables para ambas<br />

partes, con lo cual lograrían enriquecer el desarrollo de la<br />

empresa al aportar <strong>una</strong> visión holística y <strong>una</strong> mejor inserción<br />

en su comunidad.<br />

Este nuevo esquema de pensamiento se puede retomar de<br />

la evolución que ha tenido a lo largo de los años el mo<strong>del</strong>o israelí<br />

de los kibutz, que son las com<strong>una</strong>s agrícolas creadas en<br />

Israel por necesidad a principios <strong>del</strong> siglo XX. La agri<strong>cultura</strong><br />

particular no era práctica entonces y, por consiguiente, pequeños<br />

productores se vieron obligados a permanecer unidos<br />

para que la cosecha fuera suficientemente buena para su<br />

sustento y, paulatinamente, generara la riqueza necesaria<br />

para constituirse como país. De hecho, fueron un elemento<br />

determinante en la consolidación <strong>del</strong> Estado de Israel.<br />

Con el paso de los años, explican los profesores Yehoshúa<br />

Erlich y Josef Roisman, especialistas de la División de Cooperación<br />

Internacional <strong>del</strong> Ministerio de Relaciones Exteriores<br />

88 Artículo Expertos israelíes promueven integración laboral de los adultos mayores: http://www.lapalabraisraelita.cl/agosto25_06/13_25.pdf<br />

80 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Empresas los contratan y los ubican en<br />

puestos relacionados con su experiencia.<br />

de Israel (MASHAV), “los fundadores y los pioneros de los<br />

kibutzim, que modernizaron la producción agrícola, llegaron<br />

a <strong>una</strong> edad en que no podían seguir al mismo ritmo y, por<br />

lo tanto, se hicieron cambios para que ese grupo de adultos<br />

mayores tuviera el respeto que se merece y pudiera seguir<br />

produciendo, porque ellos quieren hacerlo. Hoy, la mayoría<br />

de los kibutzim tiene un sistema que crea <strong>una</strong> sección para<br />

trabajos para adultos mayores, 88 quienes no se encuentran relegados<br />

a labores menores, sino que se insertan en puestos de<br />

consejería, dirección y administración, por la experiencia de<br />

vida que han adquirido y la sabiduría que proporciona la edad.<br />

Esta perspectiva organizacional, comenta Erlich, se basa<br />

en uno de los principios fundamentales de los kibutz, el cual<br />

sustenta que “cada uno recibe según su necesidad y entrega<br />

según su capacidad”. Es decir, que considera el trabajo como<br />

un derecho y <strong>una</strong> obligación, por lo cual <strong>una</strong> persona adulta<br />

mayor tiene el deber de seguir aportando a la sociedad según<br />

sus capacidades y experiencias, además de confiar en que el<br />

tejido social lo apoyará en aquello que ya no pueda realizar.<br />

<strong>Por</strong> lo tanto, la visión no es asistencialista, sino de integración<br />

y justicia social, lo que promueve el máximo desarrollo<br />

personal en cada etapa de la vida, potencia la integración<br />

social y el crecimiento sostenido de la economía, basado en<br />

<strong>una</strong> sociedad siempre productiva.<br />

Autoempleo<br />

Otra vertiente que deberá fomentarse en el tema de ocupación<br />

para adultos mayores será, necesariamente, la <strong>del</strong> autoempleo.<br />

El ideal sería que cada adulto mayor, que a lo largo de su vida<br />

ha obtenido conocimientos y habilidades –certificadas o no<br />

por <strong>una</strong> institución o sistema educativo formal–, pueda iniciar<br />

su propia empresa y así obtener <strong>una</strong> ganancia económica que<br />

contribuya al crecimiento de la economía de su región y a la<br />

generación de empleos.<br />

Para el adulto mayor significa un nuevo impulso realizar un<br />

trabajo con dignidad, desarrollar su potencial, poner a prueba<br />

su capacidad, su experiencia, marcar sus propios límites y,<br />

finalmente, “ser su propio jefe”.<br />

Un adulto mayor que haya laborado un promedio de diez<br />

años en un giro económico en particular, tiene conocimientos<br />

teórico-prácticos suficientes para elaborar un bien o prestar un<br />

servicio. Únicamente requiere la capacitación administrativa<br />

para echar a andar un negocio, que puede adquirir mediante<br />

talleres de incubación focalizados para esta población.<br />

De esta manera, es posible que se profesionalice la administración<br />

empresarial de emprendedores que ya cuentan con<br />

las habilidades productivas, por lo que la inversión social es<br />

mínima, al tiempo que todos los beneficios obtenidos son<br />

extraordinarios.<br />

Las empresas fundadas y dirigidas por adultos mayores<br />

pueden y deben trascenderlos, con la ventaja de que los sucesores<br />

–o la segunda generación, en caso de las empresas<br />

familiares– tienen la oportunidad de trabajar codo a codo<br />

con el iniciador, conociendo de primera mano los esfuerzos y<br />

“sacrificios” para la edificación <strong>del</strong> negocio, lo que deriva en<br />

un proceso de sucesión de dirección menos conflictivo y, por<br />

lo tanto, <strong>una</strong> empresa con mayor posibilidad de sobrevivir a<br />

tal cambio.<br />

A estas empresas se les conoce como intergeneracionales y<br />

se les podría describir con <strong>una</strong> frase coloquial, al decir que su<br />

ventaja radica en que representan “lo mejor de dos mundos”.<br />

En este sentido, es necesario fomentar y fortalecer a las<br />

empresas familiares, desde la <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> emprendedor y la<br />

competencia, modificando conceptos, prejuicios y aspiraciones<br />

<strong>cultura</strong>les que limitan el desarrollo de la vocación empresarial<br />

de diversos sectores.<br />

<strong>Por</strong> ejemplo, la <strong>cultura</strong> mexicana ha conceptualizado el retiro<br />

como <strong>una</strong> etapa de la vida que se ocupará simplemente<br />

en descansar, sin definir objetivo alguno; sin explotar las cualidades<br />

y habilidades personales, no digamos ya para iniciar<br />

<strong>una</strong> empresa, sino para practicar un pasatiempo o hacer labores<br />

comunitarias. Es decir, sin sacar partido de la riqueza que<br />

posee un adulto mayor.<br />

Salir de esta inmovilidad puede parecer complicado, pero<br />

realmente deja buenos resultados tanto a la persona como a<br />

la comunidad. La mejor manera de modificar esta <strong>cultura</strong> es<br />

reeducar a quienes se encuentran en la etapa de vida productiva<br />

y comenzar a inculcar, desde la enseñanza básica, nuevos mo<strong>del</strong>os<br />

a seguir y aspiraciones relacionadas con la actividad en la<br />

tercera edad. Impulsar nuevas políticas educativas que permitan<br />

cambiar la visión actual sobre la vejez, desde la niñez; así<br />

mismo, la educación formal e informal deben motivar la <strong>cultura</strong><br />

empresarial, el autoempleo y la generación de empresas como<br />

<strong>una</strong> opción de vida para el ciudadano.<br />

El Gobierno Federal ofrece en la actualidad varios apoyos<br />

para lograr tal finalidad, que pueden ser financiamientos, talleres<br />

de incubación, asesorías técnicas, acompañamiento empresarial,<br />

guías de exportación, entre otros. Se considera a los<br />

adultos mayores como un grupo prioritario para apoyarlos en<br />

proyectos productivos viables y rentables, que les permitan<br />

ser autosuficientes.<br />

Tal es el caso de María Irma Romero, quien ya teniendo nietos,<br />

decidió hacer crecer su negocio de conservas y productos<br />

alimenticios, además de exportar a Canadá, con el apoyo de<br />

la Secretaría de Economía. Once años atrás inició su empresa<br />

“La Marmita”, en la que aplicó tecnologías domésticas para<br />

la elaboración de mermeladas, conservas y dulces. Cuando la<br />

demanda de su producto se incrementó, en el año 2000, solicitó<br />

y obtuvo financiamiento <strong>del</strong> Fondo Nacional de Apoyos<br />

para Empresas en Solidaridad (Fonaes), para la compra de envases<br />

por mayoreo, <strong>una</strong> licuadora industrial y maquinaria. Esta<br />

inversión hizo que la empresa incrementará sus ventas y se<br />

consolidara al registrar su marca, crear su logotipo y empaque,<br />

así como informar al exigente mercado gourmet internacional<br />

en español, inglés y francés sobre las cualidades y tabla nutricional<br />

de cada producto.<br />

Resultado de todo ello es que “La Marmita” es <strong>una</strong> de las<br />

empresas “gacela”, esto es que en los últimos cuatro años in-<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 81


crementó sus ventas al doble, obtuvo beneficios en todos los<br />

ejercicios <strong>del</strong> periodo, innovó, abordó nuevos mercados fuera<br />

<strong>del</strong> país, aumentó la plantilla de personal y la facturación.<br />

Resultado de todo ello es que “La Marmita” es <strong>una</strong> de las<br />

empresas “gacela”, esto es que en los últimos cuatro años<br />

incrementó sus ventas al doble, obtuvo beneficios en todos los<br />

ejercicios <strong>del</strong> periodo, innovó, abordó nuevos mercados fuera<br />

<strong>del</strong> país, aumentó la plantilla de personal y la facturación.<br />

Sin duda, <strong>una</strong> emprendedora como la señora Romero no<br />

encaja en el rol de <strong>una</strong> abuela tradicional, sino que se ha<br />

convertido, gracias a su trabajo, en <strong>una</strong> inspiración tanto para<br />

sus hijos y nietos como para cualquiera que tenga ganas de<br />

salir a<strong>del</strong>ante en la vida, ejemplifica, además, el potencial<br />

de desarrollo personal que la población adulta mayor puede<br />

alcanzar hoy en día.<br />

PyME<br />

Las pequeñas y medianas empresas generan 70 por ciento de<br />

los empleos en México, según cifras de la Secretaría de Economía.<br />

Esto nos lleva a considerar el importante papel que juega<br />

este sector en el desarrollo <strong>del</strong> país y la importancia de ser<br />

un microempresario. <strong>Por</strong> ello, es trascendental que las PyME<br />

obtengan un mayor reconocimiento por parte de la sociedad<br />

y sean percibidas como la mejor opción para autoemplearse y<br />

potenciar el desarrollo de las comunidades.<br />

La Organización Internacional <strong>del</strong> Trabajo (OIT) ha resaltado<br />

la importancia de las PyME, al analizar su evolución y<br />

desarrollo. El microempresario, en general, es percibido como<br />

<strong>una</strong> solución para la sociedad al constituirse como el mejor<br />

elemento contra-cíclico para combatir cualquier carestía y recesión.<br />

Además, como toda empresa, tiene <strong>una</strong> responsabilidad<br />

social y económica con cada uno de sus miembros y con su<br />

comunidad.<br />

Los micro, pequeños y medianos empresarios pueden ejecutar<br />

los principios de la nueva <strong>cultura</strong> laboral, que considera<br />

al individuo como un ser integral y no como un recurso más,<br />

de manera que el desarrollo de la propia empresa no subordine<br />

o minimice el <strong>del</strong> empleado y sus necesidades particulares.<br />

<strong>Por</strong> su naturaleza y dinámica de funcionamiento interno,<br />

las PyME tienen el ambiente productivo idóneo para la integración<br />

y desempeño laboral de los adultos mayores, quienes<br />

82 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

La educación formal e informal debe motivar la <strong>cultura</strong> empresarial y el<br />

autoempleo.<br />

con sus aportaciones pueden impulsar el desarrollo de la visión<br />

que toda empresa requiere para permanecer en el mercado.<br />

Es la vía para que ellos logren incursionar como empresarios,<br />

productores o prestadores de servicios.<br />

Una PyME es, por definición “un ente en camino de la perfección”.<br />

Esto no quiere decir que se demerite la calidad de los<br />

productos y servicios que se oferten, sino que su constitución<br />

–por lo general cuentan con un número reducido de personal–<br />

permite el contacto cercano entre todos sus integrantes y, en<br />

consecuencia, el enriquecimiento con la experiencia <strong>del</strong> otro.<br />

Las características de las PyME son ideales para el desempeño<br />

laboral o dirección de las personas de edad, que pueden<br />

dar <strong>una</strong> visión, comparar situaciones actuales con anteriores<br />

y proponer soluciones efectivas, de manera que la empresa<br />

cuenta con <strong>una</strong> suerte de consultor interno que le ofrece <strong>una</strong><br />

perspectiva histórica para enfrentar proactivamente las demandas<br />

<strong>del</strong> mercado y la clientela.<br />

Entre los organismos de la Secretaría de Economía que impulsan<br />

la creación de las PyME destaca Fonaes, que apoya con<br />

financiamiento para abrir o ampliar un negocio a personas físicas,<br />

grupos o empresas sociales de la población rural, indígena,<br />

campesina y población de escasos recursos, con <strong>una</strong> visión de<br />

igualdad de oportunidades, que marca la Dirección General de<br />

Impulso Productivo de la Mujer y Grupos Vulnerables.<br />

Los adultos mayores son un capital humano invaluable que fortalecen<br />

la economía <strong>del</strong> país.<br />

Ente otros grupos, consideramos a los adultos mayores como<br />

“población en situación de vulnerabilidad”, dada la discriminación<br />

que suelen recibir por razón de edad. En la perspectiva<br />

de Fonaes, los adultos mayores son un capital humano<br />

invaluable y con el acceso a los apoyos en efectivo o en especie,<br />

tienen un impulso no sólo para arrancar su negocio, sino para<br />

que se posicionen en el mercado, mediante acompañamiento,<br />

asesoría, capacitación, comercialización y competitividad. 89<br />

Productividad<br />

Citábamos anteriormente la visión israelí <strong>del</strong> trabajo, la productividad<br />

y la participación social de la población de la tercera<br />

edad. Josef Roisman 90 afirma de manera muy enfática que “la<br />

tercera edad en Israel es <strong>una</strong> fuerza de trabajo bastante importante<br />

en varios sectores”, no sólo por la visión de los kibutz,<br />

sino como resultado de la experiencia general de la<br />

reincorporación de esta población a la fuerza laboral, aunque<br />

en diferentes condiciones más acordes con sus necesidades.<br />

Esta aventura israelita se sustenta en un estudio realizado<br />

por expertos <strong>del</strong> Instituto Israelí de Tecnología, Tejnión, que<br />

arroja luz sobre el trabajo de los llamados “pensionados rein-<br />

corporados”, con base en la experiencia de fábricas inglesas<br />

durante los últimos 20 años, y determinó que los adultos<br />

mayores son “empleados más rentables, porque son más responsables,<br />

faltan menos, no tienen niños que demanden requerimientos<br />

adicionales, trabajan menos horas diarias y reciben<br />

un sueldo proporcional y tienen más paciencia para ciertos<br />

trabajos rutinarios", 91 entre otras características.<br />

Como consecuencia, se extiende el desafío a la sociedad y<br />

los empresarios (a nivel micro y macro), de enfrentar proactiva<br />

y flexiblemente el interés de los adultos mayores por seguir<br />

aportando laboralmente y, sobre todo, el interés de conservar<br />

su independencia y autonomía.<br />

En esta óptica, el mo<strong>del</strong>o israelí no es sólo <strong>una</strong> experiencia,<br />

sino <strong>una</strong> nueva respuesta social –con efectos positivos probados–<br />

a la situación coyuntural económica y social que experimenta<br />

el mundo. Esta respuesta es <strong>una</strong> vía alterna a la moda<br />

de “institucionalizar” a los adultos mayores en asilos, casas de<br />

reposo o similares, que durante la segunda mitad <strong>del</strong> siglo XX<br />

prevaleció, tanto en Estados Unidos como en los países más<br />

industrializados de Europa.<br />

El florecimiento logrado en dicho sector de servicios no puede<br />

competir en los ámbitos social y económico, con los beneficios<br />

logrados por el mantenimiento de la funcionalidad de un<br />

sector cada vez más amplio de la población.<br />

Así, los servicios asistenciales brindados a los adultos mayores<br />

que se encuentran en “instituciones”, aunque sus condiciones<br />

físicas y psicológicas les permitirían seguir activos, son<br />

costos para la sociedad, en contraste con la inversión social<br />

capitalizable que representa –por su experiencia– el ahorro en<br />

capacitación laboral que les permite mantenerse productivos<br />

y autorrealizados.<br />

En el campo de la productividad que debe reportar cada<br />

empleado, es justo decir que ésta debe ser definida como el<br />

indicador de eficiencia que relaciona la cantidad de producto<br />

utilizado con la cantidad de producción obtenida. 92 Dicho<br />

concepto se mide en rentabilidad para la empresa, la cual no<br />

responde únicamente a un solo indicador inmediato, aunque<br />

el balance financiero mensual suele ser la unidad de medida<br />

que aplican las empresas mexicanas a su personal.<br />

89<br />

<strong>Por</strong>tal de la dependencia: www.fonaes.gob.mx.<br />

90<br />

Artículo Expertos israelíes promueven integración laboral de los adultos mayores: http://www.lapalabraisraelita.cl/agosto25_06/13_25.pdf<br />

91<br />

Ibidem.<br />

92<br />

CASANOVA, Fernando. Formación profesional, productividad y trabajo decente. Boletín núm. 153 Cinterfor 2002, citado en Manuales de la nueva <strong>cultura</strong> laboral, México, 2003.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 83


Dicha visión basada en los indicadores financieros inmediatos<br />

es muy estrecha y deja de lado la planeación de crecimiento<br />

a largo plazo, el arraigo en la comunidad, la permanencia<br />

en el mercado y la generación de dinámica interna, conceptos<br />

que no arrojan resultados inmediatos, pero son la base para la<br />

consolidación de empresas que superan el crítico desafío de<br />

prevalecer más allá <strong>del</strong> promedio de vida que actualmente<br />

tiene <strong>una</strong> empresa, el cual es inferior a 10 años. 93 Dentro de<br />

estas empresas que logran permanecer en el mercado, se aplica<br />

la óptica de la “Productividad Total” que, además de los<br />

rendimientos financieros, aprecia la aplicación de nuevas tecnologías,<br />

organizaciones flexibles <strong>del</strong> trabajo y su adecuada<br />

distribución en tiempo y por equipos de trabajo, procurando<br />

conjugar el costo económico, ambiental y social con las necesidades<br />

productivas, así como el mejor aprovechamiento <strong>del</strong><br />

personal a todos los niveles.<br />

Es decir, la tendencia internacional <strong>del</strong> trabajo productivo<br />

toma en cuenta a todos los actores y busca un equilibro incluso<br />

con el medio ambiente y la huella ecológica que se genera,<br />

¡cuánto más con la incorporación de todos los grupos<br />

poblacionales a la actividad económica!<br />

Para reflexionar<br />

El planteamiento de marginación basado en la edad que actualmente<br />

prevalece en muchas empresas, no deja de ser <strong>una</strong><br />

sutil forma de discriminación que, desafort<strong>una</strong>damente, es socialmente<br />

aceptada, copiada y reproducida entre las nuevas<br />

generaciones.<br />

Para la mayoría, un adulto mayor ya no tiene nada importante<br />

que aportar al desarrollo económico y social <strong>del</strong> país; por<br />

el contrario, lo orillan a “dejar espacio” a nuevos y más tecnificados<br />

reemplazos; a veces jóvenes egresados con grandes conocimientos<br />

tecnológicos y, en otras ocasiones, máquinas que<br />

desempeñen de manera automatizada las mismas funciones.<br />

En esa vertiginosa espiral de sustitución de mano de obra,<br />

no se consideran las pérdidas reales que vulneran a la empresa,<br />

la economía nacional y las personas adultas mayores que se ven<br />

involucradas.<br />

93 Artículo: http://www.cnnexpansion.com/emprendedores/2009/11/09/preincubacion-esencial-para-las-pymes<br />

84 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

La evolución social nos demuestra que esta “lógica” es más<br />

bien un sofisma que ha desembocado en comunidades con poco<br />

o nulo desarrollo económico; la existencia de un amplio segmento<br />

poblacional que aún podría ser autónomo, pero que se<br />

encuentra en estado de desocupación/desempleo; poca o nula<br />

memoria histórica en las empresas, que las lleva a ser altamente<br />

vulnerables ante los desafíos y las condena a repetir errores<br />

históricos. Como nación nos deja inermes ante el reto de integrar<br />

socialmente a <strong>una</strong> creciente población mayor de 60<br />

años, que aún tiene resabios de <strong>una</strong> equivocada perspectiva,<br />

la cual le hace pensar que “a su edad” ya sólo le queda esperar<br />

lo que le puedan dar, sin aportar nada para conseguir un verdadero<br />

bienestar.<br />

En Fonaes creemos que muchas de las soluciones se pueden<br />

encontrar al modificar nuestra mentalidad y otorgarle a<br />

la experiencia y sabiduría de vida el peso real que tienen. De<br />

igual manera, necesitamos ser <strong>una</strong> sociedad más incluyente<br />

con respecto a los sectores de la población y más flexible en<br />

cuanto a los conceptos relacionados con la actividad económica<br />

y las capacidades de los otros.<br />

Las barreras y prejuicios por la edad son impuestos por <strong>una</strong><br />

parte de la sociedad, sin considerar alternativas de solución ni<br />

aportaciones de los otros sectores en <strong>una</strong> actitud excluyente<br />

que vulnera la cohesión y limita el progreso.<br />

La oportunidad que se abre ante la sociedad mexicana por la<br />

celebración <strong>del</strong> Bicentenario de nuestra nación y el Centenario<br />

de nuestra lucha social, es la reflexión-acción dirigida a todos<br />

los aspectos de nuestra vida para honrar la memoria no sólo de<br />

quienes nos dieron patria, sino también de aquellos que dieron<br />

vida y sustento al país. En especial, es urgente asegurar que<br />

la autorrealización, la participación y la autonomía en todas<br />

las áreas de la vida sean realidades tangibles para los adultos<br />

mayores.<br />

Esto requiere <strong>una</strong> modificación de mentalidad y la adopción<br />

de valores democráticos y de amor a México, que nos permitan<br />

ser la patria justa e incluyente que nació en Dolores, Hidalgo,<br />

y tomó cuerpo gracias al Congreso Constituyente. Sin duda<br />

2010 es <strong>una</strong> buena oportunidad para iniciar esta nueva<br />

transformación nacional.<br />

Integración social en actividades<br />

productivas<br />

Universidad Autónoma Metropolitana *<br />

La ciudad de México se prepara para enfrentar los retos de la transición demográfica<br />

en la que la sociedad capitalina tenderá a envejecer y a demandar <strong>una</strong> serie de<br />

satisfactores que en la actualidad la capital no cubre sino parcialmente. 94<br />

Los actores económicos e institucionales de la ciudad de México no perciben<br />

claramente las ventajas que la incorporación de adultos mayores en las actividades<br />

productivas puede traer a la economía barrial y de la ciudad en su conjunto.<br />

La generación de empleo para sectores de la población en edad de retiro, brinda<br />

activación <strong>del</strong> consumo local y circulación de bienes y capital que tienen su último<br />

reflejo en el entorno urbano. Se ha observado que, mantener económicamente activa<br />

a la población de adultos mayores, no sólo se refleja en el bienestar físico y mental<br />

de dicha parte de la población, sino también, en cierta medida, en la contención <strong>del</strong><br />

proceso de deterioro <strong>del</strong> entorno urbano.<br />

En Asia y América Latina, la proporción <strong>del</strong> grupo clasificado como personas mayores<br />

aumentará <strong>del</strong> 8 por ciento al 15 por ciento, entre 1998 y 2025, mientras que<br />

en África se prevé que esa proporción aumente sólo <strong>del</strong> 5 por ciento al 6 por ciento<br />

durante ese período, y que después se duplique para el año 2050.<br />

En Europa y América <strong>del</strong> Norte, entre 1998 y 2025 la proporción de población clasificada como personas de edad aumentará<br />

<strong>del</strong> 20 por ciento al 28 por ciento y <strong>del</strong> 16 por ciento al 26 por ciento, respectivamente.<br />

Una transformación demográfica mundial de este tipo tiene profundas consecuencias para cada uno de los aspectos de la<br />

vida individual, comunitaria, nacional e internacional. Todos los aspectos de la vida humana experimentarán modificaciones<br />

significativas para poder hacer frente a este reto.<br />

El rápido crecimiento de la población en la primera mitad <strong>del</strong> siglo XXI significa que el número de personas de más de 60<br />

años, que era de alrededor de 600 millones en el año 2000, llegará a casi 2 mil millones en el 2050, mientras que se proyecta<br />

un incremento mundial de la proporción <strong>del</strong> grupo de población definido como personas de edad <strong>del</strong> 10 por ciento en 1998 al<br />

15 por ciento en 2025.<br />

Problemática que enfrentan los adultos mayores en el Distrito Federal: Debilidades<br />

La dinámica demográfica de la Ciudad de México manifiesta un proceso acelerado de envejecimiento de su población.<br />

• La ciudad no cuenta con la estructura urbana adecuada para incluir a los adultos mayores en los procesos de desarrollo.<br />

94 Nota aclaratoria: El presente documento se elaboró considerando el apoyo, esfuerzo y dedicación de un grupo de investigadores <strong>del</strong> Plan Único de Especialidades Médicas (PUEM), que colaboró<br />

en el proyecto de investigación denominado Criterios para la integración social de los adultos mayores en actividades productivas para la ciudad de la siguiente forma: Eduardo Preciat Lámbarri,<br />

coordinador general <strong>del</strong> proyecto; Alfonso Chávez Muñoz, dirección ejecutiva <strong>del</strong> proyecto; Sergio Contreras Prado y José Antonio Rosique Cañas, coordinación técnica; Felipe Gerardo Ávila Jiménez,<br />

Liliana Raquel Ortiz Gómez y Marco Antonio Martínez González, en el análisis territorial y estadístico; Maricela Contreras Prado, análisis jurídico; Blanca E. Márquez Gasca, experiencias<br />

internacionales. Apoyo en la investigación: Iris Cristal Campos Santibáñez, Antonino García de la Cruz, Hugo Adrián Rodríguez Aymerich y Josué Israel Ríos Martínez.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 85


