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07.05.2013 Views

D E L A S O B L I G A C I O N E S Derechos reales y derechos personales o créditos El Código Civil en el artículo 576 expresa que “las cosas incorporales son derechos reales o personales” y, en las disposiciones siguientes, define el derecho real como aquel “que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada persona” (art. 577), y el personal como el “que sólo pueden reclamarse de ciertas personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones correlativas...” (art. 578). Las nociones de derecho personal o crédito y obligación son correlativas Representan las dos caras de una misma medalla. En efecto, no puede concebirse una sin la otra de modo que, en definitiva, se hablará de derecho personal o de obligación, según la relación entre los sujetos se mire desde el punto de vista del acreedor (titular de un crédito) o del deudor (obligado en esa relación). Así lo deja en evidencia el artículo 578 al definir el derecho personal o crédito. Diferencias entre derechos reales y personales La doctrina clásica contrapone los derechos reales a los personales, destacando varias diferencias: a) en los derechos reales existe una relación de persona a cosa; en cambio, en los personales, la relación es entre dos sujetos determinados: acreedor y deudor. b) en cuanto al contenido: los derechos reales confieren un poder jurídico inmediato sobre la cosa; en cambio, en los derechos personales, el titular (acreedor) sólo puede obtener el beneficio correspondiente mediante un acto del obligado (deudor). En el derecho real existe una relación directa entre el titular del derecho y la cosa en que se ejerce, y por ello los romanos hablaban de “jure in re”, derechos en la cosa. El derecho personal se caracteriza, en cambio, fundamentalmente porque en él no existe una relación directa entre el titular del derecho y la cosa, sino un vínculo jurídico entre personas: acreedor

D E L A S O B L I G A C I O N E S<br />

<strong>Derecho</strong>s reales y <strong>de</strong>rechos personales o créditos<br />

El Código <strong>Civil</strong> en el artículo 576 expresa que “las cosas incorporales<br />

son <strong>de</strong>rechos reales o personales” y, en las disposiciones siguientes, <strong>de</strong>fine el<br />

<strong>de</strong>recho real como aquel “que tenemos sobre una cosa sin respecto a<br />

<strong>de</strong>terminada persona” (art. 577), y el personal como el “que sólo pue<strong>de</strong>n<br />

re<strong>cl</strong>amarse <strong>de</strong> ciertas personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición <strong>de</strong><br />

la ley, han contraído las obligaciones correlativas...” (art. 578).<br />

Las nociones <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho personal o crédito y obligación son<br />

correlativas<br />

Representan las dos caras <strong>de</strong> una misma medalla. En efecto, no pue<strong>de</strong><br />

concebirse una sin la otra <strong>de</strong> modo que, en <strong>de</strong>finitiva, se hablará <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho<br />

personal o <strong>de</strong> obligación, según la relación entre los sujetos se mire <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l acreedor (titular <strong>de</strong> un crédito) o <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (obligado en<br />

esa relación). Así lo <strong>de</strong>ja en evi<strong>de</strong>ncia el artículo 578 al <strong>de</strong>finir el <strong>de</strong>recho<br />

personal o crédito.<br />

Diferencias entre <strong>de</strong>rechos reales y personales<br />

La doctrina <strong>cl</strong>ásica contrapone los <strong>de</strong>rechos reales a los personales,<br />

<strong>de</strong>stacando varias diferencias:<br />

a) en los <strong>de</strong>rechos reales existe una relación <strong>de</strong> persona a cosa; en cambio,<br />

en los personales, la relación es entre dos sujetos <strong>de</strong>terminados: acreedor y<br />

<strong>de</strong>udor.<br />

b) en cuanto al contenido: los <strong>de</strong>rechos reales confieren un po<strong>de</strong>r jurídico<br />

inmediato sobre la cosa; en cambio, en los <strong>de</strong>rechos personales, el titular<br />

(acreedor) sólo pue<strong>de</strong> obtener el beneficio correspondiente mediante un acto<br />

<strong>de</strong>l obligado (<strong>de</strong>udor). En el <strong>de</strong>recho real existe una relación directa entre el<br />

titular <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y la cosa en que se ejerce, y por ello los romanos hablaban<br />

<strong>de</strong> “jure in re”, <strong>de</strong>rechos en la cosa. El <strong>de</strong>recho personal se caracteriza, en<br />

cambio, fundamentalmente porque en él no existe una relación directa entre el<br />

titular <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y la cosa, sino un vínculo jurídico entre personas: acreedor


y <strong>de</strong>udor; en consecuencia, el titular <strong>de</strong>l crédito tiene una relación indirecta<br />

con la cosa, y por ello los romanos hablaban <strong>de</strong> “jure ad rem”, <strong>de</strong>recho a la<br />

cosa;<br />

c) en cuanto a la forma <strong>de</strong> adquirir ambos tipos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. Los reales se<br />

adquieren por la concurrencia <strong>de</strong> un título y <strong>de</strong> un modo <strong>de</strong> adquirir. En<br />

cambio, en los <strong>de</strong>rechos personales, basta el título;<br />

d) los <strong>de</strong>rechos reales -se dice- son <strong>de</strong>rechos absolutos en cuanto al titular<br />

le correspon<strong>de</strong> una acción persecutoria y restitutoria, dirigida al reintegro <strong>de</strong> la<br />

cosa y ejercitable frente a terceros. Los <strong>de</strong>rechos personales, en tanto, son<br />

<strong>de</strong>rechos relativos porque sólo se pue<strong>de</strong>n exigir <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor;<br />

e) en lo que se refiere a su contravención, los <strong>de</strong>rechos reales pue<strong>de</strong>n ser<br />

violados por cualquiera, no así los personales, que sólo pue<strong>de</strong>n serlo por el<br />

<strong>de</strong>udor;<br />

f) finalmente, se argumenta que los <strong>de</strong>rechos reales sólo los pue<strong>de</strong> crear la<br />

ley (“número <strong>cl</strong>ausus”), quedando inhibidas las partes <strong>de</strong> establecerlos,<br />

situación totalmente distinta a la <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos personales en que las partes<br />

en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong> la voluntad, pue<strong>de</strong>n generar<br />

cualquier tipo <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos personal sin más limitación que la ley, el or<strong>de</strong>n<br />

público o la moral (“numero apertus”).<br />

Críticas a la concepción <strong>cl</strong>ásica<br />

La concepción <strong>cl</strong>ásica que diferencia con niti<strong>de</strong>z los <strong>de</strong>rechos reales y<br />

personales, es objeto <strong>de</strong> fuertes críticas.<br />

No es cierto, se argumenta, que en los <strong>de</strong>rechos reales exista un sólo<br />

sujeto, su titular, pues también hay un sujeto pasivo constituido por la<br />

colectividad toda, en cuanto sus integrantes tienen la obligación <strong>de</strong> abstenerse<br />

<strong>de</strong> ejecutar cualquier acto que perturbe o impida el ejercicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />

Planiol y Ripert explican que “el <strong>de</strong>recho real <strong>de</strong>be, pues, concebirse bajo la<br />

forma <strong>de</strong> una relación obligatoria, en la cual el sujeto activo es simple y está<br />

representado por una sola persona, mientras que el sujeto pasivo es ilimitado<br />

en número y compren<strong>de</strong> a todas las personas que están en relación con el<br />

sujeto activo”. La situación es todavía más <strong>cl</strong>ara, se agrega, en los <strong>de</strong>rechos<br />

reales limitados que constituyen <strong>de</strong>smembración <strong>de</strong>l dominio, pues éstos<br />

<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>ben ejercerse sin perturbar el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> propiedad.<br />

2


Tampoco es efectivo que en los <strong>de</strong>rechos reales exista una relación <strong>de</strong><br />

persona a cosa, pues siempre las relaciones jurídicas se dan entre personas, ya<br />

que todos los <strong>de</strong>rechos y <strong>de</strong>beres conciernen a las personas y afectan su<br />

comportamiento. Sin embargo, no <strong>de</strong>be <strong>de</strong>sconocerse que las cosas tienen un<br />

significado distinto en los <strong>de</strong>rechos reales y personales; son fundamentales en<br />

los primeros, en tanto que pue<strong>de</strong>n faltar en ciertas obligaciones, como ocurre<br />

con las <strong>de</strong> hacer y no hacer. Las cosas solo integran el objeto <strong>de</strong> las<br />

obligaciones <strong>de</strong> dar.<br />

Concepto <strong>de</strong> obligación<br />

Tradicionalmente se <strong>de</strong>fine la obligación como el vínculo jurídico entre<br />

dos personas <strong>de</strong>terminadas -<strong>de</strong>udor y acreedor- en virtud <strong>de</strong>l cual el primero se<br />

encuentra en la necesidad jurídica <strong>de</strong> dar, hacer o no hacer algo en favor <strong>de</strong>l<br />

segundo.<br />

Hoy en día, si el <strong>de</strong>udor no cumple con su prestación pue<strong>de</strong> ser<br />

compelido a hacerlo, respondiendo no con su persona -como acontecía en el<br />

antiguo <strong>Derecho</strong> Romano- sino con su patrimonio. Sobre el particular, el<br />

artículo 2465 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> expresa que “toda obligación personal da al<br />

acreedor el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> perseguir su ejecución sobre todos los bienes raíces o<br />

muebles <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente los no<br />

embargables, <strong>de</strong>signados en el artículo 1618”. De manera que cuando se<br />

contrae una obligación el <strong>de</strong>udor está respondiendo <strong>de</strong> su cumplimiento con<br />

todo su patrimonio, lo que se <strong>de</strong>nomina “<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> prenda general”<br />

<strong>de</strong>nominación ina<strong>de</strong>cuada, pues no hay propiamente un <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> prenda,<br />

que es un <strong>de</strong>recho real. Este nombre sólo tiene el valor <strong>de</strong> una metáfora.<br />

Hay dudas sobre el momento en que se produjo este cambio tan<br />

fundamental pasándose <strong>de</strong> la responsabilidad personal a la patrimonial. Según<br />

la versión más divulgada, proveniente <strong>de</strong> Tito Livio ello ocurrió en el año 326<br />

A.C., con la Ley Poetelia Papiria. Según Varrón, este cambio habría ocurrido<br />

con posterioridad, habiéndose incorporado por el <strong>Derecho</strong> Pretorio en el siglo<br />

I A.C.<br />

Como observa Fueyo, tradicionalmente las <strong>de</strong>finiciones que la doctrina<br />

ha dado <strong>de</strong> la voz obligación tienen en común “la subordinación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

hacia el acreedor, en un plano in<strong>cl</strong>inado en que los <strong>de</strong>rechos son todos <strong>de</strong>l<br />

acreedor, y los <strong>de</strong>beres correspon<strong>de</strong>n todos al <strong>de</strong>udor”. Agrega que la<br />

ten<strong>de</strong>ncia actual es a corregir este criterio absolutista, reconociéndose<br />

3


<strong>de</strong>rechos al <strong>de</strong>udor y la imposición <strong>de</strong> <strong>de</strong>beres al acreedor. Ello lo lleva a<br />

<strong>de</strong>finir la obligación como “una relación <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho entre dos o más personas,<br />

en cuya virtud una parte tiene el <strong>de</strong>ber jurídico <strong>de</strong> satisfacer una prestación<br />

<strong>de</strong>terminada en favor <strong>de</strong> otra, a la vez que el <strong>de</strong>recho a que el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />

acreedor no se exceda en sus límites, y a ser liberada al tiempo <strong>de</strong>l<br />

cumplimiento, y la otra parte la facultad <strong>de</strong> exigir tal prestación, aun<br />

coercitivamente, a la vez que el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> no exce<strong>de</strong>rse en su pretensión”<br />

(Fueyo Laneri, Fernando: “Cumplimiento e incumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones”, 1992,<br />

Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile).<br />

Elementos <strong>de</strong> la obligación<br />

1. Los sujetos <strong>de</strong> la obligación: acreedor y <strong>de</strong>udor;<br />

2. Un elemento objetivo: la prestación, y<br />

3. Un vínculo jurídico<br />

Sujetos <strong>de</strong> la obligación: acreedor y <strong>de</strong>udor<br />

Los sujetos <strong>de</strong> toda obligación son el acreedor y el <strong>de</strong>udor. El acreedor<br />

que es el titular <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho personal o crédito en virtud <strong>de</strong>l cual pue<strong>de</strong> exigir<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor una <strong>de</strong>terminada prestación. El <strong>de</strong>udor es quien <strong>de</strong>be dar, hacer o<br />

no hacer algo en favor <strong>de</strong>l acreedor.<br />

En los contratos bilaterales -aquellos en que las partes se obligan<br />

recíprocamente (artículo 1439)- ambas partes tendrán el carácter <strong>de</strong><br />

acreedoras y <strong>de</strong>udoras, <strong>de</strong> sus respectivos <strong>de</strong>rechos y obligaciones.<br />

Los dos sujetos tienen que ser personas <strong>de</strong>terminadas o a lo menos<br />

<strong>de</strong>terminables.<br />

Hay casos en que los sujetos no quedan <strong>de</strong>terminados, pero según<br />

Abeliuk se trata <strong>de</strong> situaciones excepcionales en que el sujeto activo o pasivo<br />

es <strong>de</strong>terminable en el momento <strong>de</strong> exigirse el cumplimiento.<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista pasivo, el caso se presenta en las llamadas<br />

obligaciones ambulatorias, o propter rem, en que resulta obligado a satisfacer<br />

la <strong>de</strong>uda quien tenga la calidad <strong>de</strong> dueño o poseedor <strong>de</strong> la cosa al tiempo <strong>de</strong><br />

exigirse su cumplimiento. En ellas el <strong>de</strong>udor no es tal personalmente, sino en<br />

cuanto tiene <strong>de</strong>rechos sobre la cosa, <strong>de</strong> manera que si cesa su relación con ella,<br />

4


<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> estar obligado. Por ejemplo, así ocurre con las expensas comunes en la<br />

propiedad horizontal: el dueño <strong>de</strong>l piso o <strong>de</strong>partamento respon<strong>de</strong> aun <strong>de</strong> las<br />

anteriores a su adquisición <strong>de</strong>l dominio, <strong>de</strong> manera que estará obligado sólo<br />

mientras sea dueño.<br />

El sujeto activo estará in<strong>de</strong>terminado en todos aquellos casos que se<br />

consi<strong>de</strong>ran como <strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración unilateral <strong>de</strong> voluntad, como por ejemplo en<br />

los títulos al portador, en que <strong>de</strong> antemano se sabe quien es el <strong>de</strong>udor, pero el<br />

acreedor se <strong>de</strong>terminará por la posesión <strong>de</strong>l título. Otro caso -continúa<br />

Abeliuk- lo encontramos en la promesa <strong>de</strong> recompensa, una <strong>de</strong> cuyas<br />

posibilida<strong>de</strong>s reglamenta el art. 632 respecto <strong>de</strong> las especies perdidas. Si el<br />

dueño ha ofrecido un premio a quien lo encuentre, el <strong>de</strong>nunciador elegirá entre<br />

el premio <strong>de</strong> salvamento y la recompensa ofrecida. Si hace esto último,<br />

adquiere en ese momento la calidad <strong>de</strong> acreedor, que anteriormente estaba<br />

in<strong>de</strong>terminada.<br />

Tanto el <strong>de</strong>udor como el acreedor pue<strong>de</strong>n ser una o varias personas,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que, <strong>de</strong> acuerdo al artículo 1438, cada parte <strong>de</strong> un contrato pue<strong>de</strong> ser<br />

una o muchas personas.<br />

Frente a la concepción <strong>cl</strong>ásica que entien<strong>de</strong> la obligación como una<br />

relación <strong>de</strong> dos personas, acreedor y <strong>de</strong>udor, surgen doctrinas nuevas, que ven<br />

más bien una relación <strong>de</strong> patrimonios. Gau<strong>de</strong>ment expresa “Originariamente<br />

es la persona la que <strong>de</strong>be a la persona; hoy es el patrimonio el que <strong>de</strong>be al<br />

patrimonio”. Y Polacco enseña: “En las obligaciones, en vez <strong>de</strong> una voluntad<br />

vinculada a otra, existe un vínculo entre dos patrimonios, consi<strong>de</strong>rados como<br />

personalida<strong>de</strong>s abstractas”. Finalmente, una posición intermedia la concibe<br />

como una ligazón entre patrimonios a través <strong>de</strong> las personas <strong>de</strong> sus titulares.<br />

Del objeto <strong>de</strong> la obligación<br />

El objeto <strong>de</strong> la obligación es la prestación a que se obliga el <strong>de</strong>udor.<br />

Consiste en un <strong>de</strong>terminado comportamiento, positivo o negativo, que éste<br />

asume en favor <strong>de</strong>l acreedor. Empleando el lenguaje <strong>de</strong>l artículo 1438, es lo<br />

que el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be dar, hacer o no hacer. Estas distintas categorías <strong>de</strong> la<br />

prestación conducen a una <strong>cl</strong>asificación <strong>de</strong> las obligaciones en <strong>de</strong> dar, hacer y<br />

no hacer.<br />

5


Características <strong>de</strong> la prestación<br />

La prestación <strong>de</strong>be reunir las siguientes características: a) <strong>de</strong>be ser física<br />

y jurídicamente posible; b) <strong>de</strong>be ser lícita; c) <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong>terminada o a lo<br />

menos <strong>de</strong>terminable.<br />

Que sea posible quiere <strong>de</strong>cir que se <strong>de</strong>be po<strong>de</strong>r realizar. En caso<br />

contrario nos encontramos ante la imposibilidad <strong>de</strong> la prestación, que pue<strong>de</strong><br />

ser absoluta, cuando la prestación no pue<strong>de</strong> cumplirse bajo ningún respecto, o<br />

relativa, cuando objetivamente no hay imposibilidad pero para el <strong>de</strong>udor no es<br />

realizable la prestación.<br />

Que la prestación sea lícita significa que no <strong>de</strong>be estar prohibida por la<br />

ley ni ser contraria a las buenas costumbres o al or<strong>de</strong>n público (artículo 1461<br />

inc. 3º).<br />

Que sea <strong>de</strong>terminada, importa <strong>de</strong>cir que la prestación tiene que estar<br />

precisada, i<strong>de</strong>ntificada; y que sea <strong>de</strong>terminable significa que pueda llegar a<br />

<strong>de</strong>finirse sin necesidad <strong>de</strong> un nuevo acuerdo <strong>de</strong> las partes (así ocurre, por<br />

ejemplo en las obligaciones alternativas, arts. 1499 y ss.). El artículo 1461<br />

refiriéndose a las obligaciones <strong>de</strong> dar (o <strong>de</strong> entregar), nos dice que cuando lo<br />

que se <strong>de</strong>be es una cosa “la cantidad pue<strong>de</strong> ser incierta con tal que el acto o<br />

contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para <strong>de</strong>terminarla” (inc. 2º).<br />

Para que exista obligación ¿<strong>de</strong>be la prestación tener contenido<br />

patrimonial (pecuniario)?<br />

Savigny y algunos juristas pertenecientes a la escuela histórica, así lo<br />

entendieron. De esa forma, el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> las obligaciones venía a ser<br />

esencialmente un <strong>de</strong>recho patrimonial. Así ocurría también en el <strong>de</strong>recho<br />

romano, en que se consi<strong>de</strong>raba <strong>de</strong> la esencia <strong>de</strong> la obligación el que la<br />

prestación tuviera un valor pecuniario o económico.<br />

A partir <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l siglo XIX, algunos autores -Scialoja, Castán,<br />

Ruggiero, Messineo, Puig Peña, entre otros- comienzan a distinguir entre “la<br />

prestación en sí” y “el interés <strong>de</strong>l acreedor”. La primera <strong>de</strong>be tener siempre un<br />

contenido patrimonial pues, en caso contrario, no se podría ejecutar la<br />

obligación en el patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; no así el interés <strong>de</strong>l acreedor que<br />

pue<strong>de</strong> ser patrimonial, moral, humanitario, científico, artístico, estético, etc.<br />

6


Así, el Código italiano, uno <strong>de</strong> los pocos que se pronuncia directamente sobre<br />

el problema en su art. 1174 dice: “la prestación que constituye objeto <strong>de</strong> la<br />

obligación <strong>de</strong>be ser susceptible <strong>de</strong> valorización económica y <strong>de</strong>be<br />

correspon<strong>de</strong>r a un interés, aun cuando no sea patrimonial <strong>de</strong>l acreedor”. El<br />

ejemplo <strong>cl</strong>ásico que se señala es el <strong>de</strong> una persona que por el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />

poseerlo encarga un cuadro a un pintor famoso. El interés <strong>de</strong>l acreedor es<br />

meramente estético, pero la prestación tiene valor económico, ya que el cuadro<br />

terminado lo tendrá, y en consecuencia, es posible si no la ejecución forzada,<br />

al menos la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios.<br />

Vínculo jurídico<br />

Que se trate <strong>de</strong> un vínculo jurídico significa que nos encontramos ante<br />

una relación protegida por el <strong>de</strong>recho objetivo, lo que hace la diferencia entre<br />

obligación y otros <strong>de</strong>beres, como los morales.<br />

7


Concepto<br />

FUENTES DE LAS OBLIGACIONES<br />

Se han <strong>de</strong>finido las fuentes <strong>de</strong> las obligaciones “como los hechos<br />

jurídicos que dan nacimiento, modifican o extinguen las relaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho<br />

y las obligaciones” (Fernando Fueyo). En forma más escueta Stitchkin, nos<br />

dice que “se llaman fuentes <strong>de</strong> las obligaciones los hechos jurídicos que les<br />

dan origen”.<br />

Clasificación<br />

El artículo 578 al <strong>de</strong>finir los <strong>de</strong>rechos personales o créditos, hace una<br />

primera distinción, al expresar que éstos sólo pue<strong>de</strong>n re<strong>cl</strong>amarse <strong>de</strong> ciertas<br />

personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición <strong>de</strong> la ley, han contraído<br />

las obligaciones correlativas. De esta forma, las fuentes serían: un hecho <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor y la ley.<br />

Pero como el hecho <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor cubre distintas hipótesis -a) que importe<br />

un acuerdo <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s, (contrato); b) que sea un hecho voluntario, lícito,<br />

no convencional (cuasicontrato, art. 2284); c) que constituya una conducta<br />

negligente que cause daño a otro (cuasi<strong>de</strong>lito civil, artículo 2284), o d) que se<br />

trate <strong>de</strong> un hecho doloso que cause daño a otro (<strong>de</strong>lito civil, artículo 2284)- el<br />

artículo 1437 ha precisado que “Las obligaciones nacen, ya <strong>de</strong>l concurso real<br />

<strong>de</strong> las volunta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dos o más personas, como en los contratos o<br />

convenciones; ya <strong>de</strong> un hecho voluntario <strong>de</strong> la persona que se obliga, como en<br />

la aceptación <strong>de</strong> una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a<br />

consecuencia <strong>de</strong> un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como<br />

en los <strong>de</strong>litos o cuasi<strong>de</strong>litos; ya por disposición <strong>de</strong> la ley, como entre los<br />

padres e hijos <strong>de</strong> familia”.<br />

En resumen, para nuestro Código <strong>Civil</strong>, las fuentes <strong>de</strong> las obligaciones<br />

son: a) el contrato, b) el cuasicontrato; c) el <strong>de</strong>lito; d) el cuasi<strong>de</strong>lito; y e) la ley.<br />

Cabe agregar que ya el Digesto señalaba como las fuentes <strong>de</strong> las<br />

obligaciones a los contratos, cuasicontratos, <strong>de</strong>litos y cuasi<strong>de</strong>litos.<br />

Posteriormente, los glosadores añadieron una quinta categoría: la ley.<br />

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Esta <strong>cl</strong>asificación <strong>de</strong> las fuentes ha llegado a ser <strong>cl</strong>ásica. Sin embargo,<br />

es objeto <strong>de</strong> fuertes críticas.<br />

Criticas a la <strong>cl</strong>asificación anterior<br />

Son varias las observaciones que se hacen a la <strong>cl</strong>asificación recién<br />

señalada. Por una parte, la noción <strong>de</strong> cuasicontrato tiene <strong>de</strong>tractores, pues o<br />

hay acuerdo <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s y en ese caso hay contrato, o no lo hay y, en tal<br />

supuesto la obligación sólo pue<strong>de</strong> tener su origen en la ley.<br />

Según una opinión muy generalizada, sólo la voluntad y la ley pue<strong>de</strong>n<br />

generar obligaciones. En los cuasicontratos, los <strong>de</strong>litos o cuasi<strong>de</strong>litos, las<br />

obligaciones nacen porque así lo establece la ley. Sin embargo, siguiendo la<br />

misma lógica, habría que con<strong>cl</strong>uir que también en el caso <strong>de</strong> los contratos,<br />

éstos generarían obligaciones porque así lo establece la ley, con lo que las<br />

fuentes quedarían reducidas ex<strong>cl</strong>usivamente a ésta última (Guillermo Borda).<br />

La voluntad unilateral como fuente <strong>de</strong> la obligación<br />

A mediados <strong>de</strong>l siglo XIX, surgió en la doctrina alemana (Kuntze y<br />

Siegel), la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que una persona pudiera resultar obligada por su sola<br />

manifestación <strong>de</strong> voluntad. Siegel lleva las cosas al extremo <strong>de</strong> sostener que la<br />

voluntad unilateral es la fuente única <strong>de</strong> todas las obligaciones creadas por los<br />

particulares. Hasta el contrato, según él, se disolvería en dos actos distintos, y<br />

cada parte se obligaría por un acto único <strong>de</strong> su sola voluntad.<br />

Por voluntad unilateral como fuente <strong>de</strong> obligación se entien<strong>de</strong> el acto<br />

unilateral emanado <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que es suficiente para obligar a éste. Esta<br />

doctrina sostiene que una persona pue<strong>de</strong> por su sola voluntad transformarse en<br />

<strong>de</strong>udor, sin que intervenga la voluntad <strong>de</strong> otra. Porque si el acreedor toma<br />

parte en la generación <strong>de</strong> la obligación, habría contrato, mientras que en la<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>aración unilateral la mera voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor lo coloca en la categoría <strong>de</strong><br />

tal. Es <strong>de</strong> todos modos necesaria la intervención <strong>de</strong>l acreedor que acepte su<br />

<strong>de</strong>recho, ya que nadie pue<strong>de</strong> ser obligado a adquirir éstos contra su voluntad,<br />

pero la obligación no nace cuando el acreedor acepta o ejerce su <strong>de</strong>recho, sino<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que ha sido creada por la voluntad unilateral <strong>de</strong> quien se<br />

obliga.<br />

Y por la misma razón <strong>de</strong> que la obligación ya ha nacido, no pue<strong>de</strong> ser<br />

normalmente revocada en forma unilateral por el <strong>de</strong>udor.<br />

9


Los autores franceses se resistieron en un comienzo a aceptar que la<br />

manifestación unilateral <strong>de</strong> voluntad pudiera ser fuente <strong>de</strong> las obligaciones,<br />

pues estimaban indispensable un acuerdo <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s pero, finalmente,<br />

terminaron aceptando la innovación, en razón <strong>de</strong> que en los textos positivos se<br />

encuentran casos <strong>de</strong> obligaciones generadas por la sola voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

Así ocurre, entre nosotros, con el artículo 632 inciso 2º <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong><br />

(promesa <strong>de</strong> recompensa al que <strong>de</strong>nuncie el hallazgo <strong>de</strong> una especie al parecer<br />

perdida); y con el artículo 99 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Comercio (caso <strong>de</strong>l oferente que<br />

se obliga a no disponer <strong>de</strong> la cosa sino pasado cierto tiempo o <strong>de</strong> <strong>de</strong>sechada la<br />

oferta).<br />

En algunos Códigos se reconoce valor vinculante a la promesa<br />

unilateral. Así ocurre con los Códigos alemán (arts. 657 y siguientes y 793;<br />

Código suizo <strong>de</strong> las <strong>Obligaciones</strong> (arts. 8º y 846 y siguientes), brasileño <strong>de</strong><br />

1919 (arts. 1056 y siguientes), mexicano <strong>de</strong> 1928 (artículos 1860 y<br />

siguientes); italiano <strong>de</strong> 1942 (artículos 1987 y siguientes). En cambio el<br />

Código portugués sienta el principio <strong>de</strong> que la promesa unilateral <strong>de</strong> una<br />

prestación sólo obliga en los casos previstos en la ley. En el mismo sentido <strong>de</strong>l<br />

Código portugués, el peruano <strong>de</strong> 1984, artículo 1956: “Por la promesa<br />

unilateral el promitente queda obligado por su sola <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> voluntad, a<br />

cumplir una <strong>de</strong>terminada prestación en favor <strong>de</strong> otra persona” (inc. 1º) y en<br />

seguida en el artículo siguiente expresa “La promesa unilateral sólo obliga a la<br />

prestación prometida en los casos previstos por la ley o por acuerdo previo<br />

entre las partes interesadas”.<br />

En Chile, ¿se acepta la voluntad unilateral como fuente <strong>de</strong> las<br />

obligaciones?<br />

La i<strong>de</strong>a dominante es que el Código <strong>Civil</strong> -salvo la situación<br />

excepcional <strong>de</strong>l artículo 632 inc. 2º- no acepta la voluntad unilateral, como<br />

fuente <strong>de</strong> obligaciones. Se fundamenta esta opinión en el hecho que Bello<br />

siguió la doctrina <strong>de</strong> Pothier recogida en el Código <strong>de</strong> Napoleón, quien<br />

manifestó con <strong>cl</strong>aridad su pensamiento: “No puedo por mi promesa conce<strong>de</strong>r a<br />

alguno un <strong>de</strong>recho contra mi persona hasta que su voluntad concurra para<br />

adquirirlo por la aceptación que haga <strong>de</strong> mi promesa”.<br />

Sin embargo hay quienes piensan <strong>de</strong> manera distinta. Así, por ejemplo<br />

Enrique Rodríguez R., en su Memoria <strong>de</strong> Prueba, afirma “que el artículo 1437<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Bello no dice que los únicos hechos voluntarios <strong>de</strong> la persona<br />

que se obliga son los cuasicontratos y la aceptación <strong>de</strong> una herencia o legado,<br />

10


sino que expresa que tales actos son especies <strong>de</strong>l hecho voluntario <strong>de</strong> la<br />

persona que se obliga y <strong>de</strong>l cual pue<strong>de</strong>n nacer obligaciones. La palabra<br />

“como” (empleada en ese artículo) equivale a “por ejemplo”; luego, la<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>aración unilateral <strong>de</strong> voluntad podría tener cabida en esa disposición,<br />

puesto que aquélla es precisamente un hecho voluntario <strong>de</strong> la persona que se<br />

obliga. Y nótese, todavía, que algunos autores (Colin y Capitant) dan como<br />

una <strong>de</strong> las hipótesis <strong>de</strong> obligación unilateral el ejemplo que pone nuestro<br />

Código <strong>de</strong> la aceptación <strong>de</strong> una herencia: habría obligación unilateral en la<br />

medida que el here<strong>de</strong>ro, por el hecho <strong>de</strong> esta aceptación llega a ser <strong>de</strong>udor<br />

pasivo <strong>de</strong> la sucesión”.<br />

La jurispru<strong>de</strong>ncia nacional en forma reiterada ha sostenido que no hay<br />

más fuentes <strong>de</strong> obligaciones que las que indica el artículo 1437. No obstante,<br />

hay fallos recientes que aceptan que la sola voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor pueda ser<br />

fuente <strong>de</strong> obligaciones. Así, se ha fallado que “el documento negociable como<br />

título <strong>de</strong> crédito llamado pagaré es un acto jurídico en que una persona, por su<br />

sola voluntad y sin someterse a condición, se reconoce <strong>de</strong>udora <strong>de</strong> otra por un<br />

monto <strong>de</strong>terminado o <strong>de</strong>terminable <strong>de</strong> dinero. La obligación, la <strong>de</strong>uda surge<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que se formula una <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración documental en dicho<br />

sentido, sin que sea necesaria -para su vali<strong>de</strong>z- la aceptación <strong>de</strong>l beneficiario,<br />

ni que se exprese la razón o motivo que indujo a suscribir tal título <strong>de</strong> la<br />

obligación” (Rev. Der. y Jur., T. 85, sec. 1ª, p. 104). Otro fallo había sostenido<br />

que “hay actos unilaterales que no son <strong>de</strong>litos, cuasi<strong>de</strong>litos ni cuasicontratos y<br />

que obligan a quien los ejecuta” (T. 68, sec. 1ª, p. 217).<br />

11


CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES<br />

Las obligaciones admiten diferentes <strong>cl</strong>asificaciones:<br />

1. Atendiendo a su eficacia<br />

a) obligaciones civiles, y<br />

b) obligaciones naturales.<br />

2. Atendiendo al objeto o prestación<br />

a) Según la forma: positivas y negativas.<br />

b) Según la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong>l objeto: <strong>de</strong> especie o cuerpo cierto y <strong>de</strong><br />

género.<br />

c) Según el contenido <strong>de</strong> la prestación: <strong>de</strong> dar, hacer y no hacer.<br />

d) Según el número <strong>de</strong> cosas que integran la prestación: <strong>de</strong> objeto<br />

singular y <strong>de</strong> objeto plural (<strong>de</strong> simple objeto múltiple, alternativas y<br />

facultativas).<br />

3. Atendiendo al sujeto<br />

a) <strong>de</strong> unidad sujetos;<br />

b) <strong>de</strong> pluralidad <strong>de</strong> sujetos (simplemente conjuntas o mancomunadas,<br />

solidarias e indivisibles)<br />

4. Atendiendo a la forma <strong>de</strong> existir<br />

a) principales, y<br />

b) accesorias.<br />

12


5. Atendiendo a sus efectos<br />

a) puras y simples,<br />

b) sujetas a modalidad<br />

OBLIGACIONES CIVILES Y NATURALES<br />

<strong>Obligaciones</strong> civiles “son aquellas que dan <strong>de</strong>recho para exigir su<br />

cumplimiento” (art. 1470 inc. 2). Aunque no lo dice la <strong>de</strong>finición, la<br />

obligación civil también otorga excepción para retener lo que se ha dado o<br />

pagado en virtud <strong>de</strong> ella.<br />

<strong>Obligaciones</strong> naturales (o imperfectas) son “las que no confieren<br />

<strong>de</strong>recho para exigir su cumplimiento, pero que cumplidas, autorizan para<br />

retener lo que se ha dado o pagado en razón <strong>de</strong> ellas” (art. 1470 inc. 3). Son:<br />

1. Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y<br />

discernimiento, son, sin embargo, incapaces <strong>de</strong> obligarse según las leyes,<br />

como los menores adultos;<br />

2. Las obligaciones civiles extinguidas por la prescripción;<br />

3. Las que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> actos a que faltan las solemnida<strong>de</strong>s que la ley<br />

exige para que se produzcan efectos civiles como la <strong>de</strong> pagar un legado,<br />

impuesto por un testamento que no se ha otorgado en la forma <strong>de</strong>bida;<br />

4. Las que no han sido reconocidas en juicio por falta <strong>de</strong> prueba.<br />

Las obligaciones naturales ¿son taxativas en Chile?<br />

Las obligaciones naturales son una excepción al <strong>de</strong>recho común puesto<br />

que, por regla general, la obligación otorga al acreedor la acción<br />

correspondiente para perseguir el cumplimiento. Siendo excepcionales, no hay<br />

más que las que la ley contempla. ¿Significa lo anterior que no hay más<br />

obligaciones naturales que las que indica el art. 1470?<br />

13


Claro Solar estima que el art. 1470 es taxativo. Da varias razones:<br />

a) El artículo antes <strong>de</strong> hacer la enumeración emplea la frase “tales son”,<br />

frase que importa taxatividad, significa lo mismo que “éstas son”, o la<br />

expresión “a saber”.<br />

b) El pensamiento <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong>l Código es <strong>cl</strong>aro en el sentido <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminar y señalar las obligaciones que calificaba como naturales.<br />

c) El art. 2296 hace una referencia a las obligaciones naturales<br />

mencionándolas como las “enumeradas en el artículo 1470”, <strong>de</strong>mostrando con<br />

ello que no hay otras.<br />

Otros (Fueyo, Stitchkin, Vodanovic) piensan que el art. 1470 no es<br />

taxativo, por los siguientes motivos:<br />

a) El art. 1470 las <strong>de</strong>fine, por lo que siempre que nos encontremos frente a<br />

una situación que corresponda a esa <strong>de</strong>finición estaremos ante una obligación<br />

natural, y<br />

b) Porque la expresión “tales son” no significa taxatividad, sino<br />

ejemplificación.<br />

Si bien la mayoría <strong>de</strong> la doctrina está <strong>de</strong> acuerdo en que el art. 1470 no<br />

es taxativo, no hay unanimidad sobre cuáles serían los otros casos <strong>de</strong><br />

obligaciones naturales no comprendidos en el art. 1470. Se mencionan varios:<br />

a) La multa en los esponsales (art. 99). Si celebrado el contrato <strong>de</strong><br />

esponsales se ha estipulado multa para el caso <strong>de</strong> que uno <strong>de</strong> los esposos no lo<br />

cumpla, no podrá re<strong>cl</strong>amarse la multa, “pero si se hubiere pagado no podrá<br />

pedirse su <strong>de</strong>volución” (inc. 2). La mayor parte <strong>de</strong> la doctrina (Stitchkin,<br />

Abeliuk, Alessandri, Somarriva, Claro Solar) es <strong>de</strong> opinión que éste no es un<br />

caso <strong>de</strong> obligación natural. Ello porque, en conformidad al art. 98 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>, los esponsales no producen obligación alguna, expresión que in<strong>cl</strong>uye<br />

tanto a las civiles como a las naturales; en cambio, Fueyo opina que en este<br />

caso hay obligación natural.<br />

b) Lo dado por un objeto o causa ilícita a sabiendas. Ello, por cuanto el art.<br />

1468 señala que “no podrá repetirse lo que se haya dado o pagado por un<br />

objeto o causa ilícita a sabiendas”. No parece haber en este caso una<br />

14


obligación natural. Se trata simplemente <strong>de</strong> una sanción para un acto ilícito,<br />

que se funda en el principio <strong>de</strong> que nadie pue<strong>de</strong> alegar su propio dolo.<br />

c) Situación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que paga más allá <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be por gozar <strong>de</strong>l<br />

beneficio <strong>de</strong> inventario (art. 1247) o <strong>de</strong>l beneficio <strong>de</strong> competencia (art. 1625).<br />

En ambos casos el <strong>de</strong>udor tiene limitada su responsabilidad. Sin embargo, si<br />

paga más allá <strong>de</strong> ese límite, no tiene <strong>de</strong>recho a obtener <strong>de</strong>volución <strong>de</strong> lo<br />

in<strong>de</strong>bidamente pagado. En general, la doctrina opina que en estos casos no hay<br />

obligación natural, sino renuncia al respectivo beneficio, por lo que si el<br />

<strong>de</strong>udor paga más allá, está pagando una obligación civil (Abeliuk, Stitchkin).<br />

d) Pago <strong>de</strong> intereses no estipulados (art. 2208 y art. 15 <strong>de</strong> la Ley N°<br />

18.010, sobre Operaciones <strong>de</strong> Crédito <strong>de</strong> Dinero). Según René Ramos<br />

pareciera que en este caso tampoco hay obligación natural. Lo que ocurre es<br />

que en conformidad al artículo 12 <strong>de</strong> la Ley N° 18.010, la gratuidad no se<br />

presume, por lo que si no se han convenido intereses y éstos se pagan, se está<br />

pagando una obligación civil. Tanto es así que si el <strong>de</strong>udor no los pagare,<br />

podría el acreedor <strong>de</strong>mandarlos, ya que el préstamo se presume oneroso.<br />

e) Pago <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> juego o apuesta en que predomina la inteligencia:<br />

El juego y la apuesta pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> tres <strong>cl</strong>ases: 1) <strong>de</strong> azar (en que si se paga<br />

hay objeto ilícito, art. 2259 en relación con los arts. 1466 y 1468); 2) juegos y<br />

apuestas en que predomina la <strong>de</strong>streza física, y que generan obligaciones<br />

civiles (art. 2263), y 3) juegos y apuestas en que predomina la inteligencia. A<br />

estos últimos se refiere el art. 2260: “El juego y la apuesta no producen<br />

acción, sino solamente excepción. El que gana no pue<strong>de</strong> exigir el pago. Pero si<br />

el que pier<strong>de</strong>, paga, no pue<strong>de</strong> repetir lo pagado,...”. Según Stitchkin,<br />

Alessandri, Fueyo, aquí nos encontramos frente a una auténtica obligación<br />

natural.<br />

<strong>Obligaciones</strong> naturales contempladas en el art. 1470<br />

Dentro <strong>de</strong> esta disposición se establecen dos tipos <strong>de</strong> obligaciones<br />

naturales:<br />

a) obligaciones nulas y rescindibles (art. 1470 Nos. 1° y 3°);<br />

b) obligaciones naturales que provienen <strong>de</strong> obligaciones civiles<br />

<strong>de</strong>generadas o <strong>de</strong>svirtuadas (art. 1470 Nos. 2° y 4°).<br />

15


Art. 1470 N° 1<br />

“Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y<br />

discernimiento, son, sin embargo, incapaces <strong>de</strong> obligarse según las leyes,<br />

como los menores adultos”.<br />

Esta causal está referida a los incapaces relativos, jamás a los absolutos,<br />

porque estos últimos no tienen suficiente juicio y discernimiento y a<strong>de</strong>más<br />

porque <strong>de</strong> acuerdo al art. 1447 inciso 2° “sus actos no producen ni aun<br />

obligaciones naturales, y no admiten caución”. Los incapaces relativos hoy día<br />

son los menores adultos y los disipadores bajo interdicción <strong>de</strong> administrar lo<br />

suyo (art. 1447 inc. 3). ¿A qué incapaces relativos se refiere el art. 1470 N° 1?<br />

Respecto <strong>de</strong> los menores adultos, no hay dudas que quedan comprendidos. El<br />

caso controvertido es el <strong>de</strong> los disipadores. Vodanovic, Abeliuk, Alessandri,<br />

creen que no se les aplica la norma porque están interdictos justamente por no<br />

tener suficiente juicio y discernimiento. Opinión contraria sustentan Claro<br />

Solar y Stitchkin, para quienes el disipador no es un enajenado mental, sino un<br />

individuo que administra sus bienes en forma impru<strong>de</strong>nte. Por ello tiene<br />

suficiente juicio y discernimiento y le es aplicable la norma.<br />

Sobre esta primera causal, cabe señalar que si la obligación contraida<br />

por el incapaz relativo es nula por otras razones: error, fuerza, dolo, etc., no<br />

hay obligación natural, sino una obligación civil nula, por lo que <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada la<br />

nulidad <strong>de</strong>berá restituirse lo dado o pagado en virtud <strong>de</strong> ella, <strong>de</strong> acuerdo a las<br />

reglas generales (art. 1687).<br />

Art. 1470 N° 3<br />

“Las que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> actos a que faltan las solemnida<strong>de</strong>s que la ley<br />

exige para que produzcan efectos civiles como la <strong>de</strong> pagar un legado,<br />

impuesto por un testamento que no se ha otorgado en la forma <strong>de</strong>bida”.<br />

La expresión “actos” ¿compren<strong>de</strong> sólo los actos unilaterales o también<br />

los bilaterales?.<br />

Claro Solar y Vodanovic sostienen que se aplica a ambos pues “actos”<br />

en doctrina es una expresión genérica y <strong>de</strong>signa tanto los actos unilaterales<br />

como bilaterales. En cambio, Abeliuk, Alessandri, Somarriva y Fueyo<br />

sustentan la tesis restringida por las siguientes razones:<br />

16


a) porque normalmente la expresión “actos” se emplea para referirse a los<br />

actos unilaterales;<br />

b) porque el ejemplo que pone el Código también correspon<strong>de</strong> a un acto<br />

unilateral y según el Mensaje los ejemplos “ponen a la vista el verda<strong>de</strong>ro<br />

sentido y espíritu <strong>de</strong> una ley en sus aplicaciones”;<br />

c) por una razón histórica, ya que la norma fue tomada <strong>de</strong> Pothier, quien, a<br />

su vez, la había tomado <strong>de</strong> la tradición romana y también <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong><br />

García Goyena, los que el ejemplo lo entendían referido sólo a los actos<br />

unilaterales;<br />

d) porque sería injusto aplicar la norma a los actos bilaterales, como se<br />

pue<strong>de</strong> apreciar con el siguiente ejemplo: si se ven<strong>de</strong> un bien raíz por un<br />

instrumento privado, el comprador no podría obtener la tradición <strong>de</strong> la cosa,<br />

porque el Conservador no inscribiría el título y tampoco podría obtener la<br />

restitución <strong>de</strong>l precio (por tratarse <strong>de</strong> una obligación natural).<br />

Este caso <strong>de</strong> obligación imperfecta se diferencia <strong>de</strong>l anterior (N° 1) en<br />

que la sanción es la nulidad absoluta <strong>de</strong>l acto, y también tendrá lugar<br />

únicamente si la nulidad proviene <strong>de</strong> la ausencia <strong>de</strong> la solemnidad exigida por<br />

la ley, pero no por la omisión <strong>de</strong> otro requisito.<br />

En ambos casos los autores discuten si la obligación natural nace con la<br />

sentencia judicial que <strong>de</strong><strong>cl</strong>ara la nulidad o existe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se<br />

contrae.<br />

Art. 1470 N° 2<br />

“Las obligaciones civiles extinguidas por la prescripción”<br />

El art. 1567 N° 10 contempla a la prescripción como uno <strong>de</strong> los modos<br />

<strong>de</strong> extinguir las obligaciones, lo que en realidad no es efectivo, porque,<br />

atendido lo que dispone el art. 1470 N° 2, prescrita una obligación civil, ésta<br />

se transforma en natural. Lo que se extingue por prescripción no es la<br />

obligación sino la acción para exigir su cumplimiento.<br />

Igualmente se discute aquí cuándo nace la obligación natural, si <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que transcurre el tiempo necesario para que la acción se extinga por<br />

17


prescripción, o es a<strong>de</strong>más indispensable que ella haya sido judicialmente<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>arada.<br />

Según Abeliuk aunque es más lógico con<strong>cl</strong>uir lo primero, ello choca<br />

con el inconveniente <strong>de</strong> que en tal caso el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación<br />

natural se confundiría con la renuncia <strong>de</strong> la prescripción. En efecto, la<br />

prescripción <strong>de</strong>be ser alegada, y no pue<strong>de</strong> el juez <strong>de</strong><strong>cl</strong>ararla <strong>de</strong> oficio; si no<br />

opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho, quiere <strong>de</strong>cir que la obligación subsiste como civil,<br />

máxime si, como queda dicho, ella pue<strong>de</strong> ser renunciada expresa o tácitamente<br />

una vez cumplida. En consecuencia, la prescripción cumplida se renuncia<br />

antes <strong>de</strong> ser <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada, y si una vez ocurrido esto último se paga la obligación,<br />

entonces se ha solucionado una obligación natural.<br />

Art. 1470 N° 4<br />

“Las que no han sido reconocidas en juicio por falta <strong>de</strong> prueba”<br />

Para que nos encontremos en este caso, <strong>de</strong>ben cumplirse los siguientes<br />

requisitos:<br />

1. Que haya habido un pleito <strong>de</strong>mandándose el pago <strong>de</strong> la obligación;<br />

2. Que el <strong>de</strong>udor haya ganado el pleito (no fue con<strong>de</strong>nado a pagar); y<br />

3. Que la absolución se <strong>de</strong>ba a que el acreedor no pudo probar la<br />

existencia <strong>de</strong> la obligación. Si el pleito se perdió por otra razón, no hay<br />

obligación natural.<br />

La Corte Suprema aplicó esta disposición en el siguiente caso: un<br />

corredor <strong>de</strong> propieda<strong>de</strong>s cobró judicialmente a unos comuneros su comisión<br />

por su intervención en la enajenación <strong>de</strong> un fundo, que en <strong>de</strong>finitiva no se<br />

había efectuado por oposición <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los comuneros, pero perdió el<br />

pleito por no haber acreditado la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> venta emanada <strong>de</strong> todos ellos. Sin<br />

embargo, posteriormente éstos se la pagaron, y pretendieron repetir lo pagado,<br />

rechazándose su <strong>de</strong>manda por aplicación <strong>de</strong>l N° 4 <strong>de</strong>l art. 1470 (G.T., 1938, 2°<br />

sem., N° 26, p. 404).<br />

Efectos <strong>de</strong> la obligación natural<br />

18


1. Pagadas, dan excepción para retener lo que se ha dado o pagado en<br />

virtud <strong>de</strong> ellas (art. 1470 inc. 3). Es el principal efecto. El art. 2296 dispone<br />

que “no se podrá repetir lo que se ha pagado para cumplir una obligación<br />

puramente natural <strong>de</strong> las enumeradas en el art. 1470”.<br />

Para que se produzca este efecto, el pago <strong>de</strong>be reunir los siguientes<br />

requisitos: 1) que cumpla con las exigencias generales <strong>de</strong> todo pago; 2) que<br />

sea hecho voluntariamente por el <strong>de</strong>udor, y 3) que quien paga tenga la libre<br />

administración <strong>de</strong> sus bienes. Los dos últimos están establecidos en el art.<br />

1470 inc. final: “Para que no pueda pedirse la restitución en virtud <strong>de</strong> estas<br />

cuatro <strong>cl</strong>ases <strong>de</strong> obligaciones, es necesario que el pago se haya hecho<br />

voluntariamente por el que tenía la libre administración <strong>de</strong> sus bienes”.<br />

En cuanto a la voluntariedad <strong>de</strong>l pago, no existe uniformidad en la<br />

doctrina sobre lo que ello significa. Unos entien<strong>de</strong>n que “voluntariamente<br />

implica que el <strong>de</strong>udor pague sabiendo que soluciona la obligación natural”<br />

(Claro Solar, Barros Errázuriz, Abeliuk). Así lo entendían también Baudry-<br />

Lacantinerie y otros tratadistas franceses. Otros, en cambio, sostienen que<br />

“voluntariamente, quiere <strong>de</strong>cir, en forma espontánea, sin coacción”.<br />

En cuanto, a la exigencia <strong>de</strong> que quien paga <strong>de</strong>be tener la “libre<br />

administración <strong>de</strong> sus bienes”, <strong>de</strong>be ser entendida “por libre disposición <strong>de</strong> sus<br />

bienes”, pues todo pago supone transferir la propiedad <strong>de</strong>l objeto pagado. De<br />

este modo, tratándose <strong>de</strong> la obligación contraida por un menor adulto, será<br />

necesario que el pago se verifique una vez llegado a la mayor edad o con la<br />

competente autorización <strong>de</strong>l representante legal.<br />

2. Pue<strong>de</strong>n ser novadas. Para que valga la novación -dice el art. 1630- es<br />

necesario que tanto la obligación primitiva como el contrato <strong>de</strong> novación sean<br />

válidos, a lo menos naturalmente.<br />

3. Pue<strong>de</strong>n ser caucionadas por terceros (art. 1472). La razón <strong>de</strong> que sólo se<br />

admita que puedan ser caucionadas por terceros es que al ser natural la<br />

obligación principal el acreedor no tiene acción para <strong>de</strong>mandar su<br />

cumplimiento. Por esta razón, y en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> que lo accesorio<br />

sigue la suerte <strong>de</strong> lo principal, tampoco podría <strong>de</strong>mandar el cumplimiento <strong>de</strong><br />

la caución o garantía otorgada por el propio <strong>de</strong>udor.<br />

4. La sentencia judicial que rechaza la acción intentada contra el<br />

naturalmente obligado no extingue la obligación natural (art. 1471).<br />

19


5. No pue<strong>de</strong>n compensarse legalmente. Ello por no ser actualmente<br />

exigibles (art. 1656 N° 3).<br />

OBLIGACIONES POSITIVAS Y NEGATIVAS<br />

Es obligación positiva aquella en que el <strong>de</strong>udor se obliga a una<br />

<strong>de</strong>terminada acción (dar o hacer), y negativa aquella en que <strong>de</strong>be abstenerse <strong>de</strong><br />

realizar algo que <strong>de</strong> no mediar la obligación podría efectuar (abstenerse <strong>de</strong> dar<br />

o no hacer).<br />

Tiene importancia la distinción, para el caso <strong>de</strong> incumplimiento, pues en<br />

las obligaciones <strong>de</strong> no hacer se siguen los efectos contemplados en el art. 1555<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

También presenta interés para los efectos <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios, pues ésta se <strong>de</strong>be, en el caso <strong>de</strong> las obligaciones positivas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que el <strong>de</strong>udor se ha constituido en mora; y en el caso <strong>de</strong> las negativas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

momento <strong>de</strong> la contravención (art. 1557).<br />

OBLIGACIONES DE DAR, HACER O NO HACER<br />

Esta <strong>cl</strong>asificación se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> los arts. 1438 y 1460. El primero, al<br />

<strong>de</strong>finir el contrato o convención, señala que “es un acto por el cual una parte<br />

se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa”; y el segundo<br />

expresa que “toda <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> voluntad <strong>de</strong>be tener por objeto una o más<br />

cosas que se trata <strong>de</strong> dar, hacer o no hacer...”<br />

<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> dar<br />

Es obligación <strong>de</strong> dar aquella en que el <strong>de</strong>udor se obliga a transferir el<br />

dominio o a constituir un <strong>de</strong>recho real sobre la cosa en favor <strong>de</strong>l acreedor.<br />

El art. 1548 expresa que “la obligación <strong>de</strong> dar contiene la <strong>de</strong> entregar...”<br />

Ello no significa que obligación <strong>de</strong> dar y <strong>de</strong> entregar sean términos sinónimos,<br />

20


pues en la <strong>de</strong> entregar no hay obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> transferir el dominio o<br />

constituir un <strong>de</strong>recho real, sino simplemente <strong>de</strong> poner materialmente la cosa<br />

en manos <strong>de</strong>l acreedor. Así, <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong> compraventa surge para el<br />

ven<strong>de</strong>dor la obligación <strong>de</strong> transferir la cosa vendida (obligación <strong>de</strong> dar); en<br />

cambio, en el contrato <strong>de</strong> arrendamiento, el arrendador tiene la obligación <strong>de</strong><br />

entregar al arrendatario la cosa arrendada (art. 1924 N° 1). No hay en este<br />

último caso obligación <strong>de</strong> transferir el dominio, por lo que sólo estamos frente<br />

a una obligación <strong>de</strong> entregar.<br />

Naturaleza <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> entregar<br />

En doctrina, la obligación <strong>de</strong> entregar es una obligación <strong>de</strong> hacer. El<br />

<strong>de</strong>udor se obliga a realizar una hecho <strong>de</strong>terminado que consiste en poner la<br />

cosa a disposición <strong>de</strong>l acreedor. Sin embargo, en Chile se aplican a estas<br />

obligaciones las mismas reglas <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dar como lo <strong>de</strong>muestran<br />

los siguientes antece<strong>de</strong>ntes:<br />

a) El art. 1548 según el cual “la obligación <strong>de</strong> dar contiene la <strong>de</strong> entregar”.<br />

b) Los arts. 580 y 581 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>. Según el primero, los <strong>de</strong>rechos y<br />

acciones se reputan bienes muebles o inmuebles, según lo sea la cosa en que<br />

han <strong>de</strong> ejercerse o que se <strong>de</strong>ba y que, en consecuencia, es <strong>de</strong> naturaleza<br />

inmueble “la acción <strong>de</strong>l comprador para que se le entregue la finca<br />

comprada”. De este modo y puesto que “los hechos que se <strong>de</strong>ben se reputan<br />

muebles”, parece indudable que, para el legislador, la obligación <strong>de</strong> entregar<br />

no es obligación <strong>de</strong> hacer.<br />

c) Argumento <strong>de</strong> historia fi<strong>de</strong>digna. Al discutirse el Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>, se <strong>de</strong>jó constancia que para obtener el cumplimiento<br />

forzado <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> entregar, se aplicarían las normas dadas para las<br />

obligaciones <strong>de</strong> dar.<br />

<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> hacer<br />

Obligación <strong>de</strong> hacer es aquella en que el <strong>de</strong>udor se obliga a realizar un<br />

hecho cualquiera, material u jurídico. Este hecho no pue<strong>de</strong> ser la entrega <strong>de</strong><br />

una cosa, pues en ese caso se aplican las reglas <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dar.<br />

Ejs., construir una casa, pintar un cuadro, transportar una merca<strong>de</strong>ría, otorgar<br />

una escritura pública, etc. y lo es, también, la <strong>de</strong>l que promete celebrar un<br />

contrato (art. 1554 inc. final).<br />

21


En algunos casos la obligación <strong>de</strong> hacer tendrá que ser realizada<br />

personalmente por el <strong>de</strong>udor (cuando la obligación se contrae en<br />

consi<strong>de</strong>ración a la persona <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Ej., se le encomienda un cuadro a un<br />

pintor famoso). En este supuesto suele hablarse <strong>de</strong> obligación <strong>de</strong> hacer no<br />

fungibles. Si es indiferente la persona <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, la obligación <strong>de</strong> hacer podrá<br />

ser realizada por un tercero, como lo prueba el art. 1553 N° 2, al permitir que<br />

el acreedor pueda ejecutar el hecho por un tercero a expensas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> no hacer<br />

En estas obligaciones el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be abstenerse <strong>de</strong> efectuar un hecho<br />

que <strong>de</strong> no existir la obligación podría realizar. Ejs.: la que contrae una persona<br />

al enajenar un establecimiento <strong>de</strong> comercio <strong>de</strong> no colocar otro <strong>de</strong> igual giro en<br />

la misma plaza; las prohibiciones <strong>de</strong>l art. 404 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Comercio para los<br />

socios <strong>de</strong> una sociedad colectiva, como la <strong>de</strong> no explotar por cuenta propia el<br />

giro en que opera la sociedad, etc.<br />

Importancia <strong>de</strong> la distinción entre obligaciones <strong>de</strong> dar, hacer y no hacer<br />

a) Para <strong>de</strong>terminar la naturaleza, mueble o inmueble, <strong>de</strong> la acción<br />

<strong>de</strong>stinada a exigir el cumplimiento. Si la obligación es <strong>de</strong> hacer o no hacer, la<br />

acción será siempre mueble (art. 581); en tanto, si la obligación es <strong>de</strong> dar será<br />

mueble o inmueble según lo sea la cosa en que ha <strong>de</strong> ejercerse o que se <strong>de</strong>ba<br />

(art. 580).<br />

b) Sólo en las obligaciones <strong>de</strong> dar y hacer es preciso que el <strong>de</strong>udor esté en<br />

mora para que el acreedor tenga <strong>de</strong>recho a re<strong>cl</strong>amar la consiguiente<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios; en las obligaciones <strong>de</strong> no hacer se <strong>de</strong>ben los<br />

perjuicios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se contravienen.<br />

c) El procedimiento ejecutivo para obtener el cumplimiento forzado está<br />

sujeto a reglas diferentes. Para las obligaciones <strong>de</strong> dar, está contenido en el<br />

Título I <strong>de</strong>l Libro III <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>; y para las<br />

obligaciones <strong>de</strong> hacer y <strong>de</strong> no hacer, en el Título II <strong>de</strong>l Libro III, <strong>de</strong>l mismo<br />

Código.<br />

d) El modo <strong>de</strong> extinguir pérdida <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida (arts. 1567 N° 7 y 1670<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, y 464 N° 15 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>) sólo se<br />

aplica a las obligaciones <strong>de</strong> dar. El modo <strong>de</strong> extinguir equivalente en las<br />

22


obligaciones <strong>de</strong> hacer es “la imposibilidad absoluta para la ejecución actual <strong>de</strong><br />

la obra <strong>de</strong>bida”, contemplado en el art. 534 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento<br />

<strong>Civil</strong>.<br />

cosa.<br />

OBLIGACIONES DE OBJETO SINGULAR<br />

Y OBLIGACIONES CON OBJETO PLURAL O COMPUESTAS<br />

<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> objeto singular son aquellas en que se <strong>de</strong>be una sola<br />

<strong>Obligaciones</strong> compuestas o <strong>de</strong> objeto múltiple son aquellas en que se<br />

<strong>de</strong>ben varias cosas. Admiten tres categorías:<br />

a) obligaciones <strong>de</strong> simple objeto múltiple o conjuntivas;<br />

b) obligaciones alternativas o disyuntivas, y<br />

c) obligaciones facultativas.<br />

<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> simple objeto múltiple<br />

Se caracterizan por la conjunción copulativa “y”. Ej.: Te <strong>de</strong>bo una casa,<br />

un auto y un avión. El Código no las trata en particular, por lo que se les<br />

aplican todas las reglas <strong>de</strong> las obligaciones con unidad <strong>de</strong> prestación. El<br />

<strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be la totalidad <strong>de</strong> las cosas y cumplirá pagándolas todas, pues el<br />

pago tiene que ser completo (art. 1591). Dentro <strong>de</strong> las obligaciones con objeto<br />

múltiple, constituyen la regla general. Las alternativas y facultativas importan<br />

modalida<strong>de</strong>s.<br />

<strong>Obligaciones</strong> alternativas o disyuntivas<br />

“Obligación alternativa es aquella por la cual se <strong>de</strong>ben varias cosas, <strong>de</strong><br />

tal manera que la ejecución <strong>de</strong> una <strong>de</strong> ellas, exonera <strong>de</strong> la ejecución <strong>de</strong> las<br />

otras” (art. 1499).<br />

En este caso las cosas <strong>de</strong>bidas son varias, pero se cumple pagando en su<br />

totalidad una sola <strong>de</strong> ellas (art. 1500 inc. 1°). Se caracterizan por la conjunción<br />

disyuntiva “o”. Ej., te <strong>de</strong>bo mi casa, mi auto o un <strong>de</strong>partamento.<br />

23


Características:<br />

a) Hay varias cosas <strong>de</strong>bidas, pero se cumple pagando totalmente una sola,<br />

elegida por quien tiene la alternativa (art. 1500 inc. 1°). Todas las cosas se<br />

<strong>de</strong>ben in obligationen, pero una sola in solutionen.<br />

b) La obligación será mueble o inmueble, según lo sea la cosa con que se<br />

pague.<br />

c) El acreedor no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar <strong>de</strong>terminadamente una <strong>de</strong> las cosas<br />

<strong>de</strong>bidas, sino bajo la alternativa en que se le <strong>de</strong>ben, salvo que la elección sea<br />

suya (art. 1501).<br />

d) Si los <strong>de</strong>udores o los acreedores son varios, se aplica la regla <strong>de</strong>l art.<br />

1526 N° 6, esto es, <strong>de</strong>ben hacer la elección <strong>de</strong> consuno.<br />

Elección en las obligaciones alternativas<br />

La elección por regla general correspon<strong>de</strong> al <strong>de</strong>udor. Así lo dice el inc.<br />

2 <strong>de</strong>l art. 1500: “La elección es <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, a menos que se haya pactado lo<br />

contrario”.<br />

Tiene importancia saber a quien correspon<strong>de</strong> la elección, para los<br />

siguientes efectos:<br />

Si la elección es <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor:<br />

a) el acreedor no pue<strong>de</strong> exigir <strong>de</strong>terminadamente una <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong>bidas<br />

(art. 1501), y<br />

b) pue<strong>de</strong> el <strong>de</strong>udor “a su arbitrio enajenar o <strong>de</strong>struir cualquiera <strong>de</strong> las cosas<br />

que alternativamente <strong>de</strong>be mientras subsista una <strong>de</strong> ellas” (art. 1502 inc. 1°).<br />

Si la elección es <strong>de</strong>l acreedor:<br />

a) podrá <strong>de</strong>mandar cualquiera <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong>bidas (art. 1501 a contrario<br />

sensu);<br />

24


) si entre las cosas <strong>de</strong>bidas hay especies o cuerpos ciertos, el <strong>de</strong>udor tiene<br />

a su respecto la obligación <strong>de</strong> cuidado, ya que el acreedor pue<strong>de</strong> exigir<br />

cualquiera <strong>de</strong> ellas (art. 1548).<br />

Pérdida <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong>bidas alternativamente<br />

a) Pérdida total fortuita: si todas las cosas <strong>de</strong>bidas alternativamente<br />

perecen en forma fortuita, se extingue la obligación (art. 1504 inc. 1).<br />

b) Pérdida total culpable: si todas las cosas <strong>de</strong>bidas alternativamente<br />

perecen por culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, éste queda obligado al pago <strong>de</strong>l precio <strong>de</strong> una <strong>de</strong><br />

ellas más in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios (arts. 1504 y 1672). La <strong>de</strong>terminación<br />

<strong>de</strong> cuál cosa va a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> quién tenía la elección (art. 1504 inc. 2).<br />

c) Pérdida parcial fortuita: subsiste la obligación alternativa en las otras<br />

cosas; y si resta una sola, el <strong>de</strong>udor es obligado a ella (art. 1503).<br />

d) Pérdida parcial culpable: <strong>de</strong>be distinguirse a quien compete la elección.<br />

Si correspon<strong>de</strong> al <strong>de</strong>udor, éste podrá elegir cualquiera <strong>de</strong> las cosas que resten.<br />

Si la elección es <strong>de</strong>l acreedor, éste pue<strong>de</strong> optar entre elegir alguna <strong>de</strong> las cosas<br />

que subsistan o <strong>de</strong>mandar el precio <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>struida, más in<strong>de</strong>mnización<br />

<strong>de</strong> perjuicios (art. 1502).<br />

Si la cosa se <strong>de</strong>teriora, se aplica el artículo 1590.<br />

<strong>Obligaciones</strong> facultativas<br />

“Obligación facultativa es la que tiene por objeto una cosa <strong>de</strong>terminada,<br />

pero concediéndose al <strong>de</strong>udor la facultad <strong>de</strong> pagar con esta cosa o con otra que<br />

se <strong>de</strong>signa” (art. 1505). Ej. se celebra un contrato <strong>de</strong> compraventa y se queda<br />

a<strong>de</strong>udando un saldo <strong>de</strong> precio ascen<strong>de</strong>nte a $1.000.000, que se pagará a 6<br />

meses plazo, quedando facultado el <strong>de</strong>udor para po<strong>de</strong>r pagar con el automóvil<br />

marca Ford año 1990, patente XX 600.<br />

Características:<br />

a) La cosa <strong>de</strong>bida es una sola. Y por la misma razón, si el <strong>de</strong>udor no<br />

cumple, sólo se podrá <strong>de</strong>mandar esa cosa (art. 1506).<br />

b) La obligación será mueble o inmueble, según lo sea la cosa <strong>de</strong>bida.<br />

25


c) El <strong>de</strong>udor quedará facultado para pagar con lo <strong>de</strong>bido o con una cosa<br />

distinta, que se <strong>de</strong>signa. Nótese que la facultad correspon<strong>de</strong> sólo al <strong>de</strong>udor (no<br />

al acreedor).<br />

d) Esta facultad le <strong>de</strong>be ser otorgada al <strong>de</strong>udor al momento <strong>de</strong> contratar.<br />

Ello, porque si se acuerda al momento <strong>de</strong>l pago, no hay obligación facultativa,<br />

sino dación en pago; y si se acuerda <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> celebrado el contrato y antes<br />

<strong>de</strong>l pago, existe una novación por cambio <strong>de</strong> objeto.<br />

Pérdida <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida en el caso <strong>de</strong> la obligación facultativa<br />

La cosa <strong>de</strong>bida es una sola y, por consiguiente, si se <strong>de</strong>struye<br />

fortuitamente antes <strong>de</strong> haberse constituido el <strong>de</strong>udor en mora, no pue<strong>de</strong> el<br />

acreedor <strong>de</strong>mandar cosa alguna, aun cuando subsista la cosa con que el <strong>de</strong>udor<br />

tenía facultad <strong>de</strong> pagar (art. 1506, parte final). Si la cosa se <strong>de</strong>struye<br />

culpablemente, rige la regla <strong>de</strong>l art. 1672, es <strong>de</strong>cir, la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

subsiste, pero varía <strong>de</strong> objeto: el <strong>de</strong>udor es obligado al precio <strong>de</strong> la cosa y a<br />

in<strong>de</strong>mnizar al acreedor.<br />

La pérdida <strong>de</strong> la cosa facultativamente <strong>de</strong>bida (en el ejemplo el<br />

automóvil Ford), carece <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia para el acreedor; significaría<br />

únicamente que <strong>de</strong>saparece la facultad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> pagar con una cosa<br />

diferente a la <strong>de</strong>bida.<br />

Las obligaciones facultativas no se presumen<br />

Así aparece <strong>de</strong>l art. 1507: “En caso <strong>de</strong> duda sobre si la obligación es<br />

alternativa o facultativa, se tendrá por alternativa”.<br />

Diferencias entre las obligaciones alternativas y facultativas<br />

a) En las obligaciones alternativas las cosas <strong>de</strong>bidas son varias; en la<br />

facultativa, una sola.<br />

b) En las obligaciones alternativas la elección pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor o <strong>de</strong>l<br />

acreedor; en las facultativas, sólo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

26


c) En las obligaciones alternativas, cuando la elección es <strong>de</strong>l acreedor, éste<br />

pue<strong>de</strong> elegir cualquiera; en las facultativas el acreedor sólo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar la<br />

única cosa <strong>de</strong>bida.<br />

d) Hay diferencias en cuanto a los efectos <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida.<br />

Así, en la alternativa la pérdida parcial fortuita subsiste la obligación en las<br />

otras cosas. En la facultativa, si el objeto <strong>de</strong>bido se <strong>de</strong>struye por caso fortuito,<br />

el acreedor no pue<strong>de</strong> re<strong>cl</strong>amar lo que el <strong>de</strong>udor tenía facultad <strong>de</strong> darle en<br />

sustitución.<br />

OBLIGACIONES DE ESPECIE O CUERPO CIERTO<br />

Y OBLIGACIONES DE GENERO<br />

Las obligaciones <strong>de</strong> dar o entregar pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> especie o cuerpo cierto<br />

y <strong>de</strong> género. Son <strong>de</strong> especie o cuerpo cierto aquellas en que la cosa <strong>de</strong>bida está<br />

perfectamente especificada o individualizada. Se <strong>de</strong>be un individuo<br />

<strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> un género <strong>de</strong>terminado. Ej., me obligo a entregar tal caballo.<br />

Las obligaciones <strong>de</strong> género están <strong>de</strong>finidas en el art. 1508, como<br />

“aquellas en que se <strong>de</strong>be in<strong>de</strong>terminadamente un individuo <strong>de</strong> una <strong>cl</strong>ase o<br />

género <strong>de</strong>terminado”. Ej., me obligo a entregar un caballo.<br />

Esta <strong>cl</strong>asificación interesa para varios aspectos:<br />

a) Si la obligación es <strong>de</strong> especie o cuerpo cierto, sólo se cumplirá pagando<br />

con la especie <strong>de</strong>bida y no con otra, aun cuando sea <strong>de</strong> un valor superior (art.<br />

1569 inc. 2). Si la obligación es <strong>de</strong> género, “el <strong>de</strong>udor queda libre <strong>de</strong> ella,<br />

entregando cualquier individuo <strong>de</strong>l género, con tal que sea <strong>de</strong> una calidad a lo<br />

menos mediana” (art. 1509).<br />

b) Si la obligación es <strong>de</strong> dar o entregar una especie o cuerpo cierto, el<br />

<strong>de</strong>udor tiene una obligación adicional, el cuidar <strong>de</strong> la cosa. Así lo señala el art.<br />

1548: “La obligación <strong>de</strong> dar contiene la <strong>de</strong> entregar la cosa; y si ésta es una<br />

especie o cuerpo cierto, contiene a<strong>de</strong>más la <strong>de</strong> conservarlo hasta la entrega...”.<br />

Si lo <strong>de</strong>bido es un género, no existe esta obligación <strong>de</strong> cuidado, pues el género<br />

no perece. El art. 1510 al efecto señala: “La pérdida <strong>de</strong> algunas cosas <strong>de</strong><br />

27


género no extingue la obligación, y el acreedor no pue<strong>de</strong> oponerse a que el<br />

<strong>de</strong>udor las enajene o <strong>de</strong>struya, mientras subsistan otras para el cumplimiento<br />

<strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be”.<br />

c) La teoría <strong>de</strong> los riesgos opera ex<strong>cl</strong>usivamente en las obligaciones <strong>de</strong><br />

especie o cuerpo cierto pues el género no perece.<br />

d) La obligación <strong>de</strong> especie o cuerpo cierto se extingue por el modo <strong>de</strong><br />

extinguir por la pérdida <strong>de</strong> la cosa que se <strong>de</strong>be (art. 1567 N° 7). Y eso sólo si<br />

la pérdida ha sido fortuita, pues si es culpable, la obligación subsiste, pero<br />

varía <strong>de</strong> objeto, pudiendo el acreedor <strong>de</strong>mandar el precio <strong>de</strong> la cosa e<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios (art. 1762 inc. 1). En las obligaciones <strong>de</strong> género<br />

no existe pérdida <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida pues el género no perece.<br />

LAS OBLIGACIONES DE DINERO<br />

<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> dinero son aquellas en que el objeto <strong>de</strong>bido es una<br />

suma <strong>de</strong> dinero. Se a<strong>de</strong>uda dinero, que se <strong>de</strong>be dar o restituir, no otra cosa.<br />

Características<br />

a) son obligaciones <strong>de</strong> dar;<br />

b) son obligaciones <strong>de</strong> género (art. 1508).<br />

c) son obligaciones muebles, porque recaen sobre un objeto mueble (art.<br />

580)<br />

d) son obligaciones divisibles, porque tienen por objeto una cosa<br />

susceptible <strong>de</strong> división (art. 1524).<br />

Cumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dinero<br />

En teoría hay dos formas posibles <strong>de</strong> cumplir una obligación <strong>de</strong> dinero:<br />

a) entregando la suma numérica <strong>de</strong>bida (criterio nominalista); o<br />

28


) pagando una suma <strong>de</strong> dinero que represente un <strong>de</strong>terminado valor<br />

(criterio valorista o realista).<br />

Así, por ejemplo: si una persona se obligó a pagar $1.000.000 el año<br />

1986 y la <strong>de</strong>uda la paga el año 1990, si se sigue el criterio nominalista, se<br />

<strong>de</strong>berá pagar la misma suma: $1.000.000. Pero también podría pensarse que el<br />

año 1986, ese millón <strong>de</strong> pesos representaba el valor <strong>de</strong> un <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong><br />

100 metros cuadrados <strong>de</strong> una construcción <strong>de</strong> buena calidad, por lo que si se<br />

paga el año 1990, para cumplirla se <strong>de</strong>bería pagar una suma <strong>de</strong> dinero que<br />

represente el valor que el año 1990, tiene un <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> las mismas<br />

características. Seguir uno u criterio lleva a resultados muy distintos, pues el<br />

fenómeno económico <strong>de</strong> la inflación crea diferencias significativas.<br />

Nominalismo y valorismo<br />

En Chile se siguió el criterio nominalista, como lo prueba el antiguo<br />

artículo 2199 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, según el cual “si se ha prestado dinero, sólo se<br />

<strong>de</strong>berá la suma numérica enunciada en el contrato”. Esta norma se inspiró en<br />

la doctrina francesa, especialmente en Troplong para quien el “que la moneda<br />

haya sido aumentada o disminuida por acto <strong>de</strong>l soberano, son acci<strong>de</strong>ntes que<br />

es necesario soportar”.<br />

Si bien el artículo 2199 estaba ubicado en el mutuo, la doctrina con<br />

algunas excepciones (Bernardo Gesche, Jorge López Santa María) entendía<br />

que era <strong>de</strong> aplicación general.<br />

Es importante señalar que en esta materia Bello tuvo vacilaciones, como<br />

lo <strong>de</strong>muestra el que en el proyecto <strong>de</strong> 1853, la norma que correspondía al<br />

artículo que <strong>de</strong>spués fue el 2199, tenía un agregado según el cual “si en el<br />

tiempo intermedio entre el préstamo y el pago hubiese variado el peso o la ley<br />

<strong>de</strong> la moneda que se expresa en el contrato, no se <strong>de</strong>berá la suma numérica,<br />

sino con el aumento o rebaja necesarios para la igualdad <strong>de</strong> los valores por los<br />

cuales se cambian en el mercado general iguales cantida<strong>de</strong>s”. O sea,<br />

<strong>cl</strong>aramente se optaba por un criterio valorista. Pero ello se abandonó<br />

siguiéndose en <strong>de</strong>finitiva el camino nominalista.<br />

La jurispru<strong>de</strong>ncia estuvo siempre con la tesis nominalista. Así, por<br />

ejemplo, un fallo resolvió que “en razón <strong>de</strong>l alza <strong>de</strong>l costo <strong>de</strong> la vida no se<br />

pue<strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r variar o subir el monto <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> pagar una suma<br />

<strong>de</strong> dinero, salvo convención expresa <strong>de</strong> las partes o ley que así lo establezca.<br />

29


En nuestro <strong>de</strong>recho son fuentes <strong>de</strong> obligaciones las que en forma taxativa<br />

enumeran los artículos 1437 y siguientes <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, en ninguna <strong>de</strong> las<br />

cuales está la <strong>de</strong>preciación monetaria” (R.D.J., t. 60, sec. 1ª, p. 407).<br />

El D.L. 455, <strong>de</strong>l año 1974, que reguló por primera vez en Chile las<br />

obligaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero, <strong>de</strong>rogó el artículo 2199. Sin embargo, ello<br />

no ha significado que se pase <strong>de</strong>l sistema nominalista al sistema valorista.<br />

Seguimos en el primero, si bien se han dictado normas que para ciertas<br />

<strong>de</strong>udas han establecido la reajustabilidad, atenuándose, <strong>de</strong> esa forma, los<br />

inconvenientes <strong>de</strong>l nominalismo. Así, ha ocurrido, por ejemplo, con la ley<br />

18.802, <strong>de</strong>l año 1989, que cambió el criterio para el pago <strong>de</strong> las recompensas<br />

generadas en el caso <strong>de</strong> cónyuges casados en régimen <strong>de</strong> sociedad conyugal, al<br />

establecer en el artículo 1734 que “Todas las recompensas se pagarán en<br />

dinero, <strong>de</strong> manera que la suma pagada tenga, en lo posible, el mismo valor<br />

adquisitivo que la suma invertida al originarse la recompensa. El partidor<br />

aplicará esta norma <strong>de</strong> acuerdo a la equidad natural”.<br />

Hay muchos otros ejemplos <strong>de</strong> cómo el legislador ha incorporado el<br />

valorismo con el objeto <strong>de</strong> evitar los graves inconvenientes <strong>de</strong>l nominalismo.<br />

Así, por ejemplo, las <strong>de</strong>udas tributarias son reajustables <strong>de</strong> acuerdo al Indice<br />

<strong>de</strong> Precios al Consumidor (arts. 53 y 57 <strong>de</strong>l Código Tributario); las rentas <strong>de</strong><br />

arrendamiento <strong>de</strong> inmuebles urbanos no pagadas con oportunidad, se reajustan<br />

en la misma proporción en que hubiere variado el valor <strong>de</strong> la Unidad <strong>de</strong><br />

Fomento entre la fecha en que <strong>de</strong>bieron pagarse y aquella en que<br />

efectivamente se pagan (art. 21 <strong>de</strong> la ley 18.10l); las remuneraciones <strong>de</strong> los<br />

trabajadores no canceladas oportunamente “se pagarán reajustadas en el<br />

mismo porcentaje en que haya variado el Indice <strong>de</strong> Precios al Consumidor<br />

<strong>de</strong>terminado por el Instituto Nacional <strong>de</strong> Estadísticas, entre el mes anterior a<br />

aquel en que <strong>de</strong>bió efectuarse el pago y el prece<strong>de</strong>nte a aquel en que<br />

efectivamente se realice” (art. 63 Código <strong>de</strong>l Trabajo); las pensiones <strong>de</strong><br />

alimentos que se fijen en una suma <strong>de</strong>terminada se reajustarán semestralmente<br />

<strong>de</strong> acuerdo al alza que haya experimentado el IPC <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mes siguiente a<br />

aquél en que quedó ejecutoriada la resolución que <strong>de</strong>termina el monto <strong>de</strong> la<br />

pensión (art. 10 inc. 3º <strong>de</strong> la ley 14.908, sobre Abandono <strong>de</strong> Familia y Pago<br />

<strong>de</strong> Pensiones Alimenticias); la nueva ley <strong>de</strong> filiación Nº 19.585 modificó el<br />

art. 1185 relativo al primer acervo imaginario disponiendo que para computar<br />

las cuartas <strong>de</strong> mejoras y <strong>de</strong> libre disposición, las donaciones hechas en razón<br />

<strong>de</strong> legitimas o mejoras, se acumularán según el estado en que se hayan<br />

encontrado las cosas donadas al tiempo <strong>de</strong> la entrega, pero cuidando <strong>de</strong><br />

30


actualizar pru<strong>de</strong>ncialmente su valor a la época <strong>de</strong> la apertura <strong>de</strong> la sucesión,<br />

etc.<br />

Con anterioridad a que el legislador hiciera rectificaciones <strong>de</strong>stinadas a<br />

ir incorporando sistemas <strong>de</strong> reajustabilidad legal, las partes se <strong>de</strong>fendían <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>svalorización monetaria, in<strong>cl</strong>uyendo en los contratos toda una variedad <strong>de</strong><br />

<strong>cl</strong>áusulas <strong>de</strong> reajustabilidad como la <strong>cl</strong>áusula valor dólar, valor trigo, etc.,<br />

cuya vali<strong>de</strong>z siempre fue reconocida por la jurispru<strong>de</strong>ncia (R.D.J., t. 48, sec. 1ª,<br />

pág. 142).<br />

Abeliuk resume la situación actual señalando que el principio<br />

nominalista sigue siendo la regla general en materia <strong>de</strong> obligaciones,<br />

aplicándose algún sistema <strong>de</strong> reajuste cuando la ley, la convención o la<br />

resolución judicial así lo establecen.<br />

Es importante consignar que en responsabilidad extracontractual<br />

(<strong>de</strong>litos y cuasi<strong>de</strong>litos civiles), fue una <strong>de</strong> las primeras materias en que las<br />

<strong>de</strong>cisiones judiciales acogieron la tesis valorista. Para ello, se fundaron en el<br />

artículo 2329, según el cual <strong>de</strong>be in<strong>de</strong>mnizarse “todo daño”, lo que implica<br />

que para que la in<strong>de</strong>mnización sea completa <strong>de</strong>be pagarse en moneda <strong>de</strong> valor<br />

reajustado.<br />

<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> dinero y obligaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero<br />

La obligación <strong>de</strong> dinero es aquella en que lo <strong>de</strong>bido es dinero. Dentro <strong>de</strong><br />

este género -obligaciones <strong>de</strong> dinero- existe un tipo que en Chile se encuentra<br />

especialmente regulado en la ley 18.010, que son las llamadas obligaciones <strong>de</strong><br />

crédito <strong>de</strong> dinero, que provienen <strong>de</strong> una operación <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero.<br />

El artículo 1º inciso 1º <strong>de</strong> la ley 18.010 <strong>de</strong>fine las operaciones <strong>de</strong><br />

crédito <strong>de</strong> dinero, señalando que “Son operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero<br />

aquellas por las cuales una <strong>de</strong> las partes entrega o se obliga a entregar una<br />

cantidad <strong>de</strong> dinero y la otra a pagarla en un momento distinto <strong>de</strong> aquél en que<br />

se celebra la convención”.<br />

De acuerdo a esta <strong>de</strong>finición lo que caracteriza a la operación <strong>de</strong> crédito<br />

<strong>de</strong> dinero son tres elementos:<br />

a) que una parte entregue o se obligue a entregar una cantidad <strong>de</strong> dinero;<br />

b) que la otra restituya dinero; y<br />

c) que el pago se haga en momentos distintos.<br />

31


Respecto al primer requisito, <strong>de</strong>be tenerse presente que “constituye<br />

también operación <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero el <strong>de</strong>scuento <strong>de</strong> documentos<br />

representativos <strong>de</strong> dinero, sea que lleve o no envuelta la responsabilidad <strong>de</strong>l<br />

ce<strong>de</strong>nte” y que “se asimilan al dinero los documentos representativos <strong>de</strong><br />

obligaciones <strong>de</strong> dinero paga<strong>de</strong>ros a la vista, a un plazo contado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la vista<br />

o a un plazo <strong>de</strong>terminado” (art. 1º incisos 2º y 3º <strong>de</strong> la ley 18.010).<br />

No se aplican las normas <strong>de</strong> la ley sobre operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong><br />

dinero a las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero correspondientes a contratos<br />

aleatorios, arbitrajes <strong>de</strong> monedas a futuro, préstamos marítimo o avío minero<br />

(art. 1º inc. final <strong>de</strong> la ley 18.010).<br />

Reajustabilidad <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> dinero<br />

La ley no ha prohibido ni tampoco autorizado en forma general, la<br />

reajustabilidad <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dinero. De consiguiente, la con<strong>cl</strong>usión<br />

es que pue<strong>de</strong>n las partes acordar <strong>cl</strong>áusulas <strong>de</strong> reajustabilidad, adoptando al<br />

efecto las que juzguen a<strong>de</strong>cuadas (Unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Fomento, Indice <strong>de</strong> Precios al<br />

Consumidor, Unidad Tributaria, etc.)<br />

Reajustabilidad en las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero<br />

La ley 18.010, no ha establecido una reajustabilidad legal, sino que ha<br />

<strong>de</strong>jado entregado este aspecto a lo que acuer<strong>de</strong>n las partes contratantes, que<br />

pue<strong>de</strong>n convenir las correspondientes <strong>cl</strong>áusulas <strong>de</strong> estabilización.<br />

En cuanto a las fórmulas <strong>de</strong> reajuste, la ley 18.010, otorga amplias<br />

faculta<strong>de</strong>s. Establece que “en las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero en moneda<br />

nacional en que no tenga la calidad <strong>de</strong> parte alguna empresa bancaria,<br />

sociedad financiera o cooperativa <strong>de</strong> ahorro y crédito, podrá convenirse<br />

libremente cualquier forma <strong>de</strong> reajuste”. Y, en seguida, agrega que “si se<br />

hubiere pactado alguno <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> reajuste autorizados por el Banco<br />

Central <strong>de</strong> Chile y éste se <strong>de</strong>rogare o modificare, los contratos vigentes<br />

continuarán rigiéndose por el sistema convenido, salvo que las partes acuer<strong>de</strong>n<br />

sustituirlo por otro” (artículo 3).<br />

Por lo tanto, las partes pue<strong>de</strong>n acordar el padrón <strong>de</strong> reajustabilidad que<br />

estimen conveniente, pudiendo, por ejemplo, estarse a la Unidad <strong>de</strong> Fomento;<br />

32


a la variación que experimente el Indice <strong>de</strong> Precios al Consumidor; a la<br />

Unidad Tributaria o a cualquier otro índice que les parezca a<strong>de</strong>cuado.<br />

Respecto a la reajustabilidad <strong>de</strong> las <strong>de</strong>udas provenientes <strong>de</strong> las<br />

operaciones <strong>de</strong> crédito en que interviene un Banco, una institución financiera<br />

o una cooperativa <strong>de</strong> ahorro y crédito, el sistema <strong>de</strong> reajuste tiene que<br />

autorizarlo el Banco Central (artículo 35 Nº 9 <strong>de</strong> la ley 18.840, <strong>de</strong> 10 <strong>de</strong><br />

octubre <strong>de</strong> 1989, Ley Orgánica <strong>de</strong>l Banco Central <strong>de</strong> Chile).<br />

Pago anticipado <strong>de</strong> una operación <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero<br />

El <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> una operación <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero pue<strong>de</strong> anticipar su pago<br />

(prepago). Así lo establece el artículo 10 <strong>de</strong> la ley 18.010. Ello constituye una<br />

excepción a la regla general consignada para el mutuo en el artículo 2204, que<br />

sólo lo permite cuando no se han convenido intereses.<br />

Las condiciones <strong>de</strong> este prepago las indica el art. 10, distinguiendo entre<br />

operaciones no reajustables y operaciones reajustables.<br />

La facultad <strong>de</strong> prepagar es irrenunciable. Así lo establece el inciso final<br />

<strong>de</strong> este artículo 10.<br />

Saldos <strong>de</strong> precios <strong>de</strong> compraventa<br />

El contrato <strong>de</strong> compraventa no es una operación <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero, <strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> se sigue que los saldos <strong>de</strong> precio no provienen <strong>de</strong> una operación <strong>de</strong><br />

crédito <strong>de</strong> dinero. Por ello no <strong>de</strong>bería regirse por la ley 18.010. Sin embargo,<br />

por excepción, y en virtud <strong>de</strong> lo establecido en el art. 26 <strong>de</strong> la ley 18.010, se<br />

aplican a estos saldos los artículos 2, 8 y 10 <strong>de</strong> la ley 18.010, lo que significa:<br />

a) que se entien<strong>de</strong> por interés, en las operaciones no reajustables, toda<br />

suma que recibe o tiene <strong>de</strong>recho a recibir el acreedor, a cualquier título sobre<br />

el capital; y en las obligaciones reajustables “toda suma que recibe o tiene<br />

<strong>de</strong>recho a recibir el acreedor por sobre el capital reajustado” (art. 2).<br />

b) que se tendrá por no escrito todo pacto <strong>de</strong> intereses que exceda el<br />

máximo convencional, y en tal caso los intereses se reducirán al interés<br />

corriente que rija al momento <strong>de</strong> la convención (art. 8) ; y<br />

33


c) finalmente, que se pue<strong>de</strong> prepagar en las condiciones indicadas en el<br />

artículo 10 <strong>de</strong> la ley 18.010.<br />

Liquidación <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda reajustable, cobrada judicialmente<br />

“En los juicios <strong>de</strong> cobro <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> dinero reajustable, el pago<br />

se hará en moneda corriente, liquidándose el crédito a esa fecha, por el valor<br />

que tenga el capital reajustado según el índice pactado o la Unidad <strong>de</strong><br />

Fomento, según corresponda. Si el juicio fuere ejecutivo, no será necesaria<br />

avaluación previa” (art. 25 <strong>de</strong> la ley 18.010). Esta norma tiene alcance general,<br />

para el cobro <strong>de</strong> cualquiera obligación <strong>de</strong> dinero reajustable, ya sea una<br />

operación <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero, un saldo <strong>de</strong> precio <strong>de</strong> compraventa, o cualquier<br />

otra obligación <strong>de</strong> dinero. Así lo prueba su ubicación en el Titulo III <strong>de</strong> la Ley<br />

“Otras disposiciones” y no en el Título I “De las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong><br />

dinero”.<br />

Liquidación <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda convenida en moneda extranjera<br />

“Las obligaciones expresadas en moneda extranjera serán solucionadas<br />

por su equivalente en moneda chilena según el tipo <strong>de</strong> cambio ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l<br />

día <strong>de</strong>l pago. En caso <strong>de</strong> obligaciones vencidas se aplicará el tipo <strong>de</strong> cambio<br />

<strong>de</strong>l día <strong>de</strong>l vencimiento si fuere superior al <strong>de</strong>l día <strong>de</strong>l pago. Para los efectos<br />

<strong>de</strong> este artículo se estará al tipo <strong>de</strong> cambio ven<strong>de</strong>dor que certifique un Banco<br />

<strong>de</strong> la plaza” (art. 20 inc. 1º).<br />

En el caso <strong>de</strong> obligaciones cuyo pago se ha pactado en moneda<br />

extranjera en virtud <strong>de</strong> autorización <strong>de</strong> la ley o <strong>de</strong>l Banco Central <strong>de</strong> Chile, el<br />

acreedor podrá exigir su cumplimiento en la moneda estipulada, o ejercer los<br />

<strong>de</strong>rechos que para el <strong>de</strong>udor se originan <strong>de</strong> la correspondiente autorización<br />

(art. 20 inc. 2º).<br />

Intereses<br />

Son un accesorio que normalmente acompañan a una obligación <strong>de</strong><br />

dinero. Constituyen un fruto civil. Según el artículo 2.205 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> se<br />

pue<strong>de</strong>n estipular en dinero o en cosas fungibles. En las operaciones <strong>de</strong> crédito<br />

<strong>de</strong> dinero reguladas por la ley 18.010, sólo se pue<strong>de</strong>n pactar en dinero (art. 11<br />

inc. 1).<br />

34


Los intereses constituyen la renta que produce un capital. Son frutos<br />

civiles (art. 647) y, como tales, se <strong>de</strong>vengan día a día (arts. 790 y 11 inc. 2º <strong>de</strong><br />

la ley 18.010). Pue<strong>de</strong>n encontrarse pendientes, mientras se <strong>de</strong>ben, y percibidos<br />

una vez que se cobran (art. 647).<br />

Las simples obligaciones <strong>de</strong> dinero sólo generan interés cuando las<br />

partes lo convienen o la ley así lo establece (ej. <strong>de</strong> esto último: las letras <strong>de</strong><br />

cambio <strong>de</strong>vengan intereses corrientes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong> vencimiento, art. 80 <strong>de</strong><br />

la ley 18.092). Y en el caso <strong>de</strong> que sin estipularse fueren pagados, no pue<strong>de</strong>n<br />

repetirse ni imputarse al capital (art. 2.208). Algunos entien<strong>de</strong>n que existiría<br />

aquí una verda<strong>de</strong>ra obligación natural.<br />

En las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero, la regla se invierte, pues no se<br />

presume la gratuidad, y salvo disposición <strong>de</strong> ley o pacto en contrario,<br />

<strong>de</strong>vengan intereses corrientes, que se calcula sobre el capital o el capital<br />

reajustado (art. 12).<br />

Clases <strong>de</strong> intereses<br />

Los intereses admiten distintas <strong>cl</strong>asificaciones:<br />

a) En cuanto a su fuente: estipulados por las partes o fijados por ley (ej.<br />

art. 12 ley 18.010 que los presume para las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero,<br />

art. 1559 C.C. que los establece como in<strong>de</strong>mnización por la mora en las<br />

obligaciones <strong>de</strong> dinero, art. 80 ley 18.092 que los establece <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

vencimiento <strong>de</strong> una letra <strong>de</strong> cambio);<br />

b) Según la forma en que se fija su tasa: legales, corrientes y<br />

convencionales;<br />

c) Según la causa por la cual se <strong>de</strong>ben: interés por el uso e interés penal.<br />

Intereses legales, corrientes y convencionales<br />

Hoy día el interés corriente y el legal se confun<strong>de</strong>n, en virtud <strong>de</strong> lo<br />

dispuesto en el artículo 19 <strong>de</strong> la ley 18.010: “se aplicará el interés corriente en<br />

todos los casos en que las leyes u otras disposiciones se refieran al interés<br />

legal o al máximo bancario”.<br />

35


Interés legal<br />

El interés legal lo establecía el artículo 2.207 inciso 2º, para el contrato<br />

<strong>de</strong> mutuo fijándolo en un 6% anual. A pesar <strong>de</strong> estar establecida <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las<br />

normas <strong>de</strong>l mutuo, se le atribuía a esta norma un alcance general. Pero esta<br />

disposición fue <strong>de</strong>rogada por la ley 18.010 (art. 28).<br />

Como la misma ley 18.010 dispuso -artículo 19- que se <strong>de</strong>be aplicar el<br />

interés corriente en todos los casos en que las leyes u otras disposiciones se<br />

refieran al interés legal o al máximo bancario, hay que con<strong>cl</strong>uir que en la<br />

actualidad el interés legal ha pasado a ser el interés corriente. Se han<br />

i<strong>de</strong>ntificado ambos términos.<br />

Interés corriente<br />

No hay una norma que lo <strong>de</strong>fina en términos amplios, sino únicamente<br />

para las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero (art. 6º). Se acostumbra <strong>de</strong>finirlo<br />

como aquel que se cobra habitualmente en una plaza <strong>de</strong>terminada. En la<br />

práctica, para el cálculo <strong>de</strong>l interés corriente se aplica el que <strong>de</strong>fine el art. 6º<br />

<strong>de</strong> la ley 18.010, para las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero, lo que resulta<br />

razonable pues es el que se cobra generalmente en la plaza.<br />

De acuerdo a este artículo 6 “interés corriente es el interés promedio<br />

cobrado por los bancos y las socieda<strong>de</strong>s financieras establecidos en Chile en<br />

las operaciones que realicen en el país”. Y agrega que “correspon<strong>de</strong> a la<br />

Superinten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Bancos e Instituciones Financieras <strong>de</strong>terminar dicho<br />

interés corriente, pudiendo distinguir entre operaciones en moneda nacional,<br />

reajustables o no reajustables, en una o más monedas extranjeras o expresadas<br />

en dichas monedas o reajustables según el valor <strong>de</strong> ellas, como asimismo, por<br />

el monto <strong>de</strong> los créditos, no pudiendo establecerse más <strong>de</strong> dos límites para este<br />

efecto, o según los plazos a que se hayan pactado tales operaciones. Los<br />

promedios se establecerán en relación con las operaciones efectuadas durante<br />

cada mes calendario y las tasas resultantes se publicarán en el Diario Oficial<br />

durante la primera quincena <strong>de</strong>l mes siguiente, para tener vigencia hasta el día<br />

anterior a la próxima publicación”.<br />

Se ha fallado que es improce<strong>de</strong>nte otorgar a una obligación pactada en<br />

Unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Fomento, el interés corriente para operaciones no reajustables.<br />

(Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 446, sent. 17, p. 1963). Sin duda la sentencia se ajusta a <strong>de</strong>recho,<br />

pues si la <strong>de</strong>uda está expresada en Unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Fomento, es reajustable, por lo<br />

36


que los intereses <strong>de</strong>ben ser los fijados para operaciones reajustables (que son<br />

más bajos).<br />

Interés convencional<br />

Interés convencional es el que las partes contratantes acuerdan. Tanto<br />

para las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero, como para las obligaciones <strong>de</strong><br />

dinero, el máximo interés permitido estipular ascien<strong>de</strong> al interés corriente más<br />

un 50%. Luego si el interés corrientes es <strong>de</strong> un 10%; se podrá convenir hasta<br />

un 15%. Para los efectos <strong>de</strong>l cálculo se atien<strong>de</strong> al interés corriente al momento<br />

en que se celebró el contrato, no al pago (arts. 2.206 <strong>de</strong>l C. <strong>Civil</strong> y art. 6º<br />

inciso penúltimo <strong>de</strong> la ley 18.010).<br />

Si se pacta un interés superior al máximo permitido según el art. 2.206<br />

se rebajan por el juez al interés corriente. En el caso <strong>de</strong> las operaciones <strong>de</strong><br />

crédito <strong>de</strong> dinero, se aplica una regla semejante (art. 8º <strong>de</strong> la ley 18.010).<br />

Intereses por el uso y penales<br />

Intereses por el uso son aquellos que se <strong>de</strong>vengan durante la vigencia<br />

<strong>de</strong>l crédito. Límites: Código art. 2206, ley 18.010 art. 8.<br />

Intereses penales o moratorios son aquellos que se originan por la mora<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor en pagar una obligación <strong>de</strong> dinero. Límites: Código art. 1544 inc.<br />

3°, ley 18.010 arts. 8 y 16.<br />

Unos y otros pue<strong>de</strong>n tener su origen en la ley o en la voluntad <strong>de</strong> las<br />

partes. Los intereses moratorios los fija la ley en el caso <strong>de</strong>l art. 1559, que<br />

señala los que <strong>de</strong>ben pagarse en caso <strong>de</strong> mora <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> dinero, y<br />

en el art. 53 <strong>de</strong>l Código Tributario por las <strong>de</strong>udas tributarias. Los fijan las<br />

partes por medio <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal, y así es frecuente en una compraventa<br />

que se diga: el saldo <strong>de</strong> precio <strong>de</strong>vengará un interés <strong>de</strong>l 15% anual y un 18%<br />

también anual en caso <strong>de</strong> mora. El 15% es el interés por el uso y el 18% es<br />

una in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios si no se paga oportunamente el saldo <strong>de</strong><br />

precio a<strong>de</strong>udado.<br />

En el caso <strong>de</strong>l interés pactado por la mora, se estima que “queda sujeto a<br />

los mismos límites que el interés convencional por el uso, <strong>de</strong> manera que si el<br />

interés penal convenido es superior al 50% por sobre el interés corriente, pasa<br />

a ser aplicable lo dispuesto en el artículo 8 <strong>de</strong> la ley 18.010 en el sentido <strong>de</strong><br />

37


que los intereses estipulados <strong>de</strong>berán reducirse al corriente que rija al<br />

momento <strong>de</strong> la convención y restituirse <strong>de</strong>bidamente reajustados los excesos<br />

que se hubieren percibido. A esa con<strong>cl</strong>usión conducen los artículos 8 y 16<br />

cuando el primero se refiere a todo pacto <strong>de</strong> intereses que exceda al máximo<br />

convencional y el segundo a que se haya pactado legalmente un interés<br />

superior al corriente” (Leslie Tomasello).<br />

Atendido lo que se acaba <strong>de</strong> señalar, <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse que el artículo 8º<br />

<strong>de</strong> la ley 18.010, ha modificado el artículo 1544 inc. 3° <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, por<br />

cuanto este último or<strong>de</strong>na rebajar la <strong>cl</strong>áusula penal en el mutuo “al máximo <strong>de</strong><br />

interés permitido estipular”, en tanto que, en conformidad al artículo 8º <strong>de</strong> la<br />

ley 18.010, se <strong>de</strong>be rebajar al interés corriente. La regla <strong>de</strong>l inciso 3º <strong>de</strong>l<br />

mutuo sólo tendría aplicación para los mutuos que no son <strong>de</strong> dinero“ (Leslie<br />

Tomasello). De igual opinión es Abeliuk.<br />

Anatocismo<br />

El anatocismo consiste en que los intereses <strong>de</strong>vengados por el crédito y<br />

no pagados al acreedor se capitalicen y <strong>de</strong>venguen a su vez intereses, esto es,<br />

se producen intereses <strong>de</strong> intereses. El Código <strong>Civil</strong> en el artículo 2.210 lo<br />

prohibía terminantemente para el contrato <strong>de</strong> mutuo al <strong>de</strong>cir ”Se prohibe<br />

estipular intereses <strong>de</strong> intereses”. Esta norma tenía, según algunos, un alcance<br />

general. No obstante, el Código <strong>de</strong> Comercio lo acepta con limitaciones para<br />

la cuenta corriente mercantil (art. 617) y en el mutuo mercantil (art. 804).<br />

El artículo 28 <strong>de</strong> la ley 18.010, <strong>de</strong>rogó el artículo 2.210, <strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

algunos infieren que en la actualidad no está prohibido el anatocismo, ni en el<br />

mutuo ni en ningún otro contrato.<br />

Y en el caso <strong>de</strong> las operaciones <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> dinero, está especialmente<br />

autorizado en el artículo 9, en cuanto establece que “podrá estipularse el pago<br />

<strong>de</strong> intereses sobre intereses, capitalizándolos en cada vencimiento o<br />

renovación. En ningún caso la capitalización podrá hacerse por períodos<br />

inferiores a treinta días” (inc. 1º). La misma disposición agrega, en su inciso 3º<br />

que “los intereses correspondientes a una operación vencida que no hubiesen<br />

sido pagados se incorporarán a ella, a menos que se establezca expresamente<br />

lo contrario”. Solución inversa al art. 1559, regla 3.<br />

Finalmente el art. 1559, al tratar la avaluación legal, establece que “si la<br />

obligación es <strong>de</strong> pagar una cantidad <strong>de</strong> dinero, la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios<br />

38


por la mora está sujeta a las reglas siguientes: 3º Los intereses atrasados no<br />

producen interés”. Como el art. 2.210 fue <strong>de</strong>rogado se sostiene que hoy día, no<br />

pue<strong>de</strong> merecer dudas que esta norma no prohibe el anatocismo, únicamente<br />

está señalando que no opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho, pero las partes pue<strong>de</strong>n<br />

convenirlo (René Ramos). Otros interpretan el art. 1559 Nº 3 en el sentido que<br />

sólo prohibe el anatocismo en el caso <strong>de</strong> intereses penales, pues la norma<br />

habla <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios “por la mora” (Abeliuk).<br />

Concepto<br />

OBLIGACIONES CON UNIDAD<br />

Y CON PLURALIDAD DE SUJETOS<br />

<strong>Obligaciones</strong> con unidad <strong>de</strong> sujeto son aquellas en que existe un <strong>de</strong>udor<br />

y un acreedor. No merecen un comentario especial, pues nada tienen <strong>de</strong><br />

particular.<br />

Obligación con pluralidad <strong>de</strong> sujetos es aquella en que hay un acreedor<br />

y varios <strong>de</strong>udores (pluralidad pasiva); varios acreedores y un <strong>de</strong>udor<br />

(pluralidad activa); o varios acreedores y varios <strong>de</strong>udores (pluralidad mixta).<br />

Las autoriza expresamente el artículo 1438 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>: “cada parte<br />

pue<strong>de</strong> ser una o muchas personas”.<br />

La pluralidad pue<strong>de</strong> ser originaria o <strong>de</strong>rivativa. Originaria, cuando la<br />

obligación nace con pluralidad <strong>de</strong> sujetos. Derivativa, cuando la obligación<br />

nace con unidad <strong>de</strong> sujetos y durante su vida se transforma en obligación<br />

plural, ej. cuando fallece una <strong>de</strong> las partes y sus here<strong>de</strong>ros son varios; cuando<br />

el acreedor ce<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos a varios sujetos, etc.<br />

Las obligaciones que <strong>de</strong>bemos estudiar son las con pluralidad <strong>de</strong><br />

sujetos, que pue<strong>de</strong>n revestir tres modalida<strong>de</strong>s:<br />

1. simplemente conjuntas o mancomunadas;<br />

2. solidarias y<br />

3. indivisibles<br />

39


Concepto<br />

OBLIGACIONES SIMPLEMENTE CONJUNTAS<br />

O MANCOMUNADAS<br />

Son aquellas en que existiendo pluralidad <strong>de</strong> acreedores o <strong>de</strong> <strong>de</strong>udores y<br />

recayendo sobre una cosa divisible, cada acreedor sólo pue<strong>de</strong> exigir su cuota a<br />

cada <strong>de</strong>udor, que sólo está obligada a la suya. De manera que cada acreedor<br />

sólo es titular <strong>de</strong> su cuota en el crédito; y cada <strong>de</strong>udor es obligado únicamente<br />

a pagar la cuota que le correspon<strong>de</strong>. Constituyen la regla general, según los<br />

artículos 1511 y 1526. El primero así lo dice al tratar <strong>de</strong> las obligaciones<br />

solidarias y el 1526 al referirse a las obligaciones indivisibles.<br />

En doctrina estas obligaciones tienen distintas <strong>de</strong>nominaciones:<br />

obligaciones <strong>de</strong>sunidas (Francia y Bélgica); obligaciones parciarias (Italia);<br />

obligaciones parciales o divididas (Alemania).<br />

Características<br />

a) Constituyen la regla general, como lo <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> manifiesto los<br />

artículos 1511 y 1526. En otros países, con el objeto <strong>de</strong> robustecer el crédito,<br />

esto no es así, presumiéndose la solidaridad (Italia y Alemania).<br />

b) Pluralidad <strong>de</strong> prestaciones y pluralidad <strong>de</strong> vínculos. Es <strong>de</strong>cir<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia absoluta entre los distintos vínculos. En buenas cuentas, se trata<br />

<strong>de</strong> distintas obligaciones. Ej.: Pedro presta $ 2.000 a Pedro y a Juan. Ello<br />

significa dos obligaciones por $ 1.000 cada una;<br />

c) Deben recaer las obligaciones sobre un objeto divisible (<strong>de</strong> manera<br />

que puedan cumplirse por parte) pues, en caso contrario, nos encontramos<br />

frente a las llamadas obligaciones indivisibles.<br />

d) La regla general es que la división se haga por partes viriles, o sea<br />

por partes iguales, a menos que la ley o el hombre establezcan otra<br />

proporcionalidad. Así lo establece el Código a propósito <strong>de</strong> la comunidad,<br />

2307, inc. 2º: “si la <strong>de</strong>uda ha sido contraída por los comuneros colectivamente,<br />

sin expresión <strong>de</strong> cuotas, todos ellos, no habiendo estipulado solidaridad, son<br />

obligados al acreedor por partes iguales....”. Así lo reitera, en la fianza, el<br />

artículo 2367, inc. 1º: “si hubiere dos o más fiadores <strong>de</strong> una misma <strong>de</strong>uda, que<br />

40


no se hayan obligado solidariamente al pago, se enten<strong>de</strong>rá dividida la <strong>de</strong>uda<br />

entre ellos por partes iguales...”).<br />

Una excepción en que se establece otra proporcionalidad, lo<br />

encontramos en el artículo 1354, en el caso <strong>de</strong> los here<strong>de</strong>ros que divi<strong>de</strong>n las<br />

<strong>de</strong>udas hereditarias a prorrata <strong>de</strong> sus cuotas (luego no por partes iguales, sino<br />

en relación a su interés en la herencia): “Las <strong>de</strong>udas hereditarias se divi<strong>de</strong>n<br />

entre los here<strong>de</strong>ros a prorrata <strong>de</strong> sus cuotas” (inc. 1º). La misma i<strong>de</strong>a está<br />

reiterada en el artículo 1526 Nº4. De aquí fluye que es importante saber si la<br />

mancomunidad es originaria o <strong>de</strong>rivada.<br />

Efectos <strong>de</strong> las obligaciones simplemente conjuntas<br />

Estos efectos son la consecuencia lógica <strong>de</strong> existir in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia entre<br />

los distintos vínculos;<br />

a) Cada acreedor pue<strong>de</strong> cobrar su cuota; cada <strong>de</strong>udor sólo se obliga a<br />

la suya; (1511 inc. 1º, 1526 inc. 1º)<br />

b) La extinción <strong>de</strong> la obligación respecto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor no extingue la<br />

obligación respecto <strong>de</strong> los otros;<br />

c) La cuota <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor insolvente no grava a los <strong>de</strong>más (1526 inc. 1º,<br />

parte final). El artículo 1355, sienta el mismo principio respecto <strong>de</strong> las <strong>de</strong>udas<br />

hereditarias: “La insolvencia <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los here<strong>de</strong>ros no grava a los otros;<br />

excepto en los casos <strong>de</strong>l artículo 1287, inciso segundo”;<br />

d) La interrupción <strong>de</strong> la prescripción que opera en favor <strong>de</strong> un acreedor<br />

(uno <strong>de</strong> los acreedores <strong>de</strong>manda, por ej.), no favorece a los otros acreedores; y<br />

recíprocamente, la interrupción que afecta a una <strong>de</strong>udor, no perjudica a los<br />

otros (ej. se notifica la <strong>de</strong>manda a un sólo <strong>de</strong>udor, sólo respecto <strong>de</strong> él se<br />

interrumpe la prescripción). Esto lo dice el artículo 2519: “La interrupción que<br />

obra en favor <strong>de</strong> varios coacreedores, no aprovecha a los otros, ni la que obra<br />

en perjuicio <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> varios co<strong>de</strong>udores, perjudica a los otros, a menos que<br />

haya solidaridad, y no se haya ésta renunciado en los términos <strong>de</strong>l artículo<br />

1516”.<br />

e) Si se <strong>de</strong><strong>cl</strong>ara la nulidad <strong>de</strong> la obligación respecto <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los<br />

obligados (o <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los acreedores), este efecto no alcanza a los otros,<br />

porque la nulidad es <strong>de</strong> efectos relativos. Así lo establece el artículo 1690:<br />

41


“Cuando dos o más personas han contratado con un tercero, la nulidad<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>arada a favor <strong>de</strong> una <strong>de</strong> ellas no aprovechará a las otras “.<br />

f) La mora <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor, no coloca en mora a los otros. Ej. se notifica la<br />

<strong>de</strong>manda a uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores.<br />

g) Si uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores incumple su obligación y <strong>de</strong> ello se genera<br />

responsabilidad contractual (in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios), ésta sólo afecta al<br />

incumplidor, no a los otros. Este principio lo sienta el Código en el artículo<br />

1526 Nº 3, en las obligaciones divisibles: “Aquel <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores por cuyo<br />

hecho o culpa se ha hecho imposible el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación, es<br />

ex<strong>cl</strong>usiva y solidariamente responsable <strong>de</strong> todo perjuicio al acreedor”. La<br />

misma i<strong>de</strong>a está reiterada en el artículo 1540, a propósito <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula<br />

penal, que es una forma <strong>de</strong> avaluar anticipadamente los perjuicios: “Cuando la<br />

obligación contraída con <strong>cl</strong>áusula penal es <strong>de</strong> cosa divisible, la pena, <strong>de</strong>l<br />

mismo modo que la obligación principal, se divi<strong>de</strong> entre los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor a prorrata <strong>de</strong> sus cuotas hereditarias. El here<strong>de</strong>ro que contraviene a la<br />

obligación, incurre pues en aquella parte <strong>de</strong> la pena que correspon<strong>de</strong> a su<br />

cuota hereditaria; y el acreedor no tendrá acción alguna contra los cohere<strong>de</strong>ros<br />

que no han contravenido la obligación” (inciso 1º);<br />

h) Cada <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>mandado pue<strong>de</strong> oponer a la <strong>de</strong>manda, las excepciones<br />

reales, o sea aquellas que emanan <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong> la obligación, como el<br />

pago, nulidad absoluta, remisión, etc., y únicamente las excepciones<br />

personales suyas, ej. incapacidad, nulidad relativa, etc.<br />

i) La prórroga <strong>de</strong> la jurisdicción que opere en favor <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>udores no afecta a los <strong>de</strong>más; y<br />

j) Finalmente, se ha sostenido que cuando en un contrato bilateral hay<br />

varios acreedores, el contratante cumplidor, pue<strong>de</strong> pedir por sí solo, sin<br />

necesidad <strong>de</strong> ponerse <strong>de</strong> acuerdo con los <strong>de</strong>más, la resolución <strong>de</strong>l contrato<br />

bilateral <strong>de</strong> objeto único (Vodanovic, Vitorio Pescio, Luigi Mosco).<br />

El punto ha sido discutido, pues algunos autores y fallos afirman que si<br />

hay varios acreedores, la obligación se transforma en alternativa, y tienen que<br />

ponerse <strong>de</strong> acuerdo para elegir entre la acción <strong>de</strong> cumplimiento o la<br />

resolución. Se dice que así aparecería <strong>de</strong>l artículo 1526 Nº 6 (Arturo<br />

Alessandri. Sentencia publicada en T. 57, sec. 1ª, p. 253).<br />

42


Concepto<br />

OBLIGACIONES SOLIDARIAS<br />

Son aquellas en que <strong>de</strong>biéndose un objeto divisible y habiendo<br />

pluralidad <strong>de</strong> acreedores o <strong>de</strong> <strong>de</strong>udores, o pluralidad <strong>de</strong> ambos, cada acreedor<br />

pue<strong>de</strong> exigir la totalidad <strong>de</strong> la obligación a cualquiera <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores y<br />

cada <strong>de</strong>udor esta obligado a la totalidad <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, <strong>de</strong> modo que cumplida<br />

así la obligación ella se extingue. Así lo dice el art. 1511.<br />

La solidaridad es excepcional y no se presume<br />

Así aparece <strong>de</strong>l artículo 1511 incisos 2º y 3º: “Pero en virtud <strong>de</strong> la<br />

convención, <strong>de</strong>l testamento o <strong>de</strong> la ley pue<strong>de</strong> exigirse a cada uno <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>udores o por cada uno <strong>de</strong> los acreedores el total <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, y entonces la<br />

obligación es solidaria o insólidum” “La solidaridad <strong>de</strong>be ser expresamente<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>arada en todos los casos en que no la establezca la ley”.<br />

Del hecho <strong>de</strong> que sea excepcional fluyen varias consecuencias:<br />

1. Para que haya solidaridad tiene que haber una fuente <strong>de</strong> solidaridad:<br />

convención, testamento o ley. No cabe que se <strong>de</strong><strong>cl</strong>are la solidaridad por<br />

sentencia judicial. La única excepción -y muy dudosa- se encuentra en el<br />

artículo 280 Nº5 inciso 3º: “Si varias personas hubieran consumado la<br />

violación <strong>de</strong> la madre, <strong>de</strong>berá el juez <strong>de</strong>terminar cuál es el presunto padre <strong>de</strong>l<br />

hijo que re<strong>cl</strong>ama alimentos. Si ello no fuere posible, podrá con<strong>de</strong>nar<br />

solidariamente al pago <strong>de</strong> dichos alimentos a todos los autores <strong>de</strong> la<br />

violación”.<br />

2. La solidaridad es <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho estricto y <strong>de</strong> interpretación restringida<br />

(Gaceta <strong>de</strong> los Tribunales, 1928, 1º semestre, Nº 173, p. 753; T. 67, sec. 2ª, p.<br />

44). Por ello, si en un contrato bilateral, hay solidaridad para una <strong>de</strong> las partes,<br />

no pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse que también la haya para la contraparte;<br />

3. La solidaridad no se presume; Así lo ha dicho la Corte Suprema: “La<br />

solidaridad no se presume y <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada expresamente en el testamento<br />

o la convención, si no se halla establecida en la ley. Por tanto, no pue<strong>de</strong><br />

43


<strong>de</strong>ducirse <strong>de</strong> antece<strong>de</strong>ntes procesales que no son convención, testamento ni<br />

ley” (T. 33, sec. 1ª, p. 193).<br />

4. Quien alegue la solidaridad <strong>de</strong>be probarla.<br />

Clases <strong>de</strong> solidaridad<br />

La solidaridad admite distintas <strong>cl</strong>asificaciones:<br />

a) Activa, pasiva o mixta, según haya pluralidad <strong>de</strong> acreedores, <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>udores o <strong>de</strong> ambos.<br />

Sin duda que la solidaridad realmente importante es la pasiva pues<br />

constituye una garantía muy eficaz, superior a la fianza (pues no hay beneficio<br />

<strong>de</strong> excusión ni <strong>de</strong> división). Esa es la razón por la que don Manuel Somarriva,<br />

la estudia en su “Tratado <strong>de</strong> las Cauciones”. La solidaridad activa, en cambio,<br />

tiene poca utilidad práctica. Pensamos que pue<strong>de</strong> tenerla para facilitar el cobro<br />

<strong>de</strong> documentos bancarios, ej. un vale vista en favor <strong>de</strong> dos personas.<br />

b) Según su fuente, pue<strong>de</strong> ser legal, voluntaria, y excepcionalmente -en<br />

el caso <strong>de</strong>l artículo 280 Nº 5- judicial.<br />

Ejemplo <strong>de</strong> solidaridad legal: el 2317, “Si un <strong>de</strong>lito o cuasi<strong>de</strong>lito ha sido<br />

cometido por dos o más personas, cada una <strong>de</strong> ellas será solidariamente<br />

responsable <strong>de</strong> todo perjuicio proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l mismo <strong>de</strong>lito o cuasi<strong>de</strong>lito...”; el<br />

dueño <strong>de</strong> un vehículo es solidariamente responsable <strong>de</strong> los daños que causare<br />

el conductor, a menos que pruebe que le ha sido tomado sin su conocimiento o<br />

autorización expresa o tácita (art. 174 <strong>de</strong> la ley Nº 18.290)<br />

c) Perfecta, que es la que produce todos los efectos propios <strong>de</strong> la<br />

solidaridad; imperfecta sólo algunos.<br />

Esta <strong>cl</strong>asificación en Chile no tiene cabida. Fue creada en Francia por<br />

la doctrina (Mourlon y Aubry et Rau), para subsanar el inconveniente <strong>de</strong> que<br />

allá no hay responsabilidad solidaria por los ilícitos civiles, cuando son<br />

realizados por varias personas (falta una disposición como nuestro artículo<br />

2317). Al efecto la doctrina entendió que en los <strong>de</strong>litos civiles existe una<br />

solidaridad, que sólo produce el efecto <strong>de</strong> que cualquiera <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores está<br />

obligado al pago <strong>de</strong>l total; pero sin que se apliquen los <strong>de</strong>más efectos propios<br />

<strong>de</strong> la solidaridad pasiva. Como dice G. Marty, la explicación <strong>de</strong> esta<br />

44


solidaridad creada por la doctrina al margen <strong>de</strong> la ley “se inspira en la teoría<br />

<strong>de</strong> la equivalencia <strong>de</strong> las condiciones; cuando varias culpas han sido, cada una,<br />

condición necesaria <strong>de</strong>l daño sufrido por la víctima, cada una <strong>de</strong> las culpas se<br />

consi<strong>de</strong>ra causa <strong>de</strong>l daño junto con las <strong>de</strong>más; <strong>de</strong> ello resulta que se reúnen las<br />

condiciones <strong>de</strong> una responsabilidad íntegra, respecto <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los<br />

autores culpables; cada uno <strong>de</strong> ellos está obligado a la reparación in solidum”.<br />

Elementos <strong>de</strong> la solidaridad<br />

Para que exista solidaridad es necesario:<br />

1. Pluralidad <strong>de</strong> acreedores o <strong>de</strong> <strong>de</strong>udores (artículos 1511, 1512).<br />

Si no hay pluralidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>udores, cada <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be pagar la totalidad,<br />

porque el pago <strong>de</strong>be ser completo (1591);<br />

2. La cosa <strong>de</strong>bida <strong>de</strong>be ser divisible pues, en caso contrario, la<br />

obligación será indivisible.;<br />

3. La cosa <strong>de</strong>bida <strong>de</strong>be ser la misma.<br />

Así lo dice el artículo 1512. Por esta razón se ha fallado que si una<br />

persona se obligó a entregar unos rollos <strong>de</strong> películas y otra, a pagar una<br />

in<strong>de</strong>mnización si el primero no cumplía con esa obligación, no eran<br />

co<strong>de</strong>udores solidarios (T. 32, sec. 1ª, p. 288).<br />

Si lo <strong>de</strong>bido por los distintos <strong>de</strong>udores fueren cosas distintas, habrá<br />

pluralidad <strong>de</strong> obligaciones, tantas cuantos objetos hubiere.<br />

4. Fuente <strong>de</strong> la solidaridad<br />

Este requisito lo exige el artículo 1511 inc. 2º: “Pero en virtud <strong>de</strong> la<br />

convención, <strong>de</strong>l testamento o <strong>de</strong> la ley pue<strong>de</strong> exigirse a cada uno <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>udores o por cada uno <strong>de</strong> los acreedores, el total <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, y entonces la<br />

obligación es solidaria o insólidum. Luego la fuente pue<strong>de</strong> ser la convención,<br />

el testamento o la ley (ej. art. 2317).<br />

La Corte Suprema ha dicho que “la sentencia judicial no es fuente <strong>de</strong><br />

solidaridad. Si se cita a dos personas a reconocer una <strong>de</strong>uda que no es<br />

solidaria ni indivisible, <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse que son <strong>de</strong>udores conjuntos y no<br />

45


solidarios” (T. 29 sec. 1ª, p. 480). En otro fallo se resolvió que “Las únicas<br />

fuentes <strong>de</strong> la solidaridad son la convención, el testamento o la ley, sin que<br />

pueda emanar <strong>de</strong> un fallo judicial, pues las sentencias judiciales no crean<br />

obligaciones” (T. 59 sec. 2ª, p. 43).<br />

Ya hemos explicado que en un sólo en un caso -y discutible- se admite<br />

que la sentencia judicial sea fuente <strong>de</strong> solidaridad. Es la situación prevista en<br />

el artículo 280 Nº 5, inciso 3º.<br />

En relación con la necesidad <strong>de</strong> que exista una fuente <strong>de</strong> la solidaridad,<br />

cabe mencionar un fallo <strong>de</strong> la Fiscalía Nacional Económica, según el cual “<strong>de</strong><br />

acuerdo con la legislación y reglamentación vigentes, los propietarios <strong>de</strong><br />

bienes raíces son responsables <strong>de</strong>l pago por consumos <strong>de</strong> agua potable<br />

generados en sus propieda<strong>de</strong>s, en los mismos términos, en forma solidaria, que<br />

las personas que, a cualquier título los hubieren ocupado y, en consecuencia,<br />

hayan originado tales consumos...” (T. 86, sec. 6ª, p. 81). Esta sentencia nos<br />

parece equivocada en cuanto a su fundamentación, por darle el carácter <strong>de</strong><br />

solidaria a una obligación sin que ninguna fuente la haya establecido. La<br />

solidaridad no se pue<strong>de</strong> presumir. Con mejor técnica pudo llegar al mismo<br />

resultado, recurriendo a la noción <strong>de</strong> obligación propter rem.<br />

Unidad <strong>de</strong> prestación y pluralidad <strong>de</strong> vínculos<br />

Si bien la cosa <strong>de</strong>bida por los <strong>de</strong>udores es la misma, cada uno <strong>de</strong> ellos<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berla <strong>de</strong> diferente manera. Los vínculos, pue<strong>de</strong>n ser distintos. Así lo<br />

establece el artículo 1512: “La cosa que se <strong>de</strong>be solidariamente por muchos o<br />

a muchos, ha <strong>de</strong> ser una misma, aunque se <strong>de</strong>ba <strong>de</strong> diversos modos; por<br />

ejemplo, pura y simplemente respecto <strong>de</strong> unos, bajo condición o a plazo<br />

respecto <strong>de</strong> los otros”.<br />

De este principio <strong>de</strong>rivan importantes consecuencias:<br />

a) Algunos <strong>de</strong> los vínculos pue<strong>de</strong>n estar sujetos a modalida<strong>de</strong>s. Ej.<br />

Pedro <strong>de</strong>be pura y simplemente; Juan bajo condición suspensiva; Diego a<br />

plazo. Respecto <strong>de</strong>l primero la obligación es actualmente exigible, no respecto<br />

<strong>de</strong> los otros;<br />

b) La causa <strong>de</strong> las obligaciones pue<strong>de</strong> ser diversa: ej. Pedro <strong>de</strong>be<br />

$1.000.000 a título <strong>de</strong> mutuo; Juan como saldo <strong>de</strong> precio <strong>de</strong> una venta; Diego,<br />

46


por mera liberalidad (se obligó solidariamente para que le prestaran dinero a<br />

Juan);<br />

c) Los plazos <strong>de</strong> prescripción pue<strong>de</strong>n ser diversos, según la naturaleza<br />

<strong>de</strong>l vínculo (Gaceta 1937, 2º Sem., Nº 190, p. 733);<br />

d) Pue<strong>de</strong> ser válida la obligación respecto <strong>de</strong> uno y nula respecto <strong>de</strong><br />

otro, ej. <strong>de</strong> los tres <strong>de</strong>udores, Pedro, Juan y Diego, este último era menor <strong>de</strong><br />

edad, o fue víctima <strong>de</strong> fuerza o dolo;<br />

e) Respecto <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores pue<strong>de</strong> existir título ejecutivo no<br />

respecto <strong>de</strong> los otros;<br />

f) El acreedor que tiene un crédito que goza <strong>de</strong> privilegio respecto <strong>de</strong><br />

un <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> invocarlo respecto a los bienes <strong>de</strong> un co<strong>de</strong>udor solidario<br />

Así fue resuelto en sentencia publicada en T. 12, sec. 1ª, p. 266. Sin embargo,<br />

posteriormente la Corte Suprema resolvió lo contrario al establecer que “el<br />

Fisco, como acreedor privilegiado, pue<strong>de</strong> hacer valer esa preferencia no sólo<br />

contra el <strong>de</strong>udor directo <strong>de</strong>l impuesto, sino también contra el fiador, que se<br />

constituye <strong>de</strong>udor solidario” (T. 36, sec. 1ª, p. 330).<br />

Solidaridad activa<br />

Se caracteriza porque junto con existir varios acreedores <strong>de</strong> una<br />

obligación con objeto divisible, cualquiera <strong>de</strong> ellos pue<strong>de</strong> exigir su pago total,<br />

<strong>de</strong> manera que, cumplida en esa forma, se extingue la obligación.<br />

Los elementos <strong>de</strong> la solidaridad activa son:<br />

1. Pluralidad <strong>de</strong> acreedores;<br />

2. Cualquier acreedor pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar la totalidad <strong>de</strong> la obligación;<br />

3. Extinguida la obligación por un acreedor, se extingue respecto <strong>de</strong><br />

todos.<br />

Dice el artículo 1513 inciso 1º: “El <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> hacer el pago a<br />

cualquiera <strong>de</strong> los acreedores solidarios que elija, a menos que haya sido<br />

<strong>de</strong>mandado por uno <strong>de</strong> ellos, pues entonces <strong>de</strong>berá hacer el pago al<br />

<strong>de</strong>mandante”.<br />

47


Lo anterior no ocurre sólo cuando la obligación se extingue por pago,<br />

sino cualquiera sea el modo <strong>de</strong> extinguir. Así lo a<strong>cl</strong>ara el artículo 1513 inciso<br />

2º: “La condonación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, la compensación, la novación que<br />

intervenga entre el <strong>de</strong>udor y uno cualquiera <strong>de</strong> los acreedores solidarios,<br />

extingue la <strong>de</strong>uda con respecto a los otros, <strong>de</strong> la misma manera que el pago lo<br />

haría; con tal que uno <strong>de</strong> éstos no haya <strong>de</strong>mandado ya al <strong>de</strong>udor”.<br />

Naturaleza jurídica <strong>de</strong> la solidaridad<br />

¿Cómo explicar que si se le paga a un acreedor, se extinga la obligación<br />

respecto <strong>de</strong> los otros acreedores?. Esto nos lleva a hablar <strong>de</strong> la naturaleza<br />

jurídica <strong>de</strong> la solidaridad.<br />

Hay dos teorías para explicar la naturaleza jurídica <strong>de</strong> la solidaridad:<br />

a) La teoría romana; y<br />

b) La teoría francesa o <strong>de</strong>l mandato tácito o recíproco.<br />

Teoría romana<br />

De acuerdo a ella, cada acreedor es mirado como propietario ex<strong>cl</strong>usivo<br />

<strong>de</strong> la totalidad <strong>de</strong>l crédito. Eso explica que cada uno pueda cobrar el total o<br />

extinguir íntegramente la obligación por cualquier modo.<br />

Teoría francesa o <strong>de</strong>l mandato tácito y recíproco<br />

Frente a la teoría romana, los juristas franceses elaboraron una nueva,<br />

que se <strong>de</strong>nomina <strong>de</strong>l mandato tácito y recíproco. Según ella, cada acreedor es<br />

dueño sólo <strong>de</strong> su cuota en el crédito, y respecto <strong>de</strong> las otras actúa como<br />

mandatario <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más acreedores. El mandato es tácito, porque no lo<br />

establecen las parte y recíproco por cada acreedor tiene un mandato <strong>de</strong> cada<br />

uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más.<br />

Esta teoría francesa fue elaborada hace muchos años, pues ya en una<br />

obra <strong>de</strong> Renusson, publicada en 1685, “Tratado <strong>de</strong> la subrogación”, se hace<br />

referencia a ella. Posteriormente la <strong>de</strong>sarrolló Pilón en su “Ensayo <strong>de</strong> una<br />

teoría general <strong>de</strong> la representación en las obligaciones”; la acoge Toullier y la<br />

48


consagra la Corte <strong>de</strong> Casación francesa, en sentencia <strong>de</strong>l 15 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />

1873.<br />

No es indiferente que se siga una u otra, pues <strong>de</strong> adoptarse la primera,<br />

cada acreedor pue<strong>de</strong> no sólo cobrar la <strong>de</strong>uda, sino también perdonarla;<br />

situación imposible <strong>de</strong> darse si se sigue la tesis <strong>de</strong>l mandato tácito y<br />

recíproco, pues es obvio que no hay mandato para condonar una <strong>de</strong>uda. No se<br />

pue<strong>de</strong> suponer un mandato tácito en ese caso.<br />

Teoría seguida en Chile<br />

No hay duda que en materia <strong>de</strong> solidaridad activa, se sigue la tesis<br />

romana. Así lo <strong>de</strong>muestran:<br />

a) El artículo 1513 inc 2º: y<br />

b) Dos notas <strong>de</strong> Bello. Una puesta al margen <strong>de</strong>l artículo 6º <strong>de</strong>l Título<br />

VIII <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> las <strong>Obligaciones</strong> y <strong>de</strong> los Contratos <strong>de</strong>l Proyecto 1841 a<br />

1845; y, la otra al margen <strong>de</strong>l artículo 1690 <strong>de</strong>l Proyecto Inédito (que<br />

correspon<strong>de</strong> al actual artículo 1513 inc. 2º). La primera nota dice: “En este<br />

punto hay diferencia entre el <strong>Derecho</strong> Romano y el adoptado por los franceses.<br />

Entre los romanos, cada acreedor solidario era mirado respecto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

como propietario único <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda. Entre los franceses, cada acreedor no es,<br />

ni aun respecto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, propietario <strong>de</strong>l crédito, sino relativamente a su<br />

parte, y en lo <strong>de</strong>más no se le mira sino como un mero mandatario <strong>de</strong> los coacreedores”.<br />

Y en la segunda nota señala: “El proyecto se separa aquí <strong>de</strong>l<br />

código francés y sigue al <strong>Derecho</strong> Romano. Véase Deilvincourt N º7, a la pág.<br />

140”.<br />

Somarriva, dice que siendo cierto lo anterior, lo es únicamente en el<br />

caso <strong>de</strong> la solidaridad activa, no en la pasiva, respecto <strong>de</strong> la cual se ha seguido<br />

la teoría francesa. Razón: las notas dice que se separa ”en este punto”, y más<br />

a<strong>de</strong>lante “se separa aquí”. Y el punto que se estaba tratando era el <strong>de</strong> la<br />

solidaridad activa ex<strong>cl</strong>usivamente.<br />

Con<strong>cl</strong>usión: nuestro legislador sigue en materia <strong>de</strong> solidaridad activa, la<br />

doctrina romana y en materia <strong>de</strong> solidaridad pasiva la <strong>de</strong>l mandato tácito y<br />

recíproco. Creemos que esta es la opinión correcta. No obstante produce dudas<br />

el art. 1521 según el cual “si la cosa perece por culpa o durante mora <strong>de</strong> uno<br />

<strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores solidarios, todos ellos quedan obligados solidariamente al<br />

49


precio, salva la acción <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores contra el culpable o moroso..” ¿es<br />

razonable pensar que en este caso los no culpables dieron un mandato al<br />

culpable para <strong>de</strong>struir la cosa?<br />

Alessandri, en cambio, cree que rige la teoría francesa tanto para la<br />

solidaridad activa como para la pasiva. Lo mismo Vodanovic. La<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia, se ha pronunciado reiteradamente por la teoría <strong>de</strong>l mandato<br />

tácito y recíproco en el caso <strong>de</strong> la solidaridad pasiva (T. 17, sec. 1ª, p. 19; T.<br />

19, sec. 1ª, p. 171; T. 27, sec. 1ª, p. 513)<br />

Claro Solar, sin pronunciarse sobre el tema, siguiendo a Laurent, afirma<br />

que no hay necesidad <strong>de</strong> recurrir a la teoría francesa para explicar los efectos<br />

<strong>de</strong> la solidaridad, bastando con el doble principio <strong>de</strong> unidad <strong>de</strong> la prestación y<br />

pluralidad <strong>de</strong> vínculos que existe en esta <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> obligaciones (solidarias).<br />

Tiene trascen<strong>de</strong>ncia el que en materia <strong>de</strong> solidaridad pasiva se siga la<br />

teoría <strong>de</strong>l mandato tácito porque si se <strong>de</strong>manda a un <strong>de</strong>udor y el acreedor<br />

pier<strong>de</strong> el juicio no podría <strong>de</strong>mandar a otro, pues habría i<strong>de</strong>ntidad legal <strong>de</strong><br />

personas (representante y representado). También tendría utilidad en el caso<br />

<strong>de</strong> la prórroga <strong>de</strong> la jurisdicción, pues ocurrida la prórroga respecto <strong>de</strong> un<br />

<strong>de</strong>udor, operaría respecto <strong>de</strong> todos, porque éste actuaría por sí y como<br />

mandatario <strong>de</strong> los otros aceptando la prórroga (T. 19, sec. 1ª, p. 171).<br />

No hay solidaridad activa legal<br />

Habría según algunos un sólo caso, que sería el artículo 290 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>de</strong> Comercio: “La comisión colectivamente conferida por muchos comitentes<br />

produce en ellos obligaciones solidarias a favor <strong>de</strong>l comisionista, <strong>de</strong>l mismo<br />

modo que la aceptación colectiva <strong>de</strong> varios comisionistas produce obligación<br />

solidaria a favor <strong>de</strong>l comitente”. No nos parece. Creemos que es un caso <strong>de</strong><br />

solidaridad pasiva. Nótese que los “comitentes, en la primera parte, y los<br />

“comisionista” en la segunda, son los <strong>de</strong>udores. Luego, se trata <strong>de</strong> casos <strong>de</strong><br />

solidaridad pasiva. No <strong>de</strong> solidaridad activa.<br />

En resumen, no hay casos <strong>de</strong> solidaridad activa legal, por lo que su<br />

fuente sólo podrá ser el testamento o el acuerdo <strong>de</strong> las partes.<br />

Solidaridad activa tiene graves inconvenientes y pocas ventajas<br />

50


Los inconvenientes: que el acreedor cobre y <strong>de</strong>spués caiga en<br />

insolvencia, con lo que sus coacreedores no tendrían forma <strong>de</strong> recuperar su<br />

parte.<br />

Las ventajas son muy pocas: facilitar el cobro <strong>de</strong> un crédito y facilitar al<br />

<strong>de</strong>udor el pago, pues pue<strong>de</strong> pagar a cualquiera. Opera en las cuentas corrientes<br />

bipersonales en que pue<strong>de</strong> girar cualquiera <strong>de</strong> los interesados. Pero, para esto<br />

no es necesario la solidaridad, bastaría con otorgarse po<strong>de</strong>res recíprocos.<br />

Efectos <strong>de</strong> la solidaridad activa<br />

Tanto en la solidaridad activa como en la pasiva, <strong>de</strong>ben distinguirse las<br />

relaciones externas y las internas.<br />

Relaciones externas: son las existentes entre los coacredores y el<br />

<strong>de</strong>udor. Las internas, son las que se producen entre los coacreedores entre sí.<br />

