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Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

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facción realista que tenía oprimido el país el auxilio de quinientos<br />

fusiles, quinientos sables, veinticinco quintales de pólvora, cincuenta<br />

quintales de plomo, que se repetiría según <strong>las</strong> necesidades que tuviese<br />

el ejército; teniéndose en consideración para este suplemento<br />

el interés propio de esta Ciudad como de todas <strong>las</strong> demás Provincias<br />

de la federación en mantener la libertad del territorio de Entre<br />

Ríos...». Añadía: «En este concepto me veo precisado a suplicar a<br />

V. S. corno lo hago, tenga bien en <strong>las</strong> circunstancias dar alguna<br />

extensión a aquel tratado y facilitarme un auxilio capaz de subvenir<br />

a los primeros objetos que nos propusimos. Yo quedaría satisfecho<br />

con que se dob<strong>las</strong>e el número y municiones que debieron dárseme<br />

la primera vez y que se diese a la tropa un vestuario y una corta<br />

gratificación al arbitrio de V. S. dando para ello <strong>las</strong> disposiciones<br />

más propias que estén a su alcance pues no espero más para retirarme..<br />

24 .<br />

Quince días más tarde, <strong>las</strong> gestiones parecen haber tenido éxito y <strong>las</strong> armas<br />

y recursos del Puerto se ponen al servicio de Ramírez para enfrentar al Protector,<br />

y garantizar la «libertad de Entre Ríos», es decir, su localismo y, en consecuencia,<br />

su dependencia de Buenos Aires. El 28 de marzo, desde Pilar, Ramírez, escribe a<br />

Carrera:<br />

El estado de cosas en mi provincia no puede ser peor, pues<br />

D. José Artigas no pasa por los tratados ni deja de mirar la<br />

opinión de los habitantes de ella para atraerlos a su partido...<br />

Por otra parte V. me dice que el armamento está seguro por la<br />

combinación de Monteverde y sabe que con esto ya puedo hablar<br />

a Artigas como debo.<br />

Con la ayuda porteña, Ramírez podría, al fin, hablar con Artigas «como<br />

debía». La intriga estaba a punto de consumarse trágicamente. Pocos días más<br />

tarde Artigas escribe a Ramírez, le recuerda su situación de dependencia hacia él<br />

y lo acusa de haberse entregado con el Tratado del Pilar a la facción porteña.<br />

Califica al Tratado de «inicuo» y la firma de Ramírez al pie del documento prueba<br />

su apostasía y traición. Y agrega:<br />

86 | JORGE ABELARDO RAMOS

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