Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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era incierto. El Virreinato del Río de la Plata debía desenvolver su política con sus<br />
propias fuerzas. Pero en este inmenso territorio semidesierto, poblado de indios,<br />
gauchos, artesanos primitivos, inmensos rebaños de cabezas de ganado realengo<br />
y algunas pocas ciudades predominantemente comerciales, el puerto de Buenos<br />
Aires había venido a convertirse en la cabeza del movimiento comercial del<br />
Virreinato42 .<br />
Su sistema económico reposaba esencialmente en la actividad de los<br />
comerciantes monopolistas españoles, en los criollos e ingleses ligados al<br />
contrabando y en los ganaderos que deseaban vender a Europa sus excedentes.<br />
No existía virtualmente burguesía industrial, ni capitales, ni técnicos para montar<br />
un aparato productor realmente nacional y poderoso. En tales condiciones Moreno<br />
concibió el «Plan de Operaciones». No se trataba tan sólo de un esquema de la<br />
defensa militar y política de la revolución. Implicaba ante todo una concepción<br />
económica de índole americana poseída de un carácter eminentemente creador43 .<br />
En dicho Plan, Moreno propone expropiar a 5 ó 6.000 personas<br />
pudientes (prestamistas, ganaderos, grandes comerciantes<br />
monopolistas) a fin de obtener un capital de 200 ó 300 millones de<br />
pesos «que serían puestos en diferentes giros en el medio de un<br />
centro facilitando fábricas, ingenios, aumento de agricultura, etc.<br />
Una cantidad de 200 ó 300 millones de pesos, decía, puestos<br />
en el centro del Estado para la fomentación de <strong>las</strong> artes, agricultura,<br />
navegación, etc. producirán en pocos años un continente laborioso,<br />
instruido y virtuoso, sin necesidad de buscar exteriormente nada<br />
de lo que necesite para la conservación de sus habitantes, no<br />
hablando de aquel<strong>las</strong> manufacturas que, siendo como un vicio<br />
corrompido, son de un lujo excesivo e inútil, que deben evitarse<br />
principalmente porque son extranjeras y se venden a más oro de lo<br />
que pesan44 .<br />
Como vemos, lejos de soñar con un Estado modesto, desinteresado,<br />
«libre» y generoso, tal como convenía a los ingleses, Moreno proyectaba<br />
compensar la debilidad de <strong>las</strong> fuerzas económicas nacionales con el<br />
fortalecimiento del Estado, asignando a éste una función de empresa, de<br />
banquero y de industrial, con el fin de echar <strong>las</strong> bases para un capitalismo<br />
nacional todavía inexistente. La idea de expropiar <strong>las</strong> fortunas parasitarias no<br />
podía ser más audaz para esa época y su medio. Continúa siendo válida en<br />
28 | JORGE ABELARDO RAMOS