• No existe respeto a sus derechos.<br />

• Depauperación de este sector por exclusión laboral.<br />

• Desempleo precoz e involuntario antes de los 60 años.<br />

• Acceso de los adultos mayores en condiciones de desigualdad<br />

e inequidad al empleo decente, a la formación<br />

continua y al crédito para emprendimientos propios o<br />

comunitarios.<br />

• Desigualdad de oportunidades y de acceso a la educación<br />

a lo largo de toda la vida.<br />

• Falta de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> de envejecimiento activo a<strong>una</strong>do<br />

a <strong>una</strong> sociedad que niega su propio proceso de envejecimiento<br />

y desvalorización progresiva de la vejez.<br />

• Reducida cobertura de pensiones, tanto contributivas como<br />

no contributivas.<br />

Fortalezas<br />

• Existe la plena conciencia de la necesidad de transformar<br />

la <strong>cultura</strong> y la estructura urbanas de las grandes ciudades<br />

con la finalidad de aprovechar la capacidad económica y<br />

creativa de los adultos mayores en el desarrollo urbano<br />

sustentable.<br />

• Se ha avanzado en la construcción de un marco normativo<br />

y en la construcción de instrumentos de gestión que permiten<br />

la incorporación de programas de inclusión de este<br />

grupo de 60 años o más a la vida activa de la ciudad.<br />

• Existe un marco institucional que permite el desarrollo de<br />

<strong>una</strong> nueva conciencia de revaloración de las capacidades<br />

de los adultos mayores.<br />

• Existe la voluntad política para desarrollar esquemas de<br />

empleo temporal y definitivo, así como para el desarrollo<br />

de PyMES en los que se involucran a todos los actores<br />

sociales.<br />

• La ciudad de México y los municipios conurbados <strong>del</strong><br />

Estado de México siguen concentrando cerca <strong>del</strong> 25 por<br />

ciento <strong>del</strong> PIB Nacional.<br />

• Existe un marco institucional que permite el desarrollo de<br />

<strong>una</strong> nueva conciencia de revaloración de las capacidades<br />

de los adultos mayores.<br />

Amenazas<br />

• La incapacidad de la sociedad para asegurar el cumplimiento<br />

mínimo de los derechos de los adultos mayores<br />

en lo referente a salud, seguridad social e ingresos.<br />

86 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

• De no atenderse los rezagos estructurales de la capital, la<br />

exclusión social de esta parte de la población se incrementará<br />

y la problemática se agudizará significativamente.<br />

• La actitud gerontofóbica de la ciudadanía se agudizará<br />

conforme aumente este segmento de la población y los<br />

niveles de vida de los adultos mayores declinarán aún más.<br />

• El incumplimiento de sus derechos laborales agravará su<br />

pobreza y exclusión social.<br />

• La flexibilización laboral incrementará en gran medida la<br />

violación de los derechos laborales de los adultos menores<br />

a los 60 años y con ello, la oferta laboral será exclusiva<br />

para adultos jóvenes, excluyendo <strong>del</strong> derecho al<br />

empleo digno a un amplio sector de la población. La exclusión<br />

social se incrementará y generará focos de violencia<br />

cada vez más frecuentes.<br />

• La <strong>cultura</strong> urbana gerontofóbica se consolidará. La exclusión<br />

y la pobreza de los adultos se agudizarán.<br />

• El fortalecimiento de la <strong>cultura</strong> de la Pedocracia se ligará<br />

a la exclusión de los adultos mayores de los procesos económicos<br />

y sociales de la ciudad. El tejido social seguirá<br />

deteriorándose y con ello la <strong>del</strong>incuencia y la violencia se<br />

incrementarán.<br />

• El empobrecimiento súbito de los adultos mayores generará<br />

un incremento de la indigencia y vulnerabilidad<br />

<strong>del</strong> sector.<br />

Oportunidades<br />

• La inclusión de los adultos mayores en la vida económica<br />

y social de la ciudad de México será <strong>una</strong> fuerza invaluable<br />

para la transformación sostenible y equitativa de la estructura<br />

de la ciudad.<br />

• La capital <strong>del</strong> país avanzará en la transformación de la<br />

estructura urbana con la finalidad de hacerla <strong>una</strong> ciudad<br />

incluyente y con oportunidades de plena realización para<br />

este sector.<br />

• Se generarán espacios urbanos incluyentes que permitirán<br />

el desarrollo de proyectos intergeneracionales y de<br />

construcción de redes comunitarias solidarias.<br />

•Lainclusióndecidida<strong>del</strong>osadultosmayoresalosprocesos<br />

sociales y económicos permitirá abatir la pobreza de este<br />

sector de la población mediante la reconstrucción <strong>del</strong> tejido<br />

social y la solidaridad intergeneracional.<br />

• Desarrollar un esquema de mercado interno sólido donde<br />

el trabajo y la experiencia de los adultos jóvenes y adultos<br />

mayores esté ligado a las necesidades de transformación<br />

de la ciudad hacia la sostenibilidad de sus procesos<br />

urbanos.<br />

• Nuevas oportunidades laborales acordes a las necesidades<br />

de <strong>una</strong> ciudad sustentable. Con espacios de desarrollo<br />

social y económico que los incluyan.<br />

• La ciudad de México será un espacio incluyente para todos<br />

los sectores de la población. Se establecerán programas<br />

de educación y capacitación donde los adultos<br />

mayores tendrán el doble rol de ser capacitadores y<br />

capacitandos.<br />

• La capital estará inserta en la <strong>cultura</strong> de revaloración de<br />

los adultos mayores. Este segmento de la población será<br />

muy importante en la reconstrucción <strong>del</strong> tejido social<br />

y en la ejecución de la estrategia intergeneracional de<br />

desarrollo.<br />

• El restablecimiento de <strong>una</strong> estructura urbana que permita<br />

invertir <strong>una</strong> parte de la renta urbana en un esquema solidario<br />

de pensión universal para adultos mayores.<br />

Imagen objetivo<br />

• Que la ciudad de México tenga la capacidad estructural<br />

para enfrentar los retos planteados por la dinámica demográfica<br />

de la población y en particular, de los adultos<br />

mayores. El desarrollo urbano sustentable de la ciudad<br />

incluirá la capacidad económica y creativa <strong>del</strong> grupo en<br />

la implementación de las líneas estratégicas, las políticas<br />

públicas y los programas y acciones institucionales.<br />

• Los procesos económicos, sociales, <strong>cultura</strong>les y ambientales<br />

de la ciudad se transforman rápidamente, por lo que<br />

se torna indispensable considerar a los adultos mayores<br />

en la planeación de los requerimientos futuros en materia<br />

de equipamiento e infraestructura urbanos para la satisfacción<br />

de las necesidades de este grupo.<br />

Líneas estratégicas y líneas de acción<br />

• Incorporar explícitamente los derechos de los adultos<br />

mayores a nivel de políticas, leyes y regulaciones.<br />

• Elaborar y proponer legislaciones específicas que definan<br />

y protejan estos derechos, de conformidad con los estándares<br />

internacionales y la normativa aceptada por los<br />

estados.<br />

• Crear mecanismos de monitoreo a través de los organismos<br />

de control correspondientes.<br />

Impulsar y fortalecer el sistema de bienestar<br />

• Promover ventajas para mantenerlos activos.<br />

• Incorporar a todos los adultos mayores posibles a algún<br />

sistema-bienestar.<br />

• Mejorar las condiciones laborales y aprovechar el conocimiento<br />

y la experiencia de las personas que están por<br />

entrar al periodo de jubilación.<br />

• Reforma laboral para fortalecer el aparato productivo de<br />

la entidad y garantizar el derecho al trabajo de los adultos<br />

mayores y reinsertarlos al mundo laboral y productivo.<br />

• Promoción <strong>del</strong> acceso, en condiciones de igualdad, al empleo<br />

decente, a la formación continua y al crédito para<br />

emprendimientos propios o comunitarios<br />

• Aplicar las disposiciones de la recomendación 162 de la<br />

OIT referida a promover políticas de igualdad de oportunidades<br />

y de trato entre trabajadores de todas las edades.<br />

• Realizar campañas de sensibilización y promoción <strong>del</strong> potencial<br />

productivo de los adultos mayores dirigidas a los<br />

interlocutores <strong>del</strong> mundo laboral público y privado.<br />

• Generar incentivos para la participación de este sector en<br />

trabajos remunerados y no remunerados (voluntariado).<br />

• Ofrecer programas para el desarrollo de sus habilidades<br />

laborales, tales como alfabetización, aprendizaje de oficios<br />

y capacitación en el uso de las tecnologías de la in-<br />

Se trabaja en la creación de espacios urbanos incluyentes que permitan<br />

el desarrollo de las redes comunitarias.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 87


formación, que les faciliten su permanencia en el mundo<br />

laboral, así como la creación y el fortalecimiento de actividades<br />

generadoras de proyectos e ingresos.<br />

• Promover su acceso a oportunidades de crédito con el fin<br />

de facilitar la creación de emprendimientos propios.<br />

• Incentivar el mo<strong>del</strong>o de economía solidaria en la ciudad<br />

de México.<br />

• Promover la formación de organizaciones no gubernamentales<br />

que tengan como objetivo el desarrollo socioeconómico<br />

de la población adulta mayor en las áreas más<br />

vulnerables.<br />

Promoción y facilitación de la inclusión laboral formal<br />

• Fomentar la creación de trabajos con menor horario, más<br />

acorde con la demanda <strong>del</strong> mercado laboral de los adultos<br />

mayores. Promover todas aquellas medidas y normas<br />

que tiendan a posibilitar su continuidad laboral y su reinserción<br />

laboral, incluso más allá de haber adquirido su<br />

calidad de jubilado o pensionado. Diseñar medidas y lineamientos<br />

que los protejan de los riesgos que se les presentan<br />

en su seguridad y salud ocupacional. Fomentar su<br />

contratación en empresas privadas, públicas y sociales,<br />

que tomen en cuenta las necesidades y limitantes de este<br />

sector.<br />

Ampliación y mejoramiento de la cobertura de<br />

pensiones, tanto contributivas como no contributivas<br />

• Ampliar de manera progresiva y sustentable la cobertura<br />

y suficiencia de las pensiones no contributivas, sobre la<br />

base de criterios de focalización que aseguren la inclusión<br />

de los adultos mayores en situación de mayor vulnerabilidad.<br />

Incluir la problemática de la población mayor<br />

en las estrategias integrales de reducción de la pobreza.<br />

Establecer mecanismos de cooperación entre el Estado,<br />

la sociedad civil y las organizaciones de personas de edad,<br />

para velar por el cumplimiento de sus derechos.<br />

• Ratificar, en los casos que proceda, divulgar, promover<br />

y difundir los instrumentos internacionales vigentes en<br />

favor <strong>del</strong> adulto mayor, y dar cumplimiento, según la realidad<br />

de cada país, a los compromisos adoptados al respecto<br />

en las distintas cumbres mundiales. Incorporarlos<br />

en el diseño y monitoreo de las políticas que los afectan,<br />

mediante su participación con derecho a voz y voto en<br />

los consejos consultivos o asesores de las instituciones<br />

88 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

en-<br />

Es necesario garantizarles el derecho al trabajo para reinsertarlos al<br />

mundo productivo.<br />

encargadas de los asuntos de la vejez a nivel nacional, estatal<br />

y local. Promover el apoyo financiero y técnico a las<br />

organizaciones de personas mayores para favorecer su<br />

funcionamiento y autogestión, y especialmente en la satisfacción<br />

(en conjunto con los gobiernos locales) de las<br />

necesidades de los adultos mayores en situación de pobreza.<br />

Incorporar los intereses y expectativas de este sector<br />

en los servicios que ofrecen las organizaciones no<br />

gubernamentales, la empresa privada y los gobiernos.<br />

Apoyar la elaboración de estudios en que se cuantifique<br />

el aporte de las personas de edad a sus familias, comunidades<br />

y sociedad en general.<br />

Promoción de la igualdad de oportunidades y de<br />

acceso a la educación a lo largo de toda la vida<br />

• Fomentar la igualdad de oportunidades que faciliten el<br />

acceso de los adultos mayores a la alfabetización, a fin de<br />

lograr su mayor autonomía social. Desarrollar sistemas<br />

flexibles e incentivos para que completen su educación<br />

básica y secundaria. Promover su rol en la transmisión de<br />

la <strong>cultura</strong> e historias locales a las nuevas generaciones,<br />

posibilitando la conservación de las tradiciones y las raíces<br />

<strong>cultura</strong>les de las comunidades locales.<br />

• Fomentar su acceso a programas de educación superior.<br />

• Crear y fomentar su experiencia laboral y profesional en<br />

apoyo eficaz para grupos generacionales más jóvenes.<br />

Instrumentos de regulación y control<br />

• Ley sobre los Derechos de los Adultos Mayores en el Distrito<br />

Federal.<br />

• Ley de los Derechos de la Personas Adultas Mayores.<br />

Fomento<br />

• Al empleo y actividades productivas.<br />

Mejoramiento<br />

• A la estructura urbana, espacios y equipamientos de interés<br />

público.<br />

• A la accesibilidad urbana de adultos mayores y personas<br />

con capacidades diferentes.<br />

Impulso<br />

• Se deben desarrollar proyectos intergeneracionales para<br />

la reconstrucción <strong>del</strong> tejido social y solidaridad.<br />

Criterios de intervención urbana<br />

La distribución espacial de la infraestructura y equipamientos<br />

permite plantear <strong>una</strong> serie de criterios de zonificación para la<br />

aplicación de las políticas públicas en materia de inclusión de<br />

los adultos mayores a la vida productiva de la ciudad. Tal zonificación<br />

corresponde exclusivamente al análisis de concentración<br />

de equipamientos relevantes y no pretende establecer<br />

acciones puntuales sobre los mismos, sino establecer líneas<br />

estratégicas para la aplicación de estas políticas públicas. Para<br />

la definición de las zonas de actuación se realizó un análisis de<br />

la distribución espacial de equipamientos y se establecieron<br />

tres zonas principales que son:<br />

Zona central: Comprende las <strong>del</strong>egaciones de Cuauhtémoc,<br />

Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Coyoacán. Estas cuatro <strong>del</strong>egaciones<br />

concentran más <strong>del</strong> 70 por ciento de los equipamientos<br />

significativos para el grupo de adultos mayores. En<br />

esta zona se plantean acciones de refuncionalización y reciclamiento<br />

de equipamientos para la atención de esta población.<br />

Fomento al empleo para la prestación de servicios al<br />

turismo en el corredor Centro-Reforma. Mejoramiento <strong>del</strong> espacio<br />

público para el desarrollo de proyectos intergeneracionales.<br />

Mejoramiento de la accesibilidad plena en vía pública,<br />

espacios públicos y edificios públicos. Promoción a la nueva <strong>cultura</strong><br />

de respeto a los adultos mayores y personas con capacidades<br />

diferentes. (Ver mapa1).<br />

Zona intermedia: Comprende diez <strong>del</strong>egaciones de gobierno<br />

(porción urbana de Tlalpan, porción sur de Coyoacán, poniente<br />

de Iztapalapa, porción poniente de Iztacalco, porción<br />

Se debe fomentar su experiencia laboral y profesional en apoyo de<br />

grupos generacionales más jóvenes.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 89


poniente de Venustiano Carranza, porción sur de Gustavo A.<br />

Madero, porción oriente de Azcapotzalco, porción central<br />

Miguel Hidalgo, porción central Álvaro Obregón, porción norte<br />

de La Magdalena Contreras). Para esta zona se plantean<br />

líneas estratégicas tendientes a la recuperación de espacios públicos<br />

y equipamientos. Incremento de la oferta laboral y<br />

<strong>cultura</strong>l para adultos mayores a partir de la recuperación de<br />

éstos y creación de otros espacios de apoyo a los proyectos<br />

intergeneracionales y de reconstrucción <strong>del</strong> tejido social de<br />

estas <strong>del</strong>egaciones.<br />

Refuncionalización de la vía pública para garantizar la accesibilidad<br />

plena a los satisfactores urbanos por parte de los adultos<br />

mayores y personas con capacidades diferentes. Promoción<br />

a la nueva <strong>cultura</strong> de respeto a los adultos mayores y personas<br />

con capacidades diferentes. (Ver mapa 1).<br />

Mapa de criterios de investigación urbana<br />

A. Zona central<br />

B. Zona intermedia<br />

90 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Zona periférica: Comprende la superficie parcial de doce<br />

<strong>del</strong>egaciones (Tlalpan, Xochimilco, Tláhuac, Iztapalapa, Iztacalco,<br />

Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero, Azcapotzalco,<br />

Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Cuajimalpa y La Magdalena<br />

Contreras). En estas áreas se plantean acciones estratégicas<br />

en materia de: Creación de nuevos equipamientos para la atención<br />

de adultos mayores. Rehabilitación de espacios públicos.<br />

Refuncionalización de la estructura vial para garantizar su acceso<br />

a los espacios urbanos. Articulación metropolitana con la<br />

zona central. Promoción a la nueva <strong>cultura</strong> de respeto a los<br />

adultos mayores y personas con capacidades diferentes. Fomento<br />

a las actividades productivas y <strong>cultura</strong>les desarrolladas<br />

por grupos de adultos mayores en espacios públicos y equipamientos<br />

de <strong>cultura</strong>, recreación y educación.<br />

* Eduardo Preciat Lámbarri y Alfonso Chávez Muñoz.<br />

A<br />

B<br />

CAPÍTULO 4<br />

Protección Social


El abordaje <strong>del</strong> envejecimiento<br />

en México<br />

Secretaría de Salud *<br />

En los países desarrollados, la esperanza de vida de las mujeres (77.6 años) es superior<br />

en alrededor de cinco, en comparación con la de los varones (73.1 años). El<br />

promedio en ambos sexos fue de 75.3 años entre 2000-2005, y podría aumentar a<br />

81 a mediados de este siglo. <strong>Por</strong> otro lado, en los países en desarrollo se estima que<br />

aumentará de 63.4 a 73.1, durante el mismo periodo.<br />

El proceso <strong>del</strong> envejecimiento demográfico en México no es reversible, pues los<br />

adultos mayores <strong>del</strong> mañana ya nacieron. Las generaciones más numerosas, las nacidas<br />

entre 1960 y 1980, ingresarán al grupo de 60 años y más, a partir <strong>del</strong> 2020<br />

y se verá reflejado en el aumento de las proporciones de los adultos mayores en las<br />

próximas décadas.<br />

Las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) como la obesidad, la diabebetes,<br />

las enfermedades cardiovasculares y cerebro-vasculares, la hipertensión arterial,<br />

el cáncer y los problemas articulares en los adultos mayores aumentarán en el futuro,<br />

por lo que los costos de atención a la salud se incrementarán. Debido a que este tipo de padecimientos son de larga<br />

duración e implican el uso de terapias basadas en tecnologías y medicamentos costosos, se asocian a periodos de hospitalización<br />

prolongados y frecuentes, sin que necesariamente se prolongue la vida <strong>del</strong> individuo o la calidad de la misma.<br />

La prevalencia de la discapacidad se incrementa gradualmente a partir de los 45 años de edad, tanto en hombres como en<br />

mujeres, pero alcanza niveles significativamente altos a partir de los 70 años, cuando los riesgos de experimentar deterioro<br />

funcional, son mayores.<br />

En la medida en que avanza el proceso <strong>del</strong> envejecimiento poblacional, la proporción de individuos en los grupos etáreos de<br />

mayor riesgo, se incrementa, por lo que es previsible que la prevalencia de la discapacidad, tenga el mismo comportamiento.<br />

En este contexto, las instituciones <strong>del</strong> Sector Salud, bajo la rectoría de la Secretaría de Salud, elaboran y actualizan políticas y<br />

estrategias de prevención y control que permiten conjuntar esfuerzos y organizar los servicios de salud para <strong>una</strong> mejor capacidad<br />

de respuesta en los distintos órdenes de gobierno.<br />

Se priorizan las acciones de prevención y promoción de la salud e integración de prácticas exitosas e innovadoras, sustentadas<br />

en las mejores evidencias científicas con el propósito de atenuar la carga de enfermedad en los adultos mayores. Para ello, se<br />

consideran las estrategias y medidas de intervención costo-beneficio que han probado ser útiles, así como el desarrollo <strong>del</strong><br />

mo<strong>del</strong>o operativo que permita su adecuada instrumentación y aplicación en todo el territorio nacional. Se incluyen además, los<br />

requerimientos de infraestructura y las necesidades de operación, así como los mecanismos de rendición de cuentas que facilitan<br />

el seguimiento e informar con transparencia los resultados de los compromisos que se establezcan.<br />

La estrategia coadyuva en la generación de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> de vida saludable para incidir positivamente en el desarrollo de <strong>una</strong> mejor<br />

salud, en alianzas con la iniciativa privada y la sociedad civil, innovaciones en el manejo integral <strong>del</strong> paciente e introducción de<br />

nuevos esquemas terapéuticos, campañas de comunicación de riesgos y consolidación de acciones educativas y de capacitación,<br />

así como el abandono <strong>del</strong> hábito de fumar, entre otros determinantes para lograr un envejecimiento activo y saludable.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 93


Se concluye con <strong>una</strong> descripción de las acciones de rectoría<br />

y los indicadores específicos de evaluación y mejora continua<br />

<strong>del</strong> programa en los distintos niveles e instituciones <strong>del</strong> Sector<br />

Salud.<br />

Problemática<br />

El envejecimiento es un proceso de la vida, que no es sinónimo<br />

de enfermedad; sin embargo, muchas patologías inician en etapas<br />

tempranas de la vida y persisten al llegar a la vejez, asociándose<br />

con morbilidades y complicaciones.<br />

En los países de ingresos bajos y medios, los adultos mayores<br />

son especialmente vulnerables a padecer ECNT así como<br />

las infecto-contagiosas. En dichos países, las personas tienden<br />

a desarrollar enfermedades a edades más tempranas y sufrirlas<br />

por periodos más largos, a menudo con complicaciones prevenibles<br />

lo que conduce a un incremento de la mortalidad prematura,<br />

respecto a la de los países de altos ingresos.<br />

De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo),<br />

en el 2007 el número de adultos mayores estimado era<br />

de 8 millones 476 mil 136, de los cuales 54.3 por ciento son<br />

mujeres y 45.7 por ciento son hombres; 45.6 por ciento de los<br />

adultos mayores con algún tipo de seguridad social y de éstos,<br />

46.8 por ciento están registrados de manera simultánea en<br />

dos o más instituciones de seguridad social.<br />

Existe <strong>una</strong> tendencia hacia un crecimiento poblacional de<br />

adultos mayores, el cual es atribuible al aumento de la esperanza<br />

de vida, situación que contribuye al incremento de diversas<br />

enfermedades.<br />

En países en desarrollo como el nuestro, el fenómeno de la<br />

transición epidemiológica y demográfica, ha generado polarización<br />

de las patologías, por un lado, se presenta un rezago en<br />

la atención de las enfermedades transmisibles y por otro, en las<br />

últimas décadas ha habido un aumento incesante de las ECNT.<br />

Sumado a lo anterior, la detección de padecimientos de mayor<br />

incidencia en el adulto mayor es inoport<strong>una</strong>, parcial e inadecuada,<br />

además de que existe entre la población <strong>una</strong> limiada<br />

percepción y desconocimiento de las enfermedades y discapacidades<br />

de mayor prevalencia en este grupo de edad. Lo anterior<br />

refleja un mo<strong>del</strong>o de atención con limitaciones para atender<br />

este grupo poblacional.<br />

94 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Las consecuencias derivadas de los padecimientos crónicos<br />

degenerativos son el resultado de procesos iniciados varias décadas<br />

atrás. Su historia natural puede ser modificada con intervenciones<br />

que cambien el curso clínico de las condiciones que<br />

determinan su incidencia y complicaciones, por lo cual deberán<br />

detectarse y atenderse de manera oport<strong>una</strong>, ya que si bien<br />

esto no elimina la patología, sí ofrece ganancia en años de vida<br />

saludable con mejor calidad de vida.<br />

De manera similar a otras enfermedades crónicas, en Méxixico<br />

no se cuenta con <strong>una</strong> caracterización por grupo de edad<br />

de las enfermedades de mayor prevalencia en el adulto mayor<br />

como lo son la depresión, alteraciones de memoria, incontinencia<br />

urinaria y fecal, y otros tipos de discapacidades.<br />

Asimismo, se carece de información sistematizada relativa<br />

a las acciones que se realizan en materia de detección, diagnóstico<br />

y tratamiento.<br />

Dentro de la problemática principal para el avance <strong>del</strong> Programa<br />

de Atención al <strong>Envejecimiento</strong> se encuentra: la falta de<br />

sensibilización y educación de todos los sectores hacia <strong>una</strong> <strong>cultura</strong><br />

de envejecimiento activo y saludable; así como la no actualización<br />

de documentos técnicos y normativos, al igual que un<br />

deficiente abasto de guías y manuales para la detección y manejo<br />

de los padecimientos de mayor prevalencia en el adulto<br />

mayor; asimismo, no hay mecanismos efectivos para garantizar<br />

la adherencia terapéutica y cambios de conducta en los<br />

pacientes, sus familias, la comunidad y la sociedad en su conjunto.<br />

Destaca también la insuficiencia y falta de continuidad<br />

en las campañas de comunicación social, para fomentar las<br />

medidas preventivas que conlleven a un envejecimiento activo<br />

y saludable.<br />

Otras de las limitaciones en los programas de prevención<br />

y control para el manejo adecuado de los adultos mayores, es<br />

la falta de recursos necesarios para brindarles <strong>una</strong> atención<br />

integral, la cual incluye personal de salud debidamente capacitado,<br />

abasto de medicamentos, eficiencia en el sistema de referencia<br />

y contra referencia a los diferentes niveles de atención,<br />

la implementación de infraestructura física especializada como<br />

un Centro Nacional de Enfermedades Crónicas No Transmisibles<br />

y la instauración <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o de Centros de Día de Atención<br />

para el <strong>Envejecimiento</strong> (geronto-geriátricos), complementados<br />

con servicios de atención domiciliaria.<br />

En este grupo de edad, otra situación relevante lo constitutuye<br />

la poca o nula información existente en materia de envejecimiento,<br />

tanto de sus patologías como de las necesidades<br />

sentidas de este grupo poblacional. Si bien es cierto que se está<br />

realizando <strong>una</strong> serie de investigaciones en diferentes sectores<br />

también lo es la insuficiencia de las mismas y su falta de<br />

aplicabilidad en el país, por lo que la Secretaría de Salud en<br />

apoyo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS)<br />

y la Organización Mundial de la Salud (OMS) está realizando<br />

esfuerzos para contar con información veraz, oport<strong>una</strong> y<br />

representativa.<br />

En México, a pesar de la información generada intra e interinstitucionalmente,<br />

aún no se reflejan las necesidades de los<br />

adultos mayores, en virtud de que sólo se registran los datos de<br />

morbilidad de los usuarios de los servicios de salud y por otro<br />

lado, cada institución tiene su propio sistema de información<br />

que no siempre es compatible con la <strong>del</strong> Sector Salud, lo que<br />

impide generar políticas en materia de envejecimiento en los<br />

tres órdenes de gobierno. En otros países se ha resuelto esta<br />

problemática a través de la aplicación de encuestas de Salud<br />

Bienestar y <strong>Envejecimiento</strong> (SABE), que son específicas para<br />

el adulto mayor y que proporcionan información sobre sus<br />

necesidades.<br />

Actualmente, el país sólo dispone de los beneficios de este<br />

estudio en dos entidades federativas por lo que se requiere extender<br />

su aplicación a otros estados.<br />

La información sobre depresión y deterioro cognoscitivo <strong>del</strong><br />

adulto mayor, se dispone a partir <strong>del</strong> 2007, con el registro de<br />

estas detecciones en el Sistema de Información en Salud (SIS).<br />

Sin embargo, aún existe el inconveniente que representa la<br />

deficiencia en el llenado correcto de los formularios dispuestos<br />

para su detección, así como la falta de <strong>una</strong> mayor cantidad de<br />

datos de importancia epidemiológica que permitan el seguimiento<br />

y control de los pacientes.<br />

En los últimos años se ha impulsado <strong>una</strong> política nacional<br />

de vac<strong>una</strong>ción contra influenza y neumococo con resultados<br />

alentadores. No obstante, no se dispone de un registro nominal<br />

interinstitucional, lo que genera dificultades para conocer las<br />

coberturas reales de la aplicación. Su instrumentación a corto<br />

plazo es un compromiso que deberán asumir las instituciones<br />

<strong>del</strong> Sistema Nacional de Salud.<br />

Otra prioridad <strong>del</strong> Programa de Atención al <strong>Envejecimiento</strong><br />

es fortalecer la coordinación interinstitucional e intersectorial a<br />

Se trabaja para que cada vez haya más adultos mayores que sean atendidos<br />

y se les dé un seguimiento y control a sus enfermedades.<br />

través <strong>del</strong> funcionamiento y seguimiento <strong>del</strong> Comité Nacional<br />

de Atención al <strong>Envejecimiento</strong> (CONAEN) y los Comités Estatales<br />

de Atención al <strong>Envejecimiento</strong> (COESAENs), con el<br />

fin de coadyuvar a la generación y establecimiento de políticas<br />

nacionales en favor <strong>del</strong> envejecimiento activo y saludable.<br />

