Raices 1 Instituto Boliviano de Genealogía - andes
Raices 1 Instituto Boliviano de Genealogía - andes
Raices 1 Instituto Boliviano de Genealogía - andes
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Santos, haciendo pie en esa lírica frase, se burla <strong>de</strong> las alegadas intenciones matrimoniales <strong>de</strong> los<br />
amantes y señala que el tal Nabamuel, al que no aplica el tratamiento <strong>de</strong> Don, como se lo aplicaran la<br />
monja en la escritura <strong>de</strong> reconocimiento <strong>de</strong> su hijo y el Dr. Arce en su alegato, era <strong>de</strong> una condición<br />
social incompatible con aquellas pretendidas intenciones.248 Interesa por otra parte ver ahora las<br />
provi<strong>de</strong>ncias que, para <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sus días, tomaron D. Pedro Cabero y Da. Inés Campero respecto a<br />
Da. Manuela y al hijo <strong>de</strong> ésta. Queda dicho que, antes <strong>de</strong> profesar, la monja había hecho renuncia <strong>de</strong><br />
sus bienes, <strong>de</strong>rechos y acciones en favor <strong>de</strong> sus padres. Ahora bien, al testar en 1819 D. Pedro<br />
(invocando los preceptos <strong>de</strong> una Real Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> 29 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1804 que reconocía a las religiosas la<br />
facultad <strong>de</strong> "recibir mandas, legados, optar patronatos, etc."), dispuso que Sor Manuela participase en<br />
pie <strong>de</strong> igualdad con sus hermanos <strong>de</strong> la herencia que él <strong>de</strong>jara, con <strong>de</strong>scuento, como a<strong>de</strong>lanto <strong>de</strong><br />
legítima, <strong>de</strong> seis mil pesos gastados "por varias circunstancias" en su ingreso al Monasterio; <strong>de</strong> lo que,<br />
<strong>de</strong>scontada esa suma, le correspondiese podría ella "disponer a su arbitrio”.249 Esa <strong>de</strong>cisión fue<br />
cambiada años más tar<strong>de</strong>. Por su lado Da. Inés, en el testamento que otorgó en 1833, no incluyó a la<br />
monja entre sus here<strong>de</strong>ros universales y, haciendo mención <strong>de</strong> aquel gasto <strong>de</strong> seis mil pesos, dispuso<br />
no <strong>de</strong>jarle "igual porción" que a los otros hijos "por vía <strong>de</strong> alimentos". Ello, indicó, porque mientras<br />
viviera su marido éste, como lo venía haciendo, seguiría asistiéndola "con la semana y vestuario que le<br />
subministra"; y por confiar en que él haría, en un futuro testamento, "lo que correspon<strong>de</strong> en <strong>de</strong>scargo<br />
<strong>de</strong> su conciencia y al bienestar <strong>de</strong> nuestra hija la religiosa”.250 Lo que el propio D. Pedro hizo en su<br />
último testamento (<strong>de</strong> 1835), excluyéndola también <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> sus here<strong>de</strong>ros universales, fue <strong>de</strong>jar<br />
a la monja un legado <strong>de</strong> "cinco mil pesos en dinero efectivo", capital que administrarían<br />
mancomunadamente D. José Santos y D. Antonio durante los días <strong>de</strong> Sor Manuela y con cuyos<br />
"réditos <strong>de</strong>l cinco por ciento" se asistiría a ésta "en semanas"; muerta la Sor, ese capital pasaría -en<br />
palabras <strong>de</strong>l otorgante - "a Mariano, huérfano que he criado en mi casa, conocido con el nombre <strong>de</strong><br />
Niñacho”.251 Ninguna duda tendrá el lector acerca <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> tal "huérfano"; valga empero<br />
consignar que D. José Santos Cabero, refiriéndose al hijo <strong>de</strong> la monja, <strong>de</strong>jó expreso testimonio <strong>de</strong> que<br />
el apodo <strong>de</strong> "Niñacho" era una "expresión <strong>de</strong> cariño con que se le llamaba en la casa”.252 Respecto<br />