Relaciones externas<br />

a) Cada acreedor pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar el total <strong>de</strong> la obligación (art. 1511<br />

inc. 2);<br />

b) El <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> hacer el pago al acreedor que elija, a menos que ya<br />

estuviere <strong>de</strong>mandado, pues en tal caso sólo pue<strong>de</strong> pagar al <strong>de</strong>mandante (1513<br />

inc. 1º). Pagando <strong>de</strong> esta manera extingue la obligación respecto <strong>de</strong> todos los<br />

acreedores;<br />

c) Los otros modos <strong>de</strong> extinguir obligaciones que operen entre un<br />

acreedor y el <strong>de</strong>udor, extinguen la obligación respecto <strong>de</strong> todos a menos que<br />

ya el <strong>de</strong>udor estuviere <strong>de</strong>mandado por uno <strong>de</strong> ellos (art. 1513 inc. 2º). El<br />

artículo 2461 sienta el mismo principio tratándose <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong> transacción.<br />

d) La interrupción <strong>de</strong> la prescripción natural o civil que aprovecha a un<br />

acreedor solidario, beneficia a los otros. Así lo señala el artículo 2519 “La<br />

interrupción que obra en favor <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> varios coacreedores, no aprovecha a<br />

los otros, ni la que obra en perjuicio <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> varios co<strong>de</strong>udores, perjudica a<br />

los otros, a menos que haya solidaridad, y no se haya ésta renunciado en los<br />

términos <strong>de</strong>l artículo 1516”.<br />

51


Con respecto a la suspensión <strong>de</strong> la prescripción (recuér<strong>de</strong>se que es un<br />

beneficio que consiste en que no corra plazo <strong>de</strong> prescripción en contra <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminadas personas: artículos 2509 y 2520), regiría la regla general que no<br />

aproveche a los otros, por no haber dicho nada la ley. Pero en el fondo, da lo<br />

mismo, porque basta que uno <strong>de</strong> los acreedores pueda gozar <strong>de</strong>l beneficio,<br />

para que el asunto se resuelva, cobrando él el crédito. Así Vodanovic, David<br />

Stitchkin, Luis Claro Solar.<br />

e) La constitución en mora que hace un acreedor (<strong>de</strong>manda por<br />

ejemplo), constituye en mora al <strong>de</strong>udor respecto <strong>de</strong> todos los acreedores. No lo<br />

dice el código pero es obvio que así es por el efecto propio <strong>de</strong> la solidaridad;<br />

f) Las medidas precautorias en favor <strong>de</strong> un acreedor favorece a los<br />

otros. Igual que en el caso anterior, aunque la ley no lo dice en forma expresa.<br />

Relaciones internas<br />

Extinguida la obligación, surgen las relaciones internas entre los<br />

coacreedores. El acreedor que cobró el total <strong>de</strong>berá reembolsar a los <strong>de</strong>más su<br />

respectiva cuota, a menos que haya algunos no interesados, caso en que nada<br />

les correspon<strong>de</strong>. Cada uno <strong>de</strong> los otros acreedores no podrá re<strong>cl</strong>amar al que<br />

recibió el pago sino la porción que le correspon<strong>de</strong>, a prorrata <strong>de</strong> su cuota; pues<br />

la solidaridad sólo existe entre los acreedores solidarios y el <strong>de</strong>udor. Si obtuvo<br />

sólo una parte parcial <strong>de</strong>l crédito <strong>de</strong>berá reembolsar a cada uno la parte<br />

correspondiente.<br />

En el caso en que la obligación se haya <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado nula respecto a uno <strong>de</strong><br />

los acreedores solidarios, cualquiera <strong>de</strong> los otros acreedores podría <strong>de</strong>mandar<br />

el total <strong>de</strong>ducida la cuota correspondiente a esa parte <strong>de</strong> la obligación. Pero si<br />

antes <strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada la nulidad, uno <strong>de</strong> los acreedores hubiere exigido el total y<br />

el <strong>de</strong>udor lo hubiere pagado, no podría <strong>de</strong>spués pedir restitución “fundándose<br />

en que la ha pagado in<strong>de</strong>bidamente, porque el pago total que él ha hecho<br />

correspon<strong>de</strong> efectivamente a su <strong>de</strong>uda con respecto al acreedor a quien ha<br />

pagado, que se consi<strong>de</strong>ra en sus relaciones con él como dueño <strong>de</strong> todo el<br />

crédito sin <strong>de</strong>ducción alguna” (Claro Solar)<br />

Solidaridad pasiva<br />

52


Es aquella que recayendo sobre una cosa divisible, y en que hay varios<br />

<strong>de</strong>udores, el acreedor pueda <strong>de</strong>mandar la totalidad <strong>de</strong> su crédito a cualquiera<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores, extinguiéndose la obligación respecto <strong>de</strong> todos.<br />

Características<br />

1. Es una garantía para el acreedor en cuanto pue<strong>de</strong> dirigir su acción en<br />

contra <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que le parezca más solvente.<br />

Como garantía es mejor que la fianza porque no hay beneficio <strong>de</strong><br />

excusión ni <strong>de</strong> división, que sí operan en el caso <strong>de</strong>l fiador.<br />

La Corte Suprema ha dicho que “la solidaridad pasiva constituye una<br />

eficaz garantía personal porque ella permite al acreedor hacer efectivo el<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> prenda general sobre tantos patrimonios cuantos sean los <strong>de</strong>udores<br />

solidarios y en condiciones más ventajosas para el acreedor, ya que aquellos<br />

no pue<strong>de</strong>n oponer los beneficios <strong>de</strong> división y <strong>de</strong> excusión como en el caso <strong>de</strong>l<br />

fiador” (Fallos <strong>de</strong>l Mes Nº 419, sent. 5).<br />

Es corriente ver en la práctica que una persona se obliga como fiador y<br />

co<strong>de</strong>udor solidario. ¿Qué quiere <strong>de</strong>cir esto?. Esta fórmula es importante para<br />

quien se está obligando en esos términos, pues con ello se está <strong>de</strong>mostrando<br />

que se trata <strong>de</strong> un co<strong>de</strong>udor solidario sin interés en la obligación, lo que le va a<br />

beneficiar al momento <strong>de</strong> resolver las relaciones internas. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />

vista <strong>de</strong>l acreedor no tiene significación porque simplemente lo va a perseguir<br />

como <strong>de</strong>udor solidario. Un fallo reciente <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Santiago ha<br />

establecido que “la fianza y co<strong>de</strong>uda solidaria constituye una caución<br />

personal surgida en el régimen contractual patrimonial y que resulta <strong>de</strong> la<br />

combinación <strong>de</strong> las cauciones <strong>de</strong>nominadas “solidaridad pasiva” (artículos<br />

1511 y siguientes <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>) y “fianza” (artículos 2335 y siguientes <strong>de</strong>l<br />

mismo Código), estimando la doctrina y la mayor parte <strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia<br />

que las relaciones entre el fiador y co<strong>de</strong>udor solidario con el acreedor, <strong>de</strong>ben<br />

regirse por las reglas <strong>de</strong> la solidaridad, consi<strong>de</strong>rándose por tanto al primero<br />

como <strong>de</strong>udor directo” (C. Santiago, 25 septiembre <strong>de</strong> 1995, Gaceta Jurídica Nº<br />

182, sent. 3º, p. 76).<br />

No es lo mismo estar obligado como fiador y co<strong>de</strong>udor solidario, que<br />

como fiador solidario. Se habla <strong>de</strong> fiador solidario para referirse al caso en que<br />

habiendo varios fiadores éstos se han obligado solidariamente entre sí. Cada<br />

53


uno <strong>de</strong> ellos respon<strong>de</strong> por el total, pero como fiador, esto es, subsidiariamente,<br />

con beneficio <strong>de</strong> división y <strong>de</strong> excusión.<br />

2. Tiene mucha aplicación en <strong>de</strong>recho mercantil. Así el avalista,<br />

respon<strong>de</strong> en los mismos términos que el aceptante <strong>de</strong> una letra <strong>de</strong> cambio (art.<br />

47 ley 18.092); todos los que firman una letra <strong>de</strong> cambio, sea como libradores,<br />

aceptantes, endosantes, quedan solidariamente obligados a pagar al portador el<br />

valor <strong>de</strong> la letra más los reajustes e intereses, en su caso (art. 79 <strong>de</strong> la ley<br />

18.092).<br />

3. Presenta todos los caracteres que hemos visto para la solidaridad.<br />

Sus fuentes pue<strong>de</strong>n ser la convención, el testamento o la ley, (ej. <strong>de</strong> ley: art.<br />

2317).<br />

4. Ya hemos visto que, en general, se acepta que respecto <strong>de</strong> esta<br />

solidaridad se sigue la teoría francesa o <strong>de</strong>l mandato tácito recíproco<br />

(Stitchkin y Somarriva).<br />

Efectos <strong>de</strong> la solidaridad pasiva<br />

Tenemos que distinguir entre: a) relaciones externas (obligación a las<br />

<strong>de</strong>udas); y b) relaciones internas (contribución a las <strong>de</strong>udas).<br />

Relaciones externas<br />

Obligación a las <strong>de</strong>udas. Mira a las relaciones <strong>de</strong>l acreedor con los<br />

<strong>de</strong>udores.<br />

a) el acreedor pue<strong>de</strong> dirigirse en contra <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>udores<br />

conjuntamente, o en contra <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> ellos por el total <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda sin<br />

que éste le pueda oponer el beneficio <strong>de</strong> división (artículos 1511, 1514).<br />

Dos cosas importantes:<br />

- Si el juicio se sigue en contra <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor no se pue<strong>de</strong>n embargar<br />

bienes a otro. Así ha sido fallado: “La solidaridad por sí sola no pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>spojar ipso facto a los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>udores que no han sido <strong>de</strong>mandados <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> representar sus intereses por mandatario legal y <strong>de</strong> hacer valer las<br />

excepciones que resulten <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong> la obligación y también <strong>de</strong> las<br />

personas que pue<strong>de</strong>n tener contra el acreedor en conformidad a lo dispuesto<br />

54


por el artículo 1520 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>” (Corte Suprema, T. 18, sec. 1ª, p.<br />

482); y<br />

- El hecho <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar a un co<strong>de</strong>udor no significa que no se pueda<br />

<strong>de</strong>mandar a otro en juicio aparte, pues el art. 1514 dice que el acreedor pue<strong>de</strong><br />

dirigirse en contra <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>udores solidarios “conjuntamente”, no dice<br />

que tengan que serlo en un mismo expediente, o por una misma cuerda<br />

(Vodanovic) y, a<strong>de</strong>más, porque el 1515 señala que la <strong>de</strong>manda intentada en<br />

contra <strong>de</strong> uno no extingue la acción solidaria en contra <strong>de</strong> los otros. Así lo ha<br />

reconocido también la jurispru<strong>de</strong>ncia: “La ley autoriza al acreedor <strong>de</strong> una<br />

obligación solidaria no sólo para dirigirse contra todos los <strong>de</strong>udores solidarios<br />

en un mismo juicio o contra cualquiera <strong>de</strong> ellos a su arbitrio, sino también<br />

para <strong>de</strong>mandar simultáneamente a cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores por cuerda<br />

separada” (T. 28, sec. 1ª, p. 762).<br />

¿Significa lo anterior que el acreedor pueda <strong>de</strong>mandar, en juicios<br />

separados y paralelos, a los diversos <strong>de</strong>udores por la totalidad <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda?.<br />

Somarriva afirma que “la circunstancia <strong>de</strong> que el acreedor <strong>de</strong>man<strong>de</strong> a un<br />

<strong>de</strong>udor, estando el juicio pendiente, no es óbice para que pueda <strong>de</strong>mandar a<br />

los otros. Según él artículo 1515 aleja toda duda al respecto al manifestar que<br />

la <strong>de</strong>manda dirigida contra uno <strong>de</strong> los co-<strong>de</strong>udores no extingue la obligación<br />

solidaria sino en la parte en que hubiere sido satisfecha por el <strong>de</strong>mandado”.<br />

Este principio, agrega Somarriva fue reconocido por la Corte Suprema en<br />

sentencia <strong>de</strong> 19 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1931 (T. 28, sec. 1ª, p. 762).<br />

Un fallo español <strong>de</strong> 9 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1973, da una respuesta diferente:<br />

“a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que el acreedor pueda dirigir su acción contra cualquiera <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>udores solidarios o contra todos ellos simultáneamente, con arreglo a la<br />

normativa que rige civilmente la solidaridad <strong>de</strong> las obligaciones, en forma<br />

alguna pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como equivalente a po<strong>de</strong>r re<strong>cl</strong>amar en procesos<br />

distintos la totalidad <strong>de</strong>l crédito individualmente a cada uno <strong>de</strong> los mismos,<br />

pues tan sólo <strong>de</strong> no resultar cobrada la <strong>de</strong>uda, en el primero <strong>de</strong> los supuestos,<br />

podría dirigir la acción posteriormente contra los <strong>de</strong>más, cual prevé el artículo<br />

1144 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>...” (cit. por Jorge Caffarena Laporta: “La solidaridad<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores”, Edit. Revista <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Privado, Madrid. 1980, p. 9). Si<br />

bien la letra <strong>de</strong>l artículo 1144 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> español, es diferente a nuestro<br />

artículo 1515, y da pie para la interpretación que ha hecho el tribunal español,<br />

esta sentencia nos invita reflexionar sobre el punto, pues no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> resultar<br />

55


violento admitir la posibilidad <strong>de</strong> que un acreedor pueda <strong>de</strong>mandar en forma<br />

paralela la totalidad <strong>de</strong> la obligación a cada uno <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores.<br />

b) Si el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>mandado paga el total <strong>de</strong> la obligación o la extingue<br />

por cualquier modo, tal extinción opera respecto <strong>de</strong> todos los co<strong>de</strong>udores<br />

solidarios, sin perjuicio <strong>de</strong> su relaciones internas. Así lo dice el 1519 en la<br />

novación; así aparece <strong>de</strong>l 1668, en materia <strong>de</strong> confusión, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que autoriza al<br />

co<strong>de</strong>udor solidario para repetir por la parte o cuota que a los otros co<strong>de</strong>udores<br />

le correspondan en la <strong>de</strong>uda. En el caso <strong>de</strong> la compensación, el co<strong>de</strong>udor<br />

<strong>de</strong>mandado pue<strong>de</strong> oponer en compensación sus propios créditos (no los <strong>de</strong> los<br />

otros) (1520 inc. 1º a contrario sensu).<br />

c) Si el acreedor <strong>de</strong>manda a un <strong>de</strong>udor y no obtiene el pago total, podrá<br />

dirigirse en contra cualquiera <strong>de</strong> los otros, por el saldo. Así lo establece el<br />

artículo 1515: “La <strong>de</strong>manda intentada por el acreedor contra alguno <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>udores solidarios, no extingue la obligación solidaria <strong>de</strong> ninguno <strong>de</strong> ellos,<br />

sino en la parte en que hubiere sido satisfecha por el <strong>de</strong>mandado”.<br />

d) El título ejecutivo contra el <strong>de</strong>udor principal, lo es también en<br />

contra <strong>de</strong>l fiador y co<strong>de</strong>udor solidario. Así lo estima Somarriva. Afirma que la<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia y los autores franceses en su mayoría (Planiol y Ripert;<br />

Josserand, Baudry Lacantinerie) se in<strong>cl</strong>inan por la afirmativa. Se funda en la<br />

existencia <strong>de</strong>l mandato tácito y recíproco, lo que implica i<strong>de</strong>ntidad legal <strong>de</strong><br />

personas. Argumenta a<strong>de</strong>más que la cosa juzgada en una excepción real que,<br />

por la misma razón, pue<strong>de</strong>n oponer todos y cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores<br />

solidarios.<br />

Un fallo reciente <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Santiago acoge esta tesis afirmando que<br />

“resulta fuera <strong>de</strong> toda duda que respecto <strong>de</strong> ese fiador y co<strong>de</strong>udor solidario, el<br />

título en el cual se fundamenta la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong>ducida a fs. 13, tiene también la<br />

misma fuerza ejecutiva que el fallo apelado reconoce en relación con el<br />

<strong>de</strong>udor principal”. El mismo fallo agrega que “<strong>de</strong> diversas normas <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho<br />

común aparece <strong>de</strong> manifiesto que las obligaciones que contrae el fiador y<br />

co<strong>de</strong>udor solidario se hallan forzosamente subordinadas a la naturaleza y<br />

características <strong>de</strong> aquellas <strong>de</strong> que <strong>de</strong>be respon<strong>de</strong>r el <strong>de</strong>udor principal” (T. 93,<br />

sec. 2ª, p. 98).<br />

La con<strong>cl</strong>usión <strong>de</strong> la sentencia la encontramos discutible, si el problema<br />

se analiza <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> lo que es un título ejecutivo. Sabemos<br />

que el título ejecutivo <strong>de</strong>be bastarse a sí mismo, no aceptándose la<br />

56


“yuxtaposición <strong>de</strong> títulos”, esto es, que se junten dos instrumentos, para<br />

configurar un título ejecutivo (T. 76, sec. 2ª, p. 270; T. 30, sec. 1ª, p. 286). No<br />

vemos cómo entonces, si en el título ejecutivo -sentencia- se con<strong>de</strong>na a un<br />

co<strong>de</strong>udor solidario, con tal título pueda <strong>de</strong>mandarse ejecutivamente a otro. Por<br />

otra parte, el artículo 1512 es muy <strong>cl</strong>aro en cuanto a que si bien la cosa <strong>de</strong>bida<br />

por los distintos co<strong>de</strong>udores ha <strong>de</strong> ser una misma, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse <strong>de</strong> diversos<br />

modos, por lo que, siguiendo esa línea <strong>de</strong> pensamiento, <strong>de</strong>be con<strong>cl</strong>uirse que el<br />

hecho <strong>de</strong> que exista título ejecutivo en contra <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor no significa que<br />

también lo haya en contra <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Por estas razones, lo recomendable<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l acreedor, es que al pactarse la solidaridad, lo sea<br />

por todos los co<strong>de</strong>udores en un mismo instrumento.<br />

e) La sentencia dictada en contra <strong>de</strong> un co<strong>de</strong>udor produce cosa juzgada<br />

respecto <strong>de</strong> los otros. Razones: 1) hay i<strong>de</strong>ntidad legal <strong>de</strong> personas, ya que, si<br />

se sigue la teoría <strong>de</strong>l mandato tácito al <strong>de</strong>mandarse a uno se <strong>de</strong>manda a todos;<br />

2) la cosa juzgada en una excepción real, que mira a la naturaleza <strong>de</strong> la<br />

obligación y tal obligación compete a todos los co<strong>de</strong>udores.<br />

f) La interrupción <strong>de</strong> la prescripción que se opera en contra <strong>de</strong> uno <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>udores solidarios perjudica a los otros. Dice al efecto el artículo 2519:<br />

“La interrupción que obra en favor <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> varios coacreedores, no<br />

aprovecha a los otros, ni la que obra en perjuicio <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> varios co<strong>de</strong>udores,<br />

perjudica a los otros, a menos que haya solidaridad, y no se haya ésta<br />

renunciado en los términos <strong>de</strong>l artículo 1516”.<br />

Sin embargo, en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la pluralidad <strong>de</strong> vínculos, pue<strong>de</strong><br />

la prescripción empezar a correr en momentos distintos, y la prescripción se<br />

contará, respecto <strong>de</strong> cada <strong>de</strong>udor, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que su obligación se haga exigible.<br />

No hay en la solidaridad pasiva, problema <strong>de</strong> suspensión <strong>de</strong> la<br />

prescripción, porque éste es un beneficio en favor <strong>de</strong>l acreedor que aquí es uno<br />

solo;<br />

g) Producida la mora respecto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor, quedan también<br />

constituidos en mora los otros. No lo dice expresamente el código, pero la<br />

doctrina lo <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la naturaleza propia <strong>de</strong> la obligación solidaria. En<br />

ese sentido Somarriva, Vodanovic.<br />

h) La pérdida <strong>de</strong> la especie cierto <strong>de</strong>bida por culpa <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los<br />

co<strong>de</strong>udores genera responsabilidad para todos, respecto <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong>l precio,<br />

57


pero no respecto <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios que sólo <strong>de</strong>be pagar el<br />

culpable (art. 1521). ¿Y si son dos o más los culpables?. En ese caso, como la<br />

ley, nada dice, señala Somarriva cada <strong>de</strong>udor respon<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> los perjuicios sólo<br />

por su cuota (a menos que haya habido dolo o culpa grave, pues entonces, en<br />

conformidad al inciso 2º <strong>de</strong>l artículo 2317, habría responsabilidad solidaria).<br />

Stitchkin tiene una opinión contraria que funda, entre otras, en las siguientes<br />

razones:<br />

- Que frente a diferentes interpretaciones posibles se <strong>de</strong>be buscar la más útil y<br />

en este caso, siendo culpables todos los <strong>de</strong>udores, o estando en mora todos<br />

ellos, es más útil que la acción sea también solidaria; y<br />

- Por lo dispuesto en el artículo 1526 Nº 3: “Aquel <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores por<br />

cuyo hecho o culpa se ha hecho imposible el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación,<br />

es ex<strong>cl</strong>usiva y solidariamente responsable <strong>de</strong> todo perjuicio al acreedor”.<br />

Si hay <strong>cl</strong>áusula penal -ha dicho la doctrina- no se aplica la regla <strong>de</strong>l 1521 <strong>de</strong><br />

que respecto <strong>de</strong> los perjuicios no hay solidaridad. Des<strong>de</strong> Pothier se ha<br />

estimado que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandarse el total <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal a cualquiera.<br />

Dicho <strong>de</strong> otro modo, agrega Somarriva, la solidaridad estipulada en el contrato<br />

alcanza y se hace extensiva a la pena. Esto nos parece bien, por el principio <strong>de</strong><br />

lo accesorio. Pero si se piensa que la <strong>cl</strong>áusula penal es una avaluación <strong>de</strong><br />

perjuicios anticipada, y que el artículo 1521 dice que respecto <strong>de</strong> los perjuicios<br />

no hay solidaridad, la situación no la vemos tan <strong>cl</strong>ara.<br />

i) La prorroga <strong>de</strong> la jurisdicción respecto <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor, afecta a todos.<br />

Así lo ha dicho la jurispru<strong>de</strong>ncia, fundada en la existencia <strong>de</strong> un mandato<br />

tácito y recíproco (T. 19, sec. 1ª, p. 171); y<br />

j) Si el acreedor ce<strong>de</strong> su crédito a un tercero, no es necesario que<br />

notifique la cesión a todos o que todas tengan que aceptarla (art. 1902). Basta<br />

que se notifique a cualquiera <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores. También es aplicación <strong>de</strong> la<br />

doctrina <strong>de</strong>l mandato tácito y recíproco.<br />

Excepciones que pue<strong>de</strong> oponer el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>mandado<br />

En conformidad al artículo 1514, <strong>de</strong>mandado un <strong>de</strong>udor no tiene<br />

beneficio <strong>de</strong> división. Así por lo <strong>de</strong>más se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l artículo 1511 inciso<br />

2º.<br />

58


La regla general es que el <strong>de</strong>udor solidario pueda oponer a la <strong>de</strong>manda<br />

todas las excepciones que resulten <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong> la obligación y a<strong>de</strong>más<br />

las personales suyas. Así lo prescribe el artículo 1520 inciso 1º.<br />

Las excepciones que miran a la naturaleza <strong>de</strong> la obligación se<br />

<strong>de</strong>nominan excepciones reales (rei coherentes). Generalmente están referidas<br />

a los vicios <strong>de</strong> que adolece la fuente <strong>de</strong> la obligación solidaria y que generan<br />

nulidad absoluta. Ejs. falta <strong>de</strong> consentimiento, falta <strong>de</strong> objeto, falta <strong>de</strong> causa,<br />

objeto ilícito, causa ilícita, cosa juzgada, etc.<br />

Excepciones personales (personae coherentes) son aquellas que sólo las<br />

pue<strong>de</strong> oponer el <strong>de</strong>udor o <strong>de</strong>udores respecto <strong>de</strong> los cuales se reúnen las causas<br />

o circunstancias en que se funda: ej. nulidad relativa, incapacidad relativa;<br />

existencia a su respecto <strong>de</strong> plazo pendiente o <strong>de</strong> condición suspensiva<br />

pendiente, etc.<br />

Se habla también <strong>de</strong> excepciones mixtas por tener características tanto<br />

<strong>de</strong> las reales como <strong>de</strong> las personales. Así ocurre con la excepción <strong>de</strong><br />

compensación, en razón <strong>de</strong> que en conformidad a los artículos 1520 y 1657<br />

inc. final, el <strong>de</strong>udor sólo pue<strong>de</strong> oponer en compensación su propio crédito,<br />

pero opuesta por el co<strong>de</strong>udor interesado, extingue la <strong>de</strong>uda respecto <strong>de</strong> todos.<br />

También es excepción mixta la remisión parcial <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, pues si el<br />

acreedor remite la <strong>de</strong>uda a uno <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores, los otros <strong>de</strong>udores pue<strong>de</strong>n<br />

plantear como excepción que se rebaje <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, la cuota remitida (artículo<br />

1518).<br />

Se ha fallado que si se dirige una <strong>de</strong>manda en contra <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor directo<br />

y <strong>de</strong>l fiador y co<strong>de</strong>udor solidario pero éste último no es notificado, la<br />

sentencia no le empece por no haber sido parte ni intervenido en forma alguna<br />

en dicha causa ejecutiva. Con<strong>cl</strong>uir lo contrario, sostiene el fallo, “sería injusto<br />

y significaría <strong>de</strong>sconocer al <strong>de</strong>udor solidario su <strong>de</strong>recho a oponer a la <strong>de</strong>manda<br />

todas las excepciones que resulten <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong> la obligación y a<strong>de</strong>más<br />

las personales suyas, como lo dispone el artículo 1520 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>”<br />

(Gaceta Jurídica Nº 133, consi<strong>de</strong>rando 7º).<br />

¿Entablado un juicio en contra <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores solidarios,<br />

podría otro intervenir en este juicio?<br />

La afirmativa parece evi<strong>de</strong>nte para Ramos, pues si hemos aceptado que<br />

la sentencia que se dicte en ese juicio va producir cosa juzgada respecto <strong>de</strong><br />

59


todos, no pue<strong>de</strong> merecer duda que cada uno <strong>de</strong> ellos tiene un legítimo interés<br />

en el resultado <strong>de</strong>l juicio, cumpliéndose <strong>de</strong> ese modo con la exigencia <strong>de</strong>l<br />

artículo 23 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, para intervenir como tercero<br />

coadyuvante.<br />

Relaciones internas<br />

Contribución a las <strong>de</strong>udas. Extinguida la obligación respecto <strong>de</strong>l<br />

acreedor, <strong>de</strong>be resolverse lo que ocurre entre los co<strong>de</strong>udores.<br />

Las relaciones internas (contribución a las <strong>de</strong>udas) sólo se van a generar<br />

si el <strong>de</strong>udor extinguió la obligación por pago o por un modo equivalente al<br />

pago, esto es, que implique un sacrificio económico (artículo 1522). Luego si<br />

<strong>de</strong>uda se extinguió por prescripción, por ejemplo, o por condonación <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>uda, no hay problema <strong>de</strong> relaciones internas.<br />

Para el estudio <strong>de</strong> las relaciones internas, <strong>de</strong>be distinguirse:<br />

1. Si todos los co<strong>de</strong>udores tienen interés en la obligación; o<br />

2. Si sólo alguno <strong>de</strong> ellos tiene interés en la obligación.<br />

En este segundo caso, <strong>de</strong>be subdistinguirse:<br />

2.1 si paga quien tiene interés, o<br />

2.2 si paga quien no tiene interés.<br />

1. Si todos los <strong>de</strong>udores tienen interés en la obligación, el <strong>de</strong>udor que<br />

paga se subroga en el crédito, con todos sus privilegios y segurida<strong>de</strong>s, y pue<strong>de</strong><br />

dirigirse en contra los <strong>de</strong>más co<strong>de</strong>udores, pero sólo por su cuota. No se<br />

subroga entonces en la solidaridad. Así lo dice el art. 1522 inc. 1º.<br />

De manera que el <strong>de</strong>udor que paga podrá dirigirse en contra <strong>de</strong> cada uno<br />

por su cuota, (in<strong>cl</strong>uida la parte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor insolvente, en conformidad al<br />

artículo 1522 inciso final).<br />

El <strong>de</strong>udor que paga tiene a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la acción subrogatoria, una acción<br />

personal <strong>de</strong> reembolso, que emana <strong>de</strong>l mandato tácito y recíproco (si<br />

aceptamos esa teoría), que le permitirá dirigirse en contra <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más<br />

co<strong>de</strong>udores para que le reembolsen lo que pagó en representación <strong>de</strong> ellos. Y<br />

se afirma que esta acción <strong>de</strong> reembolso le pue<strong>de</strong> convenir más porque le<br />

permite cobrar intereses corrientes, en conformidad al artículo 2158 Nº 4: “el<br />

60


mandante es obligado: 4º a pagarle las anticipaciones <strong>de</strong> dinero con los<br />

intereses corrientes”.<br />

2. Si sólo alguno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores tienen interés en la obligación, los<br />

efectos serán distintos, según si pagó un interesado o un no interesado.<br />

2.1 Si pagó un co<strong>de</strong>udor interesado, se subroga en la acción <strong>de</strong>l<br />

acreedor a quien pagó y pue<strong>de</strong> dirigirse en contra <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más<br />

co<strong>de</strong>udores interesados por su correspondiente cuota. No pue<strong>de</strong> dirigirse en<br />

contra <strong>de</strong> los no interesados porque sólo tienen la calidad <strong>de</strong> fiadores (1522<br />

inc. 2º).<br />

2.2 Si pagó un co<strong>de</strong>udor no interesado (la prueba <strong>de</strong> que no es<br />

interesado le correspon<strong>de</strong> a él) el artículo 1522, lo consi<strong>de</strong>ra como fiador y,<br />

consecuencia <strong>de</strong> ello, es que se subroga en la acción <strong>de</strong>l acreedor, in<strong>cl</strong>uso en<br />

la solidaridad, en conformidad a lo dispuesto en el artículo 2372, pudiendo<br />

<strong>de</strong>mandar intereses y gastos (art. 2370). Dice el art. 2372 “si hubiere muchos<br />

<strong>de</strong>udores principales y solidarios, el que los ha afianzado a todos podrá<br />

<strong>de</strong>mandar a cada uno <strong>de</strong> ellos el total <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, en los términos <strong>de</strong>l artículo<br />

2370....”.<br />

Extinción <strong>de</strong> la solidaridad pasiva<br />

Pue<strong>de</strong> extinguirse:<br />

a) Conjuntamente con la obligación solidaria; o<br />

b) Extinguirse sólo la solidaridad.<br />

Esto último ocurre, en los casos <strong>de</strong> muerte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor solidario y <strong>de</strong><br />

renuncia <strong>de</strong> la solidaridad.<br />

Muerte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor solidario<br />

Cuando muere el <strong>de</strong>udor solidario los here<strong>de</strong>ros suce<strong>de</strong>n en la<br />

obligación, pero no en la solidaridad (todos los here<strong>de</strong>ros están obligados al<br />

pago total <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda; pero cada here<strong>de</strong>ro será solamente responsable <strong>de</strong><br />

aquella cuota <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda que corresponda a su porción hereditaria) (art.<br />

1523). De manera que si fallece X y <strong>de</strong>ja tres hijos (a, b y c), y X con 9<br />

personas más estaba obligado solidariamente a una <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> $9.000.000.-, el<br />

61


acreedor <strong>de</strong> X, pue<strong>de</strong> dirigirse en conjunto contra <strong>de</strong> a) b) y c) por el total <strong>de</strong><br />

la <strong>de</strong>uda; o en contra <strong>de</strong> a) (<strong>de</strong> b o <strong>de</strong> c), por un tercio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda total.<br />

Sin embargo, la muerte <strong>de</strong>l causante no extingue la solidaridad, cuando<br />

se ha convenido lo contrario. Las instituciones <strong>de</strong> crédito suelen establecer en<br />

los contratos una <strong>cl</strong>áusula según la cual en el caso <strong>de</strong> que un co<strong>de</strong>udor<br />

fallezca, sus here<strong>de</strong>ros respon<strong>de</strong>rán solidariamente. Ello está permitido, según<br />

se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> dos disposiciones:<br />

a) Del artículo 1526 Nº 4, inc. 2º; y<br />

b) Del artículo 549 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> (a propósito <strong>de</strong> la responsabilidad<br />

<strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong> una Corporación, que pue<strong>de</strong>n obligarse solidariamente<br />

con ella, pero la solidaridad no pasa a los here<strong>de</strong>ros a menos que los<br />

miembros <strong>de</strong> la Corporación los hayan obligado expresamente).<br />

Esta <strong>cl</strong>áusula tiene mucha eficacia y es muy usada por los Bancos.<br />

Renuncia <strong>de</strong> la solidaridad<br />

El acreedor pue<strong>de</strong> renunciar a la solidaridad, pues está establecida en su<br />

sólo beneficio (artículo 12 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>).<br />

La renuncia <strong>de</strong> la solidaridad consiste en el acto en cuya virtud el<br />

acreedor prescin<strong>de</strong> <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho a cobrar el total <strong>de</strong> la obligación sea respecto<br />

<strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>udores (renuncia absoluta), sea respecto <strong>de</strong> alguno o algunos<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores (renuncia relativa).<br />

Pue<strong>de</strong> la renuncia revestir dos formas: 1. expresa o 2. tácita.<br />

El art. 1516, señala que “el acreedor pue<strong>de</strong> renunciar expresa y<br />

tácitamente a la solidaridad respecto <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores solidarios o<br />

respecto <strong>de</strong> todos” (inc. 1º).<br />

Se renuncia en forma expresa cuando se hace en términos formales y<br />

explícitos. No requiere <strong>de</strong> mayor explicación, pues no presenta problemas.<br />

Se renuncia tácitamente en favor <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos, cuando le ha exigido o<br />

reconocido el pago <strong>de</strong> su parte o cuota <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, expresándolo así en la<br />

62


<strong>de</strong>manda o en la carta <strong>de</strong> pago (recibo <strong>de</strong> pago), sin reserva especial <strong>de</strong> la<br />

solidaridad, o sin la reserva especial <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos (art. 1516 inc. 2º).<br />

La jurispru<strong>de</strong>ncia ha dicho que “la acción judicial dirigida<br />

conjuntamente contra todos los <strong>de</strong>udores no hace presumir por sí sola la<br />

renuncia <strong>de</strong> la solidaridad. Del art. 1514 se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que la <strong>de</strong>manda contra<br />

todos los <strong>de</strong>udores conjuntamente o contra uno <strong>de</strong> ellos por separado no<br />

importa por sí sola la división <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, o sea, la caducidad <strong>de</strong> la acción<br />

solidaria“ (T. 19, sec. 1ª, p. 171). También se ha fallado que “no hay renuncia<br />

tácita cuando sólo consta que el ejecutante ha aceptado los abonos que uno y<br />

otro <strong>de</strong>udor han hecho a la <strong>de</strong>uda, pero no que haya recibido a cada uno su<br />

parte o cuota en la <strong>de</strong>uda” (T. 37, sec. 1ª, p. 18).<br />

Efectos <strong>de</strong> la renuncia<br />

1. Si la renuncia es parcial, el <strong>de</strong>udor liberado <strong>de</strong> la solidaridad sólo<br />

está obligado a pagar su cuota o parte en la <strong>de</strong>uda, continuando los <strong>de</strong>más<br />

obligados solidariamente al pago en la parte <strong>de</strong>l crédito que no haya sido<br />

cubierta por el <strong>de</strong>udor a cuyo beneficio se renunció la solidaridad (art. 1516<br />

inc. 3º).<br />

Luego si el <strong>de</strong>udor liberado nada paga, los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>udores cargan por<br />

entero con la <strong>de</strong>uda, sin perjuicio <strong>de</strong> sus relaciones internas.<br />

2. Si la renuncia es total: “Se renuncia la solidaridad respecto <strong>de</strong> todos<br />

los <strong>de</strong>udores solidarios, cuando el acreedor consiente en la división <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>uda” (1516 inc. final). El efecto <strong>de</strong> esta renuncia total, entonces, es convertir<br />

a la obligación en simplemente conjunta o mancomunada.<br />

Importante: se pue<strong>de</strong> renunciar a la solidaridad cualquiera que sea su<br />

fuente, porque la ley no hace distinción alguna. De manera que la solidaridad<br />

legal es renunciable.<br />

Renuncia <strong>de</strong> una pensión periódica<br />

Esta materia la trata el 1517 señalando que esta renuncia, expresa o<br />

tácita, se limita a los pagos <strong>de</strong>vengados. Para que se extienda a las pensiones<br />

futuras, tiene que expresarlo el acreedor (lo que es lógico porque las renuncias<br />

no se presumen, son <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho estricto) (“nemo iactare suas res<br />

63


praesumintur”: “no se presume que nadie perjudique sus cosas, sus<br />

intereses”). Luego, no hay renuncia futura tácita.<br />

Concepto<br />

OBLIGACIONES DIVISIBLES E INDIVISIBLES<br />

La obligación es indivisible, si el objeto <strong>de</strong> la prestación (cosa o hecho)<br />

<strong>de</strong>be cumplirse por el todo y no por partes, sea por la naturaleza misma <strong>de</strong>l<br />

objeto sea por el modo que han tenido las partes para consi<strong>de</strong>rarlo<br />

(Vodanovic). De acuerdo a este concepto, la obligación <strong>de</strong> conce<strong>de</strong>r una<br />

servidumbre <strong>de</strong> tránsito es indivisible porque o se permite el paso o no se<br />

permite (no se pue<strong>de</strong> permitir en cuotas). En cambio, la obligación <strong>de</strong> pagar<br />

una suma <strong>de</strong> dinero es divisible, porque el dinero lo es.<br />

La indivisibilidad <strong>de</strong> una obligación pue<strong>de</strong> darse en obligaciones<br />

con sujetos únicos o plurales porque no mira a los sujetos sino al objeto <strong>de</strong><br />

la prestación<br />

El artículo 1524 señala: “La obligación es divisible o indivisible según<br />

tenga o no por objeto una cosa susceptible <strong>de</strong> división, sea física, sea<br />

intelectual o <strong>de</strong> cuota” (inc. 1º).<br />

Lo que ocurre, sin embargo, es que en las obligaciones en que hay<br />

sujetos únicos (un <strong>de</strong>udor y un acreedor), no tiene importancia la<br />

indivisibilidad porque el <strong>de</strong>udor tiene que pagar la totalidad al acreedor (el<br />

pago <strong>de</strong>be ser íntegro, según el art. 1591 inc. 1º). La indivisibilidad sólo cobra<br />

importancia en las obligaciones con pluralidad <strong>de</strong> partes, pues, en ellas, <strong>de</strong><br />

aplicarse la regla general, cada acreedor tiene <strong>de</strong>recho a exigir su cuota; y<br />

cada <strong>de</strong>udor cumple pagando la suya. Pero esta regla se revierte cuando el<br />

objeto es indivisible.<br />

Porque la indivisibilidad tiene importancia en las obligaciones con<br />

pluralidad <strong>de</strong> sujetos, algunos autores las <strong>de</strong>finen como “aquella en que, por su<br />

objeto, no es susceptible <strong>de</strong> división entre sus diversos sujetos activos o<br />

pasivos” (Marty y Raynau, cit. por Vodanovic).<br />

64


La indivisibilidad, problema complejo<br />

Esta es una materia extremadamente compleja, como lo <strong>de</strong>muestra la<br />

forma en que Dumolin -llamado “el príncipe <strong>de</strong> los jurisconsultos”- titulara el<br />

libro que escribiera en el siglo XVI (año 1562): “Desenredo <strong>de</strong>l laberinto <strong>de</strong> lo<br />

divisible e indivisible”. Este autor, usa, para guiar al lector, diez llaves y tres<br />

hilos para evitar el naufragio “en el piélago más profundo y peligroso <strong>de</strong>l<br />

turbulento océano <strong>de</strong>l <strong>Derecho</strong>”.<br />

Con posterioridad, Pothier resumió y simplificó algo las cosas, pasando<br />

en esos términos al Código francés y <strong>de</strong> allí al chileno.<br />

La indivisibilidad en el Código <strong>Civil</strong><br />

El artículo 1524 hace la distinción entre obligaciones divisibles e<br />

indivisibles: “La obligación es divisible o indivisible según tenga o no por<br />

objeto una cosa susceptible <strong>de</strong> división, sea física, sea intelectual o <strong>de</strong> cuota”<br />

“Así la obligación <strong>de</strong> conce<strong>de</strong>r una servidumbre <strong>de</strong> tránsito o la <strong>de</strong> hacer<br />

construir una casa son indivisibles, la <strong>de</strong> pagar una suma <strong>de</strong> dinero, divisible”.<br />

Indivisibilidad física e indivisibilidad intelectual o <strong>de</strong> cuota<br />

1. Divisibilidad física o material<br />

Una cosa es físicamente divisible cuando, sin <strong>de</strong>struirse, pue<strong>de</strong><br />

fraccionarse en parte homogéneas entre sí y con respecto al todo primitivo, no<br />

sufriendo menoscabo consi<strong>de</strong>rable el valor <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> aquella en relación<br />

con el valor <strong>de</strong> éste. Una animal vivo, es una cosa indivisible, pues al dividirlo<br />

se le mata. Un brillante es también indivisible, en cuanto el valor <strong>de</strong> cada parte<br />

es muy inferior al valor <strong>de</strong>l todo.<br />

2. Divisibilidad intelectual o <strong>de</strong> cuota<br />

Una cosa es intelectualmente divisible cuando pue<strong>de</strong> fraccionarse en<br />

partes i<strong>de</strong>ales, abstractas, imaginarias, aunque no lo pueda ser materialmente.<br />

Todas las cosas y <strong>de</strong>rechos admiten este tipo <strong>de</strong> división, salvo que la ley lo<br />

impida, como ocurre con los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> servidumbre o con la propiedad<br />

fiduciaria (art. 1317).<br />

65


De acuerdo al artículo 1524, es indivisible la obligación cuyo objeto no<br />

pue<strong>de</strong> dividirse ni física ni intelectualmente. Si admite división <strong>de</strong> cuota, ya no<br />

es indivisible sino que divisible.<br />

Fuente <strong>de</strong> la indivisibilidad<br />

La indivisibilidad pue<strong>de</strong> provenir <strong>de</strong> que la cosa <strong>de</strong>bida, por su propia<br />

naturaleza, no pueda dividirse (indivisibilidad natural), o <strong>de</strong> que las partes<br />

acordaron que no se podía cumplir por partes (indivisibilidad convencional o<br />

<strong>de</strong> pago).<br />

Indivisibilidad natural<br />

La indivisibilidad natural -que constituye la verda<strong>de</strong>ra indivisibilidad-<br />

pue<strong>de</strong> ser: a) absoluta o necesaria; o b) relativa.<br />

a) Indivisibilidad absoluta o necesaria<br />

Existe cuando el objeto <strong>de</strong> la obligación, la prestación, por su propia<br />

naturaleza, no se pueda cumplir por partes: ej. servidumbre <strong>de</strong> tránsito. Se<br />

permite o no se permite el paso, pero es inimaginable, <strong>de</strong>cir que se conce<strong>de</strong> el<br />

<strong>de</strong>recho a transitar en un cuarto o un tercio <strong>de</strong>l total. Otros ejemplos:<br />

obligación <strong>de</strong> no instalar un negocio <strong>de</strong>terminado; obligación <strong>de</strong> entregar un<br />

caballo, etc.<br />

b) Indivisibilidad relativa<br />

Se habla <strong>de</strong> indivisibilidad relativa cuando ésta proviene <strong>de</strong>l fin que las<br />

partes se propusieron al momento <strong>de</strong> contratar la obligación. Así, cuando<br />

varias personas se obligaron a construir una casa, si bien cada uno <strong>de</strong> ellos<br />

podría cumplir una parte, <strong>de</strong> hacerse así, se <strong>de</strong>svirtuaría el fin que ha<br />

perseguido el acreedor al contratar, que consiste en que se le entregue<br />

totalmente la construcción estipulada (Stitchkin).<br />

Indivisibilidad convencional o <strong>de</strong> pago<br />

En este caso, la indivisibilidad no proviene <strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong> la prestación,<br />

sino <strong>de</strong>l acuerdo expreso <strong>de</strong> los contratantes en or<strong>de</strong>n a que no se pueda<br />

cumplir por partes. Dicho <strong>de</strong> otra manera, el objeto <strong>de</strong> la prestación es<br />

divisible, física o intelectualmente, pero se conviene en que la obligación no<br />

66


pueda ser cumplida por partes, <strong>de</strong>biendo ejecutarse igual que si la obligación<br />

recayere sobre una cosa indivisible.<br />

Tiene gran interés práctico, pues ofrece ventajas sobre la solidaridad.<br />

Ello porque en la solidaridad, si fallece uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores, la <strong>de</strong>uda se<br />

divi<strong>de</strong> entre sus here<strong>de</strong>ros, quedando cada uno <strong>de</strong> éstos obligado al total <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>uda, pero sólo en proporción a su interés en la herencia (el que hereda un<br />

cuarto, respon<strong>de</strong> hasta <strong>de</strong> la cuarta parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda total). En cambio, si se<br />

conviene que la <strong>de</strong>uda no pueda cumplirse por partes ni aun por los here<strong>de</strong>ros<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, estamos transformando la <strong>de</strong>uda en indivisible, y se aplica el<br />

artículo 1526 Nº 4, inciso 2º.<br />

La divisibilidad en las obligaciones <strong>de</strong> dar, entregar, hacer y no<br />

hacer<br />

La obligación <strong>de</strong> dar, es <strong>de</strong>cir aquellas que tienen por objeto transferir el<br />

dominio o constituir un <strong>de</strong>recho real, son por lo general divisibles. Así los<br />

comuneros <strong>de</strong> una cosa pue<strong>de</strong>n, por ejemplo, ven<strong>de</strong>r su cuota o hipotecar su<br />

cuota (artículo 2417). Por excepción, algunos <strong>de</strong>rechos son indivisibles por<br />

expresa disposición legal (ej. servidumbres, arts. 826 y 827).<br />

La obligación <strong>de</strong> entregar será divisible, si la cosa que se <strong>de</strong>be entregar<br />

admite división física (ej. entregar 40 sacos <strong>de</strong> trigo); y será indivisible si se<br />

<strong>de</strong>be entregar una especie o cuerpo cierto.<br />

La obligación <strong>de</strong> hacer es divisible o indivisible, según pueda o no<br />

cumplirse por partes el hecho <strong>de</strong>bido. La obligación <strong>de</strong> construir una casa, es<br />

indivisible. En cambio será divisible, la obligación <strong>de</strong> podar 100 matas <strong>de</strong><br />

rosas o <strong>de</strong> arar 10 hectáreas.<br />

La Corte Suprema ha estimado como indivisible la obligación <strong>de</strong> varios<br />

abogados a los que se encomendó una <strong>de</strong>fensa, sin especificarse la parte que<br />

cada uno <strong>de</strong>bía hacer, fijándose una remuneración total. Un Ministro, don<br />

Gregorio Schepeler, tuvo un voto disi<strong>de</strong>nte, sosteniendo que en éstas -las<br />

relaciones <strong>de</strong> un <strong>cl</strong>iente con sus abogados- regían las reglas <strong>de</strong>l mandato, y<br />

por ello, los mandatarios al no tener prohibición, podían dividirse entre sí el<br />

encargo (T. 50, sec. 1ª, p. 231).<br />

La obligación <strong>de</strong> no hacer, pue<strong>de</strong> ser divisible o indivisible según lo sea<br />

la cosa que no <strong>de</strong>be hacerse. No es divisible, por ejemplo, la obligación<br />

67


contraída por tres personas que ven<strong>de</strong>n un negocio obligándose a no abrir otro<br />

similar en la vecindad; es divisible, en cambio, la obligación contraída por<br />

varios arrendatarios <strong>de</strong> no cortar los arboles existentes en el predio arrendado.<br />

Esta última obligación es divisible por cuanto cualquiera <strong>de</strong> ellos pue<strong>de</strong><br />

contravenir parcialmente la obligación o cumplirla por su parte absteniéndose<br />

<strong>de</strong> ejecutar el hecho convenido.<br />

En doctrina, hay quienes piensan que la teoría <strong>de</strong> la indivisibilidad no<br />

tiene cabida en estas obligaciones o la tiene en forma muy limitada, pues en<br />

caso <strong>de</strong> contravención, el acreedor sólo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios (Jorge Giorgi). Sin embargo, la generalidad <strong>de</strong> los autores afirman<br />

que las obligaciones <strong>de</strong> no hacer pue<strong>de</strong>n ser divisibles o no, según la<br />

naturaleza <strong>de</strong> la abstención. Así Pothier. Así, también la doctrina nacional (v.<br />

gr. Stitchkin).<br />

El Código <strong>Civil</strong> español se pronuncia expresamente por la afirmativa al<br />

establecer que: “en las obligaciones <strong>de</strong> no hacer, la divisibilidad o<br />

indivisibilidad se <strong>de</strong>cidirá por el carácter <strong>de</strong> la prestación en cada caso<br />

particular” (art. 1151, inciso final)<br />

Efectos <strong>de</strong> la indivisibilidad<br />

Ya hemos señalado que el problema <strong>de</strong> la indivisibilidad cobra interés<br />

cuando los sujetos son varios. Fundado en ello, un autor señala que “la<br />

indivisibilidad es la modalidad <strong>de</strong> una obligación que existe a cargo <strong>de</strong> varios<br />

<strong>de</strong>udores o en provecho <strong>de</strong> varios acreedores, que hace que cada uno <strong>de</strong> ellos<br />

pueda ser constreñido a pagar el todo, o pueda exigir el pago <strong>de</strong>l todo, porque<br />

el objeto <strong>de</strong>bido no es susceptible <strong>de</strong> prestación fraccionada, sea por su<br />

naturaleza, sea por la voluntad <strong>de</strong> las partes” (Vodanovic).<br />

Los efectos <strong>de</strong> la indivisibilidad <strong>de</strong>bemos estudiarlos en relación con la<br />

indivisibilidad activa y pasiva.<br />

Efectos <strong>de</strong> la indivisibilidad activa<br />

1. Cada acreedor pue<strong>de</strong> exigir el total<br />

Dice el artículo 1527: “Cada uno <strong>de</strong> los que han contraído unidamente<br />

una obligación indivisible, es obligado a satisfacerla en el todo, aunque no se<br />

haya estipulado solidaridad, y cada uno <strong>de</strong> los acreedores <strong>de</strong> una obligación<br />

68


indivisible tiene igualmente <strong>de</strong>recho a exigir el total”. Y pue<strong>de</strong> exigirlo, no<br />

porque sea dueño <strong>de</strong> todo el crédito (como pasa en la solidaridad activa) sino<br />

por la naturaleza <strong>de</strong> la prestación que se le <strong>de</strong>be.<br />

Por la misma razón, la indivisibilidad se trasmite, a cada uno <strong>de</strong> los<br />

here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l acreedor. Así lo dice el artículo 1528 en su parte final: “y cada<br />

uno <strong>de</strong> los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l acreedor pue<strong>de</strong> exigir su ejecución total”.<br />

2. El pago efectuado por el <strong>de</strong>udor a cualquier acreedor extingue la<br />

obligación respecto <strong>de</strong> todos.<br />

3. Ninguno <strong>de</strong> los coacreedores pue<strong>de</strong>, sin el consentimiento <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>más, “remitir la <strong>de</strong>uda o recibir el precio <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida, y si lo hiciere<br />

“sus coacreedores podrán todavía <strong>de</strong>mandar la cosa misma abonando al<br />

<strong>de</strong>udor la parte o cuota <strong>de</strong>l acreedor que haya remitido la <strong>de</strong>uda o recibido el<br />

precio <strong>de</strong> la cosa “ (art. 1532);<br />

4. La interrupción <strong>de</strong> la prescripción operada por uno <strong>de</strong> los acreedores<br />

aprovecha a los <strong>de</strong>más. No está dicho en forma general en el Código sino en<br />

el caso <strong>de</strong> las servidumbres, art. 886, pero el principio contenido allí pue<strong>de</strong><br />

extrapolarse. El art. 886 señala que “Si el predio dominante pertenece a<br />

muchos proindiviso, el goce <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> ellos interrumpe la prescripción<br />

respecto <strong>de</strong> todos; y si contra uno <strong>de</strong> ellos no pue<strong>de</strong> correr la prescripción, no<br />

pue<strong>de</strong> correr contra ninguno”.<br />

Respecto <strong>de</strong> la suspensión <strong>de</strong> la prescripción, es un beneficio personal<br />

que sólo <strong>de</strong>be aprovechar al acreedor en cuyo favor lo establece la ley. Sin<br />

embargo, Abeliuk, señala que en un caso -artículo 886 parte final- el<br />

legislador aplica el principio contrario, por lo que resulta dudosa la respuesta;<br />

5. El acreedor que recibe el pago <strong>de</strong> la obligación indivisible, <strong>de</strong>be dar<br />

a los otros la parte que le correspon<strong>de</strong>. Y si nada se dice sobre cuál es la parte<br />

<strong>de</strong> cada uno, se presume que todos tienen la misma cuota.<br />

Efectos <strong>de</strong> la indivisibilidad pasiva<br />

Al igual que tratándose <strong>de</strong> la solidaridad, po<strong>de</strong>mos distinguir entre:<br />

a) relaciones externas (obligación a la <strong>de</strong>uda, relaciones entre el<br />

acreedor y los co<strong>de</strong>udores); y<br />

69


) relaciones internas (contribución a la <strong>de</strong>uda, relaciones <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>udores entre sí)).<br />

Relaciones externas<br />

1. Cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores es obligado a cumplirla en el todo, aunque<br />

no se haya convenido solidaridad (artículo 1527).<br />

Se ha fallado que la obligación <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los ven<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> sanear<br />

al comprador en el dominio y posesión pacífica <strong>de</strong> la cosa vendida es<br />

indivisible, pues el objeto <strong>de</strong> ella no admite división, por lo que cada uno <strong>de</strong><br />

los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l ven<strong>de</strong>dor respon<strong>de</strong> <strong>de</strong>l saneamiento por el todo (T. 46, sec.<br />

1ª, p. 665).<br />

2. La prescripción interrumpida respecto <strong>de</strong> uno los <strong>de</strong>udores, lo es<br />

igualmente respecto <strong>de</strong> los otros (artículo 1529);<br />

3. El cumplimiento <strong>de</strong> la obligación indivisible por cualquiera <strong>de</strong> los<br />

obligados, la extingue respecto <strong>de</strong> todos. Así lo dice el artículo 1531: “El<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación indivisible por cualquiera <strong>de</strong> los obligados, la<br />

extingue respecto <strong>de</strong> todos”<br />

4. Demandado uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores pue<strong>de</strong> pedir un plazo para<br />

enten<strong>de</strong>rse con los <strong>de</strong>más co<strong>de</strong>udores, a fin <strong>de</strong> cumplir entre todos. Es una<br />

excepción dilatoria, que no cabe si la obligación es <strong>de</strong> tal naturaleza que él<br />

sólo pueda cumplirla pues, en tal caso, pue<strong>de</strong> ser con<strong>de</strong>nado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego al<br />

total cumplimiento, quedándole a salvo su acción contra los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>udores,<br />

para la in<strong>de</strong>mnización que le <strong>de</strong>ban (artículo 1530).<br />

Relaciones internas<br />

Cuando un <strong>de</strong>udor paga, como la prestación es una sola, la obligación se<br />

extingue respecto <strong>de</strong> todos (artículo 1531). Pero, el problema no termina aquí<br />

pues producido el pago, entran a operar las relaciones internas. El que pagó<br />

tiene <strong>de</strong>recho a que los <strong>de</strong>más le paguen la in<strong>de</strong>mnización correspondiente.<br />

Dice el artículo 1530: “Demandado uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores <strong>de</strong> la obligación<br />

indivisible, podrá pedir un plazo para enten<strong>de</strong>rse con los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>udores a fin<br />

<strong>de</strong> cumplirla entre todos; a menos que la obligación sea <strong>de</strong> tal naturaleza que<br />

él solo pueda cumplirla, pues en tal caso podrá ser con<strong>de</strong>nado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, al<br />

70


total cumplimiento, quedándole a salvo su acción contra los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>udores<br />

para la in<strong>de</strong>mnización que le <strong>de</strong>ban”. Nótese, que sólo pue<strong>de</strong> re<strong>cl</strong>amar la<br />

in<strong>de</strong>mnización, pues como pagó una cosa indivisible no pue<strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r que<br />

le <strong>de</strong>vuelvan una parte <strong>de</strong> esa cosa.<br />

De la indivisibilidad <strong>de</strong> pago<br />

<strong>Obligaciones</strong> indivisibles en cuanto al pago son aquellas cuyo objeto es<br />

perfectamente divisible, física o intelectualmente, pero que no <strong>de</strong>ben<br />

ejecutarse por parcialida<strong>de</strong>s en virtud <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> las partes o <strong>de</strong> la ley<br />

que presume esa voluntad. Negando la posibilidad <strong>de</strong> cumplimiento parcial se<br />

estima resguardado el interés <strong>de</strong>l acreedor (Vodanovic).<br />

Se habla <strong>de</strong> indivisibilidad <strong>de</strong> pago, porque la cosa <strong>de</strong>bida admite<br />

división, pero las partes o la ley interpretando la voluntad <strong>de</strong> ellas, han<br />

alterado esa situación estableciendo que la obligación <strong>de</strong>be ser cumplida por<br />

cada <strong>de</strong>udor por el total. La indivisibilidad <strong>de</strong> pago sólo aparece en el<br />

momento <strong>de</strong>l pago y <strong>de</strong> allí su nombre.<br />

En <strong>de</strong>finitiva se trata <strong>de</strong> excepciones a la divisibilidad <strong>de</strong> las<br />

obligaciones, y así aparece expresado en el artículo 1526, que en su primera<br />

parte señala la regla general (divisibilidad) y <strong>de</strong>spués establece 6 numerandos<br />

con excepciones.<br />

Casos <strong>de</strong>l artículo 1526<br />

Dos prevenciones importantes:<br />

a) Todos estos casos correspon<strong>de</strong>n a indivisibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pago pasivas.<br />

Véanse, los distintos numerandos <strong>de</strong>l 1526, que habla <strong>de</strong> <strong>de</strong>udores,<br />

co<strong>de</strong>udores, etc. Y el 1526 Nº 4º, inc. 3º; y el 1526 Nº 5, inc. 2º, confirman<br />

este aserto.<br />

b) Los casos <strong>de</strong>l art. 1526, son taxativos, no ejemplares, por ser<br />

excepcionales. Así Fueyo.<br />

1. La acción hipotecaria o prendaria (1526 Nº 1)<br />

Esto es consecuencia <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> que la prenda e hipoteca sean<br />

indivisibles <strong>de</strong>s<strong>de</strong> distintos puntos <strong>de</strong> vista:<br />

71


a) En cuanto al objeto, pues la hipoteca o prenda grava toda la cosa, por<br />

lo que si ésta se divi<strong>de</strong>, la hipoteca o prenda queda gravando cada una <strong>de</strong> las<br />

partes. Así lo dice el art. 2408 “la hipoteca es indivisible”. “En consecuencia,<br />

cada una <strong>de</strong> las cosas hipotecadas a una <strong>de</strong>uda y cada parte <strong>de</strong> ellas son<br />

obligadas al pago <strong>de</strong> toda la <strong>de</strong>uda y <strong>de</strong> cada parte <strong>de</strong> ella”;<br />

b) En cuanto al crédito garantizado, pues mientras no se satisfaga<br />

íntegramente el crédito, no pue<strong>de</strong> pedirse el alzamiento <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> la hipoteca<br />

o <strong>de</strong>volución <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> la prenda. Así lo dice el artículo 1526 Nº 1, inc. 2º; y<br />

c) En cuanto al legitimado pasivo <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> prenda o hipoteca,<br />

que lo es el que posea en todo o en parte la cosa empeñada o hipotecada.<br />

Es importante tener en cuenta que cuando existe una obligación<br />

caucionada con prenda o hipoteca, el acreedor tiene dos acciones: a) una<br />

personal para hacer efectivo su crédito en el patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, y b) una<br />

acción real, la hipotecaria o prendaria, <strong>de</strong>stinada a hacer efectivo el crédito en<br />

la cosa dada en prenda o hipoteca, quienquiera sea su dueño. La<br />

indivisibilidad está referida ex<strong>cl</strong>usivamente a la acción prendaria o<br />

hipotecaria, no a la personal que es divisible, salvo que las partes hayan<br />

acordado también su indivisibilidad.<br />

La acción hipotecaria o prendaria se dirige contra aquel <strong>de</strong> los<br />

co<strong>de</strong>udores que posea, en todo o parte, la cosa hipotecada o empeñada,<br />

artículo 1526 Nº 1, inc. 1º: “La acción hipotecaria o prendaria se dirige contra<br />

aquel <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores que posea, en todo o parte, la cosa hipotecada o<br />

empeñada”.<br />

Como las acciones hipotecaria y prendaria son reales se ejercen sobre la<br />

cosa objeto <strong>de</strong> la prenda o hipoteca. Se <strong>de</strong>manda a quien está poseyendo la<br />

cosa, por el total <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda y no por la parte o cuota que en la obligación<br />

corresponda al <strong>de</strong>udor. Si se interpone la acción personal <strong>de</strong> cobro, ésta es<br />

divisible por lo que a cada <strong>de</strong>udor se le <strong>de</strong>be <strong>de</strong>mandar únicamente por su<br />

cuota.<br />

Si la cosa dada en prenda o hipoteca se encuentra en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> varios <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>udores, la acción real <strong>de</strong>be dirigirse en contra <strong>de</strong> todos ellos (T. 14, sec.<br />

1ª, p. 302).<br />

72


2. Deuda <strong>de</strong> una especie o cuerpo cierto<br />

Dice el artículo 1526 Nº 2: “Exceptuánse los casos siguientes: 2º: Si la<br />

<strong>de</strong>uda es <strong>de</strong> una especie o cuerpo cierto, aquel <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores que lo posee<br />

es obligado a entregarlo”. Cuando esta norma habla <strong>de</strong> la “entrega”, se refiere<br />

a la entrega material <strong>de</strong> la cosa, no a la jurídica que importa transferencia <strong>de</strong><br />

dominio o constitución <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho real y que es divisible.<br />

Como es un caso <strong>de</strong> indivisibilidad <strong>de</strong> pago pasiva, no estamos en esta<br />

situación si, por ejemplo, llegan dos pasajeros a un hotel y <strong>de</strong>jan un cofre en<br />

custodia y preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>spués re<strong>cl</strong>amarlo uno sólo (indivisibilidad activa). El<br />

hotelero <strong>de</strong>be exigir la presencia <strong>de</strong> ambos (Vodanovic).<br />

3. In<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios por incumplimiento <strong>de</strong> un<br />

co<strong>de</strong>udor<br />

Dice el 1526 Nº 3: Exceptuánse los casos siguientes: 3º Aquel <strong>de</strong> los<br />

co<strong>de</strong>udores por cuyo hecho o culpa se ha hecho imposible el cumplimiento <strong>de</strong><br />

la obligación es ex<strong>cl</strong>usiva y solidariamente responsable <strong>de</strong> todo perjuicio al<br />

acreedor”. Esta norma está repetida en el art. 1533 inc. 2º.<br />

Cuando esta disposición emplea la expresión “ex<strong>cl</strong>usiva y<br />

solidariamente responsable”, la voz “solidariamente”, no está tomada en<br />

sentido técnico sino para significar que respon<strong>de</strong> el solo por la totalidad <strong>de</strong><br />

los perjuicios.<br />

4. Pago total <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda impuesta a un here<strong>de</strong>ro; e<br />

indivisibilidad estipulada por el causante<br />

Dice el artículo 1526 Nº 4: “Exceptuánse los casos siguientes: 4º:<br />

”Cuando por testamento o por convención entre los here<strong>de</strong>ros, o por partición<br />

<strong>de</strong> la herencia, se ha impuesto a uno <strong>de</strong> los here<strong>de</strong>ros la obligación <strong>de</strong> pagar el<br />

total <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda, el acreedor podrá dirigirse o contra este here<strong>de</strong>ro por el<br />

total <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, o contra cada uno <strong>de</strong> los here<strong>de</strong>ros por la parte que le<br />

corresponda a prorrata” (inc. 1º).<br />

En esta norma se tratan dos situaciones diferentes:<br />

a) Pago <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda impuesta a un here<strong>de</strong>ro (1526 Nº4, inc. 1º). Las<br />

<strong>de</strong>udas <strong>de</strong>l causante se reparten entre los here<strong>de</strong>ros a prorrata <strong>de</strong> su interés en<br />

73


la herencia (artículo 1354). Lo dispuesto por el causante o lo acordado por los<br />

here<strong>de</strong>ros en el sentido <strong>de</strong> hacer una división diferente, no obliga a los<br />

acreedores, por lo que éstos pue<strong>de</strong>n, a su elección, dirigirse por el total en<br />

contra <strong>de</strong> la persona que señaló el causante (o acordaron los here<strong>de</strong>ros, o se<br />

estableció en el acto particional), o bien, hacerlo en contra <strong>de</strong> cada here<strong>de</strong>ro<br />

por la cuota que le correspon<strong>de</strong> en conformidad al artículo 1354.<br />

La norma es perfectamente lógica, porque el acreedor (<strong>de</strong>l causante) no<br />

ha intervenido, en modo alguno, en el cambio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, por lo que lo<br />

actuado por el testador, por los here<strong>de</strong>ros o en la partición, le son a él actos<br />

inoponibles. Por la misma razón, si el cambio le favorece pue<strong>de</strong> aceptarlo.<br />

b) Indivisibilidad estipulada con el causante. El art. 1526 Nº4, inc. 2º<br />

prescribe que “Si expresamente se hubiere estipulado con el difunto que el<br />

pago no pudiese hacerse por partes, ni aun por los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, cada<br />

uno <strong>de</strong> ésos podrá ser obligado a enten<strong>de</strong>rse con sus cohere<strong>de</strong>ros para pagar el<br />

total <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, o a pagarla él mismo, salva su acción <strong>de</strong> saneamiento”.<br />

El inciso 3º, <strong>de</strong>ja en <strong>cl</strong>aro que no cabe la indivisibilidad <strong>de</strong> pago activa:<br />

“Pero los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l acreedor, si no entablan conjuntamente su acción, no<br />

podrán exigir el pago <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, sino a prorrata <strong>de</strong> sus cuotas”.<br />

Esta última norma es curiosa, porque fallecido el causante los créditos<br />

que éste tenía contra terceros, pasan a integrar el as hereditario por lo que <strong>de</strong>be<br />

enten<strong>de</strong>rse que ninguno <strong>de</strong> los here<strong>de</strong>ros pasa a ser dueño <strong>de</strong>l crédito ni <strong>de</strong><br />

una cuota <strong>de</strong>l mismo, hasta mientras no se haga la partición. Ello, en virtud <strong>de</strong>l<br />

efecto <strong>de</strong><strong>cl</strong>arativo <strong>de</strong> la partición, artículo 1344. Y, sin embargo, esta<br />

disposición, interpretada a contrario sensu, nos está diciendo que cada<br />

here<strong>de</strong>ro podría cobrar su cuota en el crédito, esto es, como si hubieren<br />

adquirido el dominio <strong>de</strong> esa cuota en el crédito al momento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lación <strong>de</strong><br />

la herencia. Ello crea un problema, pues existe una evi<strong>de</strong>nte contradicción<br />

entre los artículos 1526 Nº 4º inc. 3º, por una parte y 1344 por la otra.<br />

Alessandri y alguna jurispru<strong>de</strong>ncia, sostienen que no es posible que un<br />

here<strong>de</strong>ro pueda <strong>de</strong>mandar su cuota en el crédito antes <strong>de</strong> la partición. Se funda<br />

en el efecto <strong>de</strong><strong>cl</strong>arativo <strong>de</strong> la partición (artículo 1344). Así también algunos<br />

fallos (T. 15, sec. 1ª, p. 277; T. 5, sec. 1ª, p. 282.<br />

En cambio, Luis Claro Solar, Gonzalo Barriga y Manuel Somarriva,<br />

sostienen que los here<strong>de</strong>ros pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>mandar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la <strong>de</strong>lación <strong>de</strong> la herencia,<br />

74


su cuota en el crédito, sin esperar la partición, pues la división <strong>de</strong> los créditos<br />

se producen <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho, sin esperar partición (T. 30, sec. 1ª, p. 425).<br />

Estos autores concilian los artículos 1526 Nº 4, con el art. 1344, diciendo que<br />

tienen esferas <strong>de</strong> aplicación distintas: el 1526, rige las relaciones here<strong>de</strong>ro<strong>de</strong>udor;<br />

y el art. 1344, las relaciones entre los cohere<strong>de</strong>ros. En resumen, el<br />

here<strong>de</strong>ro pue<strong>de</strong> cobrar su cuota <strong>de</strong>l crédito, pero si posteriormente, al hacerse<br />

la partición, no se le adjudica el crédito, <strong>de</strong>berá reembolsar lo percibido al<br />

respectivo adjudicatario (Claro Solar).<br />

5. Pago <strong>de</strong> una cosa in<strong>de</strong>terminada<br />

El artículo 1526 Nº 5 establece: “Exceptuánse los casos siguientes 5º Si<br />

se <strong>de</strong>be un terreno, o cualquiera otra cosa in<strong>de</strong>terminada, cuya división<br />

ocasionare grave perjuicio al acreedor, cada uno <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores podrá ser<br />

obligado a enten<strong>de</strong>rse con los otros para el pago <strong>de</strong> la cosa entera, o a pagarla<br />

él mismo, salva su acción para ser in<strong>de</strong>mnizado por los otros”. El inciso 2º,<br />

reitera el principio <strong>de</strong> que no hay solidaridad <strong>de</strong> pago activa: “Pero los<br />

here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l acreedor no podrán exigir el pago <strong>de</strong> la cosa entera sino<br />

intentando conjuntamente su acción”.<br />

Esta disposición -dice Claro Solar- ha sido tomada <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong><br />

Dumoulin, expuesta por Pothier. Según éste “si el difunto <strong>de</strong>bía<br />

in<strong>de</strong>terminadamente cierta medida <strong>de</strong> terreno, uno <strong>de</strong> sus here<strong>de</strong>ros no es<br />

admitido a ofrecer al acreedor la mitad <strong>de</strong> un retazo dado, hasta que el otro<br />

here<strong>de</strong>ro dé también en pago <strong>de</strong> su cuota la otra mitad, porque <strong>de</strong> otro modo<br />

resultaría un perjuicio al acreedor a quien se le <strong>de</strong>be un terreno <strong>de</strong> cierta<br />

superficie completo y que tiene interés <strong>de</strong> tener el terreno en cuerpo y no en<br />

dos mita<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dos terrenos diferentes”. Y más a<strong>de</strong>lante agrega que “la <strong>de</strong>uda,<br />

aunque dividida entre los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, no <strong>de</strong>be satisfacerse por<br />

partes, cuando sin que haya convención, resulta <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l<br />

compromiso, o <strong>de</strong> la cosa que es objeto <strong>de</strong> él, o <strong>de</strong>l fin que las partes se han<br />

propuesto en el contrato, que el espíritu <strong>de</strong> los contratantes ha sido<br />

efectivamente que la <strong>de</strong>uda no pudiese cumplirse por partes. Esto se presume<br />

fácilmente, si la cosa que es objeto <strong>de</strong> la convención es susceptible, en verdad,<br />

<strong>de</strong> partes intelectuales, y es, por consiguiente, divisible; pero no pue<strong>de</strong> ser<br />

divida en partes reales. Se presume con respecto a cosas que pue<strong>de</strong>n dividirse<br />

en partes reales, cuando no pue<strong>de</strong>n serlo sin que resulte un perjuicio al<br />

acreedor...”.<br />

75


La Corte Suprema ha a<strong>cl</strong>arado que este Nº5 y el Nº2 <strong>de</strong>l art. 1526, se<br />

refieren a cosas corporales, no a cosas incorporales. (T. 49, sec. ª pág. 165).<br />

<strong>Obligaciones</strong> alternativas<br />

El artículo 1526 Nº 6, establece que “Exceptuánse los casos siguientes:<br />

6º Cuando la obligación es alternativa, si la elección es <strong>de</strong> los acreedores,<br />

<strong>de</strong>ben hacerla <strong>de</strong> consuno; y si <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores, <strong>de</strong>ben hacerla <strong>de</strong> consuno<br />

todos éstos”.<br />

En relación con el artículo 1526 Nº 6, se presenta un problema muy<br />

interesante en el caso <strong>de</strong>l art. 1489, que da al contratante que cumple un<br />

contrato bilateral, acción para pedir el cumplimiento o la resolución <strong>de</strong> un<br />

contrato, con in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios. Algunos dicen que en ese caso<br />

habría una obligación alternativa, y aplicando este artículo 1526 Nº 6,<br />

con<strong>cl</strong>uyen que si los acreedores son varios tienen que ponerse <strong>de</strong> acuerdo si<br />

pi<strong>de</strong>n el cumplimiento o la resolución (T. 57, sec. 1ª, p. 253).<br />

Paralelo entre solidaridad e indivisibilidad<br />

Semejanzas<br />

1. Ambos casos constituyen excepción al principio <strong>de</strong> la división <strong>de</strong> las<br />

<strong>de</strong>udas cuando hay pluralidad <strong>de</strong> sujetos;<br />

2. En ambas cada acreedor pue<strong>de</strong> exigir el total y cada uno está<br />

obligado a cumplir íntegramente la obligación;<br />

3. En ambos casos, el pago hecho por un <strong>de</strong>udor extingue la obligación<br />

respecto <strong>de</strong> todos.<br />

Diferencias<br />

1. La indivisibilidad se explica porque el objeto es indivisible. Emana<br />

<strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong>bido, que no es divisible ni física ni<br />

intelectualmente. En cambio, es requisito <strong>de</strong> la solidaridad que la cosa <strong>de</strong>bida<br />

sea divisible.<br />

2. La solidaridad pue<strong>de</strong> renunciarse, la indivisibilidad no.<br />

76


3. En las obligaciones solidarias, el acreedor pue<strong>de</strong> exigir al pago total<br />

a cualquier <strong>de</strong>udor, que está obligado a pagar la totalidad; en las indivisibles el<br />

<strong>de</strong>udor, pue<strong>de</strong> pedir plazo para enten<strong>de</strong>rse con sus co<strong>de</strong>udores (1526 Nº 4 inc.<br />

2º).<br />

4. La solidaridad no se trasmite a los here<strong>de</strong>ros (artículo 1523); la<br />

indivisibilidad es transmisible (artículo 1528).<br />

El ser solidaria una obligación no le da el carácter <strong>de</strong> indivisible<br />

Así lo dice el art. 1525: “El ser solidaria una obligación no le da el<br />

carácter <strong>de</strong> indivisible”.<br />

OBLIGACIONES PRINCIPALES Y ACCESORIAS<br />

Concepto<br />

Del artículo 1442 que <strong>cl</strong>asifica los contratos en principales y accesorios,<br />

po<strong>de</strong>mos inferir que obligaciones principales son aquellas que pue<strong>de</strong>n<br />

subsistir por sí solas, sin necesidad <strong>de</strong> otras; y que son obligaciones<br />

accesorias las que tienen por objeto asegurar el cumplimiento <strong>de</strong> una<br />

obligación principal. Por ej. la obligación <strong>de</strong>l mutuario <strong>de</strong> restituir o la <strong>de</strong>l<br />

comprador <strong>de</strong> pagar el precio, son obligaciones principales. En cambio, son<br />

obligaciones accesorias, las obligaciones que <strong>de</strong>riven <strong>de</strong> una caución (prenda,<br />

fianza, hipoteca, <strong>cl</strong>áusula penal, etc.).<br />

Importancia <strong>de</strong> la distinción<br />

Tiene importancia esta distinción por cuanto lo accesorio sigue la suerte<br />

<strong>de</strong> lo principal. Y ello es importante, porque si se extingue la obligación<br />

principal, se extingue la obligación accesoria por vía <strong>de</strong> consecuencia.<br />

Aplicación <strong>de</strong> este principio es el artículo 1536, según el cual “la nulidad <strong>de</strong> la<br />

obligación principal acarrea la <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal...”.<br />

También importa la distinción, para los efectos <strong>de</strong> la prescripción, pues<br />

la obligación accesoria prescribe junto con la obligación principal. Así lo dice<br />

77


el artículo 2516: “La acción hipotecaria, y las <strong>de</strong>más que procedan <strong>de</strong> una<br />

obligación accesoria, prescriben junto con la obligación a que acce<strong>de</strong>n”.<br />

OBLIGACIONES PURAS Y SIMPLES<br />

O SUJETAS A MODALIDAD<br />

La regla general es que las obligaciones sean puras y simples; que<br />

produzcan sus efectos normalmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su nacimiento hasta su extinción.<br />

Sin embargo, en virtud <strong>de</strong>l testamento, <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> las partes o <strong>de</strong> la ley,<br />

se pue<strong>de</strong> agregar a la obligación una modalidad con el objeto <strong>de</strong> alterar sus<br />

efectos normales, sea en cuanto a su nacimiento, a su ejercicio o a su<br />

extinción.<br />

Que una obligación produzca sus efectos normales significa que:<br />

a) El <strong>de</strong>recho y la correlativa obligación nace coetáneamente con el acto<br />

mismo que los crea;<br />

b) Que generada la obligación, el acreedor pue<strong>de</strong> ejercer sus <strong>de</strong>rechos<br />

<strong>de</strong> inmediato;<br />

c) Que la obligación va a subsistir en el tiempo hasta su extinción<br />

normal, sin que <strong>de</strong>ban volver las partes al estado anterior al acto <strong>de</strong> su<br />

creación; y<br />

d) Que el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be cumplir su obligación, sin que se imponga<br />

cargas al acreedor, para que pueda tener por suyo el contenido <strong>de</strong> la<br />

prestación.<br />

Estos efectos normales se alteran, cuando se incorpora una modalidad.<br />

Así, si existe una condición suspensiva, no se produce el primero <strong>de</strong> los<br />

efectos señalados, pues el <strong>de</strong>recho y la obligación se van a generar cuando se<br />

verifique el hecho que constituye la condición; si existe un plazo suspensivo,<br />

el <strong>de</strong>recho y la obligación nacen, pero el acreedor no pue<strong>de</strong> ejercer su crédito<br />

<strong>de</strong> inmediato y, recíprocamente, el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> ser compelido a cumplir<br />

hasta que no se cumpla el plazo; si existe una condición resolutoria, nace el<br />

<strong>de</strong>recho (y la obligación correlativa) pero está sujeto a extinguirse si se<br />

verifica el hecho que constituye la condición; si existe un plazo extintivo,<br />

78


cumplido que sea, el <strong>de</strong>recho y la obligación se extinguen; y finalmente si<br />

existe un modo, el acreedor hará suya <strong>de</strong> inmediato la prestación, pero <strong>de</strong>be<br />

cumplir con un <strong>de</strong>terminado gravamen.<br />

De acuerdo a lo dicho, se pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>finir las modalida<strong>de</strong>s como<br />

elementos establecidos por la ley, el testamento o la voluntad <strong>de</strong> la partes con<br />

el objeto <strong>de</strong> alterar los efectos normales <strong>de</strong> un negocio jurídico.<br />

La condición, el plazo y el modo son las principales modalida<strong>de</strong>s, pero<br />

no las únicas. En efecto, cualquiera alteración, constituye una modalidad, <strong>de</strong><br />

manera que también tienen este carácter la solidaridad, pues el efecto normal,<br />

es que habiendo varios <strong>de</strong>udores y acreedores, cada acreedor sólo pueda exigir<br />

su cuota en el crédito y cada <strong>de</strong>udor que<strong>de</strong> obligado a su parte en la<br />

prestación, lo que se altera con la solidaridad. También constituyen<br />

modalida<strong>de</strong>s las obligaciones alternativas o facultativas, en cuanto se separan<br />

<strong>de</strong> la normalidad, y la representación.<br />

Características <strong>de</strong> las modalida<strong>de</strong>s<br />

a) Son elementos acci<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> los actos jurídicos, es <strong>de</strong>cir, que ni<br />

esencial ni naturalmente pertenecen al contrato y que se le agregan mediante<br />

<strong>cl</strong>áusulas especiales (art. 1444).<br />

En forma excepcional, las modalida<strong>de</strong>s pue<strong>de</strong>n no ser elementos<br />

acci<strong>de</strong>ntales, sino <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l acto o in<strong>cl</strong>uso esenciales. Así, la<br />

condición resolutoria tácita, es un elemento <strong>de</strong> la naturaleza; y en el contrato<br />

<strong>de</strong> promesa, la condición pasa a ser un elemento <strong>de</strong> la esencia <strong>de</strong>l mismo (art.<br />

1554 Nº 3).<br />

b) Son excepcionales, pues la regla general es que los actos sean puros y<br />

simples. Consecuencia <strong>de</strong> ello es que quien las alegue <strong>de</strong>berá probarlas; son <strong>de</strong><br />

interpretación restringida; y no se presumen. Excepcionalmente en el caso <strong>de</strong><br />

la condición resolutoria tácita, el legislador la presume (art. 1489 “En los<br />

contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria <strong>de</strong>....”).<br />

c) Requieren <strong>de</strong> una fuente que las cree, que pue<strong>de</strong> ser el testamento, la<br />

convención o la ley. La sentencia judicial normalmente no es fuente <strong>de</strong><br />

modalida<strong>de</strong>s, salvo que la ley lo autorice expresamente, como ocurre en el art.<br />

904, que faculta al juez para fijar un plazo al poseedor vencido para que<br />

restituya la cosa reivindicada.<br />

79


d) Por regla general, cualquier acto jurídico pue<strong>de</strong> ser objeto <strong>de</strong><br />

modalida<strong>de</strong>s. Por excepción, hay casos, en que la ley no lo permite respecto <strong>de</strong><br />

ciertos negocios. Ejs: no se pue<strong>de</strong> constituir un usufructo bajo una condición o<br />

un plazo cualquiera que suspenda su ejercicio (768); la legítima rigorosa no es<br />

susceptible <strong>de</strong> condición, plazo, modo o gravamen alguno (1192); el pacto <strong>de</strong>l<br />

artículo 1723, no es susceptible <strong>de</strong> modalida<strong>de</strong>s, etc.<br />

Lo contrario ocurre en <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> familia, pues en él no se aceptan las<br />

modalida<strong>de</strong>s, consecuencia ello <strong>de</strong> que no opera el principio <strong>de</strong> la autonomía<br />

<strong>de</strong> la voluntad, siendo sus normas <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público. Así, las personas no<br />

pue<strong>de</strong>n casarse a plazo o condición, etc.<br />

Definición<br />

OBLIGACIONES CONDICIONALES<br />

Son obligaciones condicionales las que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> una condición, esto<br />

es, <strong>de</strong> un acontecimiento futuro que pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r o no (artículo 1473).<br />

De esta disposición y a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> lo dicho en el artículo 1070 inc. 2º,<br />

que <strong>de</strong>fine la asignación condicional como “aquella que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> una<br />

condición, esto es, <strong>de</strong> un suceso futuro e incierto, <strong>de</strong> manera que según la<br />

intención <strong>de</strong>l testador no valga la asignación si el suceso positivo no acaece o<br />

si acaece el negativo”, se ha valido la doctrina para <strong>de</strong>finir la condición como<br />

“un hecho futuro e incierto <strong>de</strong>l cual <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> el nacimiento o la extinción <strong>de</strong> un<br />

<strong>de</strong>recho y su correlativa obligación”.<br />

Lugar en que están reguladas las condiciones en el Código <strong>Civil</strong>.<br />

Las condiciones están tratadas en el código, en tres partes: a) a<br />

propósito <strong>de</strong> las asignaciones testamentarias condicionales, (párrafo 2º <strong>de</strong>l<br />

Titulo IV <strong>de</strong>l Libro Tercero <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, artículos 1070 y siguientes; b)<br />

en las obligaciones condicionales, que son las que estudiaremos en este curso,<br />

en el Título IV <strong>de</strong>l Libro IV <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, artículos 1473 y siguientes; y c)<br />

finalmente, a propósito <strong>de</strong>l fi<strong>de</strong>icomiso, en el Título VIII <strong>de</strong>l Libro II,<br />

artículos 733 y siguientes.<br />

80


Es importante <strong>de</strong>stacar que el Código, al tratar <strong>de</strong> las asignaciones<br />

condicionales, se remite a las obligaciones condicionales, en el artículo 1070<br />

inc. 3º “Las asignaciones testamentarias condicionales se sujetan a las reglas<br />

dadas en el título “De las obligaciones condicionales”, con las excepciones y<br />

modificaciones que van a expresarse”, y, por su parte, el artículo 1493, en las<br />

obligaciones condicionales, se remite a las asignaciones testamentarias<br />

condicionales “Las disposiciones <strong>de</strong>l Titulo IV <strong>de</strong>l Libro III sobre las<br />

asignaciones testamentarias condicionales o modales, se aplican a las<br />

convenciones en lo que no pugne con lo dispuesto en los artículos<br />

prece<strong>de</strong>ntes”.<br />

Lo anterior nos <strong>de</strong>muestra que existe un concepto unitario <strong>de</strong> la<br />

condición.<br />

Elementos <strong>de</strong> la condición<br />

Dos son los elementos <strong>de</strong> la condición: 1. que sea un hecho futuro, y 2.<br />

que sea un hecho incierto.<br />

1. Hecho futuro<br />

Esto quiere <strong>de</strong>cir que el hecho que la constituye <strong>de</strong>be ocurrir con<br />

posterioridad a la celebración <strong>de</strong>l acto. Así fluye <strong>de</strong> lo dicho en el artículo<br />

1071 inc. 2º (norma que cabe aplicar a las obligaciones condicionales por<br />

mandato <strong>de</strong>l artículo 1493): “Lo pasado, presente o futuro se enten<strong>de</strong>rá con<br />

relación al momento <strong>de</strong> testar (<strong>de</strong> contratar en este caso) a menos que se<br />

exprese otra cosa”.<br />

La ley, ha resuelto lo que ocurre si se fija como condición un hecho<br />

presente o pasado. Dice el artículo 1071 “La condición que consiste en un<br />

hecho presente o pasado, no suspen<strong>de</strong> el cumplimiento <strong>de</strong> la disposición. Si<br />

existe o ha existido, se mira como no escrita, si no existe o no ha existido, no<br />

vale la disposición.<br />

De manera que si yo digo te doy $1.000.000 si Chile fue campeón<br />

mundial <strong>de</strong> Fútbol el año 1962, no vale esa obligación, porque Chile no fue<br />

campeón ese año. Si lo hubiera sido, la condición se tendría por no escrita, por<br />

lo que acto sería puro y simple y tendría que pagar $1.000.000. Lo que se<br />

acaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> que las partes al contratar hubieren sabido<br />

o ignorado la existencia <strong>de</strong>l hecho.<br />

81


El artículo 1072, se pone en el caso <strong>de</strong> que la condición que se imponga<br />

como para tiempo futuro, consista en un hecho que se ha realizado en vida <strong>de</strong>l<br />

testador. Si el testador al tiempo <strong>de</strong> testar lo supo y el hecho es <strong>de</strong> los que<br />

pue<strong>de</strong>n repetirse, se presumirá que el testador exige su repetición. Si el hecho<br />

es <strong>de</strong> los que no pue<strong>de</strong>n repetirse, se mirará la condición como cumplida. Si el<br />

testador no supo <strong>de</strong> la ocurrencia <strong>de</strong>l hecho, se mirará la condición como<br />

cumplida cualquiera sea la naturaleza <strong>de</strong>l hecho.<br />

2. Hecho incierto<br />

Que el hecho sea incierto, quiere <strong>de</strong>cir que pue<strong>de</strong> acontecer o no. Este<br />

elemento es el que permite diferenciar a la condición <strong>de</strong>l plazo, pues, en este<br />

último, el hecho necesariamente va a ocurrir, aunque no se sepa cuando.<br />

El Código al tratar <strong>de</strong> las asignaciones testamentarias a día, precisa en<br />

qué consiste que el hecho sea incierto al <strong>de</strong>cir que el día es incierto si pue<strong>de</strong><br />

llegar o no (1081, inc. 3º).<br />

La incertidumbre <strong>de</strong>be ser objetiva. Con ello se quiere significar que la<br />

incertidumbre no la <strong>de</strong>terminan las partes. Así si digo “te doy $ l.000.000 si<br />

Pedro da a luz”, no hay condición, porque objetivamente es un hecho cierto<br />

que ello no podrá ocurrir.<br />

Clasificación <strong>de</strong> las condiciones<br />

La condición admite diversas <strong>cl</strong>asificaciones:<br />

a) expresas y tácitas.<br />

b) suspensivas y resolutorias;<br />

c) positivas y negativas;<br />

d) posibles e imposibles, lícitas e ilícitas,<br />

e) <strong>de</strong>terminadas e in<strong>de</strong>terminadas; y<br />

f) potestativas, casuales y mixtas.<br />

82


a) Condiciones expresas o tácitas.<br />

La condición es expresa cuando se establece en términos formales y<br />

explícitos. Es tácita, en cambio, la que la ley da por establecida, como ocurre<br />

con la condición resolutoria tácita <strong>de</strong>l artículo 1489;<br />

b) Condiciones suspensivas o resolutorias.<br />

Constituye la <strong>cl</strong>asificación más importante, por la forma como inci<strong>de</strong> en<br />

los efectos <strong>de</strong> los actos condicionales. Hace esta distinción el artículo 1479:<br />

“La condición se llama suspensiva si, mientras no se cumple, suspen<strong>de</strong> la<br />

adquisición <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho; y resolutoria cuando por su cumplimiento se<br />

extingue un <strong>de</strong>recho”.<br />

Los autores <strong>de</strong>finen la condición suspensiva como un hecho futuro e<br />

incierto <strong>de</strong>l cual <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> el nacimiento <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho y su correlativa<br />

obligación. Ej.: Te doy $1.000.000 si te casas con María. Y <strong>de</strong>finen la<br />

condición resolutoria diciendo que es un hecho futuro e incierto <strong>de</strong>l cual<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho y <strong>de</strong> la correlativa obligación. Ej.: digo a<br />

Pedro te doy $1.000.000, pero me los <strong>de</strong>vuelves si yo viajo a Europa este año.<br />

Bien miradas las cosas, un mismo hecho va a constituir una condición<br />

suspensiva o resolutoria, según el lugar que ocupen las partes. Así, en el<br />

ejemplo recién citado, lo que es condición resolutoria para Pedro, constituye<br />

para mi una condición suspensiva: recuperar el $1.000.000, si viajo este año a<br />

Europa.<br />

Lo importante <strong>de</strong> la distinción, radica en que si la condición es<br />

suspensiva el <strong>de</strong>recho no nace, en cambio, cuando es resolutoria el <strong>de</strong>recho<br />

nace pero está expuesto a extinguirse si la condición se cumple.<br />

c) Condición positiva y negativa<br />

Esta distinción la hace el artículo 1474 “la condición es positiva o<br />

negativa” “La positiva consiste en acontecer una cosa, la negativa, en que una<br />

cosa no acontezca”.<br />

Ej. <strong>de</strong> condición positiva: Te doy $1.000.000, si viajas a Santiago el<br />

domingo.<br />

83


Ej. <strong>de</strong> condición negativa: Te doy $1.000.000, si no viajas el año 1998<br />

a Santiago.<br />

Esta distinción adquiere importancia para <strong>de</strong>terminar cuando la<br />

condición <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse cumplida o fallida, pues según el artículo 1482 “se<br />

reputa haber fallado la condición positiva o haberse cumplido la negativa,<br />

cuando ha llegado a ser cierto que no suce<strong>de</strong>rá el acontecimiento contemplado<br />

en ella, o cuando ha expirado el tiempo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual el acontecimiento ha<br />

<strong>de</strong>bido verificase, y no se ha verificado”.<br />

También es importante para los efectos contemplados en los artículos<br />

1475 y 1476, pues el primero establece que “la condición positiva <strong>de</strong>be ser<br />

física y moralmente posible”, (inc. 1º) agregando que “es físicamente<br />

imposible la que es contraria a las leyes <strong>de</strong> la naturaleza física; y moralmente<br />

imposible la que consiste en un hecho prohibido por las leyes, o es opuesta a<br />

las buenas costumbres o al or<strong>de</strong>n público”. Termina esta disposición<br />

señalando que “se mirarán también como imposibles las que están concebidas<br />

en términos ininteligibles” (inc. 3º).<br />

A su turno el artículo 1476 prescribe que “si la condición es negativa<br />

<strong>de</strong> una cosa físicamente imposible, la obligación es pura y simple; si consiste<br />

en que el acreedor se abstenga <strong>de</strong> un hecho inmoral o prohibido, vicia la<br />

disposición.<br />

c) Condiciones posibles e imposibles, lícitas e ilícitas<br />

Está contemplada esta <strong>cl</strong>asificación en los artículos 1475, 1476 y 1480.<br />

Dice el artículo 1475 que la condición positiva <strong>de</strong>be ser física y<br />

moralmente posible. Y, en seguida, <strong>de</strong>fine a la físicamente imposible como<br />

“la que es contraria a las leyes <strong>de</strong> la naturaleza física”. En los viejos libros, se<br />

ponía el ejemplo <strong>de</strong> condición físicamente imposible: Te doy $1.000.000, si<br />

viajas a la luna. Nótese como, con el <strong>de</strong>sarrollo tecnológico, el ejemplo ya no<br />

sirve. Propongamos un ejemplo actual: “te doy $1.000.000, si Pedro da a luz”.<br />

La condición es moralmente imposible cuando el hecho que la<br />

constituye es prohibido por la ley, o es opuesto a las buenas costumbres o al<br />

or<strong>de</strong>n público (1475 inc. 2º). Ej. Te doy $1.000.000, si matas a Pedro o si sales<br />

<strong>de</strong>snudo a la calle.<br />

84


Se mira como condición imposible la que está concebida en términos<br />

ininteligibles. Ej. Te doy $1.000.000, si no vas....<br />

En cuando a los efectos que producen estas condiciones, los indican los<br />

artículos 1476 y 1480:<br />

a) si la condición es positiva imposible o ilícita, sus efectos serán<br />

distintos según la condición sea suspensiva o resolutoria.<br />

Suspensiva: Ej. te doy $1.000,000, si el sol aparece por el poniente o si<br />

matas a Pedro. La condición se tiene por fallida, lo que significa que el<br />

<strong>de</strong>recho no llegará a nacer (art. 1480 inc. 1º).<br />

Resolutoria: Te doy $ 100.000, y me los <strong>de</strong>vuelves si el sol aparece por<br />

el poniente (o si matas a Pedro). Se tiene por no escrita (art. 1080 inc. final), lo<br />

que significa que el <strong>de</strong>recho nace puro y simple, que no va a tener que<br />

<strong>de</strong>volver los $ 100.000.<br />

b) “si la condición es negativa <strong>de</strong> una cosa físicamente imposible la<br />

obligación es pura y simple”. Ej.: te doy $1.000. 000, si Pedro no da a luz un<br />

niño. Es pura y simple, tengo que dar los $1.000. 000, (art. 1476). En este<br />

caso, como se pue<strong>de</strong> ver, no se distingue entre condiciones suspensivas y<br />

resolutorias.<br />

c) la condición es negativa <strong>de</strong> un hecho ilícito (Ej. te doy $1.000.000,<br />

si no matas a Pedro) vicia la disposición (art. 1476). Que vicie la disposición<br />

quiere <strong>de</strong>cir que el acreedor condicional no va a po<strong>de</strong>r exigir el pago. La<br />

sanción es curiosa y se explica, porque se estima inmoral que se reciba un<br />

pago por no cometer un hecho ilícito.<br />

d) Condiciones <strong>de</strong>terminadas o in<strong>de</strong>terminadas<br />

Por <strong>de</strong>finición la condición es un hecho futuro. La pregunta que cabe<br />

formularse entonces es cuánto tiempo habrá que esperar para que se verifique<br />

el hecho que la constituye. Este problema nos lleva a hablar <strong>de</strong> las condiciones<br />

<strong>de</strong>terminadas e in<strong>de</strong>terminadas.<br />

Condición <strong>de</strong>terminada es aquella en que el hecho que la constituye<br />

<strong>de</strong>be ocurrir en una época prefijada. Ej. Te doy $1.000.000, si te recibes <strong>de</strong><br />

85


abogado antes <strong>de</strong>l año 2.000. Condición in<strong>de</strong>terminada es aquella en que no<br />

se fija una época para la ocurrencia <strong>de</strong>l hecho. Ej. te doy $1.000.000, si te<br />

recibes <strong>de</strong> abogado.<br />

La condición in<strong>de</strong>terminada plantea el problema <strong>de</strong> saber cuánto<br />

tiempo habrá que esperar para saber si se cumple o no la condición. O dicho<br />

<strong>de</strong> otra manera, cuándo la condición se tendrá por fallida.<br />

Límite en el tiempo <strong>de</strong> la condición in<strong>de</strong>terminada<br />

Hasta antes <strong>de</strong> la dictación <strong>de</strong> la ley 16.952 <strong>de</strong>l 1º <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1968<br />

(que acortó los plazos <strong>de</strong> prescripción) se estimaba que las condiciones<br />

in<strong>de</strong>terminadas tenían que cumplirse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l plazo que el artículo 739<br />

establecía para el cumplimiento <strong>de</strong> la condición en el fi<strong>de</strong>icomiso. En ese<br />

entonces, ese plazo era <strong>de</strong> 15 años (antes había sido <strong>de</strong> 30 años). Así lo<br />

entendía la doctrina (con excepción <strong>de</strong> don Jorge Solís <strong>de</strong> Ovando) y, en<br />

general, también la jurispru<strong>de</strong>ncia.<br />

Se fundaba esta opinión en el Mensaje <strong>de</strong>l Código “Es una regla<br />

fundamental en este proyecto la que prohibe dos o más usufructos o<br />

fi<strong>de</strong>icomisos sucesivos; porque unos y otros embarazan la circulación y<br />

entibian el espíritu <strong>de</strong> conservación y mejora, que da vida y movimiento a la<br />

industria. Otra que tien<strong>de</strong> al mismo fin es la que limita la duración <strong>de</strong> las<br />

condiciones suspensivas y resolutorias, en general, se reputan fallidas si tardan<br />

más <strong>de</strong> 30 años en cumplirse”.<br />

Hubo en todo caso, algunos fallos que estimaban que el art. 739 sólo<br />

regía para el fi<strong>de</strong>icomiso (T. 15, sec. 1ª, p. 601).<br />

No había problemas, pues el plazo establecido en el artículo 739<br />

correspondía también al <strong>de</strong> la prescripción extraordinaria, lo que llevaba a<br />

con<strong>cl</strong>uir que ese era el plazo máximo <strong>de</strong> incertidumbre, transcurrido el cual se<br />

consolidaban y estabilizaban todos los <strong>de</strong>rechos (También era <strong>de</strong> 30 años y<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 15, el plazo máximo establecido en otras normas, como el artículo<br />

963 inciso 3º y 4º, lo que <strong>de</strong>mostraba la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l legislador <strong>de</strong> que todas las<br />

situaciones jurídicas se consolidaran en ese plazo).<br />

Sin embargo, toda esta armonía <strong>de</strong>l código se <strong>de</strong>struyó con la ley<br />

16.952, pues acortó el plazo <strong>de</strong> prescripción extraordinaria <strong>de</strong> 15 a 10 años lo<br />

mismo que el plazo <strong>de</strong>l art. 962. Sin embargo, en el artículo 739, la rebaja no<br />

86


fue a 10 años, como <strong>de</strong>bió haber sido para mantener la situación <strong>de</strong> equilibrio,<br />

sino que a 5 años, con lo que el sistema se rompió.<br />

Lo anterior nos lleva a preguntar cuánto tiempo habrá que esperar para<br />

que la condición in<strong>de</strong>terminada se cumpla. ¿Seguimos aplicando el art. 739 y<br />

<strong>de</strong>cimos que 5 años; o, por el contrario, aplicamos la norma <strong>de</strong> la prescripción<br />

extraordinaria, (artículo 2511) y con<strong>cl</strong>uimos que <strong>de</strong>be esperarse 10 años?.<br />

No merece duda que el plazo <strong>de</strong> caducidad <strong>de</strong> las condiciones es <strong>de</strong> 10<br />

años, pues ese es el tiempo máximo establecido por el Código para dar<br />

estabilidad a todas las situaciones jurídicas. No hay razón para seguir<br />

aplicando la regla <strong>de</strong>l art. 739, <strong>cl</strong>aramente excepcional y en tal sentido <strong>de</strong>be<br />

enten<strong>de</strong>rse la referencia <strong>de</strong>l Mensaje. En este sentido Abeliuk. Así también la<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia reiterada <strong>de</strong> nuestros tribunales.<br />

f) Condiciones potestativas, casuales y mixtas<br />

Esta <strong>cl</strong>asificación la hace el artículo 1477: “Se llama condición<br />

potestativa la que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l acreedor o <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, casual la<br />

que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> un tercero o <strong>de</strong> un acaso, mixta la que en parte<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l acreedor y en parte <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> un tercero o<br />

<strong>de</strong> un acaso”.<br />

Hay una omisión <strong>de</strong>l Código, en cuanto a que también es condición<br />

mixta la que en parte <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y en parte <strong>de</strong> la<br />

voluntad <strong>de</strong> un tercero o <strong>de</strong> un acaso.<br />

Ejs. <strong>de</strong> condición potestativa <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l acreedor: Te doy<br />

$l.000.000, si vas a Santiago el domingo;<br />

Ej. <strong>de</strong> condición potestiva <strong>de</strong> la sola voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Te doy<br />

$l.000.000, si voy a Santiago el domingo.<br />

Ej. <strong>de</strong> condición casual te doy $ 10.000, si llueve el domingo o si Pedro<br />

viene <strong>de</strong> Santiago el domingo.<br />

Ejs. <strong>de</strong> condiciones mixtas te doy $ 1.000.000, si vas a Santiago el<br />

domingo y está bueno el tiempo. Te doy $ 1000.000, si el próximo año te<br />

casas con María.<br />

87


Sub<strong>cl</strong>asificación <strong>de</strong> las condiciones potestativas<br />

Las condiciones potestivas pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> dos <strong>cl</strong>ases: a) simplemente<br />

potestivas y b) meramente potestativas.<br />

Son condiciones simplemente potestativas las que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un<br />

hecho voluntario, causado, <strong>de</strong>l acreedor o <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Ej. te doy $1.000.000, si<br />

te casas con María.<br />

Frente a estas condiciones están las “meramente potestivas” que son<br />

aquellas que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l mero arbitrio <strong>de</strong> las partes. Ej.: Te doy $1.000.000<br />

si quiero; te doy $1.000.000, si quieres. Se les conoce por frases como “si<br />

quiero“, “si quieres”; “si se me antoja”, etc. Se ha fallado que no constituye<br />

condición meramente potestativa <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor la <strong>cl</strong>áusula según<br />

la cual el <strong>de</strong>udor pagará el saldo <strong>de</strong> precio cuando tenga disponibilidad <strong>de</strong><br />

dineros (t. 78, sec. 2ª, p. 1) (Ver también t. 83, sec. 5ª, p. 94).<br />

Esta <strong>cl</strong>asificación se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l artículo 1478, que nos dice que “son<br />

nulas las obligaciones contraídas bajo una condición potestativa que consiste<br />

en la mera voluntad <strong>de</strong> la persona que se obliga”.<br />

Comentarios:<br />

1. En importante enten<strong>de</strong>r que lo que se anula es la obligación, no la<br />

condición (art. 1478).<br />

2. Es importante también tener en cuenta que las únicas condiciones<br />

que anulan la obligación son las meramente potestativas <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor, porque en ellas no hay voluntad seria <strong>de</strong> obligarse. Ej. te doy $1.000,<br />

si quiero. (Véase sentencia <strong>de</strong> Corte Suprema <strong>de</strong>l 21 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1991,<br />

publicada en Gaceta Jurídica Nº 136, sentencia 2ª, p. 23).<br />

Las meramente potestativas <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l acreedor son válidas. Ej.<br />

te doy $1.000.000. si quieres. Lo prueban, el mismo texto <strong>de</strong>l art. 1478 y el<br />

que el legislador la acepte en algunos casos, como el art. 1823 (venta a prueba,<br />

sujeta a condición que acepte el acreedor). Lo mismo el artículo 131 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Comercio.<br />

3. A<strong>de</strong>más, las únicas condiciones meramente potestativas que<br />

producirían la nulidad <strong>de</strong> la obligación serían las meramente potestivas <strong>de</strong> la<br />

88


voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y suspensivas. Las resolutorias serían válidas (Alessandri,<br />

Fueyo, Claro Solar). Ej. te doy $ 10.000, si quiero. En este sentido se ha<br />

orientado la jurispru<strong>de</strong>ncia (t. 19, sec. 1ª, p. 15; t. 35, sec. 2ª, p. 19; t. 43, sec.<br />

1ª, p. 399)<br />

Lo anterior por las siguientes razones: a) en las condiciones resolutorias<br />

la obligación ha podido formarse y producir todos sus efectos, ya que la<br />

condición resolutoria no afecta a la existencia <strong>de</strong> la obligación, sino<br />

únicamente su extinción; y b) El mismo código las acepta, como ocurre en las<br />

donaciones revocables, en que el donante se reserva la faculta <strong>de</strong> recobrar la<br />

cosa donada cuando quiera (art. 1136). También las aceptaría en el pacto <strong>de</strong><br />

retroventa (art. 1881).<br />

En contra <strong>de</strong> esta opinión, está la opinión <strong>de</strong> Abeliuk, para quien no<br />

valen las meramente potestativas <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, ni las suspensivas<br />

ni las resolutorias, porque: a) nada autoriza para hacer esta distinción, en<br />

circunstancias que el art. 1478, no la hace; b) porque el 1478, está ubicado<br />

antes <strong>de</strong>l artículo 1479, que es el que hace la distinción entre condiciones<br />

suspensivas y resolutorias, lo que <strong>de</strong>muestra que es aplicable a ambas; y c)<br />

porque el fundamento <strong>de</strong> la nulidad <strong>de</strong> la obligación es el mismo en ambos<br />

condiciones, así, por ejemplo, si digo te presto mi casa y me la <strong>de</strong>vuelves si<br />

quieres, no habría obligación seria <strong>de</strong>l comodatario; y d) porque, finalmente,<br />

en los casos <strong>de</strong> las disposiciones señaladas (1136, 1881) si se observa con<br />

cuidado, se verá que se trata <strong>de</strong> casos en que las condiciones <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la<br />

sola voluntad <strong>de</strong>l acreedor (y no <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor).<br />

Reglas comunes a las condiciones<br />

Estas reglas comunes dicen relación con los siguientes aspectos:<br />

1. Estados en que se pue<strong>de</strong> encontrar la condición;<br />

2. Forma como <strong>de</strong>ben cumplirse;<br />

3. Caducidad <strong>de</strong> las condiciones;<br />

4. Retroactividad <strong>de</strong> las condiciones cumplidas;<br />

5. Riesgos <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida bajo condición.<br />

89


Estados en que pue<strong>de</strong> encontrarse la condición<br />

Toda condición pue<strong>de</strong> encontrarse en tres estados: a) pendientes, b)<br />

fallida y c) cumplida.<br />

1. Condición pendiente<br />

Que esté pendiente la condición, significa que aun no ocurre, pero<br />

pue<strong>de</strong> ocurrir, el hecho que la constituye. Ej. <strong>de</strong> doy $l.000.000 si viajas a<br />

Alemania. Aun el sujeto no ha viajado, pero está en el plazo en que pue<strong>de</strong><br />

hacerlo.<br />

Los efectos van a ser diferentes según se trate <strong>de</strong> una condición<br />

suspensiva o resolutoria.<br />

2. Condición fallida<br />

El artículo 1482 señala que “Se reputa haber fallado la condición<br />

positiva o haberse cumplido la negativa, cuando ha llegado a ser cierto que no<br />

suce<strong>de</strong>rá el acontecimiento contemplado en ella, o cuando ha expirado el<br />

tiempo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual el acontecimiento ha <strong>de</strong>bido verificarse, y no se ha<br />

verificado”.<br />

Luego, las reglas serán distintas según la condición sea positiva o<br />

negativa. Si es positiva, falla la condición cuando ha llegado a ser cierto que<br />

no suce<strong>de</strong>rá el acontecimiento contemplado en ella o, cuando ha expirado el<br />

tiempo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual ha <strong>de</strong>bido verificarse, y no se ha verificado. Ej. te doy $<br />

1.000.000, si te casas con María y María fallece antes <strong>de</strong>l matrimonio.<br />

Si la condición es negativa, te doy $10.000, si no viajas a Santiago, la<br />

condición falla si se realiza el viaje.<br />

3. Condición cumplida<br />

Para saber cuando se cumple la condición habrá que distinguir según<br />

sea positiva o negativa. Si la condición es positiva, se cumple cuando se<br />

verifica el hecho que la constituye. Ej. Te doy $1.000 si te casas, y la persona<br />

se casa.<br />

90


Si la condición es negativa, para saber cuando se cumple la condición,<br />

habrá que ver si es <strong>de</strong>terminada o in<strong>de</strong>terminada. Si es <strong>de</strong>terminada Ej. te doy<br />

$1.000, si no vas a Santiago el domingo, la condición se cumple cuando<br />

expira el plazo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual no <strong>de</strong>bía realizarse el hecho, sin que se<br />

realizara. Si es in<strong>de</strong>terminada, habría que esperar los 10 años, según hemos<br />

visto. Si en este plazo no pasa nada, se tiene por cumplida la condición. Ej.: te<br />

doy una casa si no te casas. Y pasan 10 años, sin casarse.<br />

Forma como <strong>de</strong>ben cumplirse las condiciones<br />

Tratan <strong>de</strong> esta materia los artículos 1483 y 1484, normas que, según<br />

algunos, serían contradictorias. Nosotros no vemos la contradicción. Se aplica<br />

primero la regla <strong>de</strong>l art. 1483 “la condición <strong>de</strong>be cumplirse <strong>de</strong>l modo que las<br />

partes han probablemente entendido que lo fuese, y se presumirá que el modo<br />

más racional <strong>de</strong> cumplirla es el que han entendido las partes” (1483 inc. 1º).<br />

Esta regla guarda perfecta concordancia con la norma <strong>de</strong>l art. 1560 “conocida<br />

<strong>cl</strong>aramente la intención <strong>de</strong> los contratantes <strong>de</strong>be estarse a ella más que a lo<br />

literal <strong>de</strong> las palabras”. El inciso 2º, <strong>de</strong>l artículo 1483 coloca un ejemplo:<br />

“Cuando, por ejemplo, la condición consiste en pagar una suma <strong>de</strong> dinero a<br />

una persona que está bajo tutela o curaduría, no se tendrá por cumplida la<br />

condición, si se entrega a la misma persona, y ésta lo disipa”.<br />

Precisado lo anterior, entra a operar la regla <strong>de</strong>l artículo 1484 “las<br />

condiciones <strong>de</strong>ben cumplirse literalmente, en la forma convenida”. O sea,<br />

<strong>de</strong>terminada la forma como las partes querían que se cumpliera, tiene que<br />

cumplirse <strong>de</strong> esa manera y no <strong>de</strong> otra. No pue<strong>de</strong>n cumplirse por equivalencia.<br />

Excepciones a esta regla en el art. 268; y en las asignaciones modales, art.<br />

1093.<br />

Cumplimiento ficto <strong>de</strong> la condición<br />

Esta situación la contempla el inciso 2º <strong>de</strong>l artículo 1481. Se trata <strong>de</strong><br />

que la persona que <strong>de</strong>be dar la prestación si se cumple la condición (<strong>de</strong>udor<br />

condicional), se vale <strong>de</strong> medios ilícitos para que ésta no se cumpla. La ley lo<br />

sanciona, teniendo por cumplida la condición. Es aplicación <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong><br />

que nadie se pue<strong>de</strong> favorecer con su propio dolo.<br />

En el Proyecto <strong>de</strong> 1853, se contiene un ejemplo que grafica muy bien la<br />

institución. “Mi here<strong>de</strong>ro dará tal cosa a Pedro si éste se casare con su hija<br />

María”. El here<strong>de</strong>ro se vale <strong>de</strong> medios violentos para que su hija se case con<br />

91


Martín o abrace una profesión religiosa, o calumnia a Pedro para que María<br />

rehuse casarse con él; <strong>de</strong>berá el legado”<br />

Esta institución viene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ulpiano, pasando <strong>de</strong>spués a las Partidas y,<br />

en seguida, con pequeñas variaciones, a las diversas legislaciones. Bello la<br />

tomó <strong>de</strong> Pothier.<br />

Algunos autores sostienen que no cabe el cumplimiento ficto si la<br />

obligación es potestativa <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, pues en tal caso, él es<br />

“dueño” <strong>de</strong> la condición, como dicen los comentaristas franceses, y, en tal<br />

carácter, pue<strong>de</strong> impedir el cumplimiento <strong>de</strong> la condición que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> su<br />

sola voluntad, sin hacerse acreedor a ninguna sanción.<br />

Frente a esta afirmación, Daniel Peñailillo es <strong>de</strong> opinión que la norma<br />

<strong>de</strong>be aplicarse aunque se trate <strong>de</strong> una condición simplemente potestativa <strong>de</strong> la<br />

voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, si el <strong>de</strong>udor impidió el cumplimiento para sustraerse <strong>de</strong>l<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación, porque al ser ilícito el fin, el medio también lo<br />

es. Señala algunos fallos que han resuelto el asunto <strong>de</strong> esta forma, uno chileno,<br />

publicado en la Gaceta <strong>de</strong> los Tribunales <strong>de</strong>l año 1862, p. 286; y otro, español,<br />

publicado en la Revista <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Privado, septiembre <strong>de</strong> 1953, Nº 438, p.<br />

749.<br />

El mismo profesor plantea, en el artículo recién citado, varios otros<br />

problemas en relación con el cumplimiento ficto <strong>de</strong> la condición, que<br />

trataremos <strong>de</strong> resumir en los puntos siguientes:<br />

1. Esta institución la establece el artículo 1481 inciso 2º <strong>de</strong>l Código,<br />

norma ubicada en el titulo IV <strong>de</strong>l Libro IV <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, esto es “De las<br />

<strong>Obligaciones</strong> condicionales y modales”. Sin embargo, los términos en que está<br />

consagrada son más propios <strong>de</strong> las asignaciones condicionales. Nótese que<br />

habla <strong>de</strong> “la persona que <strong>de</strong>be prestar la asignación”, y el inciso 1º <strong>de</strong> la<br />

misma disposición en forma reiterada hace mención a los “asignatarios”.<br />

La observación anterior pue<strong>de</strong> hacer dudar que tenga aplicación en las<br />

obligaciones condicionales.<br />

La generalidad <strong>de</strong> la doctrina sostiene que es <strong>de</strong> aplicación general<br />

(Abeliuk, Alessandri, Luis Claro Solar).<br />

92


La opinión anterior, según el profesor Peñailillo, pue<strong>de</strong> ser<br />

controvertida por las siguientes razones:<br />

a) texto <strong>de</strong>l art. 1481, ya explicado;<br />

b) es una sanción y a<strong>de</strong>más constituye una excepción pues la regla es<br />

que las condiciones tienen que cumplirse en forma efectiva- y, por lo mismo,<br />

<strong>de</strong>be dársele una interpretación restringida;<br />

c) no cabe aplicar a este caso la norma <strong>de</strong>l artículo 1498, pues en<br />

conformidad a esta disposición, lo que también rige para las convenciones es<br />

lo dicho en el Título IV <strong>de</strong>l Libro III, y el artículo 1481, obviamente no está<br />

ese título.<br />

En apoyo <strong>de</strong> la tesis mayoritaria, pue<strong>de</strong>n darse algunos argumentos:<br />

a) historia <strong>de</strong> la disposición que <strong>de</strong>muestra que en los Proyectos 41-45 y<br />

46-47, aparecía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las obligaciones condicionales. En cambio, en el <strong>de</strong><br />

1853, se la coloca en ambos libros. Ello permite pensar que Bello trató el tema<br />

únicamente en Libro IV, para evitar lo que, seguramente, se estimo una<br />

repetición inútil, sin reparar que algunos <strong>de</strong> los términos empleados podrían<br />

prestarse a confusiones; y<br />

b) que la norma se justifica plenamente tanto para las asignaciones<br />

condicionales como para las obligaciones condicionales lo que lleva a pensar<br />

que <strong>de</strong> no estar establecida expresamente en la ley para el último caso, se<br />

trataría <strong>de</strong> un vacío legal, que <strong>de</strong>bería ser integrado con la misma solución<br />

dada para el primero.<br />

2. ¿Cuál es el fundamento <strong>de</strong> la institución?. Dos soluciones, dice<br />

Peñailillo, son posibles: estimar que lo se preten<strong>de</strong> es sancionar la mala fe <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor, aplicándole el principio <strong>de</strong> que nadie se pue<strong>de</strong> aprovechar <strong>de</strong> su<br />

propio dolo; o bien, que es una forma especial <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar a la víctima <strong>de</strong><br />

un hecho ilícito. Y lo que se resuelva sobre este punto, es importante, pues<br />

frente a un caso concreto en que la condición <strong>de</strong> todas formas habría fallado<br />

(aun sin la actuación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor), el resultado es distinto, según el fundamento<br />

que se le <strong>de</strong>. Si se estima que es una sanción, la condición <strong>de</strong>be tenerse por<br />

cumplida, pues <strong>de</strong> todas formas el <strong>de</strong>udor actuó <strong>de</strong> mala fe. En cambio, si se<br />

consi<strong>de</strong>ra como una forma <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización, la con<strong>cl</strong>usión <strong>de</strong>be ser la<br />

93


contraria, porque la actitud <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor no es la que produjo el daño que sólo<br />

vino a resultar <strong>de</strong> un hecho extraño.<br />

3. Otro problema que crea el artículo 1481, es resolver qué entien<strong>de</strong> el<br />

artículo 1481, por “medios ilícitos”. ¿Se refiere a una ilícitud general, como,<br />

por ejemplo, si para evitar que se pueda entregar la cosa <strong>de</strong>bida bajo<br />

condición, la hurta o la roba? o consi<strong>de</strong>ra como ilícito a cualquier hecho -que<br />

en abstracto pudiera no ser reprobable- pero que dada la finalidad con que se<br />

realiza- evitar el cumplimiento <strong>de</strong> la condición- <strong>de</strong>be estimarse ilícito.<br />

Peñailillo está por esta última tesis, opinión que compartimos plenamente,<br />

pues no nos merece duda que lo preten<strong>de</strong> la ley es sancionar el frau<strong>de</strong>, y la<br />

realización <strong>de</strong> un hecho aparentemente inofensivo para obtener un resultado<br />

in<strong>de</strong>bido constituye en nuestro entendimiento una forma <strong>de</strong> frau<strong>de</strong> civil.<br />

4. Para que se aplique el artículo 1481 ¿tiene que existir dolo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

condicional o basta una actitud culpable, negligente? Peñailillo, cree que si<br />

sólo hubo culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, no rige la norma puesto que “lo que se persigue<br />

con ella es frustrar la pretensión maliciosa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que actúa con el<br />

propósito o finalidad <strong>de</strong> impedir el cumplimiento <strong>de</strong> la condición”.<br />

Compartimos plenamente esta opinión, pues ya hemos dicho que lo que la ley<br />

preten<strong>de</strong> es evitar el frau<strong>de</strong> <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor condicional.<br />

5. Otro problema. En el supuesto que la condición establecida por las<br />

partes, constituya al mismo tiempo un requisito establecido por la ley, para<br />

que se pueda cumplir la obligación o ejecutar el negocio, ¿cabe también el<br />

cumplimiento ficto <strong>de</strong> la condición? El ejemplo, que correspon<strong>de</strong> a una<br />

situación que se da bastante en la vida profesional, es el <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong><br />

promesa en que el promitente ven<strong>de</strong>dor se obliga a celebrar el contrato<br />

prometido, - venta <strong>de</strong> un sitio- una vez que la autoridad competente autorice el<br />

loteo correspondiente. ¿Proce<strong>de</strong> o no en este caso el cumplimiento ficto?.<br />

Algunos afirman que no, porque una parte no pue<strong>de</strong> llevar a la otra a una<br />

contravención <strong>de</strong> la ley, a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong> que en la práctica la autoridad<br />

correspondiente no autorizaría esa operación.<br />

Peñailillo, cree que para encontrar la solución <strong>de</strong>be tenerse en cuenta,<br />

que se <strong>de</strong>ben distinguir dos etapas distintas: la contratación, que da<br />

nacimiento a la obligación; y el cumplimiento o ejecución efectiva <strong>de</strong> ésta.<br />

Partiendo <strong>de</strong> ese punto, es sostenible que si se cumplen las exigencias para la<br />

aplicación <strong>de</strong> la regla ella <strong>de</strong>be aplicarse, provocándose el cumplimiento ficto<br />

<strong>de</strong> la condición, y con ello el nacimiento <strong>de</strong> la obligación. Ello aun cuando la<br />

94


obligación, por imposibilidad legal o administrativa, no pueda cumplirse, caso<br />

en que el acreedor no podrá exigir el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación en especie<br />

pero sí el cumplimiento por equivalencia, <strong>de</strong>mandando la correspondiente<br />

in<strong>de</strong>mnización.<br />

6. Otra interrogante que plantea la norma, es <strong>de</strong>terminar si cabe el<br />

cumplimiento ficto, cuando el <strong>de</strong>udor condicional ha adoptado una actitud<br />

pasiva, es <strong>de</strong>cir, no <strong>de</strong>spliega ninguna actividad.<br />

Aparentemente la respuesta <strong>de</strong>bería ser negativa, puesto que al hablar el<br />

artículo 1481 <strong>de</strong> medios ilícitos, pareciera <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse que exige un actuar en<br />

el <strong>de</strong>udor. Sin embargo, si esta inactividad tiene por objeto justamente que la<br />

condición no se cumpla, no vemos inconveniente en la aplicación <strong>de</strong> la<br />

institución. En el mismo sentido, Daniel Peñailillo.<br />

7. Finalmente, cabe preguntarse qué ocurre en el caso en que el acreedor<br />

<strong>de</strong>spliegue medios para que la condición se cumpla, con el objeto <strong>de</strong> que<br />

nazca su <strong>de</strong>recho y <strong>de</strong>mandarlo. Peñailillo afirma que “por haber adoptado el<br />

acreedor una conducta tendiente a que la condición se cumpla, si se cumplió<br />

realmente, y fue <strong>de</strong>bido a esa conducta <strong>de</strong>l acreedor, aplicar la regla<br />

significará que la condición se tendrá por fallida”. No obstante algunas<br />

reservas, Peñailillo, es <strong>de</strong> opinión que se aplica la regla, no por el texto <strong>de</strong>l<br />

1481, que <strong>cl</strong>aramente se refiere al <strong>de</strong>udor, sino porque se está frente a una<br />

situación no tratada, <strong>de</strong> un vacío legal, que <strong>de</strong>be ser integrado, aplicándose la<br />

misma solución dada para caso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

Principio <strong>de</strong> la indivisibilidad <strong>de</strong> la condición<br />

Lo establece el artículo 1485 inc. 1º “No pue<strong>de</strong> exigirse el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación condicional, sino verificada la condición<br />

totalmente”. Ej. Te daré esta casa, si previamente das $1.000.000 a Juan y<br />

$1.000.000 a María. Es obvio que no pue<strong>de</strong> re<strong>cl</strong>amar la casa, mientras no se<br />

cumpla ambas obligaciones.<br />

Caducidad <strong>de</strong> las condiciones<br />

Ya hemos explicado que para saber cuando falla la condición, será<br />

necesario distinguir entre condiciones positiva y negativas. Falla la condición<br />

positiva, cuando ha llegado a ser cierto que no suce<strong>de</strong>rá el acontecimiento<br />

contemplado en ella o, cuando ha expirado el tiempo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual el<br />

95


acontecimiento ha <strong>de</strong>bido verificarse, y no se ha verificado (artículo 1482). Ya<br />

hemos explicado que si la condición es in<strong>de</strong>terminada, falla si transcurren 10<br />

años sin que el hecho se verifique.<br />

Si la condición es negativa, falla cuando ocurre el hecho que no <strong>de</strong>bía<br />

ocurrir.<br />

El efecto <strong>de</strong> la caducidad es el siguiente: Si la condición es suspensiva y<br />

falla, el acreedor condicional no va a llegar a adquirir el <strong>de</strong>recho condicional;<br />

y si es resolutoria, se consolida el <strong>de</strong>recho en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor condicional,<br />

que ya nada <strong>de</strong>berá restituir.<br />

Retroactividad <strong>de</strong> la condición cumplida<br />

Que el cumplimiento <strong>de</strong> la condición opere retroactivamente significa<br />

que una vez cumplida, los efectos <strong>de</strong>l acto o contrato, se retrotraigan al<br />

momento en que dicho acto se celebró.<br />

Si la condición es suspensiva, se consi<strong>de</strong>ra que el acto jurídico ha<br />

tenido siempre el carácter <strong>de</strong> puro y simple. “El acreedor por lo tanto se<br />

reputará haber adquirido el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento <strong>de</strong> la celebración <strong>de</strong>l<br />

acto o contrato y no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la realización <strong>de</strong>l hecho condicional. El <strong>de</strong>udor, por<br />

su parte, se estimará que ha quedado obligado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la misma fecha <strong>de</strong>l acto<br />

o contrato condicional” (Vío Vásquez).<br />

Si la condición es resolutoria, y se cumple, se extingue o se resuelve el<br />

<strong>de</strong>recho. Las partes quedan, al operar la retroactividad, como si jamás<br />

hubieran estado vinculadas entre sí. Luego el <strong>de</strong>udor condicional <strong>de</strong>be restituir<br />

todo lo que recibió al momento <strong>de</strong> celebrarse el acto o contrato.<br />

La retroactividad, es una ficción <strong>de</strong>stinada a proteger al acreedor<br />

condicional, <strong>de</strong> los actos o gravámenes que pudiera haber realizado el <strong>de</strong>udor<br />

condicional, mientras la condición estuvo pendiente. Como dice Luigi Mosco,<br />

“si la resolución se limitase sólo a resolver el vínculo contractual se crearía<br />

una situación <strong>de</strong> enriquecimiento injusto en favor <strong>de</strong> una u otra parte. Para<br />

evitar esto la ley recurre aquí, como en muchísimas hipótesis <strong>de</strong> disolución <strong>de</strong>l<br />

vínculo contractual, a un medio <strong>de</strong> técnica jurídica que, aun no <strong>de</strong>sconociendo<br />

los hechos que se han verificado tien<strong>de</strong> no obstante a eliminar en cuanto sea<br />

posible las consecuencias económicas y jurídicas que <strong>de</strong> los mismos se<br />

<strong>de</strong>rivan”, y agrega “Este medio <strong>de</strong> técnica jurídica es, como se sabe, la<br />

96


etroactividad, la cual tien<strong>de</strong> a restablecer la situación jurídica y económica<br />

existente antes <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> la resolución jurídica extinguida (resuelta,<br />

rescindida o revocada)”. En relación con el efecto retroactivo <strong>de</strong> la condición,<br />

pue<strong>de</strong> verse una sentencia <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Apelaciones <strong>de</strong> Concepción, <strong>de</strong> 30<br />

<strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1983 (t. 80, sec. 2ª, p. 126)<br />

La retroactividad <strong>de</strong> la condición en Chile<br />

En Francia hay una norma expresa -el art. 1179 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>- que<br />

resuelve el problema “la condición cumplida tiene efecto retroactivo al día en<br />

que se haya contraído la obligación”.<br />

En Chile falta una norma semejante a la francesa y ello genera<br />

problemas, pues hay casos en que se acepta el efecto retroactivo <strong>de</strong> la<br />

condición; y otros en que se rechaza.<br />

Casos en que se acepta el efecto retroactivo (artículos 1486, 2413,<br />

1487, 1490 y 1491).<br />

a) El artículo 1486, por cuanto, esta norma señala que el acreedor tiene<br />

<strong>de</strong>recho a los aumentos y mejoras <strong>de</strong> la cosa, ocurridos cuando estaba<br />

pendiente la condición (inc. 2º);<br />

b) El artículo 2413, pues da pleno valor a la hipoteca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong><br />

su inscripción en el Conservador <strong>de</strong> Bienes Raíces una vez cumplida la<br />

condición suspensiva bajo la cual se otorgó (inc. 2º)<br />

c) El artículo 1487, porque cuando se cumple la condición resolutoria<br />

el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be restituir todo lo que hubiere recibido con tal motivo;<br />

d) Los artículos 1490 y 1491, en cuanto privan <strong>de</strong> valor a las<br />

enajenaciones hechas por el <strong>de</strong>udor en el tiempo intermedio, a menos que se<br />

cumplan <strong>de</strong>terminados requisitos.<br />

Casos en que se rechaza el efecto retroactivo<br />

Hay varias disposiciones que rechazan el efecto retroactivo. Se<br />

mencionan los artículos 1488, 1078 inc. 3º, 758, 1490 y 1491.<br />

97


a) el artículo 1488. De acuerdo a esta disposición cumplida una<br />

condición resolutoria, no se <strong>de</strong>ben restituir los frutos producidos por la cosa<br />

mientras estuvo pendiente la condición. Si se aceptare la retroactividad, el<br />

<strong>de</strong>udor condicional <strong>de</strong>bería, al cumplirse la condición, restituir la cosa y los<br />

frutos;<br />

b) el artículo 1078, inc. 3º, contiene la misma i<strong>de</strong>a anterior en las<br />

asignaciones testamentarias;<br />

c) el artículo 758 en el fi<strong>de</strong>icomiso. Esta norma autoriza al fiduciario<br />

para mudar la forma <strong>de</strong> la propiedad fiduciaria. Si la condición operara con<br />

efecto retroactivo, no podría existir esta norma. También se acepta<br />

universalmente que cumplida la condición, y operada la restitución al<br />

fi<strong>de</strong>icomisario, subsisten los arrendamientos hechos por el fiduciario. Si<br />

operara la retroactividad ello no se podría aceptar, porque quien arrendó lo<br />

habría hecho sin ningún <strong>de</strong>recho.<br />

d) los artículos 1490 y 1491. De acuerdo a estas disposiciones, los<br />

actos <strong>de</strong> enajenación realizados por el <strong>de</strong>udor estando pendiente la condición,<br />

generalmente valen, lo que no sería posible si la condición operara con efecto<br />

retroactivo.<br />

En los casos no reglamentados en la ley ¿opera el efecto<br />

retroactivo?.<br />

Hay quienes sostienen que el Código <strong>Civil</strong> acoge en general la<br />

retroactividad y que aquellas disposiciones <strong>de</strong> excepción son meras<br />

limitaciones al principio habitual, <strong>de</strong> manera que conforme a él <strong>de</strong>ben<br />

resolverse las situaciones no previstas por la ley (David Stitchkin).<br />

Don Manuel Somarriva, sostiene que la situación es al revés: la<br />

retroactividad constituye la excepción en nuestra legislación, y como ficción<br />

que es, no pue<strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse a otros casos que los previstos expresamente. En<br />

el mismo sentido Abeliuk.<br />

Luis Cousiño Mac Iver <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> analizar el problema con<strong>cl</strong>uye: “no<br />

po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir en términos generales la condición tiene efecto retroactivo, o<br />

la condición no tiene efecto retroactivo, sino que en cada caso particular<br />

podremos pensar este efecto proviene <strong>de</strong> la retroactividad”.<br />

98


Riesgos <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida bajo condición<br />

Bajo este título queremos resolver el problema <strong>de</strong> quien soporta la<br />

pérdida <strong>de</strong> la especie o cuerpo cierto <strong>de</strong>bido que se <strong>de</strong>struye fortuitamente<br />

mientras pen<strong>de</strong> la condición y, para el caso <strong>de</strong> que la obligación condicional<br />

incidiere en un contrato bilateral, si subsiste la obligación <strong>de</strong> la contraparte.<br />

El artículo 1486 señala que “si antes <strong>de</strong>l cumplimiento <strong>de</strong> la condición<br />

la cosa prometida perece sin culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, se extingue la obligación...”<br />

(inc. 1º, primera parte). Cousiño Mac Iver afirma que esta norma es <strong>de</strong>fectuosa<br />

al <strong>de</strong>cir que “se extingue la obligación”. Eso es falso, agrega, “la obligación<br />

no pue<strong>de</strong> extinguirse porque no ha existido nunca. Lo que ocurre es que <strong>de</strong>ja<br />

sin objeto una <strong>de</strong> las obligaciones que pue<strong>de</strong> posteriormente nacer, y que, por<br />

lo tanto, <strong>de</strong>ja sin causa la otra obligación correlativa...” Podríamos <strong>de</strong>cir, que<br />

más que se extinga la obligación se extingue el contrato (o sea no sólo se<br />

extingue esta obligación sino también la <strong>de</strong> la contraparte, porque carecería <strong>de</strong><br />

causa).<br />

Luego, si yo <strong>de</strong>bo entregar un automóvil bajo condición, y pendiente<br />

ésta se <strong>de</strong>struye fortuitamente, se extingue mi obligación y se extingue<br />

también la obligación <strong>de</strong> la contraparte <strong>de</strong> pagar el precio. Esto significa que<br />

el riesgo es mío (<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor condicional) porque no voy a po<strong>de</strong>r exigir a la<br />

contraparte el cumplimiento <strong>de</strong> su propia obligación (que me pague el precio),<br />

pues tal obligación carecería <strong>de</strong> causa.<br />

En esta materia se separó el Código <strong>Civil</strong>, <strong>de</strong> la regla general<br />

contemplada en el artículo 1550, según el cual, el riesgo es <strong>de</strong>l acreedor. Y es<br />

justo que así sea pues pendiente la condición, la cosa es <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y las cosas<br />

se pier<strong>de</strong>n para su dueño. La regla la reitera en la venta condicional<br />

suspensiva, el artículo 1820.<br />

Lo que venimos diciendo rige para la <strong>de</strong>strucción total y fortuita <strong>de</strong> la<br />

especie o cuerpo cierto <strong>de</strong>bida bajo condición. Si la <strong>de</strong>strucción es culpable, el<br />

<strong>de</strong>udor es obligado al precio y a la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios (artículo<br />

1486).<br />

Si la <strong>de</strong>strucción es parcial y fortuita, rige la regla <strong>de</strong>l inciso 2º <strong>de</strong>l<br />

1486, según la cual la cosa <strong>de</strong>berá recibirla el acreedor en el estado en que se<br />

encuentre, sin <strong>de</strong>recho a la rebaja en el precio- Ahora, si es parcial y culpable,<br />

la misma disposición señala que el acreedor tendrá un <strong>de</strong>recho alternativo a<br />

99


que se rescinda (<strong>de</strong>bería <strong>de</strong>cir resuelva) el contrato o que se le entregue la<br />

cosa en el estado en que se encuentra y, a<strong>de</strong>más, en ambos casos tendrá<br />

<strong>de</strong>recho a in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios. Concuerda en esta parte con los<br />

artículos 1548 y 1672.<br />

Finalmente, el art. 1486 en su inciso final señala que “todo lo que<br />

<strong>de</strong>struye la aptitud <strong>de</strong> la cosa para el objeto a que según su naturaleza o según<br />

la convención se <strong>de</strong>stina, se entien<strong>de</strong> <strong>de</strong>struir la cosa”. El ejemplo típico es el<br />

caballo <strong>de</strong> carrera, que se rompe una pata.<br />

Efecto <strong>de</strong> las condiciones<br />

Para estudiar los efectos <strong>de</strong> las condiciones, <strong>de</strong>bemos distinguir entre<br />

condiciones suspensivas y resolutorias: y, a<strong>de</strong>más ver los efectos <strong>de</strong> cada una<br />

<strong>de</strong> ellas, en los tres estados en que pue<strong>de</strong> encontrarse: pendiente, cumplida y<br />

fallida.<br />

Efectos <strong>de</strong> la condición suspensiva pendiente<br />

1. No nace el <strong>de</strong>recho ni la obligación correspondiente;<br />

2. El vínculo jurídico existe; y<br />

3. El acreedor tiene una simple expectativa.<br />

1. No nace el <strong>de</strong>recho ni la obligación<br />

Por <strong>de</strong>finición la condición suspensiva obsta el nacimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />

No hay <strong>de</strong>recho ni hay obligación.<br />

Consecuencias:<br />

- El acreedor no pue<strong>de</strong> exigir su cumplimiento. Así lo dice el artículo<br />

1485 inciso 1º: “No pue<strong>de</strong> exigirse el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación<br />

condicional, sino verificada la condición totalmente”<br />

- Si el <strong>de</strong>udor paga antes <strong>de</strong>l cumplimiento, paga lo no <strong>de</strong>bido y pue<strong>de</strong><br />

pedir restitución. El art. 1485 inc. 2º prescribe: “Todo lo que se hubiere<br />

pagado antes <strong>de</strong> efectuarse la condición suspensiva, podrá repetirse mientras<br />

100


no se hubiere cumplido”. En el caso <strong>de</strong>l plazo pendiente, ocurre exactamente<br />

lo contrario (artículo. 1495);<br />

- El acreedor condicional, no pue<strong>de</strong> ejercer la acción pauliana -que<br />

establece el art. 2468- pues tal ación correspon<strong>de</strong> a los acreedores, calidad que<br />

todavía no tiene porque no se ha cumplido la condición;<br />

- No hay obligación actualmente exigible. Por ello: a) la prescripción<br />

no está corriendo, pues ello sólo va a ocurrir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se hace<br />

exigible (artículo 2514 inc. 2); b) no se pue<strong>de</strong> novar esa obligación (artículo<br />

1633); c) no pue<strong>de</strong> operar la compensación (artículo 1656 Nº 3); d) el <strong>de</strong>udor<br />

no está en mora.<br />

2. El vínculo jurídico existe<br />

El acto o contrato se generó, si bien el <strong>de</strong>recho y la correlativa<br />

obligación, no han nacido.<br />

Consecuencias:<br />

- Al contratarse la obligación <strong>de</strong>ben reunirse todos los requisitos <strong>de</strong><br />

existencia y vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l acto o contrato;<br />

- El <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> retractarse, pues no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>svincularse por su<br />

propia voluntad. Vulneraría con ello el principio contenido en el artículo 1545<br />

<strong>de</strong>l código civil, <strong>de</strong> que todo contrato es ley para las partes contratantes.<br />

- La obligación condicional se rige por la ley vigente al momento <strong>de</strong><br />

otorgarse el contrato, en conformidad al artículo 22 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Efecto<br />

Retroactivo.<br />

3. El acreedor tiene una simple expectativa <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho<br />

El <strong>de</strong>recho no nace mientras no se cumpla la condición. Pero existe una<br />

expectativa <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho en el acreedor condicional, que la ley respeta. Algunos<br />

dicen que hay un germen <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, o <strong>de</strong>recho en potencia o latente<br />

