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Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

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Esa fue la razón por la cual derribaron a Moreno los saavedristas y<br />

rivadavianos. Saavedra, Rivadavia y Mitre probarían el carácter antiargentino<br />

y antilatinoamericano de la burguesía comercial porteña, que es una sola y<br />

misma cosa.<br />

La aparición histórica del gauchaje<br />

El triunfo del librecambismo y la orientación oligárquica después de la<br />

caída de Moreno señalan la aparición histórica del gauchaje en nuestra vida<br />

política. Este hombre clásico de nuestras llanuras será el héroe central de la<br />

historia argentina. Por extensión, gaucho será desde <strong>las</strong> guerras civiles todo<br />

nuestro criollaje, esa aleación racial formada por el vástago de español y de<br />

indio, cuando no indio puro, que constituirá el tipo étnico fundamental del<br />

país, antes de complementarse con la irrigación sanguínea de la vieja Europa.<br />

En su remoto origen, el gauderío, predecesor del gaucho, nace en la infinita<br />

pampa 64 . El Adelantado Pedro de Mendoza había arrojado a <strong>las</strong> praderas<br />

inmensas sus yeguadas, que desaparecieron como tragadas por el desierto<br />

sin fin. <strong>Las</strong> siete vacas de la Conquista también se desvanecieron durante un<br />

siglo. Multiplicadas en la fertilidad de los pastos y <strong>las</strong> lluvias, la pampa fue un<br />

mar de cueros, la veta inextinguible de la ganadería.<br />

El rey comenzó, en el principio del siglo XVIII, otorgando derechos de<br />

vaquerías a algunos beneficiarios. El ganado era hacienda cimarrona, sin dueño, y<br />

los hombres que merodeaban en la pampa carneaban una vaca para comer sin<br />

rendir cuenta a nadie. El sol y la lluvia, los animales cerriles y la holganza, el<br />

paisaje tremendo, la astucia derivada del conflicto con la naturaleza, la desconfianza<br />

y el desprecio hacia la ciudad febril y mercantil, la soledad, la fuerza y la destreza<br />

física que todo el medio le imponía hicieron del gaucho un admirable ejemplar<br />

humano. Conoció al caballo, libre como él, y lo hizo su lugarteniente y su camarada,<br />

su torre vigía, su carro de combate. Inventó sus armas, heredó otras del indio<br />

salvaje y se acopló a la naturaleza hostil hasta dominarla con una sabiduría que a<br />

los civilizados pareció milagrosa. Un viajero dice que «sencil<strong>las</strong>, no salvajes, son<br />

<strong>las</strong> vidas de esta «gente que no suspira» de <strong>las</strong> llanuras» 65 . La relación entre el<br />

hombre y la Naturaleza no estaba viciada de hipocresía social y se daba en forma<br />

pura; la majestad del escenario y el ocio lo inclinaron a la meditación poética, al<br />

proverbio y a la seducción de la música.<br />

Darwin preguntará en Mercedes a dos hombres por qué no trabajaban:<br />

38 | JORGE ABELARDO RAMOS

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