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Las compañías disqueras ya no tienen el monopolio ... - diasiete.com

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texto: Mara Muñoz<br />

<strong>Las</strong> <strong><strong>com</strong>pañías</strong> <strong>disqueras</strong> <strong>ya</strong> <strong>no</strong> <strong>tienen</strong> <strong>el</strong><br />

mo<strong>no</strong>polio de la música. Con mayor frecuencia,<br />

artistas consagrados y nuevos optan<br />

por los formatos digitales para crear<br />

y ofrecer sus <strong>com</strong>posiciones. Conforme<br />

avanza la tendencia, se hacen públicos los<br />

contratos abusivos <strong>com</strong>o la obligación de<br />

que los cantantes y grupos <strong>com</strong>partan todas<br />

las ganancias que generen, hasta por<br />

los clubes de fans. El siguiente reportaje<br />

documenta <strong>el</strong> alto precio de ser una estr<strong>el</strong>la<br />

sin libertad creativa, varias historias de<br />

explotación y <strong>el</strong> futuro de la industria.<br />

30<br />

31<br />

“Ya había perdido todo, <strong>no</strong> era dueña de<br />

mi tiempo, ni podía decidir nada sobre mi<br />

carrera, pero <strong>no</strong> estaba dispuesta a perder<br />

la libertad creativa”.<br />

— Amandititita<br />

foto: efe


“Compartir música es una realidad<br />

y parece que las <strong>disqueras</strong> harían bien si<br />

aprenden a incorporarlo de alguna manera<br />

en su mod<strong>el</strong>o de negocios”.<br />

— Moby<br />

Negar a un rey su derecho es privilegio de dioses o de multitudes.<br />

En <strong>el</strong> vera<strong>no</strong> de 2002, bastó un salón en Harlem,<br />

Nueva York, algu<strong>no</strong>s músicos sin estr<strong>el</strong>la y un micrófo<strong>no</strong><br />

para que <strong>el</strong> Rey d<strong>el</strong> Pop detonara la guerra en contra de<br />

Sony Music, gigante de la industria d<strong>el</strong> entretenimiento. “<strong>Las</strong><br />

<strong><strong>com</strong>pañías</strong> de discos realmente, realmente conspiran en contra<br />

de los artistas: roban, hacen trampa, hacen lo que pueden,<br />

especialmente en contra de los artistas negros… Desde<br />

James Brown a Sammy Davis Jr., algu<strong>no</strong>s de los pioneros<br />

que me inspiraron a ser artista estuvieron siempre de gira<br />

porque si <strong>no</strong> daban conciertos, hubieran pasado hambre”.<br />

Micha<strong>el</strong> Jackson co<strong>no</strong>cía bien las sensibilidades d<strong>el</strong> público<br />

<strong>no</strong>rteamerica<strong>no</strong>, tomó la bandera d<strong>el</strong> color para una consigna<br />

puramente económica: las regalías sobre la venta de discos,<br />

batalla que hoy día, a me<strong>no</strong>s de nueve años, resulta obsoleta.<br />

32<br />

<strong>Las</strong> altas ganancias de las discográficas sobre<br />

la venta de discos estuvo al centro de la disputa<br />

Jackson vs Sony. Durante años los artistas sobrevivían<br />

gracias a medios alternativos de ingreso <strong>com</strong>o<br />

artículos promocionales, conciertos o publicidad. La<br />

industria musical construyó un ci<strong>el</strong>o de astros pop,<br />

aunque entonces pocos tenían fuerza y medios para<br />

levantar la voz y ser escuchados. El Rey d<strong>el</strong> Pop<br />

hizo pública su inconformidad entre controversias<br />

provocadas a raíz de un supuesto desastre financiero<br />

personal. Otros artistas optaron por montar sus<br />

propias <strong>disqueras</strong>, tal es <strong>el</strong> caso de Prince, quien<br />

fundó NPG Records en 1993 para producir su música,<br />

aunque la distribución estuvo a cargo de Arista,<br />

Universal o Columbia.<br />

En las décadas doradas d<strong>el</strong> pop y la industria<br />

musical, fama y <strong>el</strong> dinero eran las formas para dar<br />

la vu<strong>el</strong>ta a contratos que establecían altas regalías<br />

y otorgaban derechos a las discográficas sobre los<br />

másters de grabación. Sin embargo, hoy en día existen<br />

nuevos mercados de “grandes mi<strong>no</strong>rías” alimentados<br />

por internet, a través de las tec<strong>no</strong>logías para<br />

<strong>com</strong>partir y descargar música. ¿Cómo se reinventan<br />

las <strong>disqueras</strong> frente a un público que consume<br />

cada vez me<strong>no</strong>s música en formato físico? Artistas,<br />

creadores, y especialistas advierten que la industria<br />

discográfica ha ido preparando terre<strong>no</strong> para un cambio<br />

de 360 grados.<br />

La disputa de Jackson contra Sony puso en<br />

claro lo que hoy es una máxima para <strong>el</strong> mundo<br />

d<strong>el</strong> entretenimiento: la reb<strong>el</strong>ión de u<strong>no</strong>, aunque<br />