Mortalidad<br />

En el año 2000, las principales causas de mortalidad en la<br />

población adulta mayor fueron: la diabetes mellitus (DM),<br />

enfermedades isquémicas <strong>del</strong> corazón (EIC), enfermedad cerebro<br />

vascular (ECV), enfermedades pulmonares obstructivas<br />

crónicas (EPOC) y las hipertensivas (HTA). En conjunto alcanzaron<br />

un total de 99 mil 809 defunciones, lo que corresponde<br />

a 46.1 por ciento <strong>del</strong> total de fallecimientos registrados<br />

en ese año.<br />

Al compararlas con 2006, estas mismas causas ocuparon <strong>una</strong><br />

secuencia similar con <strong>una</strong> frecuencia relativamente mayor al<br />

haber alcanzado durante ese año un total de 129 mil 455 defunciones,<br />

lo que representa 48.6 por ciento <strong>del</strong> total nacional<br />

nal. Las tasas de mortalidad por estas causas durante 2006<br />

alcanzaron cifras de 743.2 muertes por cada 100 mil habitantes<br />

para DM; 717.2 para EIC; 372.7 para ECV; 303.5 para<br />

EPOC y 179.7 para HTA.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 95


En relación con la diabetes mellitus, se aprecia un patrón<br />

de concentración con las tasas más altas en las entidades federativas<br />

<strong>del</strong> norte y centro <strong>del</strong> país, con rangos de 698.8 a<br />

941.0 defunciones por cada 100 mil habitantes en dichos estados,<br />

durante 2006. Los estados de Quintana Roo, San Luis<br />

Potosí, Campeche, Oaxaca y Guerrero presentan las tasas más<br />

bajas en ese mismo año. Este mismo patrón de comportamiento<br />

se observa en años previos, en donde la magnitud de<br />

este padecimiento presentaba tasas a nivel nacional relativamente<br />

menores.<br />

Referente a las enfermedades isquémicas <strong>del</strong> corazón en<br />

el adulto mayor, las entidades federativas con las tasas más<br />

altas se concentran en su mayoría en el norte <strong>del</strong> país. Las ECV<br />

son la tercera causa de muerte en adultos mayores; presentan<br />

<strong>una</strong> distribución que afecta de manera similar las distintas<br />

regiones <strong>del</strong> país, con tasas mayores a 354.5 defunciones por<br />

100 mil habitantes.<br />

96 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

El tipo de padecimientos varía<br />

significativamente de <strong>una</strong> región a otra.<br />

Respecto a la EPOC se observa un patrón de concentración<br />

con los estados más afectados en la zona centro <strong>del</strong> país,<br />

destacando por su magnitud el estado de Aguascalientes con<br />

<strong>una</strong> tasa de 592.2 defunciones por 100 cada mil habitantes,<br />

el doble de lo registrado en el país.<br />

En lo referente a enfermedades hipertensivas se aprecia un<br />

patrón de distribución generalizado de las tasas más elevadas,<br />

con excepción de la Península de Yucatán, donde la magnitud<br />

de la mortalidad por estas causas es menor.<br />

Si comparamos el año de estudio con el año 2000, la participación<br />

porcentual de estas enfermedades en los adultos<br />

mayores varía significativamente.<br />

Al comparar dichos años encontramos que las principales<br />

causas de muerte en adultos mayores por género fueron: DM,<br />

EIC, ECV, EPOC e HTA, destacándose que hay un incremento<br />

porcentual en DM, EIC e HTA; sólo la EVC disminuye en ambos<br />

géneros.<br />

Situación similar se aprecia en las cifras de EPOC para el<br />

género masculino.<br />

Debido a que cada <strong>una</strong> de las instituciones que conforman<br />

el Sector Salud tienen su particularidad en el registro de la información,<br />

se hace necesario el comparativo entre los datos<br />

de todo el sector con los <strong>del</strong> IMSS y los <strong>del</strong> ISSSTE en 2005;<br />

de esta manera, encontramos que la diabetes mellitus es la<br />

primera causa de mortalidad, y que hay coincidencia en cuanto<br />

a las enfermedades <strong>del</strong> aparato respiratorio, la enfermedad<br />

cerebro vascular y otras enfermedades <strong>del</strong> hígado, las cuales<br />

forman parte de las 10 primeras causas de mortalidad en los<br />

tres reportes estadísticos.<br />

Al comparar la mortalidad 2005 <strong>del</strong> IMSS y la <strong>del</strong> Sector<br />

Salud, encontramos a la diabetes mellitus como la causa principal,<br />

de ahí la necesidad de recalcar a esta entidad nosológica,<br />

como generadora de gastos catastróficos, discapacidad de cualquier<br />

tipo y que comúnmente es la raíz etiológica de otras enfermedades<br />

crónicas no transmisibles. En segundo lugar están<br />

las enfermedades <strong>del</strong> corazón, donde la de tipo isquémico es<br />

la más común. Con discrepancia, el tercer lugar lo ocupan los<br />

tumores malignos en el IMSS y las enfermedades cerebro vasculares<br />

en todo el sector; no obstante, en el cuarto lugar encontramos<br />

a esta última en el IMSS.<br />

La EPOC está situada en el cuarto lugar de la mortalidad<br />

sectorial y en el quinto de la mortalidad <strong>del</strong> IMSS. <strong>Por</strong> otro<br />

lado, en la mortalidad <strong>del</strong> Sector Salud el quinto lugar está<br />

ocupado por la cirrosis y otras enfermedades crónicas <strong>del</strong> hígado,<br />

mientras que en el IMSS, éstas ocupan el sexto lugar.<br />

De manera análoga el sexto lugar a nivel sectorial lo tienen<br />

nen las infecciones respiratorias agudas bajas, con gran coincidencia<br />

con la mortalidad <strong>del</strong> IMSS, ya que aquí ocupan el séptimo<br />

lugar.<br />

En concordancia con dichos datos, las enfermedades neoplásicas<br />

ocupan un papel preponderante, en especial, aquellas<br />

que afectan el aparato respiratorio; no obstante, un dato<br />

adicional es que en el IMSS el cáncer prostático se vislumbra<br />

como un padecimiento de tendencia creciente, lo que justifica<br />

que todo el sector fortifique las acciones encaminadas a la detección<br />

y referencia oport<strong>una</strong> de los pacientes con síndrome<br />

prostático.<br />

Es necesario señalar que debido a las características propias<br />

<strong>del</strong> derechohabiente <strong>del</strong> IMSS, se modifica un poco el per-<br />

fil epidemiológico, en contraste con el usuario <strong>del</strong> Sector Salud,<br />

ya que se observa que <strong>una</strong> de sus principales causas de mortalidad<br />

son los accidentes, esto se puede explicar desde la óptica<br />

de que el instituto pone énfasis especial en el rubro de<br />

medicina <strong>del</strong> trabajo.<br />

Con la aplicación de encuestas se está logrando conocer con más detalle<br />

las enfermedades que afectan a la población adulta mayor.<br />

La hipertensión arterial se presenta más frecuentemente en los hombres.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 97


Al hacer el comparativo entre el Sector Salud y el ISSSTE<br />

no hay coincidencia en cinco de las 10 causas de mortalidad<br />

debido al tipo de derechohabiencia que tiene ese instituto.<br />

Morbilidad<br />

La importancia de las primeras 10 causas de morbilidad en el<br />

adulto mayor radica en que éstas son el 92.8 por ciento con<br />

respecto al resto de los 87 padecimientos notificados en el<br />

periodo 2000-2006. Al sumar las notificaciones por año nos<br />

da como resultado que, en promedio se enferman 46 de cada<br />

100 adultos mayores por cualquier causa reportada durante<br />

ese año.<br />

Las 10 principales causas de morbilidad <strong>del</strong> sector durante<br />

el 2006 son: 1) infecciones respiratorias agudas, 2) infecciones<br />

de vías urinarias, 3) infecciones intestinales por otros organismos<br />

y mal definidas, 4) úlceras, gastritis y duodenitis; 5)<br />

hipertensión arterial sistémica, 6) diabetes mellitus, 7) gingivitis<br />

y enfermedades periodontales; 8) amibiasis intestinal,<br />

9) otitis media aguda y 10) enfermedades isquémicas <strong>del</strong><br />

corazón.<br />

Como puede observarse en los datos anteriores, México<br />

presenta <strong>una</strong> polarización epidemiológica, en específico en el<br />

grupo de adultos mayores, en donde se aprecia que el patrón<br />

de morbilidad se distingue por tener simultáneamente tanto<br />

enfermedades infecciosas como enfermedades crónicas no<br />

transmisibles. Los niveles de enfermedad infecciosa que se<br />

observan, son más altos de los que se esperaría, dados los niveles<br />

observados de enfermedades crónicas.<br />

En relación con los datos estadísticos <strong>del</strong> IMSS y el ISSSTE,<br />

se observa que no hay diferencias sustanciales, dentro de las<br />

cinco principales causas de enfermedad. Sin embargo, esto<br />

contrasta con las cinco causas restantes, ya que a pesar de<br />

haber <strong>una</strong> gran similitud en las entidades nosológicas presentadas,<br />

hay un cambio de ubicación con respecto <strong>del</strong> orden<br />

de aparición en los reportes.<br />

Debemos mencionar que en el Sistema Universal de Información<br />

de Vigilancia<br />

Epidemiológica (SUIVE), a partir de los 60 años de edad,<br />

se divide para su notificación en dos grupos etáreos: 60 a<br />

64 años y 65 y más. Al comparar estos dos grupos de edad,<br />

observamos que en la décima causa de morbilidad se ubican las<br />

98 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

neumonías y bronconeumonías con 30 mil 114 casos y <strong>una</strong> tasa<br />

de 380.41; conjuntivitis con 29 mil 867 casos y <strong>una</strong> tasa de<br />

377.29 por cada 100 mil habitantes; ambas corresponden a la<br />

undécima y duodécima causas de morbilidad respectivamente.<br />

Como resultado de la información, predominan dentro de<br />

las principales causas de morbilidad aún las de carácter infeccioso,<br />

tales como afectaciones gastrointestinales; las helmintiasis,<br />

amibiasis e infecciones de las vías urinarias, lo que indica<br />

que debemos realizar acciones encaminadas a prevenir y<br />

atender estos padecimientos.<br />

En la actualidad, el tipo de discapacidad predominante entre<br />

los adultos mayores es la motriz, que afecta al 5.6 y 6.2<br />

por ciento de hombres y mujeres, respectivamente; le sigue<br />

la visual con 3.2 por ciento en hombres y 3.3 por ciento en<br />

mujeres teniendo por último la auditiva 2.7 y 1.9 por ciento,<br />

respectivamente.<br />

Prevalencia<br />

Como ya se ha mencionado anteriormente, existe poca información<br />

en materia de envejecimiento, motivo por el cual se<br />

ha implementado la encuesta SABE, por lo que haremos referencia<br />

de algunos de los resultados obtenidos.<br />

Se encontró presión arterial (PA) elevada en 28 por ciento<br />

de las mujeres y 35 por ciento de los hombres que refirieron<br />

tenerla normal, esta diferencia fue estadísticamente significativa<br />

con <strong>una</strong> z= 2.26, p< 0.05.<br />

Respecto a la hipertensión arterial, encontramos que la<br />

mayor prevalencia de presión elevada está en los hombres, en<br />

contraste con las mujeres (z = 2.18), esto dentro de los que<br />

refirieren no ser portadores de HTA.<br />

La autorreferencia de DM fue similar en ambos géneros<br />

23.1 por ciento, z= 0.55 y p>0.05. <strong>Por</strong> otra parte se observa<br />

que, según los resultados de la encuesta, la prevalencia de glucosa<br />

capilar elevada fue mayor en las mujeres que en los hombres<br />

(Z= 2.16), p


• Obtención de información a través de la encuesta Salud,<br />

Bienestar y <strong>Envejecimiento</strong> en el Distrito Federal y áreas<br />

conurbanas, misma que proporcionó datos confiables y<br />

oportunos sobre el diagnóstico situacional <strong>del</strong> envejecimiento<br />

en dicha zona.<br />

• Capacitación de manera coordinada entre la OPS/OMS y<br />

la SS, para cuidadores primarios de adultos mayores, los<br />

cuales forman parte prioritaria en la atención integral <strong>del</strong><br />

adulto mayor.<br />

• Promoción de <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento, dirigida<br />

hacia los jóvenes de IES a través de ensayos y carteles<br />

con la temática implícita de un envejecimiento libre de<br />

discapacidad.<br />

• Publicación de documentos en colaboración con otros<br />

países (Canadá y EEUU), en pro de un envejecimiento<br />

activo y saludable.<br />

• Elaboración, reproducción y distribución de las guías de<br />

Hiperplasia Prostática, Depresión y Alteraciones de Memoria<br />

para el médico <strong>del</strong> primer nivel de atención.<br />

Retos<br />

El desafío que implica el crecimiento de un envejecimiento<br />

poblacional en México, requiere <strong>del</strong> diseño y establecimiento<br />

de medidas innovadoras de prevención y control que permitan<br />

atender con esquemas de manejo integrado las enfermedades<br />

de mayor prevalencia en este grupo de edad y sus futuras<br />

complicaciones.<br />

100 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Las investigaciones permitirán tener el<br />

conocimiento confiable de las necesidades<br />

reales y sentidas de los adultos mayores.<br />

El envejecimiento puede llegar a ser un problema serio si no<br />

se plantean políticas públicas que den respuesta a las demandas<br />

de este grupo poblacional; por lo mismo, es indispensable generar<br />

la infraestructura necesaria y especializada para brindar<br />

<strong>una</strong> atención oport<strong>una</strong> con calidad a nuestros adultos mayores.<br />

<strong>Por</strong> otro lado, se requiere de personal sensibilizado y debidamente<br />

capacitado que responda a las demandas cada vez<br />

mayores de un México que camina hacia el envejecimiento<br />

poblacional.<br />

Para ello, es indispensable contar con <strong>una</strong> nueva estructura<br />

de organización con un mo<strong>del</strong>o integrado de acciones sectoriales<br />

e institucionales para alcanzar <strong>una</strong> mayor eficacia en la<br />

atención al envejecimiento. Dentro de estos retos y desafíos<br />

debe priorizarse:<br />

• Realizar el diagnóstico en el país de salud-bienestarenvejecimiento<br />

de manera sectorial e interinstitucional.<br />

Ello permite contar con información confiable, oport<strong>una</strong><br />

y de calidad que sirva para la realización de políticas y<br />

programas en pro de un envejecimiento activo y saludable.<br />

La información obtenida por este estudio permitirá<br />

tener el conocimiento de las necesidades reales y sentidas<br />

de los adultos mayores con representación nacional,<br />

lo que a su vez coadyuva y hace frente a la desigualdad<br />

social e inequidad. Lo anterior fundamenta las bases para<br />

la realización de un nuevo mo<strong>del</strong>o de atenciónal envejecimiento<br />

activo y saludable, así como un programa de<br />

capacitación sobre el proceso <strong>del</strong> envejecimiento normal,<br />

patológico y la importancia de su diferenciación.<br />

• Implementar el mo<strong>del</strong>o de los Centros de Día de Atención<br />

al <strong>Envejecimiento</strong> (gerontogeriátricos) para el adulto<br />

mayor con discapacidad física y mental, a fin de que la familia<br />

pueda contar con los elementos mínimos e indispensables<br />

para dejar bajo resguardo seguro y en horario<br />

diurno a su familiar que requiere cuidados asistenciales<br />

con un nivel de complejidad elevado como para que permanezca<br />

solo en el domicilio. El mo<strong>del</strong>o sentará las bases<br />

de esquemas de organización innovadores de atención<br />

multidisciplinaria con el objetivo de brindar atención integral<br />

gerontogeriátrica. En la literatura universal se pueden<br />

consultar los trabajos de diversos autores que hacen<br />

referencia de la efectividad de dichos centros en cuanto<br />

al abatimiento de costos de atención de pacientes adultos<br />

mayores y beneficios agregados como la conservación<br />

por más tiempo de su perfil funcional con ganancia<br />

en años de vida saludable, la realización de <strong>una</strong> valoración<br />

gerontogeriátrica integral de la misma calidad y confiabilidad<br />

que la realizada en un centro hospitalario de<br />

segundo o tercer nivel de atención y funcionar como centros<br />

que ofrecen <strong>una</strong> terapia de respiro a los cuidadores<br />

de adultos mayores frágiles.<br />

• Realizar campañas de comunicación social permanentes,<br />

a fin de generar <strong>una</strong> nueva <strong>cultura</strong> sobre el envejecimiento<br />

poblacional. Estas campañas estarán dirigidas a la población<br />

general, lo que pretende lograr cambios conductuales<br />

en favor de un envejecimiento activo y saludable.<br />

El reto mayor consiste en la sensibilización de la población<br />

en general y en algunos adultos mayores en un mediano<br />

plazo.<br />

• Fortalecer la capacitación <strong>del</strong> equipo de salud de manera<br />

interinstitucional e intersectorial a fin de que se homologuen<br />

los criterios de promoción, prevención, tratamiento<br />

y limitación <strong>del</strong> daño en los adultos mayores, además de<br />

implementar acciones encaminadas a mejorar los conocimientos<br />

acerca de los cuidados asistenciales en domicilio,<br />

que deben proveer los cuidadores primarios a los adultos<br />

mayores con discapacidad física o mental.<br />

• Actualizar e integrar a las normas oficiales de diabetes<br />

mellitus e hipertensión arterial sistémica existentes, ya<br />

que todavía se considera la atención clínica de estos<br />

pacientes igual a la de los grupos etarios más jóvenes,<br />

ocasionando <strong>una</strong> atención inadecuada que puede llevar al<br />

deterioro en la salud y funcionalidad en el adulto mayor.<br />

• Consolidar al Comité Nacional y los Estatales de Atención<br />

al <strong>Envejecimiento</strong>, con el fin de que se puedan establecer<br />

políticas nacionales en favor <strong>del</strong> envejecimiento activo<br />

y saludable, mediante la participación intersectorial, con<br />

especial interés en el Consejo Nacional de Discapacidad<br />

<strong>del</strong> DIF y <strong>del</strong> Instituto Nacional para las Personas Adultas<br />

Mayores (<strong>Inapam</strong>).<br />

• Consolidar la implementación de la rectoría <strong>del</strong> Sector<br />

Salud en materia de envejecimiento.<br />

• Detectar, dar seguimiento y control a los padecimientos<br />

de mayor prevalencia de este grupo de edad a través de la<br />

adecuación de los sistemas de información para el adulto<br />

to mayor. Ejemplo de lo anterior es el tamizaje, que busca<br />

diagnosticar la depresión y los trastornos de la memoria,<br />

cuya utilidad ha sido comprobada en el mundo. Al<br />

detectar el deterioro cognoscitivo en el adulto mayor<br />

se iniciará un tratamiento etiológico que redunde en<br />

la prolongación de las etapas de la enfermedad, lo que<br />

evitará el deterioro funcional <strong>del</strong> individuo, así como la<br />

fatiga de sus cuidadores.<br />

• Implementar dentro <strong>del</strong> Programa de Atención al <strong>Envejecimiento</strong><br />

estilos de vida saludables con énfasis en la<br />

orientación alimentaria, cese <strong>del</strong> hábito de fumar y práctica<br />

de actividad física programada y adecuada a las necesidades<br />

de cada adulto mayor en búsqueda de un<br />

envejecimiento activo y saludable.<br />

• Consolidar la política <strong>del</strong> esquema básico de vac<strong>una</strong>ción<br />

a través de la intensificación de actividades de promoción<br />

a la salud, durante la Semana de Salud para Gente<br />

Grande. Para enfrentar los retos que representa el envejecimiento,<br />

se debe garantizar un manejo efectivo de los<br />

factores de riesgo y complicaciones para alcanzar <strong>una</strong> mejor<br />

calidad de vida en los adultos mayores y en sus familiares.<br />

La Estrategia de Prevención y Promoción para <strong>una</strong><br />

Mejor Salud contribuye a estos compromisos al impulsar<br />

los mecanismos que permitan la aplicación de medidas<br />

institucionales <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o operativo de éstas y otras<br />

intervenciones en el Sistema Nacional de Salud.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 101


Dentro <strong>del</strong> abordaje elemental de atención al envejecimiento,<br />

se presentan las siguientes estrategias:<br />

• Creación de mecanismos rectores <strong>del</strong> Sistema Nacional<br />

de Salud para abordar y modificar los entornos y los determinantes<br />

de las patologías más prevalentes en la población<br />

adulta mayor a fin de lograr un envejecimiento<br />

activo y saludable.<br />

• Desarrollo de mo<strong>del</strong>os de salud que brinden atención multidisciplinaria<br />

e integrada para un envejecimiento activo y<br />

saludable, que fortalezcan la infraestructura, con la participación<br />

de los distintos sectores y órdenes de gobierno.<br />

• Fortalecimiento de la coordinación <strong>del</strong> CONAEN, COESAEN<br />

y organismos internacionales para implementar y desarrollar<br />

de los diagnósticos estatales, para la toma de decisiones<br />

e implementación de políticas públicas en favor<br />

de un envejecimiento activo y saludable.<br />

• Implementación de campañas de comunicación social y<br />

educativa, en pro de un envejecimiento activo y saludable<br />

en la agenda de todos los grupos de edad, dentro <strong>del</strong><br />

marco de la Estrategia Nacional de Promoción y Prevención<br />

para <strong>una</strong> Mejor Salud.<br />

• Innovación en la prestación de servicios de salud, para la<br />

detección y diagnóstico oportuno de las enfermedades<br />

102 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

sujetas a programa que afectan a la población de la<br />

tercera edad usuaria de los servicios <strong>del</strong> Sistema Nacional<br />

de Salud.<br />

• Adecuación y fortalecimiento de los sistemas de información<br />

a nivel institucional e interinstitucional para las<br />

necesidades de seguimiento y evaluación <strong>del</strong> Programa.<br />

• Fortalecimiento <strong>del</strong> componente educativo (alfabetizar<br />

en el envejecimiento activo y saludable) dirigido a la comunidad,<br />

sus familias y la población en riesgo con énfasis<br />

durante las Semana de Salud para Gente Grande (con<br />

periodicidad anual).<br />

• Desarrollo y fortalecimiento sectorial (incluido el Seguro<br />

Popular) de la capacitación para mejorar la calidad en<br />

la atención que brinda el equipo responsable <strong>del</strong> adulto<br />

mayor, a fin de favorecer un envejecimiento activo y<br />

saludable.<br />

* Doctor Miguel Ángel Lezana Fernández, director general<br />

<strong>del</strong> Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de<br />

Enfermedades; doctor Carlos Humberto Álvarez Lucas, director<br />

general adjunto de Programas Preventivos; doctor Agustín<br />

Lara Esqueda, director <strong>del</strong> Programa de Salud <strong>del</strong> Adulto y<br />

<strong>del</strong> Anciano (PSAA) y doctora María Esther Lozano Dávila,<br />

subdirectora de Atención al <strong>Envejecimiento</strong> <strong>del</strong> (PSAA).<br />

Es necesario el desarrollo de mo<strong>del</strong>os de salud que brinden atención multidisciplinaria.<br />

Situación de los adultos mayores<br />

indígenas en México<br />

Comisión Nacional para el Desarrollo<br />

de los Pueblos Indígenas en México *<br />

La experiencia social y <strong>cultura</strong>l <strong>del</strong> mundo indígena actual comprende diversos temas<br />

que aún requieren de un análisis exhaustivo de las ciencias sociales, así como<br />

de la atención de las políticas públicas. Uno de los más importantes es sobre las<br />

condiciones de vida de la población adulta mayor, sobre el cual hay pocos estudios y<br />

acciones específicos.<br />

Las estadísticas muestran que en México hay un ascenso en el número de la población<br />

adulta mayor, que se ha establecido como aquella de 60 años y más. En el año<br />

2000 entre la población total de México este sector representaba el 7.3 por ciento,<br />

aunque dicha proporción era mayor entre la población indígena, al representar el 7.6<br />

por ciento, es decir, 771 mil 698 personas. 95<br />

La importancia de conocer la situación de los adultos mayores indígenas radica<br />

en que, a este grupo de edad se le identifica entre aquellos que más niveles de vulnerabilidad<br />

enfrentan, y al mismo tiempo, es en esta población en donde reside gran parte de los conocimientos, como son la<br />

portación y reproducción de la lengua, de los conocimientos terapéuticos, la tradición oral, así como la experiencia en los aspectos<br />

de autoridad que les permite en muchos casos integrar los concejos de ancianos. No obstante, ya desde <strong>una</strong> perspectiva de género,<br />

es entre las mujeres indígenas de este grupo de edad, donde hay indicios de que se acentúan las condiciones de vulnerabilidad.<br />

Otro aspecto relevante es que en un contexto de reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, algunos estados<br />

como el de Tabasco en su Ley de Derechos y Cultura Indígena están incorporando elementos dentro de la política social reconociendo<br />

la importancia de su participación en el desarrollo comunitario, 96 hecho que contrasta con la ausencia de menciones<br />

sobre la población indígena en instrumentos como la Ley Federal de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, de 2002. 97<br />

Este artículo pretende dar un panorama general sobre la situación que vive este grupo de edad, de las políticas públicas<br />

orientadas a su atención y para concluir, la identificación de alg<strong>una</strong>s de las problemáticas que esta población enfrenta como es la<br />

discriminación, con base en información documental disponible, concluyendo con un esbozo de propuestas y recomendaciones<br />

que permitan mejorar sus condiciones.<br />

95 Ley de Derechos y Cultura Indígena <strong>del</strong> estado de Tabasco en:<br />

http://www,tsj-tabasco.gob.mx/legislación/Leyes%20y%20Codigos/leyes_pdf/LEY/%20DERECHOS%20Y%20CULTURA%20INDIGENA.pdf, (Consultada el 17 de mayo de 2010).<br />

96 Ley Federal de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/245.pdf, (Consultada el 17 de mayo de 2010).<br />

97 Convenio 169 de la Organización Internacional <strong>del</strong> Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, Cuadernos de Legislación Indígena.<br />

http://www.cdi.gob.mx/transparencia/convenio169_oit.pdf, [Consultada el 18 de mayo de 2010].<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 103


Criterios <strong>cultura</strong>les y sociodemográficos<br />

La población indígena en México actualmente se identifica<br />

por los criterios de conocimiento de <strong>una</strong> lengua indígena y su<br />

pertenencia a ese tipo de hogares; es decir, aquellos donde el<br />

jefe, el cónyuge o algún ascendiente hablan esas lenguas. De<br />

acuerdo con el artículo 2o. de la Constitución Política de los<br />

Estados Unidos Mexicanos se trata de aquella población descendiente<br />

“de poblaciones que habitaban en el territorio actual<br />

<strong>del</strong> país al iniciarse la colonización y que conservan sus<br />

propias instituciones, económicas y políticas, o parte de ellas;<br />

el Convenio 169 de la Organización Internacional <strong>del</strong> Trabajo<br />

agrega como el criterio de la conciencia de su identidad indígena<br />

o tribal. 98<br />

El envejecimiento implica en la práctica la reducción de oportunidades<br />

para acceder a los niveles de bienestar social, por las<br />

dificultades para incorporarse a fuentes de trabajo, por la falta<br />

ta de medios adecuados para la atención de la salud y por manifestaciones<br />

de discriminación, entre otros.<br />

Entre los pueblos indígenas los criterios que definen las<br />

etapas sociales <strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> individuo son distintos con<br />

respecto de los planteados de manera oficial por las instituciones<br />

gubernamentales, como expresión de la pluri<strong>cultura</strong>lidad.<br />

Así, etapas como la mayoría de edad entre algunos pueblos no<br />

corresponde con el criterio de cumplimiento de los 18 años,<br />

sino con la condidición social de integrar la unidad social identificada<br />

como familia, de esta manera, en alg<strong>una</strong>s comunidades<br />

nahuas <strong>del</strong> valle de Tehuacán, el casamiento otorga la calidad<br />

de ciudadano al joven aún cuando éste no haya cumplido 18<br />

años como establece la ley, y a partir de entonces tiene la responsabilidad<br />

de cumplir con diferentes obligaciones para la comunidad<br />

como la participación en las faenas colectivas.<br />

Algo similar sucede para el caso de la identificación de los<br />

adultos mayores, también conocidos como ancianos, entre quienes<br />

no hay <strong>una</strong> edad establecida que los defina como tales, sino<br />

más bien <strong>una</strong> condición social que equivale en muchos de los<br />

casos al cumplimiento de las obligaciones sociales expresadas<br />

98<br />

CDI, Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, Cuadernos de Legislación Indígena. http://www.cdi.gob.mx/transparencia/convenio169_oit.pdf.<br />

