Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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jornadas. No olvidemos ese 2 de Mayo en Madrid. De ese levantamiento arranca<br />
la existencia histórica de los americanos del Sur. Sólo estuvieron con el pueblo<br />
algunos sectores del ejército, que se lanzaron a organizar la guerra de guerril<strong>las</strong> y<br />
que mantuvieron en jaque a los generales napoleónicos durante seis años 28 .<br />
La situación del ejército español merece una observación especial. Su descontento<br />
se expresaría a lo largo del siglo XIX mediante el sistema del «pronunciamiento»,<br />
otra palabra acuñada en España; por medio de estos motines<br />
expresábase la irritación de <strong>las</strong> capas de la burguesía o de la c<strong>las</strong>e media urbana,<br />
de los campesinos empobrecidos y de los profesionales arruinados. Por un lado,<br />
el Ejército era la única posibilidad de ascender en la escala social –fuera de la<br />
Iglesia– lo que tenía como resultado la democratización de sus fi<strong>las</strong>. Desde otro<br />
punto de vista se manifestaba en sus cuadros la sensibilidad política nacida de su<br />
origen más plebeyo y la fuerza que le otorgaba la cohesión nacional de su estructura<br />
tanto más relevante cuanto que España nunca logró hasta hoy borrar sus tendencias<br />
centrífugas 29 .<br />
Pero si la única c<strong>las</strong>e social en que podía apoyarse el Ejército era la burguesía,<br />
ésta vivía aterrorizada por <strong>las</strong> sucesivas derrotas de varios siglos. De una insuperable<br />
cobardía, grandes sectores de la burguesía industrial catalana se trasladaron durante<br />
la revolución a Mallorca, temerosa de su piel. De este modo el Ejército español<br />
debió jugar un papel independiente en la política del país, aunque asumiendo la<br />
representación de algunos intereses nacionales. Ese ejército estaba influido por la<br />
ideología del liberalismo revolucionario. Gran parte de sus oficiales encabezaron<br />
la resistencia nacional contra el invasor. El General San Martín se formó en sus<br />
fi<strong>las</strong>, del mismo modo que los hombres de Mayo habían sido educados por los<br />
maestros del liberalismo español.<br />
Todo el pueblo de España se puso instantáneamente de pie. Se organizaron<br />
de inmediato Juntas populares que asumieron la representación del poder vacante:<br />
el rey Carlos IV y el príncipe heredero Fernando, que ya era VII, permanecían<br />
cautivos de Napoleón. Fernando VII, fue llamado el «Deseado» por el pueblo,<br />
que luchaba en su nombre pero que de hecho hacía su propia guerra. <strong>Las</strong> Juntas<br />
populares se unificaron en una Junta Central y se nombraron diputados para <strong>las</strong><br />
Cortes españo<strong>las</strong>, que se reunieron en Cádiz. La revolución nacional española<br />
llamó a <strong>las</strong> posesiones americanas a enviar diputados y declaró la igualdad de<br />
derechos entre españoles y americanos, del mismo modo que la abolición de los<br />
derechos abusivos sobre los indios, reconociendo al territorio de América como<br />
«parte esencial e integrante de la monarquía española» 30 .<br />
El levantamiento revolucionario en toda América no fue sino la prolongación<br />
en el Nuevo Mundo de la conmoción nacional de la vieja España que pugnaba<br />
24 | JORGE ABELARDO RAMOS