08.05.2013 Views

Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín

Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín

Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

13<br />

Era un hombre corpulento y solemne, ya calvo, con una cara lívida, don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>stacaban las<br />

cejas, juntas, espesas y negras, como trazadas con carbón. Raras veces penetraba en la sala<br />

sin dar ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puerta una noticia pavorosa.<br />

—¿No saben nada? Un incendio horrible.<br />

Apenas si se trataba <strong>de</strong> una humareda en una chimenea. Pero el buen Margari<strong>de</strong>, que siendo<br />

joven, en un sombrío acceso <strong>de</strong> imaginación había compuesto dos tragedias, conservaba ese<br />

gusto malsano <strong>de</strong> exagerar y <strong>de</strong> impresionar. Muchas veces le oí <strong>de</strong>cir:<br />

—Nadie como yo saborea lo grandioso.<br />

Y siempre que conseguía aterrar a los sacerdotes y a mi tía, tomaba gravemente un polvo <strong>de</strong><br />

rapé.<br />

A mí me gustaba la compañía <strong>de</strong>l doctor Margari<strong>de</strong>. Camarada <strong>de</strong> mi padre en Viana, le<br />

había oído cantar muchas veces, acompañándóse <strong>de</strong>l violón, la "Tonadilla <strong>de</strong>l con<strong>de</strong><br />

Ordoño". A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> eso, y en mi misma presencia, alababa francamente a la tía mi talento,<br />

mi circunspección y mis modales.<br />

—Nuestro Teodorico, doña Patrocinio, es mozo para tenerla a usted contenta.<br />

Yo bajaba los ojos con mo<strong>de</strong>stia.<br />

Precisamente, paseando con el doctor Margari<strong>de</strong> en el Rocío, un día <strong>de</strong> agosto, fue cuando<br />

conocí a un pariente lejano, primo <strong>de</strong>l comendador Godinho. El doctor Margari<strong>de</strong> me lo<br />

presentó, diciendo apenas:<br />

—Tu primo Javier, muchacho <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s dotes.<br />

Era un hombre encorvado, <strong>de</strong> bigote rubio, que había sido un galanteador, y <strong>de</strong>rrochó<br />

furiosamente treinta mil duros, heredados <strong>de</strong> su padre. El comendador Godinho, meses<br />

antes <strong>de</strong> morir, le había recogido por caridad y colocado en la secretaría <strong>de</strong> Justicia, con<br />

veinte duros al mes. Actualmente, Javier vivía con una española llamada Carmen y tres<br />

hijos <strong>de</strong> ella, en una buhardilla <strong>de</strong> la calle <strong>de</strong> la Fe.<br />

Un domingo fui a verle. Casi no había muebles. Javier había estado toda la mañana<br />

esputando sangre. <strong>La</strong> española, <strong>de</strong>speinada, en chinelas, arrastrando la cola <strong>de</strong> una bata <strong>de</strong><br />

estameña manchada <strong>de</strong> vino, se paseaba por el cuarto adormeciendo a un niño envuelto en<br />

trapos y con la cabeza cubierta <strong>de</strong> heridas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!