Reproducción biológica y social de la población uruguaya

Reproducción biológica y social de la población uruguaya Reproducción biológica y social de la población uruguaya

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07.05.2013 Views

siglo XX el porcentaje de personas mayores de 60 años alcanzaba al 8% de la población mundial en tanto que para mediados del siglo XXI se estima que esta cifra se elevará al 21%. El proceso de envejecimiento es diferencial por regiones de acuerdo a los procesos de transición demográfi ca específi cos de cada zona. En las regiones más desarrolladas –por continentes en Europa, Norteamérica y Oceanía– adquiere mayor intensidad, en tanto que en Asia y África todavía no ha llegado a adquirir tal magnitud. América Latina se encuentra en un punto intermedio entre ambos polos (United Nations, 2002). Este proceso tiene consecuencias en todos los niveles de la organización social, desde los aspectos económicos ligados a los mercados de trabajo, los sistemas de seguridad social y las transferencias intergeneracionales hasta los aspectos sanitarios vinculados a los sistemas de salud pasando también por los aspectos culturales y sociales referentes a los cambios que en la dinámica y composición familiar implica la convivencia de varias generaciones, sea o no en el mismo techo. Dado este contexto, a partir de la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento realizada en Madrid en el año 2002 los organismos internacionales han reconocido el envejecimiento como un fenómeno mundial que implica transformaciones de toda índole en las distintas sociedades. En esta Asamblea se adoptaron compromisos ofi ciales asumidos por los gobiernos para responder a los desafíos que plantea el envejecimiento en todas sus dimensiones y surge a la vez un documento programático que se propone acciones concretas a desarrollar en tres áreas: 1) las personas de edad y el desarrollo, 2) el fomento de la salud y el bienestar en la vejez y 3) la creación de un entorno propicio y favorable. A partir de estas recomendaciones a nivel mundial, se desarrolla en noviembre del 2003, una reunión de carácter regional en Santiago de Chile, para analizar la implementación para América Latina y el Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento. En este encuentro se plantean metas, objetivos y recomendaciones para la acción a favor de las personas mayores en cada una de las tres áreas prioritarias. Estos objetivos se retomarán en este informe en el capítulo destinado a analizar la situación de los entrevistados en relación con las áreas prioritarias objeto de políticas. EL ENVEJECIMIENTO EN URUGUAY Uruguay cuenta con la población más envejecida de América Latina. En el contexto de su proceso temprano de transición demográfi ca, tanto las bajas tasas de fecundidad que se han mantenido relativamente estables por más de medio siglo como los procesos estructurales y recientes de emigración internacional hacen que contemos con una población envejecida cuyo proceso parece 21

intensifi carse en los próximos años. Actualmente la población uruguaya cuenta con un 17% de adultos mayores de 60 años, cifra que alcanzará a 25% para el año 2050 según las proyecciones demográfi cas, con un particular aumento en la población mayor de 80 años. La dinámica demográfi ca es diferencial según los sectores socioeconómicos, hecho que refl eja en muchos casos lo ocurrido en otras sociedades de América Latina. Si bien el país se caracterizó por procesar una transición demográfi ca adelantada en comparación con las características continentales, los problemas demográfi cos del Uruguay de hoy combinan un mosaico de comportamientos heterogéneos; algunos tienen mucho que ver con problemáticas del subdesarrollo (pobreza, desigualdad social) y otros tienen mucho que ver con fenómenos propios de los países desarrollados (envejecimiento, fecundidad a punto de caer por debajo del nivel de reemplazo, segunda transición demográfi ca) (Paredes, 2004a). La problemática del envejecimiento en Uruguay no es nueva. De hecho somos una sociedad envejecida hace más de medio siglo. Si bien el descenso de la mortalidad ha contribuido a este proceso, más importante resulta el descenso de la fecundidad, sobre todo porque es el indicador que más refl eja un comportamiento diferencial por sectores sociales. La tasa global de fecundidad se mantiene en Uruguay relativamente estable en torno a 2.6 hijos por mujer, pero el desequilibrio que presenta este guarismo entre los sectores socioeconómicos refl eja la clara concentración de la reproducción biológica de la población en los estratos más carenciados. Entre tanto los sectores socioeconómicos más favorecidos y educados han controlado sus pautas de fecundidad hasta llegar bastante por debajo del nivel de reemplazo poblacional (Paredes y Varela, 2001; Paredes, 2003a). Sumado a esto, y como efecto más coyuntural y reciente, la migración internacional recobra impulso a principios del milenio con la crisis económica que atraviesa el país –y que tiene su punto más álgido en el año 2002– provocando la emigración de gente joven en edad reproductiva. Como vemos, una de las características de nuestro país es tener un perfi l poblacional de país desarrollado, coexistiendo con una infraestructura sociosanitaria de país empobrecido. Estructura sociosanitaria que hasta el momento se ha caracterizado por la poca coordinación entre las políticas y servicios de salud con los sociales. La ausencia de un plan gerontológico que permita elaborar una propuesta de atención sociosanitaria a esta población, es otro de los aspectos a señalar (Nisizaki y Pérez, 2004). No obstante, en los últimos años, la aprobación en el Parlamento de la Ley de Promoción Integral del Adulto Mayor, es un primer paso en este sentido y da cuenta del comienzo de una mayor atención de las autoridades en el tema. 22