(Consultada el 18 de mayo de 2010.<br />

99<br />

BRACAMONTES, Pedro (coordinador) (2006), Diagnóstico de la región maya peninsular. Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Reporte final, México, CDI, documento interno.<br />

100 JÁUREGUI, Jesús, 2004, Coras, México, CDI-PNUD.<br />

101 NEURATH, Johannes. (2003), Huicholes, México, CDI-PNUD.<br />

102 GARCÍA, José Alejos (2007), Ch’oles, México, CDI.<br />

104 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

en la ocupación de los cargos religiosos y civiles, asociado con<br />

la acumulación de <strong>una</strong> rica experiencia en los asuntos de la vida<br />

familiar y comunitaria.<br />

En muchos casos los ancianos siguen siendo parte de la<br />

unidad económica que contribuye a la obtención de alimentos<br />

para el grupo familiar. <strong>Por</strong> ejemplo, entre los mayas, los adultos<br />

de 65 años y más, de los cuales 61.4 por ciento se mantienen<br />

activos en alg<strong>una</strong> rama económica, se encuentran entre<br />

los grupos con más elevada vulnerabilidad, lo que se muestra<br />

en los altos índices de marginalidad que caracteriza a este grupo<br />

de edad; así, entre los jefes de familia maya de 65 años<br />

y más 47 por ciento no registra escolaridad alg<strong>una</strong>, y 41.4<br />

por ciento apenas cuenta con la primaria incompleta, y por<br />

otra parte para esta población junto con los milperos, que en<br />

muchos casos son los mismos, los ingresos reportados son<br />

muy reducidos, donde el 65.2 por ciento reportó la semana<br />

previa a <strong>una</strong> encuesta realizada en 2006, haber percibido sólo<br />

un salario mínimo. 99<br />

<strong>Por</strong> otra parte, es en este grupo de adultos mayores en quienes<br />

se encuentra <strong>una</strong> parte importante <strong>del</strong> conocimiento de los<br />

pueblos indígenas. Entre los coras es en los ancianos en quienes<br />

reside el desarrollo de las ceremonias como el mitote. 100<br />

Concejo de ancianos (kawiterutsixi), que son “los que saben<br />

soñar”, quienes han ocupado <strong>una</strong> buena parte de los puestos<br />

importantes dentro <strong>del</strong> sistema, además de ser conocedores<br />

de la mitología, 101 que explica el origen <strong>del</strong> universo y<br />

las costumbres <strong>del</strong> pueblo wixarika. Entre algunos pueblos,<br />

que recientemente han sido considerados en riesgo de desaparición,<br />

como los kiliwa, los ancianos son los únicos portadores<br />

<strong>del</strong> conocimiento de su lengua materna.<br />

Sin embargo, en el México actual, hay numerosos procesos<br />

que están modificando estas estructuras tradicionales. <strong>Por</strong> ejemplo,<br />

actualmente entre los choles se han conformado jerarquías<br />

de autoridad entre las autoridades ejidales que han desplazado<br />

la voz de los ancianos restándoles autoridad. 102 Entre<br />

los tzotziles de los altos de Chiapas, los ayuntamientos tradicionales,<br />

conformados por los ancianos y que coexisten con<br />

los ayuntamientos constitucionales, en algunos casos están<br />

desapareciendo. 103 Lo mismo sucede entre los chontales de<br />

Oaxaca, donde las decisiones que anteriormente tomaba el<br />

concejo de ancianos, integrado por aquellos quienes habían<br />

transitado por los cargos religiosos y civiles ahora son tomadas<br />

por la asamblea, 104 aunque otros como los principales 105 de<br />

Tlahuitoltepec siguen representando un papel de gran influencia<br />

social ejercida especialmente en las asambleas comunitarias,<br />

y en la opinión de las autoridades civiles en turno, cuya<br />

voz actualmente empieza a ser cuestionada por mujeres y<br />

jóvenes, aunque muchas veces con poco éxito. 106<br />

Distribución geográfica<br />

De acuerdo con los datos <strong>del</strong> Sistema de Información e Indicacadores<br />

sobre la Población Indígena de México, con base en<br />

INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda, en el año<br />

2000, había un total de 771 mil 698 personas indígenas de<br />

60 años y más, que representaban el 7.6 por ciento <strong>del</strong> total<br />

de población indígena que en ese mismo año ascendía a 10<br />

millones 185 mil 060 (excluye a la población indígena que<br />

no especificó su edad). Al igual que la población nacional,<br />

la población indígena ha entrado en un proceso de envejecimiento,<br />

la proporción de adultos mayores para 2005 se elevó<br />

a 8.7 por ciento (Véase grafica). Población Indígena en hogares,<br />

México, 2005.<br />

Para el año 2000, la distribución geográfica de los adultos<br />

mayores indígenas se concentraba entre pueblos que habitaban<br />

en el sureste <strong>del</strong> país, así, entre los choles, la población de 60<br />

años y más representaba el 18.9 por ciento de la población<br />

total <strong>del</strong> grupo; entre los motozintlecos, el mismo grupo de<br />

población representaba el 15.7 por ciento, mientras que entre<br />

cakchiquel el 14.8 por ciento. <strong>Por</strong> el contrario en números<br />

absolutos la mayor cantidad de adultos mayores se encontraba<br />

entre los pueblos nahua y maya, con un total de 190 mil 870 y<br />

130 mil 017 personas respectivamente. Los nahuas, el grupo<br />

103 OBREGÓN RODRÍGUEZ, María Concepción. (2003), Tzotziles, México, CDI-PNUD.<br />

104 OSEGUERA, Andrés (2004), Chontales de Oaxaca, México, CDI-PNUD.<br />

105 También conocidos como “caracterizados”, son aquellas personas de edad madura que ha escalado en la jerarquía civil hasta ocupar el cargo de alcalde. Ver Iturralde, Diego (coord.) (2009),<br />

Sistemas de cargos, autoridades y justicia indígena contemporáneos. Estudios en tres microrregiones indígenas, México, CDI, documento interno.<br />

106 ITURRALDE, Diego, op. cit.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 105


con <strong>una</strong> mayor dispersión geográfica en el país, representaban<br />

la cuarta parte <strong>del</strong> total de adultos mayores indígenas<br />

en el país. 107<br />

Sin embargo, resalta el hecho de que 34 grupos, más <strong>del</strong><br />

50 por ciento <strong>del</strong> total de los pueblos indígenas de México,<br />

presentaban porcentajes menores a la media nacional (de 7.3<br />

por ciento), siendo el que menor porcentaje presentaba el ixil<br />

con sólo el 2.2 por ciento de adultos mayores, datos en los<br />

cuales también se encierra <strong>una</strong> pregunta a responder que tiene<br />

que ver con la esperanza de vida para estos pueblos indígenas.<br />

Condiciones de vida e impacto <strong>del</strong> envejecimiento<br />

El análisis de las condiciones de vida de los adultos mayores<br />

indígenas en México, ya sea en contextos urbanos o rurales,<br />

ha sido poco documentado. Los estudios etnológicos que abordan<br />

el tema, han destacado por un lado, la visión idílica o gerontocrática<br />

108 de la vejez en las comunidades indígenas y, por<br />

106 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

el otro, se encuentran los estudios que destacan la pérdida <strong>del</strong><br />

papel protagónico <strong>del</strong> viejo indígena en la medida que el proceso<br />

de modernización avanza. 109 Otro elemento que no se debe<br />

dejar de lado y que además sobresale en dichos estudios es<br />

el papel que juegan los roles sociales masculinos y femeninos<br />

en la vejez, que en este último caso se tiende a ignorar sus<br />

funciones sociales.<br />

Con lo anterior, se tiene que el “viejo tradicional” o también<br />

denominado “anciano” se caracteriza, según el primer<br />

tipo de estudios, por tener un papel protagónico en la comunidad,<br />

es decir, se le atribuye el poder de autoridad indígena,<br />

se considera el líder comunitario, el más fuerte y lúcido, el conocedor<br />

de la tradición oral y los rituales de la comunidad, el<br />

consejero, el chamán, pues es el que conoce los secretos de la<br />

medicina, la magia y la hechicería, lo que hace que sea dañino<br />

o sanador, según sea el caso.<br />

No obstante, la situación actual de este sector es mucho<br />

más compleja y heterogénea, pues con el paso <strong>del</strong> tiempo<br />

107 VILLASANA BENÍTEZ, Susana y REYES GÓMEZ, Laureano (2006) Diagnóstico sociodemográfico de los adultos mayores indígenas de México, CDI-PNUD.<br />

108 <strong>Por</strong> gerontocracia, dice Weber, debe entenderse “la situación en que, en la medida en que existe <strong>una</strong> autoridad en la asociación, ésta se ejerce por los más viejos (originalmente según el sentido<br />

literal de la palabra: los mayores en años), en cuanto son los mejores conocedores de la sagrada tradición”. Weber (1978) 184, citado por CDI, op. cit., (p. 22).<br />

109 De acuerdo con el Diagnóstico sociodemográfico de los adultos mayores indígenas en México los estudios etnológicos que han abordado el tema son: SAN ROMÁN ESPINOZA, Teresa, 1989,<br />

Vejez y <strong>cultura</strong>. Hacia los límites <strong>del</strong> sistema. Fundación de Caja de Pensiones, España; LEWIS, Oscar, 1963, Life in a mexican village: Tepoztlán restudied, University of Illinois Press, EU;<br />

GUITERAS HOLMES, Calixta, 1988, Los peligros <strong>del</strong> alma. Visión <strong>del</strong> mundo de un tzotzil, Ciencias Sociales, Cuba; SIVERTS, Henning, 1969, Oxchuc. Ediciones especiales, 52, Instituto Indigenista<br />

Interamericano, México; y CÓRDOBA O., Francisco R., 1975, Ciclo de vida y cambio social entre los zoques de Ocotepec y Chapultenango, Chiapas, en Los zoques de Chiapas, INI, México.<br />

se han dado <strong>una</strong> serie de cambios que han repercutido en la<br />

forma de ver y vivir la vejez. Al respecto, el autor Frances<br />

Adams McAleavey ha aportado elementos sobre el cambio<br />

que ha experimentado el papel <strong>del</strong> adulto mayor en <strong>una</strong> comunidad<br />

indígena.<br />

En su estudio analítico sobre el rol <strong>del</strong> anciano en Santo<br />

Tomás Mazaltepec, <strong>una</strong> comunidad indígena zapoteca <strong>del</strong><br />

Valle de Oaxaca, señala que el anciano (considerado de 65<br />

años de edad y más) es visto como el jefe de familia, y tiene<br />

un rol de autoridad y poder sobre los jóvenes de su parentela,<br />

quienes le deben respeto y obediencia. Entre otros factores de<br />

cambio que experimentaba la comunidad, McAleavey observó<br />

que a medida que iba siendo más bilingüe (lengua indígena<br />

y castellano) o monolingüe en la lengua castellana, el viejo<br />

iba perdiendo el rol de transmisión oral de generación en<br />

generación, <strong>del</strong> conocimiento acumulado por la experiencia<br />

en lengua materna. El viejo dejó de ser fuente importante de<br />

conocimiento tradicional, adoptando los jóvenes ideas nuevas,<br />

“modernas”. 110<br />

Con este tipo de enfoques, se rompe la idea gerontocrática<br />

que se tenía de la vejez tradicional en el medio indígena<br />

y se pone atención la población que no cubre todas estas<br />

características protagónicas, ya sea por su condición de discapacidad<br />

física, pobreza o baja influencia social.<br />

De esta manera, el viejo indígena ha ido perdiendo prestigio<br />

y por ende poder social, <strong>cultura</strong>l, económico y político.<br />

<strong>Por</strong> ejemplo, en las comunidades indígenas de Chiapas el<br />

cargo <strong>del</strong> presidente municipal recae en personas cuyo rango<br />

de edad va de 25 a 45 años. Si consideramos el inicio de la<br />

vejez entre 60 y 65 años, los viejos no podrían considerarse<br />

para los puestos de poder, ya que el rango de edad en estos<br />

puestos políticos es asumido por gente joven, más alfabetizada,<br />

bilingüe y con mayores relaciones con el exterior. 111<br />

Como se puede apreciar, sobresalen los roles sociales de la<br />

vejez masculina indígena, dejando en un segundo término los<br />

que corresponden a la vejez femenina indígena.<br />

110 CDI, op. cit.,(p. 24).<br />

111 Ibídem, (p. 26).<br />

112 Ibídem, (p. 30).<br />

113 Ibídem.<br />

Los escasos trabajos que abordan el tema, señalan el papel<br />

secundario de la vejez femenina a excepción de aquellas que<br />

realizan actividades representativas en su comunidad de origen<br />

como el ser curandera, partera o artesana calificada. Pese<br />

a la importancia de estas actividades, las adultas mayores indígenas<br />

no participan en la toma de decisiones de su comunidad,<br />

y por ende no tienen injerencia en la vida pública comunitaria.<br />

Como es sabido, el papel de este sector se centra en las labores<br />

domésticas, el cuidado de los nietos, sin recibir ningún<br />

apoyo económico de por medio, o el cuidado de los animales<br />

de traspatio.<br />

Son muy pocos los estudios que retoman el tema, no es<br />

sino hasta la realización de los estudios de género que se analizan<br />

los roles sociales, así como las relaciones de poder que se<br />

llevan a cabo en la unidad doméstica, que para el caso de las<br />

mujeres adultas mayores indígenas se requiere indagar.<br />

Perfil sociodemográfico: condición de discapacidad,<br />

derechohabiencia, ocupación y alfabetismo<br />

Para <strong>del</strong>imitar la población adulta mayor indígena en México<br />

se establece, en términos estadísticos, a partir de los 60 años<br />

de edad. En el año 2000, se registraron 6 millones 948 mil<br />

457 adultos mayores a nivel nacional de los cuales 11.1 por<br />

ciento es población indígena. 112<br />

La calidad de vida de este sector de la población es poco<br />

agraciada, respecto a la población no indígena, debido a su<br />

condición de discapacidad, poca o nula atención de salud, así<br />

como pocas oportunidades de empleo.<br />

Respecto a la condición de discapacidad, se tiene que el<br />

10 por ciento <strong>del</strong> total de adultos mayores indígenas declaró<br />

tener al menos <strong>una</strong> discapacidad, la diferencia por sexo es tan<br />

sólo de 0.8 por ciento más en el conjunto de hombres que en<br />

el total de mujeres. Las principales discapacidades en orden<br />

de importancia numérica son moverse o caminar, ceguera o<br />

debilidad visual y sordera. 113<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 107


En esta última etapa de la vida se llega a un franco deterioro<br />

de la salud. Al respecto, 75.5 por ciento de los adultos mayores<br />

indígenas no tiene derecho a los servicios médicos en alg<strong>una</strong><br />

institución de salud; sólo <strong>una</strong> cuarta parte de las personas<br />

indígenas de 60 años y más tiene acceso a los servicios de<br />

salud en el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), el<br />

Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores<br />

<strong>del</strong> Estado (ISSSTE), Petróleos Mexicanos (PEMEX), Defensa<br />

Nacional, Marina Nacional o en otra institución. 114<br />

Como se puede observar, estos datos muestran que la<br />

calidad de vida de los adultos mayores indígenas no es buena,<br />

pues requieren de atención médica especializada y de tercer<br />

nivel que no está a su alcance debido a que tienen que recorrer<br />

grandes distancias para llegar a los hospitales especializados,<br />

lo que resulta costoso.<br />

En torno a su condición de ocupación, 37.6 por ciento de<br />

la población total adulta mayor indígena se mantiene activa y<br />

la población restante se retira de la actividad económica; en<br />

comparación, el porcentaje de viejos activos en el contexto<br />

nacional es menor (28.8 por ciento). 115<br />

Más de la mitad de los adultos mayores indígenas trabajan<br />

en el seno familiar sin percibir remuneración alg<strong>una</strong>. Las<br />

114 Ibídem.<br />

115 Ibídem. (p.32).<br />

116 Ibídem. (p.36).<br />

108 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

En las mujeres es donde se acentúan las condiciones de<br />

vulnerabilidad.<br />

actividades en las que sí perciben un pago son las de jornaleros<br />

y peones (15.5 por ciento), seguida de la de empleados u<br />

obreros (11.3 por ciento). En el marco de estas actividades,<br />

se observa diferencias por sexo, como por ejemplo, los varones<br />

se caracterizan por ocuparse como jornaleros y peones, 17.0<br />

por ciento, mientras que el 14.3 por ciento de las mujeres<br />

indígenas adultas mayores declararon ser dueñas de pequeños<br />

negocios tales como tiendas en pequeña escala, fondas y la<br />

preparación de alimentos para su venta, como por ejemplo<br />

pan y dulces.<br />

En el tema educativo, 60 por ciento <strong>del</strong> total de adultos<br />

mayores es analfabeta. En este rubro, son las mujeres las que<br />

cuentan con el mayor porcentaje de analfabetismo (73.3 por<br />

ciento), respecto de los varones que asciende al 46.5 por<br />

ciento. 116<br />

Como se puede observar, los datos censales muestran claramente<br />

las condiciones de desigualdad social en las que se<br />

encuentra actualmente este sector de la población indígena<br />

envejecida que tiende a su desplazamiento de tareas que requieren<br />

de personas alfabetizadas, a la inserción de relaciones<br />

sociales en condiciones de inequidad, asimetría y discriminación.<br />

Discriminación<br />

La discriminación entre población indígena es un tema que<br />

sólo hasta años recientes se empieza a explorar. De acuerdo<br />

con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred)<br />

los pueblos indígenas estén entre los sectores de la<br />

población más claramente discriminados en las diferentes dinámicas<br />

sociales, económicas y <strong>cultura</strong>les, precisamente por su<br />

condición de adscripción étnica. 117 De acuerdo con los resultados<br />

de la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación<br />

en México, nueve de cada 10 indígenas opina que en el país<br />

existe discriminación por su condición. A su vez, entre la población<br />

indígena, los que se considera como más desprotegidos<br />

fueron los adultos con el 40 por ciento.<br />

En un diagnóstico sobre la discriminación en el estado de Chihuahua,<br />

118 la información correspondiente a las organizaciones<br />

de la sociedad civil que incursionan con programas dirigidos<br />

a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores, con<br />

excepción de un caso (en la localidad de Norogachi, municipio<br />

de Guachochi), todas se encuentran fuera de la región considerada<br />

como indígena.<br />

En suma, se requiere entonces que el gobierno federal, estatal<br />

y municipal diseñe políticas públicas transversales que<br />

brinden atención prioritaria a este sector de la población que<br />

se encuentra en clara desventaja respecto de la población no<br />

indígena, debido a sus precarias condiciones de vida en contextos<br />

urbanos y rurales.<br />

Políticas públicas<br />

El proceso de envejecimiento de la población indígena y no<br />

indígena en México constituye uno de los más importantes<br />

retos de políticas públicas que enfrentan los tres niveles de<br />

gobierno y la sociedad en general.<br />

En nuestro país, contamos con políticas públicas orientadas<br />

a las personas adultas mayores. No obstante, este tipo de<br />

políticas públicas no se focalizan en la atención de la población<br />

indígena, lo que representa un problema que requiere de<br />

atención prioritaria, pues es un sector de la población sumamente<br />

vulnerable y en condiciones de desigualdad socioeconómica,<br />

en el acceso a los servicios de salud y educación, entre<br />

muchos otros.<br />

Se identifica al Instituto Nacional de las Personas Adultas<br />

Mayores (<strong>Inapam</strong>), como el órgano rector de las políticas públicas<br />

de atención hacia las personas de 60 años de edad y<br />

más, con un enfoque de desarrollo humano integral en cada<br />

<strong>una</strong> de sus facultades y atribuciones. Sus principales objetivos<br />

son proteger, atender, ayudar y orientar a las personas adultas<br />

mayores, así como conocer y analizar su problemática para<br />

encontrar soluciones adecuadas. <strong>Por</strong> ello dirige sus esfuerzos<br />

a fomentar la asistencia médica, asesoría jurídica y opciones<br />

de ocupación. 119<br />

En segundo lugar, se encuentra el Programa de Atención<br />

de los Adultos Mayores de 70 años y más en Zonas Rurales,<br />

adscrito a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), el cual<br />

atiende a los adultos mayores de 70 años o más que vivan<br />

en localidades de hasta 30 mil habitantes. Los beneficiarios<br />

reciben apoyos económicos de 500 pesos mensuales, que se<br />

paga cada dos meses; participan en grupos de crecimiento y<br />

jornadas informativas sobre temas de salud y obtienen facilidades<br />

para el acceso a servicios y apoyos de instituciones<br />

como el <strong>Inapam</strong>, además de las que ofrecen actividades productivas<br />

y ocupacionales. Se otorga un pago de marcha de mil<br />

pesos al representante <strong>del</strong> beneficiario cuando éste fallece. 120<br />

A nivel de un gobierno local, en julio de 2007 se crea el<br />

Instituto para la Atención a los Adultos Mayores en el Distrito<br />

Federal, entre cuyas atribuciones se destaca la operación de<br />

la Pensión Alimentaria para Adultos Mayores de 70 años residentes<br />

<strong>del</strong> Distrito Federal; la coordinación <strong>del</strong> Programa de<br />

Visitas Médicas Domiciliarias para los pensionados; la promoción<br />

y tutela de los derechos de las personas adultas mayores;<br />

la promoción de acciones encaminadas a generar <strong>una</strong><br />

<strong>cultura</strong> de la vejez y el envejecimiento; además de coordinar<br />

las acciones de diferentes instancias <strong>del</strong> gobierno <strong>del</strong> Distrito<br />

117<br />

BUSTILLOS DURÁN, Sandra, Rincones Delgado, Rodolfo y Padilla Delgado Héctor (Coordinadores) (2009), Diagnóstico de la discriminación en el estado de Chihuahua, México, Conapred-<br />

Gobierno <strong>del</strong> Estado de Chihuahua-UACJ.<br />

118<br />

BUSTILLOS DURÁN, Sandra, Rincones Delgado, Rodolfo y Padilla Delgado Héctor (Coordinadores) (2009), op. cit.<br />

119<br />

http://www.inapam.gob.mx/index/index.php?sec=104, (Consultada el 18 de mayo de 2010).<br />

120<br />

http://www.sedesol.gob.mx/index.php?sec=801576, (Consultada el 18 de mayo de 2010).<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 109


Se deben tomar en cuenta las características <strong>cultura</strong>les para mejorar su<br />

calidad de vida.<br />

Federal en favor de los adultos mayores, así como prevenir<br />

y atender la violencia hacia las personas adultas mayores. 121<br />

Como se puede observar, hay políticas públicas para<br />

personas adultas mayores, pero no se cuenta con información<br />

cuantitativa para determinar el número de beneficiarios<br />

indígenas que atienden.<br />

<strong>Por</strong> lo anterior, el tema de los adultos mayores en nuestro<br />

país es fundamental, ya que dada la pirámide poblacional,<br />

121 http://www.adultomayor.df.gob.mx/pdf/Pensión%20Alimentaria.pdf (Consultada el 18 de mayo de 2010).<br />

110 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

se pronostica que buena parte de la población pasará a este<br />

sector, lo que implica un reto importante en las políticas<br />

públicas, para atender las necesidades por venir.<br />

Propuestas y recomendaciones<br />

De acuerdo con lo antes expuesto, <strong>una</strong> de las necesidades apremiantes<br />

se encuentra en primer lugar en emprender estudios<br />

que profundicen en el conocimiento de las condiciones actuales<br />

que enfrenta la población adulta mayor indígena, considerando<br />

las especificidades de acuerdo al género, así como las<br />

especificidades <strong>cultura</strong>les de diferentes regiones y pueblos,<br />

que contribuyan con elementos para la planeación de políticas<br />

públicas y modificaciones en los instrumentos jurídicos que<br />

aseguren <strong>una</strong> mejoría en sus condiciones de vida, revalorando<br />

la importancia de su papel en los diversos ámbitos de la vida<br />

económica y social comunitaria.<br />

Entre los temas que requiere conocerse se encuentran los<br />

criterios de identificación y percepción de la vejez para los<br />

diferentes pueblos indígenas, a la par de encontrar respuesta<br />

a alg<strong>una</strong>s interrogantes como son las características que tiene<br />

la esperanza de vida entre los distintos pueblos, es decir, ¿cómo<br />

se explica que en algunos, el grupo de edad de adultos<br />

mayores de 60 años represente menos <strong>del</strong> 4 por ciento y en<br />

otros más <strong>del</strong> 10 por ciento con respecto al total?, así como<br />

un diagnóstico de las necesidades específicas para su atención<br />

integral y de las características actuales de los programas<br />

aplicados en su beneficio.<br />

Finalmente, la revisión y adecuación <strong>del</strong> marco jurídico,<br />

debe contemplar los derechos específicos de la población adulta<br />

mayor indígena que tome en cuenta las características <strong>cultura</strong>les<br />

de cada contexto, y de donde se desprenda el diseño<br />

de estrategias de atención transversal que permitan mejorar<br />

su calidad de vida a partir de <strong>una</strong> mejor administración de los<br />

recursos, que revaloren sus conocimientos y fomenten <strong>una</strong><br />

<strong>cultura</strong> de no discriminación.<br />

* María de Lourdes Domínguez Lozano y José Luis Reyes<br />

Utrera<br />

La sociedad mexicana atraviesa <strong>una</strong> importante transformación debido, entre<br />

otras cosas, al aumento de la esperanza de vida. La cantidad de personas de 70 años<br />

y más se está incrementando de 3.9 millones que eran en 2009, a 4.4 millones que<br />

se prevé serán en 2012, con un crecimiento promedio de 3.1 por ciento anual. De<br />

esta manera, en el 2050 habrá en el país 85 adultos mayores de 70 años por cada<br />

100 menores de 15 años.<br />

La mayoría de este grupo se encuentra en condiciones de pobreza y marginación<br />

y padece, de manera particular, los rezagos sociales de sus comunidades, en que las<br />

posibilidades de contar con <strong>una</strong> fuente de ingresos es muy baja. Esta situación obliga<br />

a aplicar políticas públicas orientadas a su atención para favorecer su integración en la<br />

vida familiar y comunitaria, propiciar su incorporación en actividades ocupacionales<br />

y fomentar en ellos <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> de la salud, mediante acciones de promoción,<br />

participación social y el otorgamiento de un apoyo económico.<br />

El Programa 70 y Más se encuentra enmarcado en el Objetivo 17 <strong>del</strong> Eje 3 <strong>del</strong><br />

Plan Nacional de Desarrollo (Igualdad de Oportunidades), el que establece que se<br />

debe abatir la marginación y el rezago que enfrentan los grupos sociales vulnerables,<br />

para proveer igualdad en las oportunidades que les permitan desarrollarse con<br />

independencia y plenitud.<br />

Para lograr dicho objetivo, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) plantea la estrategia 17.3, que implica focalizar el apoyo a la<br />

población de 70 años y más, dando prioridad a quienes habitan en comunidades de alta marginación o que viven en condiciones<br />

de pobreza.<br />

En el marco <strong>del</strong> Programa Sectorial de Desarrollo Social, el programa contribuye con la Estrategia 2.2, referida a promover la<br />

asistencia social a los adultos mayores en condiciones de pobreza o vulnerabilidad, con prioridad para la población de 70 años y<br />

más que habita en comunidades rurales con los mayores índices de marginación.<br />