(Abeliuk).<br />

Consecuencias:<br />

101


- El acreedor condicional pue<strong>de</strong> impetrar provi<strong>de</strong>ncias conservativas,<br />

mientras está pendiente la condición (artículos 1492 inc. 3º, 1078 inc. 1º; y en<br />

el fi<strong>de</strong>icomiso el artículo 761 inc. 2º, otorga el mismo <strong>de</strong>recho al<br />

fi<strong>de</strong>icomisario (que es acreedor condicional suspensivo).<br />

¿En qué consisten estas medidas conservativas?. La ley no lo ha dicho,<br />

quedando, dice Abeliuk entregada a la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l juez: pue<strong>de</strong> ser una<br />

caución, un nombramiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>positario, etc.<br />

- Este gérmen <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho lo trasmite el acreedor condicional a sus<br />

here<strong>de</strong>ros: “el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l acreedor que fallece en el intervalo entre el contrato<br />

condicional y el cumplimiento <strong>de</strong> la condición, se trasmita a sus here<strong>de</strong>ros, y<br />

lo mismo suce<strong>de</strong> con la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor” (1492 inc. 1º). Esta regla no<br />

rige, en dos casos:<br />

1. en las asignaciones testamentarias condicionales (1078 inc. 2º).<br />

Lo que se explica porque el asignatario tiene que existir al momento en que<br />

fallece el causante, según el artículo 962; y<br />

2. respecto <strong>de</strong>l donatario condicional, por ser la donación un<br />

contrato intuito persona <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se sigue que tiene que estar vivo para<br />

adquirir lo donado.<br />

Efectos <strong>de</strong> la condición suspensiva fallida<br />

Si la condición falla, quiere <strong>de</strong>cir que el <strong>de</strong>recho y la correlativa<br />

obligación no van a nacer, <strong>de</strong>sapareciendo, <strong>de</strong> esa manera, la expectativa <strong>de</strong>l<br />

acreedor condicional.<br />

Por esta razón si habían medidas conservativas, estás quedan sin efecto.<br />

Todos los actos <strong>de</strong> administración o disposición celebrados por el <strong>de</strong>udor<br />

condicional en el tiempo intermedido, quedan firmes.<br />

Efectos <strong>de</strong> la condición suspensiva cumplida<br />

Los efectos son exactamente los contrarios a los señalados para la<br />

condición suspensiva pendiente.<br />

a) nace el <strong>de</strong>recho y la obligación correspondiente,<br />

102


) el acreedor pue<strong>de</strong> exigir su cumplimiento;<br />

c) si el <strong>de</strong>udor paga, el pago es válido. No pue<strong>de</strong> repetir (1485 inc. 2).<br />

d) según algunos (Alessandri), se produce el efecto retroactivo, lo que,<br />

según hemos visto, es a lo menos discutible.<br />

e) <strong>de</strong>be el <strong>de</strong>udor entregar la cosa <strong>de</strong>bida condicionalmente en el estado<br />

en que se halle, favoreciendo al acreedor los aumentos y soportando las<br />

pérdidas (artículo 1486) siempre que estas últimas sean fortuitas;<br />

f) por regla general, no se entregan los frutos que la cosa produjo en el<br />

tiempo intermedio (mientras la condición estuvo pendiente). Así lo dice el art.<br />

1078 inc. 3º. Y en cierto sentido la misma i<strong>de</strong>a se pue<strong>de</strong> extraer <strong>de</strong>l artículo<br />

1488, que está dada para la condición resolutoria.<br />

g) Los actos <strong>de</strong> administración (arrendamientos, por ejemplo)<br />

celebrados por el <strong>de</strong>udor se mantienen, sin perjuicio <strong>de</strong> que el cumplimiento<br />

<strong>de</strong> la condición importe una causal <strong>de</strong> extinción <strong>de</strong>l contrato como lo prueba el<br />

artí<strong>cl</strong>o 1950 Nº 3. Este principio se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l artículo 758, que otorga al<br />

propietario fiduciario -que es un <strong>de</strong>udor condicional- la facultad <strong>de</strong><br />

administrar.<br />

Efectos <strong>de</strong> la condición resolutoria<br />

Recor<strong>de</strong>mos que la condición resolutoria se <strong>de</strong>fine como el hecho futuro<br />

e incierto <strong>de</strong>l cual <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho. Ej. te vengo mi casa,<br />

porque me voy a radicar a París, pero me la restituyes si vuelvo <strong>de</strong> Europa<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los próximos 3 años.<br />

Para estudiar los efectos <strong>de</strong> la condición resolutoria tenemos que señalar<br />

que esta condición en nuestro <strong>de</strong>recho positivo pue<strong>de</strong> revestir tres<br />

modalida<strong>de</strong>s: a) Condición resolutoria ordinaria, b) Condición resolutoria<br />

tácita y c) Pacto comisorio.<br />

Condición resolutoria ordinaria<br />

Es el hecho futuro e incierto, que no sea el incumplimiento <strong>de</strong> una<br />

obligación contraída, verificado el cual se extingue un <strong>de</strong>recho y la correlativa<br />

obligación.<br />

103


Efraín Vío la <strong>de</strong>fine diciendo que “es aquella condición estipulada por<br />

los contratantes o expresada por el testador, que consiste en un hecho<br />

cualquiera que no sea la infracción o inejecución <strong>de</strong> obligaciones contraídas.<br />

Ej. Te regalo mi casa; pero si te separas <strong>de</strong> tu mujer me la restituyes.<br />

Condición resolutoria tácita<br />

Es la que <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l artículo 1489 y se <strong>de</strong>fine como la que va envuelta<br />

en todo contrato bilateral para el caso <strong>de</strong> no cumplirse por la otra parte lo<br />

pactado. Dice el art. 1489: “En los contratos bilaterales va envuelta la<br />

condición resolutoria <strong>de</strong> no cumplirse por uno <strong>de</strong> los contratantes lo pactado”<br />

(inciso 1º). Ej. si el comprador no paga el precio, el ven<strong>de</strong>dor pue<strong>de</strong> pedir la<br />

resolución <strong>de</strong>l contrato, por haberse cumplido la condición resolutoria tácita.<br />

El pacto comisorio<br />

Es la condición resolutoria tácita expresada. En el mismo contrato <strong>de</strong><br />

compraventa, las partes <strong>de</strong>jan constancia que si el comprador no paga el<br />

precio, la otra parte podrá pedir la resolución <strong>de</strong>l contrato.<br />

Efectos <strong>de</strong> la condición resolutoria ordinaria<br />

Estos efectos se <strong>de</strong>ben estudiar, en los tres estados en que se pue<strong>de</strong><br />

encontrar la condición: pendiente, fallida y cumplida, lo que iremos haciendo<br />

en los números siguientes.<br />

Condición resolutoria ordinaria pendiente<br />

Mientras está pendiente la condición el acto o contrato produce todos<br />

sus efectos, igual que si fuera puro y simple. De consiguiente, las partes<br />

pue<strong>de</strong>n exigir el cumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones. Y el que tiene el dominio<br />

<strong>de</strong> una cosa sujeta a condición resolutoria pue<strong>de</strong> ejercer los <strong>de</strong>rechos que le<br />

otorga ese título, igual que si fuere un propietario puro y simple. Naturalmente<br />

que su <strong>de</strong>recho está expuesto a extinguirse si se cumple la condición. Pue<strong>de</strong><br />

realizar actos <strong>de</strong> administración, enajenación y gravamen, sujetos a resolverse<br />

si se cumple la condición (véase por ej. el art. 1950 Nº 3º, en el caso <strong>de</strong>l<br />

arriendo). Si se trata <strong>de</strong> un asignatario condicional resolutorio, se produce la<br />

inmediata <strong>de</strong>lación <strong>de</strong> la herencia (art. 956), y pue<strong>de</strong> in<strong>cl</strong>uso pedir partición.<br />

104


El <strong>de</strong>udor condicional resolutorio tiene la obligación <strong>de</strong> cuidar la cosa y<br />

conservarla como un buen padre <strong>de</strong> familia, para restituirla al acreedor si se<br />

cumple la condición. Así fluye <strong>de</strong>l art. 1486 y tratándose <strong>de</strong>l fi<strong>de</strong>icomiso <strong>de</strong>l<br />

artículo 758 inc. 2º.<br />

Por su parte, el acreedor condicional, podrá impetrar provi<strong>de</strong>ncias<br />

conservativas (art. 1492 inc. final) y 761 inc. 2º en el fi<strong>de</strong>icomiso.<br />

Condición resolutoria ordinaria fallida<br />

Si la condición resolutoria falla el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor condicional se<br />

consolida. Pasa a ser dueño puro y simple y los actos realizados mientras<br />

estuvo pendiente la condición quedan firmes. Si se habían solicitado medidas<br />

conservativas por el acreedor condicional, estas se extinguen.<br />

Condición resolutoria ordinaria cumplida<br />

a) Cumplida la condición resolutoria, quien adquirió <strong>de</strong>rechos sujetos a<br />

ella, se extinguen. Dice el artículo 1487: “Cumplida la condición resolutoria,<br />

<strong>de</strong>berá restituirse lo que se hubiere recibido bajo tal condición, a menos que<br />

ésta haya sido puesta en favor <strong>de</strong>l acreedor ex<strong>cl</strong>usivamente, en cuyo caso<br />

podrá éste, si quiere, renunciarla; pero será obligado a <strong>de</strong><strong>cl</strong>arar su<br />

<strong>de</strong>terminación, si el <strong>de</strong>udor lo exigiere”. Esta norma concuerda con el artículo<br />

1479, que <strong>de</strong>fine a la condición resolutoria, y con el artículo 1567 Nº 9, “las<br />

obligaciones se extinguen, 9º Por el evento <strong>de</strong> la condición resolutoria”.<br />

Por consiguiente, el <strong>de</strong>udor condicional <strong>de</strong>be restituir lo que recibió<br />

sujeto a esa condición. Por regla general, no se aplican a estas restituciones<br />

las normas sobre prestaciones mutuas porque el Código da reglas propias en<br />

los artículos 1486 y siguientes. Así, por ejemplo, el art. 1488 (y también el<br />

1078 inc. 3º) establece que no se restituyen los frutos, “salvo que la ley, el<br />

testador, el donante o los contratantes, según los varios casos, hayan dispuesto<br />

lo contrario”. La ley or<strong>de</strong>na restituir los frutos, por ejemplo, en la<br />

compraventa por no pago <strong>de</strong>l precio (art. 1875.); en las donaciones, cuando el<br />

donatario no cumple con lo que se obligó (art. 1426 inc. 2º); en las<br />

asignaciones modales, cuando opera la <strong>cl</strong>áusula resolutoria (art. 1090).<br />

En materia <strong>de</strong> expensas o <strong>de</strong>terioros rige el artículo 1486, ya visto: el<br />

acreedor se aprovecha <strong>de</strong> las mejoras y sufre los <strong>de</strong>terioros producidos por<br />

caso fortuito;<br />

105


) respecto a los actos <strong>de</strong> administración que pueda haber realizado el<br />

<strong>de</strong>udor condicional, caducan y se extinguen (ver 1950 Nº 3, en materia <strong>de</strong><br />

arrendamiento). El 1958, reitera lo mismo. En cuanto a las enajenaciones y<br />

gravámenes, volveremos <strong>de</strong>spués sobre el punto, pues esta materia está tratada<br />

en los artículos 1490 y 1491, que luego estudiaremos.<br />

Forma <strong>de</strong> operar la condición resolutoria ordinaria<br />

La condición resolutoria ordinaria opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho. No requiere<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración judicial. Nótese que el artículo 1487 dice “cumplida la<br />

condición. -no dice <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada la resolución- <strong>de</strong>berá restituirse lo que se<br />

hubiere recibido bajo tal condición. Es, como señala un autor, “una manera <strong>de</strong><br />

expresar que el cumplimiento <strong>de</strong> la condición resolutoria produce ipso facto<br />

su efecto <strong>de</strong> terminar o resolver el contrato, <strong>de</strong> extinguir los <strong>de</strong>rechos nacidos<br />

<strong>de</strong> él” (Víctor Santa Cruz Serrano). Nótese, por otra parte, que el artículo 1479<br />

<strong>de</strong>fine la condición resolutoria como la que por su cumplimiento extingue un<br />

<strong>de</strong>recho y no como la que da <strong>de</strong>recho al acreedor para que se <strong>de</strong><strong>cl</strong>are<br />

extinguido un <strong>de</strong>recho. Así lo entien<strong>de</strong>n todos los autores y la jurispru<strong>de</strong>ncia.<br />

Si las partes van a pleito, el tribunal sólo se limitará a constatar que la<br />

condición operó, y los efectos se producen a partir <strong>de</strong>l momento en que se<br />

cumple.<br />

Es importante que opere <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho, porque produce efectos<br />

universales, pudiendo oponerse la resolución a cualquier persona que pretenda<br />

hacer valer <strong>de</strong>rechos emanados <strong>de</strong>l contrato respectivo. Del mismo modo, el<br />

tercero favorecido pue<strong>de</strong> invocar la resolución.<br />

Efectos <strong>de</strong> la condición resolutoria tácita<br />

Ya hemos dicho que está establecida en el artículo 1489. Va envuelta en<br />

todos contratos bilaterales. Abeliuk la <strong>de</strong>fine como “aquella que va envuelta<br />

en todo contrato bilateral, y en que el hecho futuro e incierto que pue<strong>de</strong><br />

provocar la extinción <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las partes es el incumplimiento <strong>de</strong><br />

sus obligaciones”. Agrega, que la condición resolutoria tácita se funda en la<br />

falta <strong>de</strong> cumplimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

Un fallo reciente ha señalado que “conforme lo dispone el artículo<br />

1489, para encontrarse frente a una condición resolutoria tácita, es menester<br />

que el evento futuro e incierto, que constituye la condición, sea<br />

106


necesariamente, la falta <strong>de</strong> cumplimiento <strong>de</strong> alguna <strong>de</strong> las obligaciones que<br />

una <strong>de</strong> las partes contrajo en virtud <strong>de</strong>l contrato bilateral. En consecuencia,<br />

cualquier otro evento futuro e incierto, aun cuando él constituya la falta <strong>de</strong><br />

cumplimiento <strong>de</strong> un hecho que se atribuya a un tercero, <strong>de</strong>be ser calificado<br />

como constitutivo <strong>de</strong> una condición resolutoria ordinaria” (Corte <strong>de</strong> Santiago,<br />

t. 92, sec. 2ª, p. 7.)<br />

El incumplimiento <strong>de</strong> una obligación en un contrato bilateral, da a la<br />

otra parte un <strong>de</strong>recho alternativo para solicitar o el cumplimiento o la<br />

resolución, y en ambos casos, con in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios.<br />

Fundamento <strong>de</strong> la condición resolutoria tácita<br />

Se dan diversas explicaciones: equidad; voluntad presunta <strong>de</strong> las partes;<br />

falta <strong>de</strong> causa; inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las prestaciones en un contrato bilateral,<br />

forma <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar los perjuicios <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong>l incumplimiento, etc.<br />

Así, una vieja sentencia <strong>de</strong> la Corte Suprema, apoyándose en la equidad,<br />

resolvió que “los fundamentos que inspiran la disposición <strong>de</strong>l artículo 1489<br />

son <strong>de</strong> equidad y justicia, y no son otros que subenten<strong>de</strong>r o presumir que en<br />

los contratos bilaterales cada una <strong>de</strong> las partes consiente en obligarse a<br />

condición <strong>de</strong> que la otra se obligue a su vez para con ella, o sea, la<br />

reciprocidad <strong>de</strong> las obligaciones acarrea necesariamente la <strong>de</strong> las prestaciones<br />

(t. 28, sec. 1ª, p. 689). Esta es también la opinión <strong>de</strong> don Arturo Alessandri.<br />

Jorge Giorgi estima que el fundamento <strong>de</strong> la condición resolutoria se<br />

encuentra en la voluntad presunta <strong>de</strong> las partes. Señala “y vista en la<br />

condición resolutoria tácita una presunción legal <strong>de</strong> voluntad <strong>de</strong> los<br />

contratantes, la buena lógica forense nos enseñará a in<strong>cl</strong>uirla entre las<br />

instituciones jurídicas fundadas en consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> conveniencia más que<br />

sobre principios <strong>de</strong> equidad natural, por po<strong>de</strong>r alguna vez expresar una<br />

afirmación contraria a la verdad <strong>de</strong>l hecho no tiene su justificación en la<br />

equidad, sino en las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la vida social”.<br />

Según algunos el fundamento <strong>de</strong> la condición resolutoria tácita estaría<br />

en el hecho <strong>de</strong> que si en un contrato bilateral una <strong>de</strong> las partes no cumple con<br />

sus obligaciones, la obligación <strong>de</strong>l otro contratante carecería <strong>de</strong> causa. Así lo<br />

sostienen Henri Capitant y sus seguidores, especialmente Joulliot <strong>de</strong> la<br />

Morandiére. En Chile siguen esta tesis Mera y también pue<strong>de</strong> verse sentencia<br />

publicada en t. 30, sec. 2ª, p. 1. Sin embargo, se argumenta en contra <strong>de</strong> esta<br />

107


opinión señalándose que <strong>de</strong> faltar la causa, el contrato sería nulo, por lo que<br />

el contratante diligente no podría pedir el cumplimiento. Si lo pue<strong>de</strong> hacer -y<br />

el artículo 1489 le da esa opción- es porque la obligación tiene causa. La<br />

verdad es que nada tiene que ver el incumplimiento <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las partes, con<br />

la existencia <strong>de</strong> la causa. El requisito <strong>de</strong> la causa <strong>de</strong>be verse al momento en<br />

que el contrato se celebró, y a ese momento la causa existía, pues ambas partes<br />

contrajeron obligaciones recíprocas. El incumplimiento posterior no hace<br />

<strong>de</strong>saparecer la causa. En este sentido los hermanos Mazeaud.<br />

También se ha dicho que la resolución sería una consecuencia <strong>de</strong> la<br />

inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las obligaciones nacidas <strong>de</strong>l contrato sinalagmático. Sin<br />

embargo, como acotan los hermanos Mazeaud, “esta explicación carece <strong>de</strong><br />

precisión y no da cuenta <strong>de</strong> las diferencias que separan la resolución y la teoría<br />

<strong>de</strong> los riesgos”.<br />

Los hermanos Mazeaud con<strong>cl</strong>uyen que “en realidad, la resolución<br />

judicial es un modo <strong>de</strong> reparación <strong>de</strong>l perjuicio que causa al acreedor el<br />

incumplimiento <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor”. Según estos autores “al<br />

dispensarle al acreedor <strong>de</strong> cumplir con su propia obligación, o al permitirle<br />

recuperar la prestación por él efectuada, la resolución se presenta como un<br />

modo <strong>de</strong> reparación <strong>de</strong> mayor eficacia...”.<br />

Para Augusto Elgueta Ortiz el fundamento <strong>de</strong>l artículo 1489 está, en que<br />

cada parte ha contratado bajo una presuposición real, efectiva, <strong>de</strong> que su<br />

contraparte habrá <strong>de</strong> cumplir con su obligación y así aquélla podrá obtener la<br />

ventaja que se propuso y en consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la cual consintió en obligarse.<br />

Ahora bien, si la contraparte no cumple, esta presuposición, que es supuesto<br />

<strong>de</strong>l contrato, falla, y es por esto que la ley autoriza para pedir la resolución...”.<br />

Características <strong>de</strong> la condición resolutoria tácita<br />

a) es un tipo <strong>de</strong> condición resolutoria;<br />

b) es tácita, puesto que el legislador la subentien<strong>de</strong> en todo contrato<br />

bilateral. Por ello es un elemento <strong>de</strong> la naturaleza y, por lo mismo,<br />

renunciable;<br />

c) es negativa: consiste en que no ocurra un hecho, que una <strong>de</strong> las partes<br />

no cumpla su obligación;<br />

108


d) es simplemente potestativa, pues <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> un hecho voluntario <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor.<br />

e) no opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho, sino que requiere <strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración judicial.<br />

Requisitos <strong>de</strong> la condición resolutoria tácita<br />

1. Que se trate <strong>de</strong> un contrato bilateral,<br />

2. Incumplimiento imputable <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las partes,<br />

3. Que quien la invoca haya a su vez cumplido o esté llano a cumplir su<br />

propia obligación, y<br />

4. Que sea <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada judicialmente.<br />

1. Que se trate <strong>de</strong> un contrato bilateral.<br />

En este sentido se in<strong>cl</strong>ina la mayor parte <strong>de</strong> la doctrina (Stitchkin,<br />

Alessandri, Abeliuk). En contra Claro Solar, quien cree que opera aun en los<br />

contratos unilaterales.<br />

Razones <strong>de</strong> Claro Solar:<br />

a) el artículo 1489 sólo dice que la condición resolutoria tácita va<br />

envuelta en los contratos bilaterales, pero no ex<strong>cl</strong>uye la posibilidad <strong>de</strong> también<br />

pueda darse en los unilaterales;<br />

b) Varias disposiciones <strong>de</strong>muestran que el Código <strong>Civil</strong> no ha entendido<br />

restringida la condición resolutoria tácita ex<strong>cl</strong>usivamente a los contratos<br />

bilaterales. Así, por ejemplo, en el comodato, no obstante ser contrato<br />

unilateral, se otorga al comodante la facultad <strong>de</strong> solicitar la restitución <strong>de</strong> la<br />

cosa prestada aun antes <strong>de</strong>l vencimiento <strong>de</strong>l plazo, cuando el comodatario no<br />

la <strong>de</strong>stina al uso convenido (artículo 2177). En el contrato <strong>de</strong> renta vitalicia -<br />

también contrato unilateral- la ley ha tenido que señalar en forma expresa que<br />

“el acreedor no podrá pedir la rescisión (entiéndase resolución) <strong>de</strong>l contrato<br />

en caso <strong>de</strong> no pagársele la pensión...” (artículo 2271). En el contrato <strong>de</strong> prenda<br />

-artículo 2396- en que el <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> pedir restitución inmediata <strong>de</strong> la cosa<br />

empeñada si el acreedor abusa <strong>de</strong> ella.<br />

109


La tesis <strong>de</strong> Claro Solar no ha encontrado acogida en nuestra doctrina.<br />

Las razones que se dan son, en síntesis, las siguientes:<br />

a) el propio tenor literal <strong>de</strong>l artículo 1489, que habla <strong>de</strong> “contratos<br />

bilaterales”;<br />

b) Tratándose <strong>de</strong> los contratos unilaterales, el código ha ido resolviendo<br />

en cada caso particular, lo que ocurre cuando el <strong>de</strong>udor no cumple. Esa es la<br />

explicación <strong>de</strong> los artículos 2177, 2271 y 2396. En cambio, nada ha dicho<br />

tratándose <strong>de</strong>l mutuo, que es don<strong>de</strong> el problema ha sido discutido (Gaceta<br />

1885, Nº 2635, p. 1574);<br />

c) el fundamento <strong>de</strong> la condición resolutoria tácita radicaría, según<br />

algunos en la inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las prestaciones, lo que sólo pue<strong>de</strong> ocurrir<br />

en los contratos bilaterales.<br />

La jurispru<strong>de</strong>ncia se ha in<strong>cl</strong>inado <strong>de</strong>finitivamente por la tesis <strong>de</strong><br />

que sólo proce<strong>de</strong> la acción resolutoria en los contratos bilaterales. (Véase:<br />

Gaceta 1886, Nº 1292, p. 875; Gaceta 1893, T. I, Nº 1253, p. 858; Gaceta<br />

1899, T. II, Nº 39, p. 33; T. 3, sec. 1ª, p. 66; Gaceta 1921, 2º Semestre, Nº299,<br />

p. 1222; T. 90, sec. 1ª, p. 14, etc.)<br />

La resolución en los contratos <strong>de</strong> tracto sucesivo<br />

La resolución también opera en los contratos <strong>de</strong> tracto sucesivo, pero<br />

pasa a llamarse terminación, porque sus efectos no operan retroactivamente<br />

sino sólo para el futuro en razón <strong>de</strong> que las prestaciones <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las partes<br />

no se pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>volver. Ej. En el contrato <strong>de</strong> arrendamiento, ¿cómo podría el<br />

arrendatario <strong>de</strong>volver el goce <strong>de</strong> la cosa?<br />

La resolución no tiene lugar en la partición<br />

Es corriente que en una partición se produzcan alcances en contra <strong>de</strong><br />

alguno <strong>de</strong> los comuneros. Pues bien, ¿qué pasa si no se pagan estos alcances?-<br />

¿Se pue<strong>de</strong> pedir resolución <strong>de</strong> la partición?. La respuesta es <strong>cl</strong>ara: no hay<br />

resolución. Así lo afirma en forma unánime la doctrina nacional (Somarriva,<br />

Claro Solar, Marcos Silva Bascuñan, Pedro Lira Urquieta, Abeliuk). En el<br />

mismo sentido jurispru<strong>de</strong>ncia: T. 3, sec. 1ª, p. 66; T. 5, sec. 1ª, p. 400. En<br />

110


sentido contrario T. 46, sec. 1ª, p. 459, con 2 votos disi<strong>de</strong>ntes (Alfredo<br />

Larenas y abogado integrante Marcos Silva Bascuñán)<br />

Razones:<br />

a) porque no es contrato bilateral;<br />

b) porque se opone a ello el efecto <strong>de</strong><strong>cl</strong>arativo <strong>de</strong> la partición (artículo<br />

1344) que supone que lo adjudicado a cada comunero <strong>de</strong>riva directamente <strong>de</strong>l<br />

causante, no <strong>de</strong>l acto <strong>de</strong> partición;<br />

c) el artículo 1489 es doblemente excepcional: primero porque da al<br />

acto el carácter <strong>de</strong> condicional; y, en seguida, porque presume la condición.<br />

Luego <strong>de</strong> darse a la norma una interpretación restringida aplicable únicamente<br />

al caso regulado, que es el <strong>de</strong> los contratos bilaterales;<br />

d) el art. 1348 hace aplicables a la partición acciones propias <strong>de</strong> los<br />

contratos, como la nulidad y la rescisión, pero nada dice <strong>de</strong> la resolución, lo<br />

que <strong>de</strong>muestra <strong>cl</strong>aramente su intención <strong>de</strong> ex<strong>cl</strong>uir esta acción;<br />

e) el artículo 662 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong> estableció una<br />

hipoteca legal cuando en las particiones se adjudica un inmueble a un<br />

comunero, y se producen alcances en su contra que superan el exceso a que se<br />

refiere el artículo 660 <strong>de</strong>l mismo Código. Se afirma por algunos que esta<br />

hipoteca, la estableció el legislador justamente porque los comuneros carecían<br />

<strong>de</strong> acción resolutoria para el caso <strong>de</strong> que el comunero adjudicatario no pagare<br />

la diferencia a<strong>de</strong>udada.<br />

Incumplimiento imputable <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las partes<br />

El incumplimiento <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las partes constituye justamente el hecho<br />

condicional. Nótese que el incumplimiento tiene que ser imputable al <strong>de</strong>udor,<br />

esto es, <strong>de</strong>bido a su dolo o culpa. En ese sentido la opinión absolutamente<br />

mayoritaria <strong>de</strong> la doctrina: Luis Claro Solar, Arturo Alessandri, Somarriva.<br />

¿Dón<strong>de</strong> está establecido este requisito?. Se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l mismo 1489,<br />

que establece que producido el incumplimiento la otra parte pue<strong>de</strong> pedir el<br />

cumplimiento o la resolución, en ambos casos, con in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios, y precisamente uno <strong>de</strong> los requisitos para que opere la<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios es que el <strong>de</strong>udor esté en mora (art. 1557) y uno<br />

111


<strong>de</strong> los requisitos <strong>de</strong> la mora es el dolo o culpa. Reiteran esta misma i<strong>de</strong>a, en la<br />

compraventa, los artículos 1826 y 1873.<br />

Se da también como argumento el art. 1546, según el cual los contratos<br />

<strong>de</strong>ben cumplirse <strong>de</strong> buena fe, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se sigue que si el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong><br />

cumplir por un hecho ajeno a su voluntad, sería contrario a la equidad<br />

sancionarlo con la resolución <strong>de</strong>l contrato. En este sentido la sentencia<br />

publicada en T. 33, sec. 1ª, p. 486.<br />

Augusto Elgueta Ortiz, sustenta una opinión en alguna medida<br />

diferente. Distingue entre las obligaciones <strong>de</strong> entregar una especie o cuerpo<br />

cierto, <strong>de</strong> entregar un género y las <strong>de</strong> hacer.<br />

Respecto <strong>de</strong> las primeras, y partiendo <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> que el riesgo es<br />

<strong>de</strong>l acreedor (art. 1550), con<strong>cl</strong>uye que no cabe la resolución, “ya que <strong>de</strong> otro<br />

modo se autorizaría al acreedor para repetir un pago legítimo y <strong>de</strong>bido”. Pero,<br />

en cambio, en los casos en que el riesgo es <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor -agrega- <strong>de</strong>be admitirse<br />

la resolución pues si “no pue<strong>de</strong> exigir el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación<br />

correlativa que se le a<strong>de</strong>uda, es forzoso con<strong>cl</strong>uir que es proce<strong>de</strong>nte y necesaria<br />

la resolución <strong>de</strong>l contrato, ya que <strong>de</strong> no ser así, y al po<strong>de</strong>r obtener la<br />

satisfacción <strong>de</strong> su crédito, se produciría el efecto contrario al querido por la<br />

ley, esto es, los riesgos ya no serían soportados por él, sino por su contraparte,<br />

toda vez que ésta se vería forzada a cumplir su obligación y no obtendría en<br />

cambio la satisfacción <strong>de</strong> su crédito, satisfacción que impi<strong>de</strong> el caso fortuito o<br />

la fuerza mayor”.<br />

En las obligaciones <strong>de</strong> género, según este mismo autor, no hay<br />

problemas, pues el género no perece, por lo que el <strong>de</strong>udor siempre está en<br />

condiciones <strong>de</strong> cumplir.<br />

Finalmente, en las obligaciones <strong>de</strong> hacer si el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> cumplir<br />

por razones enteramente ajenas, <strong>de</strong>be buscarse la solución, fuera <strong>de</strong> la teoría<br />

<strong>de</strong> los riesgos. Señala que si no pue<strong>de</strong> cumplir por una causa sobreviniente al<br />

contrato, se extingue su obligación (arts. 1567 Nº 7 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> y 534<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>), pero no el contrato. Sin embargo, en este<br />

caso proce<strong>de</strong>ría la resolución, porque la obligación <strong>de</strong> la contraparte carecería<br />

<strong>de</strong> causa. En el mismo sentido <strong>de</strong> Augusto Elgueta Ortiz, Augusto Elgueta<br />

Anguita.<br />

112


Proce<strong>de</strong> la resolución por incumplimientos <strong>de</strong> poca monta<br />

¿Cualquier incumplimiento es suficiente para <strong>de</strong>mandar la resolución?<br />

¿in<strong>cl</strong>uso <strong>de</strong> una obligación secundaria? Tradicionalmente se ha enseñado que<br />

al no distinguir la ley, cualquier incumplimiento sería suficiente. Así Arturo<br />

Alessandri. En el mismo sentido Somarriva.<br />

El primero que entre nosotros plantea una opinión distinta es Claro<br />

Solar, quien piensa que el incumplimiento <strong>de</strong> una obligación secundaria, no<br />

es suficiente para pedir la resolución. Funda su opinión en la equidad.<br />

Posteriormente lo han seguido otros autores. Entre otros Abeliuk y Fueyo.<br />

Hay un fallo <strong>cl</strong>ásico en esta materia, <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Talca <strong>de</strong> 12 <strong>de</strong> noviembre<br />

<strong>de</strong> 1920, Gaceta, año 1920, segundo semestre Nº 142, que negó la resolución<br />

por el incumplimiento <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> poca monta, en atención a que las<br />

obligaciones infringidas tenían muy poca influencia en cuanto a la<br />

consecuencia <strong>de</strong> los fines que las partes se habían propuesto al contratar..<br />

También participa <strong>de</strong> esta i<strong>de</strong>a Augusto Elgueta Anguita, fundado en que “no<br />

hay interés en obrar si la acción <strong>de</strong> resolución se funda en un incumplimiento<br />

insignificante”. Hay algunos fallos más nuevos en este mismo sentido.<br />

Este problema también lo toca la doctrina extranjera. Así, en Argentina,<br />

Ramella, sostiene que aunque no lo diga expresamente el art. 1204 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong> argentino, “no todo incumplimiento autoriza la resolución sino que es<br />

menester que éste sea importante o, en otras palabras, no <strong>de</strong> escasa<br />

importancia”. En el mismo sentido Juan Luis Miquel quien afirma que “el<br />

incumplimiento contractual <strong>de</strong>be ser relevante a los efectos <strong>de</strong>l<br />

funcionamiento <strong>de</strong> la facultad resolutoria. La obligación <strong>de</strong>jada <strong>de</strong> cumplir<br />

<strong>de</strong>be tener una importancia básica en la concertación <strong>de</strong>l negocio jurídico...”.<br />

Los hermanos Mazeaud, afirman que “todo incumplimiento, sea cual sea su<br />

importancia, no lleva consigo necesariamente resolución: el juez dispone <strong>de</strong><br />

un po<strong>de</strong>r soberano para apreciar el grado <strong>de</strong> gravedad <strong>de</strong>l incumplimiento<br />

susceptible <strong>de</strong> acarrear la resolución. Apreciará si ese modo <strong>de</strong> reparación<br />

exce<strong>de</strong>, o no, el daño”. Esta última opinión guarda armonía con el fundamento<br />

que estos autores dan a la condición resolutoria tácita (forma <strong>de</strong><br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios).<br />

En Italia se contempla expresamente la hipótesis, señalando que un<br />

incumplimiento <strong>de</strong> poca importancia no autoriza la resolución (artículo 1455<br />

código italiano).<br />

113


¿Proce<strong>de</strong> la resolución si el incumplimiento es parcial?<br />

No hay duda que sí. Tanto es así que el Código lo permite expresamente<br />

en el artículo 1875 inc. 2º. En esta parte hay unanimidad <strong>de</strong> la doctrina y <strong>de</strong><br />

la jurispru<strong>de</strong>ncia. Somarriva, Abeliuk. Igual opinión, en la doctrina extranjera<br />

(hermanos Mazeaud). En el mismo sentido la jurispru<strong>de</strong>ncia (T. 28, sec. 1ª, p.<br />

689).<br />

Incumplimiento recíproco <strong>de</strong> los contratantes<br />

¿Qué pasa cuando ambos contratantes incumplen ?. En rigor, no cabe<br />

resolución. Así, en general, lo ha resuelto la jurispru<strong>de</strong>ncia. Sin embargo, en<br />

algunos casos, se ha dado lugar a la resolución pero sin in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios (por faltar el requisito <strong>de</strong> la mora), con el objeto <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jar<br />

amarradas a las partes a un contrato que ninguno ha <strong>de</strong>mostrado interés en<br />

cumplir. Se trataba <strong>de</strong> contratos <strong>de</strong> promesa. Los fallos se fundan en el<br />

espíritu general <strong>de</strong> la legislación y en la equidad (T. 28, sec. 1ª, p. 689 y T.<br />

57, sec. 1ª, p. 274). Somarriva, comentando la primera <strong>de</strong> estas sentencias se<br />

pregunta si “¿no podría observársele que el artículo 1489, al conce<strong>de</strong>r la<br />

acción al contratante diligente, implícitamente se la niega a aquel que no ha<br />

cumplido sus obligaciones?”. A<strong>de</strong>más argumenta que “el artículo 1552 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong> impi<strong>de</strong> que se dé lugar a la resolución si ambos contratantes son<br />

negligentes”.<br />

Quién <strong>de</strong>manda la resolución <strong>de</strong>be haber cumplido su propia<br />

obligación o allanarse a cumplirla<br />

Este requisito no aparece <strong>de</strong>l artículo 1489, sino que <strong>de</strong>rivaría <strong>de</strong>l<br />

artículo 1552, en cuya virtud “en los contratos bilaterales ninguno <strong>de</strong> los<br />

contratantes está en mora <strong>de</strong>jando <strong>de</strong> cumplir lo pactado, mientras el otro no lo<br />

cumple por su parte o no se allana a cumplirlo en la forma y tiempo <strong>de</strong>bidos”.<br />

De consiguiente, si quien <strong>de</strong>manda la resolución no ha cumplido con su<br />

propia obligación, se le opondrá por el <strong>de</strong>mandado la excepción <strong>de</strong>l contrato<br />

no cumplido. En ese sentido, la doctrina: Claro Solar, Abeliuk, Alessandri,<br />

Somarriva. Hay abundante jurispru<strong>de</strong>ncia. Así, por ejemplo, se ha fallado que<br />

“si una <strong>de</strong> las partes <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong> promesa <strong>de</strong> compraventa no ha cumplido<br />

enteramente con su obligación <strong>de</strong> pagar el precio, mal pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar la<br />

resolución <strong>de</strong>l contrato con in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios a la otra, que<br />

114


tampoco ha cumplido con la <strong>de</strong> las principales obligaciones contraídas...” (T.<br />

81, sec. 1ª, p. 158).<br />

Una opinión distinta encontramos en Elgueta Anguita, discrepancia que<br />

se explica porque él no participa <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que para que opere la resolución<br />

se requiera <strong>de</strong> la mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.. “A nosotros, dice Elgueta Anguita, nos<br />

parece que no se pue<strong>de</strong> resolver el caso aplicando el artículo 1552. Esta<br />

disposición sólo establece que en los contratos bilaterales ninguna <strong>de</strong> las<br />

partes está en mora no cumpliendo, mientras la otra no cumpla por su parte. Ni<br />

siquiera consagra, a nuestro enten<strong>de</strong>r, la excepción <strong>de</strong>l contrato no<br />

cumplido...” Y agrega más a<strong>de</strong>lante, “La excepción <strong>de</strong> contrato no cumplido<br />

sólo se da al <strong>de</strong>mandado como medio <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa cuando se le exige el<br />

cumplimiento, mas no es <strong>de</strong>fensa apta para enervar la acción resolutoria, ya<br />

que no es congruente con ésta”.<br />

Qué una sentencia judicial <strong>de</strong><strong>cl</strong>are la resolución <strong>de</strong>l contrato<br />

El último requisito para que proceda la acción resolutoria tácita es que<br />

la resolución se <strong>de</strong><strong>cl</strong>are por sentencia judicial. Vemos <strong>de</strong> inmediato una<br />

diferencia notable con la condición resolutoria ordinaria en que, como lo<br />

hemos explicado, opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho.<br />

Nuestro Código no lo dice en forma expresa. Sin embargo, fluye con<br />

absoluta <strong>cl</strong>aridad <strong>de</strong>l propio tenor literal <strong>de</strong>l artículo 1489, que en su inciso 2º,<br />

señala “Pero en tal caso....” dando a enten<strong>de</strong>r que en este caso no ocurre lo<br />

mismo que en el <strong>de</strong> la condición resolutoria ordinaria. A<strong>de</strong>más, el inciso 2º<br />

emplea la expresión “pedir a su arbitrio”, lo que implica <strong>de</strong>mandarlo a un<br />

tribunal que naturalmente <strong>de</strong>berá resolverlo.<br />

Se suele también dar como argumento el que <strong>de</strong> operar la resolución <strong>de</strong><br />

pleno <strong>de</strong>recho, no se ve cómo podría el acreedor usar la opción que le<br />

otorga el artículo 1489, para pedir el cumplimiento. No parece lógico que<br />

pueda pedir el cumplimiento <strong>de</strong> una obligación ya extinguida. Abeliuk afirma<br />

que este razonamiento no es convincente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el artículo 1487- norma<br />

aplicable tanto a la condición resolutoria ordinaria como a la tácita- permite al<br />

acreedor renunciar a la resolución. De tal suerte, explica que “aun cuando ella<br />

operara <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho, al acreedor le bastaría con manifestar su renuncia,<br />

para po<strong>de</strong>r exigir el cumplimiento”.<br />

115


En todo caso, como el acreedor tiene que ejercer su opción -solicitando<br />

el cumplimiento o la resolución- tendrá para ello que entablar la acción<br />

correspondiente (<strong>de</strong> cumplimiento o <strong>de</strong> resolución) que tendrá que ser resuelta<br />

en una sentencia judicial. Nos parece entonces que no admite dudas, que la<br />

condición resolutoria tácita no opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho. En este sentido toda la<br />

doctrina (Abeliuk, Stitchkin, Fueyo, Claro Solar, Somarriva). En ese<br />

comentario se cita abundante y reiterada jurispru<strong>de</strong>ncia (T. 12, sec. 1ª, p. 376;<br />

T. 33, sec. 1ª, p. 514; T. 35, sec. 1ª, p. 400; T. 38, sec. 1ª, p. 318 y T. 77, sec.<br />

2ª, p. 777, T. 87, sec. 2ª, p. 43, Gaceta Jurídica Nº 175, sent. 3, p. 30).<br />

Consecuencia <strong>de</strong> que la resolución requiera <strong>de</strong> sentencia judicial<br />

Se suele señalar que como la resolución, en el caso <strong>de</strong> la condición<br />

resolutoria tácita, requiera <strong>de</strong> sentencia judicial, viene a resultar que el <strong>de</strong>udor<br />

podría enervar la acción <strong>de</strong> resolución, pagando hasta antes <strong>de</strong> la citación para<br />

sentencia en primera instancia y hasta la vista <strong>de</strong> la causa en segunda<br />

instancia.<br />

¿Es cierto que <strong>de</strong>mandada la resolución, el <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> enervar la<br />

acción, pagando?<br />

Así se ha sostenido casi invariablemente por nuestros autores. En ese<br />

sentido, Claro Solar: “Mientras la resolución <strong>de</strong>l contrato no ha sido <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada<br />

por la sentencia que ha <strong>de</strong> poner término al juicio, el contrato subsiste; y por lo<br />

mismo, hallándose requerido judicialmente el <strong>de</strong>mandado con la notificación<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda, pue<strong>de</strong> evitar la resolución ejecutando la obligación, efectuando<br />

la prestación <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>bido durante toda la secuela <strong>de</strong>l juicio” (Fueyo, Abeliuk,<br />

Stitchkin, Somarriva). En el mismo sentido abundante jurispru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

nuestros tribunales: T. 44, sec. 1ª, p. 288,; T. 45 sec. 1ª, p. 597; T. 46, sec. 2ª,<br />

p. 3; T. 77, sec. 2ª, p. 77; T. 84 sec. 1ª, pág. 149<br />

Estas opiniones se fundan en el artículo 310 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>, que permite oponer la excepción <strong>de</strong> pago en cualquier<br />

estado <strong>de</strong> la causa hasta el cítese para sentencia en primera instancia y la vista<br />

<strong>de</strong> la causa en segunda.<br />

René Ramos no comparte estas opiniones, por las siguientes razones:<br />

a) De aceptarse que el <strong>de</strong>udor pueda cumplir con su obligación durante<br />

la secuela <strong>de</strong>l juicio, se vulnera el artículo 1489 que otorga la opción<br />

116


ex<strong>cl</strong>usivamente al contratante cumplidor y al aceptarse que el <strong>de</strong>udor pudiere<br />

pagar durante el juicio, se le está entregando a él la elección, pues por el<br />

hecho <strong>de</strong> pagar está optando por el cumplimiento <strong>de</strong>l contrato.<br />

b) El argumento <strong>de</strong>l artículo 310 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, no<br />

tiene el alcance que quienes están por la opinión contraria le dan. Cierto es<br />

que autoriza para oponer la excepción <strong>de</strong> pago, cuando se fun<strong>de</strong> en un<br />

antece<strong>de</strong>nte escrito, en cualquier estado <strong>de</strong> la causa, pero una cosa es “oponer<br />

la excepción <strong>de</strong> pago”; y otra muy distinta que pueda “pagar” en cualquier<br />

estado <strong>de</strong> la causa. Dicho <strong>de</strong> otra forma, si el <strong>de</strong>udor había cumplido<br />

oportunamente su obligación y a pesar <strong>de</strong> ello se le <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> resolución,<br />

podrá oponer la excepción <strong>de</strong> pago durante todo el juicio, enervando, <strong>de</strong> esa<br />

forma la resolución. Esto es muy diferente a aceptar que pueda pagar en forma<br />

extemporánea.;<br />

c) Todo contrato es ley para las partes contratantes (artículo 1545 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>). Por ello, las partes <strong>de</strong>ben cumplir sus obligaciones en la forma<br />

y oportunidad convenidas.<br />

La opinión que acabamos <strong>de</strong> expresar es <strong>de</strong>fendida, con brillo, por don<br />

Augusto Elgueta Anguita. Ramos dice no tener conocimiento <strong>de</strong> existir<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia en este sentido.<br />

Fueyo, en una <strong>de</strong> sus últimas obras (“Cumplimiento e Incumplimiento<br />

<strong>de</strong> las <strong>Obligaciones</strong>”), se acerca, débilmente a juicio <strong>de</strong> Ramos, a la opinión<br />

que él sustenta, al expresar que el <strong>de</strong>udor en conformidad al artículo 310 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> procedimiento <strong>Civil</strong>, mantiene la facultad <strong>de</strong> pagar durante el<br />

juicio, pero agrega la siguiente prevención: “Con todo, como se dijo<br />

recientemente, la alegación abusiva y <strong>de</strong> mala fe <strong>de</strong> la excepción <strong>de</strong> pago no<br />

podría hacerse en provecho malicioso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y recíprocamente en<br />

perjuicio <strong>de</strong>l acreedor”.<br />

Hay un sólo flanco que nos preocupa en la tesis que venimos<br />

<strong>de</strong>fendiendo y es el artículo 1879 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>. Ello porque esta<br />

disposición -referida al pacto comisorio calificado, en el contrato <strong>de</strong><br />

compraventa, por no pago <strong>de</strong>l precio- permite al comprador enervar la acción<br />

<strong>de</strong> resolución pagando el precio a más tardar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las 24 horas siguientes<br />

a la notificación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda. Pue<strong>de</strong> sostenerse entonces que si en el pacto<br />

comisorio calificado -es <strong>de</strong>cir en el caso en que las partes expresamente<br />

convinieron que si no se pagaba el precio, el contrato se resolvía por ese sólo<br />

117


hecho- la ley todavía da al <strong>de</strong>udor la oportunidad <strong>de</strong> pagar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las<br />

veinticuatro horas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se le notifique la <strong>de</strong>manda, con buena lógica<br />

<strong>de</strong>bería enten<strong>de</strong>rse, a fortiori, que en el caso <strong>de</strong> la simple condición resolutoria<br />

tácita, también pue<strong>de</strong> pagar fuera <strong>de</strong> plazo. El reparo nos parece serio, pero no<br />

<strong>de</strong>cisivo, pues la norma <strong>de</strong>l artículo 1879, es una norma muy especial, que<br />

sólo <strong>de</strong>be operar para el caso que fue establecida, no siendo lícito fundarse en<br />

ella para sacar con<strong>cl</strong>usiones <strong>de</strong> alcance general, que pongan en peligro todo el<br />

sistema establecido por el artículo 1489.<br />

<strong>Derecho</strong>s que confiere la condición resolutoria tácita<br />

El artículo 1489 confiere al contratante diligente una opción para<br />

<strong>de</strong>mandar o el cumplimiento <strong>de</strong>l contrato o su resolución, en ambos casos con<br />

in<strong>de</strong>mnización d perjuicios.<br />

Si <strong>de</strong>manda el cumplimiento podrá hacerlo por la vía ordinaria o por la<br />

vía ejecutiva, según la naturaleza <strong>de</strong>l título que invoque. En todo caso si lo<br />

que se <strong>de</strong>manda es el cumplimiento <strong>de</strong> un contrato bilateral, “para que pueda<br />

prosperar la acción es necesario que el ejecutante compruebe, al iniciar la<br />

<strong>de</strong>manda, haber cumplido las obligaciones por él contraídas. Del artículo 1552<br />

se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que si no se acredita la mencionada circunstancia, proce<strong>de</strong><br />

acoger la excepción, consistente en que el título no reúne los requisitos o<br />

condiciones exigidos por la ley para que tenga fuerza ejecutiva”. (T. 30, sec.<br />

1ª, p. 1; T. 89 sec. 2ª, p. 124)<br />

En otro fallo, encontramos un voto disi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Ministro Parada<br />

Benavente, en el mismo sentido, al expresar que “resulta muy especialmente<br />

<strong>de</strong>l <strong>cl</strong>aro tenor <strong>de</strong>l artículo 1552 que para po<strong>de</strong>r exigir ejecutivamente el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las obligaciones recíprocas o correspondientes que se<br />

estipulan en un contrato bilateral, es menester que previamente se establezca<br />

que el ejecutante ha cumplido las que a él le incumbían según ese mismo<br />

contrato. Y esa prueba, naturalmente, <strong>de</strong>be prece<strong>de</strong>r a la <strong>de</strong>manda ejecutiva,<br />

porque, como es sabido, el carácter ejecutivo <strong>de</strong> un título <strong>de</strong>be encontrarse en<br />

el título mismo a la fecha en que se pi<strong>de</strong> el mandamiento <strong>de</strong> embargo, y no en<br />

las probanzas posteriores que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la ejecución se produzcan“ (Corte <strong>de</strong><br />

Talca, Gaceta 1914, enero-abril, Nº 100, p. 225). En el mismo sentido <strong>de</strong> este<br />

voto disi<strong>de</strong>nte varios fallos: T. 19, sec. 1ª, p. 359; T. 21, sec. 1ª, p. 859; T. 37<br />

sec. 1ª, p. 18; y T. 48, sec. 1ª, p. 116.<br />

118


Para el caso que se <strong>de</strong>man<strong>de</strong> la resolución, la vía tendrá que ser<br />

necesariamente la ordinaria ya que <strong>de</strong>l sólo título no consta el incumplimiento<br />

<strong>de</strong>l contrato (Somarriva).<br />

Las acciones <strong>de</strong> cumplimiento y <strong>de</strong> resolución son incompatibles,<br />

pero pue<strong>de</strong>n interponerse sucesivamente<br />

Por ello no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>mandarse conjuntamente, a menos que lo sea en<br />

forma subsidiaria, pero nada obsta a que ejercida una se pueda ejercer<br />

posteriormente la otra si no se obtuvo (art. 17 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento<br />

civil)<br />

Si el contratante diligente <strong>de</strong>manda el cumplimiento y no lo obtiene,<br />

mantiene su opción para <strong>de</strong>mandar la resolución. Así lo entien<strong>de</strong> la doctrina.<br />

Al respecto Claro Solar nos recuerda que ello no era posible en Roma pues<br />

había leyes expresas que impedían volver sobre la elección ya hecha al<br />

verificarse la condición que constituía el pacto comisorio expreso, pues no<br />

existía la condición resolutoria tácita; y a<strong>de</strong>más aquella legislación se explica<br />

por su riguroso formulismo- A<strong>de</strong>más, agrega Claro Solar, el pacto comisorio<br />

producía allí efectos por sí solo. Pero en nuestro <strong>Derecho</strong>, la situación es<br />

diferente: “Pero si el ven<strong>de</strong>dor, que ha recibido parte <strong>de</strong>l precio, ha preferido<br />

<strong>de</strong>mandar el cumplimiento completo <strong>de</strong>l contrato y no lo consigue, sin<br />

embargo, ¿por qué habría <strong>de</strong> quedar impedido <strong>de</strong> pedir <strong>de</strong>spués la resolución,<br />

fundándose precisamente en que no ha podido conseguir el pago <strong>de</strong>l precio, a<br />

pesar <strong>de</strong> su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> perseverar en el contrato?. Y si ha pedido la resolución<br />

<strong>de</strong>l contrato, por qué no ha <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, en la dificultad <strong>de</strong> obtenerla, <strong>de</strong>mandar<br />

el precio o aceptar el pago <strong>de</strong>l precio que le ofrece el comprador?. En el<br />

mismo sentido Abeliuk. Hay abundante jurispru<strong>de</strong>ncia sobre el tema.<br />

La acción <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios es accesoria a la <strong>de</strong><br />

resolución o cumplimiento<br />

Con ello queremos señalar que no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar <strong>de</strong>rechamente<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios, sino que sólo como consecuencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar el<br />

cumplimiento o la resolución <strong>de</strong>l contrato. La <strong>cl</strong>aridad <strong>de</strong>l artículo 1489 no<br />

admite dudas. Así lo entien<strong>de</strong> la doctrina (Vío Vásquez). Así también la<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia reiterada <strong>de</strong> nuestros tribunales (T. 30, sec. 1ª, p. 495; T. 6º,<br />

sec. 2ª, p. 70).<br />

119


En relación con lo que se viene comentando, se ha fallado que<br />

“<strong>de</strong>mandado el cumplimiento <strong>de</strong>l contrato con in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios, es<br />

inconsecuente que el fallo rechace, por una parte, dicho cumplimiento y, por<br />

otra, acoja la in<strong>de</strong>mnización. Porque, según el <strong>cl</strong>aro tenor literal <strong>de</strong>l artículo<br />

1489 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, la in<strong>de</strong>mnización tiene como antece<strong>de</strong>nte jurídico la<br />

resolución o el cumplimiento <strong>de</strong>l contrato (todavía incumplido)” (Fallos <strong>de</strong>l<br />

Mes Nº 241, sent. 3, p. 382).<br />

No se pue<strong>de</strong> pues, pedir la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios si no se ha<br />

<strong>de</strong>mandado el cumplimiento o la resolución<br />

Sin embargo, esta regla tiene una excepción importante en el caso que<br />

la obligación incumplida sea <strong>de</strong> hacer, pues respecto <strong>de</strong> ellas, si el <strong>de</strong>udor se<br />

constituye en mora el acreedor pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar, cualquiera <strong>de</strong> estas tres cosas,<br />

a elección suya: que se apremie al <strong>de</strong>udor para la ejecución <strong>de</strong>l hecho<br />

convenido; que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por un tercero a<br />

expensas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; y que el <strong>de</strong>udor le in<strong>de</strong>mnice <strong>de</strong> los perjuicios resultantes<br />

<strong>de</strong> la infracción <strong>de</strong>l contrato (artículo 1553)<br />

Los perjuicios tendrán que probarse, <strong>de</strong> acuerdo a las reglas generales<br />

(T. 17, sec. 1ª, p. 117). Lo anterior, sin perjuicio <strong>de</strong> que pueda haberse<br />

convenido una <strong>cl</strong>áusula penal, que releve <strong>de</strong> esta obligación al actor (Gaceta<br />

1938, T. 2º, Nº 103, p. 478).<br />

La regulación <strong>de</strong> los perjuicios podrá hacerse en el mismo juicio, si se<br />

hubiere litigado sobre su especie y monto. O, en caso contrario, el tribunal<br />

reservará a las partes el <strong>de</strong>recho para discutir esta cuestión en la ejecución <strong>de</strong>l<br />

fallo o en otro juicio diverso (art. 173 Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>).<br />

Diferencias entre la condición resolutoria ordinaria y la condición<br />

resolutoria tácita<br />

La doctrina señala las siguientes diferencias:<br />

a) En la condición resolutoria tácita, el hecho futuro e incierto, es el<br />

incumplimiento <strong>de</strong> una obligación en un contrato bilateral; en la condición<br />

resolutoria ordinaria, cualquier hecho futuro e incierto que no sea el<br />

incumplimiento <strong>de</strong> una obligación en un contrato bilateral;<br />

120


) La condición resolutoria ordinaria opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho; la tácita<br />

requiere <strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración judicial;<br />

c) La condición resolutoria ordinaria requiere <strong>de</strong> una manifestación<br />

expresa <strong>de</strong> voluntad; la tácita, es subentendida por la ley en todo contrato<br />

bilateral;<br />

d) La condición resolutoria tácita sólo opera en los contratos bilaterales<br />

(opinión mayoritaria); la ordinaria se pue<strong>de</strong> establecer en cualquier negocio<br />

jurídico;<br />

e) Cumplida la condición resolutoria ordinaria se produce<br />

necesariamente la resolución; en cambio en la condición resolutoria tácita el<br />

acreedor condicional tiene un <strong>de</strong>recho optativo para <strong>de</strong>mandar el<br />

cumplimiento o la resolución <strong>de</strong>l contrato.;<br />

f) Como la condición resolutoria tácita requiere <strong>de</strong> sentencia judicial<br />

que la <strong>de</strong><strong>cl</strong>are, sus efectos son relativos, en virtud <strong>de</strong> lo dispuesto en el artículo<br />

3º Código <strong>Civil</strong>. La situación es totalmente diferente en la ordinaria ya que al<br />

operar por el sólo ministerio <strong>de</strong> la ley, aprovecha a cualquier interesado: y<br />

g) En la condición resolutoria tácita el acreedor tiene <strong>de</strong>recho a<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios, lo que no ocurre en la ordinaria.<br />

Efectos <strong>de</strong>l pacto comisorio<br />

El pacto comisorio está tratado en el párrafo 10 <strong>de</strong>l Titulo XXIII <strong>de</strong>l<br />

Libro IV <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, a propósito <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong> compraventa por no<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> pagar el precio Su concepto lo da el<br />

artículo 1877 “por el pacto comisorio se estipula expresamente que, no<br />

pagándose el precio al tiempo convenido, se resolverá el contrato <strong>de</strong><br />

compraventa” (inc. 1º).<br />

“Entién<strong>de</strong>se siempre esta estipulación en el contrato <strong>de</strong> venta y cuando<br />

se expresa, toma el nombre <strong>de</strong> pacto comisorio, y produce los efectos que van<br />

a indicarse” (inc. 2º)<br />

Si se observan los dos incisos, se podrá apreciar que el segundo no hace<br />

más que repetir lo que dice el primero (Vío Vásquez).<br />

121


De lo expresado en este artículo, se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que el pacto comisorio<br />

viene a ser la estipulación <strong>de</strong> la condición resolutoria tácita, por el no pago <strong>de</strong>l<br />

precio en el contrato <strong>de</strong> compraventa. En efecto, si nada hubieren dicho las<br />

partes, y el comprador no pagare el precio, el efecto sería el mismo.<br />

El pacto comisorio proce<strong>de</strong> en cualquier contrato y por el<br />

incumplimiento <strong>de</strong> cualquiera obligación<br />

La ubicación <strong>de</strong> esta norma, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong> compraventa y a<br />

propósito <strong>de</strong>l no pago <strong>de</strong>l precio, ha hecho surgir dudas sobre si pue<strong>de</strong><br />

también convenirse en otros contratos y en la misma compraventa por<br />

obligaciones distintas a las <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong>l precio.<br />

Hoy día está absolutamente <strong>cl</strong>aro que pese a estar el pacto comisorio<br />

tratado en el contrato <strong>de</strong> compraventa, por el incumplimiento <strong>de</strong> la obligación<br />

<strong>de</strong> pagar el precio, su alcance es general, pudiendo establecerse en cualquier<br />

contrato (in<strong>cl</strong>uso contratos unilaterales) y por el incumplimiento <strong>de</strong> cualquier<br />

obligación. Esta opinión, se funda en los siguientes argumentos:<br />

a) El pacto comisorio no es otra cosa que la condición resolutoria tácita<br />

expresada, convenida;<br />

b) En virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong> la voluntad, las partes<br />

pue<strong>de</strong>n celebrar cualquiera estipulación con tal que no se atente contra la ley,<br />

el or<strong>de</strong>n público o la moral y, por la misma razón, no se ve por qué no podrían<br />

acordar un pacto como éste;<br />

c) Unicamente por una razón histórica el pacto comisorio se ha ubicado<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los pactos accesorios al contrato <strong>de</strong> compraventa. Tiene su origen en<br />

la Lex Commissoria <strong>de</strong>l <strong>Derecho</strong> Romano. Como allí no se aceptaba la<br />

condición resolutoria tácita, pareció necesario establecer la lex commissoria,<br />

en cuya virtud si el comprador no pagaba el precio, el ven<strong>de</strong>dor quedaba<br />

autorizado para solicitar se <strong>de</strong>jare sin efecto esa venta.<br />

Un problema distinto, que analizaremos más a<strong>de</strong>lante, es saber qué<br />

normas vamos a aplicar al pacto comisorio establecido en los <strong>de</strong>más<br />

contratos, si la <strong>de</strong> los artículos 1877 y siguientes, o las que las partes puedan<br />

haber convenido.<br />

122


A modo <strong>de</strong> ejemplo señalemos que es muy corriente en los contratos <strong>de</strong><br />

arrendamiento este tipo <strong>de</strong> pactos, con el objeto <strong>de</strong> que el arrendador se ponga<br />

a cubierto <strong>de</strong> la posible mora <strong>de</strong>l arrendatario. Es usual encontrar <strong>cl</strong>áusulas<br />

como la que sigue: “Si el arrendatario no pagare la renta convenida <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

plazo fijado (<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cinco primeros días <strong>de</strong> cada mes, por ejemplo), el<br />

contrato <strong>de</strong> arrendamiento se extinguirá <strong>de</strong> inmediato.<br />

Pacto comisorio simple y pacto comisorio calificado<br />

La doctrina ha establecido esta <strong>cl</strong>asificación <strong>de</strong>l pacto comisorio, que<br />

extrae <strong>de</strong>l artículo 1879: “Si se estipula que por no pagarse el precio al<br />

tiempo convenido, se resuelva ipso facto el contrato <strong>de</strong> compraventa, el<br />

comprador podrá, sin embargo, hacerlo subsistir, pagando el precio, lo más<br />

tar<strong>de</strong> en las veinticuatro hora subsiguientes a la notificación judicial <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>manda”.<br />

De esta norma se infiere que existen dos modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pacto<br />

comisorio:<br />

a) el pacto comisorio simple, que no viene a ser más que la condición<br />

resolutoria tácita expresada. Por ejemplo, en un contrato <strong>de</strong> compraventa se<br />

establece que si el comprador no paga el precio se resolverá el contrato; o si en<br />

el arrendamiento se conviene que si el arrendatario no paga la renta en la<br />

oportunidad fijada en el contrato, éste se extinguirá (recuér<strong>de</strong>se que el contrato<br />

<strong>de</strong> arrendamiento es un contrato <strong>de</strong> tracto sucesivo por lo que la resolución<br />

toma el nombre <strong>de</strong> terminación); y<br />

b) el pacto comisorio calificado o con <strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong> ipso facto, que se<br />

<strong>de</strong>fine como el acuerdo <strong>de</strong> las partes en or<strong>de</strong>n a <strong>de</strong>jar sin efecto el contrato, <strong>de</strong><br />

inmediato, <strong>de</strong> ipso facto, si el <strong>de</strong>udor incumple sus obligaciones. No es<br />

necesario emplear palabras sacramentales. Estaremos frente a un pacto<br />

comisorio calificado, cualquiera que sean los términos empleados, si aparece<br />

<strong>cl</strong>ara la intención <strong>de</strong> las contratantes <strong>de</strong> que se produzca la resolución <strong>de</strong><br />

inmediato, por el sólo hecho <strong>de</strong>l incumplimiento, sin necesidad <strong>de</strong> resolución<br />

judicial.<br />

Ejemplos:<br />

a) Pacto comisorio simple:<br />

123


ej. 1. La partes acuerdan que si el comprador no pagare el precio<br />

convenido en el plazo fijado, se resolverá el contrato <strong>de</strong> compraventa;<br />

ej. 2. Las partes convienen que si el arrendatario no pagare la renta<br />

convenida en el plazo fijado, se resolverá (extinguirá) el contrato <strong>de</strong><br />

arrendamiento;<br />

b) Pacto comisorio calificado:<br />

ej. 1. Si comprador no pagare el precio <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l plazo establecido, se<br />

resolverá <strong>de</strong> inmediato, <strong>de</strong> ipso facto, el contrato <strong>de</strong> compraventa.<br />

ej. 2. Si el arrendatario no pagare la renta convenida <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l plazo<br />

fijado, el contrato <strong>de</strong> arrendamiento se extinguirá <strong>de</strong> ipso facto (por el sólo<br />

ministerio <strong>de</strong> la ley, sin necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración judicial).<br />

Efectos <strong>de</strong>l pacto comisorio<br />

Para estudiar el punto, hay que hacer las siguientes distinciones:<br />

1. Efecto <strong>de</strong>l pacto comisorio simple, en el contrato <strong>de</strong> compraventa<br />

por no pago <strong>de</strong>l precio;<br />

2. Efecto <strong>de</strong>l pacto comisorio simple en el contrato <strong>de</strong> compraventa,<br />

por obligaciones distintas a la <strong>de</strong> pagar el precio, o en los <strong>de</strong>más contratos por<br />

incumplimiento <strong>de</strong> cualquiera obligación;<br />

3. Efectos <strong>de</strong>l pacto comisorio calificado en el contrato <strong>de</strong> compraventa<br />

por no pago <strong>de</strong>l precio;<br />

4. Efectos <strong>de</strong>l pacto comisorio calificado en el contrato <strong>de</strong> compraventa<br />

por una obligación distinta a la <strong>de</strong> pagar el precio o, en los <strong>de</strong>más casos, por<br />

incumplimiento <strong>de</strong> cualquiera obligación.<br />

1. Efecto <strong>de</strong>l pacto comisorio simple, en el contrato <strong>de</strong><br />

compraventa por no pago <strong>de</strong>l precio.<br />

El artículo 1878 expresa que “por el pacto comisorio no se priva al<br />

ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la elección <strong>de</strong> acciones que le conce<strong>de</strong> el artículo 1873”, esto es,<br />

124


el <strong>de</strong>recho a exigir el precio (cumplimiento <strong>de</strong>l contrato) o la resolución <strong>de</strong> la<br />

venta, con resarcimiento <strong>de</strong> perjuicios”.<br />

Como se pue<strong>de</strong> observar, estos efectos son idénticos a los <strong>de</strong> la<br />

condición resolutoria tácita: es <strong>de</strong>cir, el comprador, pue<strong>de</strong> pedir el<br />

cumplimiento o la resolución <strong>de</strong>l contrato con in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios. Y<br />

por la misma razón, para que opere se requiere <strong>de</strong> una resolución judicial,<br />

igual que ocurre en la condición resolutoria tácita.<br />

2. Efecto <strong>de</strong>l pacto comisorio simple en el contrato <strong>de</strong><br />

compraventa por el incumplimiento <strong>de</strong> una obligación distinta a la <strong>de</strong>l<br />

pago <strong>de</strong>l precio (ej. la obligación <strong>de</strong>l ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> entregar la cosa<br />

vendida) o en cualquier otro contrato por incumplimiento <strong>de</strong> cualquiera<br />

obligación.<br />

Siendo el pacto comisorio simple sólo la condición resolutoria tácita<br />

expresada, sus efectos son los mismos <strong>de</strong> aquella, es <strong>de</strong>cir, se otorga al<br />

contratante cumplidor la opción para pedir el cumplimiento o la resolución<br />

más in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios. Luego, se requiere también <strong>de</strong> sentencia<br />

judicial que <strong>de</strong><strong>cl</strong>are la resolución.<br />

3. Pacto comisorio calificado en el contrato <strong>de</strong> compraventa por<br />

no pago <strong>de</strong>l precio<br />

Los efectos <strong>de</strong>l pacto comisorio en este caso, están tratados en el<br />

artículo 1879: “Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo<br />

convenido, se resuelva ipso facto el contrato <strong>de</strong> compraventa, el comprador<br />

podrá, sin embargo, hacerlo subsistir, pagando el precio, lo más tar<strong>de</strong>, en las<br />

veinticuatro horas subsiguientes a la notificación judicial <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda”.<br />

Como pue<strong>de</strong> observarse, pese a que las partes convinieron que la<br />

compraventa se resolviera <strong>de</strong> ipso facto, es <strong>de</strong>cir por el sólo hecho <strong>de</strong>l<br />

incumplimiento, no ocurre <strong>de</strong> esta forma, puesto que se otorga al comprador<br />

un plazo <strong>de</strong> 24 horas que se cuentan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la notificación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda, para<br />

enervar la acción <strong>de</strong> resolución, pagando el precio a<strong>de</strong>udado. De manera que<br />

está <strong>cl</strong>aro, que la resolución no opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, sino que se<br />

requiere <strong>de</strong> una sentencia judicial que la <strong>de</strong><strong>cl</strong>are.<br />

Víctor Santa Cruz se pregunta “¿por qué el legislador cuidó <strong>de</strong> que el<br />

pacto comisorio no produjera su efecto <strong>de</strong> resolver ipso facto la compraventa?<br />

125


Y respon<strong>de</strong>: “la razón es obvia: hay un interés social en la estabilidad <strong>de</strong> las<br />

transferencias <strong>de</strong> dominio que sigue a los títulos traslaticios <strong>de</strong> propiedad,<br />

como lo es la compraventa. La resolución <strong>de</strong> tales contratos no sólo afecta a<br />

las partes, pues según los artículos 1490 y 1491 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, pue<strong>de</strong><br />

alcanzar a los terceros poseedores que hayan sucedido al comprador...” Por la<br />

misma razón es que “el pacto comisorio, que pue<strong>de</strong> producir la resolución <strong>de</strong><br />

la venta, si el comprador no paga el precio a las veinticuatro horas <strong>de</strong><br />

notificado, prescribe en cuatro años, en lugar <strong>de</strong> diez años (hoy 5 años), art.<br />

1880; el pacto <strong>de</strong> retroventa, que igualmente pue<strong>de</strong> resolver la venta con<br />

consecuencia para los terceros poseedores, no pue<strong>de</strong> intentarse <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

pasados cuatro años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la venta (arts 1881,1882 y 1885); la rescisión por<br />

lesión enorme no proce<strong>de</strong> cuando el comprador ya ha enajenado la cosa (art.<br />

1893)...”.<br />

Luego si el comprador no paga el precio en la oportunidad convenida, y<br />

existe este pacto comisorio calificado, <strong>de</strong> todas formas el ven<strong>de</strong>dor tendrá que<br />

<strong>de</strong>mandar judicialmente la resolución <strong>de</strong>l contrato, con in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios y, en su oportunidad, el tribunal dictará la correspondiente sentencia<br />

dando lugar a la resolución y al pago <strong>de</strong> los perjuicios.<br />

Se <strong>de</strong>manda la resolución en juicio ordinario, pues no hay un<br />

procedimiento especial (art. 3 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>). Notificada<br />

la <strong>de</strong>manda, el comprador cuenta con un plazo <strong>de</strong> 24 horas, para enervar la<br />

acción <strong>de</strong> resolución pagando. Si el ven<strong>de</strong>dor no quiere aceptar el pago, podrá<br />

pagar por consignación, lo que hará <strong>de</strong>positando la suma a<strong>de</strong>udada con los<br />

intereses vencidos, si los hay, y los <strong>de</strong>más cargos líquido, en la cuenta<br />

corriente <strong>de</strong>l tribunal que conoce <strong>de</strong>l juicio <strong>de</strong> resolución (art. 1600 inciso<br />

final).<br />

Respecto al plazo para pagar, llamamos la atención que son 24 horas,<br />

que no es lo mismo que un día, por cuanto por tratarse <strong>de</strong> un plazo <strong>de</strong> horas,<br />

se empieza a contar a partir <strong>de</strong>l momento mismo en que se notifica la<br />

<strong>de</strong>manda, ej. si se notifica a las 5 P.M. <strong>de</strong>l 13 <strong>de</strong> septiembre, el plazo vence a<br />

las 5 P.M. <strong>de</strong>l 14 <strong>de</strong> septiembre. En tanto, que si fuere <strong>de</strong> un día, y se notifica<br />

a las 5 P.M. <strong>de</strong>l día 13, el plazo vence el 14 a las 24 horas, por disponerlo así<br />

el artículo 48 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>. A<strong>de</strong>más es un plazo fatal, por lo que cumplido<br />

caduca el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l comprador para pagar, sin necesidad <strong>de</strong> acusar rebeldía<br />

(artículo 49 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>).<br />

126


No hay duda, <strong>de</strong>cimos, que en el presente caso la resolución requiere <strong>de</strong><br />

sentencia judicial. Los siguientes argumentos así lo prueban:<br />

a) argumento histórico. En los proyectos <strong>de</strong> Código <strong>Civil</strong>, aparece <strong>cl</strong>aro<br />

que don Andrés Bello se quiso separar en esta materia <strong>de</strong>l artículo 1656 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong> francés, que le sirvió <strong>de</strong> fuente inspiradora;<br />

b) el artículo 1878 -aplicable al pacto comisorio simple y al calificado-<br />

no priva al ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la elección <strong>de</strong> acciones, pudiendo éste pedir el<br />

cumplimiento o la resolución. Si el contrato se resolviera ipso facto, no se vé<br />

como podría solicitarse el cumplimento, pues el contrato ya está terminado;<br />

c) el artículo 1879, señala que ven<strong>de</strong>dor podrá, “sin embargo, hacerlo<br />

subsistir”. Esta frase <strong>de</strong>muestra que el contrato no se extinguió por el sólo<br />

incumplimiento, pues “subsistir” significa que sigue viviendo;<br />

d) si el comprador pue<strong>de</strong> enervar la resolución pagando <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> 24<br />

horas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que le notifica la <strong>de</strong>manda, es porque la resolución no opera por<br />

el sólo hecho <strong>de</strong>l incumplimiento; y<br />

e) finalmente, y sin duda el argumento más categórico, es que el artículo<br />

1879, exige <strong>de</strong>manda judicial, lo que implica juicio y sentencia.<br />

Lo que se viene diciendo es <strong>de</strong> la mayor importancia, pues el hecho <strong>de</strong><br />

que se exija sentencia judicial, significa que “pue<strong>de</strong> así el comprador, e<br />

in<strong>cl</strong>uso los terceros interesados, pagar oportunamente para <strong>de</strong>jar a firme sus<br />

<strong>de</strong>rechos...” y “en segundo término, si bien el comprador no pue<strong>de</strong> enervar la<br />

acción por medio <strong>de</strong>l pago, sino cuando lo efectúa <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l término<br />

señalado, pue<strong>de</strong> oponer otras excepciones y enervar <strong>de</strong> esta manera la<br />

resolución, pues el juez <strong>de</strong>be pronunciarse sobre todas las acciones y<br />

excepciones que se hayan hecho valer en el juicio, arts. 193 (hoy 170), 299<br />

(hoy 309) y 943 (hoy 768) Nº5 <strong>de</strong>l C.P.C.” (Stitchkin).<br />

A<strong>cl</strong>arado que en el caso que se viene tratando, la resolución opera por<br />

sentencia judicial, es necesario dilucidar en qué momento se produce la<br />

resolución. Hay dos opiniones:<br />

a) según algunos (Barros Errázuriz, Fueyo), la resolución se produce al<br />

momento en que se acoge la <strong>de</strong>manda;<br />

127


) para otros (Alessandri), la resolución se produce al momento en que<br />

se extingue el plazo <strong>de</strong> 24 horas para enervar la acción pagando.<br />

No es ésta una discusión ociosa, pues si se sigue la primera tesis, el<br />

ven<strong>de</strong>dor podría recibir el pago <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las 24 horas, pues aun no está<br />

resuelto el contrato, en cambio, si se sigue la segunda, ello no podría ocurrir,<br />

pues aunque la resolución se produce con la sentencia, sus efectos operan<br />

retroactivamente al vencimiento <strong>de</strong> las 24 horas.<br />

Condiciones que <strong>de</strong>be reunir el pago para enervar la acción <strong>de</strong><br />

resolución<br />

Para que este pago pueda enervar la acción <strong>de</strong> resolución <strong>de</strong>be cumplir<br />

los siguientes requisitos: a) <strong>de</strong>be pagarse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las 24 horas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se<br />

notifica la <strong>de</strong>manda, b) el pago <strong>de</strong>be ser íntegro, esto es, pagarse todo lo que al<br />

momento <strong>de</strong> la notificación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda sea actualmente exigible, y c) <strong>de</strong>be<br />

cumplir los requisitos generales <strong>de</strong>l pago.<br />

4. Efectos <strong>de</strong>l pacto comisorio calificado en el contrato <strong>de</strong><br />

compraventa por el incumplimiento <strong>de</strong> una obligación distinta a la <strong>de</strong><br />

pagar el precio o, en otro contrato por incumplimiento <strong>de</strong> cualquiera<br />

obligación<br />

En relación con los efectos <strong>de</strong>l pacto comisorio calificado en estos<br />

casos, hubo en un tiempo una discusión doctrinaria, que estimamos hoy<br />

prácticamente agotada. El problema es resolver si la resolución opera <strong>de</strong> pleno<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>recho o si requiere también, igual que en la compraventa por no pago <strong>de</strong>l<br />

precio, <strong>de</strong> una sentencia judicial que la <strong>de</strong><strong>cl</strong>are. Una sentencia <strong>de</strong> la Excma.<br />

Corte Suprema, en materia <strong>de</strong> arrendamiento, resolvió que la resolución opera<br />

por sentencia judicial y aplicó por analogía el artículo 1879 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong><br />

(T. 38, sec. 1ª, p. 318). Vío Vásquez, se muestra, en general, conforme con<br />

esta sentencia. En el mismo sentido (T. 86, sec. 5ª, p. 92, Consi<strong>de</strong>rando 2).<br />

Ramos no comparte lo anterior. Le parece absolutamente <strong>cl</strong>aro que el<br />

pacto comisorio calificado, en este caso, opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho porque est<br />

eso lo que las partes pretendieron al estipularlo. No estamos frente al pacto<br />

comisorio <strong>de</strong>l artículo 1879, por lo que no hay razón para aplicar sus reglas,<br />

sino ante un pacto creado por las partes en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la autonomía<br />

<strong>de</strong> la voluntad consagrado en el artículo 1545. La norma <strong>de</strong>l artículo 1879, es<br />

excepcional -porque rige para la compraventa y sólo para el no pago <strong>de</strong>l<br />

128


precio- por ello su aplicación <strong>de</strong>be ser restrictiva. A<strong>de</strong>más, como afirma<br />

Stitchkin, “...para interpretar las <strong>cl</strong>áusulas <strong>de</strong> un contrato en que no hayan<br />

reglas especiales, <strong>de</strong>be recurrirse a las disposiciones generales <strong>de</strong> los artículos<br />

1560 y siguientes, que atien<strong>de</strong>n principalmente a la intención <strong>de</strong> los<br />

contratantes, que al estipular en esta forma el pacto comisorio en un contrato,<br />

preten<strong>de</strong>n, sin lugar a dudas, que se resuelva <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho en caso <strong>de</strong><br />

incumplimiento”.<br />

La Corte Suprema en sentencia <strong>de</strong> 2 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1948 (T. 48, sec. 1ª,<br />

pág. 109) acoge la tesis <strong>de</strong> Ramos, al establecer que en los contratos <strong>de</strong><br />

arrendamiento las partes pue<strong>de</strong>n estipular la terminación ipso facto <strong>de</strong>l<br />

contrato por incumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> alguna parte y que esta<br />

estipulación surte los efectos que quisieron atribuirle, o sea que el contrato<br />

queda terminado por el sólo hecho <strong>de</strong> no cumplirse la obligación <strong>de</strong> que se<br />

trata, sin necesidad <strong>de</strong> acción en que se pida la terminación ni <strong>de</strong> sentencia que<br />

la <strong>de</strong><strong>cl</strong>are. Este fallo tiene un extenso y es<strong>cl</strong>arecedor comentario favorable <strong>de</strong><br />

Víctor Santa Cruz Serrano quien, entre otros argumentos, recuerda que el<br />

pacto comisorio constituye una condición resolutoria, por lo que cabe aplicarle<br />

lo dispuesto en el artículo 1484, según el cual las condiciones <strong>de</strong>ben<br />

cumplirse literalmente, en la forma convenida. Y exigir sentencia judicial, no<br />

es lo que las partes convinieron. En el mismo sentido Fernando Alessandri. En<br />

contra Arturo Alessandri, Claro Solar.<br />

Al operar el pacto comisorio calificado <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho en el contrato<br />

<strong>de</strong> arrendamiento, si en éste se estipuló que el contrato terminaba <strong>de</strong> ipso<br />

facto por el no pago <strong>de</strong> las rentas en la oportunidad fijada, y se produce el<br />

incumplimiento, el arrendador <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>mandar solicitando restitución <strong>de</strong>l<br />

inmueble y no la terminación (o resolución) porque el contrato se extinguió al<br />

cumplirse la condición. No se pue<strong>de</strong> pedir que se extinga lo que ya está<br />

extinguido.<br />

Don Víctor Santa Cruz Serrano, en el comentario ya mencionado,<br />

critica la sentencia en un punto: en cuanto “parece enten<strong>de</strong>r que tales<br />

con<strong>cl</strong>usiones (que la terminación opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho) no rigen en el<br />

arrendamiento <strong>de</strong> predios urbanos, dado el tenor <strong>de</strong>l artículo 1977, que está<br />

ubicado en las reglas particulares relativas al arriendo <strong>de</strong> “casas, almacenes u<br />

otros edificios”. Estima que el artículo 1977 no es <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público y por<br />

consiguiente, pue<strong>de</strong>n las partes renunciar a su aplicación estableciendo un<br />

pacto comisorio calificado (T. 46, sec. 1ª, p. 120).<br />

129


No cabe, a nuestro juicio, aplicar a este caso el artículo 1977 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>, según el cual “la mora <strong>de</strong> un período entero <strong>de</strong> pago <strong>de</strong> la renta,<br />

dará <strong>de</strong>recho al arrendador, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> dos reconvenciones, entre las cuales<br />

medien a lo menos cuatro días, para hacer cesar inmediatamente el arriendo, si<br />

no se presta seguridad competente <strong>de</strong> que se verificará el pago <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un<br />

plazo razonable que no bajará <strong>de</strong> treinta días”. Si hay pacto comisorio esta<br />

regla no rige porque, no se trata <strong>de</strong> “hacer cesar inmediatamente el arriendo<br />

“porque, lo repetimos, el contrato <strong>de</strong> arriendo se extinguió al cumplirse la<br />

condición contemplada en el pacto (no pago <strong>de</strong> la renta en el período fijado).<br />

Así lo ha dicho un fallo <strong>de</strong> la Excma. Corte Suprema <strong>de</strong> 8 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1996:<br />

“El pacto comisorio calificado que las partes introdujeron en su contrato <strong>de</strong><br />

arrendamiento comparte la naturaleza jurídica <strong>de</strong> la condición resolutoria<br />

ordinaria y por consiguiente su cumplimiento -en la especie, la falta <strong>de</strong> pago<br />

<strong>de</strong> las rentas- produce ipso jure la extinción <strong>de</strong>l arrendamiento, sin que sea<br />

menester una <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración judicial, razón por la cual el arrendatario carece <strong>de</strong><br />

facultad para hacer subsistir el contrato consignando las rentas que en su<br />

oportunidad <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> pagar...” (Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 453, sent. 17, p. 1654).<br />

Un comentario final hace Ramos en relación con el pacto comisorio<br />

calificado en el contrato <strong>de</strong> arrendamiento. Se ha fallado que no tendría valor<br />

el pacto comisorio calificado por no pago <strong>de</strong> rentas, en razón <strong>de</strong> que el<br />

artículo 1977 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> sería una norma <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público (Gaceta<br />

Jurídica Nº 145, sent. 1, p. 80). Ramos no está <strong>de</strong> acuerdo en que el artículo<br />

1977 sea una norma <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público, que las partes no puedan renunciar<br />

mediante el establecimiento <strong>de</strong> un pacto comisorio calificado. Tampoco cree<br />

que se trate <strong>de</strong> una renuncia prohibida por el artículo 19 <strong>de</strong> la ley 18.101<br />

porque lo que prohibe renunciar el artículo 19 son los <strong>de</strong>rechos que esta ley<br />

confiere a los arrendatarios. Y el artículo 1977, está en el Código <strong>Civil</strong>, no en<br />

la ley 18.10l. (En ese sentido sentencia <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Concepción <strong>de</strong> 29 <strong>de</strong><br />

diciembre <strong>de</strong> 1994, recaída en la causa rol Nº 709-94, consi<strong>de</strong>rando 9º, no<br />

publicada).<br />

En sentido contrario, un fallo muy reciente <strong>de</strong> 22 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1996, <strong>de</strong><br />

la Excma. Corte Suprema en que, tratándose <strong>de</strong> un pacto comisorio calificado<br />

en un contrato <strong>de</strong> arriendo <strong>de</strong> un predio rústico, regido por el D.L. 993, la<br />

Corte Suprema resolvió que “la ley niega al arrendador <strong>de</strong> predios rústicos el<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> pactar que el simple retardo en el pago <strong>de</strong> la renta constituye en<br />

mora al arrendatario” y que “para constituir en mora al arrendatario <strong>de</strong> un<br />

predio rústico, se requiere en todo caso dos reconvenciones <strong>de</strong>biendo mediar<br />

entre ambas a lo menos treinta días, según lo dispone el artículo 11 <strong>de</strong>l D.L.<br />

130


993 (Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 453, sent. 11, p. 1631). Ramos no está <strong>de</strong> acuerdo con<br />

este pronunciamiento. El D.L. 993, no prohibe el pacto comisorio calificado<br />

en un contrato <strong>de</strong> arrendamiento <strong>de</strong> un predio rústico. Y el inciso 1º <strong>de</strong>l<br />

artículo 11 <strong>de</strong> ese cuerpo legal es muy <strong>cl</strong>aro en or<strong>de</strong>n a que a falta <strong>de</strong><br />

disposiciones especiales, se apliquen las disposiciones generales.<br />

Prescripción <strong>de</strong>l pacto comisorio<br />

El artículo 1880, establece que “el pacto comisorio calificado prescribe<br />

al plazo prefijado por las partes, si no pasare <strong>de</strong> cuatro años, contados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

fecha <strong>de</strong>l contrato”. “Transcurridos estos cuatro años, prescribe<br />

necesariamente, sea que se haya estipulado un plazo más largo o ninguno”.<br />

Respecto <strong>de</strong> esta norma, es importante precisar lo siguiente:<br />

a) El plazo <strong>de</strong> prescripción que ella establece rige únicamente para el<br />

pacto comisorio -simple o calificado- que reglamenta el Código <strong>Civil</strong>, es<br />

<strong>de</strong>cir para el contrato <strong>de</strong> compraventa por no pago <strong>de</strong>l precio. Así Abeliuk.<br />

En el caso <strong>de</strong>l pacto comisorio establecido en otros contratos, o en la<br />

compraventa por una obligación diferente a la <strong>de</strong> pagar el precio, no se aplica<br />

la norma <strong>de</strong>l artículo 1880. La prescripción en esos casos, se regula por los<br />

artículos 2514 inc. 2º y 2515, vale <strong>de</strong>cir, prescribe en 5 años contados <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que la obligación se hace exigible;<br />

b) El artículo 1880, no dice que el pacto comisorio prescriba en 4 años,<br />

sino en el plazo que las partes acordaren si no pasare <strong>de</strong> 4 años. Luego pue<strong>de</strong><br />

prescribir en un plazo menor <strong>de</strong> 4 años; y<br />

c) Una última cuestión y muy importante, en relación con el artículo<br />

1880, es que el plazo <strong>de</strong> prescripción que esta disposición establece no<br />

empieza a correr <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se hace exigible -como <strong>de</strong>bería<br />

ocurrir si se aplicaran las reglas generales en conformidad al artículo 2514<br />

inc. 2º <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>-, sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong>l contrato. Lo anterior significa<br />

que al establecerse el pacto, no podrá ser por obligaciones que <strong>de</strong>moren más<br />

<strong>de</strong> 4 años en cumplirse, pues <strong>de</strong> ocurrir así, cuando se <strong>de</strong>mandare la<br />

resolución, el pacto ya se encontraría prescrito.<br />

Prescrita la acción <strong>de</strong>l pacto comisorio, ¿podría <strong>de</strong>mandarse la<br />

resolución fundada en el artículo 1489 ?<br />

131


¿Qué ocurre cuándo en un contrato <strong>de</strong> compraventa existe un pacto<br />

comisorio por no pago <strong>de</strong>l precio, y el ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>ja transcurrir más <strong>de</strong> 4 años<br />

para <strong>de</strong>mandar.? ¿Podría, en este caso, <strong>de</strong>mandar <strong>de</strong> resolución fundándose no<br />

en el pacto comisorio sino en la condición resolutoria tácita <strong>de</strong>l artículo 1489?.<br />

Vío Vásquez afirma que “transcurridos los cuatro años, la acción resolutoria<br />

se extingue irremediablemente, sin que pueda aducirse que todavía le queda al<br />

ven<strong>de</strong>dor, por ejercitar, la que nace <strong>de</strong> todo contrato bilateral, esto es, la <strong>de</strong> la<br />

condición resolutoria tácita, como lo sostiene en su Memoria <strong>de</strong> Prueba don<br />

Gonzalo Montecinos M. Admitir esta opinión sería tergiversar la letra <strong>de</strong>l<br />

Código, pues el artículo 1880 es bastante explícito y <strong>cl</strong>aro para compren<strong>de</strong>r<br />

que si dice que prescribe en el plazo <strong>de</strong> cuatro años contados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha<br />

<strong>de</strong>l contrato, se está refiriendo a la acción resolutoria que se le conce<strong>de</strong> por el<br />

artículo 1873, según <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong>l artículo 1878. A<strong>de</strong>más, llegaríamos al<br />

absurdo que el artículo 1880 sería letra muerta, puesto que el ven<strong>de</strong>dor en todo<br />

caso tendría <strong>de</strong>recho a solicitar la resolución <strong>de</strong>l contrato, y esto no es posible.<br />

Si se estipuló pacto comisorio, es porque las partes quisieron someterse a estas<br />

reglas y no a las <strong>de</strong> la condición resolutoria <strong>de</strong>l artículo 1489, por lo que su<br />

renuncia a la acción que conce<strong>de</strong> esta condición se presume tácitamente” (Vío<br />

Vásquez). Este autor agrega que el ven<strong>de</strong>dor en este caso sólo podría solicitar<br />

el pago <strong>de</strong>l precio, pues el artículo 1880, no se refiere a la acción <strong>de</strong><br />

cumplimiento. En el mismo sentido Arturo Alessandri.<br />

Estamos plenamente <strong>de</strong> acuerdo con estas opiniones. Sin embargo, la<br />

Corte Suprema admitió la tesis contraria, al rechazar un recurso <strong>de</strong> casación<br />

en el fondo interpuesto en contra <strong>de</strong> una sentencia <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Puerto Montt<br />

que resolvió que no obstante el pacto comisorio el ven<strong>de</strong>dor pue<strong>de</strong> solicitar la<br />

resolución <strong>de</strong> un contrato fundado en los artículos 1489 y 1873 (T. 90, sec. 1ª,<br />

p. 72).<br />

La acción resolutoria<br />

Abeliuk la <strong>de</strong>fine como “la que emana <strong>de</strong> la condición resolutoria en<br />

los casos que ella requiere sentencia judicial, y en cuya virtud el contratante<br />

diligente solicita que se <strong>de</strong>je sin efecto el contrato por no haber cumplido la<br />

contraparte alguna <strong>de</strong> las obligaciones emanadas <strong>de</strong> él”.<br />

Dice la <strong>de</strong>finición que emana <strong>de</strong> la condición resolutoria en los casos en<br />

que ella requiere sentencia judicial. Pues bien, ello se produce en las<br />

siguientes situaciones: a) en la condición resolutoria tácita, b) en el pacto<br />

132


comisorio simple, c) en el pacto comisorio calificado en el contrato <strong>de</strong><br />

compraventa por no pago <strong>de</strong>l precio.<br />

En la condición resolutoria ordinaria o en los otros pactos comisorios,<br />

no hay acción resolutoria, porque la resolución opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho, no se<br />

<strong>de</strong>manda judicialmente y por ello no se requiere <strong>de</strong> acción. Luego, como<br />

observa Abeliuk, es erróneo afirmar que la acción resolutoria proviene <strong>de</strong> la<br />

condición resolutoria, pues, como se viene mostrando, hay casos <strong>de</strong><br />

condición resolutoria que no dan acción.<br />

Características <strong>de</strong> la acción resolutoria<br />

La doctrina señala las siguientes: 1. es una acción personal; 2.<br />

patrimonial; 3. mueble o inmueble, según el objeto <strong>de</strong> que se trate; y 4.<br />

indivisible.<br />

1. La acción resolutoria es personal<br />

Aun cuando en la doctrina extranjera su naturaleza <strong>de</strong> personal ha sido<br />

discutida, en Chile la unanimidad <strong>de</strong> la doctrina así lo entien<strong>de</strong> (Alessandri,<br />

Abeliuk, Somarriva). Es personal porque la acción <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l contrato y éstos<br />

generan <strong>de</strong>rechos personales. No olvi<strong>de</strong>mos que el artículo 578 nos dice que<br />

“<strong>de</strong> estos <strong>de</strong>rechos -<strong>de</strong> los personales o créditos- nacen las acciones<br />

personales”.<br />

Por ser personal, sólo se pue<strong>de</strong> entablar en contra <strong>de</strong> quien celebró el<br />

contrato, no en contra <strong>de</strong> terceros. Por ello, si el comprador, por ejemplo,<br />

enajena la cosa a un tercero, no podrá intentarse la acción en contra <strong>de</strong> este<br />

tercero, porque no fue parte <strong>de</strong>l contrato. (T. 10, sec. 1ª, p. 507). Ello, sin<br />

perjuicio, <strong>de</strong> que exista otra acción en contra <strong>de</strong> ese tercero (reivindicatoria o<br />

restitutoria), como luego veremos. Por esta razón, la Corte Suprema, ha<br />

fallado que no se pue<strong>de</strong> dirigir la acción resolutoria contra una persona que<br />

actuó como mandatario. (T. 28, sec. 1ª, p. 185).<br />

En el caso en que los <strong>de</strong>udores incumplidores se hubieren obligado<br />

solidariamente, la acción pue<strong>de</strong> intentarse en contra <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> ellos (T.<br />

50, sec. 1ª, p. 57).<br />

2. La acción resolutoria es patrimonial<br />

133


Ello es así <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que su objetivo es <strong>de</strong>jar sin efecto un contrato<br />

patrimonial. No cabe la resolución en el <strong>Derecho</strong> <strong>de</strong> Familia.<br />

Del hecho <strong>de</strong> ser patrimonial <strong>de</strong>rivan importantes consecuencias:<br />

- Es renunciable. Así fluye <strong>de</strong>l artículo 1487 y es lógico que así sea<br />

pues sólo mira al interés personal <strong>de</strong>l renunciante y no se encuentra prohibida<br />

su renuncia (artículo 12 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>). Se pue<strong>de</strong> renunciar en el mismo<br />

contrato, o posteriormente antes <strong>de</strong>l incumplimiento.<br />

Pue<strong>de</strong> la renuncia ser expresa o tácita. El solo hecho <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar el<br />

cumplimiento, no supone, según ya lo hemos visto, la renuncia a la acción<br />

resolutoria.;<br />

- Es transferible y transmisible. En cuanto a la trasmisibilidad no<br />

merece ningún comentario especial, atendido lo dispuesto en lo artículos 951,<br />

inc. 2º y 1097 inc. 1º.<br />

En cambio sí, vale la pena <strong>de</strong>tenerse en lo relativo a su condición <strong>de</strong><br />

transferible. Ello con el objeto <strong>de</strong> precisar que algunos autores consi<strong>de</strong>ran que<br />

si se ce<strong>de</strong> un crédito, esta cesión no importa la transferencia <strong>de</strong> la acción<br />

resolutoria. Esta opinión se funda en que la resolución sería una excepción<br />

personal, que no queda comprendida la cesión, según el artículo 1906 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>. Así, Vío Vásquez. En el mismo sentido Abeliuk. Así se ha<br />

fallado (Gaceta <strong>de</strong>l año 1882, sentencia 1840, p. 1021). Una opinión distinta<br />

encontramos en Alessandri. Por ello y para evitar problemas, cuando se ce<strong>de</strong><br />

un crédito, parece importante, ce<strong>de</strong>r también la acción resolutoria, pues <strong>de</strong> no<br />

hacerse así podría sostenerse que el cesionario no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar la<br />

resolución <strong>de</strong>l contrato, pues la cesión traspasa únicamente el crédito,no la<br />

calidad <strong>de</strong> parte contratante.<br />

Una situación parecida a la anterior, se presenta en el caso <strong>de</strong> que en<br />

una compraventa, el pago <strong>de</strong>l precio lo haga un tercero con el consentimiento<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y que en virtud <strong>de</strong> ello -atendido lo dispuesto en el artículo 1610 Nº<br />

5- se subrogue en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor pagado (ven<strong>de</strong>dor) (artículo 1610<br />

Nº 5). ¿Pue<strong>de</strong> en este caso, este tercero, <strong>de</strong>mandar la resolución?<br />

Vío Vásquez respon<strong>de</strong> afirmativamente. Expresa que “si un tercero<br />

efectúa el pago <strong>de</strong>l precio consintiéndolo el acreedor y cumpliéndose los<br />

<strong>de</strong>más requisitos or<strong>de</strong>nados en el artículo 1611, se subroga en los <strong>de</strong>rechos y<br />

134


acciones <strong>de</strong>l acreedor, pudiendo, en ese caso, ejercer la acción resolutoria. En<br />

el mismo sentido, Borda.<br />

A Ramos le parece que el tercero que paga, sólo se subroga en el<br />

crédito, no adquiere la calidad <strong>de</strong> contratante y como <strong>de</strong> acuerdo al artículo<br />

1489, la acción resolutoria le correspon<strong>de</strong> al “contratante”, no tendría la<br />

acción resolutoria. Admitimos que el asunto es discutible frente al tenor <strong>de</strong>l<br />

artículo 1612, según el cual “la subrogación, tanto legal como convencional,<br />

traspasa al nuevo acreedor todos los <strong>de</strong>rechos, acciones, privilegios, prendas e<br />

hipotecas <strong>de</strong>l antiguo...”. Guillermo Ospina le daría la razón: “Así el tercero<br />

que le paga al ven<strong>de</strong>dor el precio insoluto <strong>de</strong> la compraventa, por virtud <strong>de</strong> la<br />

subrogación sólo se hace acreedor a ese precio con sus accesorios, privilegios<br />

y garantías inherentes. Pero mal pue<strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r dicho tercero ventajas o<br />

<strong>de</strong>rechos diferentes y que no se encaminen precisamente a la satisfacción <strong>de</strong><br />

ese crédito adquirido, como son los que tuviera el acreedor subrogante por su<br />

condición personal o por su calidad <strong>de</strong> contratante. De admitir que la<br />

subrogación compren<strong>de</strong> las referidas acciones <strong>de</strong> nulidad, simulación o<br />

resolución <strong>de</strong> contrato, se <strong>de</strong>snaturalizaría la institución: se autorizaría al<br />

solvens subrogado, no ya para lograr la satisfacción <strong>de</strong> su crédito, sino para<br />

<strong>de</strong>stituirlo, y para obtener en cambio y sin causa alguna otros <strong>de</strong>rechos”.<br />

También pareciera estar en esta posición Claro Solar y Somarriva.<br />

- Es prescriptible. Su plazo <strong>de</strong> prescripción será normalmente <strong>de</strong> 5<br />

años, que se cuentan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se hace exigible (artículos 2514 y<br />

2515). Sin embargo, en la condición resolutoria que emana <strong>de</strong>l pacto<br />

comisorio establecido en un contrato <strong>de</strong> compraventa por no pago <strong>de</strong>l precio,<br />

rige la regla especial <strong>de</strong>l artículo 1880, esto es, que prescriba en el plazo que<br />

fijaron las partes si no exce<strong>de</strong> <strong>de</strong> los 4 años, plazo que se cuenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

celebración <strong>de</strong>l contrato.<br />

El plazo <strong>de</strong> prescripción, en el caso <strong>de</strong>l artículo 1880 tiene a<strong>de</strong>más la<br />

particularidad <strong>de</strong> que, en conformidad al artículo 2524, no se suspen<strong>de</strong>.<br />

3. La acción resolutoria es mueble o inmueble, según la cosa<br />

sobre que recaiga.<br />

Es aplicación lisa y llana <strong>de</strong>l artículo 580 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

4. La acción resolutoria es indivisible.<br />

135


Esta indivisibilidad es subjetiva y objetiva.<br />

a) Subjetiva, porque si son varios los acreedores, <strong>de</strong>ben ejercitar la<br />

acción conjuntamente y si hay pluralidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>udores, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>mandarse a<br />

todos ellos. Esta con<strong>cl</strong>usión se funda en el artículo 1526 Nº 6 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong><br />

y cuenta con el apoyo <strong>de</strong> la doctrina (Fueyo, Somarriva). Así también<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia (T. 57, sec. 1ª, p. 253). Una opinión contraria encontramos en<br />

Victorio Pescio, quien analiza el punto en relación con la acción resolutoria<br />

ejercida por uno <strong>de</strong> los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l ven<strong>de</strong>dor, cuando el comprador a<strong>de</strong>uda<br />

una parte <strong>de</strong>l precio. Afirma que es un error aplicar en este caso, la norma <strong>de</strong>l<br />

artículo 1526 Nº 6 pues se parte <strong>de</strong> una suposición falsa: que se trata <strong>de</strong> una<br />

obligación alternativa, en circunstancias que no existe en el caso, ni<br />

remotamente, una obligación <strong>de</strong> ese tipo ya que el objeto <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong>l<br />

comprador es uno sólo: el pago <strong>de</strong>l precio, y puesto que éste consiste en una<br />

suma <strong>de</strong> dinero, el objeto es divisible por lo que al ser “varios los here<strong>de</strong>ros<br />

<strong>de</strong>l ven<strong>de</strong>dor, <strong>de</strong> acuerdo con las reglas generales, el crédito que correspon<strong>de</strong> a<br />

esa <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> cosa divisible, se divi<strong>de</strong> entre ellos a prorrata <strong>de</strong> sus respectivas<br />

cuotas hereditarias”.<br />

b) Objetiva, porque no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar en parte el cumplimiento y<br />

en parte la resolución. Ello es así, porque el artículo 1489, da la alternativa<br />

para <strong>de</strong>mandar el cumplimiento o la resolución, pero no en parte el<br />

cumplimiento y en parte la resolución. Así ha sido resuelto, por la Corte <strong>de</strong><br />

Talca (Gaceta <strong>de</strong> tribunales, T. I, sent. 89, p. 610) y por la Corte Suprema<br />

(Gaceta <strong>de</strong> los tribunales, año 1884, sent. 169, p. 136).<br />

Resolución y nulidad <strong>de</strong> un contrato<br />

Son muy diferentes la acción <strong>de</strong> nulidad y la acción <strong>de</strong> resolución. Hay<br />

nulidad cuando existe un vicio originario en el contrato, como podría ser<br />

objeto ilícito, causa ilícita, vicios <strong>de</strong>l consentimiento, etc. En cambio, la<br />

resolución. <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> que en un contrato bilateral una parte no<br />

cumple lo pactado.<br />

En cuanto a los efectos que produce la nulidad y la resolución son<br />

también diversos. Como observa Abeliuk, la nulidad y rescisión borran<br />

totalmente el acto o contrato, por lo que sus efectos son más radicales y por lo<br />

mismo, la nulidad judicialmente <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada da acción reivindicatoria contra<br />

terceros, sin distinciones <strong>de</strong> ninguna especie (art. 1689). En cambio, la acción<br />

resolutoria sólo da acción contra los terceros <strong>de</strong> mala fe, como se verá al<br />

136


estudiar los artículos 1490 y 1491. Hay diferencias importantes, también en<br />

relación con las prestaciones mutuas, cuando se acoge la nulidad o la<br />

resolución.<br />

Una cosa es importante: sólo cabe la resolución respecto <strong>de</strong> un contrato<br />

válido, pues la acción <strong>de</strong> resolución <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l incumplimiento <strong>de</strong>l contrato. Y<br />

si en virtud <strong>de</strong>l efecto propio <strong>de</strong> la nulidad se <strong>de</strong>termina que no hay contrato,<br />

mal podrá haber acción resolutoria. Por ello, se ha resuelto, que no pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mandarse la nulidad <strong>de</strong> un contrato <strong>de</strong> promesa nulo (T. 46, sec. 2ª, p. 79).<br />

Resolución y resciliación<br />

Correspon<strong>de</strong>n a dos instituciones absolutamente diferentes. La<br />

resolución, ya lo sabemos, proce<strong>de</strong> cuando en un contrato bilateral una <strong>de</strong> las<br />

partes no cumple sus obligaciones. La resciliación, en cambio, es un modo <strong>de</strong><br />

extinguir las obligaciones que se produce cuando las partes, siendo capaces<br />

<strong>de</strong> disponer libremente <strong>de</strong> lo suyo, y en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong><br />

la voluntad, acuerdan <strong>de</strong>jar sin efecto el contrato <strong>de</strong> don<strong>de</strong> emana la<br />

obligación (art. 1567 inc. 1º). Por su propia naturaleza, la resciliación no<br />

pue<strong>de</strong> afectar en modo alguno a los terceros, pues el acuerdo que ella supone<br />

les es inoponible, “res inter alios acta”.<br />

Efectos <strong>de</strong> la resolución<br />

Para estudiar esta materia <strong>de</strong>bemos distinguir entre: 1. efecto entre las<br />

partes, y 2. efectos respecto <strong>de</strong> terceros.<br />

1. Efectos <strong>de</strong> la resolución entre las partes<br />

Los efectos entre la partes, son los propios <strong>de</strong> toda condición<br />

resolutoria, es <strong>de</strong>cir, volver a las partes al estado anterior a la celebración <strong>de</strong>l<br />

contrato, como si nunca hubieren contratado.<br />

En virtud <strong>de</strong>l efecto retroactivo, cumplida la condición, el <strong>de</strong>udor<br />

condicional <strong>de</strong>be restituir lo que había adquirido bajo esa condición. Así lo<br />

or<strong>de</strong>na el artículo 1487, que es <strong>de</strong> alcance general para cualquier tipo <strong>de</strong><br />

condición resolutoria, “Cumplida la condición resolutoria, <strong>de</strong>berá restituirse lo<br />

que se hubiere recibido bajo tal condición, a menos que ésta haya sido puesta<br />

en favor <strong>de</strong>l acreedor ex<strong>cl</strong>usivamente, en cuyo caso podrá éste, si quiere<br />

137


enunciarla, pero será obligado a <strong>de</strong><strong>cl</strong>arar su <strong>de</strong>terminación, si el <strong>de</strong>udor lo<br />

exigiere”.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que el <strong>de</strong>udor condicional, por regla general, no restituye<br />

los frutos percibidos en el tiempo intermedio (art. 1488); que entrega la cosa<br />

en el estado en que se encuentre, con sus aumentos y mejoras, y sufriendo el<br />

acreedor los <strong>de</strong>terioros fortuitos que haya experimentado la especie, no así<br />

los culpables, <strong>de</strong> los que respon<strong>de</strong> el <strong>de</strong>udor (art. 1486); los actos <strong>de</strong><br />

administración realizados por el <strong>de</strong>udor (arriendos por ejemplo), quedan<br />

firmes -recuér<strong>de</strong>se que ello se infiere <strong>de</strong> las reglas <strong>de</strong>l fi<strong>de</strong>icomiso, artículo<br />

758- sin perjuicio, <strong>de</strong> que producida la resolución, ésta opere como modo <strong>de</strong><br />

extinguir esos contratos (arts. 1950 Nº 3 y 1958 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>).<br />

Conviene precisar que si el <strong>de</strong>udor había cumplido en parte sus<br />

obligaciones, <strong>de</strong>be restituírsele lo que él hubiere pagado, pues en caso<br />

contrario habría enriquecimiento sin causa. Así lo dice el artículo 1875, en la<br />

resolución <strong>de</strong> la compraventa por no pagarse el precio.<br />

2. Efectos <strong>de</strong> la resolución respecto <strong>de</strong> terceros<br />

La primera cuestión que hay que plantearse es por qué la resolución <strong>de</strong><br />

un contrato pue<strong>de</strong> afectar a los terceros. La respuesta es obvia: va a afectar a<br />

los terceros cuando el <strong>de</strong>udor condicional resolutoria, pendiente la condición<br />

resolutoria haya enajenado o gravado la cosa poseída bajo esa condición. En<br />

virtud <strong>de</strong>l efecto retroactivo <strong>de</strong> la condición, cumplida ésta, cabe enten<strong>de</strong>r que<br />

el <strong>de</strong>udor condicional no ha sido nunca dueño, por lo que tales enajenaciones<br />

y gravámenes los realizó sobre cosa ajena, siendo, por lo mismo, inoponibles<br />

al verda<strong>de</strong>ro dueño- Sin embargo, si esta regla se aplicara en forma absoluta se<br />

causaría perjuicios a los terceros que pue<strong>de</strong>n haber contratado con el <strong>de</strong>udor<br />

condicional <strong>de</strong> buena fe, ignorando la existencia <strong>de</strong> la condición.<br />

Por ello, para conciliar los intereses <strong>de</strong>l acreedor con los <strong>de</strong> los terceros,<br />

el Código ha dado reglas especiales en los artículos 1490 y 1491, en cuya<br />

virtud -y hablando en términos muy generales- la resolución no afecta a los<br />

terceros <strong>de</strong> buena fe. El artículo 1490, rige para los bienes muebles y el 1491,<br />

para los inmuebles.<br />

Estudio <strong>de</strong>l artículo 1490<br />

138


Esta norma establece que “si el que <strong>de</strong>be una cosa mueble a plazo, o<br />

bajo condición suspensiva o resolutoria, la enajena, no habrá <strong>de</strong>recho a<br />

reivindicarla contra terceros poseedores <strong>de</strong> buena fe”.<br />

Señalemos, en primer término, que cuando la norma habla <strong>de</strong> “cosa<br />

mueble” <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse que pue<strong>de</strong> tratarse <strong>de</strong> cosas corporales o incorporales<br />

(<strong>de</strong>rechos).<br />

Agreguemos, en seguida, que esta disposición tiene una redacción muy<br />

poco feliz. En efecto, incurre en varias impropieda<strong>de</strong>s.<br />

a) Dice “si el que <strong>de</strong>be una cosa mueble...”, <strong>de</strong>bemos enten<strong>de</strong>r que lo<br />

que se quiere expresar es “si se posee una cosa mueble”, pues pendiente la<br />

condición no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que se <strong>de</strong>ba la cosa. Ello sólo vendrá a ser cierto<br />

si la condición se cumple;<br />

b) La disposición se pone en tres supuestos: 1. que se tenga una cosa<br />

<strong>de</strong>bida a plazo; 2. que se tenga una cosa <strong>de</strong>bida bajo condición suspensiva, y<br />

3. que se tenga una cosa <strong>de</strong>bida bajo condición resolutoria.<br />

La primera situación, nada tiene que ver con la resolución, pues quien<br />

<strong>de</strong>be una cosa a plazo, no es propietario sino usufructuario <strong>de</strong> la misma<br />

(artículo 1087 inciso 1º) y, por consiguiente, sólo le está permitido ce<strong>de</strong>r y<br />

gravar su <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> usufructo (artículo 793). Si va más allá -enajena la cosa<br />

o la grava- no se aplica el artículo 1490, sino las disposiciones generales sobre<br />

enajenación o gravamen <strong>de</strong> cosa ajena, en virtud <strong>de</strong> las cuales tales<br />

enajenaciones son inoponibles al verda<strong>de</strong>ro dueño, sea que el tercero esté <strong>de</strong><br />

buena o mala fe.<br />

El segundo supuesto es también imposible porque nadie pue<strong>de</strong> poseer<br />

una cosa sujeta a condición suspensiva. Si tiene la cosa y su posesión es<br />

condicional, será <strong>de</strong>udor condicional resolutorio, no suspensivo.<br />

De manera que, en <strong>de</strong>finitiva, la norma sólo va a operar cuando se posea<br />

una cosa sujeta a una condición resolutoria. Es el único caso, que el poseedor,<br />

pue<strong>de</strong> enajenar y gravar la cosa, enajenaciones y gravámenes que <strong>de</strong>berán<br />

extinguirse <strong>de</strong> cumplirse la condición.<br />

Requisitos para que la enajenación o gravamen <strong>de</strong> una cosa mueble<br />

<strong>de</strong>bida bajo condición resolutoria afecte a terceros<br />

139


Los requisitos son dos: a) que el <strong>de</strong>udor condicional la haya enajenado o<br />

gravado, y b) que el tercero esté <strong>de</strong> mala fe, es <strong>de</strong>cir que al momento <strong>de</strong><br />

contratar con el <strong>de</strong>udor condicional, supiera que el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> éste estaba<br />

sujeto a extinguirse <strong>de</strong> cumplirse la condición.<br />

De acuerdo a las reglas generales (artículo 707), la buena fe se presume,<br />

por lo que será el acreedor condicional quien <strong>de</strong>berá probar la mala fe <strong>de</strong>l<br />

tercero.<br />

Agreguemos que los artículos 1490 y 1491, rigen aunque el tercero<br />

adquiera la cosa en pública subasta <strong>de</strong>cretada por la justicia (ventas forzadas).<br />

Así se ha fallado (T. 45, sec. 1ª, p. 324).<br />

Estudio <strong>de</strong>l artículo 1491<br />

Esta norma establece: “Si el que <strong>de</strong>be un inmueble bajo condición lo<br />

enajena, o lo grava con hipoteca, censo o servidumbre, no podrá resolverse la<br />

enajenación o gravamen, sino cuando la condición constaba en el título<br />

respectivo, inscrito u otorgado por escritura pública”.<br />

También en este caso, al no distinguir la ley, la expresión “inmueble”,<br />

compren<strong>de</strong> tanto las cosas corporales como las incorporales. No se<br />

compren<strong>de</strong> a los inmuebles por adherencia porque ellos son consi<strong>de</strong>rados<br />

muebles por anticipación para los efectos <strong>de</strong> su enajenación (artículo 571).<br />

Requisitos para que los terceros se vean afectados por la condición.<br />

Según el artículo 1491, un sólo requisito es necesario: que la condición<br />

conste en el título respectivo, inscrito u otorgado por escritura pública.<br />

Esta norma crea algunos problemas: ¿qué se entien<strong>de</strong> porque conte en el<br />

título?; ¿cuál es el titulo respectivo; si el hecho <strong>de</strong> que la condición conste en<br />

el título, transforma al tercero en poseedor <strong>de</strong> mala fe.<br />

¿Cuándo consta la condición en el título respectivo?<br />

Es indudable que en el caso <strong>de</strong> la condición resolutoria ordinaria o <strong>de</strong>l<br />

pacto comisorio, ellas constan en el título. La duda pue<strong>de</strong> presentarse respecto<br />

140


<strong>de</strong> la condición resolutoria tácita, ya que ésta justamente por no estar<br />

expresada, no pue<strong>de</strong> constar en el título.<br />

Se ha entendido casi invariablemente por la doctrina que cuando se<br />

exige que la condición “conste” en el título, no quiere significar que <strong>de</strong>be estar<br />

expresada, <strong>de</strong> modo que <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse que consta también la condición si<br />

<strong>de</strong>l título aparece que existe una obligación incumplida, pues con ello quien va<br />

a contratar sabe que si tal obligación no se cumple operará la condición<br />

resolutoria tácita. Una cosa “consta”, se dice, cuando es cierta, y si hay una<br />

obligación incumplida en un contrato bilateral, se sabe, es un hecho cierto, que<br />

podrá resolverse si no se cumple esa obligación. Por lo <strong>de</strong>más el artículo<br />

1491, no distingue entre condición resolutoria expresa o tácita.<br />

Una opinión distinta tenía don Ruperto Bahamon<strong>de</strong>, para quien sólo<br />

constaría la condición resolutoria expresa.<br />

Lo que venimos diciendo es <strong>de</strong>l mayor interés, pues al examinarse<br />

títulos <strong>de</strong> inmuebles, <strong>de</strong>berá estudiarse si existen obligaciones pendientes,<br />

pues <strong>de</strong> haberlas, el adquirente <strong>de</strong> la cosa quedará expuesto a que su <strong>de</strong>recho<br />

se resuelva, si el <strong>de</strong>udor no cumple esa obligación, por aplicación <strong>de</strong>l artículo<br />

1489. Así, por ejemplo, si quien preten<strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r, al momento <strong>de</strong> comprar el<br />

inmueble quedó a<strong>de</strong>udando un saldo <strong>de</strong> precio, <strong>de</strong>berá exigirse que se acredite,<br />

con la correspondiente escritura <strong>de</strong> cancelación, que el saldo <strong>de</strong> precio se<br />

encuentra pagado.<br />

¿Cuál es el título respectivo?<br />

El artículo 1491, exige que la condición conste en el “título respectivo”.<br />

Pues bien, ¿cuál será éste?. Título respectivo es aquél en cuya virtud adquirió<br />

la cosa la persona que ahora preten<strong>de</strong> enajenar o gravar. Ej. Pedro quiere<br />

ven<strong>de</strong>r a Juan su casa. El título respectivo será aquél en cuya virtud adquirió<br />

Pedro (o alguno <strong>de</strong> los antecesores <strong>de</strong> Pedro en el dominio <strong>de</strong>l bien).<br />

¿Por qué la ley dice que el título <strong>de</strong>be constar en el respectivo título<br />

inscrito u otorgado por escritura pública?<br />

Nótese, en primer lugar, que la ley no dice que para que opere la<br />

resolución la condición tenga que encontrarse inscrita. Lo que se inscribe es el<br />

título no la condición.<br />

141


Si la ley habla <strong>de</strong> título inscrito u otorgado por escritura pública, es<br />

porque hay ciertos títulos que no requieren <strong>de</strong> inscripción, como ocurre con<br />

las servidumbres, cuya tradición se hace mediante escritura pública (art. 698).<br />

En el caso <strong>de</strong> actos que <strong>de</strong>ben inscribirse para que opere el artículo 1491, tiene<br />

que encontrarse el título inscrito. No basta la simple escritura pública.<br />

Algunos atribuyen la frase “u otorgado por escritura pública”, al hecho<br />

<strong>de</strong> que como el Conservatorio <strong>de</strong> Bienes Raíces no empezó a operar<br />

conjuntamente con el Código, hubo un lapso (hasta el 1º <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1859), en<br />

que sólo podía hablarse <strong>de</strong> títulos otorgados por escritura pública, pues esa<br />

fue la forma como se adquirían los <strong>de</strong>rechos reales en el lapso intermedio, en<br />

conformidad a lo dispuesto en el artículo 697 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

Si la condición consta en el título inscrito u otorgado por escritura<br />

pública ¿transforma al tercero adquirente en poseedor <strong>de</strong> mala fe?<br />

Este problema ha sido discutido y la con<strong>cl</strong>usión es que aunque la<br />

condición conste en el título inscrito u otorgado por escritura pública, ese<br />

hecho no lo transforma en poseedor <strong>de</strong> mala fe, y no tendrá esa calidad si tiene<br />

la conciencia <strong>de</strong> haber adquirido la cosa por medios legítimos, exentos <strong>de</strong><br />

frau<strong>de</strong> y <strong>de</strong> todo otro vicio, tal como lo señala el artículo 706 inc. 1º. La<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia ha dicho que como la buena fe se presume, será el<br />

reivindicante quien <strong>de</strong>berá probar que adquirió la cosa <strong>de</strong> mala fe. (T. 45 sec.<br />

1ª, p. 324; T. 23, sec. 1ª, p. 354).<br />

Lo que se viene diciendo es importante, porque si es poseedor <strong>de</strong> buena<br />

fe y cumple los <strong>de</strong>más requisitos <strong>de</strong> posesión regular -justo título y tradición-<br />

pue<strong>de</strong> llegar a adquirir la cosa por prescripción ordinaria.<br />

Gravámenes que caducan<br />

El artículo 1491, plantea todavía otro problema, pues al hacer referencia<br />

únicamente a tres gravámenes -hipoteca, censo o servidumbre- se plantea la<br />

duda <strong>de</strong> lo que ocurre si el gravamen es otro, ej. si se constituye una<br />

servidumbre, fi<strong>de</strong>icomiso, usufructo, uso, habitación. ¿Rige en estos casos la<br />

norma <strong>de</strong>l artículo 1491. Arturo Alessandri, dice que el 1491, no es taxativo,<br />

sino ejemplificativo, por lo que en el caso <strong>de</strong> los otros gravámenes también<br />

rige el artículo 1491. En cambio Jorge González Von Marés cree que la norma<br />

es taxativa, argumentando que por ser excepcional, <strong>de</strong>be interpretarse en<br />

forma restringida. A<strong>de</strong>más, sostiene que en los artículos 763, 806, 812, 885 y<br />

142


2406, establecen que los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> usufructo, uso, habitación, servidumbres<br />

y prendas se extinguen por la resolución <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> su autor, sin distinguir<br />

si los terceros adquirentes <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>rechos estaban <strong>de</strong> buena o mala fe.<br />

No se aplica el artículo 1491 a los arrendamientos celebrados por el<br />

<strong>de</strong>udor condicional<br />

Pendiente la condición el <strong>de</strong>udor condicional pudo haber arrendado el<br />

inmueble. Pues bien, cumplida la condición, los arrendamientos celebrados no<br />

quedan regidos por el artículo 1491, por tres razones: primero porque no<br />

constituyen actos <strong>de</strong> enajenación o gravamen, que es a lo que se refiere el art.<br />

1491; en seguida, porque ya hemos dicho que el <strong>de</strong>udor condicional, tiene<br />

faculta<strong>de</strong>s para dar en arrendamiento las cosas <strong>de</strong>bidas bajo condición, pues<br />

aplica, por extensión, la regla que para el propietario fiduciario establece el<br />

artículo 758; y finalmente porque, el código ha reglamentado expresamente<br />

esta situación al establecer que el arrendamiento termina en este caso, en<br />

conformidad al artículo 1950 Nº 3 y los efectos <strong>de</strong> esa terminación quedan<br />

regulados por el artículo 1961, que obliga al arrendador (<strong>de</strong>udor condicional) a<br />

pagar al arrendatario una in<strong>de</strong>mnización por la extinción <strong>de</strong>l arriendo.<br />

Acción reivindicatoria <strong>de</strong> los acreedores condicionales<br />

Cumpliéndose los requisitos <strong>de</strong> los artículos 1490 y 1491, los<br />

acreedores condicionales, tienen acción reivindicatoria contra los terceros<br />

poseedores.<br />

Así lo dice el artículo 1490. Se trata dice Stitchkin <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra<br />

acción reivindicatoria que ejercita el acreedor, porque habiéndose resuelto el<br />

contrato, el dominio vuelve automáticamente a su patrimonio y pue<strong>de</strong> en<br />

consecuencia, re<strong>cl</strong>amar la posesión <strong>de</strong> la cosa. La única salvedad es que no<br />

proce<strong>de</strong> la acción reivindicatoria contra los terceros <strong>de</strong> buena fe (en el caso <strong>de</strong><br />

los muebles) o respecto <strong>de</strong> los cuales la condición no constaba en el título<br />

inscrito u otorgado por escritura pública, en el caso <strong>de</strong> los inmuebles.<br />

Como toda acción reivindicatoria, por ser real se va a dirigir en contra<br />

<strong>de</strong>l actual poseedor <strong>de</strong> la cosa. Las prestaciones mutuas que se generen en<br />

este caso, se rigen por las reglas <strong>de</strong> los artículos 904 y siguientes.<br />

Finalmente, agreguemos que el acreedor condicional, al momento <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mandar pue<strong>de</strong> intentar en la misma <strong>de</strong>manda la acción resolutoria en contra<br />

143


<strong>de</strong>l contratante incumplidor y la acción reivindicatoria en contra <strong>de</strong>l tercero<br />

poseedor por emanar ambas acciones <strong>de</strong> un mismo hecho (art. 18 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>).<br />

Ambito <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> los artículos 1490 y 1491<br />

No tienen estas normas un ámbito <strong>de</strong> aplicación tan extenso como<br />

pudiera suponerse. Dice Vío Vásquez que fuera <strong>de</strong> los contratos innominados<br />

en que pudieran aplicarse, únicamente rigen en los siguientes casos: “1.- A la<br />

resolución <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong> compraventa, cuando el <strong>de</strong>udor no ha cumplido con<br />

la obligación <strong>de</strong> pagar el precio o cualesquiera otra que se le impongan por la<br />

ley o por voluntad <strong>de</strong> las partes, 2.- A la resolución <strong>de</strong> un contrato <strong>de</strong> permuta,<br />

por prescripción <strong>de</strong>l artículo 1900, y 3.- Al pacto <strong>de</strong> retroventa, por<br />

disposición <strong>de</strong>l artículo 1882”.<br />

Agrega este autor que <strong>de</strong>be tenerse presente que “los artículos 1490 y<br />

1491 no se aplican al que sujeta su dominio al evento <strong>de</strong> una condición. Por<br />

ejemplo: Te daré mi casa si ocurre tal hecho. El acreedor en tal caso -afirma<br />

Vío- no ha adquirido ningún <strong>de</strong>recho real en la cosa y sólo tiene acción<br />

personal contra el <strong>de</strong>udor. Esto suce<strong>de</strong> si se inscribe la condición o el<br />

contrato”. Finalmente señala que “respecto <strong>de</strong> las donaciones entre vivos, si<br />

bien es un contrato con esos caracteres, no le son aplicables esos preceptos,<br />

por cuanto existe un artículo especial, como es el 1432, que prevee la<br />

situación <strong>de</strong> los terceros en caso <strong>de</strong> resolución”.<br />

Efectos <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong> encontrarse pagado el precio<br />

Esta es una situación especialmente tratada en el artículo 1876: “La<br />

resolución por no haberse pagado el precio no da <strong>de</strong>recho al ven<strong>de</strong>dor contra<br />

terceros poseedores, sino en conformidad a los artículos 1490 y 1491”. “Si en<br />

la escritura <strong>de</strong> venta se expresa haberse pagado el precio no se admitirá prueba<br />

alguna en contrario sino la <strong>de</strong> la nulidad o falsificación <strong>de</strong> la escritura, y sólo<br />

en virtud <strong>de</strong> esta prueba habrá acción contra terceros poseedores”.<br />

El problema que plantea esta disposición es si el inciso 2º, se aplica sólo<br />

en relación con los terceros adquirentes o si también afectaría al ven<strong>de</strong>dor.<br />

Una sentencia estableció que se aplica no sólo cuando la cuestión<br />

controvertida es entre los terceros, sino también cuando lo es entre las partes”<br />

(T. 33, sec. 1ª, p. 237. En el mismo sentido T. 31, sec. 1ª, p. 480). No nos<br />

parece que esa sea la buena doctrina. Ramos cree que el inciso 2º <strong>de</strong>l artículo<br />

144


1876 está dado ex<strong>cl</strong>usivamente en beneficio <strong>de</strong> los terceros adquirentes,<br />

opinión que fundamos en los siguientes antece<strong>de</strong>ntes:<br />

a) el inciso 2º, <strong>de</strong>be interpretarse en armonía con el inciso 1º, que está<br />

tratando la situación <strong>de</strong> los terceros poseedores;<br />

b) porque si en la escritura se dice que el precio se pagó, sin que ello sea<br />

cierto, existe simulación, y en este caso, no hay ninguna razón para impedir al<br />

ven<strong>de</strong>dor que pruebe la simulación. Recor<strong>de</strong>mos que, en principio, nuestro<br />

Código acepta la posibilidad <strong>de</strong> simulación, y lo único que hace es proteger al<br />

tercero, como lo prueban los artículos 1707 y el artículo 1876; y<br />

c) finalmente, porque en conformidad al artículo 1700, lo <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado por<br />

las partes en una escritura pública sólo constituye una presunción <strong>de</strong> verdad,<br />

que admite prueba en contrario. Así ha sido fallado (T. 52, sec. 4º, p. 52; T.<br />

58, sec. 2ª, p. 21). Es esta también la opinión <strong>de</strong> Vío Vásquez.<br />

Los artículos 1490 y 1491, se aplican tanto a las enajenaciones<br />

voluntarias como a las forzadas<br />

Una sentencia ha <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado que si el tercero adquirió el bien en pública<br />

subasta, <strong>de</strong> todas maneras se le aplica el artículo 1491, si la condición<br />

constaba en el título, puesto que esta disposición no distingue entre<br />

enajenaciones voluntarias y forzadas (Gaceta <strong>de</strong> los Tribunales, T. 2, sent.<br />

512, p. 534). Nos parece esta sentencia absolutamente ajustada a <strong>de</strong>recho.<br />

OBLIGACIONES MODALES<br />

El Código no reglamentó las obligaciones modales, limitándose en el<br />

art. 1493 a hacerles aplicables las disposiciones sobre asignaciones modales<br />

contenidas en los artículos 1089 y siguientes.<br />

Cabe hacer presente que el código es lógico al tratar esta modalidad en<br />

las asignaciones testamentarias pues es allí don<strong>de</strong> normalmente suele tener<br />

aplicación.<br />

Definición <strong>de</strong>l modo<br />

145


El artículo 1089, no lo <strong>de</strong>fine. La norma sólo preten<strong>de</strong> diferenciarlo <strong>de</strong><br />

la condición suspensiva, al expresar que “si se asigna algo a una persona para<br />

que lo tenga por suyo con la obligación <strong>de</strong> aplicarlo a un fin especial, como<br />

<strong>de</strong> hacer ciertas obras o sujetarse a ciertas cargas, esta aplicación es un modo y<br />

no una condición suspensiva. El modo, por consiguiente, no suspen<strong>de</strong> la<br />

adquisición <strong>de</strong> la cosa asignada”.<br />

Abeliuk <strong>de</strong>fine el modo como la carga que se impone a quien se otorga<br />

una liberalidad. Claro Solar expresa que “lo que constituye el modo es la<br />

aplicación o <strong>de</strong>stinación que el asignatario <strong>de</strong>be dar a los bienes que le <strong>de</strong>ja el<br />

testador, o parte <strong>de</strong> dichos bienes...”<br />

La aplicación especial pue<strong>de</strong> ser en beneficio <strong>de</strong>l mismo que recibe la<br />

prestación o <strong>de</strong> un tercero.<br />

Modo y condición<br />

El artículo 1089 precisa que no <strong>de</strong>be confundirse con la condición<br />

suspensiva y, en consecuencia, no suspen<strong>de</strong> la adquisición <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />

Consecuente con esta i<strong>de</strong>a, el artículo 1091 establece que “para que la cosa<br />

asignada modalmente se adquiera, no es necesario prestar fianza o caución <strong>de</strong><br />

restitución, para el caso <strong>de</strong> no cumplirse el modo”. Es lógica la norma al no<br />

exigir caución, que no se justificaría <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento que no suspen<strong>de</strong> la<br />

adquisición <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />

No siempre es fácil diferenciarlos. Habrá que estarse a la forma como<br />

está expresada la i<strong>de</strong>a. Ejemplos: “Te <strong>de</strong>jo mi casa, si haces una donación <strong>de</strong><br />

$100.000, al Hospital <strong>de</strong> Niños”. Parece que en esta estipulación hay una<br />

condición. Pero si se dice “Dejo mi herencia a Pedro, quien <strong>de</strong>berá hacer una<br />

donación <strong>de</strong> $100.000, al Hospital <strong>de</strong> Niños”, nos encontramos frente a un<br />

modo.<br />

Si la cosa se adquiere una vez que se haga algo, es condición, y si es<br />

para que se haga algo, modo.<br />

Forma <strong>de</strong> cumplir el modo<br />

Deberá cumplirse en la forma que las partes lo acordaron. Si no se<br />

<strong>de</strong>terminare suficientemente el tiempo o la forma especial en que ha <strong>de</strong><br />

146


cumplirse, podrá el juez <strong>de</strong>terminarlos, consultando en lo posible la voluntad<br />

<strong>de</strong> las partes, y <strong>de</strong>jando al <strong>de</strong>udor modal un beneficio que ascienda a lo menos<br />

a la quinta parte <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> la cosa (art. 1094). Si el <strong>de</strong>udor modal es un<br />

Banco, no rige esta limitación (art. 86 Nº 6 <strong>de</strong> la Ley General <strong>de</strong> bancos)<br />

El modo se pue<strong>de</strong> cumplir por equivalencia. Así lo señala el artículo<br />

1093 inciso 2º: ”Si el modo, sin hecho o culpa <strong>de</strong>l asignatario, es solamente<br />

imposible en la forma especial prescrita por el testador, podrá cumplirse en<br />

otra análoga que no altere la substancia <strong>de</strong> la disposición, y que en este<br />

concepto sea aprobada por el juez, con citación <strong>de</strong> los interesados”.<br />

Lo anterior constituye otra diferencia importante con la condición que<br />

tiene que cumplirse literalmente en la forma convenida (artículo 1484).<br />

Incumplimiento <strong>de</strong>l modo<br />

1. Si el modo es por su naturaleza totalmente imposible, o inductivo a un<br />

hecho ilegal o inmoral, o concebido en términos ininteligibles, no vale la<br />

disposición (art. 1093). Hay que enten<strong>de</strong>r que la obligación modal es nula.<br />

2. Si la imposibilidad <strong>de</strong> cumplirlo es relativa, se aplica la norma <strong>de</strong>l art. 1093<br />

inc. 2, esto es, se pue<strong>de</strong> cumplir por equivalencia.<br />

3. Si la imposibilidad es sobreviniente <strong>de</strong>be distinguirse según que la<br />

imposibilidad provenga o no <strong>de</strong> hecho o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor:<br />

a) si no hay hecho o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> cumplirse el modo, pero<br />

subsiste el beneficio recibido, lo que pasa es que la obligación modal se ha<br />

extinguido por imposibilidad en el cumplimiento.<br />

b) si se <strong>de</strong>be a hecho o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, <strong>de</strong>be nuevamente distinguirse si se ha<br />

convenido <strong>cl</strong>áusula resolutoria o no:<br />

b.1) No hay <strong>cl</strong>áusula resolutoria. Hay que distinguir:<br />

- Si el modo está establecido en beneficio ex<strong>cl</strong>usivo <strong>de</strong>l propio <strong>de</strong>udor, no se<br />

genera para el <strong>de</strong>udor obligación alguna (artículo 1092);<br />

- Si está establecido en favor <strong>de</strong> un tercero, podrá éste pedir cumplimiento<br />

forzado o in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios, según las reglas generales.<br />

147


.2) Hay <strong>cl</strong>áusula resolutoria.<br />

La <strong>de</strong>fine el artículo 1090: “En las asignaciones modales se llama<br />

<strong>cl</strong>áusula resolutoria la que impone la obligación <strong>de</strong> restituir la cosa y los<br />

frutos, si no se cumple el modo”.<br />

La <strong>cl</strong>áusula resolutoria no se presume. Si se cumple se <strong>de</strong>ben restituir<br />

también los frutos. Estas dos características constituyen diferencias<br />

importantes con la condición.<br />

¿Quién pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar la resolución?<br />

Somarriva cree que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>mandar la resolución:<br />

a) en primer lugar, el beneficiado con el modo. No lo dice la ley, pero sostiene<br />

que es así, pues tiene interés y quien tiene interés tiene acción;<br />

b) En las asignaciones modales los here<strong>de</strong>ros, pues lo que reste <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

pagar el modo acrece a la herencia, con ex<strong>cl</strong>usión <strong>de</strong>l asignatario modal<br />

(1096). Pero como en este caso, estamos frente a una obligación modal, hay<br />

que enten<strong>de</strong>r que la resolución podrá solicitarla la contraparte.<br />

Efectos <strong>de</strong> la resolución <strong>de</strong> la obligación modal respecto <strong>de</strong>l tercero<br />

beneficiario: “Siempre que haya <strong>de</strong> llevarse a efecto la <strong>cl</strong>áusula resolutoria, se<br />

entregará a la persona en cuyo favor se ha constituido el modo una suma<br />

proporcionada al objeto, y el resto <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> la cosa asignada acrecerá a la<br />

herencia, si el testador no hubiere or<strong>de</strong>nado otra cosa. El asignatario a quien se<br />

ha impuesto el modo no gozará <strong>de</strong>l beneficio que pudiere resultarle <strong>de</strong> la<br />

disposición prece<strong>de</strong>nte” (art. 1096).<br />

Plazo <strong>de</strong> prescripción <strong>de</strong> la obligación modal<br />

La ley no fija plazo <strong>de</strong> prescripción, por lo que cabe aplicar las reglas<br />

generales, esto es, 5 años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se hizo actualmente exigible<br />

(2514 inc. 2º, 2515).<br />

La obligación modal es transmisible<br />

148


El artículo 1095 establece “si el modo consiste en un hecho tal, que para<br />

el fin que el testador se haya propuesto sea indiferente la persona que lo<br />

ejecute, es transmisible a los here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l asignatario”.<br />

OBLIGACIONES A PLAZO<br />

Reglamentación <strong>de</strong>l plazo en el Código <strong>Civil</strong><br />

El plazo está tratado en forma inorgánica en el Código <strong>Civil</strong>: a) en el<br />

Título Preliminar, artículos 48 al 50, en que se dan normas sobre la forma <strong>de</strong><br />

computar los plazos; b) en el Libro IV, Título V: De las <strong>Obligaciones</strong> a Plazo,<br />

artículos 1494 a 1498; c) en el párrafo 3º <strong>de</strong>l Título IV <strong>de</strong>l Libro III, al tratar<br />

<strong>de</strong> las asignaciones testamentarias a día; y d) distintas disposiciones hacen<br />

referencia al plazo extintivo, como modo <strong>de</strong> extinguir los contratos, ej. 1950<br />

Nº 2 (en el arrendamiento); 2163 Nº 2 (mandato), etc.<br />

El artículo 1080, en materia <strong>de</strong> asignaciones testamentarias a plazo,<br />

establece que éstas se sujetan a las reglas dadas en el título “De las<br />

obligaciones a plazo, con las explicaciones que siguen”; y a su turno el<br />

artículo 1498, ubicado en el Título V <strong>de</strong>l Libro IV “De las <strong>Obligaciones</strong> a<br />

Plazo”, hace aplicable a las convenciones lo dicho en el Título IV <strong>de</strong>l Libro III<br />

sobre las asignaciones testamentarias a día.<br />

Concepto <strong>de</strong> plazo<br />

El artículo 1094 señala que “el plazo es la época que se fija para el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación...”, <strong>de</strong>finición que compren<strong>de</strong> ex<strong>cl</strong>usivamente<br />

el plazo suspensivo, pero no el extintivo. Por ello es mejor <strong>de</strong>finirlo diciendo<br />

que es un hecho futuro y cierto <strong>de</strong>l cual <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> la exigibilidad o la extinción<br />

<strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho. Este último elemento es el que lo diferencia <strong>de</strong> la condición<br />

que es un hecho incierto. De manera que cuando una obligación está sujeta a<br />

plazo el hecho necesariamente va a ocurrir, por lo que no existen plazos<br />

fallidos, como ocurre con la condición. Y por la misma razón, al <strong>de</strong>finirlo, se<br />

dice que suspen<strong>de</strong> la exigibilidad (no el nacimiento) <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />

