Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
como del interior y el litoral... La política proteccionista «ya no era<br />
practicable. En parte por decisión propia y en parte por imposición<br />
de <strong>las</strong> circunstancias, Buenos Aires se había vuelto a separar de <strong>las</strong><br />
restantes provincias que integraban la Confederación. En su esfuerzo<br />
para rehabilitar su propia economía Buenos Aires abandonó<br />
<strong>las</strong> necesidades y aspiraciones de <strong>las</strong> provincias. En este sentido<br />
Rosas quedó prisionero del egoísmo económico de su partido. Después<br />
de la anulación virtual de la ley de aduanas, <strong>las</strong> provincias volverían<br />
a considerar su actitud hacia el régimen de Rosas a la luz de<br />
<strong>las</strong> exhortaciones lanzadas por Ferré diez años antes. Desde su<br />
punto de vista no había mucha diferencia entre Rosas y Rivadavia,<br />
entre el federalismo porteño y el unitarismo. Rosas se convirtió tanto<br />
como Rivadavia en el representante de Buenos Aires, defensor de<br />
sus intereses especiales, presto y dispuesto a sacrificar <strong>las</strong> más vitales<br />
necesidades de <strong>las</strong> provincias 21 .<br />
Los ganaderos de Buenos Aires eran el sector económicamente más<br />
fuerte del Río de la Plata, pero su fuente de ganancias se encontraba en el<br />
mercado exterior; su visión de los problemas nacionales no iba más allá del<br />
Arroyo del Medio. Por eso fue que su político más agudo dictó la Ley de<br />
Aduanas para neutralizar a <strong>las</strong> provincias interiores, pero le hubiera resultado<br />
inconcebible volcar los recursos aduaneros a fin de echar <strong>las</strong> bases de la era<br />
maquinista capaz de transformar al país.<br />
Mantuvo el viejo «status»; indiferente al avance técnico de la industria,<br />
no habría de seguir el camino genial de Carlos Antonio López, caudillo<br />
paraguayo, que con una base de operaciones infinitamente menor que la<br />
de Rosas, supo mantener a raya la provocación imperialista y construir<br />
en el corazón de la selva la primera potencia sudamericana22 . Rosas era,<br />
al fin y al cabo, un estanciero godo, políticamente un reaccionario de los<br />
pies a la cabeza, insensible al progreso, que él sin embargo, encarnó en<br />
un momento, en su condición de gran empresario; su prodigioso talento<br />
político estuvo esencialmente orientado a la conservación de la base<br />
regional de su poder. No le interesó otra cosa. Sus ideas políticas<br />
generales demostrarían una completa indigencia en su larga agonía de<br />
desterrado, en el odio a la Comuna, a la c<strong>las</strong>e obrera y al movimiento<br />
general de su siglo. Pero en la Vuelta de Obligado todos los argentinos<br />
estuvieron con él.<br />
REVOLUCION Y CONTRARREVOLUCION EN LA ARGENTINA | 153