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La fabulosa historia de los pelayos

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supuesto, sin haber hecho el ridículo en numerosas ocasiones. Lo importante era<br />

aprovechar el hecho <strong>de</strong> que en <strong>La</strong>s Vegas no necesitas i<strong>de</strong>ntificación para entrar<br />

en <strong>los</strong> casinos, que la escanda<strong>los</strong>a masa humana que pulula sin parar por<br />

cualquier lado hace las funciones <strong>de</strong> un estupendo parapeto y que, en <strong>de</strong>finitiva,<br />

no es fácil que <strong>los</strong> empleados <strong>de</strong> <strong>los</strong> casinos acaben enterándose <strong>de</strong> la<br />

proce<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong>l apellido <strong>de</strong> nadie.<br />

Así que con esa sofisticada estrategia acabamos <strong>de</strong>cidiendo que <strong>de</strong>bíamos<br />

diversificar todo lo que pudiéramos el estudio <strong>de</strong> la mayoría <strong>de</strong> las ruletas <strong>de</strong><br />

<strong>los</strong> distintos casinos que consi<strong>de</strong>rábamos más propicios para nuestros intereses.<br />

Se analizó y se acabó jugando en lugares tan míticos como el Caesar's Palace, el<br />

Flamingo, el Mirage, el Tropicana o el Metro Goldwyn Mayer Grand, que<br />

actualmente es el casino y el hotel más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l mundo. También acudimos a<br />

algunos otros menos populares como el Harra's, el Treasure Island, el<br />

Montecarlo, el Excalibur o el Luxor. De todo ello, así como <strong>de</strong> <strong>los</strong> complicados<br />

horarios <strong>de</strong> trabajo con sus especificaciones y controles <strong>de</strong> personal, existe un<br />

abultadísimo cua<strong>de</strong>rno que atestigua que llegamos a tener perfectamente<br />

estudiadas y controladas hasta cincuenta ruletas distribuidas entre todos esos<br />

establecimientos.<br />

Si nos atenemos a estas explicaciones, se podrá pensar que operar en <strong>La</strong>s Vegas<br />

resultaba especialmente complicado <strong>de</strong>bido a <strong>los</strong> distintos elementos que se han<br />

<strong>de</strong>scrito. Pero existía otro asunto que hacía <strong>de</strong> esta empresa algo todavía más<br />

inseguro; se trataba <strong>de</strong> una cuestión <strong>de</strong> índole matemática. En Estados Unidos, a<br />

diferencia <strong>de</strong> Europa, las ruletas no tienen treinta y siete números a <strong>los</strong> que<br />

pue<strong>de</strong>s apostar, sino treinta y ocho. Es <strong>de</strong>cir, que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> tener <strong>de</strong>l 0 al 36,<br />

poseen uno más que aparece marcado como el doble cero (00). El problema aparece<br />

cuando te pagan un premio, ya que tanto en Europa como en América te pagan<br />

igual: treinta y seis fichas cuando se coge un pleno. De esta manera, mientras<br />

que la <strong>de</strong>sventaja matemática contra la que se juega en Europa es <strong>de</strong> un 2,7 por<br />

ciento sobre el dinero apostado, en Estados Unidos lo es casi <strong>de</strong>l doble, es<br />

<strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l 5,26 por ciento. <strong>La</strong> dificultad surgía <strong>de</strong> manera obvia. Nos veíamos<br />

obligados a encontrar ruletas que tuvieran una <strong>de</strong>sigualdad entre sus números<br />

mucho más gran<strong>de</strong> para po<strong>de</strong>r vencer la enorme ventaja con que contaba el casino.<br />

Dicho <strong>de</strong> forma más castiza, era necesario que en <strong>La</strong>s Vegas encontrásemos<br />

máquinas bastante más «rotas» <strong>de</strong> lo que estábamos acostumbrados a ver para que<br />

mereciese la pena jugar en ellas.<br />

Ésta es la razón por la que nos vimos obligados a estudiar muchísimas más<br />

unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lo habitual y hacer una criba para tener más posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

encontrar alguna <strong>de</strong> esas ruletas soñadas. En <strong>de</strong>finitiva, nuestro sistema es<br />

bastante más frágil en <strong>los</strong> casinos que cuentan con la modalidad <strong>de</strong>l doble cero,<br />

ya que es más difícil encontrar máquinas con el grado necesario <strong>de</strong> imperfección.<br />

Aunque tardamos un poco, acabamos llevando una vida acor<strong>de</strong> con <strong>los</strong> hábitos y<br />

horarios <strong>de</strong>l lugar, y <strong>de</strong> las primeras emociones que aún hoy siguen agitándose en<br />

nuestras memorias pasamos a un ambiente <strong>de</strong> rutina laboral muy or<strong>de</strong>nada y<br />

bastante agradable, aunque no por ello menos incisiva. Mientras esperábamos con<br />

paciencia a comprobar si nuestro trabajo <strong>de</strong>sembocaba en buenos resultados,<br />

comenzamos a <strong>de</strong>scubrir tanto personajes como costumbres que sin duda eran poco<br />

habituales para nuestra mentalidad europea.<br />

Uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> aspectos más llamativos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong>l juego era el hecho <strong>de</strong><br />

que en <strong>La</strong>s Vegas la mayor parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> negocios, incluyendo <strong>los</strong> casinos, abren<br />

veinticuatro horas sobre veinticuatro. Es posible hacer la compra a las cuatro<br />

<strong>de</strong> la madrugada, darte una buena sesión <strong>de</strong> gimnasio a las cinco y cenar a las<br />

seis, para si te quedas con hambre <strong>de</strong>sayunar a las siete, que ya sí que es hora.<br />

Esto mismo es posible aplicarlo al juego y, por lo tanto, es muy fácil ver a las<br />

nueve <strong>de</strong> la mañana a clientes que apuestan en la ruleta, las máquinas o en el<br />

black jack (a lo after hours) mezclados con turistas insomnes o señoras que<br />

vienen <strong>de</strong> las compras con las bolsas en la mano para jugarse <strong>los</strong> restos.<br />

En general, el nivel <strong>de</strong> juego <strong>de</strong> <strong>los</strong> clientes es bastante malo y, si te fijas<br />

con atención, pue<strong>de</strong>s observar <strong>de</strong> un solo vistazo a masas ingentes <strong>de</strong> jugadores

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