Clasificación <strong>de</strong> los plazos<br />

149


1. Determinado e in<strong>de</strong>terminado;<br />

2. Fatal y no fatal;<br />

3. Expreso o tácito;<br />

4. Convencional, legal y judicial;<br />

5. Contínuo y discontínuo; y<br />

6. Suspensivo y extintivo.<br />

Plazo <strong>de</strong>terminado e in<strong>de</strong>terminado.<br />

El plazo será <strong>de</strong>terminado si se sabe cuando va a ocurrir el hecho que lo<br />

constituye, como una fecha <strong>de</strong>l calendario (ej. me obligo a pagar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> 30<br />

días, o bien el 1º <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong>l 2002). Es in<strong>de</strong>terminado, cuando se sabe<br />

que el hecho va a ocurrir (es un hecho cierto), pero no se sabe cuando, como el<br />

día <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> una persona (1081, inc. 2º). La verdad es que fuera <strong>de</strong> la<br />

muerte <strong>de</strong> una persona, es difícil encontrar otro ejemplo <strong>de</strong> plazo<br />

in<strong>de</strong>terminado.<br />

Plazo fatal y plazo no fatal.<br />

El plazo es fatal cuando por su sólo cumplimiento se extingue<br />

irrevocablemente un <strong>de</strong>recho. No lo es cuando no obstante estar vencido el<br />

plazo pue<strong>de</strong> ejercerse todavía válida y eficazmente el <strong>de</strong>recho, hasta mientras<br />

no se acuse la rebeldía correspondiente.<br />

El artículo 49 <strong>de</strong>l C. <strong>Civil</strong> señala que “cuando se dice que un acto <strong>de</strong>be<br />

ejecutarse en o <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cierto plazo, se enten<strong>de</strong>rá que vale si se ejecuta<br />

antes <strong>de</strong> la medianoche en que termina el último día <strong>de</strong>l plazo; y cuando se<br />

exige que haya transcurrido un espacio <strong>de</strong> tiempo para que nazcan o expiren<br />

ciertos <strong>de</strong>rechos, se enten<strong>de</strong>rá que estos <strong>de</strong>recho no nacen o expiran sino<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la medianoche en que termine el último día <strong>de</strong> dicho espacio <strong>de</strong><br />

tiempo”.<br />

150


Los plazos fatales se conocen por la expresión “en“ o “<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>“ y<br />

tienen importancia especial en materia procesal. Sobre el particular, el<br />

artículo 64 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong> señala que “los plazos que<br />

señala este código son fatales cualquiera sea la forma en que se exprese, salvo<br />

aquellos establecidos para la realización <strong>de</strong> actuaciones propias <strong>de</strong>l tribunal.<br />

En consecuencia, la posibilidad <strong>de</strong> ejercer un <strong>de</strong>recho o la oportunidad para<br />

ejecutar el acto se extingue al vencimiento <strong>de</strong>l plazo...”.<br />

No es lo mismo “plazo fatal” que “plazo no prorrogable”, pues hay<br />

plazos que son fatales, pero que el juez pue<strong>de</strong> prorrogar, ej. 280, 302 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>.<br />

Plazo expreso y plazo tácito.<br />

Esta distinción la hace el artículo 1494, que también <strong>de</strong>fine el tácito<br />

como “el indispensable para cumplirlo”. Plazo expreso es el que estipulan las<br />

partes.<br />

Ej. <strong>de</strong> plazo tácito: cuando la cosa tiene que entregarse en un<br />

<strong>de</strong>terminado lugar, se supone que el <strong>de</strong>udor necesita para ello el plazo<br />

necesario para llevar la cosa a ese lugar.<br />

Tiene importancia esta <strong>cl</strong>asificación para los efectos <strong>de</strong> constituir en<br />

mora al <strong>de</strong>udor, pues el artículo 1551, señala que “el <strong>de</strong>udor está en mora: 2º<br />

Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cierto<br />

espacio <strong>de</strong> tiempo, y el <strong>de</strong>udor lo ha <strong>de</strong>jado pasar sin darla o ejecutarla”.<br />

Plazos convencionales, legales y judiciales.<br />

Será convencional si lo estipulan las partes, legal si lo establece la ley,<br />

judicial, si lo fija el juez.<br />

La regla general es que los plazos sean convencionales (o voluntarios).<br />

Los legales, son excepcionales en materia civil (ej. plazos <strong>de</strong> prescripción; el<br />

plazo <strong>de</strong> la 24 horas en el pacto comisorio calificado <strong>de</strong>l art. 1879; el artículo<br />

2200, establece en el mutuo un plazo <strong>de</strong> 10 días para <strong>de</strong>volver lo recibido si no<br />

se fijó término; plazo <strong>de</strong>l partidor (artículo 1332), plazo <strong>de</strong>l albaceazgo<br />

(artículo 1304 etc.), pero abundan en <strong>de</strong>recho procesal: ej. plazo para<br />

contestar la <strong>de</strong>manda, plazo para la dúplica, para apelar, término <strong>de</strong> prueba,<br />

etc.<br />

151


Los plazos judiciales son excepcionales, pues según el 1494 inc. 2º “no<br />

podrá el juez, sino en casos especiales que las leyes <strong>de</strong>signen, señalar plazo<br />

para el cumplimiento <strong>de</strong> una obligación: sólo podrá interpretar el concebido en<br />

términos vagos u obscuros, sobre cuya inteligencia y aplicación discuer<strong>de</strong>n<br />

las partes”. En los artículos 378 inc. 2º, 904, 1094, 1276, 220l y 2291 inc. 2º<br />

son algunos ejemplos en que por excepción el juez está autorizado para fijar<br />

plazos.<br />

Plazo <strong>de</strong> gracia.<br />

El Código <strong>Civil</strong> habla <strong>de</strong> plazo <strong>de</strong> gracia en el artículo 1656 inciso final:<br />

“Las esperas concedidas al <strong>de</strong>udor impi<strong>de</strong>n la compensación; pero esta<br />

disposición no se aplica al plazo <strong>de</strong> gracia concedido por un acreedor a su<br />

<strong>de</strong>udor”. El concepto “plazo <strong>de</strong> gracia“, en esta norma, no es el mismo que<br />

usan algunas legislaciones extranjeras (Francia, por ejemplo), que entien<strong>de</strong>n<br />

por tal, el que otorga el juez al <strong>de</strong>udor para que pueda cumplir la obligación<br />

más allá <strong>de</strong>l plazo convencional (el <strong>de</strong>udor que no pue<strong>de</strong> pagar pi<strong>de</strong><br />

judicialmente que se le otorgue este nuevo plazo <strong>de</strong> gracia). En Chile, un<br />

plazo <strong>de</strong> gracia <strong>de</strong> ese tipo no existe porque va contra la ley <strong>de</strong>l contrato<br />

(artículo 1545) y en contra <strong>de</strong> lo dicho en el art. 1494 inc., 2º.<br />

Lo que el artículo 1656 llama “plazo <strong>de</strong> gracia”, no es más que una<br />

espera o prórroga, que otorga el acreedor.<br />

Plazos contínuos y discontínuos<br />

Plazo contínuo o corrido es el que no se suspen<strong>de</strong> durante los días<br />

feriados. Plazo discontínuo o <strong>de</strong> días hábiles, es aquel que se suspen<strong>de</strong><br />

durante los feriados. Sobre este punto, la regla es que los plazos sean<br />

contínuos. Así lo dice el artículo 50 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>: “En los plazos que se<br />

señalaren en las leyes, o en los <strong>de</strong>cretos <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República, o <strong>de</strong><br />

los tribunales o juzgados, se compren<strong>de</strong>rán aun los días feriados; a menos que<br />

el plazo señalado sea <strong>de</strong> días útiles, expresándose así, pues en tal caso no se<br />

contarán los feriados”. Por aplicación <strong>de</strong> esta norma, por ejemplo, el plazo <strong>de</strong><br />

30 días establecido en el artículo 1723, es <strong>de</strong> días corridos (no se suspen<strong>de</strong><br />

durante los feriados).<br />

La excepción más importante, la encontramos en el artículo 66 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento civil, según el cual, “los plazos <strong>de</strong> días que establece<br />

152


el presente código, se enten<strong>de</strong>rán suspendidos durante los feriados, salvo que<br />

el tribunal por motivos fundados haya dispuesto expresamente lo contrario”.<br />

En general, los plazos procesales, en los distintos códigos suelen ser <strong>de</strong> días<br />

útiles, es <strong>de</strong>cir se suspen<strong>de</strong>n durante los feriados.<br />

Plazos suspensivos y extintivos.<br />

Plazo suspensivo es el que marca el momento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual empezará el<br />

ejercicio <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho o el cumplimiento <strong>de</strong> una obligación. Se caracteriza<br />

por la expresión “<strong>de</strong>s<strong>de</strong>”. La <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l art. 1494, se refiere a este plazo.<br />

Plazo extintivo es el que por su cumplimiento extingue un <strong>de</strong>recho y la<br />

correlativa obligación. Fueyo dice que es el “que marca el término <strong>de</strong> la<br />

relación jurídica”, y pone como ejemplo, el plazo <strong>de</strong> duración <strong>de</strong>l arriendo o<br />

<strong>de</strong>l usufructo.<br />

Efectos <strong>de</strong>l plazo<br />

Para estudiar esta materia es necesario distinguir entre plazo suspensivo<br />

y extintivo y volver a distinguir, en ambos casos, los efectos <strong>de</strong>l plazo<br />

pendiente y <strong>de</strong>l plazo cumplido<br />

Efectos <strong>de</strong>l plazo suspensivo pendiente.<br />

Pendiente el plazo, el <strong>de</strong>recho ha nacido (así lo prueba el artículo 1084<br />

aplicable por mandato <strong>de</strong>l 1498), pero no es exigible. La obligación no es<br />

actualmente exigible.<br />

Consecuencias:<br />

a) el acreedor no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación, por no<br />

ser actualmente exigible. Consecuencias <strong>de</strong> ello, es que no corre prescripción<br />

en contra <strong>de</strong>l acreedor (2514 inc. 2º); y no opera la compensación legal (1656<br />

Nº 3);<br />

b) si el <strong>de</strong>udor paga antes, paga lo <strong>de</strong>bido y, por lo mismo, no pue<strong>de</strong> pedir<br />

restitución (artículo 1495). El pago anticipado significa simplemente que ha<br />

renunciado al plazo (en la condición suspensiva pendiente la situación es al<br />

revés. Art. 1485 inc. 2).<br />

153


El inc. 2º <strong>de</strong>l art. 1495 señala que “Esta regla no se aplica a los plazos<br />

que tienen el valor <strong>de</strong> condiciones”. La norma está mal redactada, pues no hay<br />

plazos que tengan el valor <strong>de</strong> condiciones. Lo que la disposición quiere <strong>de</strong>cir<br />

es que no se aplica al caso <strong>de</strong>l artículo 1085, esto es, <strong>de</strong> las asignaciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

día cierto pero in<strong>de</strong>terminado, que se consi<strong>de</strong>ran condicionales, siendo la<br />

condición que el asignatario esté vivo el día en que se cumple el plazo;<br />

c) el acreedor a plazo pue<strong>de</strong> impetrar medidas conservatorias. No lo dice la ley<br />

expresamente, pero si esta facultad la tiene el acreedor condicional suspensivo<br />

(artículos 1078 y 1492 inc. final) que todavía no ha adquirido el <strong>de</strong>recho, con<br />

mayor razón la tendrá el acreedor a plazo pues éste ya tiene el <strong>de</strong>recho, si bien<br />

no es actualmente exigible; y<br />

d) el <strong>de</strong>recho y la obligación a plazo se trasmiten (artículo 1084).<br />

Efectos <strong>de</strong>l plazo suspensivo cumplido<br />

Vencido el plazo, la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor pasa a ser actualmente<br />

exigible, por lo que empieza a partir <strong>de</strong> ese momento, a correr la prescripción;<br />

y la obligación pue<strong>de</strong> extinguirse por compensación legal. A<strong>de</strong>más si el plazo<br />

es convencional, su solo cumplimiento constituye en mora al <strong>de</strong>udor (artículo<br />

1551 Nº1).<br />

Efectos <strong>de</strong>l plazo extintivo pendiente<br />

El acto o contrato produce todos sus efectos, como si fuera puro y<br />

simple. Así, si el contrato <strong>de</strong> arriendo es por 3 años, el arrendatario usará la<br />

cosa y pagará las rentas hasta que venzan los 3 años.<br />

Efectos <strong>de</strong>l plazo extintivo cumplido<br />

Se extingue el <strong>de</strong>recho, por el sólo ministerio <strong>de</strong> la ley, pero sin efecto<br />

retroactivo.<br />

Extinción <strong>de</strong>l plazo.<br />

El plazo se extingue por tres causales:<br />

154


1. por su cumplimiento (o vencimiento);<br />

2. por la renuncia; y<br />

3. por caducidad <strong>de</strong>l plazo.<br />

1. Extinción por cumplimiento (vencimiento)<br />

Es la forma normal <strong>de</strong> extinguirse.<br />

2. Extinción por renuncia<br />

Pue<strong>de</strong> renunciar el plazo únicamente aquel en cuyo beneficio está<br />

establecido (art. 12). Lo normal es que lo sea en favor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y, por esa<br />

razón, el art. 1497, dice que el <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> renunciar el plazo, a menos que<br />

el testador haya dispuesto o las partes estipulado lo contrario, o que la<br />

anticipación <strong>de</strong>l pago acarree al acreedor un perjuicio que por medio <strong>de</strong>l plazo<br />

se propuso manifiestamente evitar. Abeliuk señala como ejemplo <strong>de</strong> esta<br />

última situación si una persona que tiene que alejarse <strong>de</strong> la ciudad por dos<br />

meses da en comodato su vehículo por este termino a otra. El plazo beneficia a<br />

ambas partes: al comodatario que podrá usar el vehículo durante la ausencia<br />

<strong>de</strong>l comodante y a éste también, porque si aquel pretendiera <strong>de</strong>volverle<br />

anticipadamente el vehículo le causaría un perjuicio que justamente con el<br />

contrato quiso evitar. En semejante situación, el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> renunciar<br />

por sí solo al plazo.<br />

En el caso <strong>de</strong>l mutuo se observará lo dispuesto en el artículo 2204, esto<br />

es, que si el mutuo es con interés, el mutuario no pue<strong>de</strong> pagar antes, es <strong>de</strong>cir,<br />

no pue<strong>de</strong> renunciar al plazo, porque no está establecido en su ex<strong>cl</strong>usivo<br />

beneficio, sino en beneficio <strong>de</strong> ambas partes: <strong>de</strong>l mutuario porque no se le<br />

pue<strong>de</strong> cobrar antes; y <strong>de</strong>l mutuante, porque no se le pue<strong>de</strong> pagar antes pues<br />

pier<strong>de</strong> intereses. Esta norma tiene una excepción en el art. 10 <strong>de</strong> la ley 18010,<br />

porque, aun habiéndose convenido intereses en una operación <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong><br />

dinero, el <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> pagar antes, siempre que pague los intereses hasta la<br />

fecha <strong>de</strong> pago efectivo. Otra excepción la encontramos en la ley 18.092, sobre<br />

letras <strong>de</strong> cambio, que en su art. 55, permite pagar las letras antes <strong>de</strong> su<br />

vencimiento, aplicando las reglas <strong>de</strong>l artículo 10 <strong>de</strong> la ley 18.010.<br />

155


3. Caducidad <strong>de</strong>l plazo<br />

La caducidad <strong>de</strong>l plazo consiste en la extinción anticipada <strong>de</strong> éste en los<br />

casos previstos por la convención o señalados por la ley. La caducidad legal se<br />

presenta en los dos casos <strong>de</strong>l art. 1496:<br />

3.1 El <strong>de</strong>udor constituido en quiebra o que se halle en notoria insolvencia<br />

(art. 1496 inc. 1º). Nótese que este caso, contempla dos situaciones distintas:<br />

la quiebra, que supone una <strong>de</strong><strong>cl</strong>aratoria judicial <strong>de</strong> quiebra; y la “notoria<br />

insolvencia”, que es una situación <strong>de</strong> hecho, en que el <strong>de</strong>udor no está en<br />

condiciones <strong>de</strong> cumplir sus obligaciones, por ser su pasivo superior a su<br />

activo.<br />

3.2 El <strong>de</strong>udor cuyas cauciones, por hecho o culpa suya, se han extinguido o<br />

han disminuido consi<strong>de</strong>rablemente <strong>de</strong> valor. Pero en este caso el <strong>de</strong>udor podrá<br />

re<strong>cl</strong>amar el beneficio <strong>de</strong>l plazo, renovando o mejorando las cauciones. Los<br />

requisitos son:<br />

- Que haya un crédito caucionado;<br />

- Que las cauciones se hayan extinguido o disminuido consi<strong>de</strong>rablemente <strong>de</strong><br />

valor; y<br />

- Que ello se <strong>de</strong>ba a un hecho o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Si la disminución se <strong>de</strong>be a<br />

caso fortuito, no caduca el plazo, salvo en el caso <strong>de</strong> la hipoteca, pues allí el<br />

artículo 2427, no exige este requisito.<br />

Caducidad convencional.<br />

Se produce cuando las partes en forma expresa acuerdan que el acreedor<br />

pueda exigir el cumplimiento inmediato y total <strong>de</strong> la obligación, si el <strong>de</strong>udor<br />

incumple. Es muy corriente esta <strong>cl</strong>áusula en los contratos en que el pago se<br />

<strong>de</strong>be ir haciendo en forma escalonada.<br />

La caducidad convencional, es lo que se llama hoy día “<strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong><br />

aceleración”, que ha creado numerosos problemas relativos al momento en<br />

que <strong>de</strong>be empezar a correr el plazo <strong>de</strong> prescripción, cuando se ha estipulado<br />

dicha <strong>cl</strong>áusula.<br />

La jurispru<strong>de</strong>ncia se ha orientado en dos sentidos. En primer lugar,<br />

reiterados fallos han sostenido que <strong>de</strong>be distinguirse según sea la forma como<br />

se ha redactado la <strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong> aceleración. Así si se ha convenido que la<br />

<strong>cl</strong>áusula opere <strong>de</strong> ipso facto, la prescripción <strong>de</strong>be comenzar a correr <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

156


se produjo el incumplimiento, porque a ese momento se hizo exigible la<br />

totalidad <strong>de</strong> lo a<strong>de</strong>udado. La obligación a plazo se transformó en una<br />

obligación pura y simple. En cambio, si es facultativa, la situación es distinta,<br />

porque la fecha en que se produce el incumplimiento <strong>de</strong>terminará el<br />

momento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual cada cuota es exigible y por lo mismo respecto <strong>de</strong><br />

cada cuota, la prescripción empezará a correr <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el respectivo<br />

incumplimiento. (R.D.J., t. 87, sec. 1ª, p. 13; t. 89, sec. 1ª, p. 78; Gaceta<br />

Jurídica Nº 122, p. 41; Nº 124, p. 27).<br />

Pero también hay fallos que han sostenido que la <strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong><br />

aceleración está establecida en beneficio <strong>de</strong>l acreedor, y por consiguiente,<br />

aunque se trate <strong>de</strong> una <strong>cl</strong>áusula ipso facto, es necesario para que la <strong>de</strong>uda se<br />

haga exigible que exista una manifestación expresa <strong>de</strong>l acreedor y, por<br />

consiguiente, mientras aquello no ocurra cada cuota será exigible <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

respectiva fecha <strong>de</strong> vencimiento y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí se contará el plazo <strong>de</strong><br />

prescripción para esa cuota. (R.D.J., t. 87, sec. 1ª, p. 156; t. 86, sec. 1ª, p. 38; t.<br />

85, sec. 1ª, p. 210).<br />

En lo relativo a <strong>cl</strong>áusulas <strong>de</strong> aceleración ha habido una nutrida y<br />

variada jurispru<strong>de</strong>ncia. Pocas veces se encuentra una materia tan controvertida<br />

y en que se hayan dado soluciones tan disímiles. Pero, en general, los criterios<br />

para resolver el problema han sido los dos señalados. Hay muchas sentencias<br />

con matices diversos. Una ha dicho que “tratándose <strong>de</strong> una obligación<br />

divisible, cada cuota es exigible al respectivo vencimiento, empezando a<br />

correr la prescripción <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa fecha, se haya estipulado o no <strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong><br />

aceleración. Esta sentencia señaló “que el que se haya sostenido que la<br />

<strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong> aceleración es en beneficio <strong>de</strong>l acreedor es cierto en cuanto por<br />

ella pue<strong>de</strong> exigir el pago <strong>de</strong> las obligaciones no vencidas, según contrato,<br />

beneficiándose al proteger su acreencia futura la que se hace exigible en su<br />

totalidad en casos en que el <strong>de</strong>udor haya caído en mora”, pero estas <strong>cl</strong>áusulas<br />

no hacen revivir las cuotas vencidas y prescritas, porque “importa hacer<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r la vigencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> algún tipo <strong>de</strong> discreción u opción <strong>de</strong>l<br />

acreedor <strong>de</strong>jando así sin aplicación la institución <strong>de</strong> la prescripción y que,<br />

como se sabe sus normas son <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público, las que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser<br />

disposiciones que crean un elemento estabilizador <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y acciones<br />

que permiten la certeza en las relaciones jurídicas, constituyen una sanción<br />

para el acreedor negligente, que pudiendo ejercer las acciones legales<br />

correspondientes, no lo hace” (Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 449, sent. 13, p. 606).<br />

157


Nuevas categorías <strong>de</strong> obligaciones<br />

Aparte <strong>de</strong> las <strong>cl</strong>asificaciones anteriores, ya tradicionales, la doctrina<br />

mo<strong>de</strong>rna ha ido elaborando nuevas categorías: obligaciones <strong>de</strong> medio y <strong>de</strong><br />

resultado; obligaciones reales, ambulatorias o propter rem; obligaciones<br />

causadas y obligaciones abstractas.<br />

<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> medio y <strong>de</strong> resultado<br />

Las obligaciones <strong>de</strong> hacer pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> dos <strong>cl</strong>ases: <strong>de</strong> medio y <strong>de</strong><br />

resultado. Son <strong>de</strong> medio aquellas en que el <strong>de</strong>udor se compromete únicamente<br />

a hacer todo lo posible y necesario, poniendo para ello la suficiente diligencia,<br />

para alcanzar un resultado <strong>de</strong>terminado; en cambio, son obligaciones <strong>de</strong><br />

resultado aquellas otras en que el <strong>de</strong>udor para cumplir <strong>de</strong>be alcanzar el<br />

resultado propuesto. Así, por ejemplo, la obligación <strong>de</strong> un abogado o <strong>de</strong> un<br />

médico, etc., son obligaciones <strong>de</strong> medio, pues ellos sólo están obligados a<br />

realizar una <strong>de</strong>terminada actividad profesional, no a ganar el pleito ni a sanar<br />

el enfermo. Es obligación <strong>de</strong> resultado, en cambio, la que contrae el contratista<br />

que se obliga a construir una casa.<br />

La distinción importa para saber cuando la obligación se va a enten<strong>de</strong>r<br />

cumplida.<br />

Nuestro Código <strong>Civil</strong>, al igual que la mayoría <strong>de</strong> los códigos civiles, no<br />

contempla esta distinción. Lo hace en cambio, el Código <strong>Civil</strong> <strong>de</strong> Etiopía <strong>de</strong><br />

1960 que en el artículo 1712 expresa “En las obligaciones <strong>de</strong> hacer, los<br />

contratantes pue<strong>de</strong>n obligarse sea a procurar a su co-contratante una ventaja<br />

<strong>de</strong>terminada, sea sólo a realizar lo posible para proporcionarla”.<br />

<strong>Obligaciones</strong> reales, propter rem o ambulatorias<br />

Se caracterizan porque la persona <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor queda <strong>de</strong>terminada por su<br />

calidad <strong>de</strong> dueño, poseedor o titular <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho real sobre una cosa, <strong>de</strong><br />

manera que la obligación se traspasa junto con ella o con el <strong>de</strong>recho real en<br />

que inci<strong>de</strong>. Un ejemplo <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> obligaciones lo encontramos en el<br />

artículo 4 inciso 4º <strong>de</strong> la ley 19.537, sobre Copropiedad Inmobiliaria (D.O. <strong>de</strong>l<br />

16 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1997) “la obligación <strong>de</strong>l propietario <strong>de</strong> una unidad por los<br />

gastos comunes seguirá siempre al dominio <strong>de</strong> su unidad, aun respecto <strong>de</strong> los<br />

158


<strong>de</strong>vengados antes <strong>de</strong> su adquisición....”. Una situación análoga se halla en el<br />

Código <strong>de</strong> Aguas, que hace responsable al titular <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

aprovechamiento <strong>de</strong> aguas, <strong>de</strong> las cuotas para gastos <strong>de</strong> contribución en favor<br />

<strong>de</strong> las Comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Agua o Asociaciones <strong>de</strong> Canalistas, aun <strong>de</strong> las<br />

<strong>de</strong>vengadas con anterioridad a su adquisición (art. 214 inciso 2º).<br />

<strong>Obligaciones</strong> causales y abstractas o formales<br />

Toda obligación <strong>de</strong>be tener una causa real y lícita aunque no es<br />

necesario expresarla (artículo 1467). De manera que no se piense que sólo<br />

tienen causa las primeras. Lo que ocurre es que en las obligaciones abstractas<br />

o formales, se produce una separación entre la relación subyacente y la<br />

obligación. Así cuando una persona suscribe un pagaré o acepta una letra <strong>de</strong><br />

cambio, la obligación <strong>de</strong> pagar las cantida<strong>de</strong>s que en esos documentos se<br />

indica, tienen una causa, que no aparece en el mismo, y que provienen <strong>de</strong> un<br />

contrato diferente (mutuo, por ejemplo). Pues bien, con el objeto <strong>de</strong> que esa<br />

letra o pagaré (o documento <strong>de</strong> crédito <strong>de</strong> que se trate), pueda circular, se ha<br />

creado esta categoría <strong>de</strong> documentos abstractos, en que el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong><br />

oponer al tercero la excepción <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> causa. Así lo consigna entre<br />

nosotros, el artículo 28 <strong>de</strong> la ley 18.092: “La persona <strong>de</strong>mandada en virtud <strong>de</strong><br />

una letra <strong>de</strong> cambio no pue<strong>de</strong> oponer al <strong>de</strong>mandante excepciones fundadas en<br />

relaciones personales con anteriores portadores <strong>de</strong> la letra”.<br />

EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES<br />

Tradicionalmente se ha enseñado que los efectos <strong>de</strong> las obligaciones<br />

“son los <strong>de</strong>rechos que la ley confiere al acreedor, para exigir <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor el<br />

cumplimiento exacto, íntegro y oportuno <strong>de</strong> la obligación, cuando éste no la<br />

cumpla en todo o en parte o está en mora <strong>de</strong> cumplirla” (Arturo Alessandri<br />

R.). En términos parecidos se expresa Claro Solar, “el efecto <strong>de</strong> las<br />

obligaciones es colocar al <strong>de</strong>udor en la necesidad jurídica <strong>de</strong> donar, hacer o no<br />

hacer alguna cosa dando al acreedor los medios <strong>de</strong> obtener la ejecución <strong>de</strong> esta<br />

prestación”.<br />

Pero ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace algunos años, se viene diciendo que lo anterior es<br />

inexacto porque constituye sólo una parte <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> las obligaciones,<br />

los que se producen cuando el <strong>de</strong>udor incumple, pero no cubre la situación<br />

159


normal que se da cuando el <strong>de</strong>udor cumple lo convenido. Fueyo expresa esta<br />

i<strong>de</strong>a señalando “En verdad -afirma- esa extensión dada al concepto es una<br />

parte <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> las obligaciones, esto es, para el evento extraordinario<br />

<strong>de</strong> incumplimiento <strong>de</strong> la obligación contraída, que es cuando el or<strong>de</strong>namiento<br />

conce<strong>de</strong> al acreedor los medios que le permitan, <strong>de</strong> alguna manera, restablecer<br />

la normalidad”. Y agrega “se omite, sin embargo, el efecto primero y principal<br />

<strong>de</strong> la obligación, que justamente se <strong>de</strong>nomina normal, a la vez razón<br />

fundamental tenida en cuenta particularmente por el acreedor al vincularse<br />

jurídicamente. Se trata <strong>de</strong>l efecto <strong>de</strong> cumplimiento, realizado espontáneamente<br />

y en conformidad al contenido efectivo <strong>de</strong> la obligación, es la razón<br />

fundamental por la cual ha contratado el acreedor y aun el propio <strong>de</strong>udor”.<br />

Como dice Hernán Troncoso, “la doctrina mo<strong>de</strong>rna entien<strong>de</strong> que el<br />

efecto <strong>de</strong> la obligación es el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> prestación que compete al <strong>de</strong>udor. A este<br />

<strong>de</strong>ber <strong>de</strong> prestación correspon<strong>de</strong> el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l acreedor a la prestación. Según<br />

eso, el primer efecto <strong>de</strong> una obligación será el pago voluntario, pero si no hay<br />

pago voluntario la ley confiere ciertos <strong>de</strong>rechos al acreedor para obtener el<br />

cumplimiento forzado <strong>de</strong> la obligación”.<br />

Sin embargo, y con el objeto <strong>de</strong> facilitar el estudio, seguiremos el or<strong>de</strong>n<br />

tradicional, pues en esa forma aparece la materia tratada en la mayoría <strong>de</strong><br />

libros. La excepción entre nosotros la constituye el libro <strong>de</strong> Abeliuk que<br />

adopta la línea mo<strong>de</strong>rna.<br />

Efectos <strong>de</strong>l contrato y efectos <strong>de</strong> la obligación<br />

El Código trata <strong>de</strong> esta materia en el Titulo XII <strong>de</strong>l Libro Cuarto,<br />

artículos 1545 y siguientes. Como observa Claro Solar, pese a que el nombre<br />

<strong>de</strong>l título es “Efectos <strong>de</strong> las obligaciones”, el Código trata promiscuamente los<br />

efectos <strong>de</strong> los contratos y los efectos <strong>de</strong> las obligaciones, que son cosas<br />

diferentes, <strong>de</strong>fecto éste que viene <strong>de</strong>l Código francés. No <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> llamar la<br />

atención, que los autores en que se inspiró el Código frances, Pothier, Domat,<br />

no incurrían en esta confusión, y distinguían con <strong>cl</strong>aridad ambas cosas. Los<br />

artículos 1545, 1546, 1547, 1552, 1554 y 1558 tratan <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong>l<br />

contrato. Las <strong>de</strong>más normas <strong>de</strong>l título XII, se refieren propiamente a los<br />

efectos <strong>de</strong> las obligaciones.<br />

Claro Solar se explica los motivos <strong>de</strong> la confusión expresando que se<br />

<strong>de</strong>be a que “siendo las obligaciones el efecto <strong>de</strong>l contrato, y habiéndose<br />

propuesto tratar <strong>de</strong> las obligaciones convencionales (contractuales) y no, en<br />

160


general, <strong>de</strong> las obligaciones, estimaron que en el efecto <strong>de</strong> las obligaciones se<br />

comprendía también el efecto <strong>de</strong> los contratos”.<br />

En todo caso, tengamos <strong>cl</strong>aro que los efectos <strong>de</strong>l contrato son los<br />

<strong>de</strong>rechos y las obligaciones que genera. El contrato es una <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong> las<br />

obligaciones. En cambio, el efecto <strong>de</strong> la obligación, mirado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />

vista <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, viene a ser la necesidad jurídica en que se encuentra <strong>de</strong><br />

tener que dar, hacer o no hacer algo en favor <strong>de</strong> acreedor. Y mirado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> éste último, son los medios que la ley le otorga para obtener<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor el pago íntegro y oportuno <strong>de</strong> la prestación <strong>de</strong>bida.<br />

Efecto <strong>de</strong> las obligaciones (para el caso <strong>de</strong> incumplimiento <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor)<br />

Si el <strong>de</strong>udor no cumple con oportunidad, en forma espontánea y normal,<br />

con la obligación contraída, la ley otorga al acredor diversos medios para<br />

obtener, en primer lugar el cumplimiento forzado (<strong>de</strong>recho principal); y,<br />

cuando ello no es posible, el pago <strong>de</strong> una suma <strong>de</strong> dinero que le compense <strong>de</strong><br />

lo que le habría significado el cumplimiento íntegro y oportuno <strong>de</strong> la<br />

obligación (<strong>de</strong>recho secundario, in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios). Pero a<strong>de</strong>más, la<br />

ley en su afán <strong>de</strong> proteger al acreedor, le otorga ciertos <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>stinados a<br />

la conservación <strong>de</strong>l patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, en razón <strong>de</strong> que será en ese<br />

patrimonio don<strong>de</strong> se hará exigible el cumplimiento, en virtud <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

prenda general establecido en el artículo 2465.<br />

De acuerdo a lo que se acaba <strong>de</strong> explicar, cuando el <strong>de</strong>udor incumple, la<br />

ley otorga al acreedor tres <strong>de</strong>rechos:<br />

1. <strong>de</strong>recho principal, a la ejecución forzada <strong>de</strong> la obligación;<br />

2. <strong>de</strong>recho subsidiario, para obtener el pago <strong>de</strong> una in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios, que es una forma <strong>de</strong> cumplir por equivalencia; y<br />

3. finalmente, <strong>de</strong>rechos auxiliares, <strong>de</strong>stinados a mantener la integridad<br />

patrimonial <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (beneficio <strong>de</strong> separación, acción subrogatoria,<br />

acción pauliana, medidas conservativas).<br />

Conviene tener presente que el incumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones<br />

naturales, no producen los efectos, que vamos a estudiar, por cuanto su<br />

característica es justamente que no otorgan acción para exigir su cumplimiento<br />

(artículo 1470).<br />

161


Cumplimiento forzado <strong>de</strong> la obligación<br />

En conformidad a lo establecido en el artículo 2465 “toda obligación<br />

personal da al acreedor el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> perseguir su ejecución sobre todos los<br />

bienes raíces o muebles <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, sean presente o futuros, exceptuándose<br />

solamente los no embargables, <strong>de</strong>signados en en artículo 1618”. Es lo que la<br />

doctrina <strong>de</strong>nomina impropiamente “<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> prenda general <strong>de</strong>l acreedor”.<br />

Cumplimiento forzado en los distintos tipos <strong>de</strong> obligación<br />

Lo que se va a exigir forzadamente no es <strong>de</strong> una misma naturaleza, pues<br />

va a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> obligación, <strong>de</strong>biendo distinguirse entre: a)<br />

obligaciones <strong>de</strong> dinero; b) obligaciones <strong>de</strong> dar una especie o cuerpo cierto que<br />

está en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; c) obligación <strong>de</strong> hacer; y d) obligación <strong>de</strong> no hacer.<br />

Si la obligación es <strong>de</strong> pagar una suma <strong>de</strong> dinero, que será lo más<br />

corriente, el acreedor se dirigirá directamente sobre el dinero para hacerse<br />

pago con él, o bien sobre los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, para realizarlos y pagarse con<br />

el producto <strong>de</strong> la venta; si la obligación es <strong>de</strong> dar una especie o cuerpo cierto<br />

y ésta se encuentra en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, la ejecución forzada se dirigirá a<br />

obtener la entrega <strong>de</strong> esa especie, o al pago <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización si ello no es<br />

posible; si es una obligación <strong>de</strong> hacer, la ejecución tendrá por objeto que se<br />

realice el hecho <strong>de</strong>bido, personalmente por el obligado, o por un tercero, si<br />

ello fuere posible o, en caso contrario, que la obligación se convierta en<br />

obligación <strong>de</strong> dinero, para cobrar la correspondiente in<strong>de</strong>mnización; si la<br />

obligación es <strong>de</strong> no hacer, la ejecución tendrá por objeto <strong>de</strong>shacer lo hecho, si<br />

ello es posible y necesario para los fines que se tuvo en vista al contratar o, en<br />

caso contrario, que se transforme en obligación <strong>de</strong> dinero para cobrar la<br />

in<strong>de</strong>mnización.<br />

Requisitos <strong>de</strong> la ejecución forzada en las obligaciones <strong>de</strong> dar<br />

Recor<strong>de</strong>mos ante todo que obligación <strong>de</strong> dar es aquella en que el <strong>de</strong>udor<br />

se obligó a transferir el dominio o constituir un <strong>de</strong>recho real sobre la cosa.<br />

Recor<strong>de</strong>mos también que aunque en doctrina la obligación <strong>de</strong> entregar se<br />

consi<strong>de</strong>ra obligación <strong>de</strong> hacer, en Chile, se rige por las mismas reglas <strong>de</strong> las<br />

obligaciones <strong>de</strong> dar, en conformidad la artículo 1548 según el cual “la<br />

obligación <strong>de</strong> dar contiene la <strong>de</strong> entregar la cosa”.<br />

Para que proceda la ejecución fozada se requiere:<br />

162


a) Que la obligación conste en un título ejecutivo, que se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir<br />

como el instrumento que por sí solo es capaz <strong>de</strong> dar constancia <strong>de</strong> la<br />

obligación. La ley les confiere el carácter <strong>de</strong> llevar aparejada ejecución. Los<br />

títulos ejecutivos los establece la ley, no los pue<strong>de</strong>n crear las partes. La<br />

principal fuente es el artículo 434 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>.<br />

b) Que la obligación sea actualmente exigible. No lo es si está sujeta a<br />

un plazo o condición suspensiva. Tampoco en el caso que la obligación emane<br />

<strong>de</strong> un contrato bilateral, y el acreedor no ha cumplido con su propia obligación<br />

o no se ha allanado a cumplirla en la forma y tiempo <strong>de</strong>bido, en conformidadd<br />

al artículo 1552 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

c) Que la obligación sea líquida o que pueda liquidarse mediante<br />

simples operaciones aritméticas, con sólo los datos que el mismo título<br />

ejecutivo suministre (art. 438 inciso 2º <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>); y<br />

d) Que la acción ejecutiva no se encuentre prescrita. Por regla general,<br />

prescribe en el plazo <strong>de</strong> tres años contados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se hace<br />

actualmente exigible (arts. 2514 inc. 2º y 2515). Con más propiedad, se dice<br />

que la acción ejecutiva caduca, más que prescribe, pues el juez- aunque no se<br />

le solicite- no <strong>de</strong>be dar lugar a ejecución si el título tiene más <strong>de</strong> 3 años <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que la obligación se hizo exigible (art. 442 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento<br />

<strong>Civil</strong>).<br />

Si no se reunen estos requisitos, se <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>mandar en juicio<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>arativo y obtener una sentencia que una vez firme servirá <strong>de</strong> título<br />

ejecutivo (art. 434 Nº 1 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>).<br />

Cumplimiento forzado <strong>de</strong> las obligación <strong>de</strong> hacer<br />

El cumplimiento forzado <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> hacer presenta más<br />

dificulta<strong>de</strong>s, pues es difícil obligar a un <strong>de</strong>udor a que realice<br />

satisfactoriamente el hecho <strong>de</strong>bido. Sólo será posible tratándose <strong>de</strong> hechos<br />

que puedan ser ejecutados por otra persona. Por ello, es que el artículo 1553<br />

autoriza al acreedor para <strong>de</strong>mandar directamente el pago <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización<br />

<strong>de</strong> perjuicios<br />

En conformidad al artículo 1553 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, si la obligación es <strong>de</strong><br />

hacer y el <strong>de</strong>udor se constituye en mora, el acreedor podrá pedir, junto con la<br />

163


in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios por la mora, cualquiera <strong>de</strong> estas tres cosas a<br />

elección suya: 1. que se apremie al <strong>de</strong>udor para la ejecución <strong>de</strong>l hecho<br />

convenido, 2. que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por un<br />

tercero a expensas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; y 3. que el <strong>de</strong>udor le in<strong>de</strong>mnice <strong>de</strong> los<br />

perjuicios resultantes <strong>de</strong> la infracción <strong>de</strong>l contrato.<br />

El apremio se hace en conformidad a lo establecido en el artículo 543<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, que establece que “podrá el tribunal<br />

imponer arresto hasta por 15 días o multa proporcional y repetir estas medidas<br />

para obtener el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación”<br />

El procedimiento ejecutivo está establecido en el titulo II <strong>de</strong>l Libro III<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>.Para que proceda es necesario que exista<br />

un título ejecutivo; que la obligación esté <strong>de</strong>terminada; que sea actualmente<br />

exigible y que la acción ejecutiva no se encuentre prescrita<br />

Será distinto el procedimiento ejecutivo según:<br />

a) si el hecho <strong>de</strong>bido consiste en la suscripción <strong>de</strong> un instrumento (ej.<br />

sucripción <strong>de</strong> un contrato a que el <strong>de</strong>udor se obligó en un contrato <strong>de</strong> promesa)<br />

o en la constitución <strong>de</strong> una obligación por parte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, caso en que podrá<br />

proce<strong>de</strong>r el juez que conozca <strong>de</strong>l litigio, si requerido el <strong>de</strong>udor, no lo hace<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l plazo que le señale el tribunal (art. 532 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>); o<br />

b) si la obligación consiste en la ejecución <strong>de</strong> una obra material, se<br />

aplicará art. 533 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>. En este caso el<br />

mandamiento contendrá la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> requerir al <strong>de</strong>udor para que cumpla la<br />

obligación; y se le dará un plazo pru<strong>de</strong>nte para que <strong>de</strong> principio al <strong>trabajo</strong>.<br />

Si el acreedor <strong>de</strong>manda in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios tendrá que hacerlo<br />

en juicio <strong>de</strong><strong>cl</strong>arativo, pues el valor <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>mandado no pue<strong>de</strong> constar en el<br />

título. Se requiere <strong>de</strong> una sentencia firme que resuelva previamente la<br />

existencia y monto <strong>de</strong> los perjuicios. Ejecutoriada la sentencia que se dicte,<br />

quedará constituído el correspondiente título ejecutivo.<br />

Obligación <strong>de</strong> no hacer<br />

Si la obligación es <strong>de</strong> no hacer, se resuelve en la <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar<br />

perjuicios, si el <strong>de</strong>udor contraviene y no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>shacerse lo hecho (artículo<br />

164


1555). Si se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>struir la cosa hecha “y siendo su <strong>de</strong>strucción necesaria<br />

para el objeto que se tuvo en mira al tiempo <strong>de</strong> celebrar el contrato, será el<br />

<strong>de</strong>udor obligado a ella, o autorizado el acreedor para que la lleve a efecto a<br />

expensas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor” “Si dicho objeto pue<strong>de</strong> obtenerse cumplidamente por<br />

otros medios, en este caso será oído el <strong>de</strong>udor que se allane a prestarlo” “El<br />

acredor quedará <strong>de</strong> todos modos in<strong>de</strong>mne”.<br />

El procedimiento ejecutivo está establecido en el Titulo II <strong>de</strong> Libro III<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>. El artículo 544 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong> establece que “Las disposiciones que prece<strong>de</strong>n se<br />

aplicarán también a la obligación <strong>de</strong> no hacer cuando se convierta en la <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>struir la obra hecha, con tal que el título en que se apoye consigne <strong>de</strong> un<br />

modo expreso todas las circunstancias requeridas por el inciso 2º <strong>de</strong>l art. 1555<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, y no pueda tener aplicación el inciso 3º <strong>de</strong>l mismo artículo”.<br />

“En el caso en que tenga aplicación este último inciso, se proce<strong>de</strong>rá en forma<br />

<strong>de</strong> inci<strong>de</strong>nte”. Esto último se refiere al hecho <strong>de</strong> que el <strong>de</strong>udor sostenga que el<br />

objeto <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> no hacer pue<strong>de</strong> obtenerse cumplidamente por otros<br />

medios, caso en que se trabará una discusión que se tramitará inci<strong>de</strong>ntalmente.<br />

Cuadro resumen <strong>de</strong> casos en que es posible la ejecución forzada <strong>de</strong><br />

la obligación<br />

Sergio Gatica Pacheco resume los casos en que es posible la ejecución<br />

forzada:<br />

a) en las obligaciones <strong>de</strong> dar una especie o cuerpo cierto que se<br />

encuentre en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (artículo 438 Nº1 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento<br />

<strong>Civil</strong>);<br />

b) en las obligaciones <strong>de</strong> dar un género porque como el género no<br />

perece, siempre el <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> encontrar una cosa con que pagar (artículo<br />

438 Nº 3 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>);<br />

c) en las obligaciones <strong>de</strong> hacer que puedan ser ejecutadas por terceros a<br />

expensas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (art. 1553 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> y 530 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>);<br />

d) en las obligaciones <strong>de</strong> no hacer, si pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>struirse lo hecho y<br />

siempre que sea necesaria dicha <strong>de</strong>strucción para el objeto que se tuvo a la<br />

165


vista al contratar (art. 1555 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> y 544 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>.).<br />

En las obligaciones <strong>de</strong> dar el acreedor <strong>de</strong>be exigir el cumplimiento por<br />

naturaleza <strong>de</strong> la obligación; sólo en forma subsidiaria pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar la<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios. En las obligaciones <strong>de</strong> hacer y <strong>de</strong> no hacer,<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar directamente el pago <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios (arts.<br />

1553, 1555).<br />

CUMPLIMIENTO POR EQUIVALENCIA<br />

INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS<br />

Cumplimiento subsidiario, por equivalencia. In<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios<br />

Consiste en el <strong>de</strong>recho que la ley otorga al acredor para obtener <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor el pago <strong>de</strong> una cantidad <strong>de</strong> dinero equivalente al beneficio pecuniario<br />

que le habría reportado el cumpliento exacto, íntegro y oportuno <strong>de</strong> la<br />

obligación. Según Abeliuk “las características fundamentales <strong>de</strong> la<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios son: que tien<strong>de</strong> a reparar el perjuicio sufrido por<br />

el acreedor por el incumplimiento imputable <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, y que no implica un<br />

cumplimiento igual al que <strong>de</strong>bió prestarse” (Abeliuk Manasevich, René: Las<br />

<strong>Obligaciones</strong>, Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile, T. II, Nº 814, Santiago, 1993, pág. 668).<br />

La in<strong>de</strong>mnziación <strong>de</strong> perjuicios cumple una doble función. Es una<br />

sanción para el <strong>de</strong>udor que incumple con dolo o culpa; y, a la vez, es un<br />

medio dado al acreedor para que pueda obtener el cumplimiento <strong>de</strong> la<br />

obligación por equivalencia.<br />

Cabe observar que la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios no es la única forma<br />

<strong>de</strong> resarcir al acreedor por los perjuicios sufridos en virtud <strong>de</strong> un contrato.<br />

También sirven esa función la resolución <strong>de</strong>l contrato y la nulidad.<br />

Naturaleza jurídica <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar perjuicios<br />

Para la mayoría <strong>de</strong> los autores la <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar los perjuicios es la<br />

misma obligación que <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> cumplirse, y que ante el incumplimiento cambia<br />

166


el objeto: en vez <strong>de</strong> perseguirse el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación tal como ella<br />

se originó, se preten<strong>de</strong> una suma <strong>de</strong> dinero que represente al acreedor lo<br />

mismo que le habría significado a su patrimonio obtener el cumplimiento fiel<br />

<strong>de</strong> aquélla.<br />

Este cambio <strong>de</strong> objeto no constituye una novación, pues ésta supone la<br />

extinción <strong>de</strong> la obligación anterior y su reemplazo por la <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar los<br />

perjuicios; en cambio, para esta doctrina es la misma obligación primitiva la<br />

que se persigue bajo la forma <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización.<br />

En cambio, para algunos autores mo<strong>de</strong>rnos la obligación <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar<br />

es una nueva obligación que nace <strong>de</strong>l hecho ilícito <strong>de</strong>l incumplimiento, en<br />

todo análoga a la que origina cualquier otro hecho ilícito. Son principalmente<br />

los sostenedores <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la unidad <strong>de</strong> la responsabilidad civil quienes<br />

así piensan.<br />

Nuestro Código evi<strong>de</strong>ntemente acoge la interpretación <strong>cl</strong>ásica; es la<br />

misma obligación la que subsiste. Los arts. 1672 inc. 1º y 1555 inc. 1º dan a<br />

enten<strong>de</strong>r que es la misma obligación que se transforma. Así se ha resuelto: el<br />

contrato no se extingue por el incumplimiento, y la in<strong>de</strong>mnización reemplaza<br />

a la obligación que cambia <strong>de</strong> objeto; la prestación que el <strong>de</strong>udor se obligó a<br />

efectuar es sustituida por la in<strong>de</strong>mnización (R.D.J., t. 50, sec. 1ª, p. 21).<br />

La importancia que tiene resolver que es la misma obligación anterior,<br />

es que todas las garantías <strong>de</strong> la obligación incumplida cubren la <strong>de</strong><br />

in<strong>de</strong>mnización, y todo aquello que afectaba al vínculo <strong>de</strong> que aquélla provino<br />

como una nulidad, afecta igualmente a la obligación <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar (véase<br />

Gatica, ob. cit., Nº 10, p. 20).<br />

La in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios es un <strong>de</strong>recho subsidiario<br />

Ello, porque, en principio, el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be cumplir en la forma<br />

convenida, no pudiendo por la misma razón, el acreedor “solicitar la<br />

in<strong>de</strong>mnización sino subsidiariamente, <strong>de</strong>mandando como petición principal el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la prestación estipulada” (Gatica Pacheco, Sergio: Aspectos <strong>de</strong> la<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios por incumplimiento <strong>de</strong>l contrato, Nº 22, Editorial Jurídica <strong>de</strong><br />

Chile, 1959, pág. 30).<br />

La regla anterior es cierta, tratándose <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dar. Sin<br />

embargo, no lo es, en las obligaciones <strong>de</strong> hacer por cuanto el artículos 1553 Nº<br />

167


3 permite al acreedor <strong>de</strong>mandar directamente el pago <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios, en caso <strong>de</strong> incumplimiento. Y en las obligaciones <strong>de</strong> no hacer,<br />

ocurre lo mismo, máxime si se conce<strong>de</strong> al <strong>de</strong>udor la facultad <strong>de</strong> oponerse a la<br />

<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> la cosa ofreciendo un medio equivalente para obtener el fin<br />

perseguido por el acreedor (artículo 1555).<br />

¿El acreedor tiene un <strong>de</strong>recho optativo para exigir el cumplimiento<br />

<strong>de</strong> la obligación o la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios compensatoria?<br />

Hemos dicho que en las obligaciones <strong>de</strong> dar el acreedor <strong>de</strong>be <strong>de</strong>mandar<br />

primeramente el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación en la forma convenida. Sin<br />

embargo, se ha sostenido, que en estas obligaciones, lo mismo que en las <strong>de</strong><br />

hacer, producido el incumplimiento, el acreedor tendría el <strong>de</strong>recho a<br />

<strong>de</strong>mandar, a su elección, o el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación o la<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios. Se argumenta que si bien los artículos 1553 y<br />

1555, establecen esa opción únicamente para las obligaciones <strong>de</strong> hacer y no<br />

hacer, contienen un pricipio que es general y que, por lo mismo, se <strong>de</strong>be<br />

exten<strong>de</strong>r a las obligaciones <strong>de</strong> dar. Se agrega que, por lo <strong>de</strong>más, esa es la<br />

solución que da el código cuando existe una <strong>cl</strong>áusula penal (que es una forma<br />

<strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios) y el <strong>de</strong>udor está constituído en mora (art.<br />

1537).<br />

Don Arturo Alessandri es <strong>de</strong> opinión que el acreedor <strong>de</strong>be exigir el<br />

cumplimiento forzado <strong>de</strong> la obligación y sólo cuando esto no fuere posible,<br />

pue<strong>de</strong> re<strong>cl</strong>amar la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios compensatoria. Se funda: a) en<br />

que los artículos 1553, 1555 y 1537, son normas <strong>de</strong> excepción, pues en caso<br />

contrario no se justificaría que el código las hubiere establecido; y b) en que<br />

<strong>de</strong> aceptarse la tesis contraria, la obligación se transformaría en alternativa<br />

cuya elección correspon<strong>de</strong>ría al acreedor, situación que por ser excepcional,<br />

tendría que consignarla expresamente la ley (Alessandri Rodríguez, Arturo, Teoría<br />

<strong>de</strong> las <strong>Obligaciones</strong>, 3ª edición, Zamorano y Caperán, Santiago, 1939, pág. 65).<br />

David Stitchkin, está por esta segunda tesis, por estimar que es la que<br />

mejor se ajusta al espíritu <strong>de</strong> la legislación y a la equidad. No ve por qué el<br />

hecho <strong>de</strong> que el <strong>de</strong>udor incumpla justificaría modificar el objeto <strong>de</strong> la<br />

prestación. Da algunos argumento adicionales, como el artículo 1672, que<br />

autoriza cobrar el precio <strong>de</strong> la cosa cuando la especie o cuerpo cierto perece<br />

por culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Luego, si la cosa no perece, el <strong>de</strong>udor sólo es obligado a<br />

ella; y el artículo 438 Nº 1 <strong>de</strong>l C.P.C., que or<strong>de</strong>na que la ejecución recaiga<br />

sobre la especie o cuerpo cierto <strong>de</strong>bida, cuando existe en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

168


Con<strong>cl</strong>uye David Stitchkin afirmando que “no cabe duda, entonces, que<br />

tratándose <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> dar el acreedor <strong>de</strong>be exigir previamente el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación, si no opta por la resolución <strong>de</strong>l contrato,<br />

cuando proce<strong>de</strong>, y sólo en caso <strong>de</strong> no ser posible el cumplimiento pue<strong>de</strong> exigir<br />

la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios compensatoria” (Stitchkin Branover, David:<br />

<strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>, 2ª parte, Editorial Universitaria S.A., Santiago, 1948, pág. 33).<br />

En el mismo sentido Sergio Gatica (ob. cit., Nº 24, pág. 31), y Fernando<br />

Fueyo (<strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>, t. IV, “De las <strong>Obligaciones</strong>”, vol. I, Nº 235, Imp. y Lit. Universo<br />

S.A., Santiago, 1958, pág. 252). Este último expresa “con todo ha quedado <strong>de</strong><br />

manifiesto que cada vez que la ley dió facultad <strong>de</strong> elegir indistintamente al<br />

acreedor, lo dijo especialmente. Como ocurre en el caso <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong><br />

hacer (1553); cuando se trata <strong>de</strong> la condición resolutoria tácita <strong>de</strong>l art. 1489,<br />

que va envuelta en todo contrato bilateral; y, tratándose <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal,<br />

cuando el <strong>de</strong>udor ya está constituído en mora”.<br />

Lo mismo piensa Abeliuk: “el acreedor en las obligaciones <strong>de</strong> dar<br />

<strong>de</strong>berá agotar los medios <strong>de</strong> cumplimiento en naturaleza, y probando que él es<br />

imposible, tendrá <strong>de</strong>recho a in<strong>de</strong>mnización compensatoria” (ob. cit., Nº 818, p.<br />

672).<br />

Clases <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización<br />

La in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios pue<strong>de</strong> ser: a) compensatoria; y b)<br />

moratoria.<br />

In<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios compensatoria es la cantidad <strong>de</strong> dinero<br />

que tiene <strong>de</strong>recho el acreedor para repararle el perjuicio que le reportó el<br />

incumplimiento total o parcial <strong>de</strong> la obligación. “No es otra cosa que la<br />

avaluación en dinero <strong>de</strong>l interés que el acreedor tenía en que la obligación<br />

fuera ejecutada; la compensación, en consecuencia, <strong>de</strong> los perjuicios que la<br />

inejecución le causa” (Baudry-Lacantinnerie et Bar<strong>de</strong>, Traité Theorique et practique <strong>de</strong><br />

Droit <strong>Civil</strong>. Des obligations, t. XII, pp. 482-483). Su monto <strong>de</strong>be regularse<br />

consi<strong>de</strong>rando el valor <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida. Y si la obligación es <strong>de</strong> hacer, para<br />

<strong>de</strong>terminar su monto se aten<strong>de</strong>rá a lo que representaría económicamente la<br />

ejecución <strong>de</strong>l hecho.<br />

In<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios moratoria, es aquella que tiene por objeto<br />

reparar al acreedor el perjuicio sufrido por el incumplimiento tardío <strong>de</strong> la<br />

169


obligación. “No es otra cosa que la avaluación en dinero <strong>de</strong>l interés que el<br />

acreedor tenía en que la obligación fuera ejecutada en la época en que <strong>de</strong>bía<br />

serlo” (Baudry-Lacantinnerie et Bar<strong>de</strong>, ob. cit., pp. 482-483).<br />

En ambos casos la in<strong>de</strong>mnización se paga en dinero, por ser el dinero<br />

una común medida <strong>de</strong> valores.<br />

No se pue<strong>de</strong> acumular el cumplimiento y la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios compensatoria, pero sí el cumplimiento y la in<strong>de</strong>mnización<br />

moratoria o bien ambas in<strong>de</strong>mnizaciones.<br />

Como la in<strong>de</strong>mnización compensatoria equivale al cumplimiento <strong>de</strong> la<br />

obligación no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar conjuntamente el cumplimiento más<br />

in<strong>de</strong>mnización compensatoria, porque importaría un doble pago. Pero sí se<br />

pue<strong>de</strong> pedir cumplimiento e in<strong>de</strong>nmnización moratoria porque ésta última<br />

sólo resarce los perjuicios provenientes <strong>de</strong>l atraso. Esto está permitido<br />

expresamente en el artículo 1553, y fluye también <strong>de</strong> los artículos 1502, 1555<br />

y 1672.<br />

Por excepción en la <strong>cl</strong>áusula penal, en ciertos casos se pue<strong>de</strong> acumular<br />

el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación y la pena (artículo 1537).<br />

Y también se pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>mandar ambas in<strong>de</strong>mnizaciones, compensatoria<br />

y moratoria, porque se refieren a perjuicios diferentes.<br />

Requisitos <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios<br />

Los requisitos <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicio, son:<br />

1. Incumplimiento imputable <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (dolo o culpa);<br />

2. Perjuicio <strong>de</strong>l acreedor;<br />

3. Relación <strong>de</strong> causalidad entre el incumplimiento y los perjuicios;<br />

4. Mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Esta es la gran diferencia con la responsabilidad<br />

extracontractual en que no opera este requisito.<br />

Estos requisitos rigen para ambos tipos <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios.<br />

Ambito <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> los arts. 1545 y siguientes “Del efecto <strong>de</strong> las<br />

obligaciones”.<br />

170


Las normas <strong>de</strong> los arts. 1545 y ss. constituyen el <strong>de</strong>recho común en<br />

materia <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mización <strong>de</strong> perjuicios, aplicándose cualquiera sea el origen <strong>de</strong><br />

la obligación incumplida, contractual, cuasi contractual, legal, etc. No se<br />

aplican, en cambio a los siguientes casos: a) cuando la ley ha dado reglas<br />

distintas, como ocurre con la responsabilidad extracontractual, proveniente <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>litos o cuasi <strong>de</strong>litos civiles, que trata especialmente esa materia en el<br />

Título 35 <strong>de</strong>l Libro IV, artículos 2314 y siguientes; y b) cuando las partes se<br />

han dado reglas especiales, haciendo uso <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la automomía <strong>de</strong> la<br />

voluntad. Ello con algunas limitaciones como la que les impi<strong>de</strong> renunciar<br />

anticipadamente al dolo o a la culpa grave (arts. 1465 y 44 inc. 1º, parte final)<br />

(Stitchkin, ob. cit., 2ª parte, Nº 523, pág. 35; Claro Solar, t. XI, Nº 1067, pp. 521 y ss.;<br />

Arturo Alessandri, De la Responsabilidad Extracontratual en el <strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong> Chileno,<br />

Imprenta Universitaria, Nº 28, pág. 54).<br />

Una opinión contraria tiene Ducci Claro para quien la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios por incumplimiento <strong>de</strong> una ley o <strong>de</strong> un cuasi contrato, se rige por<br />

las reglas <strong>de</strong>l Titulo 35 <strong>de</strong>l Libro Cuarto, vale <strong>de</strong>cir, por las reglas <strong>de</strong> la<br />

responsabilidad extracontractual, que sería entonces, el <strong>de</strong>recho común<br />

(Responsabilidad <strong>Civil</strong>, Memoria <strong>de</strong> Prueba, 1936, Nº 11). En igual sentido Orlando<br />

Tapia Suárez (De la responsabilidad civil en general y <strong>de</strong> la responsabilidad <strong>de</strong>lictual<br />

entre los contratantes, Memoria, Universidad <strong>de</strong> Concepción, 1941, Nº 309, pág. 349).<br />

El incumplimiento en general<br />

Usando los términos <strong>de</strong>l art. 1.556, hay incumplimiento cuando la<br />

obligación no se cumple, se cumple imperfectamente o se retarda su<br />

cumplimiento; dicho <strong>de</strong> otra manera, cuando se falta íntegramente al pago, o<br />

se infringe alguno <strong>de</strong> los requisitos <strong>de</strong> éste.<br />

Incumplimiento <strong>de</strong> un contrato<br />

El <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be incumplir una obligación <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> un contrato. Si no<br />

existe un contrato previo entre las partes no pue<strong>de</strong> existir responsabilidad<br />

contractual. Y es necesario que se trate <strong>de</strong> un contrato válido, pues en caso<br />

contrario, y en virtud <strong>de</strong>l efecto retroactivo <strong>de</strong> la nulidad, <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada ésta las<br />

partes vuelven al estado anterior, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>sparece el contrato y como<br />

consecuencia <strong>de</strong> ello, no pue<strong>de</strong> haber responsabilidad contractual por el<br />

incumplimiento <strong>de</strong> un contrato inexistente.<br />

171


Clasificación <strong>de</strong>l incumplimiento<br />

El incumplimiento admite varias <strong>cl</strong>asificaciones, pero las más<br />

importantes son las siguientes:<br />

1. Voluntario e involuntario<br />

2. Total y parcial<br />

3. Definitivo y temporal, y<br />

4. Que origina responsabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y no da lugar a ella.<br />

Incumplimiento voluntario e involuntario<br />

El <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> cumplir por su propia voluntad o sin ella. El<br />

incumplimiento es objetivo, pero a la ley no le pue<strong>de</strong> ser indiferente la razón,<br />

la causa que lo provoca. Por ello se toma en cuenta el elemento subjetivo <strong>de</strong> la<br />

actuación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, para <strong>de</strong>terminar su responsabilidad.<br />

Dentro <strong>de</strong>l incumplimiento voluntario hay aún que distinguir algunas<br />

situaciones:<br />

1º El <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> cumplir por culpa o dolo suyo; es el<br />

incumplimiento imputable, que concurriendo los requisitos legales hace nacer<br />

la responsabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

2º El <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> cumplir por un acuerdo con el acreedor,<br />

esto es, aceptando éste el incumplimiento, por lo cual no hay responsabilidad<br />

ulterior para el <strong>de</strong>udor; así ocurrirá si opera una remisión, una transacción o<br />

una novación, aunque ésta, equivale al cumplimiento. Cierto que el <strong>de</strong>udor no<br />

cumple la obligación que tenía, pero ello es porque pasa a ser reemplazada por<br />

una nueva.<br />

3º El <strong>de</strong>udor no cumple, pero se justifica para así hacerlo en que a su<br />

turno el acreedor tampoco ha cumplido alguna obligación suya; así ocurre en<br />

la excepción <strong>de</strong>l contrato no cumplido y el <strong>de</strong>recho legal <strong>de</strong> retención.<br />

4º El <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> cumplir, porque ha operado algún modo <strong>de</strong><br />

extinguir liberatorio para él, ya sea que <strong>de</strong>struyó el vínculo jurídico o puso<br />

término a la obligación nacida <strong>de</strong> él: prescripción, nulidad.<br />

172


En el incumplimiento involuntario, el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> cumplir por un<br />

hecho ajeno a su voluntad, <strong>de</strong> los cuales el más importante es el caso fortuito o<br />

fuerza mayor; su obligación se extinguirá sin ulterior responsabilidad para el<br />

<strong>de</strong>udor, o la cumplirá eliminando el obstáculo, pero sin que responda por el<br />

retardo.<br />

Incumplimiento total y parcial<br />

El incumplimiento es total si no se ejecuta la obligación en todas sus<br />

partes.<br />

Y es parcial en los dos casos <strong>de</strong>l art. 1556:<br />

1º Si la obligación se cumple imperfectamente, o sea, no se paga en<br />

forma íntegra, como si <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda <strong>de</strong> $10.000 el acreedor acepta un abono<br />

<strong>de</strong> $5.000; si se paga la <strong>de</strong>uda, pero no los intereses; si el edificio tenía<br />

<strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> construcción, etc.<br />

El acreedor <strong>de</strong>be haber aceptado este cumplimiento imperfecto, porque<br />

no está obligado a recibir un pago que no sea íntegro. Si rechaza el<br />

cumplimiento incompleto habrá lisa y llanamente incumplimiento total, y<br />

2º Cuando existe retardo en el cumplimiento, o sea, la obligación no<br />

se ha cumplido en su oportunidad.<br />

Incumplimiento <strong>de</strong>finitivo y temporal<br />

Tanto el incumplimiento total como el parcial, pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong>finitivos,<br />

esto es, la obligación no se ha cumplido, pero es un hecho que ya no pue<strong>de</strong><br />

cumplirse, como si por ejemplo la cosa <strong>de</strong>bida se ha <strong>de</strong>struido, o el pintor que<br />

se obligó a pintar un cuadro <strong>de</strong> una persona se ha imposibilitado.<br />

También será <strong>de</strong>finitivo el incumplimiento si ha operado algún modo<br />

liberatorio para el <strong>de</strong>udor que extingue la obligación, ya sea ella misma o el<br />

vínculo que le dio origen, como si se anula el acto o contrato.<br />

Tiene importancia la distinción en relación a la imputabilidad <strong>de</strong>l<br />

incumplimiento; si éste es <strong>de</strong>finitivo y por hecho o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, es<br />

evi<strong>de</strong>nte que ya no podrá obtenerse compulsivamente el cumplimiento, y sólo<br />

habrá lugar a la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios, siendo ella proce<strong>de</strong>nte.<br />

173


Igualmente, el obstáculo que impi<strong>de</strong> el cumplimiento pue<strong>de</strong> ser temporal, y,<br />

<strong>de</strong>saparecido, <strong>de</strong>berá cumplirse la obligación, por ejemplo, si se <strong>de</strong>be a una<br />

huelga, y restará únicamente la discusión <strong>de</strong> si el <strong>de</strong>udor respon<strong>de</strong> <strong>de</strong>l retardo<br />

o no.<br />

Incumplimientos que originan responsabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor o no dan<br />

lugar a ella<br />

Según lo dicho, hay incumplimientos que imponen responsabilidad al<br />

<strong>de</strong>udor, y otros que no lo hacen. Esta responsabilidad se traduce en que se le<br />

pue<strong>de</strong> exigir compulsivamente el cumplimiento o eventualmente<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios.<br />

En todo caso, lo que se quiere <strong>de</strong>stacar es que ciertos casos <strong>de</strong><br />

incumplimiento no producen ulteriores consecuencias para el <strong>de</strong>udor, la<br />

obligación queda extinguida y nada pue<strong>de</strong> hacer el acreedor.<br />

En cambio, cuando el incumplimiento es imputable al <strong>de</strong>udor y<br />

concurren los <strong>de</strong>más requisitos legales, nace el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l acreedor a exigir el<br />

cumplimiento o la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios.<br />

Prueba <strong>de</strong>l incumplimiento y presunción <strong>de</strong> imputabilidad<br />

De acuerdo al art. 1698, correspon<strong>de</strong> probar la obligación o su extinción<br />

al que alega aquélla o ésta.<br />

En consecuencia, si al acreedor le correspon<strong>de</strong> acreditar la existencia <strong>de</strong><br />

la obligación, no le toca, en cambio, probar el incumplimiento. Es el <strong>de</strong>udor<br />

quien <strong>de</strong>be establecer que ha cumplido, porque alega el pago, o sea, la<br />

extinción <strong>de</strong> la obligación y sobre él coloca la ley la carga <strong>de</strong> la prueba en tal<br />

caso.<br />

Pero aún más, si el <strong>de</strong>udor no ha cumplido, <strong>de</strong>berá probar, si quiere<br />

quedar exento <strong>de</strong> responsabilidad, que el incumplimiento no le es imputable.<br />

Porque el <strong>de</strong>udor se <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong>l acreedor que le exige el<br />

cumplimiento o la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios, alegando que ha operado<br />

algún modo extintivo <strong>de</strong> la obligación liberatorio para él. Según la regla<br />

general <strong>de</strong>l art. 1698, <strong>de</strong>berá probarlo.<br />

174


Si lo que alega es la imposibilidad en el cumplimiento por caso fortuito,<br />

él <strong>de</strong>be acreditar que ha concurrido dicho modo <strong>de</strong> extinguir, estableciendo la<br />

concurrencia <strong>de</strong> la fuerza mayor. No sólo porque así resulta <strong>de</strong> la regla <strong>de</strong>l art.<br />

1698 citada, sino porque lo dispone expresamente el inc. 3º <strong>de</strong>l art. 1547: "la<br />

prueba <strong>de</strong> la diligencia o cuidado incumbe al que ha <strong>de</strong>bido emplearlo; la<br />

prueba <strong>de</strong>l caso fortuito al que lo alega".<br />

Si <strong>de</strong>be probar la diligencia quien <strong>de</strong>bió emplearla, ello equivale a<br />

presumir la culpa, y la con<strong>cl</strong>usión es que el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be <strong>de</strong>struir la presunción<br />

legal <strong>de</strong> imputabilidad.<br />

<strong>Derecho</strong>s <strong>de</strong>l acreedor en caso <strong>de</strong> incumplimiento imputable<br />

En caso <strong>de</strong> incumplimiento imputable <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, dos son los <strong>de</strong>rechos<br />

fundamentales <strong>de</strong>l acreedor.<br />

1º El <strong>de</strong>recho, una vez probada por él la existencia <strong>de</strong> la obligación,<br />

<strong>de</strong> obtener el cumplimiento forzado <strong>de</strong> ella, con intervención <strong>de</strong> la autoridad.<br />

Ello será posible siempre que el incumplimiento no sea <strong>de</strong>finitivo,<br />

porque en tal caso no habrá posibilidad <strong>de</strong> obtenerlo, y sólo restará al acreedor<br />

el segundo <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos principales, que es:<br />

2º La in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios en que, ante la imposibilidad <strong>de</strong><br />

cumplirse la obligación en naturaleza, tal como se encuentra establecida, se la<br />

cumple por equivalencia.<br />

Dentro <strong>de</strong> ella cabe distinguir <strong>cl</strong>aramente la in<strong>de</strong>mnización<br />

compensatoria que equivale al cumplimiento mismo, y la moratoria que repara<br />

el atraso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor en cumplir su obligación.<br />

Por esto es que el acreedor pue<strong>de</strong> pedir el cumplimiento, si él es aún<br />

posible, y la in<strong>de</strong>mnización moratoria por los perjuicios que le produce el<br />

cumplimiento tardío, pero por regla general no pue<strong>de</strong> solicitar el<br />

cumplimiento en naturaleza y la in<strong>de</strong>mnización compensatoria, porque<br />

equivaldría a un doble pago.<br />

Junto a estos <strong>de</strong>rechos, que son los más importantes, tiene otros el<br />

acreedor, como ocurre en los contratos bilaterales, en que está facultado para<br />

solicitar la resolución <strong>de</strong>l contrato, y negarse a cumplir su propia obligación.<br />

175


Imputabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (dolo o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor)<br />

Para que se genere la obligación <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar perjuicios, el<br />

incumplimiento <strong>de</strong>be ser imputable al <strong>de</strong>udor, es <strong>de</strong>cir, provenir <strong>de</strong> su dolo o<br />

culpa.<br />

Dolo contractual<br />

El dolo está <strong>de</strong>finido en el artículo 44 <strong>de</strong>l Codigo <strong>Civil</strong>, como “la<br />

intención positiva <strong>de</strong> inferir injuria a la persona o propiedad <strong>de</strong> otro”.<br />

De atenernos al tenor literal <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición legal, el dolo sólo existiría<br />

cuando la acción u omisión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor se realiza con la intención premeditada<br />

<strong>de</strong> causar un daño a la persona o propiedad <strong>de</strong> otro. Así se ha entendido la<br />

norma tradicionalmente. De esta forma quedaría <strong>de</strong>scartado que pueda<br />

estimarse como dolosa la conducta <strong>de</strong>l sujeto que si bien no tuvo intención <strong>de</strong><br />

causar daño, pudo representarse que su actuar sí podía producirlos (dolo<br />

eventual). Pablo Rodríguez tiene una opinión diferente. Sostiene que<br />

compren<strong>de</strong> tanto el dolo directo como el dolo eventual. Expresa: “A nuestra<br />

manera <strong>de</strong> ver, por consiguiente, el dolo consiste en la representación <strong>de</strong>l<br />

efecto dañoso <strong>de</strong> nuestro actuar (acción u omisión), unida a la certeza (dolo<br />

directo o mediato) o la mera probabilidad admitida (dolo eventual) <strong>de</strong> que el<br />

efecto se produzca y siempre que el daño en el patrimonio o la persona ajena<br />

se consume” (La obligación como <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> conducta típica. La Teoría <strong>de</strong> la Imprevisión<br />

en Chile, Facultad <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Universidad <strong>de</strong> Chile, 1992, pp. 45 y ss.).<br />

Afirma Pablo Rodríguez que <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r que sólo hay dolo cuando<br />

existe una intención maliciosa, hace punto menos que imposible su prueba. Y<br />

agrega que en la vida real, salvo que se trate <strong>de</strong> una personalidad perversa, el<br />

<strong>de</strong>udor no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> cumplir por perjudicar al acreedor, sino “para conseguir una<br />

ventaja, un provecho, una ganancia o un lucro personal, aun a costa <strong>de</strong>l<br />

perjuicio <strong>de</strong>l acreedor, a quien no <strong>de</strong>sea perjudicar, pero acepta hacerlo en<br />

función <strong>de</strong> sus intereses” (ob. cit., pág. 49). En términos muy parecidos<br />

Fueyo: “no se <strong>de</strong>be creer, pues, que hay dolo sólo porque existe un propósito<br />

<strong>de</strong>liberado <strong>de</strong> perjudicar al acreedor (animus nocendi), lo cual fuera <strong>de</strong> ser<br />

poco común pue<strong>de</strong> ser hasta enfermizo, sino también, y en la práctica así<br />

ocurre, por la negativa consciente al cumplimiento, pensándose, más que en el<br />

perjuicio a otro, en la ventaja pecuniaria que ello pue<strong>de</strong> reportar” (Cumplimiento<br />

e incumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones, pág. 419).<br />

176


Campos en que inci<strong>de</strong> el dolo civil<br />

El dolo, en materia civil inci<strong>de</strong> en tres campos distintos: a) en la fase <strong>de</strong><br />

formación <strong>de</strong>l consentimiento, como vicio <strong>de</strong>l mismo (artículos 1458 y 1459);<br />

b) en la fase <strong>de</strong> cumplimiento <strong>de</strong> los contratos, cuando el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />

cumplir una obligación contractual con la intención positiva <strong>de</strong> causar un<br />

perjuicio al acreedor; y c) finalmente, en la responsabilidad extracontractual,<br />

como elemento <strong>de</strong> esa responsabilidad, alternativo <strong>de</strong> la culpa (artículos 2314<br />

y ss.).<br />

Aquí correspon<strong>de</strong> estudiar el dolo en la fase <strong>de</strong> cumplimiento <strong>de</strong> los<br />

contratos como un elemento <strong>de</strong> la responsabilidad contractual, alternativo<br />

también <strong>de</strong> la culpa.<br />

Teoría unitaria <strong>de</strong>l dolo<br />

El dolo opera en los tres campos que hemos señalado. El concepto en<br />

todos ellos es el mismo. Por eso se habla <strong>de</strong> un “concepto unitario <strong>de</strong>l dolo”.<br />

Ello se colige <strong>de</strong> los siguientes antece<strong>de</strong>ntes: a) está <strong>de</strong>finido en el Titulo<br />

Preliminar, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se sigue que su aplicación es <strong>de</strong> alcance general; b)<br />

siempre importa una intención dirigida a perjudicar a otro; c) el efecto <strong>de</strong>l dolo<br />

en cualquier campo tien<strong>de</strong> a restablecer la situación anterior a él (nulidad<br />

cuando es vicio <strong>de</strong>l consentimiento volviéndose al estado anterior; obligación<br />

<strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar en los otros casos restableciendo el patrimonio <strong>de</strong>l acreedor); d)<br />

las reglas que gobiernan al dolo son la mismas, v. gr., no se presume. En este<br />

sentido la doctrina (Pablo Rodríguez, ob. cit., pág. 35).<br />

Prueba <strong>de</strong>l dolo<br />

El dolo, dice el artículo 1459, no se presume, sino en los casos<br />

especialmente previstos por la ley. En los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>berá probarse”. Esta norma<br />

si bien está establecida al tratar <strong>de</strong>l dolo vicio <strong>de</strong>l consentimiento, es <strong>de</strong><br />

aplicación general. Ello, por otra parte, resulta absolutamente concordante con<br />

el principio <strong>de</strong> que “la buena fe se presume”, que si bien está establecido en<br />

materia posesoria, hay unanimidad para enten<strong>de</strong>rlo como principio general.<br />

El dolo se pue<strong>de</strong> probar por cualquier medio probatorio, sin que rijan las<br />

limitaciones que para la prueba <strong>de</strong> testigos establecen los artículos 1708 y<br />

siguientes.<br />

177


Por excepción, hay casos en que se presume: art. 1301 (albacea que<br />

lleva a efecto disposiciones <strong>de</strong>l testador contrarias a las leyes); art. 968 Nº 5<br />

(ocultación <strong>de</strong> un testamento); el art. 2261, presume dolo en la apuesta,<br />

cuando se sabe que se va a verificar o se ha verificado el hecho <strong>de</strong> que se trata;<br />

en el artículo 94 Nº 6, en la muerte presunta, “el haber sabido y ocultado la<br />

verda<strong>de</strong>ra muerte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>saparecido, o su existencia, constituye mala fé”; en el<br />

art. 280 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, cuando se solicita una medida<br />

precautoria en el carácter <strong>de</strong> prejudicial y no se <strong>de</strong>manda en el plazo fijado por<br />

la ley; art. 143 inc. 2º; 2510 Nº 3; etc.<br />

Efectos <strong>de</strong>l dolo en el incumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones<br />

1. Agrava la responsabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Ello, en conformidad a lo<br />

dispuesto en el artículo 1558. De acuerdo a esta disposición, lo normal es que<br />

el <strong>de</strong>udor responda sólo <strong>de</strong> los perjuicios directos previstos (o que pudieron<br />

preverse) al tiempo <strong>de</strong>l contrato. Mas, si hay dolo, se respon<strong>de</strong>rá a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

los perjuicios directos imprevistos. A<strong>de</strong>más, si la especie <strong>de</strong>bida se <strong>de</strong>struye<br />

en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>spués que ha sido ofrecida al acreedor, y durante el<br />

retardo <strong>de</strong> éste en recibirla, no hace responsable al <strong>de</strong>udor sino por culpa grave<br />

o dolo (art. 1680).<br />

2. Se ha entendido también que si son varios los <strong>de</strong>udores que<br />

incumplen con dolo, su responsabilidad sería solidaria, <strong>de</strong> acuerdo a lo<br />

previsto en el artículo 2317 inciso 2º. Si bien esta norma está ubicada en la<br />

responsabilidad extracontractual, se piensa por algunos, que el inciso 2º sólo<br />

se justifica, si su alcance es general. En caso contrario sería inútil pues no<br />

haría más que repetir lo dicho en el inciso 1º.<br />

El dolo no se pue<strong>de</strong> renunciar anticipadamente<br />

Así está establecido en el artículo 1465. Pue<strong>de</strong>, no obstante, renunciarse<br />

el dolo pasado, siempre que se haga en forma expresa (art. 1465)<br />

El dolo se aprecia en concreto, no en abstracto, como la culpa<br />

Lo anterior significa que en cada caso, <strong>de</strong>berá el tribunal resolver si la<br />

conducta <strong>de</strong>l hechor resulta o no dolosa. En cambio, la culpa se aprecia en<br />

abstracto, esto es, comparándola con un mo<strong>de</strong>lo i<strong>de</strong>al <strong>de</strong>finido en la ley.<br />

178


La culpa contractual<br />

El incumplimiento es también imputable al <strong>de</strong>udor cuando proviene <strong>de</strong><br />

su culpa.<br />

En términos generales, se entien<strong>de</strong> por culpa la omisión <strong>de</strong> la diligencia<br />

que se <strong>de</strong>be emplear en el cumplimiento <strong>de</strong> una obligación o en la ejecución<br />

<strong>de</strong> un hecho, y por culpa contractual la falta <strong>de</strong>l cuidado <strong>de</strong>bido en el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> un contrato.<br />

Al igual que en materia extracontractual, la culpa tiene mayor<br />

aplicación que el dolo, por la misma razón, aun cuando más drástica: allá<br />

porque es <strong>de</strong> más fácil prueba; acá la facilidad es todavía mayor: se presume.<br />

Se ha discutido en doctrina si la culpa es una sola (teoría unitaria <strong>de</strong> la<br />

culpa) o si es diferente la culpa contractual <strong>de</strong> la extracontractual.<br />

Los que piensan que es una sola argumentan que cualquiera que sea el<br />

campo en que juege, implica una actitud <strong>de</strong>scuidada, negligente, falta <strong>de</strong><br />

cuidado, que conduce a un mismo resultado (in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios).<br />

Es cierto dicen, que hay algunas diferencias, como que en la contractual hay<br />

una gradación <strong>de</strong> la culpa (grave, leve levísima); lo que no ocurre en materia<br />

extracontractual, en que es una sola. Pero, agregan, ello se explica, porque al<br />

existir en la responsabilidad contractual, un vínculo jurídico entre las partes,<br />

ello hace que el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> cuidado pueda ser diferentes atendida la naturaleza<br />

<strong>de</strong> cada contrato.<br />

Entre nosotros, siguen esta tesis Claro Solar (ob. cit., t. XI, Nº 1065, pp. 119<br />

a 521). En cambio Alessandri siguiendo a Capitant está por la dualidad <strong>de</strong><br />

culpas (Teoría <strong>de</strong> las <strong>Obligaciones</strong>, p. 73).<br />

Diferencias entre la culpa contractual y extracontractual<br />

Sea que se estime que existe una sola culpa o que la culpa contractual y<br />

extracontracual son diferentes, es lo cierto, que se pue<strong>de</strong>n apreciar en ellas<br />

algunas diferencias importantes:<br />

a) La culpa contractual supone un vínculo jurídico previo entre las<br />

partes. La extracontractual no.<br />

179


) La culpa en la responsabilidad contractual admite grados: grave, leve<br />

y levísima. En materia <strong>de</strong> responsabilidad extracontractual, la culpa es una<br />

sola.<br />

c) La culpa contractual se presume. La extracontractual <strong>de</strong>be probarse.<br />

d) Para que la culpa contractual <strong>de</strong> origen a la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios -dice Alessandri- “es menester que el <strong>de</strong>udor se haya constituído en<br />

mora, condición previa para que el acreedor pueda exigir in<strong>de</strong>mnización al<br />

<strong>de</strong>udor que viola su obligación. Tratándose <strong>de</strong> la culpa <strong>de</strong>lictual, no es<br />

necesario constituir en mora al <strong>de</strong>udor; basta la ejecución <strong>de</strong>l simple hecho<br />

ilícito para que el acreedor tenga acción por los perjuicios contra el <strong>de</strong>udor”<br />

(ob. cit., pp. 73-74)<br />

Graduación <strong>de</strong> la culpa<br />

Des<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong>l <strong>Derecho</strong> Romano se distinguen<br />

fundamentalmente dos categorías <strong>de</strong> culpa: la grave o lata, que consiste en la<br />

máxima negligencia, y por ello se asimila al dolo, y la leve, que es la<br />

responsabilidad general <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor por el incumplimiento.<br />

El antiguo <strong>Derecho</strong> francés precisó una tercera categoría: la levísima, <strong>de</strong><br />

que se hablaba en Roma para la responsabilidad extracontractual, y en que se<br />

hizo respon<strong>de</strong>r al <strong>de</strong>udor hasta <strong>de</strong> las más mínima negligencia, y se aplicó en<br />

los contratos que a él benefician. Pothier acogió esta doctrina tripartita <strong>de</strong> la<br />

culpa, pero no fue seguido por el Código francés que, por regla general, hace<br />

respon<strong>de</strong>r al <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> la culpa leve, sin perjuicio <strong>de</strong> las reglas especiales que<br />

se dan para ciertos contratos (en que en cierto modo renace la teoría tripartista)<br />

y <strong>de</strong> la asimilación <strong>de</strong> la culpa grave al dolo.<br />

En general, es la misma la solución <strong>de</strong>l Código alemán, italiano y <strong>de</strong><br />

casi todas las legislaciones, siendo excepcional que se mantenga esta<br />

distinción en tres grados <strong>de</strong> culpa.<br />

Abeliuk observa que ella carece <strong>de</strong> toda justificación lógica, y si en<br />

<strong>de</strong>finición, pue<strong>de</strong> aparecer muy <strong>cl</strong>ara y nítida, en la práctica resulta muy sutil y<br />

difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar. La apreciación <strong>de</strong> la culpa es siempre un problema <strong>de</strong><br />

criterio en que entran a jugar numerosos factores, siendo uno <strong>de</strong> ellos la<br />

180


naturaleza <strong>de</strong>l contrato que pue<strong>de</strong> imponer al <strong>de</strong>udor una conducta más o<br />

menos vigilante.<br />

Parece, pues, más conveniente <strong>de</strong>jar la calificación al criterio <strong>de</strong>l juez,<br />

señalando la ley únicamente los elementos que él <strong>de</strong>be tomar en cuenta como<br />

la comparación al sujeto i<strong>de</strong>al, que es el buen padre <strong>de</strong> familia, las normas<br />

especiales para ciertos y <strong>de</strong>terminados contratos, etc.<br />

Por mucho que nuestro Código -agrega- haya tratado <strong>de</strong> precisar la<br />

culpa, ella es siempre un concepto relativo, y en la práctica entre nosotros<br />

también ocurre que el tribunal la aprecia.<br />

Y aunque en materia extracontractual se sostiene que hasta la más leve<br />

negligencia hace responsable al hechor, también queda en la realidad al<br />

criterio judicial su establecimiento; sería ex<strong>cl</strong>usivamente uno <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong><br />

calificación más estricto (ob. cit., Nº 831, pp. 680-681).<br />

Bello, siguiendo a Pothier, estableció en el artículo 44, una <strong>cl</strong>asificación<br />

tripartita <strong>de</strong> la culpa: en grave, leve y levísima, <strong>de</strong>finiendo cada una <strong>de</strong> ellas.<br />

Dice esta norma: “La ley distingue tres especies <strong>de</strong> culpa o <strong>de</strong>scuido.<br />

Culpa grave, negligencia grave, culpa lata, es la que consiste en no manejar<br />

los negocios ajenos con aquel cuidado que aun las personas negligentes y <strong>de</strong><br />

poca pru<strong>de</strong>ncia suelen emplear en sus negocios propios. Esta culpa en<br />

materias civiles equivale al dolo”.<br />

“Culpa leve, <strong>de</strong>suido leve, <strong>de</strong>scuido ligero, es la falta <strong>de</strong> aquella<br />

diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en sus negocios<br />

propios. Culpa o <strong>de</strong>scuido, sin otra calificación, significa culpa o <strong>de</strong>scuido<br />

leve. Esta especie <strong>de</strong> culpa se opone a la diligencia o cuidado ordinario o<br />

mediano”.<br />

“El que <strong>de</strong>be administrar un negocio como un buen padre <strong>de</strong> familia es<br />

responsable <strong>de</strong> esta especie <strong>de</strong> culpa”.<br />

“Culpa o <strong>de</strong>scuido levísimo es la falta <strong>de</strong> aquella esmerada diligencia<br />

que un hombre juicioso emplea en la administración <strong>de</strong> sus negocios<br />

importantes. Esta especie <strong>de</strong> culpa se opone a la suma diligencia o cuidado”.<br />

181


Como pue<strong>de</strong> observase, la culpa contractual se aprecia en abstracto,<br />

pues la ley compara la conducta <strong>de</strong>l sujeto con un mo<strong>de</strong>lo i<strong>de</strong>al (“padre <strong>de</strong><br />

familia”, “personas negligentes y <strong>de</strong> poca pru<strong>de</strong>ncia”, “esmerada diligencia<br />

que un hombre juicioso emplea en la administración <strong>de</strong> sus negocios<br />

importantes”). Pablo Rodríguez explica esto diciendo que, como en materia<br />

contractual el <strong>de</strong>udor tiene una cierta obligación <strong>de</strong> diligencia o cuidado, para<br />

<strong>de</strong>terminar si obró con culpa, se <strong>de</strong>be comparar su actuar con el que habría<br />

tenido el arquetipo respectivo, precisando que “el juez <strong>de</strong>be ubicar al<br />

arquetipo establecido en la ley en la misma situación en que se encuentra el<br />

sujeto cuyos actos trata <strong>de</strong> juzgar” (ob. cit., pp. 55-56).<br />

La culpa grave equivale al dolo<br />

Así lo dice el artículo 44 inciso 1º parte final. ¿Cuál es el alcance <strong>de</strong> esta<br />

afirmación?<br />

Cuando el <strong>de</strong>udor incumple con culpa grave, su responsabilidad se<br />

agrava, igual que en el dolo, respondiendo <strong>de</strong> todos los perjuicios directos,<br />

previstos e imprevistos. A<strong>de</strong>más, no podría renunciarse anticipadamente la<br />

culpa grave (1465); y si hay culpa grave <strong>de</strong> varios <strong>de</strong>udores, su responsbilidad<br />

sería solidaria (2317 inc. 2º).<br />

¿Se presume la culpa grave?<br />

El problema estriba en <strong>de</strong>terminar si la asimilación <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> la<br />

culpa grave a los <strong>de</strong>l dolo alcanza también al onus probandi, y en<br />

consecuencia si el acreedor que la invoca está eximido <strong>de</strong> acreditarla, como<br />

toda culpa contractual, o por aplicarse la misma regla <strong>de</strong>l dolo está obligado a<br />

establecerla en el juicio.<br />

Se ha fallado que “la circunstancia <strong>de</strong> que el artículo 44 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>, equipare el dolo a la culpa grave no significa que ésta <strong>de</strong>ba probarse al<br />

igual que aquél” (R.D.J., t. 19, sec. 1ª, p. 415). Somarriva critica esta doctrina por<br />

tres razones: a) porque el art. 44 no hace distinciones, sino que equipara en<br />

una forma absoluta ambos conceptos; b) porque la norma viene <strong>de</strong> Pothier,<br />

que le daba al principio un alcance amplio; y c) porque no le parece lógico<br />

presumir la culpa grave contractual en circunstancia que ni el dolo ni la mala<br />

fe se presumen por expresa disposición <strong>de</strong>l legislador” (ob. cit., sent. 55, pág. 42).<br />

En el mismo sentido Tomás Chadwick (“De la naturaleza jurídica <strong>de</strong>l dolo”, en<br />

R.D.J., t. 36, 1ª parte, pp. 98 y ss.); Pablo Rodríguez (ob. cit., pp. 58 y ss.).<br />

182


Este último autor estima que “si la culpa grave en materia civil se<br />

asimila (la ley dice “equivale”) al dolo, ello implica que la culpa grave <strong>de</strong>be<br />

también probarse, al igual que el dolo”. Y da sus razones: “si la culpa grave se<br />

presumiera (como consecuencia <strong>de</strong> que <strong>de</strong>ba probarse la diligencia <strong>de</strong>bida por<br />

quien está obligado a prestarla) y los efectos <strong>de</strong> la misma fueran los que<br />

correspon<strong>de</strong>n al dolo, ello implicaría que sería más grave y perjudicial<br />

incumplir una obligación con culpa grave que incumplirla con dolo” (ob. cit.,<br />

pp. 58 y ss.).<br />

Sin embargo, según la mayor parte <strong>de</strong> la doctrina, la equivalencia no<br />

tiene alcances probatorios. De consiguiente, tratándose <strong>de</strong> culpa, cualquiera<br />

que ella sea, in<strong>cl</strong>uso, la grave, se presume siempre, por lo que correspon<strong>de</strong> al<br />

<strong>de</strong>udor probar el <strong>de</strong>scargo, acreditando que ha empleado la diligencia <strong>de</strong>bida;<br />

en cambio en el dolo, la prueba correspon<strong>de</strong> al acreedor (Claro Solar, ob. cit., t.<br />

11, Nº 1070, p. 525; Alessandri, Teoría <strong>de</strong> las <strong>Obligaciones</strong>, p. 78; Fueyo, <strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>,<br />

t. I, Nº 298, p. 296). El primero <strong>de</strong> estos autores expresa que la equivalencia<br />

entre la culpa grave y el dolo no pue<strong>de</strong>n llegar a significar que sean una misma<br />

cosa, pues si así fuere el artículo 44 no habría dado dos <strong>de</strong>finiciones. Y agrega<br />

que “el artículo 1547 no hace referencia al dolo, sino únicamente a la culpa y<br />

no habría razón para suponer que no se haya referido a la culpa lata al exigir al<br />

<strong>de</strong>udor la prueba <strong>de</strong>l cuidado que según la naturaleza <strong>de</strong>l contrato se le exige”.<br />

El art. 1547 inc. 3º que presume la culpa en materia contractual no distingue<br />

entre las <strong>cl</strong>ases <strong>de</strong> culpa.<br />

De qué culpa respon<strong>de</strong> el <strong>de</strong>udor<br />

La primera regla que <strong>de</strong>be aplicarse es que el <strong>de</strong>udor respon<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />

culpa a que se haya obligado. Ello porque, esta es una materia, en que las<br />

partes, en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la automía <strong>de</strong> la voluntad, pue<strong>de</strong>n alterar las<br />

reglas <strong>de</strong> responsabilidad establecidas en la ley, con algunas limitaciones. Así<br />

lo señala el inciso final <strong>de</strong>l artículo 1547: “Todo lo cual, sin embargo, se<br />

entien<strong>de</strong> sin perjuicio <strong>de</strong> las disposiciones especiales <strong>de</strong> las leyes, y <strong>de</strong> las<br />

estipulaciones expresas <strong>de</strong> las partes”.<br />

Si las partes nada han acordado entra a operar lo dispuesto en el artículo<br />

1547, según el cual, para saber <strong>de</strong> qué culpa respon<strong>de</strong> el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be<br />

distinguirse según el contrato <strong>de</strong> que se trate, siendo la responsabilidad <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor mayor en aquellos casos en que él es el único beneficiado y menor,<br />

cuando el principal beneficiado es el acreedor. Señala esta disposición: “El<br />

183


<strong>de</strong>udor no es responsable sino <strong>de</strong> la culpa lata en aquellos contratos que por su<br />

naturaleza sólo son útiles al acreedor; es responsable <strong>de</strong> la leve en los<br />

contratos que se hacen para beneficio recíproco <strong>de</strong> las partes; y <strong>de</strong> la levísima,<br />

en los contratos en que el <strong>de</strong>udor es el único que reporta beneficio” (inciso 1º).<br />

Así, por ejemplo, en el contrato <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósito, que sólo beneficia al<br />

<strong>de</strong>positante, el <strong>de</strong>positario, respon<strong>de</strong> únicamente <strong>de</strong> culpa grave (art. 2222).<br />

En cambio, en el comodato, el comodatario, que es el único beneficiado,<br />

respon<strong>de</strong> hasta <strong>de</strong> culpa levísima (art. 2178). En los contratos conmutativos,<br />

en que las partes se benefician recíprocamente, se respon<strong>de</strong> sólo hasta <strong>de</strong><br />

culpa leve.<br />

Nótese que el que sólo respon<strong>de</strong> hasta <strong>de</strong> culpa grave, es el que tiene<br />

menos responsabilidad, pues está obligado a emplear únicamente aquel<br />

cuidado que aun las personas negligentes y <strong>de</strong> poca pru<strong>de</strong>ncia suelen emplear<br />

en sus negocios propios. El que no emplea este cuidado mínimo tiene una<br />

conducta tan <strong>de</strong>scuidada que la ley la asimila al dolo (“Esta culpa en materia<br />

civiles equivale al dolo”, art. 44 inciso 1º, parte final).<br />

A la inversa, el que respon<strong>de</strong> <strong>de</strong> culpa levísima, es el que tiene la mayor<br />

obligación <strong>de</strong> cuidado, pues <strong>de</strong>be tener aquella “esmerada diligencia que un<br />

hombre juicioso emplea en la administración <strong>de</strong> sus negocios importantes”. Y<br />

es lógico que así sea, pues él es el único que se está beneficiando con el<br />

contrato, como ocurre con el comodatario.<br />

Lo normal es que se responda hasta <strong>de</strong> la culpa leve. Así ocurre con el<br />

que administra bienes ajenos, ej. el padre <strong>de</strong> familia (art. 250), el tutor o<br />

curador (art. 391); el mandatario (art. 2129); el agente oficioso (art. 2288); el<br />

albacea (art. 1299); el partidor (art. 1329). También respon<strong>de</strong> <strong>de</strong> esta culpa el<br />

que tiene una cosa sujeta a plazo o a condición (arts. 758 inc. 2º, propietario<br />

fiduciario; 787, usufructuario; 818 usuario y habitador).<br />

Cláusulas para alterar la responsabilidad <strong>de</strong> las partes<br />

El inciso final <strong>de</strong>l artículo 1547 permite a las partes alterar el grado <strong>de</strong><br />

responsabilidad, i<strong>de</strong>a que repite el artículo 1558, inciso final. Luego las partes<br />

pue<strong>de</strong>n celebrar distintos pactos para modificar su responsabilidad:<br />

a) Pue<strong>de</strong>n convenir que el <strong>de</strong>udor responda <strong>de</strong> un grado mayor o menor<br />

<strong>de</strong> culpa que el que le correspon<strong>de</strong> en conformidad al artículo 1547. Y así,<br />

184


pue<strong>de</strong> convenirse que el arrendatario, que normalmente respon<strong>de</strong> <strong>de</strong> la culpa<br />

leve, lo haga <strong>de</strong> la levísima; el <strong>de</strong>positario que únicamente respon<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />

grave, pase a hacerlo <strong>de</strong> cualquier culpa; o el comodatario responda <strong>de</strong> la<br />

culpa leve, en vez <strong>de</strong> la levísima que le correspon<strong>de</strong>.<br />

b) Pue<strong>de</strong> establecerse que el <strong>de</strong>udor responda <strong>de</strong>l caso fortuito.<br />

c) Pue<strong>de</strong> establecerse que el <strong>de</strong>udor responda en todo caso <strong>de</strong> los<br />

perjuicios imprevistos.<br />

d) Pue<strong>de</strong> limitarse el monto <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización a pagar. Este pacto se<br />

asemeja a la <strong>cl</strong>áusula penal, pero es diferente, porque se <strong>de</strong>be probar el<br />

perjuicio.<br />

e) Pue<strong>de</strong>n limitarse los plazos <strong>de</strong> prescripción. Se estima que ello es<br />

factible, pues no sería contrario al or<strong>de</strong>n público, ya que el propio Código lo<br />

permite en algunos casos particulares: el art. 1880 en el pacto comisorio y el<br />

art. 1885 en el pacto <strong>de</strong> retroventa. No pue<strong>de</strong>n, en cambio, ampliarse los<br />

plazos <strong>de</strong> prescripción, pues la prescripción no pue<strong>de</strong> renunciarse; permitir un<br />

mayor plazo al legal es una forma <strong>de</strong> renuncia, pues podrían in<strong>cl</strong>uso fijarse<br />

cien años.<br />

f) Pue<strong>de</strong>n las partes alterar las reglas <strong>de</strong>l onus probandi estableciendo,<br />

por ejemplo, que sea el acreedor quien <strong>de</strong>ba probarle culpa al <strong>de</strong>udor, y no<br />

éste la diligencia o cuidado que la convención le impone. Este punto es<br />

discutible y, <strong>de</strong> hecho en una oportunidad la Corte Suprema estimó nulo por<br />

objeto ilícito, un pacto que tenía este propósito (R.D.J., t. 8, sec. 1ª, p. 62).<br />

Abeliuk <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> su vali<strong>de</strong>z, fundado en que el inciso final <strong>de</strong>l artículo 1547<br />

permite a las partes modificar lo dicho en los incisos anteriores y, justamente,<br />

en el inciso inmediatamente anterior, se consigna la regla <strong>de</strong> que la prueba <strong>de</strong><br />

la diligencia o cuidado incumbe al que ha <strong>de</strong>bido emplearlo y la prueba <strong>de</strong>l<br />

caso fortuito al que lo alega (ob. cit., Nº 864, pp. 708-709). Somarriva también<br />

está por la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> estas <strong>cl</strong>áusulas <strong>de</strong>stinadas a invertir el onus probandi (ver<br />

<strong>Obligaciones</strong> y contratos ante la jurispru<strong>de</strong>ncia, sent. 206, p. 160).<br />

Límites <strong>de</strong> estas <strong>cl</strong>áusulas modificatorias <strong>de</strong> responsabilidad<br />

No pue<strong>de</strong>n las partes:<br />

185


a) renunciar al dolo futuro (art. 1465) o a la culpa grave, porque ésta<br />

equivale al dolo (art. 44). Así ha sido fallado (R.D.J., t. 87, sec. 2ª, p. 23)<br />

b) contravenir el or<strong>de</strong>n público o la ley, porque habría objeto ilícito.<br />

Así ocurriría, por ejemplo, si las partes ampliaran los plazos <strong>de</strong> prescripción.<br />

La culpa contractual se presume<br />

En la responsabilidad contractual la culpa se presume. Este principio se<br />

<strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l artículo 1547 inciso 3º. En efecto, según esta norma “la prueba<br />

<strong>de</strong> diligencia o cuidado incumbe al que ha <strong>de</strong>bido emplearlo; la prueba <strong>de</strong>l<br />

caso fortuito al que lo alega”. Si correspon<strong>de</strong> al <strong>de</strong>udor probar que ha<br />

empleado el cuidado <strong>de</strong>bido, es porque la ley está presumiendo que si<br />

incumple es porque no empleó el cuidado a que estaba obligado, que actuó<br />

con culpa.<br />

En el artículo 2158 (mandato) se encuentra una excepción a esta regla,<br />

en cuanto permite que el mandante se pueda liberar <strong>de</strong> sus obligaciones<br />

“alegando que el negocio encomendado al mandatario no ha tenido buen éxito,<br />

o que pudo <strong>de</strong>sempeñarse a menos costo, salvo que le pruebe culpa”.<br />

Culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor por el hecho <strong>de</strong> personas que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> él<br />

Los artículos 1679 y 1590, incisos 1º y 3º, hacen responsable al <strong>de</strong>udor<br />

por el hecho <strong>de</strong> terceros que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> él. La primera <strong>de</strong> estas normas<br />

expresa que “en el hecho o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor se compren<strong>de</strong> el hecho o culpa <strong>de</strong><br />

las personas por quienes fuere responsable”; y la segunda, reitera la misma<br />

i<strong>de</strong>a.<br />

Algunas disposiciones establecen igual regla para casos especiales,<br />

como ocurre con el contrato para la construcción <strong>de</strong> edificios por un precio<br />

único prefijado (contrato <strong>de</strong> empresa), art. 2003, regla tercera; en el contrato<br />

<strong>de</strong> transporte, art. 2014 “las obligaciones que aquí se imponen al acarreador,<br />

se entie<strong>de</strong>n impuestas al empresario <strong>de</strong> transportes, como responsable <strong>de</strong> la<br />

idoneidad y buena conducta <strong>de</strong> las personas que emplea”; el art. 1941, en el<br />

arrendamiento <strong>de</strong> cosas hace al “arrendario responsable no sólo <strong>de</strong> su propia<br />

culpa, sino <strong>de</strong> las <strong>de</strong> su familia, huéspe<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>pendientes”.<br />

186


En el caso <strong>de</strong> hechos <strong>de</strong> terceros por quienes no respon<strong>de</strong> el <strong>de</strong>udor, el<br />

acreedor sólo podrá exigir que se le ceda la acción que tenga su <strong>de</strong>udor contra<br />

el tercero autor <strong>de</strong>l daño (art. 1590 inciso final; art. 1677).<br />

Perjuicio <strong>de</strong>l acreedor<br />

Es un requisito obvio que surge <strong>de</strong>l propio enunciado “in<strong>de</strong>mnización<br />

<strong>de</strong> perjuicios”. No pue<strong>de</strong> repararse lo que no existe. La ley no ha necesitado<br />

<strong>de</strong>cirlo en forma expresa, pero indirectamente fluye <strong>de</strong> varias disposiciones<br />

(1548, 1553 Nº 3, 1559 Nº 2).<br />

El perjuicio o daño -ambos términos son sinónimos- pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse<br />

como el <strong>de</strong>trimento, menoscabo o lesión que sufre una persona tanto en su<br />

persona como en sus bienes.<br />

Si se produce el incumplimiento <strong>de</strong> un contrato pero éste no genera<br />

perjuicios al acreedor, no hay lugar a la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios. El<br />

ejemplo que citan los textos, es el <strong>de</strong>l Conservador <strong>de</strong> Bienes Raíces, que<br />

habiéndosele requerido inscribir una hipoteca, sin razones vale<strong>de</strong>ras <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />

practicarla, faltando así a las obligaciones propias <strong>de</strong> su cargo. Posteriormente<br />

la propiedad sale a remate público y el precio en que se adjudica es tan bajo<br />

que aun <strong>de</strong> haberse inscrito la hipoteca ese acreeedor hipotecario no habría<br />

alcanzado a pagarse (véase Fueyo, <strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>, t. IV, “De las <strong>Obligaciones</strong>”, vol. I,<br />

Nº 249, p. 260).<br />

Prueba <strong>de</strong> los perjuicios<br />

La prueba <strong>de</strong> los perjuicios correspon<strong>de</strong> al actor, en virtud <strong>de</strong> lo<br />

dispuesto en el artículo 1698 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>. Por excepción, en algunos<br />

casos no es necesario probarlos:<br />

a) Cuando existe una <strong>cl</strong>áusula penal, en virtud <strong>de</strong> lo establecido en el<br />

artículo 1542 “habrá lugar a exigir la pena en todos los casos en que se<br />

hubiere estipulado, sin que pueda alegarse por el <strong>de</strong>udor que la inejecución <strong>de</strong><br />

lo pactado no ha inferido perjuicio al acreedor o le ha producido beneficio; y<br />

b) Tratándose <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización moratoria en el incumplimiento <strong>de</strong><br />

una obligación <strong>de</strong> dinero, en conformidad al artículo 1559 Nº 2: “el acredor no<br />

187


tiene necesidad <strong>de</strong> justificar perjuicios cuando sólo cobra intereses, basta el<br />

hecho <strong>de</strong>l retardo”.<br />

En relación con esta materia conviene precisar que, en conformidad al<br />

artículo 173 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, el acredor que ha sufrido un<br />

perjuicio proveniente <strong>de</strong>l incumplimiento <strong>de</strong> un contrato, pue<strong>de</strong> adoptar dos<br />

caminos: a) <strong>de</strong>mandar su pago, litigando inmediatamente sobre su especie y<br />

monto (es <strong>de</strong>cir la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>tallada <strong>de</strong> los mismos y su monto) o b)<br />

solicitar únicamente que se <strong>de</strong><strong>cl</strong>are su <strong>de</strong>recho a cobrar perjuicios y se le<br />

reserve el <strong>de</strong>recho para discutir la especie y monto <strong>de</strong> ellos en juicio aparte o<br />

en la ejecución <strong>de</strong>l fallo. Si se elige el primer camino, la sentencia no pue<strong>de</strong><br />

reservar a las partes el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> discutir la especie y monto <strong>de</strong> los perjuicios<br />

en la ejecución <strong>de</strong>l fallo o en otro juicio diverso; y si lo hace, la sentencia <strong>de</strong>be<br />

anularse por no contener la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l asunto controvertido (R.D.J., t. 5º, sec.<br />

1ª, p. 225).<br />

Se ha fallado que no se necesita señalar en la <strong>de</strong>manda una suma<br />

<strong>de</strong>terminada como in<strong>de</strong>mnización, basta con solicitar que se paguen los<br />

perjuicios experimentados, cuyo monto queda entregado a la apreciación <strong>de</strong>l<br />

tribunal (R.D.J., t. 33 sec. 1ª, p. 161). También se ha fallado que cuando se litiga<br />

sobre la especie y monto <strong>de</strong> los perjuicios, el tribunal pue<strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar pagar una<br />

cantidad diferente, menor que la <strong>de</strong>mandada (R.D.J., t. 27 sec. 1ª, p. 265; t. 13, sec.<br />

1ª, p. 199, t. 13, sec. 1ª, p. 226).<br />

Una jurispru<strong>de</strong>ncia reiterada <strong>de</strong> los tribunales ha <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado que esta<br />

disposición (art. 173 <strong>de</strong>l C.P.C.) no se aplica en materia extracontractual,<br />

don<strong>de</strong>, en consecuencia, tanto las bases, la especie y el monto <strong>de</strong> los perjuicios<br />

<strong>de</strong>ben quedar fijados en el mismo juicio en que se discute la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la<br />

in<strong>de</strong>mnización, y no pue<strong>de</strong> reservarse parte alguna para la ejecución u otro<br />

juicio (R.D.J., t. 31, sec. 1ª, p. 462, t. 31, sec. 1ª, p. 144, t. 32 sec. 1ª, p. 538, t. 51, sec. 1ª,<br />

p. 216). En sentido contrario, véase R.D.J., t. 94, sec. 2ª, p. 3.<br />

Clases <strong>de</strong> perjuicios<br />

Los perjuicios admiten distintas <strong>cl</strong>asificaciones: a) daño moral y daño<br />

material, b) directos e indirectos, pudiendo los primeros ser previstos e<br />

imprevistos; c) daño emergente y lucro cesante.<br />

188


Daño material es el menoscabo que directa o indirectamente<br />

experimenta el patrimonio <strong>de</strong>l acreedor como consecuencia <strong>de</strong>l<br />

incumplimiento <strong>de</strong>l contrato.<br />

Daño moral es aquel que produce una perturbación injusta en el espíritu<br />

<strong>de</strong>l acreedor, sin afectar su patrimonio (Gatica, ob. cit., Nº 71, p. 95).<br />

La terminología “daño moral”, dice Fueyo está más consagrada que la<br />

expresión daños extrapatrimoniales, agregando que proviene <strong>de</strong> la doctrina<br />

francesa “dommages morales” (Cumplimiento e Incumplimiento <strong>de</strong> las <strong>Obligaciones</strong>,<br />

p. 364). Sin embargo, es fuertemente criticada, pues si se entien<strong>de</strong> por tal el<br />

dolor, los sufrimientos, las molestias que sufre una persona en sus afectos, no<br />

es posible exten<strong>de</strong>rlo a las personas jurídicas. Fueyo, entre nosotros critica<br />

esta posición, señalando que vale la pena rectificar esta doctrina que prendió<br />

en nuestro país, in<strong>cl</strong>usive en fallos <strong>de</strong> nuestros tribunales (R.D.J., t. 48, sec. 1ª, p.<br />

252; t. 51, sec. 1ª, p. 74). Agrega que las personas jurídicas pue<strong>de</strong>n ser también<br />

víctimas <strong>de</strong> daño moral, como lo han <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado algunas sentencias extranjeras<br />

como, por ejemplo una española que resolvió que era dable in<strong>de</strong>mnizar el<br />

daño no patrimonial causado a las personas jurídicas, pues <strong>de</strong>ben repararse<br />

pecuniariamente los ataques al “crédito y prestigio” <strong>de</strong> una empresa mercantil,<br />

lo cual se equipara “al honor <strong>de</strong> los humanos” (Fueyo, ob. cit., p. 369).<br />

Relación <strong>de</strong> causalidad (nexo causal) entre el incumplimiento y los<br />

perjuicios<br />

Los perjuicios que se in<strong>de</strong>mnizan son los que provienen <strong>de</strong>l<br />

incumplimiento. Messineo expresa esta i<strong>de</strong>a señalando que “<strong>de</strong>be existir un<br />

nexo o relación inmediata, <strong>de</strong> causa a efecto, entre el acto o hecho <strong>de</strong>l hombre<br />

(acción u omisión) y el evento o daño, <strong>de</strong> manera que se pueda inferir <strong>de</strong> ese<br />

nexo que el daño no se habría verificado sin aquel acto, el cual acto, pues,<br />

<strong>de</strong>be ser premisa necesaria para verificación <strong>de</strong>l daño” (Francesco Messineo,<br />

Manual <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong> y Comercial, 8ª edic. italiana, p. 247, Editorial Ejea, Buenos<br />

Aires, 1979).<br />

En el Código <strong>Civil</strong>, esta exigencia se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l artículo 1556 “la<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios compren<strong>de</strong> el daño emergente y lucro cesante, ya<br />

provengan <strong>de</strong> no haberse cumplido la obligación, o <strong>de</strong> haberse cumplido<br />

imperfectamente, o <strong>de</strong> haberse retardado el cumplimiento...” y con más<br />

<strong>cl</strong>aridad todavía, <strong>de</strong>l artículo 1558, en cuanto establece que en caso <strong>de</strong><br />

189


incumplimiento con dolo el <strong>de</strong>udor “es responsable <strong>de</strong> todos los perjuicios que<br />

fueron una consecuencia inmediata o directa <strong>de</strong> no haberse cumplido la<br />

obligación <strong>de</strong> haberse <strong>de</strong>morado su cumplimiento “.<br />

Consecuencia importante <strong>de</strong> lo que venimos diciendo es que no se<br />

in<strong>de</strong>mnizan los perjuicios indirectos ni aun en el caso <strong>de</strong> haberse incumplido<br />

con dolo (art. 1558)<br />

Hay un ejemplo cásico en materia contractual para distinguir una y otra<br />

<strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> perjuicios: el <strong>de</strong>l agricultor que compra unas vacas y resultan<br />

enfermas, contagiando al resto <strong>de</strong>l ganado. La pérdida <strong>de</strong> éste va conduciendo<br />

en sucesivas calamida<strong>de</strong>s al agricultor a no po<strong>de</strong>r explotar el fundo hasta<br />

llegar a la quiebra y el suicidio. En este dramático ejemplo, el perjuicio directo<br />

es <strong>de</strong> las vacas enfermas y el contagio; todos los restantes no eran<br />

consecuencia necesaria <strong>de</strong>l cumplimiento imperfecto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, y pudieron<br />

ser evitados.<br />

El requisito nexo causal no sólo se exige en la responsabilidad<br />

contractual, sino también la extracontractual. Sólo se in<strong>de</strong>mniza el daño<br />

proveniente <strong>de</strong>l hecho ilícito<br />

Causales <strong>de</strong> exención <strong>de</strong> responsabilidad<br />

Se pue<strong>de</strong>n mencionar como causales <strong>de</strong> exención <strong>de</strong> responsabilidad,<br />

las siguientes, no todas aceptadas:<br />

a) fuerza mayor o caso fortuito;<br />

b) ausencia <strong>de</strong> culpa;<br />

c) estado <strong>de</strong> necesidad;<br />

d) el hecho o culpa <strong>de</strong>l acreedor (mora <strong>de</strong>l acreedor);<br />

e) la teoría <strong>de</strong> la imprevisión;<br />

f) el hecho ajeno<br />

190


Fuerza mayor o caso fortuito<br />

El artículo 45 lo <strong>de</strong>fine diciendo que “se llama fuerza mayor o caso<br />

fortuito el imprevisto a que no es posible resistir, como un naufragio, un<br />

terremoto, el apresamiento <strong>de</strong> enemigos, los actos <strong>de</strong> autoridad ejercidos por<br />

un funcionario público, etc”.<br />

Se ha señalado que la <strong>de</strong>finición es incompleta por faltarle el requisito<br />

<strong>de</strong> la inimputabilidad, que es indispensable si se consi<strong>de</strong>ra que nuestro Código<br />

sigue el sistema <strong>de</strong> la responsabildiad subjetiva. Pero se agrega, que esta<br />

omisión aparece suplida por el artículo 1547 que en su inciso 2º dispone que<br />

“el <strong>de</strong>udor no es responsable <strong>de</strong>l caso fortuito, a menos que... haya<br />

sobrevenido por su culpa”.<br />

Nuestro Código hace sinónimas las expresiones “fuerza mayor “ y<br />

“caso fortuito”. Así también lo estima la doctrina (Giorgi, Demolombe, Baudry-<br />

Lacantinerie et Bar<strong>de</strong>, Demogue, Dalloz, Aubry y Rau y, entre nuestros autores, Luis Claro<br />

Solar, Arturo Alessandri y Manuel Somarriva). Así lo ha dicho también la<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia (R.D.J., t. 28, sec. 1ª, p. 329; t. 55, sec. 2ª, p. 17; t. 69, sec. 1ª, p. 117).<br />

Hay autores que hacen la distinción, pero no existen criterios <strong>cl</strong>aros,<br />

generalmente aceptados, <strong>de</strong> diferenciación (sobre esta materia pue<strong>de</strong> verse El caso<br />

fortuito ante el <strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>, <strong>de</strong> Alberto Coustasse y Fernando Iturra A., Editorial Jurídica<br />

<strong>de</strong> Chile, 1958, Nº 21, pp. 67 y ss.). Generalmente se afirma que en la fuerza mayor<br />

el hecho imprevisto, imposible <strong>de</strong> resitir, proviene <strong>de</strong> un hecho <strong>de</strong> la<br />

naturaleza, como un terremoto o una inundación, en cambio, en el caso<br />

fortuito proviene <strong>de</strong> un hecho <strong>de</strong>l hombre, como sería un acto <strong>de</strong> autoridad.<br />

Elementos <strong>de</strong>l caso fortuito<br />

Los elementos <strong>de</strong>l caso fortuito son:<br />

a) hecho inimputable;<br />

b) imprevisto;<br />

c) irresistible.<br />

Inimputable<br />

191


Quiere <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>be ser ajeno al <strong>de</strong>udor; no <strong>de</strong>be provenir <strong>de</strong> su hecho<br />

o culpa o <strong>de</strong>l hecho o culpa <strong>de</strong> las personas por quien él respon<strong>de</strong>. Así resulta<br />

<strong>de</strong> varias disposiciones: arts. 934, 1547 inc. 2º, 1590, 1672 inciso 1º, 1679,<br />

1925 inc. 1º, 1926 inc. 1º, 2015 inc. 3º, 2016 inc. 2º, 2178 Nº 2, 2242, etc.<br />

Sobre esta materia, en Francia se ha fallado que un comerciante que<br />

ven<strong>de</strong> merca<strong>de</strong>rías a plazo, que él no tiene, <strong>de</strong>be daños e intereses si una<br />

fuerza mayor le impi<strong>de</strong> hacerlas venir lo suficientemente rápido como para<br />

entregarlas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> plazo (Dalloz, Les Co<strong>de</strong>s Annotes, t. X, Nº 23, p. 1037, citado por<br />

Coustasse e Iturra, ob. cit., p. 87). No hay caso fortuito por faltar la<br />

inimputabilidad: es culpable la conducta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> ofrecer merca<strong>de</strong>rías<br />

que no tenía. Abeliuk señala este ejemplo como <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> previsión, el<br />

ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>bió prever la dificultad (ob. cit., T. II, Nº 842, pp. 688-689).<br />

Imprevisto<br />

Así lo dice la <strong>de</strong>finición. Es el elemento típico <strong>de</strong>l caso fortuito. Que sea<br />

imprevisto significa que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los cálculos ordinarios <strong>de</strong> un hombre<br />

normal, no era dable esperar su ocurrencia. Lorenzo <strong>de</strong> la Maza, <strong>de</strong>fine los<br />

acontecimientos imprevistos como aquellos poco frecuentes, que por<br />

excepción suelen sobrevenir, y que no han sido tomados en cuenta por las<br />

partes al momento <strong>de</strong> contratar (La Teoría <strong>de</strong> la Imprevisión, en Revista <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> y<br />

Jurispru<strong>de</strong>ncia, t. 30, 1ª parte, pp. 73 y ss.). La Corte Suprema ha dicho que “el caso<br />

fortuito es imprevisto cuando no hay ninguna razón especial para creer en su<br />

realización “ (R.D.J., t. 46, sec. 1ª, p. 533; t. 60, sec. 1ª, p. 59). Se ha fallado que “la<br />

sequía no constituye en sí misma un caso fortuito, ya que ella es insuficiente<br />

para eximirse <strong>de</strong> responsabilidad si se consi<strong>de</strong>ra que en períodos <strong>de</strong> escasez <strong>de</strong><br />

recursos hídricos, como suce<strong>de</strong> frecuentemente en nuestro país, es posible la<br />

generación a niveles normales <strong>de</strong> energía hidroeléctrica y aun sustituir el<br />

faltante mediante la generación termoeléctrica...” (R.D.J, t. 89, Nº 3, sec. 5ª, p.<br />

254).<br />

Irresistible<br />

Significa que impi<strong>de</strong> al <strong>de</strong>udor, bajo todo respecto o circunstancia,<br />

po<strong>de</strong>r cumplir. Si pue<strong>de</strong> hacerlo en forma más difícil o más onerosa, no<br />

estamos frente a un caso fortuito. También este elemento está comprendido en<br />

la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l artículo 45. La Corte Suprema ha dicho que es irresistible<br />

cuando no es posible evitar sus consecuencias, en términos que ni el agente ni<br />

ninguna otra persona colocada en las mismas circunstacias habría podido<br />

192


preveerlo ni evitarlo (R.D.J., t. 46, sec. 1ª, p. 533; t. 60, sec. 1ª, p. 59). Y en un<br />

antiguo fallo (G.T., 1910, t. 2, sent. 1066) se estableció que el hecho <strong>de</strong> no<br />

conseguir por una huelga carros <strong>de</strong> ferrocarril para entregar cierta cantidad <strong>de</strong><br />

harina en tiempo oportuno, no constituía una imposibilidad absoluta si ella<br />

pue<strong>de</strong> hacerse por camiones u otro medio (cit. por De la Maza, ob. cit, p. 82).<br />

Efectos <strong>de</strong>l caso fortuito<br />

El efecto propio <strong>de</strong>l caso fortuito es liberar <strong>de</strong> responsabilidad al<br />

<strong>de</strong>udor. Así lo dice el artículo 1547, inc. 2º: “el <strong>de</strong>udor no es responsable <strong>de</strong>l<br />

caso fortuito, a menos que...”, y lo reitera el art. 1588 inc. 2º: “La mora<br />

producida por fuerza mayor o caso fortuito no da lugar a in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios”.<br />

Excepciones en el que el caso fortuito no libera <strong>de</strong> responsabilidad<br />

al <strong>de</strong>udor<br />

Hay varios casos:<br />

a) cuando el caso fortuito sobreviene por culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Así lo señala<br />

el artículo 1547 inc. 2º, y aplican este principio los artículos 1590 inciso 1º y<br />

1672 inciso 2º. En verdad, si el hecho proviene por culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, resulta<br />

impropio hablar <strong>de</strong> caso fortuito, pues el hecho le sería imputable.<br />

b) cuando sobreviene durante la mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Así lo dice el artículo<br />

1547 inc. 2º, y lo reiteran los artículos 1672 y 1590 inciso 1º.<br />

Esa excepción no rige si el caso fortuito igualmente hubiere<br />

sobrevenido si el acreedor hubiere tenido en su po<strong>de</strong>r la cosa <strong>de</strong>bida: artículos<br />

1547 inc. 2º, 1590 inc. 1º y 1672 inciso 2º.<br />

c) cuando se ha convenido que el <strong>de</strong>udor responda <strong>de</strong>l caso fortuito.<br />

Ello pue<strong>de</strong> establecerse en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong> la voluntad<br />

y <strong>de</strong> lo dicho en los artículos 1547 inc. final, 1558 inciso final y 1673.<br />

d) cuando la ley pone el caso fortuito <strong>de</strong> cargo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (art. 1547<br />

inciso final). Así ocurre, por ejemplo, respecto <strong>de</strong>l que ha hurtado o robado<br />

una cosa (artículo 1676). Otro caso es el contemplado para el colono<br />

(arrendatario <strong>de</strong> predio rústico) en el artículo 1893 inciso 1º, en cuanto “no<br />

193


tendrá <strong>de</strong>recho para pedir rebaja <strong>de</strong>l precio o renta, alegando casos fortuitos<br />

extrordinarios, que han <strong>de</strong>teriorado o <strong>de</strong>struído la cosecha”.<br />

Prueba <strong>de</strong>l caso fortuito<br />

Los artículos 1547 inciso 3º y 1674, establecen que incumbe la prueba<br />

<strong>de</strong>l caso fortuito al que lo alega. Estas disposiciones constituyen una<br />

aplicación <strong>de</strong> la regla general <strong>de</strong> onus probandi contemplada en el artículo<br />

1698, según el cual correspon<strong>de</strong> la prueba <strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> una obligación al<br />

que alega esta circunstancia.<br />

La prueba <strong>de</strong>l caso fortuito, dice Fueyo, <strong>de</strong>be compren<strong>de</strong>r los siguientes<br />

aspectos: “a) efectividad <strong>de</strong>l suceso al cual se le atribuye esa calidad; b)<br />

relación <strong>de</strong> causa a efecto entre el suceso y los resultados: nexo <strong>de</strong> causalidad;<br />

c) concurrencia <strong>de</strong> los requisitos que caracerizan al suceso como caso fortuito,<br />

d) la diligencia o cuidado que ha <strong>de</strong>bido emplear el <strong>de</strong>udor, especialmente el<br />

<strong>de</strong> especie o cuerpo cierto” (ob. cit., t. I, Nº 264, p. 274). Un antiguo fallo ha<br />

señalado que “para eximirse <strong>de</strong> responsabilidad por caso fortuito no basta<br />

probar <strong>de</strong> un modo vago y general que se empleó toda diligencia y cuidado en<br />

la conducción; es necesario justificar el caso <strong>de</strong> exención <strong>de</strong> responsabilidad<br />

<strong>de</strong> una manera precisa y con relación al hecho en que se funda, <strong>de</strong> suerte que<br />

no que<strong>de</strong> duda acerca <strong>de</strong>l caso fortuito alegado” (R.D.J., t. 3, sec. 1ª, p. 36).<br />

Constituye una excepción a la regla <strong>de</strong> que el caso fortuito <strong>de</strong>be<br />

probarse, el artículo 539 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Comercio, en el contrato <strong>de</strong> seguro: “el<br />

siniestro se presume ocurrido por caso fortuito, pero el asegurador pue<strong>de</strong><br />

acreditar que ha sido causado por un acci<strong>de</strong>nte que no le constituye<br />

responsable <strong>de</strong> sus consecuencias, según la convención o la ley”.<br />

Teoría <strong>de</strong> los riesgos<br />

En relación con el caso fortuito, conviene estudiar la teoría <strong>de</strong> los<br />

riesgos, por la íntima relación que tienen ambas materias.<br />

En los contratos bilaterales si una <strong>de</strong> las prestaciones se hizo imposible<br />

por caso fortuito, el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> ella queda liberado <strong>de</strong> cumplirla en naturaleza,<br />

porque a lo imposible nadie está obligado, ni por equivalencia, ya que no es<br />

responsable <strong>de</strong> la imposibilidad. Su obligación se ha extinguido sin ulterior<br />

consecuencia para él, pero ¿qué ocurrirá en tal caso con la <strong>de</strong> la contraparte?<br />

194


¿Deberá ella cumplirla, o se extinguirá también, y en caso <strong>de</strong> haberla ya<br />

cumplido, tendrá <strong>de</strong>recho a la restitución <strong>de</strong> lo ya dado o pagado?<br />

Por ejemplo, se entrega un vehículo para entrega a dos meses, y<br />

paga<strong>de</strong>ro con tanto al contado y el saldo en mensualida<strong>de</strong>s, y aquél se <strong>de</strong>struye<br />

fortuitamente antes <strong>de</strong> la entrega, ¿<strong>de</strong>berá el comprador seguir pagando el<br />

precio, o antes por el contrario tiene <strong>de</strong>recho a <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hacerlo y exigir la<br />

<strong>de</strong>volución <strong>de</strong>l anticipo? El mismo problema pue<strong>de</strong> darse en todo contrato<br />

bilateral, y así, en el arriendo si se <strong>de</strong>struye el objeto arrendado, etc.<br />

Hay un par <strong>de</strong> ejmplos <strong>cl</strong>ásicos en la materia: Una agencia <strong>de</strong> viajes<br />

organiza una gira por el extranjero, contrata los pasajes y <strong>de</strong>más servicios,<br />

pero el viaje se hace imposible por el estallido <strong>de</strong> una guerra; la obligación <strong>de</strong><br />

la agencia se ha extinguido por caso fortuito, pero el riesgo consiste en<br />

<strong>de</strong>terminar qué ocurre con la obligación <strong>de</strong> los viajeros <strong>de</strong> pagarle a la<br />

agencia: si también se extingue, pudiendo pedir la <strong>de</strong>volución <strong>de</strong> lo ya pagado,<br />

o si siempre <strong>de</strong>berán cancelar lo convenido. El mismo probelma se presenta si<br />

un empresario teatral contrata un artista, ven<strong>de</strong> las entradas, y la función no<br />

pue<strong>de</strong> efectuarse por enfermedad <strong>de</strong> éste, etc.<br />

La teoría <strong>de</strong>l riesgo tien<strong>de</strong> precisamente a solucionar este problema, esto<br />

es, a <strong>de</strong>terminar qué ocurre con la obligación <strong>de</strong> la contraparte, que no se ha<br />

hecho imposible: si ella se extingue también o subsiste, a pesar <strong>de</strong>l<br />

incumplimiento <strong>de</strong> la otra parte.<br />

Esta teoría trata <strong>de</strong> resolver quién <strong>de</strong>be soportar en los contratos<br />

bilaterales, la pérdida <strong>de</strong> la especie o cuerpo cierto <strong>de</strong>bido, si el <strong>de</strong>udor no<br />

pue<strong>de</strong> cumplir con su obligación <strong>de</strong> entregar esta cosa, por haberse <strong>de</strong>struído<br />

por un caso fortuito o fuerza mayor, entendiéndose que el riesgo lo soporta el<br />

<strong>de</strong>udor si, en este supuesto, no pue<strong>de</strong> exigir a la contraparte que cumpla su<br />

propia obligación; y, por el contrario, el riesgo lo soporta el acreedor, si éste,<br />

aunque no va a lograr la entrega <strong>de</strong> la cosa, <strong>de</strong>be, <strong>de</strong> todas formas, cumplir su<br />

propia obligación.<br />

Las legislaciones mo<strong>de</strong>rnas y la inmensa mayoría <strong>de</strong> loa autores están<br />

contestes en que por regla general el riesgo <strong>de</strong>be estar a cargo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor cuya<br />

prestación se ha hecho imposible. Porque si bien es justo que éste que<strong>de</strong><br />

liberado <strong>de</strong> responsabilidad por el caso fortuito, no es equitativo, en cambio,<br />

que la contraparte que nada recibe siga siempre obligada a cumplir su propia<br />

prestación.<br />

195


Requisitos para que opere la teoría <strong>de</strong> los riesgos<br />

Para que entre a operar la teoría <strong>de</strong> los riesgos <strong>de</strong>ben cumplirse los<br />

siguientes requisitos:<br />

a) existencia <strong>de</strong> un contrato bilateral;<br />

b) que la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor sea <strong>de</strong> entregar una especie o cuerpo<br />

cierto. Abeliuk (ob. cit., Nº 1209, p. 987) dice que la obligación no cumplida<br />

pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> cualquier naturaleza; nuestro Código sólo se preocupó <strong>de</strong> las <strong>de</strong><br />

dar, pero igualmente pue<strong>de</strong> aplicarse el riesgo en las <strong>de</strong> hacer y no hacer (por<br />

vía <strong>de</strong> ejmplo, Fueyo, ob. cit., T. 2º, Nº 632, p. 221); la única exigencia es que se trate<br />

<strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong>terminada (Matus Valencia, Hernán: El problema <strong>de</strong>l riesgo en<br />

los contratos, M. <strong>de</strong> P., Imprenta Universitaria S.A., Santiago, 1955, p. 249); esto es, en<br />

principio si es <strong>de</strong> dar, <strong>de</strong> especie o cuerpo cierto, y <strong>de</strong> hacer o no hacer,<br />

infungibles, porque en caso contrario no se dará la imposibilidad absoluta.<br />

Agrega (ob. cit., Nº 1216, p. 993), que caben en nuestra legislación dos<br />

soluciones: 1º Aplicar por analogía el art. 1550 y resolver, en consecuencia,<br />

que el riesgo es <strong>de</strong> cargo <strong>de</strong>l acreedor, a quien no se va a cumplir su<br />

obligación por imposibilidad, y 2º Decidir, por el contrario, que a falta <strong>de</strong><br />

dipsosición expresa, <strong>de</strong>be aplicarse la solución <strong>de</strong> equidad, que es colocar el<br />

riesgo por cuenta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, cuta prestación se ha hecho imposible; en<br />

consecuencia, el acreedor nada <strong>de</strong>be pagar, y si ya lo ha hecho, pue<strong>de</strong> repetir<br />

lo pagado. Se in<strong>cl</strong>ina por esta segunda posición; primero, porque el art. 1550<br />

resiste una obligación analógica, dado su fundamento histórico; es una<br />

disposición extraida <strong>de</strong>l Código francés, don<strong>de</strong> es un reflejo <strong>de</strong>l principio res<br />

perit domino (las cosas perecen para su dueño). Semejante doctrina nada tiene<br />

que ver con las obligaciones <strong>de</strong> hacer y no hacer. A<strong>de</strong>más, es un precepto<br />

plagado <strong>de</strong> excepciones que reducen mucho su amplitud. Por otro lado, es la<br />

solución que el Código ha dado en un caso <strong>de</strong> imposibilidad por obligación <strong>de</strong><br />

hacer: la confección <strong>de</strong> obra material (art. 1966 inc. 2º).<br />

c) que la cosa <strong>de</strong>bida se pierda o <strong>de</strong>struya totalmente como<br />

consecuencia <strong>de</strong> un caso fortuito o fuerza mayor.<br />

Principio contenido en nuestro Código en materia <strong>de</strong> riesgos<br />

La regla en esta materia está establecida en el art. 1550: “El riesgo <strong>de</strong>l<br />

cuerpo cierto cuya entrega se <strong>de</strong>ba, es siempre a cargo <strong>de</strong>l acreedor...”. En<br />

196


armonía, en la compraventa, el artículo 1820 prescribe que “La pérdida,<br />

<strong>de</strong>teriororo o mejora <strong>de</strong> la especie o cuerpo cierto que se ven<strong>de</strong>, pertenece al<br />

comprador, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento <strong>de</strong> perfeccionarse el contrato, aunque no se<br />

haya entregado la cosa...”. Y en cuanto a la permuta, se aplican las mismas<br />

reglas por mandato <strong>de</strong>l artículo 1900: “las disposiciones relativas a la<br />

compraventa se aplicarán a la permutación en todo lo que no se oponga a la<br />

naturaleza <strong>de</strong> este contrato...”.<br />

La regla <strong>de</strong>l art. 1550 es manifiestamente injusta, pues contradice el<br />

principio <strong>de</strong> que las cosas perecen para su dueño. En efecto, celebrado el<br />

contrato y antes <strong>de</strong> la tradición <strong>de</strong> la cosa, el <strong>de</strong>udor continúa siendo su<br />

dueño, por lo que si la cosa se <strong>de</strong>struye fortuitamente, <strong>de</strong>bería ser él quien<br />

<strong>de</strong>biera soportar su pérdida, no pudiendo por ello exigir a su contraparte el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> su propia obligación.<br />

La explicación <strong>de</strong> esta situación tan poco equitativa, radica en que Bello<br />

habría copiado esta disposición <strong>de</strong>l Código francés, sin reparar que como allí<br />

no se exige la dualidad título modo, bastando el sólo contrato para transferir la<br />

cosa, la regla era justa pues el <strong>de</strong>udor, celebrado el contrato ya había<br />

transferido la cosa al acreedor, <strong>de</strong>biendo por ello este acreedor soportar su<br />

pérdida.<br />

Ambito <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> la norma<br />

Afortunadamente la regla <strong>de</strong>l art. 1550 sentada con tanta universalidad<br />

reconoce en la realidad variadas excepciones:<br />

a) cuando el <strong>de</strong>udor se constituye en mora <strong>de</strong> entregar la especie o<br />

cuerpo cierto <strong>de</strong>bidos. Así lo dice el mismo art. 1550;<br />

b) cuando el <strong>de</strong>udor se ha comprometido a entregar una misma cosa a<br />

dos o más personas por obligaciones distintas (art. 1550, parte final);<br />

c) cuando las partes convienen que el riesgo sea <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, <strong>cl</strong>áusula<br />

lícita, en virtud <strong>de</strong> lo establecido en los arts. 1547 inciso final y 1558 inciso<br />

final;<br />

d) cuando la ley así lo establece. Así ocurre:<br />

197


1. En el art. 1950 Nº 1, que establece que el contrato se extingue<br />

por la <strong>de</strong>strucción total <strong>de</strong> la cosa arrendada. Extinguiéndose el contrato se<br />

extinguen las obligaciones <strong>de</strong> ambas partes;<br />

2. En el caso <strong>de</strong> la obligación condicional: “Si antes <strong>de</strong>l<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la condición la cosa prometida perece sin culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor,<br />

se extingue la obligación...” (art. 1486);.<br />

3. En las compravenas condicionales: “salvo que se venda bajo<br />

condición suspensiva, y que se cumpla la condición, pues entonces,<br />

pereciendo totalmene la especie mientra pen<strong>de</strong> la condición la pérdida será <strong>de</strong>l<br />

ven<strong>de</strong>dor, y la mejora o <strong>de</strong>terioro pertenecerá al comprador” (art. 1820). El<br />

riesgo, en consecuencia, es <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor condicional (ven<strong>de</strong>dor).<br />

4. En el contrato para la confección <strong>de</strong> una obra material cuando<br />

los materiales los pone el artífice: “el peligro <strong>de</strong> la cosa no pertenece al que<br />

or<strong>de</strong>nó la obra, sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su aprobación, salvo que se haya constituído en<br />

mora <strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>cl</strong>arar si la aprueba o no” (art. 1996 inciso 2º). Esto es lógico<br />

porque se trata <strong>de</strong> una venta condicional, que sólo se perfecciona con la<br />

aprobación <strong>de</strong>l que encargó la obra y, por lo mismo, por ser una venta sujeta a<br />

una condición suspensiva, se llegaría a la misma con<strong>cl</strong>usión aplicando la regla<br />

