Serie Guías Didácticas 1 - Museo Arqueológico Nacional
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EDAD ANTIGUA. PALEOCRISTlANO<br />
E n este sarcófago de mármol, al<br />
que le falta la tapa, fue enterrado<br />
el cadáver de una mujer romana<br />
que vivió en el siglo IV y que era cristiana,<br />
como se puede inferir de las imá-<br />
genes.<br />
Como en otros sarcófagos romanos, su<br />
frente se decora con una serie de escenas<br />
continuas que se suceden sin interrupción<br />
y con el sentido narrativo característico<br />
de los relieves históricos romanos.<br />
Para identificar las escenas y diferenciar<br />
unas de otras es necesario recurrir<br />
a textos religiosos, como la Carta a<br />
los Corintios de Pablo, los Evangelios<br />
(relatos de la vida de Jesús el Cristo,<br />
escritos o recopilados entre los años 70 y<br />
100) Y el texto apócrifo Acta del martirio<br />
de los Ap6stoles Pedro y Pablo, escrito<br />
en el s.lII.<br />
La presencia de símbolos "parlantes"<br />
también ayuda a identificar los personajes<br />
que intervienen: el rollo, o manuscrito<br />
arrollado que constituía el libro antiguo,<br />
aparece siempre en la manos de<br />
Jesús o de Pedro por ser un atributo del<br />
"maestro" que enseña; el emperador<br />
lleva un cetro en la mano y se sienta en<br />
una silla curul, etc.<br />
Así resulta que las escenas narran de<br />
izquierda a derecha: la resurrección de<br />
Lázaro con Jesús ante la tumba representada<br />
como un mausoleo; entrada<br />
triunfal de Jesús en Jerusalén; orante<br />
flanqueada por dos personajes; negación<br />
de Pedro, con el gallo muy deterio-<br />
24<br />
PLANTA DE ENTRADA. SALA 25<br />
rado a sus pies; Pedro y Pablo conducidos<br />
ante Nerón.<br />
Cada una de estas escenas debió tener<br />
un significado para la difunta. Así ella<br />
misma se identifica como la orante que<br />
aparece con los brazos levantados y la<br />
cabeza cubierta en actitud de oración.<br />
Su creencia en la fuerza de la oración<br />
capaz de hacer perdonar el pecado (simbolizado<br />
en la negación de Pedro) se<br />
completa con su disposición a dar testimonio<br />
y sufrir persecución por su fe<br />
(como Pedro y Pablo), con la esperanza<br />
en la resurección (como la de Lázaro), y<br />
en la salvación (representada con la<br />
entrada en Jerusalén, ciudad sagrada).<br />
El hecho de que este sarcófago se importara<br />
desde Roma, unido a su calidad y<br />
deducible enterramiento en un mausoleo,<br />
nos permite suponer que perteneció<br />
a una mujer ilustre, miembro de una<br />
familia rica y poderosa, porque desde el<br />
Edicto de Milán muchos dueños de latifundios<br />
se convirtieron al cristianismo,<br />
arrastrando también a sus servidores y<br />
familiares.<br />
En efecto, el Edicto de Milán dado por el<br />
emperador Constantino en el año 313,<br />
reconocía el cristianismo como religión<br />
oficial del Estado, lo cual favoreció que<br />
la cristianización se extendiera desde la<br />
ciudad, donde había arraigado primero<br />
en los menos pudientes, al campo<br />
donde vivían los poderosos en sus grandes<br />
posesiones. Por ello, los primeros<br />
objetos cristianos que aparecen en la