Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín
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138<br />
—No, tía. El patriarca <strong>de</strong> Jerusalén me recomendó que fuese <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> todos los amigos <strong>de</strong><br />
la casa, en la capilla, con velas... Es más eficaz... Dígale a Vicenta que venga a buscar mis<br />
botas para limpiarlas.<br />
—¡Ay, yo se las daré!... ¿Son éstas? ¡Están sucias!<br />
Y la señora doña Patrocinio <strong>de</strong> las Nieves llevó las botas.<br />
¡Ah! Estaba muy mudada. Y ante el espejo, al clavar en el satén <strong>de</strong> la corbata una cruz <strong>de</strong><br />
coral <strong>de</strong> Malta, pensaba que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel día yo había <strong>de</strong> reinar allí, en el Campo <strong>de</strong> Santa<br />
Ana, gracias a mi santidad.<br />
Me fue grato, al penetrar en la sala, encontrar a los amigos predilectos <strong>de</strong> pie, alargándome<br />
los brazos. <strong>La</strong> tía estaba en un sofá, tiesa, <strong>de</strong>svanecida, con traje <strong>de</strong> fiesta y con joyas. A su<br />
lado veíase un padre muy flaco, mostrando en su rostro chupado dientes afilados y<br />
hambrientos. Era el padre Negrón. Le alargué dos <strong>de</strong>dos secamente.<br />
—Agra<strong>de</strong>zco verle a usted por acá.<br />
—¡Grandísima honra para este siervo! —ceceó, llevando mis <strong>de</strong>dos hacia el corazón.<br />
E inclinando el dorso servil, corrió a levantar el abat-jour <strong>de</strong>l can<strong>de</strong>lero para que la luz me<br />
bañase y se pudiese ver en la madurez <strong>de</strong> mi semblante la eficacia <strong>de</strong> la peregrinación.<br />
El padre Pinheiro <strong>de</strong>cidió, con su sonrisa <strong>de</strong> enfermo:<br />
—¡Más gordo!<br />
Justino exclamó, haciendo crujir los <strong>de</strong>dos:<br />
—¡Más quemado!<br />
Y el doctor Margari<strong>de</strong>, cariñosamente:<br />
—¡Más hombre!<br />
El onduloso padre Negrón se volvió, inclinándose ante la tía como ante un sacramento<br />
ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> luces:<br />
—¡Y con un todo <strong>de</strong> inspirar respeto! Enteramente digno <strong>de</strong> ser sobrino <strong>de</strong> la virtuosisima<br />
doña Patrocinio.