Asimismo, en el marco de las líneas de acción de la estrategia Vivir Mejor, <strong>del</strong> Gobierno Federal, el Programa se enfoca en la<br />

consolidación de <strong>una</strong> red de protección social que brinda asistencia a los beneficiarios en condiciones de vulnerabilidad, a efecto<br />

de fomentar su desarrollo personal y su reincorporación a la vida familiar y comunitaria.<br />

El Programa 70 y Más tiene cobertura nacional y atiende a los adultos mayores que habitan en localidades de hasta 30 mil<br />

habitantes, de acuerdo al catálogo autorizado por la Sedesol (CENFEMUL), el cual podrá ser consultado en la página de internet:<br />

http://www.sedesol.gob.mx<br />

Objetivo<br />

70 y Más...Programa de la Secretaría<br />

de Desarrollo Social<br />

El programa contribuye a mejorar las condiciones de vida que enfrentan los adultos mayores de 70 años y más, mediante la entrega<br />

de apoyos económicos y acciones orientadas a fomentar su participación en grupos de crecimiento, jornadas informativas,<br />

así como facilitar el acceso a servicios.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 111


Criterios de Elegibilidad<br />

• Tener 70 años de edad o más<br />

• Habitar en localidades de hasta 30 mil habitantes<br />

• No ser beneficiario <strong>del</strong> Apoyo de Adulto Mayor <strong>del</strong> Programa<br />

de Desarrollo Humano Oportunidades o aceptar la<br />

suspensión en caso de ser beneficiario <strong>del</strong> mismo.<br />

Requisitos<br />

• Presentar en las Mesas de Atención lo siguiente:<br />

• Datos Generales: Proporcionar al promotor la información<br />

necesaria para llenar el Cuestionario Único de Información<br />

Socioeconómica (CUIS) y el anexo.<br />

Además, los documentos que se enlistan en original y<br />

copia:<br />

• Documentos de Identidad: Credencial de Elector o Pasaporte<br />

o Cartilla <strong>del</strong> Servicio Militar Nacional o constancia<br />

con fotografía expedida por la autoridad local competente<br />

cuando la localidad de atención sea menor a 10 mil<br />

habitantes.<br />

• Constancia de Edad: Acta de nacimiento o Clave Única<br />

de Registro de Población (CURP). En caso de no contar<br />

con alg<strong>una</strong> de los dos, el solicitante tendrá <strong>una</strong> prórroga<br />

de hasta tres bimestres para presentarlas. En tanto, debe-<br />

rá presentar Credencial de Elector o Pasaporte o Cartilla<br />

<strong>del</strong> Servicio Militar Nacional o constancia expedida por la<br />

autoridad local competente cuando la localidad de atención<br />

sea menor a 10 mil habitantes.<br />

• Constancia de Residencia: Recibo de energía eléctrica,<br />

agua, teléfono, impuesto predial o constancia expedida<br />

por la autoridad local competente cuando la localidad de<br />

atención sea menor a 10 mil habitantes.<br />

Tipos y Montos de Apoyo<br />

Económicos<br />

• Se otorgan $500.00 (quinientos pesos 00/100 M.N.)<br />

mensuales, en entregas bimestrales, a los beneficiarios<br />

que conforman el Padrón Activo.<br />

• Pago de marcha de $1,000 (mil pesos 00/100 M.N.)<br />

que se otorga al representante <strong>del</strong> beneficiario cuando<br />

éste fallece.<br />

112 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Acciones de participación social en salud<br />

Grupos de crecimiento, clubes rurales, jornadas o sesiones informativas<br />

dirigidas a favorecer la salud física y mental de los<br />

beneficiarios, con el apoyo de la Red Social.<br />

Acciones para la protección social<br />

Servicios y apoyos de instituciones orientadas al acceso en<br />

materia de salud, actividades productivas y ocupacionales así<br />

como a la atención a discapacidades.<br />

Instancias participantes<br />

La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), a través de la<br />

Dirección General de Atención a Grupos Prioritarios. Las Delegaciones<br />

de la Sedesol operan, administran y ejecutan los<br />

recursos <strong>del</strong> programa.<br />

Se trabaja en mejorar las condiciones de vida, mediante la entrega de<br />

apoyos económicos y acciones orientadas a fomentar su participación.<br />

El Programa 70 y Más fomenta su desarrollo personal y su reincorporación<br />

a la vida familiar y comunitaria.<br />

Seguimiento<br />

La Dirección General de Seguimiento en coordinación con la<br />

Unidad Responsable llevarán a cabo las acciones de seguimiento<br />

y control de la ejecución y el ejercicio presupuestal <strong>del</strong><br />

programa.<br />

Difusión<br />

Difusión Las Delegaciones de Sedesol en coordinación con la<br />

Dirección General de Atención a Grupos Prioritarios, serán las<br />

encargadas de efectuar la promoción y difusión <strong>del</strong> Programa<br />

dando a conocer las acciones a realizar y las comunidades<br />

beneficiadas.<br />

Información, contacto, quejas y denuncias<br />

Los beneficiarios pueden presentar quejas y denuncias ante las<br />

siguientes instancias:<br />

• Delegaciones de la Sedesol, a través <strong>del</strong> buzón colocado<br />

para tales efectos.<br />

• Buzones móviles que se instalan en las sedes de entrega<br />

de apoyo.<br />

• Secretaría de la Función Pública, lada sin costo 01 800<br />

386 2466.<br />

• Órgano Interno de Control de la SEDESOL, tel. 53 28<br />

5000 ext. 51465.<br />

Derechos de los beneficiarios<br />

• A recibir información necesaria, clara y oport<strong>una</strong> sobre la<br />

realización de trámites y requisitos para participar en el<br />

programa.<br />

• A un trato digno, respetuoso y equitativo, sin distinción<br />

de género, grupo étnico, partido político, gremial o<br />

religión, así como tener la debida privacidad y reserva de<br />

su información confidencial.<br />

• Atención y apoyo sin costo alguno.<br />

• Recibir documento que lo acredite como beneficiario <strong>del</strong><br />

programa.<br />

Obligaciones de los beneficiarios<br />

• Proporcionar, bajo protesta de decir verdad, la información<br />

que le sea solicitada.<br />

• Presentarse ante el personal <strong>del</strong> Programa para actualizar<br />

sus datos, cuando sea convocado por la <strong>del</strong>egación, municipio<br />

o red social.<br />

• No hacer uso indebido (venta, préstamo o uso con fines<br />

partidistas o electorales, entre otros) <strong>del</strong> documento<br />

que lo acredita como beneficiario <strong>del</strong> programa. Acudir<br />

personalmente con su identificación oficial y el documento<br />

que lo acredite como beneficiario a recibir los<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 113


apoyos <strong>del</strong> programa en el lugar, fecha, forma y plazos<br />

que se le indiquen.<br />

• Nombrar a un representante, en caso de que el adulto<br />

mayor no pueda acudir a recibir su apoyo por imposibilidad<br />

física, discapacidad o enfermedad.<br />

Los programas de subsidios <strong>del</strong> Ramo Administrativo 20<br />

“Desarrollo Social”, entre ellos, el Programa 70 y Más, se destinarán,<br />

en las entidades federativas, en los términos de las<br />

disposiciones aplicables, exclusivamente a la población en condiciones<br />

de pobreza, de vulnerabilidad, rezago y de marginación<br />

de acuerdo con los criterios oficiales dados a conocer por la<br />

Secretaría de Desarrollo Social, el Consejo Nacional de Pobla-<br />

El programa promueve el acercamiento a actividades productivas y ocupacionales.<br />

114 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

ción y a las evaluaciones <strong>del</strong> CONEVAL, mediante acciones<br />

que promuevan la superación de la pobreza a través de la<br />

educación, la salud, la alimentación, la generación de empleo<br />

e ingreso, autoempleo y capacitación; protección social y programas<br />

asistenciales; el desarrollo regional; la infraestructura<br />

social básica y el fomento <strong>del</strong> sector social de la economía;<br />

conforme lo establece el artículo 14 de la Ley General de<br />

Desarrollo Social, y tomando en consideración los criterios que<br />

propongan las entidades federativas. Los recursos de dichos<br />

programas se ejercerán conforme a las reglas de operación<br />

emitidas y las demás disposiciones aplicables. Información<br />

basada en las Reglas de Operación <strong>del</strong> Programa 70 y Más.<br />

CAPÍTULO 5<br />

Promoción de los Derechos<br />

de los Adultos Mayores


Senado de la República *<br />

El respeto de los derechos de todas las personas, incluidas las más vulnerables<br />

-entre las que se encuentran las personas adultas mayores- requiere de <strong>una</strong> nueva<br />

<strong>cultura</strong> humanista, incluyente, no discriminatoria y que dé la aplicación irrestricta<br />

de un marco jurídico garantista. <strong>Por</strong> lo tanto, el gran reto es alcanzar este auténtico,<br />

amplio y profundo cambio <strong>cultura</strong>l.<br />

En México, al igual que en otros muchos países <strong>del</strong> mundo, observamos día a día<br />

con gran tristeza, impotencia y coraje, cómo los adultos mayores (60 años de edad<br />

o más) o persona de edad (así denominada en los documentos internacionales de<br />

la Organización de las Naciones Unidas), es vejada, discriminada, agredida y hasta<br />

despojada por el resto de la sociedad y en ocasiones, por increíble que parezca, por<br />

sus propios familiares.<br />

Es <strong>una</strong> lamentable realidad que las personas adultas mayores son agredidas tanto<br />

por acciones concretas como por omisiones cometidas al interior de sus hogares y<br />

por sus familiares. Realidad inaceptable que, sin duda, debe ser superada con prudencia<br />

e inteligencia a partir de las estrategias y mecanismos idóneos que fomenten <strong>una</strong> inclusión y adecuada convivencia.<br />

Lo anterior, debido a que no se trata de “meter a la cárcel al hijo que no respeta los derechos de su padre”. Al contrario, la<br />

solución está en enseñar al hijo a respetarse a sí mismo, para que así comprenda que debe respetar a su padre y éste a su vez<br />

pueda sembrar en sus hijos, mediante el ejemplo y diálogo, <strong>una</strong> nueva <strong>cultura</strong> de respeto a la dignidad de las personas adultas<br />

mayores o de edad.<br />

México y el mundo viven <strong>una</strong> transformación demográfica sin precedentes en donde el envejecimiento de la población es<br />

<strong>una</strong> realidad que por su naturaleza conlleva <strong>una</strong> serie de retos que deben convertirse en verdaderas oportunidades para nuestro<br />

desarrollo como sociedad.<br />

Ejemplo de lo anterior se observa a partir de que según diversas aproximaciones a nivel mundial 122 , señalan que en el año<br />

2000 vivían alrededor de 600 millones de personas adultas mayores que representaban casi el 10 por ciento de la población<br />

total.<br />

En México 123 el panorama es similar, de acuerdo con diversos datos como se puede observar a continuación:<br />

• 1970: La pirámide poblacional por edades nos indica que había un gran número de menores de edad y un número reducido<br />

de adultos mayores. Aproximadamente el 50 por ciento de la población total era menor de 15 años de edad.<br />

• 2000: Observamos <strong>una</strong> disminución de niños entre 0 y 4 años de edad y sólo <strong>una</strong> tercera parte (33 por ciento) era menor<br />

a 15 años de edad y cerca <strong>del</strong> 60 por ciento tenía entre 15 y 59 años, mientras las personas adultas mayores representaban<br />

122 Segunda Asamblea Mundial <strong>del</strong> <strong>Envejecimiento</strong>. (Madrid, España, 2012).<br />

123 Consejo Nacional de Población.<br />

Una perspectiva Jurídica<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 117


el 7 por ciento de la población (20.5 adultos mayores<br />

por cada 100 niños) y la edad media era de 27 años.<br />

• 2020: Se estima que el número de adultos mayores incrementará<br />

al 12.5 por ciento <strong>del</strong> total de la población y<br />

que para el año 2034 habrá la misma cantidad de niños<br />

que de adultos mayores. Asimismo, las generaciones más<br />

numerosas, nacidas entre 1969 y 1980, empezarán a<br />

ingresar a las filas de las personas adultas mayores.<br />

• 2050: Se calcula que habrán más personas adultas mayores<br />

que niñas, niños y adolescentes, estimándose que<br />

vivirán 166 adultos mayores por cada 100 niños, representando<br />

<strong>una</strong> proporción <strong>del</strong> 28 por ciento, siendo la<br />

edad media de 47 años.<br />

Considerando que el objetivo <strong>del</strong> presente artículo es presentar<br />

<strong>una</strong> perspectiva jurídica y pecando de simplistas, es importante<br />

tener presente que nuestro marco jurídico le da un<br />

trato al particular y otro al gobierno, ya que mientras al primemero<br />

le permite hacer todo lo que no está prohibido, al segundo<br />

solo lo faculta a hacer aquello que está expresamente señalado<br />

en las leyes; es decir, el gobierno sólo puede hacer o<br />

debe hacer aquello que la Ley expresamente le señala.<br />

<strong>Por</strong> lo anterior y considerando que las políticas públicas deben<br />

tener un sustento legal, el presente artículo busca exponer<br />

brevemente cuál es el marco jurídico que protege los derechos<br />

de las personas adultas mayores, tanto a nivel internacional<br />

como nacional a partir de la sucinta descripción de diversos<br />

documentos, declaraciones o leyes en la materia.<br />

Perspectiva jurídica internacional<br />

Considerando que es necesario establecer un momento en la<br />

historia <strong>del</strong> cual partir, arbitrariamente y tomando en cuenta su<br />

impacto en la vida de las personas adultas mayores, el presente<br />

apartado hace referencia a los siguientes documentos:<br />

Declaración Universal de los Derechos Humanos: 124 (Originalmente<br />

denominada como la Declaración Universal de los<br />

Derechos <strong>del</strong> Hombre), aprobada por la Asamblea General de<br />

las Naciones Unidas en diciembre de 1948 no distingue al ser<br />

humano por su edad.<br />

124 Documento aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1984.<br />

118 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Asimismo, considera “que la libertad, la justicia y la paz en<br />

el mundo tienen por base el reconocimiento a la dignidad intrínseca<br />

y de los derechos iguales e inalienables de todos los<br />

miembros de la familia humana”.<br />

Es bajo ese tenor, que la declaración siempre se refiere a las<br />

personas sin distinción de edad, bastando para asegurar dicha<br />

aseveración sus dos primeros artículos:<br />

Artículo 1.- Todos los seres humanos nacen libres e iguales<br />

en dignidad y derechos y dotados como están de razón<br />

y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos<br />

con los otros.<br />

Artículo 2.- Toda persona tiene todos los derechos y libertades<br />

proclamados en esta Declaración sin distinción alg<strong>una</strong><br />

de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política<br />

o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición<br />

económica, nacimiento o cualquier otra condición.<br />

Millones de adultos mayores ya están rompiendo paradigmas y<br />

planteando nuevos retos para conservar su dignidad.<br />

Y así sucesivamente, se refiere al derecho o libertad de expresión,<br />

al trabajo, a la educación, a la <strong>cultura</strong>, a la seguridad<br />

social, a la recreación, etcétera, sin hacer distingos por cuestión<br />

de edad.<br />

Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales<br />

y Culturales (1966) 125 y Pacto Internacional de los Derechos<br />

Civiles y Políticos (1966) 126 : Ambos pactos al igual<br />

que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se<br />

refieren de manera general a la persona humana sin distingos<br />

por cuestiones de edad, de ahí que lo en ellos vertido, aplica y<br />

protege los derechos de las personas adultas mayores.<br />

Primera Asamblea Mundial sobre el <strong>Envejecimiento</strong>: 127<br />

La convicción de proteger los derechos humanos de todas las<br />

personas, <strong>una</strong> nueva composición demográfica y sus proyecciones,<br />

sin duda invitaron a la Organización de las Naciones<br />

Unidas a reflexionar sobre el tema <strong>del</strong> envejecimiento. Ante<br />

ello, se convocó a la Primera Asamblea Mundial sobre el Envevejecimiento<br />

en la cual se analizó la situación que presentaban<br />

y en la que transitarían millones de personas adultas mayores,<br />

rompiéndose paradigmas y planteando nuevos retos y estableciendo<br />

nuevas estrategias para abordar las materias de independencia,<br />

participación, cuidados, autorrealización y dignidad<br />

de las personas adultas mayores.<br />

Sin duda, la Primera Asamblea Mundial sobre el <strong>Envejecimiento</strong><br />

vino a ser un parteaguas sobre la forma de ver y tratar<br />

los derechos humanos de la persona adulta mayor.<br />

Declaración de Principios de las Naciones Unidas en favor<br />

de las Personas de Edad: 128 Declaración mediante la cual las<br />

Naciones Unidas alientan a los gobiernos para que apliquen en<br />

sus programas nacionales, cada vez que sea posible, los principios<br />

de independencia, participación, cuidados, autorrealización y<br />

dignidad, señalados en la Primera Asamblea Mundial sobre el<br />

envejecimiento y que a grandes rasgos se refieren a:<br />

Independencia:<br />

• Acceder a alimentación, agua, vivienda, ropa y atenciones<br />

de salud y sociales adecuadas, a partir de ingresos suficientes,<br />

apoyo a las familias de las personas mayores y a<br />

la comunidad.<br />

125Documento aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1966.<br />

126Ibídem 127Viena, Austria, <strong>del</strong> 26 de julio al 6 de agosto de 1982.<br />

128Asamblea General de las Naciones Unidas, 16 de diciembre de 1991.<br />

• Trabajar hasta que ellos lo decidan o se vean compelidos<br />

a jubilarse.<br />

• Participar en la determinación de cuándo y en qué medida<br />

dejarán de desempeñar actividades laborales.<br />

• Acceder a programas educativos y de formación adecuada<br />

y permanente.<br />

• Vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias<br />

y a sus posibilidades de cambio continuo.<br />

• Permanecer en su domicilio habitual tanto tiempo como<br />

les sea posible.<br />

Participación:<br />

• Mantenerse integrados en la sociedad.<br />

• Participar activamente en la formulación y aplicación de<br />

las políticas que afecten directamente a su bienestar.<br />

• Compartir sus conocimientos y habilidades con las generaciones<br />

futuras.<br />

• Buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicios a<br />

la comunidad y de trabajar como voluntarios y voluntarias<br />

en puestos apropiados a sus intereses y capacidades.<br />

• Formar parte de movimientos y asociaciones de personas<br />

mayores y en cualquier otro ente en el que haya participación<br />

ciudadana.<br />

Cuidados:<br />

• Disfrutar de los cuidados y protección de sus familias y de<br />

la comunidad en conformidad con el sistema de valores<br />

de cada sociedad.<br />

• Acceder a los servicios de atención a la salud que les ayuden<br />

a mantener o recuperar un nivel óptimo de bienestar<br />

bienestar físico, psíquico, mental y emocional, así como a<br />

prevenir o retrasar la aparición de procesos de enfermedad<br />

y las pérdidas y limitaciones que puedan acompañar<br />

al futuro envejecimiento.<br />

• Acceder a los servicios sociales y jurídicos que les puedan<br />

asegurar mayores niveles de autonomía, protección y<br />

cuidados.<br />

• Acceder a medios apropiados de atención institucional<br />

que les proporcionen protección, rehabilitación y estímulo<br />

social y mental en un entorno humano y seguro.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 119


• Disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales<br />

cuando residan en hogares o instituciones donde<br />

se les brinden cuidados y tratamientos.<br />

Autorrealización:<br />

• Aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente<br />

su potencial.<br />

• Acceder a los recursos educativos, <strong>cultura</strong>les, espirituales<br />

y recreativos de la sociedad.<br />

Dignidad:<br />

• Vivir con dignidad y seguridad.<br />

• Verse libres de explotaciones y malos tratos físicos o<br />

mentales.<br />

• Recibir siempre un trato digno, independientemente de<br />

la edad, raza, procedencia étnica, discapacidad u otras<br />

condiciones.<br />

• Ser valorados independientemente de su contribución<br />

económica.<br />

Segunda Asamblea Mundial sobre el <strong>Envejecimiento</strong>: 129<br />

Fue celebrada en Madrid en abril de 2002 concluyó con la<br />

aprobación de dos documentos básicos:<br />

Declaración política<br />

En ella los Estados Parte (gobiernos de los países que acudieron<br />

y avalaron el contenido de los dos documentos) manifestaron<br />

lo siguiente:<br />

Compromiso de adoptar un Plan de Acción Internacional<br />

sobre el <strong>Envejecimiento</strong> para responder a las oportunidades y<br />

retos que plantea el envejecimiento de la población.<br />

Actuar en tres direcciones prioritarias: 1) Las personas<br />

de edad y el desarrollo. 2) La promoción de la salud y el bienestar<br />

en la vejez. 3) El logro de entornos emancipadores y<br />

propicios.<br />

Los Estados parte reiteran el compromiso de promover <strong>una</strong><br />

sociedad para todas las edades y reafirman el compromiso de<br />

cumplir con los contenidos de la Primera Asamblea Mundial<br />

sobre el <strong>Envejecimiento</strong> y sus principios en favor de las personas<br />

de edad de 1991.<br />

Los Estados parte reiteran el compromiso de promover <strong>una</strong><br />

sociedad para todas las edades y reafirman el compromiso de<br />

129 Madrid, España, <strong>del</strong> 8 al 12 de abril de 2002.<br />

120 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

cumplir con los contenidos de la Primera Asamblea Mundial<br />

sobre el <strong>Envejecimiento</strong> y sus principios en favor de las personas<br />

de edad de 1991.<br />

De igual manera, reconocen que las personas, a medida<br />

que envejecen, deben disfrutar de <strong>una</strong> vida plena, con salud,<br />

seguridad y participación activa en la vida económica, social,<br />

<strong>cultura</strong>l y política de sus sociedades, para lo que se comprometen<br />

a fomentar el reconocimiento de la dignidad de las<br />

personas de edad y a eliminar todas las formas de abandono,<br />

abuso y violencia.<br />

Asimismo, los Estados parte reconocen la importancia de<br />

incluir el tema <strong>del</strong> “envejecimiento” en los programas<br />

de desarrollo y en las estrategias para abatir la pobreza,<br />

tomando siempre en cuenta la perspectiva de género en todas<br />

las políticas públicas.<br />

Igualmente, reconocen el potencial de las personas de edad<br />

como base sólida para construir el futuro, manifestando que<br />

deben tener la oportunidad de trabajar hasta que quieran y<br />

sean capaces de hacerlo, de acceso a la educación y a los programas<br />

de capacitación.<br />

Establece, también, la responsabilidad primordial de los gobiernos<br />

para promover y prestar servicios sociales básicos, así<br />

como facilitar su acceso teniendo presentes las necesidades específicas<br />

de las personas de edad.<br />

En virtud de ello, los Estados parte se comprometen a proporcionar<br />

a las personas de edad, acceso universal y en condiciones<br />

de igualdad a la atención médica y los servicios de salud,<br />

además de favorecer su independencia y habilitación.<br />

Finalmente, los Estados parte reconocen la importantísima<br />

labor de las familias, voluntarios y Organizaciones No Gubernamentales<br />

en el establecimiento de los compromisos adoptados<br />

en esta declaración tendientes a lograr <strong>una</strong> verdadera solidaridad<br />

entre generaciones.<br />

Finalmente, los Estados parte reconocen la importantísima<br />

labor de las familias, voluntarios y Organizaciones No Gubernamentales<br />

en el establecimiento de los compromisos adoptados<br />

en esta declaración tendientes a lograr <strong>una</strong> verdadera<br />

solidaridad entre generaciones.<br />

Plan de Acción Internacional<br />

Para responder a las oportunidades y retos que plantea el envejecimiento<br />

de la población como fruto de un cambio demográfico<br />

sin precedentes, los Estados parte deciden adoptar un<br />

Plan de Acción Internacional sobre el <strong>Envejecimiento</strong>.<br />

Este Plan pretende dar respuesta positiva a las metas, objetivos<br />

y compromisos adquiridos por los Estados parte en las<br />

diversas declaraciones (Primer y Segunda Asambleas Mundiales<br />

sobre el <strong>Envejecimiento</strong>, la Declaración de Principios de<br />

1991 y la Declaración de 1999 como año de las Personas de<br />

Edad), entre los que se encuentran las siguientes:<br />

• La plena realización de todos los derechos humanos y libertades<br />

fundamentales.<br />

• El envejecimiento en condiciones de seguridad, lo que entraña<br />

reafirmar el objetivo de la eliminación de la pobreza<br />

en la vejez sobre la base de los principios de las Naciones<br />

Unidas en favor de las personas de edad.<br />

• La habilitación de las personas de edad para que participen<br />

plena y eficazmente en la vida económica, política<br />

y social de sus sociedades, incluso mediante trabajo remunerado<br />

o voluntario.<br />

• Las oportunidades de desarrollo, realización personal y<br />

bienestar <strong>del</strong> individuo en todo el curso de su vida, inclucluso<br />

a <strong>una</strong> edad avanzada. <strong>Por</strong> ejemplo, mediante la posibilidad<br />

de acceso al aprendizaje durante toda la vida y<br />

la participación en las comunidadades, al tiempo que se<br />

reconoce que las personas de edad no constituyen un<br />

grupo homogéneo.<br />

• La garantía de los derechos económicos, sociales y <strong>cultura</strong>les<br />

de las personas de edad, así como de sus derechos<br />

civiles y políticos, además de la eliminación de todas las<br />

formas de violencia y discriminación contra las personas<br />

adultas mayores.<br />

• El compromiso de reafirmar la igualdad de los sexos de<br />

las personas de edad, entre otras cosas, mediante la eliminación<br />

de la discriminación por motivos de sexo.<br />

• El reconocimiento de la importancia decisiva que tienen<br />

para el desarrollo social de todas las familias y la interdependencia,<br />

la solidaridad y la reciprocidad entre las<br />

generaciones.<br />

• La atención a la salud, el apoyo y la protección social de<br />

las personas de edad, incluidos los cuidados de la salud<br />

preventivos y de rehabilitación.<br />

• La promoción de <strong>una</strong> asociación entre el gobierno, en todos<br />

sus niveles, la sociedad civil, el sector privado y las<br />

personas de edad en el proceso de transformar el plan de<br />

acción en medidas prácticas.<br />

• La utilización de las investigaciones y conocimientos científicos,<br />

a<strong>una</strong>do al aprovechamiento <strong>del</strong> potencial de la<br />

tecnología para considerar, entre otras cosas, las consecuencias<br />

individuales, sociales y sanitarias <strong>del</strong> envejecimiento,<br />

en particular en los países en desarrollo.<br />

La atención a la salud, el apoyo y la protección social de las personas de<br />

edad forman parte de los trabajos que realizan la sociedad y el gobierno<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 121


• El reconocimiento de la situación de las personas de edad<br />

pertenecientes a poblaciones indígenas, sus circunstancias<br />

singulares y la necesidad de encontrar medios para<br />

brindarles voz eficaz en las decisiones que les afecten<br />

directamente.<br />

El plan plantea actuar en tres direcciones prioritarias:<br />

• Laspersonasdeedadyeldesarrollo:Estaprimeradirección<br />

señala que las personas de edad deben ser participantes<br />

plenas en el proceso de desarrollo, compartiendo sus<br />

beneficios debido a que los efectos <strong>del</strong> envejecimiento<br />

de la población sobre el desarrollo socioeconómico de<br />

la sociedad, combinados con los cambios sociales y económicos<br />

que están teniendo lugar en todos los países,<br />

crean la necesidad de adoptar medidas urgentes para<br />

garantizar la constante integración y habilitación de las<br />

personas de edad.<br />

• La promoción de la salud y el bienestar en la vejez: Esta<br />

segunda dirección establece que la buena salud es un<br />

bien inapreciable de las personas, por lo que dentro <strong>del</strong><br />

crecimiento económico y el desarrollo de las sociedades<br />

es indispensable que la población en general tenga un<br />

nivel elevado de salud; con ello, se busca que las personas<br />

de edad tengan pleno derecho a contar con acceso a la<br />

atención preventiva y curativa de los servicios de salud,<br />

mismos que incluyen la prevención de las enfermedades,<br />

la promoción de la salud, el mantenimiento de la demora<br />

de las enfermedades y el mejoramiento de la calidad de<br />

vida de las personas de edad.<br />

• La creación de un entorno propicio y favorable: El fomento<br />

de un entorno propicio para el desarrollo de las personas<br />

nas adultas mayores está encaminado a promover la utililización<br />

eficaz y eficiente de los recursos existentes, fomentando<br />

el fortalecimiento de las políticas y programas<br />

con el objeto de crear sociedades inclusivas y cohesionadas<br />

que habiliten a las personas de edad y respalden<br />

sus aportaciones a la sociedad; aspecto que sin duda incluye<br />

el acceso a los servicios básicos.<br />

130 Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de junio de 2002.<br />

122 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Perspectiva Nacional Jurídica:<br />