<strong>de</strong>l art. 1486 o, más específicamente, la establecida en el art. 1820. Por<br />

ejemplo, se encarga la confección <strong>de</strong> un traje a un sastre, y la tela y <strong>de</strong>más<br />

materiales los proporciona éste; si se <strong>de</strong>struyen antes <strong>de</strong> que el acreedor<br />

apruebe el traje, como el peligro corre por cuenta <strong>de</strong>l sastre, éste nada pue<strong>de</strong><br />

cobrar al comprador.<br />

Destacados autores (Alessandri, ob. cit., p. 203; Fueyo, ob. cit., T. 2º, Nº 633, p. 634)<br />

han sostenido que, no obstante la redacción categórica <strong>de</strong>l art. 1550, y su ubicación en el<br />

título <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> las obligación en general, es <strong>de</strong> carácter excepcional, y que la<br />

regla general en nuestra legislaciónes la contraria, esto es, que el riesgo es <strong>de</strong> cargo <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor, cuya prestación se ha hecho imposible.<br />

Se apoyan en la falta <strong>de</strong> equidad y justificación <strong>de</strong> la solución contraria, y en las<br />

numerosas excepciones que tiene el precepto, que lo <strong>de</strong>jarían reducido a la compraventa<br />

y permuta, y aun en estos contratos con numerosas salveda<strong>de</strong>s.<br />

Abeliuk está <strong>de</strong> acuerdo con las críticas al art. 1550 y cree que <strong>de</strong>be modificarse, pero<br />

no comparte tan autorizadas opiniones, pues el hecho es que el precepto existe, y no<br />

tendrá lugar únicamente en los casos expresamente exceptuados; en todo contrato<br />

bilateral en que exista obligación <strong>de</strong> entregar un cuerpo cierto, y no esté específicamente<br />

exceptuado, <strong>de</strong>be colocarse el riesgo por cuenta <strong>de</strong>l acreedor mientras el art. 1550 no<br />

sea modificado.<br />

198


Pero como se refiere únicamente a la pérdida <strong>de</strong> la cosa <strong>de</strong>bida específicamente, sólo en<br />

tal caso <strong>de</strong> imposibilidad inimputable se aplica (ob. cit., Nº 1214, p. 992).<br />

Pérdida parcial<br />

¿Qué pasa cuando la pérdida <strong>de</strong> la cosa es parcial? El Código no da<br />

reglas especiales, por lo que <strong>de</strong>be aplicarse la norma <strong>de</strong>l artículo 1550, esto es<br />

que el riesgo es <strong>de</strong>l acreedor.<br />

Ausencia <strong>de</strong> culpa<br />

La segunda causal <strong>de</strong> exoneración <strong>de</strong> resposabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor sería -<br />

empleamos el condicional pues no es generalmente aceptada- la ausencia <strong>de</strong><br />

culpa.<br />

El problema es el siguiente ¿le basta al <strong>de</strong>udor probar que ha empleado<br />

la <strong>de</strong>bida diligencia para liberarse <strong>de</strong> responsabilidad o <strong>de</strong>be probar a<strong>de</strong>más la<br />

existencia <strong>de</strong>l caso fortuito? La doctrina no es uniforme. La Corte Suprema ha<br />

dicho que le basta al <strong>de</strong>udor acreditar que ha empleado el cuidado a que lo<br />

obligaba el contrato, sin que sea necesario probar el caso fortuito (R.D.J., t. 46,<br />

sec. 1ª, p. 533). Antes había estimado lo contrario (R.D.J., t. 3, sec. 1ª, p. 36).<br />

Abeliuk opina que es suficiente con que el <strong>de</strong>udor pruebe su ausencia <strong>de</strong><br />

culpa. Ello, por las siguientes razones:<br />

a) La redacción <strong>de</strong>l artículo 1547 inciso 3º que contrapone las dos<br />

situaciones: prueba <strong>de</strong> la diligencia o cuidado y prueba <strong>de</strong>l caso fortuito.<br />

Explica que “si el <strong>de</strong>udor no se libera sino ante este último, carecería <strong>de</strong> objeto<br />

que probara su diligencia o cuidado.<br />

b) El artículo 1670 establece, sin hacer distinción alguna, que si la cosa<br />

perece se extingue la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Más a<strong>de</strong>lante, en el artículo 1672,<br />

está la excepción al señalar que si ello ha ocurrido por culpa o durante la mora<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, la obligación subsiste, pero varía <strong>de</strong> objeto: la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios. Luego, si no ha habido culpa o mora, no hay excepción y se aplica<br />

la regla <strong>de</strong>l artículo 1670, quedando la obligación extinguida;<br />

c) Si en conformidad al artículo 1678, cuando la cosa <strong>de</strong>bida se <strong>de</strong>struye<br />

por un hecho voluntario <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, que inculpablemente ignoraba la<br />

obligación, sólo se lo obliga a pagar el precio sin in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios,<br />

199


con mayor razón si hay un hecho involuntario y no culpable <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, éste<br />

<strong>de</strong>be quedar exento <strong>de</strong> responsabilidad (ob. cit., Nº 849, pp. 694-695).<br />

En sentido contrario, Claro Solar: “la imputabilidad cesa, cuando la<br />

inejecución <strong>de</strong> la obligación o la <strong>de</strong>mora en su ejecución es el resultado <strong>de</strong> una<br />

causa extraña al <strong>de</strong>udor, o sea <strong>de</strong> fuerza mayor o caso fortuito (ob. cit., t. 11, Nº<br />

1224, p. 730).<br />

El estado <strong>de</strong> necesidad<br />

Cabe preguntarse si el <strong>de</strong>udor queda liberado <strong>de</strong> responsabilidad en el<br />

caso en que pudiendo cumplir, no lo hace para evitar un mal mayor. Se<br />

diferencia <strong>de</strong>l caso fortuito, en que no hay un impedimento insuperable. Fueyo<br />

coloca varios ejemplos. Veamos uno <strong>de</strong> ellos: el <strong>de</strong>l capitan <strong>de</strong>l barco que, en<br />

peligro <strong>de</strong> naufragar, lanza al mar las merca<strong>de</strong>rías que transporta ¿<strong>de</strong>be<br />

respon<strong>de</strong>r?<br />

La doctrina no es unánime. Chironi, por ejemplo (citado por Fueyo),<br />

cree que para quedar exento <strong>de</strong> responsabilidad, tiene que configurarse una<br />

fuerza mayor. En la doctrina nacional Abeliuk está en esa posición (ob. cit., t. I,<br />

Nº 850, pp. 695-696). Estima que si no se configura un caso fortuito, el <strong>de</strong>udor<br />

<strong>de</strong>be cumplir, ya que no hay disposición alguna en que pueda asilarse el<br />

estado <strong>de</strong> necesidad. Pero la ten<strong>de</strong>ncia mo<strong>de</strong>rna, es que el estado <strong>de</strong> necesidad<br />

legitima el hecho y lo convierte en lícito, liberando <strong>de</strong> responsabilidad al<br />

<strong>de</strong>udor.<br />

El Código <strong>Civil</strong>, en un caso, toca el punto <strong>de</strong>sechando el estado <strong>de</strong><br />

necesidad. Es la situación <strong>de</strong>l comodatario que en un acci<strong>de</strong>nte, puesto en la<br />

alternativa <strong>de</strong> salvar la cosa prestada o la propia, opta por esta última (art.<br />

2178 Nº 3). Hace responsable al comodatario, lo que se explica porque<br />

respon<strong>de</strong> hasta <strong>de</strong> la culpa levísima.<br />

Hecho o culpa <strong>de</strong>l acreedor<br />

Nuestro Código no ha reglamentado en forma orgánica la mora <strong>de</strong>l<br />

acreedor (mora accipiendi). Pero se refiere a ella en varias disposiciones para<br />

exonerar <strong>de</strong> responsabilidad al <strong>de</strong>udor. Así, en el artículo 1548, en las<br />

obligaciones <strong>de</strong> dar, libera <strong>de</strong> responsabilidad al <strong>de</strong>udor, por el cuidado <strong>de</strong> la<br />

especie o cuerpo cierto <strong>de</strong>bido, cuando el acreeedor se ha constituído en mora<br />

<strong>de</strong> recibir; en el artículo 1680, repite la misma i<strong>de</strong>a, haciendo responsable al<br />

200


<strong>de</strong>udor sólo por culpa grave o dolo; en el artículo 1827, en que exime al<br />

ven<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l cuidado ordinario <strong>de</strong> conservar la cosa, si el comprador se<br />

constituye en mora <strong>de</strong> recibir.<br />

Teoría <strong>de</strong> la imprevisión<br />

Véase Fueyo Laneri, Fernando: “Algo sobre la teoria <strong>de</strong> la imprevisión” y “La teoría <strong>de</strong><br />

la imprevisión en el nuevo Código <strong>Civil</strong> italiano”, ambos publicados en R.D.J., t. 51,<br />

primera parte, pp. 88 y ss. y 121 y ss., respectivamente.<br />

En aquellos contratos en que las obligaciones <strong>de</strong> las partes se van<br />

cumpliendo durante períodos prolongados, pue<strong>de</strong> ocurrir que durante la vida<br />

<strong>de</strong>l contrato, sobrevengan hechos imprevistos y graves, que hagan para una <strong>de</strong><br />

ellas excesivamente oneroso el cumplimiento <strong>de</strong> sus obligaciones. La pregunta<br />

que cabe formlar es si en tal supuesto, pue<strong>de</strong> el afectado recurrir a la justicia<br />

para que se revise el contrato y se restablezca el equilibrio patrimonial. Si<br />

aceptamos esta posibilidad, estamos aceptando la teoría <strong>de</strong> la imprevisión.<br />

Don Lorenzo <strong>de</strong> la Maza <strong>de</strong>fine la teoría <strong>de</strong> la imprevisión, diciendo que<br />

es la doctrina jurídica (conjunto <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>bidamente<br />

fundados) que sostiene que el juez pue<strong>de</strong> intervenir a petición <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong><br />

las partes, en la ejecución <strong>de</strong> la obligación con el objeto <strong>de</strong> atenuar sus efectos,<br />

cuando, a consecuencia <strong>de</strong> acontecimientos imprevisibles para las partes al<br />

momento <strong>de</strong> formarse el vínculo jurídico, ajenos a su volunad y que producen<br />

perturbación grave con relación a toda una categoría <strong>de</strong> contratantes, la<br />

ejecución <strong>de</strong> la obligación se hace más difícil o más onerosa, y siempre que<br />

aquel llegue a formarse la convicción <strong>de</strong> que siendo previsibles estas<br />

perturbaciones, las partes no se habrían obligado en las condiciones fijadas”<br />

(La Teoría <strong>de</strong> la Imprevisión, en Revista <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> y Jurispru<strong>de</strong>ncia, t. 30, 1ª parte, p. 93).<br />

Elementos <strong>de</strong> la imprevisión<br />

Para que opere la teoría <strong>de</strong> la imprevisión se requiere <strong>de</strong> la concurrencia<br />

<strong>de</strong> los siguientes elementos:<br />

a) Que se trate <strong>de</strong> un contrato <strong>de</strong> tracto sucesivo o por lo menos <strong>de</strong> un<br />

contrato <strong>de</strong> ejecución diferida. “La teoría <strong>de</strong> la imprevisión tiene<br />

necesariamente que suponer obligaciones que tengan duración en el tiempo,<br />

prestaciones sucesiva o diferidas o que no estén complementamente<br />

ejecutadas. De otro modo modo no es posible concebir que sobrevengan<br />

201


acontecimientos imprevisibles y esto es <strong>de</strong> la esencia <strong>de</strong> la imprevisión” (De la<br />

Maza, ob. cit., p. 122).<br />

b) Que por circunstancias sobrevinientes, ajenas a las partes y no<br />

previstas, se produzca un <strong>de</strong>sequilibrio patrimonial en las prestaciones.<br />

c) Que los hechos que producen la alteración, sean tan extraordinarios y<br />

graves, que si las partes los hubieran tenido a la vista al momento <strong>de</strong> contratar<br />

no habrían contratado o lo habrían hecho en condiciones diferentes.<br />

Posiciones doctrinarias<br />

Frente a estos graves <strong>de</strong>sequilibrios en las prestaciones <strong>de</strong> cada parte,<br />

hay en doctrina dos posiciones.<br />

Para una primera, todo contrato es ley para las partes, que ninguna <strong>de</strong><br />

ellas pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>sconocer aunque hayan variado las condiciones bajo las cuales<br />

lo celebraron. Lo acordado tiene que cumplirse en la forma convenida (“pacta<br />

sun servanda”). La seguridad jurídica así lo exige. Ello implica no aceptar la<br />

revisión <strong>de</strong> los contratos y, por en<strong>de</strong>, el rechazo <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la imprevisión.<br />

Para una segunda, que tuvo su origen en el <strong>Derecho</strong> Canónico, y que<br />

cobró mucha fuerza <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Primera Guerra Mundial como<br />

consecuencia <strong>de</strong> los fenómenos económicos que <strong>de</strong> ella <strong>de</strong>rivaron, <strong>de</strong>be<br />

admitirse, por razones <strong>de</strong> equidad, <strong>de</strong> moralidad, la revisión <strong>de</strong> los contratos,<br />

cuando varían gravemente, y por causas imprevistas, las condiciones bajo las<br />

cuales el contrato fue acordado. Contraponen al “pacta sun servanda” el<br />

principio “rebus sic stantibus”. Dicen los sostenedores <strong>de</strong> esa posición que<br />

“en cada contrato, se pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar como subentendida una <strong>cl</strong>áusula tácita<br />

“rebus sic stantitus”, según la cual las partes no quedarán obligadas a sus<br />

prestaciones recíprocas sino en el caso <strong>de</strong> que las circunstancias generales<br />

existentes al tiempo <strong>de</strong> obligarse subsistan en el mismo estado hasta la<br />

ejecución completa <strong>de</strong> la obligación” (Zaki, cit. por De la Maza, ob. cit., p. 108). Lo<br />

anterior, porque “cada parte, al establecer las <strong>cl</strong>áusulas <strong>de</strong>l acto, sólo pensó y<br />

sólo pudo pensar en los riesgos normales que podrían ocurrir y <strong>de</strong> acuerdo con<br />

esto formuló sus condiciones. Los acontecimientos anormales, imprevisibles,<br />

no han podido entrar en sus puntos <strong>de</strong> vista. Su voluntad se manifestó en<br />

relación con el medio existente y los riesgos normales” (De la Maza, ob. cit., p.<br />

111).<br />

202


Aceptan la teoría <strong>de</strong> la imprevisión autores tan importantes como<br />

Ripert, Bonnecase, René Demogue. Las razones <strong>de</strong> cada uno son muy<br />

diferentes. Así Ripert se funda en razones morales; Demogue, en la función<br />

económica y social <strong>de</strong>l contrato; Boneccase, en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> justicia, etc.<br />

Otros, en cambio, la rechazan enérgicamente (Baudry-Lacantinnerie et<br />

Bar<strong>de</strong>, Henri Capitant).<br />

Teoría <strong>de</strong> la imprevisión en Chile<br />

Se estima que en nuestro país no tiene cabida la teoría <strong>de</strong> la<br />

imprevisión. El artículo 1545 obsta a ella. Un fallo publicado en G.T., 1925,<br />

1er sem., p. 23, estableció que “los tribunales carecen <strong>de</strong> faculta<strong>de</strong>s para<br />

<strong>de</strong>rogar o <strong>de</strong>jar sin cumplimiento la ley <strong>de</strong>l contrato, ya sea por razón <strong>de</strong><br />

equidad, o bien <strong>de</strong> costumbres o reglamentos administrativos”.<br />

Cabe agregar, sin embargo, que hay casos puntuales, en que la propia<br />

ley la acepta, y otros, por el contrario en que en forma expresa la rechaza. La<br />

acepta, por ejemplo, en el artículo 2003, regla 2ª, en el contrato para la<br />

construcción <strong>de</strong> edificios, por un precio único prefijado (contrato <strong>de</strong> empresa).<br />

Esta disposición señala que: “2º: si circunstancias <strong>de</strong>sconocidas, como un<br />

vicio oculto <strong>de</strong>l suelo, ocasionare costos que no pudieron preverse, <strong>de</strong>berá el<br />

empresario hacerse autorizar para ellos por el dueño; y si éste rehusa, podrá<br />

ocurrir al juez para que <strong>de</strong>cida si ha <strong>de</strong>bido o no preveerse el recargo <strong>de</strong> la<br />

obra, y fije el aumento <strong>de</strong> precio que por esta razón corresponda”.<br />

Otros ejemplos <strong>de</strong> disposiciones que acogerían la teoría <strong>de</strong> la<br />

imprevisión serían: el artículo 1496 que admite la caducidad <strong>de</strong>l plazo por<br />

causas sobrevinientes; el artículo 2180, en el comodato en cuanto autoriza<br />

para pedir la restitución anticipada <strong>de</strong> la cosa prestada si surge para el<br />

comodante una necesidad imprevista y urgente; el artículo 2227, en el<br />

<strong>de</strong>pósito, en que se acepta que el <strong>de</strong>positario pueda anticipar la <strong>de</strong>volución <strong>de</strong><br />

la cosa si ésta peligra o le causa perjuicios; en el artículo 2348, que permite al<br />

acreedor exigir fianza al <strong>de</strong>udor cuya ausencia <strong>de</strong>l territorio nacional se tema y<br />

que carezca <strong>de</strong> bienes suficientes para la seguridad <strong>de</strong> la obligación.<br />

En otros casos, se rechaza expresamente. Así ocurre en el mismo<br />

artículo 2003, regla 1ª: “el empresario no podrá pedir aumento <strong>de</strong> precio, a<br />

pretexto <strong>de</strong> haber encarecido los jornales o los materiales...” Y lo mismo pasa<br />

en el artículo 1983, en el arrendamiento <strong>de</strong> predios rústicos: “El colono no<br />

203


tendrá <strong>de</strong>recho para pedir rebaja <strong>de</strong>l precio o renta, alegando casos fortuitos<br />

extraordinarrios, que han <strong>de</strong>teriorado o <strong>de</strong>struído la cosecha” (inciso 1º).<br />

El problema se va a presentar en aquellas situaciones en que no hay un<br />

pronunciamieno legal. La generalidad <strong>de</strong> la doctrina la rechaza fundada en el<br />

efecto obligatorio <strong>de</strong> los contratos (artículo 1545) y a<strong>de</strong>más si las partes<br />

supieran que tienen el camino abierto para una posterior revisión <strong>de</strong>l contrato<br />

los <strong>de</strong>udores inescrupulosos tendrían un pretexto más a fin <strong>de</strong> eludir o<br />

postergar su cumplimiento en largos pleitos.<br />

Argumentos en favor <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la imprevisión<br />

Como dice De la Maza, no existe ninguna disposición que permita <strong>de</strong> un<br />

modo expreso y franco la aplicación <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la imprevisión. Para ello se<br />

recurre a interpretaciones poco aceptables (ob. cit., p. 148). Algunas son:<br />

a) El art. 1560. De acuerdo a esa disposición “conocida <strong>cl</strong>aramente la<br />

intención <strong>de</strong> los contratantes, <strong>de</strong>be estarse a ella más que a lo literal <strong>de</strong> las<br />

palabras”. De esta norma se sigue que para interpretar un contrato <strong>de</strong>be<br />

buscarse la intención con que éste se celebró. Y cabe presumir que lo querido<br />

por las partes al momento <strong>de</strong> contratar, fue la mantención <strong>de</strong>l contrato en el<br />

entendido que no varien substancialmente las condiciones existentes en ese<br />

momento. Por ello, si por causas que no se pudieron preveer, se produce<br />

durante la vida <strong>de</strong>l contrato un cambio significativo <strong>de</strong> esas condiciones, <strong>de</strong>be<br />

proce<strong>de</strong>rse a la revisión <strong>de</strong>l contrato.<br />

b) El art. 1546, obliga a las partes a cumplir el contrato <strong>de</strong> buena fe.<br />

Sería contrario a esta buena fe que una <strong>de</strong> ellas pretenda que la otra <strong>de</strong>ba<br />

cumplir en condiciones excesivamente onerosas, que rompen el equilibrio<br />

patrimonial y que fatalmente lo llevarán a la ruina.<br />

c) Toda persona -se agrega- al contratar contrae un <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong>ber<br />

<strong>de</strong> cuidado. Si cambian las condiciones, pasaría a asumir un riesgo que va más<br />

allá <strong>de</strong>l que el <strong>de</strong>udor aceptó al momento <strong>de</strong> contratar; y<br />

d) Por regla general, el <strong>de</strong>udor respon<strong>de</strong> únicamente <strong>de</strong> los perjuicios<br />

previstos (art. 1558 inc. 1º). Si las condiciones en que se celebró el contrato<br />

cambian violentamente, por circunstancias que no se pudieron prever al<br />

momento <strong>de</strong> contratar, y se mantiene el contrato tal como fue convenido,<br />

viene a resultar que se estaría respondiendo <strong>de</strong> perjuicios imprevistos.<br />

204


El hecho ajeno<br />

Para <strong>de</strong>terminar la responsabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que incurre en<br />

incumplimiento por hecho o culpa <strong>de</strong> un tercero, es preciso distinguir si es<br />

civilmente responsable por él o no.<br />

Por regla general la intervención <strong>de</strong>l tercero es para el <strong>de</strong>udor un caso<br />

fortuito si reúne los requisitos propios <strong>de</strong> éste <strong>de</strong> imprevisibilidad e<br />

irresistibilidad. Por ello el art. 1.677, que se cita como un caso <strong>de</strong> acción<br />

oblicua, establece que el acreedor pue<strong>de</strong> exigir que el <strong>de</strong>udor le ceda los<br />

<strong>de</strong>rechos y acciones que tenga contra el hechor. Lo mismo dispone el inc. final<br />

<strong>de</strong>l art. 1.590 para el caso <strong>de</strong> <strong>de</strong>terioros.<br />

Pero el hecho <strong>de</strong>l tercero por el cual el <strong>de</strong>udor es civilmente responsable<br />

se consi<strong>de</strong>ra hecho suyo. Así lo dispone el art. 1.679: "en el hecho o culpa <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor se compren<strong>de</strong> el hecho o culpa <strong>de</strong> las personas por quienes fuere<br />

responsable". Nos encontramos, pues, frente a un caso <strong>de</strong> responsabilidad<br />

indirecta o por el hecho ajeno, tal como ocurre en la responsabilidad<br />

extracontractual.<br />

Sin embargo, el legislador no dijo en este precepto quiénes son estos<br />

terceros por los cuales el <strong>de</strong>udor es civilmente responsable. En los contratos<br />

en particular enumera sí varios casos: arts. 1.925, 1.926, 1.929, 1.941, 1.947,<br />

inc. final; 2.000, inc. 2º, 2.014, 2.015, inc. final; 2.003, regla 3ª, 2.242, 2.243.<br />

Frente a este silencio, se han dado varias soluciones:<br />

1º Para algunos (Iturra y Coustasse, ob. cit., p. 94), el Código se está refiriendo<br />

a los casos en que expresamente, <strong>de</strong> acuerdo a las disposiciones citadas, hace<br />

respon<strong>de</strong>r al <strong>de</strong>udor por el hecho <strong>de</strong> ciertos terceros, generalmente auxiliares<br />

que emplea en el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación. Pero el art. 1.679 únicamente<br />

se está refiriendo a ellos, <strong>de</strong> manera que la responsabilidad por el hecho ajeno<br />

no pue<strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse a otros casos que no estén expresamente contemplados.<br />

2º Aplicar por analogía la norma <strong>de</strong>l art. 2.320 en la responsabilidad<br />

contractual. Esto es rechazado generalmente por los autores (Claro Solar, ob. cit.,<br />

p. 540, Nº 1.083, T. 11 y Sergio Fuenzalida, Los terceros en la responsabilidad<br />

contractual, RDJ, T. 57, 1ª parte, p. 104), por cuanto es una norma dada<br />

expresamente para la responsabilidad extracontractual.<br />

205


Sin embargo, ello no significa en concepto <strong>de</strong> Abeliuk (ob. cit., Nº 851, p.<br />

697) ex<strong>cl</strong>uir <strong>de</strong> la responsabilidad contractual por el hecho ajeno, el hecho <strong>de</strong><br />

las personas por quienes respon<strong>de</strong> extracontractualmente el <strong>de</strong>udor; y así, por<br />

ejemplo, si la cosa <strong>de</strong>bida ha sido <strong>de</strong>struida por el hijo que vive con su padre,<br />

éste <strong>de</strong>berá probar que no ha tenido culpa en el hecho, según la regla general<br />

<strong>de</strong> presunción <strong>de</strong> culpa, y evi<strong>de</strong>ntemente esta prueba no podrá ser otra que con<br />

su autoridad no pudo evitar la acción <strong>de</strong>l hijo.<br />

3º La tercera posibilidad es con<strong>cl</strong>uir que los casos expresamente previstos<br />

en los arts. 1.925 y <strong>de</strong>más citados no son sino una aplicación <strong>de</strong> una regla más<br />

general, y en consecuencia el <strong>de</strong>udor respon<strong>de</strong> por el hecho <strong>de</strong> las personas a<br />

quienes emplea o le ayudan en el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación, y así, el<br />

<strong>de</strong>udor respon<strong>de</strong>rá por el hecho <strong>de</strong> sus auxiliares (empleados, obreros,<br />

<strong>de</strong>pendientes, etc.) o <strong>de</strong> las personas a quienes encarga que cumplan la<br />

obligación (transportista que encarga a otro realizar el flete, por ejemplo) (Igual<br />

cita anterior. Un caso <strong>de</strong> jurispru<strong>de</strong>ncia en RDJ, T. 40, sec. 2º, p. 77).<br />

Así ocurre en los Códigos mo<strong>de</strong>rnos, como el alemán, cuyo art. 278<br />

hace responsable al <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> las personas <strong>de</strong> que se sirve para el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación; el suizo, art. 101, que hace responsable al que<br />

aun <strong>de</strong> manera lícita confíe el cumplimiento a sus auxiliares; el art. 1.228 <strong>de</strong>l<br />

Código Italiano: "salvo voluntad diversa <strong>de</strong> las partes, el <strong>de</strong>udor que en el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación se vale <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> terceros, respon<strong>de</strong><br />

también <strong>de</strong> los hechos dolosos o culposos <strong>de</strong> ellos", etc.<br />

Y la importancia es enorme, porque si bien es necesaria siempre la<br />

culpa <strong>de</strong>l auxiliar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, es a éste a quien le correspon<strong>de</strong>rá acreditar que<br />

no la hubo, porque <strong>de</strong> acuerdo al art. 1.679 ella está in<strong>cl</strong>uida en la suya, que se<br />

presume.<br />

Abeliuk (ob. cit., Nº 851, p. 697), se in<strong>cl</strong>ina también por reconocer, <strong>de</strong><br />

acuerdo a esta última posición, la responsabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor por el<br />

incumplimiento causado por dolo o culpa <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>pendientes y <strong>de</strong>más<br />

personas que el <strong>de</strong>udor emplee para el cumplimiento <strong>de</strong> su obligación;<br />

advirtiendo que es la solución que el Código da para los casos que suponen la<br />

intervención <strong>de</strong> auxiliares, como el <strong>de</strong> hospedaje, empresa, transportes. No<br />

habría razón alguna -agrega- para ex<strong>cl</strong>uirla en otros contratos, como la<br />

elaboración <strong>de</strong> productos encargada a una fábrica, que también requieren<br />

dicha intervención. Por otra parte, si se respon<strong>de</strong> en la responsabilidad<br />

206


extracontractual <strong>de</strong> los hechos <strong>de</strong> los <strong>de</strong>pendientes, no se ve por qué va a<br />

ex<strong>cl</strong>uirse en la contractual.<br />

Se ha discutido la naturaleza jurídica <strong>de</strong> esta responsabilidad por el hecho ajeno,<br />

sosteniéndose por algunos que es un caso <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong>l riesgo, porque<br />

se respon<strong>de</strong>ría por el <strong>de</strong>udor aun sin culpa <strong>de</strong> él, a lo que se objeta que el elemento<br />

culpa se da en el agente empleado por el <strong>de</strong>udor. Mazeaud sostiene que la<br />

responsabilidad es análoga a la responsabilidad por el hecho ajeno extracontractual, y<br />

habría una representación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor: ob. cit., parte 2ª, tomo 2º, p. 178, Nº 485.<br />

Finalmente, para otros autores se aplicarían las nociones <strong>cl</strong>ásicas <strong>de</strong> la culpa <strong>de</strong> elección<br />

y <strong>de</strong> vigilancia.<br />

Finalmente, el <strong>de</strong>udor respon<strong>de</strong> también por el incumplimiento <strong>de</strong> su<br />

mandatario, imputable a éste, aunque se ha resuelto lo contrario en caso <strong>de</strong><br />

dolo, por el carácter personalísimo <strong>de</strong> éste (RDJ, T. 51, sec. 1ª, pp. 40 y 61). Pero si<br />

bien cabría la salvedad para los efectos especiales <strong>de</strong>l dolo, no pue<strong>de</strong> eximirse<br />

el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> la culpa, porque los actos <strong>de</strong>l mandatario se entien<strong>de</strong>n efectuados<br />

por el representado (Stichkin, ob. cit., Nº 214, p. 575, cree que respon<strong>de</strong> el mandante<br />

tanto si hay dolo o culpa <strong>de</strong>l mandatario, pero que en el caso <strong>de</strong> aceptarse que el dolo es<br />

siempre <strong>de</strong>lito civil, ello no impediría la responsabilidad extracontractual <strong>de</strong>l propio<br />

mandatario).<br />

Mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

El último requisito <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios: la mora <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor es exigido por el artículo 1557: “se <strong>de</strong>be la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el <strong>de</strong>udor se ha constituído en mora...”. Reitera esta<br />

misma i<strong>de</strong>a el artículo 1538, en materia <strong>de</strong> <strong>cl</strong>áusula penal: “Háyase o no<br />

estipulado un término <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual <strong>de</strong>ba cumplirse la obligación principal,<br />

el <strong>de</strong>udor no incurre en la pena sino cuando se ha constituido en mora...”<br />

(recuér<strong>de</strong>se que “la pena” es una foma <strong>de</strong> regular la in<strong>de</strong>mnizacción <strong>de</strong><br />

perjuicios).<br />

Esa exigencia rige tanto para la in<strong>de</strong>mnización compensatoria como<br />

para la moratoria (Claro Solar, ob. cit., t. II, Nº 122, p. 731; Alessandri, Teoría <strong>de</strong> las<br />

<strong>Obligaciones</strong>, pp. 82-83; Fueyo, <strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>, t. IV, “De las <strong>Obligaciones</strong>”, vol. I, Nº 305,<br />

p. 300; Abeliuk, ob. cit., t. 2, Nº 868, p. 711). Una opinión distina se pue<strong>de</strong> encontrar<br />

en Alfredo Barros Errázuriz, quien estima que la mora sólo es requisito <strong>de</strong> la<br />

in<strong>de</strong>mnización moratoria, porque ésta se funda justamente en el retardo <strong>de</strong>l<br />

cumplimiento (Curso <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>. De las <strong>Obligaciones</strong> en General, vol. II,<br />

Editorial Nascimento, 1932, pp. 661 y ss.). Esta opinión es rechazada por todo el<br />

resto <strong>de</strong> la doctrina, por dos razones principales. Primero, porque ninguno <strong>de</strong><br />

207


los preceptos que se refieren a la mora hace distinción entre una y otra<br />

in<strong>de</strong>mnización, y en seguida, porque el art. 1553, <strong>de</strong><strong>cl</strong>ara que ante la<br />

infracción <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> hacer, si el <strong>de</strong>udor se constituye en mora, el<br />

acreedor, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho a cobrar perjuicios por la mora, pue<strong>de</strong> cobrar los<br />

perjuicios <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong>l incumplimiento; en consecuencia, sólo cuando el<br />

<strong>de</strong>udor está en mora pue<strong>de</strong>n cobrarse perjuicios compensatorios.<br />

Se afirma, que en las obligaciones <strong>de</strong> no hacer, no se requiere el<br />

requisito <strong>de</strong> la mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, pues en conformiad con el artículo 1557, en<br />

este tipo <strong>de</strong> obligaciones, la in<strong>de</strong>mnización se <strong>de</strong>be <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento <strong>de</strong> la<br />

contravención (Stitchkin, ob. cit., 2ª parte, Nº 583, p. 82; Abeliuk, ob. cit., t. 2, Nº 868, p.<br />

711). René Ramos, cree que también en este caso se requiere mora, con la<br />

diferencia que ésta se produce por el solo hecho <strong>de</strong> la contravención (De las<br />

<strong>Obligaciones</strong>, Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile, 1999, p. 273).<br />

Concepto <strong>de</strong> mora<br />

Abeliuk <strong>de</strong>fine la mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (mora solvendi) “como el retardo<br />

imputable en el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación unido al requerimiento o<br />

interpelación por parte <strong>de</strong>l acreedor” (ob. cit., t. II, Nº 868, p. 711). En términos<br />

semejantes Stitchkin: “retardo culpable en el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación<br />

más alla <strong>de</strong> la interpelación <strong>de</strong>l acreedor” (ob. cit., 2ª parte, Nº 584, p. 83).<br />

Requisitos <strong>de</strong> la mora<br />

1. Que el <strong>de</strong>udor retar<strong>de</strong> el cumplimieno <strong>de</strong> la obligación.<br />

2. Que el retardo sea le imputable (con dolo o culpa).<br />

3. Interpelacion <strong>de</strong>l acreedor; y<br />

4. Que el acreedor haya cumplido su obligación o se allane a cumplirla.<br />

1. Que el <strong>de</strong>udor retar<strong>de</strong> el cumplimieno <strong>de</strong> la obligación<br />

El retardo es el antece<strong>de</strong>nte necesario <strong>de</strong> la mora, pero sólo el<br />

antece<strong>de</strong>nte, no la mora misma, pues el retardo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>berse a caso fortuito o<br />

fuerza mayor, caso en que no habrá mora.<br />

208


Se <strong>de</strong>be distinguir, entonces, entre exigibilidad, retardo y mora;<br />

a) La obligación es exigible cuando no se halla sujeta a modalida<strong>de</strong>s<br />

suspensivas.<br />

b) Se retarda el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación cuando no se cumple en<br />

la oportunidad <strong>de</strong>bida, pero el solo retardo no implica mora (que exige otros<br />

requisitos: imputabilidad e interpelación). Nuestro Código en algunos casos<br />

habla <strong>de</strong> “la mora producida por fuerza mayor o caso fortuito” (véase el<br />

artículo 1558, inciso 2º), señalando que no da lugar a la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios. Lo que la norma quiere significar es que no hay in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios, porque si hay caso fortuito no pue<strong>de</strong> haber mora ya que éste<br />

extingue la obligación.<br />

c) La mora supone el retardo imputable <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor más allá <strong>de</strong> la<br />

interpelación hecha por el acreedor (arts. 1551 y 1558 inc. 1º).<br />

El artículo 1537, en materia <strong>de</strong> <strong>cl</strong>áusula penal, distingue con mucha<br />

<strong>cl</strong>aridad entre mora y simple retardo.<br />

2. Que el retardo sea imputable <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

Es <strong>de</strong>cir, para que se configure la mora es necesario que el atraso en<br />

cumplir sea <strong>de</strong>bido al dolo o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

El artículo 1558, <strong>cl</strong>aramente exige el requisito <strong>de</strong> la imputabilidad, al<br />

<strong>de</strong>cir en el inciso 1º: “Si no se pue<strong>de</strong> imputar dolo al <strong>de</strong>udor....” para agregar<br />

en el inciso siguiente: “La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito no<br />

da lugar a in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios”. Lo que quiere expresar la norma es<br />

que si hay caso fortuito o fuerza mayor, no hay in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios<br />

porque no hay mora.<br />

3. Interpelación <strong>de</strong>l acreedor<br />

Se <strong>de</strong>fine como el acto por el cual el acredor hace saber al <strong>de</strong>udor que<br />

su retardo le causa perjuicios.<br />

Hay tres formas <strong>de</strong> interpelación, que están contenidas en el artículo<br />

1551, que a la letra señala: “El <strong>de</strong>udor está en mora, 1º Cuando no ha<br />

cumplido la obligación <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l término estipulado, salvo que la ley en<br />

209


casos especiales exija que se requiera al <strong>de</strong>udor para constituirlo en mora; 2º<br />

Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cierto<br />

espacio <strong>de</strong> tiempo, y el <strong>de</strong>udor lo ha <strong>de</strong>jado pasar sin darla o ejecutarla; 3º En<br />

los <strong>de</strong>más casos, cuando el <strong>de</strong>udor ha sido judicialmente reconvenido por el<br />

acreedor”.<br />

Atendido lo dispuesto en esta disposición, la interpelación, se produce<br />

en cualquiera <strong>de</strong> estos tres casos, constituyendo la regla general, el<br />

contemplado en el Nº 3.<br />

La doctrina llama a la interpelación <strong>de</strong>l Nº 1, contractual expresa; a la<br />

<strong>de</strong>l Nº 2, contractual tácita; y a la <strong>de</strong>l Nº 3, judicial.<br />

3.1 Interpelación contractual expresa (art. 1551 Nº 1)<br />

Opera cuando las partes han establecido un plazo en el contrato, para<br />

que el <strong>de</strong>udor cumpla su obligación. Cumplido el plazo se van a producir<br />

coetáneamente tres situaciones jurídicas: exigibilidad, retardo y mora. Por el<br />

solo hecho <strong>de</strong> cumplirse el plazo, el <strong>de</strong>udor queda constituído en mora, salvo<br />

que la ley exija que se le requiera para constituirlo en mora. Así ocurre, por<br />

ejemplo, en el contrato <strong>de</strong> arriendo: artículo 1949 “para que el arrendatario sea<br />

constituído en mora <strong>de</strong> restituir la cosa arrendada, será necesario<br />

requerimiento <strong>de</strong>l arrendador, aun cuando haya precedido <strong>de</strong>sahucio...”; en el<br />

artículo 1977, cuando el arrendatario se encuentra en mora <strong>de</strong> pagar la renta,<br />

es necesario dos reconvenciones, entre las cuales <strong>de</strong>be mediar a lo menos 4<br />

días.<br />

Se ha entendido que si la <strong>de</strong>uda es a plazo, se necesitará requerimiento<br />

judicial si así lo hubieren convenido las partes (Abeliuk, ob. cit., t. II, Nº 873, p.<br />

717).<br />

Para que nos encontremos en el caso <strong>de</strong>l Nº 1 <strong>de</strong>l artículo 1551, es<br />

preciso que se trate <strong>de</strong> un plazo convenido por las partes, pues la norma habla<br />

<strong>de</strong> no haberse cumplido la obligación “<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l término estipulado”. Por<br />

ello, no rige, por ejemplo en el caso en que haya sido establecido por el<br />

testador (para pagar un legado), caso éste en que será necesario para constituir<br />

en mora al <strong>de</strong>udor requerirlo judicialmente.<br />

Si se trata <strong>de</strong> obligaciones <strong>de</strong> cumplimiento fraccionado, la mora<br />

respecto <strong>de</strong> cada cuota, se irá produciendo al vencimiento <strong>de</strong>l plazo<br />

210


establecido para su pago. Ello, sin perjuicio, <strong>de</strong> que pueda haberse convenido<br />

una <strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong> aceleración que pueda producir la caducidad <strong>de</strong>l plazo y, por<br />

consiguiente, la mora respecto <strong>de</strong> todo el saldo insoluto.<br />

3.2 Interpelación contractual tácita (art. 1551 Nº 2)<br />

Se le llama interpelación tácita porque a pesar <strong>de</strong> que no se ha<br />

establecido en forma expresa un plazo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual <strong>de</strong>be cumplirse la<br />

obligación, ésta por su propia naturaleza y por la forma como fue convenida,<br />

tiene un plazo tácito, para cumplirse. Ej. el traje <strong>de</strong> novia tiene que estar<br />

terminado y entregado antes <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> la boda; los disfraces antes <strong>de</strong> la fiestas<br />

<strong>de</strong> carnaval; la máquina trilladora, antes <strong>de</strong> la trilla; la construcción <strong>de</strong>l stand<br />

para una feria, antes <strong>de</strong> que esta se abra, etc.<br />

3.3 Interpelación judicial (o extracontractual) (art. 1551 Nº 3)<br />

La interpelación judicial constituye la regla general, como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la forma como comienza el Nº 3 “En los <strong>de</strong>más casos...”<br />

La regla es entonces que para que el <strong>de</strong>udor que<strong>de</strong> constituído en mora<br />

se le <strong>de</strong>be <strong>de</strong>mandar. Problema aparte es <strong>de</strong>terminar qué entien<strong>de</strong> el Nº 3, por<br />

reconvenir judicialmente al <strong>de</strong>udor. Está <strong>cl</strong>aro que no es necesario una gestión<br />

judicial en que específicamente se solicite que se constituya en mora al<br />

<strong>de</strong>udor. Se ha entendido que cualquier gestión judicial <strong>de</strong>stinada a que el<br />

acreedor haga efectivos sus <strong>de</strong>rechos para el caso <strong>de</strong> que el <strong>de</strong>udor incumpla<br />

es suficiente requerimiento judicial. Así satisfacen este objeto, una <strong>de</strong>manda<br />

en que se pida el cumplimiento <strong>de</strong>l contrato o su resolución; o si se <strong>de</strong>mandan<br />

perjuicios, etc. (R.D.J., t. 28, sec. 1ª, p. 717). La Corte Suprema ha dicho que no es<br />

reconvención suficiente, la gestión <strong>de</strong> preparación <strong>de</strong> la vía ejecutiva (R.D.J., t.<br />

9, sec. 1ª, p. 79). Abeliuk, discrepa <strong>de</strong> este fallo, pues una diligencia <strong>de</strong> este tipo<br />

supone el cese <strong>de</strong> la inactividad <strong>de</strong>l acreedor y el conocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor <strong>de</strong><br />

que su incumplimiento está causando perjuicios.<br />

¿En qué momento queda el <strong>de</strong>udor constituído en mora? René Ramos<br />

(ob. cit., Nº 330, p. 277) y Abeliuk (ob. cit., Nº 872, p. 716) entien<strong>de</strong>n que lo es<br />

cuando se le notifica válidamente la <strong>de</strong>manda. Asi lo ha entendido en general,<br />

la jurispru<strong>de</strong>ncia (R.D.J., t. 30, sec. 1ª, p. 561; t. 36 sec. 1ª, p. 402, etc.). Hay fallos,<br />

sin embargo, que dicen que la constitución en mora se produce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

contestación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda (R.D.J., t. 23, sec. 1ª, p. 522; t. 23, sec. 1ª, p. 354; t. 21 sec.<br />

1ª, p. 490).<br />

211


Se ha fallado que para que el <strong>de</strong>udor que<strong>de</strong> constituído en mora, el<br />

requerimiento <strong>de</strong>be hacerse ante juez competente (R.D.J., t. 9, sec. 1ª, p. 358),<br />

<strong>de</strong>cisión discutible, pues aunque el tribunal sea incompetente, queda <strong>cl</strong>ara la<br />

intención <strong>de</strong>l acreedor <strong>de</strong> hacer efectiva la obligación (Abeliuk, ob. cit., Nº 872,<br />

pp. 714-715).<br />

4. Que el acreedor, si el contrato es bilateral, haya cumplido su<br />

propia obligación o se allane a cumplirla en la forma y tiempo <strong>de</strong>bido<br />

Es el último requisito <strong>de</strong> la mora, y lo contempla el artículo 1552: “En<br />

los contratos bilaterales ninguno <strong>de</strong> los contratantes está en mora <strong>de</strong>jando <strong>de</strong><br />

cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumple por su parte, o no se allana a<br />

cumplirlo en la forma y tiempo <strong>de</strong>bidos”.<br />

Efectos <strong>de</strong> la mora<br />

Los efectos que produce la mora son los siguientes:<br />

1. El acreedor pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios.<br />

2. El <strong>de</strong>udor se hace responsable <strong>de</strong>l caso fortuito.<br />

3. El riesgo pasa a ser <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

1. El acreedor pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios<br />

Justamente por ello, se estudia la mora, como requisito <strong>de</strong> la<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios. Este efecto lo establece el artículo 1557 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>: “se <strong>de</strong>be in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el <strong>de</strong>udor se ha<br />

constituido en mora”.<br />

A<strong>cl</strong>arado que sin constituir al <strong>de</strong>udor en mora, no hay in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong><br />

perjuicios, cabe resolver otro problema. Reconvenido el <strong>de</strong>udor ¿<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuándo<br />

se <strong>de</strong>ben pagar los perjuicios? ¿<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong> la constitución en mora o<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se produjo el incumplimiento?<br />

Fueyo afirma que constituído el <strong>de</strong>udor en mora, <strong>de</strong>be éste pagar los<br />

perjuicios producidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el retardo, pues no hay ninguna norma que<br />

212


<strong>de</strong>scarte la zona intermedia entre el simple retardo y la interpelación judicial.<br />

Se trata, <strong>de</strong> sancionar un acto ilícito e injusto, agrega (<strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>, t. IV, “De las<br />

<strong>Obligaciones</strong>”, Nº 311, p. 303). Abeliuk, en cambio, distingue entre los perjuicios<br />

compensatorios y los moratorios. Los primeros se habrán siempre producido<br />

antes <strong>de</strong> la constitución <strong>de</strong> la mora por el sólo incumplimiento, como lo<br />

prueba el art. 1672, según el cual si la cosa perece por culpa o durante la mora<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, la obligación subsiste pero varía <strong>de</strong> objeto, siendo obligado el<br />

<strong>de</strong>udor al precio <strong>de</strong> la cosa y a in<strong>de</strong>mnizar al acreedor. El precio, agrega<br />

Abeliuk, correspon<strong>de</strong> evi<strong>de</strong>ntemente a la in<strong>de</strong>mnización compensatoria. En<br />

cambio, los perjuicios moratorios sólo se van a generar con la constitución en<br />

mora, como parece <strong>de</strong>mostrarlo el artículo 1559 Nº 1 en las obligaciones <strong>de</strong><br />

dinero, en cuanto dicha norma expresa que si la <strong>de</strong>uda no <strong>de</strong>vengaba intereses<br />

“empiezan a <strong>de</strong>berse los legales” (Abeliuk, ob. cit., Nº 877, pp. 718-719).<br />

2. El <strong>de</strong>udor se hace responsable <strong>de</strong>l caso fortuito<br />

Asi lo dice el artículo 1547 inciso 2º. Esta regla tiene una excepción, en<br />

que a pesar <strong>de</strong> la mora el <strong>de</strong>udor, éste no respon<strong>de</strong> <strong>de</strong>l caso fortuito. Ello se<br />

produce si el caso fortuito hubiese sobrevenido a pesar <strong>de</strong> haberse cumplido<br />

oportunamente la obligación (1547 inc. 2º; 1672 inc. 2º, 1590). Este último<br />

hecho <strong>de</strong>berá probarlo el <strong>de</strong>udor (1674 inciso 2º: “Si estando en mora preten<strong>de</strong><br />

que el cuerpo cierto habría perecido igualmente en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l acreedor, será<br />

también obligado a probarlo”).<br />

3. El riesgo <strong>de</strong> la especie o cuerpo cierto <strong>de</strong>bida que normalmente<br />

es <strong>de</strong>l acreedor, pasa al <strong>de</strong>udor<br />

Por regla general, <strong>de</strong> acuerdo el artículo 1550, en nuestra legislación el<br />

riesgo <strong>de</strong>l cuerpo cierto cuya entrega se <strong>de</strong>be es <strong>de</strong>l acreedor, salvo algunas<br />

excepciones, entre las que figura que el <strong>de</strong>udor esté colocado en mora, en cuyo<br />

caso “será a cargo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor el riesgo <strong>de</strong> la cosa, hasta su entrega”.<br />

Mora <strong>de</strong>l acreedor<br />

El Código no ha reglamentado en forma orgánica la mora <strong>de</strong>l acreedor<br />

(mora accipiendi), pero en varias disposiciones se refiere a ella: arts. 1548,<br />

1552 (según Fueyo), 1680, 1827, 1559 (que habla <strong>de</strong> la repugnacia <strong>de</strong>l<br />

acreedor a recibir la cosa).<br />

213


Según Abeliuk (ob. cit., Nº 880, p. 721) se ha solido confundir la mora <strong>de</strong>l acreedor con<br />

la excepción <strong>de</strong>l contrato no cumplido; no cabe la equivocación, porque ésta se aplica<br />

en los contratos bilaterales cuando el acreedor que <strong>de</strong>manda su crédito, en cuanto<br />

<strong>de</strong>udor <strong>de</strong> la prestación recíproca, no ha cumplido o estado llano a cumplir ésta. En la<br />

mora accipiendi no hay incumplimiento <strong>de</strong>l acreedor a una obligación suya, sino que<br />

resistencia ilegítima al cumplimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

¿Des<strong>de</strong> cuándo está en mora el acreedor?<br />

Según algunos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que el <strong>de</strong>udor haya <strong>de</strong>bido recurrir a pagar por<br />

consignación pues es el procedimiento que el legislador ha establecido para<br />

que el <strong>de</strong>udor cumpla su obligación ante la negativa <strong>de</strong>l acreedor. Abeliuk (ob.<br />

cit., Nº 882, p. 723) no está <strong>de</strong> acuerdo ya que esta posición confun<strong>de</strong> dos cosas:<br />

la consignación es un pago, extingue la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, mientras la<br />

mora <strong>de</strong>l acreedor no libera al <strong>de</strong>udor sino que disminuye su responsabilidad.<br />

Según otros, <strong>de</strong>be aplicarse por analogía el art. 1551 Nº 3 y con<strong>cl</strong>uir que estará<br />

en mora <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que sea judicialmente reconvenido. Finalmente -y es la doctrina<br />

más aceptada- (Claro Solar, ob. cit., Nº 1242, p. 750) se estima que basta cualquier<br />

ofrecimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, in<strong>cl</strong>uso extrajudicial, para constituir en mora al<br />

acreedor. Así lo <strong>de</strong>mostraría el artículo 1680, que no hace ninguna exigencia<br />

especial bastando que la especie o cuerpo cierto sea ofrecida al acreedor.<br />

Efectos <strong>de</strong> la mora <strong>de</strong>l acreedor<br />

Los efectos que se producen con la mora <strong>de</strong>l acreedor son los<br />

siguientes:<br />

1. Disminuye la responsabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, pues sólo va a respon<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> la culpa grave o dolo en el cuidado <strong>de</strong> la cosa (1680 y 1827). A<strong>de</strong>más<br />

queda relevado <strong>de</strong> los perjuicios moratorios.<br />

2. El acreedor <strong>de</strong>be in<strong>de</strong>mnizar los perjuicios que se sigan <strong>de</strong> no recibir<br />

la cosa, como lo prueba el artículo 1827 ubicado en la compraventa pero <strong>de</strong><br />

alcance general: “Si el comprador se constituyere en mora <strong>de</strong> recibir abonará<br />

al ven<strong>de</strong>dor el alquiler <strong>de</strong> los almacenes, graneros o vasijas en que se contenga<br />

lo vendido”.<br />

3. Si el <strong>de</strong>udor tuvo que pagar por consignación, <strong>de</strong>be pagar las<br />

expensas <strong>de</strong> la oferta o consignación válidas (art. 1604).<br />

214


DE LA AVALUACIÓN DE PERJUICIOS<br />

Hay tres formas <strong>de</strong> avaluar los perjuicios: a) la avaluación judicial; b) la<br />

avaluación legal; y c) la avaluación convencional (<strong>cl</strong>áusula penal).<br />

Lo normal viene a ser la avaluación judicial, pues la legal, sólo proce<strong>de</strong><br />

respecto <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dinero; y la convencional, supone un acuerdo<br />

<strong>de</strong> las partes que no siempre se da.<br />

AVALUACIÓN JUDICIAL<br />

Es la que hace el juez. Para ello, éste <strong>de</strong>be pronunciarse sobre tres<br />

cuestiones:<br />

a) Determinar si proce<strong>de</strong> el pago <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización, para lo cual el<br />

tribunal tendrá que ver si se cumplen los requisitos generales estudiados.<br />

b) Determinar los perjuicios que <strong>de</strong>ben in<strong>de</strong>mnizarse; y<br />

c) Fijar el monto <strong>de</strong> los perjuicios.<br />

Perjuicios que <strong>de</strong>ben in<strong>de</strong>mnizarse<br />

Los perjuicios pue<strong>de</strong>n ser:<br />

1. compensatorios y moratorios;<br />

2. ciertos y eventuales (sólo se in<strong>de</strong>mnizan los ciertos);<br />

3. perjuicios directos e indirectos (sólo se in<strong>de</strong>mnizan los directos);<br />

4. daños materiales y morales;<br />

5. daño emergente y lucro cesante, y<br />

6. perjuicios previstos e imprevistos (solo se in<strong>de</strong>mnizan los previstos,<br />

salvo que exista dolo o culpa grave).<br />

Daño moral<br />

Durante muchos años se aceptó como dogma que el daño moral no se<br />

in<strong>de</strong>mnizaba en materia contractual. Sin embargo, se aceptaba su<br />

in<strong>de</strong>mnización en la responsabilidad extracontractual, en virtud <strong>de</strong> existir la<br />

215


egla <strong>de</strong>l art. 2329, según la cual “Por regla general todo daño que pueda<br />

imputarse a malicia o negligencia <strong>de</strong> otra persona, <strong>de</strong>be ser reparado por ésta”.<br />

Faltaba, se <strong>de</strong>cía, para la responsabilidad contractual una norma como la <strong>de</strong>l<br />

art. 2329.<br />

Esta solución resulta manifiestamente injusta pues no se ve por qué<br />

razón, por ejemplo, si una persona que va <strong>de</strong>ntro un bus que choca y sufre<br />

lesiones (responsabilidad contractual), no tiene <strong>de</strong>recho a que se le in<strong>de</strong>mnice<br />

por los pa<strong>de</strong>cimientos que le produce este accci<strong>de</strong>nte; en cambio, sí lo tiene si<br />

estando en la calle, esperando el bus, es arrollada por éste y sufre el mismo<br />

tipo <strong>de</strong> lesiones (responsabilidad extracontractual).<br />

Des<strong>de</strong> hace varios años, la doctrina viene señalando que hay en este<br />

trato discriminatorio, una grave inconsecuencia. Así, entre otros, Fernando<br />

Fueyo (El daño extrapatrimonial y su in<strong>de</strong>mnización especialmente en materia<br />

contractual, separata <strong>de</strong> la Revista <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Privado, año 1 Nº 1, enero-marzo 1966);<br />

Leslie Toamsello Hart (El daño moral en la responsabilidad contractual, Edit. Jurídica<br />

<strong>de</strong> Chile, 1969, pp. 165-166). Pero la jurispru<strong>de</strong>ncia, se había mantenido<br />

invariable y sólo recién ahora empieza a cambiar. Y ya encontramos algunos<br />

fallos que aceptan in<strong>de</strong>mnizar el daño moral (Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 431, sent. 1, p. 657.<br />

Véase un comentario a esta sentencia <strong>de</strong> la Excma. Corte Suprema <strong>de</strong> 20 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong><br />

1994, en Revista <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Concepción Nº 196, p. 155, que hace el<br />

profesor Ramón Domínguez).<br />

¿Qué razones se han dado para no in<strong>de</strong>mnizar el daño moral? 1. En<br />

primer lugar, la ya explicada, que faltaba una norma como la <strong>de</strong>l art. 2329<br />

aplicable a la responsabilidad extracontractual. 2. En seguida, que el artículo<br />

1556 establece que la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios compren<strong>de</strong> el daño<br />

emergente y lucro cesante, conceptos éstos <strong>de</strong> <strong>cl</strong>aro contenido patrimonial; y<br />

3. Que es difícil su prueba y avaluación.<br />

En realidad ninguno <strong>de</strong> los argumentos es categórico. En efecto, si falta<br />

la norma, nos encontramos frente a una laguna legal, que el juez en<br />

conformidad al artículo 24 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, <strong>de</strong>be llenar recurriendo a los<br />

principios generales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y a la equidad natural. En cuanto a que el art.<br />

1556 no lo contempla, es cierto, pero tampoco lo prohibe. Finalmente, no es<br />

serio sostener que no <strong>de</strong>be in<strong>de</strong>mnizarse por ser difícil <strong>de</strong> probar y <strong>de</strong> avaluar,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que en materia extracontractual el problema es el mismo y se pagan.<br />

216


En todo caso cabe señalar que el artículo 1556, no es un buen<br />

argumento para acoger el daño moral, pues esa disposición se tomó <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Napoléon y en especial <strong>de</strong> Pothier (Obligations, I, Cap. 2, art. 3) que<br />

sólo autorizaban la in<strong>de</strong>mnización por daños patrimoniales. La reparación <strong>de</strong>l<br />

daño moral, no fue siquiera planteada por Pothier, quien, por lo <strong>de</strong>más,<br />

entendía “por daños y perjuicios la pérdida que uno ha sufrido y las ganancias<br />

que ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> hacer”. Sin embargo, en Francia con una disposición<br />

semejante a nuestro artículo 1556 (art. 1149), se viene aceptando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />

mucho tiempo la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong>l daño moral en materia contractual,<br />

entendiéndose agotado el <strong>de</strong>bate.<br />

En Chile, hoy día, frente al texto constitucional -art. 19 Nros. 1 inc. 1º y<br />

4, que asegura a todas las personas tanto el <strong>de</strong>recho a la integridad física y<br />

psíquica (Nº 1), como el respeto a la intimidad y vida privada, y el honor-, no<br />

parece sostenible seguir negando la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong>l daño moral. En esta<br />

disposiciones constitucionales y no en el artículo 1556, <strong>de</strong>ben fundarse las<br />

<strong>de</strong>mandas por daño moral.<br />

Estamos porque se in<strong>de</strong>mnice el daño moral, pero también creemos que<br />

se <strong>de</strong>be exigir una prueba <strong>cl</strong>ara y con<strong>cl</strong>uyente <strong>de</strong> su existencia. Y pensamos<br />

que para su regulación el tribunal <strong>de</strong>be tener faculta<strong>de</strong>s amplias, semejantes a<br />

las que la jurispru<strong>de</strong>ncia ha reconocido para la responsabilidad<br />

extracontractual.<br />

En otros países, como Argentina, por ejemplo, hay un texto expreso que<br />

establece la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong>l daño moral, es el art. 522 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>:<br />

“En los casos <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización por responsabilidad contractual el juez podrá<br />

con<strong>de</strong>nar al responsable a la reparación <strong>de</strong>l daño moral que hubiere causado,<br />

<strong>de</strong> acuerdo a la índole <strong>de</strong>l hecho generador <strong>de</strong> la responsabilidad y<br />

circunstancias”. Un autor español, Gregorio Ortiz Ricol, que recoge la opinión<br />

dominante <strong>de</strong>l pensar <strong>de</strong> ese país, afirma que “cuando el daño moral existe<br />

objetivamente, su sanción <strong>de</strong>be seguirle como consecuencia necesaria,<br />

cualquiera que sea su proce<strong>de</strong>ncia y naturaleza” (cit. por Fueyo, Instituciones <strong>de</strong><br />

<strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong> Mo<strong>de</strong>rno, Edit. Juridica <strong>de</strong> Chile, 1990, p. 71). En el mismo sentido<br />

Jaime Santos Briz, quien, acogiendo la opinión <strong>de</strong> Castán (ob. cit., pp. 235-236)<br />

afirma que “admitido el daño moral como susceptible <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización en el<br />

campo extracontractual, no se ve razón por la que haya <strong>de</strong> ser ex<strong>cl</strong>uído <strong>de</strong>l<br />

campo <strong>de</strong> las obligaciones contractuales” y más a<strong>de</strong>lante agrega que “<strong>de</strong> todos<br />

modos parece indudable que la reparación <strong>de</strong> los daños morales que no se<br />

traducen en quebranto material inmediato ha <strong>de</strong> ser sometida a un régimen<br />

217


jurídico distinto al <strong>de</strong> aquel que gobierna los daños propiamente<br />

patrimoniales: los requisitos que afectan al nexo causal y a la prueba <strong>de</strong> los<br />

daños morales han <strong>de</strong> ser tratados con menos severidad que cuando se trata <strong>de</strong><br />

daños materiales, y a <strong>de</strong> ser concedido a los Tribunales un amplio arbitrio para<br />

su apreciación” (<strong>Derecho</strong> <strong>de</strong> Daños, Editorial Revista <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Privado, Madrid,<br />

1963, p. 124).<br />

Por nuestra parte, creemos que el daño moral <strong>de</strong>be in<strong>de</strong>mnizarse en la<br />

responsabilidad contractual. Pero <strong>de</strong>be quedar <strong>cl</strong>aro también que cualquier<br />

incumplimiento contractual no pue<strong>de</strong> ser fuente <strong>de</strong> daño moral. Así, por<br />

ejemplo, si la obligación incumplida es la no entrega <strong>de</strong> 100 sacos <strong>de</strong> porotos,<br />

no parece razonable pensar que ello pueda producir un daño moral al acreedor.<br />

En cambio, si una persona lleva a achicar el anillo <strong>de</strong> compromiso <strong>de</strong> sus<br />

padres, y el joyero lo pier<strong>de</strong>, sí que se ve como factible la in<strong>de</strong>mnización. Lo<br />

mismo si se lleva a enmarcar la fotografía única <strong>de</strong> un antepasado lejano, y el<br />

establecimiento la pier<strong>de</strong>, etc. En el caso acogido por la jurispru<strong>de</strong>ncia (Fallos<br />

<strong>de</strong>l Mes, Nº 431, sent. 1, p. 657) se trataba <strong>de</strong> un banco que en forma <strong>de</strong>scuidada<br />

entregó a un tercero talonarios <strong>de</strong> la cuenta corriente <strong>de</strong> un cuentacorrentista.<br />

El tercero aprovechando estos talonarios giró cheques que fueron protestados,<br />

lo que ocasionó un daño moral al cuentacorrentista al lesionarse su crédito, su<br />

honor, su prestigo y buen nombre.<br />

Estamos en total acuerdo con lo dicho en el Código anotado <strong>de</strong> Salas-<br />

Trigo Represas: “en materia contractual el daño moral no se configura por<br />

cualquier molestia que resulte <strong>de</strong>l incumplimiento, no <strong>de</strong>be confundirse con<br />

las inquietu<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los negocios, o las que normalmente<br />

resultan <strong>de</strong> los pleitos; para que ello ocurra es menester que se haya turbado<br />

seriamente la moral, el honor, la libertad o los afectos <strong>de</strong>l acreedor, o su<br />

integridad física, o que tal incumplimiento le haya producido una lesión en sus<br />

sentimientos a causa <strong>de</strong>l sufrimiento o dolor que se le ha provocado” (citado por<br />

Fueyo, ob. cit., p. 73). En el mismo sentido ha sido entendido por algunos fallos<br />

norteamericanos, según explica Dominguez Aguila: “<strong>de</strong> allí ha <strong>de</strong>rivado el<br />

principio <strong>de</strong> que si bien los daños no económicos no son reparables<br />

necesariamente en materia contractual, ello es posible cuando se trata <strong>de</strong><br />

contratos que, por su naturaleza, son aptos para causar daños emocionales u<br />

otros no patrimoniales, en caso <strong>de</strong> incumplimiento y que por lo mismo se<br />

acostumbra a calificar <strong>de</strong> “personal contracts” como opuestos a los contratos<br />

calificados <strong>de</strong> “commercial” que, por no envolver en la previsibilidad <strong>de</strong> las<br />

partes intereses afectivos, <strong>de</strong> comodidad u otros, no originan daños morales.<br />

Así -agrega- dan lugar a dicha reparación la infracción <strong>de</strong> contratos <strong>de</strong> seguro<br />

218


<strong>de</strong> vida, los relativos a acontecimientos importantes <strong>de</strong> la vida personal, como<br />

el matrimonio, el nacimiento o los funerales, las vacaciones, el alojamiento y<br />

otros <strong>de</strong> parecido contenido” (comentario cit., pp. 159-160). Véase R.D.J., t. 94,<br />

sec. 2ª, p. 94.<br />

Daño emergente y lucro cesante<br />

El artículo 1556 dice que “la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios compren<strong>de</strong> el<br />

daño emergente y lucro cesante, ya provenga <strong>de</strong> no haberse cumplido la<br />

obligación o <strong>de</strong> haberse cumplido imperfectamente, o <strong>de</strong> haberse retardado el<br />

cumplimiento. Exceptúanse los casos en que la ley la limita expresamente al<br />

daño emergente”.<br />

La ley no <strong>de</strong>fine estos conceptos. Se estima que el daño emergente es el<br />

empobrecimieno real y efectivo que sufre el patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; y el lucro<br />

cesante la utilidad que <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> percibir el acreedor por el incumplimiento o<br />

cumplimiento tardío <strong>de</strong> la obligación. Ej: se contrata a Pavaroti, para que<br />

venga a dar un concierto; se gasta en propaganda, viajes, etc, pero en<br />

<strong>de</strong>finitiva el artista no viene. El daño emergente, está representado por lo que<br />

se gastó en propaganda, viajes, etc. El lucro cesante, está <strong>de</strong>terminado por la<br />

utilidad que el empresario pensaba obtener con este concierto.<br />

Dice el art. 1556, que no se in<strong>de</strong>mniza el lucro cesante en aquellos casos<br />

en que la ley limita la in<strong>de</strong>mnización expresamente al daño emergente. Así<br />

ocurre, por ejemplo, en lo artículos 1930 inc. final, 1932, 1933 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong> y 209 y 210 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Comercio (contrato <strong>de</strong> transporte).<br />

No es fácil la prueba <strong>de</strong>l lucro cesante. Por la misma razón, se <strong>de</strong>be<br />

apreciar la prueba con mayor liberalidad. Así lo entien<strong>de</strong> Sergio Gatica: “el<br />

lucro cesante, a diferencia <strong>de</strong>l daño emergente, es difícil <strong>de</strong> establecer, por su<br />

carácter esencialmene eventual, que lo transforma en un principio jurídico<br />

lleno <strong>de</strong> vagueda<strong>de</strong>s e incertidumbres”. Y agrega que “por la misma razón el<br />

legislador ha prescindido <strong>de</strong> dictar normas al respecto, <strong>de</strong>jando entregada a la<br />

pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l tribunal la sana aplicación <strong>de</strong> los hechos <strong>de</strong> la causa”. (Aspectos<br />

<strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios por incumplimiento <strong>de</strong>l contrato, Editorial Jurídica <strong>de</strong><br />

Chile, 1959, p. 108). Así ha sido reconocido también por la Corte <strong>de</strong> Concepción,<br />

en el juicio “Cadi con Muncipalidad <strong>de</strong> Concepción”. En esta sentencia <strong>de</strong> 19<br />

<strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1994, la Corte <strong>de</strong> Concepción agregó que “en todo caso, para<br />

dar lugar al pago a la in<strong>de</strong>mnización por lucro cesante, <strong>de</strong>be el tribunal,<br />

adquirir la conviccción <strong>de</strong> que había una probabilidad cierta <strong>de</strong>l negocio en<br />

219


que se obtendría la ganancia así como <strong>de</strong> las utilida<strong>de</strong>s que <strong>de</strong> él provendría”<br />

(consi<strong>de</strong>rando 27).<br />

También se ha fallado que “resuelto por incumplimiento <strong>de</strong> una parte un<br />

contrato bilateral con plazo fijo, el lucro cesante que <strong>de</strong>be in<strong>de</strong>mnizarse a la<br />

otra es sólo la legitima ganancia que pudo obtener si el contrato se hubiese<br />

cumplido íntegramente, esto es, la prestación que se le <strong>de</strong>bería pagar menos<br />

los gastos y costos que <strong>de</strong>bía soportar para cumplir su obligación” (Fallos <strong>de</strong>l<br />

Mes, Nº 450, sent. 16, p. 950).<br />

Perjuicios previstos e imprevistos<br />

Perjuicios previstos son los que se previeron o pudieron preveerse al<br />

tiempo <strong>de</strong>l contrato (art. 1558 inc. 1º). Los que no cumplen con que estos<br />

requistos son imprevistos. Se in<strong>de</strong>mnizan sólo los previstos, salvo en los casos<br />

<strong>de</strong> dolo o culpa grave (art. 1558).<br />

En relación con esta materia, la Corte <strong>de</strong> Apelaciones <strong>de</strong> Concepción ha<br />

precisado, que cuando el artículo 1558 <strong>de</strong>fine como perjuicios previstos “los<br />

que se previeron o pudieron preverse al tiempo <strong>de</strong>l contrato”, esta última<br />

expresión no significa “fecha <strong>de</strong>l contrato”, pues en el caso <strong>de</strong>l arrendamiento<br />

(y lo mismo cabe para cualquier contrato <strong>de</strong> tracto sucesivo) tiempo <strong>de</strong>l<br />

contrato “es el período durante el cual se <strong>de</strong>sarrolla el contrato, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

nacimiento hasta el momento en que se haya producido la restitución <strong>de</strong>l<br />

inmueble arrendado” (sentencia <strong>de</strong> 19 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1994, dictada en la<br />

causa “Cadi con Municipalidad <strong>de</strong> Concepción”, consi<strong>de</strong>rando Nº 16.<br />

Sentencia no publicada).<br />

En la jurispru<strong>de</strong>ncia italiana hay un caso célebre: un comerciante<br />

compró una partida <strong>de</strong> castañas para ven<strong>de</strong>relas en El Cairo, don<strong>de</strong> obtendría<br />

un precio extraordinario; como no se le entregaron oportunamente, pretendió<br />

cobrar como lucro cesante la diferencia <strong>de</strong> precio que habría obtenido en la<br />

venta; los tribunales aceptaron unicamente la ganancia que habría obtenido en<br />

Italia misma, porque la otra no era previsible ni había sido prevista al tiempo<br />

<strong>de</strong>l contrato. Otro ejemplo que también es <strong>cl</strong>ásico es <strong>de</strong> una persona que viaja<br />

con un maletín con objetos valiosos y es hurtado por un empleado <strong>de</strong> la<br />

empresa. El robo <strong>de</strong>l maletín es perjuicio previsto, pero no el valor anormal <strong>de</strong><br />

los objetos, porque está totalmente al margen <strong>de</strong> la previsión <strong>de</strong> la empresa<br />

que una persona trasla<strong>de</strong> cosas preciosas sin avisarle para que se tomen las<br />

precauciones correspondientes.<br />

220


Las partes pue<strong>de</strong>n alterar las reglas sobre los perjuicios a<br />

in<strong>de</strong>mnizar<br />

Así lo consigna el inciso final <strong>de</strong>l art. 1558: “Las estipulaciones <strong>de</strong> los<br />

contratantes podrán modificar estas reglas”.<br />

Las partes podrían convenir no sólo que se in<strong>de</strong>mnicen los perjuicios<br />

indirectos y los imprevistos, aunque no haya dolo o culpa grave, sino<br />

cualquier otra estipulación, como que no se in<strong>de</strong>mnice el lucro cesante, que se<br />

reparen los daños meramente morales, y aún los inciertos, elimar toda<br />

responsabilidad con ciertas limitaciones, tec.<br />

AVALUACIÓN LEGAL<br />

La avaluación legal <strong>de</strong> los perjuicios está establecida en el art. 1559,<br />

que la limita ex<strong>cl</strong>usivamente a la in<strong>de</strong>mnización moratoria, que se genera por<br />

el incumpliento <strong>de</strong> una obligación <strong>de</strong> dinero: “Si la obligación es <strong>de</strong> pagar una<br />

cantidad <strong>de</strong> dinero, la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios por la mora está sujeta a las<br />

reglas siguientes...”.<br />

¿Por qué sólo contempla la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios moratoria y no<br />

la compensatoria? La explicación es simple: en la in<strong>de</strong>mnización<br />

compensatoria se paga una suma <strong>de</strong> dinero, que equivale al cumplimiento<br />

íntegro <strong>de</strong> la obligación. Pero si la <strong>de</strong>uda es <strong>de</strong> dinero, la suma que se paga<br />

“no equivale” al cumplimiento íntegro, sino que “es” el cumplimiento íntegro.<br />

Cabe señalar que aun cuando el punto se ha discutido, no se ve una<br />

buena razón para estimar que respecto <strong>de</strong> esta in<strong>de</strong>mnización, no se requiera<br />

constituir en mora al <strong>de</strong>udor. René Ramos (ob. cit., Nº 343, p. 288) piensa que sí<br />

es necesario constituirlo, por aplicación <strong>de</strong> las reglas generales. En el mismo<br />

sentido Abeliuk (ob. cit., Nros. 898-899, pp. 738-739).<br />

Carateristicas <strong>de</strong> la liquidación legal<br />

1. El artículo 1559 es una disposición supletoria y excepcional.<br />

Supletoria porque rige sólo a falta <strong>de</strong> pacto entre las partes; excepcional -<br />

doblemente excepcional podríamos agregar- porque se refiere sólo al<br />

221


incumplimiento <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dinero y únicamente a la<br />

in<strong>de</strong>mnización moratoria.<br />

2. Cuando sólo se cobran intereses, los perjuicios se presumen,<br />

situación absolutamente excepcional, ya que la regla es que <strong>de</strong>ben probarse.<br />

3. Lo anterior, se explica porque los intereses representan el perjuicio<br />

que el acreedor experimenta si no se le paga con oportunidad el dinero que se<br />

le <strong>de</strong>be, pues cabe suponer que obtenida esa suma podría haber ganado<br />

intereses con el simple expediente <strong>de</strong> <strong>de</strong>positarlos en una cuenta <strong>de</strong> ahorro<br />

bancaria.<br />

4. El acreedor, aparte <strong>de</strong> los intereses, pue<strong>de</strong> cobrar otros perjuicios,<br />

pero para ello <strong>de</strong>berá probarlos, <strong>de</strong> acuerdo a las reglas generales.<br />

De acuerdo al art. 1559, la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios por la mora está<br />

sujeta a las reglas siguientes:<br />

Regla primera <strong>de</strong>l art. 1559. “Se siguen <strong>de</strong>biendo los intereses<br />

convencionales, si se ha pactado un interés superior al legal, o empiezan a<br />

<strong>de</strong>berse los intereses legales, en caso contrario; quedando, sin embargo, en su<br />

fuerza las disposiciones especiales que autoricen el cobro <strong>de</strong> los interses<br />

corrientes en ciertos casos” (1559 Nº 1).<br />

Para enten<strong>de</strong>r esta regla es indispensable recordar los distintos tipos <strong>de</strong><br />

interés: legal, corriente, convencional. Hoy, en virtud <strong>de</strong>l art. 19 <strong>de</strong> la Ley Nº<br />

18.010 <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse por interés legal el corriente.<br />

Luego, en conformidad a esta regla, habrá <strong>de</strong> distinguirse varias<br />

situaciones: a) que las partes hayan pactado intereses convencionales y que<br />

estos sean superiores al interés legal, se siguen <strong>de</strong>biendo los intereses<br />

convencionales, b) que las partes no hayan pactado intereses o que<br />

pactándolos han sido inferiores al legal, se empiezan a generar los intereses<br />

legales; y c) si se está frente a una diposicion que autorice el cobro <strong>de</strong><br />

intereses corrientes (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la ley Nº 18.010 hay que enten<strong>de</strong>r esta frase<br />

como el cobro <strong>de</strong> otros intereses) en ciertos casos, no rigen las reglas<br />

anteriores.<br />

Regla segunda <strong>de</strong>l artículo 1559. “El acreedor no tiene necesidad <strong>de</strong><br />

justificar intereses cuando sólo cobra intereses; basta el hecho <strong>de</strong>l retardo”. Ya<br />

222


se ha explicado. Solo resta agregar que se pue<strong>de</strong>n cobrar otros perjuicios,<br />

siempre que se acrediten.<br />

Regla tercera <strong>de</strong>l artículo 1559. “Los intereses atrasados no producen<br />

interés”. Lo que la norma está señalando es que no acepta el anatocismo, que<br />

así se llama la capitalización <strong>de</strong> intereses (El art. 9 <strong>de</strong> la Ley Nº 18.010<br />

permite pactarlo).<br />

Regla cuarta <strong>de</strong>l artículo 1559. “La regla anterior -que los intereses<br />

atrasados no producen interés- se aplica a toda especie <strong>de</strong> rentas, cánones y<br />

pensiones períodicas”.<br />

Por esta razón si la partes no han convenido otra cosa, las rentas <strong>de</strong><br />

arrendamiento atrasadas no <strong>de</strong>vengan interés. Lo que no significa que se<br />

<strong>de</strong>ban pagar en valor nominal, pues la Ley Nº 18.101 establece la<br />

reajustabilidad (art. 21).<br />

AVALUACIÓN CONVENCIONAL<br />

(CLÁUSULA PENAL)<br />

Hay dos formas diferentes <strong>de</strong> tratar la <strong>cl</strong>áusula penal: como una <strong>cl</strong>ase<br />

especial <strong>de</strong> obligaciones, que es lo que hace el Código <strong>Civil</strong> en el Título XI<br />

<strong>de</strong>l Libro IV, “De las obligaciones con <strong>cl</strong>áusula penal”, y la forma como la<br />

tratan la mayoría <strong>de</strong> los códigos mo<strong>de</strong>rnos; o bien, como una <strong>de</strong> las maneras<br />

<strong>de</strong> avaluar los perjuicios. Esta última forma proviene <strong>de</strong> Zacharie y ha sido<br />

adoptada por un gran sector <strong>de</strong> la doctrina.<br />

Como advierte Abeliuk, ambas posiciones admiten <strong>de</strong>fensa, porque si<br />

bien en la <strong>cl</strong>áusula penal hay una avaluación convencional y anticipada <strong>de</strong> los<br />

perjuicios, su ámbito <strong>de</strong> aplicación es bastante más extenso (ob. cit., t. II, Nº 904,<br />

p. 742). La verdad es que la <strong>cl</strong>áusula penal cumple funciones diversas que la<br />

transforman en una institución autónoma.<br />

Concepto<br />

Está <strong>de</strong>finida en el artículo 1535: “La <strong>cl</strong>áusula penal es aquella en que<br />

una persona para asegurar el cumplimiento <strong>de</strong> una obligación se sujeta a una<br />

223


pena, que consiste en dar o hacer algo en caso <strong>de</strong> no ejecutar o <strong>de</strong> retardar la<br />

obligación principal”.<br />

Esta <strong>de</strong>finición presenta algunas incorrecciones. La primera es su propia<br />

<strong>de</strong>nominación, “<strong>cl</strong>áusula penal”, pues ello será así únicamente si se pacta<br />

conjuntamente con el contrato principal. Mas, <strong>de</strong>ja ser cierto si se establece<br />

con posterioridad, pues en tal caso <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una <strong>cl</strong>áusula que se inserta en<br />

un contrato principal. Por ello hay quienes piensan que resulta más propio<br />

hablar <strong>de</strong> “estipulación penal” (Sergio Gatica, ob. cit., Nº 226, p. 304).<br />

También resulta ina<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong>cir que tiene por objeto asegurar el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> una obligación principal, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que por sí sola nada<br />

garantiza. Produce algunas ventajas para el acreedor en caso <strong>de</strong><br />

incumplimiento, pero no hace más eficaz la obligación.<br />

Finalmente cabe observar que al establecer que la pena “consiste en<br />

dar o hacer algo”, ha omitido las obligaciones <strong>de</strong> no hacer, situación<br />

perfectamente admisible.<br />

Algunos han criticado finalmente, que la <strong>de</strong>finición hable <strong>de</strong> “pena”,<br />

que daría a la institución una connotación ajena al <strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong> (Guillermo<br />

Díaz, La inmutabilidad <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal, citado por Sergio Gatica, ob. cit., Nº 226, p.<br />

305), crítica que no es posible compartir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que las partes, en virtud <strong>de</strong>l<br />

principio <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong> la voluntad, pue<strong>de</strong>n convenir penas privadas. Lo<br />

que no se pue<strong>de</strong> es establecer que para el caso que el <strong>de</strong>udor incumpla se le<br />

consi<strong>de</strong>re autor <strong>de</strong> un <strong>de</strong>lito penal, pues como lo dice un viejo fallo “no es<br />

lícito estipular que se impongan penas por actos que la ley no ha penado” (se<br />

trataba <strong>de</strong> una <strong>cl</strong>áusula penal en que el <strong>de</strong>udor en caso <strong>de</strong> incumplimiento se<br />

sujetaba a la pena <strong>de</strong> la estafa: G.T., 1884, Nº 2.112, p. 1311).<br />

Terminología aplicable a la institución<br />

Históricamente, el nombre primero que tuvo esta institución en Roma<br />

fue <strong>de</strong> “stipulatio poenae”. Posteriormente los jurisconsultos comenzaron a<br />

usar la expresión “<strong>cl</strong>ausula poenae”. El Código <strong>de</strong> Napoleón usó la expresión<br />

<strong>cl</strong>áusula penal, y <strong>de</strong> allí paso con el mismo nombre a los Códigos que en él se<br />

inspiraron, como ocurre con el Código <strong>Civil</strong> chileno. En doctrina ha recibido<br />

diferentes nombres. Así Massin emplea el término “pena civil”. Lo mismo<br />

Gény. Hugueney habla <strong>de</strong> “pena privada”. Von Tuhr emplea la expresión<br />

224


“<strong>cl</strong>áusula penal” o “pena convencional” (José Peirano Facio: La <strong>cl</strong>áusula penal,<br />

Editorial Temis, Colombia, 1982, Nº 10, p. 15).<br />

Funciones que cumple la <strong>cl</strong>áusula penal<br />

La <strong>cl</strong>áusula penal cumple tres funciones:<br />

a) Es una forma <strong>de</strong> avaluar convencional y anticipamente los perjuicios;<br />

b) Constituye una caución; y<br />

c) Importa una pena civil.<br />

La <strong>cl</strong>áusula penal constituye una forma <strong>de</strong> avaluar perjuicios<br />

No hay disposiciones especiales que le confieran este carácter, pero ello<br />

fluye con <strong>cl</strong>aridad <strong>de</strong> diversos artículos. Así, por ejemplo, <strong>de</strong> los artículos<br />

1537 y 1538, que exigen la constitución en mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; <strong>de</strong>l artículo 1539,<br />

que establece la rebaja <strong>de</strong> la pena estipulada en el caso <strong>de</strong> cumplimiento<br />

parcial (evitando con ello acumular cumplimiento con in<strong>de</strong>mnización); <strong>de</strong>l art.<br />

1540, que permite dividir la pena entre los distintos here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor a<br />

prorrata <strong>de</strong> sus cuotas hereditarias.<br />

Como forma <strong>de</strong> avaluar perjuicios, presenta dos características: a) es<br />

convencional y b) anticipada.<br />

a) Convencional: porque proviene <strong>de</strong>l acuerdo <strong>de</strong> las partes. Ello<br />

significa que si la pena se establece unilateralmente, p ej. la fija el testador<br />

para el here<strong>de</strong>ro que no pague un legado, no estamos frente a una <strong>cl</strong>áusula<br />

penal, a menos que fallecido el causante, este here<strong>de</strong>ro acepte la situación, con<br />

lo que pasa a ser convencional. Por la misma razón tampoco pue<strong>de</strong><br />

establecerla la ley o el juez.<br />

La <strong>cl</strong>áusula penal no es la única forma <strong>de</strong> avaluar convencional y<br />

anticipadamente los perjuicios, pues el mismo carácter tienen las arras<br />

confirmatorias que también constituyen una liquidación anticipada <strong>de</strong> los<br />

perjuicios <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> un incumplimiento contractual.<br />

225


) Anticipada. La <strong>cl</strong>áusula penal constituye una avaluación anticipada<br />

porque el monto <strong>de</strong> los perjuicios quedan irrevocablemente fijados antes <strong>de</strong>l<br />

incumplimiento. Tanto es así que producido éste, el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> discutir<br />

ni la existencia ni el monto <strong>de</strong> estos perjuicios (art. 1542).<br />

La <strong>cl</strong>áusula penal pue<strong>de</strong> ser compensatoria o moratoria<br />

Como la <strong>cl</strong>áusula penal es una forma <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar perjuicios, pue<strong>de</strong><br />

ser tanto compensatoria como moratoria. Así se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la propia<br />

<strong>de</strong>finición legal: “en caso <strong>de</strong> no ejecutar“ (compensatoria) o <strong>de</strong> “retardar la<br />

obligación principal” (moratoria). Así lo ha dicho la jurispru<strong>de</strong>ncia (R.D.J., t.<br />

55, sec. 2ª, p. 123). Y otro fallo ha señalado que “la regla general es que la<br />

<strong>cl</strong>áusula penal sea compensatoria; así se <strong>de</strong>duce <strong>de</strong>l texto <strong>de</strong>l artículo 1537”<br />

(R.D.J., t. 61, sec. 1ª, p. 121).<br />

Diferencias <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal con la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios<br />

ordinaria<br />

Como in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios la <strong>cl</strong>áusula penal, presenta algunas<br />

particularida<strong>de</strong>s:<br />

a) Des<strong>de</strong> luego, difiere <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios ordinaria, en<br />

cuanto a la oportunidad en que se fija pues, como ya lo hemos dicho, estamos<br />

frente a una in<strong>de</strong>mnización establecida antes <strong>de</strong>l incumplimiento;<br />

b) Los perjuicios no se reparan necesariamente en dinero, como ocurre<br />

con la avaluación legal o judicial, pues en este caso, la pena pue<strong>de</strong> consistir en<br />

un dar o en un hacer (como lo indica el artículo 1535) o en un no hacer (como<br />

lo señala la doctrina);<br />

c) No es necesario probar los perjuicios, como lo indica el artículo<br />

1542. Este caso y el <strong>de</strong> la evaluación legal son las excepciones a la regla <strong>de</strong><br />

que los perjuicios <strong>de</strong>ben probarse. La Corte Suprema en un fallo <strong>de</strong> 8 <strong>de</strong> abril<br />

<strong>de</strong> 1993, resolvió que “la <strong>cl</strong>áusula penal no requiere <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración judicial<br />

previa acerca <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar perjuicios, exime al acreedor <strong>de</strong> la carga <strong>de</strong><br />

probar la existencia <strong>de</strong> éstos e impi<strong>de</strong> al <strong>de</strong>udor alegar la inexistencia <strong>de</strong> los<br />

mismos”. En el caso en cuestión se <strong>de</strong>mandó ejecutivamente el pago <strong>de</strong> una<br />

pena y la ejecutada opuso la excepción <strong>de</strong>l artículo 434 Nº 7 (falta <strong>de</strong> fuerza<br />

ejecutiva <strong>de</strong>l título por no existir una <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración judicial previa <strong>de</strong> certeza<br />

acerca <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar). La Corte <strong>de</strong> Santiago acogió la<br />

226


excepción y la Corte Suprema casó el fallo (ver cons. 3º) (Fallos <strong>de</strong>l Mes Nº<br />

450, sent. 5, p. 902).<br />

Constituye una caución<br />

Como la <strong>cl</strong>áusula penal tiene por objeto asegurar el cumplimiento <strong>de</strong><br />

una obligación principal (art. 1535), no pue<strong>de</strong> discutirse su condición <strong>de</strong><br />

caución, atendido que el Código <strong>de</strong>fine la voz caución como “cualquiera<br />

obligación que se contrae para la seguridad <strong>de</strong> una obligación propia o ajena”<br />

(art. 46). Por lo <strong>de</strong>más, es mencionada como tal por el artículo 1472, al lado<br />

<strong>de</strong> la fianza, hipoteca y prenda.<br />

En virtud <strong>de</strong> este carácter <strong>de</strong> caución <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal pue<strong>de</strong>n<br />

explicarse diversas soluciones <strong>de</strong> la ley, y que, mirándola únicamente como<br />

como in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios, carecen <strong>de</strong> justificación. Des<strong>de</strong> luego, la ya<br />

señalada <strong>de</strong> que puedan cobrarse perjuicios, aunque no los haya (art. 1542).<br />

Pero pue<strong>de</strong> irse más lejos aún, y por estipulación expresa <strong>de</strong> las partes,<br />

al acreedor le es posible cobrar tanto la obligación principal como la pena (art.<br />

1537), y, por otro convenio también expreso, la pena y la in<strong>de</strong>mnización<br />

ordinaria <strong>de</strong> perjuicios (art. 1543); todo ello sería inexplicable si se trata <strong>de</strong><br />

una mera avaluación convencional <strong>de</strong> los daños.<br />

Sin embargo, <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rarse que la <strong>cl</strong>áusula penal por sí sola no<br />

asegura el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación principal. Sólo sirve <strong>de</strong> estímulo<br />

para que el <strong>de</strong>udor cumpla. Como dice un autor “la eficacia <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula<br />

penal como caución resi<strong>de</strong> fundamentalmente en la coacción psicológica que<br />

la pena ejerce sobre el ánimo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, la cual naturalmente está en relación<br />

directa con la cuantía <strong>de</strong> la misma” (Gatica, ob. cit., Nº 287, p. 378).<br />

Su condición <strong>de</strong> caución se robustece cuando se constituye para<br />

garantizar una obligación ajena, pues en ese supuesto, hay dos patrimonios<br />

que van a estar respondiendo <strong>de</strong>l cumplimiento <strong>de</strong> la obligación.<br />

Como caución es personal porque no afecta bienes <strong>de</strong>terminados al<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación que puedan perseguirse en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> terceros,<br />

como ocurre con la prenda o la hipoteca. No pasa a ser real, aun cuando<br />

consista en dar una especie o cuerpo cierto; en consecuencia, si el <strong>de</strong>udor o el<br />

que constituyó la pena enajenan el bien que se obligaron a dar, el acreedor<br />

carece <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> persecución <strong>de</strong> la cosa en manos <strong>de</strong>l adquirente.<br />

227


La <strong>cl</strong>áusula penal constituye una pena civil<br />

Así esta dicho en la propia <strong>de</strong>finición legal. Pue<strong>de</strong> agregarse que la<br />

<strong>cl</strong>áusula penal nació en el <strong>Derecho</strong> Romano con una finalidad estrictamente<br />

sancionadora, carácter que aun conserva.<br />

Paralelo <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal con otras instituciones<br />

Se asemeja a la fianza pero se diferencia <strong>de</strong> ésta en que el fiador sólo se<br />

obliga a pagar una suma <strong>de</strong> dinero (2343 inciso final), en tanto que la <strong>cl</strong>áusula<br />

penal pue<strong>de</strong> consistir en dar, hacer o no hacer algo. Tampoco el fiador pue<strong>de</strong><br />

obligarse en términos más gravosos que el <strong>de</strong>udor principal (art. 2344),<br />

limitación que no existe en la <strong>cl</strong>áusula penal.<br />

Se semeja también a las arras. En éstas se da una cosa con el fin <strong>de</strong><br />

constituir una seguridad <strong>de</strong> la celebración o ejecución <strong>de</strong> un contrato, o como<br />

parte <strong>de</strong>l precio o señal <strong>de</strong> quedar convenidos (arts. 1803 a 1805). Se pue<strong>de</strong>n<br />

apreciar algunas diferencias importantes: las arras garantizan la celebración <strong>de</strong><br />

un contrato y no el cumplimiento <strong>de</strong> una obligación. A<strong>de</strong>más en las arras hay<br />

una entrega actual <strong>de</strong> dinero u otra cosa, lo que no ocurre en la <strong>cl</strong>áusula penal<br />

en que la entrega -suponiendo que la <strong>cl</strong>áusula penal estableza la entrega <strong>de</strong><br />

algo- sólo se va a producir cuando se produzca el incumplimiento.<br />

Características<br />

1. Es consensual.<br />

2. Es condicional.<br />

3. Accesoria.<br />

4. Pue<strong>de</strong> garantizar una obligación civil o natural.<br />

Consensual<br />

Pues la ley no ha sometido su establecimiento a ninguna formalidad<br />

especial, aunque naturalmente le rigen las limitaciones para la prueba<br />

testimonial. Aun más, la voluntad <strong>de</strong> las partes pue<strong>de</strong> manifestarse en forma<br />

expresa o en forma tácita. De manera que “existe <strong>cl</strong>áusula penal no sólo<br />

cuando se la instituye literalmente, sino también en todos aquellos casos en<br />

que se consigna el pago <strong>de</strong> una pena, <strong>de</strong> una multa, <strong>de</strong> una suma <strong>de</strong> dinero a<br />

228


título <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización, o <strong>de</strong> cualquiera otra cosa que se trate <strong>de</strong> dar, hacer o<br />

no hacer para el caso <strong>de</strong> no cumplirse o retardarse el pago <strong>de</strong> la obligación<br />

principal” (Gatica, ob. cit., Nº 252, p. 339).<br />

“Sin embargo -dice don Manuel Somarriva- habrá casos en que<br />

indirectamente la <strong>cl</strong>áusula penal <strong>de</strong>be sujetarse a solemnida<strong>de</strong>s. Por ejemplo,<br />

cuando la pena consiste en la entrega <strong>de</strong> un bien raíz: <strong>de</strong>be constar por<br />

escritura pública. No lo dice el legislador, pero se llega a esa con<strong>cl</strong>usión<br />

aplicando el artículo 57 <strong>de</strong>l Reglamento <strong>de</strong>l Conservador <strong>de</strong> Bienes Raíces...”<br />

(Tratado <strong>de</strong> las Cauciones, Nº 20, p. 22).<br />

Condicional<br />

Tiene ese carácter porque el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l acreedor a cobrar la <strong>cl</strong>áusula<br />

penal está sujeto al hecho futuro e incierto que se produzca el incumplimiento<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. y que éste se encuentre en mora (artículo 1537). En este sentido,<br />

R.D.J., t. 32, sec. 1ª, p. 188.<br />

Accesoria<br />

Esta característica proviene <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> ser una caución. De ello<br />

surgen varias consecuencias importantes:<br />

a) Extinguida la obligación principal, por cualquier medio, se extingue<br />

la <strong>cl</strong>áusula penal.<br />

b) La acción para exigir el pago <strong>de</strong> la pena prescribe conjuntamente con<br />

la obligación principal (art. 2516).<br />

c) La nulidad <strong>de</strong> la obligación principal trae consigo la nulidad <strong>de</strong> la<br />

pena (art. 1536 inciso 1º). El artículo 1701 hace una <strong>cl</strong>ara aplicación <strong>de</strong> este<br />

principio al establecer que “La falta <strong>de</strong> instrumento público no pue<strong>de</strong> suplirse<br />

por otra prueba en los actos y contratos en que la ley requiere esa solemnidad;<br />

y se mirararán como no ejecutados o celebrados, aun cuando en ellos se<br />

prometa reducirlos a instrumento público <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un cierto plazo, bajo una<br />

<strong>cl</strong>áusula penal: esta <strong>cl</strong>áusula no tendrá valor alguno”.<br />

En relación con esta característica es necesario estudiar dos situaciones<br />

vinculadas directamente con la nulidad <strong>de</strong> la obligación principal: casos en<br />

que se establezca una <strong>cl</strong>áusula penal en la promesa <strong>de</strong> hecho ajeno y en la<br />

229


estipulación en favor <strong>de</strong> otro, situaciones tratadas en los incisos 2º y 3º <strong>de</strong>l<br />

artículo 1537, respectivamente.<br />

Cláusula penal en la promesa <strong>de</strong> hecho ajeno<br />

La promesa <strong>de</strong> hecho ajeno está contemplada en el artículo 1450:<br />

“Siempre que uno <strong>de</strong> los contratantes se compromete a que por una tercera<br />

persona, <strong>de</strong> quien no es legítimo representante, ha <strong>de</strong> darse, hacerse o no<br />

hacerse alguna cosa, esta tercera pesona no contraerá obligación alguna, sino<br />

en virtud <strong>de</strong> su ratificación; y si ella no ratifica, el otro contratante tendrá<br />

acción <strong>de</strong> perjuicios contra el que hizo la promesa”<br />

Ahora bien, el artículo 1536, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar consignado en su inciso<br />

1º que la nulidad <strong>de</strong> la obligación principal acarrea la <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal,<br />

establece en su inciso siguiente, lo que parece una excepción: “Con todo,<br />

cuando uno promete por otra persona, imponiéndose una pena para el caso <strong>de</strong><br />

no cumplirse por ésta lo prometido, valdrá la pena, aunque la obligación<br />

principal no tenga efecto por falta <strong>de</strong>l consentimiento <strong>de</strong> dicha persona”.<br />

La verdad es que no hay ninguna excepción a la regla <strong>de</strong>l inciso 1º, pues<br />

lo que está garantizando la <strong>cl</strong>áusula penal es la obligación que asumió el<br />

promitente <strong>de</strong> que que el tercero acepte la obligación que se contrajo para él,<br />

o, dicho <strong>de</strong> otra manera, que ratifique lo obrado por el promitente. Y<br />

justamente, este es un caso en que la <strong>cl</strong>áusula penal tiene <strong>cl</strong>ara utilidad.<br />

Cláusula penal en la estipulación en favor <strong>de</strong> otro<br />

La estipulación en favor <strong>de</strong> otro está establecida en el artículo 1449:<br />

“Cualquiera pue<strong>de</strong> estipular a favor <strong>de</strong> una tercera persona, aunque no tenga<br />

<strong>de</strong>recho para represenarla, pero sólo esta tercera persona podrá <strong>de</strong>mandar lo<br />

estipulado; y mientras no intervenga su aceptación expresa o tácita, es<br />

revocable el contrato por la sola volunad <strong>de</strong> las partes que concurrieron a él“<br />

(inc. 1º).<br />

El inciso final <strong>de</strong>l artículo 1536 señala que “lo mismo suce<strong>de</strong>rá -valdrá<br />

la pena- cuando uno estipula con otro a favor <strong>de</strong> un tercero, y la persona con<br />

quien se estipula se sujeta a una pena para el caso <strong>de</strong> no cumplir lo<br />

prometido”.<br />

230


Tampoco constituye una excepción a la regla <strong>de</strong>l inciso 1º. Este es un<br />

caso en que la <strong>cl</strong>áusula penal presenta evi<strong>de</strong>nte utilidad, porque como en<br />

conformidad al art. 1449, el estipulante no pue<strong>de</strong> exigir al promitente el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> lo acordado (cumplimiento que sólo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>mandar el<br />

beneficiario), estipula esta <strong>cl</strong>áusula para po<strong>de</strong>r compeler al promitente a que<br />

cumpla. Como dice Somarriva “tampoco hay aquí nulidad <strong>de</strong> la obligación<br />

principal, sino que sencillamente el promitente contrae dos obligaciones: con<br />

respecto al beneficiario, cumplir con lo estipulado, y, con respecto al<br />

estipulante, pagar la pena en caso <strong>de</strong> incumplimiento” (Tratado <strong>de</strong> las Cauciones,<br />

Nº 17, pp. 19-20).<br />

La <strong>cl</strong>áusula penal pue<strong>de</strong> garantizar una obligación civil o natural<br />

El artículo 1472, reconoce en forma expresa que pueda caucionar una<br />

obligación natural. Dice “Las fianzas, hipotecas, prendas y <strong>cl</strong>áusulas penales<br />

constituídas por terceros para seguridad <strong>de</strong> estas obligaciones (naturales)<br />

valdrán”.<br />

Cuando la <strong>cl</strong>áusula penal está <strong>de</strong>stinada a garantizar una obligación<br />

ajena, y esta obligación principal se transforma en natural, algunos entien<strong>de</strong>n<br />

que la obligación <strong>de</strong>l tercero tiene este mismo carácter (Meza Barros, De las<br />

<strong>Obligaciones</strong>, Nº 77, p. 50). Esta opinión no es compartida por Gatica “porque la<br />

caución acce<strong>de</strong> no a la obligación civil, sino a la que ya es natural, y porque <strong>de</strong><br />

otro modo ella no tendría sentido, ni el artículo 1470 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> le<br />

habría reconocido vali<strong>de</strong>z” (Gatica, ob. cit., Nº 280, p. 366).<br />

Extinción <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal<br />

La <strong>cl</strong>áusula penal pue<strong>de</strong> extinguirse por vía principal y por vía<br />

accesoria. Por vía principal, cuando se extingue no obstante mantenerse<br />

vigente la obligación principal (por ejemplo la <strong>cl</strong>áusula penal es nula y la<br />

obligación principal, es válida, artículo 1536 inc. 1º); y por vía accesoria,<br />

cuando <strong>de</strong>saparece como consecuencia <strong>de</strong> haberse extinguido la obligación<br />

principal, en razón <strong>de</strong> su carácter accesorio<br />

Efectos <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal<br />

El efecto propio <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal es dar al acreedor el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

cobrarla cuando no se cumple la obligación principal.<br />

231


Requisitos para que el acreedor pueda cobrar la pena<br />

Para que el acreedor pueda cobrar la pena <strong>de</strong>ben cumplirse las<br />

condiciones ya estudiadas para la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios, con la salvedad<br />

que no es necesario probar la existencia <strong>de</strong> los perjuicios (art. 1542). Luego se<br />

requiere <strong>de</strong>:<br />

a) incumplimiento <strong>de</strong> la obligación principal;<br />

b) que este incumplimiento sea imputable al <strong>de</strong>udor; y<br />

c) mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

La pena y el caso fortuito<br />

¿Se <strong>de</strong>be la pena aun cuando el incumplimiento se <strong>de</strong>ba a caso fortuito?<br />

Así se ha pretendido, fundándose para ello en que el artículo 1542 expresa que<br />

“habrá lugar a exigir la pena en todos los casos en que se hubiere<br />

estipulado...”. Esta posición es equivocada, porque si hay caso fortuito la<br />

obligación principal se extingue por el modo <strong>de</strong> extinguir pérdida <strong>de</strong> la cosa<br />

<strong>de</strong>bida o imposibilidad <strong>de</strong> la ejecución, según sea la la naturaleza <strong>de</strong> la<br />

obligación, y extinguida la obligación principal, se extingue, por vía <strong>de</strong><br />

consecuencia, la <strong>cl</strong>áusula penal por su carácer accesorio.<br />

La pena y la interpelación voluntaria<br />

Se ha discutido si se aplica en la <strong>cl</strong>áusula penal el Nº 1 <strong>de</strong>l art. 1551,<br />

esto es, la interpelación contractual expresa, y en consecuencia el <strong>de</strong>udor está<br />

obligado a la pena si no ha cumplido la obligación principal por el solo<br />

vencimiento <strong>de</strong>l plazo estipulado, sin necesidad <strong>de</strong> requerimiento alguno.<br />

Lo que ha dado origen a la duda es que el art. 1538 inc. 1º, comienza<br />

diciendo: “háyase o no estipulado un término <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual <strong>de</strong>ba cumplirse<br />

la obligación principal”, el <strong>de</strong>udor no incurre en la pena sino cuando se ha<br />

constituido en mora.<br />

La sola lectura <strong>de</strong>l precepto da a enten<strong>de</strong>r que <strong>de</strong>be siempre interpelarse<br />

judicialmente al <strong>de</strong>udor, pero la verdad es que se trata <strong>de</strong> un error en la<br />

elaboración <strong>de</strong>l Código. En efecto, el Proyecto <strong>de</strong> 1853 no aceptaba el<br />

principio <strong>de</strong> que el día interpela por el hombre, sino la doctrina francesa <strong>de</strong><br />

que el <strong>de</strong>udor queda en mora por la llegada <strong>de</strong>l plazo únicamente cuando así<br />

se ha estipulado. En el Código <strong>de</strong>finitivo se efectuó el cambio <strong>de</strong> doctrina en<br />

el art. 1551 y la sola llegada <strong>de</strong>l plazo convenido coloca en mora al <strong>de</strong>udor,<br />

232


pero la Comisión Revisora omitió corregir el art. 1538 (Gatica, ob. cit., Nº 316,<br />

pp. 416-417; Abeliuk, ob. cit., Nº 913, p. 750).<br />

Un fallo <strong>de</strong> nuestros tribunales reconoce la mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor por el solo<br />

cumplimiento <strong>de</strong>l plazo convenido aun en la <strong>cl</strong>áusula penal (RDJ., t. 41, sec. 1ª,<br />

p. 396), pero don Luis Claro rechaza esta interpretación (ob. cit., t. II, Nº 1237, pp.<br />

746-747). Sin embargo <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong> su opinión resultaría absurdo ser más<br />

estricto en la <strong>cl</strong>áusula penal, que es caución e in<strong>de</strong>mnización convenida, que<br />

en la ordinaria.<br />

Efectos <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal cuando el incumplimiento es parcial<br />

Si el acreedor acepta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor un pago parcial, el <strong>de</strong>udor tiene<br />

<strong>de</strong>recho a que “se rebaje proporcionalmente la pena estipulada por la falta <strong>de</strong><br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación“ (art. 1539).<br />

Cobro <strong>de</strong> la obligación principal, <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>mnización ordinaria y<br />

<strong>de</strong> la pena<br />

El Código establece, en los artículo 1537 y 1543 algunas reglas sobre<br />

lo que pue<strong>de</strong> cobrar el acreedor cuando se incumple una obligación<br />

caucionada con <strong>cl</strong>áusula penal. Estas reglas son las siguientes:<br />

a) Antes <strong>de</strong> contituirse el <strong>de</strong>udor en mora, el acreedor sólo pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mandar la obligación principal. Ello concuerda con el artículo 1558 que<br />

exige la mora para que se pueda cobrar la pena.<br />

b) Constituído el <strong>de</strong>udor en mora la ley da al acreedor la opción, para<br />

pedir: el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación principal o la pena; pero no las dos<br />

cosas a la vez.<br />

c) No rige la regla anterior, -esto es, se pue<strong>de</strong>n acumular el<br />

cumplimiento y la pena- cuando aparezca haberse convenido la pena por el<br />

simple retardo; o cuando se hubiere estipulado que por el pago <strong>de</strong> la pena no<br />

se entien<strong>de</strong> extinguida la obligación principal.<br />

d) En conformidad al artículo 1543, siempre pue<strong>de</strong> optarse por la pena<br />

o la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios ordinaria en conformidad a las reglas<br />

generales, pero no <strong>de</strong>mandarse ambas, a menos que se hubiere convenido<br />

expresamente.<br />

233


Pluralidad <strong>de</strong> acreedores o <strong>de</strong> <strong>de</strong>udores<br />

1. Cobro <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal cuando la obligación principal es <strong>de</strong> cosa<br />

divisible.<br />

Art. 1540 inc. 1º.<br />

2. Cobro <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal cuando la obligación principal es <strong>de</strong> cosa<br />

indivisible o cuando se ha puesto la <strong>cl</strong>áusula penal con la intención<br />

expresa <strong>de</strong> que el pago no pueda fraccionarse.<br />

En estos casos pue<strong>de</strong> el acreedor cobrar al culpable el total <strong>de</strong> la pena o,<br />

cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores in<strong>cl</strong>uídos los inocentes, su cuota en la pena,<br />

quedando a salvo el recurso <strong>de</strong> éstos contra el infractor (1540 incs. 2º y 3º).<br />

3. Situación en el caso que la pena sea indivisible<br />

Si la pena es indivisible, se podrá re<strong>cl</strong>amar a cualquiera <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores,<br />

sin importar quien sea el infractor. Ello porque estamos frente a una<br />

obligación indivisible, y es ése precisamente el efecto <strong>de</strong> la indivisibilidad.<br />

Así, por ejemplo, si la pena consiste en la entrega <strong>de</strong> un caballo y éste se<br />

encuentra en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores inocentes, no podría excusarse <strong>de</strong><br />

entregarlo alegando su no culpabilidad, pues estaríamos en presencia <strong>de</strong> una<br />

obligación indivisible, en conformidad al Nº 2 <strong>de</strong>l art. 1526.<br />

4. Situación en el caso que la obligación principal sea solidaria<br />

La ley no da solución al problema. Cabe enten<strong>de</strong>r que la pena también<br />

se pue<strong>de</strong> cobrar solidariamente, por el carácter accesorio que tiene. Así<br />

Somarriva (Tratado <strong>de</strong> las Cauciones, Nº 63, p. 66); Claro Solar (t. 10, Nº 597, p.<br />

536); Gatica (ob. cit., Nº 351, p. 460). Abeliuk estima que esta solución es<br />

discutible, porque la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios es conjunta aun entre los<br />

<strong>de</strong>udores solidarios. “Por otro lado, agrega, pesa el argumento <strong>de</strong> que todos<br />

los co<strong>de</strong>udores han consentido en someterse a la pena” (ob. cit., t. II, p. 755).<br />

También para René Ramos parece discutible la solución porque la solidaridad<br />

requiere <strong>de</strong> texto expreso.<br />

5. Cláusula penal garantizada con hipoteca<br />

234


Trata <strong>de</strong> esta situación el artículo 1541: “Si a la pena estuviere afecto<br />

hipotecariamente un inmueble, podrá perseguirse toda la pena en él, salvo el<br />

recurso <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización contra quien hubiere lugar”. Esta solución es<br />

consecuencia <strong>de</strong>l carácter indivisible <strong>de</strong> la hipoteca.<br />

6. Cobro <strong>de</strong> la <strong>cl</strong>ausula penal cuando hay pluralidad <strong>de</strong> acreedores<br />

No está resuelta esta situación en la ley. De acuerdo a las reglas<br />

generales, cada acreedor sólo podrá <strong>de</strong>mandar su cuota en la pena, salvo que la<br />

pena fuere <strong>de</strong> cosa indivisible o hubiere solidaridad activa.<br />

Cláusula penal enorme<br />

Esta materia está regulada en el artículo 1544, que distingue varias<br />

situaciones:<br />

a) Cláusula penal en los contratos conmutativos<br />

Cuando la <strong>cl</strong>áusula penal garantice el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong><br />

pagar cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>terminadas como equivalente a lo que <strong>de</strong>be pagar la otra<br />

parte y la pena consista asimismo en el pago <strong>de</strong> cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>terminadas se<br />

aplica la regla <strong>de</strong>l artículo 1544: “Cuando por el pacto principal una <strong>de</strong> las<br />

partes se obligó a pagar una cantidad <strong>de</strong>terminada, como equivalente a lo que<br />

por la otra parte <strong>de</strong>be prestarse, y la pena consiste asimismo en el pago <strong>de</strong> una<br />

cantidad <strong>de</strong>terminada, podrá pedirse que se rebaje <strong>de</strong> la segunda todo lo que<br />

exceda al duplo <strong>de</strong> la primera incuyéndose ésta en él”.<br />

La norma es confusa, pues no está <strong>cl</strong>aro lo que significa la frase<br />

“in<strong>cl</strong>uyéndose ésta en él”. Hay dos interpretaciones:<br />

Una mayoritaria que estima que el alcance es que la pena no pue<strong>de</strong><br />

exce<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l doble <strong>de</strong> la obligación principal. Ej., si la obligación alcanza a<br />

100; la pena no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 200.<br />

Para otros, el sentido <strong>de</strong> la frase es que si la obligación principal es <strong>de</strong><br />

100, la pena pue<strong>de</strong> llegar hasta 300, pues alcanza al doble <strong>de</strong> la obligación<br />

principal más la obligación principal.<br />

La doctrina nacional está por la primera tesis: Alessandri (ob. cit., p. 117);<br />

Somarriva (Tratado <strong>de</strong> las cauciones, Nº 33, p. 35); Gatica (ob. cit., Nº 379, p. 486);<br />

235


Claro Solar (ob. cit., t. X, Nº 590, p. 530); Fueyo (<strong>Derecho</strong> <strong>Civil</strong>, t. IV, De las<br />

<strong>Obligaciones</strong>, vol. I, Nº 374, pp. 359-360), Abeliuk (ob. cit., t. II, Nº 923, p. 757).<br />

b) Cláusula penal en el mutuo<br />

Dice el art. 1544 inc. 3º que en el caso <strong>de</strong>l mutuo “se podrá rebajar la<br />

pena en lo que exceda <strong>de</strong>l máximum <strong>de</strong>l interés que es permitido estipular”.<br />

Sin embargo, cuando se pactan intereses por la mora -lo que implica una<br />

<strong>cl</strong>áusula penal- y ésos exce<strong>de</strong>n al máximo que es permitido estipular, la<br />

sanción es que los intereses se rebajan al interés corriente (art. 8º <strong>de</strong> la Ley Nº<br />

18.010), no al máximo permitido estipular, como lo señala el art. 1544. Por<br />

ello se sostiene que este art. 8º <strong>de</strong>jaría sin aplicación el art. 1544 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>, en el caso que el mutuo sea <strong>de</strong> dinero. Luego el art. 1544 inc. 3º se<br />

mantendría vigente únicamente para los mutuos que no fueren <strong>de</strong> dinero<br />

(Tomasello, Leslie: ob. cit., p. 89).<br />

c) Cláusula penal enorme en las obligaciones <strong>de</strong> valor inapreciable o<br />

in<strong>de</strong>terminado<br />

Respecto <strong>de</strong> estas obligaciones, dice el art. 1544 inc. final, que el juez la<br />

mo<strong>de</strong>rará pru<strong>de</strong>ncialmente, cuando atendidas las circunstancias pareciere<br />

enorme. Un viejo fallo resolvió que “la obligación <strong>de</strong> entregar la cosa<br />

arrendada <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l término convenido, a la cual acce<strong>de</strong> la <strong>cl</strong>áusula penal, es<br />

por la naturaleza <strong>de</strong> valor in<strong>de</strong>terminado: el tribunal pue<strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rar<br />

pru<strong>de</strong>ncialmente la pena si en su concepto fuera enorme” (R.D.J., t. 5, sec. 1ª, p.<br />

238. En el mismo sentido, véase F. <strong>de</strong>l M., Nº 385, sent. 11, p. 757). Se aplicó también<br />

la disposición en un caso en que un abogado había estipulado que si se le<br />

revocaba el po<strong>de</strong>r en un juicio, el <strong>cl</strong>iente pagaría como pena la mitad <strong>de</strong> la<br />

herencia por la cual se pleitaba. La Corte <strong>de</strong> Talca la rebajó a $ 1.000 <strong>de</strong> la<br />

época, por encontrarla enorme (G.T. <strong>de</strong> 1906, sent. Nº 759, p. 97).<br />

236


Concepto<br />

<strong>Derecho</strong>s Auxiliares <strong>de</strong>l Acreedor<br />

Como en virtud <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> prenda general (artículo 2465) es el<br />

patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor el que está respondiendo <strong>de</strong>l cumplimiento <strong>de</strong> sus<br />

obligaciones, la ley otorga al acreedor ciertas acciones o medios <strong>de</strong>stinados a<br />

mantener la integridad <strong>de</strong> ese patrimonio. Estas acciones o medios son<br />

<strong>de</strong>nominados “<strong>Derecho</strong>s auxiliares <strong>de</strong>l acreedor”.<br />

Enumeración<br />

No hay uniformidad sobre cuales serían esos <strong>de</strong>rechos. Pero hay un<br />

cierto consenso, en atribuirle este carácter a los siguientes:<br />

a) Las medidas conservativas, <strong>de</strong>stinadas a evitar que <strong>de</strong>terminados<br />

bienes salgan <strong>de</strong>l patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor;<br />

b) El <strong>de</strong>recho legal <strong>de</strong> retención;<br />

c) La acción oblicua, indirecta o subrogatoria, <strong>de</strong>stinada a obtener que<br />

ingresen ciertos bienes al patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que éste negligentemente<br />

preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar fuera;<br />

d) La acción pauliana o revocatoria cuyo objeto es reintegrar al<br />

patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor bienes que han salido <strong>de</strong> él en perjuicio <strong>de</strong> sus<br />

acreedores (art. 2468); y<br />

e) El beneficio <strong>de</strong> separación <strong>de</strong>stinado a impedir que los bienes <strong>de</strong>l<br />

causante se confundan con los <strong>de</strong>l here<strong>de</strong>ro, en perjuicio <strong>de</strong> los acreedores<br />

hereditarios o testamentarios (arts. 1378 al 1385).<br />

Medidas conservativas<br />

237


El Código en diversas disposiciones hace referencia a las medidas<br />

conservativas (arts. 156, 761, 1078, 1492, 755 inc. 2º) pero no las <strong>de</strong>fine. La<br />

doctrina señala que “son aquellas que tienen por objeto mantener intacto el<br />

patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, evitando que salgan <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r los bienes que lo<br />

forman, a fin <strong>de</strong> hacer posible el cumplimiento <strong>de</strong> la obligación” (Alessandri).<br />

Claro Solar, por su parte, expresa que “tienen el carácter <strong>de</strong> conservativas<br />

todas las medidas <strong>de</strong>stinadas a asegurar el ejercicio futuro <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho, sin<br />

constituir su ejercicio actual”.<br />

Entre las medidas conservativas se pue<strong>de</strong>n mencionar: las medidas<br />

precautorias reglamentadas en los artículos 290 y siguientes <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>; la guarda y aposición <strong>de</strong> Sellos, <strong>de</strong> que tratan los<br />

artículos 1222 y siguientes <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>; la confección <strong>de</strong> inventario<br />

solemne, que exigen muchas disposiciones <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> (ejs. 124, 374,<br />

775, 1255, 1765, 1766, etc.).<br />

El <strong>de</strong>recho legal <strong>de</strong> retención<br />

Hay varias disposiciones que facultan a quien está obligado a entregar<br />

una cosa, para retenerla, con el fin <strong>de</strong> asegurarle un <strong>de</strong>recho que según la ley<br />

le correspon<strong>de</strong>. Es el caso, por ejemplo, <strong>de</strong>l arrendatario que pue<strong>de</strong> retener la<br />

cosa arrendada hasta que se le pague o asegure por el arrendador el importe<br />

<strong>de</strong> las in<strong>de</strong>mnizaciones que este último le a<strong>de</strong>uda (artículo 1937); <strong>de</strong>l<br />

mandatario que pue<strong>de</strong> retener los efectos que se le hayan entregado por cuenta<br />

<strong>de</strong>l mandante para la seguridad <strong>de</strong> las prestaciones a que éste fuere obligado<br />

por su parte (artículo 2162); <strong>de</strong>l comodatario para retener la cosa prestada<br />

mientras no se le paguen las in<strong>de</strong>mnizaciones contempladas los artículos 2191<br />

y 2192 (artículo 2193); <strong>de</strong>l <strong>de</strong>positario que pue<strong>de</strong> retener la cosa <strong>de</strong>positada,<br />

en razón <strong>de</strong> las expensas y perjuicios que le a<strong>de</strong>u<strong>de</strong> el <strong>de</strong>positante (artículo<br />

2234), etc.<br />

Constituye el <strong>de</strong>recho legal <strong>de</strong> retención una verda<strong>de</strong>ra medida<br />

precautoria, que <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada judicialmente (art. 545 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>). “Los bienes retenidos por resolución ejecutoriada serán<br />

consi<strong>de</strong>rados, según su naturaleza, como hipotecados o constituidos en prenda<br />

para los efectos <strong>de</strong> su realización y <strong>de</strong> la preferencia a favor <strong>de</strong> los créditos<br />

que garantizan. El <strong>de</strong>creto judicial que <strong>de</strong><strong>cl</strong>are proce<strong>de</strong>nte la retención <strong>de</strong><br />

238


inmuebles <strong>de</strong>berá inscribirse en el Registro <strong>de</strong> Hipotecas” (art. 546 <strong>de</strong>l C. <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>).<br />

Acción oblicua o subrogatoria<br />

La ley en <strong>de</strong>terminados casos otorga a los acreedores el <strong>de</strong>recho a<br />

actuar en nombre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, respecto <strong>de</strong> ciertas acciones o <strong>de</strong>rechos, que<br />

correspondiendo a éste, negligentemente o con el propósito <strong>de</strong> perjudicar a<br />

sus acreedores, no ejercita. Ello con el objeto <strong>de</strong> que estas aciones o <strong>de</strong>rechos<br />

ingresen al patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, mejorando <strong>de</strong> esa forma el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

prenda general. Estas acciones se <strong>de</strong>nominan acciones indirectas, oblicuas o<br />

subrogatorias. Abeliuk las <strong>de</strong>fine como “el ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y<br />

acciones <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor por parte <strong>de</strong> sus acreedores, cuando el primero es<br />

negligente en hacerlo”.<br />

Es el caso, por ejemplo, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que repudia una herencia, que<br />

renuncia a una donación, que no cobra las rentas a que tiene <strong>de</strong>recho. El<br />

acreedor, en esos supuestos podría actuar en nombre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y aceptar la<br />

herencia o la donación, cobrar las rentas, etc.<br />

Estas acciones subrogatorias no son acciones directas que emanen <strong>de</strong>l<br />

contrato, sino que las otorga la ley. Sus diferentes <strong>de</strong>nominaciones se<br />

explican: subrogatoria porque los acreedores pasan a ocupar el lugar <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor para ejercitar sus <strong>de</strong>rechos y acciones, haciéndolo por cuenta y a<br />

nombre él. Indirecta u oblicua, porque la acción o <strong>de</strong>recho se incorpora al<br />

patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, para que <strong>de</strong>spués el acreedor pueda hacer efectivo su<br />

crédito en ese patrimonio.<br />

En Chile, no existe una disposición que en forma general la conceda.<br />

En Francia es diferente, pues el artículo 1166 permite que “los acreedores<br />

pue<strong>de</strong>n ejercitar todos los <strong>de</strong>rechos y acciones <strong>de</strong> su <strong>de</strong>udor, con excepción <strong>de</strong><br />

los que estén unidos ex<strong>cl</strong>usivamente a su persona”.<br />

Requisitos<br />

Estos requisitos pue<strong>de</strong>n estudiarse en relación con: 1. la persona <strong>de</strong>l<br />

acreedor; 2. con el crédito <strong>de</strong>l acreedor; 3. con la persona <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; y 3. con<br />

los <strong>de</strong>rechos y acciones respecto <strong>de</strong> los cuales opera.<br />

239


1. Requisitos <strong>de</strong> la acción oblicua en relación con el acreedor<br />

Respecto a los requisitos que <strong>de</strong>be cumplir el acreedor, se estima que<br />

sólo <strong>de</strong>be tener interés, lo que va a ocurrir cuando la negligencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

en ejercitar el <strong>de</strong>recho o acción, comprometa su solvencia. Por ello, falta este<br />

requisito si el <strong>de</strong>udor tiene bienes suficientes para cumplir sus obligaciones.<br />

Ello explica que el artículo 2466 hable <strong>de</strong>l “<strong>de</strong>udor insolvente”;<br />

2. Requisitos <strong>de</strong> la acción oblicua en relación con el crédito<br />

En cuanto a los requisitos que tiene que tener el crédito <strong>de</strong>l acreedor<br />

para po<strong>de</strong>r accionar, tendrá que ser cierto y actualmente exigible, es <strong>de</strong>cir, no<br />

podrá estar sujeto a plazos o a condiciones suspensivas.<br />

3. Requisitos <strong>de</strong> la acción oblicua en relación con el <strong>de</strong>udor<br />

El <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be ser negligente en el ejercicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos y acciones.<br />

Correspon<strong>de</strong> al acreedor probar esta circunstancia. Abeliuk, señala sobre este<br />

punto que “la negligencia <strong>de</strong>berá probarla el acreedor, pero no es necesario<br />

que constituya previamente en mora al <strong>de</strong>udor, y en buena doctrina habría que<br />

con<strong>cl</strong>uir que ni siquiera es necesario oír a éste”. Y agrega “Nos parece, sin<br />

embargo, <strong>de</strong> toda conveniencia emplazar al <strong>de</strong>udor para evitar discusiones<br />

posteriores sobre el efecto <strong>de</strong> la acción a su respecto”.<br />

4. Requisitos <strong>de</strong> la acción oblicua en relación con los <strong>de</strong>rechos y<br />

acciones<br />

Finalmente, respecto a los <strong>de</strong>rechos y acciones que pue<strong>de</strong>n ejercerse por<br />

el acreedor en nombre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, tienen que ser patrimoniales; referirse a<br />

bienes embargables; y, en ningún caso, opera la subrogación respecto <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos o acciones personalísimos, como sería, por ejemplo, la acción <strong>de</strong><br />

re<strong>cl</strong>amación <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> hijo .<br />

Efectos <strong>de</strong> la subrogación<br />

Todos los efectos que se siguen son consecuencia <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> que<br />

el acreedor va a actuar por cuenta y a nombre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Se parece a la<br />

representación, pero es diferente, porque en la representación el representante<br />

240


interviene en interés <strong>de</strong>l representado. Acá, en cambio, lo mueve su propio<br />

interés.<br />

Los efectos son consecuencia <strong>de</strong> que el acreedor va a actuar por cuenta<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor:<br />

a) El tercero <strong>de</strong>mandado pue<strong>de</strong> oponer al acreedor las mismas<br />

excepciones que podía oponer a su acreedor (el <strong>de</strong>udor);<br />

b) La sentencia que se pronuncie en este juicio produce cosa juzgada<br />

respecto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Abeliuk encuentra ésto discutible y por ello recomienda<br />

que se le emplace siempre.<br />

c) No se requiere <strong>de</strong> una resolución previa que autorice la subrogación.<br />

Esta calificación se hará en el mismo juicio en que se hace efectiva la acción.<br />

d) Los bienes ingresan al patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, beneficiándose con<br />

ella, no sólo el subrogante sino todos los acreedores.<br />

Proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la acción oblicua en Chile<br />

Hay distintas opiniones sobre este punto. Para algunos (Alessandri,<br />

Fueyo) sólo cabe para los casos en que la ley expresamente lo autoriza. Para<br />

otros, en cambio (Claro Solar), la acción oblicua opera en forma general. Pese<br />

a no haber un texto tan <strong>cl</strong>aro como el <strong>de</strong> Francia, la situación sería semejante<br />

y emanaría <strong>de</strong> los artículos 2465 y 2466.<br />

Situaciones en que se autorizaría expresamente la acción oblicua.<br />

1. Caso <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> prenda, usufructo, retención.<br />

El art. 2466 inc. 1º: “Sobre las especies i<strong>de</strong>ntificables que pertenezcan a<br />

otras personas por razón <strong>de</strong> dominio, y existan en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor insolvente,<br />

conservarán sus <strong>de</strong>rechos los respectivos dueños, sin perjuicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />

reales que sobre ellos competan al <strong>de</strong>udor, como usufructuario o prendario, o<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> retención que le conce<strong>de</strong>n las leyes; en todos los cuales podrán<br />

subrogarse los acreedores”. A primera vista, la frase final <strong>de</strong> este inciso,<br />

estaría otorgando a los acreedores la facultad <strong>de</strong> subrogarse. Abeliuk, piensa<br />

que ello no es así, y que “pareciere más bien que el legislador continuara<br />

241


eglamentando el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> ejecución que fluye <strong>de</strong> la garantía general<br />

establecida en los artículos 2465 y 2469”.<br />

2. Caso <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos que correspon<strong>de</strong>n al <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong>l<br />

contrato <strong>de</strong> arriendo.<br />

El artículo 2466 inciso 2º establece que “podrán asimismo subrogarse<br />

en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor como arrendador o arrendatario, según lo dispuesto<br />

en los artículos 1965 y 1968”. El segundo <strong>de</strong> estos casos, parece <strong>cl</strong>aro: es la<br />

situación <strong>de</strong>l arrendatario insolvente. Para evitar que por ello se ponga fin al<br />

contrato, lo que pue<strong>de</strong> perjudicar a sus acreedores (pues el contrato <strong>de</strong><br />

arriendo representa un activo importante), permite que éstos puedan substituir<br />

al arrendatario prestando fianza a satisfacción <strong>de</strong>l arrendador.<br />

3. Caso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que no pue<strong>de</strong> cumplir la obligación <strong>de</strong> entregar<br />

una especie o cuerpo cierto por culpa <strong>de</strong> un tercero.<br />

Cuando el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> cumplir con la obligación <strong>de</strong> entregar la<br />

especie o cuerpo cierto <strong>de</strong>bida, porque se perdió por culpa <strong>de</strong> un tercero, el<br />

acreedor pue<strong>de</strong> exigir al <strong>de</strong>udor que le ceda las acciones contra el tercero (art.<br />

1677). Es un caso <strong>cl</strong>aro <strong>de</strong> subrogación.<br />

4. Caso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor que repudia una herencia o legado.<br />

Si el <strong>de</strong>udor repudia una herencia o legado: “Los acreedores <strong>de</strong>l que<br />

repudia en perjuicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> ellos, podrán hacerse autorizar por el<br />

juez para aceptar por el <strong>de</strong>udor...” (artículo 1238). No parece que sea una<br />

acción subrogatoria porque la norma agrega que “En este caso la repudiación<br />

no se rescin<strong>de</strong> sino en favor <strong>de</strong> los acreedores y hasta concurrencia <strong>de</strong> sus<br />

créditos; y en el sobrante subsiste”.<br />

El artículo 1394 repite la misma i<strong>de</strong>a en el inciso 2º: “Los acreedores,<br />

con todo, podrán ser autorizados por el juez para substituirse a un <strong>de</strong>udor que<br />

así lo hace -repudia una herencia, legado o donación- hasta concurrencia <strong>de</strong><br />

sus créditos; y en el sobrante, si lo hubiere, se aprovechará el tercero”.<br />

La con<strong>cl</strong>usión, a que arriba Abeliuk es que no está establecida en el<br />

Código <strong>Civil</strong>, con el carácter general la acción oblicua, por lo que sólo cabe en<br />

los casos especiales en que la ley la contempla.<br />

242


Acción Pauliana o Revocatoria<br />

Esta acción tiene su origen en Roma. Allí los actos realizados por un<br />

<strong>de</strong>udor en frau<strong>de</strong> <strong>de</strong> sus acreedores, constituían un <strong>de</strong>lito privado, “el fraus<br />

creditorum”, sancionado mediante una acción especial llamada por los<br />

comentadores “acción pauliana”. G. Marty afirma que “el origen <strong>de</strong> este<br />

apelativo es mal conocido. Algunos autores preten<strong>de</strong>n que se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>l<br />

nombre <strong>de</strong>l pretor que estableció la acción, el cual se llamaría Paulus. Es más<br />

verosímil- agrega- que ese nombre <strong>de</strong>rive <strong>de</strong>l gran jurisconsulto Paulo, que<br />

trata <strong>de</strong> la acción en un fragmento <strong>de</strong>l Digesto”.<br />

Se le llama también acción revocatoria porque tiene por objeto revocar,<br />

<strong>de</strong>jar sin efecto, los actos fraudulentos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor realizados en perjuicio <strong>de</strong><br />

sus acreedores.<br />

Está tratada en el articulo 2468. Abeliuk la <strong>de</strong>fine como “la que la ley<br />

otorga a los acreedores para <strong>de</strong>jar sin efecto los actos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor ejecutados<br />

fraudulentamente y en perjuicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos y siempre que concurran los<br />

<strong>de</strong>más requisitos legales”.<br />

Requisitos<br />

Estos pue<strong>de</strong>n estudiarse: 1. en relación con el acto; 2. el relación con el<br />

<strong>de</strong>udor; 3. en relación con el acreedor; y 4. en relación con el adquirente <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor.<br />

1. Requisitos en relación con el acto<br />

La acción Pauliana pue<strong>de</strong> intentarse para <strong>de</strong>jar sin efecto cualquier acto<br />

o contrato voluntario <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (no los forzados, pues en tal caso no se<br />

divisa el frau<strong>de</strong>). Los términos <strong>de</strong>l art. 2468 son bastante amplios. Pue<strong>de</strong>n ser<br />

actos o contratos <strong>de</strong> distinto tipo (unilaterales, bilaterales, gratuitos, onerosos,<br />

pue<strong>de</strong>n ser actos <strong>de</strong> renuncia, etc.). Sin embargo, la Corte Suprema en una<br />

oportunidad, estimó que no procedía la acción pauliana para <strong>de</strong>jar sin efecto<br />

un pacto <strong>de</strong> separación <strong>de</strong> bienes (T. 67, sec. 1ª, p. 463). Somarriva comparte<br />

esta sentencia en razón <strong>de</strong> ser “el pacto <strong>de</strong> separación total <strong>de</strong> bienes uno <strong>de</strong><br />

esos <strong>de</strong>rechos absolutos, que escapa al control <strong>de</strong> los acreedores”.<br />

243


No obstante que proce<strong>de</strong> tanto respecto <strong>de</strong> los actos gratuitos como <strong>de</strong><br />

los onerosos, los efectos que se siguen en uno y otro caso son diferentes. En<br />

efecto, si el contrato que produce la insolvencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor es oneroso, para<br />

revocarlo será necesario probar la mala fe <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y la mala fe <strong>de</strong>l<br />

adquirente, esto es acreditar que ambos conocían el mal estado <strong>de</strong> los negocios<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. En cambio, si el contrato es gratuito, basta que el acreedor pruebe<br />

la mala fe <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y el perjuicio <strong>de</strong> los acreedores.<br />

2. Requistos en relación con el <strong>de</strong>udor<br />

En Roma tanto la acción pauliana como la oblicua, se ejercitaba en el<br />

procedimiento colectivo <strong>de</strong> ejecución sobre los bienes. Era ejercida por el<br />

“curator bonorum” a nombre <strong>de</strong> todos los acreedores. (G. Marty). En Chile la<br />

situación es diferente, pues no es necesario para la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la acción<br />

Pauliana que el <strong>de</strong>udor esté en quiebra, como podría <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la<br />

redacción <strong>de</strong>l artículo 2468 que habla <strong>de</strong> “los actos ejecutados antes <strong>de</strong> la<br />

cesión <strong>de</strong> bienes o la apertura <strong>de</strong>l concurso”. Es lógico que sea así, pues <strong>de</strong><br />

exigirse la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aratoria <strong>de</strong> quiebra, quedarían sin po<strong>de</strong>r ser atacados por esta<br />

vía -por faltar la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aratoria <strong>de</strong> quiebra- muchos actos fraudulentos y<br />

<strong>cl</strong>aramente lesivos para los acreedores.<br />

Si se produce la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aratoria <strong>de</strong> quiebra esta materia queda regida por<br />

los artículos 74 y 75 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras, que establecen lo siguiente:<br />

Art. 74: “Son inoponibles a la masa los actos o contratos a título<br />

gratuito que hubiere ejecutado o celebrado el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 10 días<br />

anteriores a la fecha <strong>de</strong> la cesación <strong>de</strong> pagos y hasta el día <strong>de</strong> la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong><br />

quiebra”<br />

“Si el acto o contrato fuere a favor <strong>de</strong> un <strong>de</strong>scendiente, ascendiente o<br />

colateral <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cuarto grado, aunque se proceda por interposición <strong>de</strong> un<br />

tercero, los 10 días señalados en el inciso 1º se exten<strong>de</strong>rán hasta los 120 días<br />

anteriores a la fecha <strong>de</strong> la cesación <strong>de</strong> pagos”.<br />

Art. 75: “Con respecto a los <strong>de</strong>más actos o contratos (entiéndase<br />

onerosos) ejecutados o celebrados por el <strong>de</strong>udor en cualquier tiempo, con<br />

anterioridad a la fecha <strong>de</strong> la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> quiebra, se observará lo prevenido<br />

en el art. 2468 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>”.<br />

244


“Se presume que el <strong>de</strong>udor conocía el mal estado <strong>de</strong> sus negocios <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

los diez días anteriores a la fecha <strong>de</strong> la cesación <strong>de</strong> pagos”<br />

Pero, volvamos al Código <strong>Civil</strong>. En <strong>de</strong>finitiva, respecto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor lo<br />

que exige el artículo 2468 es que esté <strong>de</strong> mala fe. Es una mala fe específica,<br />

<strong>de</strong>nominada mala fe pauliana, que consiste en que realice el acto conociendo<br />

el mal estado <strong>de</strong> sus negocios.<br />

3. Requisitos en relación con el acreedor<br />

El acreedor que entabla la acción <strong>de</strong>be tener interés, y sólo va a tenerlo<br />

cuando se reúnan los siguientes requisitos: a) que el <strong>de</strong>udor sea insolvente o<br />

que con el acto haga aumentar su insolvencia; y b) que su crédito sea anterior<br />

al acto que produce la insolvencia (T. II, sec. 2ª, p. 75). Somarriva explicado<br />

estos requisitos señala que “se entien<strong>de</strong> que existe este perjuicio cuando a<br />

consecuencia <strong>de</strong>l acto el <strong>de</strong>udor queda en insolvencia, o se aumenta la ya<br />

producida”. Y agrega “Con lo expuesto se compren<strong>de</strong>rá que al acreedor que<br />

adquiere el carácter <strong>de</strong> tal <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l acto, éste no pue<strong>de</strong> causarle perjuicios,<br />

pues él conocía el estado en que se encontraban los negocios <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y<br />

aceptó contratar en esas condiciones”.<br />

4. Requistos en relación con el tercero adquirente<br />

Si el acto es gratuito, no se requiere ningún requisito especial en el<br />

tercero adquirente; basta la mala fe <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y el perjuicio (2468 Nº2). Si el<br />

acto es oneroso, el tercero adquirente <strong>de</strong>be estar <strong>de</strong> mala fe es <strong>de</strong>cir, haber<br />

celebrado el acto sabiendo el mal estado <strong>de</strong> los negocios <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (artículo<br />

2468 Nº1).<br />

Situación <strong>de</strong>l subadquirente<br />

Claro Solar estima que a los subadquirentes se les <strong>de</strong>be aplicar las<br />

mismas reglas que a los adquirentes.<br />

Alessandri, partiendo <strong>de</strong> la base que la acción pauliana es una acción <strong>de</strong><br />

nulidad relativa -el art. 2468 emplea la expresión “rescindan”, “rescindibles”-<br />

estima que basta con probar la mala fe <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y <strong>de</strong>l tercero adquirente, no<br />

siendo necesario probar la mala fe <strong>de</strong>l tercero sub adquirente. Ello porque la<br />

nulidad judicialmente <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada produce efectos respecto <strong>de</strong> terceros<br />

in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> su buena o mala fe.<br />

245


Somarriva, hace algunas distinciones: a) si no hay mala fe ni en el<br />

<strong>de</strong>udor ni el adquirente, no cabe la revocación aunque el subadquirente esté <strong>de</strong><br />

mala fe; b) si los tres están <strong>de</strong> mala fe, cabe la revocación; y c) si el <strong>de</strong>udor y<br />

el adquirente son fraudulentos y el subadquirente está <strong>de</strong> buena fe, no resulta<br />

lógico exigir a este más requisitos que al adquirente, por lo que <strong>de</strong>be<br />

distinguirse respecto <strong>de</strong> éste entre contratos gratuitos (que se revocan) y<br />

onerosos que sólo se revocan si está <strong>de</strong> mala fe.<br />

Características <strong>de</strong> la acción pauliana<br />

1. Es una acción directa <strong>de</strong>l acreedor, que ejerce a su propio nombre y<br />

no por cuenta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor;<br />

2. Es una acción personal, porque <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> un hecho ilícito. Luego se<br />

<strong>de</strong>be <strong>de</strong>mandar al <strong>de</strong>udor y al tercero;<br />

3. Es una acción patrimonial, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se sigue que a) es renunciable;<br />

b) transferible, c) transmisible, y d) prescriptible. El plazo <strong>de</strong> prescripción es<br />