sea <strong>el</strong> Rey, <strong>no</strong> cambia las reglas. La tec<strong>no</strong>logía es<br />

origen y medio para nuevas revoluciones, en ma<strong>no</strong>s<br />

d<strong>el</strong> público. A principios de 1990 se estandarizó <strong>el</strong><br />

formato MP3, que facilitó la <strong>com</strong>presión de música<br />

y detonó a finales de la década la aparición de sitios<br />

para <strong>com</strong>partir (P2P) y descargar música gratuita<br />

en internet. <strong>Las</strong> demandas de la industria debilitaron,<br />

restringieron o dejaron a muchos servidores en<br />

<strong>el</strong> cami<strong>no</strong>. Entre los servicios más populares han<br />

estado Napster, MP3, Gnut<strong>el</strong>la, eDonkey2000, eMule,<br />

BitTorrent o Freenet. Pirotbay es un ejemplo de sobrevivencia<br />

a pesar de los cargos judiciales impuestos<br />

sobre sus creadores. El sitio sueco es u<strong>no</strong> de los<br />

más visitados en <strong>el</strong> mundo; en 2006, un intento de<br />

cierre por parte d<strong>el</strong> gobier<strong>no</strong> en Estocolmo provocó<br />

protestas en diferentes países.<br />

Los usuarios deciden<br />

Nuevos hitos surgen de las tendencias tec<strong>no</strong>lógicas<br />

que empujan formas de consumo diferentes a las<br />

tradicionales: la piratería ha dejado de tener con<strong>no</strong>taciones<br />

de ilegalidad en <strong>el</strong> imaginario colectivo,<br />

convirtiéndose en una práctica cultural que busca<br />

tomar forma de un derecho. El ejemplo más claro<br />

viene de EU, donde las discográficas lanzaron<br />

campañas feroces en contra de los creadores de<br />

sitios P2P (Peer to Peer) y sus usuarios; la industria<br />

emprendió acciones mediáticas y cabildeo para empujar<br />

castigos que iban de altas multas a prisión.<br />

“Compartir música es una realidad y parece<br />

que las <strong>disqueras</strong> harían bien si aprenden a incorporarlo<br />

de alguna manera en su mod<strong>el</strong>o de negocios”,<br />

publicó <strong>el</strong> cantante Moby en su página de<br />

internet en 2003.<br />

Después de invertir muchos millones en litigios,<br />

las discográficas bajaron la guardia en su estrategia<br />

contra los consumidores: en 2007, Edgar Bronfman,<br />

CEO de WarnerMusic Group, declaró que esta<br />

forma de dar la batalla estaba perdida. Había que<br />

repensar la estrategia de negocios para sobrevivir<br />

a las nuevas reglas d<strong>el</strong> juego.<br />

Pensar en un mundo sin <strong>disqueras</strong> es romantizar<br />

sobre la revolución digital y desco<strong>no</strong>cer la fuerza<br />

de un mercado jugoso para esta industria, que se<br />

reinventa para continuar, a pesar de sus pérdidas<br />

millonarias: se calcula que las ventas globales d<strong>el</strong><br />

formato físico cayeron alrededor de un 30 por ciento<br />

entre 2004 y 2009, y aunque la venta de música<br />

digital se ha incrementado, resulta insuficiente, según<br />

promusicae.org, sitio especializado en <strong>el</strong> <strong>com</strong>portamiento<br />

de la industria.<br />

En 2008, la RIAA (Recording Industry Association<br />

of America) de EU reculó sobre <strong>el</strong> cami<strong>no</strong><br />

legal en contra de los usuarios de servicios P2P; se<br />

limitó a la suspensión d<strong>el</strong> servicio de internet por<br />

parte de las <strong><strong>com</strong>pañías</strong> prestadoras a aqu<strong>el</strong>los usuarios<br />