• ConstituciónPolítica<strong>del</strong>osEstadosUnidosMexicanos:<br />

Se establece en el Artículo 1º que todo individuo gozará<br />

de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales<br />

no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y<br />

con las condiciones que ella misma establece, quedando<br />

prohibida toda discriminación motivada, entre otras, por<br />

edad.<br />

• Ley<strong>del</strong>osDerechos<strong>del</strong>asPersonasAdultasMayores: 130<br />

Esta Ley, publicada el 25 de junio de 2002, tiene por<br />

objeto garantizar el ejercicio de los derechos de las personas<br />

adultas mayores, estableciendo las bases y disposiciones<br />

para su cumplimiento mediante la regulación<br />

de la política pública nacional para la observancia de los<br />

derechos de las personas adultas mayores, así como, de<br />

los principios, objetivos, programas, responsabilidades<br />

e instrumentos de la administración pública federal, las<br />

entidades federativas y los municipios, debiendo observar<br />

la planeación y aplicación de la política pública nacional.<br />

Para ello, la mencionada Ley en su Artículo 4° establece<br />

<strong>una</strong> serie de principios que serán los rectores en su aplicación,<br />

los cuales son:<br />

I. Autonomía y autorrealización: Todas las acciones que<br />

se realicen en beneficio de las personas adultas mayores<br />

orientadas a fortalecer su independencia, su capacidad<br />

de decisión y su desarrollo personal y comunitario.<br />

II. Participación: La inserción de las personas adultas mayores<br />

en todos los órdenes de la vida pública.<br />

III. Equidad: Es el trato justo y proporcional en las condiciones<br />

de acceso y disfrute de los satisfactores necesarios<br />

para el bienestar de las personas adultas mayores,<br />

sin distinción alg<strong>una</strong>.<br />

IV.Corresponsabilidad: La concurrencia y responsabilidad<br />

compartida de los sectores público y social para la consecución<br />

<strong>del</strong> objeto de esta Ley.<br />

V. Atención preferente: Es aquella que obliga a las instituciones<br />

federales, estatales y municipales de gobierno,<br />

Se debe promover el respeto a su integridad física, psicoemocional y sexual.<br />

así como a los sectores social y privado a implementar programas<br />

acordes a las diferentes etapas, características y<br />

circunstancias de las personas adultas mayores.<br />

Asimismo, en su Artículo 5° señala que de manera enunciativa<br />

y no limitativa esta Ley tiene por objeto garantizar a las<br />

personas adultas mayores los siguientes derechos:<br />

I. De la integridad, dignidad y preferencia: Esto es, que<br />

las personas adultas mayores tienen derecho a <strong>una</strong> vida<br />

con calidad, libre de violencia, al disfrute pleno y sin discriminación<br />

ni distinción alg<strong>una</strong> de todos sus derechos; al<br />

respeto a su integridad física, psicoemocional y sexual; a<br />

la protección contra toda forma de explotación, y a vivir<br />

en entornos seguros, dignos y decorosos, que cumplan<br />

con sus necesidades.<br />

II. De la certeza jurídica: Este derecho refiere que las personas<br />

adultas mayores deben recibir un trato digno y apropiado<br />

en cualquier procedimiento judicial, así como el<br />

apoyo de las instituciones federales, estatales y municipa-<br />

les en el ejercicio y respeto de sus derechos, así como la<br />

asesoría jurídica correspondiente en forma gratuita, debiendo<br />

tener atención preferente en la protección de su<br />

patrimonio personal y familiar, además que se deberá vigilar<br />

que, cuando sea el caso, las personas adultas mayores<br />

testifiquen sin presiones ni violencia.<br />

III.De la salud, la alimentación y la familia: Las personas<br />

adultas mayores tienen derecho a acceder a los satisfactores<br />

necesarios, considerando a los alimentos, bienes, servicios<br />

y condiciones humanas o materiales, para su atención<br />

integral, teniendo acceso preferente a los servicios<br />

de salud y la oportunidad de recibir orientación y capacitación<br />

en materia de salud, nutrición e higiene.<br />

IV. De la educación: Este derecho entiende que las personas<br />

adultas mayores tienen la posibilidad de recibir, de manera<br />

preferente, el derecho a la educación; para ello, las<br />

instituciones educativas, públicas y privadas deberán incluir<br />

en sus planes, programas, libros de texto gratuitos<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 123


y demás material educativo, información actualizada sobre<br />

el tema <strong>del</strong> envejecimiento y las personas adultas<br />

mayores.<br />

V. Del trabajo: Las personas adultas mayores tienen derecho<br />

a gozar de igualdad de oportunidades en el acceso al<br />

trabajo o de otras opciones que les permitan un ingreso<br />

propio y desempeñarse en forma productiva tanto tiempo<br />

como lo deseen, recibiendo en todo momento protección<br />

de las disposiciones de la Ley Federal <strong>del</strong> Trabajo<br />

y de otros ordenamientos de carácter laboral.<br />

VI. De la asistencia social: Este derecho entiende que las<br />

personas adultas mayores pueden ser sujetos de programas<br />

de asistencia social en caso de desempleo, discapacidad<br />

o pérdida de sus medios de subsistencia; de programas<br />

para contar con <strong>una</strong> vivienda digna y adaptada a<br />

sus necesidades y de programas para tener acceso a <strong>una</strong><br />

casa hogar, albergue u otras alternativas de atención integral,<br />

si se encuentran en situación de riesgo o desamparo.<br />

VII. De la participación: Las personas adultas mayores tienen<br />

derecho a participar en la planeación integral <strong>del</strong> desarrollo<br />

social, a asociarse y conformar organizaciones de<br />

personas adultas mayores para promover su desarrollo e<br />

incidir en las acciones dirigidas a este sector, a participar<br />

tanto en los procesos productivos, de educación y capacitación,<br />

como en la vida <strong>cultura</strong>l, deportiva y recreativa<br />

de su comunidad, así como a formar parte de los diversos<br />

órganos de representación y consulta ciudadana.<br />

124 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Las personas adultas mayores tienen derecho a gozar de<br />

igualdad de oportunidades que les permitan un ingreso propio y<br />

desempeñarse en forma productiva el tiempo que deseen.<br />

VIII. De la denuncia popular: Este derecho entiende que<br />

toda persona, grupo social, organización no gubernamental,<br />

asociación o sociedad, podrán denunciar ante los órganos<br />

competentes, todo hecho, acto u omisión que produzca<br />

o pueda producir daño o afectación a los derechos<br />

y garantías que establece esta Ley o que contravenga<br />

cualquier otra de sus disposiciones o de los demás ordenamientos<br />

que regulen materias relacionadas con las<br />

personas adultas mayores.<br />

IX. Del acceso a los Servicios: Las personas adultas mayores<br />

tienen derecho a tener <strong>una</strong> atención preferente<br />

en los establecimientos públicos y privados que prestan<br />

servicios al público, teniendo estos que implementar medidas<br />

para facilitar el uso y/o acceso adecuado. Asimismo,<br />

a contar con asientos preferentes en los referidos<br />

establecimientos, al igual que en aquellos en los que prestan<br />

servicios de autotransporte de pasajeros.<br />

Con la publicación de esta Ley de los Derechos de las Personas<br />

Adultas Mayores y como <strong>una</strong> estrategia de apoyo al cumplimiento<br />

de la misma por parte <strong>del</strong> Estado Mexicano, se crea el<br />

Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (<strong>Inapam</strong>)<br />

como órgano rector de las políticas públicas de atención hacia<br />

las personas de 60 años de edad y más, con un enfoque de desarrollo<br />

humano integral en cada <strong>una</strong> de sus facultades y atribuciones,<br />

teniendo como sus principales objetivos: proteger,<br />

atender, ayudar y orientar a los adultas mayores, así como<br />

conocer y analizar su problemática.<br />

Reglamentos<br />

• Reglamento de la Ley General de Salud en materia de<br />

Protección Social en Salud: 131, Reglamento publicado<br />

en el Diario Oficial de la Federación el 5 de abril de 2004,<br />

el cual tiene por objeto regular el Sistema de Protección<br />

Social en Salud en el cual, dentro <strong>del</strong> Artículo 99, señala<br />

que dentro de las enfermedades cuyo tratamiento es de<br />

alto costo que generan gastos catastróficos -entendidos<br />

como aquellos que derivan de tratamientos y medicamentos<br />

asociados, que satisfagan las necesidades de salud<br />

mediante la combinación de intervenciones de tipo preventivo,<br />

diagnóstico, terapéutico, paliativo y de rehabilitación,<br />

con criterios explícitos de carácter clínico y epidemiológico<br />

que impliquen un alto costo en virtud de su<br />

grado de complejidad o especialidad, para los cuales se<br />

constituirá y administrará por la Federación un fondo de<br />

reserva- responderá entre otros, al siguiente criterio:<br />

• Aceptabilidad social: Para los gastos catastróficos se<br />

deben considerar el daño a la salud <strong>del</strong> beneficiario afectado,<br />

así como la repercusión social y familiar, especialmente<br />

cuando éstas afectan a grupos vulnerables dentro<br />

de los cuales se entienden a niñas y niños menores de<br />

cinco años, mujeres en periodo de gestación o lactancia,<br />

personas con discapacidad y personas adultas mayores a<br />

partir de 64 de edad.<br />

• Norma Oficial Mexicana NOM-167-SSA1-1997, para<br />

la prestación de servicios de asistencia social para<br />

menores y adultos mayores. 132, Esta Norma Oficial fue<br />

publicada el 4 de diciembre de 1998 en el Diario Oficial<br />

de la Federación.<br />

En México, la Asistencia Social es <strong>una</strong> expresión de<br />

solidaridad humana que se manifiesta en la familia, sociedad<br />

y en el ámbito <strong>del</strong> Estado, debido a que el retardo<br />

en la solución a los problemas más urgentes y el<br />

surgimiento de nuevas necesidades, incrementan los rezagos,<br />

principalmente en los sectores más pobres y vulne-<br />

131 Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 5 de abril de 2004.<br />

132 Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 4 de diciembre de 1988.<br />

rables de la sociedad, como son los menores de edad y<br />

las personas adultas mayores en condición de orfandad,<br />

abandono, rechazo social y maltrato físico y mental.<br />

Para ello, esta Norma Oficial Mexicana establece procedimientos<br />

básicos que facilitan y alientan la instrumentación<br />

de acciones en favor de los menores de edad y<br />

las personas adultas mayores sujetos a asistencia social,<br />

tomando en cuenta la condición específica de cada entidad<br />

federativa.<br />

Asimismo, el citado documento tiene por objeto establecer<br />

los procedimientos para uniformar principios, criterios,<br />

políticas y estrategias en la prestación de servicios<br />

y el desarrollo de actividades en materia de asistencia<br />

social a menores de edad y personas adultas mayores.<br />

Programa Social 70 y Más<br />

El Programa 70 y Más surgió como <strong>una</strong> estrategia <strong>del</strong> Ejecutivo<br />

Federal para apoyar a las personas adultas mayores más vulnerables,<br />

enfocándose en las personas de 70 años o más de<br />

edad que vivan en localidades de hasta 30 mil habitantes.<br />

Los beneficiarios de dicho Programa reciben apoyos económicos<br />

de 500 pesos mensuales, cantidad que se paga cada dos<br />

meses, además de que se les convoca a participar en grupos<br />

de crecimiento y jornadas informativas sobre temas de salud<br />

obteniendo facilidades para el acceso a servicios y apoyos de<br />

instituciones como el <strong>Inapam</strong>, así como actividades productivas<br />

y ocupacionales.<br />

Asimismo, se otorga un pago de marcha de mil pesos al representante<br />

<strong>del</strong> beneficiario cuando éste fallece.<br />

Los criterios de elegibilidad son:<br />

• Tener 70 años de edad o más.<br />

• Habitar en localidades de hasta 30 mil habitantes.<br />

• No ser beneficiario <strong>del</strong> Apoyo de Adulto Mayor <strong>del</strong> Programa<br />

de Desarrollo Humano Oportunidades o aceptar la<br />

suspensión en caso de ser beneficiario <strong>del</strong> mismo.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 125


Conclusiones<br />

Derivado de lo expuesto en este documento reitero la necesidad<br />

existente de un cambio más allá <strong>del</strong> fomento al respeto<br />

de los derechos humanos de las personas adultas mayores,<br />

pues este debe ser <strong>cultura</strong>l.<br />

A<strong>una</strong>do a lo anterior, si realmente queremos alcanzar un<br />

mundo y un país en el que se respeten todos los derechos de<br />

todas las personas, es imprescindible trabajar en la construcción<br />

de un marco jurídico que por un lado favorezca la protección<br />

de los derechos de las personas adultas mayores y,<br />

por otro, impulse políticas públicas que les otorguen justicia<br />

y dignidad.<br />

Ello, debido a que no contamos con un marco jurídico adecuado<br />

que erradique los actos discriminatorios y las acciones u<br />

omisiones violentas de las que son objeto las personas adultas<br />

mayores, sobre todo de aquellas que ocurren en el interior de<br />

sus hogares o en el ámbito familiar, debido a que por su naturaleza<br />

resultan muy difíciles de identificar, demostrar y, por<br />

tanto, sancionar.<br />

<strong>Por</strong> su parte, en lo concerniente a la relación entre <strong>una</strong> persona<br />

adulta mayor y su gobierno, tenemos que ésta es menos<br />

compleja debido a que las acciones que ejecuta en favor de<br />

ellas tienen un impacto directo en su vida y ha habido mayores<br />

intentos; sin embargo, tenemos que reconocer que ésta<br />

continúa siendo insuficiente.<br />

Ante este panorama, podemos expresar que a pesar de contar<br />

con un marco jurídico idóneo, en la práctica es deficiente<br />

y, duele reconocerlo, está muy lejos de garantizar el respeto<br />

a todos los derechos de las personas adultas mayores, situación<br />

que se percibe imposible mientras no se avance en la<br />

legislación de la materia.<br />

Dentro de la perspectiva internacional, el marco jurídico es<br />

amplio y a mi entender muy completo. Sin embargo, es preciso<br />

señalar que ésta se compone de declaraciones que por<br />

su propia naturaleza no son vinculantes, es decir; no obligan<br />

jurídicamente a su cumplimiento, por lo que la gran paradoja<br />

está en respuesta de que no existe <strong>una</strong> convención o tratado<br />

internacional en la materia que obligue, a quienes lo firmen<br />

y aprueben, a respetar lo en ella contenido, situación que se<br />

traduciría en un gran avance al respeto íntegro de los derechos<br />

de las personas adultas mayores.<br />

126 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Todos los actores de la sociedad y política mexicana deben trabajar<br />

en favor <strong>del</strong> pleno fomento y respeto de los derechos de los adultos<br />

mayores.<br />

El avance en la medicina ha contribuido a que la población alcance<br />

mayor edad.<br />

<strong>Por</strong> todo lo anterior, concluyo remarcando la necesidad existente<br />

de que todos los actores de la sociedad mexicana, políticos<br />

y sociales, así como a los tres órdenes de gobierno dentro<br />

de sus ámbitos Ejecutivo, Legislativo y Judicial, desde sus respectivas<br />

competencias y funciones, trabajemos en favor <strong>del</strong><br />

pleno fomento y respeto de los derechos de las personas adultas<br />

mayores, siendo imperante que en el Congreso de la Unión<br />

trabajemos en la creación y perfeccionamiento de las Leyes para<br />

lograrlo.<br />

* Senador Guillermo Tamborrel Suárez.<br />

En defensa de los adultos mayores<br />

Comisión Nacional de los Derechos Humanos *<br />

En las últimas dos décadas se ha hecho más evidente el problema <strong>del</strong> envejecimiento<br />

de la población mexicana, lo cual se debe sobre todo al descenso sostenido<br />

de la tasa de mortalidad, que se inició en la década de los años 30, y a la expansión<br />

de la infraestructura sanitaria y de los servicios educativos, lo que propició un mayor<br />

uso de los servicios de salud. 133 Lo anterior a<strong>una</strong>do a la disminución paulatina de<br />

la natalidad, 134 debido a la utilización cada vez más extendida de los métodos anticonceptivos,<br />

la escasa formalización de uniones, al incremento en las rupturas<br />

conyugales y la integración de los hijos de <strong>una</strong> unión anterior en <strong>una</strong> nueva, dificulta<br />

la reposición demográfica, que, de seguir así, para el año 2050 el bono demográfico<br />

será casi nulo y resultará imposible cubrir las pensiones, o brindar <strong>una</strong> atención<br />

adecuada a la población adulta mayor de nuestro país. 135<br />

De ahí que resulte evidente la necesidad de llevar a cabo acciones que permitan<br />

afrontar de manera eficaz los problemas que se presenten a corto, mediano y largo<br />

plazo, por lo que es indispensable plantear las siguientes interrogantes: ¿Hacia dónde<br />

deben reorientarse las políticas públicas en materia de atención de adultos mayores?<br />

¿Qué tratamiento se debe otorgar a los problemas que aquejan a este sector de la<br />

población? ¿Cuál ha sido la respuesta <strong>del</strong> gobierno a dicha problemática? ¿Cuál es el<br />

papel de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en este complejo entramado de relaciones?<br />

Dar respuesta puntual a las interrogantes planteadas con antelación, escapa la pretensión de este trabajo; sin embargo, deben<br />

quedar apuntadas para futuras reflexiones, por ahora, nuestro objetivo se concreta a mostrar <strong>una</strong> visión institucional respecto a<br />

la atención que se brinda a los adultos mayores, lo cual permitirá conocer las problemáticas más recurrentes que se presentan en<br />

las quejas que conoce esta Comisión Nacional.<br />

Los más vulnerables<br />

El grupo de las personas de la tercera edad, cobra <strong>una</strong> especial relevancia en razón de que registra el mayor crecimiento dentro de<br />

los grupos en situación de vulnerabilidad de nuestro país, ya que en dos décadas y media su población casi se ha duplicado para<br />

llegar a la cifra de 9.1 millones de personas. 136<br />

133<br />

Es preciso señalar que pasamos un promedio de 7 muertes por cada mil personas en 1980 a 5 decesos por cada mil habitantes en 2010.<br />

134<br />

En 1980, la tasa de natalidad en México alcanzó niveles de 34.7 nacimientos por cada mil habitantes, cifra que disminuye considerablemente a 17.8 en 2010, lo que representa <strong>una</strong> reducción de<br />

49 por ciento.<br />

135<br />

Las proyecciones demográficas indican que para el año 2010 habrá 15 millones de personas mayores de 60 años, para el año 2020 sumarán 17.5 millones de personas, para 2040 serán 23 millones<br />

y para el 2050 sumarán 36 millones.<br />

136<br />

Periódico El Economista, viernes 27 de agosto de 2010, pág. 12, el cual señala a su vez que 600 millones de adultos mayores viven en el mundo, y que la cifra se triplicará en el 2050, según datos<br />

de la Organización Mundial de la Salud.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 127


De lo anterior se desprende que los adultos mayores presentan<br />

un mayor ritmo de crecimiento demográfico de México, lo<br />

cual se incrementara en los siguientes años; esto incide considerablemente<br />

en su peso relativo, por lo que será necesario<br />

propiciar un rediseño en las políticas públicas en el Estado mexicano,<br />

a fin de generar las condiciones económicas, sociales<br />

y <strong>cultura</strong>les que permitan que la población pueda disfrutar de<br />

<strong>una</strong> calidad de vida adecuada durante la vejez.<br />

Importa mucho poner <strong>una</strong> mayor atención a la situación que<br />

atraviesan los adultos mayores en áreas como la educativa, la<br />

de salud y la seguridad social, que en la actualidad presentan<br />

graves rezagos, por lo que resulta evidente la necesidad de<br />

reforzarlas en bien de la sociedad: ejemplo de ello es que aproximadamente<br />

40 por ciento recibe <strong>una</strong> pensión de seguridad<br />

social que va de mil a 3 mil pesos mensuales, y el resto de la<br />

población vive con sólo un salario mínimo o menos al día y,<br />

obviamente, sin atención médica, ya que sólo 2 millones 622<br />

mil 476 son derechohabientes de la seguridad social.<br />

Atento a lo anterior, podemos advertir la situación en la que<br />

se encuentra este sector de la población, el cual tiene mayor<br />

propensión a sufrir diversas enfermedades crónico-degenerativas,<br />

sin que en la mayoría de los casos puedan contar con<br />

algún sistema de seguridad social que les garantice un nivel<br />

de vida adecuado.El personal de esta Comisión Nacional de<br />

los Derechos humanos ha identificado diversas violaciones a<br />

derechos humanos en prejuicio de este sector de la población,<br />

como lo son: 1) la negativa o inadecuada prestación <strong>del</strong> servicio<br />

público de salud, 2) el incumplimiento de la prestación<br />

de seguridad social, 3) la negligencia médica, 4) la omisión de<br />

proporcionar atención médica, y suministrar de medicamentos,<br />

5) la violación a los derechos de los adultos mayores, 6) el<br />

incumplimiento en el pago de la pensión y 7) la obstaculización<br />

o negación de las prestaciones de seguridad social.<br />

Todos estos hechos laceran gravemente a la ciudadanía, e<br />

implican <strong>una</strong> reducción en el goce de los derechos que consasagra<br />

el ordenamiento jurídico para este sector de la población,<br />

de ahí la importancia de la labor que desarrolla el personal de<br />

la Comisión Nacional, el cual busca garantizar el acceso a los<br />

servicios públicos, así como el restablecimiento de los dere-<br />

128 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

chos vulnerados por algún servidor público en las diversas aéreas<br />

<strong>del</strong> gobierno.<br />

A continuación, daremos un breve panorama de las problemáticas<br />

que atraviesa este sector de la población, así<br />

como las diversas prácticas administrativas que transgreden<br />

sus derechos y que obstaculizan el disfrute pleno y ejercicio<br />

efectivo de los derechos que establece el ordenamiento jurídico<br />

mexicano.<br />

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos tiene bajo<br />

su responsabilidad la promoción, observancia, protección y<br />

defensa de los derechos humanos en nuestro país, en especial<br />

de aquéllos en situación de vulnerabilidad, como lo son los<br />

adultos mayores. 137<br />

Atento a lo anterior, el personal de la Comisión Nacional recibió<br />

<strong>del</strong> 1 de enero de 2005 al 31 de julio de 2010 un total de<br />

2 mil 835 expedientes de queja relativos a los adultos mayores,<br />

en las que se aludía a la violación de algún derecho humano<br />

por parte de las siguientes autoridades federales: 1)<br />

Instituto Mexicano <strong>del</strong> Seguro Social (1,090), 2) Instituto de<br />

Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores <strong>del</strong> Estado<br />

(345), 3) Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención<br />

y Readaptación Social de la SSPF (128), 4) Comisión Federal<br />

de Electricidad (103), 5) Procuraduría General de la República<br />

(83), 6) Secretaria de la Defensa Nacional (71), 7) Instituto<br />

<strong>del</strong> Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (67),<br />

8) Secretaría de Desarrollo Social (54), 9) Procuraduría Agraria<br />

(37), 10) Procuraduría Federal <strong>del</strong> Consumidor (33), 11)<br />

Petróleos Mexicanos (22), 12) Instituto Nacional de las Personas<br />

Adultas Mayores (20), 13) Junta Federal de Conciliación<br />

y Arbitraje (19), 14) Comisión Nacional para la Protección<br />

y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros<br />

(18), 15) Procuraduría Federal de la Defensa <strong>del</strong> Trabajo (17),<br />

16) Secretaría de Agri<strong>cultura</strong>, Ganadería, Desarrollo Rural<br />

y Alimentación (15) y 17) Servicio de Administración Tributaria<br />

de la SHCP (15).<br />

Dentro de las violaciones que se imputaron a las diversas<br />

autoridades federales anteriormente señaladas se pueden señalar<br />

las siguientes: 1) Negativa o inadecuada prestación <strong>del</strong><br />

servicio público de salud (314), 2) Falta a la legalidad, hon-<br />

137 Es conveniente resaltar que el vocablo preciso para referirnos al sector de la población de 60 años y más, es el de Personas de Edad o Personas Adultas Mayores, terminología utilizada por Naciones<br />

Unidas en la Asamblea Mundial sobre el <strong>Envejecimiento</strong>, a la fecha términos como personas de la tercera edad, senectos o ancianos se encuentran en desuso a fin de no vulnerar la dignidad de las<br />

personas.<br />

radez, lealtad, imparcialidad y eficacia en el desempeño de las<br />

funciones, empleos, cargos o comisiones (234), 3) Prestación<br />

indebida de servicio público (227), 5) Incumplimiento de prestación<br />

de seguridad social (114), 6) Negligencia médica<br />

(108), 7) Negativa al derecho de petición (95), 8) Ejercicio<br />

indebido <strong>del</strong> cargo (68), 9) Dilación en el procedimiento administrativo<br />

(61), 10) No proporcionar atención médica (61),<br />

11) No suministrar medicamentos (45), 12) Violación a los<br />

derechos de los adultos mayores (43), 13) Trato cruel y/o<br />

degradante (42), 14) Detención arbitraria (30), 15) Cateo<br />

y visitas domiciliarias ilegales (30), 16) Incumplimiento con<br />

el pago de pensión (27), 17) Obstaculizar o negar las prestaciones<br />

de seguridad social (20) y 18) Imputación indebida<br />

de hechos (20).<br />

La forma en la que se resolvieron las quejas ante esta Comisión<br />

Nacional de los Derechos Humanos fue la siguiente:<br />

acumulación (2), amigable composición (13), desistimiento<br />

<strong>del</strong> quejoso (9), falta de interés procesal <strong>del</strong> quejoso (32), no<br />

competencia (12), orientación (684), por no existir materia<br />

(93), recomendación (7), resuelto en el procedimiento (365),<br />

orientación directa (779) y remisión (754).<br />

Las violaciones antes señaladas nos muestran un grave problema<br />

como la violación de los derechos humanos por parte de<br />

servidores públicos, quienes por desconocimiento, indolencia<br />

Entre las problemáticas que enfrentan<br />

los adultos mayores están la pobreza,<br />

insuficientes servicios de salud y abandono.<br />

o falta de probidad o de capacidad, transgreden los derechos<br />

humanos de los adultos mayores, que en muchas ocasiones<br />

no cuentan con los recursos para pagar <strong>una</strong> asesoría legal<br />

que garantice que les sean satisfechas sus pretensiones, son<br />

hechos frecuentes en nuestro país.<br />

Los adultos mayores padecen diversas circunstancias, sin<br />

embargo <strong>una</strong> de las más lamentables es la que proviene de la<br />

falla de un funcionario <strong>del</strong> Estado que tiene la responsabilidad<br />

de atenderlo y brindarle un servicio de calidad que le permita<br />

<strong>una</strong> mejor calidad de vida.<br />

Otra circunstancia igualmente lamentable que padecen los<br />

adultos mayores es la relativa a la violencia intrafamiliar, de<br />

la cual se ocupa en parte esta Comisión Nacional, otorgando<br />

apoyo psicológico, médico y jurídico a quien lo necesita.<br />

Violencia familiar<br />

Para que la familia pueda cumplir adecuadamente con sus funciones<br />

es menester que entre todos sus miembros impere el<br />

respeto, por ello, a lo largo <strong>del</strong> tiempo, algunos códigos recuperaron<br />

sólo como obligación de los hijos el respeto hacia sus<br />

ascendientes; sin embargo, el proceso de actualización legislativa<br />

ha llevado a instaurarla como obligación recíproca de los<br />

miembros de la familia al igual que la consideración mutua.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 129