intensifi carse en los próximos años. Actualmente <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción <strong>uruguaya</strong> cuenta<br />

con un 17% <strong>de</strong> adultos mayores <strong>de</strong> 60 años, cifra que alcanzará a 25% para el<br />

año 2050 según <strong>la</strong>s proyecciones <strong>de</strong>mográfi cas, con un particu<strong>la</strong>r aumento en<br />

<strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción mayor <strong>de</strong> 80 años.<br />

La dinámica <strong>de</strong>mográfi ca es diferencial según los sectores socioeconómicos, hecho<br />

que refl eja en muchos casos lo ocurrido en otras socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> América Latina.<br />

Si bien el país se caracterizó por procesar una transición <strong>de</strong>mográfi ca a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntada<br />

en comparación con <strong>la</strong>s características continentales, los problemas <strong>de</strong>mográfi cos<br />

<strong>de</strong>l Uruguay <strong>de</strong> hoy combinan un mosaico <strong>de</strong> comportamientos heterogéneos;<br />

algunos tienen mucho que ver con problemáticas <strong>de</strong>l sub<strong>de</strong>sarrollo (pobreza,<br />

<strong>de</strong>sigualdad <strong>social</strong>) y otros tienen mucho que ver con fenómenos propios <strong>de</strong> los<br />

países <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos (envejecimiento, fecundidad a punto <strong>de</strong> caer por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l<br />

nivel <strong>de</strong> reemp<strong>la</strong>zo, segunda transición <strong>de</strong>mográfi ca) (Pare<strong>de</strong>s, 2004a).<br />

La problemática <strong>de</strong>l envejecimiento en Uruguay no es nueva. De hecho<br />

somos una sociedad envejecida hace más <strong>de</strong> medio siglo. Si bien el <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> mortalidad ha contribuido a este proceso, más importante resulta el <strong>de</strong>scenso<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> fecundidad, sobre todo porque es el indicador que más refl eja un comportamiento<br />

diferencial por sectores <strong>social</strong>es. La tasa global <strong>de</strong> fecundidad se<br />

mantiene en Uruguay re<strong>la</strong>tivamente estable en torno a 2.6 hijos por mujer, pero<br />

el <strong>de</strong>sequilibrio que presenta este guarismo entre los sectores socioeconómicos<br />

refl eja <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ra concentración <strong>de</strong> <strong>la</strong> reproducción <strong>biológica</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción en los<br />

estratos más carenciados. Entre tanto los sectores socioeconómicos más favorecidos<br />

y educados han contro<strong>la</strong>do sus pautas <strong>de</strong> fecundidad hasta llegar bastante<br />

por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong> reemp<strong>la</strong>zo pob<strong>la</strong>cional (Pare<strong>de</strong>s y Vare<strong>la</strong>, 2001; Pare<strong>de</strong>s,<br />

2003a). Sumado a esto, y como efecto más coyuntural y reciente, <strong>la</strong> migración<br />

internacional recobra impulso a principios <strong>de</strong>l milenio con <strong>la</strong> crisis económica<br />

que atraviesa el país –y que tiene su punto más álgido en el año 2002– provocando<br />

<strong>la</strong> emigración <strong>de</strong> gente joven en edad reproductiva.<br />

Como vemos, una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s características <strong>de</strong> nuestro país es tener un perfi l<br />

pob<strong>la</strong>cional <strong>de</strong> país <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>do, coexistiendo con una infraestructura sociosanitaria<br />

<strong>de</strong> país empobrecido. Estructura sociosanitaria que hasta el momento se<br />

ha caracterizado por <strong>la</strong> poca coordinación entre <strong>la</strong>s políticas y servicios <strong>de</strong> salud<br />

con los <strong>social</strong>es. La ausencia <strong>de</strong> un p<strong>la</strong>n gerontológico que permita e<strong>la</strong>borar una<br />

propuesta <strong>de</strong> atención sociosanitaria a esta pob<strong>la</strong>ción, es otro <strong>de</strong> los aspectos a<br />

seña<strong>la</strong>r (Nisizaki y Pérez, 2004). No obstante, en los últimos años, <strong>la</strong> aprobación<br />

en el Par<strong>la</strong>mento <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ley <strong>de</strong> Promoción Integral <strong>de</strong>l Adulto Mayor, es un<br />

primer paso en este sentido y da cuenta <strong>de</strong>l comienzo <strong>de</strong> una mayor atención<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s autorida<strong>de</strong>s en el tema.<br />

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