07.05.2013 Views

III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com

III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com

III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>III</strong> <strong>Certamen</strong> <strong>de</strong> <strong>Narrativa</strong> <strong>Breve</strong> “Revista Digital I.E.S. Ventura Morón”<br />

Título: Mal pago<br />

Autor: Amando Lacueva Poveda<br />

El famélico anciano, aquejado por el parkinson, <strong>de</strong>scansaba en su silla <strong>de</strong> ruedas,<br />

enfermo <strong>de</strong> hipocinesia, eso es, falto total <strong>de</strong> movimientos. Los temblores <strong>de</strong> su<br />

enfermedad sacudían todo su cuerpo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las manos, hasta las piernas. En ocasiones<br />

sufría verda<strong>de</strong>ros espasmos, pero ya estaba acostumbrado a controlarlos en soledad. Se<br />

encontraba frente a la televisión, pero no la miraba, tenía la mirada perdida en un punto<br />

in<strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> la pequeña habitación.<br />

La lúgubre estancia olía fatal. Los efluvios <strong>de</strong> los orines y <strong>de</strong> las <strong>de</strong>posiciones<br />

inundaban todos y cada uno <strong>de</strong> los rincones <strong>de</strong> la habitación. El hombre tenía<br />

incontinencia y ya no controlaba nada sus funciones más elementales, <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> todo<br />

<strong>de</strong> su hijo, su querido hijo.<br />

Luis, que así se llamaba su hijo trabajaba, <strong>com</strong>o es normal. Salía muy temprano,<br />

antes <strong>de</strong> que saliera el sol y volvía muy tar<strong>de</strong>, infinitamente tar<strong>de</strong>. «Pobre Luis, que<br />

bueno es y cuanto trabaja», pensaba el anciano, mojado por los orines y empapado <strong>de</strong><br />

sus propios excrementos hasta las orejas. Llagado hasta lo impensable por la falta <strong>de</strong><br />

movimiento, cualquier pequeño roce, era un suplicio insoportable, y <strong>de</strong>bido a sus<br />

temblores y espasmos, los roces <strong>de</strong> su carne llagada con la rugosa y apelmazada ropa<br />

que llevaba, eras constantes. «Paciencia, ya llegará, y cuando regrese, me limpiará, me<br />

dará <strong>de</strong> <strong>com</strong>er y me acostará», pensaba el anciano sin po<strong>de</strong>r contener sus espasmos.<br />

El reloj <strong>de</strong> la pared <strong>de</strong> enfrente, situado encima <strong>de</strong> la televisión, marcaba la una <strong>de</strong><br />

la madrugada, pero su hijo no volvía. El anciano empezaba a impacientarse y ponerse<br />

nervioso por la tardanza <strong>de</strong> su renuevo. Pese a su lamentable situación, siempre se<br />

preocupaba por él. Se preocupaba en <strong>de</strong>masía por que no tuviera un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tráfico<br />

o cualquiera otra cosa «Siempre sufriendo por los hijos, es ley <strong>de</strong> vida» se <strong>de</strong>cía con un<br />

amago <strong>de</strong> sonrisa en sus labios.<br />

Recordaba <strong>com</strong>o cuando su hijo era joven, le llamaba <strong>de</strong> madrugada, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

una eterna noche <strong>de</strong> juerga para que le fuera a buscar, y él, somnoliento y cansado <strong>de</strong><br />

una larga jornada <strong>de</strong> trabajo en la cantera, se levantaba raudo, se vestía con enorme<br />

velocidad y se apresuraba a buscar a su hijo, su querido y único hijo. «Qué orgulloso<br />

estoy <strong>de</strong> ti, hijo»<br />

52

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!