Colección Archivo Audiovisual <strong>de</strong> la Biblioteca Nacional. MEMORIAS DE VENEZUELA N° <strong>17</strong> / diciembre 2010 18 SIGLo XIX
MARIAnELA toVAR Des<strong>de</strong> los inicios <strong>de</strong> nuestra historia republicana hubo textos elaborados con la finalidad <strong>de</strong> orientar la conducta en sociedad, tales como catecismos, lecciones y lecturas <strong>de</strong> familia. A partir <strong>de</strong> la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX, aparecerían los manuales <strong>de</strong> comportamiento y los textos <strong>de</strong> educación familiar, los cuales intentarían el or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> la vida privada y pública para la creación <strong>de</strong>l ciudadano mo<strong>de</strong>lo. En todo caso, no era suficiente reglamentar el comportamiento social, era necesario mol<strong>de</strong>ar la conducta, disciplinar el cuerpo y la mente <strong>de</strong>l individuo para convertirlo en un hombre civilizado, que pudiera vivir en una ciudad mo<strong>de</strong>rna como se estaba convirtiendo en apariencia Caracas. Entre los textos que fueron fundamentales en la mo<strong>de</strong>lación <strong>de</strong> los nuevos hábitos, el que tuvo mayor difusión y receptividad, tanto en <strong>Venezuela</strong> como en el resto <strong>de</strong> los países hispanoamericanos, fue el Manual <strong>de</strong> urbanidad y buenas maneras <strong>de</strong> Manuel Antonio Carreño, publicado en 1854, obra que se reeditó varias veces durante el dilatado gobierno <strong>de</strong> Antonio Guzmán Blanco (1870-1887). Los manuales, y en especial el <strong>de</strong> Carreño, <strong>de</strong>jaban en claro que las reglas <strong>de</strong> urbanidad y buenas maneras <strong>de</strong>bían ser observadas sin excepción por todos los estratos y grupos sociales. Para este fin, se toma como mo<strong>de</strong>lo el estilo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los sectores más acomodados <strong>de</strong> la sociedad. Así, el nivel social se <strong>de</strong>ja traslucir en las secciones <strong>de</strong>dicadas al trato SIg L O XIX MANUAlES DE URBANIDAD EN El SIGlO xIx maNUales <strong>de</strong> UrbaNidad eN el siGlo XiX la creaciÓN <strong>de</strong>l ciUdadaNo mo<strong>de</strong>rNo VeNeZolaNo Des<strong>de</strong> el período colonial, la palabra escrita elaborada por las élites contó con un gran po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> persuasión. Es por esto que a partir <strong>de</strong> la segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XIX los periódicos y libros adquieren una importancia cada vez mayor en la labor <strong>de</strong> difundir el i<strong>de</strong>ario liberal a los sectores medios y a la naciente burocracia urbana. En el guzmanato, en un contexto <strong>de</strong> cambios acelerados, la ciudadanía mo<strong>de</strong>rna se fue constituyendo a través <strong>de</strong> la difusión <strong>de</strong> un conjunto <strong>de</strong> textos que, como en el caso <strong>de</strong> los manuales <strong>de</strong> urbanidad, pretendían disciplinar los hábitos <strong>de</strong> la vida cotidiana. a los sirvientes, al comportamiento en las visitas a las casas <strong>de</strong> campo <strong>de</strong> los amigos y a la utilización <strong>de</strong> ciertos espacios <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l hogar. Por otra parte, una <strong>de</strong> las funciones principales <strong>de</strong> estos manuales era presentar como naturales, eternos y universales los valores y las prácticas culturales <strong>de</strong> la burguesía. Estos textos garantizaban, a<strong>de</strong>más, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la más temprana infancia el futuro ciudadano asimilara la visión <strong>de</strong> mundo burguesa, aunque el control sobre los niños y niñas no se limitó a las costumbres cotidianas, llegó a abarcar al propio cuerpo. Manuel Antonio Carreño, El Farol. Caracas, n° 215, oct.-dic. <strong>de</strong> 1965. El cuerpo dominado Los manuales <strong>de</strong> urbanidad fueron instrumentos eficaces para hacer que los ciudadanos asumieran y reprodujeran comportamientos relacionados con el disciplinamiento <strong>de</strong> su cuerpo. Por ello, las necesida<strong>de</strong>s biológicas y las secreciones corporales tenían que ser reprimidas, sometidas a reglas y, si era preciso, hacerlas invisibles a los ojos <strong>de</strong> la sociedad. El MEMORIAS DE VENEZUELA N° <strong>17</strong> / diciembre 2010 19