con más de tres avisos por descargas “ilegales”.<br />

A raíz de estas nuevas formas, han surgido acciones<br />

para dar vigencia a viejas discusiones estancadas<br />

en la industria: En 2008, Radiohead dejó EMI para<br />

producir de manera independiente In Rainbows, <strong>el</strong><br />

cual vendió desde su portal en internet a un precio<br />

determinado por cada usuario.<br />

El derecho sobre los másters es otro tema espi<strong>no</strong>so<br />

para las <strong>disqueras</strong>: al financiar las grabaciones,<br />

adquieren sus derechos y por tanto deciden sobre<br />

usos futuros.<br />

Los creadores argumentan que estos, al igual<br />

que las canciones, deberían ser de su propiedad.<br />

Maldita Vecindad y los Hijos d<strong>el</strong> Quinto Patio<br />

son un ejemplo de esta práctica, hasta ahora <strong>com</strong>ún<br />

en la industria discográfica. La grabación original<br />

de El Circo, producido en 1991 y u<strong>no</strong> de los discos<br />

más vendidos en español, está bajo los derechos de<br />

BMG, apunta Rafa<strong>el</strong> Zepeda, mánager de la banda.<br />

“Buscamos que <strong>el</strong> artista sea dueño en <strong>el</strong> mayor<br />

porcentaje posible de sus producciones, un patrimonio<br />

invaluable para <strong>el</strong>los. ¡Imagínate que Pedro<br />

Infante o Maldita Vecindad con <strong>el</strong> disco El Circo<br />

hubieran conservado esta parte!”, concluye.<br />

El paso tomado por la banda inglesa Radiohead<br />

ad<strong>el</strong>antó <strong>el</strong> cami<strong>no</strong> hacia un nuevo mod<strong>el</strong>o de consumo<br />

y nuevas formas de negocios alrededor de la<br />

música: venta de música digital en plataformas de<br />

internet, <strong>com</strong>o iTunes, y los conciertos <strong>com</strong>o principal<br />

fuente de ingresos para los artistas.<br />

“Esta es una industria de centavos, pesos<br />

y pesotes”, dice Camilo Lara, creador d<strong>el</strong> Instituto<br />

Mexica<strong>no</strong> d<strong>el</strong> Sonido, proyecto de música <strong>el</strong>ectrónica,<br />

y ex director general de Emi Music México.<br />

“Ahora los pesotes están en los conciertos”.<br />

Algu<strong>no</strong>s optimistas dicen que <strong>el</strong> auge de los<br />

conciertos dará nuevos bríos a la música y músicos<br />

de calidad, aunque eso supone también la existencia<br />

y sensibilidad de mercados que estén dispuestos<br />

a escuchar y pagar por ver ofertas más allá de la<br />

música que se hace y receta desde las oficinas de<br />

las discográficas.<br />

eL escándaLo <strong>com</strong>o estrategia<br />

B<strong>el</strong>inda es un astro d<strong>el</strong> firmamento mediático mexica<strong>no</strong>,<br />

encarna la idea d<strong>el</strong> estr<strong>el</strong>lato en <strong>el</strong> mayor<br />

mercado nacional determinado por la oferta masificada,<br />

lejana a propuestas poco <strong>com</strong>erciales para<br />

la industria de la música. En 2010, B<strong>el</strong>inda se<br />

vio involucrada en varios escándalos con un toque<br />

sexual. Aparecía en los medios abrumada por la<br />

indignación de sus seguidores y <strong>el</strong> amor-odio de<br />

la industria d<strong>el</strong> espectáculo que debatía sus expresiones<br />

entre <strong>el</strong> morbo y la <strong>com</strong>pasión. Ya luego<br />

salió a la luz pública una grabación t<strong>el</strong>efónica: B<strong>el</strong>inda<br />

declaraba a un amigo que su discográfica había<br />

fabricado una serie de escándalos porque la venta<br />

de discos <strong>no</strong> iba nada bien.<br />

Ceci Bastida, ex vocalista de Tijuana No y ahora<br />

solista, cuenta que en los <strong>no</strong>venta las <strong>disqueras</strong> se<br />

permitían tomar riesgos e invertir más en proyectos<br />

33


“Firman a artistas que <strong>tienen</strong> <strong>el</strong> potencial<br />

de volverse e<strong>no</strong>rmes y a los que hacen<br />

música me<strong>no</strong>s convencional difícilmente<br />

los firman <strong>com</strong>o artistas de la disquera”.<br />

— Ceci Bastida<br />

34<br />

alternativos. “Ahora las <strong>disqueras</strong> quieren un éxito<br />

instantáneo y les es muy fácil entregar una carta<br />

de retiro si tu primer disco <strong>no</strong> funciona <strong>com</strong>o <strong>el</strong>los<br />

