Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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Notas<br />
1 Thiers, que treinta años más tarde se consagraría como el chacal de la Commune, pronunciaba<br />
un discurso en el Parlamento de París, en el cual invocaba los ejemplos angloyanquis para decidir a<br />
sus colegas a conquistar <strong>las</strong> provincias argentinas: «Hace algunos días, bajo nuestros ojos, los<br />
americanos del Norte, con tropas cuyo número no excedía de 5.000 hombres han dado cuenta de<br />
México y han hecho la más bella conquista; los ingleses, con 4.000 hombres de tropa y 3.000<br />
marineros, han dominado el imperio chino» (exclamaciones en la derecha)... «¿Es cierto que Inglaterra,<br />
con 4.000 hombres de tropas europeas y 3.000 marinos ha concluido con el Imperio de China, lo ha<br />
obligado a entregar y a aceptar el opio, el Opio?» (risas de aprobación). v. Laferrere, ob. tit., p. 77.<br />
2 REAL: en Revista de Historia, cit., p. 64 y ss.: «El partido centralista unitario era expresión<br />
política e ideológica de la burguesía... El partido unitario centralista representaba lo nuevo, lo que<br />
surgía y se desarrollaba; el partido federalista –sus ideólogos y sus caudillos– representaban lo que<br />
había entrado en crisis, lo que tendía a desaparecer; lo caduco. Lo nuevo eran <strong>las</strong> fuerzas económicas,<br />
sociales, políticas e ideológicas vinculadas al capitalismo mundial en auge y a sus correspondientes<br />
concepciones; lo viejo, lo caduco, eran <strong>las</strong> fuerzas vinculadas al feudalismo, en crisis, que se<br />
disgregaba bajo los golpes de la burguesía...» Y añade: «Que Buenos Aires fuera el centro económico<br />
social más importante del país, fue en todo momento, históricamente, muy beneficioso para el país.<br />
Sin ese centro, la suerte de la guerra civil de independencia hubiera sido harto dudosa y la unidad<br />
nacional difícil si no imposible. La guerra de independencia y la unidad necesitaban para «imponerse»<br />
un centro económicamente desarrollado». Para sostener su inaudita tesis portuaria, Real acude a<br />
Marx. Así ha quedado el marxismo de Stalin y sus sostenedores en nuestro país. Refiriéndose al<br />
problema de los ingresos de aduana, Real, en fin, afirma: «Y no puede ser indiferente que ellos se<br />
destinaran a montar los ejércitos de la independencia o a una obra de sentido y contenido nacional<br />
como la que intentó Rivadavia, o para beneficio exclusivo de los terratenientes-saladeristas porteños<br />
bajo el gobierno de Rosas». He aquí en todo su esplendor la filosofía de la historia del stalinismo en la<br />
Argentina: Rivadavia, Mitre, Codovilla y Braden. Sin duda, no falta coherencia.<br />
3 Cfr. ROSA LUXEMBURGO, La acumulación del capital, Ed. Cenit, Madrid, 1933. «El imperialismo<br />
es la expresión política del proceso de acumulación del capital en su lucha para conquistar los<br />
medios no capitalistas que no se hallen todavía agotados... Dado el gran desarrollo y la concurrencia<br />
cada vez más violenta de los países capitalistas para conquistar territorios no capitalistas, el<br />
imperialismo aumenta su agresividad contra el mundo no capitalista, agudizando <strong>las</strong> contradicciones<br />
entre los países capitalistas en lucha. Pero cuanto más violenta y enérgicamente procure el capitalismo<br />
el hundimiento total de <strong>las</strong> civilizaciones no capitalistas, tanto más rápidamente irán minando el<br />
terreno a la acumulación del capital», p. 433. En el momento de caer el régimen de Rosas, el<br />
imperialismo como expresión del capital financiero no se había construido históricamente, pero la<br />
lucha de los imperios coloniales por la hegemonía en los países atrasados preparaba justamente <strong>las</strong><br />
condiciones económicas de su aparición.<br />
4 MAYER, ob. cit., p. 258.<br />
5 MANUEL GÁLVEZ, Vida de Sarmiento, p. 170, Ed. Tor, Buenos Aires, 1952. Carta de Mitre a<br />
Mariano Sarratea: «Tenemos con Sarmiento la lista de los asesinos y hemos jurado que ni uno solo ha<br />
de quedar vivo», ob. cit., p. 170.<br />
6 LEÓN REBOLLO PAZ: Historia de la organización nacional, p. 77, Librería del Plata, Buenos<br />
Aires, 1951.<br />
REVOLUCION Y CONTRARREVOLUCION EN LA ARGENTINA | 201