Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

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07.05.2013 Views

La burguesía porteña rechaza el Acuerdo Los acontecimientos se desencadenaron como un huracán. Los comerciantes, doctores e importadores de la ciudad porteña se pusieron de pie unánimemente contra el Acuerdo de San Nicolás. ¡Habráse visto tamaña insolencia de los trece ranchos! En dicho acuerdo, los diputados de la Legislatura provincial bonaerense veían aproximarse el rescate de su Aduana para todos los argentinos. La libre navegación de los ríos les quitaría, por otra parte, el privilegio subsistente desde Rivadavia y Rosas. Rosistas y antirrosistas porteños se unieron contra la voluntad nacional. El lenguaraz del clan portuario en la Legislatura fue el joven diputado Mitre. De muchacho había sido jardinero en la estancia de Prudencio Rosas; luego estudió artillería en el sitio de Montevideo, donde compuso rimas de circunstancias. La ciudad cosmopolita le llenó la cabeza de ideas generales, lo hizo más porteño aún. Cuando llegó a Buenos Aires, después de Caseros, ya era un «pálido proscripto» profesional. Su énfasis declamatorio, aunque insustancial, encantó a la ciudad. Militar de notable ineptitud en un país de espadas, Mitre sería convertido por la Buenos Aires mercantil en su más vacuo tribuno 15 . A su lado se sentaba el cordobés Vélez Sarsfield verdadero cerebro del localismo, viejo taimado y ubicuo, puesto definitivamente al servicio de la oligarquía porteña. Vélez había pertenecido al equipo rivadaviano: admirador juvenil de Julián Segundo de Agüero, diputado por San Luis al Congreso de 1825 antes de cumplir la edad reglamentaria, gozó de la privanza de Rivadavia, esa época y ese modelo conformaron por entero su carácter y sus ideas, lo que no le impidió vivir tranquilamente como abogado durante la época de Rosas, asesorar al señor de Palermo en algunos asuntos y convertirse en un poderoso ganadero de Arrecifes. Este último hecho explica que su condición social pesara más en sus opiniones que su origen mediterráneo.16 Frente a la exposición magistral del Dr. Vicente Fidel López, que en su calidad de Ministro urquicista defendía el Acuerdo, Mitre pronunció una de sus arengas más jactanciosas: el Acuerdo significaba una dictadura irresponsable, que constituía un poder despótico... a la cual se le pone en una mano la plata, y en la otra las bayonetas, y a cuyos pies se ponen el territorio, los hombres y las leyes! Tal era el hombre y su estilo 17 . 180 | JORGE ABELARDO RAMOS

El favorito del público porteño aludiendo a López, no vaciló en echar una bravata, género en que adquirió celebridad: He pasado mi vida en los campamentos y mi oficio es echar a cañonazos las puertas por donde se entra a los ministerios 18 . Los ruidosos aplausos de la barra de la ciudad imperial ya prefiguraban el golpe de Estado del 11 de septiembre. Esta revolución porteña separaría a la parasitaria Buenos Aires del resto de la República. La brutal coerción de la ciudad puerto obligó al gobernador López y Planes a presentar su renuncia. Después de varias incidencias e interinatos, Urquiza se decidió a intervenir en el caos de la provincia y munido de su autoridad de Director Provisorio de la Confederación Argentina, asumió el mando en Buenos Aires: disolvió la Legislatura sediciosa. Mientras se organizaba el Congreso de Santa Fe que daría una constitución al país, la agitación crecía en Buenos Aires. Fue en esas circunstancias que Urquiza nacionalizó las aduanas el 28 de agosto 19 . Sólo su presencia y sus tropas evitaron el estallido contrarrevolucionario de la oligarquía porteña. Pero cuando el 4 de septiembre delega el poder en el general Galán y viaja a Santa Fe para participar en el Congreso General Constituyente, la suerte estaba echada. En la madrugada del 11 de septiembre –mes aciago en la historia argentina– se produce el previsto golpe de Estado. Tropas adictas a los intereses locales expulsan al General Galán y reconstituyen la disuelta Sala de Representantes. Es elegido gobernador propietario de la Provincia don Valentín Alsina. En su gabinete figuraba el Coronel Mitre. Se abrazan unitarios y rosistas porteños Mariano Pelliza ha evocado la personalidad de Valentín Alsina: Alsina antes que todo era un porteño. Ateniense del Plata, consideraba iletrado a todo el que no pertenecía a la Universidad de Buenos Aires y no había cursado latines en los colegios máximos del período colonial. El elemento dirigente, en la paz como en la guerra, a juicio suyos no podía ser otro que el urbano de la capital. Nada o muy poco concedía a las provincias, sujetas a caudillos irresponsables formados en la escuela siniestra de la dictadura y dictadores a su turno de pueblos atrasados 20 . REVOLUCION Y CONTRARREVOLUCION EN LA ARGENTINA | 181

El favorito del público porteño aludiendo a López, no vaciló en echar una<br />

bravata, género en que adquirió celebridad:<br />

He pasado mi vida en los campamentos y mi oficio es echar a<br />

cañonazos <strong>las</strong> puertas por donde se entra a los ministerios 18 .<br />

Los ruidosos aplausos de la barra de la ciudad imperial ya prefiguraban el<br />

golpe de Estado del 11 de septiembre. Esta revolución porteña separaría a la<br />

parasitaria Buenos Aires del resto de la República. La brutal coerción de la ciudad<br />

puerto obligó al gobernador López y Planes a presentar su renuncia. Después de<br />

varias incidencias e interinatos, Urquiza se decidió a intervenir en el caos de la<br />

provincia y munido de su autoridad de Director Provisorio de la Confederación<br />

Argentina, asumió el mando en Buenos Aires: disolvió la Legislatura sediciosa.<br />

Mientras se organizaba el Congreso de Santa Fe que daría una constitución al<br />

país, la agitación crecía en Buenos Aires. Fue en esas circunstancias que Urquiza<br />

nacionalizó <strong>las</strong> aduanas el 28 de agosto 19 .<br />

Sólo su presencia y sus tropas evitaron el estallido contrarrevolucionario de<br />

la oligarquía porteña. Pero cuando el 4 de septiembre delega el poder en el general<br />

Galán y viaja a Santa Fe para participar en el Congreso General Constituyente, la<br />

suerte estaba echada. En la madrugada del 11 de septiembre –mes aciago en la<br />

historia argentina– se produce el previsto golpe de Estado. Tropas adictas a los<br />

intereses locales expulsan al General Galán y reconstituyen la disuelta Sala de<br />

Representantes. Es elegido gobernador propietario de la Provincia don Valentín<br />

Alsina. En su gabinete figuraba el Coronel Mitre.<br />

Se abrazan unitarios y rosistas porteños<br />

Mariano Pelliza ha evocado la personalidad de Valentín Alsina:<br />

Alsina antes que todo era un porteño. Ateniense del Plata, consideraba<br />

iletrado a todo el que no pertenecía a la Universidad de<br />

Buenos Aires y no había cursado latines en los colegios máximos<br />

del período colonial. El elemento dirigente, en la paz como en la<br />

guerra, a juicio suyos no podía ser otro que el urbano de la capital.<br />

Nada o muy poco concedía a <strong>las</strong> provincias, sujetas a caudillos<br />

irresponsables formados en la escuela siniestra de la dictadura y<br />

dictadores a su turno de pueblos atrasados 20 .<br />

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