Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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masonería fue el partido secreto de la burguesía europea en ascenso, que liberaba<br />
su acción en <strong>las</strong> altas esferas de <strong>las</strong> naciones feudales declinantes, ganando para<br />
su causa, en grandes batal<strong>las</strong> intelectuales, a los nobles más evolucionados de su<br />
tiempo. De ahí que los ministros de Carlos III fueran jefes de la Masonería<br />
española, del mismo modo que Miranda, Bolívar, San Martín y muchos otros<br />
caudillos de la revolución americana se organizaban en logias. Desaparecida la<br />
función revolucionaria de la burguesía moderna, la masonería la sobrevivió, cayendo<br />
en nuestros días bajo el control del imperialismo; su ideología será «liberal» como<br />
hace dos siglos, pero este liberalismo ya será la antítesis de aquel otro que cumpliera<br />
fines históricamente progresivos. La orientación reaccionaria de la burguesía mundial<br />
ha convertido a la masonería en una simple cadena de transmisión de la política<br />
imperialista en América Latina.<br />
La muerte de Carlos III y el ascenso al trono de su hijo Carlos IV no<br />
hizo sino señalar <strong>las</strong> contradicciones y la impotencia del despotismo ilustrado.<br />
El hombre de la pareja real será su mujer María Luisa, que adopta al joven<br />
Godoy como amante y lo impone a la corte y al Gobierno 23 . Este incidente<br />
galante se prolongará durante muchos años y se verá en el valido y plebeyo<br />
Godoy a la encarnación de la burguesía española, que asciende al poder real<br />
en brazos de la reina infiel. Subrepticiamente, la burguesía revela su presencia:<br />
Godoy continuará de una manera mucho más primitiva, vacilante e incierta la<br />
tradición liberal de los estadistas de Carlos III Pero la política borbónica se<br />
había agotado; el hijo del rey era Fernando, el que sería Séptimo, el rey felón,<br />
desleal, ultra montano.<br />
Vemos encarnadas en la propia familia real <strong>las</strong> dos Españas: el liberalismo<br />
borbónico y la reacción feudal. A nuestra América habían transmigrado ambos:<br />
si la burocracia monopolista de los virreinatos contaba en sus cuadros a los<br />
reaccionarios de la España negra, también había discípulos de Aranda,<br />
Floridablanca y Campomanes. Manuel Belgrano era uno de ellos y la juventud<br />
revolucionaria de 1810 había aprendido su Rousseau en <strong>las</strong> traducciones<br />
españo<strong>las</strong>. Como bien dice Julio V. González en su estudio sobre Jovellanos,<br />
Vieytes, Belgrano y Moreno eran lectores de los publicistas de la España<br />
nueva, entre ellos, el más genial de todos, Bernardo de Ulloa 24 . Su obra<br />
«Restablecimiento de <strong>las</strong> fábricas, tráfico y comercio marítimo de España»<br />
será una anticipación del famoso «Plan de Operaciones» de Moreno en la<br />
hora del poder y del terror: los hombres de Mayo se hicieron revolucionarios<br />
en <strong>las</strong> fraguas españo<strong>las</strong> 25 .<br />
22 | JORGE ABELARDO RAMOS