De estos postulados se advierte que el derecho mexicano,<br />

en la norma de mayor jerarquía reconoce los derechos de los<br />

integrantes de la familia a ser titulares de <strong>una</strong> vida familiar con<br />

bienestar y sin violencia. Así, cada uno de los miembros tiene<br />

derecho a que se le respete como individuo, sin importar su<br />

edad, sexo, estado de salud, o alg<strong>una</strong> otra condición.<br />

Tal derecho está plasmado en diversos documentos de carácter<br />

internacional, los cuales son ley vigente para nuestro país,<br />

de conformidad con el artículo 133 de la Constitución Política<br />

de los Estados Unidos Mexicanos, y es en este sentido que las<br />

autoridades competentes deben perfeccionar mecanismos eficaces<br />

para la aplicación de dichos ordenamientos.<br />

<strong>Por</strong> otra parte, la legislación civil de alg<strong>una</strong>s entidades federativas<br />

así como la <strong>del</strong> Distrito Federal han recuperado esta<br />

facultad, tal y como lo expresa el artículo 138, sextus, que a<br />

la letra señala: “...es deber de los miembros de la familia observar<br />

solidaridad y respeto recíproco en el desarrollo de las<br />

relaciones familiares…”.<br />

Este derecho se convierte a su vez también en obligación,<br />

cuando se dice que: “...los integrantes de la familia tienen derecho<br />

a desarrollarse en un ambiente de respeto a su integridad<br />

física y psíquica, y obligación de evitar conductas que generen<br />

violencia familiar.<br />

A tal efecto, contarán con la asistencia y protección de las<br />

instituciones públicas, de acuerdo a las leyes para combatir<br />

y prevenir conductas de violencia familiar…”, lo anterior de<br />

conformidad con el artículo 323, tertius, <strong>del</strong> Código Civil para<br />

el Distrito Federal.<br />

Además de los avances en materia legislativa, la familia, la<br />

escuela, la sociedad y todos los actores sociales involucrados<br />

deben trabajar para generar <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> basada en el respeto<br />

de los derechos fundamentales de todas las personas, tanto en<br />

el ámbito público como en el privado.<br />

Actualmente nuestra sociedad tiene -lamentablemente- entre<br />

<strong>una</strong> de sus principales características, el fenómeno de la<br />

violencia. Ésta se manifiesta de manera diversa y tiene como<br />

causa <strong>una</strong> crisis generalizada: política, social, económica y cul-<br />

130 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

tural, amén de la impunidad generalizada derivada de la falta de<br />

sanción a conductas <strong>del</strong>ictivas.<br />

Entre las problemáticas a las que se enfrenta este sector de<br />

la población se encuentran: la pobreza, falta de oportunidades<br />

laborales, insuficientes servicios de salud, disminución de ingresos<br />

o carencia de ellos, abandono, violencia y discriminación.<br />

En la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se brinda<br />

el apoyo necesario a este sector de la población por medio<br />

<strong>del</strong> programa de PROVÍCTIMA, el cual proporciona entre<br />

otros servicios el de atención psicológica, la atención médica,<br />

la orientación jurídica, la información e incluso el acompañamiento,<br />

lo cual nos ha permitido conocer de cerca los problemas<br />

que aquejan a este sector de la población, el cual como<br />

se ha dicho en líneas anteriores difícilmente denuncia por las<br />

circunstancias en las que se encuentra. 138<br />

Reflexión final<br />

La situación que viven los adultos mayores en nuestro país<br />

resulta poco alentadora, ya que en muchas ocasiones no cuentan<br />

con los servicios de salud, educación y vivienda necesarios<br />

para desarrollarse de forma armónica, lo cual los coloca en <strong>una</strong><br />

condición de especial vulnerabilidad, de ahí que la Comisión<br />

Nacional de los Derechos Humanos ha orientado su labor en<br />

brindar la atención psicológica, jurídica y de acompañamiento<br />

necesaria con el fin de garantizar de <strong>una</strong> mejor forma los<br />

derechos humanos de este sector de la población, que comunmente<br />

se ven afectados.<br />

Independientemente de la labor que desarrolla la Comisión<br />

Nacional de los Derechos Humanos, se advierte la necesidad<br />

de que el Estado implemente políticas públicas coordinadas<br />

entre las diferentes instancias de gobierno, así como los diversos<br />

sectores de la sociedad, ya sean privados o sociales, con<br />

la intención de proporcionarle a este sector de la población herramientas<br />

eficaces para la satisfacción de sus derechos.<br />

*Doctor Raúl Plascencia Villanueva, Presidente de la Comisión<br />

Nacional de los Derechos Humanos.<br />

138 Durante el periodo de enero de 2005 a julio de 2010 se han proporcionado 669 servicios de este sector de la población que son: 1) Ortientación jurídica (572), 2) Atención<br />

psicológica (37), 3) Acompñamiento (9), 4) Atención médica (1) y 5) Información (50).<br />

Adultos mayores en México,<br />

de principio a fin<br />

Instituto Nacional de Estadística y Geografía<br />

La edad es un criterio arbitrario para definir el envejecimiento, ya que el umbral de<br />

la vejez auto percibida o socialmente asignada muestra diferencias. En la República<br />

Mexicana se considera adulto mayor a la población de 60 años y más, de acuerdo con<br />

las investigaciones sociodemográficas sobre el tema y en pleno apego a la Ley de los<br />

Derechos de las Personas Adultas Mayores. Aquí trataremos dos aspectos: la dinámica<br />

y situación demográfica, los cambios que han experimentado los adultos mayores a lo<br />

largo de su vida, así como los caminos que los llevan a padecer diferentes enfermedades<br />

que los conducen a su fin. 139<br />

Dinámica y situación demográfica. Hay 15 por cada 100 habitantes<br />

Durante el siglo XX, la población de México tuvo importantes cambios sociales,<br />

económicos y <strong>cultura</strong>les, los cuales dieron lugar a la transición demográfica que, en<br />

la década presente, se manifiesta en un proceso de envejecimiento en la estructura<br />

por edad de la población. Tal transformación inició en la década de los 30 con el<br />

descenso paulatino de la mortalidad, seguida<br />

por la reducción acentuada de la fecundidad<br />

a mediados de los setenta. La mortalidad<br />

dis-minuyó y aumento la esperanza de vida.<br />

En consecuencia, cada vez hay más personas<br />

adultas mayores. También la caída de la fecundidad<br />

se refleja en menores nacimientos y en<br />

<strong>una</strong> reducción sistemámática de la proporción<br />

de niños y jóvenes en la población total. De<br />

esta manera, la combinación de <strong>una</strong> esperanza<br />

de vida cada vez mayor y <strong>una</strong> fecundidad en<br />

continuo descenso, ha provocado que la proporción<br />

de personas de 60 años y más se haya<br />

incrementado en las décadas recientes.<br />

Población por grupos de edad<br />

1970-2010<br />

Millones<br />

Gruposdeedad<br />

Menoresde15años<br />

15a29años<br />

30a59años<br />

80añosymás<br />

1970<br />

22.3<br />

12.3<br />

10.9<br />

2.7<br />

1990<br />

31.1<br />

23.9<br />

20.7<br />

5.0<br />

Fuente:1970.DGE.IXCensoGeneraldepoblación.1970.México,1972.<br />

1990.INEGI.XICensoGeneraldePoblaciónyVivienda,1990.México,1992.<br />

2000.INEGI.XIICensoGeneraldePoblaciónyVivienda,2000.México,2001.<br />

2010.CONAPO.Proyecciones<strong>del</strong>aPoblaciónenMéxico.2005-2050.<br />

139 Este artículo es <strong>una</strong> actualización de algunos de los principales indicadores de los adultos mayores en méxico. Perfil sociodemográfico al inicio <strong>del</strong> siglo XX, publicado por el Inegi en 2005.<br />

Años<br />

2000<br />

32.6<br />

27.2<br />

28.7<br />

6.9<br />

2010<br />

30.5<br />

29.3<br />

39.2<br />

9.4<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 131


Tasa 1 de crecimiento medio anual por sexo según grupos de edad<br />

1990 - 2015<br />

Periodo y sexo<br />

1990 - 2009<br />

Total<br />

Hombres<br />

Mujeres<br />

2005 - 2009<br />

Total<br />

Hombres<br />

Mujeres<br />

2009- 2015<br />

Total<br />

Hombres<br />

Mujeres<br />

Total<br />

1.31<br />

1.24<br />

1.38<br />

0.86<br />

0.78<br />

0.93<br />

0.72<br />

0.65<br />

0.79<br />

Menores<br />

de 15 años<br />

-0.31<br />

-0.30<br />

-0.32<br />

-1.28<br />

-1.28<br />

-1.27<br />

-1.44<br />

-1.44<br />

-1.44<br />

15 a 29<br />

años<br />

0.80<br />

0.73<br />

0.87<br />

0.40<br />

0.42<br />

0.38<br />

0.16<br />

0.20<br />

0.12<br />

1 Se refiere al mo<strong>del</strong>o geométrico<br />

Fuente: CONAPO, INEGI y COLMEX. Conciliación demográfica, 2006.<br />

CONAPO. Proyecciones de la Población en México, 2005-2050.<br />

30 a 59<br />

años<br />

3.20<br />

3.14<br />

3.25<br />

2.49<br />

2.39<br />

2.59<br />

1.98<br />

1.89<br />

2.06<br />

Entre 1990 y 2009, se estima que la población en su conjunto<br />

se incrementó en 1.31 por ciento en promedio anual,<br />

mientras que la <strong>del</strong> grupo de 60 años y más fue de 3.19 por<br />

ciento. Este ritmo de crecimiento propició que los adultos mayores<br />

aumentaran su presencia tanto en términos absolutos<br />

como relativos: en 1990 había cinco millones, en 2010 se estiman<br />

9.4 millones, es decir, prácticamente su monto se duplicó<br />

en dos décadas, con lo que la proporción con respecto a la<br />

población total pasó de 6 por ciento a 8.7 por ciento.<br />

Según las proyecciones de población elaboradas por el Consejo<br />

Nacional de Población (Conapo), en los próximos años el<br />

grupo de adultos mayores tendrá un crecimiento demográfico<br />

paulatino. Se estima que en 2015 serán 11.4 millones, lo<br />

que en términos relativos representará 10.1 por ciento de la<br />

población total. Con lo anterior, la tasa de crecimiento promedio<br />

anual de este grupo aumentó de 3.52 por ciento entre<br />

2005-2009 a 3.79 por ciento entre 2009 y 2015. Para años<br />

posteriores, se estima que la proporción de adultos mayores<br />

tendrá un acelerado aumento: 12.1 por ciento en 2020, 19.9<br />

por ciento en 2035 y 27.7 por ciento en 2050, cuando en<br />

términos absolutos el número de adultos mayores ascienda a<br />

33.8 millones.<br />

El proceso de urbanización <strong>del</strong> país impulsado por el Estado<br />

a partir de 1940 con la industrialización, aún se mantiene y ha<br />

provocado <strong>una</strong> fuerte migración interna en el territorio nacio-<br />

132 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

60 años<br />

y más<br />

3.19<br />

3.18<br />

3.21<br />

3.52<br />

3.56<br />

3.49<br />

3.79<br />

3.82<br />

3.77<br />

nal. Un ejemplo, en 2009, 19.8 millones de personas residían<br />

en <strong>una</strong> entidad distinta de donde nacieron, de ellos, 16.0<br />

por ciento tenía 60 años y más. En este mismo sentido, se destaca<br />

que tres de cada diez adultos mayores, 29.8 por ciento,<br />

vive fuera de su lugar de nacimiento. La migración tiene secuelas<br />

en la estructura por edad de la población, ya que se advierte<br />

un envejecimiento relativo de las localidades rurales,<br />

debido a los flujos migratorios de las comunidades de origen a<br />

los centros urbanos, en búsqueda de actividades económicas<br />

más rentables y con mejores condiciones de vida.<br />

La pérdida poblacional en edades productivas, combinada<br />

con los patrones de fecundidad y mortalidad prevalecientes<br />

en las localidades con menos de 2 500 habitantes, propicia<br />

que por cada 100 residentes en edades productivas, de 15 a<br />

59 años, existan 18 adultos de 60 años y más; mientras que<br />

en las ciudades de 100 mil y más, esto es de 15 por cada cien.<br />

<strong>Por</strong>centaje de población nacida en otra entidad<br />

o país por grupos de edad según sexo<br />

2009<br />

Grupos de edad<br />

Total Hombres<br />

Total<br />

18.4<br />

18.0<br />

Menoresde15años<br />

15a29años<br />

30a59años<br />

60añosymás<br />

9.2<br />

15.8<br />

24.8<br />

29.9<br />

FUENTE: INEGI.EncuestaNacionaldeOcupaciónyEmpleo.Segundotrimestrede2009.Basededatos<br />

9.0<br />

15.8<br />

24.6<br />

29.9<br />

Razón de adultos mayores por tamaño de la localidad según sexo<br />

2000y2008<br />

Tamaño de localidad<br />

Total<br />

Hasta2499habitantes<br />

2500a14999habitantes<br />

15000a99999habitantes<br />

100000ymáshabitantes<br />

Total<br />

16.2<br />

18.1<br />

16.6<br />

14.0<br />

15.9<br />

NOTA:Eslarelación<strong>del</strong>apoblaciónde60añosymásentrelade15a59añosporcien.<br />

FUENTE:INEGI.XIICensoGeneraldePoblaciónyVivienda2000.<br />

INEGI.STPS.EncuestaNacionaldeOcupaciónyEmpleo2008.SegundoTrimestre<br />

STPS.EncuestaNAcionaldeOcupaciónyEmpleo2009.SegundoTrimestre<br />

2009<br />

Hombres<br />

15.7<br />

19.1<br />

17.1<br />

13.5<br />

14.7<br />

Mujeres<br />

18.8<br />

9.4<br />

15.8<br />

24.9<br />

29.9<br />

Mujeres<br />

16.6<br />

17.3<br />

16.1<br />

14.4<br />

17.0<br />

Relación de dependencia demográfica de adultos mayores por entidad federativa 2010<br />

Menor de 10<br />

De 10.0 a 11.7<br />

De 11.8 a 13.4<br />

De 13.5 a 15.1<br />

De 15.2 a 16.8<br />

Fuente: INEGI. Estimaciones a partir de las proyecciones de la población de México, 2005- 2050.<br />

Más adultos mayores en Oaxaca, Zacatecas y D.F.<br />

Los cambios en la dinámica demográfica <strong>del</strong> país a partir de 1970,<br />

propiciaron que el ritmo de crecimiento de la población más<br />

joven se redujera sustancialmente. El grupo de adultos mayores<br />

ha registrado el crecimiento relativamente más alto y uniforme<br />

en las últimas dos décadas.<br />

De acuerdo con las previsiones de Conapo, en 2010 las entidades<br />

con mayor presencia de adultos mayores, con respecto<br />

de la población en edades potencialmente activas, son Oaxaca<br />

con 16.8 por ciento, Zacatecas y Distrito Federal con 16.7<br />

por ciento cada <strong>una</strong>, que presentan la relación de dependencia<br />

demográfica más alta. Oaxaca y Zacatecas han mostrado <strong>una</strong><br />

importante pérdida de población en edades jóvenes, resultado<br />

principalmente de la migración internacional. En el Distrito Fe-<br />

deral, pionera en el descenso de la fecundidad, han influido<br />

varios factores en este cambio, entre ellos: la mayor expectativa<br />

de vida de sus habitantes, así como la pérdida relativa de<br />

población, que mudó su residencia a los municipios conurbados<br />

<strong>del</strong> Estado de México.<br />

Adicionalmente, la dependencia de la población femenina <strong>del</strong><br />

Distrito Federal equivale a casi dos adultos mayores por cada<br />

diez mujeres en edades de 15 a 59 años.<br />

En cambio, las entidades que se han caracterizado como polos<br />

de atracción de personas en edad de trabajar y con menor<br />

dependencia de adultos mayores son: Quintana Roo (7.1 por<br />

ciento), Baja California (10.1 por ciento) y Baja California Sur<br />

(10.2 por ciento).<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 133


Tasa de mortalidad1 e índice de sobremortalidad masculina2 por grupos de edad y sexo<br />

2005 - 2007<br />

17.5 129.0<br />

14.2<br />

Menores de un<br />

año<br />

Mortalidad<br />

Hombres<br />

Mujeres<br />

Sobremortalidad masculina<br />

0.8<br />

120.2<br />

0.7<br />

137.6<br />

0.3 0.3<br />

Entre 2005 y 2007 se registraron en promedio 500 mil muertes<br />

en el país, de las cuales 305 mil correspondieron a personas<br />

adultas mayores (60.8 por ciento). Al revisar las tasas de mortalidad<br />

por grupos de edad en dicho periodo, se aprecia que la<br />

mortalidad es sumamente alta en el primer año de vida, luego<br />

disminuye rápidamente hasta alcanzar el mínimo en la adolescencia.<br />

A partir de la juventud incrementa su intensidad hasta<br />

alcanzar en las edades avanzadas el nivel más elevado. La mortalidad<br />

según sexo tiene su mayor diferencia entre los jóvenes,<br />

ya que es tres veces mayor en los hombres que en las mujeres.<br />

Es ampliamente conocido que, debido a las características<br />

biológicas de los seres humanos en todas las edades, los hombres<br />

son más proclives a morir que las mujeres.<br />

En el estado de salud y los cuidados que se procuran a las<br />

personas de 60 años o más, intervienen, además de los factores<br />

biológicos y los relacionados con su condición social y<br />

económica, <strong>una</strong> serie de circunstancias ligadas al desempeño<br />

de sus roles sociales en el pasado.<br />

Los adultos mayores viven de manera diferente al resto<br />

de la población, resultado de sus padecimientos, exposición a<br />

riesgos en función de sus actividades y espacios en donde las<br />

134 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

1.4<br />

258.7<br />

175.0<br />

40.9<br />

34.1<br />

1 a 4 años 5 a 14 años 15 a 29 años 30 a 59 años 60 años y más<br />

1 <strong>Por</strong> mil habitantes.<br />

2 <strong>Por</strong> cien.<br />

FUENTE: INEGI. Estimaciones con base eb estadísticas Vitales 2005 - 2007 y proyecciones de la población en méxico (CONAPO, 2006).<br />

0.5<br />

4.5<br />

2.4<br />

100.7<br />

realizaron, así como de las responsabilidades y estilos de vida<br />

que varían conforme pasan los años. Entre la gente mayor, la<br />

tasa de mortalidad se incrementa conforme avanza la edad.<br />

Para el grupo de 60 a 64 años es de 13.8 defunciones por<br />

cada mil personas (16.2 para hombres, 11.6 para mujeres).<br />

Para los adultos de 85 años y más, la tasa alcanza 148.8<br />

decesos por cada mil personas (156.3 para hombres, 143.6<br />

para mujeres).<br />

Durante gran parte <strong>del</strong> siglo XX, México registró significativas<br />

reducciones en los niveles de mortalidad, con el consecuente<br />

incremento en la sobrevivencia de la población. La<br />

mortalidad infantil disminuyó y la longevidad de la población<br />

aumentó. La esperanza de vida de la población masculina de<br />

60 años o más pasó de 10.9 a 17.5 años entre 1940 y 2000,<br />

lo que implicó un incremento de 6.6 años, mientras que la<br />

esperanza de vida de la población femenina de este grupo de<br />

edad tuvo un incremento de 7.3 años en ese mismo lapso, al<br />

pasar de 12.8 a 20.1 años, lo que significa que <strong>una</strong> mujer que<br />

en 1940 tenía esa edad, podría llegar a vivir hasta casi los 73<br />

años, mientras que en la actualidad se espera alcance casi los<br />

78 años.<br />

Tasas de mortalidad 1 e índice de sobremortalidad masculina 2<br />

por grupos quinquenales de edad y sexo<br />

de la población de 60 años y más<br />

2005 - 2007<br />

180.0<br />

160.0<br />

140.0<br />

120.0<br />

100.0<br />

80.0<br />

60.0<br />

40.0<br />

20.0<br />

0.0<br />

125.0<br />

16.2 11.6<br />

120.0<br />

24.5 17.7<br />

114.9<br />

38.4<br />

28.0<br />

105.8<br />

58.9<br />

44.6<br />

99.5<br />

93.3<br />

60 - 64 años 65 - 69 años 70 - 74 años 75 - 79 años 80 - 84 años 85 y más años<br />

70.9<br />

Hombres Mujeres índice de Sobremortalidad masculina<br />

1 <strong>Por</strong> mil habitantes.<br />

2 <strong>Por</strong> cien.<br />

Fuente: INEGI. Estadísticas Vitales, 2005. base de datos.<br />

Estadísticas Vitales 2006. base de datos.<br />

Estadísticas Vitales 2007. base de datos.<br />

156.3<br />

143.6<br />

75.1<br />

Esperanza de vida al nacimiento por sexo<br />

1930-2009<br />

(Años)<br />

80<br />

75<br />

70<br />

65<br />

60<br />

55<br />

50<br />

45<br />

40<br />

35<br />

30<br />

76.5<br />

77.6<br />

63.0<br />

73.5<br />

69.4<br />

66.2<br />

73.9<br />

75.3<br />

70.6<br />

71.3 72.9<br />

59.4<br />

57.5<br />

60.9<br />

58.8<br />

63.2<br />

67.7<br />

48.7<br />

45.9<br />

55.6<br />

39.9<br />

38.8<br />

34.7<br />

33.9 37.7<br />

33.0<br />

45.1<br />

1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2009<br />

Total Hombres Mujeres<br />

FUENTE: INEGI. Indicadores sociodemográficos, 1998.<br />

CONAPO. México demográfico. Breviario 1998.<br />

Indicadores demográficos, 1990-2050.<br />

Conapo, INEGI, Colmex. Conciliación demográfica, 2006.<br />

Proyecciones de la población de México, 2005-2050.<br />

Distribuciónporcentual<strong>del</strong>asdefuncionesde60añosymásporlasprincipales<br />

causasdemuertesegúngruposquinquenalesdeedad2005-2007<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

Enfermedades<strong>del</strong>hígado<br />

Fuente:INEGI.EstadísticasVitales,2005.Basededatos.<br />

EstadísticasVitales,2006.Basededatos.<br />

Estadísticas Vitales 2007 Base de datos<br />

Resto<br />

Enfermedadeshipertensivas<br />

Enfermedadescrónicas<strong>del</strong>asvíasrespiratoriasinferiores<br />

Enfermedadescerebrovasculares<br />

Tumores(neoplasias)malignos<br />

Enfermedadesisquémicas<strong>del</strong>corazón<br />

Diabetesmellitus<br />

0<br />

60a64años 65a69años 70a74años 75a79años 80a84años 85ymásaños<br />

Riesgos<br />

La vida humana depende de muchos factores, entre ellos la<br />

salud, que es afectada por las condiciones y los estilos de vida,<br />

además de los aspectos sanitarios y biológicos, <strong>Por</strong> lo que el<br />

envejecimiento de toda la población nos presenta importantes<br />

retos en materia social, en especial para la salud, ya que los<br />

adultos mayores enfrentan muchos riesgos asociados con <strong>una</strong><br />

mayor fragilidad y susceptibilidad ante el medio ambiente, que<br />

se increcrementan con la combinación de los efectos de la edad<br />

y la aparición o agravamiento de procesos patológicos. Es frecuente<br />

que un adulto mayor presente varios padecimientos,<br />

así como la combinación de enfermedades crónicas con accidentes.<br />

Una aproximación al conocimiento <strong>del</strong> estado de salud<br />

de este sector social es posible por medio <strong>del</strong> análisis de<br />

las causas de muerte, las cuales se refieren a la enfermedad,<br />

traumatismo o lesión que conduce al deceso, que en el país<br />

son registradas en las actas de defunción y consultadas en las<br />

estadísticas de mortalidad.<br />

Distribuciónporcentual<strong>del</strong>asdefuncionesfemeninasde60años<br />

ymásporlasprincipalescausasdemuertesegúngruposquinquenalesdeedad2005-2007<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

Resto<br />

Otrasformasdeenfermedad<strong>del</strong>corazón<br />

Enfermedadeshipertensivas<br />

Enfermedadescrónicas<strong>del</strong>asvíasrespiratoriasinferiores<br />

Enfermedadescerebrovasculares<br />

Tumores(neoplasias)malignos<br />

Enfermedadesisquémicas<strong>del</strong>corazón<br />

Diabetesmellitus<br />

0<br />

60a64años 65a69años 70a74años 75a79años 80a84años 85ymásaños<br />

Fuente:INEGI.EstadísticasVitales,2005.Basededatos.<br />

EstadísticasVitales,2006.Basededatos.<br />

Estadísticas Vitales, 2007. Base de datos.<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 135


Distribuciónporcentual<strong>del</strong>asdefuncionesmasculinasde60años<br />

ymásporlasprincipalescausasdemuertesegúngruposquinquenalesdeedad2005-2007<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

Enfermedadeshipertensivas<br />

Fuente:INEGIEstadísticasVitales,2005.Basededatos.<br />

Fuente:INEGIEstadísticasVitales,2006.Basededatos.<br />

Fuente:INEGIEstadísticasVitales,2007.Basededatos.<br />

136 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Resto<br />

Enfermedades<strong>del</strong>hígado<br />

Enfermedadescerebrovasculares<br />

Enfermedadescrónicas<strong>del</strong>asvíasrespiratoriasinferiores<br />

Tumores(neoplasias)malignos<br />

Diabetesmellitus<br />

Enfermedadesisquémicas<strong>del</strong>corazón<br />

0<br />

60a64años 65a69años 70a74años 75a79años 80a84años 85ymásaños<br />

Distribución porcentual de las defunciones de 60 años y más por sexo y principales causas de muerte según grupos quinquenales de edad 2005-2007<br />

