Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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7 JULIO IRAZUSTA: Urquiza y el pronunciamiento, p. 8, Ed. La Voz del Plata, Buenos Aires, 1952.<br />
8 Algunos autores niegan que <strong>las</strong> tropas brasileñas hayan desfilado por <strong>las</strong> calles de Buenos<br />
Aires justamente el 20 de febrero (MAYER, ob. cit., p. 405: «No hubo coincidencia en <strong>las</strong> fechas, ni<br />
Urquiza lo hubiera permitido»). Sin embargo, los historiadores brasileños consideran la batalla de<br />
Caseros una victoria del Imperio: «Sabemos perfectamente que no habiendo nunca un general argentino<br />
derrotado nuestras tropas en los suburbios de Río de Janeiro, y en esta, desfilado triunfalmente con<br />
el<strong>las</strong> a banderas desplegadas, al compás de la música, aunque fuera junto a revolucionarios nuestros,<br />
no es nada agradable para nuestros amabilísimos vecinos que Porto Alegre haya conseguido esa<br />
gloria». A guerra do Rosas, por BARROSO, en ROSA, La caída de Rosas, p. 548. Lo cierto es que al<br />
mediodía del día 20 de febrero, aniversario de Ituzaingó, desfilaron <strong>las</strong> fuerzas del Ejército Grande,<br />
incluidos los brasileños.<br />
9 Benito Hortelano, comerciante español radicado en Buenos Aires, refiere en sus Memorias<br />
que numerosos rosistas «cambiaron de casaca al triunfar Urquiza. Caballeros que habían arrastrado<br />
el carruaje de Manuelita entre gritos contra el loco Urquiza, rodeaban al triunfador por un momento<br />
para abandonarlo en seguida, fieles al localismo portuario: «Entre los que ví tirar del coche recuerdo<br />
a D. Santiago Calzadilla, al hijo, al doctor Agrelo, a Rufino Elizalde, a Gimeno, a D. Rosendo<br />
Labarden y a Toro y Pareja; yo también empujé de la rueda derecha al partir el carruaje. No<br />
recuerdo los nombres de otros muchos federales que tiraron, porque no los conocía entonces y hoy<br />
son muy unitarios...» V. Rosas visto por sus contemporáneos, JOSÉ LUIS BUSANICHE, p. 139, Ed. Kraft,<br />
Buenos Aires, 1955.<br />
10 VICENTE G. QUESADA (Víctor Gálvez): Memorias de un viejo p. 200, Edie. Solar, Buenos<br />
Aires, 1942.<br />
11 BERNARDO GONZÁLEZ ARRILLI: Vida de Rufino de Elizalde, p 137, Ed. Francisco A. Colombo,<br />
Buenos Aires, 1948<br />
12 JOSÉ MARÍA ROSA: Nos los representantes del pueblo, p. 19, Ed. Theoría, Buenos Aires,<br />
1955.<br />
13 VICTORICA, ob. cit., p. 450.<br />
14 JUAN A. GONZÁLEZ CALDERÓN: La organización nacional, p. 65 y ss. Ed. Kraft, Buenos Aires,<br />
1940.<br />
15 CARLOS D’AMICO. Buenos Aires, sus hombres, su política (1860 1890), p. 61, Ed. Americana,<br />
Buenos Aires, 1952.<br />
16 DALMACIO VÉLEZ SARSFIELD, Escritos y discursos p. 46 Ed. Rosso, Buenos Aires, p. 27. Vélez<br />
pronunció el principal discurso contra el Acuerdo.<br />
17 GONZÁLEZ CALDERÓN, ob. cit., p. 88.<br />
18 JULIO VICTORICA: Urquiza y Mitre, p. 49, Ed. Lajouane y Cía., Buenos Aires, 1906. El mismo<br />
Victorica refiere que el coronel Espínola, entrerriano, encontró al comandante Mitre durante la batalla<br />
de Caseros, refugiado con su batería detrás de un monte y habiéndole preguntado qué hacía allí Mitre<br />
le respondió: «Estoy economizando sangre», p. 27. A decir verdad, los éxitos oratorios de Mitre<br />
fueron para sus contemporáneos más reales que los castrenses.<br />
202 | JORGE ABELARDO RAMOS