Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos
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Es sugerente que éste no fuera embarcado sino por excepción<br />
en buques ingleses, debiendo realizar la casi totalidad del transporte<br />
en los pequeños barcos nacionales o en los navíos portugueses,<br />
holandeses o norteamericanos 9 ,<br />
dice José María Rosa. Los saladeristas alcanzaron un peso político notable.<br />
Esto ocurrió después de una reñida lucha con algunos sectores de la burguesía<br />
comercial porteña, integrados especialmente por comerciantes británicos. Dichos<br />
grupos propugnaban el cierre de los saladeros bajo el pretexto del «encarecimiento<br />
de la carne». Su objeto era, en realidad, impedir la industrialización del animal,<br />
que otorgaba a los ganaderos una mayor capacidad de maniobra frente a los<br />
ingleses y a su monopolio comprador.<br />
En su calidad de capitalista –el más grande de su tiempo– Rosas fue en tal<br />
sentido un hombre de progreso, si se lo compara, con esa «aristocracia mercantil»<br />
porteña interesada en <strong>las</strong> transacciones comerciales divorciadas de la producción<br />
misma. Rosas estaba directamente ligado a la pampa, a la fábrica de vacas, al<br />
cuero y al tasajo: capitán de empresa en un vasto y desolado país, el presunto<br />
«feudalismo» que le atribuyen desde Ingenieros hasta los comunistas rivadavianos,<br />
no resiste el análisis 10 .<br />
Los miembros de la burguesía comercial de Buenos Aires, eran los «refinados»<br />
europeizantes, embriagados por <strong>las</strong> luces del Viejo Mundo y aislados, no sólo de<br />
la vida real de la campaña bonaerense, sino también del conjunto de <strong>las</strong> provincias<br />
interiores. Estas diferencias funcionales entre los ganaderos y los comerciantes se<br />
expresaba en el orden de la ideología, de los partidos y de la psicología de sus<br />
políticos representativos.<br />
Cuando se juzga el «criollismo» de Rosas, preténdese frecuentemente<br />
explicarlo como una ‘«táctica» del caudillo, evidenciada en su confidencia<br />
famosa a Santiago Vázquez, algo así como el discurso de Perón en la Bolsa<br />
de Comercio en 1944. En realidad, el secreto de este criollismo o «gauchismo»<br />
no se reduce a aquella explicación. Trátase al mismo tiempo del reconocimiento<br />
de un hecho real: los ganaderos bonaerenses no eran sólo los primeros agentes<br />
del capitalismo agrario desarrollado por obra de la complementación económica<br />
entre nuestra pampa y los mercados exteriores Aunque no descendían de los<br />
soldados de la conquista sino de la inmigración española del siglo XVIII, eran<br />
productores directos de una mercancía arraigada a la tierra, de ahí sus<br />
costumbres vernácu<strong>las</strong> y su original psicología. Sin duda, Rosas era<br />
infinitamente más «criollo» que esos tenderos, contrabandistas y comerciantes<br />
144 | JORGE ABELARDO RAMOS