07.05.2013 Views

La fabulosa historia de los pelayos

La fabulosa historia de los pelayos

La fabulosa historia de los pelayos

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

casinos españoles, cambiaban continuamente <strong>de</strong> ruletas o las cerraban, por lo que<br />

no acababa <strong>de</strong> ser rentable el esfuerzo. Entonces recordamos que habíamos <strong>de</strong>jado<br />

algo a medias y pensamos que éste era el mejor momento para cerrar aquel<br />

capítulo inconcluso: Barcelona, con su casino situado en un caserón cercano al<br />

pueblo <strong>de</strong> Sitges, nos esperaba.<br />

Mientras que la segunda flotilla conseguía que se produjese un período <strong>de</strong><br />

juego algo más estable en Madrid, <strong>los</strong> <strong>de</strong> toda la vida hacíamos <strong>de</strong> nuevo las<br />

maletas y salíamos camino a Catalunya. En ese momento nuestro primo Josema nos<br />

llamó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Jerez <strong>de</strong> la Frontera y nos informó <strong>de</strong> su interés en venirse a Madrid<br />

a trabajar con nosotros. Como evi<strong>de</strong>ntemente no tenía sentido que estuviese en<br />

Madrid, ya que sólo mi hermana permanecía allí para tomar números y controlar la<br />

operativa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> «la distancia», creímos que siendo Barcelona <strong>de</strong> <strong>los</strong> mismos<br />

dueños que Lloret, tanto Josema como nosotros podríamos ir para allá, dado que<br />

nunca se había producido el menor amago <strong>de</strong> expulsión.<br />

Por aquel entonces sabíamos que <strong>de</strong> nada nos valía intentar <strong>de</strong>spistar a la hora<br />

<strong>de</strong> preparar la información, ya que todos <strong>los</strong> casinos <strong>de</strong> España pertenecen a una<br />

asociación que se encuentra li<strong>de</strong>rada por el casino <strong>de</strong> Madrid, y a<strong>de</strong>más numerosas<br />

veces habíamos podido constatar que la información <strong>de</strong> nuestras andanzas ya<br />

estaba circulando entre <strong>los</strong> distintos casinos <strong>de</strong>l territorio español a <strong>los</strong> que<br />

habíamos visitado para trabajar, o simplemente para realizar una prospección.<br />

Cada vez que alguno <strong>de</strong> nosotros se presentaba en la puerta <strong>de</strong> algún casino con<br />

su DNI, se producían unas miradas inquietas hacia la pantalla <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>nador <strong>de</strong><br />

la recepcionista, unos cuchicheos entre <strong>los</strong> empleados apostados en la puesta <strong>de</strong><br />

entrada, un «espere un momento que tenemos que realizar una consulta», y en<br />

<strong>de</strong>finitiva, un estado temporal <strong>de</strong> zozobra bastante semejante al que pue<strong>de</strong><br />

sentirse cuando se soporta con nerviosismo la espera <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong> un cheque <strong>de</strong><br />

cierto valor frente a cualquier ventanilla <strong>de</strong> cualquier banco en cualquier lugar<br />

<strong>de</strong>l mundo.<br />

Entonces se nos ocurrió que si esto era así, por qué no iniciar nuestro<br />

trabajo con una carta a la dirección don<strong>de</strong> expusiéramos nuestras sanas<br />

intenciones <strong>de</strong> sacarles algo <strong>de</strong> dinero, pero <strong>de</strong> una manera comedida, sin gran<strong>de</strong>s<br />

alborozos, dando una propina a<strong>de</strong>cuada y sin exponernos <strong>de</strong>masiado, para que así<br />

otros clientes no pudieran seguir nuestro «mal ejemplo». En <strong>de</strong>finitiva, intentar<br />

comunicarles aquella máxima que expresaba una chirigota <strong>de</strong> Cádiz cuando<br />

aconsejaba aquello <strong>de</strong>: «Vamos a llevarnos bien... lo que nos tengamos que<br />

llevar».<br />

<strong>La</strong> verdad es que aquella acción fue una tontería que no dio más resultado que<br />

el encrespar <strong>los</strong> ánimos <strong>de</strong> nuestro rival <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio, y que meses <strong>de</strong>spués<br />

nos interpusiera una <strong>de</strong>manda por amenazas basándose en el contenido <strong>de</strong> esa<br />

carta. Lógicamente la <strong>de</strong>manda no llegó a prosperar, ya que cualquier persona<br />

pue<strong>de</strong> formular todo tipo <strong>de</strong> propuestas siempre que estas no contengan algo<br />

ilegal. En cualquier caso la i<strong>de</strong>a valió <strong>de</strong> poco y nunca más volvimos a utilizar<br />

ese recurso.<br />

A diferencia <strong>de</strong> Madrid, <strong>los</strong> casinos catalanes nunca se plantearon expulsarnos<br />

<strong>de</strong> sus locales, y no sabemos si ello fue <strong>de</strong>bido a una mayor presión <strong>de</strong> las<br />

administraciones locales a la hora <strong>de</strong> cumplir el reglamento o a una mayor<br />

dignidad en el trato con clientes fuera <strong>de</strong> culpa y <strong>de</strong> sospecha sobre posibles<br />

irregularida<strong>de</strong>s. Sin embargo, nos hicieron la vida imposible cambiándonos (como<br />

empezaba a ser habitual) todas las ruletas <strong>de</strong> sitio, y si a esto le sumamos el<br />

hecho <strong>de</strong> que no habían instalado marcadores don<strong>de</strong> se vieran reflejados <strong>los</strong><br />

últimos números que iban saliendo, la verdad es que no nos lo pusieron muy<br />

fácil. Poco a poco fuimos advirtiendo que <strong>los</strong> problemas no sólo habían empezado<br />

en Madrid, sino que ya se habían extendido por todo el territorio nacional,<br />

gracias a la advertencia <strong>de</strong>l casino <strong>de</strong> la capital.<br />

Si bien no perdimos dinero (más allá <strong>de</strong> pequeños gastos <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazamiento),<br />

Barcelona fue el primer <strong>de</strong>stino al que no conseguimos ganar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que hacía más<br />

<strong>de</strong> un año habíamos asentado el sistema y contábamos con capital necesario para<br />

afrontar cualquier trabajo con garantías. En poco más <strong>de</strong> un mes <strong>de</strong> trabajo nos<br />

dimos cuenta <strong>de</strong> que las condiciones habían cambiado y que era momento <strong>de</strong><br />

replantearnos <strong>los</strong> <strong>de</strong>stinos y la forma <strong>de</strong> trabajar<strong>los</strong>. Mi padre nos animó a todos<br />

a que nos fuésemos unos días a Cádiz para improvisar una especie <strong>de</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!