esperan”. Los ingresos aportados por las grandes<br />

estr<strong>el</strong>las han terminado para las discográficas, esto<br />

resta interés y recursos de la industria en la música<br />

me<strong>no</strong>s <strong>com</strong>ercial.<br />

“Firman a artistas que <strong>tienen</strong> <strong>el</strong> potencial de<br />

volverse e<strong>no</strong>rmes y a los que hacen música me<strong>no</strong>s<br />

convencional difícilmente los firman <strong>com</strong>o artistas<br />

de la disquera”, agrega.<br />

El resultado parece ser que, hoy más que nunca,<br />

la industria discográfica está limitándose a satisfacer<br />

al mercado de las grandes masas. Aqu<strong>el</strong>los<br />

artistas que buscan <strong>el</strong> estr<strong>el</strong>lato habrán de aceptar<br />

las condiciones de una industria que <strong>ya</strong> <strong>no</strong> vive de<br />

la venta de discos.<br />

El precio de ser estr<strong>el</strong>la d<strong>el</strong> pop podría ser<br />

<strong>el</strong> título de un reality show, pero la realidad<br />

de la fama sobrepasa cualquier hechura conceptual:<br />

<strong>el</strong> costo es alto en todos los sentidos,<br />

las <strong>disqueras</strong> apuestan a proyectos<br />

que pueden ser rentables en un mercado<br />

que argumentan co<strong>no</strong>cer con base en<br />

estudios, encuestas o en la intuición de<br />

sus ejecutivos.<br />

En este sentido, podría pensarse en<br />

los costos creativos para los artistas por<br />

ajustarse a ciertas demandas de la industria<br />

o hasta considerar los pesos que<br />

se gastan las estr<strong>el</strong>las por vivir lejos<br />

de la trivialidad de un simple mortal:<br />

ser artista con todo <strong>el</strong> estilo de una<br />

estr<strong>el</strong>la d<strong>el</strong> pop, preparado en cualquier<br />

momento para los reflectores y las cámaras,<br />

<strong>ya</strong> sean las de algún paparazzi<br />

o de t<strong>el</strong>evisión, interpretando éxitos<br />

recientes o en concursos de costales<br />

o de tiro al blanco, pero siempre con<br />

<strong>el</strong> mejor de los estilos. Aunque ambos<br />

supuestos poco <strong>tienen</strong> que ver con la<br />

calidad musical, sí responden a las<br />

demandas d<strong>el</strong> espectáculo.<br />

contratos de 360 grados<br />

Amandititita <strong>com</strong>enzó su carrera discográfica<br />

con Sony Music. Sus canciones se popularizaron<br />

rápidamente; <strong>el</strong> contenido jocoso<br />

de sus letras presentaron con humor varios<br />

temas <strong>com</strong>unes en <strong>el</strong> imaginario de<br />

los mexica<strong>no</strong>s: la güera T<strong>el</strong>evisa, <strong>el</strong> metrosexual,<br />

los abusos d<strong>el</strong> mo<strong>no</strong>polio t<strong>el</strong>efónico.<br />

El idilio con Sony duró poco,<br />

a decir de la artista, tan solo durante<br />

la promoción de su primer disco; los problemas <strong>com</strong>enzaron<br />

a partir de su segundo material, cuando<br />

la disquera trató de influir en los contenidos:<br />

“Tuve muchos desacuerdos pero también un<br />

gran lazo con Sony… hacía todo lo que me pedían:<br />

festivales de radio, t<strong>el</strong>evisión, dar estampas p<strong>el</strong>otas,<br />

firmas de autógrafos, conciertos”, dice Amanditita<br />

a Día Siete.<br />

“Trabajé mucho para <strong>el</strong>los, pero al poco tiempo<br />

de estar ahí me di cuenta de que <strong>no</strong> era lo que<br />

yo quería. Ese hubiera sido un buen momento para<br />

salir, pero después de algunas platicas con Migu<strong>el</strong><br />

Trujillo acordé terminar mi contrato”, dice.<br />

Sin embargo, los ejecutivos de Sony estuvieron<br />

en desacuerdo con los demos de su segundo disco<br />

y “sugirieron” a otros productores. “Por supuesto, yo<br />

<strong>no</strong> accedí”, agrega.<br />

“Esto es en lo único en lo que <strong>no</strong> pienso dejar<br />

opinar a nadie. Ya había perdido todo, <strong>no</strong> era<br />

dueña de mi tiempo, ni podía decidir nada sobre<br />

mi carrera, pero <strong>no</strong> estaba dispuesta a perder la<br />

libertad creativa”, explica.<br />

Amanda ganó la p<strong>el</strong>ea sobre <strong>el</strong> contenido de su<br />

