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Reproducción biológica y social de la población uruguaya

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“... es algo hermoso para... pienso yo que para <strong>la</strong> madre <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser algo hermoso<br />

así, tener un hijo, estar con él, es como un muñeco ahí, es algo hermoso,<br />

yo qué sé, le cambia por el tema que no sale, no jo<strong>de</strong> ¿viste? todo eso, los 9<br />

meses <strong>de</strong> embarazo, ahí, estar con <strong>la</strong> panza...” (Gerardo, NSEB, sin hijo)<br />

“Entonces ahí por un <strong>la</strong>do <strong>de</strong>cía: ah bueno sí, cuando vi que no me venía dije<br />

bueno ¡ay! qué bueno <strong>de</strong>cía por un <strong>la</strong>do, y por el otro ¡ay no!, ¡qué cagada!<br />

se me corta toda <strong>la</strong> vida... y por el otro <strong>la</strong>do, yo creo que todas <strong>la</strong>s mujeres lo<br />

tenemos que <strong>de</strong>cir: ¡ay sí, qué bueno!” (Valeria, NSEM, con hijo)<br />

¿Todas <strong>la</strong>s mujeres lo tienen? Esta afi rmación, presupone que todas <strong>la</strong>s mujeres,<br />

por su so<strong>la</strong> condición <strong>de</strong> tal, anhe<strong>la</strong>n tener un hijo, que este <strong>de</strong>seo es parte <strong>de</strong> su<br />

naturaleza. Este pue<strong>de</strong> posponerse, pero ante el hecho <strong>de</strong>l embarazo, surge <strong>de</strong><br />

manera automática, refl eja, como si siempre hubiera estado ahí, con <strong>la</strong> fuerza<br />

<strong>de</strong>l “instinto”. Varias autoras (Badinter, 1980; Giberti, 1992, Fernán<strong>de</strong>z, 1993)<br />

han hecho visible <strong>de</strong> qué manera el instinto materno se convirtió en una realidad<br />

por <strong>la</strong> puesta en marcha <strong>de</strong> una estrategia política –biopolítica–, que sostenida<br />

en los discursos morales, religiosos y médicos, hizo “carne” en <strong>la</strong>s mujeres, que<br />

según Giberti (1992) “ (...)incrementaban <strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ración <strong>social</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> que podían<br />

disfrutar...”. Badinter (1980), se pregunta a su vez si es posible hab<strong>la</strong>r <strong>de</strong><br />

instinto, cuando <strong>la</strong> historia muestra que durante varios siglos, muchas mujeres<br />

abandonaban a sus hijos, rehusaban darles <strong>de</strong> mamar o los exponían a riesgos<br />

que ponían en peligro sus vidas. Ha sido entonces el imaginario <strong>social</strong> que ha<br />

construido <strong>la</strong> representación <strong>de</strong> <strong>la</strong> maternidad como un “instinto”, esto es como<br />

un patrón <strong>de</strong> conductas y sentimientos universal, ahistórico, atemporal, que se<br />

repite siempre igual a sí mismo más allá <strong>de</strong> <strong>la</strong> singu<strong>la</strong>ridad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres. Será<br />

“natural” entonces que todas <strong>la</strong>s mujeres quieran tener hijos, los amen y los<br />

protejan. Esta representación se incorpora a <strong>la</strong> subjetividad y reaparece luego<br />

bajo <strong>la</strong> forma <strong>de</strong>l “<strong>de</strong>seo” cuyo anc<strong>la</strong>je está en el cuerpo. Las opiniones <strong>de</strong> los<br />

entrevistados ponen <strong>de</strong> manifi esto hasta qué punto el mítico instinto, se signifi ca<br />

como un real que no admite cuestionamientos.<br />

“Yo creo que no... o quizá sí... pero todas tar<strong>de</strong> o temprano terminamos<br />

siendo mamá o papá, y eso te nace... cuando tenés un hijo te nace esa maternidad,<br />

esa paternidad... Llega un momento que a uno le nace, a <strong>la</strong> mujer<br />

por lo menos, pero no, yo hoy en día no tendría un hijo, pero es divino, no<br />

sé cómo explicarte... te nace ese instinto con los niños, <strong>la</strong> crianza, no sé...”<br />

(Micae<strong>la</strong>, NSEB, sin hijo)<br />

La reducción <strong>de</strong> <strong>la</strong> fi gura <strong>de</strong> <strong>la</strong> mujer a LA MADRE, restringe y escin<strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

sexualidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres, oponiendo el erotismo a los aspectos reproductivos <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> sexualidad. El mo<strong>de</strong>lo tradicional <strong>de</strong> feminidad entonces, se encarna en una<br />

mujer cuyo bienestar radica en <strong>la</strong> felicidad tanto <strong>de</strong> sus hijos como <strong>de</strong> su esposo<br />

y ubicándose en una posición pasiva, reprime su sexualidad, aunque luego esta<br />

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