07.05.2013 Views

La fabulosa historia de los pelayos

La fabulosa historia de los pelayos

La fabulosa historia de los pelayos

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Había que empezar a rendirse a la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que era muy difícil que <strong>los</strong><br />

Pelayos, tal y como <strong>los</strong> habíamos conocido hasta el momento, volvieran a jugar a<br />

la ruleta. Si esto era así, ¿por qué no hacer pública nuestra <strong>historia</strong> y también<br />

nuestro sistema? A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> otros parabienes que ya habían sido analizados<br />

durante algún tiempo en las largas jornadas <strong>de</strong> juego <strong>de</strong> <strong>La</strong>s Vegas, también<br />

pesaba en aquella <strong>de</strong>cisión la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> buscar posibles inversores que estuviesen<br />

interesados en abrir nuevos negocios en alguno <strong>de</strong> <strong>los</strong> nuevos proyectos que ya<br />

estábamos barruntando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algún tiempo.<br />

Mi padre, que entre otras muchas cosas había sido periodista en distintos<br />

medios <strong>de</strong> comunicación, supo cómo mover alguna <strong>de</strong> sus antiguas relaciones. De<br />

esta manera empezamos una nueva andadura, que nos llevó a a<strong>de</strong>ntrarnos en<br />

terrenos no <strong>de</strong>sarrollados hasta el momento.<br />

Contactamos con distintos medios <strong>de</strong> comunicación y la noticia saltó. Personas<br />

tan cabales como el novelista Juan Madrid se interesaron por nuestra <strong>historia</strong> y<br />

no se contuvieron a la hora <strong>de</strong> escribir algún relato <strong>de</strong> corte periodístico,<br />

rego<strong>de</strong>ándose en el gusto que da el que alguien pudiese haber ganado a <strong>los</strong><br />

casinos. En estas, Antonio González-Vigil nos puso en contacto con un periodista<br />

que parecía especialmente seducido por nuestro caso. Luis Mazarrasa, que así se<br />

llama el aludido, tomó fiel nota <strong>de</strong> nuestros comentarios y nos prometió gran<strong>de</strong>s<br />

artícu<strong>los</strong> en <strong>los</strong> sucesivos días. El fantasmeo es algo contra lo que<br />

<strong>de</strong>sgraciadamente uno suele ponerse en guardia <strong>de</strong> inmediato, pero por fortuna el<br />

porvenir siempre es muchísimo más imprevisible <strong>de</strong> lo que uno estúpidamente cree<br />

po<strong>de</strong>r prever. <strong>La</strong> realidad es que en pocas semanas aparecimos en <strong>los</strong> periódicos,<br />

revistas y programas <strong>de</strong> televisión más populares <strong>de</strong> nuestro país.<br />

En las hemerotecas quedaron registradas revistas como Interviú o Azar, en las<br />

vi<strong>de</strong>otecas programas <strong>de</strong> televisión con presentadores como Nieves Herrero o<br />

Javier Sarda, y sobre todo, en la mente <strong>de</strong> muchos un artículo a doble página en<br />

el periódico El País, que hizo que a partir <strong>de</strong> ese día nos convirtiésemos en el<br />

símbolo anticasinos por excelencia para cualquier jugador que se precie. En<br />

cuestión <strong>de</strong> dos meses habíamos conseguido lo que nunca llegamos a tener <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> más <strong>de</strong> veinticinco años <strong>de</strong> carrera en el mundo <strong>de</strong>l cine y <strong>de</strong> la música:<br />

popularidad.<br />

¿Que es agradable? Pues claro que sí. ¿Y es realmente útil? Nada lo es más. ¿Y<br />

al final consigue poner las cosas en su sitio? Bien, cambiemos <strong>de</strong> lema.<br />

Lo que sí conseguimos <strong>de</strong> verdad fue que, con el paso <strong>de</strong> las semanas,<br />

estrechásemos la relación con Luis, que gracias a su carácter siempre agradable,<br />

su amor por las culturas periféricas, su capacidad <strong>de</strong> continua sorpresa ante<br />

cualquier nueva anécdota que saliese a flote, su gran gusto por las personas —<br />

especialmente las <strong>de</strong> sexo contrario— y su talante siempre inquieto acabó por<br />

hacerse primero un muy buen amigo y, algo más tar<strong>de</strong>, un nuevo Pelayo, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

un grandísimo jugador <strong>de</strong> póquer.<br />

También fue notable el éxito que conseguimos entre <strong>los</strong> distintos jugadores,<br />

que resultaban ser aprendices a sistemistas, y a más <strong>de</strong> uno le vimos aplicar<br />

nuestro sistema al pie <strong>de</strong> alguna ruleta <strong>de</strong> manera temeraria y sin paracaídas.<br />

—Yo es que ahora me he pasado al método Pelayo, que se basa en jugar a <strong>los</strong><br />

números que más salen en la ruleta. Apunto <strong>los</strong> primeros cincuenta números <strong>de</strong><br />

cada día, <strong>los</strong> analizo y me pongo a jugar fuerte a <strong>los</strong> que más están saliendo —me<br />

comentaba un jugador que nunca habla visto antes y que apuntaba números en un<br />

casino don<strong>de</strong> me encontraba simplemente <strong>de</strong> visita.<br />

—Ya veo, ya veo —le contestaba mientras esperaba que el camarero me trajese la<br />

copa que habla pedido.<br />

—Tú <strong>de</strong>berías intentar hacer lo mismo. Es un sistema acojonante —insistía aquel<br />

jugador.<br />

—Yo es que prefiero no jugar. Sólo vengo aquí para mirar un rato.<br />

—Bueno, como prefieras, pero luego no me digas que no te lo he advertido,<br />

¿vale? Oye, todavía no nos hemos presentado, yo me llamo Ramón Gutiérrez-<strong>La</strong>sa. Y<br />

tú, ¿cómo te llamas?<br />

—García-Pelayo. Iván García-Pelayo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!