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Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

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fluvial que podía favorecer el comercio con <strong>las</strong> provincias de la Confederación.<br />

Con Rosas o con Mitre, el bufón Elizalde permanecía invariable como bufón y<br />

como porteño.<br />

La ley de los derechos diferenciales tendía a corregir la monstruosidad del<br />

monopolio. Pero su resultado fue mediocre. Los barcos extranjeros preferían<br />

descargar en Buenos Aires, para no exponerse a <strong>las</strong> dificultades de la navegación<br />

en el Paraná, porque la Confederación no había podido improvisar en el<br />

insignificante villorrio de Rosario un sistema comercial comparable al de Buenos<br />

Aires. Por otra parte, la guerra de Crimea, al bloquear el comercio exterior del<br />

zar, desvió hacia el Río de la Plata la demanda europea de materias primas. La<br />

exportación cobró enorme vigor; lejos de languidecer, la ciudad†Estado florecía<br />

en su soledad. Nuevos edificios se levantaban y su fisonomía urbana se<br />

europeizaba, mientras la Confederación yacía en el agotamiento.<br />

En tales circunstancias, no cabía sino la reiniciación de la guerra civil.<br />

Contra todo lo que era de esperarse †escribe Pelliza† el<br />

gobierno de la Provincia fue el que primero empezó a manifestar su<br />

mala voluntad a la Confederación, restringiendo el tránsito libre de<br />

que antes gozaban los frutos del país, retirándoles, por decreto del<br />

1º de febrero de 1859, el boleto de depósito que antes aseguraba su<br />

libre exportación y sometiéndolos a los trámites que para su<br />

reembarco sufrían <strong>las</strong> mercaderías extranjeras 46 .<br />

Ante esa ofensiva económica el gobierno de Paraná se dispuso a combatir.<br />

Poco tiempo antes la pandilla mitrista hará asesinar en San Juan al General<br />

Nazario Benavídez, firmante del Acuerdo de San Nicolás y prestigioso caudillo.<br />

La muerte de Benavídez conmoverá a la República en esa época: quitaba de<br />

en medio a un sostenedor de Urquiza en Cuyo. Mitre obsequiará un álbum a<br />

los asesinos, vinculados al partido liberal porteño. La ciudad estremecíase de<br />

gozo: ¡un bárbaro menos en el país devastado! Urquiza sintió el golpe. Su<br />

propio nombre era execrado públicamente en la prensa de Buenos Aires 47 .<br />

Así provocó Buenos Aires el choque de Cepeda. Narraremos ahora<br />

cómo, habiendo perdido la batalla, disfrutó de la victoria la ciudad astuta:<br />

sabía hacer brillar el oro en <strong>las</strong> negociaciones, como el usurero ante el cliente<br />

aterido. Pero también sabía comprar cómplices, usar ganzúas y trampear a la<br />

historia. Docta en trucos leguleyos, era inhábil en el oficio de <strong>las</strong> armas. Le<br />

bastó su caja fuerte.<br />

REVOLUCION Y CONTRARREVOLUCION EN LA ARGENTINA | 193

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