Los anarquistas ante las elecciones - Folletos Libertad
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Erico Malatesta vs. Saverio Merlino<br />
votado por los socialistas no lo hubieran hecho, no es porque hubieran sido <strong>anarquistas</strong>,<br />
sino porque hubieran sido o conservadores de varios grados o bien que se abstenían<br />
por indiferencia o votaban por quien pagaba o amenazaba más. ¿Merlino se maravilla<br />
de que nosotros prefiramos saberlos socialistas, o medio socialistas?<br />
El bien y el mal son cosas relativas; y un partido, por reaccionario que sea, puede<br />
representar el progreso frente a uno más reaccionario todavía.<br />
Nosotros nos alegramos siempre que vemos un clerical volverse liberal, un monárquico<br />
hacerse republicano, un indiferente convertirse en algo; pero de ahí no deriva<br />
que debamos hacernos monárquicos, liberales o republicanos nosotros, que creemos<br />
estar mucho más adel<strong>ante</strong>.<br />
Por ejemplo, visto el estado presente de <strong>las</strong> provincias meridionales, habría sido un<br />
óptimo síntoma si hubieran triunfado aunque sólo fuera los cavallottianos; y nosotros<br />
nos habríamos alegrado, como creemos que se habrían alegrado también los socialistas<br />
democráticos. Pero no por esto socialistas y <strong>anarquistas</strong> habrían debido defender<br />
a los cavallottianos en el sur. Al contrario, los socialistas meten sus candidaturas<br />
en todas partes, incluso si esto disminuye la capacidad de éxito del candidato<br />
menos reaccionario, y nosotros predicamos en todas partes la abstención consciente,<br />
sin preocuparnos si ésta puede favorecer a un candidato o a otro. Para nosotros no es<br />
el candidato el que importa, porque no creemos en la utilidad de tener buenos diputados;<br />
lo que importa es la manifestación del estado de ánimo de la población; y entre<br />
los curiosos estados de ánimo en que puede encontrarse un elector, el mejor es el<br />
que le hace comprender la inutilidad y los daños de ser diputado en el parlamento y<br />
lo empuja a trabajar por la que desea, asociándose directamente con todos aquellos<br />
que tienen sus mismos deseos.<br />
En fin, ¿por qué Merlino ha querido cerrar su carta con insinuaciones que, vistas<br />
<strong>las</strong> relaciones en que en este momento se encuentra él con los <strong>anarquistas</strong>, son por lo<br />
menos de mal gusto? Merlino se dice siempre anarquista y se esfuerza por hacernos<br />
concebir la anarquía como la entiende él y por hacernos aceptar la táctica suya; y está<br />
en su derecho. Pero, ¿por qué adopta un tono que se puede quizás emplear con el<br />
adversario que no nos importa ofender, pero que no conviene con los compañeros<br />
que se quiere convencer y atraer?<br />
Hace ya tiempo, respondiendo en el Messaggero a Malatesta que había hablado de<br />
la incipiente reorganización del partido anarquista, Merlino se burlaba, cuando él<br />
sabía que los <strong>anarquistas</strong> se reorganizaban realmente, y habían ya obtenido resultados,<br />
modestos sí, pero bien reales. Ahora cita a los <strong>anarquistas</strong> que se dicen abstencionistas<br />
y votan y nos echa a la cara a Azzaretti, que nosotros mismos hemos denunciado<br />
en estas columnas.<br />
Y bien, si hay abstencionistas que votan -y de hecho, sabemos que los hay- esto<br />
quiere decir o que no tienen conciencia completa de <strong>las</strong> opiniones que profesan, o<br />
bien que no encuentran en medio de los <strong>anarquistas</strong> la fuerza suficiente para resistir<br />
<strong>Los</strong> <strong>anarquistas</strong> <strong>ante</strong> <strong>las</strong> <strong>elecciones</strong> 21<br />
reconocidos por casi todos; cuando los errores comienzan a ser rechazados; cuando<br />
el partido empieza a organizarse en serio y se alientan esperanzas, Merlino cree encontrar<br />
la salvación en la táctica electoral -que ha causado tantas desdichas a la causa<br />
socialista- y nos deja. Tanto peor. Continuaremos lo mismo sin él.<br />
Esto significa haber avanzado un poco más o un poco menos por el mismo camino,<br />
y luego, llegados a la bifurcación, habernos separado, siguiendo uno por un lado y<br />
otro por otro. ¿No le parece así también a Gnocchi Viani?<br />
***<br />
DE UNA CUESTIÓN DE TÁCTICA A UNA CUESTIÓN DE<br />
PRINCIPIOS<br />
S. Merlino. De L´Agitazione, del 28 de marzo de 1897<br />
Veamos si es posible continuar discutiendo serenamente, sin iras ni sospechas, tal<br />
como hemos comenzado. Sería una cosa casi nueva y de tan buen augurio, que debería<br />
alegrarme haber ofrecido a mis amigos la oportunidad de demostrar que el partido<br />
anarquista comienza a educarse en la observancia de los principios que profesa.<br />
Y, <strong>ante</strong>s que nada, ¿soy yo anarquista?<br />
Respondo: si la abstención es dogma de fe anarquista, no. Pero yo no creo en el<br />
dogma. No creo que la defensa y el ejercicio de nuestros derechos, ni siquiera de los<br />
mínimos, sean contrarios a nuestros principios. No creo que ejerciendo el derecho al<br />
voto, que nos es concedido, renunciemos a otros mayores, que se nos niegan y que<br />
debemos reivindicar.<br />
Creo que la agitación electoral nos ofrece modos y oportunidades de propaganda a<br />
los cuales sería locura renunciar -especialmente en este momento en Italia, donde<br />
prácticamente nos está prohibida toda afirmación- y creo también que no se extrae<br />
todo el provecho posible cuando se sostiene la abstención. Esto lo hemos probado<br />
aquí en Roma en estos días, cuando por medio de la candidatura de Galleani hemos<br />
podido hacer manifestaciones, difundir manifiestos, ganarnos la simpatía de muchos<br />
que eran hostiles o indiferentes, como no habríamos podido hacerlo nunca si hubiéramos<br />
permanecido abstencionistas. Por otra parte, no creo en la conquista de los poderes<br />
públicos, sostengo que la lucha, tanto por la libertad como por la emancipación<br />
económica, debe ser librada principalmente fuera del parlamento. La obra de los diputados<br />
obreros, socialistas y revolucionarios la considero útil pero no por sí misma<br />
sino como apoyo a la lucha extraparlamentaria. Y si pensando así no me encuentro<br />
perfectamente de acuerdo ni con los <strong>anarquistas</strong> ni con los socialistas-democráticos,<br />
lo lamento sinceramente, pero, ¿puedo desdecirme?<br />
En pro y en contra de la participación en <strong>las</strong> <strong>elecciones</strong>, me parece que se ha dicho<br />
poco más o menos todo cuanto se podía decir. Me complace que la disputa haya sido