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Queiroz Eca_Jose Maria-La Reliquia - Portal Educativo de Medellín

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101<br />

blancos y soberanos brazos <strong>de</strong> mármol! ¡Qué magníficas <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>ces, cuando al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

sus lechos blancos soltasen los cabellos pesados y resbalasen dulcemente los vellos y los<br />

linos <strong>de</strong> Galacia!...<br />

Fue necesario que Topsius, tirándome <strong>de</strong>l albornoz, me arrastrase hacia la puerta <strong>de</strong><br />

Nicanor.<br />

¡Ay, hijas <strong>de</strong> Sión, sois capaces <strong>de</strong> trastornar a cualquiera!<br />

Al volverme, empujado por el docto historiador, di <strong>de</strong> narices contra un cor<strong>de</strong>ro blanco que<br />

un viejo conducía al hombro, sujeto por las patas y adornado <strong>de</strong> rosas. Delante <strong>de</strong> nosotros<br />

alzábase una larga balaustrada <strong>de</strong> cedro labrado.<br />

—Aquí —dijo el erudito Topsius— es don<strong>de</strong> se dan a beber las aguas amargas <strong>de</strong> las<br />

mujeres adúlteras... Y ahora, don Raposo, ahí tienes a Israel adorando a Dios.<br />

¡Era el atrio sacerdotal! Yo sentí un estremecimiento ante aquel santuario, entre todos<br />

suntuoso y <strong>de</strong>slumbrante. En medio alzábase, construido con enormes piedras negras, el<br />

altar <strong>de</strong> los holocaustos. A cada lado enristrábase un cuerno <strong>de</strong> bronce: <strong>de</strong>l uno pendían<br />

guirnaldas <strong>de</strong> lirios, <strong>de</strong>l otro hilos <strong>de</strong> corales, <strong>de</strong>l otro goteaba sangre. Del centro <strong>de</strong>l altar<br />

elevábase una humareda rojiza y lenta; en <strong>de</strong>rredor se agrupaban los sacrificadores,<br />

<strong>de</strong>scalzos y vestidos <strong>de</strong> blanco, con horquillas <strong>de</strong> bronce en las manos, pálidas, pinchos <strong>de</strong><br />

plata y largos cuchillos sujetos en los cintos color <strong>de</strong> cielo... En el afanoso y severo rumor<br />

<strong>de</strong>l ceremonial sacrosanto se confundía el balar <strong>de</strong> los cor<strong>de</strong>ros y el son argentino <strong>de</strong> los<br />

platos, el crepitar <strong>de</strong> la leña y el golpe sordo <strong>de</strong> los mazos, el cantar lento <strong>de</strong>l agua en los<br />

tazones <strong>de</strong> mármol y el estridor <strong>de</strong> las bocinas. A pesar <strong>de</strong> los aromas que ardían en<br />

pebeteros <strong>de</strong> bronce y <strong>de</strong> los largos abanicos <strong>de</strong> palma con que los siervos <strong>de</strong>l templo<br />

agitaban el aire, yo tuve que llevarme el pañuelo a las narices molestado por aquel olor <strong>de</strong><br />

carne cruda, <strong>de</strong> sangre, <strong>de</strong> gorduras fritas y <strong>de</strong> azafrán, que el Señor reclamó a Moisés<br />

como el don más preciado que pue<strong>de</strong> recibir <strong>de</strong> la Tierra...<br />

En el fondo, bueyes adornados <strong>de</strong> flores y terneras blancas con los cuernos dorados<br />

sacudían mugiendo las cuerdas que los sujetaban a fuertes argollas <strong>de</strong> bronce; más lejos,<br />

sobre mesas <strong>de</strong> mármol, se veían, bermejos y sangrientos, gran<strong>de</strong>s trozos <strong>de</strong> carne, los<br />

cuales aireaban los levitas con abanicos <strong>de</strong> plumas para ahuyentar las moscas. De dos<br />

columnas rematadas por brillantes globos <strong>de</strong> cristal pendían cor<strong>de</strong>ros muertos que los<br />

natenitas <strong>de</strong>sollaban con cuchillos <strong>de</strong> plata. Coronados por una mitra ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> metal,<br />

esclavos idumeos limpiaban constantemente las losas con esponjas.<br />

A cada momento algún viejo sacrificador, dirigíase al altar llevando en alto un cor<strong>de</strong>ro<br />

tierno que no balaba, contento y abrigado entre los dos brazos <strong>de</strong>snudos; un tañedor <strong>de</strong> lira

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