allegado, Mariano, según expuso su abogado, consi<strong>de</strong>ró "que mientras su madre se alimentaba<br />
durante sus días con los réditos", él "quedaba con las manos cruzadas, sin contar con un solo real y<br />
expuesto a perecer <strong>de</strong> necesidad"; ello fue lo que lo <strong>de</strong>terminó a pedir el reconocimiento, y obtenido<br />
éste, se presentó ante la Justicia pretendiendo ser contado entre los here<strong>de</strong>ros forzosos <strong>de</strong> sus<br />
abuelos matemos.253 A esa pretensión se opusieron los here<strong>de</strong>ros testamentarios <strong>de</strong> D. Pedro y <strong>de</strong> Da.<br />
Inés, alegando que el reconocimiento hecho por la monja - como tal, muerta civilmente - no tenia<br />
vali<strong>de</strong>z legal; que los abuelos no habían reconocido al nieto; y que Sor Manuela había renunciado a su<br />
herencia.254 No sé <strong>de</strong> cierto cómo acabó el pleito. Con relación a ello sólo puedo <strong>de</strong>cir que en la final<br />
partición <strong>de</strong> la herencia <strong>de</strong>jada por D. Pedro Cabero y por su mujer se hizo referencia, primero, a cierto<br />
"legajo <strong>de</strong> obligaciones <strong>de</strong> una gran<strong>de</strong> suma <strong>de</strong> <strong>de</strong>udas a favor <strong>de</strong> la testamentaría [...] cedido a Don<br />
---------------------------<br />
248 "Se dice que Juan Esteban Nabamuel fue y <strong>de</strong>bía ser consorte <strong>de</strong> la monja ante Dios y los cielos. ¿Cómo es esto?<br />
¿Ahora, a los treinta años, recién salimos con eso? ¿A quién dijo Sor Manuela Cabero que quería casarse con el<br />
duen<strong>de</strong> Nabamuel, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que hizo tan nefanda acción no ha vuelto a parecer ni ante ella ni en la casa <strong>de</strong> los<br />
Caberos? ¿Y ella, dígalo su corazón, se hubiera rebajado a enlazarse con Nabamuel? ¡Con Nabamuel! ¿Y sus<br />
padres, a quienes la ley daba el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> disenso, se lo hubieran permitido? Pero ¿qué diligencias hizo [sic]<br />
Manuela Cabero ni aquél para conseguir unirse? La una, ocultar su secreto en su corazón; el otro, ocultar su persona<br />
para siempre. Ahora se saca a danzar el nombre <strong>de</strong> J. E. Nabamuel, que antes y ahora mismo se tiene rubor y<br />
vergüenza el pronunciarlo [sic], y que su mismo hijo tiene a mengua el apellidarse con él. Los <strong>de</strong> la familia sabíamos<br />
que la monja tenía un hijo, pero no sabíamos quién era su padre." [CASERO], Contestación 1 -2, nota. (Lo último<br />
pareciera significar que, hasta que Sor Manuela reconoció por escritura pública a su hijo, los miembros <strong>de</strong> la familia<br />
ignoraban la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> quien fuera su amante; ignorancia, a mi ver, no <strong>de</strong>masiado creíble.) En otro lugar, D. José<br />
Santos alu<strong>de</strong> a Nabamuel como "una persona que no correspondía a sus [<strong>de</strong> Da. Manuela] calida<strong>de</strong>s, circunstancias y<br />
nacimiento"; y también dice que "si es disculpable este <strong>de</strong>lito [el <strong>de</strong>sliz <strong>de</strong> su hermana] en la inexperta juventud, no lo<br />
es el cómplice con quien se ejecutó": Ibí<strong>de</strong>m, 2.<br />
249 Testamento <strong>de</strong> 1819 cit. en n. 153, fol. 399-399v. La correspondiente cláusula testamentaria incluía en su redacción original una última<br />
frase que luego fue suprimida: "Y sólo en el caso <strong>de</strong> morir [la monja] intestada volverán los bienes [que ella hubiese heredado] a sus<br />
hermanos."<br />
250 Testamento cit. en n. 29, fol. 38v y 39.<br />
251 Testamento <strong>de</strong> 1835 cit. en n. 153, fol. 131v y 132v.<br />
252 [CABERO], Contestación 5.<br />
253 [ARCE]: Alegato 2.<br />
254 Ibí<strong>de</strong>m, 2-3.<br />
44