<strong>de</strong> un año, contado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong>l acto o contrato (artículo 2468 Nº 4). El<br />

artículo 80 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras, también establece un plazo <strong>de</strong> l año contado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la celebración <strong>de</strong>l acto o contrato, para la revocación <strong>de</strong> los actos <strong>de</strong> que<br />

tratan los artículos 74 a 79 <strong>de</strong> esa ley (art. 80).<br />

Efectos <strong>de</strong> la acción pauliana<br />

El efecto propio <strong>de</strong> la acción pauliana es <strong>de</strong>jar sin efecto el acto o<br />

contrato impugnado, hasta el monto <strong>de</strong>l crédito <strong>de</strong>l acreedor que intenta la<br />

acción. Consecuencia <strong>de</strong> ello, es que el <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> enervar la acción<br />

pagando al acreedor.<br />

Por aplicación <strong>de</strong>l efecto relativo <strong>de</strong> la sentencia judicial -artículo 3º<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>- la revocación, sólo afectan a las partes que litigaron.<br />

Naturaleza jurídica <strong>de</strong> la acción pauliana<br />

Hay diferentes opiniones sobre la naturaleza <strong>de</strong> la acción pauliana.<br />

Alessandri tomando pie <strong>de</strong> la expresión “rescindibles” que emplea el<br />

2468, entien<strong>de</strong> que es una acción <strong>de</strong> nulidad relativa. Tiene importancia esa<br />

246


con<strong>cl</strong>usión para los efectos <strong>de</strong> saber si a los terceros subadquirentes se les va<br />

o no exigir mala fe. Alessandri, fundado en el art. 1689, piensa que no tiene<br />

importancia que los terceros sub adquirentes estén <strong>de</strong> buena o mala fe. Sin<br />

duda y aunque el artículo 2468 emplee la forma verbal “rescindan” (propia <strong>de</strong><br />

la nulidad relativa), la acción pauliana no es una acción <strong>de</strong> nulidad, pues el<br />

acto que se preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar sin efecto, es un acto válido, pues en su formación<br />

no hubo vicios. Recuér<strong>de</strong>se que para que haya nulidad tiene que existir un<br />

vicio originario.<br />

Somarriva, piensa que se está frente a una típica acción <strong>de</strong><br />

inoponibilidad por frau<strong>de</strong>. Ello implica que al acreedor no le afecta el acto y<br />

por ello pue<strong>de</strong> pedir su revocación. El hecho <strong>de</strong> que el acto se revoque hasta el<br />

monto <strong>de</strong>l crédito <strong>de</strong>l acreedor es un buen argumento en favor <strong>de</strong> esta<br />

posición. Esta tesis la sigue también Abeliuk.<br />

Para otros (Planiol), se trata <strong>de</strong> una acción in<strong>de</strong>mnizatoria por un hecho<br />

ilícito. La reparación adopta una forma especial que es, precisamente, <strong>de</strong>jar sin<br />

efecto el acto ilícito.<br />

Beneficio <strong>de</strong> separación <strong>de</strong> patrimonios<br />

En virtud <strong>de</strong> los principios sobre sucesión por causa <strong>de</strong> muerte, fallecido<br />

una persona, su patrimonio (activo y pasivo) pasa a sus here<strong>de</strong>ros,<br />

confundiéndose con el patrimonio <strong>de</strong> estos. Al producirse lo anterior va a<br />

ocurrir que si el here<strong>de</strong>ro estaba cargado <strong>de</strong> <strong>de</strong>udas, sus acreedores personales<br />

van a mejorar su situación pues tienen ahora un patrimonio más rico sobre el<br />

cual hacer efectivas sus acreencias. Pero ello, en perjuicio <strong>de</strong> los acreedores<br />

que el difunto tenía en vida (acreedores hereditarios) y <strong>de</strong> aquellos cuyos<br />

créditos han sido adquiridos en virtud <strong>de</strong>l testamento (acreedores<br />

testamentarios, legatarios) quienes verán peligrar sus acreencias al tener que<br />

concurrir con los acreedores personales <strong>de</strong>l here<strong>de</strong>ro.<br />

Por este motivo, se establece el beneficio <strong>de</strong> separación <strong>de</strong> patrimonios<br />

que tiene por objeto evitar que se confundan los bienes <strong>de</strong>l causante con los<br />

<strong>de</strong>l here<strong>de</strong>ro, para que, <strong>de</strong> esa forma, pue<strong>de</strong>n pagarse en los primeros, los<br />

acreedores hereditarios y testamentarios, con preferencia a los acreedores<br />

propios <strong>de</strong>l here<strong>de</strong>ro.<br />

247


Al estudiar sucesión por causa <strong>de</strong> muerte, se analiza en <strong>de</strong>talle esta<br />

importante institución, que el Código regula en los artículos 1378 al 1385<br />

(Título XII <strong>de</strong>l Libro III).<br />

248


249


DE LOS MODOS DE EXTINGUIR LAS OBLIGACIONES<br />

Concepto<br />

El <strong>de</strong>recho personal o crédito, y la obligación correlativa, son <strong>de</strong><br />

duración temporal, pues cumplido su objetivo, <strong>de</strong>saparecen. Pero el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación, no es la única forma como ésta se extingue.<br />

Sólo es la forma normal <strong>de</strong> extinción; pero a<strong>de</strong>más esta extinción pue<strong>de</strong> ser<br />

la consecuencia <strong>de</strong> haber sobrevenido un hecho o un acto al que la ley le<br />

atribuye el valor <strong>de</strong> hacer cesar los efectos <strong>de</strong> la obligación..<br />

Por ello, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>finir los modos <strong>de</strong> extinguir las obligaciones como<br />

todo hecho o acto al que la ley atribuya el valor <strong>de</strong> hacer cesar los efectos <strong>de</strong><br />

la obligación.<br />

Causales <strong>de</strong> extinción <strong>de</strong> las obligaciones<br />

El artículo 1567, ubicado en el titulo XIV <strong>de</strong>l Libro IV “De los modos<br />

<strong>de</strong> extinguirse las obligaciones, y primeramente <strong>de</strong> la solución o pago<br />

efectivo”, hace una enumeración <strong>de</strong> los modos <strong>de</strong> extinguir, que contiene 10<br />

numerandos.<br />

En relación con ella, las siguientes observaciones:<br />

1. Si bien tiene 10 numerandos, contiene 11 modos <strong>de</strong> extinguir por<br />

cuanto en el inciso 1º, se establece uno más: la resciliación o mutuo disenso;<br />

2. No es una enumeración taxativa, pues hay otros modos <strong>de</strong> extinguir<br />

que ella no contempla como, por ejemplo, el término extintivo, que el mismo<br />

legislador consi<strong>de</strong>ra al tratar <strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> algunos contratos <strong>de</strong> tracto<br />

sucesivo, v. gr. 1950 Nº 2 (arrendamiento); 2098 (sociedad); 2163 Nº 2,<br />

(mandato), etc. Tampoco aparecen en el artículo 1567, la dación en pago; la<br />

imposibilidad absoluta <strong>de</strong> cumplir una obligación <strong>de</strong> hacer (art. 534 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>); la voluntad <strong>de</strong> las partes como ocurre con el<br />

<strong>de</strong>sahucio en el arrendamiento y con la revocación y renuncia en el mandato<br />

(artículos 2163 Nºs. 3 y 4, respectivamente); la muerte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor o <strong>de</strong>l<br />

acreedor en las obligaciones intrasmisibles y en los contratos “intuito<br />

persona”, como el mandato (artículo 2163 Nº 5º), la sociedad (artículo 2103),<br />

comodato (artículo 2180 Nº 1), etc.<br />

250


RESCILIACIÓN O MUTUO DISENSO<br />

Está establecido este modo <strong>de</strong> extinguir en el artículo 1567 inciso 1º:<br />

“Toda obligación pue<strong>de</strong> extinguirse por una convención en que las partes,<br />

siendo capaces <strong>de</strong> disponer libremente <strong>de</strong> lo suyo, consientan en darla por<br />

nula”.<br />

Luego, la resciliación es un acuerdo <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s (convención) en que<br />

las partes dotadas <strong>de</strong> capacidad <strong>de</strong> disposición, <strong>de</strong>jan sin efecto un acto<br />

anterior, extinguiendo <strong>de</strong> esa manera, las obligaciones pendientes provenientes<br />

<strong>de</strong> ese acto.<br />

Como observa Stitchkin, si bien esta disposición habla <strong>de</strong> “toda<br />

obligación”, es indudable que la resciliación sólo tiene cabida tratándose <strong>de</strong><br />

obligaciones contractuales, es <strong>de</strong>cir, emanadas <strong>de</strong> un acuerdo <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s<br />

pues, precisamente, se funda este modo en que habiéndose generado la<br />

obligación por un acuerdo <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s, por un nuevo acuerdo, pue<strong>de</strong>n las<br />

partes <strong>de</strong>jarla sin efecto. Si la fuente <strong>de</strong> la obligación es otra (<strong>de</strong>lito, cuasi<br />

<strong>de</strong>lito, etc.), la voluntad <strong>de</strong> las partes juega <strong>de</strong> otra manera, pudiendo dar<br />

lugar a otros modos <strong>de</strong> extinguir: remisión <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, novación, transacción,<br />

renuncia, etc., según los diferentes casos.<br />

La resciliación es una convención, no es un contrato<br />

Es una convención porque es un acto jurídico bilateral, <strong>de</strong>stinado a<br />

extinguir una obligación. No es contrato, porque no genera obligaciones.<br />

Requisitos <strong>de</strong> vali<strong>de</strong>z<br />

Constituyendo una convención, sus requisitos son los propios <strong>de</strong> todo<br />

acto jurídico: consentimiento, capacidad <strong>de</strong> las partes, objeto, causa. Nos<br />

interesa <strong>de</strong>tenernos en los dos primeros:<br />

Consentimiento en la resciliación<br />

251


Las partes tienen que consentir, convenir en <strong>de</strong>jar sin efecto en todo o<br />

parte un acto jurídico anterior. Las partes son, por cierto, las mismas que<br />

celebraron el acto jurídico que por medio <strong>de</strong> la resciliación <strong>de</strong>jan sin efecto.<br />

Un fallo reciente sentó la doctrina <strong>de</strong> que “la resciliación <strong>de</strong>be hacerse y<br />

por en<strong>de</strong> perfeccionarse con la misma solemnidad que las partes adoptaron al<br />

convenir el contrato” (Rev. Der. y Jur., T. 93, sec. 1ª, p. 15). En el caso se<br />

trataba que las partes celebraron por escritura pública un contrato <strong>de</strong><br />

extracción <strong>de</strong> basuras, que es meramente consensual. La Corte entendió que al<br />

haber pasado a ser solemne por voluntad <strong>de</strong> las partes “la resciliación <strong>de</strong> dicho<br />

contrato <strong>de</strong>bió hacerse también en forma solemne, es <strong>de</strong>cir, con la misma<br />

solemnidad que las partes adoptaron al convenir el contrato <strong>de</strong> recolección,<br />

que fue el otorgamiento por escritura pública, porque en <strong>Derecho</strong> las cosas se<br />

<strong>de</strong>shacen <strong>de</strong> la misma manera como se hacen, y al no cumplir con la<br />

solemnidad elegida por ellas mismas, la resciliación invocada por la<br />

Municipalidad no se perfeccionó” (consi<strong>de</strong>rando 10).<br />

Ramos no está <strong>de</strong> acuerdo con la con<strong>cl</strong>usión <strong>de</strong>l fallo. Las solemnida<strong>de</strong>s<br />

son <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho estricto, y la ley no ha establecido ninguna para la resciliación,<br />

<strong>de</strong> tal suerte que no aparece a<strong>de</strong>cuado afirmar que en el caso resuelto tuviera<br />

que otorgarse por escritura pública. El fundamento dado en el fallo -en<br />

<strong>Derecho</strong> las cosas se <strong>de</strong>shacen <strong>de</strong> la misma manera como se hacen- nos parece<br />

francamente débil.<br />

Capacidad para resciliar<br />

El artículo 1567, exige capacidad <strong>de</strong> disposición. Luego no basta con la<br />

simple capacidad para contratar consagrada en los artículos 1445, 1446 y 1447<br />

<strong>de</strong>l código, sino que se requiere una mayor, para disponer libremente <strong>de</strong> lo<br />

suyo. Así por ejemplo, en la sociedad conyugal, el marido tiene plena<br />

capacidad pero no pue<strong>de</strong> enajenar los bienes inmuebles sociales, sin la<br />

autorización <strong>de</strong> su mujer. Luego, para po<strong>de</strong>r disponer requiere <strong>de</strong> este<br />

requisito adicional. Y, por la misma razón, se ha fallado que para que sea<br />

válida la resciliación <strong>de</strong> la compraventa <strong>de</strong> un inmueble social, se requiere<br />

contar con la autorización <strong>de</strong> su mujer (T. 84, sec. 1ª, p.76; Gaceta Jurídica Nº<br />

118, pág. 19, Gaceta Jurídica 112, p. 22).<br />

La explicación <strong>de</strong> por qué se exige esta capacidad, <strong>de</strong>be encontrarse en<br />

que constituye para ambas partes una renuncia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos provenientes<br />

<strong>de</strong>l acto o contrato que se <strong>de</strong>ja sin efecto. Y justamente, ésta es una <strong>de</strong> las<br />

252


azones porque no se pue<strong>de</strong>n resciliar las obligaciones legales, porque<br />

respecto <strong>de</strong> ellas no cabe la renuncia.<br />

Para que haya resciliación tienen que existir una obligación<br />

pendiente<br />

Este requisito no aparece <strong>de</strong>l art. 1567, pero todos los autores lo exigen,<br />

pues no hay que olvidar que la resciliación es un modo <strong>de</strong> extinguir<br />

obligaciones, por lo que si no hay obligaciones que extinguir la resciliación no<br />

tendría objeto.<br />

La pregunta que cabe formularse, es si las partes, en virtud <strong>de</strong>l principio<br />

<strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong> la voluntad, podrían <strong>de</strong>jar sin efecto un contrato que ya<br />

estuviere cumplido. Nos parece que en ese caso no <strong>de</strong>be hablarse <strong>de</strong><br />

resciliación. Las partes para lograr lo que preten<strong>de</strong>n (<strong>de</strong>jar sin efecto el<br />

contrato anterior) tendrían que celebrar un nuevo contrato igual al primero,<br />

pero en sentido contrario, vale <strong>de</strong>cir, p. ej. si A le vendió una casa a B; en el<br />

nuevo contrato B tendría que ven<strong>de</strong>rle la misma casa a A). En el mismo<br />

sentido Albala<strong>de</strong>jo “el <strong>de</strong>sligarse por mutuo disenso supone que el contrato<br />

aún no se consumó, puesto que una vez consumado, les liga ya”. Y agrega:<br />

“Ciertamente que in<strong>cl</strong>uso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> consumado, cabe mediante un nuevo<br />

contrato inverso, restablecer el estado <strong>de</strong> cosas anterior al primero. Pero tal<br />

cosa no es <strong>de</strong>sligarse <strong>de</strong> este primer contrato por mutuo disenso, sino<br />

simplemente celebrar un segundo contrato contrario”.<br />

En sentido contrario María José Naudon <strong>de</strong>ll`Oro. Se funda en que “lo<br />

que se rescilia no son las obligaciones que como bien se ha sostenido ya están<br />

extinguidas, sino el contrato, es <strong>de</strong>cir, su causa eficiente. De esta manera al<br />

invalidarse el contrato por el consentimiento mutuo, como expresamente lo<br />

permite el artículo 1545, se invalidarán con él las obligaciones, pues el efecto<br />

que las partes preten<strong>de</strong>n es volver al estado anterior a la celebración, con el<br />

límite que ya hemos señalado respecto <strong>de</strong> los terceros”. Agrega que no es<br />

cierto que la resciliación sea un simple contrato al revés, pues “es una<br />

convención absolutamente distinta, en ella las partes no se comprometen a<br />

realizar las prestaciones <strong>de</strong>l contrato que quieren resciliar en un sentido<br />

contrario, sino se comprometen a exigirse las prestaciones mutuas, según los<br />

artículos l687 y siguientes, es <strong>de</strong>cir, según las normas <strong>de</strong> la nulidad”.<br />

Y la opinión que se tenga sobre el punto no es intrascen<strong>de</strong>nte, porque si<br />

se acepta la tesis tradicional y se trata, por ejemplo, <strong>de</strong> la resciliación <strong>de</strong> la<br />

253


compraventa <strong>de</strong> un bien raíz, no proce<strong>de</strong> hacer una nueva inscripción en el<br />

Registro, sino simplemente cancelar la inscripción actual, con lo que revive la<br />

anterior (art. 728 inc. 1º <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>). En tanto que si se estima que hay<br />

un nuevo contrato en sentido inverso al primero, será necesario practicar una<br />

nueva inscripción, para que opere la tradición <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> dominio<br />

Tenemos que agregar, sin embargo, que <strong>de</strong> aceptarse la tesis <strong>de</strong> María<br />

José Naudón en su integralidad, tampoco sería necesario una nueva<br />

inscripción, pues no se trataría <strong>de</strong> un nuevo contrato en sentido inverso sino <strong>de</strong><br />

una convención en que las partes únicamente se obligan a realizar las<br />

prestaciones mutuas necesarias para volver al estado anterior, igual a lo que<br />

ocurre cuando un contrato se anula.<br />

La resciliación sólo opera en los contratos patrimoniales<br />

No cabe en el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> Familia., por cuanto no cabe allí la renuncia<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. Por esta razón, no se pue<strong>de</strong>n resciliar un matrimonio o <strong>de</strong>jar sin<br />

efecto el pacto <strong>de</strong>l artículo 1723 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, etc.<br />

Efectos <strong>de</strong> la resciliación<br />

El artículo 1567, al dar el concepto <strong>de</strong> resciliación, habla <strong>de</strong> que con<br />

ella las partes consienten en dar por nula una obligación. Esto es un error.<br />

Para que haya nulidad <strong>de</strong>be existir un vicio originario, esto es, existente al<br />

momento en que se formó el consentimiento, ej., fuerza, dolo, incapacidad,<br />

etc. En el caso <strong>de</strong> la resciliación, el acto no nació viciado, luego no cabe<br />

hablar <strong>de</strong> nulidad. Tampoco son las partes las que podrían <strong>de</strong><strong>cl</strong>arar la nulidad<br />

<strong>de</strong> un acto, sino la justicia. En <strong>de</strong>finitiva, entonces, no es cierto que con la<br />

resciliación las partes puedan dar por nula una obligación.<br />

Lo que ha querido <strong>de</strong>cir el 1567, es que con la resciliación las partes<br />

acuerdan <strong>de</strong>jar sin efecto el acto. Eso es diferente.<br />

Corrientemente se dice que la resciliación no opera retroactivamente,<br />

sino hacia el futuro y ello, con el objeto <strong>de</strong> proteger a los terceros que<br />

pudieran haber celebrado algún contrato sobre la cosa objeto <strong>de</strong>l contrato<br />

resciliado. Sin embargo, como observa Stitchkin, eso no es tan cierto, pues<br />

entre las partes, la resciliación tendrá los efectos que las partes hayan querido<br />

254


darle: para el futuro o retroactivamente. Cuento aparte es que tal acuerdo no<br />

pue<strong>de</strong> afectar a los terceros.<br />

Por ello, y siguiendo a este autor, parece preferible, tratar los efectos <strong>de</strong><br />

la resciliación distinguiendo entre: 1. efecto entre las partes; y 2. efectos<br />

respecto <strong>de</strong> terceros.<br />

1. Efectos <strong>de</strong> la resciliación entre las partes<br />

La resciliación produce los efectos que las partes quieran atribuirle,<br />

rigiendo en plenitud el principio <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong> la voluntad. Por ello, si<br />

ellos quieren atribuirle a su resciliación efecto retroactivo, no se ve<br />

inconveniente en que así lo establezcan;<br />

2. Efectos <strong>de</strong> la resciliación respecto <strong>de</strong> terceros<br />

Debe nuevamente hacerse una distinción entre: a) respecto <strong>de</strong> los que<br />

<strong>de</strong>rivan sus <strong>de</strong>rechos a la cosa objeto <strong>de</strong>l contrato antes <strong>de</strong> la resciliación, y b)<br />

los que han adquirido algún <strong>de</strong>recho sobre la cosa <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la resciliación-.<br />

En cuanto a los primeros, la resciliación no los va a afectar, es, a su<br />

respecto, “res inter alios acta”, inoponible. Así, por ejemplo, si Pedro ven<strong>de</strong> a<br />

Juan un inmueble que este último hipoteca a Luis, la resciliación posterior<br />

entre Pedro y Juan no va a afectar al tercero (Luis). Tal resciliación le es<br />

inoponible.<br />

En cuanto a los segundos, <strong>de</strong>ben respetar la resciliación, afectándoles<br />

como a todos los <strong>de</strong>más, los actos jurídicos celebrado por su antecesor o<br />

antecesores.<br />

EL PAGO<br />

El Código reglamenta diversas modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l pago: a) solución o<br />

pago efectivo; b) pago por consignación; c) pago con subrogación; d) pago por<br />

cesión <strong>de</strong> bienes o por acción ejecutiva <strong>de</strong>l acreedor o acreedores; y e) pago<br />

con beneficio <strong>de</strong> competencia.<br />

255


De la Solución o Pago Efectivo<br />

Esta forma <strong>de</strong> pago está tratada en el párrafo lº <strong>de</strong>l Título 14 <strong>de</strong>l Libro<br />

IV, artículos 1568 y siguientes.<br />

Sin duda, es el más importante modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones y por<br />

ello es el primero que enumera el artículo 1567. Está <strong>de</strong>finido en el artículo<br />

1568 como “la prestación <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>be”. De esta <strong>de</strong>finición, surge <strong>de</strong><br />

inmediato una importante consecuencia: el pago es un modo <strong>de</strong> extinguir<br />

cualquier tipo <strong>de</strong> obligación, no sólo, como podría pensarse, aquellas <strong>de</strong> pagar<br />

una suma <strong>de</strong> dinero. Si la obligación es pintar un cuadro, construir una casa o<br />

tocar el piano, esas obligaciones serán pagadas, pintando el cuadro,<br />

construyendo la casa o tocando el piano. En todos esos casos, el <strong>de</strong>udor estará<br />

prestando lo <strong>de</strong>bido.<br />

Otra consecuencia que <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición, es que todo pago supone<br />

una obligación preexistente, civil o a lo menos, natural. Tanto es así que si por<br />

error se paga una obligación inexistente, quien paga tiene <strong>de</strong>recho a repetir<br />

(2295 inc. 1º). El artículo 2297 agrega que “se podrá repetir aun lo que se ha<br />

pagado por error <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, cuando el pago no tenía por fundamento ni aun<br />

una obligación puramente natural”.<br />

El pago, se ha dicho, más que un modo <strong>de</strong> extinguir una obligación, es<br />

la forma natural <strong>de</strong> cumplirla.<br />

El pago es la prestación <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>be<br />

Luego no hay pago si por acuerdo <strong>de</strong> las partes, la obligación se<br />

satisface con una cosa distinta <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>bido. En tal caso, estamos frente a una<br />

dación en pago, como lo veremos más a<strong>de</strong>lante.<br />

Naturaleza jurídica <strong>de</strong>l pago<br />

El pago es una convención, esto es, un acto jurídico bilateral que<br />

extingue obligaciones, celebrado entre el solvens que paga y el accipiens, que<br />

recibe el pago. No es un contrato, porque no genera obligaciones. Como acto<br />

jurídico que es, <strong>de</strong>be cumplir los requisitos generales <strong>de</strong> todo acto jurídico:<br />

consentimiento, capacidad, objeto y causa.<br />

256


Algunos discuten que sea una convención, porque si el <strong>de</strong>udor se<br />

resiste a recibir el pago, se le pue<strong>de</strong> pagar aun en contra <strong>de</strong> su voluntad,<br />

mediante el pago por consignación. Esto se explica porque el <strong>de</strong>udor tiene el<br />

<strong>de</strong>recho a liberarse <strong>de</strong> la obligación, tiene el <strong>de</strong>recho a pagar, y el acreedor no<br />

pue<strong>de</strong> impedirle que lo ejerza. Somarriva estima discutible que el pago sea un<br />

acto jurídico. Es mejor -dice- aceptar la tesis <strong>de</strong> que es un hecho jurídico,<br />

como se viene sosteniendo por algunos doctrinadores”.<br />

Cuando la obligación es <strong>de</strong> dar, se paga haciendo la correspondiente<br />

tradición. Por eso se suele <strong>de</strong>cir que la tradición es un pago. La tradición<br />

extingue la obligación <strong>de</strong> dar que se generó en el título traslaticio <strong>de</strong> dominio.<br />

El pago es un acto jurídico intuito persona<br />

Consecuencia <strong>de</strong> ello es que si por error se hace a una persona distinta<br />

<strong>de</strong>l acreedor, no extingue la obligación. Quien paga mal paga dos veces, reza<br />

el refrán. Esto sin perjuicio, que pueda repetir lo pagado en conformidad al<br />

artículo 2295.<br />

Características <strong>de</strong>l pago<br />

El pago tiene algunos características especiales: 1. <strong>de</strong>be ser específico;<br />

2. <strong>de</strong>be ser completo; y 3. es indivisible<br />

1. El pago <strong>de</strong>be ser especifico<br />

Ello significa que <strong>de</strong>be hacerse “bajo todos respectos en conformidad al<br />

tenor <strong>de</strong> la obligación...”, sin que pueda ser obligado el acreedor a recibir “otra<br />

cosa que lo que se le <strong>de</strong>ba ni aun a pretexto <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> igual o mayor valor la<br />

ofrecida”. Así lo establece el articulo 1569.<br />

2. El pago <strong>de</strong>be ser completo<br />

Con lo que se quiere <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>be compren<strong>de</strong>r íntegramente lo<br />

<strong>de</strong>bido, in<strong>cl</strong>uidos los accesorios. Ello significa que “el pago <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda<br />

compren<strong>de</strong> el <strong>de</strong> los intereses e in<strong>de</strong>mnizaciones que se <strong>de</strong>ban” (art. 1591 inc.<br />

2º). Por la misma razón y salvo excepciones- como ocurre en el pago por<br />

consignación (artículo 1604) y en los gastos <strong>de</strong> transporte para la restitución<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>pósito, art. 2232- los gastos <strong>de</strong>l pago son <strong>de</strong> cargo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (artículo<br />

1571).<br />

257


3. El pago es indivisible<br />

Lo que significa que “el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> obligar al acreedor a que<br />

reciba por partes lo que se le <strong>de</strong>ba, salvo el caso <strong>de</strong> convención contraria; y sin<br />

perjuicio <strong>de</strong> lo que dispongan las leyes en casos especiales” (art. 1591 inc. 1º).<br />

Por excepción, se pue<strong>de</strong> dividir el pago, en algunos casos:<br />

a) si así lo acuerdan las partes. En este caso “se enten<strong>de</strong>rá dividido el<br />

pago en partes iguales; a menos que en el contrato se haya <strong>de</strong>terminado la<br />

parte o cuota que haya <strong>de</strong> pagarse a cada plazo” (artículo 1593)<br />

b) en las obligaciones simplemente o mancomunadas en que cada<br />

<strong>de</strong>udor sólo está obligado a pagar su cuota (artículos 1511, 1526);<br />

c) en las <strong>de</strong>udas hereditarias se divi<strong>de</strong> el pago entre los here<strong>de</strong>ros a<br />

prorrata <strong>de</strong> sus cuotas hereditarias (1354 inc. 1º);<br />

d) cuando existen varios fiadores, la <strong>de</strong>uda se entien<strong>de</strong> dividida entre<br />

ellos por partes iguales. Es lo que se <strong>de</strong>nomina beneficio <strong>de</strong> división (art.<br />

2367);<br />

e) cuando existe controversia sobre la cantidad <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, o sobre sus<br />

accesorios, podrá el juez or<strong>de</strong>nar, mientras se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> la cuestión, el pago <strong>de</strong> la<br />

cantidad no disputada (art. 1592);<br />

f) cuando las partes son recíprocamente <strong>de</strong>udores y acreedores, pue<strong>de</strong><br />

operar el modo <strong>de</strong> extinguir compensación, en cuya virtud se extinguen ambas<br />

<strong>de</strong>udas hasta la <strong>de</strong> menor valor, lo que viene a importar una especie <strong>de</strong> pago<br />

parcial;<br />

g) en los casos en que el <strong>de</strong>udor esté constituido en quiebra, y sus bienes<br />

no alcancen para cubrir la totalidad <strong>de</strong>l pasivo, el Sindico hará pagos parciales,<br />

a los distintos acreedores a prorrata <strong>de</strong> sus créditos, salvo que exista alguna<br />

causal especial <strong>de</strong> preferencia.<br />

Por quién <strong>de</strong>be hacerse el pago<br />

Esta materia la trata el Código en el párrafo 2º <strong>de</strong>l titulo 14, artículos<br />

1572 al 1575.<br />

258


Pue<strong>de</strong>n hacer el pago: 1. el <strong>de</strong>udor; 2. un tercero interesado en extinguir<br />

la obligación y 3. un tercero extraño a la obligación.<br />

1. Pago hecho por el <strong>de</strong>udor<br />

El <strong>de</strong>udor es el principal interesado en pagar, porque es la forma <strong>de</strong><br />

quedar <strong>de</strong>sligado <strong>de</strong> la obligación. Ya hemos dicho que tiene el <strong>de</strong>recho a<br />

pagar.<br />

Cuanto <strong>de</strong>cimos que el pago lo hace el <strong>de</strong>udor, <strong>de</strong>bemos a<strong>cl</strong>arar que<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este caso, compren<strong>de</strong>mos también los siguientes:<br />

a) Pago hecho por el representante legal <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Ello porque, según<br />

el artículo 1448,”lo que una persona ejecuta a nombre <strong>de</strong> otra estando<br />

facultado por ella o por la ley para representarla, produce respecto <strong>de</strong>l<br />

representado, los mimos efectos que si hubiere contratado el mismo”. En<br />

relación con lo que se viene diciendo, <strong>de</strong>be recordarse que el artículo 67l en<br />

su inciso 2º <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, señala que “pue<strong>de</strong>n entregar y recibir a nombre<br />

<strong>de</strong>l dueño sus mandatarios o sus representantes legales”; y agrega en el inciso<br />

final que “la tradición hecha por o a un mandatario <strong>de</strong>bidamente autorizado se<br />

entien<strong>de</strong> hecha por o al respectivo mandante”.<br />

b) pago hecho por un mandatario <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (art. 1448 y 67l, en la<br />

tradición); y<br />

c) pago hecho por un here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Esto porque en conformidad<br />

al artículo 1097 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, los here<strong>de</strong>ros “representan a la persona <strong>de</strong>l<br />

testador para suce<strong>de</strong>rle en todos sus <strong>de</strong>rechos y obligaciones trasmisibles”<br />

En el caso en que el testador haya gravado a un legatario con el pago <strong>de</strong><br />

una obligación, <strong>de</strong>berá compren<strong>de</strong>rse también el pago que en este caso haga<br />

ese legatario.<br />

En todos estos casos, si el <strong>de</strong>udor paga se extingue <strong>de</strong>finitivamente la<br />

obligación, sin que se genere ninguna consecuencia posterior.<br />

2. Pago hecho por un tercero interesado<br />

259


Hay personas que no siendo los <strong>de</strong>udores tienen un directo interés en el<br />

pago <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda. Estos son: a) el co<strong>de</strong>udor solidario; b) el fiador; c) el tercer<br />

poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada.<br />

a) Pago hecho por el co<strong>de</strong>udor solidario. El <strong>de</strong>udor solidario tiene<br />

interés en que se extinga la obligación. Si paga se extingue la obligación<br />

respecto <strong>de</strong> él, pero por el hecho <strong>de</strong> pagar, se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l<br />

acreedor a quien paga, pasando a ocupar su lugar frente a los otros<br />

co<strong>de</strong>udores solidarios, para cobrarles a cada uno su cuota. Ya sabemos que si<br />

el <strong>de</strong>udor solidario que paga no tenía interés en la obligación se le consi<strong>de</strong>ra<br />

fiador y en tal caso se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor pudiendo dirigirse<br />

por el total en contra <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> los otros co<strong>de</strong>udores solidarios<br />

interesados en la obligación (arts. 1522; 1610 Nº 3; 2372);<br />

b) Pago hecho por un fiador. También el fiador que paga se subroga en<br />

los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor a quien paga (1610 Nº 3);<br />

c) El tercer poseedor <strong>de</strong> la finca hipoteca. Se entien<strong>de</strong> por tercer<br />

poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada, el poseedor <strong>de</strong>l inmueble hipotecado, que no<br />

esta obligado personalmente al pago <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda. Esta situación se da en dos<br />

casos: a) cuando se hipoteca un bien propio para garantizar una obligación<br />

ajena; y b) cuando se adquiere un inmueble hipotecado.<br />

En estos casos, este tercer poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada, tiene interés<br />

en pagar la obligación garantizada con la hipoteca, con el objeto <strong>de</strong> evitar la<br />

subasta <strong>de</strong> la finca hipotecada. Si paga se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l<br />

acreedor a quien paga, pudiendo dirigirse en contra <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (artículos 1610<br />

Nº 2; 2429 inciso 2º).<br />

Como se pue<strong>de</strong> apreciar, en todos estos casos el pago no produce la<br />

extinción <strong>de</strong> la obligación, pues ésta subsiste entre el que hizo el pago (que<br />

pasa a ocupar el lugar <strong>de</strong>l acreedor), y el <strong>de</strong>udor. El que <strong>de</strong>saparece <strong>de</strong>l cuadro<br />

es el acreedor, pues su lugar pasa a ser ocupado por quien hizo el pago (lo<br />

subroga).<br />

3. Pago hecho por un tercero extraño<br />

Según artículo 1572 “pue<strong>de</strong> pagar por el <strong>de</strong>udor cualquiera persona a<br />

nombre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, aun sin su conocimiento o contra su voluntad y aun a<br />

pesar <strong>de</strong>l acreedor” (inc. 1º).<br />

260


La ley acepta que un tercero no interesado pueda pagar por varias<br />

razones: a) porque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l acreedor, lo que le interesa es<br />

que le paguen, no le importa que lo haga el <strong>de</strong>udor o un tercero; y b) porque a<br />

la sociedad misma, le interesa que las <strong>de</strong>udas se paguen; que exista el menor<br />

número <strong>de</strong> personas obligadas.<br />

Se ha resuelto que el pago que hace un tercero por el <strong>de</strong>udor, aun a<br />

pesar <strong>de</strong>l acreedor, no está sujeto a formalida<strong>de</strong>s especiales y pue<strong>de</strong> hacerse en<br />

las mismas condiciones que lo haría el <strong>de</strong>udor” (T. 6º, sec. 1ª, p. 58).<br />

Somarriva comenta favorablemente este fallo señalando que “la sentencia está<br />

en la razón”, pues “<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento que el legislador no ha establecido<br />

reglas especiales para este caso, <strong>de</strong>ben aplicarse las reglas generales. De esa<br />

doctrina se <strong>de</strong>duce que si el acreedor se niega a recibir el pago <strong>de</strong>l tercero,<br />

para su vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>be hacerse <strong>de</strong> acuerdo con las reglas <strong>de</strong>l pago por<br />

consignación”. Y agrega que “la doctrina <strong>de</strong> la sentencia hace recordar que, en<br />

principio para nuestro Código <strong>Civil</strong>, el contenido <strong>de</strong> la obligación es objetivo.<br />

Lo que importa es la prestación en sí. No interesa que sea realizada por un<br />

acto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, porque el concepto subjetivo ha <strong>de</strong>saparecido. Ya no se pi<strong>de</strong><br />

que la prestación sea una actividad <strong>de</strong> carácter personal <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Por eso<br />

pue<strong>de</strong> pagar por el <strong>de</strong>udor un tercero, con tal que lo haga a nombre <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor,<br />

aun sin su conocimiento o contra su voluntad, y aun a pesar <strong>de</strong>l acreedor,<br />

como lo dice el articulo 1572. Lo que importa -termina el comentario- es que<br />

el acreedor obtenga la satisfacción <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho. Si preten<strong>de</strong>, no obstante, una<br />

actividad personal <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, el tercero pue<strong>de</strong> recurrir al pago por<br />

consignación”.<br />

Excepcionalmente “si la obligación es <strong>de</strong> hacer, y si para la obra <strong>de</strong> que<br />

se trata se ha tomado en consi<strong>de</strong>ración la aptitud física o talento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, no<br />

podrá ejecutarse la obra por otra persona contra la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor”. La<br />

excepción es tan obvia que no requiere <strong>de</strong> ningún comentario adicional.<br />

Digamos únicamente, a guisa <strong>de</strong> ejemplo, que no es lo mismo para el River<br />

Plate, que juegue Marcelo Salas a que pueda hacerlo N.N. en su lugar.<br />

Efectos <strong>de</strong>l pago hecho por un tercero extraño<br />

El tercero que paga pue<strong>de</strong> encontrarse en tres situaciones: 1. pagar con<br />

el consentimiento expreso o tácito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; 2. pagar sin el conocimiento <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor; y 3. pagar contra la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Los efectos que <strong>de</strong> cada uno<br />

<strong>de</strong> estos pagos siguen son diferentes.<br />

261


1. Pago hecho con el consentimiento expreso o tácito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

El que paga en este caso, se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor a<br />

quien paga. Así lo establece el artículo 1610 Nº 5º <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

En el fondo, esta persona viene a ser un verda<strong>de</strong>ro mandatario <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor, y por la misma razón va a tener dos acciones para po<strong>de</strong>r resarcirse <strong>de</strong><br />

lo que pagó: a) la acción subrogatoria, que le otorga el art. 1610 Nº 5; y b) la<br />

acción propia <strong>de</strong>l mandato. La primera pue<strong>de</strong> ser más efectiva, si la <strong>de</strong>uda<br />

estaba caucionada, porque se subroga con todos los <strong>de</strong>rechos, acciones,<br />

privilegios, prendas e hipotecas (artículo 1612). La segunda pue<strong>de</strong> serle más<br />

conveniente, pues le permitir cobrar lo pagado más intereses corrientes<br />

(artículo 2158 Nº 4).<br />

2. Pago hecho sin el conocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

De acuerdo al art. 1573 “el que paga sin el conocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor no<br />

tendrá acción sino para que éste le reembolse lo pagado; y no se enten<strong>de</strong>rá<br />

subrogado por la ley en el lugar y <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor, ni podrá compeler al<br />

acreedor a que le subrogue”. No hay entonces en este caso subrogación legal.<br />

Sólo podría haber subrogación convencional, si el acreedor a quien pagó, le<br />

subroga voluntariamente en sus <strong>de</strong>rechos (artículo 1611).<br />

Así las cosas -y salvo la posibilidad <strong>de</strong> esta subrogación convencional-<br />

el tercero que paga sólo va a tener acción <strong>de</strong> reembolso en contra <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor,<br />

acción propia <strong>de</strong> la gestión <strong>de</strong> negocios ajenos. No tiene esta acción <strong>de</strong><br />

reembolso ninguna <strong>de</strong> las ventajas y prerrogativas <strong>de</strong>l crédito antiguo.<br />

3. Pago hecho contra la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

El artículo 1574, regula esta situación, en los siguientes términos: “el<br />

que paga contra la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, no tiene <strong>de</strong>recho para que el <strong>de</strong>udor le<br />

reembolse lo pagado, a no ser que el acreedor le ceda voluntariamente su<br />

acción”.<br />

Esta persona que paga por otra, sin po<strong>de</strong>r, es un verda<strong>de</strong>ro agente<br />

oficioso. Y esto es importante, porque el código al tratar <strong>de</strong> la agencia<br />

oficiosa, artículo 2291, dice una cosa distinta a lo que establece el art. 1574,<br />

Según el 2291: “el que administra un negocio ajeno contra la expresa<br />

262


prohibición <strong>de</strong>l interesado, no tiene <strong>de</strong>manda contra él, sino en cuanto esa<br />

gestión le hubiere sido efectivamente útil, y existiere la utilidad al tiempo <strong>de</strong><br />

la <strong>de</strong>manda, por ejemplo, si <strong>de</strong> la gestión ha resultado la extinción <strong>de</strong> una<br />

<strong>de</strong>uda, que sin ella hubiera <strong>de</strong>bido pagar el interesado” (inc. 1º).<br />

La contradicción entre las dos normas es evi<strong>de</strong>nte: según el 1574, no<br />

hay acción <strong>de</strong> repetición; según el 2291, si el pago fue útil al <strong>de</strong>udor (es <strong>de</strong>cir<br />

si extinguió la obligación) hay acción <strong>de</strong> repetición.<br />

Formas <strong>de</strong> resolver la contradicción entre los artículos 1574 y 2291<br />

Se han dado distintas opiniones para compatibilidad ambas<br />

disposiciones:<br />

a) Según Leopoldo Urrutia el artículo 1574 <strong>de</strong>be aplicarse cuando el<br />

pago no ha sido útil al <strong>de</strong>udor; y el 2291, cuando, le fue útil. La solución que<br />

se da con esta interpretación es justa., pero presenta el inconveniente que hace<br />

una distinción que el art. 1574 no contempla;<br />

b) Para Ruperto Bahamon<strong>de</strong>z, el art. 1574 rige para los pagos aislados,<br />

que no correspon<strong>de</strong>n a la administración <strong>de</strong> un negocio; en cambio, el artículo<br />

2291, se <strong>de</strong>be aplicar a al agencia oficiosa, en que hay la administración <strong>de</strong> un<br />

negocio. Esta interpretación se ajusta al tenor literal <strong>de</strong> las normas, pero<br />

resulta injusta, pues no se ve por qué en un caso se tiene acción <strong>de</strong> repetición y<br />

en el otro no. La solución es injusta;<br />

c) Gonzalo Barriga estima que el artículo 2291, se aplica cuando<br />

concurran copulativamente dos requisitos: 1. que el pago que<strong>de</strong> comprendido<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong> un negocio; y 2. que reporte utilidad al <strong>de</strong>udor.<br />

Faltando cualquiera <strong>de</strong> estos requisitos <strong>de</strong>be regir el artículo 1574.<br />

d) Claro Solar sostiene que se aplica el artículo 2291 cuando hay<br />

utilidad para el <strong>de</strong>udor, caso en que el paga pue<strong>de</strong> repetir pero sólo hasta el<br />

monto <strong>de</strong> la utilidad. El artículo 1574, se aplica si el pago no fue útil al<br />

<strong>de</strong>udor. Parece ser la tesis más razonable. En este sentido también Stitchkin.<br />

Pago en el caso <strong>de</strong> la obligaciones <strong>de</strong> dar<br />

263


<strong>Obligaciones</strong> <strong>de</strong> dar son aquellas en que el <strong>de</strong>udor se obliga a transferir<br />

el dominio o a constituir un <strong>de</strong>recho real en favor <strong>de</strong>l acreedor. De manera que<br />

la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor es hacer la correspondiente tradición.<br />

En esta obligaciones, el pago tiene algunas reglas especiales:<br />

a) el tra<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong>be ser dueño <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho que transfiere;<br />

b) se requiere capacidad <strong>de</strong> disposición en el que paga; y<br />

c) el pago <strong>de</strong>be hacerse con las formalida<strong>de</strong>s legales.<br />

a) Tra<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>be ser titular <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho que transfiere<br />

Así lo establece el artículo 1575: “el pago en que se <strong>de</strong>be transferir la<br />

propiedad no es válido, sino en cuanto el que paga es dueño <strong>de</strong> la cosa pagada,<br />

o la paga con el consentimiento <strong>de</strong>l dueño” (inc. 1º).<br />

Cuando esta norma dice que el pago “no es válido”, no está<br />

significando que es nulo, sino que es ineficaz para extinguir la obligación.<br />

Ello porque esta disposición tenemos que concordarla con el artículo 682: “si<br />

el tra<strong>de</strong>nte no es el verda<strong>de</strong>ro dueño <strong>de</strong> la cosa que se entrega por él o a su<br />

nombre, no se adquieren por medio <strong>de</strong> la tradición otros <strong>de</strong>rechos que los<br />

transmisibles <strong>de</strong>l mismo tra<strong>de</strong>nte sobre la cosa entregada”.<br />

Hay una excepción, en el artículo 1575 inciso final: “Sin embargo,<br />

cuando la cosa pagada es fungible -ya sabemos que confun<strong>de</strong> fungible con<br />

consumible- y el acreedor la ha consumido <strong>de</strong> buena fe, se valida el pago,<br />

aunque haya sido hecho por el que no era dueño, o no tuvo facultad <strong>de</strong><br />

enajenar”.<br />

b) Capacidad <strong>de</strong> disposición <strong>de</strong>l que paga<br />

La exige el artículo 1575 inciso 2º: “Tampoco es válido el pago en que<br />

se <strong>de</strong>be transferir la propiedad, sino en cuanto el que paga tiene la facultad <strong>de</strong><br />

enajenar”.<br />

El pago efectuado por el que no tiene capacidad <strong>de</strong> disposición adolece<br />

<strong>de</strong> nulidad relativa, porque se ha omitido un requisito exigido por la ley en<br />

264


consi<strong>de</strong>ración al estado o calidad <strong>de</strong> las personas que lo ejecutan (artículo<br />

1682). Ahora, si quien hizo el pago es absolutamente incapaz, la nulidad será<br />

absoluta (1682 inc. 2º).<br />

c) Formalida<strong>de</strong>s legales<br />

Este requisito lo exige el artículo 679: “Si la ley exige solemnida<strong>de</strong>s<br />

especiales para la enajenación, no se transfiere el dominio sin ellas”. Así<br />

ocurre si lo que se <strong>de</strong>be pagar es un <strong>de</strong>recho inmueble que exige inscripción<br />

en el Conservatorio <strong>de</strong> Bienes Raíces (artículo 686).<br />

A quién <strong>de</strong>be hacerse el pago<br />

Regla esta materia el párrafo 3º <strong>de</strong>l Título 14, arts. 1576 al 1586. Es<br />

muy importante pagar a quien correspon<strong>de</strong> porque si se paga mal, el <strong>de</strong>udor no<br />

queda liberado <strong>de</strong> la obligación. “El que paga mal paga dos veces”, reza el<br />

viejo aforismo.<br />

El artículo 1576 indica a quien <strong>de</strong>be hacerse el pago:<br />

1. al acreedor mismo, que constituye la situación normal;<br />

2. a sus representantes, y<br />

3. al actual poseedor <strong>de</strong>l crédito.<br />

1. Pago hecho al acreedor<br />

De acuerdo al artículo 1576 “para que el pago sea válido <strong>de</strong>be hacerse o<br />

al acreedor mismo (bajo cuyo nombre se entien<strong>de</strong>n todos los que le hayan<br />

sucedido en el crédito, aun a título singular)...”. Luego vale el pago que se<br />

hace al acreedor, al here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l acreedor (artículos 951 y 1097); al legatario<br />

<strong>de</strong>l crédito (art. 1127) o al cesionario <strong>de</strong>l crédito (arts. 1902 al 1905).<br />

Excepciones en que el acreedor no pue<strong>de</strong> recibir el pago<br />

Estas excepciones están contenidas en el artículo 1578: “El pago hecho<br />

al acreedor es nulo en los casos siguientes: 1º Si el acreedor no tiene la<br />

administración <strong>de</strong> sus bienes, salvo en cuanto se probare que la cosa pagada se<br />

ha empleado en provecho <strong>de</strong>l acreedor, y en cuanto este provecho se justifique<br />

265


con arreglo al artículo 1688; 2º Si por el juez se ha embargado la <strong>de</strong>uda o<br />

mandado retener su pago; 3º Si se paga al <strong>de</strong>udor insolvente en frau<strong>de</strong> <strong>de</strong> los<br />

acreedores a cuyo favor se ha abierto concurso”.<br />

a) Pago hecho al acreedor que no tiene la libre administración <strong>de</strong> sus<br />

bienes<br />

Ello se explica porque el pago es un acto jurídico bilateral, que requiere<br />

que ambas partes sean capaces.<br />

La sanción si se paga a un incapaz va a ser la nulidad relativa, a menos<br />

que se haya pagado a un absolutamente incapaz, en que será nulidad absoluta<br />

(artículo 1682). Como es nulidad relativa, pue<strong>de</strong> sanearse <strong>de</strong> acuerdo a las<br />

reglas generales.<br />

Sin embargo, el pago va a ser válido, si quien lo hizo prueba que fue útil<br />

al acreedor y en cuanto se justifique este hecho con arreglo al artículo 1688,<br />

vale <strong>de</strong>cir, probando que el acreedor se hizo más rico, entendiéndose que es<br />

así cuando las cosas pagadas le hubieren sido necesarias o si no lo fueron<br />

subsistan y se quisiere retenerlas. En <strong>de</strong>finitiva, valdrá el pago probando que<br />

lo pagado le sirvió al acreedor, que no malgastó lo recibido.<br />

b) Pago hecho al acreedor cuyo crédito se ha embargado u or<strong>de</strong>nado<br />

retener por <strong>de</strong>creto judicial<br />

Este Nº 2 <strong>de</strong>l art. 1578, compren<strong>de</strong> dos situaciones: a) el crédito que<br />

tiene el acreedor se encuentre embargado, lo que es perfectamente posible<br />

porque los créditos son bienes susceptibles <strong>de</strong> embargarse.(artículo 2465); o b)<br />

que se haya <strong>de</strong>cretado una medida precautoria <strong>de</strong> retención <strong>de</strong> ese pago, en<br />

conformidad a lo establecido en los artículos 290 Nº 3 y 295 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>.<br />

Embargado el crédito o retenido el pago, si el <strong>de</strong>udor paga, el pago<br />

adolece <strong>de</strong> nulidad absoluta por objeto ilícito (artículos 1682 en relación con<br />

el artículo 1464 Nº 3). Esta norma <strong>de</strong>be concordarse con el artículo 681 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>: “se pue<strong>de</strong> pedir la tradición <strong>de</strong> todo aquello que se <strong>de</strong>ba, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que no haya plazo pendiente para su pago; salvo que intervenga <strong>de</strong>creto<br />

judicial en contrario”.<br />

266


Se ha fallado que para que se produzca este efecto, tanto el embargo<br />

como la retención <strong>de</strong>ben notificase al <strong>de</strong>udor. De no ocurrir así el pago sería<br />

válido (T. 6, sec. 2ª, p. 40; T. 21, sec. 1ª, p. 583).<br />

c) Pago hecho al acreedor <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado en quiebra.<br />

Esto es consecuencia <strong>de</strong> que el fallido pierda la administración <strong>de</strong> sus<br />

bienes, la que pasa al Síndico, que es quien pue<strong>de</strong> recibir válidamente el pago<br />

(artículo 64 Ley <strong>de</strong> Quiebras). No basta la simple insolvencia, es necesario<br />

que la quiebra este <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada por resolución judicial.<br />

En relación con este punto, es preciso recordar que la sentencia que<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>are la quiebra tendrá “la advertencia al público <strong>de</strong> que no <strong>de</strong>ben pagar ni<br />

entregar merca<strong>de</strong>rías al fallido, so pena <strong>de</strong> nulidad <strong>de</strong> los pagos y entregas”<br />

(art. 52 Nº 5º <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras).<br />

2. Pago hecho a los representantes <strong>de</strong>l acreedor<br />

El pago hecho a los representantes <strong>de</strong>l acreedor, es válido (arts. 1576,<br />

1579, 1580, 1581)<br />

Estos representantes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> tres tipos: a)<br />

representantes legales; b) judiciales; c) convencionales.<br />

a) Pago hecho al representante legal <strong>de</strong>l acreedor<br />

El artículo 1579 señala distintos casos <strong>de</strong> pagos hechos a los<br />

representantes legales <strong>de</strong>l acreedor, pero no es taxativo porque termina<br />

expresando “y las <strong>de</strong>más personas que por ley especial.... estén autorizadas<br />

para ello”. En este último caso está, por ejemplo, el Sindico, respecto <strong>de</strong>l<br />

fallido. (artículo 64 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras). Abeliuk afirma que el artículo<br />

1579, cuando habla <strong>de</strong>l caso <strong>de</strong> que el marido recibe por la mujer, no estaría<br />

bien. Pensamos que no es así, pues si bien es cierto que el marido, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

entrada en vigencia <strong>de</strong> la ley 18.802, no es el representante legal <strong>de</strong> su mujer,<br />

<strong>de</strong> todas formas es quien administra sus bienes (art. 1749 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>).<br />

b) Pago hecho al representante judicial<br />

267


Vale el pago que se hace a la persona <strong>de</strong>signada por el juez para<br />

recibirlo (1576, 1579). Pue<strong>de</strong> ser el caso <strong>de</strong> que exista una medida precautoria<br />

<strong>de</strong> secuestro (artículos 290, 291 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>);<br />

c) Pago hecho al diputado para recibir el pago (mandatario)<br />

Este mandatario pue<strong>de</strong> in<strong>cl</strong>uso ser relativamente incapaz. Así lo dice el<br />

1581, que no hace más que aplicar la regla <strong>de</strong>l artículo 2128. El mandato para<br />

recibir el pago pue<strong>de</strong> revestir tres modalida<strong>de</strong>s:<br />

- mandato general <strong>de</strong> administración, reglado en el art. 2132, que<br />

confiere la facultad <strong>de</strong> cobrar los crédito que pertenezcan al giro ordinario<br />

(arts. 1580, 2132);<br />

- mandato especial para administrar el negocio o negocios en que<br />

inci<strong>de</strong> el pago. Se confiere a Pedro mandato especial para administrar una<br />

pana<strong>de</strong>ría. Pue<strong>de</strong> en este carácter recibir los pagos que se hagan a ese negocio;<br />

- mandato especial para cobrar un <strong>de</strong>terminado crédito. Ej. N.N. da<br />

mandato a XX para que me cobre la pensión <strong>de</strong> jubilación.<br />

La ley ha establecido algunas precisiones. Así, según el artículo 1582 el<br />

po<strong>de</strong>r para <strong>de</strong>mandar en juicio, no faculta al apo<strong>de</strong>rado para recibir el pago <strong>de</strong><br />

la <strong>de</strong>uda. Recor<strong>de</strong>mos que según el artículo 7º inciso 2º <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>, el po<strong>de</strong>r para percibir requiere <strong>de</strong> mención expresa.<br />

Agreguemos, finalmente, que para que el pago hecho a un diputado sea<br />

eficaz es necesario que el mandatario actúe <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la esfera <strong>de</strong> su mandato<br />

(2160 inc. 1) y que aparezca recibiendo en su carácter <strong>de</strong> tal para el mandante<br />

o ello aparezca <strong>de</strong>l tenor o espíritu <strong>de</strong>l acto. Se ha fallado que para que se<br />

consi<strong>de</strong>re válido el pago hecho a una persona que ha recibido mandato <strong>de</strong>l<br />

acreedor es necesario que lo reciba en su carácter <strong>de</strong> mandatario, y por lo<br />

tanto, es nulo el pago si lo recibe en otra calidad” (T. 29, sec. 1ª, p. 611).<br />

Extinción <strong>de</strong> la diputación para recibir el pago<br />

De acuerdo al artículo 1586: “la persona diputada para recibir el pago se<br />

hace inhábil por la <strong>de</strong>mencia o la interdicción, por haber hecho cesión <strong>de</strong><br />

bienes o haberse trabado ejecución en todos ellos; y en general por todas las<br />

268


causas que hacen expirar el mandato”. Las causales <strong>de</strong> extinción <strong>de</strong>l mandato<br />

están establecidas en el artículo 2163 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

3. Pago hecho al actual poseedor <strong>de</strong>l crédito<br />

El artículo 1576 inciso 2º regula esta situación: “el pago hecho <strong>de</strong> buena<br />

fe a la persona que estaba entonces en posesión <strong>de</strong>l crédito, es válido, aunque<br />

<strong>de</strong>spués aparezca que el crédito no le pertenecía”. El caso más corriente es el<br />

pago hecho al here<strong>de</strong>ro a quien se concedió la posesión efectiva; o al legatario<br />

<strong>de</strong>l crédito. Abeliuk señala a<strong>de</strong>más el caso <strong>de</strong>l cesionario <strong>de</strong>l crédito, si<br />

<strong>de</strong>spués se anuló la cesión <strong>de</strong> créditos.<br />

Los requisitos <strong>de</strong> la norma son dos: que el que recibe el pago se<br />

encuentre en posesión <strong>de</strong>l crédito (la norma tiene importancia porque es la<br />

única que habla <strong>de</strong> la posesión <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho personal); y que el que paga lo<br />

haga <strong>de</strong> buena fe, entendiendo que está pagando al dueño <strong>de</strong>l crédito. La<br />

buena fe se presume.<br />

Este es un caso <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la apariencia o <strong>de</strong>l error<br />

común.<br />

Pago hechos a otras personas, no es eficaz, no extingue la<br />

obligación<br />

Así se ha fallado que “no es válido el pago hecho al ce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

notificada la cesión al <strong>de</strong>udor” (T. 22, sec. 1ª, p. 674). Este fallo es ajustado a<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que producida la cesión, el cesionario pasa a ser el nuevo<br />

acreedor, realidad que no pue<strong>de</strong> discutir el <strong>de</strong>udor si ha sido notificado <strong>de</strong> la<br />

cesión <strong>de</strong>l crédito o la ha aceptado (art. 1902)<br />

Pero el pago hecho a una persona inhábil se pue<strong>de</strong> validar en los casos<br />

establecidos en el artículo 1577:<br />

a) si el acreedor lo ratifica <strong>de</strong> un modo expreso o tácito, pudiendo<br />

legítimamente hacerlo, caso en que se enten<strong>de</strong>rá como válido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

principio; o<br />

b) si el que recibe el pago suce<strong>de</strong> en el crédito (pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r como<br />

here<strong>de</strong>ro, legatario, etc.).<br />

269


Epoca en que <strong>de</strong>be hacerse el pago<br />

El pago <strong>de</strong>be hacerse en el lugar y tiempo convenidos. Así lo dice el<br />

artículo 1872, respecto <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong>l precio en el contrato <strong>de</strong> compraventa.<br />

Si nada se ha convenido, si la obligación es pura y simple el pago <strong>de</strong>be<br />

hacerse <strong>de</strong> inmediato, celebrado que sea el contrato. Si está sujeta a un plazo o<br />

condición suspensivos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que venza el plazo o se cumpla la condición.<br />

En el caso <strong>de</strong> obligación sujeta a plazo, el <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> pagar antes <strong>de</strong>l<br />

vencimiento si el plazo está establecido en su sólo beneficio. En caso<br />

contrario, no pue<strong>de</strong> hacerlo.<br />

Lugar don<strong>de</strong> <strong>de</strong>be hacerse pago<br />

El párrafo 4º <strong>de</strong>l Título XIV <strong>de</strong>l Libro IV, artículos 1587 al 1589, trata<br />

<strong>de</strong> esta materia.<br />

Este aspecto <strong>de</strong>l pago es importante, porque el <strong>de</strong>udor cumplirá su<br />

obligación pagando en el lugar que correspon<strong>de</strong>, sin que se le pueda exigir que<br />

lo haga en otro lugar. Y, recíprocamente, el acreedor no pue<strong>de</strong> ser obligado a<br />

recibir el pago en un lugar diferente. Esto último queda probado en el caso <strong>de</strong>l<br />

pago por consignación en que para que la oferta sea válida se requiere “que se<br />

ofrezca ejecutar el pago en el lugar <strong>de</strong>bido” (art. 1600 Nº 4).<br />

Las reglas sobre el lugar en que <strong>de</strong>be hacerse el pago, son las siguientes:<br />

1. El pago <strong>de</strong>be hacerse en el lugar <strong>de</strong>signado en la convención (art.<br />

1587).<br />

2. Si no se hubiere establecido el lugar en que <strong>de</strong>be realizarse, es<br />

necesario distinguir, según el objeto <strong>de</strong> la obligación sea dar o entregar una<br />

especie o cuerpo cierto u otro diferente.<br />

En el primer caso, se <strong>de</strong>be pagar en el lugar don<strong>de</strong> dicho cuerpo existía<br />

al tiempo <strong>de</strong> constituirse la obligación (art. 1588 inc. 1º).<br />

Si lo <strong>de</strong>bido es otra cosa -género, hecho o abstención- el pago <strong>de</strong>be<br />

cumplirse en el domicilio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (artículo 1588 inc. 2º). Al respecto se ha<br />

fallado que la regla <strong>de</strong> que si no hay estipulación acerca <strong>de</strong>l lugar don<strong>de</strong> <strong>de</strong>be<br />

hacerse el pago, y en que si no se trata <strong>de</strong> un cuerpo cierto <strong>de</strong>be hacerse en el<br />

270


domicilio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, se aplica a las obligaciones <strong>de</strong> hacer (T. 5, sec. 2ª, p.<br />

140). Esta sentencia es comentada favorablemente por Somarriva.<br />

Se ha discutido a qué domicilio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor se refiere esta norma, si al<br />

que tenía al momento <strong>de</strong> celebrar el contrato o al que tiene al momento en que<br />

<strong>de</strong>be hacerse el pago. Atendido lo que dispone el articulo 1589, para Ramos<br />

no cabe duda que <strong>de</strong>be estarse al primero, pues justamente esta disposición se<br />

pone en el caso en que entre ambas fechas, el <strong>de</strong>udor hubiere mudado su<br />

domicilio, estableciendo que, en ese caso, el pago <strong>de</strong>be hacerse “en el lugar<br />

que sin esa mudanza correspon<strong>de</strong>ría, salvo que las partes dispongan <strong>de</strong> común<br />

acuerdo otra cosa”. (En el mismo sentido Abeliuk, Stitchkin).<br />

Si el <strong>de</strong>udor tuviere pluralidad <strong>de</strong> domicilios, <strong>de</strong>berá pagar “en el<br />

correspondiente al lugar don<strong>de</strong> contrajo la obligación si éste dice relación con<br />

ese domicilio” (Stitchkin).<br />

Contenido <strong>de</strong>l pago<br />

El código trata <strong>de</strong> esta materia en el párrafo V <strong>de</strong>l Título XIV <strong>de</strong>l Libro<br />

IV: “Cómo <strong>de</strong>be hacerse el pago”.<br />

La i<strong>de</strong>a central es la establecida en el artículo 1569 “el pago se hará bajo<br />

todos los respectos en conformidad al tenor <strong>de</strong> la obligación; sin perjuicio <strong>de</strong><br />

lo que en casos especiales dispongan las leyes (inciso. 1º). La misma norma<br />

agrega que “el acreedor no podrá ser obligado a recibir otra cosa que lo que se<br />

le <strong>de</strong>ba ni aun a pretexto <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> igual o mayor valor la ofrecida” (inciso 2º).<br />

A<strong>de</strong>más, recor<strong>de</strong>mos, el pago <strong>de</strong>be ser total y no se pue<strong>de</strong> dividir, salvo las<br />

excepciones ya mencionadas (art. 1591)<br />

Precisado lo anterior, para saber cómo se hace el pago <strong>de</strong>berá estarse a<br />

la naturaleza <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> que se trate. Y entonces, po<strong>de</strong>mos distinguir:<br />

a) si lo <strong>de</strong>bido es un género, se cumplirá entregando cualquier individuo<br />

<strong>de</strong>l género, con tal que sea <strong>de</strong> una calidad a lo menos mediana (art. 1509)<br />

b) si lo <strong>de</strong>bido es una cantidad <strong>de</strong> dinero se cumplirá entregando la<br />

suma numérica establecida, pues ya hemos visto, que el sistema aceptado en<br />

Chile sigue siendo el nominalista;<br />

271


c) si es una obligación <strong>de</strong> hacer o no hacer, se pagará realizando la<br />

prestación o abstención convenida;<br />

d) si la obligación es <strong>de</strong> dar o entregar una especie o cuerpo cierto, el<br />

acreedor <strong>de</strong>be recibirlo en el estado en que se halle, soportando entonces los<br />

<strong>de</strong>terioros provenientes <strong>de</strong> fuerza mayor o caso fortuito.<br />

Pero si la cosa se hubiere <strong>de</strong>teriorado por hecho o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, o <strong>de</strong><br />

las personas por quienes éste es responsable, o si los <strong>de</strong>terioros se hubieren<br />

producido durante la mora <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (a menos que provengan <strong>de</strong> un caso<br />

fortuito a que la cosa se hubiere estado igualmente expuesta en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />

acreedor), cabe hacer una distinción según los <strong>de</strong>terioros sean o no<br />

importantes.<br />

Si son importantes, pue<strong>de</strong> pedirse o la resolución <strong>de</strong>l contrato -el<br />

artículo 1590 emplea impropiamente la expresión rescisión- más<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios; o aceptar la cosa en el estado en que se encuentra<br />

más in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios.<br />

Si el <strong>de</strong>terioro no es importante, se <strong>de</strong>berá recibir la cosa en el estado<br />

que se encuentre, pero se <strong>de</strong>berán in<strong>de</strong>mnizar los perjuicios (art. 1590 inc. 2º).<br />

En el caso en que el <strong>de</strong>terioro hubiere ocurrido antes <strong>de</strong> constituirse el<br />

<strong>de</strong>udor en mora, pero no por hecho o culpa suya, sino <strong>de</strong> otra persona por<br />

quien no es responsable, es válido el pago <strong>de</strong> la cosa en el estado en que se<br />

encuentre, pero el acreedor podrá exigir que se le ceda la acción que tenga su<br />

<strong>de</strong>udor contra el tercero, autor <strong>de</strong>l daño (art. 1590 inc. final).<br />

Caso en que concurran varias obligaciones entre las mismas partes<br />

Esta situación está tratada en el artículo 1594: “Cuando concurran entre<br />

unos mismos acreedor y <strong>de</strong>udor diferentes <strong>de</strong>udas, cada una <strong>de</strong> ellas podrá ser<br />

satisfecha separadamente; y por consiguiente el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> muchos años <strong>de</strong><br />

una pensión, renta o canon podrá obligar al acreedor a recibir el pago <strong>de</strong> un<br />

año, aunque no le pague al mismo tiempo los otros”.<br />

De la imputación <strong>de</strong>l pago<br />

272


En el caso en que existan varias <strong>de</strong>udas entre acreedor y <strong>de</strong>udor, y el<br />

pago hecho no alcance a satisfacerlas todas, <strong>de</strong>be resolverse cuál es la que se<br />

<strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>r solucionada. Es el problema llamado <strong>de</strong> la imputación <strong>de</strong>l pago.<br />

Debe a<strong>cl</strong>ararse que esta situación sólo se va a presentar si concurran los<br />

siguiente supuestos: 1.- que existan varias <strong>de</strong>udas <strong>de</strong> una misma naturaleza;<br />

2.- que estás <strong>de</strong>udas sean entre las mismas partes; y 3.- que se haga un pago<br />

insuficiente para satisfacerlas a todas.<br />

El Código da diversas reglas sobre esta materia en los artículos 1595 al<br />

1597 (párrafo 6º <strong>de</strong>l Título XIV), que son las siguientes:<br />

1. Si se <strong>de</strong>be capital e intereses, el pago se imputará primero a los<br />

intereses, salvo que el acreedor consienta expresamente en que se impute al<br />

capital (1595);<br />

2. Si hay diferentes <strong>de</strong>udas, el <strong>de</strong>udor pueda imputar a la que elija, con<br />

las siguientes limitaciones: a) no pue<strong>de</strong> preferir la <strong>de</strong>uda no <strong>de</strong>vengada a la<br />

que lo está, a menos que el acreedor lo consienta (art. 1596); y b) <strong>de</strong>be<br />

imputar el pago a la <strong>de</strong>uda que se alcanza a pagar en su integridad, ya que, en<br />

conformidad al artículo 1591, el acreedor no está obligado a aceptar pagos<br />

parciales;<br />

3. Si el <strong>de</strong>udor no hace la imputación, podrá hacerla el acreedor, en la<br />

carta <strong>de</strong> pago o recibo, y si el <strong>de</strong>udor la acepta, no le será lìcito re<strong>cl</strong>amar<br />

<strong>de</strong>spués (artículo 1596);<br />

4. Si ninguna <strong>de</strong> las partes hace la imputación, ésta la hace la ley: “se<br />

preferirá la <strong>de</strong>uda que al tiempo <strong>de</strong>l pago estaba <strong>de</strong>vengada a la que no lo<br />

estaba; y no habiendo diferencia bajo este respecto, la <strong>de</strong>uda que el <strong>de</strong>udor<br />

eligiere” (art. 1597).<br />

Prueba <strong>de</strong>l pago<br />

De acuerdo al artículo 1698 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, la prueba <strong>de</strong>l pago<br />

correspon<strong>de</strong> al <strong>de</strong>udor. Para ello pue<strong>de</strong> valerse <strong>de</strong> todos los medios <strong>de</strong> prueba<br />

legales, con las limitaciones que para la prueba <strong>de</strong> testigos establecen los<br />

artículos 1708 y 1709 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

273


Presunciones legales <strong>de</strong>l pago<br />

Para facilitar la prueba <strong>de</strong>l pago, el Código establece diversas<br />

presunciones:<br />

a) Si el acreedor otorga carta <strong>de</strong> pago <strong>de</strong>l capital sin mencionar los<br />

intereses, se presumen éstos pagados (art. 1595 inc. 2º). Una presunción en el<br />

mismo sentido, encontramos en el artículo 17 <strong>de</strong> la ley 18.010 “Si el acreedor<br />

otorga recibo <strong>de</strong>l capital, se presumen pagados los intereses y el reajuste en su<br />

caso”.<br />

b) En los pagos periódicos, la carta <strong>de</strong> pago <strong>de</strong> tres períodos<br />

<strong>de</strong>terminados y consecutivos hará presumir los pagos <strong>de</strong> los anteriores<br />

períodos, siempre que hayan <strong>de</strong>bido efectuarse entre los mismos acreedor y<br />

<strong>de</strong>udor” (art. 1570).<br />

Estas presunciones son simplemente legales, por lo que se pue<strong>de</strong> probar<br />

en contrario.<br />

Gastos <strong>de</strong>l pago<br />

De acuerdo al artículo 157l “los gastos que ocasionare el pago serán <strong>de</strong><br />

cuenta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; sin perjuicio <strong>de</strong> lo estipulado y <strong>de</strong> lo que el juez or<strong>de</strong>nare<br />

acerca <strong>de</strong> las costas judiciales”.<br />

Ya hemos explicado que esta regla sufre una excepción importante, en<br />

el caso <strong>de</strong>l pago por consignación (art. 1604). Otra excepción, se encuentra en<br />

el artículo 2232, según el cual los gastos <strong>de</strong> transporte para la restitución <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>pósito, son <strong>de</strong> cargo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>positante (acreedor), lo que es lógico, pues es un<br />

contrato en que él es el único beneficiado.<br />

Efectos <strong>de</strong>l pago<br />

El efecto propio <strong>de</strong>l pago es extinguir la obligación. Este efecto no se<br />

produce en el caso en que el pago lo haga un tercero, pues entonces la<br />

obligación subsiste, con todos los <strong>de</strong>rechos, acciones, privilegios, prendas e<br />

hipotecas, entre ese tercero que paga y el <strong>de</strong>udor.<br />

274


Concepto<br />

Del Pago por Consignación<br />

Constituye una modalidad <strong>de</strong>l pago, reglada el párrafo 7º <strong>de</strong>l Título<br />

XIV, artículos 1598 al 1607.<br />

Es sabido que el pago es una convención, lo que significa que se<br />

perfecciona por el acuerdo <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>udor y el acreedor. Sin<br />

embargo, esta característica se altera en el pago por consignación. Ello se<br />

explica porque el <strong>de</strong>udor tiene el <strong>de</strong>recho a pagar, <strong>de</strong>recho que no podría<br />

ejercer si el acreedor se niega a aceptar el pago o no concurre a recibirlo o si<br />

existe incertidumbre acerca <strong>de</strong> la persona <strong>de</strong>l acreedor. Por ello, el artículo<br />

1598 expresa que “para que el pago sea válido, no es menester que se haga<br />

con el consentimiento <strong>de</strong>l acreedor, el pago es válido aun contra la voluntad<br />

<strong>de</strong>l acreedor, mediante la consignación.<br />

Manuel Albala<strong>de</strong>jo precisa que el <strong>de</strong>udor más que el <strong>de</strong>recho a pagar<br />

tiene el <strong>de</strong>recho a liberarse <strong>de</strong>l vínculo obligatorio, lo que se <strong>de</strong>muestra por el<br />

hecho <strong>de</strong> que éste se pue<strong>de</strong> extinguir por otras razones, como, por ejemplo, la<br />

remisión <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda.<br />

Casos en que proce<strong>de</strong> el pago por consignación<br />

El pago por consignación proce<strong>de</strong> en tres casos:<br />

a) si existe negativa <strong>de</strong>l acreedor a aceptarlo;<br />

b) si el acreedor no concurre a recibirlo; y<br />

c) si existe incertidumbre acerca <strong>de</strong> la persona <strong>de</strong>l acreedor. Esta<br />

situación que a primera vista pudiera aparecer curiosa, es muy corriente, en el<br />

caso, por ejemplo, en que el <strong>de</strong>udor haya fallecido y se ignore quiénes son sus<br />

here<strong>de</strong>ros.<br />

Lo que se viene diciendo lo establece el artículo 1599: “La consignación<br />

es el <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> la cosa que se <strong>de</strong>be, hecho a virtud <strong>de</strong> la repugnancia o no<br />

comparecencia <strong>de</strong>l acreedor a recibirla, o <strong>de</strong> la incertidumbre acerca <strong>de</strong> la<br />

275


persona <strong>de</strong> éste, y con las formalida<strong>de</strong>s necesarias, en manos <strong>de</strong> una tercera<br />

persona.<br />

Fases <strong>de</strong>l pago por consignación<br />

En el pago por consignación se <strong>de</strong>ben distinguir tres fases o etapas: 1. la<br />

oferta, 2. la consignación propiamente tal, y 3. la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> suficiencia<br />

<strong>de</strong>l pago.<br />

Las dos primeras etapas son extrajudiciales, en virtud <strong>de</strong> la<br />

modificación que introdujo a esta institución la ley 7825 <strong>de</strong>l 30 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong><br />

1944. Así lo dice en forma expresa el artículo 160l inciso 3º: “No será<br />

necesario <strong>de</strong>creto judicial previo para efectuar la oferta ni para hacer la<br />

consignación”. Y el inciso 4º reafirma esta i<strong>de</strong>a, agregando que “en el pago<br />

por consignación no se admitirá gestión ni recurso judicial alguno <strong>de</strong>l acreedor<br />

tendiente a obstaculizar la oferta, o la consignación. Por consiguiente, no se<br />

dará curso a ninguna oposición o solicitud <strong>de</strong>l acreedor”.<br />

Como señala un autor “son actos extrajudiciales, salvo que se trate <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>signar el <strong>de</strong>positario en cuyas manos se haga la consignación”. Como no<br />

reviste el carácter <strong>de</strong> juicio, el po<strong>de</strong>r para comparecer en litigio no habilita<br />

para intervenir en ella, sostiene el fallo <strong>de</strong> 22 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1963 (T. 60, sec. 2ª,<br />

p. 48) (Somarriva).<br />

1. La oferta<br />

El artículo 1600, señala que “la consignación <strong>de</strong>be ser precedida <strong>de</strong> una<br />

oferta”.<br />

Requisitos <strong>de</strong> la oferta<br />

Pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong> fondo o <strong>de</strong> forma y están contemplados en el artículo<br />

1600:<br />

Requisitos <strong>de</strong> fondo <strong>de</strong> la oferta:<br />

1. La oferta la <strong>de</strong>be hacer una persona capaz <strong>de</strong> pagar (art. 1600 Nº 1).<br />

No es necesario que sea el acreedor, pue<strong>de</strong> ser cualquiera <strong>de</strong> las personas que<br />

indica el artículo 1572 (acreedor, terceros interesados, terceros no<br />

interesados).<br />

276


2. Debe ser hecha al acreedor si es capaz <strong>de</strong> recibir el pago, o a su<br />

legítimo representante.<br />

Sin embargo, si el acreedor o su representante no tiene domicilio en el<br />

lugar en que <strong>de</strong>ba efectuarse el pago, o no es habido, o hay incertidumbre<br />

acerca <strong>de</strong> la persona <strong>de</strong>l acreedor, la oferta se hace al tesorero comunal<br />

respectivo quien se limitará a tomar conocimiento <strong>de</strong> ella (art. 1602). El<br />

Tesorero comunal respectivo, no es el tesorero municipal, sino el funcionario<br />

<strong>de</strong> la Tesorería General <strong>de</strong> la República, que cumple las funciones <strong>de</strong> Tesorero<br />

en la comuna respectiva.<br />

Se ha fallado que la oferta hecha al fiador, no es válida, si se le hace<br />

antes <strong>de</strong> que pague la <strong>de</strong>uda, pues sólo con el pago se subroga en los <strong>de</strong>rechos<br />

<strong>de</strong>l acreedor (T. 2, sec. 2º, p. 127).<br />

3. Si la obligación es a plazo o bajo condición suspensiva, <strong>de</strong>be haber<br />

expirado el plazo o cumplido la condición. Sin embargo, si la obligación es a<br />

plazo la oferta podrá también hacerse en los dos últimos días hábiles <strong>de</strong>l plazo.<br />

Así lo establece el articulo 1600 Nº 3. En relación con esto el artículo 1605<br />

inciso 2º expresa que “Sin embargo, si se trata <strong>de</strong> una obligación a plazo o<br />

bajo condición, aceptada la consignación por el acreedor, o <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado<br />

suficiente el pago por resolución ejecutoriada, la obligación se consi<strong>de</strong>rará<br />

cumplida en tiempo oportuno siempre que la oferta se haya efectuado a más<br />

tardar el día siguiente hábil al vencimiento <strong>de</strong> la obligación, pero el <strong>de</strong>udor<br />

quedará obligado en todo caso al pago <strong>de</strong> los intereses que se <strong>de</strong>ban y al<br />

cuidado <strong>de</strong> la cosa hasta la consignación”.<br />

De acuerdo a estas dos normas, cabe con<strong>cl</strong>uir que en el caso <strong>de</strong> las<br />

obligaciones a plazo la oferta se pue<strong>de</strong> hacer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los dos días hábiles<br />

anteriores al vencimiento <strong>de</strong>l plazo hasta el día siguiente hábil al vencimiento<br />

<strong>de</strong>l plazo.<br />

4. El pago se <strong>de</strong>be ofrecer en el lugar <strong>de</strong>bido. Para saber cuál es este<br />

lugar, habrá que estarse a lo señalan los artículos 1587 al 1589, ya estudiados.<br />

Requisitos <strong>de</strong> forma <strong>de</strong> la oferta:<br />

1. La oferta se hace a través <strong>de</strong> un notario o receptor competente, sin<br />

previa or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l tribunal. Este es el único caso en que un Receptor pue<strong>de</strong><br />

277


actuar sin or<strong>de</strong>n judicial. En las comunas en que no haya Notario pue<strong>de</strong> hacer<br />

las veces <strong>de</strong> tal el Oficial <strong>de</strong>l Registro <strong>Civil</strong>.<br />

2. Para estos efectos el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be poner en manos <strong>de</strong> este funcionario<br />

una minuta <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be, con los intereses vencidos, si los hay, y los <strong>de</strong>más<br />

cargos líquidos, comprendiendo en ella una <strong>de</strong>scripción individual <strong>de</strong> la cosa<br />

ofrecida. No es necesario la presentación material <strong>de</strong> la cosa ofrecida.<br />

3. El Notario, receptor u oficial <strong>de</strong>l Registro <strong>Civil</strong>, para realizar la<br />

oferta, hace un acta en que copia la minuta y que lee al acreedor. En esta acta<br />

<strong>de</strong>berá expresarse la respuesta <strong>de</strong>l acreedor o <strong>de</strong> su representante, y si el uno o<br />

el otro la han firmado, rehusado firmarla, o <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado no saber o no po<strong>de</strong>r<br />

firmar.<br />

Características <strong>de</strong> la oferta<br />

La oferta es un trámite extrajudicial y formal. Extrajudicial porque para<br />

hacerla no es necesario recurrir a los tribunales. Simplemente quien quiere<br />

pagar solicita a alguno <strong>de</strong> los funcionarios que señala el artículo 1600 Nº 5,<br />

para que proceda a realizarla sin que para ello tenga que ser autorizado por la<br />

justicia<br />

Decimos que es formal, porque <strong>de</strong>be cumplir <strong>de</strong>terminados requisitos<br />

<strong>de</strong> forma y <strong>de</strong> fondo que establece el artículo 1600.<br />

No se requiere oferta<br />

Hay situaciones en que, por excepción, se pue<strong>de</strong> pagar por consignación<br />

sin que preceda oferta. Así ocurre en los siguientes casos:<br />

1. Si existe una <strong>de</strong>manda judicial; y<br />

2. En el caso <strong>de</strong> pagos periódicos.<br />

La primera <strong>de</strong> estas excepciones está establecida en el articulo 1600<br />

inciso final: “Sin embargo, si el acreedor <strong>de</strong>manda judicialmente el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> la obligación o <strong>de</strong>duce cualquiera otra acción que pueda<br />

enervarse mediante el pago <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda, bastará que la cosa <strong>de</strong>bida con los<br />

intereses vencidos, si los hay, y <strong>de</strong>más cargos líquidos, se consigne a la or<strong>de</strong>n<br />

278


<strong>de</strong>l tribunal que conoce <strong>de</strong>l proceso en alguna <strong>de</strong> las formas que señala el<br />

artículo 160l, sin necesidad <strong>de</strong> oferta previa...”.<br />

Como pue<strong>de</strong> observarse, la excepción se refiere al caso en que esté<br />

planteada una <strong>de</strong>manda judicial en que se solicite el cumplimiento o se intente<br />

cualquiera otra acción que pueda enervarse mediante el pago. Esto último<br />

ocurrirá, por ejemplo, en el caso <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> resolución <strong>de</strong>l contrato, en<br />

los casos en que ello es posible (por ejemplo en el contrato <strong>de</strong> compraventa<br />

por no pago <strong>de</strong>l precio, cuando existe pacto comisorio calificado). Recuér<strong>de</strong>se<br />

que allí hay un plazo breve <strong>de</strong> 24 horas para enervar la resolución, pagando<br />

(artículo 1879). Nótese que para que nos encontremos en esta situación<br />

excepcional, tiene que tratarse <strong>de</strong> una <strong>de</strong>manda que pueda enervarse mediante<br />

el pago. Cualquier <strong>de</strong>manda no basta. Se ha fallado reiteradamente que si se ha<br />

<strong>de</strong>mandado la resolución <strong>de</strong> un contrato, se pue<strong>de</strong> pagar sin oferta previa, en<br />

conformidad al articulo 1600 Nº 7 (T. 45, sec. 1ª, p. 597, T. 44, sec. 1ª, p.<br />

288). Esto le parece discutible a Ramos pues piensa que un pago posterior no<br />

es apto para enervar la acción <strong>de</strong> resolución.<br />

Esta norma también tiene aplicación en el juicio ejecutivo, en que el<br />

<strong>de</strong>udor para liberar sus bienes <strong>de</strong>l remate, pue<strong>de</strong>, antes <strong>de</strong> verificarse éste,<br />

pagar la <strong>de</strong>uda y las costas (artículo 490 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>),<br />

pago que normalmente se va a hacer <strong>de</strong>positando los valores en la cuenta<br />

corriente <strong>de</strong>l tribunal. La Corte <strong>de</strong> Concepción, ha resuelto que se entien<strong>de</strong> por<br />

remate la con<strong>cl</strong>usión y fin <strong>de</strong> una cosa, por lo que sólo cuando se extien<strong>de</strong> la<br />

escritura pública <strong>de</strong>finitiva y el acreedor se paga <strong>de</strong> su crédito ha terminado<br />

esa actuación. Luego, pue<strong>de</strong> hasta esa oportunidad, pagar el <strong>de</strong>udor,<br />

importando poco o nada que el acta <strong>de</strong> remate se haya extendido” (Somarriva).<br />

La segunda excepción, se explica por sí sola. Piénsese, por ejemplo, los<br />

problemas, que <strong>de</strong> no existir esta norma, tendría un alimentante o un<br />

arrendatario, para ir pagando por consignación las pensiones o rentas<br />

mensuales si tuviera cada vez que estar haciendo toda la tramitación que<br />

supone la oferta.<br />

En ambos casos, la consignación se hace <strong>de</strong>positando la suma a<strong>de</strong>udada,<br />

en la cuenta corriente <strong>de</strong>l tribunal (1600 inc. final, 160l inc. 5º). Pese a ser<br />

casos <strong>de</strong> excepción, son <strong>de</strong> mucho uso en la práctica..<br />

Situaciones especiales: pago por consignación <strong>de</strong> rentas <strong>de</strong> arriendo<br />

<strong>de</strong> predios urbanos y <strong>de</strong> letras <strong>de</strong> cambio<br />

279


Parece útil hacer referencia a dos casos <strong>de</strong> pagos por consignación<br />

contemplados en leyes especiales. Nos referimos a los señalados en el artículo<br />

23 <strong>de</strong> la ley 18.101, sobre arrendamientos urbanos; y en el artículo 70 <strong>de</strong> la ley<br />

18.092, sobre letras <strong>de</strong> cambio.<br />

La primera <strong>de</strong> estas normas señala que “en caso <strong>de</strong> negativa <strong>de</strong>l<br />

arrendador a recibir la renta <strong>de</strong> arrendamiento o a otorgar el correspondiente<br />

recibo al arrendatario que no <strong>de</strong>seare recurrir al procedimiento <strong>de</strong> pago por<br />

consignación establecido en el párrafo 7º <strong>de</strong>l Título XIV <strong>de</strong>l Libro IV <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>, podrá <strong>de</strong>positar aquella en la Unidad <strong>de</strong>l Servicio <strong>de</strong> Tesorerías<br />

que corresponda a la ubicación <strong>de</strong>l inmueble, indicando el nombre, apellidos y<br />

la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l arrendador. Dicha unidad le otorgará el respectivo recibo y<br />

comunicará al arrendador, por carta certificada, la existencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>pósito.<br />

Este pago se consi<strong>de</strong>rará hecho al arrendador para todos los efectos legales,<br />

pero su suficiencia será calificada en el juicio que corresponda” (inc. 1º).<br />

El hecho <strong>de</strong> que al arrendador retire el <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> Tesorería no<br />

significa renuncia a sus <strong>de</strong>rechos ni produce los efectos previstos en el inciso<br />

3º <strong>de</strong>l artículo 1956 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> (tácita reconducción).<br />

En el caso <strong>de</strong> las letras <strong>de</strong> cambio, el artículo 70 <strong>de</strong> la ley 18092, obliga<br />

a los Notarios antes <strong>de</strong> estampar un protesto por falta <strong>de</strong> pago, a verificar en<br />

la Tesorería Comunal correspondiente, si se ha efectuado en ella algún<br />

<strong>de</strong>pósito <strong>de</strong>stinado al pago <strong>de</strong>l documento siempre que en él se hubiere<br />

señalado la comuna correspondiente al lugar <strong>de</strong>l pago. Ello nos está<br />

<strong>de</strong>mostrando que si el día <strong>de</strong>l vencimiento <strong>de</strong> una letra, nadie aparece<br />

cobrándola, su aceptante pue<strong>de</strong> consignar sin más tramites, su valor en la<br />

correspondiente Tesorería, evitando <strong>de</strong> esa manera su protesto.<br />

Resultado <strong>de</strong> la oferta<br />

Hecha la oferta pue<strong>de</strong>n ocurrir dos cosas: a) que el acreedor la acepte,<br />

caso en que termina todo el procedimiento <strong>de</strong> pago por consignación; o b) que<br />

el acreedor rechace la oferta, o no sea habido o subsista la incertidumbre sobre<br />

quien es el acreedor, caso en que se pasa a la etapa siguiente: la consignación.<br />

2. La consignación<br />

280


Se refiere a ella el artículo 160l: “Si el acreedor o su representante se<br />

niega a recibir la cosa ofrecida, el <strong>de</strong>udor podrá consignarla en la cuenta<br />

bancaria <strong>de</strong>l tribunal competente, o en la Tesorería comunal, o en un banco u<br />

oficina <strong>de</strong> la Caja Nacional <strong>de</strong> Ahorros (hoy Banco <strong>de</strong>l Estado),<strong>de</strong> la Caja <strong>de</strong><br />

Crédito Agrario (también hoy Banco <strong>de</strong>l Estado), feria, martillo o almacén<br />

general <strong>de</strong> <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong>l lugar en que <strong>de</strong>ba hacerse el pago, según la naturaleza<br />

<strong>de</strong> la cosa ofrecida” (inc. 1º).<br />

“Podrá también efectuarse la consignación en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un <strong>de</strong>positario<br />

nombrado por el juez competente” (inciso 2º).<br />

De manera que para saber el lugar en que se <strong>de</strong>be <strong>de</strong>positar lo <strong>de</strong>bido,<br />

<strong>de</strong>berá estarse a “la naturaleza <strong>de</strong> la cosa ofrecida”, como lo dice la parte final<br />

<strong>de</strong>l inciso 1º <strong>de</strong>l artículo 1601. Y si esta cosa, por su propia naturaleza no es<br />

posible <strong>de</strong>positarla en alguno <strong>de</strong> los lugares que indica dicho inciso 1º, habrá<br />

que pedir al juez que <strong>de</strong>signe un <strong>de</strong>positario. Piénsese, por ejemplo, que lo<br />

<strong>de</strong>bido fuera un hipopótamo, caso en que el tribunal podrá disponer que se<br />

<strong>de</strong>posite en un Zoológico.<br />

Plazo para consignar<br />

La ley no establece plazo para verificar el <strong>de</strong>pósito o consignación. No<br />

tiene mayor importancia porque el pago sólo se va a enten<strong>de</strong>r realizado el día<br />

en que se efectúe la consignación. Así lo dispone el artículo 1605 inciso 1º:<br />

“El efecto <strong>de</strong> la consignación suficiente es extinguir la obligación, hacer<br />

cesar, en consecuencia, los intereses y eximir <strong>de</strong>l peligro <strong>de</strong> la cosa al <strong>de</strong>udor,<br />

todo ello <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día <strong>de</strong> la consignación”.<br />

3. De<strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> suficiencia <strong>de</strong>l pago<br />

Hecha la consignación, el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be pedir al juez competente (el <strong>de</strong><br />

letras en lo civil <strong>de</strong>l lugar en que <strong>de</strong>ba verificarse el pago), que or<strong>de</strong>ne ponerla<br />

en conocimiento <strong>de</strong>l acreedor, con intimación <strong>de</strong> recibir la cosa consignada.<br />

Con esta etapa ya se inicia una gestión judicial <strong>de</strong> naturaleza contenciosa<br />

(Abeliuk).<br />

Se ha fallado que como el objeto <strong>de</strong> esta notificación es que el acreedor<br />

tome conocimiento <strong>de</strong> la consignación, no es necesaria notificación si<br />

concurre al tribunal y la acepta.(T. 28, sec. 2º, p. 63; T. 32, sec. 1ª, p. 376).<br />

281


El acreedor notificado pue<strong>de</strong> adoptar dos actitu<strong>de</strong>s:<br />

a) aceptar la consignación, caso en que la obligación queda extinguida,<br />

por pago. In<strong>cl</strong>uso, si estimare que lo que se le está pagando es inferior a lo que<br />

se le <strong>de</strong>be, pue<strong>de</strong> aceptarla como pago parcial, y <strong>de</strong>mandar el resto (T. 37,<br />

sec. 1ª, p. 549); o<br />

b) rechazar el pago o no <strong>de</strong>cir nada, caso en que se <strong>de</strong>be <strong>de</strong><strong>cl</strong>arar la<br />

suficiencia <strong>de</strong>l pago.<br />

De acuerdo al articulo 1603 inciso 2º: “La suficiencia <strong>de</strong>l pago por<br />

consignación será calificada en el juicio que corresponda promovido por el<br />

<strong>de</strong>udor o por el acreedor ante el tribunal que sea competente según las reglas<br />

generales”.<br />

En conformidad a esta norma, tanto el <strong>de</strong>udor como el acreedor pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>mandar la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> suficiencia <strong>de</strong>l pago. Este juicio no tiene por qué<br />

ser un juicio cuyo objeto específico sea obtener esta <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración. Cualquier<br />

juicio en que se discuta el incumplimiento (resolución; ejecutivo <strong>de</strong><br />

cumplimiento, etc.) es suficiente.<br />

Sobre este punto, es importante precisar que lo corriente va a ser que<br />

<strong>de</strong>man<strong>de</strong> el acreedor, en razón <strong>de</strong> lo establecido en el inciso 3º <strong>de</strong>l artículo<br />

1603 “sin embargo, si el acreedor no prueba, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l plazo <strong>de</strong> 30 días<br />

hábiles contados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha en que haya sido notificado <strong>de</strong> la<br />

consignación, la circunstancia <strong>de</strong> existir juicio en el cual <strong>de</strong>ba calificarse la<br />

suficiencia <strong>de</strong>l pago, el juez que or<strong>de</strong>nó dicha notificación lo <strong>de</strong><strong>cl</strong>arará<br />

suficiente, a petición <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, y or<strong>de</strong>nará alzar las cauciones, sin más<br />

trámite. Las resoluciones que se dicten en virtud <strong>de</strong> este inciso serán apelables<br />

sólo en el efecto <strong>de</strong>volutivo”. El inciso 4º agrega que “no obstante, el juez<br />

podrá prorrogar hasta por 30 días el plazo establecido en el inciso anterior si<br />

por causas ajenas a la voluntad <strong>de</strong>l acreedor no ha sido posible notificar al<br />

<strong>de</strong>udor”. No dice el código que esta prórroga sea <strong>de</strong> días hábiles, por lo que<br />

podría enten<strong>de</strong>rse, <strong>de</strong> acuerdo al artículo 50, que serían días corridos. No nos<br />

parece que sea así, pues al tratarse <strong>de</strong> una prórroga <strong>de</strong> un plazo <strong>de</strong> días hábiles,<br />

parece razonable enten<strong>de</strong>r que la prórroga tenga el mismo carácter.<br />

Se ha resuelto que para la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l pago por consignación, es<br />

requisito la calificación <strong>de</strong> suficiencia <strong>de</strong>l mismo (T. 67, sec. 2ª, p. 24).<br />

282


Tribunal competente<br />

Se pi<strong>de</strong> la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> suficiencia <strong>de</strong>l pago al juez que sea<br />

competente <strong>de</strong> acuerdo a las reglas generales (1603 inc. 2º). Nótese que no<br />

tiene por qué ser el mismo que or<strong>de</strong>nó la notificación <strong>de</strong> la consignación.<br />

Esta regla sufre dos excepciones:<br />

a) en el caso que se acaba <strong>de</strong> señalar, <strong>de</strong>l artículo 1603 inc. 3º, en que<br />

va ser competente para hacer la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> suficiencia <strong>de</strong>l pago, el que<br />

or<strong>de</strong>nó la notificación; y<br />

b) en la situación contemplada en el artículo 1600 inciso final, es <strong>de</strong>cir,<br />

cuando había un juicio que se podía enervar mediante el pago. En este caso la<br />

suficiencia <strong>de</strong>be calificarse en ese juicio.<br />

Efectos <strong>de</strong>l pago por consignación<br />

El pago por consignación produce los efectos normales <strong>de</strong> todo pago:<br />

extinguir la obligación. Así lo dice el artículo 1605: “El efecto <strong>de</strong> la<br />

consignación suficiente es extinguir la obligación, hacer cesar, en<br />

consecuencia, los intereses y eximir <strong>de</strong>l peligro <strong>de</strong> la cosa al <strong>de</strong>udor, todo ello<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día <strong>de</strong> la consignación”. Agrega la norma, en su inciso 2º que “sin<br />

embargo, si se trata <strong>de</strong> una obligación a plazo o bajo condición, aceptada la<br />

consignación por el acreedor, o <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado suficiente el pago por resolución<br />

ejecutoriada, la obligación se consi<strong>de</strong>rará cumplida en tiempo oportuno<br />

siempre que la oferta se haya efectuado a más tardar el día siguiente hábil al<br />

vencimiento <strong>de</strong> la obligación, pero el <strong>de</strong>udor quedará obligado en todo caso al<br />

pago <strong>de</strong> los intereses que se <strong>de</strong>ban y al cuidado <strong>de</strong> la cosa hasta la<br />

consignación”.<br />

Gastos <strong>de</strong> la consignación<br />

Son <strong>de</strong> cargo <strong>de</strong>l acreedor. Así lo dispone el artículo 1604: “Las<br />

expensas <strong>de</strong> toda oferta y consignación válidas serán a cargo <strong>de</strong>l acreedor”.<br />

Retiro <strong>de</strong> la consignación<br />

Este aspecto está tratado en los artículos 1606 y 1607.<br />

283


El primero señala que “mientras la consignación no haya sido aceptada<br />

por el acreedor, o el pago <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado suficiente por sentencia que tenga la<br />

fuerza <strong>de</strong> cosa juzgada, pue<strong>de</strong> el <strong>de</strong>udor retirar la consignación y retirada, se<br />

mirará como <strong>de</strong> ningún valor y efecto respecto <strong>de</strong>l consignante y <strong>de</strong> sus<br />

co<strong>de</strong>udores y fiadores”.<br />

Pero la consignación pue<strong>de</strong> in<strong>cl</strong>uso retirarse con posterioridad a la<br />

extinción <strong>de</strong> la obligación, según expresa el artículo 1607 “Cuando la<br />

obligación ha sido irrevocablemente extinguida podrá todavía retirarse la<br />

consignación, si el acreedor consiente en ello”.<br />

Pero en este caso, como la obligación ya se había extinguido, se trata <strong>de</strong><br />

una nueva obligación y por ello, los co<strong>de</strong>udores y fiadores no quedan<br />

obligados, ni el acreedor conserva sus privilegios o hipotecas <strong>de</strong>l crédito<br />

primitivo. Y si por voluntad <strong>de</strong> las partes se renovaren las hipotecas<br />

prece<strong>de</strong>ntes, se inscribirán <strong>de</strong> nuevo y su fecha será la <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> la nueva<br />

inscripción”.<br />

Esta situación se asemeja a la novación, pero es distinta, pues para que<br />

haya novación tiene que haber una obligación existente -artículos 1628 y<br />

1630- y aquí no la había porque la anterior ya estaba extinguida.<br />

Concepto <strong>de</strong> subrogación<br />

Del Pago con Subrogación<br />

En términos generales, la voz subrogación evoca la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> substitución<br />

o reemplazo <strong>de</strong> una cosa por otra o <strong>de</strong> una persona por otra. De esa forma, la<br />

subrogación pue<strong>de</strong> ser real o personal.<br />

En la real, una cosa toma el lugar <strong>de</strong> otra, que se le reputa <strong>de</strong> su misma<br />

naturaleza y cualida<strong>de</strong>s. Ejemplo <strong>cl</strong>aro <strong>de</strong> esta subrogación se encuentra en la<br />

sociedad conyugal, en los casos contemplados en el artículo 1733 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>.<br />

En la subrogación personal, una persona pasa a ocupar el lugar <strong>de</strong> otra,<br />

ocupa su sitio, pudiendo por ello ejercitar sus acciones y <strong>de</strong>rechos. Así el<br />

284


here<strong>de</strong>ro subroga al causante, sucediéndole en todos sus bienes, <strong>de</strong>rechos,<br />

acciones y obligaciones trasmisibles.<br />

En el pago por subrogación, el tercero que paga una <strong>de</strong>uda ajena, pasa a<br />

ocupar el lugar <strong>de</strong>l acreedor a quien paga. De esta manera se produce la<br />

situación particular <strong>de</strong> que no obstante la obligación estar pagada, ese pago<br />

no extingue el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> crédito el que se mantiene con sus <strong>de</strong>rechos,<br />

acciones, privilegios, prendas e hipotecas, en favor <strong>de</strong>l tercero que paga, que<br />

pasa a ser su nuevo titular.<br />

Paralelo entre la cesión <strong>de</strong> créditos y el pago con subrogación<br />

Pothier sostenía que en el pago por subrogación existe una cesión <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos ficticia. La verdad es que las dos figuras se asemejan, pues en<br />

ambas, se produce un cambio en el titular <strong>de</strong>l crédito. Sin embargo, hay entre<br />

ellas diferencias importantes, siendo la fundamental el que la cesión <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos constituye una especulación y la subrogación un pago. En efecto, el<br />

cesionario preten<strong>de</strong> hacer un negocio, comprando el crédito barato y<br />

cobrándolo en su integridad. No ocurre lo mismo en la subrogación, en que el<br />

tercero que paga sólo cobrará lo que pagó. Constituye únicamente una garantía<br />

para el que paga, pues subsisten las acciones, <strong>de</strong>rechos, privilegios, prendas e<br />

hipotecas <strong>de</strong>l crédito pagado.<br />

Definición <strong>de</strong> subrogación<br />

El artículo 1608 señala que “la subrogación es la transmisión <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor a un tercero, que le paga”. Se critica esta <strong>de</strong>finición,<br />

porque la voz transmisión es propia <strong>de</strong> la sucesión por causa <strong>de</strong> muerte, para<br />

significar el traspaso <strong>de</strong>l patrimonio <strong>de</strong>l causante a sus here<strong>de</strong>ros.<br />

Sin embargo, no resulta tan impropio hablar en este caso <strong>de</strong><br />

“transmisión”, si se piensa que lo que el legislador ha querido significar es que<br />

el tercero que paga, queda, respecto <strong>de</strong>l acreedor a quien paga, colocado en<br />

una situación análoga a la que se encuentra el here<strong>de</strong>ro respecto <strong>de</strong>l causante.<br />

Pasa a ocupar su lugar.<br />

Otra crítica a la <strong>de</strong>finición, y más fundada, es que no da una i<strong>de</strong>a <strong>cl</strong>ara<br />

<strong>de</strong> la institución. Por eso es mejor <strong>de</strong>finirla, en la forma que lo hace una<br />

antigua sentencia, como “una ficción legal en cuya virtud una obligación que<br />

<strong>de</strong>bía consi<strong>de</strong>rarse extinguida por el pago hecho por un tercero, queda, sin<br />

285


embargo, vigente, en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> éste, el cual obra como si fuere la misma<br />

persona <strong>de</strong>l acreedor” (T. 17, sec. 1ª, p. 542).<br />

Abeliuk siguiendo esta misma i<strong>de</strong>a expresa que “es una ficción<br />

jurídica, en virtud <strong>de</strong>l cual cuando un tercero paga voluntariamente con<br />

dineros propios una obligación ajena, ésta se extingue entre el acreedor y<br />

<strong>de</strong>udor, pero subsiste teniendo por nuevo acreedor al que efectuó el pago”.<br />

La subrogación es una ficción pues la realidad es que si la obligación se<br />

paga, el efecto normal <strong>de</strong>biera ser su extinción, con sus privilegios, hipotecas,<br />

etc. Y sin embargo, por el hecho <strong>de</strong> ser pagada por un tercero con dineros<br />

propios, subsiste la misma obligación.<br />

En la subrogación el tercero que paga, tiene diferentes acciones<br />

para recuperar lo que pagó<br />

En efecto, va a tener el mismo crédito <strong>de</strong>l acreedor a quien pagó, con<br />

sus acciones, garantías y privilegios. Pero también podrá hacer uso <strong>de</strong> las<br />

acciones que <strong>de</strong>riven <strong>de</strong> la vinculación que él pueda tener con el <strong>de</strong>udor. Así<br />

por ejemplo, podría ser fiador, y tendrá las acciones <strong>de</strong> la fianza; si paga con el<br />

consentimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, será su mandatario y tendrá las acciones propias<br />

<strong>de</strong>l mandante; si paga sin la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, será su agente oficioso, y<br />

tendrá la acciones que en tal carácter le competen, etc.<br />

Clases <strong>de</strong> subrogación<br />

El artículo 1609, distingue entre subrogación legal y convencional: “se<br />

subroga un tercero en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor, o en virtud <strong>de</strong> la ley, o en<br />

virtud <strong>de</strong> una convención <strong>de</strong>l acreedor”.<br />

Subrogación legal<br />

Opera por el sólo ministerio <strong>de</strong> la ley. Así lo dice al artículo 1610, “se<br />

efectúa la subrogación por el ministerio <strong>de</strong> la ley y aun contra la voluntad <strong>de</strong>l<br />

acreedor, en todos los casos señalados por las leyes, y especialmente a<br />

beneficio...”.<br />

Como opera por el sólo ministerio <strong>de</strong> la ley, es consensual.<br />

286


El artículo 1610, contempla 6 casos. La norma no es taxativa, como lo<br />

<strong>de</strong>muestra la expresión “especialmente” <strong>de</strong> que se vale la disposición. Y así,<br />

pue<strong>de</strong>n mencionarse otros casos, como el <strong>de</strong>l tercer poseedor <strong>de</strong> la finca<br />

hipotecada que paga la hipoteca (artículo 2429); el <strong>de</strong>l legatario que paga la<br />

hipoteca con que la cosa legada estaba gravada (artículo 1366); el <strong>de</strong>l que<br />

paga por error una <strong>de</strong>uda ajena (artículo 2295), el que para recuperar lo<br />

pagado, pue<strong>de</strong> intentar contra el <strong>de</strong>udor las acciones <strong>de</strong>l acreedor; el<br />

contemplado en el artículo 1965, en que los acreedores <strong>de</strong>l arrendador <strong>de</strong> la<br />

cosa arrendada, pasan a subrogarse en los <strong>de</strong>rechos y obligaciones <strong>de</strong>l<br />

arrendador, etc.<br />

Casos <strong>de</strong> subrogación <strong>de</strong>l artículo 1610<br />

Se efectúa la subrogación por el ministerio <strong>de</strong> la ley y aun contra la<br />

voluntad <strong>de</strong>l acreedor, en todos los casos señalados por las leyes y<br />

especialmente, a beneficio, <strong>de</strong>:<br />

1º Del acreedor que paga a otro acreedor <strong>de</strong> mejor <strong>de</strong>recho en<br />

razón <strong>de</strong> un privilegio o hipoteca.<br />

En este caso concurren los tres actores típicos <strong>de</strong>l pago por subrogación:<br />

el <strong>de</strong>udor, el acreedor y un tercero que paga. La particularidad es que este<br />

tercero que paga no es un tercero cualquiera, sino un tercero muy especial,<br />

pues es también acreedor <strong>de</strong>l mismo <strong>de</strong>udor, pero su <strong>de</strong>recho es <strong>de</strong> rango<br />

inferior al <strong>de</strong>l acreedor pagado, en razón <strong>de</strong> un privilegio o hipoteca <strong>de</strong> que<br />

goza el crédito <strong>de</strong> este último.<br />

Explicación previa. La ley no ha colocado a todos los créditos en un<br />

mismo rango. Atendiendo a la naturaleza <strong>de</strong> ellos, ha establecido un or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

prelación que <strong>de</strong>termina que unos acreedores se paguen antes que otros. Así,<br />

por ejemplo, el Fisco, por los impuestos <strong>de</strong> retención y recargo a<strong>de</strong>udados<br />

tiene un crédito privilegiado; lo mismo los trabajadores por sus<br />

remuneraciones. Las causas <strong>de</strong> preferencia, como hemos visto, son el<br />

privilegio y la hipoteca, artículos 2469 y 2470. Hay 5 <strong>cl</strong>ases <strong>de</strong> créditos,<br />

siendo los <strong>de</strong> quinta <strong>cl</strong>ase los llamados valistas o quirografarios que se pagan<br />

al final. Ahora <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada categoría, también hay preferencias. Así, por<br />

ejemplo, los acreedores hipotecarios, se pagarán según el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las fechas<br />

<strong>de</strong> sus hipotecas (art. 2477) (se atien<strong>de</strong> al or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la inscripción <strong>de</strong>l contrato,<br />

artículo 2410).<br />

287


Explicado lo anterior, volvamos al Nº 1 <strong>de</strong>l art. 1610.<br />

En este caso el tercero que paga es también acreedor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, y paga<br />

a otro acreedor <strong>de</strong> mejor <strong>de</strong>recho. El mejor <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> este último <strong>de</strong>rivará <strong>de</strong><br />

que su crédito goce <strong>de</strong> preferencia, en virtud <strong>de</strong> un privilegio o hipoteca.<br />

¿Qué utilidad tendría esta subrogación para el tercero que paga?. La<br />

explicación que se da es que <strong>de</strong> esa forma pue<strong>de</strong> evitar que el acreedor <strong>de</strong><br />

mejor <strong>de</strong>recho haga efectivo su crédito, lo que podría perjudicarlo, si rematado<br />

el bien, no alcanzare para satisfacer ambos créditos. La situación se ve <strong>cl</strong>ara si<br />

se piensa en dos acreedores hipotecarios. El <strong>de</strong> grado más bajo paga al <strong>de</strong><br />

grado más alto con el objeto <strong>de</strong> impedir el remate <strong>de</strong>l inmueble hipotecado.<br />

Con ello se pone a cubierto <strong>de</strong>l riesgo <strong>de</strong> que lo obtenido en la subasta no<br />

alcance para pagar su crédito, quedando satisfecho únicamente el acreedor<br />

preferente.<br />

Requisitos para que estemos en este caso:<br />

a) que el pago lo haga otro acreedor, no un tercero cualquiera;<br />

b) que el pago se haga a un acreedor <strong>de</strong> mejor <strong>de</strong>recho, en virtud <strong>de</strong> un<br />

privilegio o hipoteca.<br />

En relación con este caso, se plantea el problema <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar si el<br />

acreedor que paga el crédito hipotecario, <strong>de</strong>be practicar una nueva inscripción<br />

<strong>de</strong> la hipoteca, a su nombre. La respuesta generalmente aceptada es que no se<br />

hace <strong>de</strong> ese modo, pues, si se practicara una nueva inscripción, la hipoteca ya<br />

no sería la misma sino otra, que al ser más nueva, sería <strong>de</strong> menor grado. Y no<br />

es eso lo que ocurre en la subrogación, pues en conformidad al artículo 1612,<br />

el crédito pasa <strong>de</strong>l acreedor al tercero que paga, con “sus hipotecas”. Luego no<br />

es necesario <strong>de</strong> nueva inscripción, bastando a lo sumo, con practicar una<br />

anotación el margen <strong>de</strong> la inscripción hipotecaria. En este sentido Somarriva,<br />

Arturo Alessandri, David Stitchkin, Luis Claro Solar, Abeliuk.<br />

La Corte Suprema, en un fallo dividido <strong>de</strong> 4 votos por 3 (T. XXI, sec.<br />

1ª, p. 146) resolvió que era necesaria una nueva inscripción <strong>de</strong> la hipoteca. Su<br />

error fue estimar que en la subrogación hay una transferencia, que por lo<br />

mismo, <strong>de</strong>be hacerse mediante inscripción. Según Claro Solar, este fallo<br />

<strong>de</strong>sconoce manifiestamente la naturaleza jurídica <strong>de</strong>l pago con subrogación.<br />

288


Posteriormente la Corte Suprema tomó el buen camino (T. XXVI, sec. 2ª, p.<br />

43)<br />

2º Del que habiendo comprado un inmueble, es obligado a pagar a<br />

los acreedores a quienes el inmueble está hipotecado<br />

En este caso la subrogación opera en favor <strong>de</strong>l comprador <strong>de</strong> un<br />

inmueble hipotecado. Si la adquisición ha sido hecha en virtud <strong>de</strong> otro título<br />

distinto al <strong>de</strong> compra, no estamos en la situación regulada por el artículo<br />

1610 Nº 2 (Alessandri, Claro Solar, Abeliuk, Stitchkin. En contra Robustiano<br />

Vera.<br />

La utilidad <strong>de</strong> esta norma se va a producir respecto <strong>de</strong>l que compra un<br />

inmueble gravado con varias hipotecas. Imaginemos un ejemplo <strong>de</strong> un predio<br />

gravado con 3 hipotecas.<br />

Pue<strong>de</strong> ocurrir que el comprador pague a los dos primeros acreedores<br />

hipotecarios pero no al tercero. En tal caso, ese tercer acreedor hipotecario,<br />

pue<strong>de</strong> sacar la finca a remate. Si el resultado <strong>de</strong> la subasta no alcanza sino para<br />

pagar la primera y segunda hipoteca, el tercer acreedor hipotecario no se va a<br />

pagar porque el comprador <strong>de</strong>l inmueble se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los<br />

acreedores hipotecarios a quienes pagó (1º y 2º). La situación es curiosa<br />

porque la primera y segunda hipoteca habían <strong>de</strong>saparecido al ser pagados sus<br />

titulares por el comprador, pero para estos efectos reviven, pasando el<br />

comprador a ocupar su lugar. De esta forma, si bien éste va a per<strong>de</strong>r el<br />

inmueble por lo menos va a recuperar el dinero invertido al pagarse<br />

preferentemente con el precio logrado en el remate.<br />

Utilidad <strong>de</strong>l artículo 1610 Nº 2 en el caso <strong>de</strong> la purga <strong>de</strong> la hipoteca<br />

La situación que estamos estudiando pasa a tener mucha importancia en<br />

el caso en que se subasta una finca gravada con varias hipotecas, y en que<br />

respecto <strong>de</strong> un acreedor hipotecario no se produce la purga por no haber sido<br />

<strong>de</strong>bidamente emplazado. Según la generalidad <strong>de</strong> la doctrina nacional, cabe<br />

aplicar el artículo 1610 Nº 2.<br />

Para la mejor comprensión <strong>de</strong>l tema, <strong>de</strong>mos una explicación breve <strong>de</strong> lo<br />

que significa la purga <strong>de</strong> la hipoteca.<br />

289


Cuando un predio está gravado con varias hipotecas, y uno <strong>de</strong> los<br />

acreedores hipotecarios, haciendo efectivo su <strong>de</strong>recho real <strong>de</strong> hipoteca, lo saca<br />

a remate, <strong>de</strong>be notificar personalmente a todos los otros acreedores<br />

hipotecarios, con el objeto que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l término <strong>de</strong> emplazamiento (que se<br />

ha entendido que es el <strong>de</strong>l juicio ordinario) hagan valer sus <strong>de</strong>rechos. Pues<br />

bien, si cumplidos estos trámites se subasta la finca hipotecada, y el resultado<br />

<strong>de</strong>l remate no es suficiente para pagar a todos los acreedores hipotecarios, se<br />

pagarán las hipotecas que alcancen, y respecto <strong>de</strong> los que no alcancen, se<br />

enten<strong>de</strong>rán extinguidas por el modo <strong>de</strong> extinguir “purga <strong>de</strong> la hipoteca”. De<br />

esa forma el que subasta la finca, la va a adquirir libre <strong>de</strong> hipotecas. Así lo<br />

establece el artículo 2428 inciso 2.<br />

Ahora bien, pue<strong>de</strong> ocurrir que uno <strong>de</strong> los acreedores hipotecarios no<br />

hubiere sido notificado. Imaginémonos que el predio tenía 4 hipotecas y no se<br />

citó al titular <strong>de</strong> la tercera hipoteca. Producido el remate, este tercer acreedor<br />

hipotecario, mantiene su hipoteca (la subasta le es inoponible) por lo que,<br />

haciendo uso <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho pue<strong>de</strong> perseguir la finca y sacarla nuevamente a<br />

remate.<br />

¿Significa que por el hecho <strong>de</strong> no haber sido notificado para el primer<br />

remate, su <strong>de</strong>recho ha mejorado pasando a tener la calidad <strong>de</strong> primer (y único)<br />

acreedor hipotecario?. No es así, porque, para estos efectos, la primera y<br />

segunda hipoteca reviven en el comprador que adquirió el bien en la primera<br />

subasta, quien pasa a ocupar el lugar <strong>de</strong> los acreedores hipotecarios pagados<br />

en ella. Lo anterior significa que si lo obtenido en el nuevo remate no alcanza<br />

sino para pagar las dos primeras hipotecas, el tercer acreedor hipotecario no se<br />

va a pagar. Su hipoteca se extinguió por el modo <strong>de</strong> extinguir “purga <strong>de</strong> la<br />

hipoteca”.<br />

Subrogación <strong>de</strong>l tercer poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada<br />

Este es un caso <strong>de</strong> subrogación que no está establecido en el artículo<br />

1610 Nº 2, pero que resulta oportuno tratarlo ahora, por la relación que tiene<br />

con la materia que estamos estudiando.<br />

Para la cabal comprensión, tenemos que precisar lo que se entien<strong>de</strong> por<br />

tercer poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada. Es tercer poseedor la persona que<br />

cumple dos requisitos: a) no ser <strong>de</strong>udor personal <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda garantizada con<br />

hipoteca; y b) ser el poseedor (normalmente el dueño) <strong>de</strong> la finca hipotecada.<br />

290


Estos requisitos se cumplen respecto: a) <strong>de</strong>l propietario <strong>de</strong> un inmueble<br />

que lo da en hipoteca para garantizar una <strong>de</strong>uda ajena y b) <strong>de</strong>l que adquiere<br />

una finca que está gravada con hipoteca.<br />

Pues bien, si el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> la obligación garantizada con hipoteca no<br />

paga, el acreedor hipotecario va a perseguir la finca en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> quien se<br />

encuentre (consecuencia <strong>de</strong> ser el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> hipoteca un <strong>de</strong>recho real). En<br />

este caso, <strong>de</strong>berá notificar al tercero poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada (no<br />

porque éste <strong>de</strong>ba, porque nada <strong>de</strong>be ya que él no es <strong>de</strong>udor personal), sino con<br />

el objeto <strong>de</strong> que pague la <strong>de</strong>uda o abandone la finca. Si paga, se va a subrogar<br />

en el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l acreedor hipotecario a quien paga. Así lo establece el<br />

artículo 2429, señalando que “se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor en los<br />

mismos términos que el fiador”.<br />

3º Del que paga una <strong>de</strong>uda a que se halla obligado solidaria o<br />

subsidiariamente<br />

El co<strong>de</strong>udor solidario que paga se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor<br />

a quien paga, para dirigirse en contra <strong>de</strong> sus co<strong>de</strong>udores, pero respecto <strong>de</strong> cada<br />

uno sólo por su cuota (artículo 1522).<br />

En el caso <strong>de</strong>l fiador que paga, pasa a subrogarse en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l<br />

acreedor a quien paga, pudiendo dirigirse en contra <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor principal, con<br />

la misma acción que tenía el acreedor a quien pagó; o bien, pue<strong>de</strong> hacer uso<br />

<strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> reembolso que le correspon<strong>de</strong> como fiador.<br />

4º Del here<strong>de</strong>ro beneficiario que paga con sus propios dineros las<br />

<strong>de</strong>udas <strong>de</strong> la herencia<br />

Here<strong>de</strong>ro beneficiario es el que goza <strong>de</strong>l beneficio <strong>de</strong> inventario, que<br />

según el artículo 1247, “consiste en no hacer a los here<strong>de</strong>ros que aceptan<br />

responsables <strong>de</strong> las obligaciones hereditarias y testamentarias, sino hasta<br />

concurrencia <strong>de</strong>l valor total <strong>de</strong> los bienes que han heredado”.<br />

Se trata entonces <strong>de</strong> que este here<strong>de</strong>ro que goza <strong>de</strong> beneficio <strong>de</strong><br />

inventario paga más allá <strong>de</strong> lo que le correspon<strong>de</strong>. En tal caso, se subroga por<br />

este exceso, en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor a quien para, para cobrarlo a los<br />

<strong>de</strong>más here<strong>de</strong>ros.<br />

291


5º Del que paga una <strong>de</strong>uda ajena, consintiéndolo expresa o<br />

tácitamente el <strong>de</strong>udor<br />

Este caso ya se analizó al estudiar quienes podían hacer el pago, y<br />

señalamos entonces, que si lo hace un tercero ajeno, con el consentimiento<br />

expreso o tácito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor a quien<br />

paga (artículo 1610 Nº 5º).<br />

En tal situación, como lo vimos, este tercero tiene a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la acción<br />

subrogatoria, la acción propia <strong>de</strong>l mandato, pues al pagar con el<br />

consentimiento expreso o tácito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, pasa a ser un mandatario <strong>de</strong> éste.<br />

6º Del que ha prestado dinero al <strong>de</strong>udor para el pago, constando así<br />

en escritura pública <strong>de</strong>l préstamo, y constando a<strong>de</strong>más en escritura<br />

pública <strong>de</strong>l pago haberse satisfecho la <strong>de</strong>uda con el mismo dinero<br />

Este caso se diferencia <strong>de</strong> los anteriores, en que quien se subroga no es<br />

el que pagó una <strong>de</strong>uda ajena, sino quien le prestó dinero al <strong>de</strong>udor para que<br />

pagara la <strong>de</strong>uda. Este caso es llamado por los franceses “subrogación<br />

consentida por el <strong>de</strong>udor”, y lo <strong>cl</strong>asifican como subrogación convencional- En<br />

Chile, es un caso <strong>de</strong> subrogación legal, porque así lo establece el art. 1610 Nº<br />

6.<br />

Intervienen el acreedor, el <strong>de</strong>udor y el tercero que presta el dinero para<br />

el pago y que es quien se subroga en los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong>l acreedor pagado.<br />

Requisitos para que opere la subrogación <strong>de</strong>l artículo 1610 Nº 6<br />

Para que opere este caso <strong>de</strong> subrogación <strong>de</strong>ben concurrir los siguientes<br />

requisitos:<br />

1. Que el tercero preste dineros al <strong>de</strong>udor para que pague;<br />

2. Que el <strong>de</strong>udor pague la <strong>de</strong>uda con ese mismo dinero;<br />

3. Que el mutuo se otorgue por escritura pública, en que se exprese que<br />

el mutuo se otorga para pagar la <strong>de</strong>uda; y<br />

4. Que se <strong>de</strong>je constancia <strong>de</strong>l pago en una escritura pública don<strong>de</strong> se<br />

exprese que éste se hace con los dineros que el <strong>de</strong>udor obtuvo <strong>de</strong>l préstamo.<br />

292


La ley exige escrituras públicas para evitar colusiones entre el <strong>de</strong>udor y<br />

quien paga.<br />

Si la <strong>de</strong>uda estaba garantizada con hipoteca, al producirse la<br />

subrogación, esta hipoteca va a quedar garantizado el mutuo, lo que es<br />

indudablemente ventajoso para quien presta el dinero.<br />

Aun cuando <strong>de</strong>l artículo 1610 Nº 6º, parece <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse que las<br />

escrituras públicas son necesariamente dos, toda esta operación se pue<strong>de</strong><br />

hacer en una sola, cumpliéndose con los requisitos ya vistos (Stitchkin).<br />

Subrogación convencional<br />

Está tratada en el artículo 1611: “Se efectúa la subrogación en virtud <strong>de</strong><br />

una convención <strong>de</strong>l acreedor; cuando éste, recibiendo <strong>de</strong> un tercero el pago <strong>de</strong><br />

la <strong>de</strong>uda, le subroga voluntariamente en todos los <strong>de</strong>rechos y acciones que le<br />

correspon<strong>de</strong>n como tal acreedor: la subrogación en este caso está sujeta a la<br />

regla <strong>de</strong> la cesión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, y <strong>de</strong>be hacerse en la carta <strong>de</strong> pago”.<br />

La subrogación convencional opera entonces mediante un acuerdo entre<br />

el acreedor pagado y el tercero que le paga. El <strong>de</strong>udor no interviene en este<br />

acuerdo. Como dice Claro Solar, “el objeto principal <strong>de</strong> la subrogación es un<br />

pago, y el <strong>de</strong>udor no tiene que intervenir en el pago que efectúa un tercer<br />

extraño a la <strong>de</strong>uda y que pue<strong>de</strong> pagar aun contra <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor”.<br />

Requisitos <strong>de</strong> la subrogación convencional<br />

Los requisitos <strong>de</strong> la subrogación convencional son los siguientes:<br />

1. Que un tercero no interesado pague una <strong>de</strong>uda ajena. Así lo dice el<br />

art. 1611. Es obvio que tiene que ser un tercero no interesado, porque si<br />

tuviera interés, estaríamos en el caso <strong>de</strong> la subrogación legal <strong>de</strong>l Nº 3 <strong>de</strong>l art.<br />

1610.<br />

2. Que pague sin voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor pues, en caso contrario, se<br />

configuraría la situación <strong>de</strong> subrogación legal <strong>de</strong>l Nº 5 <strong>de</strong>l artículo 1610.<br />

3. Que el acreedor pagado subrogue voluntariamente en sus <strong>de</strong>rechos<br />

al tercero que le paga. En relación con este punto, cabe preguntarse si todos<br />

293


los que pue<strong>de</strong>n recibir el pago (recuér<strong>de</strong>se el artículo 1576), pue<strong>de</strong>n hacer la<br />

subrogación. Claro Solar respon<strong>de</strong> que ello es así cuando la facultad <strong>de</strong><br />

recibir el pago <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> administración (ej. el curador que<br />

administra los bienes <strong>de</strong>l pupilo), pero no ocurre lo mismo en el caso <strong>de</strong>l<br />

mandatario especial o con el simple diputado para recibir el pago. Según<br />

Laurent el mandato para recibir el pago no da <strong>de</strong>recho para subrogar.<br />

4. Que la subrogación se haga en forma expresa. No basta una<br />

manifestación tácita <strong>de</strong> voluntad. Lo anterior, dice Claro Solar, constituye una<br />

excepción a los principios generales. Es <strong>cl</strong>aro que tiene que haber una<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>aración expresa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento que el art. 1611, exige hacerla en la<br />

carta <strong>de</strong> pago. Sin embargo, no se requiere <strong>de</strong> términos sacramentales, ni que<br />

se precisen los efectos <strong>de</strong> la subrogación, porque éstos los establece la ley.<br />

5. Que conste en la carta <strong>de</strong> pago o recibo. Esto implica que se va a<br />

hacer en el momento mismo en que se recibe el pago. Si no se hace en esa<br />

oportunidad, como la obligación se extingue con el pago, no habría <strong>de</strong>recho ni<br />

acción que subrogar, pues las que habían se habrían extinguido con el pago.<br />

La carta <strong>de</strong> pago o recibo, pue<strong>de</strong> constar en instrumento público o<br />

privado. La ley no exige solemnidad especial. Se ha fallado que en el caso <strong>de</strong><br />

pagos parciales la subrogación tiene que efectuarse en cada uno <strong>de</strong> los recibos<br />

y no en la escritura <strong>de</strong> cancelación final (T. 33, sec. 1ª, p. 177)<br />

6. Que se sujete a las reglas <strong>de</strong> la cesión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos. Nótese que el<br />

artículo 1611 no dice que la subrogación convencional sea una cesión <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos, sino que se sujeta a las mismas reglas <strong>de</strong> la cesión <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos.<br />

Ello, en buen romance, significa que el acreedor tiene que entregar el título <strong>de</strong><br />

la <strong>de</strong>uda al tercero que paga y que para que la subrogación sea oponible al<br />

<strong>de</strong>udor y a terceros, se <strong>de</strong>be notificar al <strong>de</strong>udor o éste <strong>de</strong>be aceptarla. Se aplica<br />

la regla <strong>de</strong>l artículo 1902.<br />

Lo anterior quiere <strong>de</strong>cir que mientras no se cumpla con estas<br />

exigencias, si el <strong>de</strong>udor paga al primitivo acreedor, el pago está bien hecho.<br />

Significa también que los acreedores <strong>de</strong>l primitivo acreedor, pue<strong>de</strong>n embargar<br />

ese crédito. Así lo dice el artículo 1905.<br />

Efectos <strong>de</strong> la subrogación<br />

294


Los efectos <strong>de</strong> la subrogación legal o convencional son los mismos y<br />

son los indicados en el artículo 1612: “La subrogación, tanto legal como<br />

convencional, traspasa al nuevo acreedor todos los <strong>de</strong>rechos, acciones,<br />

privilegios, prendas e hipotecas <strong>de</strong>l antiguo, así contra el <strong>de</strong>udor principal,<br />

como contra cualesquiera terceros, obligados solidaria o subsidiariamente a la<br />

<strong>de</strong>uda”. Y el inciso 2º agrega: “Si el acreedor ha sido solamente pagado en<br />

parte, podrá ejercer sus <strong>de</strong>rechos, relativamente a lo que se le reste <strong>de</strong>biendo,<br />

con preferencia al que sólo ha pagado una parte <strong>de</strong>l crédito”<br />

Luego, se traspasan al tercero que paga todos los <strong>de</strong>rechos, acciones,<br />

privilegios, prendas e hipotecas <strong>de</strong>l antiguo, así contra el <strong>de</strong>udor principal,<br />

como contra los co<strong>de</strong>udores solidarios o subsidiarios. Todo esto se pue<strong>de</strong><br />

resumir diciendo que el crédito y la obligación correlativa permanece igual,<br />

con la única salvedad que el lugar que ocupaba antes <strong>de</strong>l acreedor, lo ocupa<br />

ahora el tercero que pagó.<br />

Lo anterior significa, entre otras cosas, las siguientes:<br />

a) Que si la obligación era mercantil, conserva esa naturaleza;<br />

b) Si la obligación estaba caucionada (hipoteca, prenda, etc.), éstas se<br />

mantienen garantizando el mismo crédito que ahora tiene otro acreedor. Ya<br />

hemos explicado, que se traspasa la hipoteca sin nueva inscripción.<br />

c) Que los títulos ejecutivos en favor <strong>de</strong>l acreedor original, se<br />

mantienen respecto <strong>de</strong>l tercero que paga, que podrá usarlos en su beneficio.<br />

Para <strong>de</strong>mandar ejecutivamente acompañará el título y el recibo <strong>de</strong> pago, que es<br />

el documento que lo legitima para <strong>de</strong>mandar (Abeliuk).<br />

Esta con<strong>cl</strong>usión la estima Ramos muy discutible, pues <strong>de</strong>l sólo título<br />

ejecutivo no aparece que el acreedor sea el cesionario. Y el hecho <strong>de</strong> que se<br />

agregue al título el recibo <strong>de</strong> pago no soluciona el problema pues se produciría<br />

una yuxtaposición <strong>de</strong> títulos que reiteradamente la jurispru<strong>de</strong>ncia ha<br />

rechazado.<br />

d) Si la obligación generaba intereses éstos seguirán <strong>de</strong>vengándose;<br />

e) Si la obligación estaba sujeta a plazo, el tercero que paga no podrá<br />

cobrar antes <strong>de</strong> que éste se cumpla;<br />

295


f) Dice Abeliuk que “el tercero que paga queda colocado en la misma<br />

situación jurídica <strong>de</strong>l acreedor primitivo, o sea, pasa a tener la calidad <strong>de</strong><br />

contratante, lo que -agrega-. tiene gran importancia en los contratos<br />

bilaterales, pues le permitiría <strong>de</strong>ducir la acción resolutoria en caso <strong>de</strong><br />

incumplimiento, tal como podría hacerlo el accipiens”.<br />

Nos asisten dudas <strong>de</strong> que ello sea así, pues lo que se traspasa es el<br />

crédito, no el contrato. Sin embargo, si se piensa que si al acreedor no se le<br />

hubiere pagado la obligación que <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> un contrato bilateral, él podía<br />

<strong>de</strong>mandar la resolución, no se vé por qué este tercero, no podría también<br />

hacerlo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que pasa a ocupar su lugar.<br />

Se ha fallado que el tercero que paga a la Caja <strong>de</strong> Crédito Hipotecario y<br />

que se subroga en sus <strong>de</strong>rechos no pue<strong>de</strong> cobrar el interés <strong>de</strong>l 2% mensual que<br />

esa institución está por ley autorizado a cobrar” (T. 16, sec. 1ª, p. 62). Esta<br />

doctrina fue confirmada por la Corte Suprema en sentencia publicada en el T.<br />

23, sec. 1ª, p. 25. Según ella, entonces, ciertos <strong>de</strong>rechos y privilegios<br />

especiales establecidos en consi<strong>de</strong>ración a la persona <strong>de</strong>l acreedor no pue<strong>de</strong>n<br />

ce<strong>de</strong>rse, como ocurre con esta autorización especial que la ley <strong>de</strong> 29 <strong>de</strong> agosto<br />

<strong>de</strong> 1855, otorgó a la Caja <strong>de</strong> Crédito Hipotecario para cobrar un interés penal<br />

superior al permitido a cualquier otra persona o institución.<br />

Claro Solar afirma que esta interpretación <strong>de</strong> la Corte Suprema es<br />

“caprichosa y carece <strong>de</strong> fundamentos”. Se funda en que el artículo 1612 señala<br />

que se traspasan los privilegios, sin hacer ninguna distinción. Por otra parte, el<br />

artículo 2470 al tratar <strong>de</strong> los privilegios señala que “estas causas <strong>de</strong><br />

preferencia (el privilegio y la hipoteca) son inherentes a los créditos para cuya<br />

seguridad se han establecido, y pasan con ellos a todas las personas que los<br />

adquieran por cesión, subrogación, o <strong>de</strong> otra manera”. Agrega Claro Solar,<br />

que la facultad que la ley dio a la Caja <strong>de</strong> Crédito Hipotecario <strong>de</strong> cobrar<br />

intereses personales más altos, no es personalísima.<br />

No hay duda que la Corte Suprema con este fallo lo que quiso fue evitar<br />

que terceros pagaran estos créditos a la Caja <strong>de</strong> Crédito Hipotecario, con el<br />

objeto <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r cobrar intereses superiores al máximo permitido a un<br />

particular cualquiera. Esa es una explicación que, a nuestro juicio, es bastante<br />

para dar al artículo 1612, un alcance distinto al que la norma indica.<br />

Somarriva, en cambio, comenta favorablemente el fallo, señalando que<br />

le aparece ajustado a ley. Expresa que “<strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong> que el art. 1906 <strong>de</strong>l<br />

296


Código <strong>Civil</strong>, al hablar <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> la cesión <strong>de</strong> crédito, diga que no se<br />

traspasan al cesionario las excepciones personales <strong>de</strong>l ce<strong>de</strong>nte, no se pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>ducir que lo contrario acontezca en la subrogación”. Y agrega que “es un<br />

error exagerar en <strong>de</strong>masía la ficción <strong>de</strong> la subrogación, en cuya virtud se dice<br />

que el subrogante entra a reemplazar al subrogado como si fuera la misma<br />

persona. Las ventajas puramente personales <strong>de</strong>l acreedor primitivo no pue<strong>de</strong>n<br />

pasar el nuevo acreedor”. El asunto es bien discutible, y hay una sentencia<br />

posterior, <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Temuco, en sentido contrario (T. 35, sec. 2º, p. 68).<br />

En cuanto a los plazos <strong>de</strong> prescripción, la subrogación no altera los<br />

plazos <strong>de</strong> prescripción que estuvieren corriendo. El plazo se cuenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

la obligación se hace exigible (2514 inc. 2º), y no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que opera la<br />

subrogación.<br />

Si la subrogación es parcial, el tercero que paga gozará <strong>de</strong> todos los<br />

<strong>de</strong>rechos, acciones, privilegios, etc., en proporción a lo que ha pagado, pero en<br />

todo caso, tendrá preferencia para el pago <strong>de</strong> la parte que se le a<strong>de</strong>uda el<br />

acreedor primitivo (art. 1612 inc. 2º). Explicando esta situación se ha dicho<br />

que “este principio emana <strong>de</strong> la naturaleza misma <strong>de</strong>l pago con subrogación.<br />

Es un pago; y el pago no pue<strong>de</strong> ciertamente perjudicar al acreedor: en cuanto<br />

la ficción que acompaña al pago, la <strong>de</strong> una cesión, ha sido imaginada en<br />

beneficio <strong>de</strong>l subrogado para interesarlo en efectuar el pago, es extraña al<br />

acreedor a quien se paga, en consecuencia no se la pue<strong>de</strong> volver contra él”<br />

(Claro Solar).<br />

Pago con cesión <strong>de</strong> bienes<br />

o por acción ejecutiva <strong>de</strong>l acreedor o acreedores<br />

Esta materia está tratada en el párrafo 9º <strong>de</strong>l Título XIV <strong>de</strong>l Libro IV,<br />

artículos 1614 al 1624.<br />

Dentro <strong>de</strong> este párrafo hay dos materias diferentes:<br />

a) el pago por cesión <strong>de</strong> bienes; y<br />

b) el pago por acción ejecutiva.<br />

297


Respecto <strong>de</strong> la última, ya nos referimos a ella al tratar <strong>de</strong> la ejecución<br />

forzada. Entonces expresamos que si la <strong>de</strong>uda consta en un título ejecutivo, es<br />

<strong>de</strong>cir un instrumento que lleva aparejada ejecución, y la acción ejecutiva no se<br />

encuentra prescrita y se trata <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda líquida y actualmente exigible, el<br />

acreedor intentará la acción ejecutiva, solicitando <strong>de</strong> inmediato se <strong>de</strong>spache<br />

mandamiento <strong>de</strong> ejecución y embargo. Producido el embargo el <strong>de</strong>udor no<br />

pier<strong>de</strong> la propiedad <strong>de</strong>l bien sino únicamente su administración que pasa a un<br />

<strong>de</strong>positario. Mientras el bien esté embargado no pue<strong>de</strong> enajenarse pues <strong>de</strong><br />

hacerse la enajenación adolecería <strong>de</strong> objeto ilícito (art. 1464 Nº 3).<br />

En <strong>de</strong>finitiva si la <strong>de</strong>manda ejecutiva se acoge el bien será subastado y<br />

con el producto <strong>de</strong>l remate se pagarán los acreedores.<br />

Del pago por cesión <strong>de</strong> bienes<br />

Cuando el <strong>de</strong>udor no está en situación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r cumplir sus<br />

obligaciones, pue<strong>de</strong> hacer dos cosas: o esperar a que lo ejecuten o a<strong>de</strong>lantarse<br />

a la ejecución haciendo cesión <strong>de</strong> sus bienes a sus acreedores.<br />

Esta institución tenía gran utilidad antes <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>rogara la prisión<br />

por <strong>de</strong>udas, pues era la forma <strong>de</strong> evitar la cárcel. Hoy esta materia está<br />

regulada en los artículos 1614 y siguientes <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> y en el Título XV<br />

<strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras.<br />

Concepto<br />

Consiste en el abandono voluntario que el <strong>de</strong>udor hace <strong>de</strong> todos sus<br />

bienes a su acreedor o acreedores, cuando, a consecuencia <strong>de</strong> acci<strong>de</strong>ntes<br />

inevitables, no se halla en estado <strong>de</strong> pagar sus <strong>de</strong>udas. Así lo señala el artículo<br />

1614.<br />

Características<br />

1. Es un <strong>de</strong>recho personalísimo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Así se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong>l art.<br />

1623: “la cesión <strong>de</strong> bienes no aprovecha a los co<strong>de</strong>udores solidarios o<br />

subsidiarios, ni al que aceptó la herencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor sin beneficio <strong>de</strong><br />

inventario”;<br />

298


2. Es un beneficio irrenunciable. Así aparece <strong>de</strong>l artículo 1615:”Esta<br />

cesión <strong>de</strong> bienes será admitida por el juez con conocimiento <strong>de</strong> causa y el<br />

<strong>de</strong>udor podrá implorarla no obstante cualquier estipulación en contrario”;<br />

