Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

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más intrigantes por los respetos del señorío de los mares... por dirigirse siempre todas sus relaciones bajo el principio de la extensión de miras mercantiles, cuya ambición no ha podido nunca disimular su carácter 47 , aunque señalaba también la conveniencia de imponerla contra Portugal, para facilitar la maniobra de Buenos Aires de incorporarse Río Grande del Sur. Y este famoso «librecambista», ya en el poder, dirá en su «Plan» que era preciso acusar a las autoridades españolas y a Cisneros de «haber destruido la felicidad pública» al otorgar «franquicias del comercio libre con los ingleses, el que ha ocasionado muchos quebrantos y perjuicios» 48 . En suma, Moreno planteaba una verdadera política revolucionaria, no porteña, como ocurrirá inmediatamente después de su caída, sino nacional americana. Moreno sostuvo el monopolio del comercio exterior, fundamental ayer como hoy para la defensa económica de un país semi colonial; el control de cambios y del tráfico de oro y divisas; la expropiación de las grandes fortunas improductivas y su utilización por el Estado para el desarrollo de la industria nativa, de la educación técnica, de la agricultura y de la navegación; el monopolio estatal de la industria minera; la expansión americana del movimiento revolucionario y la aplicación de medidas severas para exterminar los focos de la contrarrevolución. Frente a todas las fuerzas regionales que pugnaban efectivamente por el comercio libre –ganaderos, importadores, exportadores y comerciantes porteños– Moreno se levantó como la encarnación misma de la revolución continental que buscaba construir una nación con España, si era posible, y sin España de todos modos. De ahí que Moreno aparezca en nuestra escena histórica, al nacer los argentinos a la vida pública, como el teórico y el estadista del intervencionismo estatal, propulsor del capitalismo por métodos revolucionarios. La caída de Moreno por obra de la tendencia saavedrista, cuya ideología liberal conservadora se adaptará perfectamente a las necesidades de la burguesía comercial porteña probritánica, cierra el capítulo auténticamente revolucionario de Mayo. El coronel Saavedra, militar cándido y engreído, obtuso y temeroso de Dios, dirá en una carta a Chiclana que el sistema robesperiano que se quería adoptar en ésta, la imitación de la revolución francesa que intentaba tener por modelo, gracias a Dios que han desaparecido... 49 . 30 | JORGE ABELARDO RAMOS

San Martín estaba, por el contrario, muy lejos de esa aversión que Saavedra experimentaba hacia la figura del «Incorruptible» de la revolución francesa, y que veía reencarnada en la figura de Moreno. El organizador de la victoria de los Andes no era un liberal conservador de estirpe borbónica del género de Saavedra o Rivadavia, sino un revolucionario intrépido, educado en la tradición de 1789. Por esa razón pudo escribir a su confidente Guido: Más vale andar con ojotas que el que nos cuelguen. En fin, amigo mío, todo es menos malo que el que los maturrangos nos manden, y más vale privarnos por tres o cuatro años de comodidades que el que nos hagan morir en alto puesto y, peor que esto, es el que el honor nacional se pierda. Hasta aquí llegó mi gran plan. Ojalá tuviésemos un Cristóbal o un Robespierre que lo realízase, y a costa de algunos años diese la libertad y esplendor de que es tan fácil nuestro suelo 50 . ¡Qué lejos se coloca este San Martín del héroe abstracto dibujado por los historiadores oficiales, o del varón antijacobino del revisionismo rosista! Al caer Moreno, comienza la crisis monetaria. El gobierno de Buenos Aires, presionado por los ingleses y los comerciantes, autoriza en 1811 la libre exportación de oro y de plata amonedados. Esta medida no sólo descapitaliza al país, sino que eleva los precios de los artículos de consumo. Ya en el primer Triunvirato, cuyo inspirador es su secretario Rivadavia, heredero político del saavedrismo, se permitirá el ingreso al país del carbón europeo, se rebajarán los derechos aduaneros para los tejidos extranjeros y se abrirán las puertas de la aduana a numerosos artículos que entraban en competencia ruinosa con los productos de nuestras industrias territoriales. Los comerciantes extranjeros eran, a su vez, igualados en derechos con los comerciantes criollos. Se sancionaba de este modo la preeminencia del capital comercial inglés sobre Buenos Aires y del poder económico del Puerto sobre el Interior 51 . La pandilla del barranco Edificada sobre las barrancas que caían suavemente al río barroso, la pretenciosa ciudad era conocida desde los tiempos coloniales, en las cortes REVOLUCION Y CONTRARREVOLUCION EN LA ARGENTINA | 31

San Martín estaba, por el contrario, muy lejos de esa aversión que Saavedra<br />

experimentaba hacia la figura del «Incorruptible» de la revolución francesa, y que<br />

veía reencarnada en la figura de Moreno.<br />

El organizador de la victoria de los Andes no era un liberal conservador de<br />

estirpe borbónica del género de Saavedra o Rivadavia, sino un revolucionario<br />

intrépido, educado en la tradición de 1789. Por esa razón pudo escribir a su<br />

confidente Guido:<br />

Más vale andar con ojotas que el que nos cuelguen. En fin,<br />

amigo mío, todo es menos malo que el que los maturrangos nos<br />

manden, y más vale privarnos por tres o cuatro años de comodidades<br />

que el que nos hagan morir en alto puesto y, peor que esto, es el que<br />

el honor nacional se pierda. Hasta aquí llegó mi gran plan. Ojalá<br />

tuviésemos un Cristóbal o un Robespierre que lo realízase, y a costa<br />

de algunos años diese la libertad y esplendor de que es tan fácil<br />

nuestro suelo 50 .<br />

¡Qué lejos se coloca este San Martín del héroe abstracto dibujado por los<br />

historiadores oficiales, o del varón antijacobino del revisionismo rosista!<br />

Al caer Moreno, comienza la crisis monetaria. El gobierno de Buenos Aires,<br />

presionado por los ingleses y los comerciantes, autoriza en 1811 la libre exportación<br />

de oro y de plata amonedados. Esta medida no sólo descapitaliza al país, sino que<br />

eleva los precios de los artículos de consumo. Ya en el primer Triunvirato, cuyo<br />

inspirador es su secretario Rivadavia, heredero político del saavedrismo, se<br />

permitirá el ingreso al país del carbón europeo, se rebajarán los derechos aduaneros<br />

para los tejidos extranjeros y se abrirán <strong>las</strong> puertas de la aduana a numerosos<br />

artículos que entraban en competencia ruinosa con los productos de nuestras<br />

industrias territoriales. Los comerciantes extranjeros eran, a su vez, igualados en<br />

derechos con los comerciantes criollos. Se sancionaba de este modo la<br />

preeminencia del capital comercial inglés sobre Buenos Aires y del poder<br />

económico del Puerto sobre el Interior 51 .<br />

La pandilla del barranco<br />

Edificada sobre <strong>las</strong> barrancas que caían suavemente al río barroso, la<br />

pretenciosa ciudad era conocida desde los tiempos coloniales, en <strong>las</strong> cortes<br />

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