07.05.2013 Views

Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Urquiza se recluyó en Entre Ríos, desinteresándose del gobierno nacional.<br />

En un esfuerzo final por atraer al ganadero de San José a la lucha por la unidad<br />

argentina, Derqui renuncia a la Presidencia. Ocupa su cargo el vice Pedernera 54 .<br />

Pero el ocaso de Urquiza ha llegado, el Litoral se prepara a ser el granero del<br />

mundo europeo: ya no puede jugar un papel verdaderamente nacional. Tácito o<br />

expreso, el acuerdo de Mitre con Urquiza se probaría en los hechos.<br />

La Legislatura de Entre Ríos, bajo la presión de Urquiza, deja sin base<br />

alguna al vicepresidente general Pedernera. Dicta una ley el lº de diciembre de<br />

1861 por cuyos términos esa provincia reasume el ejercicio de su soberanía.<br />

¿Qué significaba esto? Era perfectamente claro: Urquiza asestaba una puñalada<br />

por la espalda a la Confederación y su gobierno legal, sustraía su provincia a la<br />

unidad nacional y libraba a su suerte al interior. En su trágico decreto del lº de<br />

diciembre del mismo año, el general Pedernera declaraba disueltos los poderes<br />

nacionales que presidía, por cuanto se le privaba al gobierno de la administración<br />

de sus aduanas y rentas que el<strong>las</strong> producen. Añadía que por ese mismo acto,<br />

Urquiza despojaba «de la autoridad del Ejecutivo Nacional todas <strong>las</strong> fuerzas<br />

militares de la provincia y demás elementos bélicos» 55 necesarios para afrontar la<br />

situación planteada después de la batalla de Pavón. La misma ley entrerriana<br />

establecía que dicha provincia se anexaba el territorio anteriormente federalizado,<br />

o sea que Paraná dejaba de ser sede legítima de la Confederación.<br />

Ante tales circunstancias, decía el general Pedernera, «no le queda al Ejecutivo<br />

Nacional ni el suelo indispensable y necesario para continuar su difícil<br />

administración». En definitiva, «no siendo posible reunir el Congreso Nacional<br />

por la premura del tiempo y por el estado de conflagración en que se encuentra la<br />

República... declárase en receso al Ejecutivo Nacional» 56 .<br />

Con esta actitud Urquiza dejaba libre el camino para que <strong>las</strong> fuerzas de la<br />

provincia bonaerense arrasasen el interior argentino. Abdica virtualmente, destruye<br />

la alianza con <strong>las</strong> provincias mediterráneas y se esfuma del escenario.<br />

El federalismo entrerriano habrá de eliminarlo diez años más tarde, cuando<br />

la propia Entre Ríos recoja los frutos aciagos de la política urquicista 57 .<br />

Ante la crisis de la Confederación, abandonado por todos, librado a la<br />

aquiescencia de los porteños sedientos de sangre gaucha, el General Pedernera<br />

disolvía el gobierno nacional. Su secretario, un mocetón barbudo llamado José<br />

Hernández, cantaría para siempre la potente tragedia que lo tuvo de testigo. El<br />

estratega victorioso a pesar suyo, se encargó del gobierno nacional provisorio: en<br />

1862 era elegido Presidente de la República el General Mitre. Se abría el ciclo de<br />

<strong>las</strong> guerras civiles más crueles de nuestra historia. El capital británico comenzaba<br />

el aniquilamiento de la industria territorial, la transformación del gaucho en peón<br />

198 | JORGE ABELARDO RAMOS

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!