3. Es universal porque compren<strong>de</strong> todos los bienes, <strong>de</strong>rechos y acciones<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, ex<strong>cl</strong>uidos únicamente los no embargables (artículo 1618).<br />

Requisitos<br />

Los requisitos para que opere la cesión <strong>de</strong> bienes son los siguientes:<br />

1. Que se trate <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor no comerciante. Así lo establece el articulo<br />

241 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> quiebras: “El <strong>de</strong>udor no comprendido en el artículo 41, podrá<br />

hacer cesión <strong>de</strong> bienes, <strong>de</strong> acuerdo con lo dispuesto en el artículo 1614 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>, cuando no se encuentre en alguno <strong>de</strong> los casos enumerados en<br />

el artículo 43 <strong>de</strong> esta ley, en cuanto le sean aplicables. El artículo 41 se refiere<br />

al <strong>de</strong>udor que ejerza una actividad comercial, industrial, minera o agrícola;<br />

2. Que el <strong>de</strong>udor no se encuentra en alguno <strong>de</strong> los casos enumerados en<br />

el artículo 43 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras, en cuanto le fueren aplicables. Si el<br />

<strong>de</strong>udor se encuentra en algunos <strong>de</strong> esos casos, no tiene el beneficio pues se<br />

podrá solicitar su quiebra;<br />

3. Que el <strong>de</strong>udor civil se encuentre en insolvencia, esto es, que su<br />

pasivo sea superior a su activo; y<br />

4. Que este estado <strong>de</strong> insolvencia no se <strong>de</strong>ba a hecho o culpa <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor, sino que sea fortuito. El artículo 1616 establece que “para obtener la<br />

cesión, incumbe al <strong>de</strong>udor probar su inculpabilidad en el mal estado <strong>de</strong> sus<br />

negocios, siempre que alguno <strong>de</strong> los acreedores lo exija”.<br />

Procedimiento<br />

Este beneficio se tramita en un procedimiento judicial seguido entre el<br />

<strong>de</strong>udor y sus acreedores, que está reglamentado en la ley <strong>de</strong> Quiebras, y que<br />

es distinto según la cesión se haga a un sólo acreedor o a varios acreedores.<br />

Esta materia se tramita judicialmente, porque si bien la regla es que el o<br />

los acreedores estén obligados a aceptar la cesión <strong>de</strong> bienes (art. 1617 primera<br />

parte), pue<strong>de</strong>n oponerse fundados en que el <strong>de</strong>udor se encuentra en alguno <strong>de</strong><br />

299


los casos <strong>de</strong> excepción que indica el mismo artículo 1617: “1.- Si el <strong>de</strong>udor<br />

ha enajenado, empeñado o hipotecado, como propios, bienes ajenos a<br />

sabiendas; 2.- Si ha sido con<strong>de</strong>nado por hurto o robo, falsificación o quiebra<br />

fraudulenta, 3.- Si ha obtenido quitas o esperas <strong>de</strong> sus acreedores; 4.- Si ha<br />

dilapidado sus bienes; 5.- Si no ha hecho una exposición circunstanciada y<br />

verídica <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> sus negocios, o se ha valido <strong>de</strong> cualquier otro medio<br />

fraudulento para perjudicar a sus acreedores”.<br />

Efectos <strong>de</strong>l pago por cesión <strong>de</strong> bienes<br />

1. La cesión <strong>de</strong> bienes no importa que el <strong>de</strong>udor enajene sus bienes a<br />

sus acreedores, sino sólo queda privado <strong>de</strong> la facultad <strong>de</strong> disponer <strong>de</strong> ellos y<br />

<strong>de</strong> sus frutos hasta pagarse <strong>de</strong> sus créditos. Así lo dice el artículo 1619 inciso<br />

final.<br />

Consecuencia <strong>de</strong> lo anterior es que el <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> arrepentirse <strong>de</strong> la<br />

cesión antes <strong>de</strong> la venta <strong>de</strong> los bienes o <strong>de</strong> cualquiera parte <strong>de</strong> ellos, y recobrar<br />

los que existan, pagando a sus acreedores” (artículo 1620).<br />

2. Respecto a la administración <strong>de</strong> estos bienes, si el <strong>de</strong>udor tiene un<br />

solo acreedor “podrá el acreedor <strong>de</strong>jar al <strong>de</strong>udor la administración <strong>de</strong> los<br />

bienes y hacer con él los arreglos que estime convenientes” (art. 244 <strong>de</strong> Ley <strong>de</strong><br />

Quiebras). Si los acreedores son varios, los bienes pasan a ser administrados<br />

por el Síndico (art. 246 Nº 1<strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras).<br />

3. Si el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>spués que hace cesión <strong>de</strong> bienes los enajena, tales<br />

enajenaciones adolecen <strong>de</strong> nulidad absoluta, según el artículo 2467 y artículo<br />

253 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras.<br />

4. Los actos anteriores a la cesión <strong>de</strong> bienes, son atacable por la acción<br />

pauliana. Así lo señala el art. 2468 y lo reitera el art. 253 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong><br />

Quiebras.<br />

5. Los pagos hechos al <strong>de</strong>udor que ha hecho cesión, son nulos (art.<br />

1578 Nº 3).<br />

6. Se produce la caducidad <strong>de</strong> los plazos (art. 1496 Nº 1).<br />

300


7. Cesan los apremios personales (art. 1619 Nº 1). Esto tenía vigencia<br />

cuando existía la prisión por <strong>de</strong>udas. Hoy no tiene aplicación.<br />

8. Las <strong>de</strong>udas se extinguen hasta la cantidad en que sean satisfechas<br />

con los bienes cedidos (1619 Nº 2), y<br />

9. Si los bienes cedidos no hubieren bastado para la completa solución<br />

<strong>de</strong> las <strong>de</strong>udas, y el <strong>de</strong>udor adquiere <strong>de</strong>spués otros bienes, es obligado a<br />

completar el pago <strong>de</strong> éstos” (art. 1619 Nº 3). Esta obligación prescribirá en el<br />

plazo <strong>de</strong> 5 años contados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se haya aceptado la cesión” (art. 254 <strong>de</strong> la<br />

Ley <strong>de</strong> Quiebras).<br />

Extinción <strong>de</strong> la cesión <strong>de</strong> bienes<br />

Se extingue la cesión <strong>de</strong> bienes en los siguientes casos: 1.- si el <strong>de</strong>udor<br />

paga a los acreedores (1620); 2.- por la sentencia <strong>de</strong> grados que <strong>de</strong>termina el<br />

or<strong>de</strong>n que <strong>de</strong>ben pagarse los diferentes acreedores; 3.- por el sobreseimiento<br />

<strong>de</strong>finitivo o temporal <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, y 4.- por convenio. Respecto <strong>de</strong> esta última<br />

causal, el artículo 1621 establece que “hecha la cesión <strong>de</strong> bienes podrán los<br />

acreedores <strong>de</strong>jar al <strong>de</strong>udor la administración <strong>de</strong> ellos, y hacer con él los<br />

arreglos que estimaren convenientes, siempre que en ello consientan la<br />

mayoría <strong>de</strong> los acreedores concurrentes”.<br />

Pago con beneficio <strong>de</strong> competencia<br />

Trata <strong>de</strong> esta modalidad <strong>de</strong>l pago, el párrafo 10 <strong>de</strong>l Título XIV <strong>de</strong>l Libro<br />

IV, artículos 1625 al 1627.<br />

Según el artículo 1625 “Beneficio <strong>de</strong> competencia es el que se conce<strong>de</strong><br />

a ciertos <strong>de</strong>udores para no ser obligados a pagar más <strong>de</strong> lo que buenamente<br />

puedan, <strong>de</strong>jándoseles en consecuencia lo indispensable para una mo<strong>de</strong>sta<br />

subsistencia, según su <strong>cl</strong>ase y circunstancias, y con cargo <strong>de</strong> <strong>de</strong>volución<br />

cuando mejoren <strong>de</strong> fortuna”.<br />

Como se pue<strong>de</strong> ver, la finalidad <strong>de</strong> este institución es no <strong>de</strong>jar al <strong>de</strong>udor<br />

en la absoluta indigencia.<br />

301


Personas que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>mandar este beneficio<br />

El artículo 1626, señala las personas a quienes el acreedor está obligado<br />

a conce<strong>de</strong>r este beneficio:<br />

1º “a sus <strong>de</strong>scendientes o ascendientes; no habiendo éstos irrogado al<br />

acreedor ofensa alguna <strong>de</strong> las <strong>cl</strong>asificadas entre las causas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sheredación;<br />

2º a su cónyuge; no estando divorciado por su culpa;<br />

3º a sus hermanos; con tal que no se hayan hecho culpables para con el<br />

acreedor <strong>de</strong> una ofensa igualmente grave que las indicadas como causa <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sheredación respecto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scendientes o ascendientes;<br />

4º a sus consocios en el mismo caso; pero sólo en las acciones<br />

recíprocas que nazcan <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong> sociedad;<br />

5º al donante; pero sólo en cuanto se trata <strong>de</strong> hacerle cumplir la<br />

donación prometida;<br />

6º al <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> buena fe que hizo cesión <strong>de</strong> bienes y es perseguido en<br />

los que <strong>de</strong>spués ha adquirido para el pago completo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>udas anteriores a<br />

la cesión, pero sólo le <strong>de</strong>ben este beneficio los acreedores a cuyo favor se<br />

hizo”.<br />

Características<br />

1. Es un beneficio personalísimo concedido por la ley al <strong>de</strong>udor.<br />

Consecuencia <strong>de</strong> ello es que no pue<strong>de</strong> renunciarse, transferirse, trasmitirse ni<br />

per<strong>de</strong>rse por prescripción;<br />

2. Pue<strong>de</strong> oponerse en cualquier momento como excepción. Dentro <strong>de</strong>l<br />

juicio ejecutivo se planteará mediante la excepción <strong>de</strong>l artículo 464 Nº 7 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>;<br />

3. Tiene carácter alimenticio. Por ello “no se pue<strong>de</strong>n pedir alimentos y<br />

beneficio <strong>de</strong> competencia a un mismo tiempo. El <strong>de</strong>udor elegirá” (art. 1627).<br />

302


De la dación en pago<br />

La dación en pago es un modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones que no está<br />

indicado en la enumeración <strong>de</strong>l artículo 1567. Tampoco ha sido reglamentado<br />

en la ley, si bien varias disposiciones <strong>de</strong>muestran que no fue ignorado y<br />

menos repudiado, por el autor <strong>de</strong>l Código. En efecto, el artículo 2382, en la<br />

fianza, expresa que “si el acreedor acepta voluntariamente <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

principal en <strong>de</strong>scargo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda un objeto distinto <strong>de</strong>l que este <strong>de</strong>udor estaba<br />

obligado a darle en pago, queda irrevocablemente extinguida la fianza, aunque<br />

<strong>de</strong>spués sobrevenga evicción <strong>de</strong>l objeto”. La figura que <strong>de</strong>scribe el artículo<br />

2382, es una típica dación en pago. Se mencionan también como casos <strong>de</strong><br />

daciones en pago: el artículo 1773 en la sociedad conyugal; el 2397 en la<br />

prenda; y el 2424 en la hipoteca. Con la incorporación <strong>de</strong>l régimen <strong>de</strong><br />

participación en los ganaciales se generó un caso en que expresamente el<br />

Código <strong>Civil</strong> hace referencia a la dación en pago. Es la situación prevista en el<br />

artículo 1792-2, inciso 2º, referente a la forma <strong>de</strong> extinguir el crédito <strong>de</strong><br />

participación.<br />

Fuera <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, hay otros cuerpos legales en que aceptan este<br />

modo <strong>de</strong> extinguir: artículos 499 Nº 1 y 500 Nº 1 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento<br />

<strong>Civil</strong>, 245 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras, etc.<br />

Concepto <strong>de</strong> dación<br />

Las partes contratantes, en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong> la<br />

voluntad, pue<strong>de</strong>n convenir que la obligación se extinga pagando el <strong>de</strong>udor con<br />

una cosa distinta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida. El artículo 1569 inciso 2º señala que “el<br />

acreedor no podrá ser obligado a recibir otra cosa que la que se le <strong>de</strong>ba ni aun<br />

a pretexto <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> igual o mayor valor la ofrecida”. “No podrá ser<br />

obligado...”, dice esta disposición, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se infiere, contrario sensu, que si<br />

el acreedor está <strong>de</strong> acuerdo, pueda recibir en pago una cosa distinta <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>bida. Y eso es, justamente, lo que se <strong>de</strong>nomina “dación en pago”. En un<br />

fallo reciente la Corte <strong>de</strong> Santiago ha dicho: “La dación en pago es una forma<br />

<strong>de</strong> extinguir las obligaciones que no ha sido artículo 1569 pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>ducirse que<br />

el acreedor pue<strong>de</strong> consentir en recibir otra cosa que la <strong>de</strong>bida, la que pue<strong>de</strong> ser<br />

<strong>de</strong> igual, mayor o menor valor. De lo anterior se infiere que estando <strong>de</strong><br />

acuerdo las partes, no es necesario que lo que se da en pago valga exactamente<br />

lo mismo que lo a<strong>de</strong>udado” (T. 95, sec. 2ª, p. 65).<br />

303


Definición<br />

De acuerdo a lo que venimos diciendo, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>finir la dación en<br />

pago como una convención entre acreedor y <strong>de</strong>udor en virtud <strong>de</strong> la cual el<br />

primero acepta en pago una cosa distinta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida.<br />

Se le ha <strong>de</strong>finido como ”un modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones, que se<br />

perfecciona por la entrega voluntaria que un <strong>de</strong>udor hace a título <strong>de</strong> pago a su<br />

acreedor, y con el consentimiento <strong>de</strong> éste, <strong>de</strong> una prestación u objeto distinto<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>bido” (Hernán Barrios Caro y Gabriel Valls Saintis).<br />

Somarriva expresa que “<strong>de</strong> acuerdo con la doctrina jurispru<strong>de</strong>ncial,<br />

podría <strong>de</strong>cirse que la datio en solutum o dación en pago es un modo <strong>de</strong><br />

extinguir obligaciones que se perfecciona por la entrega voluntaria que un<br />

<strong>de</strong>udor hace a título <strong>de</strong> pago a un acreedor, y con el consentimiento <strong>de</strong> éste,<br />

<strong>de</strong> una prestación u objeto distinto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bido”. Y agrega “para ello se requiere<br />

<strong>de</strong>l consentimiento <strong>de</strong>l acreedor, a diferencia <strong>de</strong>l pago efectivo, que pue<strong>de</strong> ser<br />

contra su voluntad”.<br />

La Corte Suprema en un fallo muy reciente ha dicho que “La dación en<br />

pago consiste en una convención acerca <strong>de</strong> un pago por equivalencia,<br />

acordada entre el acreedor y el <strong>de</strong>udor y en razón <strong>de</strong>l cual éste extingue su<br />

obligación o <strong>de</strong>uda, entregando una cosa distinta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida (T. 93, sec. 1ª, p.<br />

94).<br />

La dación en pago es una convención. No es contrato.<br />

Cualquiera que sea la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> esta institución que tomemos, existe<br />

absoluta unanimidad en el sentido que es una convención, es <strong>de</strong>cir, un acuerdo<br />

<strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>stinado a extinguir una obligación.<br />

Algunos sostienen que a<strong>de</strong>más constituye un verda<strong>de</strong>ro título traslaticio<br />

<strong>de</strong> dominio. Así lo resolvió la Corte Suprema en sentencia publicada en el T.<br />

35 sec. 1ª, p. 12 y posteriormente en sentencia publicada en T. 40, sec. 1ª, p.<br />

351. Somarriva comentando la primera <strong>de</strong> ellas expresa que “le parece<br />

perfectamente ajustada a <strong>de</strong>recho”. La misma i<strong>de</strong>a encontramos en Abeliuk:<br />

“Pero la dación en pago, si se trata <strong>de</strong> dar una cosa, es título traslaticio <strong>de</strong><br />

dominio”.<br />

Barrios y Valls, discrepan <strong>de</strong> la con<strong>cl</strong>usión anterior, por varios motivos:<br />

304


a) la dación en pago es una convención extintiva y no un contrato. La<br />

intención única <strong>de</strong> las partes es extinguir la obligación preexistente. Los<br />

ejemplos <strong>de</strong> título traslaticios que coloca el art. 703 inciso 2º, <strong>de</strong>muestran que<br />

todos ellos generan obligaciones, son contratos. No es el caso <strong>de</strong> la dación en<br />

pago, que sólo persigue liberar al <strong>de</strong>udor;<br />

b) la dación en pago requiere consentimiento <strong>de</strong> las partes pero sólo se<br />

perfecciona cuando se entrega <strong>de</strong> la cosa. La situación es igual a la <strong>de</strong>l pago.<br />

Así como antes <strong>de</strong> la entrega <strong>de</strong> la cosa no hay pago, tampoco habrá, en el<br />

mismo caso, dación en pago. ¿En qué momento entonces, se generaría una<br />

obligación para que pudiera hablarse <strong>de</strong> contrato?.<br />

c) la dación en pago transfiere dominio. El artículo 703 al <strong>de</strong>finir lo que<br />

es titulo traslaticio <strong>de</strong> dominio señala que son los que por su naturaleza sirven<br />

para transferirlo”. No es el caso <strong>de</strong> la dación en pago, pues ésta no sirve para<br />

transferir el dominio, sino que <strong>de</strong>rechamente lo transfiere.<br />

Me parece más jurídica la opinión sustentada por los señores Barrios y<br />

Valls.<br />

Naturaleza jurídica <strong>de</strong> la dación en pago<br />

Existen varias doctrinas para explicar la naturaleza jurídica <strong>de</strong> esta<br />

institución: 1. Teoría <strong>de</strong> la compraventa, seguida <strong>de</strong> una compensación. 2.<br />

Teoría <strong>de</strong> la novación por cambio <strong>de</strong> objeto, 3. Teoría <strong>de</strong> la modalidad <strong>de</strong>l<br />

pago; y 4. La dación en pago sería una figura autónoma.<br />

1. La dación en pago es una compraventa<br />

Según los que sustentan esta tesis, el <strong>de</strong>udor está vendiendo al acreedor<br />

el objeto dado en pago. El precio <strong>de</strong> esta compraventa, que el acreedor <strong>de</strong>be<br />

pagar al <strong>de</strong>udor, se compensaría con la obligación que el <strong>de</strong>udor tenía en<br />

favor <strong>de</strong>l acreedor. Por tratarse <strong>de</strong> una venta, el <strong>de</strong>udor estaría respondiendo<br />

<strong>de</strong>l saneamiento <strong>de</strong> la cosa vendida, como correspon<strong>de</strong> a todo ven<strong>de</strong>dor. Sigue<br />

esta tesis Pothier.<br />

Se critica porque es artificiosa. Jamás ha estado en la mente <strong>de</strong> las<br />

partes, celebrar un contrato <strong>de</strong> compraventa. A<strong>de</strong>más, tiene el inconveniente<br />

<strong>de</strong> limitar la dación en pago únicamente a las obligaciones <strong>de</strong> pagar una suma<br />

305


<strong>de</strong> dinero, pues el precio <strong>de</strong> la compraventa tiene necesariamente que<br />

estipularse en dinero (artículo 1793). Se contrargumenta diciendo que en este<br />

caso, pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse la operación no como una venta, sino como una<br />

permuta (G. Marty).<br />

Por otra parte, si la dación en pago es compraventa, no podría haberlas<br />

entre marido y mujer (art. 1796), lo que sería contrario a los artículos 1763 y<br />

1792-2, en que justamente se establecen casos <strong>de</strong> daciones en pago entre<br />

cónyuges.<br />

Esta tesis ha sido rechazada siempre por la jurispru<strong>de</strong>ncia: T. 23, sec. 1ª,<br />

p. 99; T. 32, sec. 2ª, p. 39; T. 40. sec. 1ª, p. 455, y T. 43, sec. 1ª, p. 61.<br />

2. La dación en pago sería una novación objetiva<br />

Ello pues se sustituiría a una obligación por otra con un objeto distinto.<br />

Para enten<strong>de</strong>r lo anterior, tengamos presente que la novación, según el artículo<br />

1628, es “la substitución <strong>de</strong> una nueva obligación a otra anterior, la cual queda<br />

por tanto extinguida”.<br />

Ramos no ve cómo pue<strong>de</strong> ser novación, pues en ella se extingue una<br />

obligación pero nace otra que sustituye a la anterior. En la dación en pago, no<br />

nace una nueva obligación; simplemente se extingue la única obligación<br />

existente. A<strong>de</strong>más, la novación requiere <strong>de</strong>l animus novandi, ánimo <strong>de</strong> novar,<br />

el que no existe en la dación en pago, en que el único ánimo es extinguir la<br />

obligación con una cosa distinta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida.<br />

Esta tesis ha sido <strong>de</strong>fendida por Aubry et Rau, Demolombe y otros en<br />

Francia, y la siguen en Chile, Alessandri. La rechazan Claro Solar y Barrios y<br />

Valls.<br />

Para Alessandri la mayor <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> que la dación en pago está<br />

asimilada a la novación, la da el art. 1645 en relación con el art. 2382. En<br />

efecto, la primera <strong>de</strong> estas disposiciones, señala que “la novación liberta a los<br />

co<strong>de</strong>udores solidarios o subsidiarios, que no han accedido a ella”. En seguida,<br />

el artículo 2382, no hace más que aplicar el mismo principio: “Si el acreedor<br />

acepta voluntariamente <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor principal en <strong>de</strong>scargo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda un objeto<br />

distinto <strong>de</strong>l que este <strong>de</strong>udor estaba obligado a darle en pago, queda<br />

irrevocablemente extinguida la fianza, aunque <strong>de</strong>spués sobrevenga evicción<br />

<strong>de</strong>l objeto”. En resumen, si el fiador queda <strong>de</strong>sligado <strong>de</strong> responsabilidad<br />

306


cuando el <strong>de</strong>udor principal paga con una cosa distinta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida, es porque<br />

la obligación que estaba garantizando se extinguió por novación. El mismo<br />

argumento se usa en Francia, con el artículo 2038 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Napoleón -<br />

equivalente al 2382 <strong>de</strong> nuestro Código- que in<strong>cl</strong>ina a la mayoría <strong>de</strong> la doctrina<br />

por esta tesis (Marty).<br />

3. La dación en pago, es simplemente una modalidad <strong>de</strong>l pago<br />

Esta es la tesis que ha sido acogida por la jurispru<strong>de</strong>ncia (T. 35, sec. 1ª,<br />

p. 12). La sigue Somarriva. Un buen argumento para sustentarla se encuentra<br />

en el artículo 176 Nº 2 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras, cuando señala que “la dación en<br />

pago <strong>de</strong> efectos <strong>de</strong> comercio equivale a pago en dinero”.<br />

La consecuencia <strong>de</strong> estimarla como una modalidad <strong>de</strong>l pago es que se le<br />

<strong>de</strong>ben aplicar la normas <strong>de</strong> éste, salvo las <strong>de</strong>l pago por consignación que<br />

<strong>de</strong>finitivamente no podría tener cabida.<br />

4. La dación en pago es una figura autónoma<br />

Es la opinión seguida por autores como Colin y Capitant y, entre<br />

nosotros, por Abeliuk y Barrios y Valls.<br />

Para Ramos <strong>de</strong>cir que la dación en pago es una figura autónoma, no<br />

soluciona ningún problema. Cree que es una modalidad <strong>de</strong> pago, como lo<br />

sugiere su propio nombre y la consecuencia <strong>de</strong> ello, es que se le <strong>de</strong>ben aplicar<br />

las reglas <strong>de</strong>l pago, en la medida que ello no sea contrario a su propia<br />

naturaleza.<br />

Barrios y Valls afirman, como se acaba <strong>de</strong> señalar, que la dación en<br />

pago es una figura autónoma. Pero agregan que “<strong>de</strong>ben aplicarse a la dación<br />

en pago las reglas y principios que rigen el pago.... en razón <strong>de</strong> los rasgos<br />

comunes que presentan”.<br />

Requisitos <strong>de</strong> la dación en pago<br />

Los requisitos <strong>de</strong> la dación en pago son los siguientes:<br />

1. Existencia <strong>de</strong> una obligación, que es la que se va a extinguir. Esta<br />

obligación pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> dar, hacer o no hacer. No hay limitaciones;<br />

307


2. La obligación se va a extinguir con una prestación diferente a la<br />

<strong>de</strong>bida;<br />

3. Consentimiento y capacidad <strong>de</strong> las partes;<br />

4. Animus solvendi;<br />

5. Solemnida<strong>de</strong>s legales en ciertos casos;<br />

Los dos primeros requisitos son <strong>de</strong>masiado obvios. No requieren <strong>de</strong> un<br />

comentario especial. Los otros sí.<br />

Consentimiento y capacidad <strong>de</strong> las partes<br />

En cuanto al consentimiento, se aplican las reglas generales <strong>de</strong> cualquier<br />

otra convención.<br />

Respecto <strong>de</strong> la capacidad. Para nosotros la dación en pago es una<br />

modalidad <strong>de</strong>l pago, lo que nos podría llevar a afirmar que para ella se<br />

requiere la misma capacidad que se exige para el pago, esto es, capacidad <strong>de</strong><br />

disposición en quien hace el pago y capacidad <strong>de</strong> administración, en quien lo<br />

recibe. Pensamos, sin embargo, que la dación en pago, por implicar para el<br />

que recibe, una verda<strong>de</strong>ra renuncia a recibir la prestación <strong>de</strong>bida, requiere <strong>de</strong><br />

capacidad <strong>de</strong> disposición.<br />

A<strong>de</strong>más, y como consecuencia <strong>de</strong> aplicarle las reglas <strong>de</strong>l pago, si<br />

mediante ella se da alguna cosa, el que la da <strong>de</strong>be ser su dueño (artículo<br />

1575). En caso contrario, la dación en pago va a ser ineficaz -no nula- esto es<br />

no va a extinguir la obligación.<br />

Animus solvendi<br />

Esto quiere <strong>de</strong>cir que las partes <strong>de</strong>ben tener la intención compartida <strong>de</strong><br />

extinguir <strong>de</strong> esta manera la obligación.<br />

Solemnida<strong>de</strong>s legales en ciertos casos<br />

Es un acto jurídico consensual, pues la ley no lo ha sometido a ninguna<br />

solemnidad especial. Sin embargo, si lo que se da en pago es un inmueble<br />

308


<strong>de</strong>berá hacerse por escritura pública e inscribirse, pues la inscripción, es la<br />

única forma <strong>de</strong> realizar la tradición (art. 686).<br />

Efectos <strong>de</strong> la dación en pago<br />

Produce los mismos efectos <strong>de</strong>l pago, esto es, extinguir la obligación<br />

con sus accesorios. Si es parcial, subsistirá en la parte no solucionada.<br />

Evicción <strong>de</strong> la cosa recibida en pago<br />

Cuando la cosa que se recibe en pago es evicta, se estima por la<br />

generalidad <strong>de</strong> la doctrina, que el <strong>de</strong>udor tiene la obligación <strong>de</strong> garantía. Ello<br />

no implica que le estemos dando el carácter <strong>de</strong> compraventa, pues hoy se<br />

estima que la obligación <strong>de</strong> garantía a pesar <strong>de</strong> estar reglamentada en el<br />

contrato <strong>de</strong> compraventa, es <strong>de</strong> alcance general. Con la dictación <strong>de</strong> la ley<br />

19.335, esta opinión <strong>de</strong> la doctrina ha quedado confirmada pues el artículo<br />

1792-22, inciso 2º -en el régimen <strong>de</strong> participación en los gananciales- permite<br />

que el crédito <strong>de</strong> participación pueda extinguirse con una dación en pago y<br />

agrega que “renacerá el crédito, en los términos <strong>de</strong>l inciso 1º <strong>de</strong>l artículo<br />

prece<strong>de</strong>nte, si la cosa dada en pago es evicta, a menos que el cónyuge<br />

acreedor haya tomado sobre sí el riesgo <strong>de</strong> la evicción, especificándolo”<br />

En virtud <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> garantía, el acreedor que recibió la cosa<br />

evicta, podrá <strong>de</strong>mandar las in<strong>de</strong>mnizaciones correspondientes. El problema<br />

que se plantea es si a<strong>de</strong>más, mantendría las acciones <strong>de</strong> la obligación que se<br />

había extinguido por la dación en pago. Como hemos venido sosteniendo que<br />

la dación en pago es una forma <strong>de</strong> pago, nuestra con<strong>cl</strong>usión, es que el acreedor<br />

mantiene las acciones <strong>de</strong> la obligación que se supuso extinguida, en razón <strong>de</strong><br />

que ese pago fue ineficaz, <strong>de</strong> acuerdo al artículo 1575.<br />

Paralelo entre la dación en pago, obligación facultativa y novación<br />

La dación en pago presenta semejanzas con la obligación facultativa y<br />

con la novación. Para una mejor comprensión, veamos ejemplos <strong>de</strong> cada una<br />

<strong>de</strong> estas situaciones:<br />

a) Que el <strong>de</strong>udor se obligue a entregar una cosa <strong>de</strong>terminada,<br />

quedando facultado al momento <strong>de</strong> celebrar el contrato, para pagar con una<br />

cosa diferente que se indica en ese momento: Ej. se celebra un contrato <strong>de</strong><br />

compraventa, en que el ven<strong>de</strong>dor se obliga a entregar un automóvil en 30 días<br />

309


más, quedando facultado para po<strong>de</strong>r cumplir esa obligación con un avión<br />

monoplaza que se individualiza. Estamos frente a una obligación facultativa;<br />

b) El mismo caso anterior, al cumplirse los 30 días, el comprador<br />

acepta que la obligación <strong>de</strong> pagar el automóvil le sea satisfecha con la entrega<br />

<strong>de</strong>l avión. Se trata <strong>de</strong> una típica dación en pago (art. 1569 inc. 2º, contrario<br />

sensu); y<br />

c) En el mismo contrato anterior, pero antes <strong>de</strong> los 30 días las partes<br />

acuerdan cambiar la cosa <strong>de</strong>bida, obligándose el <strong>de</strong>udor a entregar un avión en<br />

vez <strong>de</strong>l automóvil. Se está cambiando una obligación por otra. Hay sustitución<br />

<strong>de</strong> una obligación a otra que queda por tanto extinguida. Esta figura<br />

constituye, como pronto lo veremos, una novación objetiva por cambio <strong>de</strong><br />

objeto (artículo 1628).<br />

LA NOVACIÓN<br />

Es otro modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones. Está expresamente señalado<br />

en el artículo 1567 Nº 2 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> y tratado en el Título XV <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>, artículos 1628 al 1651.<br />

El artículo 1628 <strong>de</strong>fine la novación como “la substitución <strong>de</strong> una nueva<br />

obligación a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida”.<br />

La voz novación viene <strong>de</strong> “novaro”, nueva obligación, lo que da una<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la institución. Es el nacimiento <strong>de</strong> una nueva obligación, lo que<br />

produce la extinción <strong>de</strong> una anterior.<br />

La novación es una figura híbrida <strong>de</strong> contrato y convención<br />

Ello es así porque produce el doble efecto <strong>de</strong> generar una obligación<br />

nueva (contrato) y <strong>de</strong> extinguir una obligación anterior (convención<br />

extinguidora <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y obligaciones).<br />

Requisitos<br />

Los requisitos <strong>de</strong> la novación son los siguientes:<br />

310


1. Una obligación anterior, que es la que se va a extinguir;<br />

2. Una obligación nueva que va a reemplazar a la anterior;<br />

3. Diferencia esencial entre ambas obligaciones;<br />

4. Capacidad <strong>de</strong> las partes para novar;<br />

5. Intención <strong>de</strong> novar (animus novandi).<br />

1. Una obligación anterior que se extingue<br />

Es un requisito obvio, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se trata justamente <strong>de</strong> extinguir esa<br />

obligación.<br />

Esta obligación pue<strong>de</strong> ser civil o natural, pero tiene que cumplir dos<br />

requisitos: a) <strong>de</strong>be ser válida y b) no pue<strong>de</strong> ser condicional suspensiva.<br />

La primera <strong>de</strong> estas exigencias la establece el artículo 1630: “Para que<br />

sea válida la novación es necesario que tanto la obligación primitiva como el<br />

contrato <strong>de</strong> novación sean válidos a lo menos naturalmente”.<br />

Y la segunda está en el artículo 1633: “Si la antigua obligación es pura<br />

y la nueva pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> una condición suspensiva, o si por el contrario, la antigua<br />

pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> una condición suspensiva y la nueva es pura, no hay novación,<br />

mientras esté pendiente la condición, y si la condición llega a fallar, o si antes<br />

<strong>de</strong> su cumplimiento se extingue la obligación antigua, no habrá novación”<br />

(inc. 1º). El inciso 2º agrega que “con todo, si las partes, al celebrar el segundo<br />

contrato, convienen en que el primero que<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego abolido, sin aguardar<br />

el cumplimiento <strong>de</strong> la condición pendiente, se estará a la voluntad <strong>de</strong> las<br />

partes”.<br />

2. Una obligación nueva que va a reemplazar a la anterior<br />

Así lo dice el artículo 1628 “es la substitución <strong>de</strong> una nueva obligación<br />

a otra anterior...”.<br />

Esta nueva obligación también pue<strong>de</strong> ser civil o natural y no pue<strong>de</strong> estar<br />

sujeta a una condición suspensiva (artículos 1630 y 1633). Sin embargo,<br />

311


especto <strong>de</strong> la condición, pue<strong>de</strong>n las partes convenir que el primer contrato<br />

que<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego abolido, sin aguardar el cumplimiento <strong>de</strong> la condición<br />

pendiente (art. 1633 inc. 2º).<br />

3. Diferencia esencial <strong>de</strong> ambas obligaciones<br />

Debe existir una diferencia esencial entre ambas obligaciones, lo que va<br />

a ocurrir en lo siguientes casos: a) cambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>udor o acreedor; b) cambio<br />

<strong>de</strong>l objeto <strong>de</strong> la prestación; y c) cambio <strong>de</strong> la causa.<br />

Este requisito aparece establecido en el artículo 1631: “La novación<br />

pue<strong>de</strong> efectuarse <strong>de</strong> tres modos: 1º substituyéndose una nueva obligación a<br />

otra, sin que intervenga nuevo acreedor o <strong>de</strong>udor; 2º contrayendo el <strong>de</strong>udor<br />

una nueva obligación respecto <strong>de</strong> un tercero, y <strong>de</strong><strong>cl</strong>arándole en consecuencia<br />

libre <strong>de</strong> la obligación primitiva el primer acreedor; 3º substituyéndose un<br />

nuevo <strong>de</strong>udor al antiguo, que en consecuencia queda libre....”<br />

El mismo Código se ha encargado <strong>de</strong> precisar, en los artículos 1646,<br />

1647, primera parte, 1648, 1640 y 1650, una serie <strong>de</strong> casos en que por no<br />

haber diferencias esenciales, no hay novación.<br />

a) No hay novación si la nueva obligación consiste simplemente en<br />

añadir o quitar una especie, género cantidad a la primera. Dice el articulo 1646<br />

“Cuando la segunda obligación consiste simplemente en añadir o quitar una<br />

especie, género o cantidad a la primera, los co<strong>de</strong>udores subsidiarios y<br />

solidarios podrán ser obligados hasta concurrencia <strong>de</strong> aquello en que ambas<br />

obligaciones convienen”. Con ello, esta disposición está <strong>de</strong>mostrando que no<br />

hay novación, pues <strong>de</strong> haberla los co<strong>de</strong>udores subsidiarios y solidarios habrían<br />

quedado liberados, pues la obligación se encontraría extinguida.<br />

Una aplicación <strong>de</strong> esta situación se produce cuando la nueva obligación<br />

establece intereses no contemplados en la primera o varía la tasa. Así ha sido<br />

fallado (T. 2, sec. 1ª, p. 217). Por la misma razón, tampoco hay novación si la<br />

primera obligación no era reajustable y la segunda lo es.<br />

b) No hay novación si la nueva obligación se limita a imponer una pena<br />

o a establecer otra para el caso <strong>de</strong> incumplimiento. Dice el art. 1647, en su<br />

primera parte, que “si la nueva obligación se limita a imponer una pena para<br />

en caso <strong>de</strong> no cumplirse la primera, y son exigibles juntamente la primera<br />

obligación y la pena, los privilegios, fianzas, prendas e hipotecas, subsistirán<br />

312


hasta concurrencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda principal”. La norma agrega: “Mas sin en el<br />

caso <strong>de</strong> infracción es solamente exigible la pena, se enten<strong>de</strong>rá novación <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que el acreedor exige sólo la pena, y quedarán por el mismo hecho extinguidos<br />

los privilegios, prendas e hipotecas <strong>de</strong> la obligación primitiva, y exonerados<br />

los que solidaria o subsidiariamente accedieron a la obligación primitiva, y no<br />

a la estipulación penal”.<br />

Del mismo modo, si la primera obligación no está caucionada con<br />

prenda, hipoteca o fianza y la nueva sí, no hay novaciòn. Y recíprocamente, si<br />

la primera obligación estaba caucionada y la segunda no, tampoco hay<br />

novación. Y por ello se ha fallado que la renuncia <strong>de</strong>l acreedor a la hipoteca,<br />

no constituye novación.<br />

c) No hay novación si sólo se cambia el lugar <strong>de</strong>l pago. El artículo<br />

1648 establece que “la simple mutación <strong>de</strong> lugar para el pago <strong>de</strong>jará<br />

subsistentes los privilegios, prendas e hipotecas <strong>de</strong> la obligación y la<br />

responsabilidad <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores solidarios y subsidiarios, pero sin nuevo<br />

gravamen”;<br />

d) No hay novación por la sola ampliación <strong>de</strong>l plazo. Así lo consigna el<br />

artículo 1649: “La mera ampliación <strong>de</strong>l plazo <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda no constituye<br />

novación, pero pone fin a la responsabilidad <strong>de</strong> los fiadores y extingue las<br />

prendas e hipotecas constituidas sobre otros bienes que los <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; salvo<br />

que los fiadores o los dueños <strong>de</strong> las cosas empeñadas o hipotecadas accedan<br />

expresamente a la ampliación”. De esa forma lo ha resuelto la jurispru<strong>de</strong>ncia:<br />

T. 2, sec. 1ª, p. 217.<br />

e) La mera reducción <strong>de</strong>l plazo no constituye novación. Así lo señala el<br />

artículo 1650: “Tampoco la mera reducción <strong>de</strong>l plazo constituye novación,<br />

pero no podrá reconvenirse a los co<strong>de</strong>udores solidarios o subsidiarios sino<br />

cuando expire el plazo primitivamente estipulado”.<br />

Fuera <strong>de</strong> estos casos que están contemplados expresamente en el<br />

Código hay otros, establecidos en otros cuerpos legales o aceptados por la<br />

doctrina y la jurispru<strong>de</strong>ncia:<br />

a) No produce novación el giro, aceptación o transferencia <strong>de</strong> una letra<br />

<strong>de</strong> cambio. Así lo establece el artículo 12 <strong>de</strong> la ley 18.092, inciso 1º: “el giro,<br />

aceptación o transferencia <strong>de</strong> una letra no extinguen, salvo pacto expreso, las<br />

relaciones jurídicas que les dieron origen, no producen novación”. Ya la Corte<br />

313


Suprema había dicho que no había novación si el acreedor acepta letras <strong>de</strong><br />

cambio que tienen por único objeto facilitar el pago <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda (T. 37, sec. 1ª,<br />

p. 520).<br />

b) No produce novación la entrega <strong>de</strong> un cheques o documentos que<br />

no se pagan. La ley <strong>de</strong> Cuentas Corrientes Bancarias y Cheques, señala en su<br />

artículo 37 que “el cheque girado en pago <strong>de</strong> obligaciones no produce la<br />

novación <strong>de</strong> éstas cuando no es pagado”.<br />

Por su parte, el artículo 125 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Comercio, prescribe que “si<br />

se dieren en pago documentos al portador, se causará novación si el acreedor<br />

al recibirlos no hubiere hecho formal reserva <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos para el caso <strong>de</strong><br />

no ser pagado”<br />

c) No constituye novación, la circunstancia <strong>de</strong> que el acreedor acepte<br />

abonos a cuenta <strong>de</strong> su crédito. Así lo ha establecido la jurispru<strong>de</strong>ncia (T. 21,<br />

sec. 2ª, p. 461).<br />

d) No producen novación las facilida<strong>de</strong>s dadas por el acreedor. Las<br />

facilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pago dadas por el acreedor al <strong>de</strong>udor, no producen novación.<br />

Así ha sido fallado (T. 41, sec. 1ª, p. 150);<br />

e) No hay novación en reducir a un pagaré un crédito contratado en<br />

cuenta corriente. También ha sido resuelto <strong>de</strong> ese modo por la jurispru<strong>de</strong>ncia.<br />

((T. 8, sec. 1ª, p. 288);<br />

f) No constituye novación dar en prenda un crédito. Así ha sido<br />

resuelto (T. 22, sec. 1ª, p. 388). Somarriva comentando esta sentencia expresa<br />

que si bien <strong>de</strong> acuerdo al artículo 12 <strong>de</strong>l Decreto Ley 776 <strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> diciembre<br />

<strong>de</strong> 1925, el acreedor a quien se le da en prenda un crédito pue<strong>de</strong> cobrarlo, ello<br />

no quiere <strong>de</strong>cir que exista un nuevo acreedor, pues como dice esa misma<br />

disposición, este actúa como representante legal <strong>de</strong>l dueño <strong>de</strong>l crédito.<br />

4. Capacidad <strong>de</strong> las partes para novar<br />

El acreedor requiere tener capacidad <strong>de</strong> disposición, por cuanto va a<br />

extinguir su crédito; en cambio en el <strong>de</strong>udor basta la capacidad para obligarse.<br />

La novación pue<strong>de</strong> celebrarse mediante mandatarios<br />

314


Capacidad <strong>de</strong>l mandatario. Pue<strong>de</strong> la novación acordarse a través <strong>de</strong><br />

mandatarios. En este caso, podrá novar el mandatario que tiene po<strong>de</strong>r especial<br />

para ello; el mandatario que administra un negocio, respecto <strong>de</strong>l cual inci<strong>de</strong> la<br />

novación; y el mandatario con po<strong>de</strong>r general <strong>de</strong> administración. Así lo dice el<br />

articulo 1629: “El procurador o mandatario no pue<strong>de</strong> novar si no tiene facultad<br />

especial para ello, o no tiene la libre administración <strong>de</strong> los negocios <strong>de</strong>l<br />

comitente o <strong>de</strong>l negocio a que pertenece la <strong>de</strong>uda”.<br />

5. Intención <strong>de</strong> novar (animus novandi)<br />

Está establecido este requisito en el artículo 1634: “Para que haya<br />

novación, es necesario que lo <strong>de</strong><strong>cl</strong>aren las partes, o que aparezca<br />

indudablemente, que su intención ha sido novar, porque la nueva obligación<br />

envuelve la extinción <strong>de</strong> la antigua” (inc. 1º) “Si no aparece la intención <strong>de</strong><br />

novar, se mirarán las dos obligaciones como coexistentes, y valdrá la<br />

obligación primitiva en todo aquello en que la posterior no se opusiere a ella,<br />

subsistiendo en esa parte los privilegios y cauciones <strong>de</strong> la primera” (inc. 2º).<br />

De esta disposición se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que no es necesario que este ánimo se<br />

manifieste en forma expresa ya que basta con que “aparezca indudablemente,<br />

que su intención ha sido novar...”. La excepción a esta regla la señala el<br />

artículo 1635, para la novación por cambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>udor, pues según esa norma<br />

“La substitución <strong>de</strong> un nuevo <strong>de</strong>udor a otro no produce novación, si el<br />

acreedor no expresa su voluntad <strong>de</strong> dar por libre al primitivo <strong>de</strong>udor...”. La<br />

forma <strong>de</strong> expresar esta voluntad no requiere <strong>de</strong> términos sacramentales,<br />

bastando con que <strong>de</strong> las <strong>de</strong><strong>cl</strong>araciones <strong>de</strong> las partes que<strong>de</strong> <strong>de</strong> manifiesto la<br />

intención <strong>de</strong>l acreedor <strong>de</strong> dar por libre al primitivo <strong>de</strong>udor. En ese sentido<br />

sentencia <strong>de</strong> la Excma. Corte Suprema <strong>de</strong> 29 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1966, que acogió<br />

recurso <strong>de</strong> casación en el fondo en contra <strong>de</strong> un fallo <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong><br />

Apelaciones <strong>de</strong> Punta Arenas (Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 449, sent. 12, p. 598).<br />

Clases <strong>de</strong> novación<br />

Del artículo 1631 se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que la novación pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> dos <strong>cl</strong>ases:<br />

1. Novación objetiva (Nº 1); y<br />

2. Novación subjetiva (Nºs 2 y 3).<br />

1. Novación objetiva<br />

315


Está contemplada en el artículo 1631 Nº 1, y pue<strong>de</strong> darse en dos casos:<br />

a) cuando se cambia la cosa <strong>de</strong>bida; o, b) cuando se cambia la causa <strong>de</strong> la<br />

obligación. Así por ej. si <strong>de</strong>bo $1.000.000, y acordamos reemplazar esa<br />

obligación por la <strong>de</strong> dar mi automóvil, existe novación por cambio <strong>de</strong> objeto;<br />

en cambio, si <strong>de</strong>bo $1.000.000, a título <strong>de</strong> saldo <strong>de</strong> precio y reemplazamos<br />

esta obligación por la <strong>de</strong> pagar $1.000.000, a título <strong>de</strong> mutuo, hay novación<br />

objetiva por cambio <strong>de</strong> causa. Justamente este último ejemplo, era el que<br />

colocaba el mismo Bello.<br />

Pudiera aparecer, en un primer análisis, que esta segunda forma <strong>de</strong><br />

novación sería inocua, pues si ya se <strong>de</strong>bían $1.000.000, y se seguirá <strong>de</strong>biendo<br />

la misma suma, no se divisa la utilidad <strong>de</strong>l cambio. Pero, no es así, pues al<br />

producirse la novación y extinguirse con ella la primera obligación, ya no se<br />

podrá pedir, en el ejemplo propuesto, resolución o cumplimiento <strong>de</strong>l contrato<br />

<strong>de</strong> compraventa por no pago <strong>de</strong>l precio, pues la obligación <strong>de</strong> pagar el precio<br />

se encuentra extinguida por la novación.<br />

2. Novación subjetiva<br />

La novación subjetiva pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> dos tipos: a) por cambio <strong>de</strong> acreedor<br />

(1631 Nº 2) y b) por cambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>udor (1631 Nº 3).<br />

a) Novación subjetiva por cambio <strong>de</strong> acreedor<br />

Está consagrada esta forma <strong>de</strong> novación en el artículo 1631 Nº 2:<br />

“contrayendo el <strong>de</strong>udor una nueva obligación respecto <strong>de</strong> un tercero, y<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>arándole en consecuencia libre <strong>de</strong> la obligación primitiva al primer<br />

<strong>de</strong>udor”. Ej. A <strong>de</strong>be a B $1.000.000; y las partes acuerdan que en vez <strong>de</strong><br />

pagarlos a B los pague a C.<br />

Se requiere que las tres partes presten su consentimiento. El <strong>de</strong>udor,<br />

porque está contrayendo una nueva obligación en favor <strong>de</strong>l nuevo acreedor; el<br />

primer acreedor porque tiene que dar por libre al <strong>de</strong>udor; y el nuevo acreedor,<br />

en razón que nadie pue<strong>de</strong> adquirir <strong>de</strong>rechos en contra <strong>de</strong> su voluntad.<br />

No tiene mayor utilidad esta forma <strong>de</strong> novación. Lo que con ella se<br />

persigue se pue<strong>de</strong> obtener en forma más simple, mediante una cesión <strong>de</strong><br />

créditos, o con un pago por subrogación, que no requieren <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor.<br />

316


) Novación subjetiva por cambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>udor<br />

Esta forma <strong>de</strong> novación la contempla el artículo 1631 Nº 3<br />

“Substituyéndose un nuevo <strong>de</strong>udor al antiguo, que en consecuencia queda<br />

libre”. Tiene bastante utilidad práctica. Ej. una persona pi<strong>de</strong> un préstamo para<br />

comprar una casa, que queda garantizado con hipoteca. Posteriormente este<br />

<strong>de</strong>udor, ven<strong>de</strong> la misma casa a un tercero que se hace cargo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda.<br />

Para que se perfeccione se requiere: el consentimiento <strong>de</strong>l acreedor,<br />

<strong>de</strong>jando libre al primitivo <strong>de</strong>udor, pues se le va a cambiar su <strong>de</strong>udor por otro,<br />

hecho que no es intranscen<strong>de</strong>nte; y el consentimiento <strong>de</strong>l nuevo <strong>de</strong>udor, pues<br />

él pasará a quedar obligado.<br />

Si el acreedor no expresa su voluntad <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar libre al primitivo <strong>de</strong>udor,<br />

“se enten<strong>de</strong>rá que el tercero es solamente diputado por el <strong>de</strong>udor para hacer el<br />

pago, o que dicho tercero se obliga con él solidaria o subsidiariamente, según<br />

aparezca <strong>de</strong>ducirse <strong>de</strong>l tenor o espíritu <strong>de</strong>l acto” (art. 1635)<br />

¿Es necesario que el antiguo <strong>de</strong>udor, manifieste también su voluntad?.<br />

El artículo 1631, nos dice que “esta tercera especie <strong>de</strong> novación pue<strong>de</strong><br />

efectuarse sin el consentimiento <strong>de</strong>l primer <strong>de</strong>udor”. Ello se explica porque<br />

esta forma <strong>de</strong> novación, sólo favorece al <strong>de</strong>udor, pues lo libera <strong>de</strong> la<br />

obligación. Por lo <strong>de</strong>más, no se ve que razón podría haber para exigir su<br />

consentimiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento que el código acepta que se pueda pagar sin<br />

la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (artículo 1572).<br />

Si el <strong>de</strong>udor antiguo, presta su consentimiento, el segundo <strong>de</strong>udor se<br />

llamada <strong>de</strong>legado <strong>de</strong>l primero (art. 1631 inc. final).<br />

De lo que se viene diciendo resulta que pue<strong>de</strong>n darse dos modalida<strong>de</strong>s<br />

en la novaciòn por cambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>udor: a) que el <strong>de</strong>udor primitivo acepte: o b)<br />

que no acepte. En el primer caso, se habla <strong>de</strong> <strong>de</strong>legación (art. 1631 inc. final);<br />

en el segundo, expromisión.<br />

Tanto la <strong>de</strong>legación como la expromisión, pue<strong>de</strong>n ser o no novatorias,<br />

<strong>de</strong>pendiendo ello <strong>de</strong> que que<strong>de</strong> o no libre el primitivo <strong>de</strong>udor.<br />

En la <strong>de</strong>legación para que haya novación, tiene el acreedor que<br />

consentir en <strong>de</strong>jar libre al primitivo <strong>de</strong>udor, artículo 1635 (<strong>de</strong>legación<br />

317


perfecta). Si el acreedor no consiente en <strong>de</strong>jar libre al primitivo <strong>de</strong>udor, se<br />

produce la <strong>de</strong>legación imperfecta o acumulativa, que no produce novación.<br />

En el caso <strong>de</strong> la expromisión, para que produzca novación tiene también<br />

el acreedor consentir en <strong>de</strong>jar libre al primitivo <strong>de</strong>udor (art. 1635); en caso<br />

contrario, se produce la llamada “ad promissión” o ”expromisión<br />

acumulativa”, que no produce novación.<br />

Efectos <strong>de</strong> la novación por cambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>udor, si el nuevo <strong>de</strong>udor es<br />

insolvente<br />

Si se ha producido novación, y el nuevo <strong>de</strong>udor resulta insolvente, no<br />

podrá el acreedor dirigirse en contra <strong>de</strong>l primitivo <strong>de</strong>udor, porque consintió<br />

en <strong>de</strong>jarlo libre.<br />

Esta regla tiene tres excepciones:<br />

a) que en el contrato <strong>de</strong> novación el acreedor se haya reservado este<br />

<strong>de</strong>recho;<br />

b) que la insolvencia <strong>de</strong>l nuevo <strong>de</strong>udor haya sido anterior y pública; y<br />

c) que la insolvencia <strong>de</strong>l nuevo <strong>de</strong>udor, aunque no sea pública, haya<br />

sido conocida <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor primitivo (artículo 1637).<br />

En el caso en que el acreedor se haya reservado el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> perseguir<br />

al primitivo <strong>de</strong>udor para el caso <strong>de</strong> insolvencia <strong>de</strong>l nuevo, se ha entendido que<br />

al <strong>de</strong>jar libre al <strong>de</strong>udor, lo ha hecho en forma condicional. Es importante<br />

señalar que esta reserva sólo pue<strong>de</strong> hacerse al momento <strong>de</strong> novar, no con<br />

posterioridad.<br />

En estos casos <strong>de</strong> excepción, se plantea la duda sobre si la acción que<br />

tendría el acreedor sería la misma que tenía en contra <strong>de</strong>l primer <strong>de</strong>udor o una<br />

nueva, generada por la novación. Lo que se <strong>de</strong>cida es importante en el caso<br />

que la primera gozara <strong>de</strong> privilegios, hipotecas o cauciones.<br />

Se ha entendido que en este caso, la acción <strong>de</strong>l acreedor es la misma<br />

que tenía contra el <strong>de</strong>udor primitivo, lo que se infiere <strong>de</strong> la frase “se ha haya<br />

reservado”, que emplea el artículo 1637.<br />

318


Efectos <strong>de</strong> la novación<br />

El efecto propio <strong>de</strong> la novación es doble: a) extinguir la obligación<br />

novada; y b) generar una nueva obligación.<br />

La novación extingue la <strong>de</strong>uda primitiva con sus privilegios, garantías<br />

y accesorios. Luego:<br />

1. Se extinguen los intereses <strong>de</strong> la obligación primitiva si no se expresa<br />

lo contrario. Así lo dice el artículo 1640: “De cualquier modo que se haga la<br />

novación, quedan por ella extinguidos los intereses <strong>de</strong> la primera <strong>de</strong>uda, si no<br />

se expresa lo contrario”;<br />

2. La novación libera a los co<strong>de</strong>udores solidarios o subsidiarios <strong>de</strong> la<br />

obligación primitiva, a menos que accedan a la nueva obligación (artículos<br />

1519 y 1645).<br />

3. Si el <strong>de</strong>udor estaba constituido en mora, cesa la mora y todas sus<br />

consecuencias (in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios). No lo dice expresamente la ley,<br />

pero no se pue<strong>de</strong>n enten<strong>de</strong>r las cosas <strong>de</strong> otra manera;<br />

4. Los privilegios <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda primitiva, no pasan a la nueva. Así lo<br />

señala el articulo 1641: “Sea que la novación se opere por la substitución <strong>de</strong><br />

un nuevo <strong>de</strong>udor o sin ella, los privilegios <strong>de</strong> la primera <strong>de</strong>uda se extinguen<br />

por la novación”. El artículo 1641 no hace ninguna referencia a una posible<br />

reserva, como lo hace respecto <strong>de</strong> las cauciones. La explicación radica en que<br />

sólo la ley crea los privilegios, no la voluntad <strong>de</strong> las partes, que sería lo que<br />

ocurriría <strong>de</strong> aceptarse la reserva en esta materia.<br />

Cabe agregar dos cosas: primero, que en esta parte Bello se separó <strong>de</strong><br />

su mo<strong>de</strong>lo francés; y segundo, que, en general, las legislaciones extranjeras<br />

aceptan la reserva <strong>de</strong> los privilegios (Código francés, argentino, italiano).<br />

5. Las prendas e hipotecas <strong>de</strong> la obligación primitiva no pasan a la<br />

obligación nueva, a menos que el acreedor y el <strong>de</strong>udor convengan<br />

expresamente en la reserva. El artículo 1642, expresa: “Aunque la novación se<br />

opere sin la substitución <strong>de</strong> un nuevo <strong>de</strong>udor, las prendas e hipotecas <strong>de</strong> la<br />

obligación primitiva no pasan a la obligación posterior, a menos que el<br />

acreedor y el <strong>de</strong>udor convengan expresamente en la reserva” (inc. 1º).<br />

319


Límites a la reserva <strong>de</strong> prendas e hipotecas.<br />

a. La reserva no pue<strong>de</strong> afectar a las garantías constituidas por terceros,<br />

a menos que accedan expresamente a la segunda obligación. Dice el 1642<br />

inciso 2º:”Pero la reserva <strong>de</strong> las prendas e hipotecas <strong>de</strong> la obligación primitiva<br />

no vale cuando las cosas empeñadas o hipotecadas pertenecen a terceros, que<br />

no acce<strong>de</strong>n expresamente a la segunda obligación;<br />

b. “Tampoco vale la reserva en lo que la segunda obligación tenga <strong>de</strong><br />

más que la primera. Si, por ejemplo, la primera <strong>de</strong>uda no producía intereses, y<br />

la segunda los produjere, la hipoteca <strong>de</strong> la primera no se exten<strong>de</strong>rá a los<br />

intereses” (artículo 1642 inciso final).<br />

Los autores llaman la atención que en razón <strong>de</strong> la reserva se mantengan<br />

las prendas e hipotecas (que son accesorias), no obstante extinguirse la<br />

obligación principal (Somarriva, Claro Solar).<br />

c. “Si la novación opera por la substitución <strong>de</strong> un nuevo <strong>de</strong>udor, la<br />

reserva no pue<strong>de</strong> tener efecto sobre los bienes <strong>de</strong>l nuevo <strong>de</strong>udor, ni aun con su<br />

consentimiento” (art. 1643 inc. 1º);<br />

d. “Si la novación se opera entre el acreedor y uno <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>udores<br />

solidarios, la reserva no pue<strong>de</strong> tener efecto sino relativamente a éste. Las<br />

prendas e hipotecas constituidas por sus co<strong>de</strong>udores solidarios se extinguen, a<br />

pesar <strong>de</strong> toda estipulación contraria; salvo que éstos accedan expresamente a<br />

la segunda obligación” (1643 inc. 2º).<br />

Las partes pue<strong>de</strong>n convenir garantías para la nueva obligación<br />

Así lo establece el articulo 1644: “En los casos y cuantía en que no<br />

pueda tener efecto la reserva, podrán renovarse las prendas e hipotecas; pero<br />

con las mismas formalida<strong>de</strong>s que si se constituyesen por primera vez, y su<br />

fecha será la que corresponda a la renovación”.<br />

Esta norma nos parece absolutamente <strong>de</strong>más, pues es evi<strong>de</strong>nte que las<br />

partes en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> la autonomía <strong>de</strong> la voluntad pue<strong>de</strong>n establecer<br />

estas nuevas cauciones.<br />

320


LA COMPENSACIÓN<br />

El artículo 1567 señala en su numerado 5º a la compensación como<br />

modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones. En seguida, trata <strong>de</strong> esta materia en el<br />

Título XVII <strong>de</strong>l Libro IV, artículos 1655 al 1664 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

Definición<br />

No la <strong>de</strong>fine el código. Unicamente expresa que “cuando dos personas<br />

son <strong>de</strong>udoras una <strong>de</strong> otra, se opera entre ellas una compensación que extingue<br />

ambas <strong>de</strong>udas <strong>de</strong>l modo y en los casos que van a explicarse” (art. 1655).<br />

Se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir como un modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones que opera<br />

por el sólo ministerio <strong>de</strong> la ley, cuando dos personas son personal y<br />

recíprocamente <strong>de</strong>udoras y acreedoras <strong>de</strong> obligaciones líquidas y actualmente<br />

exigibles, en cuya virtud se extinguen ambas hasta el monto <strong>de</strong> la <strong>de</strong> menor<br />

valor.<br />

La compensación importa un doble pago<br />

De esta característica surgen algunas consecuencias importantes:<br />

1. Si el <strong>de</strong>udor solidario ha extinguido la <strong>de</strong>uda por compensación<br />

queda subrogado en la acción <strong>de</strong>l acreedor con todos sus privilegios y<br />

segurida<strong>de</strong>s, pero limitada respecto <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores a la parte o<br />

cuota que tenga este co<strong>de</strong>udor en la <strong>de</strong>uda;<br />

2. Si hay pluralidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>udas, para saber cuál se extinguen se aplican<br />

las reglas <strong>de</strong> la imputación al pago (artículo 1663);<br />

Clases <strong>de</strong> compensación<br />

La compensación pue<strong>de</strong> ser: a) legal; b) convencional; y c) judicial.<br />

a) La compensación legal la establece la ley y correspon<strong>de</strong> a la<br />

<strong>de</strong>finición que acabamos <strong>de</strong> dar.<br />

b) La compensación voluntaria se produce por un acuerdo entre las<br />

partes. Luego, no opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho. Se va a realizar cuando ambas<br />

321


partes son recíprocamente <strong>de</strong>udoras y acreedoras, pero no se produce la<br />

compensación legal, por faltar alguno <strong>de</strong> sus requisitos. La <strong>de</strong>finición que<br />

dimos <strong>de</strong> compensación se aplica ex<strong>cl</strong>usivamente a la compensación legal.<br />

Los efectos <strong>de</strong> esta compensación son los mismos que veremos para la<br />

compensación legal.<br />

c) La compensación judicial se va a producir cuando una <strong>de</strong> las partes<br />

<strong>de</strong>man<strong>de</strong> a la otra, que reconviene cobrando también su crédito. El tribunal al<br />

fallar la causa acogerá la compensación si se cumplen los requisitos legales,<br />

acogiendo la <strong>de</strong>manda y la reconvención. Luego, tampoco esta compensación<br />

opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho.<br />

La pregunta que cabe formularse es por qué el <strong>de</strong>mandado en este caso,<br />

reconviene y no opone <strong>de</strong>rechamente la excepción <strong>de</strong> compensación legal. La<br />

respuesta es que seguramente su crédito no cumplía con todos los requisitos <strong>de</strong><br />

la compensación legal.<br />

Funciones e importancia <strong>de</strong> la compensación<br />

La compensación es útil porque evita un doble pago. Tiene mucha<br />

importancia en materia mercantil. En la operatoria bancaria existe la llamada<br />

“Cámara <strong>de</strong> Compensación”, <strong>de</strong>stinada a liquidar diariamente, mediante la<br />

compensación legal, los créditos y obligaciones recíprocas <strong>de</strong> las<br />

instituciones bancarias, quedando cada Banco obligado únicamente a pagar<br />

los saldos en contra.<br />

Requisitos <strong>de</strong> la compensación legal<br />

Para que opere la compensación legal <strong>de</strong>ben cumplirse varios requisitos<br />

que iremos analizando en los números siguientes.<br />

1. Que ambas <strong>de</strong>udas sean <strong>de</strong> dinero o <strong>de</strong> cosas fungibles o<br />

in<strong>de</strong>terminadas <strong>de</strong> igual género y calidad (1656 Nº 1)<br />

Este requisito tiene por objeto que exista perfecta equivalencia en el<br />

objeto <strong>de</strong> ambas obligaciones. Por ello permite la compensación <strong>de</strong> cosas<br />

fungibles, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> cosas que tienen el mismo po<strong>de</strong>r liberatorio.<br />

322


Las obligaciones <strong>de</strong> especie o cuerpo cierto, no se pue<strong>de</strong>n compensar,<br />

porque sólo se pue<strong>de</strong>n cumplir entregando la especie o cuerpo cierto <strong>de</strong>bido.<br />

No <strong>de</strong>be olvidarse que el pago <strong>de</strong>be hacerse conforme al tenor <strong>de</strong> la<br />

obligación, no pudiendo ser obligado el acreedor a recibir otra cosa que la<br />

<strong>de</strong>bida (artículo 1569).<br />

2. Las dos partes <strong>de</strong>ben ser personal y recíprocamente <strong>de</strong>udoras<br />

y acreedoras (artículos 1655 y 1657)<br />

Esta última disposición establece que “para que haya lugar a la<br />

compensación es preciso que las dos partes sean recíprocamente <strong>de</strong>udoras”<br />

(inc. 1º).<br />

No basta con que sean <strong>de</strong>udores y acreedores recíprocos. La ley es más<br />

exigente: requiere que sean <strong>de</strong>udores personales y principales. Consecuencia<br />

<strong>de</strong> ello es:<br />

a. Que el <strong>de</strong>udor principal no pue<strong>de</strong> oponer en compensación, el crédito<br />

que su fiador tiene contra <strong>de</strong>l acreedor (art. 1657 inc. 2º);<br />

b. Que el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> oponer en compensación el crédito que tiene<br />

su pupilo en contra <strong>de</strong>l acreedor (art. 1657 inc. 3º):<br />

c. Que <strong>de</strong>mandado un co<strong>de</strong>udor solidario, no pue<strong>de</strong> oponer en<br />

compensación el crédito que tenga otro <strong>de</strong> sus co<strong>de</strong>udores solidarios en contra<br />

<strong>de</strong>l acreedor, a menos que se lo haya cedido (art. 1657 inc. 4º).<br />

El artículo 1657, no es taxativo. Obsérvese que el inciso 2º comienza<br />

con la expresión “Así”, lo que esté <strong>de</strong>mostrando que lo que viene en seguida<br />

son ejemplos. Otro caso sería el <strong>de</strong>l socio respecto <strong>de</strong> la sociedad. Demandado<br />

un <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> oponer en compensación el crédito que la sociedad <strong>de</strong> que<br />

forma parte tenga en contra <strong>de</strong>l acreedor. Ello porque según artículo 2053 inc.<br />

2º, “la sociedad forma una persona jurídica distinta <strong>de</strong> los socios<br />

individualmente consi<strong>de</strong>rados”.<br />

Excepciones a esta regla. La regla que estamos estudiando -que se trate<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>udores principales y personales- tiene dos excepciones:<br />

a) El caso <strong>de</strong>l mandatario que, según el artículo 1658, “pue<strong>de</strong> oponer<br />

al acreedor <strong>de</strong>l mandante no sólo los créditos <strong>de</strong> éste, sino sus propios créditos<br />

323


contra el mismo acreedor, prestando caución <strong>de</strong> que el mandante dará por<br />

firme la compensación. Pero no pue<strong>de</strong> compensar con lo que el mismo<br />

mandatario <strong>de</strong>be a un tercero lo que éste <strong>de</strong>be al mandante, sino con voluntad<br />

<strong>de</strong>l mandante. La última parte <strong>de</strong> la disposición <strong>de</strong>muestra que el mandatario<br />

no se pue<strong>de</strong> aprovechar <strong>de</strong> su condición <strong>de</strong> mandatario, para extinguir una<br />

obligación propia, con un crédito <strong>de</strong> su mandante en contra <strong>de</strong>l mismo<br />

acreedor, a menos que su mandante lo autorice.<br />

b) La segunda excepción la establece el artículo 1659. Es el caso <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor que acepta la cesión que <strong>de</strong> su crédito hizo su acreedor a un tercero. Si<br />

el cesionario lo <strong>de</strong>manda, no le pue<strong>de</strong> oponer el crédito que él tenía en contra<br />

<strong>de</strong>l ce<strong>de</strong>nte. Hasta aquí estamos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la regla general. Pero la disposición<br />

agrega en seguida que si no aceptó la cesión, pue<strong>de</strong> oponer al cesionario<br />

todos los créditos que antes <strong>de</strong> notificársele la cesión haya adquirido contra el<br />

ce<strong>de</strong>nte, aun cuando no hubieren llegado a ser exigibles sino <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />

notificación.<br />

3. Que las <strong>de</strong>udas sean líquidas (artículo 1656 Nº 2)<br />

La <strong>de</strong>uda va a ser líquida cuando sea cierta y <strong>de</strong>terminada. No es cierta,<br />

y por ello no pue<strong>de</strong> compensarse, una <strong>de</strong>uda que está en litigio.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que según el artículo 438 inciso 2º <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>, “se enten<strong>de</strong>rá cantidad líquida, no sólo la que<br />

actualmente tenga esta calidad, sino también la que pueda liquidarse mediante<br />

simples operaciones aritméticas con sólo los dados que el mismo título<br />

ejecutivo suministre”.<br />

4. Que ambas <strong>de</strong>udas sean actualmente exigibles (artículo 1656<br />

Nº 3).<br />

Por no reunir este requisito, no pue<strong>de</strong>n compensarse las obligaciones<br />

naturales ni las obligaciones condicionales o a plazos suspensivos.<br />

Un fallo <strong>de</strong> 20 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1995, acogió un recurso <strong>de</strong> protección<br />

interpuesto contra el Tesorero Regional <strong>de</strong> Santiago, por haber retenido a un<br />

exportador un reintegro simplificado por exportación no tradicional. Tesorería<br />

pretendió compensar el crédito <strong>de</strong>l contribuyente con la <strong>de</strong>uda a que éste<br />

tendría con el Fisco a raíz <strong>de</strong> haberse resuelto administrativamente por el<br />

Servicio <strong>de</strong> Aduanas que dicho exportador anteriormente había percibido<br />

324


in<strong>de</strong>bidamente otros reintegros <strong>de</strong>l mismo tipo. La sentencia resolvió que<br />

“no pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse que haya operado la compensación a que alu<strong>de</strong> el<br />

artículo 1656 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, con<strong>cl</strong>uyéndose que la acreencia que preten<strong>de</strong><br />

hacer valer el señor Tesorero no es actualmente exigible” (Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº<br />

452, sent. 5, p. 1350. Consi<strong>de</strong>rando 5º)<br />

El inciso 2º <strong>de</strong>l artículo 1656 agrega que “las esperas concedidas al<br />

<strong>de</strong>udor impi<strong>de</strong>n la compensación, pero esta disposición no se aplica al plazo<br />

<strong>de</strong> gracia concedido por un acreedor a su <strong>de</strong>udor”. El concepto “plazo <strong>de</strong><br />

gracia”, que emplea este artículo, es distinto al llamado <strong>de</strong> la misma forma por<br />

la doctrina, que consiste es una autorización dada por la justicia para que el<br />

<strong>de</strong>udor pueda postergar el cumplimiento <strong>de</strong> su obligación, situación que no<br />

pue<strong>de</strong> darse en Chile, atendido lo dispuesto en el artículo 1545 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>. Luego cuando esta disposición habla <strong>de</strong> “plazo <strong>de</strong> gracia” <strong>de</strong>be<br />

enten<strong>de</strong>rse, que se refiere a la prórroga que unilateral y voluntariamente ha<br />

dado el acreedor.<br />

5. Ambas <strong>de</strong>udas <strong>de</strong>ben ser paga<strong>de</strong>ras en el mismo lugar<br />

Este requisito lo señala el articulo 1664: “Cuando ambas <strong>de</strong>udas no son<br />

paga<strong>de</strong>ras en un mismo lugar, ninguna <strong>de</strong> las partes pue<strong>de</strong> oponer la<br />

compensación, a menos que una y otra <strong>de</strong>uda sean en dinero, y que el que<br />

opone la compensación tome en cuenta los costos <strong>de</strong> la remesa”.<br />

6. Que ambas créditos sean embargables<br />

El Código no lo ha dicho en términos generales, sino sólo a propósito <strong>de</strong><br />

la obligación <strong>de</strong> alimentos. El artículo 335 señala que “el que <strong>de</strong>be alimentos<br />

no pue<strong>de</strong> oponer al <strong>de</strong>mandante en compensación lo que el <strong>de</strong>mandante le<br />

<strong>de</strong>ba a él”. Y el artículo 1662 inciso 2º, parte final, repite la misma i<strong>de</strong>a.<br />

No obstante no existir una norma general, parece lógico enten<strong>de</strong>r que si<br />

uno <strong>de</strong> los créditos no es embargable, no cabe la compensación, atendido el<br />

hecho <strong>de</strong> que, como se ha explicado, la compensación implica un doble pago.<br />

Esta es la razón por lo que las remuneraciones <strong>de</strong> un trabajador no son<br />

compensables, pues <strong>de</strong> acuerdo al artículo 57 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong>l Trabajo, son<br />

inembargables.<br />

7. Que la compensación no se haga en perjuicio <strong>de</strong> terceros<br />

325


Así lo establece el artículo 1661 inciso 1º: “La compensación no pue<strong>de</strong><br />

tener lugar en perjuicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> un tercero” (inc. 1º). Y agrega “Así<br />

embargado un crédito, no podrá el <strong>de</strong>udor compensarlo, en perjuicio <strong>de</strong>l<br />

embargante, por ningún crédito suyo adquirido <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l embargo” (inc. 2º).<br />

Cabe agregar que el artículo 61 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras prohibe<br />

compensar los créditos adquiridos contra el fallido con posterioridad a la<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> quiebra. Luego el acreedor <strong>de</strong>l fallido, <strong>de</strong>be enterar a la masa lo<br />

que él <strong>de</strong>be y verificar su crédito igual que cualquier otro acreedor.<br />

Casos <strong>de</strong> compensación prohibida<br />

La ley prohibe la compensación en varios casos:<br />

1. No pue<strong>de</strong> oponerse a la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> restitución <strong>de</strong> una cosa <strong>de</strong> que<br />

su dueño ha sido injustamente <strong>de</strong>spojado, ni a la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> restitución <strong>de</strong> un<br />

<strong>de</strong>pósito, o <strong>de</strong> un comodato, aun cuando, perdida la cosa, sólo subsista la<br />

obligación <strong>de</strong> pagarla en dinero (art. 1662 inc. 1º);<br />

2. No pue<strong>de</strong> oponerse compensación a la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnización<br />

por un acto <strong>de</strong> violencia o frau<strong>de</strong>” (1662 inc. 2º);<br />

3. No pue<strong>de</strong> oponerse la compensación a una <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> alimentos<br />

(arts. 335 y 1662 inc. final).<br />

Efectos <strong>de</strong> la compensación legal<br />

Po<strong>de</strong>mos señalar como sus efectos, los siguientes:<br />

a) la compensación legal opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho. Así está dicho por el<br />

artículo 1656 “La compensación se opera por el solo ministerio <strong>de</strong> la ley y<br />

aun sin conocimiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores...”. Ya hemos explicado que la<br />

compensación convencional y judicial, no operan <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho.<br />

b) la compensación legal <strong>de</strong>be ser alegada. Así lo establece el artículo<br />

1660 “sin embargo <strong>de</strong> efectuarse la compensación por el ministerio <strong>de</strong> la ley,<br />

el <strong>de</strong>udor que no la alegare, ignorando un crédito que pue<strong>de</strong> oponer a la <strong>de</strong>uda,<br />

conservará junto con el crédito mismo las fianzas, privilegios e hipotecas<br />

constituidas para su seguridad”.<br />

326


Se explica que tenga que ser alegada, por dos razones: 1.- porque el<br />

<strong>de</strong>udor <strong>de</strong>mandado pue<strong>de</strong> renunciarla, lo que va a ocurrir, precisamente si no<br />

la alega; y 2.- a<strong>de</strong>más, porque junto con alegarla el que opone la<br />

compensación tendrá que probar que concurren los requisitos legales.<br />

La compensación entonces no nace con la sentencia, que sólo se limita a<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>arar su existencia.<br />

c) la compensación extingue ambos créditos hasta el monto <strong>de</strong>l <strong>de</strong><br />

menor valor. Sin duda, este es el efecto principal. Este efecto lo produce tanto<br />

la compensación legal, como la convencional o judicial.<br />

Renuncia a la compensación<br />

El <strong>de</strong>udor pue<strong>de</strong> renunciar a la compensación, renuncia que pue<strong>de</strong> ser<br />

expresa o tácita. Será tácita en el caso en que sea <strong>de</strong>mandado por su acreedor y<br />

teniendo conocimiento <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> su crédito, no alegue la<br />

compensación. Si no sabía que él tenía un crédito contra su acreedor,<br />

“conservará junto con el crédito mismo las fianzas, privilegios, prendas e<br />

hipotecas constituidas para su seguridad” (artículo 1660).<br />

La renuncia, como toda renuncia, sólo va a afectar al renunciante. Por<br />

ello, si renunció a la compensación, y su crédito estaba garantizado con<br />

prenda, hipoteca o fianza, éstas se extinguen. Así resulta <strong>de</strong> aplicar el artículo<br />

1660 a contrario sensu.<br />

Compensación en el caso <strong>de</strong> pluralidad <strong>de</strong> obligaciones<br />

Esta materia la trata el artículo 1663: “cuando hay muchas <strong>de</strong>udas<br />

compensables, <strong>de</strong>ben seguirse para la compensación las mismas reglas que<br />

para la imputación <strong>de</strong>l pago”. Ello, se explica, porque como lo hemos venido<br />

diciendo, en <strong>de</strong>finitiva la compensación implica un doble pago.<br />

LA REMISIÓN<br />

El artículo 1567 en su numeral 4º señala a la Remisión, como un modo<br />

<strong>de</strong> extinguir las obligaciones. El Código trata <strong>de</strong> esta materia en el Título XVI<br />

<strong>de</strong>l Libro IV, artículos 1652 al 1654.<br />

327


Definición<br />

El Código no la <strong>de</strong>fine. Claro Solar lo hace diciendo que “la remisión o<br />

condonación <strong>de</strong> una <strong>de</strong>uda, es la renuncia que el acreedor hace <strong>de</strong> sus<br />

<strong>de</strong>rechos en beneficio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor”. No nos satisface esta <strong>de</strong>finición por<br />

cuanto- y como lo veremos más a<strong>de</strong>lante- la remisión no es un acto <strong>de</strong><br />

renuncia, sino una convención <strong>de</strong>stinada a extinguir obligaciones. Preferimos<br />

por ello el concepto que da el colombiano, Guillermo Ospina Fernán<strong>de</strong>z: “la<br />

remisión es un modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones, que consiste en el perdón<br />

que <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda le hace el acreedor al <strong>de</strong>udor”.<br />

Clases <strong>de</strong> remisión<br />

Se pue<strong>de</strong>n hacer varias <strong>cl</strong>asificaciones:<br />

1. remisión por acto entre vivos y testamentaria<br />

2. remisión expresa y tácita<br />

3. remisión total y parcial<br />

1. Remisión por acto entre vivos y testamentaria<br />

La remisión por acto entre vivos está sujeta en todo a las reglas <strong>de</strong> las<br />

donaciones entre vivos y requiere <strong>de</strong> insinuación en los casos en que ésta la<br />

necesita. La que hace una persona en su testamento importa un legado <strong>de</strong><br />

condonación al <strong>de</strong>udor (art. 1127).<br />

Naturaleza jurídica <strong>de</strong> la remisión por acto entre vivos<br />

Se ha discutido si la remisión por acto entre vivos se perfecciona por la<br />

sola voluntad <strong>de</strong>l acreedor o y si también es necesaria la aceptación <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor.<br />

En la doctrina nacional se le consi<strong>de</strong>ra una convención. Claro Solar,<br />

siguiendo a Pothier, sostiene que la remisión requiere necesariamente <strong>de</strong> la<br />

aceptación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Su argumento es que “el <strong>de</strong>recho personal o crédito es<br />

328


un vínculo jurídico que el concurso <strong>de</strong> volunta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las partes ha formado, y<br />

que sólo el consentimiento mutuo pue<strong>de</strong> romper”.<br />

Una opinión distinta encontramos en el colombiano Guillermo Ospina,<br />

para quien la remisión es un acto unipersonal <strong>de</strong>l acreedor dotado por sí<br />

mismo <strong>de</strong> la eficacia extintiva. Se funda para ello en lo dispuesto en el<br />

artículo15 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> colombiano (igual al artículo 12 <strong>de</strong>l nuestro). Para<br />

este autor la remisión es simplemente un acto <strong>de</strong> renuncia, que por ser acto<br />

unilateral, se perfecciona por la sola voluntad <strong>de</strong>l acreedor. Señala que si un<br />

tercero pue<strong>de</strong> extinguir aun en contra <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor una obligación<br />

ajena pagándola (principio que reconoce nuestro art. 1572), no se vé la razón<br />

por la que el <strong>de</strong>udor tuviere que prestar su aceptación en el presente caso.<br />

Ramos está con la primera opinión. La remisión no es un simple acto <strong>de</strong><br />

renuncia, pues en todo caso requiere <strong>de</strong> la aceptación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. En efecto, si<br />

la remisión opera por un acto entre vivos, la ley la asimila a la donación al<br />

establecer en el artículo 1653 que “está en todo sujeta a las reglas <strong>de</strong> la<br />

donación entre vivos...”. Recor<strong>de</strong>mos a<strong>de</strong>más que el artículo 1397 nos dice<br />

que “hace donación el que remite una <strong>de</strong>uda”. Luego el <strong>de</strong>udor tiene que<br />

aceptar la remisión y mientras ello no ocurra, y no se notifique al acreedor la<br />

aceptación, podrá éste revocarla a su arbitrio (artículo 1412).<br />

Y en el caso en que la remisión se haga en testamento, constituye un<br />

legado <strong>de</strong> condonación, que tiene que ser aceptado por el <strong>de</strong>udor una vez<br />

<strong>de</strong>ferida la asignación. “De este modo -dice Claro Solar- la existencia <strong>de</strong> la<br />

liberación vendrá a producirse con la aceptación <strong>de</strong>l legado en el momento en<br />

que tal aceptación pue<strong>de</strong> prestarse: y así resultará <strong>de</strong>l concurso <strong>de</strong> las<br />

volunta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l acreedor y <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor”.<br />

Capacidad para remitir por acto entre vivos<br />

Para remitir el acreedor requiere <strong>de</strong> capacidad <strong>de</strong> disposición. Así lo<br />

señala el artículo 1652. Confirma esta i<strong>de</strong>a el artículo 1388 en relación con el<br />

artículo 1653.<br />

2. Remisión expresa y remisión tácita<br />

Remisión expresa es la que el acreedor hace en términos formales y<br />

explícitos, cumpliéndose las solemnida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las donaciones, entre otras, el<br />

trámite <strong>de</strong> la insinuación en los casos en que la donación entre vivos la<br />

329


necesita (artículo 1653). Esto significa que la remisión <strong>de</strong> un crédito <strong>de</strong> más <strong>de</strong><br />

2 centavos <strong>de</strong>be insinuarse (artículo 140l).<br />

Remisión tácita es aquella que se produce “cuando el acreedor entrega<br />

voluntariamente al <strong>de</strong>udor el título <strong>de</strong> la obligación, o lo <strong>de</strong>struye o cancela<br />

con ánimo <strong>de</strong> extinguir la <strong>de</strong>uda”. Estos hechos constituyen una verda<strong>de</strong>ra<br />

presunción simplemente legal <strong>de</strong> remisión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la misma norma agrega<br />

que “el acreedor es admitido a probar que la entrega, <strong>de</strong>strucción o<br />

cancelación <strong>de</strong>l título no fue voluntaria o no fue hecha con ánimo <strong>de</strong> remitir la<br />

<strong>de</strong>uda. Pero a falta <strong>de</strong> esta prueba se enten<strong>de</strong>rá que hubo ánimo <strong>de</strong><br />

condonarla”. Esta norma constituye, a nuestro juicio, una excepción al<br />

principio general contenido en el artículo 1393 <strong>de</strong> que la donación entre vivos<br />

no se presume.<br />

Para que opere la remisión tácita, se requiere entonces, <strong>de</strong> la<br />

concurrencia <strong>de</strong> los siguientes requisitos: a) entrega <strong>de</strong>l título <strong>de</strong> la obligación;<br />

b) que la entrega sea voluntaria; c) que la entrega la haga el acreedor; y d) que<br />

la entrega sea hecha al <strong>de</strong>udor.<br />

Toda remisión es gratuita<br />

El artículo 1653, parece dar a enten<strong>de</strong>r que pudiera haber remisión<br />

onerosa. Sin embargo ello no es así. Es <strong>de</strong> la esencia <strong>de</strong> la remisión su<br />

gratuidad. Si es onerosa <strong>de</strong>genera en un acto jurídico diferente, que pue<strong>de</strong> ser<br />

novación, dación en pago, transacción, etc.<br />

Efectos <strong>de</strong> la remisión<br />

Debe distinguirse según la remisión sea total o parcial. Si es parcial, se<br />

extingue la obligación hasta el monto <strong>de</strong> lo remitido; si es total, se extingue<br />

íntegramente la obligación con todos sus accesorios, fianzas, prendas e<br />

hipotecas, en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> que lo accesorio sigue la suerte <strong>de</strong> lo<br />

principal.<br />

Cuando hay varios co<strong>de</strong>udores solidarios, la remisión que el acreedor<br />

haga a uno <strong>de</strong> ellos, no favorece a los <strong>de</strong>más. Sólo libera al <strong>de</strong>udor remitido.<br />

Sin embargo, y en virtud <strong>de</strong> lo dicho en el artículo 1518 “si el acreedor<br />

condona la <strong>de</strong>uda a cualquiera <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores solidarios no podrá <strong>de</strong>spués<br />

ejercer la acción que se le conce<strong>de</strong> por el artículo 1514, sino con rebaja <strong>de</strong> la<br />

cuota que correspondía al primero en la <strong>de</strong>uda”. En Francia la situación es<br />

330


diferente, pues remitida la <strong>de</strong>uda a un co<strong>de</strong>udor, se libera a todos los otros,<br />

salvo que el acreedor haga reserva expresa <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos contra estos<br />

últimos (Claro Solar).<br />

Remisión <strong>de</strong> las prendas e hipotecas<br />

El inciso final <strong>de</strong>l artículo 1654, expresa que “la remisión <strong>de</strong> la prenda o<br />

<strong>de</strong> la hipoteca no basta para que se presuma remisión <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda”. Esta norma<br />

es lógica pues si bien lo accesorio sigue a lo principal, la regla no juega en<br />

sentido inverso.<br />

LA CONFUSIÓN<br />

El artículo 1567 indica, entre los modos <strong>de</strong> extinguir las obligaciones a<br />

la confusión (1567 Nº 6º) y posteriormente lo regula en el Título XVIII <strong>de</strong>l<br />

Libro IV, artículos 1665 al 1669.<br />

Concepto<br />

El artículo 1665 no la <strong>de</strong>fine pero señala sus elementos: “Cuando<br />

concurren en una misma persona las calida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acreedor y <strong>de</strong>udor se verifica<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>recho una confusión que extingue la <strong>de</strong>uda y produce iguales efectos que<br />

el pago”. La doctrina la <strong>de</strong>fine como “un modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones<br />

que tiene lugar cuando las calida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acreedor y <strong>de</strong>udor se reúnen en una<br />

sola persona” (Abeliuk). En similares términos lo hace Ospina Fernán<strong>de</strong>z: “La<br />

confusión es un modo <strong>de</strong> extinguirse las obligaciones por la concurrencia en<br />

una misma persona <strong>de</strong> las calida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acreedora y <strong>de</strong>udora”.<br />

Sentido lato <strong>de</strong> la voz confusión<br />

En un sentido más lato, la confusión se produce cuando se reúnen en<br />

una misma persona calida<strong>de</strong>s ex<strong>cl</strong>uyentes, lo que pue<strong>de</strong> darse no sólo en los<br />

<strong>de</strong>rechos personales, sino in<strong>cl</strong>uso en los reales. cuando en un mismo sujeto se<br />

juntan las calida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dueño <strong>de</strong> un bien y <strong>de</strong> titular <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho real sobre<br />

el mismo bien. Ello por la razón simple <strong>de</strong> que ninguna persona pue<strong>de</strong> ser<br />

simultáneamente propietario <strong>de</strong> una cosa y titular <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho real sobre la<br />

misma cosa. Así ocurre, por ejemplo, con el fi<strong>de</strong>icomiso, que se extingue al<br />

confundirse las calida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>icomisario y <strong>de</strong> único fiduciario (art. 763 Nº<br />

331


6); con el usufructo, que se extingue “por la consolidación <strong>de</strong>l usufructo con la<br />

propiedad (art. 806 inciso 4º); con el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> servidumbre que se extingue<br />

“por la confusión, o sea la reunión perfecta e irrevocable <strong>de</strong> ambos predios en<br />

manos <strong>de</strong> un mismo dueño” (art. 885 Nº 3).<br />

En otro ámbito, el contrato <strong>de</strong> sociedad se extingue cuando todos los<br />

<strong>de</strong>rechos sociales se juntan en un sólo titular. Así lo consigna en forma<br />

expresa el artículo 103 Nº 2 <strong>de</strong> la ley 18.046, tratándose <strong>de</strong> una sociedad<br />

anónima.<br />

Sólo nos correspon<strong>de</strong> tratar la confusión como modo <strong>de</strong> extinguir<br />

obligaciones.<br />

Causas que pue<strong>de</strong>n generar confusión<br />

Hay dos razones por las cuales se pue<strong>de</strong> reunir en una misma persona<br />

la calidad <strong>de</strong> acreedor y <strong>de</strong>udor: que haya operado la sucesión por causa <strong>de</strong><br />

muerte (el here<strong>de</strong>ro representa al causante, artículo 1097); o, que por un acto<br />

entre vivos, el <strong>de</strong>udor haya adquirido el crédito existente en su contra.<br />

Confusión parcial<br />

El artículo 1667, se pone en el caso <strong>de</strong> la confusión parcial: “Si el<br />

concurso <strong>de</strong> las dos calida<strong>de</strong>s se verifica solamente en una parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda,<br />

no hay lugar a la confusión, ni se extingue la <strong>de</strong>uda, sino en esa parte”.<br />

<strong>Obligaciones</strong> que pue<strong>de</strong>n extinguirse por este modo<br />

Cualquier tipo <strong>de</strong> obligación, <strong>de</strong> dar, hacer o no hacer, sin que importe<br />

su fuente ni las partes. La ley no ha contemplado ninguna limitación. La Corte<br />

Suprema ha dicho que “<strong>de</strong>udor es quien está obligado a dar o hacer a otro<br />

alguna cosa. En este sentido ha empleado esa palabra el artículo 1665 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>, que <strong>de</strong>fine confusión. Luego dicho precepto compren<strong>de</strong> todas<br />

las obligaciones, in<strong>cl</strong>uso la <strong>de</strong> rendir cuentas (el recurrente alegaba que la<br />

obligación <strong>de</strong> rendir cuentas que pesa sobre el mandatario no importa<br />

propiamente la <strong>de</strong>uda que el art. 1665 supone) (T. 33, sec. 1ª, p. 165).<br />

Caso <strong>de</strong> un titular con más <strong>de</strong> un patrimonio<br />

332


Si bien <strong>de</strong> acuerdo a la teoría <strong>cl</strong>ásica las personas sólo pue<strong>de</strong>n tener un<br />

sólo patrimonio, hay casos especiales <strong>de</strong> pluralidad <strong>de</strong> patrimonios en un<br />

mismo sujeto. Ello plantea la duda <strong>de</strong> si se produce la confusión cuando un<br />

titular <strong>de</strong> varios patrimonios, es acreedor en uno <strong>de</strong> ellos y <strong>de</strong>udor en el otro.<br />

La doctrina no acepta la confusión en este caso. El Código <strong>Civil</strong>, no da<br />

una solución integral al problema, pero adopta el mismo criterio <strong>de</strong> la doctrina<br />

en el caso particular <strong>de</strong>l here<strong>de</strong>ro beneficiario. Dice al efecto en el artículo<br />

1669: “Los créditos y <strong>de</strong>udas <strong>de</strong>l here<strong>de</strong>ro que aceptó con beneficio <strong>de</strong><br />

inventario no se confun<strong>de</strong>n con las <strong>de</strong>udas y créditos hereditarios”. El artículo<br />

1259, repite la regla casi en idénticos términos. Lo anterior significa que si el<br />

<strong>de</strong>udor tenía una <strong>de</strong>uda con el causante, <strong>de</strong>be pagarla a los here<strong>de</strong>ros; y<br />

recíprocamente, si el causante le <strong>de</strong>bía, podrá cobrar su crédito a los<br />

here<strong>de</strong>ros. Claro Solar explicando esta situación expresa: “Uno <strong>de</strong> los<br />

principios <strong>de</strong>l beneficio <strong>de</strong> inventario es precisamente que se conserve al<br />

here<strong>de</strong>ro el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> obtener el pago <strong>de</strong> sus créditos contra la sucesión; lo<br />

que trae como necesaria contraposición que el here<strong>de</strong>ro sea obligado a pagar<br />

sus <strong>de</strong>udas a favor <strong>de</strong> la sucesión. La confusión queda impedida con esto”.<br />

Fueyo afirma que esta norma constituye un resguardo más en favor <strong>de</strong>l<br />

here<strong>de</strong>ro beneficiario”.<br />

Lo que se viene diciendo es importante pues “la circunstancia <strong>de</strong> no<br />

producirse la confusión entre la calidad <strong>de</strong> here<strong>de</strong>ro y la <strong>de</strong> acreedor o <strong>de</strong>udor<br />

<strong>de</strong> la herencia, implica que los créditos y las obligaciones que el here<strong>de</strong>ro<br />

tenga para con la herencia, siguen sus propios plazos <strong>de</strong> prescripción” (Ramón<br />

Domínguez Benavente y Ramón Domínguez Aguila).<br />

Situación especial en el caso <strong>de</strong> existir solidaridad<br />

El artículo 1668 prescribe: “Si hay confusión entre uno <strong>de</strong> varios<br />

<strong>de</strong>udores solidarios y el acreedor, podrá el primero repetir contra cada uno <strong>de</strong><br />

sus co<strong>de</strong>udores por la parte o cuota que respectivamente le corresponda en la<br />

<strong>de</strong>uda” (inc. 1º) y agrega “Si por el contrario, hay confusión entre uno <strong>de</strong><br />

varios acreedores solidarios y el <strong>de</strong>udor, será obligado el primero a cada uno<br />

<strong>de</strong> sus coacreedores por la parte o cuota que respectivamente les corresponda<br />

en el crédito” (inc. 2º).<br />

333


Como pue<strong>de</strong> observarse, el artículo 1668 da por supuesto que entre el<br />

acreedor y uno <strong>de</strong> los co<strong>de</strong>udores se produjo la confusión, y sólo se limita a<br />

resolver el problema <strong>de</strong> las relaciones internas.<br />

Efectos <strong>de</strong> la confusión<br />

El efecto propio <strong>de</strong> la confusión es extinguir la obligación. Dice el<br />

artículo 1665 que la confusión “extingue la <strong>de</strong>uda y produce iguales efectos<br />

que el pago”. Consecuencia <strong>de</strong> lo anterior es que si la obligación principal<br />

estaba garantizada con fianza, ésta se extingue (artículo 1666). Lo accesorio<br />

sigue la suerte <strong>de</strong> lo principal. Pero como este principio no juega a la inversa,<br />

la norma agrega: “pero la confusión que extingue la fianza no extingue la<br />

obligación principal”.<br />

IMPOSIBILIDAD DE LA EJECUCIÓN<br />

Y PÉRDIDA DE LA COSA DEBIDA<br />

El artículo 1567 Nº 7º, contempla “la pérdida <strong>de</strong> la cosa que se <strong>de</strong>be<br />

“como una <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> extinción <strong>de</strong> las obligaciones. Posteriormente<br />

regla esta materia en los artículos 1670 y siguientes.<br />

Definición<br />

Fueyo lo <strong>de</strong>fine diciendo que “es un modo <strong>de</strong> extinguir las obligaciones<br />

provocado por una causa no imputable al <strong>de</strong>udor, que suce<strong>de</strong> con<br />

posterioridad al nacimiento <strong>de</strong> la obligación y que hace imposible la<br />

prestación”.<br />

El fundamento <strong>de</strong> este modo <strong>de</strong> extinguir se encuentra en la regla <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>recho formulada por Celsus “Impossibilium nulla, obligatio est”; no hay<br />

obligación alguna <strong>de</strong> cosas imposibles. No obstante que este principio es<br />

general tanto para las obligaciones <strong>de</strong> dar, hacer o no hacer, en los artículos<br />

1670 y siguientes, sólo se trata <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dar una especie o cuerpo<br />

cierto, seguramente, por ser la situación más frecuente.<br />

El artículo 1670 prescribe que “Cuando el cuerpo cierto que se <strong>de</strong>be<br />

perece, o porque se <strong>de</strong>struye, o porque <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> estar en el comercio, o porque<br />

se <strong>de</strong>struye, o porque <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> estar en el comercio o porque <strong>de</strong>saparece y se<br />

334


ignora si existe, se extingue la obligación; salvas empero las excepciones <strong>de</strong><br />

los artículos subsiguientes”. Una situación análoga pue<strong>de</strong> presentarse en las<br />

obligaciones <strong>de</strong> hacer: que el <strong>de</strong>udor se encuentre en la imposibilidad absoluta<br />

y perpetua <strong>de</strong> ejecutar el hecho <strong>de</strong>bido. Si no se cumplen estos requisitos no<br />

hay imposibilidad, sólo podría haber una <strong>de</strong>mora en la ejecución.<br />

Requisitos <strong>de</strong> este modo <strong>de</strong> extinguir tratándose <strong>de</strong> las obligaciones<br />

<strong>de</strong> dar o entregar una especie o cuerpo cierto<br />

Los requisitos son los siguientes:<br />

1. imposibilidad absoluta y <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r cumplir la obligación;<br />

2. que la imposibilidad sea fortuita; y<br />

3. que la imposibilidad sea posterior al nacimiento <strong>de</strong> la obligación.<br />

1. Imposibilidad absoluta<br />

El <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be estar absoluta y <strong>de</strong>finitivamente imposibilitado <strong>de</strong><br />

cumplir. Tratándose <strong>de</strong> las obligaciones <strong>de</strong> dar o entregar, ello sólo pue<strong>de</strong><br />

ocurrir cuando lo <strong>de</strong>bido es una especie o cuerpo cierto, pues el género no<br />

perece. El artículo 1510 consigna este principio: “La pérdida <strong>de</strong> algunas cosas<br />

<strong>de</strong>l género no extingue la obligación, y el acreedor no pue<strong>de</strong> oponerse a que el<br />

<strong>de</strong>udor las enajene o <strong>de</strong>struya, mientras subsistan otras para el cumplimiento<br />

<strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be”.<br />

2. Imposibilidad fortuita<br />

La pérdida <strong>de</strong>be ser fortuita, pues si es culpable o si la cosa perece por<br />

culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, la obligación subsiste, pero varía <strong>de</strong> objeto, quedando el<br />

<strong>de</strong>udor obligado al pago <strong>de</strong>l precio <strong>de</strong> la cosa más in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> perjuicios<br />

(art. 1672). Si el <strong>de</strong>udor está en mora y el cuerpo cierto que se <strong>de</strong>be perece por<br />

caso fortuito que habría sobrevenido igualmente a dicho cuerpo en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />

acreedor, sólo se <strong>de</strong>berá la in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> los perjuicios por la mora” (art.<br />

1672 inc. 2º).<br />

El Código presume que la pérdida <strong>de</strong> la cosa es culpable: “Siempre que<br />

la cosa perece en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, se presume que ha sido por hecho o culpa<br />

335


suya” (artículo 167l). Esa disposición es concordante con el artículo 1674, en<br />

cuanto esta norma obliga al <strong>de</strong>udor a probar el caso fortuito que alega y para el<br />

caso que alegue que el caso fortuito habría sobrevenido <strong>de</strong>l mismo modo<br />

aunque no estuviere en mora, será también obligado a probarlo.<br />

En todo caso, no se aplican estas reglas “si el <strong>de</strong>udor se ha constituido<br />

responsable <strong>de</strong> todo caso fortuito, o <strong>de</strong> alguno en particular...”, caso en que se<br />

observará lo pactado (artículo 1673). Esta regla es una reiteración <strong>de</strong> lo dicho<br />

en el artículo 1547 inciso final.<br />

El Código no acepta que quien ha hurtado o robado un cuerpo cierto,<br />

alegue que la cosa ha perecido por caso fortuito, aun <strong>de</strong> aquellos que habrían<br />

producido la <strong>de</strong>strucción o pérdida <strong>de</strong>l cuerpo cierto en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l<br />

acreedor.(art. 1676).<br />

3. La imposibilidad tiene que sobrevenir a la generación <strong>de</strong> la<br />

obligación<br />

Si es anterior, tal obligación carecería <strong>de</strong> objeto o tendría un objeto<br />

imposible (artículo 1461).<br />

Cesión <strong>de</strong> acciones <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor al acreedor<br />

El artículo 1677 establece que “Aunque por haber perecido la cosa se<br />

extinga la obligación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, podrá exigir al acreedor que se le cedan los<br />

<strong>de</strong>recho o acciones que tenga el <strong>de</strong>udor contra aquellos por cuyo hecho o<br />

culpa haya perecido la cosa”.<br />

En el hecho o culpa <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor se compren<strong>de</strong> el <strong>de</strong> las personas por<br />

quienes fuere responsable<br />

Así está dicho en el artículo 1679. Fueyo entien<strong>de</strong> que <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse<br />

que el <strong>de</strong>udor es responsable <strong>de</strong> las personas que están a su cuidado, principio<br />

contenido en el artículo 2320 inciso 1º.<br />

Responsabilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>spués que ha ofrecido la cosa al<br />

acreedor.<br />

336


Si la cosa se <strong>de</strong>struye en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, <strong>de</strong>spués que ha sido ofrecida<br />

al acreedor, y durante el retardo <strong>de</strong> éste en recibirla, no hace responsable al<br />

<strong>de</strong>udor sino por culpa grave o dolo (art. 1680).<br />

Requisitos <strong>de</strong> este modo <strong>de</strong> extinguir en las obligaciones <strong>de</strong> hacer<br />

Ya hemos explicado que el Código <strong>Civil</strong> no trató el tema. Esta omisión<br />

está reparada en el Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, cuyo artículo 534, expresa:<br />

“A más <strong>de</strong> las excepciones expresadas en el artículo 464, que sean aplicables<br />

al procedimiento <strong>de</strong> que trata este Título, podrá oponer el <strong>de</strong>udor la <strong>de</strong><br />

imposibilidad absoluta para la ejecución actual <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong>bida”.<br />

Requisitos <strong>de</strong> este modo <strong>de</strong> extinguir en las obligaciones <strong>de</strong> no hacer<br />

En una obligación <strong>de</strong> no hacer, el <strong>de</strong>udor la incumple cuando realiza<br />

aquello sobre lo que <strong>de</strong>bía abstenerse. El acreedor tiene <strong>de</strong>recho a que se exija<br />

al <strong>de</strong>udor que <strong>de</strong>shaga lo hecho, siempre que en conformidad al artículo 1555<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> sea posible <strong>de</strong>shacer lo hecho y que la <strong>de</strong>strucción sea<br />

necesaria para el objeto que se tuvo en vista al contratar. En tal caso, el <strong>de</strong>udor<br />

pue<strong>de</strong> oponer la excepción <strong>de</strong>l artículo 534 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento<br />

<strong>Civil</strong>: imposibilidad absoluta <strong>de</strong> <strong>de</strong>shacer lo hecho.<br />

LA PRESCRIPCIÓN<br />

El artículo 1567 Nº 10, señala a la prescripción como un modo <strong>de</strong><br />

extinguir las obligaciones. El inciso final <strong>de</strong> este artículo señala que la<br />

prescripción será tratada al fin <strong>de</strong> este Libro (libro IV). Y efectivamente, el<br />

código trata <strong>de</strong> la prescripción en el Título XLII <strong>de</strong>l Libro IV, artículos 2492 y<br />

siguientes hasta el artículo 2524.<br />

Clases <strong>de</strong> prescripción<br />

Como es sabido, la prescripción pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> dos <strong>cl</strong>ases: prescripción<br />

adquisitiva o usucapión, que es un modo <strong>de</strong> adquirir el dominio y los <strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong>rechos reales (arts. 588 y 2498 al 2513 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>); y prescripción<br />

extintiva o liberatoria, que es un modo <strong>de</strong> extinguir las acciones y <strong>de</strong>rechos<br />

ajenos. Trata <strong>de</strong> ella el párrafo 3º <strong>de</strong>l Título XLII, artículos 2514 y siguientes<br />

hasta el 2524.<br />

337


Definición<br />

El Código en el artículo 2492 <strong>de</strong>fine en forma conjunta a la prescripción<br />

adquisitiva y extintiva, señalando que “La prescripción es un modo <strong>de</strong> adquirir<br />

las cosas ajenas, o <strong>de</strong> extinguir las acciones y <strong>de</strong>rechos ajenos, por haberse<br />

poseído las cosas o no haberse ejercido dichas acciones y <strong>de</strong>rechos durante<br />

cierto lapso <strong>de</strong> tiempo, y concurriendo los <strong>de</strong>más requisitos legales” (inc. 1º).<br />

“Una acción o <strong>de</strong>recho se dice prescribir cuando se extingue por la<br />

prescripción”.<br />

De esta <strong>de</strong>finición global extraemos lo referente a la prescripción<br />

adquisitiva, resultándonos <strong>de</strong> ese modo, que la prescripción extintiva es un<br />

modo <strong>de</strong> extinguir las acciones y <strong>de</strong>rechos ajenos, por no haberse ejercido<br />

dichas acciones y <strong>de</strong>rechos durante un cierto lapso <strong>de</strong> tiempo, y concurriendo<br />

los <strong>de</strong>más requisitos legales.<br />

La prescripción sólo extingue la acción, no el <strong>de</strong>recho ni la<br />

obligación correlativa<br />

Si bien, como hemos dicho el artículo 1567 enumera a la prescripción<br />

como un modo <strong>de</strong> extinguir obligaciones, ello no es así, pues lo que se<br />

extingue con la prescripción es la acción para re<strong>cl</strong>amar el <strong>de</strong>recho, no el<br />

<strong>de</strong>recho mismo (ni la correlativa obligación), pues en conformidad al artículo<br />

1470 Nº 2, las obligaciones civiles extinguidas por prescripción pasan a<br />

transformarse en naturales.<br />

En el mismo error incurre el artículo 2520 “la prescripción que extingue<br />

las obligaciones se suspen<strong>de</strong>...”. En cambio, el nombre <strong>de</strong>l párrafo es<br />

a<strong>de</strong>cuado “De la prescripción como medio <strong>de</strong> extinguir las acciones<br />

judiciales”. Lo mismo los artículos 2515, 2516, 2517, 2518, 2521, 2522, 2524,<br />

que también hablan <strong>de</strong> “acciones”.<br />

Paralelo entre prescripción adquisitiva y extintiva<br />

Si bien ambas tienen elementos comunes, son <strong>cl</strong>aramente dos<br />

instituciones diversas. La prescripción adquisitiva es un modo <strong>de</strong> adquirir el<br />

dominio y los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>rechos reales; en cambio, la extintiva, es un modo <strong>de</strong><br />

extinguir las acciones <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos ajenos.<br />

338


Por consiguiente, por prescripción adquisitiva se pue<strong>de</strong> adquirir el<br />

dominio o cualquier otro <strong>de</strong>recho, con algunas excepciones respecto <strong>de</strong> cierto<br />

tipo <strong>de</strong> servidumbres (art. 2512 en relación con el art. 882). No se pue<strong>de</strong>n<br />

adquirir <strong>de</strong>rechos personales. Nadie pue<strong>de</strong> ganar el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> obligar a otro<br />

por prescripción.<br />

Otra diferencia importante es que en la prescripción adquisitiva, la<br />

posesión es requisito sine qua non. Para ganar por prescripción un <strong>de</strong>recho es<br />

necesario su posesión. Así lo dice el artículo 2492: “por haberse poseído<br />

las cosas...”. En cambio, la posesión no juega ningún rol respecto <strong>de</strong> la<br />

prescripción extintiva. Eso es lo que quiere significar el artículo 2514 al<br />

señalar que “la prescripción que extingue las acciones y <strong>de</strong>rechos ajenos exige<br />

solamente cierto lapso <strong>de</strong> tiempo, durante el cual no se hayan ejercido dichas<br />

acciones”.<br />

No obstante cumplir ambas prescripciones funciones distintas, tienen en<br />

común algunos elementos: a) la inactividad <strong>de</strong> una parte; y b) ambas cumplen<br />

la función <strong>de</strong> dar estabilidad a los <strong>de</strong>rechos y relaciones jurídicas. Ello explica<br />

que haya reglas comunes a ambas prescripciones (artículos 2493, 2494, 2497).<br />

Requisitos <strong>de</strong> la prescripción extintiva<br />

Los requisitos <strong>de</strong> la prescripción extintiva son los siguientes:<br />

1. Reglas comunes a toda prescripción;<br />

2. Acción prescriptible;<br />

3. Inactividad <strong>de</strong> las partes; y<br />

4. Tiempo <strong>de</strong> prescripción.<br />

1. Reglas comunes a toda prescripción<br />

Cuando hablamos <strong>de</strong> reglas comunes a toda prescripción queremos<br />

significar que operan tanto respecto <strong>de</strong> la prescripción adquisitiva como <strong>de</strong> la<br />

extintiva.<br />

Estas reglas son las siguientes:<br />

339


1.1 Toda prescripción <strong>de</strong>be ser alegada;<br />

1.2 Toda prescripción pue<strong>de</strong> ser renunciada una vez cumplida; y<br />

1.3 Corre por igual en contra <strong>de</strong> toda <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> personas.<br />

1.1 Toda prescripción <strong>de</strong>be ser alegada<br />

Así lo exige el artículo 2493: “El que quiera aprovecharse <strong>de</strong> la<br />

prescripción <strong>de</strong>be alegarla; el juez no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong><strong>cl</strong>ararla <strong>de</strong> oficio”. Ello es así<br />

por imperar en materia procesal civil el principio <strong>de</strong> la pasividad <strong>de</strong> los<br />

tribunales, consagrado en artículo 10 inciso lº <strong>de</strong>l Código Orgánico <strong>de</strong><br />

Tribunales.<br />

Hay a<strong>de</strong>más un par <strong>de</strong> buenas razones que justifican que la prescripción<br />

tenga que ser alegada. En primer lugar, el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be probar en juicio que se<br />

encuentran cumplidos los requisitos <strong>de</strong> la prescripción. En seguida, porque es<br />

necesario dar al acreedor la oportunidad procesal para que pueda renunciar a<br />

la prescripción (artículo 2494).<br />

En el caso <strong>de</strong> los comuneros, se ha fallado que “si la prescripción es<br />

alegada por uno <strong>de</strong> los comuneros <strong>de</strong>mandados, falla ultra petita la sentencia<br />

que la acoge en favor <strong>de</strong> todos ellos” (T. 22, sec. 1ª, p. 748). El fallo es lógico<br />

pues, como observa Rioseco Enríquez, entre los comuneros no hay unidad <strong>de</strong><br />

prestación respecto <strong>de</strong>l acreedor.<br />

Respecto <strong>de</strong> esta alegación, hay dos aspectos que parecen oportuno<br />

comentar, lo que haremos en los puntos siguientes.<br />

Forma <strong>de</strong> alegar la prescripción<br />

La prescripción adquisitiva sólo pue<strong>de</strong> alegarse como acción, mediante<br />

la reconvención. La prescripción extintiva, en cambio, pue<strong>de</strong> alegarse como<br />

acción y como excepción.<br />

Como excepción lo dice expresamente el artículo 310 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>, <strong>de</strong>biendo recordarse que es una <strong>de</strong> las excepciones que<br />

se pue<strong>de</strong>n plantear en cualquier estado <strong>de</strong> la causa pero “no se admitirán si no<br />

340


se alegan por escrito antes <strong>de</strong> la citación para sentencia en primera instancia, o<br />

<strong>de</strong> la vista <strong>de</strong> la causa en segunda”. En el caso <strong>de</strong>l juicio ejecutivo, la situación<br />

es distinta pues la prescripción extintiva -sea <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda o <strong>de</strong> la acción<br />

ejecutiva- sólo pue<strong>de</strong> oponerse en el escrito <strong>de</strong> excepciones (artículos 464 Nº<br />

17 y 465 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>).<br />

Se ha discutido por algunos si la prescripción extintiva se pueda alegar<br />

por vía <strong>de</strong> acción. Para ello se han dado diversas razones. Así por ejemplo, se<br />

ha dicho que no hay acción <strong>de</strong> nulidad, porque las acciones nacen <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>rechos, reales o personales (artículos 577, 578) y en el caso <strong>de</strong> la<br />

prescripción extintiva no habría ningún <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l cual pudiera <strong>de</strong>rivar<br />

(Héctor Mén<strong>de</strong>z Eyssautier); que no habría utilidad en la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

momento que el acreedor no está cobrando su crédito; que tendría un fondo<br />

inmoral. Ninguna <strong>de</strong> estos argumentos parece atendible. Respecto <strong>de</strong>l primero,<br />

la doctrina hoy día estima que para que haya acción basta que exista interés, y<br />

éste lo hay en el <strong>de</strong>udor, y consiste en ser liberado <strong>de</strong> la obligación, lo que<br />

sólo va a conseguir con la sentencia que <strong>de</strong><strong>cl</strong>are la prescripción. Y en algunos<br />

casos tiene particular importancia esta <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración, como ocurre cuando la<br />

<strong>de</strong>uda, cuya <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> prescripción se persigue, está garantizada con<br />

prenda o hipoteca.<br />

En cuando al argumento que sería inmoral que el mismo <strong>de</strong>udor, a<br />

sabiendas <strong>de</strong> que no ha pagado, solicitara la prescripción, no vemos por qué<br />

podría ser más inmoral ésto que alegar la misma por vía <strong>de</strong> excepción frente a<br />

una <strong>de</strong>manda <strong>de</strong>l acreedor.<br />

El principio es que si hay interés hay acción. Por ello, al tener el <strong>de</strong>udor<br />

interés en ser liberado <strong>de</strong> su obligación, nos parece incuestionable que pue<strong>de</strong><br />

alegar la prescripción extintiva como acción. Así, por lo <strong>de</strong>más, lo ha<br />

entendido la doctrina (Abeliuk, Somarriva, Emilio Rioseco E.). En el mimo<br />

sentido T. 33, sec. 1ª, p. 373; T. 41, sec. 1ª, p. 289; T. 45, sec. 2ª, p. 49; T. 64,<br />

sec. 1ª, p. 236, etc.). En contra T. 37, sec. 1ª, p. 348.<br />

La prescripción <strong>de</strong>be ser alegada con precisión<br />

La alegación <strong>de</strong> la prescripción no pue<strong>de</strong> ser hecha en términos<br />

generales, sino que el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong>be expresar <strong>de</strong> un modo preciso el tiempo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuando el plazo <strong>de</strong> prescripción ha empezado a correr. Así lo ha dicho<br />

la jurispru<strong>de</strong>ncia (T. 27, sec. 1ª, p. 549). Somarriva comentando esta<br />

sentencia, señala que “si el juez <strong>de</strong> oficio, entra a suplir la afirmación sobre<br />

341


cuándo comenzó la prescripción, la otra parte quedaría en situación<br />

<strong>de</strong>sventajosa, pues no se le habría oído sobre este punto”. En el mismo sentido<br />

Mén<strong>de</strong>z Eyssautier, Emilio Rioseco E.<br />

Excepciones a la regla <strong>de</strong> que toda prescripción <strong>de</strong>be ser alegada<br />

Hay algunos casos, en que no es necesario alegar la prescripción,<br />

<strong>de</strong>biendo el tribunal <strong>de</strong><strong>cl</strong>ararla <strong>de</strong> oficio. Ello ocurre en los casos siguientes:<br />

a) en la prescripción <strong>de</strong> la acción ejecutiva, pues el artículo 441 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, obliga al tribunal a examinar el título<br />

ejecutivo y el artículo siguiente señala que “el tribunal <strong>de</strong>negará la ejecución<br />

si el título presentado tiene más <strong>de</strong> 3 años, contados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se<br />

haya hecho exigible...”; y<br />

b) la prescripción <strong>de</strong> la acción penal y <strong>de</strong> la pena (art. 102 <strong>de</strong>l Código<br />

Penal.<br />

Respecto <strong>de</strong> la prescripción <strong>de</strong> la acción ejecutiva, se ha señalado, a<br />

nuestro juicio con razón, que más que un caso <strong>de</strong> prescripción es un caso <strong>de</strong><br />

caducidad, lo que tiene trascen<strong>de</strong>ncia para distintos efectos, v. gr.: que no es<br />

necesario alegar la prescripción, y no se suspen<strong>de</strong>. Así lo ha dicho la<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia (T. 18, sec. 1ª, p. 23).<br />

1.2 Toda prescripción pue<strong>de</strong> ser renunciada pero sólo una vez<br />

cumplida<br />

Así lo establece el articulo 2494 inciso 1º. Se explica la exigencia <strong>de</strong><br />

que esté cumplida, pues <strong>de</strong> hacerse antes <strong>de</strong>l vencimiento <strong>de</strong>l plazo, la actitud<br />

<strong>de</strong>l acreedor importaría una interrupción natural <strong>de</strong> la prescripción (artículo<br />

2518 inciso 2º). Así lo afirma Emilio Rioseco, comentado la sentencia<br />

publicada en el T. 43, sec. 1ª, p. 2: “Es requisito esencial que el plazo ya esté<br />

cumplido, porque si se encuentra aún en curso el acto abdicativo comportará<br />

más bien una interrupción natural <strong>de</strong> la prescripción”.<br />

A<strong>de</strong>más, si se aceptare la renuncia en forma anticipada, pasaría a ser<br />

<strong>cl</strong>áusula <strong>de</strong> estilo en todos los contratos, con lo que se per<strong>de</strong>ría el efecto<br />

estabilizador <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos que persigue la prescripción. Luis Contreras<br />

Aburto explica que “la institución <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n social y público que es la<br />

342


prescripción quedaría en completo <strong>de</strong>suso o, cuando menos, se <strong>de</strong>jaría al mero<br />

arbitrio <strong>de</strong> los particulares su aplicación”.<br />

La renuncia pue<strong>de</strong> ser expresa o tácita<br />

Es expresa cuando se hace en términos formales y explícitos; y es tácita<br />

“cuando el que pue<strong>de</strong> alegarla manifiesta por un hecho suyo que reconoce el<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l dueño o <strong>de</strong>l acreedor, por ejemplo, cuando cumplidas las<br />

condiciones legales <strong>de</strong> la prescripción, el poseedor <strong>de</strong> la cosa la toma en<br />

arriendo, o el que <strong>de</strong>be dineros pagara intereses o pi<strong>de</strong> plazo” (artículo 2494<br />

inciso 2º).<br />

La Corte <strong>de</strong> Santiago ha dicho que “la renuncia a una prescripción<br />

importa una manifestación inequívoca y unilateral <strong>de</strong> voluntad en or<strong>de</strong>n a<br />

abandonar la facultad <strong>de</strong> pedir que se <strong>de</strong><strong>cl</strong>are extinguido por la prescripción el<br />

<strong>de</strong>recho que otro tiene, manifestación <strong>de</strong> voluntad que <strong>de</strong>be hacerse sin<br />

compensación, por mera liberalidad o moralidad”. Y agregó que “la<br />

transacción tiene una naturaleza jurídica diversa <strong>de</strong> la renuncia <strong>de</strong> la<br />

prescripción” (T. 77, sec. 2ª, p. 28). Emilio Rioseco, comentando este fallo,<br />

expresa que “el contrato <strong>de</strong> transacción por sí solo no comporta una renuncia a<br />

la prescripción <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> las partes....”, pero agrega que “nada se opone<br />

a que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las estipulaciones <strong>de</strong> la transacción se contemple, entre las<br />

concesiones recíprocas que le son inherentes, una renuncia a alegar la<br />

prescripción que favorezca a alguna o a ambas partes. Pero sería -agrega- una<br />

renuncia expresa y no tácita”.<br />

También se ha fallado que el reconocimiento <strong>de</strong> firma no importa<br />

renuncia <strong>de</strong> la prescripción (T. 83, sec. 2ª, p. 56). Rioseco comentando este<br />

fallo, explica que “la confesión <strong>de</strong> <strong>de</strong>uda comporta un reconocimiento <strong>de</strong>l<br />

crédito y, por lo tanto, implica renuncia a la prescripción. Mientras que el<br />

reconocimiento <strong>de</strong> firma sólo confiere autenticidad al instrumento, pero nada<br />

agrega en relación con el crédito <strong>de</strong> modo que no impi<strong>de</strong> oponer con éxito la<br />

excepción <strong>de</strong> prescripción.<br />

La renuncia sólo pue<strong>de</strong> hacerse antes <strong>de</strong> alegar la prescripción (T. 84,<br />

sec. 3ª, p. 53). Con posterioridad, sólo cabe el <strong>de</strong>sistimiento <strong>de</strong> la prescripción<br />

(Rioseco).<br />

Capacidad para renunciar la prescripción<br />

343


En conformidad ala artículo 2495 “no pue<strong>de</strong> renunciar la prescripción<br />

sino el que pue<strong>de</strong> enajenar”.<br />

Efectos <strong>de</strong> la renuncia<br />

La renuncia <strong>de</strong> la prescripción es <strong>de</strong> efectos relativos, sólo afecta al que<br />

la hace. Luego, no alcanza a los terceros obligados. Por consiguiente, si el<br />

<strong>de</strong>udor renuncia a la prescripción, y la obligación se encontraba afianzada, la<br />

renuncia no afecta al fiador, quien <strong>de</strong> todos formas podrá oponer la excepción<br />

<strong>de</strong> prescripción. Así lo establece el artículo 2496: “El fiador podrá oponer al<br />

acreedor la prescripción renunciada por el principal <strong>de</strong>udor”. No obstante los<br />

términos limitativos <strong>de</strong> la norma -hace referencia únicamente a los fiadores-<br />

es obvio que el principio tiene alcances más amplios, habiéndose fallado que<br />

el tercer poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada pue<strong>de</strong> oponer la prescripción, aunque<br />

la haya renunciado el <strong>de</strong>udor personal” (T. 41, sec. 1ª, p. 368). Así lo entien<strong>de</strong><br />

la doctrina (Abeliuk, Emilio Rioseco).<br />

1.3 La prescripción corre igual contra toda <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> personas<br />

Así lo establece el artículo 2497: “Las reglas relativas a la prescripción<br />

se aplican igualmente a favor y en contra <strong>de</strong>l Estado, <strong>de</strong> las iglesias, <strong>de</strong> las<br />

municipalida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> los establecimientos y corporaciones nacionales, y <strong>de</strong> los<br />

individuos particulares que tienen la libre administración <strong>de</strong> sus bienes”.<br />

Esta norma tiene más bien una explicación histórica. Antiguamente se<br />

establecían plazos distintos para prescribir, consi<strong>de</strong>rando la calidad <strong>de</strong> las<br />

personas. Bello, quiso innovar y estableció la disposición que venimos<br />

comentando. A nuestro juicio, esta regla tiene hoy día respaldo constitucional,<br />

ya que “ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias”<br />

(artículo 19 Nº2, inc. final <strong>de</strong> la Carta Fundamental).<br />

Excepciones a la regla <strong>de</strong> la igualdad<br />

La parte final <strong>de</strong>l artículo 2497 <strong>de</strong>ja en <strong>cl</strong>aro que esta regla <strong>de</strong> la<br />

igualdad se aplica a los “particulares que tienen la libre disposición <strong>de</strong> lo<br />

suyo”. Lo anterior está dicho para compatibilizar esta disposición con la<br />

institución <strong>de</strong> la suspensión <strong>de</strong> la prescripción, <strong>de</strong> que trata en el artículo 2509,<br />

pues ésta implica que respecto <strong>de</strong> ciertas personas -las que indica el artículo<br />

2509- los plazos <strong>de</strong> prescripción se prolonguen.<br />

344


Nos parece que otra excepción pue<strong>de</strong> hallarse en el artículo 100 <strong>de</strong>l<br />

Código Penal, en cuanto establece que “cuando el reo se ausentare <strong>de</strong>l<br />

territorio <strong>de</strong> la República sólo podrá prescribir la acción penal o la pena<br />

contando por uno cada dos días <strong>de</strong> ausencia, para el cómputo <strong>de</strong> los años”.<br />

2. Acción prescriptible<br />

La regla es que toda acción sea prescriptible. Sin embargo, y por<br />

razones superiores, se establecen algunas excepciones: a) la acción <strong>de</strong><br />

partición (artículo 1317); b) la acción para re<strong>cl</strong>amar el estado civil <strong>de</strong> hijo<br />

legítimo (artículo 320); c) la acción <strong>de</strong> <strong>de</strong>marcación y cerramiento. Esto<br />

último, no lo dice expresamente la ley, pero así lo entien<strong>de</strong> la doctrina, por<br />

tratarse <strong>de</strong> una manifestación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> dominio, que no se extingue por<br />

el no uso. Creemos que en el mismo caso está la acción <strong>de</strong> precario (art. 2195<br />

inciso 2º).<br />

3. Inactividad <strong>de</strong> las partes<br />

Para que opere la prescripción extintiva se requiere que el acreedor<br />

haya observado una actitud pasiva. Con más exactitud, no <strong>de</strong>be haber<br />

requerido judicialmente a su <strong>de</strong>udor exigiéndole el cumplimiento <strong>de</strong> su<br />

obligación. De manera que la prescripción extintiva viene a ser una especie <strong>de</strong><br />

sanción para el acreedor indolente que <strong>de</strong>ja pasar períodos prolongados, sin<br />

hacer efectivos sus créditos.<br />

Pero no basta con la inactividad <strong>de</strong>l acreedor. También el <strong>de</strong>udor tiene<br />

que haber mantenido una actitud pasiva pues, en caso contrario, se produce<br />

una interrupción natural que obsta a la prescripción (artículo 2518 inc. 2º) (T.<br />

60, sec. 2º, p. 130).<br />

Interrupción <strong>de</strong> la prescripción extintiva<br />

El artículo 2518 señala que “la prescripción que extingue las acciones<br />

ajenas pue<strong>de</strong> interrumpirse, ya naturalmente, ya civilmente” (inc. 1º). “Se<br />

interrumpe naturalmente por el hecho <strong>de</strong> reconocer el <strong>de</strong>udor la obligación, ya<br />

expresa, ya tácitamente” (inc. 2º). “Se interrumpe civilmente, por la <strong>de</strong>manda<br />

judicial; salvo los casos enumerados en el artículo 2503” (inc. 3º).<br />

345


Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir entonces que la interrupción es el hecho impeditivo <strong>de</strong> la<br />

prescripción que se produce al cesar la inactividad <strong>de</strong>l acreedor o <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.<br />

En el primer caso, la interrupción será civil; en el segundo, natural.<br />

Interrupción natural<br />

Se produce por el hecho <strong>de</strong> reconocer el <strong>de</strong>udor la obligación, ya<br />

expresa, ya tácitamente (artículo 2518 inc. 2º). La norma es bastante amplia,<br />

por lo queda comprendido cualquier acto que suponga reconocimiento <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>uda: ej. pedir prórrogas; hacer abonos, pagar intereses por la <strong>de</strong>uda, etc. Ya<br />

hemos explicado, que este reconocimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor tiene que hacerse<br />

mientras el plazo <strong>de</strong> prescripción está pendiente, pues, en caso contrario, esa<br />

actitud constituye una renuncia tácita a la prescripción (art. 2494 inc. 2º). En<br />

este sentido T. 43, sec. 1ª, p. 2.<br />

Algunos autores -Fueyo, Héctor Escribar Mandiola- entien<strong>de</strong>n que<br />

importando la interrupción natural y la renuncia <strong>de</strong> la prescripción actos <strong>de</strong><br />

igual naturaleza, en que sólo varía el tiempo en que se realizan, <strong>de</strong>bería<br />

exigirse también en este caso capacidad <strong>de</strong> disposición (artículo 2495).<br />

En relación con la interrupción natural se ha fallado que “el<br />

reconocimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>uda e hipoteca en una escritura pública, interrumpe<br />

naturalmente la prescripción que extingue las acciones ajenas” (Gaceta<br />

Jurídica Nº 122, p. 33).<br />

Interrupción civil<br />

El artículo 2518, en su inciso 3º, expresa que “se interrumpe civilmente<br />

(la prescripción) por la <strong>de</strong>manda judicial; salvos los casos enumerados en el<br />

artículo 2.503”.<br />

Requisitos para que exista interrupción civil<br />

Relacionado los artículos 2518 y 2503, se tiene, que para que haya<br />

interrupción civil, <strong>de</strong>ben cumplirse los siguientes requisitos:<br />

a) <strong>de</strong>manda judicial;<br />

b) notificación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda;<br />

346


c) que no se haya producido alguna <strong>de</strong> las situaciones contempladas en<br />

el artículo 2503 (abandono <strong>de</strong>l procedimiento, <strong>de</strong>sistimiento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda o<br />

sentencia absolutoria).<br />

a) Debe haber <strong>de</strong>manda judicial<br />

El artículo 2518 inc. 3º, es absolutamente <strong>cl</strong>aro “se interrumpe<br />

civilmente por la <strong>de</strong>manda judicial....”. Con más precisión ha dicho la Corte<br />

Suprema que “la interrupción civil no <strong>de</strong>riva tanto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda que la<br />

origina como <strong>de</strong> la sentencia que acoge esa <strong>de</strong>manda” (T. 44, sec. 1ª, p. 486).<br />

En todo caso, es <strong>cl</strong>aro que ningún requerimiento privado es suficiente para<br />

interrumpir la prescripción.<br />

A pesar <strong>de</strong> que la norma parece <strong>cl</strong>ara, ha habido dudas sobre el alcance<br />

<strong>de</strong> la expresión “<strong>de</strong>manda judicial”. El problema radica en <strong>de</strong>terminar si<br />

cualquier gestión judicial es suficiente para interrumpir la prescripción o, si,<br />

por el contrario, tiene que tratarse <strong>de</strong> la contemplada en el artículo 254 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, <strong>de</strong>stinada a hacer efectiva la obligación. La<br />

discusión se ha planteado especialmente en relación con las gestiones<br />

preparatorias <strong>de</strong> la vía ejecutiva. ¿Constituyen éstas, una <strong>de</strong>manda judicial,<br />

capaz <strong>de</strong> interrumpir la prescripción?. Lo mismo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse, en el caso en<br />

que existe una medida prejudicial o prejudicial precautoria.<br />

La doctrina y jurispru<strong>de</strong>ncia está dividida en este punto. Así, por<br />

ejemplo, Fueyo, cree que tiene que tratarse <strong>de</strong> una <strong>de</strong>manda formal. En<br />

cambio, Escribar. Lo mismo, Abeliuk. Respecto a la jurispru<strong>de</strong>ncia, están por<br />

el sentido amplio los siguientes fallos (T. 46, sec. 1ª, p. 647; T. 50, sec. 1ª, p.<br />

320; T. 52, sec. 1ª, p. 185; T. 60, sec. 2ª, p. 130; Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 264, p.<br />

394). Por la tesis contraria (T. 36, sec. 1ª, p. 225; T. 74, sec. 4º, p. 298; T. 83,<br />

sec. 1ª, p. 41).<br />

Por otra parte, <strong>de</strong>be tenerse en cuenta que para que la <strong>de</strong>manda<br />

interrumpa la prescripción, “<strong>de</strong>be existir una conexión directa entre la acción<br />

ejercida y la acción <strong>de</strong> cuya extinción prescriptiva se trata” (Emilio Rioseco).<br />

En relación con el requisito que estamos estudiando, se ha fallado en<br />

forma reiterada, que la <strong>de</strong>manda presentada ante tribunal incompetente<br />

interrumpe la prescripción, lo que parece atendible <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que <strong>de</strong>saparece la<br />

situación <strong>de</strong> pasividad <strong>de</strong>l acreedor que es el supuesto <strong>de</strong> la prescripción<br />

347


extintiva. En este sentido T. 44, sec. 1ª, p. 130; T. 52, sec. 1ª, p. 145; T. 62,<br />

sec. 3ª, p. 69; y T. 66, sec. 3ª, p. 78.<br />

Se ha fallado que si un ejecutante ejerce la acción <strong>de</strong> cobro que emana<br />

<strong>de</strong> un pagaré y no la que emana <strong>de</strong> la hipoteca -que la sociedad <strong>de</strong>mandada<br />

constituyó sobre un bien propio para respon<strong>de</strong>r al pago íntegro y oportuno <strong>de</strong><br />

todas las obligaciones que tenía o pudiere tener en el futuro- se <strong>de</strong>be aplicar en<br />

materia <strong>de</strong> prescripción las normas <strong>de</strong>l artículo 100 <strong>de</strong> la ley 18.092, por lo<br />

que <strong>de</strong>be acogerse la excepción <strong>de</strong> prescripción si ha transcurrido más <strong>de</strong> un<br />

año entre el vencimiento <strong>de</strong>l pagaré y la notificación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda.(Fallos <strong>de</strong>l<br />

Mes Nº 453, sent. 18). En el mismo sentido Fallos <strong>de</strong>l Mes Nº 452, sent. 10, p.<br />

1381).<br />

b) Notificación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda<br />

Para que opere la interrupción no basta la presentación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda,<br />

sino que es necesario que esta se encuentre legalmente notificada.<br />

Tradicionalmente se ha entendido que para que opere la interrupción, la<br />

<strong>de</strong>manda tiene que notificarse antes <strong>de</strong>l vencimiento <strong>de</strong>l plazo <strong>de</strong> prescripción.<br />

Ello por aplicación <strong>de</strong>l artículo 2503, Nº 1. Sin embargo, una sentencia <strong>de</strong> la<br />

Corte <strong>de</strong> Valparaíso, ha establecido que “la interrupción civil <strong>de</strong> la<br />

prescripción se cuenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la presentación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda o <strong>de</strong>l recurso<br />

judicial, y si bien sin su notificación ella carece <strong>de</strong> significado procesal, una<br />

vez efectuada la notificación se retrotrae en sus efectos a la fecha <strong>de</strong> la<br />

presentación <strong>de</strong> aquélla” (T. 60, sec. 2ª, p. 130).<br />

Cabe agregar que el fallo <strong>de</strong> la Corte <strong>de</strong> Valparaíso, recién citado, no ha<br />

hecho escuela y es así como la Excma Corte Suprema, en sentencia publicada<br />

en T. 88, sec. 1ª, p. 102, vuelve a la tesis tradicional <strong>de</strong> que la notificación<br />

tiene que hacerse antes <strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong>l plazo.<br />

c) Que no se haya producido alguna <strong>de</strong> las situaciones previstas<br />

en el artículo 2503<br />

No obstante haberse <strong>de</strong>mandado con oportunidad, no se produce la<br />

interrupción civil en los casos que señala el artículo 2503, esto es:<br />

1);<br />

1) cuando la <strong>de</strong>manda no ha sido notificada en forma legal (art. 2503 Nº<br />

348


2) cuando el actor se ha <strong>de</strong>sistido <strong>de</strong> su <strong>de</strong>manda (artículos 148 al 151<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>) (2503 Nº 2)<br />

3) cuando se ha producido el abandono <strong>de</strong>l procedimiento (es lo que<br />

antes <strong>de</strong> ley 18.705 <strong>de</strong>l 24 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1988, se llamaba abandono <strong>de</strong> la<br />

instancia, materia reglamentada en los artículos 152 a 157 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>) (2503 Nº 2) y<br />

4) cuando el <strong>de</strong>mandado obtuvo sentencia absolutoria (2503 Nº 3).<br />

Respecto <strong>de</strong> este punto, se ha fallado que no constituye sentencia<br />

absolutoria la que rechaza la <strong>de</strong>manda ejecutiva por faltar la ejecutividad <strong>de</strong>l<br />

titulo (T. 46, sec. 1ª, p. 186). También se ha resuelto que la sentencia que<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>ara la incompetencia <strong>de</strong>l tribunal no es absolutoria y por lo tanto ha<br />

operado la interrupción <strong>de</strong> la prescripción (T. 89, sec. 3ª, p. 246).<br />

Efectos <strong>de</strong> la interrupción<br />

El efecto <strong>de</strong> la interrupción, civil o natural, es hacer per<strong>de</strong>r todo el<br />

tiempo anterior. Favorece, en consecuencia, al acreedor y perjudica al <strong>de</strong>udor.<br />

La regla es que los efectos sean relativos, pues si es civil, supone un<br />

juicio que sólo afecta a las partes litigantes (art. 3 inc. 2º); y si es natural<br />

importa una manifestación <strong>de</strong> voluntad, expresa o tácita, que sólo produce<br />

efectos para quien la hace. Esta regla está consignada en el artículo 2519,<br />

primera parte: “La interrupción que obra en favor <strong>de</strong> uno o varios<br />

coacreedores, no aprovecha a los otros, ni la que obra en perjuicio <strong>de</strong> uno <strong>de</strong><br />

varios co<strong>de</strong>udores, perjudica a los otros...”.<br />

Excepciones a esta regla:<br />

1. En el caso <strong>de</strong> la solidaridad. Así lo consigna el mismo artículo 2519,<br />

en su parte final: “a menos que haya solidaridad, y no se haya ésta renunciado<br />

en los términos <strong>de</strong>l artículo 1516”. Una excepción a esta regla se encuentra en<br />

el artículo 100 <strong>de</strong> la ley 18.092, sobre letras <strong>de</strong> cambio, pues no obstante que<br />

todos los obligados al pago se encuentran obligados solidariamente, “la<br />

prescripción se interrumpe sólo respecto <strong>de</strong>l obligado a quien se notifique la<br />

<strong>de</strong>manda judicial <strong>de</strong> cobro <strong>de</strong> la letra, o la gestión judicial necesaria o<br />

349


conducente para <strong>de</strong>ducir dicha <strong>de</strong>manda o preparar la ejecución”. Véase<br />

sentencia T. 82, sec. 1ª, p. 92.<br />

2. Cuando las obligaciones son indivisibles. Al respecto dice el artículo<br />

1529: “La prescripción interrumpida respecto <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>udores <strong>de</strong> la<br />

obligación indivisible, lo es igualmente respecto <strong>de</strong> los otros”. Al respecto se<br />

ha fallado que tratándose <strong>de</strong> la obligación <strong>de</strong> suscribir un contrato <strong>de</strong><br />

compraventa (obligación <strong>de</strong> hacer generada <strong>de</strong> un contrato <strong>de</strong> promesa), ”la<br />

notificación a un comunero interrumpe la prescripción respecto <strong>de</strong> todos, por<br />

tratarse <strong>de</strong> una obligación indivisible. (T. 75, sec. 2ª, p. 538)<br />

La interrupción <strong>de</strong> la prescripción <strong>de</strong> la obligación principal<br />

interrumpe la prescripción <strong>de</strong> la obligación accesoria<br />

Se ha planteado el problema <strong>de</strong> resolver qué ocurre con la prescripción<br />

<strong>de</strong> las obligaciones accesorias, cuando se ha producido la interrupción <strong>de</strong> la<br />

obligación principal. Ejemplo, se constituye una hipoteca para garantizar una<br />

<strong>de</strong>uda ajena. El <strong>de</strong>udor principal, solicita una prórroga (interrupción natural)<br />

¿le afecta ésta al tercer poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada?.<br />

