Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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traidor, el diálogo entre el oriental aportuguesado y el entrerriano aporteñado<br />
alcanza una asombrosa claridad retrospectiva. Le pide a Ramírez la devolución<br />
de algunos oficiales portugueses en su poder y la «reposición del comercio».<br />
Añade Don Frutos que tales actos demostrarían por parte de Ramírez la<br />
extremosa afección a la Provincia a su mando. Cooperarán a<br />
esto último con todo su poder <strong>las</strong> fuerzas de mar portuguesas cuyo<br />
Jefe tiene <strong>las</strong> competentes órdenes para ponerse a disposición de V.<br />
cuando lo crea necesario. Más para que el restablecimiento del<br />
comercio tan deseado, no sea turbado en lo sucesivo es de necesidad<br />
disolver <strong>las</strong> fuerzas del general Artigas, principio de donde<br />
emanarán los bienes generales, y particulares de todas <strong>las</strong> provincias,<br />
al mismo tiempo que será salvada la humanidad de su más<br />
sanguinario perseguidor 27 .<br />
El choque entre <strong>las</strong> fuerzas de Artigas y Ramírez se produjo el 24 de junio en<br />
<strong>Las</strong> Tunas. Artigas fue aniquilado: el epílogo es rigurosamente homérico. Poseído<br />
de un miedo sobrecogedor al prestigio de Artigas, el caudillo Ramírez inicia una<br />
persecución inexorable del Protector para impedir que rehaga sus fuerzas en la<br />
huida. Rodeado de un puñado de oficiales e indios, Artigas es obligado a luchar<br />
cada día: el 17 en la costa del Gualeguay; el 22 en <strong>las</strong> puntas del Yuquery: y así<br />
sucesivamente. ¿En qué fundaba Ramírez su temor ante su jefe fugitivo, rodeado<br />
tan sólo de una docena de hombres? En el hecho de que sólo el nombre de<br />
Artigas levantaba en masa al paisanaje de <strong>las</strong> provincias que atravesaba en su<br />
retirada. Ramírez sabía muy bien que si le otorgaba dos semanas de tiempo,<br />
Artigas pondría de pie un nuevo ejército. La persecución tenía el objetivo preciso<br />
de eliminar a Artigas u obligarle a abandonar el territorio de <strong>las</strong> provincias. <strong>Las</strong><br />
tropas improvisadas en esa marcha forzada hacia el interior eran deshechas hora<br />
por hora por Ramírez antes que pudieran armarse y luchar. Desde el Paraná hasta<br />
la frontera paraguaya transcurre esa lucha donde Artigas se desangra y con él la<br />
esperanza postrera de la Patria Grande. En el umbral de la Provincia gobernada<br />
por el Doctor Francia, jaqueado, traicionado y vencido, Artigas mira por última<br />
vez la escena y entra a galope a la larga prisión guaraní. Muchos años mas tarde,<br />
cuando la Banda Oriental se transforma por la presión británica en la República<br />
del Uruguay, el viejo Protector de los Pueblos Libres dirá: «Ya no tengo patria».<br />
Ese era todo su secreto. La patria se había perdido en la balcanización y con<br />
Artigas desaparecían simultáneamente los unificadores: Bolívar y San Martín.<br />
88 | JORGE ABELARDO RAMOS