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Libro 1 - Las Masas y las lanzas - Jorge Abelardo Ramos

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de la única rama importante de la economía argentina de esa época. Ligados al<br />

país por sus intereses y su psicología, si frente a <strong>las</strong> provincias paupérrimas querían<br />

mantener privilegios portuarios y aduaneros, poseían, en cambio, un desarrollado<br />

sentimiento nacional de carácter defensivo. La más perfecta encarnación de estos<br />

rasgos fue, años más tarde, Juan Manuel de Rosas.<br />

En el seno del Gobierno de <strong>Las</strong> Heras existía, sin embargo, un lazo de unión<br />

con ese poderoso grupo de intereses radicado en la ciudad de Buenos Aires, que<br />

era la burguesía comercial. El Dr. Manuel José García, Ministro de Gobierno,<br />

Hacienda y Relaciones Exteriores, era un agente de esa burguesía compradora,<br />

como llamaron los aventureros portugueses en Oriente a los mercaderes asociados<br />

al capital extranjero. Los perfiles sombríos de su vida pública no hacen sino reflejar<br />

el papel antinacional que ese sector económico político ha jugado en la ciudad de<br />

Buenos Aires, a lo largo de nuestra historia. Frío, desapasionado, untuoso,<br />

indiferente al país, culto de ademanes, el Dr. García había aceptado con contenido<br />

orgullo esa definición de «perfecto caballero británico» que le había discernido<br />

Lord Ponsomby, embajador de S. M. en Río de Janeiro y principal artífice de la<br />

balcanización rioplatense.<br />

Este siniestro personaje fue la más perfecta expresión de la burguesía porteña.<br />

Su vida pública abarca desde <strong>las</strong> invasiones inglesas hasta el ofrecimiento formulado<br />

por Rosas y no aceptado por García, de una embajada en el Perú. Pero su papel<br />

de agente inglés, de enemigo irreconciliable de Artigas y de los caudillos, no ha<br />

sido quizás superado. Mitre traza de García un retrato sugerente; como le ocurre<br />

con frecuencia a este historiador, los resultados se parecen a <strong>las</strong> batal<strong>las</strong> que libró.<br />

En su «Historia de Belgrano» hasta el propio Mitre debe admitir que García tuvo<br />

participación preponderante en la invasión portuguesa a la Banda Oriental. ¡Y era<br />

el diplomático argentino acreditado en la Corte de Río! Se sabe, también por<br />

Mitre (página 454), que el general Beresford, aquel británico de <strong>las</strong> invasiones de<br />

1807, organizó en Río el embarque de <strong>las</strong> tropas portuguesas que se dirigían a la<br />

Banda Oriental, y que «Herrera y García cooperaron en efecto más o menos<br />

directamente a su realización» (página 455).<br />

La Banda Oriental era una provincia «argentina» en el sentido de que formaba<br />

parte de <strong>las</strong> provincias Unidas del Sur. Y el diplomático de Buenos Aires<br />

«cooperaba» a su pérdida, lo que no impide al mismo Mitre en la obra citada<br />

afirmar que se trataba de un «patriota decidido», hombre de elevación moral,<br />

cabeza de inteligencia poderosa nutrida con estudios serios... era un verdadero<br />

hombre de Estado» (página 455). En la misma página, Mitre señala, sin embargo,<br />

que García fue el enviado de Alvear para ofrecer en 1815 <strong>las</strong> Provincias Unidas a<br />

Inglaterra como colonias. También dice Mitre que García, en esta oportunidad<br />

104 | JORGE ABELARDO RAMOS

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