Si aplicamos la regla <strong>de</strong> que la interrupción es <strong>de</strong> efectos relativos<br />

habría que enten<strong>de</strong>r que sólo afectaría al <strong>de</strong>udor principal, pero no al tercer<br />

poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada, con<strong>cl</strong>usión que repugna con el principio<br />

accesorio <strong>de</strong> toda caución. Por ello nos parece correcta la sentencia que<br />

resuelve que “la interrupción <strong>de</strong> la prescripción <strong>de</strong> la obligación principal<br />

interrumpe la prescripción <strong>de</strong> la acción hipotecaria (T. 48, sec. 1ª, p. 231). En<br />

el mismo sentido, T. 88, sec. 2º, p. 20; T. 88, sec. 2º, p. 46; T. 88, sec. 1ª, p.<br />

64; T. 89, sec. 2ª, p. 46; T. 89, sec. 1ª, p. 178; T. 89, sec. 1ª, p. 194. En sentido<br />

contrario se ha resuelto que “la notificación civil <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda al <strong>de</strong>udor<br />

principal, no interrumpe civilmente la prescripción que corre contra el tercer<br />

poseedor, según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo establecido en los artículos 100 <strong>de</strong> la ley<br />

18.092 y 2519 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>” (Gaceta Jurídica Nº 122, p. 33). Este fallo se<br />

explica por lo que dispone el inciso 1º <strong>de</strong>l artículo 100 <strong>de</strong> la ley 18.092 “La<br />

prescripción se interrumpe sólo respecto <strong>de</strong>l obligado a quien se le notifique la<br />

<strong>de</strong>manda judicial <strong>de</strong> cobro <strong>de</strong> la letra...”.<br />

Emilio Rioseco, comenta la sentencia <strong>de</strong>l T. 48, sec. 1ª, p. 231 en los<br />

siguientes términos: “Las acciones accesorias, como la que tiene el acreedor<br />

contra el tercer poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada o contra el fiador, no tienen un<br />

plazo propio <strong>de</strong> prescripción, sino que corren la suerte <strong>de</strong> la acción principal<br />

350


(art. 2516 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>). De don<strong>de</strong> se sigue que, interrumpida la<br />

prescripción <strong>de</strong> esta última, el acto interruptivo es oponible al tercer poseedor<br />

y al fiador en su caso. Estos no pue<strong>de</strong>n alegar la prescripción”. Y en seguida,<br />

agrega “A la inversa, la interrupción <strong>de</strong> la prescripción <strong>de</strong> la acción accesoria<br />

no afecta a la prescripción <strong>de</strong> la acción principal, pudiendo oponer esta última<br />

el <strong>de</strong>udor al acreedor <strong>de</strong>mandante”. Sobre este punto también se ha fallado que<br />

“por el propio carácter accesorio <strong>de</strong> la hipoteca, no pue<strong>de</strong> sostenerse que la<br />

notificación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sposeimiento practicada al tercer poseedor <strong>de</strong> la finca<br />

hipotecada afecta o perjudica al <strong>de</strong>udor principal, ya que la obligación <strong>de</strong> éste<br />

tiene vida propia e in<strong>de</strong>pendiente y no pue<strong>de</strong>, en consecuencia, verse dañada<br />

por el ejercicio <strong>de</strong> la acción hipotecaria, como lo confirma el artículo 2425 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>. Por otra parte, si, como lo establece el artículo 2519 <strong>de</strong> ese texto<br />

legal, la interrupción que obra en perjuicio <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> varios co<strong>de</strong>udores no<br />

perjudica a los otros, salvo que sean solidarios, es razonablemente insostenible<br />

que la interrupción que obra en perjuicio <strong>de</strong> una persona que ni siquiera es<br />

propiamente <strong>de</strong>udor -caso <strong>de</strong>l tercer poseedor <strong>de</strong> la finca hipotecada- pueda<br />

obrar en contra <strong>de</strong>l único <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> la obligación principal” (Gaceta Jurídica<br />

Nº 138, p. 103).<br />

4. Tiempo <strong>de</strong> prescripción<br />

En relación con este requisito, que es el más característico <strong>de</strong> la<br />

prescripción extintiva, <strong>de</strong>bemos distinguir entre:<br />

4.1 Prescripciones <strong>de</strong> largo tiempo<br />

Y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ésta, <strong>de</strong>bemos subdistinguir entre: a) prescripciones <strong>de</strong><br />

acciones personales ordinarias; b) prescripciones <strong>de</strong> acciones ejecutivas, c)<br />

prescripciones <strong>de</strong> obligaciones accesorias; d) prescripciones <strong>de</strong> acciones<br />

reales <strong>de</strong> dominio y herencia; y e) prescripciones reales provenientes <strong>de</strong> las<br />

limitaciones <strong>de</strong>l dominio<br />

4.2 Prescripciones <strong>de</strong> corto tiempo;<br />

4.3 Prescripciones especiales.<br />

Es importante tener presente que en toda prescripción extintiva “el<br />

tiempo se cuenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se haya hecho exigible” (art. 2514<br />

inc. 2º) Al respecto, se ha resuelto que el plazo <strong>de</strong> prescripción <strong>de</strong> la acción<br />

para cobrar los honorarios <strong>de</strong>vengados por una Corredora <strong>de</strong> Propieda<strong>de</strong>s por<br />

351


su intervención en la venta <strong>de</strong> un inmueble -plazo <strong>de</strong> un año- se <strong>de</strong>be contar<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong> celebración <strong>de</strong>l contrato <strong>de</strong> venta <strong>de</strong> la propiedad en que<br />

incidió el corretaje, no obstante que el mandato respectivo le había sido<br />

revocado con antelación, porque a partir <strong>de</strong> la venta se hizo exigible su<br />

<strong>de</strong>recho a cobrarlo (Corte Suprema 19 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1993, Fallos <strong>de</strong>l Mes,<br />

Nº 443, sent. 12, p. 1392).<br />

4.1 Prescripciones <strong>de</strong> largo tiempo<br />

a) Prescripción <strong>de</strong> las acciones personales ordinarias<br />

Es <strong>de</strong> 5 años contados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se ha hecho exigible (art.<br />

2515 inc. 1º).<br />

b) Prescripción <strong>de</strong> la acción ejecutiva<br />

Es <strong>de</strong> tres años, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se ha hecho exigible (art. 2515<br />

inc. 1º). Esta regla tiene algunas excepciones, en que la ley ha fijado plazos<br />

especiales, como ocurre, por ejemplo, con el cheque protestado en que la<br />

acción contra los obligados prescribe en un año contado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fecha <strong>de</strong>l<br />

protesto (art. 34 <strong>de</strong> la Ley sobre cuentas Corrientes Bancarias y Cheques,<br />

D.F.L. 707 <strong>de</strong> 21 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1982).<br />

En el caso <strong>de</strong> la acción cambiaria <strong>de</strong>l portador <strong>de</strong> una letra cambio o<br />

pagaré contra los obligados al pago, prescribe en un año contado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

vencimiento <strong>de</strong>l documento (art. 98 <strong>de</strong> la ley 18.092). Se ha resuelto que,<br />

como la ley no distingue entre la acción ejecutiva y ordinaria, <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse<br />

que en ese plazo <strong>de</strong> un año prescriben ambas.(Gaceta Jurídica Nº 124, p. 15;<br />

Gaceta Jurídica Nº 108, p. 54)<br />

Respecto <strong>de</strong> la prescripción <strong>de</strong> la acción ejecutiva, cabe tener presente<br />

lo siguiente:<br />

1. Que transcurridos 3 años, la acción ejecutiva se transforma en<br />

ordinaria por 2 años más (art. 2515 inc. 2º); y<br />

2. Que pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong><strong>cl</strong>arada <strong>de</strong> oficio, <strong>de</strong> acuerdo al artículo 442 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, lo que ha hecho a un sector <strong>de</strong> la doctrina<br />

afirmar que se trata <strong>de</strong> un caso <strong>de</strong> caducidad más que <strong>de</strong> prescripción<br />

(Abeliuk, Somarriva). Tiene una opinión contraria Emilio Rioseco Enríquez,<br />

352


para quien “esta tesis no es aceptable sin reparo, ya que en este caso la<br />

extinción no opera <strong>de</strong> pleno <strong>de</strong>recho y los artículos 2518 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, en<br />

cuanto a la interrupción, y el 2509, en cuanto a la suspensión, son aplicables<br />

tanto a las acciones ordinarias como a las ejecutivas (art. 2514), características<br />

propias <strong>de</strong> la prescripción extintiva y no <strong>de</strong> la caducidad”.<br />

3. Que el solo reconocimiento por el <strong>de</strong>udor <strong>de</strong> la vigencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda<br />

no importa renuncia <strong>de</strong> la prescripción <strong>de</strong> la acción ejecutiva. Así ha sido<br />

fallado (Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 451, sent. 4, p. 1126). La sentencia se funda en el<br />

artículo 442 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, que obliga al tribunal a<br />

<strong>de</strong>negar la ejecución “si el título presentado tiene más <strong>de</strong> 3 años, contados<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la obligación se haya hecho exigible, salvo que se compruebe la<br />

subsistencia <strong>de</strong> la acción ejecutiva por alguno <strong>de</strong> los medios que sirven para<br />

<strong>de</strong>ducir esta acción en conformidad al artículo 434. En el caso <strong>de</strong> autos no se<br />

probó por la ejecutante la subsistencia <strong>de</strong> la acción ejecutiva por alguno <strong>de</strong> los<br />

medios que sirven para <strong>de</strong>ducir la acción ejecutiva, sino que sólo se probó que<br />

el <strong>de</strong>udor hizo abonos a la <strong>de</strong>uda, consignándolo así en un memorándum”.<br />

c) Prescripción <strong>de</strong> las obligaciones accesorias<br />

Se refiere a estas obligaciones el artículo 2516:”La acción hipotecaria,<br />

y las <strong>de</strong>más que procedan <strong>de</strong> una obligación accesoria, prescriben junto con la<br />

obligación principal a que acce<strong>de</strong>n”.<br />

Luego, las acciones provenientes <strong>de</strong> las cauciones reales o personales<br />

no tienen un plazo propio <strong>de</strong> prescripción sino que, en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong><br />

lo accesorio, prescriben junto con la obligación principal que garantizan. Por<br />

ello, si se está asegurando, por ejemplo, con hipoteca el pago <strong>de</strong> un honorario<br />

profesional, como esa obligación prescribe en dos años (art. 2521, inc. 2º), en<br />

el mismo tiempo prescribirá la acción hipotecaria. En relación con lo que se<br />

viene diciendo, la Corte <strong>de</strong> Santiago en fallo <strong>de</strong>l 15 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1989<br />

resolvió que “La acción hipotecaria no tiene un plazo fijo y propio <strong>de</strong><br />

prescripción, sino que prescribe junto con la obligación principal a la que<br />

acce<strong>de</strong>, el que es <strong>de</strong> un año, cuando la obligación garantizada emana <strong>de</strong> un<br />

pagaré (artículo 2516 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> y 98 <strong>de</strong> la ley 18.092 (Gaceta Jurídica<br />

Nº 122, p. 33).<br />

La Corte <strong>de</strong> Punta Arenas, el 29 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1991, falló que “<strong>de</strong>be<br />

acogerse la excepción <strong>de</strong> prescripción <strong>de</strong>ducida por el tenedor <strong>de</strong> la finca<br />

hipotecada, si entre el vencimiento <strong>de</strong> la obligación caucionada y la<br />

353


notificación <strong>de</strong> la gestión previa <strong>de</strong> <strong>de</strong>sposeimiento <strong>de</strong> la finca hipotecada ha<br />

transcurrido el plazo <strong>de</strong> prescripción extintiva <strong>de</strong>l artículo 2513, inciso 1º <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>, (la referencia <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse hecha al 2515 inciso 1º) <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que la acción hipotecaria prescribe junto con la obligación principal, según el<br />

artículo 2516 <strong>de</strong>l citado cuerpo legal”. Esta sentencia es comentada<br />

favorablemente por los profesores Ramón Domínguez Benavente y Ramón<br />

Domínguez Aguila (“Prescripción <strong>de</strong> la Acción Hipotecaria. Interrupción<br />

<strong>Civil</strong>”, Revista <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Universidad <strong>de</strong> Concepción Nº 190, pp. 160-163).<br />

d) Prescripciones <strong>de</strong> acciones reales <strong>de</strong> dominio y <strong>de</strong> herencia<br />

Se refiere a ellas, el artículo 2517: “Toda acción por la cual se re<strong>cl</strong>ama<br />

un <strong>de</strong>recho se extingue por la prescripción adquisitiva <strong>de</strong>l mismo <strong>de</strong>recho”.<br />

Ello quiere <strong>de</strong>cir que, en el caso <strong>de</strong>l dominio, por ejemplo, la acción para<br />

re<strong>cl</strong>amarlo -acción reivindicatoria- se va a extinguir cuando un tercero haya<br />

adquirido la cosa por prescripción adquisitiva. Ello explica que la acción<br />

reivindicatoria no tenga un plazo propio <strong>de</strong> prescripción, pudiendo<br />

interponerse mientras se sea dueño <strong>de</strong> la cosa. Lo mismo, estimamos, ocurre<br />

con la acción <strong>de</strong> precario (art. 2195 inc. 2º).<br />

Por la misma razón, la acción <strong>de</strong> petición <strong>de</strong> herencia va a prescribir en<br />

el plazo <strong>de</strong> 10 ó 5 años, que son los plazos <strong>de</strong> prescripción adquisitiva <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> herencia, en conformidad a los artículos 2512 Nº 1 en relación con<br />

el artículo 704 Nº 4 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>. Cabe agregar, sin embargo, que como el<br />

artículo 1269, señala que “el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> petición <strong>de</strong> herencia expira en 10<br />

años...” llevó a la Corte Suprema a con<strong>cl</strong>uir que se trataba <strong>de</strong> una prescripción<br />

extintiva, (T. 33, sec. 1ª, p. 406) lo que es un error, pues la norma que <strong>de</strong>be<br />

aplicarse es el artículo 2517.<br />

e) Prescripciones especiales en el caso <strong>de</strong> las limitaciones <strong>de</strong>l<br />

dominio<br />

Debe distinguirse entre los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> usufructo, uso y habitación, por<br />

un lado, y <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> servidumbre, por otro.<br />

En el caso <strong>de</strong>l usufructo, <strong>de</strong>ben diferenciarse dos situaciones:<br />

a) la acción para re<strong>cl</strong>amar el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> usufructo poseído por un<br />

tercero, se podrá intentar en cualquier tiempo mientras este tercero no haya<br />

adquirido el usufructo por prescripción adquisitiva. Se aplica el artículo 2517.<br />

354


) el cuadro se complica, en el caso en que el usufructuario re<strong>cl</strong>ame su<br />

<strong>de</strong>recho al nudo propietario pues el artículo 806, señala que “El usufructo se<br />

extingue también: por prescripción”. Ello ha llevado a Claro Solar a afirmar<br />

que en este caso -cuando usufructuario no re<strong>cl</strong>ama su <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> usufructo al<br />

nudo propietario- su <strong>de</strong>recho se extingue por prescripción extintiva. En el<br />

mismo sentido Abeliuk. En contra <strong>de</strong> esta opinión está la <strong>de</strong> Arturo<br />

Alessandri, quien ”estima que para que prescriba el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> usufructo no<br />

basta el simple no uso, pues las acciones para re<strong>cl</strong>amar un <strong>de</strong>recho se<br />

extinguen por la prescripción adquisitiva <strong>de</strong>l mismo <strong>de</strong>recho (art. 2517) y,<br />

a<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las concepciones <strong>de</strong> nuestro Código <strong>Civil</strong>, el usufructuario<br />

tiene el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> dominio sobre su usufructo, dominio que no pier<strong>de</strong><br />

mientras otra persona no lo haya ganado por prescripción adquisitiva”.<br />

Lo que acabamos <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> usufructo, es aplicable<br />

también a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> uso y habitación, atendido lo dispuesto en el<br />

artículo 812 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>.<br />

Finalmente, en el caso <strong>de</strong> las servidumbres, si el titular las <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />

gozar durante 3 años, se produce la prescripción extintiva, <strong>de</strong> acuerdo al<br />

artículo 885 Nº5.<br />

Suspensión <strong>de</strong> la prescripción extintiva <strong>de</strong> largo tiempo<br />

La suspensión <strong>de</strong> la prescripción es un beneficio especial que la ley<br />

otorga a <strong>de</strong>terminadas personas -las indicadas en el artículo 2509 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>- <strong>de</strong> que no corra el plazo <strong>de</strong> prescripción en su contra.<br />

En el caso <strong>de</strong> la prescripción extintiva, el artículo 2520, establece que<br />

“La prescripción que extingue las obligaciones se suspen<strong>de</strong> en favor <strong>de</strong> las<br />

personas enumeradas en los números 1º y 2º <strong>de</strong>l artículo 2509 (inc. 1º)<br />

“Transcurridos 10 años no se tomarán en cuenta las suspensiones mencionadas<br />

en el inciso prece<strong>de</strong>nte”<br />

Esta suspensión se aplica a la prescripción extintiva ordinaria, no a la<br />

ejecutiva (T. 18, sec. 1ª, p. 23), lo que se explica por tratarse <strong>de</strong> un caso <strong>de</strong><br />

caducidad más que <strong>de</strong> prescripción. La sentencia es comentada<br />

favorablemente por Somarriva, ob. cit., sent. 150, pág. 106. Sin embargo, le<br />

merece reparos a Emilio Rioseco, quien estima que esta con<strong>cl</strong>usión no tiene<br />

asi<strong>de</strong>ro en la ley.<br />

355


4.2 Prescripciones <strong>de</strong> corto tiempo<br />

El párrafo IV <strong>de</strong>l Título 42 <strong>de</strong>l Libro IV <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, artículos<br />

2521 al 2524, tratan “De ciertas acciones que prescriben en corto tiempo”.<br />

Se trata <strong>de</strong> casos especiales, que constituyen excepciones a la regla <strong>de</strong><br />

prescripción <strong>de</strong>l artículo 2515. Se <strong>cl</strong>asifican en:<br />

1. Prescripciones <strong>de</strong> 3 años (art. 2521, inc. 1º);<br />

2. Prescripciones <strong>de</strong> 2 años (art. 2521, inc. 2º);<br />

3. Prescripciones <strong>de</strong> l año (art. 2522);<br />

Las tres primeras categorías se rigen por las mismas reglas; no así la<br />

ultima, que tiene algunas especiales, y por ello, la trataremos en forma<br />

separada.<br />

1. Prescripciones <strong>de</strong> 3 años<br />

Están contempladas en el artículo 2521 inc. 1º: “Prescriben en tres años<br />

las acciones a favor o en contra <strong>de</strong>l Fisco y <strong>de</strong> las Municipalida<strong>de</strong>s<br />

provenientes <strong>de</strong> toda <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> impuestos”.<br />

Respecto <strong>de</strong> estas prescripciones, cabe formular los siguientes alcances:<br />

- Se refieren ex<strong>cl</strong>usivamente a las acciones relativas a impuestos; y<br />

- El Código Tributario y otras leyes particulares, contemplan normas<br />

sobre prescripción <strong>de</strong> ciertas obligaciones tributarias, que por ser especiales<br />

<strong>de</strong>ben aplicarse con preferencia a las <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>. Especial importancia<br />

presentan los artículos 200 al 202 <strong>de</strong>l Código Tributario.<br />

2. Prescripciones <strong>de</strong> dos años (prescripción <strong>de</strong> honorarios <strong>de</strong> los<br />

profesionales liberales)<br />

El artículo 2521 inciso 2º, establece que: “Prescriben en dos años los<br />

honorarios <strong>de</strong> jueces, abogados, procuradores; los <strong>de</strong> médicos y cirujanos; los<br />

356


<strong>de</strong> directores o profesores <strong>de</strong> colegios y escuelas; los <strong>de</strong> ingenieros y<br />

agrimensores, y en general, <strong>de</strong> los que ejercen cualquier profesión liberal”.<br />

Para que se apliquen estas reglas tienen que cumplirse copulativamente<br />

los 2 requisitos <strong>de</strong>l artículo 2521: a) que se trate <strong>de</strong> profesionales liberales; y<br />

b) que correspondan a honorarios profesionales. Por ello, si el profesional<br />

tiene un contrato <strong>de</strong> <strong>trabajo</strong>, no rigen estas normas sino las <strong>de</strong> la legislación<br />

laboral.<br />

Como sabemos la prescripción comienza a correr <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la<br />

obligación <strong>de</strong> pagar los honorarios se ha hecho exigible (art. 2514 inc. 2º).<br />

Pue<strong>de</strong>n generarse problemas cuando se trata <strong>de</strong> honorarios correspondientes a<br />

servicios prolongados. La i<strong>de</strong>a que predomina es que el plazo <strong>de</strong> prescripción<br />

empieza a correr <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se terminan <strong>de</strong> prestar los servicios, a menos que<br />

se hayan fijado fechas especiales para su pago, caso en que se <strong>de</strong>berá contar<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> estas. En ese sentido la jurispru<strong>de</strong>ncia (T. 63, sec. 1ª, p. 283; T. 32, sec.<br />

1ª, p. 494).<br />

3. Prescripciones <strong>de</strong> un año<br />

Las establece el artículo 2522: “Prescriben en un año la acción <strong>de</strong> los<br />

merca<strong>de</strong>res, proveedores y artesanos por el precio <strong>de</strong> los artículos que<br />

<strong>de</strong>spachan al menu<strong>de</strong>o” (inc. 1º) “La <strong>de</strong> toda <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> personas por el precio <strong>de</strong><br />

servicios que se prestan periódica o acci<strong>de</strong>ntalmente, como posa<strong>de</strong>ros,<br />

acarreadores, mensajeros, barberos, etc.” (inc. 2º).<br />

Respecto a esta disposición es importante precisar algunos <strong>de</strong> sus<br />

términos: “merca<strong>de</strong>r”, es sinónimo <strong>de</strong> comerciante; “<strong>de</strong>spachar”, significa<br />

“ven<strong>de</strong>r”; “<strong>de</strong>spachar al menu<strong>de</strong>o”, significa “ven<strong>de</strong>r por menor”.<br />

En cuanto al inciso 2º, es obvio que las activida<strong>de</strong>s que en el se señalan<br />

no son taxativas. Lo importante para que tenga aplicación es que se trate <strong>de</strong><br />

servicios acci<strong>de</strong>ntales o que se prestan en forma periódica (podría ser<br />

jardineros, personas que cortan el pelo a los perros, etc.).<br />

Las prescripciones <strong>de</strong> corto tiempo <strong>de</strong> los artículos 2521 y 2522, no<br />

se suspen<strong>de</strong>n<br />

357


Así lo señala el artículo 2523: “Las prescripciones mencionadas en los<br />

dos artículos prece<strong>de</strong>ntes corren contra toda <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> personas, y no admiten<br />

suspensión alguna.”.<br />

Interversión <strong>de</strong> las prescripciones <strong>de</strong> corto tiempo<br />

El artículo 2523, establece que estas prescripciones <strong>de</strong> corto tiempo se<br />

interrumpen:<br />

1. Des<strong>de</strong> que interviene pagaré u obligación escrita, o concesión <strong>de</strong><br />

plazo por el acreedor; y<br />

2. Des<strong>de</strong> que interviene requerimiento”.<br />

El efecto que produce esta interrupción es que “en ambos casos suce<strong>de</strong><br />

a la prescripción <strong>de</strong> corto tiempo la <strong>de</strong>l artículo 2515” (art. 2523 inciso final).<br />

Este efecto especial <strong>de</strong> la interrupción, es lo que en doctrina se <strong>de</strong>nomina<br />

“interversión <strong>de</strong> la prescripción”.<br />

Respecto a lo dicho en el Nº 2 <strong>de</strong>l articulo 2523, se ha fallado que se<br />

refiere al requerimiento extrajudicial (T. 64, sec. 1ª., p. 236), pues si hay<br />

<strong>de</strong>manda judicial, se aplican las reglas generales <strong>de</strong> los artículos 2503 y 2518.<br />

Esta es también la opinión <strong>de</strong> Emilio Rioseco. Hay fallos en sentido contrario<br />

(T. 78, sec. 2ª; p. 73).<br />

4.3 Prescripciones especiales<br />

El artículo 2524 <strong>de</strong>l Código expresa que “Las prescripciones <strong>de</strong> corto<br />

tiempo a que están sujetas las acciones especiales que nacen <strong>de</strong> ciertos actos o<br />

contratos, se mencionan en los títulos respectivos, y corren también contra<br />

toda persona; salvo que expresamente se establezca otra regla”.<br />

Respecto <strong>de</strong> estas prescripciones especiales, <strong>de</strong>be tenerse presente:<br />

1. Que son prescripciones <strong>de</strong> corto tiempo (así lo dice el art. 2524) o<br />

sea, <strong>de</strong> menos <strong>de</strong> 5 años.<br />

2. Que corren contra toda persona (no se suspen<strong>de</strong>n) salvo situaciones<br />

excepcionales, ej. arts. 1692 inc. 2º y 1216 inc. 2º);<br />

358


3. Que no se aplican respecto <strong>de</strong> ellas las reglas especiales <strong>de</strong><br />

interrupción, contempladas en el artículo 2523, pues ella sólo rigen para las<br />

prescripciones mencionadas “en los dos artículos prece<strong>de</strong>ntes”, esto es los<br />

artículos 2521 y 2522 (art. 2523 inc. 1º).<br />

Cláusulas modificatorias <strong>de</strong> los plazos <strong>de</strong> prescripción<br />

Sin duda el transcurso <strong>de</strong>l tiempo es el principal requisito <strong>de</strong> la<br />

prescripción extintiva. Así lo <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> manifiesto el artículo 2514 inciso 1º. La<br />

ley es la que fija el plazo necesario para prescribir. La pregunta que cabe<br />

formular es si las partes contratantes pue<strong>de</strong>n modificar dichos plazos <strong>de</strong><br />

prescripción, sea aumentándolos, sea acortándolos. Ello nos lleva a<br />

plantearnos el problema <strong>de</strong> la vali<strong>de</strong>z y efectos <strong>de</strong> dichas <strong>cl</strong>áusulas.<br />

En Francia, la jurispru<strong>de</strong>ncia se ha in<strong>cl</strong>inado por la i<strong>de</strong>a que las partes<br />

no pue<strong>de</strong>n ampliar los plazos <strong>de</strong> prescripción; pero admiten que se puedan<br />

acortar con la salvedad <strong>de</strong> que la reducción no sea tan exagerada que en la<br />

práctica no se tenga plazo para <strong>de</strong>mandar (Mazeaud).<br />

La situación en Argentina es similar, tanto la doctrina como la<br />

jurispru<strong>de</strong>ncia han aceptando en general, la legitimidad <strong>de</strong> estas <strong>cl</strong>áusulas,<br />

fundados en que “los plazos <strong>de</strong> prescripción son un equitativo equilibrio entre<br />

el interés individual <strong>de</strong>l acreedor a contar con un término razonable para<br />

ejercer su <strong>de</strong>recho y el interés social en no prolongar excesivamente la<br />

incertidumbre en las relaciones jurídicas. Por ello no pue<strong>de</strong>n prolongarse: ello<br />

chocaría con un interés social. Pero nada impi<strong>de</strong> que el acreedor disponga <strong>de</strong><br />

su <strong>de</strong>recho reduciendo el beneficio <strong>de</strong> un plazo prolongado” (Guillermo A.<br />

Borda).<br />

En Chile trata el punto Abeliuk, quien a pesar <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar el asunto<br />

discutible, termina opinando en el mismo sentido <strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia y<br />

doctrina francesa y argentina, esto es, que las partes no pue<strong>de</strong>n ampliar los<br />

plazos <strong>de</strong> prescripción, pero sí pue<strong>de</strong>n acortarlos. No los pue<strong>de</strong>n ampliar pues<br />

ello sería contrario al or<strong>de</strong>n público, ya que el interés social hace necesario<br />

que las relaciones jurídicas se estabilicen en plazos que no pue<strong>de</strong>n quedar<br />

entregados al arbitrio <strong>de</strong> los contratantes. Este argumento no juega para el caso<br />

contrario (reducir los plazos) y por ello no ve inconvenientes en que ello<br />

pueda realizarse. Da como argumento el que el propio Código <strong>de</strong>ja entregado<br />

a la voluntad <strong>de</strong> las partes la reducción <strong>de</strong> los plazos <strong>de</strong> prescripción, como<br />

ocurre con la prescripción <strong>de</strong>l pacto comisorio (art. 1880) y <strong>de</strong>l pacto <strong>de</strong><br />

359


etroventa (artículo 1885). En relación con este último argumento, se ve débil,<br />

si se consi<strong>de</strong>ra que el código también en un caso -artículo 1866- permite a las<br />

partes contratantes ampliar o restringir el plazo <strong>de</strong> prescripción <strong>de</strong> la acción<br />

redhibitoria. Rioseco Enríquez, tampoco acepta que las partes puedan ampliar<br />

los plazos <strong>de</strong> prescripción.<br />

Borda critica la opinión mayoritaria <strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia y doctrina <strong>de</strong><br />

su país. Señala que “el problema <strong>de</strong> los plazos <strong>de</strong> prescripción pue<strong>de</strong> ser<br />

presentado como un conflicto entre dos intereses privados (el <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor y el<br />

<strong>de</strong>l acreedor) o bien entre dos intereses <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público: no prolongar la<br />

incertidumbre sobre el ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos y no coartar ese ejercicio más<br />

allá <strong>de</strong> lo razonable. los plazos <strong>de</strong> prescripción son la solución legal <strong>de</strong> ese<br />

conflicto, marcan el justo medio. Todo acortamiento o prolongación afecta el<br />

equilibrio <strong>de</strong>l sistema y <strong>de</strong>be ser repudiado”. En seguida agrega que “la<br />

abreviación <strong>de</strong> los plazos resulta particularmente peligrosa en los contratos <strong>de</strong><br />

adhesión, en los que una <strong>de</strong> las parte impone todas las condiciones <strong>de</strong>l<br />

contrato, que la otra <strong>de</strong>be aceptar o rechazar en bloque; <strong>de</strong> ahí pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>rivar<br />

una abreviación abusiva <strong>de</strong> la prescripción”. En el mismo sentido Mazeaud.<br />

En general, la ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la legislación comparada es a no permitir las<br />

<strong>cl</strong>áusulas modificatorias <strong>de</strong> los plazos <strong>de</strong> prescripción. En ese sentido, por<br />

ejemplo, el Código peruano en el artículo 2000 es enfático al precisar que<br />

“sólo la ley pue<strong>de</strong> fijar plazos <strong>de</strong> prescripción”; y el Código italiano, en su<br />

artículo 2936 establece que “es nulo todo pacto dirigido a modificar la<br />

disciplina legal <strong>de</strong> la prescripción”. Tampoco aceptan estas <strong>cl</strong>áusulas el<br />

Código suizo (artículo 129), el Código polaco (artículo 274). En cambio el<br />

Código alemán permite acortar los plazos <strong>de</strong> prescripción (artículo 225).<br />

Prescripción y caducidad<br />

Prescripción extintiva y caducidad guardan semejanza en cuanto en<br />

ambas se produce la pérdida <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho como consecuencia <strong>de</strong> la<br />

inactividad <strong>de</strong> su titular durante un <strong>de</strong>terminado plazo. Pero, <strong>cl</strong>aramente se<br />

trata <strong>de</strong> dos instituciones diferentes. Pedro Lira expresa que “la caducidad<br />

abarca todos aquellos plazos legales por cuyo transcurso se produce la<br />

extinción <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho, <strong>de</strong> una manera diversa y más enérgica que si<br />

estuvieran sometidos a prescripción común”.<br />

“La caducidad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>recho -dice Weisz- significa que el legislador ha<br />

señalado un término final, sin aten<strong>de</strong>r a lo que haga el obligado; la existencia<br />

360


<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho está limitada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio a un plazo prescrito <strong>de</strong><br />

antemano”.<br />

Una sentencia ha dicho que “la caducidad es la pérdida <strong>de</strong> la facultad <strong>de</strong><br />

hacer valer un <strong>de</strong>recho como consecuencia <strong>de</strong> la expiración <strong>de</strong> un plazo fatal”<br />

(T. 80, sec. 1ª, p. 34). Comentando esta sentencia Emilio Rioseco E., expresa<br />

que “lo que da fisonomía a la caducidad es la circunstancia <strong>de</strong> tratarse <strong>de</strong> un<br />

plazo falta, generalmente breve, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual si el <strong>de</strong>recho no se ejerce se<br />

extingue ipso jure”. Agrega que “inci<strong>de</strong>, principalmente, en el <strong>Derecho</strong><br />

procesal (pre<strong>cl</strong>usión) y en casos especiales en el <strong>de</strong>recho civil (artículos 49,<br />

186, 1885 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>)”.<br />

Es importante precisar que lo que nosotros llamamos caducidad, tiene<br />

otras <strong>de</strong>nominaciones en la legislación y doctrina extranjeras. Así el Código<br />

<strong>Civil</strong> italiano, trata <strong>de</strong> la “<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia” y le <strong>de</strong>stina un capítulo especial<br />

(artículos 2964 y siguientes). Josserand habla “plazos prefijados. Los nombres<br />

son diferentes, pero la i<strong>de</strong>a es la misma: se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos que se extinguen<br />

irremediablemente si no se ejercen <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l plazo fatal fijado por la ley.<br />

Josserand al referirse al “plazo prefijado” señala que es tal “el plazo<br />

que conce<strong>de</strong> la ley para hacer valer un <strong>de</strong>recho, para realizar un acto<br />

<strong>de</strong>terminado, y que tiene carácter fatal: una vez transcurrido, y ocurra lo que<br />

ocurra, el <strong>de</strong>recho no pue<strong>de</strong> ser ejercitado, el acto no pue<strong>de</strong> ser ya cumplido:<br />

el retardatario incurre en una verda<strong>de</strong>ra pérdida; pier<strong>de</strong> la prerrogativa, la<br />

posibilidad que le concedía la ley...”.<br />

Caducidad en el Código <strong>Civil</strong><br />

La caducidad no está especialmente regulada y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego no figura en<br />

la enumeración <strong>de</strong>l artículo 1567. Sin embargo, el Código contempla casos <strong>de</strong><br />

acciones que caducan (caducan no prescriben), como ocurre, por ejemplo, con<br />

los plazos para impugnar la paternidad (artículos 183, 184, 188, etc.)<br />

Para evitar confusiones es bueno agregar que el Código <strong>Civil</strong> emplea<br />

en varias disposiciones expresiones como “caducidad”, “caducan”, etc.,<br />

expresiones que tienen una connotación diferente a la que ahora nos interesa:<br />

ej., en los testamentos privilegiados (artículo 1044, 1046, 1053, etc.).<br />

Diferencias entre prescripción y caducidad<br />

361


Las principales diferencias que señala la doctrina son las siguientes::<br />

a) La prescripción <strong>de</strong>be ser alegada (artículo 2493). La caducidad, en<br />

cambio, opera por el sólo vencimiento <strong>de</strong>l plazo. Esta diferencia es <strong>de</strong> la<br />

mayor importancia. En relación con este aspecto, es importante recordar que<br />

tradicionalmente se ha enseñado que hace excepción a la regla <strong>de</strong> que la<br />

prescripción <strong>de</strong>be ser alegada, el artículo 442 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento<br />

<strong>Civil</strong> al establecer que “el tribunal <strong>de</strong>negará la ejecución si el título<br />

presentado tiene más <strong>de</strong> tres años”. Técnicamente no se trata <strong>de</strong> un caso <strong>de</strong><br />

prescripción que <strong>de</strong>ba <strong>de</strong><strong>cl</strong>ararse <strong>de</strong> oficio, sino <strong>de</strong> un caso <strong>de</strong> caducidad.<br />

b) Los plazos <strong>de</strong> caducidad son fijos e invariables. No operan a su<br />

respecto los institutos <strong>de</strong> la interrupción y suspensión <strong>de</strong> la prescripción. En<br />

este sentido T. 18, sec. 1ª, p. 23; T. 40, sec. 1ª, p. 486. Así la doctrina<br />

(Josserand, Vitorio Pescio). El Código italiano consigna esta i<strong>de</strong>a en forma<br />

expresa: “Cuando un <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>be ejercitarse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un cierto término bajo<br />

pena <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, no se aplican las normas relativas a la interrupción <strong>de</strong> la<br />

prescripción. Igualmente no se aplican las normas que se refieren a la<br />

suspensión, salvo que este dispuesta otra cosa” (artículo 2964). Lo mismo el<br />

código peruano “La caducidad no admite interrupción ni suspensión” (artículo<br />

2005).<br />

Consecuencia <strong>de</strong> lo anterior es que cuando se invoca un <strong>de</strong>recho sujeto<br />

a caducidad, basta -para que la caducidad no se produzca- que la <strong>de</strong>manda se<br />

presente al tribunal <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l plazo aun cuando la notificación se realice<br />

posteriormente. Somarriva expresa que “cuando <strong>de</strong> la caducidad se trata, basta<br />

el ejercicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y no se precisa que la <strong>de</strong>manda sea también notificada<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l plazo prefijado”. En el mismo sentido Borda. Así ha sido fallado T.<br />

65, sec. 1ª, p. 286; T. 44, sec. 1ª, p. 486.<br />

En el caso <strong>de</strong> la prescripción la situación es diferente, porque es la<br />

notificación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>manda la que interrumpe civilmente la prescripción<br />

(artículo 2503).<br />

c) La prescripción, según hemos visto, no extingue el <strong>de</strong>recho personal<br />

o crédito. Unicamente pone fin a la acción para <strong>de</strong>mandarlo. Ello es así<br />

porque en conformidad al artículo 1470 Nº 2 las obligaciones civiles<br />

prescritas se transforman en naturales. En el caso <strong>de</strong> la caducidad, es el<br />

<strong>de</strong>recho mismo el que se extingue. En el Código <strong>Civil</strong> peruano (<strong>de</strong>l año 1984),<br />

362


hay una norma expresa y absolutamente <strong>cl</strong>ara, el artículo 2003: “La caducidad<br />

extingue el <strong>de</strong>recho y la acción correspondiente”.<br />

d) La prescripción es renunciable (artículo 2494). La caducidad no lo<br />

es, porque no está en juego sólo el interés <strong>de</strong> las partes sino que hay razones<br />

<strong>de</strong> or<strong>de</strong>n público, que hacen necesario consolidar los <strong>de</strong>rechos en forma<br />

<strong>de</strong>finitiva (Borda, Josserand).<br />

363


DE LA PRELACION DE CREDITOS<br />

Es sabido que el <strong>de</strong>udor respon<strong>de</strong> <strong>de</strong>l cumplimiento <strong>de</strong> sus obligaciones<br />

con todo su patrimonio, ex<strong>cl</strong>uídos por excepción, algunos bienes que por<br />

consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n superior, la ley consi<strong>de</strong>ra inembargables. Es lo que<br />

impropiamente se <strong>de</strong>nomina <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> prenda general, y que nuestro Código<br />

<strong>Civil</strong>, consagra en el artículo 2465: “Toda obligación personal da al acreedor<br />

el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> perseguir su ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, sean presentes o futuros, exceptuándose sólamente los no<br />

embargables <strong>de</strong>signados en el artículo 1618”.<br />

Esta disposición <strong>de</strong>be complementarse con el artículo 2469, según el<br />

cual “los acreedores, con las excepciones indicadas en el artículo 1618, podrán<br />

exigir que se vendan todos los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor hasta cocurrencia <strong>de</strong> sus<br />

créditos, in<strong>cl</strong>usos los intereses y los costos <strong>de</strong> la cobranza, para que con el<br />

producto se les satisfaga íntegramente si fueren suficientes los bienes, y en<br />

caso <strong>de</strong> no serlo, a prorrata, cuando no haya causas especiales para preferir<br />

ciertos créditos...”.<br />

En cierto sentido, constituye también un complemento al <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

prenda general, la norma <strong>de</strong>l artículo 2466, referente a la acción pauliana, en<br />

cuanto dicha norma permite que los acreedores puedan solicitar se <strong>de</strong>jen sin<br />

efecto las enajenaciones <strong>de</strong> bienes que el <strong>de</strong>udor hubiere hecho<br />

fraudulentamente, con lo que el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> prenda general cubre un ámbito<br />

mayor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que alcanza a bienes que ya están fuera <strong>de</strong>l patrimonio <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor.<br />

Concepto e importancia <strong>de</strong> la prelación <strong>de</strong> créditos<br />

Se ha <strong>de</strong>finido la prelación <strong>de</strong> créditos como “un conjunto <strong>de</strong><br />

disposiciones legales que <strong>de</strong>terminan el or<strong>de</strong>n y forma en que <strong>de</strong>ben ser<br />

pagados los diversos acreedores <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong>udor, cuando preten<strong>de</strong>n<br />

ser cubiertos sobre el producido <strong>de</strong> unos mismos bienes” (Galvarino Palacios<br />

González). En términos muy parecidos lo hace Arturo Alessandri R: “La<br />

prelación <strong>de</strong> créditos es el conjunto <strong>de</strong> reglas legales que <strong>de</strong>terminan el or<strong>de</strong>n<br />

y la forma en que <strong>de</strong>ben pagarse los diversos acreedores <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor” (“La<br />

Prelación <strong>de</strong> Créditos” Editorial Nascimento, 1940, Nº 3, p. 9). Por su parte, la<br />

Corte <strong>de</strong> Valparaíso ha dicho que las normas sobre prelación <strong>de</strong> créditos “son<br />

364


normas <strong>de</strong> carácter general para todos los casos en que, no existiendo bienes<br />

suficientes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor para solucionar íntegramente los créditos existentes en<br />

su contra, sea menester reglamentar la primacía y concurrencia <strong>de</strong> los<br />

acreedores al pago con el patrimonio insuficiente” (T. 31, sec. 2ª, p. 65).<br />

De acuerdo a lo que se viene señalando, esta institución cobra<br />

relevancia en aquellos casos en que los bienes <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor no son suficientes<br />

para respon<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong> todas sus obligaciones. Surge entonces el<br />

problema <strong>de</strong> saber cómo se pagan los acreedores, que el Código soluciona<br />

mediante la aplicación <strong>de</strong> estas normas.<br />

Decimos que la prelación <strong>de</strong> créditos cobra relevancia en el caso en que<br />

el patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor es insuficiente para pagar a todos sus acreedores. Sin<br />

embargo, no se crea que las normas que vamos a estudiar se aplican<br />

ex<strong>cl</strong>usivamente a ese caso, pues también rigen en una ejecución cuando dos<br />

o más acreedores preten<strong>de</strong>n ser pagados en forma preferente con los bienes<br />

embargados, invocando una prenda o hipoteca. El cauce procesal para hacer<br />

valer la preferencia está dado por la “Tercería <strong>de</strong> Prelación”, reglamentada en<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>, artículos 518 Nº 3, y 525 y siguientes hasta el<br />

art. 529.<br />

Concurrencia <strong>de</strong> los acreedores<br />

Si los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor no son suficientes para que en ellos puedan<br />

hacerse exigibles la totalidad <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> sus diferentes acreedores, en<br />

teoría hay tres formas <strong>de</strong> resolver el problema: a) Mediante el principio <strong>de</strong> la<br />

prioridad, esto es, que los acreedores se vayan pagando según las fechas <strong>de</strong><br />

sus créditos, <strong>de</strong> tal suerte que se satisfagan primero los más antiguos (Prior in<br />

tempore potior in jus); b) Aplicando el principio <strong>de</strong> la igualdad, esto es, pagar<br />

a todos los acreedores una parte proporcional al valor <strong>de</strong> sus créditos; y c)<br />

Dando preferencia para su pago a ciertos créditos.<br />

Principio <strong>de</strong> la igualdad<br />

Nuestro Código adopta como regla general, el principio <strong>de</strong> la igualdad.<br />

Así lo consagra el artículo 2469 al señalar que los acreedores tienen el <strong>de</strong>recho<br />

a exigir que se vendan todos los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor hasta concurrencia <strong>de</strong> sus<br />

créditos “para que con el producto se les satisfaga íntegramente si fueren<br />

suficientes los bienes, y en caso <strong>de</strong> no serlo, a prorrata...”. No se <strong>de</strong>scarta, en<br />

todo caso, que por excepción ciertos créditos gocen <strong>de</strong> preferencia, al agregar<br />

365


que lo anterior es así “cuando no haya causas especiales para preferir ciertos<br />

créditos, según la <strong>cl</strong>asificación que sigue”.<br />

Causas <strong>de</strong> preferencia<br />

El artículo 2470 expresa que “las causas <strong>de</strong> preferencia son solamente el<br />

privilegio y la hipoteca” (inc. 1º).<br />

De esta disposición se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> que los términos “preferencia” y<br />

”privilegio” no son sinónimos; el primero es el género, y el segundo una <strong>de</strong> las<br />

especies <strong>de</strong> ese género. La otra especie es la hipoteca.<br />

El Código no ha <strong>de</strong>finido lo que entien<strong>de</strong> por privilegio. Alessandri lo<br />

hace señalando que “es el favor concedido por la ley, en atención a la calidad<br />

<strong>de</strong>l crédito, que permite a su titular pagarse antes que los <strong>de</strong>más acreedores”.<br />

Galvarino Palacios, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> a<strong>cl</strong>arar que la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l legislador es<br />

“indicar con esta expresión (privilegio) una causa <strong>de</strong> preferencia distinta <strong>de</strong> la<br />

hipoteca”, agrega que esta i<strong>de</strong>a la <strong>de</strong>senvuelve el Código a través <strong>de</strong> una gran<br />

parte <strong>de</strong> las disposiciones <strong>de</strong>l Titulo XLI <strong>de</strong>l Libro IV, en que hace una <strong>cl</strong>ara y<br />

precisa <strong>de</strong>limitación <strong>de</strong> los conceptos <strong>de</strong> privilegio e hipoteca...”. Más<br />

a<strong>de</strong>lante explica que “entre el privilegio y la hipoteca hay diferencias<br />

apreciables”.<br />

Por nuestra parte, nos parece que no se justifica la distinción entre<br />

privilegio e hipoteca, pues si la razón <strong>de</strong> ella estriba en que la hipoteca otorga<br />

un <strong>de</strong>recho real que da acción persecutoria en contra <strong>de</strong> terceros, en tanto que<br />

los privilegios confieren únicamente un <strong>de</strong>recho personal, no se justifica que<br />

la prenda constituya un privilegio, en circunstancias que también da acción<br />

persecutoria contra terceros poseedores <strong>de</strong> la especie pignorada.<br />

Un autor colombiano, comentando el artículo 2493 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> su<br />

país, que correspon<strong>de</strong> exactamente al artículo 2470 inciso 1º <strong>de</strong>l nuestro, se<br />

expresa en los siguientes términos, que comparto plenamente, “se trata <strong>de</strong><br />

buscar una diferencia entre privilegio y la hipoteca, con el único resultado <strong>de</strong><br />

oscurecer la cuestión, cuando lo único cierto es que la ley señala prelación<br />

entre los créditos concurrentes, asignándoles a algunos <strong>de</strong> ellos la preferencia,<br />

o el privilegio, o como se quiera llamar, <strong>de</strong> ser pagados antes <strong>de</strong> los comunes<br />

o balistas (sic) (Guillermo Ospina Fernán<strong>de</strong>z).<br />

366


Luis Felipe Bahamon<strong>de</strong>z Prieto critica esta distinción al expresar que<br />

“parece, a primera vista, un tanto arbitraria la división <strong>de</strong> los créditos<br />

preferentes entre privilegiados e hipotecarios, aunque probablemente se <strong>de</strong>ba<br />

a la influencia <strong>de</strong>l legislador francés que en el artículo 2094 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Napoleón <strong>de</strong><strong>cl</strong>ara que “las causas legítimas <strong>de</strong> preferencia son los privilegios<br />

e hipotecas”. Y en seguida agrega: “Sorpren<strong>de</strong> esta agrupación, porque<br />

in<strong>cl</strong>uye como crédito privilegiado <strong>de</strong> segunda <strong>cl</strong>ase a la prenda, y ciertamente<br />

ésta tiene más semejanzas con la hipoteca que con el resto <strong>de</strong> los privilegios”<br />

(“La Prelación <strong>de</strong> Créditos”, Edit. Jurídica <strong>de</strong> Chile, 1993, p. 33).<br />

Fundamentos <strong>de</strong> las preferencias<br />

No hay una razón única que justifique que <strong>de</strong>terminados acreedores<br />

<strong>de</strong>ban ser pagados en forma preferente. Cada caso tiene su propia explicación.<br />

Así, a veces, pue<strong>de</strong> tener por fundamento el fomento <strong>de</strong>l crédito. Bello en el<br />

Mensaje <strong>de</strong>l Código, señala que: “Se ha simplicado notablemente el arreglo<br />

<strong>de</strong> la prelación <strong>de</strong> créditos, el fomento <strong>de</strong>l crédito ha sido en él la consi<strong>de</strong>rción<br />

dominante”. En otros, la explicación <strong>de</strong> las preferencias se encontrará en<br />

razones humanidad, como ocurre con el pago preferente <strong>de</strong> las expensas<br />

funerales o el pago <strong>de</strong> los artículos necesarios <strong>de</strong> subsistencia suministrados<br />

al <strong>de</strong>udor y su familia durante los últimos tres meses; o razones económicas,<br />

como es el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l Estado a pagarse preferente por lo a<strong>de</strong>udado por<br />

impuestos <strong>de</strong> retención y recargo; o en razones sociales, como ocurre con las<br />

remuneraciones <strong>de</strong> los trabajadores, etc.<br />

Clasificación <strong>de</strong> las preferencias<br />

Ya hemos dicho que hay una primera <strong>cl</strong>asificación entre:<br />

a) Privilegios e hipoteca, distinción que, como acabamos <strong>de</strong> señalar, no<br />

nos parece trascen<strong>de</strong>nte.<br />

b) Más importancia tiene, sin duda, la que distingue entre preferencias<br />

generales y especiales. “Preferencia general -dice Alessandri- es la que afecta<br />

a todos los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, <strong>de</strong> cualquier naturaleza que ellos sean”. En<br />

términos idénticos Galvarino Palacios, quien agrega que “no se ejerce en<br />

consecuencia sobre <strong>de</strong>terminados bienes, sino que compren<strong>de</strong> todos los bienes<br />

sin distinción alguna” y Luis Felipe Bahamon<strong>de</strong>z. Pertenecen a esta <strong>cl</strong>ase los<br />

créditos <strong>de</strong> primera y cuarta <strong>cl</strong>ase.<br />

367


Preferencia especial es aquella que afecta a <strong>de</strong>terminados bienes <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor. Así ocurre con los créditos <strong>de</strong> segunda y <strong>de</strong> tercera <strong>cl</strong>ase.<br />

c) El Código para los efectos <strong>de</strong> las preferencias, distingue 5 <strong>cl</strong>ases <strong>de</strong><br />

créditos: <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase, <strong>de</strong> segunda <strong>cl</strong>ase, y <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase que gozan <strong>de</strong><br />

privilegio (art. 2471); <strong>de</strong> tercera <strong>cl</strong>ase que son los créditos hipotecarios (art.<br />

2477 inciso 1º) y <strong>de</strong> quinta <strong>cl</strong>ase, que son los créditos valistas o quirografarios<br />

que no gozan <strong>de</strong> preferencia y que “se cubrirán a prorrata sobre el sobrante <strong>de</strong><br />

la masa concursada, sin consi<strong>de</strong>ración a su fecha” (artículo 2489).<br />

Características <strong>de</strong> las preferencias<br />

Po<strong>de</strong>mos señalar las siguientes:<br />

a) “...son inherentes a los créditos para cuya seguridad se han<br />

establecido, y pasan con ellos a todas las personas que los adquieran por<br />

cesión, subrogación o <strong>de</strong> otra manera” (art. 2470 inciso 2º). Esta i<strong>de</strong>a está<br />

confirmada por los artículos 1612 y 1906. Por esta razón, cuando opera una<br />

novación, los privilegios <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda extinguida no pasan a la nueva (artículo<br />

1641), pues al ser inherentes a la obligación extinguida mueren con ella.<br />

b) Constituyen un beneficio especial para <strong>de</strong>terminados acreedores.<br />

c) Son excepcionales, puesto que la regla general es que todos los<br />

acreedores concurran en un plano <strong>de</strong> igualdad, <strong>de</strong> manera que si los bienes <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor no son suficientes para pagarles íntegramente, lo hagan a prorrata <strong>de</strong><br />

sus créditos (art. 2469 parte final). No hay más causales <strong>de</strong> preferencia que el<br />

privilegio y la hipoteca (2470 inc. 1º y 2488). Por ser excepcionales son <strong>de</strong><br />

interpretación estricta y no admiten analogías.<br />

d) Siempre son legales. Las partes no pue<strong>de</strong>n crear preferencias, “no<br />

obstante que los créditos a los cuales amparan puedan tener su fuente<br />

indistintamente en la ley o en la voluntad <strong>de</strong> las partes” (Palacios). Ello<br />

explica que en el caso <strong>de</strong> la novación los privilegios <strong>de</strong> la obligación<br />

extinguida no pasan a la nueva (art. 1641). Por la misma razón “la buena<br />

doctrina parece señalar que el privilegio que se tenga contra un <strong>de</strong>udor no se<br />

extien<strong>de</strong> al fiador, sencillamente porque la obligación <strong>de</strong>l fiador es distinta <strong>de</strong><br />

la contraída por el <strong>de</strong>udor, y sin texto legal no se le pue<strong>de</strong> hacer efectiva la<br />

preferencia” (Bahamon<strong>de</strong>z).<br />

368


Fundado en el principio que los privilegios los crea la ley y no las<br />

partes, Somarriva afirma que en el caso <strong>de</strong> las obligaciones solidarias, el<br />

acreedor no pue<strong>de</strong> hacer efectivo el privilegio que tiene frente a un<br />

<strong>de</strong>terminado <strong>de</strong>udor, en contra <strong>de</strong> un co<strong>de</strong>udor solidario. En el mismo sentido<br />

Abeliuk quien da como explicación el ser los privilegios inherentes al crédito.<br />

Una tesis distinta se estableció por la Excma. Corte Suprema en fallo <strong>de</strong> 14 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 1938, con un voto disi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l Ministro Roldán (T. 36, sec. 1ª,<br />

p. 330), fallo criticado por toda la doctrina (Somarriva, Abeliuk, Palacios).<br />

e) Son renunciables, porque sólo miran al interés <strong>de</strong>l acreedor y no está<br />

prohibida su renuncia, y<br />

f) Las preferencias tienen un carácter indivisible. Bahamon<strong>de</strong>z,<br />

explicando esta característica, expresa que “enten<strong>de</strong>mos por indivisibilidad <strong>de</strong><br />

las preferencias el fenómeno en virtud <strong>de</strong>l cual, la totalidad y cada una <strong>de</strong> las<br />

partes <strong>de</strong>l (los) objeto (s) afectado (s) respon<strong>de</strong> a la satisfacción total <strong>de</strong> la<br />

preferencia y recíprocamente el crédito preferente o fracción <strong>de</strong>l mismo se<br />

beneficia con la garantía”.<br />

Ambito <strong>de</strong> la preferencia<br />

La preferencia ampara no sólo el capital sino también los respectivos<br />

intereses. Así lo dice el art. 2491: “Los intereses correrán hasta la extinción <strong>de</strong><br />

la <strong>de</strong>uda, y se cubrirán con la preferencia que corresponda a sus respectivos<br />

capitales”.<br />

En el caso <strong>de</strong> quiebra, hay reglas especiales contenidas en los artículos<br />

67 y 68 <strong>de</strong> la Ley 18.175. La segunda <strong>de</strong> estas normas señala la forma como -<br />

producida la <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> quiebra- se reajustarán las <strong>de</strong>udas <strong>de</strong>l fallido,<br />

vencidas y las actualizadas en conformidad al artículo anterior, y los intereses<br />

que <strong>de</strong>vengarán, precisando en su inciso final, que “los reajustes y los<br />

intereses, en su caso, gozarán <strong>de</strong> iguales preferencias y privilegios que los<br />

respectivos capitales”<br />

No resuelve el artículo 2491 si quedan cubiertos con la preferencia las<br />

costas judiciales <strong>de</strong> cobranza. Clemencia Musalem Sarquis, estima que quedan<br />

consi<strong>de</strong>radas y cita en su apoyo lo dicho por Carlos Vasallo R., según la cual<br />

“todo crédito está compuesto <strong>de</strong> dos partes: una constituída por el crédito<br />

propiamente dicho, y otra, por los gastos <strong>de</strong> cobranza que se ocasionarían en<br />

caso <strong>de</strong> inejecución <strong>de</strong> la obligación por parte <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor; esta segunda parte<br />

369


es accesoria a la existencia <strong>de</strong>l crédito propiamente dicho. Ahora bien, si el<br />

crédito propiamiento dicho, que es la parte principal, está garantizado con una<br />

preferencia otorgada por la ley, sin necesidad <strong>de</strong> entrar a una interpretación<br />

analógica, <strong>de</strong>bemos con<strong>cl</strong>uir que la parte accesoria <strong>de</strong> dicho crédito, esto es,<br />

los gastos ocasionados en su cobranza, gozan también <strong>de</strong> la misma<br />

preferencia, en virtud <strong>de</strong> que lo accesorio sigue la suerte <strong>de</strong> lo principal”<br />

(Clemencia Musalem Sarquis: “La Primera Clase <strong>de</strong> Créditos Privilegiados”,<br />

Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile, 1983, p. 64).<br />

Se estima que también quedan cubiertas con la preferencia las multas<br />

por imposiciones previsionales (Musalem).<br />

Privilegios<br />

Créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase<br />

El artículo 2472 indica los créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase. Señala: “La<br />

primera <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> créditos compren<strong>de</strong> los que nacen <strong>de</strong> las causas que en<br />

seguida se enumeran:<br />

1. Las costas judiciales que se causen en el interés general <strong>de</strong> los<br />

acreedores;<br />

2. Las expensas funerales necesarias <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor difunto;<br />

3. Los gastos <strong>de</strong> enfermedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Si la enfermedad hubiere<br />

durado más <strong>de</strong> seis meses, fijará el juez, según las circunstancias, la cantidad<br />

hasta la cual se extienda la preferencia;<br />

4. Los gastos en que se incurra para poner a disposición <strong>de</strong> la masa los<br />

bienes <strong>de</strong>l fallido, los gastos <strong>de</strong> administración <strong>de</strong> la quiebra, <strong>de</strong> realización<br />

<strong>de</strong>l activo y los préstamos contratados por el síndico para los efectos<br />

mencionados;<br />

5. Las remuneraciones <strong>de</strong> los trabajadores y las asignaciones familiares;<br />

6. Las cotizaciones a<strong>de</strong>udadas a organismos <strong>de</strong> Seguridad Social o que<br />

se recau<strong>de</strong>n por su intermedio para ser <strong>de</strong>stinadas a ese fin, como asimismo,<br />

los créditos <strong>de</strong>l fisco en contra <strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s administradoras <strong>de</strong> fondos <strong>de</strong><br />

370


pensiones por los aportes que aquél hubiere efectuado <strong>de</strong> acuerdo con el inciso<br />

tercero <strong>de</strong>l artículo 42 <strong>de</strong>l Decreto ley Nº 3.500, <strong>de</strong> 1980;<br />

7. Los artículos necesarios <strong>de</strong> subsistencia suministrados al <strong>de</strong>udor y su<br />

familia durante los últimos tres meses;<br />

8. Las in<strong>de</strong>mnizaciones legales y convencionales <strong>de</strong> origen laboral que<br />

les correspondan a los trabajadores, que estén <strong>de</strong>vengadas a la fecha en que se<br />

hagan valer y hasta un límite <strong>de</strong> tres ingresos mínimos mensuales por cada año<br />

<strong>de</strong> servicio y fracción superior a seis meses por cada trabajador con un límite<br />

<strong>de</strong> diez años. Por el exceso, si lo hubiere, se consi<strong>de</strong>rarán valistas;<br />

9. Los créditos <strong>de</strong>l fisco por los impuestos <strong>de</strong> retención y <strong>de</strong> recargo”.<br />

Características <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase<br />

La primera <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> créditos, presentan las siguientes características:<br />

1. Son créditos privilegiados. Así lo dice el art. 2471;<br />

2. Afectan a todos los bienes <strong>de</strong>udor (privilegio general). Así lo<br />

consigna el artículo 2473, en su primera parte: “Los créditos enumerados en el<br />

artículo prece<strong>de</strong>nte afectan todos los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor...”. Si el <strong>de</strong>udor<br />

fallece, opera lo dicho en el artículo 2487 inciso 1º: “las preferencias <strong>de</strong> la<br />

primera <strong>cl</strong>ase, a que estaban afectos los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor difunto, afectarán <strong>de</strong><br />

la misma manera los bienes <strong>de</strong>l here<strong>de</strong>ro, salvo que éste haya aceptado con<br />

beneficio <strong>de</strong> inventario, o que los acreedores gocen <strong>de</strong>l beneficio <strong>de</strong><br />

separación, pues en ambos casos afectarán solamente los bienes inventariados<br />

o separados”.<br />

3. No pasa el privilegio contra terceros poseedores. Se trata entonces<br />

<strong>de</strong> un privilegio personal. Así lo establece el artículo 2473 inciso 2º “Los<br />

créditos enumerados en el artículo prece<strong>de</strong>nte no pasarán en caso alguno<br />

contra terceros poseedores”. Explicando esta norma, se ha dicho que si el<br />

legislador no la hubiere establecido “nadie estaría dispuesto a recibir bienes <strong>de</strong><br />

una persona cuyas <strong>de</strong>udas estuviesen garantizadas a los acreedores con<br />

preferencia <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase, ya que posteriomente podrían ser responsables<br />

<strong>de</strong>l pago <strong>de</strong> las mismas. En esta forma el <strong>de</strong>udor quedaría en la imposibilidad<br />

<strong>de</strong> efectuar operaciones con sus propios bienes y esto ocasionaría un perjuicio<br />

a sus acreedores” (Clemencia Musalem, citando a Jaime Illanes);<br />

371


4. Prefieren en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> su numeración. Así lo señala el artículo<br />

2473 en su inciso 1º: “...y no habiendo lo necesario para cubrirlos<br />

íntegramente, preferirán unos a otros en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> su numeración, cualquiera<br />

que sea su fecha, y los comprendidos en cada número concurrirán a prorrata”.<br />

5. Los créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase se pagan con preferencia a los<br />

comprendidos en las otras <strong>cl</strong>ases. Sin embargo, respecto <strong>de</strong> los bienes dados<br />

en prenda o hipoteca, los acreedores prendarios e hipotecarios se pagan con<br />

preferencia sobre estos bienes a menos que los <strong>de</strong>más bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor sean<br />

insuficientes, pues en tal supuesto, prefieren los acreedores <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase.<br />

Así fluye <strong>de</strong> los artículos 2476 y 2478.<br />

La primera <strong>de</strong> estas normas señala que “Afectando a una misma especie<br />

créditos <strong>de</strong> la primera <strong>cl</strong>ase y créditos <strong>de</strong> la segunda <strong>cl</strong>ase, ex<strong>cl</strong>uirán éstos a<br />

aquellos; pero si fueren insuficientes los <strong>de</strong>más bienes para cubrir los créditos<br />

<strong>de</strong> la primera <strong>cl</strong>ase, tendrán éstos la preferencia en cuanto al <strong>de</strong>fícit y<br />

concurrirán en dicha especie en el or<strong>de</strong>n y forma que se expresan en el inciso<br />

1º <strong>de</strong>l artículo 2472”. A su turno, el artículo 2478 señala:”Los créditos <strong>de</strong> la<br />

primera <strong>cl</strong>ase no se exten<strong>de</strong>rán a las fincas hipotecadas sino en el caso <strong>de</strong> no<br />

po<strong>de</strong>r cubrirse en su totalidad con los otros bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor” “El <strong>de</strong>ficit se<br />

dividirá entonces entre las fincas hiptoecadas a proporción <strong>de</strong> los valores <strong>de</strong><br />

éstas, y lo que a cada una quepa se cubrirá con ella en el or<strong>de</strong>n y forma que se<br />

expresan en el artículo 2472”.<br />

¿Quién tiene el peso <strong>de</strong> la prueba en este caso?. A Ramos le parece que<br />

el onus probandi le correspon<strong>de</strong> al que invoca el crédito <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase, por<br />

tratarse <strong>de</strong>l hecho específico en que funda su acción. Al invocar el privilegio<br />

<strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase tiene que acreditar que fuera <strong>de</strong>l bien empeñado o<br />

hipotecado, el <strong>de</strong>udor carece <strong>de</strong> otros bienes (T. 25, sec. 2ª; p. 73).<br />

Situación especial <strong>de</strong> los créditos hipotecarios <strong>de</strong> los Bancos<br />

En el caso en que los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor no sean suficientes para pagar a<br />

los acreedores <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase y en que, por aplicación <strong>de</strong>l artículo 2478,<br />

<strong>de</strong>ba hacerse efectivo su privilegio sobre los bienes hipotecados, <strong>de</strong>be tenerse<br />

presente que en virtud <strong>de</strong> lo establecido en el artículo 105 inciso 3º <strong>de</strong> la Ley<br />

<strong>de</strong> Bancos (D.F.L. Nº 3, D.O. <strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1997), el Fisco y las<br />

Municipalida<strong>de</strong>s gozarán <strong>de</strong> la preferencia que les acuerdan los artículos 2472<br />

y 2478 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> (privilegios <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase) respecto <strong>de</strong> los créditos<br />

372


<strong>de</strong>l banco, sólo cuando se trate <strong>de</strong> impuestos que afecten directamente a la<br />

propiedad hipotecada y que tengan por base el avalúo <strong>de</strong> la propiedad raíz.<br />

Dicho <strong>de</strong> otra manera, si el <strong>de</strong>udor tiene constituída una hipoteca en favor <strong>de</strong><br />

un Banco, con el producido <strong>de</strong> la finca hipotecada se paga. primero, el Banco<br />

aunque existan créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong>l Fisco por impuestos, salvo en<br />

cuanto se trate <strong>de</strong> contribuciones <strong>de</strong> bienes raíces. En este último caso,<br />

prefiere el crédito <strong>de</strong>l Fisco por las contribuciones, pagándose antes que el<br />

Banco.<br />

Pago <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase en el caso <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

<strong>de</strong><strong>cl</strong>arado en quiebra<br />

Cuando se trata <strong>de</strong> un <strong>de</strong>udor <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado en quiebra, <strong>de</strong>be tenerse<br />

presente lo establecido en los artículos 147 y siguientes <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras.<br />

De acuerdo al artículo 148, “el sindico hará el pago <strong>de</strong> los créditos<br />

privilegiados <strong>de</strong> la primera <strong>cl</strong>ase que no hubieren sido objetados, en el or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> preferencia que les corresponda, tan pronto como haya fondos para ello;<br />

reservará lo necesario para el pago <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> la misma <strong>cl</strong>ase, cuyo<br />

monto o privilegio esté en litigio, y para la atención <strong>de</strong> los gastos<br />

subsiguientes <strong>de</strong> la quiebra”, y el inciso 2º agrega que “Los créditos a que se<br />

refieren los números 1 y 4 <strong>de</strong>l artículo 2472 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> no necesitarán<br />

verificación”.<br />

En seguida, el artículo 148 señala que “Los créditos mencionados en el<br />

número 5 <strong>de</strong>l mismo artículo serán pagados con cargo a los primeros fondos<br />

<strong>de</strong>l fallido <strong>de</strong> que se pueda disponer, administrativamente, siempre que existan<br />

antece<strong>de</strong>ntes documentarios que los justifiquen y aun antes <strong>de</strong> su verificación”<br />

(inc. 3º).<br />

De acuerdo al inciso 4º “igualmente, se pagarán sin necesidad <strong>de</strong><br />

verificación previa y en los mismos términos establecidos en el inciso anterior,<br />

los créditos por las in<strong>de</strong>mnizaciones convencionales <strong>de</strong> origen laboral hasta el<br />

límite <strong>de</strong> un equivalente a un mes <strong>de</strong> remuneración por cada año <strong>de</strong> servicio y<br />

fracción superior a seis meses, y por las in<strong>de</strong>mnizaciones legales <strong>de</strong>l mismo<br />

origen que sean consecuencia <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong> las causales señaladas en el<br />

artículo 3º <strong>de</strong> la ley 19.010”. El inciso 5º agrega que “las restantes<br />

in<strong>de</strong>mnizaciones <strong>de</strong> origen laboral así como la que sea consecuencia <strong>de</strong>l<br />

re<strong>cl</strong>amo <strong>de</strong>l trabajador <strong>de</strong> conformidad a la letra b) artículo 11 <strong>de</strong> la ley<br />

19.010, se pagarán con el sólo mérito <strong>de</strong> sentencia judicial ejecutoriada que así<br />

lo or<strong>de</strong>ne.<br />

373


También es importante tener presente lo señalado por el inciso final <strong>de</strong>l<br />

artículo 148 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras (incorporado por el artículo 5 Nº 2 <strong>de</strong> la ley<br />

19.250 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1993) “Los créditos privilegiados <strong>de</strong> la primera <strong>cl</strong>ase<br />

preferirán a todo otro crédito preferente o privilegiado establecido por leyes<br />

especiales”<br />

Análisis <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase<br />

En lo puntos siguientes haremos un somero análisis <strong>de</strong> los créditos que<br />

compren<strong>de</strong>n la primera <strong>cl</strong>ase.<br />

Las costas judiciales que se causen en interés general <strong>de</strong> los<br />

acreedores (art. 2472 Nº 1)<br />

Recor<strong>de</strong>mos que el artículo 139 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong><br />

<strong>cl</strong>asifica las costas en procesales y personales, señalando que “son procesales<br />

las causadas en la formación <strong>de</strong>l proceso y que correspon<strong>de</strong>n a servicios<br />

estimados en los aranceles judiciales”, y personales “las provenientes <strong>de</strong> los<br />

honorarios <strong>de</strong> los abogados y <strong>de</strong>más personas que hayan intervenido en el<br />

negocio, y <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fensores públicos en el caso <strong>de</strong>l artículo 367 <strong>de</strong>l Código<br />

Orgánico <strong>de</strong> Tribunales.<br />

Para que estas costas gocen <strong>de</strong> este beneficio es necesario que se causen<br />

en el interés general <strong>de</strong> los acreedores. Clemencia Musalem plantea algunos<br />

problemas con respecto a esta norma. Se pregunta, en primer término, si las<br />

costas generadas por una acción pauliana, intentada por un acreedor, quedan o<br />

no comprendidas en el privilegio. Su respuesta es negativa, porque por ser<br />

personal la acción pauliana, sus resultados afectan solamente a al acreedor o<br />

acreedores que la hayan intentado. Otro caso, más frecuente que también es<br />

dudoso, es si quedan comprendidos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l privilegio los honorarios <strong>de</strong>l<br />

abogado <strong>de</strong>l fallido que pi<strong>de</strong> su propia quiebra. La autora que venimos citando<br />

con<strong>cl</strong>uye que esos honorarios no se benefician con el privilegio porque la<br />

quiebra no se pidió en el interés general <strong>de</strong> los acreedores sino en el <strong>de</strong>l<br />

particular <strong>de</strong>l fallido. Agrega que también se ha rechazado esta preferencia<br />

“basándose en que el crédito invocado por el abogado no constituye costa<br />

judicial por provenir <strong>de</strong> un contrato entre éste y el fallido”.<br />

En los juicios ejecutivos “las costas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la ejecución<br />

gozarán <strong>de</strong> preferencia aun sobre el crédito mismo” (artículo 513 inciso 2º <strong>de</strong>l<br />

374


Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>). Fundada en esta disposición, la Corte<br />

Suprema acogió un recurso <strong>de</strong> casación en el fondo. El consi<strong>de</strong>rando 5º <strong>de</strong>l<br />

fallo <strong>de</strong> casación señala “que las normas <strong>de</strong> la prelación <strong>de</strong> créditos<br />

establecidas para los procesos concursales, en los artículos 2471 Nº 1 y 2474<br />

Nº 3 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, aplicadas implícitamente por los sentenciadores, al<br />

negar lugar a la preferencia <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> ejecución, por no haberse<br />

efectuado en interés general <strong>de</strong> los acreedores, no tiene aplicación en la<br />

especie, ya que el precepto <strong>de</strong>l artículo 513 inciso 2º <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>, <strong>de</strong>be aplicarse preferentemente en el caso sub-lite, pues<br />

contiene una regla <strong>de</strong> carácter especial, que <strong>de</strong>termina específicamente el<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> preferencia en que concurren las costas con respecto a los créditos<br />

en el juicio ejecutivo, y que prevalecen sobre las normas generales <strong>de</strong><br />

prelación <strong>de</strong> créditos, atendido lo dispuesto en los artículos 4º y 13 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>” (Fallos <strong>de</strong>l Mes, Nº 452, sentencia 8, p. 1367).<br />

Expensas funerales necesarias <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor difunto (2472 Nº 2)<br />

Varias razones se han dado para justificar este privilegio: sanitarias,<br />

(conveniencia <strong>de</strong> facilitar el entierro <strong>de</strong> los muertos); sociales y humanitarias,<br />

etc. En todo caso, es indudable que gracias a este privilegio, no hay problemas<br />

para los <strong>de</strong>udos cuando carecen <strong>de</strong> recursos para hacer estos gastos, pues las<br />

empresa <strong>de</strong> pompas funebres, les otorgan crédito sin mayor problema para este<br />

tipo <strong>de</strong> servicios.<br />

Es <strong>cl</strong>ara la norma en el sentido que el privilegio cubre sólo los gastos<br />

“necesarios”, lo que, en cada caso, <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>terminar el juez <strong>de</strong> la causa.<br />

Personalmente estimamos que para esta <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong>berá consi<strong>de</strong>rarse la<br />

posición social <strong>de</strong>l difunto. Opinión contraria sustenta Clemencia Musalem.<br />

También la norma es <strong>cl</strong>ara en el sentido que el privilegio sólo cubre los<br />

gastos funerales “<strong>de</strong>l difunto”, ex<strong>cl</strong>uyendo los <strong>de</strong> su familia. En otros países el<br />

privilegio también los consi<strong>de</strong>ra. Así, por ejemplo en España, don<strong>de</strong> quedan<br />

comprendidos los gastos “funerales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, según el uso <strong>de</strong>l lugar, y<br />

también los <strong>de</strong> su mujer y los <strong>de</strong> sus hijos constituídos bajo su patria potestad,<br />

si no tuviesen bienes propios” (art. 1924 Nº 2, letra B) <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong><br />

español).<br />

Gastos <strong>de</strong> enfermedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (art. 2472 Nº 3)<br />

375


Esta disposición establece que “si la enfermedad hubiere durado más <strong>de</strong><br />

seis meses, fijará el juez, según las circunstancias, la cantidad hasta la cual se<br />

extienda la preferencia”.Concordamos con Josserand, cuando justifica el<br />

privilegio, en la necesidad <strong>de</strong> asegurar el crédito <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor en presencia <strong>de</strong><br />

gastos urgentes.<br />

Dentro <strong>de</strong> la expresión gastos <strong>de</strong> enfermedad, <strong>de</strong>ben compren<strong>de</strong>rse los<br />

honorarios médicos, los costos <strong>de</strong> hospitalización, el valor <strong>de</strong> los exámenes<br />

médicos, etc.<br />

Gastos generados en la quiebra <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (2472 Nº 4)<br />

Según el artículo 2472 Nº 4, quedan comprendidos en el privilegio “los<br />

gastos en que se incurra para poner a disposición <strong>de</strong> la masa los bienes <strong>de</strong>l<br />

fallido, los gastos <strong>de</strong> administración <strong>de</strong> la quiebra, la realización <strong>de</strong>l activo y<br />

los préstamos contratados por el síndico para los efectos mencionados”.<br />

El fundamento <strong>de</strong>l beneficio radica, sin duda, en la necesidad <strong>de</strong><br />

facilitar la labor <strong>de</strong>l Síndico.<br />

Las remuneraciones <strong>de</strong> los trabajadores y las asignaciones<br />

familiares (art. 2472 Nº 5)<br />

Es indudable que el privilegio persigue la protección <strong>de</strong>l trabajador,<br />

quien normalmente no tiene otros medios <strong>de</strong> vida, que el producto <strong>de</strong> su<br />

<strong>trabajo</strong>.<br />

El artículo 2472 Nº 4 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, <strong>de</strong>be concordarse con el<br />

artículo 61 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong>l Trabajo: “Gozan <strong>de</strong>l privilegio <strong>de</strong>l artículo 2472 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>, las remuneraciones a<strong>de</strong>udadas a los trabajadores y sus<br />

asignaciones familiares, las imposiciones o cotizaciones y <strong>de</strong>más aportes que<br />

corresponda percibir a los organismos o entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> previsión o <strong>de</strong> seguridad<br />

social, los impuestos fiscales <strong>de</strong>vengados <strong>de</strong> retención o recargo, y las<br />

in<strong>de</strong>mnizaciones legales y convencionales <strong>de</strong> origen laboral que corresponda a<br />

los trabajadores; todo ello conforme al artículo 2473 y <strong>de</strong>más pertinentes <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>” (inc. 1º).<br />

El inciso 2º precisa que “estos privilegios cubrirán los reajustes,<br />

intereses y multas que correspondan al respectivo crédito”; y el inciso 3º que<br />

“para los efectos <strong>de</strong>l número 5 <strong>de</strong>l artículo 2472 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, se entien<strong>de</strong><br />

376


por remuneraciones, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las señaladas en el artículo 41, las<br />

compensaciones en dinero que corresponda hacer a los trabajadores por<br />

feriado anual o <strong>de</strong>scansos no otorgados”.<br />

Finalmente, <strong>de</strong>be señalarse que “sólo gozarán <strong>de</strong> privilegio estos<br />

créditos <strong>de</strong> los trabajadores que estén <strong>de</strong>vengados a la fecha en que se hagan<br />

valer” y que “los tribunales apreciarán en conciencia la prueba que se rinda<br />

acerca <strong>de</strong> los créditos privilegiados a que se refiere el presente artículo”<br />

(incisos 5º y 6º, respectivamente).<br />

Las cotizaciones para seguridad social (art. 2472 Nº 6)<br />

Según esta norma gozan <strong>de</strong> este privilegio “Las cotizaciones a<strong>de</strong>udadas<br />

a organismos <strong>de</strong> Seguridad Social o que se recau<strong>de</strong>n por su intermedio, para<br />

ser <strong>de</strong>stinadas a ese fin, como asimismo, los créditos <strong>de</strong>l fisco en contra <strong>de</strong> las<br />

entida<strong>de</strong>s administradoras <strong>de</strong> fondos <strong>de</strong> pensiones por los aportes que aquél<br />

hubiere efectuado <strong>de</strong> acuerdo con el inciso tercero <strong>de</strong>l artículo 42 <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto<br />

ley Nº 3.500, <strong>de</strong> 1980”.<br />

Es indudable que lo que la norma preten<strong>de</strong> es asegurar y proteger el<br />

pago <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> cotizaciones, para que el trabajador pueda gozar <strong>de</strong> todos<br />

los beneficios que le asegura el sistema <strong>de</strong> seguridad social vigente en el país.<br />

Los artículos necesarios <strong>de</strong> subsistencia suministrados al <strong>de</strong>udor y<br />

su familia durante los últimos tres meses (artículo 2472 Nº 7)<br />

Este privilegio tiene por objeto facilitar al <strong>de</strong>udor la adquisición <strong>de</strong> lo<br />

necesario para po<strong>de</strong>r subsistir. Un <strong>de</strong>udor en tan precarias condiciones, sólo<br />

podrá obtener crédito, si el acreedor tiene la garantía <strong>de</strong> un pago<br />

preferente.Así las cosas, vemos que el benefico está establecido tanto en favor<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor como <strong>de</strong>l acreedor.<br />

Guillermo Ospina, comentando una norma semejante <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong><br />

Colombia, expresa que “la causal <strong>de</strong> preferencia se refiere ex<strong>cl</strong>usivamente a<br />

los elementos necesarios para conservar la vida y no a otros suministros<br />

distintos, como serían el vestido o la habitación, ni tampoco a los suminisros<br />

suntuarios que no se compe<strong>de</strong>cen con la mala situación económica <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor”. Entre nosotros, Galvarino Palacios es <strong>de</strong> opinión que este privilegio<br />

“no pue<strong>de</strong> restringirse tan sólo a los gastos <strong>de</strong> comida, vestuario, luz y calor,<br />

sino que <strong>de</strong>be exten<strong>de</strong>rse a los gastos <strong>de</strong> habitación, porque así se abre al<br />

377


<strong>de</strong>udor la posibilidad <strong>de</strong> hallar quien le dé en arriendo una casa, <strong>de</strong>bido a que<br />

se da al arrendador una eficaz seguridad <strong>de</strong> que será pagado”.<br />

Agreguemos finalmente, que como el Código <strong>Civil</strong> no ha dado una<br />

<strong>de</strong>finición general <strong>de</strong> lo que entien<strong>de</strong> por familia, habrá que estarse a la<br />

<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> familia que da el artículo 815 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> y que alcanza a<br />

una serie <strong>de</strong> personas. En ese sentido Alessandri, Galvarino Palacios.<br />

Sobre esta materia es importante consignar que don Andrés Bello en<br />

una <strong>de</strong> sus notas (Proyecto Inédito, nota al art. 2661 Nº 5), señala que”si el<br />

<strong>de</strong>udor fuere un posa<strong>de</strong>ro, los comestibles y <strong>de</strong>más artículos suministrados<br />

para el servicio <strong>de</strong> la posada, es <strong>de</strong>cir, para el consumo <strong>de</strong> los que se alojan en<br />

ella, no gozan <strong>de</strong> privilegio alguno.”<br />

Será el tribunal en cada caso particular, el que <strong>de</strong>berá <strong>de</strong>terminar si el<br />

crédito que se está cobrando correspon<strong>de</strong> o no a “artículos necesarios <strong>de</strong><br />

subsistencia”.<br />

In<strong>de</strong>mnizaciones legales y convencionales <strong>de</strong> origen laboral (art.<br />

2472 Nº 8)<br />

El artículo 2472 Nº 8, otorga un privilegio <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase a “las<br />

in<strong>de</strong>mnizaciones legales y convencionales <strong>de</strong> origen laboral que les<br />

correspondan a los trabajadores, que estén <strong>de</strong>vengadas a la fecha en que se<br />

hagan valer y hasta un límite <strong>de</strong> tres ingresos mínimos mensuales por cada año<br />

<strong>de</strong> servicio y fracción superior a seis meses por cada trabajador con un límite<br />

<strong>de</strong> diez años. Por el exceso, si lo hubiere, se consi<strong>de</strong>rarán valistas”.<br />

Esta disposición está repetida en el artículo 61 inciso 4º <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong>l<br />

Trabajo: “El privilegio por in<strong>de</strong>mnizaciones legales y convencionales previsto<br />

en el número 8 <strong>de</strong>l artículo 2472 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, no exce<strong>de</strong>rá, respecto <strong>de</strong><br />

cada beneficiario, <strong>de</strong> un monto igual a tres ingresos mínimos mensuales por<br />

cada año <strong>de</strong> servicio y fracción superior a seis meses, con un límite <strong>de</strong> diez<br />

años; el saldo, si lo hubiere, será consi<strong>de</strong>rado crédito valista. Si hubiere pagos<br />

parciales, éstos se imputarán al máximo referido”.<br />

En conformidad al inciso 5º <strong>de</strong>l artículo 61 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong>l Trabajo “sólo<br />

gozarán <strong>de</strong> este privilegio estos créditos <strong>de</strong> los trabajadores que estén<br />

<strong>de</strong>vengados a la fecha en que se hagan valer”; y según lo prescribe el inciso<br />

378


6º “Los tribunales apreciarán en conciencia la prueba que se rinda acerca <strong>de</strong><br />

los créditos privilegiados a que se refiere el presente artículo”.<br />

Los créditos <strong>de</strong>l fisco por los impuestos <strong>de</strong> retención y <strong>de</strong> recargo<br />

(artículo 2472 Nº 9)<br />

En relación con este privilegio es importante tener presente que los<br />

impuestos <strong>de</strong> retención y <strong>de</strong> recargo son aquellos en que el sujeto pasivo<br />

(aquel legalmente obligado al pago <strong>de</strong>l impuesto) no soporta en su patrimonio<br />

el gravamen, sino que lo traslada a un tercero que es el verda<strong>de</strong>ramente<br />

incidido. En ambos casos, la ley autoriza al sujeto pasivo para trasladar la<br />

inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l gravamen; actuando dicho sujeto como un verda<strong>de</strong>ro<br />

recaudador fiscal. De allí que el legislador en diversas disposiciones (véanse<br />

los artículos 24 inciso final, 97 Nº 11, 147 inciso 7º, todos <strong>de</strong>l Código<br />

Tributario), les otorga un tratamiento especial e idéntico, en general más<br />

drástico frente a las hipótesis <strong>de</strong> incumplimiento. La diferencia entre ambos<br />

tipos <strong>de</strong> impuesto resulta <strong>de</strong> la dirección <strong>de</strong> los flujos <strong>de</strong> dinero: si la<br />

prestación va <strong>de</strong>l incidido al sujeto pasivo, el impuesto es <strong>de</strong> recargo, como<br />

ocurre con el Impuesto al valor agregado <strong>de</strong>l Título II <strong>de</strong>l Decreto Ley Nº 825;<br />

en caso contrario, es <strong>de</strong> retención, como acontece en el impuesto único a las<br />

rentas <strong>de</strong>l <strong>trabajo</strong> <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l artículo 42 Nº 1 <strong>de</strong> la Ley sobre Impuesto a<br />

la Renta, Decreto Ley Nº 824.<br />

Quedan ex<strong>cl</strong>uídos, por consiguiente, los <strong>de</strong>más impuestos que no tengan<br />

este carácter y que constituyen la regla general, como por ejemplo, el<br />

impuesto <strong>de</strong> primera categoría o el impuesto global complementario, ambos<br />

<strong>de</strong> la Ley sobre Impuesto a la Renta. También quedan fuera los <strong>de</strong>más tributos<br />

que no son impuestos, como las tasas y las contribuciones especiales o <strong>de</strong><br />

mejoras.<br />

A juicio <strong>de</strong> Ramos, no quedan cubiertas con el privilegio en estudio, las<br />

multas, por el carácter excepcional <strong>de</strong> los privilegios. Pero sí los intereses, en<br />

virtud <strong>de</strong> lo establecido en el artículo 2491, y los reajustes, por tratarse<br />

simplemente <strong>de</strong> un valor actualizado.<br />

Créditos con preferencia superior a los <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase<br />

Con posterioridad a la entrada en vigencia <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, se fueron<br />

dictando leyes que otorgan preferencias a ciertos créditos para ser pagados<br />

antes que cualquiera otra obligación <strong>de</strong>udor.Así ocurrió, por ejemplo, con el<br />

379


privilegio en favor <strong>de</strong> la Caja <strong>de</strong> Crédito Agrario en el Contrato <strong>de</strong> Prenda<br />

Industrial; con el privilegio <strong>de</strong>l acreedor en el pagaré agrario; con el privilegio<br />

<strong>de</strong>l acreedor en el pagaré industrial; con el privilegio <strong>de</strong> la <strong>Bolsa</strong> <strong>de</strong> Comercio<br />

sobre la garantía cosntituída por el corredor, etc.<br />

Esa nueva realidad creada por leyes especiales, llevó a Galvarino<br />

Palacios a afirmar que existía una nueva categoría <strong>de</strong> créditos que se pagaban<br />

antes que los <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase, que él <strong>de</strong>nominó créditos <strong>de</strong> grado superior y<br />

que otros llamaron “superpreferencias”.<br />

El problema fue muy discutido pues había quienes negaban la existencia<br />

<strong>de</strong> estas superpreferencias: Jaime Illanes, Clemencia Musalem.<br />

El asunto ha venido a quedar solucionado con el nuevo inciso final que<br />

la la ley 19.250 <strong>de</strong>l año 1993 agregó al artículo 148 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras:<br />

“los créditos privilegiados <strong>de</strong> la primera <strong>cl</strong>ase preferirán a todo otro crédito<br />

preferente o privilegiado establecidos por leyes especiales. De consiguiente,<br />

ya no se pue<strong>de</strong> seguir hablando <strong>de</strong> “superpreferencias<br />

Créditos <strong>de</strong> segunda <strong>cl</strong>ase<br />

El artículo 2474 trata <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> segunda <strong>cl</strong>ase: “A la segunda<br />

<strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> créditos pertenecen los <strong>de</strong> las personas que en seguida se enumeran:<br />

1º El posa<strong>de</strong>ro sobre los efectos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor introducidos por éste en la<br />

posada, mientras permanezca en ella y hasta concurrencia <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>ba<br />

por alojamiento, expensas y daños;<br />

2º El acarreador o empresario <strong>de</strong> transportes sobre los efectos<br />

acarreados, que tenga en su po<strong>de</strong>r o en el <strong>de</strong> sus agentes o <strong>de</strong>pendientes, hasta<br />

concurrencia <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>ba por acarreo, expensas y daños; con tal que<br />

dichos efectos sean <strong>de</strong> la propiedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor.”<br />

Se presume que son <strong>de</strong> la propiedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor los efectos introducidos<br />

por él en la posada, o acarreados <strong>de</strong> su cuenta”;<br />

3º El acreedor prendario sobre la prenda”.<br />

Debe agregarse que en virtud <strong>de</strong> leyes especiales, gozan <strong>de</strong> preferencia<br />

<strong>de</strong> segunda <strong>cl</strong>ase, otros créditos, como por ej. el <strong>de</strong>recho legal <strong>de</strong> retención<br />

380


<strong>de</strong><strong>cl</strong>arado judicialmente, sobre bienes muebles (art. 546 Código <strong>de</strong><br />

Procedimiento <strong>Civil</strong>).<br />

Características <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> segunda <strong>cl</strong>ase<br />

Las características <strong>de</strong> estos privilegios son las siguientes:<br />

a) son privilegios especiales, es <strong>de</strong>cir afectan, sólo a bienes<br />

<strong>de</strong>terminados. De consiguiente, si el acreedor no se alcanza a pagar con ellos,<br />

pasa a ser acreedor valista en el exceso (artículo 2490).<br />

b) se pagan con preferencia a los <strong>de</strong>más créditos, salvo respecto <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase (artículo 2476). Y en el caso <strong>de</strong> quiebra <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, “los<br />

acreedores <strong>de</strong> la segunda <strong>cl</strong>ase, in<strong>cl</strong>uídos los que gocen <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

retención judicialmente <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado, podrán ser pagados sin aguardar las<br />

resultas <strong>de</strong> la quiebra siempre que se asegure lo necesario para pagar los<br />

créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase si los <strong>de</strong>más bienes <strong>de</strong> la masa no aparecieren<br />

suficientes para satisfacerlos” (art. 149 inc. 1º <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras).<br />

Crédito <strong>de</strong>l posa<strong>de</strong>ro sobre los efectos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor introducido en la<br />

posada (art. 2474 Nº 1)<br />

Este privilegio se justifica plenamente porque el posa<strong>de</strong>ro -hotelero<br />

diríamos hoy día- está contratando con personas que no conoce- y cuya<br />

solvencia sólo podrá apreciar por el equipaje que lleva. De no existir una<br />

norma como ésta los empresarios hoteleros se verían obligados a exigir pagos<br />

anticipados a sus pasajeros.<br />

El privilegio sólo pue<strong>de</strong> hacerse efectivo: a) sobre los efectos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor<br />

(maletas, baúles y sus respectivos contenidos); b) que sean <strong>de</strong> su propiedad; c)<br />

que él haya introducido en la posada; d) mientras estas especies permanezcan<br />

en la posada; y e) sólo para cubrir los gastos <strong>de</strong> alojamiento, expensas y<br />

daños (artículo 2474).<br />

La ley presume que los efectos que el <strong>de</strong>udor introduce en la posada son<br />

<strong>de</strong> su propiedad (art. 2474 Nº 2, inc. 2º).<br />

Crédito <strong>de</strong>l acarreador o empresario <strong>de</strong> transporte sobre los efectos<br />

acarreados<br />

381


El acarreador o empresario <strong>de</strong> transporte tiene un crédito preferente<br />

sobre los efectos acarreados, que sean <strong>de</strong> propiedad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, que sólo<br />

pue<strong>de</strong> hacer efectivo mientras estos efectos se encuentren en su po<strong>de</strong>r o en el<br />

<strong>de</strong> sus agentes o <strong>de</strong>pendientes. El crédito cubre lo que se le <strong>de</strong>ba por gastos <strong>de</strong><br />

acarreo, expensas y daños.<br />

La ley presume que los efectos acarreadados son <strong>de</strong> propiedad <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>udor (art. 2474 Nº 2 inc. 2º).<br />

Hacemos notar que el privilegio lo tiene ex<strong>cl</strong>usivamente el empresario<br />

<strong>de</strong> transporte, que bien pue<strong>de</strong> no ser el dueño <strong>de</strong>l vehículo en que este<br />

transporte se realiza. En ese sentido Guillermo Ospina.<br />

Crédito <strong>de</strong>l acreedor prendario sobre la prenda<br />

La prenda otorga al acreedor prendario un <strong>de</strong>recho real que le permite<br />

perseguir la cosa pignorada en po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> quien se encuentre, para pagarse<br />

preferentemente con su producido.<br />

Nueva realidad creada con las prendas especiales sin<br />

<strong>de</strong>splazamiento<br />

Bajo la sola vigencia <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, no era concebible que una<br />

misma cosa fuere entregada en prenda a varias acredores, por tratarse <strong>de</strong> un<br />

contrato real que se perfecciona por la entrega <strong>de</strong> la cosa. Esta realidad se ha<br />

visto alterada con la aparición <strong>de</strong> las distintas prendas sin <strong>de</strong>splazamiento, lo<br />

que plantea <strong>de</strong> inmediato el saber cómo prefieren los diversos acreedores<br />

prendarios, cuando sobre una misma cosa se constituyen diferentes prendas.<br />

En el caso <strong>de</strong> la prenda industrial los acreedores prefieren por el or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> sus inscripciones. Así parece <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>l art. 42 <strong>de</strong> la ley 5687, que en<br />

su inciso 1º habla <strong>de</strong> “grados”, lo que da enten<strong>de</strong>r que los acreedores<br />

prendarios concurren <strong>de</strong> acuerdo a un <strong>de</strong>terminado or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> prelación, y lo<br />

confirma el inciso 3º, que hace referencia al artículo 2477, norma que para el<br />

caso <strong>de</strong> la hipoteca establece que concurren en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> sus inscripciones<br />

En la prenda agraria, la ley 4097, no resuelve el problema. Sin embargo,<br />

como para po<strong>de</strong>r constituir una nueva prenda cuando la cosa ya esta<br />

empeñada, se requiere el consentimiento <strong>de</strong>l primer acreedor, parece razonable<br />

enten<strong>de</strong>r que concurren a prorrata, pues <strong>de</strong> no ser así no se ve para qué tendría<br />

382


que autorizar el primer acreedor, cuando en <strong>de</strong>finitiva no sería afectado (En<br />

este sentido Galvarino Palacios, Felipe Bahamon<strong>de</strong>z, Antonio Zuloaga<br />

Villalón). Otros, en cambio, piensan que <strong>de</strong>berían preferir en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> sus<br />

inscripciones, que es el sistema empleado en el Código <strong>Civil</strong> para los<br />

acreedores hipotecarios y por la ley <strong>de</strong> prenda industral. En este sentido<br />

Arturo Alessandri.<br />

En la prenda sin <strong>de</strong>splazamiento -ley 18.112- en principio no <strong>de</strong>biera<br />

haber problema pues el <strong>de</strong>udor no pue<strong>de</strong> gravar ni enajenar lo dado en prenda,<br />

sin previo consentimiento por escrito <strong>de</strong>l acreedor (art. 18). Luego, si el<br />

acreedor otorga su consentimiento y en esa virtud se constituye una segunda<br />

prenda, estimo que ambos acreedores prendarios concurren a prorrata. Las<br />

razones son las mismas dadas para el caso <strong>de</strong> la prenda agraria. En este sentido<br />

Bahamon<strong>de</strong>z.<br />

También estas nuevas prendas sin <strong>de</strong>splazamiento han creado algunos<br />

problemas en el caso <strong>de</strong> que el <strong>de</strong>udor tenga las especies dadas en prenda en<br />

un predio arrendado. La duda es saber quien prefiere, si el arrendador, en<br />

virtud <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> retención que le confiere el artículo 1942 <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong>, o el acreedor prendario.En el caso <strong>de</strong> la prenda industrial el conflicto lo<br />

resuelve el artículo 45 <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> prenda industrial, en relación con el<br />

artículo 26 <strong>de</strong> la misma ley. Prefiere el acreedor prendario, a menos que al<br />

momento <strong>de</strong> perfeccionarse la prenda, el arrendamiento constare por escritura<br />

pública inscrita antes <strong>de</strong> la prenda.<br />

En la prenda agraria el problema lo soluciona el artículo 23 <strong>de</strong> la ley<br />

respectiva: “El acreedor prendario podrá ejercitar, en todo caso, sus <strong>de</strong>rechos<br />

con preferencia al <strong>de</strong> retención, que pudiera hacer al arrendador; pero éste<br />

conservará sus <strong>de</strong>rechos sobre los bienes que resten, una vez hecho entero<br />

pago al acreedor prendario” “Esta preferencia no regirá respecto <strong>de</strong> los bienes<br />

<strong>de</strong>positados en predios urbanos”.<br />

Tercera <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> créditos<br />

Créditos hipotecarios (art. 2477)<br />

El artículo 2477 señala que “la tercera <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> créditos compren<strong>de</strong> los<br />

hipotecarios” (inc. 1º). Y el artículo 2480 agrega a esta <strong>cl</strong>ase, los censos<br />

<strong>de</strong>bidamente inscritos, los que según esta misma norma, serán consi<strong>de</strong>rados<br />

383


como hipotecas y concurrirán indistintamente entre sí y con las hipotecas<br />

según las fechas <strong>de</strong> las respectivas inscripciones.<br />

También quedan comprendidos en esta <strong>cl</strong>ase los bienes inmuebles,<br />

respecto <strong>de</strong> los cuales se ha <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado judicialmente el <strong>de</strong>recho legal <strong>de</strong><br />

retención, siempre que este <strong>de</strong>creto se encontrare inscrito; y el crédito <strong>de</strong>l<br />

aviador en el contrato <strong>de</strong> avío minero, reglamentado en los artículos 206 y<br />

siguientes <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> Minería.<br />

Respecto al <strong>de</strong>recho legal <strong>de</strong> retención, así lo señala el artículo 546 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>: “Los bienes retenidos por resolución<br />

ejecutoriada serán consi<strong>de</strong>rados, según su naturaleza, como hipotecados o<br />

constituídos en prenda para los efectos <strong>de</strong> su realización y <strong>de</strong> la preferencia a<br />

favor <strong>de</strong> los créditos que garantizan. El <strong>de</strong>creto judicial que <strong>de</strong><strong>cl</strong>are proce<strong>de</strong>nte<br />

la retención <strong>de</strong> inmuebles <strong>de</strong>berá inscribirse en el Registro <strong>de</strong> Hipotecas”.<br />

En cuanto al avío minero “no existe una norma explícita que a<strong>cl</strong>are <strong>de</strong><br />

cuál <strong>cl</strong>ase es el crédito que tiene el aviador, porque el inciso segundo <strong>de</strong>l<br />

artículo 2475 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> remitió el asunto al <strong>de</strong> Minería y éste nada<br />

señaló sobre el particular. No obstante, el artículo 219 <strong>de</strong>l Código vigente,<br />

unido al inciso segundo <strong>de</strong>l artículo 202 <strong>de</strong>l Código <strong>de</strong> 1930 (antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l<br />

inciso segundo <strong>de</strong>l actual art. 230), permite <strong>de</strong>ducir que el crédito <strong>de</strong>l aviador -<br />

como el <strong>de</strong>l acreedor hipotecario- es <strong>de</strong> tercera <strong>cl</strong>ase y que, por lo tanto, goza<br />

<strong>de</strong> la correspondiente preferencia en relación con la pertenencia aviada. Por<br />

otra parte, si bien normalmente el aviador tiene <strong>de</strong>recho a pagarse sólo con los<br />

productos <strong>de</strong> las pertenencias y el precio <strong>de</strong> la subasta <strong>de</strong> ella no lo es, el<br />

aviador pue<strong>de</strong> pagarse en este caso con cargo a dicho precio” (Juan Luis Ossa<br />

Bulnes).<br />

Características <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> tercera <strong>cl</strong>ase<br />

Los créditos <strong>de</strong> tercera <strong>cl</strong>ase presentan las siguientes características:<br />

a) Constituyen créditos preferentes, pero no privilegiados (artículos<br />

2470, 2471);<br />

b) Otorgan una preferencia especial, que sólo pue<strong>de</strong> hacerse valer<br />

sobre la finca hipotecada. Si el valor <strong>de</strong> ésta no es suficiente para pagar la<br />

totalidad <strong>de</strong>l crédito, la parte no cubierta no goza <strong>de</strong> preferencia, pasando “por<br />

384


el déficit a la lista <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> la quinta <strong>cl</strong>ase, con los cuales concurrirá<br />

a prorrata” (artículo 2490);<br />

c) Los créditos hipotecarios (lo mismo en el caso <strong>de</strong> los censos o avíos<br />

inscritos) se pagan con el producto <strong>de</strong> la finca hipotecada, con preferencia a<br />

todos los <strong>de</strong>más créditos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor. Sin embargo, si hay acreedores <strong>de</strong><br />

primera <strong>cl</strong>ase y los <strong>de</strong>más bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor no son suficientes para cubrir sus<br />

créditos, el déficit se hace efectivo en las fincas hipotecadas “dividiéndose<br />

entre ellas a prorrata <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> éstas y lo que a cada una quepa se cubrirá<br />

con ella en el or<strong>de</strong>n y forma que se expresa en el artículo 2472” (Arturo<br />

Alessandri). Así lo dispone el artículo 2478.<br />

Pue<strong>de</strong> darse el caso que existan bienes hipotecados y bienes dados en<br />

prenda. Cabe preguntarse ¿qué ocurre si los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor no son<br />

suficientes para pagar a los acreedores <strong>de</strong> la primera <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> créditos? ¿el<br />

déficit <strong>de</strong>be hacerse efectivo únicamente sobre los bienes hipotecados, tal<br />

como lo dice el artículo 2478? ¿o <strong>de</strong>ben hacerse efectivos sobre los bienes<br />

dados en prenda, como lo señala el artículo 2476?<br />

El problema no está resuelto en la ley. Alessandri es <strong>de</strong> opinión que en<br />

la situación propuesta, <strong>de</strong>ben concurrir por el <strong>de</strong>ficit, primeramente los bienes<br />

dados en hipoteca y <strong>de</strong>spués los pignorados. Por algo la ley estimó que unos<br />

son créditos <strong>de</strong> segunda <strong>cl</strong>ase y los otros <strong>de</strong> tercera. Una opinión distinta tiene<br />

Abeliuk, quien estima que el déficit <strong>de</strong>be prorratearse entre los acreedores <strong>de</strong><br />

segunda y tercera <strong>cl</strong>ase.<br />

d) Los créditos hipotecarios (y lo mismo en el caso <strong>de</strong> los censos<br />

inscritos) prefieren en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> sus fechas <strong>de</strong> inscripción. Así está dicho en<br />

el artículo 2477, que señala en el inciso 2º, que a los acreedore hipotecarios se<br />

les pagará en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la fechas <strong>de</strong> sus hipotecas, agregando en el inciso 3º<br />

que “las hipotecas <strong>de</strong> una misma fecha que gravan una misma finca preferirán<br />

unas a otras en el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> su inscripción”.<br />

El artículo 2477 inciso final agrega que “En este concurso se pagarán<br />

primeramente las costas judiciales causadas en él”.<br />

e) En conformidad al artículo 2477 inciso 2º, “a cada finca gravada<br />

con hipoteca podrá abrirse, a petición <strong>de</strong> los respectivos acreedores o <strong>de</strong><br />

cualquiera <strong>de</strong> ellos, un concurso particular para que se les pague<br />

inmediatamente con ella, según el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> las fechas <strong>de</strong> sus hipotecas”<br />

385


El artículo 2479 agrega que “los acreedores hipotecarios no estarán<br />

obligados a aguardar las resultas <strong>de</strong>l concurso general para proce<strong>de</strong>r a ejercer<br />

sus acciones contra las respectivas fincas: bastará que consignen o afiancen<br />

una cantidad pru<strong>de</strong>ncial para el pago <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase en la<br />

parte que sobre ellos recaiga, y que restituyan a la masa lo que sobrare <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> cubiertas sus acciones”.<br />

De manera que la hipoteca constituye no sólo una garantía eficaz en<br />

cuanto permite hacer efectivo el crédito sobre la finca sin importar quien la<br />

esté poseyendo, sino que, a<strong>de</strong>más, presenta la utilidad <strong>de</strong> que los acredores<br />

hipotecarios pue<strong>de</strong>n pagarse <strong>de</strong> inmediato sin tener que esperar el resultado <strong>de</strong><br />

la quiebra, reservandose únicamente lo necesario para asegurar el pago a los<br />

acreedores <strong>de</strong> primera <strong>cl</strong>ase.<br />

La Ley <strong>de</strong> Quiebras no ha modificado estas disposiciones, pues en su<br />

artículo 150 dispone que “los acreedores <strong>de</strong> la tercera <strong>cl</strong>ase se pagarán en la<br />

forma que <strong>de</strong>terminan los artículos 2477, 2478, 2479 y 2480 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>”<br />

(inc. 1º) agregando que “los concursos especiales <strong>de</strong> hipotecarios que se<br />

formen sin <strong>de</strong><strong>cl</strong>aración <strong>de</strong> quiebra se regirán por las disposiciones <strong>de</strong>l Código<br />

<strong>Civil</strong> y <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Procedimiento <strong>Civil</strong>” (inc. 2º).<br />

De acuerdo a lo que se viene diciendo, la preferencia hipotecaria pue<strong>de</strong><br />

ser alegada <strong>de</strong> diversas formas:<br />

a) mediante la correspondiente tercería <strong>de</strong> prelación, en un juicio<br />

ejecutivo, iniciado por un tercero que embargue el bien hipotecado;<br />

b) cuando el juicio ejecutivo es iniciado por otro acreedor hipotecario<br />

<strong>de</strong> grado posterior, pue<strong>de</strong> hacer efectiva su preferencia en el mismo juicio en<br />

que se pi<strong>de</strong> la subasta, mediante la correspondiente tercería <strong>de</strong> prelación. En<br />

ese sentido Rafael Mery Berisso (“<strong>Derecho</strong> Hipotecario”, Editorial Jurídica,<br />

Santiago, 1958). Otros autores estiman que no se requiere <strong>de</strong> tercería. Así<br />

Abeliuk;<br />

c) pue<strong>de</strong> ser alegada en el concurso particular <strong>de</strong> acreedores<br />

hipotecarios a que se refiere el artículo 2477, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> si el<br />

<strong>de</strong>udor esté o no <strong>de</strong><strong>cl</strong>arado en quiebra. Se ha fallado que si existe un concurso<br />

particular <strong>de</strong> acreedores, la adjudicación hecha a un acreedor hipotecario en<br />

juicio seguido separadamente <strong>de</strong>l concurso, es nulo (Gaceta <strong>de</strong> los Tribunales,<br />

386


1922, 1º semestre, p. 392). Esta <strong>de</strong>cisión se ajusta a lo establecido en el<br />

artículo 71 inciso 3º <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras: “La formación <strong>de</strong> concurso<br />

especial <strong>de</strong> hipotecarios, respecto <strong>de</strong> una finca gravada, suspen<strong>de</strong> también el<br />

<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos para perseguirla separadamente”.<br />

d) si el <strong>de</strong>udor está en quiebra, los acreedores hipotecarios <strong>de</strong>ben<br />

verificar sus créditos en la quiebra, <strong>de</strong> acuerdo a las reglas generales, pues la<br />

ley no contempla ninguna excepción (arts. 131, 132 y 150 <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong><br />

Quiebras). Esta interpretación no es contraria a lo que establece el artículo 71<br />

<strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras, que permite a los acreedores hipotecarios y prendarios<br />

iniciar o llevar a<strong>de</strong>lante sus acciones en los bienes afectos a la seguridad <strong>de</strong><br />

sus respectivos créditos (art. 71 inciso 1º <strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Quiebras). En ese<br />

sentido Abeliuk, quien afirma que “estamos por la opinión <strong>de</strong> quienes<br />

consi<strong>de</strong>ran que siempre el acreedor hipotecario <strong>de</strong>be verificar, únicamente que<br />

su verificación es diferente a las <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más acreedores, pues no va a<br />

concurrir a la liquidación general <strong>de</strong> bienes, sino en cuanto cobre el<br />

mencionado déficit. Pero su crédito y preferencia pue<strong>de</strong>n ser impugnados; en<br />

ese sentido se ha orientado la última jurispru<strong>de</strong>ncia”. Somarriva, en cambio,<br />

afirma que no tienen necesidad <strong>de</strong> verificar a menos que estén cobrando un<br />

<strong>de</strong>ficit no cubierto con la finca hipotecada.<br />

Bienes sobre los cuales recae la preferencia hipotecaria<br />

Por tratarse <strong>de</strong> una preferencia especial, se hace efectiva sobre el precio<br />

que resulte <strong>de</strong> la subasta <strong>de</strong> la finca (o sobre la in<strong>de</strong>mnización, en el caso <strong>de</strong>l<br />

seguro, si <strong>de</strong> produjo el siniestro, o en el caso <strong>de</strong> la expropiación). También<br />

por aplicación <strong>de</strong> lo que disponen los artículos 2420 a 2422, sobre los<br />

inmuebles por <strong>de</strong>stinación o adherencia, frutos aumentos y mejoras que haya<br />

tenido la cosa hipotecada.<br />

Por el hecho <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r la hipoteca -artículo 2420- bienes muebles<br />

por naturaleza (inmuebles por <strong>de</strong>stinación o por adherencia), pue<strong>de</strong>n generarse<br />

conflictos cuando sobre algunos <strong>de</strong> esos bienes se ha constituido también una<br />

prenda especial, sin <strong>de</strong>splazamiento. En algunos casos, la ley resuelve el<br />

conflicto. Así ocurre con la prenda agraria, en que por disposición <strong>de</strong>l artículo<br />

4º <strong>de</strong> la ley Nº 4097 “el crédito prendario gozará <strong>de</strong> preferencia en estos<br />

bienes, sobre el acreedor hipotecario”. En otros, la ley nada ha dicho, como<br />

ocurre, por ej. con la ley sobre prenda industrial Nº 5687. En este caso, se<br />

plantea el problema <strong>de</strong> saber cuál crédito prefiere ¿el prendario? ¿o el<br />

hipotecario?. Para Somarriva, prefiere el crédito prendario, con<strong>cl</strong>usión a la que<br />

387


llega aplicando por analogía lo dicho para la prenda agraria. Para otros<br />

(Gómez Reyes, citado por Luis Felipe Bahamon<strong>de</strong>z), <strong>de</strong>ben concurrir ambos a<br />

prorrata, por ser esa la regla general contenida en ela rtículo 2469.<br />

Bahamon<strong>de</strong>z, al parecer, opta por la primera posición señalando que “no<br />

<strong>de</strong>bemos per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista que la prenda es un crédito <strong>de</strong> segunda <strong>cl</strong>ase,<br />

mientras que la hipoteca es un crédito <strong>de</strong> tercera <strong>cl</strong>ase”.<br />

En el caso <strong>de</strong> la prenda <strong>de</strong> la ley 4.702, <strong>de</strong> cosas muebles que se vendan<br />

a plazo, no hay problemas pues la cosa comprada (sobre la que recae la<br />

prenda) no le afectará ninguna hipoteca o gravamen sobre el inmueble, sin<br />

previo consentimiento <strong>de</strong>l acreedor prendario (art. 8º). De esta norma se colige<br />

que si el acreedor prendario autoriza, ambos- acreedor prendario e hipotecario-<br />

concurren a prorrata. Una situación semejante se da en la prenda sin<br />

<strong>de</strong>splazamiento -ley 18.112- por cuanto, para enajenar o gravar las cosas dadas<br />

en prenda se requiere el consentimiento por escrito <strong>de</strong>l acreedor.<br />

En el caso <strong>de</strong> la hipoteca sobre una concesión minera, los bienes que<br />

quedan afectos a la hipoteca no pue<strong>de</strong>n ser dados en prenda sin el<br />

consentimiento <strong>de</strong>l acreedor hipotecario. Así quedó constancia al discutirse el<br />

Código <strong>de</strong> Minería en las Comisiones legislativas (Juan Luis Ossa Bulnes).<br />

Luego, si hay consentimiento, creemos que el acreedor prendario e hipotecario<br />

<strong>de</strong>ben concurrir a prorrata.<br />

Cuarta <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> créditos<br />

El artículo 2481 señala que “la cuarta <strong>cl</strong>ase <strong>de</strong> créditos compren<strong>de</strong>:<br />

1º Los <strong>de</strong>l Fisco contra los recaudadores y administradores <strong>de</strong> bienes<br />

fiscales”;<br />

2º Los <strong>de</strong> los establecimienos nacionales <strong>de</strong> caridad o educación, y los<br />

<strong>de</strong> las municipalida<strong>de</strong>s, iglesias y comunida<strong>de</strong>s religiosas, contra los<br />

recaudadores y administradores <strong>de</strong> sus fondos;<br />

3º Los <strong>de</strong> las mujeres casadas, por los bienes <strong>de</strong> su propiedad que<br />

administra el marido, sobre los bienes <strong>de</strong> éste o, en su caso, los que tuvieren<br />

los cónyuges por gananciales;<br />

4º Los <strong>de</strong> los hijos <strong>de</strong> familia, por los bienes <strong>de</strong> su propiedad que fueren<br />

administrados por el padre o la madre, sobre los bienes <strong>de</strong> éstos;<br />

388


5º Los <strong>de</strong> las personas que están bajo tutela o curaduría contra sus<br />

respectivos tutores o curadores;<br />

6º Los <strong>de</strong> todo pupilo contra el que se casa con la madre o abuela,<br />

tutora o curadora, en el caso <strong>de</strong>l artículo 511”.<br />

Características <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase<br />

Se pue<strong>de</strong>n señalar como características <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> esta cuarta<br />

<strong>cl</strong>ase, las siguientes:<br />

a) constituyen un privilegio <strong>de</strong> carácter general, es <strong>de</strong>cir, se pue<strong>de</strong>n<br />

hacer efectivos sobre todo el patrimonio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor (ex<strong>cl</strong>uídos los<br />

inembargables y los <strong>de</strong> segunda y tercera <strong>cl</strong>ase, por ser especiales) (art. 2486);<br />

b) prefieren entre sí según las fechas <strong>de</strong> sus respectivas causas. Así lo<br />

establece el artículo 2482. Nótese la diferencia entre estos créditos y los <strong>de</strong><br />

primera <strong>cl</strong>ase que prefieren por el or<strong>de</strong>n en que están tratados en el artículo<br />

2472 y los <strong>de</strong> tercera <strong>cl</strong>ase, que prefieren por la fecha <strong>de</strong> sus inscripciones.<br />

Consignemos <strong>de</strong> inmediato, que hay un caso especial que estudiaremos<br />

al final -crédito por expensas comunes <strong>de</strong> un piso o <strong>de</strong>partamento acogido a la<br />

ley <strong>de</strong> pisos- en que no opera para <strong>de</strong>terminar el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> concurrencia, la<br />

fecha <strong>de</strong> la causa.<br />

En conformidad al artículo 2482, las fechas <strong>de</strong> las causas, son respecto<br />

<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> estos créditos, las siguientes: a) en los casos 1 y 2 <strong>de</strong>l artículo<br />

2482, la <strong>de</strong> los respectivos nombramientos; b) en los casos 3 y 6, la <strong>de</strong>l<br />

matrimonio; c) en el 4, la fecha <strong>de</strong> nacimiento <strong>de</strong>l hijo; y en el caso <strong>de</strong>l Nº 5,<br />

la fecha <strong>de</strong>l discernimiento <strong>de</strong> la tutela o curatela.<br />

c) no dan <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> persecución contra <strong>de</strong> terceros (artículo 2486<br />

segunda parte). Hace excepción a esta regla, el crédito por gastos comunes<br />

que tiene un condominio, en contra <strong>de</strong> los que adquieran la unidad que a<strong>de</strong>u<strong>de</strong><br />

esos gastos. Así está establecido en el artúiculo 4º inciso 4º <strong>de</strong> la ley 19.537,<br />

sobre Copropiedad Inmobiliaria (Diario Oficial <strong>de</strong>l 16 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1997).<br />

d) sólo se hacen efectivos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cubiertos los créditos <strong>de</strong> las tres<br />

primeras <strong>cl</strong>ases, <strong>de</strong> cualquier fecha que sean (artículo 2486).<br />

389


e) en general, están <strong>de</strong>stinados a proteger a una persona cuyos bienes<br />

son administrados por otro.<br />

Distinción entre los diferentes créditos <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase<br />

Se pue<strong>de</strong> distinguir, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la enumeración <strong>de</strong>l artículo 2481, dos<br />

<strong>cl</strong>ases <strong>de</strong> créditos: a) los <strong>de</strong> ciertas personas en contra <strong>de</strong> quienes administran<br />

sus bienes (números 1, 2, y 3); y b) los <strong>de</strong> los incapaces en contra <strong>de</strong> sus<br />

representantes legales (Nºs 4 y 5).<br />

Estudio particularizado <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase<br />

Créditos <strong>de</strong>l Fisco contra los recaudadores y administradores <strong>de</strong><br />

bienes fiscales (art. 2481 Nº 1)<br />

Como afirma Alessandri, cualquiera que sea el motivo por el que una<br />

persona recau<strong>de</strong> o administre bienes fiscales, opera este privilegio, sin que<br />

importe la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong>l cargo. Si el crédito <strong>de</strong>l Fisco <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> otras<br />

causas, distinta <strong>de</strong> a la recaudación o administración, no queda comprendido<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este numerando.<br />

Crédito <strong>de</strong> los establecimientos públicos en contra <strong>de</strong> sus<br />

administradores y <strong>de</strong> los recaudadores <strong>de</strong> sus fondos (art. 2481 Nº 2)<br />

Este crédito lo tienen ex<strong>cl</strong>usivamente las personas jurídicas <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong><br />

Público, distintas <strong>de</strong>l Fisco, cualquiera sea su <strong>de</strong>nominación: Municipalida<strong>de</strong>s,<br />

establecimientos públicos, servicios semifiscales, etc. Respecto a las iglesias y<br />

comunida<strong>de</strong>s religiosas, ente<strong>de</strong>mos que sólo les correspon<strong>de</strong> a las católicas,<br />

ya que sólo ella tienen la calidad <strong>de</strong> personas <strong>de</strong> <strong>Derecho</strong> Público, como<br />

consecuencia <strong>de</strong> haber tenido tal calidad al momento <strong>de</strong> producirse la<br />

separación <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong>l Estado, en el año 1925. En contra Luis Felipe<br />

Bahamon<strong>de</strong>z Prieto, quien estima que hoy día, la preferencia rige para las<br />

Iglesias <strong>de</strong> cualquier culto, en virtud <strong>de</strong> lo dispuesto en el artículo 19 Nº 6 <strong>de</strong><br />

la Constitución Política <strong>de</strong>l Estado.<br />

Privilegio <strong>de</strong> la mujer casada, por los bienes <strong>de</strong> su propiedad que<br />

administra el marido (art. 2481 Nº 3º)<br />

390


Esta disposición sólo tiene cabida respecto <strong>de</strong> la mujer que se encuentra<br />

casada en régimen <strong>de</strong> sociedad conyugal, pues sólo en ese caso el marido<br />

administra los bienes sociales y los bienes propios <strong>de</strong> la mujer (artículo 1749<br />

<strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>). Ello a pesar que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que entró en vigencia la ley 18.802<br />

(año 1989), la mujer casada es plenamente capaz.<br />

Respecto a los matrimonios celebrados en el extranjero, el artículo<br />

2484 prescribe que “Los matrimonios celebrados en país extranjero y que<br />

según el artículo 119 <strong>de</strong>ban producir efectos civiles en Chile, darán a los<br />

créditos <strong>de</strong> la mujer sobre los bienes <strong>de</strong>l marido existentes en territorio chileno<br />

el mismo <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> preferencia que los matrimonios celebrados en Chile”.<br />

Sobre este punto es importante tener presente que con las modificaciones <strong>de</strong><br />

las leyes 18.802 y 19.335, la situación <strong>de</strong> los que se casan en el extranjero es<br />

la siguiente: se enten<strong>de</strong>rán separados <strong>de</strong> bienes, sin perjuicio <strong>de</strong> que al<br />

inscribir su matrimonio en el Registro <strong>de</strong> la Primera Sección <strong>de</strong> la Comuna <strong>de</strong><br />

Santiago, pacten sociedad conyugal o el régimen participación en los<br />

gananciales (art. 135 inciso 2º <strong>de</strong>l Codigo <strong>Civil</strong>). Si optan por el régimen <strong>de</strong><br />

sociedad conyugal, el marido administrará los bienes <strong>de</strong> la mujer y sociales,<br />

<strong>de</strong>l mismo modo que si el matrimonio se hubiere celebrado en Chile.<br />

Personas que pue<strong>de</strong>n alegar la preferencia <strong>de</strong>l artículo 2481 Nº 3<br />

Pue<strong>de</strong>n alegar este privilegio sólo las mujeres casadas en régimen <strong>de</strong><br />

sociedad conyugal; sus here<strong>de</strong>ros, en virtud <strong>de</strong>l artículo 1097, y sus<br />

cesionarios.<br />

Algunos problemas a que da lugar el privilegio en favor <strong>de</strong> las mujeres<br />

casadas<br />

Se han planteado respecto a esta causal <strong>de</strong> privilegio, varias<br />

interrogantes: a) qué bienes <strong>de</strong> la mujer quedan amparados; b) oportunidad en<br />

que la mujer <strong>de</strong>be hacer efectiva la preferencia; y c) sobre qué bienes se hacen<br />

efectivos.<br />

Bienes <strong>de</strong> la mujer amparados por el artículo 2481 Nº 3<br />

El problema lo plantea la disposición que comentamos al <strong>de</strong>cir “por los<br />

bienes <strong>de</strong> su propiedad que administra el marido”. ¿Se está refiriendo<br />

únicamente a los bienes propios <strong>de</strong> la mujer o compren<strong>de</strong> también los bienes<br />

391


que ella aportó con cargo <strong>de</strong> recompensa, que integran el activo relativo <strong>de</strong> la<br />

sociedad conyugal?.<br />

Alessandri sostiene que limitar el privilegio sólo a los bienes propios<br />

<strong>de</strong> la mujer (bienes que el marido <strong>de</strong>be restituir en especie) importa limitar los<br />

efectos <strong>de</strong> la norma, pues tratándose <strong>de</strong> bienes propios <strong>de</strong> la mujer, no necesita<br />

la protección. Por ello afirma que también quedan comprendidos en el<br />

privilegio los créditos “que la mujer casada tenga contra el marido por los<br />

precios, saldos o recompensas <strong>de</strong> los bienes que ella aportó o adquirió a título<br />

gratuito durante el matrimonio”. En el mismo sentido Luis Felipe<br />

Bahamon<strong>de</strong>z.<br />

Oportunidad en que la mujer pue<strong>de</strong> hacer efectiva su preferencia<br />

La respuesta a esta interrogante es simple. Vigente la sociedad<br />

conyugal, ningún crédito tiene la mujer contra el marido por la administración<br />

que éste realiza. Como los privilegios son inherentes (accesorios) al crédito<br />

(art. 2470 inc. 2º), es evi<strong>de</strong>nte que la mujer no pue<strong>de</strong> hacer efectivo el<br />

privilegio hasta que la sociedad conyugal se disuelva. No se <strong>de</strong>be pensar por<br />

ello, que la mujer se perjudica dado que si la administración <strong>de</strong>l marido es<br />

fraudulenta o inconveniente o está en notoria insolvencia, la mujer tiene<br />

<strong>de</strong>recho a <strong>de</strong>mandar la separación judicial <strong>de</strong> bienes, en conformidad al<br />

artículo 155 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, que produce la disolución <strong>de</strong> la sociedad<br />

conyugal.<br />

Bienes sobre los que se hace efectivo la preferencia<br />

La cuestión a resolver es si la mujer pue<strong>de</strong> hacer efectivo el privilegio<br />

ex<strong>cl</strong>usivamente en bienes <strong>de</strong>l marido o también en los bienes sociales.<br />

El punto ha sido discutido. Según algunos, sólo se pue<strong>de</strong> hacer efectivo<br />

el privilegio en los bienes propios <strong>de</strong>l marido, pues el artículo 2481, emplea la<br />

expresión “sobre los bienes <strong>de</strong> éste”.<br />

Alessandri no participa <strong>de</strong> esta opinión, fundado en varias razones:<br />

a) porque <strong>de</strong> admitirse esa interpretación “sería hacer respon<strong>de</strong>r a la<br />

mujer con sus bienes propios más allá <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> gananciales por las<br />

<strong>de</strong>udas sociales cuando el marido no tuviere bienes o sus bienes y los sociales<br />

fueren insuficientes para cubrir la totalidad <strong>de</strong> los créditos”. Y más a<strong>de</strong>lante<br />

392


agrega que “la única manera <strong>de</strong> proteger los intereses <strong>de</strong> la mujer y <strong>de</strong><br />

conciliar las reglas que rigen la responsabilidad <strong>de</strong> ella por las <strong>de</strong>udas <strong>de</strong>l<br />

marido, es admitir que la mujer goza <strong>de</strong> preferencia no solamente en los<br />

bienes que forman el patrimonio propio <strong>de</strong>l marido, sino en los bienes que<br />

constituyen el patrimonio <strong>de</strong> la sociedad conyugal”. Agrega, una razón <strong>de</strong><br />

historia fi<strong>de</strong>digna: en el Proyecto <strong>de</strong> Código <strong>Civil</strong> se <strong>de</strong>cía que esta<br />

preferencia se ejerce sobre los bienes <strong>de</strong>l marido y los bienes sociales”, pero<br />

esta última frase fue suprimida, con razón a su juicio, porque “si hay discusión<br />

entre los diversos acreedores <strong>de</strong>l marido y es menester aplicar las reglas <strong>de</strong> la<br />

prelación <strong>de</strong> créditos, quiere <strong>de</strong>cir que los bienes <strong>de</strong>l marido son insuficientes<br />

para pagarlos a todos, y ¿cuándo hay gananciales?.Cuando los cónyuges han<br />

retirado sus aportes y los acreedores <strong>de</strong> la sociedad conyugal han sido<br />

pagados. Y si hay conflicto entre los acreedores que preten<strong>de</strong>n pagarse, no<br />

parece propio hablar <strong>de</strong> bienes sociales”;<br />

b) porque el artículo 2481 forma parte <strong>de</strong>l Titulo “De la Prelación <strong>de</strong><br />

créditos” que “tiene por objeto reglar los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la mujer en concurrencia<br />

con otros acreedores. Si respecto <strong>de</strong> éstos la sociedad conyugal no existe y<br />

sólo hay marido y mujer, era lógico que se refiriera a los <strong>de</strong> aquél<br />

únicamente”.<br />

La jurispru<strong>de</strong>ncia se ha in<strong>cl</strong>inado por la tesis <strong>de</strong> Alessandri: T. 33, sec.<br />

1ª, p. 53; T. 27, sec. 2ª, p. 41. En el mismo sentido <strong>de</strong> Alessandri, Luis Felipe<br />

Bahamon<strong>de</strong>z.<br />

Alegación y prueba en el caso <strong>de</strong>l privilegio invocado por la mujer<br />

casada<br />

La mujer <strong>de</strong>be alegar el privilegio y a<strong>de</strong>más, en conformidad al<br />

artículo 2483, <strong>de</strong>be probar la existencia <strong>de</strong> los bienes administrados por el<br />

marido, mediante inventarios solemnes, testamentos, actos <strong>de</strong> partición,<br />

sentencias <strong>de</strong> adjudicación, escrituras públicas <strong>de</strong> capitulaciones<br />

matrimoniales, <strong>de</strong> donación, venta, permuta, u otros <strong>de</strong> igual autenticidad. En<br />

el caso que lo <strong>de</strong>mandado fueren in<strong>de</strong>mnizaciones por una administración<br />

culpable o dolosa, los cargos podrán probarse <strong>de</strong> cualquier modo fehaciente<br />

(art. 2385 inciso 2º).<br />

A<strong>de</strong>más, <strong>de</strong>be tenerse presente que en conformidad al artículo 2485 “la<br />

confesión <strong>de</strong>l marido, <strong>de</strong>l padre o madre <strong>de</strong> familia o <strong>de</strong>l tutor o curador<br />

fallidos, no hará prueba por si sola contra los acreedores”. Ello con el objeto<br />

393


<strong>de</strong> evitar una posible colusión entre marido y mujer, en perjuicio <strong>de</strong> los<br />

acreedores.<br />

Crédito privilegiado <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> familia por los bienes administrados<br />

por su padre o madre (2481 Nº 4)<br />

En conformidad a esta disposición los hijos <strong>de</strong> familia tienen un crédito<br />

privilegiado <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase, respecto <strong>de</strong> los bienes que administra su padre o<br />

madre, privilegio que se hace efectivo sobre los bienes <strong>de</strong> éstos.<br />

Cabe precisar que este privilegio correspon<strong>de</strong> al hijo <strong>de</strong> familia, esto es,<br />

al hijo legítimo no emancipado, que se encuentra sometido a la patria potestad<br />

<strong>de</strong> su padre, y en <strong>de</strong>fecto <strong>de</strong>l padre, a la <strong>de</strong> su madre legítima (art. 240 <strong>de</strong>l<br />

Código <strong>Civil</strong>).<br />

El padre legítimo -o la madre legítima en su caso- administran y<br />

usufructuan <strong>de</strong> la generalidad <strong>de</strong> los bienes <strong>de</strong>l hijo, salvo aquellos que éste<br />

adquiere con su <strong>trabajo</strong>, que constituyen su peculio profesional o industrial,<br />

bienes estos últimos que el hijo administra personalmente (artículos 246 y<br />

247) o aquellos otros bienes que el hijo recibe a título <strong>de</strong> donación, herencia o<br />

legado, a condición <strong>de</strong> que no los administre el padre.<br />

Este privilegio tiene por objeto que el hijo pueda cobrar<br />

preferentemente a su padre o madre, lo que éste o ésta le a<strong>de</strong>u<strong>de</strong> cuando<br />

termine su administración, sea a título <strong>de</strong> restituciones, in<strong>de</strong>mnizaciones,<br />

intereses, etc.<br />

Lo mismo que para el caso anterior, para que el hijo pueda gozar <strong>de</strong><br />

este privilegio tiene que alegarlo y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>be probar, en la forma señalada<br />

en el artículo 2483, cuáles son los bienes que ha administrado su padre. No<br />

rigen estas exigencias para justificar las in<strong>de</strong>mnizaciones que <strong>de</strong>ba el padre al<br />

hijo por su administración <strong>de</strong>scuidada o dolosa (2483 inc. 2º). También en este<br />

caso <strong>de</strong>be tenerse presente la norma <strong>de</strong>l artículo 2485.<br />

El privilegio lo hace efectivo el hijo <strong>de</strong> familia en los bienes <strong>de</strong> su padre<br />

(o <strong>de</strong> su madre si es ella la que administra) (art. 2481 Nº 4º, parte final).<br />

Privilegio <strong>de</strong> los pupilos sobre los bienes <strong>de</strong> sus guardadores (art.<br />

24871 Nº 5º)<br />

394


Esta disposición otorga un privilegio <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase a las personas que<br />

se encuentran bajo tutela o curatela, contra sus respectivos tutores o curadores.<br />

En confomidad al artículo 391 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> “el tutor o curador<br />

administra los bienes <strong>de</strong>l pupilo, y es obligado a la conservación <strong>de</strong> estos<br />

bienes y a su reparación y cultivo. Su responsabilidad se extien<strong>de</strong> hasta la<br />

culpa leve in<strong>cl</strong>usive”. Por su parte el artículo 415 le obliga a llevar una cuenta<br />

fiel, exacta y, en lo posible, documentada, con el objeto <strong>de</strong> que terminada su<br />

gestión pueda restituir los bienes a quien corresponda y pague los saldos que<br />

resulten en su contra. El privilegio que estamos estudiando, tiene por objeto<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r al pupilo <strong>de</strong> una administración fraudulenta <strong>de</strong> su guardador.<br />

La doctrina entien<strong>de</strong> que este privilegio sólo cabe respecto <strong>de</strong> los<br />

tutores o curadores que ejercen la guarda sobre la persona <strong>de</strong>l pupilo, siendo<br />

por ello improce<strong>de</strong>nte en las curadurías <strong>de</strong> bienes. Tampoco cabe en las<br />

curadurías especiales (Luis Felipe Bahamon<strong>de</strong>z. En igual sentido Gaceta <strong>de</strong><br />

los Tribunales, año 1883, Nº 1024, p. 524).<br />

Lo mismo que los casos anteriores, el privilegio <strong>de</strong>be ser alegado y<br />

<strong>de</strong>be probarse, en la forma que indica el artículo 2483, la existencia <strong>de</strong> los<br />

bienes administrados por el tutor o curador. Rige también en este caso la<br />

limitación probatoria <strong>de</strong>l artículo 2485.<br />

El privilegio contemplado en el artículo 2481 Nº 6 se encuentra<br />

tácitamente <strong>de</strong>rogado<br />

Esta norma establece que gozan <strong>de</strong> privilegio “todo pupilo contra el que<br />

se casa con la madre o abuela, tutora o curadora, en el caso <strong>de</strong>l artículo 511”.<br />

Tenía sentido la disposición cuando el artículo 511 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong> era<br />

el siguiente: “Si la ascendiente legítima o madre natural, tutora o curadora,<br />

quisiera casarse, lo <strong>de</strong>nunciará previamente al magistrado, para que se nombre<br />

la pesona que ha <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>rle en el cargo; y <strong>de</strong> no hacerlo así, ella y su marido<br />

quedarán solidariamente responsables <strong>de</strong> la administración extendiéndose la<br />

responsabilidad <strong>de</strong>l marido aun a los actos <strong>de</strong> la tutora o curadora anteriores al<br />

matrimonio”. Sin embargo, la ley 5521 <strong>de</strong> 19 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1934, cambió su<br />

texto, eliminando la responsabilidad solidaria <strong>de</strong> los que casaren con la madre,<br />

abuela, tutora o curadora <strong>de</strong>l pupilo.<br />

395


En la forma explicada, <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse tácitamente <strong>de</strong>rogado el numeral<br />

6º <strong>de</strong>l artículo 2481.<br />

Privilegio por expensas comunes <strong>de</strong> una unidad que forme parte <strong>de</strong><br />

un condominio<br />

Al respecto el artículo 4º inciso 4º <strong>de</strong> la ley 19.537, sobre Copropiedad<br />

Inmobiliaria, publicada en el Diario Oficial <strong>de</strong>l 16 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1997,<br />

estable lo siguiente: “La obligación <strong>de</strong>l propietario <strong>de</strong> una unidad por los<br />

gastos comunes seguirá siempre al dominio <strong>de</strong> su unidad, aun respecto <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>vengados antes <strong>de</strong> su adquisición, y el crédito correspondiente gozará <strong>de</strong> un<br />

privilegio <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase, que preferirá, cualquiera que sea su fecha, a los<br />

enumerados en el artículo 2481 <strong>de</strong>l Código <strong>Civil</strong>, sin perjuicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l<br />

propietario para exigir el pago a su antecesor en el dominio y <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong><br />

saneamiento por evicción, en su caso”.<br />

Este privilegio presenta algunas características especiales, que<br />

constituyen excepciones a las reglas generales aplicables a los créditos <strong>de</strong><br />

cuarta <strong>cl</strong>ase:<br />

a) Hace excepción a la norma <strong>de</strong>l artículo 2482, según la cual los<br />

créditos <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase prefieren según las fechas <strong>de</strong> sus causas. En este caso,<br />

el privilegio prefiere, cualquiera sea su fecha, a los enumerados en el artículo<br />

2481;<br />

b) El privilegio en estudio, constituye una excepción a la regla,<br />

contenida en el artículo 2486, <strong>de</strong> que las preferencias <strong>de</strong> la cuarta <strong>cl</strong>ase afecten<br />

a todos los bienes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>udor, por cuanto sólo se hace efectivo sobre la unidad<br />

<strong>de</strong>l propietario moroso en el pago <strong>de</strong> las expensas comunes;<br />

c) El privilegio alcanza a quien adquiere la unidad aun respecto <strong>de</strong> las<br />

expensas generadas antes <strong>de</strong> su adquisición. Constituye por ello, una<br />

excepción a la regla <strong>de</strong>l art. 2486 <strong>de</strong> que los créditos <strong>de</strong> cuarta <strong>cl</strong>ase no dan<br />

<strong>de</strong>recho contra terceros poseedores.<br />

Cabe agregar que este privilegio es equivalente al que establecía la Ley<br />

Nº 6071 sobre Propiedad Horizontal, artículo 48, hoy <strong>de</strong>rogada por el artículo<br />

48 <strong>de</strong> la ley 19.537, publicada en el Diario Oficial <strong>de</strong>l 16 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong><br />

1997.<br />

396


Créditos <strong>de</strong> quinta <strong>cl</strong>ase, acreedores valistas o quirografarios<br />

En conformidad al artículo 2489 la quinta y última <strong>cl</strong>ase compren<strong>de</strong> los<br />

créditos que no gozan <strong>de</strong> preferencia”. De acuerdo al inciso 2º <strong>de</strong> esta<br />

disposición “los créditos <strong>de</strong> la quinta <strong>cl</strong>ase se cubrirán a prorrata sobre el<br />

sobrante <strong>de</strong> la masa concursada, sin consi<strong>de</strong>ración a su fecha”.<br />

Debe recordarse que los créditos preferentes que no se cubren en su<br />

totalidad por los medios contemplados en la ley para la respectiva preferencia<br />

“pasarán por el déficit a la lista <strong>de</strong> los créditos <strong>de</strong> la quinta <strong>cl</strong>ase, con los<br />

cuales concurrirán a prorrata”. Así está dicho en el artículo 2490.<br />

BIBLIOGRAFIA<br />

1. Alessandri R., Arturo; Somarriva U., Manuel; Vodanovic H., Antonio:<br />

Tratado <strong>de</strong> las <strong>Obligaciones</strong>, Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile<br />

2. Abeliuk Manasevich, René: Las <strong>Obligaciones</strong>, Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile<br />

3. Ramos Pazos, René: De las <strong>Obligaciones</strong>, Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile<br />

4. Meza Barros, Ramón: De las <strong>Obligaciones</strong>, Editorial Jurídica <strong>de</strong> Chile<br />

397

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