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Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín

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6<br />

Días <strong>de</strong>spués, me <strong>de</strong>spertaron una madrugada en que la ventana <strong>de</strong> mi cuarto, bañada en<br />

sol, resplan<strong>de</strong>cía prodigiosamente como un anuncio <strong>de</strong> cosa santa. Al lado <strong>de</strong> la cama, un<br />

hombre risueño y gordo me hacía cosquillas en los pies, con ternura, y me llamaba<br />

"bribonzuelo". Gervasia me dijo que era el señor Matías que iba a llevarme para muy lejos,<br />

para la casa <strong>de</strong> la tía Patrocinio; y el señor Matías, con la cara suspensa, contemplaba<br />

espantado las medias rotas que me calzaba Gervasia. Arrebujáronme en una manta<br />

cenicienta que había sido <strong>de</strong> mi padre, y Juan, el guarda <strong>de</strong> la aduana, me llevó en brazos<br />

hasta la puerta <strong>de</strong> la calle, don<strong>de</strong> estaba una litera con cortinas <strong>de</strong> hule. Comenzamos<br />

entonces a caminar por largas carreteras.<br />

Aún medio adormecido, yo sentía las lentas campanillas <strong>de</strong> los machos. El señor Matías,<br />

sentado frente a mí, me hacía <strong>de</strong> vez en cuando una fiesta en la cara, murmurando:<br />

—Ya llegaremos.<br />

Una tar<strong>de</strong>, al oscurecer, paramos <strong>de</strong> repente en un sitio yermo don<strong>de</strong> había un lodazal; el<br />

literero, furioso, juraba, haciendo restallar el látigo. En re<strong>de</strong>dor, doliente y negro,<br />

murmuraba un pinar. El señor Matías sacó disimuladamente su reloj <strong>de</strong>l bolsillo y lo ocultó<br />

en la caña <strong>de</strong> la bota.<br />

Una noche atravesamos una ciudad don<strong>de</strong> los faroles <strong>de</strong> la calle tenían una luz jovial,<br />

<strong>de</strong>susada y brillante, como yo nunca había visto, en forma <strong>de</strong> tulipán abierto. En la casa<br />

don<strong>de</strong> nos apeamos, el criado, llamado Gonçalvez, conocía al señor Matías; <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

servirnos los bisteces, quedó familiarmente apoyado en la mesa, con la servilleta al hombro,<br />

contando cosas <strong>de</strong>l señor barón y <strong>de</strong> la inglesa <strong>de</strong>l señor barón. Cuando nos retiramos a<br />

nuestro dormitorio alumbrados por Gonçalvez, pasó a nuestro lado, en el corredor, una<br />

señora alta y blanca, produciendo al andar un rumor fuerte <strong>de</strong> sedas y esparciendo a su paso<br />

un aroma <strong>de</strong> almizcle. Era la inglesa <strong>de</strong>l señor barón. Despierto, por el ruido <strong>de</strong> cerraduras,<br />

en mi catre <strong>de</strong> hierro, yo pensaba en ella rezando un Ave María. Nunca me había rozado<br />

cuerpo tan bello, <strong>de</strong> un perfume tan penetrante; era llena <strong>de</strong> gracia, el señor estaba con ella,<br />

y pasaba, bendita, entre las mujeres, con un rumor <strong>de</strong> sedas claras.<br />

Después partimos en un coche, que tenía las armas reales pintadas en la portezuela, y<br />

rodaba, recto, por una carretera lisa al trote fuerte y pesado <strong>de</strong> cuatro caballos gordos. El<br />

señor Matías, que calzaba babuchas y estaba tomando un polvo <strong>de</strong> rapé, me <strong>de</strong>cía,<br />

señalando aquí y allá, el nombre <strong>de</strong> una población animada en torno <strong>de</strong> una iglesia vieja, en<br />

la frescura <strong>de</strong> un valle. A veces, cuando nos anochecía en una cuesta, las ventanas <strong>de</strong> una<br />

vivienda silenciosa brillaban con un fulgor <strong>de</strong> oro nuevo. El coche pasaba; la casa quedaba<br />

siempre adormecida entre los árboles; a través <strong>de</strong> los vidrios empañados ya veía lucir una<br />

estrella: era Venus. En la alta noche tocaba una corneta y entrábamos atronando las<br />

calzadas <strong>de</strong> una villa adormecida. Allá lejos, en el portal <strong>de</strong>l parador, se movían

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