Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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Urquiza se recluyó en Entre Ríos, desinteresándose del gobierno nacional.<br />
En un esfuerzo final por atraer al ganadero de San José a la lucha por la unidad<br />
argentina, Derqui renuncia a la Presidencia. Ocupa su cargo el vice Pedernera 54 .<br />
Pero el ocaso de Urquiza ha llegado, el Litoral se prepara a ser el granero del<br />
mundo europeo: ya no puede jugar un papel verdaderamente nacional. Tácito o<br />
expreso, el acuerdo de Mitre con Urquiza se probaría en los hechos.<br />
La Legislatura de Entre Ríos, bajo la presión de Urquiza, deja sin base<br />
alguna al vicepresidente general Pedernera. Dicta una ley el lº de diciembre de<br />
1861 por cuyos términos esa provincia reasume el ejercicio de su soberanía.<br />
¿Qué significaba esto? Era perfectamente claro: Urquiza asestaba una puñalada<br />
por la espalda a la Confederación y su gobierno legal, sustraía su provincia a la<br />
unidad nacional y libraba a su suerte al interior. En su trágico decreto del lº de<br />
diciembre del mismo año, el general Pedernera declaraba disueltos los poderes<br />
nacionales que presidía, por cuanto se le privaba al gobierno de la administración<br />
de sus aduanas y rentas que el<strong>las</strong> producen. Añadía que por ese mismo acto,<br />
Urquiza despojaba «de la autoridad del Ejecutivo Nacional todas <strong>las</strong> fuerzas<br />
militares de la provincia y demás elementos bélicos» 55 necesarios para afrontar la<br />
situación planteada después de la batalla de Pavón. La misma ley entrerriana<br />
establecía que dicha provincia se anexaba el territorio anteriormente federalizado,<br />
o sea que Paraná dejaba de ser sede legítima de la Confederación.<br />
Ante tales circunstancias, decía el general Pedernera, «no le queda al Ejecutivo<br />
Nacional ni el suelo indispensable y necesario para continuar su difícil<br />
administración». En definitiva, «no siendo posible reunir el Congreso Nacional<br />
por la premura del tiempo y por el estado de conflagración en que se encuentra la<br />
República... declárase en receso al Ejecutivo Nacional» 56 .<br />
Con esta actitud Urquiza dejaba libre el camino para que <strong>las</strong> fuerzas de la<br />
provincia bonaerense arrasasen el interior argentino. Abdica virtualmente, destruye<br />
la alianza con <strong>las</strong> provincias mediterráneas y se esfuma del escenario.<br />
El federalismo entrerriano habrá de eliminarlo diez años más tarde, cuando<br />
la propia Entre Ríos recoja los frutos aciagos de la política urquicista 57 .<br />
Ante la crisis de la Confederación, abandonado por todos, librado a la<br />
aquiescencia de los porteños sedientos de sangre gaucha, el General Pedernera<br />
disolvía el gobierno nacional. Su secretario, un mocetón barbudo llamado José<br />
Hernández, cantaría para siempre la potente tragedia que lo tuvo de testigo. El<br />
estratega victorioso a pesar suyo, se encargó del gobierno nacional provisorio: en<br />
1862 era elegido Presidente de la República el General Mitre. Se abría el ciclo de<br />
<strong>las</strong> guerras civiles más crueles de nuestra historia. El capital británico comenzaba<br />
el aniquilamiento de la industria territorial, la transformación del gaucho en peón<br />
198 | JORGE ABELARDO RAMOS