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La fabulosa historia de los pelayos

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como fueron la <strong>de</strong>legación <strong>de</strong>l gobierno, la comisión <strong>de</strong> juego, la brigada <strong>de</strong><br />

juego, o al final la Comunidad <strong>de</strong> Madrid, cuando le fueron traspasadas todas las<br />

competencias <strong>de</strong> juego. <strong>La</strong> verdad es que en todo momento pudimos sentir que a la<br />

estructura administrativa que rondaba alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l juego que se <strong>de</strong>sarrollaba en<br />

Madrid no le costaba <strong>de</strong>masiado ofrecernos esperanza e incluso una clara<br />

sensación <strong>de</strong> justicia, y <strong>de</strong> que en ese camino acabaríamos ganando tanto<br />

la verdad como <strong>los</strong> juicios.<br />

Años <strong>de</strong>spués pudimos comprobar que esa sensación general no era engañosa, ya<br />

que a día <strong>de</strong> hoy hemos ganado todos <strong>los</strong> juicios habidos frente al casino <strong>de</strong><br />

Madrid. Pero lo cierto es que mientras tanto eso no nos valía <strong>de</strong> mucho, y en<br />

paralelo, <strong>los</strong> altos directivos <strong>de</strong>l casino, sabiendo perfectamente que el tipo <strong>de</strong><br />

local que regentaban paga la escanda<strong>los</strong>a y al parecer expiatoria cifra <strong>de</strong>l<br />

cuarenta y cinco al cincuenta y cinco por ciento <strong>de</strong> impuestos al Estado, cenaban<br />

una y otra noche <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l local <strong>de</strong> juego con <strong>los</strong> distintos cargos <strong>de</strong> la cúpula<br />

administrativa y, sobre todo, policial.<br />

—A nosotros no nos <strong>de</strong>jan entrar, pero vosotros creéis que tendrían el valor <strong>de</strong><br />

volver a enfrentarse a la gobernación con otro grupo si éste a<strong>de</strong>más no es<br />

García-Pelayo —se me ocurrió plantear un día.<br />

Llegamos a esa conclusión viendo que no habían echado a Alicia (la verdad es<br />

que ella todavía no había jugado nunca, con lo que era difícil <strong>de</strong>mostrar que<br />

pertenecía a nuestro grupo), y empezamos a pensar en cómo íbamos a buscar un<br />

equipo efectivo que nos diese confianza para <strong>de</strong>jarlo sólo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l casino.<br />

Primeramente teníamos a Alicia, que seguía apuntando unos números que daban un<br />

resultado estupendo, pero es que a<strong>de</strong>más en ese momento nos encontramos con que<br />

mi hermana Vanesa había acabado no recuerdo qué trabajo y le propusimos que se<br />

uniese al ya abultado grupo <strong>de</strong> <strong>los</strong> Pelayos, pensando que sería una buena<br />

directora <strong>de</strong> operaciones siempre que no jugase nada <strong>de</strong> nada para así no ser<br />

expulsada. El reto mayor era cómo conseguir encontrar gente en la que pudiéramos<br />

confiar el manejo <strong>de</strong>l dinero a la hora <strong>de</strong> enfrentarse so<strong>los</strong> con Madrid y que no<br />

tuviesen nuestro apellido. Como siempre se hace, tiramos <strong>de</strong> agenda y nos fuimos<br />

directamente hacia nuestros recuerdos más emotivos. Así aparecieron nuestros<br />

mejores amigos <strong>de</strong> juventud, en <strong>los</strong> que pensábamos (muy acertadamente, como<br />

enseguida se comprobó) que podíamos confiar en todos <strong>los</strong> niveles.<br />

Ahí surgió Ángel, uno <strong>de</strong> mis amigos más íntimos, que poco a poco le fue<br />

cogiendo gustillo al asunto y que bastante más tar<strong>de</strong> nos trajo a su hermana Ana<br />

a trabajar en la flotilla. También estaba Luisa, que era otra gran amiga y mujer<br />

<strong>de</strong> Enrique Portal, y Chuti, amigo y compañero <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> Ángel y mío. Aunque<br />

lógicamente todo aquel asunto era bastante sorpren<strong>de</strong>nte para alguien que escucha<br />

un planteamiento <strong>de</strong> este calado por primera vez, eran gente muy lista y<br />

enseguida captaron la manera <strong>de</strong> manejar el sistema y afrontar la presión<br />

psicológica que sin duda tendrían que soportar. En menos <strong>de</strong> un mes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se<br />

dio inicio a nuestras primeras expulsiones, habíamos sido capaces <strong>de</strong><br />

confeccionar una especie <strong>de</strong> eficaz segunda flotilla, con el mérito añadido <strong>de</strong><br />

que prácticamente la totalidad <strong>de</strong> sus integrantes no eran <strong>de</strong> la familia.<br />

Fue muy excitante esperar las noticias <strong>de</strong> este segundo grupo en su primer día<br />

<strong>de</strong> trabajo, y más aún comprobar que tenían la misma capacidad que nosotros <strong>de</strong><br />

ganar dinero sin pestañear. Por supuesto que se pusieron nerviosos, pero<br />

enseguida les gustó el tipo <strong>de</strong> trabajo y <strong>los</strong> divi<strong>de</strong>ndos que les reportaba dicha<br />

actividad. Como era <strong>de</strong> esperar, el casino empezó a darse cuenta <strong>de</strong> que no podría<br />

echar sistemáticamente a todo el mundo que se les enfrentase con el mismo<br />

sistema, y <strong>los</strong> continuos toques <strong>de</strong> la administración ayudaron a que consi<strong>de</strong>rasen<br />

otra clase <strong>de</strong> estrategia que no fuese la <strong>de</strong> entrar en esa dinámica <strong>de</strong> tuya-mía<br />

que se traían con la gobernación.<br />

Así, mientras que conseguíamos que al menos no echasen a las nuevas<br />

adquisiciones, pensamos que para rentabilizar el tiempo <strong>de</strong> <strong>los</strong> que estábamos<br />

normalmente fuera <strong>de</strong>beríamos preparar algún otro casino a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Madrid. Se<br />

hicieron algunas acometidas en casinos pequeños como el <strong>de</strong> Santan<strong>de</strong>r, don<strong>de</strong><br />

acabamos ganando alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un millón y medio <strong>de</strong> pesetas, pero al contar con<br />

tan pocas mesas <strong>de</strong> juego y estar avisados por la relación existente entre

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