segundo disco, pero Sony cambió de directivos y los<br />

problemas resurgieron: Amanda pidió su carta de retiro,<br />

pero había una condición: “respetar la cláusula<br />

El truco<br />

de la<br />

payola<br />

No es fácil engordar al cochinito de la industria discográfica,<br />

<strong>no</strong> sólo hay que ponerle centavos y pesos,<br />

también necesita pesotes. A partir de que un artista<br />

entra en <strong>el</strong> mundo de las <strong>disqueras</strong>, la distribución está<br />

garantizada, la promoción en radio y t<strong>el</strong>evisión “se abre<br />

inmediatamente”.<br />

La “payola” en la radio mexicana es <strong>el</strong> pago que<br />

una disquera hace a las radiodifusoras para poner un<br />

sencillo a sonar hasta <strong>el</strong> d<strong>el</strong>irio. Coinciden Amandititita<br />

y Ceci Bastida, ex vocalista de Tijuana No, que es una<br />

práctica <strong>com</strong>ún. Es es una de las prácticas más co<strong>no</strong>cidas<br />

para cocinar productos musicales y colocar a las<br />

estr<strong>el</strong>las en <strong>el</strong> gusto d<strong>el</strong> público.


“Esta es una industria de centavos, pesos<br />

y pesotes... Ahora los pesotes están en los<br />

conciertos”.<br />

foto: afp<br />

— Camilo Lara<br />

36<br />

de confiabilidad sobre su experiencia en Sony<br />

o pagar una multa de 250 mil dólares”.<br />

“Para mí esto es privación de libertad de expresión.<br />

Llamé a algu<strong>no</strong>s periódicos, subí vídeos<br />

en YouTube y logré mi carta de retiro”, cuenta<br />

Amanda, quien se encuentra en los últimos detalles<br />

de su tercer disco, esta vez producido de manera<br />

independiente.<br />

Sin embargo, los astros también deben hacer<br />

<strong>com</strong>promisos con su casa discográfica. La modalidad<br />

más popular hoy en día son los contratos de<br />

360 grados o “Multi-Rights Deals”. Hasta 2005, Warner<br />

Music <strong>no</strong> tenía ningún contrato de este tipo,<br />

actualmente, <strong>el</strong> 55 por ciento de sus artistas<br />

a niv<strong>el</strong> global está en este tipo de<br />

contratos, declaró Edgar Bronfman,<br />

CEO de Warner a billboard.buz.<br />

Estos contratos establecen<br />

que <strong>el</strong> artistas deberá <strong>com</strong>partir<br />

con su discográfica <strong>no</strong> solo las ganancias<br />

por la venta de música, si<strong>no</strong><br />

los ingresos generados por patrocinios,<br />

clubs de fans, páginas de internet, artículos<br />

promocionales, giras y conciertos.<br />

(La reportera solicitó sin éxito la opinión<br />

de representantes de Sony, EMI Music, Universal<br />

y Universal Latin, tanto por vía t<strong>el</strong>efónica <strong>com</strong>o por<br />

correo <strong>el</strong>ectrónico).<br />

La amplitud de estos arreglos económicos depende<br />

de la sagacidad para negociar, de las ganas<br />

de ser famoso y hasta de la ingenuidad de alguna<br />

de las partes.<br />

El hecho es que han llegado <strong>com</strong>o una estrategia<br />

para sacar a flote a la industria discográfica,<br />

según varios expertos, quienes advierten que éstos<br />

pueden traer beneficios para los artistas con <strong>no</strong>mbres<br />

de peso, <strong>no</strong> así para los pequeños proyectos<br />

musicales que renunciarán a las ventajas de las nuevas<br />

tec<strong>no</strong>logías y mercados a cambio de pequeños<br />

anticipos económicos, dice Jon M. Garon, profesor<br />

de la Hamline University of Law.<br />

Los contratos de 360 grados son una vu<strong>el</strong>ta<br />

que dejará a muchas estr<strong>el</strong>las en <strong>el</strong> mismo lugar:<br />

la dependencia de las discográficas. Pero en otro<br />

mundo: en un contexto lle<strong>no</strong> de nuevas oportunidades<br />

abiertas por internet y por los consumidores<br />

de música para <strong>el</strong> talento sin pretensiones<br />

de estr<strong>el</strong>lato, dispuesto a hacer una carrera con<br />

base en su música.<br />

México también está lle<strong>no</strong> de estos ejemplos:<br />

movimientos “populares subterráneos”<br />

de rock urba<strong>no</strong>, ska, sonideros, orquestas de<br />

salsa, gruperos y cumbieros que han creado<br />

y seguirán haciéndolo al margen de la<br />

industria musical convencional y los<br />

medios masivos.

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