III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com
III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com
III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>III</strong> <strong>Certamen</strong> <strong>de</strong> <strong>Narrativa</strong> <strong>Breve</strong> “Revista Digital I.E.S. Ventura Morón”<br />
Título: El niño y yo<br />
Autor: Franklin Alberto Díaz Lárez<br />
Aquel día llegué a mi Apartamento con la certeza que al abrir la puerta iba a encontrar a mis<br />
amigos y familiares esperándome con una gran fiesta sorpresa. Ese día era mi cumpleaños, y<br />
no podía creer que a aquella hora nadie me hubiera llamado aun para felicitarme, que nadie en<br />
el trabajo me hubiera dicho nada, que no hubieran colgado la tarjeta <strong>de</strong> felicitación firmada por<br />
todos en la cartelera <strong>com</strong>o siempre hacían cada vez que alguien celebraba su cumple. Yo era<br />
el primero que estaba pendiente siempre <strong>de</strong> las fechas <strong>de</strong> cumpleaños, santos, onomásticos y<br />
<strong>de</strong>más subespecies semejantes <strong>de</strong> todo el mundo para celebrarlos, o, al menos, para darles<br />
una llamadita, o <strong>de</strong>jarles un <strong>de</strong>talle sorpresa sobre el escritorio, o darles un fuerte abrazo, o<br />
una palmadita en el hombro, o ¡qué se yo...!, hay tantas pequeñas cosas con que se pue<strong>de</strong><br />
hacer sentir bien a alguien, que la lista es interminable. Pero yo estaba <strong>com</strong>pletamente<br />
convencido que si a aquella hora nadie me había llamado, ni <strong>de</strong>jado ninguna manifestación <strong>de</strong><br />
felicitación era porque algo se venían tramando entre todos.<br />
Introduje la llave en la cerradura y abrí la puerta muy <strong>de</strong>spacito. Aun y cuando el corazón me<br />
palpitaba aceleradamente, traté <strong>de</strong> actuar con naturalidad para que los que me estarían<br />
esperando no se dieran cuenta <strong>de</strong> que ya me sospechaba la sorpresa. Supuse que en primera<br />
fila estaría mi Madre con mis dos hermanos, seguramente también estarían dos o tres <strong>de</strong> mis<br />
tías y algunos cuantos <strong>de</strong> mis primos. Pensé que tampoco faltarían los <strong>com</strong>pañeros <strong>de</strong> mi<br />
infancia que aun vivían cerca <strong>de</strong> nosotros, ni mucho menos algunos <strong>de</strong> mis <strong>com</strong>pañeros <strong>de</strong><br />
trabajo. Por supuesto que mi Abuela también estaría en primera fila. Aun y cuando estaba un<br />
poco viejita y enferma, no se pelaba una celebración ni, por supuesto, jamás había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong><br />
llamarme u obsequiarme algún <strong>de</strong>talle en mis días <strong>de</strong> cumple. Pensé también que, a lo mejor,<br />
en lugar <strong>de</strong> colocar treinta y cinco velitas en la tarta, pondrían solo dos, <strong>de</strong> esas que ya traen la<br />
forma <strong>de</strong> los números tres y cinco. Mientras abría la puerta lentamente, pensé también que<br />
ese día era Martes, y, en consecuencia, mañana Miércoles, día <strong>de</strong> trabajo, por lo que tendría<br />
que <strong>de</strong>spachar a toda esa gente temprano ya que no podíamos darnos el lujo <strong>de</strong> madrugar <strong>de</strong><br />
farra teniendo que trabajar al día siguiente. Cuando por fin abrí la puerta <strong>de</strong>l todo y encendí la<br />
luz <strong>de</strong>l recibo, era otra la sorpresa que me esperaba...<br />
¡Que duro golpe recibí! ¡No había nadie en el Apartamento! Aun con la ilusión <strong>de</strong> que<br />
pudiesen estar escondidos en algún sitio, revisé todo en <strong>de</strong>talle. Miré <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las camas, <strong>de</strong><br />
84