III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com
III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com
III Certamen Literario de Narrativa Breve - Publicatuslibros.com
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>III</strong> <strong>Certamen</strong> <strong>de</strong> <strong>Narrativa</strong> <strong>Breve</strong> “Revista Digital I.E.S. Ventura Morón”<br />
En esta mañana, curiosamente, las olas apenas son adormiladas ondulaciones. En el cielo<br />
andan enredados harapos <strong>de</strong> nubes negras con las brasas <strong>de</strong> un sol pálido cuyo calor no llega<br />
ni a los huesos ni a la esperanza. La brisa transparente y fría <strong>de</strong> este otoño <strong>de</strong>sgreñado no<br />
amilana a don Narciso que, <strong>com</strong>o todas las mañanas, se a<strong>com</strong>oda con un <strong>de</strong>splome <strong>de</strong> huesos<br />
en uno <strong>de</strong> los bancos <strong>de</strong> piedra que separan a la playa <strong>de</strong> la barriada <strong>de</strong> pescadores. A este<br />
lugar, suave a la mirada y al recuerdo, vienen huyendo <strong>de</strong> las sombras pescadores viejos<br />
curvados por el remo y abuelas enlutadas con surcos <strong>de</strong> vejez y ro<strong>de</strong>tes gastados por la vida.<br />
-Debería saber, Bernardo, que por aquí entraron todas las civilizaciones. Los fenicios fueron los<br />
primeros; es probable que <strong>de</strong>sembarcaran un día con brisa floja <strong>de</strong> levante <strong>com</strong>o hoy.<br />
Y don Narciso señala con el paraguas a la playa, a las <strong>de</strong>slucidas embarcaciones encalladas<br />
<strong>com</strong>o alfanjes en la arena y a unos pescadores que remiendan re<strong>de</strong>s junto a un coro <strong>de</strong><br />
gaviotas que grazna bajito.<br />
-No es brisa <strong>de</strong> levante, sino viento <strong>de</strong> boga. Y, a<strong>de</strong>más, trae lluvia.<br />
Bernardo, el pescador viejo fuma tabaco <strong>de</strong> picadura negra sentado sobre el banco <strong>de</strong> piedra<br />
helada y apunta con la nariz hacia las nubes y a la mar lisa <strong>com</strong>o un espejo que refleja la<br />
claridad empañada <strong>de</strong>l cielo.<br />
-Los fenicios fueron los primeros en llegar a este lugar. Lo hicieron en sus naves <strong>de</strong> cincuenta<br />
remos, llamadas pentekonteras.<br />
-Dentro <strong>de</strong> poco tenemos lluvia.<br />
Don Narciso mira hacia el viejo pescador y por un momento olvida a los fenicios para<br />
aconsejar:<br />
- Bernardo, se va a quemar los labios. Tire la colilla, hombre.<br />
- Ya mismo, agua.<br />
Y Bernardo no tira nada. Para eso tendría que sacar las manos <strong>de</strong>l bolsillo en don<strong>de</strong> se<br />
calientan las cansadas huellas <strong>de</strong>jadas por la artrosis, los anzuelos y el remo.<br />
-Volviendo a los fenicios, <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>cirle, que aquí construyeron un puerto y una factoría <strong>de</strong><br />
pescados.<br />
Bernardo se anima.<br />
-¿Está seguro? – pregunta Bernardo con cierto tono <strong>de</strong> duda-.<br />
Don Narciso se <strong>de</strong>sconcierta.<br />
136