Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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Pero los ingleses y franceses tenían ya <strong>las</strong> manos ocupadas en otras gestiones;<br />
sus rencil<strong>las</strong> domésticas les eran gravosas y por otra parte, ya habían probado <strong>las</strong><br />
<strong>lanzas</strong> rioplatenses. Era evidente que no se trataba de un paseo militar. El cortés<br />
ofrecimiento fue rechazado, todo lo cual no impidió que estas almas dóciles que<br />
deseaban ser colonizadas ingresasen firmemente a la mitología escolar de los héroes<br />
nacionales.<br />
En 1849 los intervencionistas firmaban con Rosas un tratado por el cual se<br />
reconocía que la navegación fluvial argentina estaba únicamente sujeta a sus leyes<br />
y reglamentos; <strong>las</strong> potencias se obligaban a evacuar la isla de Martín García,<br />
devolver los barcos argentinos apresados y saludar la bandera nacional 46 . Esta<br />
victoria de Rosas no constituyó, en realidad, sino una tregua hasta Caseros.<br />
Buenos Aires y el federalismo provinciano<br />
El Litoral había sido la zona crítica de la política rosista. Los historiadores<br />
liberales explican <strong>las</strong> guerras civiles contra Rosas en virtud del espíritu de «1ibertad»<br />
contra la «dictadura». Pero los historiadores «revisionistas» caen en una explicación<br />
no menos abstracta y errónea: se trataría de <strong>las</strong> intrigas unitarias, de la falta de<br />
patriotismo, del «oro francés» o del maquiavelismo brasileño.<br />
En realidad, <strong>las</strong> provincias litorales disponían de producciones coincidentes<br />
con la de Buenos Aires (Entre Ríos, Santa Fe) o estaban interesadas tanto en el<br />
comercio internacional como en el mercado interno (Corrientes). La clausura que<br />
Rosas imponía a los ríos interiores afectaba no sólo los intereses de <strong>las</strong> potencias<br />
europeas sino primordialmente a <strong>las</strong> provincias litorales. En el monopolio exclusivo<br />
de la Aduana porteña, se encuentra el origen de <strong>las</strong> inquietudes políticas del Litoral,<br />
de sus tentativas crónicas para resistir el poder de Rosas, y de sus eventuales<br />
alianzas con el capitalismo extranjero 47 .<br />
La opulenta provincia de Buenos Aires negaba al Litoral el derecho de<br />
comercio con los europeos, eso tiene, sin duda, un tinte muy nacionalista. Pero<br />
Buenos Aires practicaba infatigablemente ese mismo comercio internacional que<br />
la enriquecía. 48 Ya esto es más difícil de explicar a los «revisionistas».<br />
¿Cómo juzgaban los políticos provincianos de la época esta actitud de Buenos<br />
Aires bajo Rivadavia, Rosas o Mitre?<br />
Don Manuel Leiva, uno de los más destacados hombres públicos del interior<br />
(ministro de Estanislao López, de Cullen, de Ferré, de Urquiza), escribía a un<br />
colega catamarqueño palabras muy claras.<br />
162 | JORGE ABELARDO RAMOS