08.05.2013 Views

Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín

Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín

Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

44<br />

"A mí Teodorico, mi portuguesito valiente, en recuerdo <strong>de</strong> lo mucho que gozamos."<br />

—Gracias, riquita. ¿Y cómo llevo yo esto?<br />

Ya el Alpendrinha, <strong>de</strong> rodillas, abría <strong>de</strong>sesperadamente el saco. Entonces Maricocas, con<br />

una inspiración <strong>de</strong>licada, agarró una hoja <strong>de</strong> papel pardo, cogió <strong>de</strong>l suelo un cor<strong>de</strong>l<br />

encarnado y sus habilidosas manos <strong>de</strong> guantera hicieron <strong>de</strong> la camisita un envoltorio<br />

redondo, cómodo y gracioso, que metí bajo el brazo apretándolo con avarienta e inflamada<br />

pasión.<br />

Después fue un murmullo arrebatado <strong>de</strong> sollozos, <strong>de</strong> besos, <strong>de</strong> caricias.<br />

—¡Mary, ángel querido!<br />

—¡Teodorico, amor!<br />

—Escríbeme a Jerusalén.<br />

—Acuérdate <strong>de</strong> tu riquita bonita...<br />

Bajé atontado la escalera, seguido <strong>de</strong>l doctor Topsius, que no tardó en <strong>de</strong>cir cosas <strong>de</strong> vieja<br />

erudición.<br />

¿Sabía yo por dón<strong>de</strong> íbamos andando? Por la noble calzada <strong>de</strong> los Siete Estados, que el<br />

primero <strong>de</strong> los Lágidas construyó para comunicar con la isla <strong>de</strong> Faros, loada en los versos<br />

<strong>de</strong> Homero. Ni lo escuchaba siquiera. <strong>La</strong> dulce Maricocas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong>l hotel, al lado<br />

<strong>de</strong>l Alpendrinha, linda, bajo su sombrero florido <strong>de</strong> margaritas, me <strong>de</strong>spedía agitando su<br />

pañuelo amoroso y acariciador.<br />

Apenas embarcado en el Caimán, corrí a ocultar en mi camarote el dolor. Topsius todavía<br />

me agarró por la manga, para mostrarme sitios <strong>de</strong> la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> los Ptolomeos, el puerto<br />

<strong>de</strong> Eunotos, la ensenada <strong>de</strong> mármol don<strong>de</strong> anclaban las galeras <strong>de</strong> Cleopatra. Huí; en la<br />

escalera resbalé y caí sobre una hermana <strong>de</strong> la Caridad, que subía tímidamente con su<br />

rosario en la mano.<br />

Una vez en mi camarote, <strong>de</strong>jé escapar el llanto, que regó el envoltorio <strong>de</strong> papel pardo. ¡Era<br />

todo cuanto me quedaba <strong>de</strong> aquella pasión <strong>de</strong> incomparable esplendor pasada en tierra <strong>de</strong><br />

Egipto!<br />

Dos días y dos noches el Caimán se balanceo sobre las olas <strong>de</strong>l mar <strong>de</strong> Tiro. Envuelto en mi<br />

manta, sin soltar el envoltorio <strong>de</strong> Mary, hice toda la travesía. El doctísimo Topsius fue<br />

quien me trajo al camarote la nueva <strong>de</strong> que estábamos a vista <strong>de</strong> Palestina. El Caimán ancló

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!