Sexo y causas de muerte<br />

Total<br />

Diabetes mellitus<br />

Enfermedades isquémicas <strong>del</strong> corazón<br />

Tumores (neoplasias) malignos<br />

Enfermedades cerebrovasculares<br />

Enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores<br />

Enfermedades <strong>del</strong> hígado<br />

Enfermedades hipertensivas<br />

Resto<br />

Hombres<br />

Enfermedades isquémicas <strong>del</strong> corazón<br />

Diabetes mellitus<br />

Tumores (neoplasias) malignos<br />

Enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores<br />

Enfermedades cerebrovasculares<br />

Enfermedades <strong>del</strong> hígado<br />

Enfermedades hipertensivas<br />

Resto<br />

Mujeres<br />

Diabetes mellitus<br />

Enfermedades isquémicas <strong>del</strong> corazón<br />

Tumores (neoplasias) malignos<br />

Enfermedades cerebrovasculares<br />

Enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores<br />

Enfermedades hipertensivas<br />

Otras formas de enfermedad <strong>del</strong> corazón<br />

Resto<br />

Fuente: INEGI Estadísticas Vitales, 2005. Base de datos.<br />

Estadísticas Vitales, 2006. Base de datos.<br />

Estadísticas Vitales, 2007. Base de datos.<br />

Total<br />

100.0<br />

16.5<br />

14.6<br />

13.5<br />

7.6<br />

6.4<br />

4.7<br />

3.7<br />

33.0<br />

100.0<br />

15.3<br />

14.5<br />

14.2<br />

7.1<br />

7.0<br />

6.1<br />

3.0<br />

32.8<br />

100.0<br />

18.6<br />

13.9<br />

12.8<br />

8.2<br />

5.8<br />

4.4<br />

3.7<br />

32.6<br />

60-64 años<br />

100.0<br />

24.5<br />

11.3<br />

17.5<br />

5.1<br />

2.8<br />

9.5<br />

2.3<br />

27.0<br />

100.0<br />

13.3<br />

20.8<br />

14.9<br />

2.9<br />

4.9<br />

12.3<br />

2.0<br />

28.9<br />

100.0<br />

29.1<br />

8.9<br />

20.8<br />

5.2<br />

2.7<br />

2.7<br />

2.0<br />

28.6<br />

Desde el siglo pasado, en todo el mundo se ha observado un<br />

cambio en el perfil epidemiológico que se denomina transición<br />

epidemiológica. Este proceso se refiere al paso paulatino de<br />

<strong>una</strong> mortalidad concentrada en enfermedades infecciosas y<br />

parasitarias, maternas y <strong>del</strong> periodo perinatal, al predominio<br />

de padecimientos crónicos y degenerativos. El descenso de la<br />

mortalidad ha tenido lugar con un cambio en el perfil de causas<br />

de muerte, tanto en hombres como en mujeres.<br />

Entre las principales causas de muerte de la población de<br />

60 años y más se encuentran las enfermedades de la diabetes<br />

mellitus (16.5 por ciento), <strong>del</strong> corazón (14.6 por ciento) y los<br />

tumores malignos (13.5 por ciento), las cuales en conjunto<br />

agrupan 44.6 por ciento en los fallecimientos de adultos mayores.<br />

Para las mujeres se conserva este mismo orden de causas,<br />

mientras que para los hombres las enfermedades <strong>del</strong> corazón<br />

superan en incidencia a la diabetes. El patrón de causas de mortalidad<br />

de los adultos mayores se mantiene conforme aumenta<br />

la edad hasta antes de los 80 años, después las enfermedades<br />

<strong>del</strong> corazón adquieren mayor peso relativo en las generaciones<br />

más envejecidas, con lo cual se convierte en la causa de muerte<br />

de <strong>una</strong> de cada cinco personas de 85 años y más.<br />

65-69 años<br />

100.0<br />

23.2<br />

12.6<br />

17.5<br />

5.9<br />

3.9<br />

7.7<br />

2.7<br />

26.5<br />

100.0<br />

14.4<br />

19.6<br />

16.5<br />

4.2<br />

5.6<br />

9.5<br />

2.3<br />

27.9<br />

100.0<br />

27.5<br />

10.3<br />

18.7<br />

6.3<br />

3.6<br />

3.1<br />

2.2<br />

28.3<br />

70-74 años<br />

100.0<br />

21.0<br />

13.3<br />

16.8<br />

7.0<br />

5.5<br />

5.7<br />

3.2<br />

27.5<br />

100.0<br />

14.6<br />

17.8<br />

16.9<br />

6.0<br />

6.7<br />

6.9<br />

2.7<br />

28.4<br />

100.0<br />

24.5<br />

11.8<br />

16.7<br />

7.5<br />

4.9<br />

3.8<br />

2.7<br />

28.1<br />

75-79 años<br />

100.0<br />

17.5<br />

14.4<br />

15.0<br />

8.3<br />

6.8<br />

4.4<br />

3.7<br />

29.9<br />

100.0<br />

15.4<br />

14.7<br />

15.9<br />

7.7<br />

7.6<br />

5.3<br />

3.1<br />

30.3<br />

100.0<br />

20.5<br />

13.4<br />

14.0<br />

9.0<br />

5.8<br />

4.4<br />

3.2<br />

29.7<br />

80-84 años<br />

100.0<br />

13.8<br />

15.5<br />

12.4<br />

9.0<br />

8.2<br />

3.0<br />

4.3<br />

33.8<br />

100.0<br />

15.9<br />

11.7<br />

13.9<br />

9.3<br />

8.2<br />

3.7<br />

3.5<br />

33.8<br />

100.0<br />

15.9<br />

15.1<br />

10.9<br />

9.8<br />

7.1<br />

5.2<br />

4.0<br />

32.0<br />

85 y más años<br />

100.0<br />

7.9<br />

17.5<br />

7.3<br />

8.6<br />

8.7<br />

1.4<br />

4.8<br />

43.8<br />

100.0<br />

17.1<br />

6.8<br />

9.1<br />

10.4<br />

7.8<br />

1.9<br />

3.9<br />

43.0<br />

100.0<br />

8.6<br />

17.9<br />

6.0<br />

9.2<br />

7.4<br />

5.5<br />

5.4<br />

40.0<br />

Distribución porcentual de las defunciones de 60 años y más por grupos de causas según grupos quinquenales de edad para cada ta maño de localidad 2005-2007<br />

Tamaño de localidad y grupo de causas<br />

Total<br />

Trasmisibles<br />

No trasmisibles<br />

Lesiones y accidentes<br />

No especificado<br />

Hasta 2 499 habitantes<br />

Trasmisibles<br />

No trasmisibles<br />

Lesiones y accidentes<br />

No especificado<br />

2 500 a 14 999 habitantes<br />

Trasmisibles<br />

No trasmisibles<br />

Lesiones y accidentes<br />

No especificado<br />

15 000 a 99 999 habitantes<br />

Trasmisibles<br />

No trasmisibles<br />

Lesiones y accidentes<br />

No especificado<br />

100 000 y más habitantes<br />

Trasmisibles<br />

No trasmisibles<br />

Lesiones y accidentes<br />

No especificado<br />

Fuente: INEGI Estadísticas Vitales, 2005-2007. Base de datos.<br />

Total<br />

100.0<br />

15.2<br />

78.8<br />

3.5<br />

2.5<br />

100.0<br />

17.1<br />

72.9<br />

3.7<br />

6.3<br />

100.0<br />

16.0<br />

75.9<br />

3.8<br />

4.3<br />

100.0<br />

15.7<br />

78.5<br />

3.7<br />

2.1<br />

100.0<br />

14.3<br />

81.6<br />

3.2<br />

0.9<br />

60-64 años<br />

100.0<br />

8.6<br />

84.9<br />

5.7<br />

0.8<br />

100.0<br />

9.5<br />

79.8<br />

8.0<br />

2.7<br />

100.0<br />

7.8<br />

83.0<br />

8.1<br />

1.1<br />

100.0<br />

8.1<br />

85.1<br />

6.4<br />

0.4<br />

100.0<br />

8.6<br />

86.6<br />

4.4<br />

0.4<br />

Otra forma de abordar el estudio de la mortalidad es por<br />

el tipo de intervenciones en salud, necesarias para limitar o<br />

eliminar el efecto de las diversas patologías en la población, 140<br />

que se divide en tres grupos: enfermedades que demandan<br />

atención de primer nivel, las crónicas y degenerativas, así como<br />

las ocasionadas por accidentes.<br />

En el primer grupo, también denominado de enfermedades<br />

transmisibles, están las que se atienden en el primer nivel, esto<br />

es en un consultorio externo y tienen un costo menor.<br />

El segundo grupo, al que regularmente asisten los adultos<br />

mayores, abarca las enfermedades crónicas y degenerativas o<br />

65-69 años<br />

100.0<br />

9.9<br />

84.8<br />

4.4<br />

0.9<br />

100.0<br />

11.0<br />

80.4<br />

5.6<br />

3.0<br />

100.0<br />

9.2<br />

83.5<br />

5.9<br />

1.4<br />

100.0<br />

9.6<br />

85.3<br />

4.6<br />

0.5<br />

100.0<br />

9.8<br />

86.2<br />

3.6<br />

0.4<br />

70-74 años<br />

no transmisibles, que requieren atención especializada en los<br />

servicios de segundo nivel (clínicas y hospitales) y tercer nivel<br />

(hospitales de alta especialización), por lo que su atención es<br />

más costosa, tanto para la población, como para los sistemas<br />

de salud.<br />

En el segundo grupo se requiere la detección temprana de<br />

las enfermedades, para que el médico sugiera al paciente el<br />

cambio de conductas en relación con los estilos de vida y factores<br />

de riesgo, por ejemplo: disminuir el consumo de grasas<br />

de origen animal, moderar el consumo de alcohol, eliminar el<br />

tabaquismo y practicar ejercicio de manera regular.<br />

140 Rosario cárdenas hace referencia a Murray, Gonghuan y Xiinjian (1992), quienes establecieron que otra forma de abordar el estudio de la mortalidad por causas es agrupándolas según el tipo de<br />

intervenciones en salud necesarias para limitar o eliminar su efecto, en su artículo Las causas de muerte en México, en José Gómez de León Cruces y Cecilia Rabell Romero, La Población de México.<br />

Tendencias y perspectivas sociodemográficas hacia el siglo XXI, CONAPO y Fondo de Cultura Económica, México, 2001.<br />

100.0<br />

12.1<br />

83.2<br />

3.6<br />

1.1<br />

100.0<br />

13.9<br />

78.4<br />

4.3<br />

3.4<br />

100.0<br />

12.5<br />

81.6<br />

4.2<br />

1.7<br />

100.0<br />

12.0<br />

83.3<br />

4.0<br />

0.7<br />

100.0<br />

11.6<br />

85.0<br />

3.1<br />

0.3<br />

75-79 años<br />

100.0<br />

14.3<br />

81.3<br />

3.0<br />

1.4<br />

100.0<br />

15.9<br />

76.6<br />

3.1<br />

4.4<br />

100.0<br />

14.5<br />

80.0<br />

3.1<br />

2.4<br />

100.0<br />

14.7<br />

81.1<br />

3.2<br />

1.0<br />

100.0<br />

13.6<br />

83.1<br />

2.8<br />

0.5<br />

80-84 años<br />

100.0<br />

17.3<br />

77.7<br />

2.8<br />

2.2<br />

100.0<br />

19.0<br />

72.7<br />

2.6<br />

5.7<br />

100.0<br />

17.6<br />

76.1<br />

2.5<br />

3.8<br />

100.0<br />

17.8<br />

77.5<br />

2.8<br />

1.9<br />

100.0<br />

16.5<br />

79.9<br />

2.8<br />

0.8<br />

85 años y más<br />

100.0<br />

22.1<br />

69.6<br />

2.6<br />

5.7<br />

100.0<br />

22.7<br />

63.7<br />

2.4<br />

11.2<br />

100.0<br />

22.5<br />

66.1<br />

2.6<br />

8.8<br />

100.0<br />

23.3<br />

68.7<br />

2.8<br />

5.2<br />

100.0<br />

21.4<br />

73.5<br />

2.7<br />

2.4<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 137


Un tercer grupo incluye las defunciones debido a lesiones y<br />

accidentes, que en general pueden evitarse con la prevención,<br />

como es el uso <strong>del</strong> cinturón de seguridad, moderación de la<br />

velocidad al conducir, conocimiento de protección civil tanto<br />

en el trabajo como en la comunidad, y medidas de seguridad<br />

en el hogar, resultado de factores ajenos a los procesos fisiopatológicos,<br />

por lo cual las intervenciones diseñadas para disminuir<br />

o eliminar su incidencia, rebasan el ámbito de los servicios<br />

de salud.<br />

Para reducir accidentes también es importante considerar<br />

medidas como la readecuación de la infraestructura no sólo<br />

de la vivienda, sino en general, <strong>del</strong> diseño arquitectónico de<br />

los espacios públicos como edificios, accesos peatonales y<br />

transportes, entre otros, de tal manera que faciliten el desplazamiento<br />

de las personas de mayor edad.<br />

De cada 100 personas de 60 años o más, 79 fallecieron por<br />

causas no transmisibles, 15 por trasmisibles y tres por lesiones<br />

o accidentes. Entre los hombres se presentan más muertes por<br />

lesiones o accidentes, lo cual se relaciona con su todavía alta<br />

participación en actividades extradomésticas, situación que se<br />

reduce de forma significati-va conforme avanza la edad. A más<br />

años, aumenta la propor-ción de fallecimientos por enfermedades<br />

transmisibles. Entre la población de 85 años y más, alcanza<br />

20.9 por ciento para mujeres y 23.7 por ciento para varones.<br />

138 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Si se atiende el tamaño de localidad de residencia de los fallecidos,<br />

se aprecia claramente cómo las diferencias en el acceso<br />

a los servicios de salud afectan la distribución por grupos de<br />

causas. Conforme las localidades albergan <strong>una</strong> mayor cantidad<br />

de población, el peso relativo de las defunciones por causas<br />

transmisibles se reduce, mientras que el de las crónicas va en<br />

aumento.<br />

Para recordar<br />

La composición por edad de la población influye directamente<br />

en el cambio de las variables demográficas, que obedecen a la<br />

evolución de la mortalidad, fecundidad y migración. El proceso<br />

de envejecimiento demográfico se manifiesta en el aumento<br />

proporcional de personas de 60 años o más de edad. Este se<br />

debe al descenso de la mortalidad general, consecuencia de<br />

la mayor prevención oport<strong>una</strong> de afecciones transmisibles, así<br />

como de mejoras en la calidad de vida.<br />

Esta situación afecta las estructuras por edad y sexo de<br />

las poblaciones urbanas y rurales. En las primeras hay menos<br />

adultos mayores que en las rurales. A medida que aumenta la<br />

edad de <strong>una</strong> población, hay más mujeres, quienes viven cinco<br />

co años más en promedio que los hombres, y al comienzo de la<br />

edad adulta mayor, esa diferencia es de casi dos años.<br />

En las poblaciones urbanas hay menos<br />

adultos mayores que en las rurales.<br />

Ley de los Derechos de las personas<br />

Adultas Mayores<br />

El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores es el organismo público rector<br />

de la política nacional en favor de las personas adultas mayores, que tiene como<br />

objetivo general coordinar, promover, apoyar, fomentar, vigilar y evaluar las acciones<br />

públicas, estrategias y programas que se deriven de la política nacional.<br />

Decálogo de los Derechos de las Personas Adultas Mayores<br />

1. Derecho a <strong>una</strong> vida con calidad, sin violencia y sin discriminación.<br />

(Artículo 5°, fracción I).<br />

2. Derecho a un trato digno y apropiado en cualquier procedimiento judicial.<br />

(Artículo 5°, fracción II).<br />

3. Derecho a la salud, alimentación y familia. (Artículo 5°, fracción III)<br />

4. Derecho a la educación. (Artículo 5°, fracción IV).<br />

5. Derecho a un trabajo digno y bien remunerado. (Artículo 5°, fracción V)<br />

6. Derecho a la asistencia social. (Artículo 5°, fracción VI).<br />

7. Derecho a asociarse y participar en procesos productivos de educación y capacitación<br />

en tu comunidad. (Artículo 5°, fracción VII).<br />

8. Derecho a denunciar todo hecho, acto u omisión que viole los derechos que consagra la Ley de los Derechos de las Personas<br />

Adultas Mayores. (Artículo 5°, fracción VIII).<br />

9. Derecho a la atención preferente en establecimientos públicos y privados que presten servicio al público. (Artículo 5°, fracción<br />

XI).<br />

10. Derecho a contar con asientos preferentes en los servicios de autotransporte. (Artículo 5°, fracción IX).<br />

Obligaciones de las autoridades en materia de política pública para los adultos mayores<br />

Secretaría de Desarrollo Social<br />

• Fomentar la participación de los sectores social y privado en los programas de atención a las personas adultas mayores.<br />

(Artículo 16, fracción I).<br />

• Establecer convenios de colaboración con diferentes instituciones y organismos públicos, sociales y privados, para que<br />

dirijan sus acciones a los adultos mayores. (Artículo 16, fracción III).<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 139


Secretaría de Educación Pública<br />

• Garantizar el acceso a la educación pública en todos sus<br />

niveles. (Artículo 17, fracción I).<br />

• Incorporar en los planes educativos contenidos sobre el envejecimiento.<br />

(Artículo 17, fracción III).<br />

• Otorgar acceso gratuito o con descuentos especiales a<br />

eventos <strong>cultura</strong>les. (Artículo 17, fracción V).<br />

• Realizar programas <strong>cultura</strong>les y concursos exclusivamente<br />

para las personas adultas mayores. (Artículo 17, fracción<br />

VI).<br />

• Promover <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> de envejecimiento en toda la población.<br />

(Artículo 17, fracción VIII) .<br />

Instituciones públicas <strong>del</strong> Sector Salud<br />

• Prestar servicios públicos de salud integrales y de calidad,<br />

de conformidad con la Ley General de Salud. (Artículo<br />

18, fracción I).<br />

• Facilitar la atención médica a las personas adultas mayores<br />

en las clínicas y hospitales, con el establecimiento de<br />

áreas geriátricas. (Artículo 18, fracción III).<br />

• Brindar cursos de capacitación para la promoción <strong>del</strong> autocuidado<br />

de la salud para que las personas adultas mayores<br />

logren ser más independientes. (Artículo 18, fracción<br />

VI).<br />

Secretaría <strong>del</strong> Trabajo y Previsión Social<br />

• Implementar programas para la promoción de empleos y<br />

trabajos remunerados para los adultos mayores. (Artículo<br />

19, fracción 1).<br />

• Proporcionar asistencia jurídica a las personas adultas<br />

mayores que decidan retirarse de sus actividades laborales.<br />

(Artículo 19, fracción V).<br />

• Organizar <strong>una</strong> bolsa de trabajo en la cual se identifiquen<br />

actividades laborales que puedan ser desempeñadas por<br />

adultos mayores. (Artículo 19, fracción IV).<br />

• Capacitar y otorgar financiamiento para el autoempleo.<br />

(Artículo 19, fracción VI).<br />

140 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

Secretaría de Comunicaciones y Transportes<br />

• Realizar convenios con aerolíneas y empresas de transporte<br />

nacional e internacional para que se les otorguen<br />

tarifas preferenciales a los adultos mayores. (Artículo 20,<br />

fracción II).<br />

• Supervisar que las unidades de transporte cuenten con el<br />

equipo adecuado para que las personas adultas mayores<br />

hagan uso <strong>del</strong> servicio con seguridad y comodidad. (Artículo<br />

20, fracción III).<br />

• Vigilar el derecho permanente a obtener descuentos o<br />

exenciones de pago al hacer uso <strong>del</strong> servicio de transporte<br />

público, previa acreditación de la edad. (Artículo<br />

20, fracción IV).<br />

Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)<br />

• Garantizar los servicios de asistencia y orientación jurídica<br />

en forma gratuita, en especial aquellos que se refieren<br />

a la seguridad de su patrimonio, en materia de alimentos<br />

y testamentaria. (Artículo 22, fracción I).<br />

• Coadyuvar con la PGR, en la atención y protección juridirídica<br />

de los adultos mayores víctimas de cualquier <strong>del</strong>ito.<br />

(Artículo 22, fracción III)<br />

• Atender y dar seguimiento a quejas, denuncias e informes<br />

sobre violación a los derechos de las personas adultas<br />

mayores. (Artículo 22, fracción V).<br />

• Establecer los programas asistenciales de apoyo a las familias,<br />

para que la falta de recursos no sea causa de separación<br />

de las personas adultas mayores. (Artículo 22,<br />

fracción VII)<br />

Secretaría de Turismo<br />

• Impulsar su participación en actividades de atención al<br />

turismo. (Artículo 23, fracción I).<br />

• Promover actividades de recreación turística diseñadas<br />

para los adultos mayores, con tarifas preferentes. (Artículo<br />

23, fracción II).<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

Capítulo 1<br />

• BEAUVOIR, Simone de, La vejez, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, (1970).<br />

• GARCÍA RAMÍREZ, José Carlos, La Vejez, el grito de los olvidados, Manufactura, AC, Plaza y Valdés Editores, México,<br />

(2003).<br />

• MENDOZA NÚÑEZ, Víctor Manuel, MARTÍNEZ MALDONADO, María de la Luz y VARGAS, Luis Alberto (editores),<br />

Gerontología comunitaria, Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, Dirección General de Asuntos <strong>del</strong> Personal<br />

Académico, Fondo Mixto CONACyT-Gobierno <strong>del</strong> estado de Hidalgo, México, (2004).<br />

• Plan Nacional Gerontológico, Sistema Nacional DIF, México, (2005).<br />

• RUBIO HERRERA, Ramona, (2006), Máster en Gerontología Social, Fundación Universitaria Iberoamericana, España.<br />

• SÁNCHEZ SALGADO, Carmen Delia, Gerontología Social, Espacio, Argentina, (2005).<br />

• BOBBIO, Norberto, (1997), De senectute, Taurus, Madrid.<br />

• Comisión Nacional de Derechos Humanos México, (1999). Los derechos humanos en la tercera edad.<br />

• Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación, (2005). Informe sobre Primera Encuesta Nacional sobre<br />

Discriminación en México, México.<br />

• Declaración de Brasilia, Documento en varias versiones digitales, (2007).<br />

• GARCÍA RAMÍREZ, José Carlos, (2003), La vejez. El grito de los olvidados, Plaza y Valdés, México.<br />

• GARCÍA RAMÍREZ, José Carlos, (2006), Los derechos y los años. Otro modo de pensar y hacer política en<br />

Latinoamérica. Los adultos mayores, Plaza y Valdés–UNEVE, México.<br />

• GARCÍA RAMÍREZ, José Carlos, (2008), Hacia <strong>una</strong> fundamentación científica de la gerontología, en Praxis Sociológica,<br />

Volumen 12, Universidad de La Castilla–La Mancha, Murcia.<br />

• GASCÓN NAVARRO, Delia Lucía, (2009), Biologicismo, corporalidad y vejez. Introducción a la antropología social,<br />

Universidad Estatal <strong>del</strong> Valle de Ecatepec, México.<br />

• HUENCHAUAN, Sandra, (2004). Marco legal de políticas a favor de las personas mayores en América Latina, Serie<br />

Población y Desarrollo, CELADE–CEPAL, Santiago de Chile.<br />

• Plan de Madrid, (2002), Documento en varias versiones digitales y ediciones.<br />

• Naciones Unidas, (1980), Problemas de las personas de edad y los ancianos, Resolución 35/129, 11 de diciembre de<br />

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• GARCÍA, José Alejos (2007), Ch’oles. México, CDI.<br />

• ITURRALDE, Diego (coordinador) 2009. Sistemas de cargos, autoridades y justicia indígena contemporáneos. Estudios<br />

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• JÁUREGUI, Jesús (2004) Coras, México, CDI-PNUD.<br />

• NEURATH, Johannes (2003), Huicholes, México, CDI-PNUD.<br />

• OBREGÓN RODRÍGUEZ, María Concepción (2003), Tzotziles, México, CDI-PNUD.<br />

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Cuadernos de Legislación indígena, en:<br />

http://www.cdi.gob.mx/transparencia/convenio169_oit.pdf, (consultado el 18 de mayo de 2010).<br />

• Ley de Derechos y Cultura Indígena <strong>del</strong> estado de Tabasco, en:<br />

http://www.tsj-tabasco.gob.mx/legislacion/Leyes%20y%20Codigos/leyes_pdf/LEY%20DE%20DERECHOS%20Y<br />

%20CULTURA%20INDIGENA.pdf, (Consultada el 17 de mayo de 2010).<br />

• Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, en: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/245.pdf,<br />

(Consultada el 17 de mayo de 2010).<br />

• http://www.inapam.gob.mx/index/index.php?sec=104 (Consultada el 18 de mayo de 2010).<br />

• http://www.sedesol.gob.mx/index/index.php?sec=801576 (Consultada el 18 de mayo de 2010).<br />

• http://www.adultomayor.df.gob.mx/pdf/Pensión%20Alimentaria.pdf (Consultada el 18 de mayo de 2010).<br />

Capítulo 5<br />

• Direccioìn General de Estadiìstica (DGE), lX Censo General de Población, 1970, Secretaría de Industria y Comercio,<br />

México, 1972.<br />

• GÓMEZ DE LEÓN CRUCES, José y RABELL ROMERO, Cecilia, La Población de México. Tendencias y perspectivas<br />

sociodemográficas hacia el siglo XXI, Conapo y Fondo de Cultura Económica, México, 2001.<br />

• INEGI, STPS, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. II Trimestre de 2009. Base de datos.<br />

• Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. II Trimestre de 2008, Base de datos.<br />

• INEGI. II Conteo de Población y Vivienda, 2005, Base de datos.<br />

• Estadísticas Vitales, 2005, Base de datos.<br />

• Estadísticas Vitales, 2006, Base de datos.<br />

• Estadísticas Vitales, 2007, Base de datos.<br />

• Los adultos Mayores en México. Perfil sociodemográfico al inicio <strong>del</strong> siglo XXI, Aguascalientes, México, (2005)<br />

• XII Censo General de Población y Vivienda 2000, Base de datos.<br />

• PARTIDA BUSH, Virgilio, Proyecciones de la población de México, 2005-2050, Conapo, México, (2006).<br />

148 <strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

Agradecemos la participación entusiasta de quienes, atendiendo a la invitación que les hiciera el Instituto Nacional de las Personas<br />

Adultas Mayores, hicieron posible este documento de gran valía para conocer mejor la situación <strong>del</strong> envejecimiento en<br />

nuestro país:<br />

• Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).<br />

• Colegio de la Frontera Norte: Silvia Mejía Arango.<br />

• Universidad Estatal <strong>del</strong> Valle de Ecatepec: María de Jesús Moreno Moreno y José Carlos García Ramírez.<br />

• Instituto de Geriatría: Luis Miguel Gutiérrez Robledo, Verónica Bautista Eugenio, Elizabeth Caro López, Amir Gómez-León<br />

Mandujano, Varinia Herrera Castro, Lucero Kazué Kameyama Fernández, Sandra L<strong>una</strong> Pérez y Gabriela Ríos Cázares.<br />

• Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).<br />

• Doctor Sergio S. Valdés Rojas.<br />

• Fundación Bienestar <strong>del</strong> Adulto Mayor, I.A.P.<br />

• Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH): Xóchitl MuñozCano Díaz López.<br />

• Universidad de la Tercera Edad.<br />

• Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA).<br />

• Secretaría de Salud: Doctor Miguel Ángel Lezana Fernández, director general <strong>del</strong> Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica<br />

y Control de Enfermedades; doctora María Esther Lozano Dávila, subdirectora de Atención al <strong>Envejecimiento</strong>; doctor<br />

Javier Calleja Olvera, adscrito al Programa de Atención al <strong>Envejecimiento</strong>; doctor Carlos Humberto Álvarez Lucas, director<br />

general adjunto de Programas Preventivos; licenciada Érica Chaparro González, adscrita al Programa de Salud <strong>del</strong> Adulto y<br />

<strong>del</strong> Anciano; doctor Agustín Lara Esqueda, director <strong>del</strong> Programa de Salud en el Adulto y en el Anciano; doctora Yolanda<br />

Osio Figueroa, adscrita al ISSSTE; doctora Ana María Olivares L<strong>una</strong>, adscrita al ISSSTE.<br />

• Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad (Fonaes).<br />

• Universidad Autónoma Metropolitana (UAM): Eduardo Preciat Lámbarri y Alfonso Chávez Muñoz.<br />

• Secretaría de Salud: Doctor Miguel Ángel Lezana Fernández, director general <strong>del</strong> Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica<br />

y Control de Enfermedades; doctor Carlos Humberto Álvarez Lucas, director general adjunto de Programas Preventivos;<br />

doctor Agustín Lara Esqueda, director <strong>del</strong> Programa de Salud <strong>del</strong> Adulto y <strong>del</strong> Anciano (PSAA) y doctora María Esther<br />

Lozano Dávila, subdirectora de Atención al <strong>Envejecimiento</strong> <strong>del</strong> (PSAA).<br />

• Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas: María de Lourdes Domínguez Lozano y José Luis Reyes<br />

Utrera.<br />

• Sedesol, programa70 y Más.<br />

• Senado de la República: Senador Guillermo Tamborrel Suárez<br />

• Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH): Doctor Raúl Plascencia Villanueva, Presidente .<br />

• Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).<br />

<strong>Por</strong> <strong>una</strong> <strong>cultura</strong> <strong>del</strong> envejecimiento 149

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